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[Alejandria] Barrios bajos
Recuerdo del primer mensaje :
Mis pasos me llevaron hasta lo mas oscuro de Alejandria, el tumulto de gente, las tiendas y los ciudadanos egipcios habian quedado en el olvido en esta parte de la ciudad. Los edificios eran tan estrechos y tan pegados unos a los otros que apenas dejaban pasar la luz del sol, por lo que estaba casi todo estaba oscuro, apenas iluminado con algunas antorchas que estaban en los bordes de las casas.
Mis ojos visualizaban varios rostros apagados, sin vida. La poca gente que se paseaba o escondia mientras yo avanzaban estaban cubiertos por mantas negras, asi era imposible reconocerlos y mis ropas y reputacion aqui no significaban nada, si veian alguna oportunidad de matarme lo harian por lo menos para robarme algo de comida o agua. Quisiera que lo intentaran, desde que llegue hasta aqui no tuve accion.
Me escabulli por un callejon bastante oscuro sabiendo que tenia salida a una de las calles de venta mas concurridas por esta parte de la ciudad, despues de todo yo tambien vivi unos años por esta zona. Me acomode mas mi sombrero de paja y sonrei al ver como vendian esclavas. Era un negocio muy bueno y las ganancias podrian hacer rico a cualquier en tan poco tiempo... a veces me pregunto porque rayos no hice eso desde un principio.
-¡No, por favor!-
Escuche la suplica de una mujer que acabava de ser vendida a un hombrecillo bastante gordo que la arrastraba de los pelos. Segui discretamente a la nueva pareja, deteniendome momentaneamente para evitar que sospechen. Entraron a otro callejon bastante alejado del comercio del lugar, refugiandose en la oscuridad, pero no de mi ya que entre lentamente con una mano en el mango de mi Samehada.
-¡Quitate los malditos pantalones, perra!-
El regordete le lanzo un buen gancho derecho a la mujer, tumbandola sobre un monton de basura. Ella solo suplicaba y lloraba, no se defendia. Y aunque lo escuchen raro, yo no podia aceptar eso... Kehehehehe.
Fue un corte rapido y sencillo. Apenas movi mi espada en direccion a la cabeza del hombre, cortandola como si fuera un trozo de queso mantecoso. La cabeza rodo unos metros mas abajo del callejon y el cuerpo que aun se encontraba parado escupio un gran chorro de sangre por la obertura, luego cayo. La chica aun se encontraba llorando, observo mi silueta entre la oscuridad que se acercaba hacia ella.
-¡Señor! ¡Gracias! ¡Muchisimas gracias!-
Se aferro a mis ropas, estaba bastante feliz como para poder distinguirme del todo. Fue ahi que acerque mi rostro mostrando mis colmillos hacia ella, hice una mueca que podria tomarse como una sonrisa y ella solo grito del horror al distinguir mi cara de pez. Corrio hasta un rincon del callejon y se agacho, evitando verme y protegiendo su cuerpo con sus manos.
-Bonita, si no quieres que te descuartize... dame una pequeña informacion que necesito-
Ella solo levanto su rostro, le oi moquear.
-¿C-como que...?-
Sonrei aun mas.
Mis ojos visualizaban varios rostros apagados, sin vida. La poca gente que se paseaba o escondia mientras yo avanzaban estaban cubiertos por mantas negras, asi era imposible reconocerlos y mis ropas y reputacion aqui no significaban nada, si veian alguna oportunidad de matarme lo harian por lo menos para robarme algo de comida o agua. Quisiera que lo intentaran, desde que llegue hasta aqui no tuve accion.
Me escabulli por un callejon bastante oscuro sabiendo que tenia salida a una de las calles de venta mas concurridas por esta parte de la ciudad, despues de todo yo tambien vivi unos años por esta zona. Me acomode mas mi sombrero de paja y sonrei al ver como vendian esclavas. Era un negocio muy bueno y las ganancias podrian hacer rico a cualquier en tan poco tiempo... a veces me pregunto porque rayos no hice eso desde un principio.
-¡No, por favor!-
Escuche la suplica de una mujer que acabava de ser vendida a un hombrecillo bastante gordo que la arrastraba de los pelos. Segui discretamente a la nueva pareja, deteniendome momentaneamente para evitar que sospechen. Entraron a otro callejon bastante alejado del comercio del lugar, refugiandose en la oscuridad, pero no de mi ya que entre lentamente con una mano en el mango de mi Samehada.
-¡Quitate los malditos pantalones, perra!-
El regordete le lanzo un buen gancho derecho a la mujer, tumbandola sobre un monton de basura. Ella solo suplicaba y lloraba, no se defendia. Y aunque lo escuchen raro, yo no podia aceptar eso... Kehehehehe.
Fue un corte rapido y sencillo. Apenas movi mi espada en direccion a la cabeza del hombre, cortandola como si fuera un trozo de queso mantecoso. La cabeza rodo unos metros mas abajo del callejon y el cuerpo que aun se encontraba parado escupio un gran chorro de sangre por la obertura, luego cayo. La chica aun se encontraba llorando, observo mi silueta entre la oscuridad que se acercaba hacia ella.
-¡Señor! ¡Gracias! ¡Muchisimas gracias!-
Se aferro a mis ropas, estaba bastante feliz como para poder distinguirme del todo. Fue ahi que acerque mi rostro mostrando mis colmillos hacia ella, hice una mueca que podria tomarse como una sonrisa y ella solo grito del horror al distinguir mi cara de pez. Corrio hasta un rincon del callejon y se agacho, evitando verme y protegiendo su cuerpo con sus manos.
-Bonita, si no quieres que te descuartize... dame una pequeña informacion que necesito-
Ella solo levanto su rostro, le oi moquear.
-¿C-como que...?-
Sonrei aun mas.
Kisame- Espectro de Hades
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Cupula de Fuego
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Talos se limito a mostrar una expresión de desagrado mientras se quedaba en la soledady sumergido en sus pensamientos, al parecer esa parte mortal aun tenia un poco de poder sobre el, o si no de ninguna manera se hubiese acercado a ese pecado e intentado tener alguna conversación productiva con ella, el juez sabia perfectamente que eran orgullosas, altaneras y unas totales arpías, pero claro esa leve humanidad que aun quedaba dentro de uno de los jueces del inframundo lo ignoraba y trajo como consecuencia el sentirse ligeramente humillado, pero en fin a quien le importaba si permitir que ese yo mortal le hubiese dominado.
Por otro lado sentía que el cosmos de Hades se encontraba totalmente despierto y muy pronto requeriría su prescencia pero mientras eso acontecía, debía entrenarse a si mismo, para borrar aquel rastro de humanidad que al parecer se rehusaba a dejarle y para tal fin una visita al tribunal silencioso le haría bien, por lo que podía denotar no todos los espectros habían despertado, su fiel ayudante, el espectro de Barlog no se encontraba con vida en esta era o mas bien su cosmos no se habia manifestado, volver a su antiguo puesto en el inframundo era una opción tentadora que por el momento aprovecharía.
Las alas de su sapuri se desplegaron totalmente mientras el viento arremolinado empezaba a levantar una capa de polvo a su alrededor, su maligno cosmos creo un circulo alrededor del juez levantando la tierra a su alrededor, y creando la puerta hacia otra dimensión, y en cuestión de segundos aquel hombre de cabellos grises desapareció en una explosión de cosmos violeta, transportándose a la residencia de las estrellas malignas de hades, el inframundo.
Por otro lado sentía que el cosmos de Hades se encontraba totalmente despierto y muy pronto requeriría su prescencia pero mientras eso acontecía, debía entrenarse a si mismo, para borrar aquel rastro de humanidad que al parecer se rehusaba a dejarle y para tal fin una visita al tribunal silencioso le haría bien, por lo que podía denotar no todos los espectros habían despertado, su fiel ayudante, el espectro de Barlog no se encontraba con vida en esta era o mas bien su cosmos no se habia manifestado, volver a su antiguo puesto en el inframundo era una opción tentadora que por el momento aprovecharía.
Las alas de su sapuri se desplegaron totalmente mientras el viento arremolinado empezaba a levantar una capa de polvo a su alrededor, su maligno cosmos creo un circulo alrededor del juez levantando la tierra a su alrededor, y creando la puerta hacia otra dimensión, y en cuestión de segundos aquel hombre de cabellos grises desapareció en una explosión de cosmos violeta, transportándose a la residencia de las estrellas malignas de hades, el inframundo.
Talos- Juez del Inframundo
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Kyrios
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Habiéndose acostumbrado al calor del desierto y caminado a través de este para finalmente llegar a Alejandría, el representante de la constelación de los gemelos Cástor y Pollux podía darse por servido. Había cumplido con la tarea de llegar sano y salvo a su destino sin recurrir a nada más que su propia pericia y resistencia, y eso era algo loable: no todos los días se podía presumir de haber sobrevivido al calor de Egipto, más cuando se trataba del primer viaje a aquellas tierras.
Si hubiera usado la Otra Dimensión, simplemente no hubiera sido lo mismo y de seguro las implicaciones y consecuencias serían totalmente diferentes. Si tuviera que apostar, Aspros diría que su resistencia había sido puesta a prueba con aquel viaje y con ello, había aumentado. Resoplando el geminiano se quitó la capucha para dejar que sus cabellos azulados se mecieran libremente con el viento, incluso si con eso los granos de arena se quedaban atascados a sus mechones para representar una molestia horas después.
Aunque para alguien como Aspros, eso no era más que un incordio pasajero; lo más importante ahora era la vista de la que disfrutaba: en esos instantes se encontraba en los tejados de la ciudad y desde allí llegaba a ver los muros del palacio y poco más allá, el sitio de una conmoción que al parecer nadie se había molestado en remendar. Con una sonrisa en la cara, Aspros saltó y se dirigió hacia aquel punto.
Si no se equivocaba, había un rastro de los enemigos que se habían levantado en contra de Athena: los Berserkers.
Si hubiera usado la Otra Dimensión, simplemente no hubiera sido lo mismo y de seguro las implicaciones y consecuencias serían totalmente diferentes. Si tuviera que apostar, Aspros diría que su resistencia había sido puesta a prueba con aquel viaje y con ello, había aumentado. Resoplando el geminiano se quitó la capucha para dejar que sus cabellos azulados se mecieran libremente con el viento, incluso si con eso los granos de arena se quedaban atascados a sus mechones para representar una molestia horas después.
