Habitación Principal [Villa Crisadia]

Samantha aumentaba el paso, cuando estos apenas se habían adentrado entre las paredes de aquella villa, no tardo en percatarse que el ruido de la fiesta se había tornado en un mutismo ameno para el alma alterado de dicha mujer; rápidamente subían aquellos amantes y ahora esposos entre las escaleras del primer piso que daban al lado este del segundo; el vestido corto de Samantha danzaba con su trotar exagerado y adentrándose entre la oscuridad de los pasillos desolados, esta se detuvo y giró su cuerpo para así besar entre la bruma nocturna a su amado Alucard, sus manos se conducía entre su tosca espalda, mientras percataba que aquel respondía de la misma manera, y en cada separar de labios, un ligero suspiro salía por parte de Samantha, los segundos se tornaba horas para aquella mente desesperada…

Bajando nuevamente su mirada y sin decir nada, Samantha se conducía entre la área habitacional de aquella villa, hasta llegar al quinto cuarto de aquel pasillo, el cual, abierto perduraba hasta que con agilidad los dos se adentraban, cerrando con el pie izquierdo dicho aposento, solamente un suspiro se dejo conducir entre el mutismo de aquellas cuatro paredes…recargando su estresado cuerpo en la puerta, Samantha fijaba su vista seductora en la de Alucard para tan solo decir:

-Te amo… y deseo pasar mis últimos momentos en intimidad contigo… bésame por favor y di que me perdonas por haberte hecho caer en esta maldición, donde tu vida peligra por capricho mío… fui yo la que te incite a que calleras a en un frenesí en aquella noche loca y desmesurada… y por mi deseo he causado un tormento en ti… no quiero que me separen de vuestro lado… no quiero Alucard… por favor…di aquella palabra con la que me causas tan existente escalofrió… di aquella palabra antes de que muera de suplicio… dime esa palabra que me embriaga de pasión… por favor.

Y acallando Samantha bajaba la mirada esperando aquella reacción de su marido Alucard, pues bien sabia que era posible que no amanecerían desnudos y abrazados para decirse un simple te amo… pues el egoísmo era el peor atributo de Solomon… lentamente su cuerpo se envolvía en un escalofrió tras pensar en el tormento que vidria en venidero tiempo… pero todo eso derrumbo cuando Samantha alzaba su mirada y la reposaba en la de su amado esposo, la cual, siempre le inyectaba una paz indescriptible, sonriendo en silencio esperó la respuesta de Alucard…

Y aquellos brazos fuertes le jalaron, quedando el rostro de Samantha reposado en el firme pecho de su amado Alucard, esta cerró sus ojos y simplemente le abraso con demasiada fuerza, escuchando con lagrimas entre sus parpados toda palabra que aquel pronunciaba, aun los recuerdo de como su hermano molestó, le refutaba con ira y desdén, divagaban entre los aturdidos pensamiento de aquella mujer; apretando la carne de aquella tosca espalda, pues su deseo era el gritar y deshacerse de aquella pena mundana, era un hecho que Samantha no perdonaría la actitud hipócrita de Richard, era seguro que aquel se las pagaría.

Sus lagrima se derrochaban como caudales inundados, buscando un sedero por donde transitar cómodamente, sus gemidos era de dolor, pues no sabía cómo contestar a las palabras de Alucard, estaba demasiada molesta, como para responder de la misma manera, su frustraciones le embragaba cayendo en un abismo de impotencia al no poder descaradamente no hacer nada.

Siendo rescatada de aquella oscuridad, donde la ira y el odio danzaban en su máximo apogeo, por el abrazo imprescindible de Alucard, con fuerza le surcaba apretando sus cuerpos a que rosasen una vez más, siendo acomodada en la esquina de la matrimonial cama; manos danzarinas que tocaban la sensible piel de dicha mujer, enrojecimiento por parte de amos, por tan solo imaginar que era lo que pasaría a final de aquel tacto.

Y cada beso desbordaba un salvaje deseó, aquella unión de labios no era la de siempre, con el efímero encanto de por medio, tan feroces e iracundos, llenos de lujuria y placer, Alucard hablaba una vez más a lo que tomando el mentón de su amado y deteniendo aquel tacto, Samantha le miraba con tristeza y decía:

-No sé que es lo que ahora quiero, Lydia nos dio aquellas hermosas joyas para que huyéramos, Richard me ofendió en frente de tus sirvientes y Solomon (suspirando) Solomon…la verdad no se qué pasa con aquel hombre, quiere fingir ante la maldita sociedad romana y sin embargo comete adulterio con la esposa de su tío ( separándose de Alucard y sentándose en la esquina mientras dirigía su mirada a otro punto de la estancia, recogiendo su piernas y dejado desnudos su muslos ante la vista de esposo, no era ya de su agrado esta amargando aquel momento, pero el suplicio de imaginar lo venidero le ahogaba)… No olvido esas palabras Alucard, sé que me amas, lo tengo más que presente… (soltando una cuantas lagrimas) yo también te amo Alucard, eso que ni que ( gateando entre la orilla de dicha cama, llegando hasta donde aquel reposaba, abrazando con fuerza suspiraba y simplemente se recargaba)… ¿Y ahora que hacemos amor?…

