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Un Oasis olvidado
Maestria elemento de Fuego.
Habia estado caminando mucho tiempo por las arenas de Egipto. Desde que Selene me habia despechado de su servicio personalmente no tenia un rumbo fijo para ir. Tal vez moriria en la arena por deshidratacion, ya que habia recordado que mi cantimplora estaba vacia. Habia sido tan idiota que ni mi camello habia traido, por lo que tenia mis canchletas llenas de arena y los rayos del sol estaba calcinando mi cerebro. Por suerte estaba atardeciendo. Ya no tendria que soportar el calor pero sin duda si no encontraba un regufio para la noche moriria de frio por la ventisca nocturna. El clima cambiaba drasticamente del mediodia hacia la noche. Tenia que encontrar un lugar para resguardarme.
Subi unas dunas y encontre un pequeño desfiladero de rocas, por un camino en un costado llevaba hacia un Oasis con palmeras y varias tiendas en los costados. Sonrei cuando divise el lugar ya que no lo habia reconocido. Ahi me llevaba el viejo ciego que me enseño a pescar desde chico y el unico que me cuido cuando tenia hambre. A paso lento empeze a descender por el camino ignorando la presencia de los hombres y mujeres que estaban lavandose en el agua. Sentia las miradas acusadoras como dagas filosas en mi espina dorsal. Solo levante un poco la vista, acomodando mi sombrero para que pudieran observar mis colmillos.
-Es... es.. ¡El monstruo de la arena! ¡Kisame!-
La voz era de un niño pero basto para que el lugar se conmocionara con mi presencia. Muchos gritaban asustados y otros se daban ordenes entre si para rodearme. Yo solo segui bajando hasta que llegue al agua donde refresque mi rostro y bebi un poco.
Senti los murmullos y los ruidos metalicos de armas, de seguro alguna que otra hoz y kamas para cortar el trigo. Escuche nitidamente el fuego de las antorchas. Todo el demas ruido parecia desaparecer. Los gritos, los metales... todo era opacado por el ruido del fuego prenderse en las antorchas que los hombres tenian en sus manos para auyentarme. Voltie sobre mi mismo y vi una gran columna de personas con antorchas, hozes, kamas y diferentes artefactos para cortar el trigo.
Me quite el sombrero y agarre la empuñadura de mi Samehada fuertemente.
-Hace mucho que no mato a nadie-
Kisame- Espectro de Hades
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Cupula de Fuego
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Re: Un Oasis olvidado
El hombre montado en su caballo iba hacia las tierras de Alejandría, su corcel estaba realmente cansado, puesto que desde que comenzó el viaje no se había detenido ni un momento. Para su suerte, entre las divisiones de Alejandría y el Fayum, había un enorme Oasis donde la gente podía descansar tranquila y había bastantes habitantes. Aunque nunca era bien recibido por portar aquella máscara, que lo hacía un enigma y por lo tanto lo trataban como un monstruo, algo que a el le iba o le venía, dado que había nacido para matar y nada mas que eso; aunque todo eso acabara cuando muriera Illidan, muy bien no sabía que iba hacer luego de eso pero se detuvo en el Oasis.
Ya era la tarde, el Sol por suerte estaba comenzando a caer y estaba tomando un poco de agua su caballo, al igual que él, cuando vio a un montón de gente comenzar a caminar hacia un hombre que parecía un pez, sus ojos se posaron sobre la enorme arma que éste poseía y de la muchedumbre que prontamente se reunía alrededor de él, para morir bajo su espada sin duda alguna, debido a que aquel hombre era…
- Kisame…
Musitó el monstruo rojo por debajo de su máscara mientras bebía un sorbo más de agua que juntaba con sus manos como si fuese una fuente. Acarició a su caballo y rápidamente desapareció de la escena montado sobre él. Observaba la hostilidad de aquel hombre hacia las personas y de seguro si se acercaban un paso mas, morirían. Algo que Arthas no quería, debido a que simplemente mataba a los rebeldes o a los que realmente lo buscaban, no a gente inocente y de puebla que no hacía nada.
Mientras caminaba hacia él, se quitó la máscara y se podía observar su rostro igualito al de su hermano, nada más que éste era rubio. Se bajó de su corcel y observó a la gente, que lo miraron con ojos rápidamente sorprendidos mientras le hacían una reverencia.
- Kisame… veo que las leyendas de que estabas muerto eran todas mentiras.
Musitó el hombre, no sabiendo que anteriormente Illidan le había visto y no era gran sorpresa para él. Pero eran gemelos, no la misma persona, por lo tanto la actuación de Arthas por evitar derrame de sangre de gente inocente, no iba por gran camino. Observó a las personas y le hizo señas a Kisame, para que lo siguiera.
- Ven, sígueme… ¡No sé porque quieren hacerle daño a este hombre! ES UN GRAN SOBREVIVIENTE DE BATALLA Y UN EGIPCIO COMO USTEDES… ¡Deberían estar orgullosos de tenerlo en el Oasis y darle un gran recibimiento!
Musitó a los cuatro vientos mientras se retiraba un poco mas alejado de la muchedumbre que ahora se dispersaba con las palabras del disfrazado ministro, era increible el respeto que le tenían a Illidan. Se ve que aquel hombre quería hablar con Kisame mas apartadamente de ellos pues tenía un pequeño plan con aquel que había logrado sobrevivir y ahora se mostraba.