Aunque para alguien como Aspros, eso no era más que un incordio pasajero; lo más importante ahora era la vista de la que disfrutaba: en esos instantes se encontraba en los tejados de la ciudad y desde allí llegaba a ver los muros del palacio y poco más allá, el sitio de una conmoción que al parecer nadie se había molestado en remendar. Con una sonrisa en la cara, Aspros saltó y se dirigió hacia aquel punto.
Si no se equivocaba, había un rastro de los enemigos que se habían levantado en contra de Athena: los Berserkers.
Aspros- Caballeros Dorados
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
El viento soplaba y la arena se metía en cualquier lugar que no estuviera protegido contra ella, limitando la cantidad de gente que se atrevía a acudir a la calle más cuando aquel sitio parecía haber sido el escenario de algún tipo de batalla o masacre. Sentado en un muro semiderruido con las piernas extendidas y ambos brazos entrecruzados sobre los que apoyaba su mentón, el Santo de Géminis se encontraba pensativo…analizando lo poco que quedaba de los cosmos de los guerreros del señor de las batallas sangrientas en el lugar y notando además que había otra esencia en el aire…la de los Espectros, pero estos ni le iban ni le venían. No eran tan importantes como los lunáticos de armaduras carmesíes.
Dudo encontrar algo más por aquí. Se dijo a sí mismo levantando la vista y dejando que parte de la capucha se le cayera, revelando sus ojos inquisitivos. Espectros y Berserkers...que será lo próximo? Musas y Fantasmas? murmuró el gemelo de Cambre con actitud aburrida para voltear la mirada en dirección a lo que vendría siendo Roma. Había algo allá que lo concernía…o al menos, algo bastante cerca. Al parecer aquella ciudad seguía siendo el epicentro de todo lo que estaba ocurriendo en el mundo y bien, como se iba a perder el evento principal? Después de todo, si seguía la ruta de la presencia que había sentido eso lo llevaría indudablemente a tal metrópoli así que tan solo hizo vibrar ligeramente su cosmos para desaparecer en menos de lo que tomaba dar un parpadeo.
Dudo encontrar algo más por aquí. Se dijo a sí mismo levantando la vista y dejando que parte de la capucha se le cayera, revelando sus ojos inquisitivos. Espectros y Berserkers...que será lo próximo? Musas y Fantasmas? murmuró el gemelo de Cambre con actitud aburrida para voltear la mirada en dirección a lo que vendría siendo Roma. Había algo allá que lo concernía…o al menos, algo bastante cerca. Al parecer aquella ciudad seguía siendo el epicentro de todo lo que estaba ocurriendo en el mundo y bien, como se iba a perder el evento principal? Después de todo, si seguía la ruta de la presencia que había sentido eso lo llevaría indudablemente a tal metrópoli así que tan solo hizo vibrar ligeramente su cosmos para desaparecer en menos de lo que tomaba dar un parpadeo.
Aspros- Caballeros Dorados
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Tercer Post de Defensa - Maestría
Creía que su pesadilla se había materializado para volverse una realidad. Algo lo tenía anclado, como si uno de esos muertos lo estuviera sujetando de las piernas. No podía ver nada, sólo sentía que una fuerza lo estaba atrayendo hacia el fondo. -¿Tienes miedo?- Preguntó una voz en su cabeza. La ignoró como en las otras ocasiones en las que había hablado. Los cadáveres a su alrededor cobraban vida y nadaban hacia él. Desesperado se sujetó de unas rocas que estaban cerca de la orilla y trató de sacar el resto de su cuerpo.
Sintió una mano sobre su abdomen, la cual estaba pellizcando la carne y enterrando sus uñas en su estomago. Una mano salió del vertedero de sangre, sujetándolo por el cuello. Las uñas se le estaban encajando y cerraba los ojos por el dolor, por lo que no era capaz de ver al responsable. Una figura bañada en sangre, el poseedor de esas manos, emergió por completo. Kainan abrió los ojos y se quedó mudo al ver que lo ficticio se tornaba en realidad: era el mismo personaje que veía en sus pesadillas, ese en el que se había transformado.
El ensangrentado lo miró e hizo caer al joven en un trance. Los ojos blancuzcos eran imposibles de ignorar, por lo que el germano sólo podía contemplarlo mientras le robaba la vida. –Desaparece, gusano. Soy Golgordan, el Hechicero maldito.- Siseó, apretando todavía más el cuello de Kainan. Liberó al pelirrojo y se aventuró a salir de esa fuente de sangre, y mientras él terminaba de emerger, Kainan se hundía más.
El líquido se volvía más pesado y los cadáveres se montaban sobre él, sumándole más peso para que terminara de desaparecer. El hechicero maldito no quería seguir cargando con la debilidad de ese humano. Eso era lo que hacían los Bersekers, suprimir su humanidad para ser maquinas de batalla perfectas.
Tembló de frío al abandonar el agua. La sangre y cadáveres que vistos por Kainan no habían sido más que la manipulación mental de Golgordan, después de todo era el maestro de las ilusiones junto a su mellizo Latrivan. Era lógico, todavía tenía mucho trabajo que hacer para sentirse cómodo dentro de ese cascarón. Al menos ya estaba limpio.
Tomó la capa y se la ató a la cintura. No pensaba vestir un pantalón que ese humano pudo haber ensuciado al asustarse con los sueños que le estuvo mostrando. Recogió su violín y así como estaba se dirigió en dirección a Alejandría para buscar ropa.
Al llegar a los barrios bajos de la ciudad los humildes habitantes lo miraban con terror, primeramente por el aura maligna color sangre que lo rodeaba, y otros por sus ojos, cuya mirada aterradora podría hacia retroceder al más valiente. Durante ese baño se había lavado algo más que la suciedad, también se había limpiado a Kainan.
Sintió una mano sobre su abdomen, la cual estaba pellizcando la carne y enterrando sus uñas en su estomago. Una mano salió del vertedero de sangre, sujetándolo por el cuello. Las uñas se le estaban encajando y cerraba los ojos por el dolor, por lo que no era capaz de ver al responsable. Una figura bañada en sangre, el poseedor de esas manos, emergió por completo. Kainan abrió los ojos y se quedó mudo al ver que lo ficticio se tornaba en realidad: era el mismo personaje que veía en sus pesadillas, ese en el que se había transformado.
El ensangrentado lo miró e hizo caer al joven en un trance. Los ojos blancuzcos eran imposibles de ignorar, por lo que el germano sólo podía contemplarlo mientras le robaba la vida. –Desaparece, gusano. Soy Golgordan, el Hechicero maldito.- Siseó, apretando todavía más el cuello de Kainan. Liberó al pelirrojo y se aventuró a salir de esa fuente de sangre, y mientras él terminaba de emerger, Kainan se hundía más.
El líquido se volvía más pesado y los cadáveres se montaban sobre él, sumándole más peso para que terminara de desaparecer. El hechicero maldito no quería seguir cargando con la debilidad de ese humano. Eso era lo que hacían los Bersekers, suprimir su humanidad para ser maquinas de batalla perfectas.
Tembló de frío al abandonar el agua. La sangre y cadáveres que vistos por Kainan no habían sido más que la manipulación mental de Golgordan, después de todo era el maestro de las ilusiones junto a su mellizo Latrivan. Era lógico, todavía tenía mucho trabajo que hacer para sentirse cómodo dentro de ese cascarón. Al menos ya estaba limpio.
Tomó la capa y se la ató a la cintura. No pensaba vestir un pantalón que ese humano pudo haber ensuciado al asustarse con los sueños que le estuvo mostrando. Recogió su violín y así como estaba se dirigió en dirección a Alejandría para buscar ropa.
Al llegar a los barrios bajos de la ciudad los humildes habitantes lo miraban con terror, primeramente por el aura maligna color sangre que lo rodeaba, y otros por sus ojos, cuya mirada aterradora podría hacia retroceder al más valiente. Durante ese baño se había lavado algo más que la suciedad, también se había limpiado a Kainan.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
3er Post Afa – Especialización
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Los barrios bajos de Alejandría no habían cambiado ni un poco desde la primera vez que el gemelo de Cambre los había visto. De hecho, no dejaba de parecer una zona deprimente y patética que bien debía ser eliminada del mapa de una vez por todas…así como toda la nación egipcia. O al menos, los que estaban a cargo.
Según comentarios al vuelo que había podido escuchar a lo largo y lo ancho de todo el pueblo en los ratos libres, Aspros había constatado que ciertamente los “dioses” gobernantes de Egipto los habían abandonado por completo. De un día para otro la tan llamada descendiente de los dioses, aquella que si no se equivocaba era la hermana de Diva simplemente se había desvanecido dejando la corte en medio de una crisis que todavía no había podido ser solventada.
¿Y se decían ser la nación más próspera del planeta? Sí, claro. Murmuró Aspros entre dientes recordando todo lo que había podido saber entre sus contactos en el Senado, percibiendo que ciertamente todo en la política se trataba de mentiras bien medidas y labia exuberante entre los participantes. Definitivamente, si en algún tiempo había tenido pretensiones de regresar a ese puesto simplemente habían desaparecido sin dejar rastro. Ahora tenía algo más interesante con lo que pasar el tiempo así como algo más que proteger.
Los edificios en su tiempo brillantes ahora lucían horriblemente demacrados al contraluz de la luna. Los caminos en el día dorados ahora eran de un tono azul muerto manchado con diversos parches de negro, correspondientes a los borrones generados por las nubes frente a la luz del satélite natural de la Tierra. Prácticamente, Aspros y Traian marchaban por una zona muerta.
Y...por aquí. Señaló Géminis marcando el camino mientras se cubría los ojos con la mano, haciendo mirilla para no dejar que el polvo se entrometiera y lo cegara de forma inoportuna. Finalmente ubicó el camino que salía de los barrios bajos para dirigirse a la entrada del desierto…sí, mientras menos riesgos, mejor para él y para todos los demás. Por los instantes no quería ni llamar la atención ni dejar demasiadas marcas que lo delataran y lo que pensaba hacer no era precisamente, discreto. Fuera como fuera, el gemelo de Cambre avanzó con paso seguro. No tenía tiempo que perder.
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Los barrios bajos de Alejandría no habían cambiado ni un poco desde la primera vez que el gemelo de Cambre los había visto. De hecho, no dejaba de parecer una zona deprimente y patética que bien debía ser eliminada del mapa de una vez por todas…así como toda la nación egipcia. O al menos, los que estaban a cargo.