Toda una sensación de lujuria se desbordaba en aquel cuerpo delgado de la dama, culminando en una humedad excitante, la cual, hacia nacer deseos descomunales llenos de perfección en Samantha, cerrando sus ojos solamente se dejaba guiar por las acciones de su marido, al cual, amaba demasiado, pero todo eso culmino, cuando al morder su grueso labio superior, le hizo caer en una ilusión entre las grietas d su ente, la oscuridad ahí era atrofianté, sonidos desgarradores de almas en pena le ensordecían, mientras que aquella corría con miedo y desesperación, hasta por fin ver una ligera luz rojiza al final de aquel pasillo imaginario, notando cuando apenas y salía, siete figurillas postradas aclamándole y jurándole protección eterna… pues era su Diosa.

Samantha inmediatamente grito haciendo empujar a su amado legos de
ella, mirándole con miedo, queriendo estallar en un llanto amargo y profundo, percatándose que Alucard le miraba de la misma manera, Samantha se levantaba rápidamente de la cama, alegándose mientras movía la cabeza de un lado al otro, llegando a una esquina tropezando y cayendo sentada, llevándose las manos al rostro simplemente decía:

-No…no… ¿que me esta pasando?…(mirando a Alucard)… lo siento amor… no puedo seguir con esto… tengo que ir a la villa… a mi antigua casa… tengo que buscarle y encontrarle, espera aquí… y si te has molestado lo siento pero y se lo que hago… espérame aquí por favor… no olvides que te amo.

Levantándose con nostalgia y lagrimas en sus ojos, aquella no miro mas a su marido, tenia un mal presentimiento de todo lo que estaba viviendo, sabia muy bien que con lo que había hecho, había generado una ofensa al hombre con el que ya estaba casada, pero, rogaba a los dioses que le perdonara algún día. Llegando a la puerta esta ladeo su rostro y dijo:

-Si te ofendo con esto lo siento, pero debo de hacerlo, par que podamos ser frices, perdóname Alucard, perdóname algún vez… no olvides que te ame, te amo y te amare, solo si tu dices ya no yo desprenderé tal sentimiento… espera amor, que con lo que hago podemos ser felices una vez en nuestra vida.

Y soltando una lágrima Samantha se alejo de aquella estancia, donde una pación se había cortado por un mal sueño y un presentir incomodo.

Ya en frente de la habitación Samantha yacía agitada, con una sonrisa de esperanza de lado a lado, sus labioso los humecto al relamerlos con desesperación, y soltando unas cuantas lagrimas, esta con timidez toco dos veces la puerta de tal cuarto cerrado, pero que tan solo unos cuantos pájaros a lo lejos cantaban y sus ecos tras el golpe los espantaran, la vos de su amado nunca se presento resonante, por lo que con algo de miedo esta abrió la habitación y ahí estaba una soledad dolorosa la que le resabia, mas algunos cuantos rayos de sol para segarle, esta ladeaba el rostro y así se adentraba, mientras su cuerpo adquiría un temblor constante, y sentándose en la oriya de aquella cama Samantha se llevaba las manos para tapar sus ojos y así poder llorar amargamente entre la comodidad de aquella estancia, los minutos pasaron y esta aumentaba los gemidos de desesperación al imaginar lo mas atroz que pudo haber envuelto la villa de s marido.

Mas sin embargo su garganta se canso, sus ojos se desnutrieron con la falta de la sales de las lágrimas de un cuerpo, haciendo que esta culminara su gemir doloroso, para que así fijara la mirada en un espejo y digiera:

-¿Por qué?… Alucard amado mío, acaso te fuiste y me degastes a la intermedie del dolor, o simplemente Solomon vino y te mato, si fue así como pude ser tan estúpida para dejarte solo aquí, lo mejor desde un principio era huir, ¿Por qué? Alucard perdóname por favor. Haaaaaa

Y golpeando los costados del colchón, esta elevo su cosmos atrozmente ocasionando que una iluminación se destara para así poder salir entre la ventana, dejando una nube de ceniza tras el quemar de algunas prendas, generando que dicho cuatro solitario se hundiera entre un tumulto de sentimientos, reflejándose en el partir de sus alrededores, aquella caía inconsciente acostada en la habitación, mientras la tonalidad de sus lagrimas cambiaron por unas tuerquecitas, por el arrepentir de sus acciones.

El sueño de aquella mujer, donde la discordia y el caos se habían reencarnado para así generar el mayor desastre en aquel mundo terrenal, divagaba entre sus pensamientos en un sendero de lúgubre porte, el aire hay era pesado y algo frio, las alimañas rondaban como si tuviesen la mera intención de cercenar al errante de aquel portal de ensueño. Más sin embargo Samantha parecía que caminaba en trace pues su ojos cerrados yacían y sus brazos eran mecidos por el tumultuoso movimiento de andancia, sus pies tenían un ligero rubor, dando una clara y exacta idea de que dicha mujer danzaba sin descanso aparente.