Off Rol: Un poco de improvisación en Rol y no tanto estar preparado para lo que viene, va a estar bueno lo que tengo pensado =)
Ya era la tarde, el Sol por suerte estaba comenzando a caer y estaba tomando un poco de agua su caballo, al igual que él, cuando vio a un montón de gente comenzar a caminar hacia un hombre que parecía un pez, sus ojos se posaron sobre la enorme arma que éste poseía y de la muchedumbre que prontamente se reunía alrededor de él, para morir bajo su espada sin duda alguna, debido a que aquel hombre era…
- Kisame…
Musitó el monstruo rojo por debajo de su máscara mientras bebía un sorbo más de agua que juntaba con sus manos como si fuese una fuente. Acarició a su caballo y rápidamente desapareció de la escena montado sobre él. Observaba la hostilidad de aquel hombre hacia las personas y de seguro si se acercaban un paso mas, morirían. Algo que Arthas no quería, debido a que simplemente mataba a los rebeldes o a los que realmente lo buscaban, no a gente inocente y de puebla que no hacía nada.
Mientras caminaba hacia él, se quitó la máscara y se podía observar su rostro igualito al de su hermano, nada más que éste era rubio. Se bajó de su corcel y observó a la gente, que lo miraron con ojos rápidamente sorprendidos mientras le hacían una reverencia.
- Kisame… veo que las leyendas de que estabas muerto eran todas mentiras.
Musitó el hombre, no sabiendo que anteriormente Illidan le había visto y no era gran sorpresa para él. Pero eran gemelos, no la misma persona, por lo tanto la actuación de Arthas por evitar derrame de sangre de gente inocente, no iba por gran camino. Observó a las personas y le hizo señas a Kisame, para que lo siguiera.
- Ven, sígueme… ¡No sé porque quieren hacerle daño a este hombre! ES UN GRAN SOBREVIVIENTE DE BATALLA Y UN EGIPCIO COMO USTEDES… ¡Deberían estar orgullosos de tenerlo en el Oasis y darle un gran recibimiento!
Musitó a los cuatro vientos mientras se retiraba un poco mas alejado de la muchedumbre que ahora se dispersaba con las palabras del disfrazado ministro, era increible el respeto que le tenían a Illidan. Se ve que aquel hombre quería hablar con Kisame mas apartadamente de ellos pues tenía un pequeño plan con aquel que había logrado sobrevivir y ahora se mostraba.
Off Rol: Un poco de improvisación en Rol y no tanto estar preparado para lo que viene, va a estar bueno lo que tengo pensado =)
Arthas- Status :
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Re: Un Oasis olvidado
Uno a uno los hombres iban formandose en filas delante mio. Las antorchas que llevaban en sus manos eran improvisadas pero durarian lo suficiente como para que el fuego ilumine sus cuerpos mutilados en la arena. De un solo movimiento y con mi brazo zurdo retire mi espada de mi espalda. El arma era enorme parecida en largo y ancho a un espadon promedio que usaban los legionarios mas fuertes y agiles ya que esa arma de dos manos era tan pesada que si no tenian fuerza fisica era imposible empuñarla con habilidad.
El collar que tenia sobre mi pecho empezo a arder nuevamente. Un calor y una sensacion de bienestar empezo a circularme por mis venas y todo mi cuerpo. Sentia paz conmigo mismo y con lo que me rodeaba, ignorando la presencia de los hombres que gritaban amenazantes a mi presencia. Parecian pequeños cachorros indefensos que ladraban y no mordian. Sonrei y movi mi Samehada con mucha habilidad sobre mi mano zurda. La gente dio varios pasos hacia atras, ya que a pesar de odiarme muchos conocian mi extraordinaria habilidad con esa espada envendada. Estuve a punto de lanzarme contra ellos ya que el ardor en mi pecho empezo a agitarme y a manipular mi mente por unos segundos pero el fuego de las antorchas me detuvo por unos instantes. Las llamas parecian volver a murmurarme. Movi mi cabeza en direccion a las otras antorchas y note como el fuego cambiaba de direccion cuando hacia eso, como si con mi mente pudiera mover las llamas de las antorchas. Fue algo que yo solo note ya que la gente estaba ocupada en tratar de diesmarme. Era suficiente, era hora de actuar. Ya les habia dado el tiempo suficiente para escapar pero quieren morir por mis manos... ¡Malditos desgraciados! ¡Colgare sus piernas, brazos y cabezas en lanzas! Partire en dos a sus hijas y ahogare a sus mujeres ¡Desearan no haber vivido!
Una furia que habia salido de la nada poco a poco me estaba envolviendo. Esa voz en mi mente, ese ardor en mi pecho, todo me estaba haciendo perder la razon. Pero cuando estuve por descuartizarlos... una voz...
-¿Illidan?-
Pregunte para mi mismo cuando divirse la silueta a lo lejos que les hablaba a las personas. Tal vez Selene lo habia mandado para buscarme, de seguro estaba arrepentida por haberme despachado, pero eso no era propio de ella. La sombra era casi tan igual como la de el, pero su voz no. Ademas el ya sabia que yo estaba vivo. ¿Quien era ese sujeto?
Cuando lo perdi de vista me votie hacia la muchedumbre y les sonrei mostrando todos mis colmillos mientras que me volvia a colocar el gorro de paja y guardar mi Samehada nuevamente en mi espalda.
-Los salvo la campana-
Desfile frente a ellos, dirigiendome hacia donde se habia escabullido la figura del hombre que habia detenido una masacre. Aun escuchaba los murmullos del fuego opacando los susurros de las personas que se quedaban en el fondo hablando de mi. Desapareci de su vista y me fui a encontrar con aquel misterioso sujeto.
-Oye tu-
Le dije para que este se diera vuelta. Mi rostro aun mantenia mi sonrisa.