Según comentarios al vuelo que había podido escuchar a lo largo y lo ancho de todo el pueblo en los ratos libres, Aspros había constatado que ciertamente los “dioses” gobernantes de Egipto los habían abandonado por completo. De un día para otro la tan llamada descendiente de los dioses, aquella que si no se equivocaba era la hermana de Diva simplemente se había desvanecido dejando la corte en medio de una crisis que todavía no había podido ser solventada.
¿Y se decían ser la nación más próspera del planeta? Sí, claro. Murmuró Aspros entre dientes recordando todo lo que había podido saber entre sus contactos en el Senado, percibiendo que ciertamente todo en la política se trataba de mentiras bien medidas y labia exuberante entre los participantes. Definitivamente, si en algún tiempo había tenido pretensiones de regresar a ese puesto simplemente habían desaparecido sin dejar rastro. Ahora tenía algo más interesante con lo que pasar el tiempo así como algo más que proteger.
Los edificios en su tiempo brillantes ahora lucían horriblemente demacrados al contraluz de la luna. Los caminos en el día dorados ahora eran de un tono azul muerto manchado con diversos parches de negro, correspondientes a los borrones generados por las nubes frente a la luz del satélite natural de la Tierra. Prácticamente, Aspros y Traian marchaban por una zona muerta.
Y...por aquí. Señaló Géminis marcando el camino mientras se cubría los ojos con la mano, haciendo mirilla para no dejar que el polvo se entrometiera y lo cegara de forma inoportuna. Finalmente ubicó el camino que salía de los barrios bajos para dirigirse a la entrada del desierto…sí, mientras menos riesgos, mejor para él y para todos los demás. Por los instantes no quería ni llamar la atención ni dejar demasiadas marcas que lo delataran y lo que pensaba hacer no era precisamente, discreto. Fuera como fuera, el gemelo de Cambre avanzó con paso seguro. No tenía tiempo que perder.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Empiezo a cansarme de lo mismo. Murmuró Ares con aburrimiento, apareciendo en medio de uno de los barrios más pobres de la nación que se encontraba del otro lado del Mediterráneo: Egipto.
Si Roma se le antojaba demasiado verde y marrón con el pasto y las piedras que conformaban sus edificios, la tierra del sol era aún peor con la cantidad inconcebible de arena que existía en cualquier parte de sus límites. Era como caminar en un océano interminable de insectos minúsculos que en algún momento habían sido achicharrados por las llamas de un incendio indeterminado...y no ser la causa de destrucción que avalaba semejante acto no era de su agrado precisamente. Estar en un sitio tan ridículo lo enojaba pero claro, tampoco tenía tiempo que perder con semejantes tonterías. Ya había gastado su ocio con un peón cansino, por ahora tocaba terminar el trabajo en curso.
Veamos.... Murmuró el dios levantando su índice, rozándolo contra el filo de la espada que le colgaba al cinto y dejar que una simple gota de sangre surgiera del diminuto corte. Con solo levantar la mano, la pequeña esfera de líquido carmesí salió disparada para perderse en medio del arenal que cubría ciertos rincones de los edificios circundantes para generar la misma reacción que ya antes había logrado en Germania y Roma. Estaban hechos en aquel rincón del mundo.
Espero que esa condición de humana no te tenga agotado, Ashfalor. Dijo Ares con un paso hacia delante, sin voltearse a ver como era que se encontraba su subordinada en aquellos instantes. Aunque no te culparía si este sitio te aberrara. Comentó por lo bajo.
Si Roma se le antojaba demasiado verde y marrón con el pasto y las piedras que conformaban sus edificios, la tierra del sol era aún peor con la cantidad inconcebible de arena que existía en cualquier parte de sus límites. Era como caminar en un océano interminable de insectos minúsculos que en algún momento habían sido achicharrados por las llamas de un incendio indeterminado...y no ser la causa de destrucción que avalaba semejante acto no era de su agrado precisamente. Estar en un sitio tan ridículo lo enojaba pero claro, tampoco tenía tiempo que perder con semejantes tonterías. Ya había gastado su ocio con un peón cansino, por ahora tocaba terminar el trabajo en curso.
Veamos.... Murmuró el dios levantando su índice, rozándolo contra el filo de la espada que le colgaba al cinto y dejar que una simple gota de sangre surgiera del diminuto corte. Con solo levantar la mano, la pequeña esfera de líquido carmesí salió disparada para perderse en medio del arenal que cubría ciertos rincones de los edificios circundantes para generar la misma reacción que ya antes había logrado en Germania y Roma. Estaban hechos en aquel rincón del mundo.
Espero que esa condición de humana no te tenga agotado, Ashfalor. Dijo Ares con un paso hacia delante, sin voltearse a ver como era que se encontraba su subordinada en aquellos instantes. Aunque no te culparía si este sitio te aberrara. Comentó por lo bajo.
EDITADO:
DEJA DE MATAR PERSONAJES SIN USAR TECNICAS AUNQUE SEAN FICTICIOS. PRIMERA ADVERTENCIA. EL PROXIMO VA EN SERIO.
Sasha
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
No sabía a dónde habíamos arribado pero algo si era seguro lo único que se divisaba a la redonda era arena y más arena.
El paraje era completamente desolador, un calor bestial se sentía en el ambiente, no habían transcurrido ni siquiera un par de minutos cuando sentía como el sudor emanaba de cada poro de mi cuerpo empezandome a bañar. Mis ropas negras no ayudaban mucho, tenía mi propio infierno personal y ahora portatil, en definitiva si Roma la gran metropoli me aburía no cabía duda alguna que esta pocilga ya de entrada no merecía ni la más mínima oportunidad.
Empiezo a cansarme de lo mismo. Murmuró Ares mientras me sacaba la capa y pronunciaba: - Ya te estabas tardando ... no esperes que yo esté dando saltitos de felicidad por la diversión inexistente que me has ofrecido .... Oh mi gran Dios! diciendo esto último con cierto sarcasmo.
Por primera vez en todo lo que llevaba con Ares que no me interesó ver lo que hacía, suponía que sería lo mismo que en los otros lugares por lo cual me enfoqué en encontrar algo para beber. Miraba sin esperanza alguna el amarillento paisaje, buscando quizas un oasis, una palmera, un captus para al menos sacarle algo de líquido porque ya comenzaba a sentir los efectos del abrumador sol. Sin resultado alguno y completamente irritada levanté mi lanza, la giré por los aires y dibujando una estrella de cinto puntas expresé: - Estrella de la destrucción. Momento en que una línea de energía negra comenzaba a materializarse y a dejar ver la estrella, cuando finalmente se unieron los cincos puntos toda la arena que estaba contenida en el area de la estrella desapareció dejando tan solo el infertil y duro suelo. Eché un vistazo a mi alrededor y como si brotaran de la arena los tres encapuchados, aún en medio de aquel abrasador calor no se retiraban las capuchas, en definitiva "esos" estaban muertos.
Levanté una ceja al verme con dicho panorama, me pregunté: - ¿Habrá agua allí abajo? Levanté mi mano y desplegué mis cuchillas , con la mano en lo alto, con el sudor bañandome y escuchando las palabras del Dios bélico: Espero que esa condición de humana no te tenga agotado, Ashfalor..... Aunque no te culparía si este sitio te aberrara. Sus palabras, esas palabras no sé que poder ejercieron en mi porque de un momento a otro comencé a tambalearme y la visión se me tornó borrosa, cayendo de rodillas al suelo y tosiendo sin parar esbocé en un tono más humano: - ¿Dónde demonios estoy?.... ¿Ashfalor? Mirando desconcertada todo a mi alrededor, levanté mi vista y ahí estaba el soldado romano, de pie y se le veía bien, mi cabeza comenzaba a doler y el mareo no pasaba, imágenes tras imágenes golpeaban mi mente, recordando lo último vivido en aquel cuarto de hotel, sorprendida y un tanto asustada, por primera vez agobiada por lo que sucedía y con la voz temblorosa dije: - TÚ!!!!!! Tú me apuñalaste!!!!!! sintiendo como el sudor, un sudor frío bajaba por mis sienes recorriendo mis mejillas.
El paraje era completamente desolador, un calor bestial se sentía en el ambiente, no habían transcurrido ni siquiera un par de minutos cuando sentía como el sudor emanaba de cada poro de mi cuerpo empezandome a bañar. Mis ropas negras no ayudaban mucho, tenía mi propio infierno personal y ahora portatil, en definitiva si Roma la gran metropoli me aburía no cabía duda alguna que esta pocilga ya de entrada no merecía ni la más mínima oportunidad.
Empiezo a cansarme de lo mismo. Murmuró Ares mientras me sacaba la capa y pronunciaba: - Ya te estabas tardando ... no esperes que yo esté dando saltitos de felicidad por la diversión inexistente que me has ofrecido .... Oh mi gran Dios! diciendo esto último con cierto sarcasmo.
Por primera vez en todo lo que llevaba con Ares que no me interesó ver lo que hacía, suponía que sería lo mismo que en los otros lugares por lo cual me enfoqué en encontrar algo para beber. Miraba sin esperanza alguna el amarillento paisaje, buscando quizas un oasis, una palmera, un captus para al menos sacarle algo de líquido porque ya comenzaba a sentir los efectos del abrumador sol. Sin resultado alguno y completamente irritada levanté mi lanza, la giré por los aires y dibujando una estrella de cinto puntas expresé: - Estrella de la destrucción. Momento en que una línea de energía negra comenzaba a materializarse y a dejar ver la estrella, cuando finalmente se unieron los cincos puntos toda la arena que estaba contenida en el area de la estrella desapareció dejando tan solo el infertil y duro suelo. Eché un vistazo a mi alrededor y como si brotaran de la arena los tres encapuchados, aún en medio de aquel abrasador calor no se retiraban las capuchas, en definitiva "esos" estaban muertos.