Lentamente aquella estampa de fructuoso pecado a pagar, se disipaba pues un fogonazo de luz ceñía por completo tal elución, generando que Samantha se despertara toda espantada, algo agitada, desubicada y sedienta, mas sin embargo en la cama sentada se quedo, aun llorando su pena por no encontrar a su amado en la habitación, su cosmos se engrandecía, generando el temblar de dicho lugar, haciendo un escándalo pues parecía que cientos de almas se lamentaban la pena de su ama, cero sus ojos con dolencia para que lentamente dicho manipule de energías oscuras se culminara.

Abriendo los ojos abruptamente dejaba correr una enorme oleada de viento la cual escapaba por todos los huecos, con un llamado insonoro para los fantasma de Eris, puesto ya era momento de que se reunieran y una vez mas comenzar con la guerra, pues aquella mujer deseosa estaba por tal cometido que solo sus pensamientos sabían, ¿Una venganza p simplemente deseos de poder? No se sabia pues dicha mujer fingía a la perfección su papel de incierto, pero era claro que algo arruinaría en aquel mundo terrenal.

Y su cuerpo agitado por la presión generante por un sin fin de imágenes, que atrofiaban su razón llegaba a su fin, cuando la puerta de dicha habitación abandonada se abría. Los ojos de Samantha se abrieron como si fuesen lirios explayándose en medio de la primavera; su seriedad se convertía en una desquiciante felicidad, pues pensaba que su amado había regresado, mas su sorpresas fue otra… pues simplemente se trataba de aquella lúcida rubia, la cual Samantha le quería demasiado, pues aunque fuera una ladrona era mas leal que los romanos de aquella época asquerosa.

Samantha ladeo su rostro y cambio aquella efímera felicidad mal correspondida por una de dolor, pues aunque le quería, en aquello momentos le dolía ver su rostro, pues según para ella, Sheznarda y Flori le habían traicionado cruelmente, por no estar a su lado en el momento mas importante de su vida: su casamiento; y peor al no estar a su lado, cuando esa romana hablo con su hermano Solomon para defender su credibilidad.

Simplemente cerro sus puños con fuerza, signo de una total ira que embargaba en su corazón, no quería ni verla en esos momentos, no deseaba generar algo atroz de lo cual después se arrepentiría un sin fin de veces, por lo que poniéndose recta Samantha se disponía a correrla de la habitación, cuando la ladrona de largos cabellos rubios se hinco ante ella, la mirada de Sheznarda reflejaba admiración, goce y jubilo al ver la silueta de Samantha. Sus palabras fueron cortas pero impactantes, generando que Samantha se quedara atónica y no pudiera ni hablar.

Los segundos pasaron envueltos en mutismos, el poco aire que aun divagaba en derredor de su cuerpo se cortó místicamente, su cosmos una vez más salía febril para mantenerla cálida, trago saliva y por fin hablo:

-¿Fantasma del Hambre?… Mi niña, como… ¿como decirlo? En estos momentos Sheznarda no me importa tus alabanzas hacia mi… en estos momentos(cerrando sus ojos soltando unas cuantas lagrimas)… ¿Cómo pudieron tu y Flori? ¿Cómo pudieron abandonarme? ¿Por que presiento que tú todo este maldito tiempo te la pasaste a lado de un hombre? Tienes derecho de ser feliz, seria una gloria para mi… pero en esos momentos cuando mas las necesitaba simplemente me dieron la espalda ¿Por qué lo siento así? Tu fragancia no es la misma, esta revuelta (apretando los dientes con gran exagere, pues aguantaba las ganas de gritarle con gran ira) ¿Por qué Sheznarda? A vosotras dos las necesitaba para no derrumbarme y mostrar una debilidad ante mi hermano y no estuvieron, nunca estuvieron, ¿Por qué? Yo gritaba con mi espíritu una ayuda de parte de ti o de Flori y… ¡NINGUNA DE LAS DOS ESTUVIERON! ( Alterándose y por fin gritando, aumentando su cosmos, el cual generaba una enorme ventisca que azotaba coléricamente toda la habitación, pues su alma se partía de dolor) ¿Cómo no sentirme abatida si mi mejor amiga me traiciono?… ¿Cómo?

Aquella dejaba de llorar pues ya no era necesario replicar y demostrar lo herido que estaba su corazón, pues ya habría tiempo para que aquella rubia pagara si falta hacia su señora. Samantha comenzó a caminar lentamente, mientras en sus pies una escasa bruma color índigo cubría paulatinamente sus pies.