-¿Quien rayos eres? Ultimamente me estan sucediendo cosas extrañas y espero que esto no sea otra alucinacion del calor...-
El collar que tenia sobre mi pecho empezo a arder nuevamente. Un calor y una sensacion de bienestar empezo a circularme por mis venas y todo mi cuerpo. Sentia paz conmigo mismo y con lo que me rodeaba, ignorando la presencia de los hombres que gritaban amenazantes a mi presencia. Parecian pequeños cachorros indefensos que ladraban y no mordian. Sonrei y movi mi Samehada con mucha habilidad sobre mi mano zurda. La gente dio varios pasos hacia atras, ya que a pesar de odiarme muchos conocian mi extraordinaria habilidad con esa espada envendada. Estuve a punto de lanzarme contra ellos ya que el ardor en mi pecho empezo a agitarme y a manipular mi mente por unos segundos pero el fuego de las antorchas me detuvo por unos instantes. Las llamas parecian volver a murmurarme. Movi mi cabeza en direccion a las otras antorchas y note como el fuego cambiaba de direccion cuando hacia eso, como si con mi mente pudiera mover las llamas de las antorchas. Fue algo que yo solo note ya que la gente estaba ocupada en tratar de diesmarme. Era suficiente, era hora de actuar. Ya les habia dado el tiempo suficiente para escapar pero quieren morir por mis manos... ¡Malditos desgraciados! ¡Colgare sus piernas, brazos y cabezas en lanzas! Partire en dos a sus hijas y ahogare a sus mujeres ¡Desearan no haber vivido!
Una furia que habia salido de la nada poco a poco me estaba envolviendo. Esa voz en mi mente, ese ardor en mi pecho, todo me estaba haciendo perder la razon. Pero cuando estuve por descuartizarlos... una voz...
-¿Illidan?-
Pregunte para mi mismo cuando divirse la silueta a lo lejos que les hablaba a las personas. Tal vez Selene lo habia mandado para buscarme, de seguro estaba arrepentida por haberme despachado, pero eso no era propio de ella. La sombra era casi tan igual como la de el, pero su voz no. Ademas el ya sabia que yo estaba vivo. ¿Quien era ese sujeto?
Cuando lo perdi de vista me votie hacia la muchedumbre y les sonrei mostrando todos mis colmillos mientras que me volvia a colocar el gorro de paja y guardar mi Samehada nuevamente en mi espalda.
-Los salvo la campana-
Desfile frente a ellos, dirigiendome hacia donde se habia escabullido la figura del hombre que habia detenido una masacre. Aun escuchaba los murmullos del fuego opacando los susurros de las personas que se quedaban en el fondo hablando de mi. Desapareci de su vista y me fui a encontrar con aquel misterioso sujeto.
-Oye tu-
Le dije para que este se diera vuelta. Mi rostro aun mantenia mi sonrisa.
-¿Quien rayos eres? Ultimamente me estan sucediendo cosas extrañas y espero que esto no sea otra alucinacion del calor...-
Off rol: jja veamos que pasa xDD
Kisame- Espectro de Hades
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Cupula de Fuego
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Re: Un Oasis olvidado
Arthas había caminado lo suficiente como para estar alejado del Oasis y emprender rumbo hacia Alejandría. Estaba con su corcel negro azabache a su lado, caminando a lo que sería el regreso de Kisame, debido que el venía desde allí. Sonrió un momento el monstruo rojo mientras se colocaba la máscara roja, demostrando que realmente era él. Sonrió un momento debajo de la máscara y le observó a aquel que parecía un tiburón.
- ¿Alucinación del calor? Mierda, pensé que estabas enfermo pero nunca pensé que tanto… tranquilo, soy real… al menos en tu mente, no sé si realmente en cuerpo… ¡Jajajaja!
Dijo en una risa realmente temerosa. Aquella carcajada podría haber hecho temblar hasta el más valiente guerrero, dando a conocer que no era divertido estar frente a él. Dio un par de paso de mas adelante y tomó la hoz que tenía en su espalda por su manga, desenfundándola y en un movimiento algo extraño la hizo girar muchas veces alrededor de su cuerpo, demostrando tener maestría con aquella arma mientras clavaba el pomo en la arena del desierto, la oscuridad de sus ojos por la máscara se posaban en Kisame.
- Sé que en tu cabeza hay duda aun. Puedo verlo en tus ojos, odias y a la vez amas que te traten como monstruo, me sucede lo mismo pero nosotros estamos aquí solamente para hacer rodar cabezas de todo aquel hijo de puta que se porte mal con Egipto. Tu y yo no somos muy distinto, puedo verlo en ti… también hay una pasión por…
Dijo para posar su hoz a una altura considerable hostil. Recorrió casi todo el cuerpo de Kisame, trazando una silueta con su hoja sin tocar el ser del hombre que parecía un pez, posó su guadaña justo en el cuello de Kisame y no parecía querer atacarle, una sonrisa surcó su rostro y pudo ser audible por aquel que estaba frente a él, las palabras de explicación del monstruo rojo no tardaban en llegar.
- … la muerte. Pero hay una pasión que enciende mas tus venas y que estas alejándote de ella, puedo verlo… puedo sentirlo en ti, está en tu ser… ¡Quieres ser un maldito piromaniaco y quemar todo a la mierda! No te interesa nada más que provocar daño y a veces reaccionas y te pones a pensar, ¿Qué pasaría si te quisieras llevar el mundo por delante y no pudieras hacerlo porque siempre hay alguien más adelante? Quieres conocer las respuestas para que dejen de llamarte monstruo, y a la vez no. Pero lo que quieres conocer es un arma que te lleve a ser el mas fuerte y a la vez no… pero te mostraré la puerta que podrá abrir tu camino, Kisame…
Dijo el monstruo rojo para dirigir la hoja de la hoz a la banda que tenía en la cabeza Kisame, mas precisamente a la parte metálica y con un simple roce de éste, el fuego comenzó a recorrer por todos lados, tiñendo la hoja de hermosas llamas destructivas.
- El fuego es aquello que puede abrir paso frente a todo, es la manera más destructiva y a la vez más respetable para que dejen de llamarte monstruo y comiencen a llamarte “Señor”, pero sin embargo nunca podrás aprenderlo por ti solo. Si me dejas enseñarte el poder del fuego… serás alguien… pero… todo tiene una paga. A cambio solicito que te unas a mí en un par de planes que tengo pensado por el bien de Egipto…
- ¿Alucinación del calor? Mierda, pensé que estabas enfermo pero nunca pensé que tanto… tranquilo, soy real… al menos en tu mente, no sé si realmente en cuerpo… ¡Jajajaja!