Levanté una ceja al verme con dicho panorama, me pregunté: - ¿Habrá agua allí abajo? Levanté mi mano y desplegué mis cuchillas , con la mano en lo alto, con el sudor bañandome y escuchando las palabras del Dios bélico: Espero que esa condición de humana no te tenga agotado, Ashfalor..... Aunque no te culparía si este sitio te aberrara. Sus palabras, esas palabras no sé que poder ejercieron en mi porque de un momento a otro comencé a tambalearme y la visión se me tornó borrosa, cayendo de rodillas al suelo y tosiendo sin parar esbocé en un tono más humano: - ¿Dónde demonios estoy?.... ¿Ashfalor? Mirando desconcertada todo a mi alrededor, levanté mi vista y ahí estaba el soldado romano, de pie y se le veía bien, mi cabeza comenzaba a doler y el mareo no pasaba, imágenes tras imágenes golpeaban mi mente, recordando lo último vivido en aquel cuarto de hotel, sorprendida y un tanto asustada, por primera vez agobiada por lo que sucedía y con la voz temblorosa dije: - TÚ!!!!!! Tú me apuñalaste!!!!!! sintiendo como el sudor, un sudor frío bajaba por mis sienes recorriendo mis mejillas.
Penélope- Cantidad de envíos : 51
Re: [Alejandria] Barrios bajos
Oh...¿tan pronto acabó el efecto? Menuda voluntad, es extraño que un humano pueda superar tanto. No importa…al parecer no solo son los comunes como tú sino también los demás insectos que aún no superan su lado más débil…sigh. Dijo Ares volteándose para encarar directamente a la mujer humana que de alguna forma, había podido sobrellevar la influencia de su espada y por ende, la consciencia de Ashfalor en su cuerpo. Debía reconocer que aquel envase tenía una mente fuerte, algo apreciable y que por lo visto, era inexistente dentro de su propio ejército.
Sí, incluso desde aquella distancia podía oler las dudas, las hormonas y la estupidez rampante entre los que se suponía, eran guerreros de temer. Y de nuevo, no le importaba. Ya había sembrado las bases de su plan y por ahora solo quedaba esparcir un poco de su ideología en el mundo, y por lo tanto aquella humana de cabello negro sería la primera en deleitarse con su toque personal.
Lo siento, pero no soy “ese soldado”. Soy algo mucho más elevado, soy aquello que los de tu clase deberían temer más que nada…y por si las dudas, ¿qué tal una prueba? Murmuró el dios apuntando directamente a Penélope con su palma extendida y encendiendo su cosmos, manifestar su voluntad, aquello conocido como el Noveno Sentido o el Aliento de los Dioses para que su cerebrito se sobrecargara con todo lo que representaba Ares: el miedo, el terror, las ansias de sangre, deseos de matanza y por supuesto, la agonía del fuego en la batalla. Apenas empezamos. Dime, ¿qué se siente tener en tu cerebro una ínfima parte de lo qué pienso a cada segundo? ¿Se siente bien? ¿Se siente mal? Dímelo, hace eones que perdí la perspectiva humana de las cosas…
Sí, incluso desde aquella distancia podía oler las dudas, las hormonas y la estupidez rampante entre los que se suponía, eran guerreros de temer. Y de nuevo, no le importaba. Ya había sembrado las bases de su plan y por ahora solo quedaba esparcir un poco de su ideología en el mundo, y por lo tanto aquella humana de cabello negro sería la primera en deleitarse con su toque personal.
Lo siento, pero no soy “ese soldado”. Soy algo mucho más elevado, soy aquello que los de tu clase deberían temer más que nada…y por si las dudas, ¿qué tal una prueba? Murmuró el dios apuntando directamente a Penélope con su palma extendida y encendiendo su cosmos, manifestar su voluntad, aquello conocido como el Noveno Sentido o el Aliento de los Dioses para que su cerebrito se sobrecargara con todo lo que representaba Ares: el miedo, el terror, las ansias de sangre, deseos de matanza y por supuesto, la agonía del fuego en la batalla. Apenas empezamos. Dime, ¿qué se siente tener en tu cerebro una ínfima parte de lo qué pienso a cada segundo? ¿Se siente bien? ¿Se siente mal? Dímelo, hace eones que perdí la perspectiva humana de las cosas…
Octavius- Dios/a
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Era el mismo hombre, era el mismo sujeto que no podía sostenerse por sí solo en el comedor del Coliseo pero su voz, aunque conservaba el mismo timbre había algo en él que se mostraba diferente, era curioso no sentía miedo, estaba más desconcertada por encontrarme en aquel arenal y rodeada de aquellos sujetos encapuchados que estaban detrás mio que por la presencia misma de aquel sujeto.
Lo siento, pero no soy “ese soldado”. Soy algo mucho más elevado, soy aquello que los de tu clase deberían temer más que nada…y por si las dudas, ¿qué tal una prueba? Fueron sus palabras, hice un sutil gesto en mi rostro arrugando el ceño en signo de "qué demonios!" Mis ojos se posaron en su mano extendida, todo mi cuerpo se paralizó y mi piel se erizó por completo, de pie y sin poder moverme sentí como algo me invadía interiormente, de pronto mi cerebro era golpeado por millones de imagenes de dolor y sufrimiento, muerte y caos, desesperación y pánico, sus acciones embargaron mi alma con todo lo que representaba a la deidad bélica: el miedo, el terror, sangre, matanza, la agonía en la batalla.... Comencé a convulsionar moviendo mi cuerpo alocadamente. cada vez se agitaba más y más, no sentía dolor pero si sentía que lo estaba perdiendo todo, como poseída mis brazos, pienas, cuerpo, cabeza... todo absolutamente todo se movía agitandose con furor, mis ojos abiertos mirandolo sin parar de convulsionar, con la sangre brotando de la comisura de mis labios, dibujando una delicada línea susurré: - Dejame en paz.... En ese momento sin percatarme mi propia lanza me atravesaba pecho y espalda haciendo que mi cuerpo finalmente se calmara dejando caer mi cabeza. Como un muñeco de trapo que se tambaleaba por la acción del viento, me quedé quieta, aspirando por la nariz exhalando por la boca, pausado y lento, sus palabras fueron claras: Apenas empezamos. Dime, ¿qué se siente tener en tu cerebro una ínfima parte de lo qué pienso a cada segundo? ¿Se siente bien? ¿Se siente mal? Dímelo, hace eones que perdí la perspectiva humana de las cosas… Levantando abruptamente mi brazo izquierdo y tomando su cuello extendiendo mis cuchillas respondí: - Se siente bien.... Muy bien Ares Moviendo mi dedo pulgar y apuntando mi uña hacia su barbilla rosandolo con la punta de mi cuchilla su piel.
Levanté la cabeza y lo miré fijamente, saboreandome los labios, limpiandome la sangre y sin quitar mi mano de su cuello dije: - Será mejor que hagas algo con mi condición humana, puede resultarnos un problema cuando comience la guerra sacandome de un tirón la lanza.
Lo siento, pero no soy “ese soldado”. Soy algo mucho más elevado, soy aquello que los de tu clase deberían temer más que nada…y por si las dudas, ¿qué tal una prueba? Fueron sus palabras, hice un sutil gesto en mi rostro arrugando el ceño en signo de "qué demonios!" Mis ojos se posaron en su mano extendida, todo mi cuerpo se paralizó y mi piel se erizó por completo, de pie y sin poder moverme sentí como algo me invadía interiormente, de pronto mi cerebro era golpeado por millones de imagenes de dolor y sufrimiento, muerte y caos, desesperación y pánico, sus acciones embargaron mi alma con todo lo que representaba a la deidad bélica: el miedo, el terror, sangre, matanza, la agonía en la batalla.... Comencé a convulsionar moviendo mi cuerpo alocadamente. cada vez se agitaba más y más, no sentía dolor pero si sentía que lo estaba perdiendo todo, como poseída mis brazos, pienas, cuerpo, cabeza... todo absolutamente todo se movía agitandose con furor, mis ojos abiertos mirandolo sin parar de convulsionar, con la sangre brotando de la comisura de mis labios, dibujando una delicada línea susurré: - Dejame en paz.... En ese momento sin percatarme mi propia lanza me atravesaba pecho y espalda haciendo que mi cuerpo finalmente se calmara dejando caer mi cabeza. Como un muñeco de trapo que se tambaleaba por la acción del viento, me quedé quieta, aspirando por la nariz exhalando por la boca, pausado y lento, sus palabras fueron claras: Apenas empezamos. Dime, ¿qué se siente tener en tu cerebro una ínfima parte de lo qué pienso a cada segundo? ¿Se siente bien? ¿Se siente mal? Dímelo, hace eones que perdí la perspectiva humana de las cosas… Levantando abruptamente mi brazo izquierdo y tomando su cuello extendiendo mis cuchillas respondí: - Se siente bien.... Muy bien Ares Moviendo mi dedo pulgar y apuntando mi uña hacia su barbilla rosandolo con la punta de mi cuchilla su piel.
Levanté la cabeza y lo miré fijamente, saboreandome los labios, limpiandome la sangre y sin quitar mi mano de su cuello dije: - Será mejor que hagas algo con mi condición humana, puede resultarnos un problema cuando comience la guerra sacandome de un tirón la lanza.
Penélope- Cantidad de envíos : 51
Re: [Alejandria] Barrios bajos
Quedarse en el templo de la guerra era nada más que una pérdida de tiempo para Madareth, la señora de la guerra no solo estaba asqueada con la situación de los berserkers sino de su propio dios quien estaba en una especie de transe, pero al poco tiempo al parecer había regresado, pero al final la imagen del glorioso ejercito de Ares solo se reducía a sentimentalismos y majadería. El único sentimiento que debe dominar los corazones de los berserkers es el amor por la guerra, la destrucción, la sangre y la muerte. Siguiendo el cosmos de su dios, el cual le llevo hasta las lejanas tierras del Nilo, a los barrios bajos de la capital egipcia a presenciar lo que parecía la búsqueda de un esbirro mas. La señora de la guerra quien desde el instante que había despertado nunca se separaba de su armadura, ya que ella no era una mortal, se convirtió en una arma de destrucción que debía acabar con todo cuanto se lo ordenara su dios. Pero a su vez era un arma de doble filo y que hasta el momento había perdido la paciencia.