A cada paso que daba aquella reencarnación generaba el partir del mármol, mientras que dicha nube dejaba un rastro de acciono. Llegando a estar por fin frente a Sheznarda, dicha mujer dolida poso su mano derecha en la nuca de la rubia, para así con sus cosmos manipular a la perfección los sentidos de dicho fantasmas, el cual presentaba sus honores; los ojos de Samantha comenzaron a perderse entre un manto blanco y mientras su mano comenzaba a temblar haciendo que Sheznarda se levantara por su voluntad, esta se puso recta frente a la diosa, la cual le superaba de estatura, dicha deidad le sujetaba con la surda el mentón y con la derecha le surcaba por detrás de su espalda, para así con un ligero movimiento de contracción poderle jalar hacia su cuerpo, viéndola déspotamente mientras surcaba un sonrisa la nueva Samantha se presentaba:

-Hambre, hambre, hambre (relamiendo sus labios)… No te preocupes, la vieja Samantha esta un poco nostálgica por lo que esta pasando… yo soy Eris me presento ante vos, agradezco vuestras palabras me has alagado y tentado el corazón… Hambre, hambre, hambre ¿pero de que tenéis hambre? ¿De poder, avaricia o lujuria? (la ultima palabra de su cuestión le decía con un tono sensual)… Hambre, hambre…Hambre (relamiendo nuevamente sus labios con lentitud) veo que vos serás muy útil, seme fiel a mi y solo a mi y te prometo todo lo que desees, separándola con un leve empujón y tomando con fuerza sus hombros y fijando su mirada a su lacaya)… te juro que tu y tu amado Jabranth ¿cierto? Tus labios están extasiadas por su saliva, no olvides que soy diosa y puedo saber muchas cosas (sonriendo macabramente)… pero bueno regresando al tema, te doy protección a tus intereses y tu me darás lo que quiero… y lo que quiero es tu lealtad y tu cuerpo… si tu cuerpo no en el sentido carnal, no soy tan retorcida como aparento… tu cuerpo es por asuntos de guerra…

Jalándola de nuevo hacia ella y abrazándola con gran fuerza, Eris se acercaba lentamente hacia su oído diestro , lentamente olfateaba el aroma de su fantasma, para así carcajeare levemente y lanzar un poco d aliento cálido entre su cuello, cerrando sus ojos esta una vez mas hablaba:

-La guerra comenzará no muy tardando, necesitamos reunir a los fantasmas como es el de Rencor, que afuera esta por cierto jajaja… el fantasma de la muerte o la traicionera Flori como lo siente Samantha, el fantasma del olvido que esta en la villa Adriana, la cual ardera ante mi poder… y tu mi niña, mi fantasma del Hambre…hambre, hambre…mmmm… os obedecerás devotamente. Es tiempo de que el mundo se hinqué ante vosotros los olvidados, como osaron a decir que yo soy una diosa atroz y vil, como osaron manchar mi imagen y ponerme como una de las malas del cuento, se arrepentirá la humanidad por eso y Athena… si Athena, morirá para que yo pueda gobernar jajajajajaja (separándose por segunda ves y tomando con ambas manos el rostro de Sheznarda) ¿No crees que ya es justo que nos pidan perdón?…

Sus manos cálidamente mantenía surcada el rostro del fantasma del hambre, escuchando cada palabra, promesa y perdón, algunas veces sonrojándose por las cercanías que existía entre ambos cuerpos, notando como sus ojos se perdían entre los de Eris, la cual remarcaba cada vez mas su sonrisa.

Sheznarda hablaba dando a notar que su deseo primordial era el servirle y no el amor de aquel hombre, después mencionaba un acto de ira en contra de Samantha por parte de Solomon, tal parecía que aquel hombre idiota no había acatado su orden, condenándose asimismo a un suplicio venidero… o tal vez no, igual ella ya tenia pensado el que hacer. Después mencionaba al esposo de Samantha, envuelto también en aquellas telarañas brumosas sobrenaturales, generando que esta perdiera por brevedad el cuerpo poseído de la romana, a lo cual soltándole bruscamente y empujando hacia atrás a Sheznarda, aquella se alejaba, llevándose las manos a su rostro, tapando sus ojos mientras se encorvaba levemente y gritaba:

-NOOOOOOOOOOOOOOOO (generando una enorme ventisca que azotaba a Sheznarda abruptamente hacia la pared) No es cierto mientes mujer, ¡mientes!… no…NOOO… haaa… Alucard, no el no… el no puede compartir este destino…. No… maldita sea noooo… ¡SHEZNARDA!…

Después de eso esta bajaba su brazos mientras era mecida de lado a lado, como si hubiera muerto en vida, para que tan solo de la nada un cosmos oscuro nuevamente le ciñera, alzando el rostro marcando una desquiciante locura, sus ojos nuevamente se perdían en el infinito blanquecino, para que de un parpadeo apareciera sujetando el rostro del fantasma del hambre, su mano diestra apretaba con gran fuerza el mentón di dicha mujer, los segundo pasaron así en aquella pose, mientras que con la izquierda tomaba la cintura de la ladrona y la repagaba mas a la pared, el rostro de Eris se acercaba mas y mas al de Sheznarda, lanzando frenéticamente su exhalación hacia ella, suspirando esta por fin decía:

-Me es difícil controlar este maldito cuerpo, Samantha tu amiga, se resiste a dejar este mundo que ya no es para ella, no entiende que tan solo en silencio admirara mi grandeza, hasta que enmiende el error mas atroz para su persona, el enamorarse de tan solo un simple excavo para mi reino, es imperdonable… mas tu eres mi juguete mas apreciado por tu habilidades, todas sin excepción… Hambre, hambre, mi hambre… (Inhalando el perfume de la susodicha)… Te falta mucho para adquirir tu armadura, mas sin embargo te ayudare mi linda fantasma del hambre.