Dijo en una risa realmente temerosa. Aquella carcajada podría haber hecho temblar hasta el más valiente guerrero, dando a conocer que no era divertido estar frente a él. Dio un par de paso de mas adelante y tomó la hoz que tenía en su espalda por su manga, desenfundándola y en un movimiento algo extraño la hizo girar muchas veces alrededor de su cuerpo, demostrando tener maestría con aquella arma mientras clavaba el pomo en la arena del desierto, la oscuridad de sus ojos por la máscara se posaban en Kisame.
- Sé que en tu cabeza hay duda aun. Puedo verlo en tus ojos, odias y a la vez amas que te traten como monstruo, me sucede lo mismo pero nosotros estamos aquí solamente para hacer rodar cabezas de todo aquel hijo de puta que se porte mal con Egipto. Tu y yo no somos muy distinto, puedo verlo en ti… también hay una pasión por…
Dijo para posar su hoz a una altura considerable hostil. Recorrió casi todo el cuerpo de Kisame, trazando una silueta con su hoja sin tocar el ser del hombre que parecía un pez, posó su guadaña justo en el cuello de Kisame y no parecía querer atacarle, una sonrisa surcó su rostro y pudo ser audible por aquel que estaba frente a él, las palabras de explicación del monstruo rojo no tardaban en llegar.
- … la muerte. Pero hay una pasión que enciende mas tus venas y que estas alejándote de ella, puedo verlo… puedo sentirlo en ti, está en tu ser… ¡Quieres ser un maldito piromaniaco y quemar todo a la mierda! No te interesa nada más que provocar daño y a veces reaccionas y te pones a pensar, ¿Qué pasaría si te quisieras llevar el mundo por delante y no pudieras hacerlo porque siempre hay alguien más adelante? Quieres conocer las respuestas para que dejen de llamarte monstruo, y a la vez no. Pero lo que quieres conocer es un arma que te lleve a ser el mas fuerte y a la vez no… pero te mostraré la puerta que podrá abrir tu camino, Kisame…
Dijo el monstruo rojo para dirigir la hoja de la hoz a la banda que tenía en la cabeza Kisame, mas precisamente a la parte metálica y con un simple roce de éste, el fuego comenzó a recorrer por todos lados, tiñendo la hoja de hermosas llamas destructivas.
- El fuego es aquello que puede abrir paso frente a todo, es la manera más destructiva y a la vez más respetable para que dejen de llamarte monstruo y comiencen a llamarte “Señor”, pero sin embargo nunca podrás aprenderlo por ti solo. Si me dejas enseñarte el poder del fuego… serás alguien… pero… todo tiene una paga. A cambio solicito que te unas a mí en un par de planes que tengo pensado por el bien de Egipto…
Arthas- Status :
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Re: Un Oasis olvidado
Escuche las palabras del extraño con una sonrisa en mi rostro. Sus palabras eran del todo ciertas pero en algo habia errado por lo que me detuve luego de que marcara un rayon sobre mi banda metalica. Era cierto, lo habia sentido y visto con mis propios ojos el fuego que salio despedido de un solo raspon. ¿Asi estaba mi cuerpo? ¿Tenia tanta intensidad de fuego? Eso podria explicar que yo fuera el unico que escuchara hablar al fuego, algo que me parecia sumamente estupido. Aparte de deforme era un loco de la mente.
Me sente sobre una roca que habia en el camino. Me acomode mas la banda sobre mi cabeza y levante la vista al observar como el monstruo rojo detenia su corcel y volvia sus pasos hacia mi posicion. Yo solo le sonrei mientras me volvia a colocar el sombrero de paja sobre mis cabellos.
-No volvere a Alejandria. Mis servicios terminaron hoy mismo para con esa ciudad y la gente que la habita. Si quieres seguir caminando te sigo en otra direccion-
Dije sin mas ya que no tenia miedo a represalias. El hombre que tenia enfrente mio era enorme de cuerpo y la agilidad con que manejaba la hoz daba respeto. Pero yo me habia enfrentado a millones de hombres casi tan habiles como el que estaba montado en estos momentos. Una pelea no me vendria mal, no quiero oxidarme o morir sin derramar mas sangre.
-¿Entonces dices que puedes enseñarme a usar este elemento que me esta torturando la cabeza, ah? ¿Y como lo haras? ¿Acaso tu tambien escuchas la misma mierda que yo? El fuego me habla, me susurra... me incita a quemarlo todo. ¿Y sabes porque no lo hago? Porque esta voz... algo me detiene. Y lo de tus palabras fueron bastante acertadas menos en algo, enmascarado. Me importa un comino lo que la gente piense de mi y pueden meterser el "señor" donde no les da el sol. No me importa tener el respeto de estos perros.
Que sigan peleando contra mi. Que sigan viniendo a grupos numerosos que seguiran muriendo en la arena como los primeros que me enfrentaron hasta los ultimos que enfrentare. Mis enemigos no son solamente los imperios que nos rodean, musculoso, son tambien la misma gente que teoricamente yo salve en la guerra contra los Persas. Menudas personas... kehehehehe-
Sin haberme dado cuenta me habia desahogado de una gran parte que me estaba presionando la cabeza. Pero eso no era lo que me habia dejado del todo inquieto, ya que despues de todo hablar asi frente a personas no era algo comun en mi, si no que el hombre ¿de verdad podria controlar este elemento y enseñarmelo? Solo una deuda material con el me tendria entrelazado hasta que controle el fuego. No tenia nada que perder,despues de todo ya no tenia servicio alguno que aceptar mas que el de este hombre de cabellos rubios.