- Lamento interrumpirle – Madareth quien se encontraba en el tejado de una de las casas observo aquella escena de la mujer de cabellos negros que estaba presente ante el dios de la guerra, Madareth podía sentir el cosmos aunque diminuto de un esbirro de Ares, no le importaba en nada, sus compañeros eran una basura, ninguno había ganado el respeto de la señora de la guerra para tratarle a un igual. – Y tiene razón, la condición humana tiene a este ejército en un total fracaso Ashfalor ¿Será igual que los pedazos de mierda con los que tengo que servir? –
Observo con ira a la mujer y se volteo hacia el hombre de imponente presencia, ante el dios, el guerrero, el hombre a quien le juro lealtad eterna hasta el fin de los días. – Tenía ganas de hacer esto. – Y sin meditarlo, sin dudar, con toda su fuerza lanzo un puñetazo al hombre que reencarnaba el espíritu de guerra en la tierra. – Su ejército es una mierda y yo, estaba cansada de esperar en el templo de la guerra, eso va porque he perdido totalmente la paciencia señor – al terminar escupió en el piso en una actitud provocadora hacia su dios.
- Lamento interrumpirle – Madareth quien se encontraba en el tejado de una de las casas observo aquella escena de la mujer de cabellos negros que estaba presente ante el dios de la guerra, Madareth podía sentir el cosmos aunque diminuto de un esbirro de Ares, no le importaba en nada, sus compañeros eran una basura, ninguno había ganado el respeto de la señora de la guerra para tratarle a un igual. – Y tiene razón, la condición humana tiene a este ejército en un total fracaso Ashfalor ¿Será igual que los pedazos de mierda con los que tengo que servir? –
Observo con ira a la mujer y se volteo hacia el hombre de imponente presencia, ante el dios, el guerrero, el hombre a quien le juro lealtad eterna hasta el fin de los días. – Tenía ganas de hacer esto. – Y sin meditarlo, sin dudar, con toda su fuerza lanzo un puñetazo al hombre que reencarnaba el espíritu de guerra en la tierra. – Su ejército es una mierda y yo, estaba cansada de esperar en el templo de la guerra, eso va porque he perdido totalmente la paciencia señor – al terminar escupió en el piso en una actitud provocadora hacia su dios.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Precisamente, Ashfalor. Tengo el destino perfecto para tu lado humano…tan solo déjame --- Antes de terminar la frase, sin embargo, una nueva voz se hacía presente en la escena. Perteneciente a alguien a quien se suponía ya se le había declarado como uno de sus soldados más “fieles” y cuya inacción tampoco había demostrado mucho, la mujer conocida como Madareth tan solo se había acercado a su persona para lanzar un puñetazo semejante al que antes había recibido, ya un tiempo atrás en el coliseo romano…pero la diferencia entre ambas situaciones era palpable.
Y...¿eso es todo? Preguntó Ares sin inmutarse, dejando notar que el puño de Madareth, antes lo suficientemente fuerte como para hacerlo sangrar esta vez ni siquiera había podido mover un milímetro su cabeza…ni siquiera había podido deformar el estado natural de su piel. Sinceramente, esperaba más de la persona que una vez pudo encajar un puñetazo directo en mi pero bien…no puedo pedir mucho, al parecer con cada segundo que pasa la calidad del ejército Berserker de esta era disminuye más y más.
Madareth, un puñetazo se lanza- Dando un paso hacia delante y arrastrando consigo a la pelirroja, quien se mantenía en pie con su puño erguido, el dios de la guerra cerró su diestra con calma para así flexionar el brazo y con una sola mirada de sus ojos de esclerótica negra y pupilas rojas lanzar un golpe en dirección al costado izquierdo de su soldado, provocando una simple onda de choque que partió la tierra circundante antes de que su mano impactara en Madareth. -así. Finalizó Ares con tono desinteresado al tiempo que un rugido resonaba a su alrededor: la Berserker había salido volando calle abajo, chocando y dejando un profundo rastro en el suelo arenoso de Egipto.
No eres la única que perdió la paciencia.
Y...¿eso es todo? Preguntó Ares sin inmutarse, dejando notar que el puño de Madareth, antes lo suficientemente fuerte como para hacerlo sangrar esta vez ni siquiera había podido mover un milímetro su cabeza…ni siquiera había podido deformar el estado natural de su piel. Sinceramente, esperaba más de la persona que una vez pudo encajar un puñetazo directo en mi pero bien…no puedo pedir mucho, al parecer con cada segundo que pasa la calidad del ejército Berserker de esta era disminuye más y más.
Madareth, un puñetazo se lanza- Dando un paso hacia delante y arrastrando consigo a la pelirroja, quien se mantenía en pie con su puño erguido, el dios de la guerra cerró su diestra con calma para así flexionar el brazo y con una sola mirada de sus ojos de esclerótica negra y pupilas rojas lanzar un golpe en dirección al costado izquierdo de su soldado, provocando una simple onda de choque que partió la tierra circundante antes de que su mano impactara en Madareth. -así. Finalizó Ares con tono desinteresado al tiempo que un rugido resonaba a su alrededor: la Berserker había salido volando calle abajo, chocando y dejando un profundo rastro en el suelo arenoso de Egipto.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
¿Y eso es todo?
Aquellas palabras fueron como un detonante para Madareth quien abrió sus ojos de par en par y sintió a su vez como algo palpitaba en su interior y la ira empezaba a consumirle aun más. Sus puños se apretaron aun más y el piso alrededor de ella empezaba a sentir la presión del naciente y violento cosmos de la señora de la guerra. Pero había algo que estaba fallando y las palabras de Ares lo ponían en evidencia ¿Seria posible que su poder haya bajado al nivel de sus patéticos compañeros? Eso era una total mentira y se lo demostraría en el siguiente golpe, pero el dios que encarnaba la guerra sádica y violenta esta vez no se quedaría quieto como en aquella ocasión, sino que participaría en la batalla que la berserker había comenzado.
Un agudo dolor, eso fue lo que pudo sentir Madareth en cuestión de milisegundos mientras salía volando en dirección contraria al dios dejando una densa nube de polvo la cual al disiparse, mostró a la berserker quien se tomaba su costado izquierdo y mantenía la cabeza agachada como si estuviese sufriendo por el dolor.
- Je je… je je… je… - exclamo la mujer quien estaba recuperando el aliento tras brutal golpe, su mano derecha examinaba el daño causado. Un par de costillas rotas ¿Acaso importaba? Claro que no, si la diversión apenas comenzaba. Levanto su mirada, en la cual se reflejaba demencia total y donde también un destello rojizo tenía lugar, era ese mismo destello de un depredador cuando esta frente a su presa, es el ansia de asesinar, de sembrar muerte y destrucción.
- Pues, me alegra que compartamos la misma opinión, Señor de la guerra. – La mujer desenfundo las dos espadas que cargaba a sus espaldas y lanzo una de estas a una distancia considerablemente peligrosa al dios, para luego jalarla de nuevo con las cadenas a las cuales estas estaban atadas. – Permítame seguir compartiendo opiniones. – Salió corriendo a toda velocidad en dirección del dios con las armas en sus manos, para luego dar un descomunal salto y atacar a la deidad de la guerra con sus armas.
Aquellas palabras fueron como un detonante para Madareth quien abrió sus ojos de par en par y sintió a su vez como algo palpitaba en su interior y la ira empezaba a consumirle aun más. Sus puños se apretaron aun más y el piso alrededor de ella empezaba a sentir la presión del naciente y violento cosmos de la señora de la guerra. Pero había algo que estaba fallando y las palabras de Ares lo ponían en evidencia ¿Seria posible que su poder haya bajado al nivel de sus patéticos compañeros? Eso era una total mentira y se lo demostraría en el siguiente golpe, pero el dios que encarnaba la guerra sádica y violenta esta vez no se quedaría quieto como en aquella ocasión, sino que participaría en la batalla que la berserker había comenzado.
Un agudo dolor, eso fue lo que pudo sentir Madareth en cuestión de milisegundos mientras salía volando en dirección contraria al dios dejando una densa nube de polvo la cual al disiparse, mostró a la berserker quien se tomaba su costado izquierdo y mantenía la cabeza agachada como si estuviese sufriendo por el dolor.
- Je je… je je… je… - exclamo la mujer quien estaba recuperando el aliento tras brutal golpe, su mano derecha examinaba el daño causado. Un par de costillas rotas ¿Acaso importaba? Claro que no, si la diversión apenas comenzaba. Levanto su mirada, en la cual se reflejaba demencia total y donde también un destello rojizo tenía lugar, era ese mismo destello de un depredador cuando esta frente a su presa, es el ansia de asesinar, de sembrar muerte y destrucción.
- Pues, me alegra que compartamos la misma opinión, Señor de la guerra. – La mujer desenfundo las dos espadas que cargaba a sus espaldas y lanzo una de estas a una distancia considerablemente peligrosa al dios, para luego jalarla de nuevo con las cadenas a las cuales estas estaban atadas. – Permítame seguir compartiendo opiniones. – Salió corriendo a toda velocidad en dirección del dios con las armas en sus manos, para luego dar un descomunal salto y atacar a la deidad de la guerra con sus armas.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Débil. Dijo Ares mientras observaba todos y cada uno de los movimientos de Madareth, entendiendo a la perfección como era que funcionaba su cuerpo, como flexionaba sus músculos y como se manifestaba su cosmos en el ambiente a su alrededor…y no era nada impresionante. Había visto mejor desarrollo físico en guerreros que no tenían ni la mitad de fuerza, en ese momento la pelirroja era meramente un chiste.
Y se lo haría entender de una vez por todas.
Dime Madareth, ¿esa es toda tu voluntad? Preguntó la deidad dejando que la otra acercara peligrosamente el filo de sus espadas a su cuerpo, procediendo a tomar la hoja de la izquierda con su diestra para así doblarla hacia un lado, desviando la trayectoria de la otra espada. Dado que ya los movimientos de la Señora de la Guerra no podían salir de un patrón determinado al encontrarse en el aire, la estrategia se hacía más que clara: hacerla continuar con su viaje directamente al suelo.
Apareciendo detrás de la mujer y usando la velocidad provista por su cosmos divino Ares posaba su espalda sobre la de Madareth, enredando sus piernas en las de la pelirroja para así enterrar su palma en la nuca de esta y forzando un giro con el cual la llave estaba completa. Tras un fiero choque en la tierra y el posterior levantamiento de polvo, la escena revelaba un Ares que mantenía la cabeza de su soldado directamente encajada en la tierra mientras que sus brazos parecían estar a punto de ser quebrados, tan solo por la fuerza que aplicaba la deidad.
