el mercado de telas

Alexandra al fin habia llegado al mercado y el cochero le ayudaba a bajar del carruaje, que aunque
no era como el de sus amos, se veia al menos servible, y mirando el sol que iluminaba el lugar le recordo mucho a su amo Fye
aun no sabia el por que pero ese astro siempre le recordaba a el, a lo que sonrio y el trabajador le pregunto como a que hora la
recogeria, y esta le dijo que en un lapso de 2 a 3 horas....el joven asintio y se fue, dejando asi a la chica sola, solo miraba a su alrededor
la gente que andaba de un lado a otro buscando cosas, viendo telas, regateando y demas, suspiro levemente y guardo su bolsa dentro de su ropa y emprendio su recorrido por el mercado de las telas.......

Era un extenso mercado y debia recorrerlo para encontrar las mejores telas que llevaria Gelum a la soberana de Egipto, su proxima esposa por lo que recordo que una vez, ella y su amiga Kaziel vieron un puesto en donde se vendian las mas caras y lindas telas, por lo que rapidamente se diriguio a ese puesto; no tardo mucho en divisarlo, y corrio directo a el, y la vendedora al ver a la dama, se percato que no era romana, por lo que debia traer mucho oro.

Alexandra al llega pregunto acerca de sus telas mas finas sin importar el costo y si era posible se llevaba todas, pues su amo Fye le habia dado una generosa cantidad de oro.....la vendedora no tardo nada y le mostro rapidamente todas las telas...eran muy bellas y realmente seria un buen regalo de bodas de Gelum, asi que se llevo todas y como aun le quedaba suficiente dinero se fue a otro puesto, ahora acompañada de dos trabajadores, quienes llevaban las telas.

El siguiente puesto, tenia telas exoticas, pero bellas, y sin pensarlo dos veces las compro, su rutina fue como por 10 puestos mas de tela hasta que el dinero se agoto y el tiempo tambien por lo que espero al cochero que la llevaria de vuelta a la villa con todas las cosas, y mientras llegaba platicaba de cosas triviales con con ayudantes que cargaban las telas.

Alexandra:uff....aun no termino...espero encontrarme a alguien que me ayude.....

la dama sonrio y cerro sus ojos levemente mientras caminaba....

Alexandra iba con tantas cosas que se venia solo la montaña de telas que llevaba pues de haber
idio a muchos puestos, los ayudantes le eran insufiecientes para cargar con todo y al caminar con tanto chocaba con la personas mientras pedia disculpas y seguia con su camino, sin embargo, cuando iba n su trayecto a otro puesto, sintio como alguien le tomaba el hombro y se asusto un poco, pero al reconocer que era su amigo Armand le dice ya un poco alivida de encontrar a alguien .

Alexandra:Pero que haces aqui armand???

reuerda que su tarea de el era la de buscar a una tal Flori, que era sirvienta de Samantha, hermana del senador Solomon, por lo que suelta una risita y se disculpa

Alexandra:oh cierto!! no recordaba que debias venir a buscar a flori verda ejjeje, y ps si Kaziel se quedo dormida, ya vez como es esa niña jejjeje pero no te preocupes, vengo con mas personas, de hecho aquellas personas que vienen detras de mi ( le señala con su cabeza) me ayudan con las demas telas ejjeje, es que como ya sabes, el amo Fye me encargo que viniera por las telas y aun no termino jejeje, creeme, me dio bastabte dinero como para comprar el mercado entero ajjaja

se rasca la cabeza mientras recuerda que mientras estaba en un puesto hablaron sobre flori, que habia ido
el otro dia con su ama samantha y le dice