-¿De que deuda estas hablando? Si no fuera porque vive la reina por mi Egipto que se pudra en sus pestes con toda esta gente que la inunda. ¿Algo bueno para el futuro de Egipto? Kehehehe... soy todo oidos. Otra cosa que queria decirte y de pronto se me fue de la cabeza. ¿Como rayos es tu nombre? ¿Illidan II?-
Me sente sobre una roca que habia en el camino. Me acomode mas la banda sobre mi cabeza y levante la vista al observar como el monstruo rojo detenia su corcel y volvia sus pasos hacia mi posicion. Yo solo le sonrei mientras me volvia a colocar el sombrero de paja sobre mis cabellos.
-No volvere a Alejandria. Mis servicios terminaron hoy mismo para con esa ciudad y la gente que la habita. Si quieres seguir caminando te sigo en otra direccion-
Dije sin mas ya que no tenia miedo a represalias. El hombre que tenia enfrente mio era enorme de cuerpo y la agilidad con que manejaba la hoz daba respeto. Pero yo me habia enfrentado a millones de hombres casi tan habiles como el que estaba montado en estos momentos. Una pelea no me vendria mal, no quiero oxidarme o morir sin derramar mas sangre.
-¿Entonces dices que puedes enseñarme a usar este elemento que me esta torturando la cabeza, ah? ¿Y como lo haras? ¿Acaso tu tambien escuchas la misma mierda que yo? El fuego me habla, me susurra... me incita a quemarlo todo. ¿Y sabes porque no lo hago? Porque esta voz... algo me detiene. Y lo de tus palabras fueron bastante acertadas menos en algo, enmascarado. Me importa un comino lo que la gente piense de mi y pueden meterser el "señor" donde no les da el sol. No me importa tener el respeto de estos perros.
Que sigan peleando contra mi. Que sigan viniendo a grupos numerosos que seguiran muriendo en la arena como los primeros que me enfrentaron hasta los ultimos que enfrentare. Mis enemigos no son solamente los imperios que nos rodean, musculoso, son tambien la misma gente que teoricamente yo salve en la guerra contra los Persas. Menudas personas... kehehehehe-
Sin haberme dado cuenta me habia desahogado de una gran parte que me estaba presionando la cabeza. Pero eso no era lo que me habia dejado del todo inquieto, ya que despues de todo hablar asi frente a personas no era algo comun en mi, si no que el hombre ¿de verdad podria controlar este elemento y enseñarmelo? Solo una deuda material con el me tendria entrelazado hasta que controle el fuego. No tenia nada que perder,despues de todo ya no tenia servicio alguno que aceptar mas que el de este hombre de cabellos rubios.
-¿De que deuda estas hablando? Si no fuera porque vive la reina por mi Egipto que se pudra en sus pestes con toda esta gente que la inunda. ¿Algo bueno para el futuro de Egipto? Kehehehe... soy todo oidos. Otra cosa que queria decirte y de pronto se me fue de la cabeza. ¿Como rayos es tu nombre? ¿Illidan II?-
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Cupula de Fuego
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Re: Un Oasis olvidado
La oferta del enmascarado había sido aceptada, pues el hombre curvó sus labios hacia arriba en señal de que ahora estaba riendo pero no podía ser visto porque su boca era obstruida por aquella máscara que lo hacía el monstruo rojo. Sus ideales aun eran enigmáticos, pero sabía que podía tener los servicios de quizás uno de los mejores guerreros del Imperio, una risa sonora se escuchó provenir detrás de aquella rojiza y oscura mascarilla para que luego el hombre musitara lenta y pausadamente.
- ¡NO! ¡No me compares con él! Podemos tener el mismo rostro, pero jamás los mismos ideales. Si serví a su ejército es para conocer cada uno de sus movimientos, como combate, la fuerza que tiene, hasta donde puede llegar si se lo propone. Es un plan que corre por mis venas desde que tengo memoria prácticamente… ¡Quiero deshacerme de él, acabar con su Imperio y tomar su lugar! No me importa que mi sangre tenga el mismo sabor que la de él, debido a que somos hermanos… ¡Mi nombre es Arthas! Pero desde ahora en adelante, simplemente llámame Maestro.
Clavó su hoz a la arena del desierto, mientras que su caballo se echaba un tanto hacia atrás mirando de reojos aquella arma. Puesto que sabía que cuando hacía eso, casi siempre todo terminaba en desgracia y el corcel no quería terminar siendo carne asada. Observó por encima de su hombro al azabache animal y éste se quedó calmo, como si le mantuviera un cierto respeto al rubio enmascarado.
- Sé que hay gente que le cubre la espalda, pero si formo un pequeño imperio con los mejores hombres que no les cae bien Illidan, podré dominarlo a la perfección, teniendo en poco tiempo un poder que me acerque a Selene… ¡La emperatriz!
No intento hacerle daño a ella, pues es una Diosa y a pesar de que me importa una mierda los Dioses, le tengo su respeto, después de todo quien mató a mis padres no fue ella, sino su estupido ministro, ¡Quiero hacerlo pagar! Quiero verlo prendido fuego… como tu deseas prender fuego a cualquiera… ese es mi trato. Si deseas seguirme que así sea, pero para dominar el fuego… ¡Quiero ver que puedo hacer y en que puedo instruirte! Sé muy bien tu potencial, lo he visto en guerras pasadas y la gente habla muy bien de ti, como guerrero… ¡Pues también hablan de ti como monstruo!
Parpadeó una vez, tomando aire ante el frío que hacía en ese enorme desierto. Pues había caído la noche y estar al aire libre, vestido como estaba, realmente hacía un tanto de frío. Sus ojos se posaron en Kisame, mientras guardaba su hoz en la espalda colgándola en señal de que todo estaba bien. – Confío en ti, y prontamente serás mi mano derecha en caso de que lleguemos a concretar nuestros planes, ¿Quieres hacerlo o aun le rindes tributo a Egipto?