Ya no tienes la misma capacidad de antes…¿en qué momento perdiste la noción de lo que es batallar? Estás oxidada…oxidada y rota, tan débil como los humanos. Tal vez deberías irte con Athena y ser una señorita con máscara, tal vez así tengas un verdadero propósito en vida. Comentó el dios aplicando más y más fuerza en su agarre, amenazando con romperle los huesos de un momento a otro. Que triste...ja.
Y se lo haría entender de una vez por todas.
Dime Madareth, ¿esa es toda tu voluntad? Preguntó la deidad dejando que la otra acercara peligrosamente el filo de sus espadas a su cuerpo, procediendo a tomar la hoja de la izquierda con su diestra para así doblarla hacia un lado, desviando la trayectoria de la otra espada. Dado que ya los movimientos de la Señora de la Guerra no podían salir de un patrón determinado al encontrarse en el aire, la estrategia se hacía más que clara: hacerla continuar con su viaje directamente al suelo.
Apareciendo detrás de la mujer y usando la velocidad provista por su cosmos divino Ares posaba su espalda sobre la de Madareth, enredando sus piernas en las de la pelirroja para así enterrar su palma en la nuca de esta y forzando un giro con el cual la llave estaba completa. Tras un fiero choque en la tierra y el posterior levantamiento de polvo, la escena revelaba un Ares que mantenía la cabeza de su soldado directamente encajada en la tierra mientras que sus brazos parecían estar a punto de ser quebrados, tan solo por la fuerza que aplicaba la deidad.
Ya no tienes la misma capacidad de antes…¿en qué momento perdiste la noción de lo que es batallar? Estás oxidada…oxidada y rota, tan débil como los humanos. Tal vez deberías irte con Athena y ser una señorita con máscara, tal vez así tengas un verdadero propósito en vida. Comentó el dios aplicando más y más fuerza en su agarre, amenazando con romperle los huesos de un momento a otro. Que triste...ja.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
¿Qué demonios nos pasa? Era evidente que el dios no estaba jugando con la berserker quien rápidamente fue neutralizada por la divinidad de la guerra y ahora la tenia a su completa merced, el dolor causado por el agarre del dios, parecía estar en su segundo plano, ya que las palabras de este habían sido mas hirientes que su descomunal fuerza física. La señora de la guerra se mantuvo unos instantes en silencio, sumergida en sus pensamientos y escuchando una y otra vez las palabras de Ares.
¿Acaso soy un insecto asi de insignificante? La berserker no podía creer, que ella quien se proclamara la señora de la guerra estaba dudando de si misma y sus capacidades, pero sobre todo de su lealtad al campo de batalla. “Eres tan débil como los humanos…” Yo no soy un jodido humano, estoy por encima de ellos, soy un ser que vive de la sangre y la destrucción, del amor al campo de batalla y de la lealtad al único ser que ha podido derrotarme a travez de las eras… pero que es lo que detiene a la señora de la guerra ¿Qué nos detiene?
Mientras tanto, los brazos de la joven berserker empezaban a ceder, siendo primero el brazo derecho roto por la fuerza del dios en un ¡Crack!, un ser humano común y corriente gritaría del dolor tan inmenso, pero la berserker parecía ni inmutarse.
- Irme… ¿Con Athena?... – una pequeña risilla la cual se fue convirtiendo en uan carcajada demencial fue la única respuesta que hasta el momento le habia dado la señora de la guerra. Esas ultimas palabras en verdad hicieron enojar a la berserker para quien aquellas palabras no eran mas que un insulto. Aunque tuviera un brazo roto, la mujer sacando una fuerza descomunal, agarro el brazo izquierdo del dios de la guerra y apretándolo con fuerza con su mano, hizo que este en un ligero descuido saliera volando y esta quedara libre de aquel agarre.
La mujer se reincorporo, tenia varias heridas y sangre que brotaba de su cabeza, pero su brazo derecho no se viaa nada bien, estaba desencajado y tenia una posición anormal, la mujer se tomo con fuerza del hombro y en un fuerte y rápido movimiento, volvió a encajarlo, de donde este se habia salido. –Mi verdadero propósito…. Siempre ha sido, es y será ¡¡¡¡LA GUERRA!!! – La mujer se avalanzo contra el dios de la guerra, empujándolo hacia atrás, y arrasando consigo algunas casas de aquellos barrios bajos, para luego pegarle un fuerte codazo y mandarle al piso, donde empezó a darle puñetazos en el pecho.
¿Acaso soy un insecto asi de insignificante? La berserker no podía creer, que ella quien se proclamara la señora de la guerra estaba dudando de si misma y sus capacidades, pero sobre todo de su lealtad al campo de batalla. “Eres tan débil como los humanos…” Yo no soy un jodido humano, estoy por encima de ellos, soy un ser que vive de la sangre y la destrucción, del amor al campo de batalla y de la lealtad al único ser que ha podido derrotarme a travez de las eras… pero que es lo que detiene a la señora de la guerra ¿Qué nos detiene?
Mientras tanto, los brazos de la joven berserker empezaban a ceder, siendo primero el brazo derecho roto por la fuerza del dios en un ¡Crack!, un ser humano común y corriente gritaría del dolor tan inmenso, pero la berserker parecía ni inmutarse.
- Irme… ¿Con Athena?... – una pequeña risilla la cual se fue convirtiendo en uan carcajada demencial fue la única respuesta que hasta el momento le habia dado la señora de la guerra. Esas ultimas palabras en verdad hicieron enojar a la berserker para quien aquellas palabras no eran mas que un insulto. Aunque tuviera un brazo roto, la mujer sacando una fuerza descomunal, agarro el brazo izquierdo del dios de la guerra y apretándolo con fuerza con su mano, hizo que este en un ligero descuido saliera volando y esta quedara libre de aquel agarre.
La mujer se reincorporo, tenia varias heridas y sangre que brotaba de su cabeza, pero su brazo derecho no se viaa nada bien, estaba desencajado y tenia una posición anormal, la mujer se tomo con fuerza del hombro y en un fuerte y rápido movimiento, volvió a encajarlo, de donde este se habia salido. –Mi verdadero propósito…. Siempre ha sido, es y será ¡¡¡¡LA GUERRA!!! – La mujer se avalanzo contra el dios de la guerra, empujándolo hacia atrás, y arrasando consigo algunas casas de aquellos barrios bajos, para luego pegarle un fuerte codazo y mandarle al piso, donde empezó a darle puñetazos en el pecho.
Ada- Berseker de Ares
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Si algo pretendía lograr la deidad de la guerra con todo lo que hasta ese momento había hecho en su pequeña escaramuza con Madareth, la pequeña e imperceptible sonrisa que cruzó su rostro fue más que suficiente prueba como para mostrar que justamente había obtenido lo que quería, incluso bajo la lluvia de golpes que le propinaba su soldado quien realmente no lograba nada…por más que ella fuera el ser más destructivo en cuanto a poder ofensivo, él era quien la había conquistado eras atrás. Esos puñetazos no eran más que una brisa ligera contra su piel.
Suficiente. Ya vi demasiado. Dijo Ares con indiferencia, cerrando y abriendo los ojos con lentitud para de esa forma encender su cosmos cambiando la perspectiva del ambiente, haciendo que desde su posición el tiempo pareciera congelado. Levantando su diestra y extendiendo todos sus dedos en la posición considerada como la “espada”, Ares lanzó un solo mandoble que iba desde la parte baja de la cintura de Madareth hasta el nivel de los hombros que habría de destrozar toda la caja toráxica al mismo tiempo que con la izquierda mantenía su índice atrapado con el pulgar, liberándolo frente a la cara de la pelirroja junto a una onda de choque que habría de enviarla volando al menos una calle arriba…todo eso en lo que para alguien normal no era ni un nanosegundo, cortesía de lo que los humanos llamaban Cosmos Divino.
Respuesta correcta Madareth, al parecer si tienes la voluntad suficiente como para cumplir con tu objetivo en esta era. Comentó la deidad apareciendo erguida, observando como su soldado caía y era básicamente cortada en dos. Pero claro no todo terminaba ahí sino que más bien, tan solo comenzaba...
Suficiente. Ya vi demasiado. Dijo Ares con indiferencia, cerrando y abriendo los ojos con lentitud para de esa forma encender su cosmos cambiando la perspectiva del ambiente, haciendo que desde su posición el tiempo pareciera congelado. Levantando su diestra y extendiendo todos sus dedos en la posición considerada como la “espada”, Ares lanzó un solo mandoble que iba desde la parte baja de la cintura de Madareth hasta el nivel de los hombros que habría de destrozar toda la caja toráxica al mismo tiempo que con la izquierda mantenía su índice atrapado con el pulgar, liberándolo frente a la cara de la pelirroja junto a una onda de choque que habría de enviarla volando al menos una calle arriba…todo eso en lo que para alguien normal no era ni un nanosegundo, cortesía de lo que los humanos llamaban Cosmos Divino.
Respuesta correcta Madareth, al parecer si tienes la voluntad suficiente como para cumplir con tu objetivo en esta era. Comentó la deidad apareciendo erguida, observando como su soldado caía y era básicamente cortada en dos. Pero claro no todo terminaba ahí sino que más bien, tan solo comenzaba...
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Madareth no quería detenerse ante la violenta golpiza que le estaba otorgando al dios que había jurado servir desde hace eras, al parecer este se encontraba satisfecho con la reacción de la señora de la guerra, quien se encontraba mas dispuesta y confiada en seguir las ordenes de su señor aunque estas le llevasen a los mismísimos infiernos. Pero lo que no esperaba la berserker fue la reacción del dios, quien usando su cosmos lanzo un corte que fue capaz de despedazarle casi todo su tronco, aparte de mandarla nuevamente a volar por los aires y terminar estrellada contra las ruinas de una casa.
