[Villa Vallis Mellitus] Cabaña de Paolo

la noche había caído ya en aquellas tierras fértiles en las cuales estaban construidas la villas, mis ordenes había escuchado con anterioridad y pretendía acatarlas con total obediencia y a primera hora ya que en aquellos momentos ya era muy tarde como para ir a cumplir mis obligaciones, la luna se encontraba en su cení, el cielo se encontraba despejado, camine hacia un parte apartada de la villa, un bosque espeso y en aquel momento oscuro, tétrico, pero con una belleza que no se podía percibir normalmente, la luz lunar atravesaba los arboles e iluminaba el camino, así como a los nocturnos animales que como yo se encontraban merodeando aquellos parajes, de pronto el sonido del agua llego hasta mis oídos, aquel liquido vital en gran cantidad golpeando rocas y su aroma dulce deleitaba mi olfato, ya he llegado, susurre al viento.

alce la vista a los cielos y mi rostro se ilumino, aquella figura de seriedad y a veces de amargura se cambio a un rostro tranquilo y sereno, una mirada oscura pero con un brillo en su interior que reflejaba la paz y la tranquilidad en la cual mi alma se encontraba en todo momento, una brisa tibia soplo y movió mis cabellos, baje mi cabeza y al frente de mi se encontraba aquel lugar, mi cabaña, una vieja cabaña que había encontrado un dia mientras recorría estos bosques en busca de alejarme bajo el velo nocturno en mi primer día en aquella villa, la encontré abandonada, con algunas maderas dañadas que en cuestión de días arregle y un bello riachuelo que por su lado pasaba, no pase directamente a mi lugar de descanso si no que me dirigí a aquella fuente de agua, estando ya allí, me desvestí, quedando completamente desnudo y aquellos ropajes los coloque aparte, mi cuerpo, era iluminado por la luz de aquel astro nocturno, mi torso, y mi abdomen, formados por arduos entrenamientos y trabajos así como mis piernas, mi cabello se movía con aquel elemento intangible y me fui sumergiendo lentamente en las aguas frías hasta quedar recostado en una de las rocas y el agua recorría y cubría todo mi ser, hundí mi cabeza para que mi rostro de mojase y de ahí lo volví a sacar a flore, aquella sensación de ser uno con la naturaleza me relajaba siempre de una forma indescriptible, en aquel lugar dure aproximadamente una hora hasta que vi que debía descansar, me levante y solo me puse una parte de mi traque, que cubriera mi ser por completo y me entre a aquella cabaña que llamaba hogar en ocasiones, me dirigí directamente hacia mi habitación y tire mis ropas hacia un baúl, luego me quede nuevamente desnudo, tome una túnica blanca y me la coloque, me acosté y profundamente dormido quede hasta el dia siguiente, el cual sentí en cuanto el primer rayo de sol atravesaba la ventana y me pegaba en el rostro, acompañado del cantar de un gallo que merodeaba aquellos alrededores, me levante, me dirigí hacia el riachuelo y me bañe, entre a la cabaña, me cambie, prepare un desayuno rápido, tome el oro que me había dado para conseguir los caballos y me marche a realizar mis labores.

Sueños oscuros y ruines pasaban por la mente de Paolo, mientras no podía sentir nada a su alrededor, sombras no mas era lo que alcanzaba a divisar y la figura de un joven de cabellos azules en un batalla ancestral, una luz de tonalidad anaranjada al frente suyo consumió a aquellas imágenes y dio paso a lo que anteriormente le había sucedido a él en el comedor, podía ver una y otra vez en la desgracia en la que había caído como guerrero, y comenzó a sentir como era movido de un lado a otro hasta ser recostado en una superficie suave y plana, eres una vergüenza para nuestra familia, para todos los guerreros, me tuviese revolcándome en mi tumba si tuviese una, no hay un ser mas despreciable que un perdedor, con un poder como el del que fue un legionario y solo eres escoria mocoso... cállate, solo eres mas que un inútil e inservible ser que en antaño peleo por un dios que desapareció cuando vio oportunidad, ¿crees que no se que eres el hazme reír de los reinos de todos los dioses?, por favor, saliste vivo de milagro de la temen nigru de la que tanto me comento mi padre, cállate inservible humano, escoria del mundo, no eres mas que una simple mancha de desechos en mi bota, una imagen apareció frente a Paolo, era shito de parís, pero estaba rodeado de un aura anaranjada, su cuerpo estaba cubierto por una túnica blanca, traía una espada y el símbolo del rayo en su cinturón.

Mira mocoso inservible, lamento no ser inmortal para tomarte entre mis mano y asesinarte una y otra vez en el infierno, tu deber es servirle a los dioses, no.. a los dioses no, a Zeus es a quien debes servir, me escuchaste ASQUEROSA RATA INMUNDA, NO ERES MAS QUE ESTIÉRCOL, NO VALES NADA ASÍ QUE ARAS LO QUE TE DIGA. aquella resonante voz en gritos hacia eco por todos lados, sombras era lo único allí, ademas de las imágenes de Paolo y Shito, en ese instante de una envestida Shito apuñalo a Paolo, era una batalla mental y espiritual, el cuerpo de shito se retorcía sobre su cama, su cuerpo sudaba y su ritmo cardíaco aumentaba, de pronto el espíritu del joven tomo aquella espada y la saco de su ser espiritual, y se lanzo hacia la imagen de Shito de París, lo comenzó a golpear, luego con la misma espada de su antepasado lo apuñalo reiteradas veces mientras cosmos ardía en su ser, atando a su adversario, sin piedad lo destrozaba espiritualmente, yo no serviré al Olimpo, no serviré a Zeus, así que déjame en paz pusilánime ser, eres una vergüenza para la historia, luego de eso, shito despertó, las imágenes mentales desaparecieron, el joven se levanto agitado de su cama, habían transcurrido días, si no fuesen semanas, lo podía ver por las hojas de los arboles que se habían colado por la ventana, salio de inmediato se dios un baño en el rió y tomando ropajes nuevos se marcho.