Árbol de manzano[Villa Crisadia]

Samantha lentamente se alejaba de aquel medio áspero, por tanta turbia y bullicio los cuales no eran de su agrado, sus pasos fueron tendidos y suaves entre el sendero de rosas que envolvía u caminata, el viento lentamente se arremolinaba por debajo de sus prendas blancas, alzando la diestra con temple se quitaba el velo de novia el cual le soltaba mirando como tomaba vida con el acaricia de la brisa del ocaso, y cerrando sus ojos se dejaba guiar con el aroma de tan dichosa naturaleza derrochante, llegando así a un solitario árbol de manzanos demasiado frondoso para su tamaño y mientras aquella suspiraba lentamente se recargaba en él, dejando salir en silencio un llanto, mientras miraba el crepúsculo de la tarde, dejando escapar su agonía mental…

Y mientras aguantaba las ganas de desgarrar la corteza de aquel inocente árbol, aquella golpeaba ambas manos mientras se mordía los labios, para así no permitirse gritar… pues aunque su gran anhelo era aquella unión con el hombre que amaba… no evitaba el presentir de que aquella felicidad lentamente se desquebrajaría frente a ambos, quedando solamente odio y caos…

Deslizándose lentamente entre el tronco de aquel manzano joven, caía sentada con la cabeza cubierta entre sus brazos, mientras el sollozar por fin se hacía sonoro entre su garganta y así por fin permitirse el cuestionar entre la nada de aquella soledad:

-¿Que me está pasando? ¿Porque actuó de esta manera?… en estos momentos debería de estar celebrando con una sonrisa sin igual a lado de mi marido… pero no… tan solo estoy sola llorando con amargura de un futuro inesperado… Samantha ¡de que tienes miedo?

Limpiando sus lágrimas miraba el ocaso ya algo serena mientras su mirada reflejaba una tota dolencia… ¿Pero de qué? … duda que quedaba bailando entre aquel sendero de su vida.

Suspiros que se extendían entre la llanura de tan hermoso lugar, lagrimas que eran arracadas con el simple hecho del soplar del aire, por fin el dolor albergado en el corazón de Samantha se calmaban, pues la puesta del sol se dibujaba frente a ella, y con ello mágicas combinaciones de colores entre las residuales nubecillas, inhalando los néctares del derredor aquella dejaba en paz tal iracundos pensamientos, que en aquel día donde su amor se consumió en matrimonio venían sobrando.

Y de la nada una sombra se esbozó a lado de aquella dama, esta simplemente giraba el rostro para así poder percatarse de quien se trataba a lo cual aquella cara la reconoció inmediatamente, y cuando Samantha se disponía a darle una cordial bienvenida fue cortada de sus intenciones por aquel susurrar, palabras que no venía la caso pero que culminaba en una linda sonrisa para después decir un vero a su agonía de corazón y mientras ponía su mano y frente en tal hermoso tronque de aquel manzano una vez más se expresaba aquella mujer que para Samantha era su querida Prima Lydia…

Parándose y sacudiendo su blanquecino vestido, Samantha le abrazaba por la espalda y simplemente le susurraba:

- No sabes cómo me alegra tu presencia aquí mi querida prima… pero lo que me destroza es el cómo te expresas… ¿acaso un amor no correspondido es el que te aprisiona y opaques tu hermosa sonrisa?… mi duda aquí es simplemente ¿el cómo sabias que estaría aquí? Pies me he casado en secreto…… Lydia no sabes cómo extrañe estar frente a tu presencia, y aunque suene extraño mi dolor ahora no importa… simplemente fue miedo tras la boda… aunque no me creas prima me he casado sin permiso de mis hermanos, espero y no me juzgues (suspirando y tragando saliva) pero por el momento lo único que me interesa saber es ¿qué mal es el que te atrofia?

Soltándola y tomando los hombros delgados de Lydia… Samantha sonreía aun con dolor reflejado, esperando la respuesta de aquel cuero que inesperablemente se aparecía por aquellos lares de verde olivo.