La mujer, sentía como la sangre fluia a travez de la enorme herida y asi mismo su vida iba escapando, si esa era la voluntad de Ares ella la aceptaría, pero habia algo mas, siempre estaban presentes las segundas intenciones en el modo de actual del dios de la guerra. A pesar del golpe tan brutal, la berserker se habia enseñado a soportar el dolor, en ningún momento se quejaba, tan solo observaba a su dios acercarse a ella, mientras ella respiraba con dificultad y la vista se le nublaba. – Aunque partida en dos claro que cumpliré mi objetivo… puede que mi cuerpo este hecho mil pedazos… arg… pero mientras el deseo de lucha… aun… este… en mi… arg… yo no… - le era difícil hablar, un poco de sangre salía de su boca, observo la palma de su mano derecha, la cual estaba cubierta de sangre, la levanto hacia su dios y apretó con las pocas fuerzas que le quedaban su puño. – lo decepcionare… - y su mano cayo a la vez que la agonía se apoderaba de ella
La mujer, sentía como la sangre fluia a travez de la enorme herida y asi mismo su vida iba escapando, si esa era la voluntad de Ares ella la aceptaría, pero habia algo mas, siempre estaban presentes las segundas intenciones en el modo de actual del dios de la guerra. A pesar del golpe tan brutal, la berserker se habia enseñado a soportar el dolor, en ningún momento se quejaba, tan solo observaba a su dios acercarse a ella, mientras ella respiraba con dificultad y la vista se le nublaba. – Aunque partida en dos claro que cumpliré mi objetivo… puede que mi cuerpo este hecho mil pedazos… arg… pero mientras el deseo de lucha… aun… este… en mi… arg… yo no… - le era difícil hablar, un poco de sangre salía de su boca, observo la palma de su mano derecha, la cual estaba cubierta de sangre, la levanto hacia su dios y apretó con las pocas fuerzas que le quedaban su puño. – lo decepcionare… - y su mano cayo a la vez que la agonía se apoderaba de ella
Ada- Berseker de Ares
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Exacto, eso es justamente lo que necesito…una voluntad inquebrantable como la tuya. Dijo Ares desenfundando su espada con calma, tomándola por la hoja en lugar del mango y dejar que el filo lo hiciera sangrar. Posicionando el arma por sobre Madareth, unas cuantas gotas del líquido carmín se deslizaron a través del metal sagrado cayendo sobre el casi-cadáver de la pelirroja, moviéndose con lentitud y restituyendo poco a poco los tejidos, músculos, huesos y piel dañadas a medida que pasaban por sobre estos.
Es algo que todavía los demás no parecen entender en su totalidad. No solo requiero poder sino también actitud, como por ejemplo tu terquedad y reticencia a morir sin haber satisfecho tu deseo inconmensurable por luchar. Incluso los demás insectos que cayeron antes tenían de eso y es precisamente por eso que me son tan útiles una vez muertos…el orgullo de Hellgorak que es capaz de desafiar a un dios…la ambición de Ushuriel que es capaz de consumir la divinidad a su paso y porque no, el ridículo deseo del humano que habitaba Bazir por proteger a un patético fantasma. Todo viene siendo lo mismo: combustible para mi plan.
Y ha llegado el momento de empezar, el telón se levanta para nosotros los Berserkers. Nuestra era ha comenzado y el primer paso lo darás tú, Señora de la Guerra Madareth.
Finalmente el efecto de la sangre sagrada se mostraba en su totalidad: la armadura y el cuerpo dañados de si sirvienta más violenta se encontraban totalmente reparados e incluso, más potentes que antes. Los detalles una vez semejantes a los de una flor ahora cambiaban, dándole una apariencia un tanto más afilada y peligrosa.
Ahora marchemos, solo queda un cabo por atar de allí comenzará el juego. ¿Estás conmigo Madareth?
-------
Offrol: Bien, lo dejo dicho aquí mismo para los que no están enterados: la habilidad de la defensa de Ares (ocultar su presencia a todos los que el elija, llámense TODOS excepto Penélope/Ashfalor) está activa. Pueden tener una idea de donde me encuentro por el cosmos de Madareth y como mucho, los vestigios de la poca energía que tiene Ashfalor pero hasta ahí. He leído en sus narraciones como saben donde estoy y eso lo paso por efectos prácticos y lógicos, pero tampoco anden diciendo que saben TODO lo que estoy haciendo como por ejemplo que ando con una humana-Berserker (a la que además parecen conocer de forma mágica e inexplicable) sin que hayan interactuado JAMÁS con ella, esto último también aplica a Ada.
A eso se le llama metajuego ó en términos simples, conocimientos inexplicables ONROL. Si veo que lo siguen haciendo les quito las armaduras y los mataré personalmente de la forma más asquerosa y gore posible dado que es de mal gusto y le quita el chiste a rolear con los demás.
Si quieren rolear conmigo o tienen algo que decir onrol o lo que sea, envíen un mensaje con cosmos o bien, preséntense o pregunten de antemano si no interrumpen nada llegando al lugar en persona para SABER que es lo que pasa.
Cambio y fuera, espero que haya quedado claro.
Es algo que todavía los demás no parecen entender en su totalidad. No solo requiero poder sino también actitud, como por ejemplo tu terquedad y reticencia a morir sin haber satisfecho tu deseo inconmensurable por luchar. Incluso los demás insectos que cayeron antes tenían de eso y es precisamente por eso que me son tan útiles una vez muertos…el orgullo de Hellgorak que es capaz de desafiar a un dios…la ambición de Ushuriel que es capaz de consumir la divinidad a su paso y porque no, el ridículo deseo del humano que habitaba Bazir por proteger a un patético fantasma. Todo viene siendo lo mismo: combustible para mi plan.
Y ha llegado el momento de empezar, el telón se levanta para nosotros los Berserkers. Nuestra era ha comenzado y el primer paso lo darás tú, Señora de la Guerra Madareth.
Finalmente el efecto de la sangre sagrada se mostraba en su totalidad: la armadura y el cuerpo dañados de si sirvienta más violenta se encontraban totalmente reparados e incluso, más potentes que antes. Los detalles una vez semejantes a los de una flor ahora cambiaban, dándole una apariencia un tanto más afilada y peligrosa.
Ahora marchemos, solo queda un cabo por atar de allí comenzará el juego. ¿Estás conmigo Madareth?
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Offrol: Bien, lo dejo dicho aquí mismo para los que no están enterados: la habilidad de la defensa de Ares (ocultar su presencia a todos los que el elija, llámense TODOS excepto Penélope/Ashfalor) está activa. Pueden tener una idea de donde me encuentro por el cosmos de Madareth y como mucho, los vestigios de la poca energía que tiene Ashfalor pero hasta ahí. He leído en sus narraciones como saben donde estoy y eso lo paso por efectos prácticos y lógicos, pero tampoco anden diciendo que saben TODO lo que estoy haciendo como por ejemplo que ando con una humana-Berserker (a la que además parecen conocer de forma mágica e inexplicable) sin que hayan interactuado JAMÁS con ella, esto último también aplica a Ada.
A eso se le llama metajuego ó en términos simples, conocimientos inexplicables ONROL. Si veo que lo siguen haciendo les quito las armaduras y los mataré personalmente de la forma más asquerosa y gore posible dado que es de mal gusto y le quita el chiste a rolear con los demás.
Si quieren rolear conmigo o tienen algo que decir onrol o lo que sea, envíen un mensaje con cosmos o bien, preséntense o pregunten de antemano si no interrumpen nada llegando al lugar en persona para SABER que es lo que pasa.
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Octavius- Dios/a
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Todo se volvio negro, frio y vacio. Una eterna oscuridad rodeaba a Madareth, aun no estaba consiente de si estaba viva o muerta, se sentía en una especie de limbo, quizá en esa frontera tan cercana al mundo de la muerte, pero no tenia el deseo de traspasarla su misión aun no estaba completa y el mundo de la muerte aun no estaba listo para ella. Pero sentía que su cuerpo pesaba y poco a poco el piso le consumía poco a poco “Grr… maldita sea aun no” resonaban aquellas palabras en su mente y poco a poco aquella oscuridad empezó a tomar un color carmín, y a tener un olor característico, a volverse un poco acuosa y densa, ella sabia muy bien de que estaba rodeada, era un mar de sangre.
La señora de la guerra sonrio con sadismo, observo su reflejo en la sangre y veía en este a su verdadero ser, era una bestia, un demonio a quien los mismísimos dioses podían temer, y esa bestia sonreía satisfecha, ansiosa y derrochaba una gran ira, la mujer puso la palma de su mano sobre la superficie de la sangre y la garra de la enorme y violenta bestia la jalo, ahogándola en la sangre de sus propias victimas y la de ella.
La joven tendida en el piso empezó a desprender un cosmos violento e incontrolable, mientras que las heridas causadas por el dios eran sanadas por este mismo, gracias a su sangre, todo se recuperaba lentamente, y aquella sangre perdida regresaba al cuerpo de su dueña, parecía que esta se incendiaba en su propio cosmos, llamas de cosmos le consumían, pero en lugar de hacerle daño, en realidad le terminaban de curar y cambiaban totalmente el aspecto de la berserker.
- AAAAAAAAARG!! –
La mujer dio un brutal puño en la tierra que causo que esta se hundiera un poco y desquebrajara, sentía que su cuerpo ardia, también un dolor agudo en cada milímetro de su cuerpo, si era la sangre de un dios que estaba transformando a aquella humana y le daba un poder arrollador. Pasaron unos segundos mientras la berserker se retorcía y adoptaba aquella fuerza y la hacia propia, al final, cuando la lucha interna ceso, las llamas se disiparon y dieron lugar a una mujer de cabellos aun mas largos y rojizos, mas parecidos a hilos de sangre, de una mirada aterradora cuyos ojos castaños se convirtieron en totalmente rojizos llenos de la ira y el deseo de sangre otrorgado por el regalo del dios de la guerra. Su armadura cambio totalmente con detalles dorados y aun mas puntiagudos, poseyendo un brillo excepcional dando a lugar a que habia dejado de ser una armadura como las de sus compañeros y sus espadas desprendían un brillo y una sed de sangre nunca antes vista.
- Siempre lo hemos estado señor – su voz distorsionada, sonaba como si no solo una alma dormitase en aquel cuerpo.
La señora de la guerra sonrio con sadismo, observo su reflejo en la sangre y veía en este a su verdadero ser, era una bestia, un demonio a quien los mismísimos dioses podían temer, y esa bestia sonreía satisfecha, ansiosa y derrochaba una gran ira, la mujer puso la palma de su mano sobre la superficie de la sangre y la garra de la enorme y violenta bestia la jalo, ahogándola en la sangre de sus propias victimas y la de ella.
La joven tendida en el piso empezó a desprender un cosmos violento e incontrolable, mientras que las heridas causadas por el dios eran sanadas por este mismo, gracias a su sangre, todo se recuperaba lentamente, y aquella sangre perdida regresaba al cuerpo de su dueña, parecía que esta se incendiaba en su propio cosmos, llamas de cosmos le consumían, pero en lugar de hacerle daño, en realidad le terminaban de curar y cambiaban totalmente el aspecto de la berserker.