Dijo cruzándose de brazos esperando la respuesta de Kisame. Era una gran oferta, aunque nunca se podría saber la reacción que tenía el hombre. Quizás hasta podía contarles sus ideales o quizás también podría plantearle un plan él, todo era bienvenido de parte de Kisame, pues lo tenía como un hombre que podría de serle de gran ayuda.
- ¡NO! ¡No me compares con él! Podemos tener el mismo rostro, pero jamás los mismos ideales. Si serví a su ejército es para conocer cada uno de sus movimientos, como combate, la fuerza que tiene, hasta donde puede llegar si se lo propone. Es un plan que corre por mis venas desde que tengo memoria prácticamente… ¡Quiero deshacerme de él, acabar con su Imperio y tomar su lugar! No me importa que mi sangre tenga el mismo sabor que la de él, debido a que somos hermanos… ¡Mi nombre es Arthas! Pero desde ahora en adelante, simplemente llámame Maestro.
Clavó su hoz a la arena del desierto, mientras que su caballo se echaba un tanto hacia atrás mirando de reojos aquella arma. Puesto que sabía que cuando hacía eso, casi siempre todo terminaba en desgracia y el corcel no quería terminar siendo carne asada. Observó por encima de su hombro al azabache animal y éste se quedó calmo, como si le mantuviera un cierto respeto al rubio enmascarado.
- Sé que hay gente que le cubre la espalda, pero si formo un pequeño imperio con los mejores hombres que no les cae bien Illidan, podré dominarlo a la perfección, teniendo en poco tiempo un poder que me acerque a Selene… ¡La emperatriz!
No intento hacerle daño a ella, pues es una Diosa y a pesar de que me importa una mierda los Dioses, le tengo su respeto, después de todo quien mató a mis padres no fue ella, sino su estupido ministro, ¡Quiero hacerlo pagar! Quiero verlo prendido fuego… como tu deseas prender fuego a cualquiera… ese es mi trato. Si deseas seguirme que así sea, pero para dominar el fuego… ¡Quiero ver que puedo hacer y en que puedo instruirte! Sé muy bien tu potencial, lo he visto en guerras pasadas y la gente habla muy bien de ti, como guerrero… ¡Pues también hablan de ti como monstruo!
Parpadeó una vez, tomando aire ante el frío que hacía en ese enorme desierto. Pues había caído la noche y estar al aire libre, vestido como estaba, realmente hacía un tanto de frío. Sus ojos se posaron en Kisame, mientras guardaba su hoz en la espalda colgándola en señal de que todo estaba bien. – Confío en ti, y prontamente serás mi mano derecha en caso de que lleguemos a concretar nuestros planes, ¿Quieres hacerlo o aun le rindes tributo a Egipto?
Dijo cruzándose de brazos esperando la respuesta de Kisame. Era una gran oferta, aunque nunca se podría saber la reacción que tenía el hombre. Quizás hasta podía contarles sus ideales o quizás también podría plantearle un plan él, todo era bienvenido de parte de Kisame, pues lo tenía como un hombre que podría de serle de gran ayuda.
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Re: Un Oasis olvidado
Kilometros y kilometros sin fin de mismo paisaje, arena y un horizonte a lo lejos que parecia no avanzar mas. El viento se hacia insoportable a cada paso que avanzaba, por lo que iba con la cabeza baja, ocultandole el rostro con la capucha de mi capa. Iba sosteniendo las sogas que amarraban a mi caballo pero sin hacer mas que eso, sostenerlas, con algo de dificultas, con poca fuerza, ya que no sentia mis manos, por asi decirlo, por el helado viento que corria en la noche, y es que no se me ocurrio peor idea que cabalgar por la noche en un desierto. No llevaba nada en mis pensamientos solo la idea de que iba a vagar sin destino alguno por un largo tiempo, a menos que encuentre alguna persona que me guie, a quien pueda servir o por lo menos un compañero. Y ahi estaba mi oportunidad, frente a mi a varios kilometros de distancia lograba divisar dos figuras, bastante grandes. No sabia muy bien que podrian estar haciendo dos personas en un desierto, parecian estar hablando entre ellos. Acelere un poco el paso del animal para llegar mas rapido, aunque no era mi intencion interrumpirlos pero era mi oportunidad para encontrar algo de informacion acerca de lo que buscaba hacia ya tanto tiempo.
Incontables pasos avance hasta que por fin me detuve a varios metros detras de uno de los sujetos, uno que parecia llevar una mascara, y el que estaba en frente tenia los rasgos de un montruo, no parecia humano a simple vista. Me sorprendio en gran medida. No logre entender de lo que estaban hablando pues no era de mi incumbencia el tema pero algo escuche. planeaba instruirlo para dominar el fuego. Nunca antes habia escuchado algo asi, no crei que las personas pudieran dominar los elementos, por eso me parecio muy extraño. Me hubiera parecido increible poder dominar un elemento, siempre me gusto pelear, era algo que en intrigaba, las ganas de ser una guerrera, como me habia enseñado mi hermano Selene, aunque yo no lo recordara muy bien, pero el espiritu de pelea era lo que emergia en mi ser en ese momento.
Estaba muy cerca de aquellas personas en ese entonces y no pude evitar exclamar -¿Que? A caso las personas pueden controlar los elementos...?- Dije sorprendida mientras algo de mi pasado se venia a mi mente, un flashe que paso muy rapido, era los momentos en que Selene me instruia en la batalla, pero seguia sin saber quien era esa muchacha, que su nombre resonaba tantas veces en mi mente, esa muchacha dde cabellos negros y miada tan profunda. -¿Acaso ella lo sabia y no me lo dijo?- Pronuncie sin miedo a aque me escucharan, y permaneci sorprendida escuchando a aquellas personas. Quería hablar pero no me atreví a hacerlo, por lo menos hasta que hayan pasado unos minutos más. Aunque me alejé un poco para que no noten mi presencia, esperaba que no me hubieran visto antes, pues trataba de de oír esa charla, me intrigaba saber de que se trataba aquello.