Soltando el mentón de Sheznarda sin separar su mirada la cual se cruzaba con la de ella; su diestra se deslizaba lentamente recorriendo la piel de dicha mujer rubia, hasta llegar a sus labios, los cuales dibujo palpándolos con el índice desmesuradamente, surcando una sonrisa demasiado malévola, dijo:

-¿Por qué deberías ir tu a ver a rencor para ayudarle?… Déjalo, que salga por su cuenta, no quiero mediocres ni mucho menso débiles en mi reino, así que el se debe de ingeniar para matar al necio del Alucard y su asquerosa parte humano… mas sin embargo ¿Por qué no vamos a disfrutar el espectáculo?…

Y con la surda tomaba delicadamente la mano derecha de Sheznarda, comenzando lentamente a caminar, hasta que Eris una ves mas se detenía, dando bruscamente la media vuelta, empujando a su fantasmas a la pared y acercando su cuerpo con la de ella, susurrándole una vez mas al oído de la rubia, esta decía:

-¿Amas a aquel hombre?… ya lo has dicho, pero tu amor debe ser mas grande hacia mi… pues sois tu diosa, la única razón por la que renaces cada era…lo siento mujer, pero no le veras ya, el es de otro reino, tal vez sea un enemigo a futuro, o tal vez no y sea aliado, pero no quiero perderte… ya no le veras a el… ya no. Si le quieres salvar te alejaras sin decir ni adiós solo un espérame… ¿entendiste?, pues por ser fantasma le causaras daño, mas sin embargo te daré el permiso de que cada luna nueva le visites y hagas con el lo que quieras por tan solo 24 horas, es lo menos que puedo ser, por ver tu hermoso rostro sonreírme, siempre una sonrisa me excita demasiado (relamiendo su cuello con el fin de asustarle, las mujeres no eran su prioridad de parafilia, pero le encantaba juguetear de esa manera tan retorcida, pues era una diosa, le encantaba tener el control de las cosas y todos a sus pies)… demasiado(posando ambas manso en cada costado de su juguete, sonriendo y mirándole si ni siquiera parpadear) Alucard es demasiado excitante, su cuerpo es delicioso y quiero probarlo en persona, además me encanta rencor y su faceta de rudeza… es tan… mmm(relamiendo sus labios), mientras tu hablaras con Flori y entrenaras arduamente el poder que ya pronto despertaras… y no es una sugerencia, es una orden… pues ella ya esta aquí, mi fantasma de la muerte a llegado, su aroma es delicioso, putrefacción y melancolía, que emocionante combinación de extractos ¿No lo crees? Jajaja… después arribaremos a la villa Adriana a llevarnos el mas joven de vuestros compañeros de olvido… ya es momento de volver a nuestra casa, las ruinas del palacio de la discordia.

Separándose de ella, entreverando los dedos de su diestra en sus largos y sedosos cabellos rubios, para así surcar una sonrisa y ofrecerle su brazo con seriedad por fin en su faz:

-¡Ven! toma mi brazo, camina a mi lado una de mis mas leales guerreras… La grandiosa fantasma del Hambre, Sheznarda…Hambre de poder, avaricia y mas de lujuria según tu… vayamos a ver a mi amado rencor, quiero besarle toda una noche loca y desmesuradamente…jajajaj… quiero ver el rostro de mis otros dos fantasmas, orles, acariciarlos, besarlos, admirarlos por su despertar y claro presentarme cordialmente ante ellos… Pues Eris una vez más ha surgido de entre la oscuridad, mas sin embargo, tomare mi nombre mortal, este que lleve por 22 años… Samantha… jajajaja.

Eris percataba toda acción que demostraba su fantasmas del hambre, hablaba de la posibilidad de una traición a una deidad para cambiarle por otra, no dijo nada pues estaba mas distraída recorriendo con su vista los labios de aquella mujer, después esta decía un chascarrillo con respeto a Alucard, a lo cual esta se carcajeado tiernamente, pues siempre desde tiempo mitológicos Hambre era muy unida a su deidad, y por que Samantha le apreciaba con enorme sentimiento, generado que también Eris lo hiciera incondicionalmente.
Sheznarda tomaba el brazo de su deidad y comenzaba a caminar, mientras Eris miraba el frente con seriedad y gran porte, los pasos eran lentos y pausados, generando que el camino se hiciese un poco largo… Pues ella planeaba algo para ella. Ya afuera en los pasillos de aquella villa esta se detuvo y suspiro, haciendo que también su acompañante le detuviera, girando su rostro y mirando a Sheznarda, Eris que posesionaba a la perfección el cuerpo de Samantha dijo:

-Ese dialogo que digites con respecto a tu amante en la habitación, me destrozó no por que le ames, mi hambre debe estar complacida siempre, si no lo puedo hacer yo que mas que el amor de su corazón, aunque para mi eso no va con mis ideales… pero en fin… me destrozó por que aquel momento tu corazón se debilito, no olvides que soy una diosa y se a la perfección el como siente un humano, ni tu que eres demasiada ingeniosa puedes eludid mi sabiduría… (Sonriendo tiernamente y comenzando una vez mas a caminar)… Con respecto a Alucard, ni se te ocurra fea mujer en acercársele, es mío solamente, ¿Por qué no mejor te complazco yo?… con un maldito golpe ajajajajaja (ladeando su rostro de lado a lado pues aquel tema le causaba riza)… ¿Mujer por que suspiraste?… exquisito escuchar aquellas reacciones de parte de mis fantasmas, maldita mujer descarada jajajaj (Despeinando su cabellos, mientras hacia que su cabeza se contrajera un poco para abajo)… Regresando al tema importante, amas a ese hombre, tanto que le arias que traicione a su deidad… Desde hoy te digo que no… Yo no quiero traidores que me adoren, sabes que no puedo confiar en ese tipo de humanos, lo sabes muy bien… Pero si quieres estar a su lado hazlo, no siempre… Recuérdalo no siempre, declino mi carácter para que vos estés contenta y no te destroces… En estos momento Sheznarda debemos deja a un lado aquellos placeres mundanos, debemos consolida el reino, te necesitó a mi lado… Así que si quieres ve a ver a tu hombre y dile que espere… solo un poco… ¡Ve! (Cerrando sus ojos con dolor, pues nunca había actuado tan bondadosamente, pero eran tiempos difíciles, lo que menos deseaba Eris en aquellos instantes era tener uno de sus fantasmas inconformes a su lado, pos que simplemente aquella feroz diosa le mataría)… Yo mientras iré a ver a Rencor a quien separamos caminos por unos cuantas horas, no me hagas esperar mucho o si no el que pagara las consecuencias será aquel amante vuestro, YA estas advertida, y no es permiso lo que te esto ofreciendo es una orden disfruta una vez mas aquel joven nórdico.

Tomando la mano de Sheznarda la cual sujetaba el brazo de su diosa, para así separarle lentamente de su lado, le miro con el rostro algo dolido, los segundos pasaron en silencio, para que Eris soltara su mano y repasara con las yemas de sus dedos una vez mas los labios de aquella mujer, surcando una sonrisa, toma su mentón y aproximo su rostro con ella, besando suavemente su frente:

-Apúrate Hambre, apúrate yo aquí estaré esperándote a ti y a mi linda Flori, para que nos vallamos para vuestro palacio, cuídate mi linda dama ladrona, Ve…

Cerrando sus ojos giraba su rostro y le dejaba ahí, caminando pausadamente, pues admiraba el paraje que le rodeaba, rumbo al jardín de la Villa se dirigía pues hay estaba Rencor a le daría el papel de amante incondicional…

Samantha lentamente desaparecía, para dejar libre el verdadero extracto retorcido del caos y discordia, mas sin embargo, aun luchaba para poder remediar todo daño ocasionado por su ruin destino, pero sus energías se agotaban, muriendo lentamente en silencio.

Samantha se detuvo, había culminado los escalones que ascendían al segundo piso, que también dividía en dos dicha construcción, ladeo su rostro hacia su derecha al igual que su cuerpo y comenzó a caminar, adentrándose a un oscuro pasillo. Sus paso rápidamente formaron ecos que resonaron en toda la casa, pues estaba demasiada vacía que remarcaba lo mas mínimo.

Su caminar se detuvo al final del pasillo, pues a la izquierda de su cuarto una puerta se formaba, esta simplemente empujo la madera confeccionada y se adentro a tal aposento, cerro la puerta y recargó su cuerpo, alzo su rostro y se deslizo hasta quedar sentada, contrayendo sus piernas hacia su abdomen y suspiro.

Los minutos pasaron, tal parecía que el silenció siempre le estaría acompañando, pues solamente eso había en su alrededor, cerró sus ojos y apaciguo el dolor, para después explayar sus piernas y bajar su mirada la cual clavaba a su vestido todo harapiento, sonrió y se dijo:

-No puedo ir ala boda con un vestido manchado con mi propia sangre, no puedo ir a a una boda así de sucia…

Se levanto como si estuviese en transe, pues el brillo de su orbes se había apagado, camino hacia el baño de aquella habitación y sin esfuerzo alguno arranco sus ropajes, dejándolos a un lado de la bañera, tomo una cántaro y se echo un poco de agua la cual albergaba una enorme jarra de porcelana… los minutos pasaron y esta se baño con hiervas de olor, como pudo salió del baño dejando un rastro de humedad, tomando así una toalla la enredó sobre su cuerpo, se sentó y recargo su espalda en un barandal de la cama, cruzo sus piernas… la derecha sobre la izquierda, y en silencio y circunspección espero a que la puerta se abriera y que proyectara la silueta de sus tres fantasmas…

Y la primera silueta se hizo notoria en el lugar. Ahí estaba el joven Aramse deglutiendo una enorme, brillosa y jugosa manzana, producto de los prados de la villa Crisadia; Samantha apenas y le sonrió. El fantasma del sufrimiento hablaba idolatrando el lugar, disculpándose al llegar a la habitación y mirar como la diosa estaba “vestida”… y anunciando la proximidad de sus demás hermanas, esta simplemente musito:

-No te preocupe niño… Y si, no tardan en llegar tus hermanas, sus cosmos están muy cerca.