- AAAAAAAAARG!! –
La mujer dio un brutal puño en la tierra que causo que esta se hundiera un poco y desquebrajara, sentía que su cuerpo ardia, también un dolor agudo en cada milímetro de su cuerpo, si era la sangre de un dios que estaba transformando a aquella humana y le daba un poder arrollador. Pasaron unos segundos mientras la berserker se retorcía y adoptaba aquella fuerza y la hacia propia, al final, cuando la lucha interna ceso, las llamas se disiparon y dieron lugar a una mujer de cabellos aun mas largos y rojizos, mas parecidos a hilos de sangre, de una mirada aterradora cuyos ojos castaños se convirtieron en totalmente rojizos llenos de la ira y el deseo de sangre otrorgado por el regalo del dios de la guerra. Su armadura cambio totalmente con detalles dorados y aun mas puntiagudos, poseyendo un brillo excepcional dando a lugar a que habia dejado de ser una armadura como las de sus compañeros y sus espadas desprendían un brillo y una sed de sangre nunca antes vista.
- Siempre lo hemos estado señor – su voz distorsionada, sonaba como si no solo una alma dormitase en aquel cuerpo.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Perfecto, entonces terminemos con esto de una vez. Dijo la deidad de la guerra desapareciendo y materializándose por detrás del avatar humano de Ashfalor, lanzando su espada al aire para atraparla por el mango justo cuando esta pasaba al frente de su persona.
Querías que hiciera algo con tu lado humano, ¿no Ashfalor? Te concederé ese deseo, despídete de esa mujer ahora y para siempre. Comentó el dios con sorna clavando la hoja de su arma divina justo en el omoplato izquierdo de su sirviente aún incompleto para perforar su corazón y con un movimiento de lado, hacer como si la espada fuera una llave. Dolerá un poco...pero supongo que no te molestará, el dolor viene siendo tu placer según recuerdo. En ese instante un brillo carmesí rodeó a la humana, proveniente de su pecho para así manifestarse en la forma de unas cuantas leguas de energía que curiosamente olían a hierro y óxido, la mezcla de la sangre con el acero en el campo de batalla; pasado un ínfimo segundo aquel poder se desvanecía, siendo absorbido por la espada del dios quien retirándola, dejaba sola a la mujer.
Curioso destino, tu avatar se fue al mismo lugar donde tengo encerrado a Octavius. Considéralo un honor Ashfalor, no es común que me tome estas molestias…o mejor, tómalo como tu premio por haberme entretenido en Germania, tus gemidos fueron de lo más amenos. Le informó el enorme sujeto a su sirviente lamiendo la sangre que manchaba su arma con una lengua que de forma antinatural, se extendía un poco más de lo que ningún humano era capaz de lograr.
Y por fin, todo había terminado. Ya la primera etapa estaba implementada y por los instantes solo quedaba movilizarse y dar el anuncio. Si los Berserkers estaban ansiosos por cosas que hacer, perfecto, les daría sus tareas más importantes en lo que sería aquella era.
Les tocaría abrir la Caja.
Vayámonos, ya no tenemos nada que hacer aquí. Murmuró Ares con ligereza, ladeando la cabeza y crujiendo su cuello al tiempo que bajo sus pies un charco de sangre se expandía más y más. Sin preámbulo alguno la deidad se hundió en el líquido rojo así como lo harían las dos féminas. Eso tan solo era un transporte a la primera locación que visitaría, la primera locación que curiosamente sería la apertura de su horda de destrucción total y absoluta.
Querías que hiciera algo con tu lado humano, ¿no Ashfalor? Te concederé ese deseo, despídete de esa mujer ahora y para siempre. Comentó el dios con sorna clavando la hoja de su arma divina justo en el omoplato izquierdo de su sirviente aún incompleto para perforar su corazón y con un movimiento de lado, hacer como si la espada fuera una llave. Dolerá un poco...pero supongo que no te molestará, el dolor viene siendo tu placer según recuerdo. En ese instante un brillo carmesí rodeó a la humana, proveniente de su pecho para así manifestarse en la forma de unas cuantas leguas de energía que curiosamente olían a hierro y óxido, la mezcla de la sangre con el acero en el campo de batalla; pasado un ínfimo segundo aquel poder se desvanecía, siendo absorbido por la espada del dios quien retirándola, dejaba sola a la mujer.
Curioso destino, tu avatar se fue al mismo lugar donde tengo encerrado a Octavius. Considéralo un honor Ashfalor, no es común que me tome estas molestias…o mejor, tómalo como tu premio por haberme entretenido en Germania, tus gemidos fueron de lo más amenos. Le informó el enorme sujeto a su sirviente lamiendo la sangre que manchaba su arma con una lengua que de forma antinatural, se extendía un poco más de lo que ningún humano era capaz de lograr.
Y por fin, todo había terminado. Ya la primera etapa estaba implementada y por los instantes solo quedaba movilizarse y dar el anuncio. Si los Berserkers estaban ansiosos por cosas que hacer, perfecto, les daría sus tareas más importantes en lo que sería aquella era.
Les tocaría abrir la Caja.
Vayámonos, ya no tenemos nada que hacer aquí. Murmuró Ares con ligereza, ladeando la cabeza y crujiendo su cuello al tiempo que bajo sus pies un charco de sangre se expandía más y más. Sin preámbulo alguno la deidad se hundió en el líquido rojo así como lo harían las dos féminas. Eso tan solo era un transporte a la primera locación que visitaría, la primera locación que curiosamente sería la apertura de su horda de destrucción total y absoluta.
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Re: [Alejandria] Barrios bajos
Todo había pasado muy rápido, un nuevo miembro, una pelea, un reclamo, todo carecía de sentido para mi lo cual solo hacía centrarme en la condición en la que estaba.
Indiferente ante lo que estaba sucediendo, me tiré de espaldas a la arena, sintiendo el dolor que me causaba el haberme enterrado mi propia lanza. El tiempo pasaba y por momentos me quedaba dormido, o quizás perdía mi consciencia. Cerré mis ojos y escuchaba atentamente como en el aire venía plagado de lamentos y sutiles voces que expresaban el más intenso de los sufrimientos. Continuaba deleitándome con aquel concierto, parecía que tal placer auditivo me generaba calma y confort, haciéndome olvidar las heridas que tenía.
El tiempo seguía pasando y el encuentro entre esos dos se hacía más intenso, abrí un ojo primero y eché un vistazo, luego el otro para finalmente ponerme de pie, llevando una de mis manos al lugar de la herida esbocé: - Sería bueno que terminaran...
Como si los dioses hubiesen escuchado mi petición, aquellos dos no tardaron en saldar y definir sus cuentas, rápidamente Ares volvía a estar junto a mi, detrás mío para ser más exacta y murmurando: "Querías que hiciera algo con tu lado humano, ¿no Ashfalor? Te concederé ese deseo, despídete de esa mujer ahora y para siempre...... Curioso destino, tu avatar se fue al mismo lugar donde tengo encerrado a Octavius. Considéralo un honor Ashfalor, no es común que me tome estas molestias…o mejor, tómalo como tu premio por haberme entretenido en Germania, tus gemidos fueron de lo más amenos." sintiendo como aquella letal arma volvía ahora en un lugar diferente, a penetrarme, no grité, simplemente sonreí al sentir como poco a poco lo que conservaba de esencia humana era sellada y sin importarme mucho del lugar donde había sido llevaba expresé: - Le has tomado gusto a penetrarme con tu espada... moviendo mi cuerpo hacia adelante sacándome la espada que tenia clavada, girándome llevando mi cuerpo al suyo, llevando mis manos a su entrepierna murmuré: - ...cuando deberías hacerlo con esto. Apretándolo, como si hubiese sido un acto sin importancia me alejé de él, agachándome a tomar la capa, me la puse mientras decía: - Bah!!! al menos soñar no cuesta nada ... mejor larguémonos de aquí que el calor comienza a afectarme. Y en un abrir y cerrar de ojos desaparecíamos, los tres de aquel arenal.
Indiferente ante lo que estaba sucediendo, me tiré de espaldas a la arena, sintiendo el dolor que me causaba el haberme enterrado mi propia lanza. El tiempo pasaba y por momentos me quedaba dormido, o quizás perdía mi consciencia. Cerré mis ojos y escuchaba atentamente como en el aire venía plagado de lamentos y sutiles voces que expresaban el más intenso de los sufrimientos. Continuaba deleitándome con aquel concierto, parecía que tal placer auditivo me generaba calma y confort, haciéndome olvidar las heridas que tenía.
El tiempo seguía pasando y el encuentro entre esos dos se hacía más intenso, abrí un ojo primero y eché un vistazo, luego el otro para finalmente ponerme de pie, llevando una de mis manos al lugar de la herida esbocé: - Sería bueno que terminaran...
Como si los dioses hubiesen escuchado mi petición, aquellos dos no tardaron en saldar y definir sus cuentas, rápidamente Ares volvía a estar junto a mi, detrás mío para ser más exacta y murmurando: "Querías que hiciera algo con tu lado humano, ¿no Ashfalor? Te concederé ese deseo, despídete de esa mujer ahora y para siempre...... Curioso destino, tu avatar se fue al mismo lugar donde tengo encerrado a Octavius. Considéralo un honor Ashfalor, no es común que me tome estas molestias…o mejor, tómalo como tu premio por haberme entretenido en Germania, tus gemidos fueron de lo más amenos." sintiendo como aquella letal arma volvía ahora en un lugar diferente, a penetrarme, no grité, simplemente sonreí al sentir como poco a poco lo que conservaba de esencia humana era sellada y sin importarme mucho del lugar donde había sido llevaba expresé: - Le has tomado gusto a penetrarme con tu espada... moviendo mi cuerpo hacia adelante sacándome la espada que tenia clavada, girándome llevando mi cuerpo al suyo, llevando mis manos a su entrepierna murmuré: - ...cuando deberías hacerlo con esto. Apretándolo, como si hubiese sido un acto sin importancia me alejé de él, agachándome a tomar la capa, me la puse mientras decía: - Bah!!! al menos soñar no cuesta nada ... mejor larguémonos de aquí que el calor comienza a afectarme. Y en un abrir y cerrar de ojos desaparecíamos, los tres de aquel arenal.
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