Alexandra:oh !! por lo que me he enterado en los puestos, flori vino hace unos dias aqui, pero no saben mas de ella.... no se si te sirva la informacion jejejje

mis pasos y preguntas constantes en busca del señor Ioros me llevaron hasta el mercado de telas, aquel lugar donde solo se podía encontrar confecciones, desde las mas baratas, hasta las mas finas telas que la nobleza usa en sus trajes, caminaba mirando hacia todas partes, el viento soplaba y chocaba con mi rostro, el cabello se me movía al son de aquella brisa, las telas también se ondeaban y daban vista de un paisaje multicolor, era hermoso, todos los colores, todas las texturas, era un paisaje artificial pero un paisaje muy bonito al fin y al cabo, sin embargo, mi cara de seriedad no cambiaba, mis ojos meticulosos indagaban en todos lo rincones y también preguntaba a cualquiera que estuviese presente, de pronto en mi camino tropecé con un sirviente de la villa del señor Ioros, lo había visto a lo lejos en mi anterior visita, se me acerco.

Joven, me dijeron que usted estaba buscando al señor Ioros ¿es eso cierto?, si claro, bueno no le dije nada en la villa porque no se me es permitido decir a donde esta el señor Ioros, no es de mi incumbencia, sin embargo al saber que usted es de la misma villa que la joven Sophia y el joven Guellum que son cercanos a mi amo, pues le diré, el se marcho hacia su villa, en estos momentos debe estar en los caminos a las villas, si no es que ya se encuentra allí, luego de sus palabras se retiro sin esperar agradecimiento y entre tanta gente desapareció, de inmediato me dispuse a salir de allí, pero en mi camino encontré a Armand y a Alexandra, recordé las palabras de señor Fye, y les dije: Armand, Alexandra ya que me los encuentro deben saber que algo extraño le sucedió al joven Guellum y el amo Fye desea que encuentre y lleve al señor Ioros y a una dama llamada Atrid ante el, ya se donde se encuentran, el amo me dijo que si me los encontraba que me acompañasen ¿lo aran?, les dije con impaciencia, esperando pronta respuesta.

Alexandra le sonrio a su amigo,y mientras platicaban entre todo el bullicio que habia en el mercado,
como cualquier otro dia, mira Armand las tels y hace un comentario sobre ellas y de su labor que habia hecho al comprarlas,
le menciona acerca de su interminable busqueda de flori a lo que le responde con su tipica sonrisa

Alexandra:Claro! de hecho solo me faltan dos puestos y termino, tal vez ahi preguntemos de flori y
matamos a dos pajaros del mismo tiro jeje...ademas seria excelente que me ayudaras jejjee

caminaron por el mercado hasta llegar donde el cochero, dejando todas las telas, y asi emprender la busqueda,
pero cual fue la sorpresa de Alexandra, quien se encontraba de espaldas, escucha la voz de Paolo y da un gran salto, y al voltearse mira al chico, y con su mano en el corazon le dice

Alexandra:Hay Paolo, me asustaste!!!

sin embargo al terminar de escuchar a paolo, bajo la cabeza, pues odiaba que sucedieran esas cosa; pensaba
en como se pondria su amo Fye y eso le agustiaba, pues estaria muy preocupado, pues a pesar de su aspeto serio, era un
hombre que se preocupaba por su familia.... estaba tan esimismada con ella que la voz de armand la caso de sus pensamientos
y antes de que el hablara, alzo la vista y con mirada seria, decidida le dice


Alexandra:Entonces... que hacemos aqui???...vayamos ya!!!

en eso ve como armand se monta en un caballo y a pesar de ser una dama le dijo al cochero que llevara
las telas y tomo un caballo, esperando a paolo y asi emprender el camino, rumbo a la búsqueda de astrid e ioros