Incontables pasos avance hasta que por fin me detuve a varios metros detras de uno de los sujetos, uno que parecia llevar una mascara, y el que estaba en frente tenia los rasgos de un montruo, no parecia humano a simple vista. Me sorprendio en gran medida. No logre entender de lo que estaban hablando pues no era de mi incumbencia el tema pero algo escuche. planeaba instruirlo para dominar el fuego. Nunca antes habia escuchado algo asi, no crei que las personas pudieran dominar los elementos, por eso me parecio muy extraño. Me hubiera parecido increible poder dominar un elemento, siempre me gusto pelear, era algo que en intrigaba, las ganas de ser una guerrera, como me habia enseñado mi hermano Selene, aunque yo no lo recordara muy bien, pero el espiritu de pelea era lo que emergia en mi ser en ese momento.
Estaba muy cerca de aquellas personas en ese entonces y no pude evitar exclamar -¿Que? A caso las personas pueden controlar los elementos...?- Dije sorprendida mientras algo de mi pasado se venia a mi mente, un flashe que paso muy rapido, era los momentos en que Selene me instruia en la batalla, pero seguia sin saber quien era esa muchacha, que su nombre resonaba tantas veces en mi mente, esa muchacha dde cabellos negros y miada tan profunda. -¿Acaso ella lo sabia y no me lo dijo?- Pronuncie sin miedo a aque me escucharan, y permaneci sorprendida escuchando a aquellas personas. Quería hablar pero no me atreví a hacerlo, por lo menos hasta que hayan pasado unos minutos más. Aunque me alejé un poco para que no noten mi presencia, esperaba que no me hubieran visto antes, pues trataba de de oír esa charla, me intrigaba saber de que se trataba aquello.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
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Re: Un Oasis olvidado
Mientras Arthas esperaba la respuesta de Kisame, por última vez para comprobar su lealtad, comenzó a relamerse los labios. Se quitó su máscara, peinando sus rubios cabellos hacia atrás y sin siquiera voltear comenzó a olfatear cual sabueso; tras largo tiempo de estar así, gruñó, puesto que podía oler aquel hedor de carne tierna. Una sonrisa surcó su rostro para voltear con velocidad y mirar a la rubia. - ¡Me parecía que había algo más aquí…! ¡Interesante!
Musitó lentamente mientras se movía a gran velocidad dando pasos firmes, haciendo enormes huellas en la arena para quedar frente a la mujer sin que esta pudiera llegar a moverse. La risa del monstruo rojo se hizo sentir, mientras que llevaba su mano al cuello en forma de prensa comenzando a estrangular a la chica. Sintiendo placer por ello, mientras que sus ojos se cerraban, confiado y con una amplia sonrisa de sadismo, el monstruo rojo que tenía el mismo rostro que Illidan, musitó.
Supongo que has escuchado algo de lo que estábamos hablando, pero quiero saber que tanto… - dijo empujando a la mujer para que esta cayera al suelo o en su defecto un par de pasos hacia atrás, para tomar la hoz en llamas y apuntarle a la chica.
¡Y lo quiero saber ahora!
Musitó lentamente mientras se movía a gran velocidad dando pasos firmes, haciendo enormes huellas en la arena para quedar frente a la mujer sin que esta pudiera llegar a moverse. La risa del monstruo rojo se hizo sentir, mientras que llevaba su mano al cuello en forma de prensa comenzando a estrangular a la chica. Sintiendo placer por ello, mientras que sus ojos se cerraban, confiado y con una amplia sonrisa de sadismo, el monstruo rojo que tenía el mismo rostro que Illidan, musitó.
Supongo que has escuchado algo de lo que estábamos hablando, pero quiero saber que tanto… - dijo empujando a la mujer para que esta cayera al suelo o en su defecto un par de pasos hacia atrás, para tomar la hoz en llamas y apuntarle a la chica.
¡Y lo quiero saber ahora!
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Re: Un Oasis olvidado
Estuve a penas unos minutos alli hasta que note que aquel gigantesco hombre se giraba y se acercaba hacia mi muy rapido, estaba asustadam crei que me haria daño, no pude moverme y ya estaba frente a mi, al parecer habia sentido mi presencia desde mucho antes. Con tan solo verlo me daba miedo, tan solo ver su rostro malvado. Tan pronto me tomo del cuello y me lanzo hacia atras, cai al suelo golpeandome muy fuerte podia verse en mi rostro la sensacion de dolor. Pero lo que mas me asusto fue aquel tono en que hablaba ese hombre, escuche sus palabras, me cuestinoaba acerca de lo que pude haber oido y parecia furioso. De pronto tomo una hoz en llamas y me apunto con ella, exclamando unas palabras. Me arrastre algunos metros hacia atras mientras lo observaba con temor.
-Yo... yo solo... pasaba por aqui y los vi hablando... no escuche gran cosa...- Decia, mis palabras eran entrecortadas -Mire, escuche algo, pero no tengo la menor idea de lo que hablaban, solo queria entendr, pero la verdad es que no lo hice...- Decia algo insegura, luego se me ocurrio hablar de esa muchacha, que habia escuchado nombrar, queria encontrar algo de informacion -Escuche hablar de una tal Se... Selene, aunque no comprendi mucho... mire, mi proposito es encontrarla, por eso es que me quede aqui, para ver si encontraba algo de informacion- Pare un momento de hablar para ponerme lentamente de pie -...es que tengo un lazo muy fuerte con ella, aunque no tengo idea de cual sea... al parecer he perdido la memoria y no recuerdo nada de mi pasado, y al escuchar nombrar a Selene quise saber mas... si la encuentro quizas recobre mi menoria y sepa quien soy en realidad y cual es mi lugar en Egipto. Si fuera por mi, haria cualquier cosa por saber de su paradero, seguir a quien sea, incluso servir a quien sea solo para encontrar a esa mujer...- Por ultimo suspire y cerre mis ojos por un momento para luego abrirlos. -No quisiera ofenderlo pero la verdad de todo esto es que no me interesa en lo mas minimo esa charla que tenian ustedes dos, solo permaneci aqui porque escuche nobrar a esa tal Selene, es todo... solo necesitaba ayuda, nada mas...- Dije ahora mas tranquila pero insegura, no sabia como iba a reaccionar aquel hombre, pero tenia algo de miedo ya que al principio reacciono muy violentamente a mi presencia.
