Trastienda en el mercado

Mi mano era sostenida por lo que con miedo gire mi rostro pensando que me llevarían para que me diera cuenta que se trataba del chico que me había lanzado prácticamente en sus brazos, apenas le iba a responder de que solo le causaría problemas… que debería marcharse pero solo menciono la palabra “héroe” para salir corriendo juntos dejando al General Noah hablar con aquel gran sujeto que me había resguardado de los otros legionarios sin darme la oportunidad de agradecerles sus atenciones. No podía creer como cambie durante todo este tiempo mostrándome más condescendiente con las personas… tal vez Edward si tenía razón al decir que el mundo era más que dolor y sufrimiento..

Su mano me sujetaba para no perderme a la vez que observaba como en cada momento el chico volteaba para asegurarse que no nos siguieran hasta detenernos de golpe haciendo que casi chocara mi cuerpo contra él. De inmediato llamaba a un hombre que reconocía perfectamente a ese chico… no note en ningún momento su parentesco con él así que pensé que deberían tener una relación tan estrecha como para considerarse familia… en seguida me miró para hacer alusión de que lo acompañaba a lo que tímidamente asentí en una leve sonrisa en agradecimiento de lo que hacía ahora por ambos. La puerta se cerraba dejándonos a solas, esa fruta era arrojada a mis manos tomándolas apenas por el aire desde mi sitio aun de pie, me sonroje bastante cuando lo que dijo de formar parte de la realeza no era cierto pues al igual que esos hombres que se hacían llamar gladiadores le habían creído... volvía presentarse mientras se refería a mí como egipcia, me cansaba que me llamaran como cualquier cosa a lo que solo me recargue cerca de la ventana y mirar hacia afuera algo seria sosteniendo aun la manzana.

Es tan malo ser como soy?... me pregunto si es más sencillo relegar de donde provengo tal como lo hizo Diva.. tal parece que ser egipcio… esclavo… o cualquier nombre que pueda tener no servirá de nada

No podía guardar más ese sentimiento de rabia y decepción, hablaba al aire pues algo hacía que me sintiera cómoda al estar cerca de Suzaku, no sabía si decía cosas de más pero era algo que salía involuntariamente de mis labios.

A veces desearía ser como el viento… ir a donde quisiera sin sentirme encarcelada.. –apenas me daba cuenta del significado de mis palabras a lo que volvía mi mirada observando con agrado la manzana.- gracias… Seiren.. es mi nombre. - trataba de reparar mi error pues no quería asustarlo ni nada parecido.

Con algo de torpeza las manos de la egipcia cogian la fruta que le habia lanzado para que tomara algo de comer, era perseguida y no parecia llevar nada encima asi que penso que esa chica podia tener algo de hambre. Aunque habian escapado la voz de la chica no era la de la mujer mas feliz del mundo, sino mas bien se sentia dolida por lo de egipcia.. quizas ella habia pasado por muchas calamidades mientras que Suzaku era un chico que vivia la vida al maximo, de aquí para haya, sin un hogar fijo, siempre vagando.

Tu eres egipcia.. y yo soy hispano, y nos hemos encontrado en la capital romana. Te das cuenta de lo que significa, no importa de donde seas, sino como seas. Me das igual si eres de Egipto o del otro lado del mundo.. como un heroe que sere os protegere a todos por igual.

Suzaku era alguien inocente, y con poco tacto pues no sabia como solucionar el embrollo que habia organizado al hablar del lugar de donde era Seiren, por eso mientras estaba intentado solucionarlo, rascaba su cabeza nervioso de si sus palabras serian las correctas.

Al menos consigio saber su nombre y eso hizo que volteara rapidamente su cabeza para volver a mirarla a los ojos, dio un bocado a su manzana y se levanto poniendo una mano en su cadera y la otra señalando su pecho con su dedo pulgar, a su parecer en una pose bastante heroica.

Bien Seiren! Si vuelves a tener un problema cuenta conmigo!

Entonces se acordo de cierto objeto asi que se fue a uno de los rincones de la habitacion mientras que aguantaba la manzana con su boca, con el cuerpo inclinado hacia ese rincon buscaba algo mientras lanzaba cosas por el aire. Habia encontrado lo que buscaba tan ansiosamente y de espaldas a la chica colocaba algo.

Se dio la vuelta y fue corriendo hacia ellas, aun con la manzana en su boca, y con sus brazos extendidos hacia delante agarraba una cadena y dentro de ella habia metido el anillo que le habia regalado anteriormente Seiren.