Después de eso ladeo el rosto y proyectó su mirada aguda hacia la ventana, la cual daba vista al jardín límpidamente, mirando la difusa silueta de Alucard, simplemente surcó una sonrisa y suspiro.

Después una vez más giraba el rostro hacia la dirección donde la puerta estaba, percibiendo la llegada de Flori, su fantasma de la muerte y mano derecha. Samantha observó de inmediato la pena que derrochaba el aura de su fantasma, tras mirarle en esa pose y con aquellos ropajes demasiados exhibicionistas, no tardo mucho y Samantha sonrió, pues era demasiado tierno lo que sentía al ver tal reacción de Flori… después la susodicha hablo con gran respeto, como era de esperarse, Samantha contesto con una reverencia de rostro y no dijo nadas.

¿Qué le pensaba Samantha? pues estaba demasiado callada, ¿Acaso la noticia de la boda de su hermano, le estaba afectando? No se puede creer, pues es una diosa. Únicamente se podía ver como aquella estaba desolada… su mirada la acusaba. Un suspiró llego largo y tendido por entre sus labios, aquella pensaba en su venideras acciones, pues aun no sabía si seguir durmiendo una era más o empezar el holocausto, la incógnita que le invadía era: contra quien pelear en verdad y con quien unirse. Esos temas le hacían divagar en mente y perderse de la realidad… reflejando tal conflicto en su fas toda seria como sufrimiento.

Pero todo pensamiento se disipo cuando el último de sus fantasmas despertados llegaba a escena, la joven Sheznarda, la cual representaba el hambre. Como siempre susurrando… pues por lo visto sus mañas mortales siempre le seguían. Samantha quien tenía el oído demasiado desarrollado, escucho tales oración de critique por parte de la ladrona, generando que esta curvara su boca con una risa burlona y bajara el rostro, dejando al igual el cruzar de sus largas piernas, para acomodarse bien en la cama, sentada y sin recargar ya mas su cuerpo.

Después… algo le llamo la atención a Samantha: él como Sheznarda se dirigía demasiado confiada a Aramse; aquella iniciativa por pare de la rubia genero paz en el corazón de la diosa, pues se sentía orgullosa de que sus fantasma que sin conocerse, se comenzaban a tratar como verdaderos hermanos… no de sangre pero si de reino.

Suspiro y dejo aquel gesto sátiro para cambiarlo por uno de satisfacción espiritual, pero también tal gesto no duro…pues le cambio cuando con su mirada percataba como Sheznarda apretaba con fuerza el collar violeta, que horas antes aquel asqueroso berseker le había regalado, confirmando su lealtad de esperarle y más cosas ridículas. Samantha fue demasiada obvia y seria se puso, perdiendo su mirada un poco, demostrando a diestra y siniestra su enojo por aquel tropezón fatal e imperdonable por parte de su amiga.

Después unas palabras salían de Aramse, algo certeras con el tema del berseker, pero irrespetuosas al fin de cuenta… pues el no tenía el derecho de juzgas así a una mujer y menos a su hermana, pues Samantha sabia a la perfección las enredaderas del amor para con el corazón… ella ya lo había vivido con Alucard, simplemente tras una mirada cayo enamora de aquel hombre, perdiendo su orgullo de mujer hacendada como el amor de sus hermanos, y aunque era algo doloroso, aquella estaba contenta de su decisión… pues le amaba con todo su corazón.

Culmino sus palabras el fantasma de sufrimiento… algo irritantes; mas sin embargo no dijo nada, pues tenía la seguridad que la afectada a la crítica, no le seguiría el jueguito, por lo que simplemente se levantó y camino hacia donde Flori yacía parada y circunspecta como siempre, posando la diestra en su hombro y sonriéndole con tranquilidad.

Samantha suspiro, cerró sus ojos y abrió su boca para iniciar una plática con Flori, pero fue detenida en medio de la acción, pues lo imprescindible llegaba como ráfagas de viento iracundos… Sheznarda hablaba de una manera fuerte, mientras se acechaba a Aramse y le miraba de una manera tétrica, la reencarnación de la discordia ladeo el rostro y se quedo absorta a lo que se vivía.

Una manzana salía expulsada, palabras engreídas se escupían, alardeos de amor para un hombre e insinuaciones de gustos para otro. Era lo que la fiel amiga de Samantha hablaba con gran ímpetu.

La actitud que tomaba Sheznarda con el tema de su juzgar de amores, enojaba demasiado a la diosa; se comprendía pues Aramse había empezado la rencilla, pero aun así ¡Imperdonable! no se lo esperaba de Sheznarda, pues le consideraba más inteligente… por lo que sería se ponía al igual que recta, mirando con asco a aquellas dos siluetas: una del hambre y la otra del sufrimiento.

-Ya van a empezar a pelear… ¡Por todos los dioses! Eso me aborrece y me decepciona (Susurro para si misma)

Después miro gélidamente como Sheznarda sonreía de una manera tan grotesca… tan repugnante, que causo que Samantha viera mejor a otro lado… pues el frente no era de su deleite.