La brisa de los mercados era sube, el aroma a las telas nuevas se podía sentir en todo el rededor, me encontraba de pie mirando fijamente a Armand y a Alexandra, sin embargo, no paso ni un minuto desde mis palabras finales, cuando la respuesta de Armand y Alexandra era la esperada, aceptaron de inmediato acompañarme en mi búsqueda, Armand tomo los caballos del coche y se monto en uno, luego Alexandra hizo lo mismo, yo mire al cochero y le dije: mi caballo esta en las caballerizas a la entrada de los mercado, ve por el y lo llevas junto con las telas a la villa, pero rápido, luego de aquello voltee a mirar a mis compañeros y asentí con la cabeza y luego me pronuncie, bueno vallamos, el señor Ioros debe estar por lo caminos a las villas, así que en marcha, luego de aquellas palabras di unos golpes con mis pies a caballo y este a toda marcha salió hacia los caminos que dirigían a las villa, debemos darnos prisa, es urgente, ya he perdido mucho tiempo, me decía en la mente mientras con mis manos halaba y soltaba las riendas de aquel corcel para que apresurase su paso y poder encontrar al Señor Ioros antes de que llegase a la villa y luego ir por aquella dama, no podía fallar, a una gran velocidad salí del mercado de telas y luego a ese mismo galope salí de aquellos mercados por completo y detrás mío esperando ver a Armand y a Alexandra, y a nuestro paso solo una estera de polvo algo claro se dejaba, la gente se apartaba de nuestro camino y la prisa se notaba en el cabalgar.

Alexandra miro como Paolo se dirigia al cochero y emprendian el viaje en busqueda de la tal Astrid y del
señor Ioros, citando que el señor Ioros deberia encontrarse en el camino a las villas, por lo que asenti y esperaban Armand
y ella al chico para ir a la busqueda de las personas, pues por la mirada y actitud de Paolo se notaba que estaba sumamente
preocupado por lo que pasaba, y quien no iba a estar asi, pues era un asunto de suma importancia...algo que le preocupaba
mucho a todos, y mas a sus amo Fye y Sophia.....
Tan solo miro las riendas, las apreto un poco y dijo en un susuroo, para que nadie la escuchase, mientras agachaba la mirada

Alexandra: Espero que este bien el amo fye

luego, se percato de que paolo emprendia su camino, pero armand se esperaba....
ella mi miro un poco intrigada, pero despues le preguntaria...ahora lo importante era cabalgar rapido y a su paso solo una
estera de polvo algo claro se dejaba, la gente se apartaba de nuestro camino y la prisa se notaba en el cabalgar, saliendo a
toda velocidad del mercado de telas y mas rapido del mercado....solo tenian un objetivo, encontrar a Astrid e Ioros

Seguía jugueteando con el pan que había conseguido un par de calles más atrás, teniendo cuidado de que no se le cayera de las manos. Tenía la fama de dejar caer cualquier cosa que depositara en ellas, era algo torpe con los dedos. Mientras caminaba poniéndole más atención al pedazo de pan que hacia dónde se estaba dirigiendo, el chico se encontró con una hermosa tela que lo golpeó en el rostro. Se hallaba atravesada en una cuerda, en exhibición para todo el que visitara el mercado. –Vaya, es preciosa.- Musitó y luego le dio una mordida a su pan de extraño sabor. -¡Aléjate de esas telas si no piensas comprar!-Le gritó una mujer por la espalda, probablemente la propietaria del puesto de telas. El joven se volteó para poder observarla: era una mujer de unos cuarenta años de edad, de pelo negro, canoso y envuelto en un pañuelo rojo, con unas enormes arracadas en las orejas. Su tono de voz parecía molesto, pero se calmó cuando vio con más detenimiento a Ganymede. Se veía tan adorable comiendo su pan, por lo que más que ponerse a regañarlo por casi ensuciar sus telas con migajas provocaba apretarle las mejillas.