Yha lha pueodz llevzar com ohrgulloz
(Ya la puedo llevar con orgullo)

No se le entendia muy bien por culpa de la manzana, pero en cuestion lo que queria decir era que habia encontrado una manera de llevar el anillo que le habia regalado

Estuvimos alrededor de una hora recorriendo todo el mercado preguntando a cada persona que habia alli el paradero de un tal Suzaku y al parecer ese chico era muy conocido por la gente debido a que el hacia buenas acciones y ayudaba a todo mundo, cosa que no me sorprendia puesto que existian algunas personas asi en el mundo pero eran muy pocas. Mientras haciamos las preguntas iba comprando algunas cosas que necesitaba un par de rollos de tela y unos vestidos que luego veria en que podrian servirme, pero lo mas importante para mi en esos instantes era encontrar el lugar en donde estaba el tal Suzaku y encontrar a la pequeña esclava que se habia atrevido a traicionarme al irse sin avisar o preguntar si podia hacerlo cosa que obviamente me hacia enfadar bastante mas de lo que ya estaba, ya que yo era reconocida en Egipto por no maltratar a ningun esclavo puesto que antes de tener el rango que poseia yo tambien fui una, sabia lo que era trabajar horas bajo el sol sin descanso, los castigos que te daban si llegabas a fallar en tus tareas en fin yo sabia lo que era ser una esclava por lo cual apenas me dieron ese rango y tuve a las personas bajo mis pies decidi el tratarlos con menos dureza y no maltratarlos a menos de que ellos me traicionaran la confianza que les daba. De ese modo fue como me gane a todos los esclavos los cuales nunca me traicionaban pero Seiren definitivamente se habia pasado de lista y merecia un castigo. En ese instante llegamos al lugar que uno de los tantos aldeanos mencionaron bajando rapidamente del carruaje siendo seguida por los soldados entre en la tienda haciendo que los soldados se pusieran detras de mi.

- Señor perdonara mi interrupcion pero tengo informacion de que un tal Suzaku vive aqui y vino acompañado de una mujer la cual es mi esclava y advierto que sino se me es devuelta este lugar sera afectado asi que...soldados vayan a la trastienda y traiganme al muchacho y la esclava rebelde en este instante ambos pagaran por su osadia contra la gran sacerdotiza de Egipto!! -dice fuerte y claramente para que se escuchara en todo el puesto mientras los soldados se iban rapidamente a la trastienda para cumplir la orden-

Di la orden a los soldados los cuales se dieron prisa a ir a hacer lo pedido mientras yo me quedaba esperando en la entrada de aquella tienda con una mirada totalmente seria pensando en la situacion que vivia en esos instantes. Si hacia lo que planeaba con Seiren posiblemente la voz se corra rapidamente y los esclavos comenzarian a molestarme y hasta llegar a revelarse contra mi autoridad, pero sino lo hacia no me sentiria totalmente satisfecha ya que yo no era de perdonar a los que me traicionaban de esa manera. Por otro lado estaba aquella opcion, la cual nunca tomaba a menos de que estuviera lo suficientemente cuerda o enojada como para hacerlo cosa que enrealidad ya me pasaba desde hace mucho con varios esclavos que intentaron pasarse de listos y pasar por encima de mi propia autoridad asi que creo que podria hacer aquello en vez de torturarla. En ese instante llegaron los soldados diciendome que no habia nadie cosa a lo cual entre en la habitacion aun sintiendo las presencias de ambos alli mas alce la voz para darle el ultimo mensaje mio que oiria en su vida.

- Seiren se que estas en este lugar junto con ese chico llamado Suzaku y como se que no vas a darme la cara al menos espero que escuches lo que te dire -dice con voz seria y clara- En este instante te exilio de Egipto y te quito tu rango como mi esclava, no podras volver a asomar tu deshonrosa presencia frente a mi o poner un pie en nuestro pais, de ignorar esto sera asesinada por los soldados de mayor rango y tu cuerpo tirado a las profundidas para que el mismo Anubis juzgue tu deslealtad y deshonra... en cuanto al otro muchacho maldigo su presencia y espero que el propio Anubis mande a sus soldados para darle el castigo que merece por hacer lo que hizo...soldados vamonos de vuelta a la casa del senador -dice dandose la vuelta con dignidad iendo al carruaje y subiendose en este iendose enseguida del lugar-