Y una vez más hablaba aquella ufanada mocosa, esas últimas palabras irritaban por fin el espíritu de Samantha, generando que su cosmos comenzara a nacer en derredor de su silueta, tenuemente… pues quien era ella para jactarse de esa manera, burlándose de la fortaleza de un ser ajeno a su convivencia… y más si era de su mismo reino… su hermano, como a la vez de hablar de la falta de visión por parte de Samantha al escoger a quienes estarían a su lado peleando, según pensaba la reencarnada al escuchar esas frases por parte de Sheznarda … para después tan solo ser una hipócrita y remarcar la benevolencia de Eris.

Samantha bajo el rostro, cubriéndole entre las penumbras de su curvatura, a secas aguantaba la ira que nacía en su corazón, para demostrar lo que en verdad era madurez ante los demás. Después las palabras se dejaron oír por parte de Aramse, demostrando su cierne, otro que se jactaba de lo que no tenia y de lo según podía el hacer, después hábilmente besaba la mejilla de Sheznarda y así le susurraba una supuesta sentencia de muerte para con el hombre de la fantasma del hambre. Samantha no pudo aguantar y levemente se carcajeó a lo escuchado.

¿Era acaso que aquellos dos se olvidaban de la presencia de su diosa? ¿Aquellos estúpido mocosos no podían madurar? Y lo más importante ¿no tenían miedo de morir?… ya Aquella situación vacua mundana, causaba una terrible jaqueca para Samantha y no porque fuera débil… si no que le molestaba esa actitud entre sus guerreros fantasmales… Por lo visto la única que valía la pena de premia en esa habitación era Flori, que demostraba una verdadera madures y sabiduría, al igual que amor y respeto ante la presencia de su diosa.

Pero todos tenía un límite y el de Samantha ya había acabado, suspiró cerrando a la vez los ojos, pensando que decir para no ofender… para demostrar a verdadera educación que parecía que Sheznarda y Aramse no conocían. Cuando Flori le interrumpió, dando una disculpa y girado viendo con mesura y cólera a ambos mocosos. Samantha simplemente se cruzo de brazos y permitió el regaño.

Las palabras de Flori eran las correctas, tenía razón en toda oración, Samantha solamente asentía con la cabeza mientras lamia sus labios resecos, al igual sentía como el cosmos de su fantasma de la muerte aumentaba, remarcando la vergüenza que sentía al mirar a aquellos dos. Flori termino de hablar y se voltea para ver a su divinidad, esperando su reacción, por lo que Samantha se soltó de brazos, colocando la diestra en la curvatura de su cadera por encima de la toalla, y así con lentitud comenzó a caminar, llegando a estar frente a la seria mujer, tomando su mentón, ladeando el rostro sonrió y dijo:

-Como siempre hallando las palabras perfectas para atacar y sermonear. Mi niña no te estreses Flori no lo vale, esto mocosos se merecen un terrible castigo, como osaron a esta discutiendo por estupideces frente de ti y de mi… su diosa, es como si me estuvieran escupiendo mi rostro con gran descaro y es imperdonable, Gracias por acallar sus asquerosas palabras, pero es hora de actuar.

La dama oscura soltó el mentón de su fantasma mas allegada a su corazón, dio media vuelta y con gran frialdad miro a aquellos dos mocosos, alzo su cosmos e hizo nacer una terrible ventisca que azotaba en derredor, partiendo aún más el mármol, para así desaparece y reaparecer cerca de ellos, la diestra sujetaba el cuello de Sheznarda y la surda el cuello de Aramse, se agacho un poco por su estatura y les dijo en un tomo macabro de voz:

-Ustedes dos idiotas, ¿Qué está haciendo? Acaso soy un dios cualquiera ante sus ojos, para que se estén peleando de esta manera… Que repugnaste seres, que se sienten tocados por la suerte, saben muy bien como soy… en especial tu Sheznarda, tu eres mi amiga desde hace tiempo y conoces mis leyes y mi carácter… ¿Cómo osasteis de hacer esta estupidez frente a mi? Y tu Aramse no tienes el maldito derecho de juzgar a una mujer y menos a tu hermana ¿Entiendes?… Miren que están luchando por algo vacuo… Escuche de una maldita vez lo que les voy decir… No me importa si no se llevan, pero ente mi legión lo más importante es el respeto, si no saben que es, lárguense que no los quiero ver… pero recuerde muy bien que lo que están haciendo es dañino para ustedes ante mi vista… Ahora bien no pido que se amen ni nada por el estilo, no quiero hipocresías, pero si RESPETO… recuérdelo, ahora cállense de una maldita vez que me están causando un terrible dolor de cabeza y una ansia de golpearlos…

Samantha les soltó y dio media vuelta, estaba demasiado enojada pero más que eso decepcionada especialmente de Sheznarda. Se sentó en la cama y les miro a ambos, cerró sus ojos y simplemente dijo:

-Por favor entiéndalo y que no vuelva a pasar mis amores, se que lo que dije es duro pero es la verdad, ahora vengan los tres y siéntense a mi lado, que quiero esta a su lado un poco mas antes de irnos a la boda.
Bajo el rostro y seria se quedo, pues la situación que se genero le lastimaba el corazón.