Rostros que se cubrían entre las sombras que reflejaba un dolor indescriptible, palabras que felicitaba una acción alocada de casamiento, leve refutación por la felicidad de una y de otra no, a lo que Samantha agachaba la cabeza como si fuese una niña pequeña arrepentida de su travesura nocturna, tan solo le quedaba morderse los labios y escuchar aquella pena que latía entre un leve llanto. Y de la nada tras una cuestión inocente por parte de Samantha, Lydia rompía en un llanto anegado a la amargura de su corazón, causando que dicha mujer se sintiera mal por tal impertinencia de su parte.

Aquella respuesta frustro a la que apenas se había casado, bajando aún más la mirada por el dolor ajeno de su prima, tal expresión, tales comparaciones un poco exageradas, pero comunes cuando una mujer en verdad ama, causaron el leve indagar de Samantha llegando a una conclusión del saber quién era pero no diría nada para si no ofendes ala dama, Lydia se aferraba con fuerza en su prima aun queriendo desechar a los cuatro viento su destroce de corazón y alma, Samantha levemente soltaba lagrimas mientras escuchaba todas aquella maravillosas pero angustiantes metáforas por parte de la princesa romana.

El silencio de Samantha se opacaba por las palabras sollozantes de su frustrada y emotiva prima, para tan solo de la nada separar sus cuerpos los cuales ya estaba envueltos en una leve calidez, sujetando sus hombros y mirándole con fijación, Lydia cuestionaba, haciendo que la cayada dama recordara levemente su infancia y aquellos momento en los que compartía consejos, cerrando sus ojos tan solo titubaba estaba demasiado impactada por la pena de su familiar que sus cuerdas vocales le traicionaran al instante.

Desesperaciones que generaba el deshacer de un hermoso peinado en un cuerpo casi perfecto y el sorprender de otro en mutismo. Cambiando sus facetas de dolencia a unas de seriedad firmen Lidia hablaba una vez más pero ahora con un todo de amenaza fatal, toda un derroche de cocteles sentimentales bajo un manzanito, que para Samantha le caía de sopetón, generando también su descontrol, pero lo único que hacía era no hablar y ser la perfecta oyente para su prima… pues era su momento de dolencias pasionales.

Y por fin aquella levemente se tranquilizaba quitando por fin la mirada de su prima, la cual quedaba impactada pues tantas palabras habían revelado en secreto, quien era su amor platónico sin siquiera mencionarlo, por lo que Samantha culminaba demasiado destrozada, pues en parte aquella tenia culpa del dolor de su prima, a ser ella la que le había encaminado el embriagador amor indescriptible por parte de su hermano Solomon hacia Diva.

Suspirando, miradas fijamente proyectadas exclusivamente para Lydia, mientras se entreabría un boca y unas lágrimas se escurrían, temblor en un mentón, para tan solo decir:

-Perdóname Lydia… en verada yo no sabía que mi Hermano era el causante de tu sonrisa y de tus llantos, perdón prima mía, pues yo tengo la culpa en toda esta novela de dramatismo… pero en verdad te lo juro por los mismos dioses que yo no lo sabía (soltando un desgarrador llanto de por medio) espero y alguna vez me perdones… pues yo presente a Solomon ante Diva y le di ánimos para el engrandecer de sus sentimientos(ladeando el rostro mientras apretaba su manos) te juro que si hubiera sabido que tú estabas enamorada el , yo hubiera sido la primera en ayudarte para ser correspondida en tan hermoso placer, pero no lo sabía… en verdad lo siento… no lo sabía…

Querido abrazarla pero ahora se sentía una desgraciada por el mal hecho, tan solo lloraba en silencio mientras daba la media vuelta y fijaba su mirada al cielo estrellado de aquella noche amarga, inhalando costosamente una vez más se expresaba:

-Lydia prima mía, lo que te hice es algo imperdonable, si fuera yo me costaría hacer tan hermosa acción, pero te conozco y en ti el odio nunca lo embargas, pues eres demasiado apasionada, una cosa te digo mujer, que yo estoy dispuesta a pagar mi falta, con lo que tú me pidas así que lo que sea solo dilo, y si quieres ofenderlo lo tengo bien merecido, si me quieres dar un cachetada y así soltar tu rabia, adelante yo no me cubriré las mejillas ni are aun lado mi rostro… si quieres odiarme toda la vida adelante me lo tengo bien merecido… pero tan solo recuerda que yo te amo mi querida prima y no lo hice por quererte hacerte mal… lo juro.