El joven se limitó a observarla curioso mientras daba mordidas a su pan. El contorno de su boca estaba lleno de pequeñas migajas. Se quedó pensando en que quizá estaba siendo grosero con la mujer y por eso lo estaba mirando de forma despectiva. Como señal de buena fe, Ganymede le dio la mitad de su pan. -¿Quiere un poco? No está muy bueno, pero se siente bien cuando lo muerdes.-

-No gracias, sólo me quería disculpar por haberte gritado hace unos momentos.- Espetó la mujer, revolviendo los cabellos del joven. El muchacho estaba a punto de decirle adiós y dar media vuelta cuando la dueña de la hermosa tela lo sujetó de la bolsa que llevaba alrededor del brazo y que estaba por caérsele. Era una mochila que Ganymede llevaba desde hacía varios meses: estaba en mal estado y daba señales de que no soportaría mucho. Sin quererlo, dado a la avejentada que estaba la bolsa, el estirón provocó que se rompiera, dejando caer los objetos que Ganymede portaba. Antes de que las personas pisotearan sus cosas, el chico se arrodilló para recogerlo todo. No parecía estar enfadado. La mujer le ayudó a levantar lo caído.-Lo lamento, lo único que quería hacer era colocarte bien la bolsa en el brazo. Se te iba a caer.- Dijo. Ganymede sonrió.- Descuide, los accidentes pasan.- Espetó tranquilo.

En sus brazos llevaba las cosillas que cargaba en la bolsa. La mujer no pudo evitar sentirse culpable por eso y regresó a su puesto. De entre las telas extrajo una mochila de colores.- Toma. Puedas llevártela como pago por la otra.- Le ofreció la mujer mostrando una sonrisa en su arrugado rostro. –Pero… No podría aceptarla, se ve costosa, hasta para ser un regalo.- Dijo, pero la mujer negó con la cabeza y comenzó a meter las cosas del rubio dentro de la bolsa. –Consérvala.- La pelinegra se fue tras meter el último objeto en la mochila. Claro, desapareciendo no tendría que seguir soportando al rubio y sus objeciones, y finalmente se llevaría el obsequio. –Gracias.- Musitó mientras acomodaba la mochila en su espalda y se iba de ahí, terminando de devorar el pan.

2do Post 1er AM Especialización

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Volviendo a alzar el vuelo y atravesando los límites del espacio y el tiempo para abandonar el territorio atemporal que era el Olimpo, el Berserker conocido como Hellgorak había descendido nuevamente a la tierra para posarse sobre un edificio de la capital humana conocida como Roma, desplegando sus alas sin siquiera molestarse en ocultar su presencia y por tanto alertando a los seres que se paseaban por las calles que se encontraban a sus pies…era algo que no tenía ni la más mínima importancia, después de todo ya el momento de pasar desapercibidos había quedado atrás y por los instantes, el castaño tan solo iba a iniciar su tarea de marcar a fuego el nombre del señor de la guerra en la mente de todos esos humanos, una tarea no tan sencilla como la de descender y causar destrucción y por lo mismo era que el único capaz para ellos, era el Invencible.

Torciendo un tanto el cuello y dejando que un pequeño crujido se pudiera escuchar, Steven abrió los ojos y resopló con lentitud, dejando que su aliento escapara poco a poco de sus labios. Extendiendo sus alas en toda su inmensidad y dando un potentísimo aleteo, Hellgorak hizo que una ráfaga de viento soplara por varias calles derrumbando puestos de mercaderes, haciendo que la gente se tropezara y que el suelo se cuarteara…aunque por supuesto, no era su intención destruir, sino tan solo alertar sobre su presencia y al mismo tiempo, ejecutar su plan. Pasados unos cuantos segundos en los cuales los atropellados empezaron a levantarse y buscar la fuente del ataque, el castaño levantó su mano derecha en dirección al cielo para así extender sus dedos en pleno y de esa forma cortar el aire mientras que su cosmos se manifestaba en forma de una onda que produjo un ligero chasquido, recorriendo de inmediato la zona afectada y quedándose marcada en los cráneos de todos los humanos. No era algo demasiado significativo, pero los resultados se verían pronto…después de todo aquello no era nada más ni nada menos que la primera fase del plan para cumplir la voluntad del señor de la guerra violenta, aquel que era conocido como Ares. En medio de un remolino de plumas metalizadas, Hellgorak se desvaneció para ir a otro extremo de la capital del Imperio y seguir con aquel plan que representaba la voluntad de su señor.