Bajando el rostro tan solo esperaba llorando la respuesta de aquella mujer, mientras la risa sollozaba a la par.

Las palabras subían por fin de ánimo en aquella hermosa mujer al igual que su estado emocional, generando que Samantha también cediera a preceder en su cara una tierna sonrisa, las palabras de su prima eran de una decisión tan imponente como un dios, que a aquella solo bastaba felicitarlo por su veredicto final, con tan solo un abrazo fuerte de parte de la ya casada mujer daba y así mismo unas ultima palabras:

-Prima tu decisión es impresionante y de admirad… no importa lo que al final tu decidas yo siempre e voy a apoyare… tu eres una persona que adoro y amo demasiado… pues no importa que seas tan solo de la familia pues al diablo lo consanguíneo… pues además de ese título de primas que nos une… créeme cuando te digo que tú eres una gran amiga y tal vez la única que tengo y tendré… así que lo que tu decidas yo te seguiré… ahora bien a beber de se ha dicho que nuestras gargantas esta resecas por flaquear un rato…

Soltándola y tomándola de su tierna mano derecha, Samantha dejaba aquel manzano y el tormento de los minutos pasados que se vivió a lado con Lydia… pero todo su rostro cambio cuando sus ojos chocaron con un cuerpo cuyo rostro era difícil de olvidar… el mero rostro de su culpabilidad se reflejaba en la faz seria de aquel visitante inesperado pues Richard su amado hermano yacía platicando con su marido… tragando saliva y dando un paso hacia atrás… tan solo aprieta la mano de Lydia y dice:

-Por todos los dioses mi hermano está aquí… si Richard esta aquí en la villa en la fiesta… maldita sea eso significa que también Solomo…no que voy hacer Lydia yo ya no puedo vivir sin aquellos labios que se carga Alucard… sus palabras sus carisias… no por los dioses que voy hace si Solomon me forma un juicio público…Lydia..

Formando es su rostro una total melancólica combinada con el extracto perfecto del miedo… mientras con fuerza se aferraba aquella cálida mano de su prima…

Palabras extrañas picaras y maliciosas miradas de parte de Lydia, Samantha lentamente regresaba en si no podía demostrar tales debilidades frente al público el cual conocía la frialdad y fortaleza de aquella mujer y mucho menos ante Lydia pues todo lo que había dicho se iría fácilmente como hojas secas en la brisa fría de otoño.

Pero todo ese miedo cambio tras escuchar la palabras de su prima, el soborno y la mentiras cosas mundanas en aquellas tierras pero que servían para tener un momento pequeño de mera felicidad fabricada, suspirando y relamiendo su labios Samantha movía su cabeza negativamente con una sonrisa irónica para tan solo decir:

-Tengo demasiada información para chantajear a mis hermanos, pero tampoco no lo veo muy correcto somos familias, pero si ellos no aprueban mi unión con Alucard y no me dejan ser feliz una vez en m i vida… Lydia te juro que no seré una mojigata y me quedare cayada, hablara y lo que diga ara que aquellos acedan si necesidad de refutar… me sorprende que tu tan hermosos rostro tengas eso medios y am que me los des como consejo… como siempre magnifica mujer la princesa de Roma… perfecto.

Y aquella se carcajeo mientras acomodaba su vestido de bodas, levemente peinaba su cabellos cortos con el entrelazar de su dedos, y Samantha sin más ni menos aceleraba el paso para así poder tomar la mano de Lydia y continuar su andancia al recibimiento de su hermano Richard, ya nada le importaba… todo lo había dejado atrás tras aquel eso oscuro y húmedo en medio de una habitación… aún estaba impresionada el como un encuentro de la nada había unido y hecho nacer tan hermoso sentimiento en su corazón, haciendo olvidar los sentimientos hacia su mellizo, sujetando con gran fuerza la diestra de Lydia ambas con decisión reflejada en su ojos se acercaba hacia donde los cuerpo protagonistas de sus sufrimientos yacían esperando.

-Hoy es un día nuevo en el cual el pasado amargo se pierde entre esta risa nocturna Lydia, yo dejo aras mi miedo por oponerme a mi familia y tu un amor mal correspondido… hoy podemos decir con jactancia que hemos crecido un poco más… hoy somos libres por un segundo querida…