-Yo... yo solo... pasaba por aqui y los vi hablando... no escuche gran cosa...- Decia, mis palabras eran entrecortadas -Mire, escuche algo, pero no tengo la menor idea de lo que hablaban, solo queria entendr, pero la verdad es que no lo hice...- Decia algo insegura, luego se me ocurrio hablar de esa muchacha, que habia escuchado nombrar, queria encontrar algo de informacion -Escuche hablar de una tal Se... Selene, aunque no comprendi mucho... mire, mi proposito es encontrarla, por eso es que me quede aqui, para ver si encontraba algo de informacion- Pare un momento de hablar para ponerme lentamente de pie -...es que tengo un lazo muy fuerte con ella, aunque no tengo idea de cual sea... al parecer he perdido la memoria y no recuerdo nada de mi pasado, y al escuchar nombrar a Selene quise saber mas... si la encuentro quizas recobre mi menoria y sepa quien soy en realidad y cual es mi lugar en Egipto. Si fuera por mi, haria cualquier cosa por saber de su paradero, seguir a quien sea, incluso servir a quien sea solo para encontrar a esa mujer...- Por ultimo suspire y cerre mis ojos por un momento para luego abrirlos. -No quisiera ofenderlo pero la verdad de todo esto es que no me interesa en lo mas minimo esa charla que tenian ustedes dos, solo permaneci aqui porque escuche nobrar a esa tal Selene, es todo... solo necesitaba ayuda, nada mas...- Dije ahora mas tranquila pero insegura, no sabia como iba a reaccionar aquel hombre, pero tenia algo de miedo ya que al principio reacciono muy violentamente a mi presencia.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
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Re: Un Oasis olvidado
No me interesa en lo más mínimo lo que hayas escuchado o no… solo lárgate de aquí, ¡No creo que la tal Selene que nosotros nombramos sea de tu incumbencia o te ate algo realmente a ella! ¡Mírate…! Eres solo una chiquilla y ella una Diosa. – musitó el rubio para escupir en la arena a unos cuantos centímetros de Jezzara.
¡LARGATE DE MI PRESENCIA AHORA! – musitó el guerrero para mirar a Kisame. Se había quedado ahí, parado como si nada hubiese pasado o como si no quisiera responder. Suspiró por lo bajo, el gemelo y observó a la pequeña rubia, no podía dejarla ir ahora que se daba cuenta. Chifló dos veces y su caballo azabache estaba junto con él.
Escuché hablar de una tal Selene, en las costas. Algunos dicen que se fue hacia Roma, quizás te interese esa información… por lo pronto tengo que partir… ¡KISAME! – dijo ahora mirando hacia el hombre pez que parecía estar quieto como una estatua.
¡Si deseas encontrarme… solo sigue tu instinto! – musitó el gemelo para darle un golpe con sus riendas al caballo y salir disparando a gran velocidad. Se tenía que ir, moverse de ahí lo más pronto posible, tenía que escapar de ese lugar y no sabía porque, quizás algo le atraía demasiado en todo eso. Y era una energía sobrenatural, como una opresión en su pecho que le dolía demasiado, quizás un mal o buen presentimiento, no lo sabía.
¡LARGATE DE MI PRESENCIA AHORA! – musitó el guerrero para mirar a Kisame. Se había quedado ahí, parado como si nada hubiese pasado o como si no quisiera responder. Suspiró por lo bajo, el gemelo y observó a la pequeña rubia, no podía dejarla ir ahora que se daba cuenta. Chifló dos veces y su caballo azabache estaba junto con él.
Escuché hablar de una tal Selene, en las costas. Algunos dicen que se fue hacia Roma, quizás te interese esa información… por lo pronto tengo que partir… ¡KISAME! – dijo ahora mirando hacia el hombre pez que parecía estar quieto como una estatua.
¡Si deseas encontrarme… solo sigue tu instinto! – musitó el gemelo para darle un golpe con sus riendas al caballo y salir disparando a gran velocidad. Se tenía que ir, moverse de ahí lo más pronto posible, tenía que escapar de ese lugar y no sabía porque, quizás algo le atraía demasiado en todo eso. Y era una energía sobrenatural, como una opresión en su pecho que le dolía demasiado, quizás un mal o buen presentimiento, no lo sabía.
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Re: Un Oasis olvidado
Anteriormente había estado en aquel templo y había logrado sentir la presencia de alguien a quien todo Egipto consideraba como muerta, una sola persona se le vino a la mente a Thanathos mientras que caminaba y al parecer no estaba equivocado en su deducción. Cada paso que el dios del inframundo daba iba dejando atrás de su cuerpo un camino de muerte, haciendo que el color de la tierra se oscureciera y las pocas plantas del desierto se terminaran pudriendo. Dejo de hacer esto cuando sintió la presencia de alguien con su mismo poder, sonrío un poco y dijo unas palabras en voz baja mientras que no detuvo su marcha.
-Hermano…Cada vez falta menos.
Dio unos últimos pasos sonoros para quedar frente a aquella mujer de cabellos rubios, la cual había sido dada por muerta hacia mucho tiempo. La misma desprendía una bondad que al dios Thanathos le causaban vómitos o incluso jaqueca. Camino un poco alrededor de la chica y luego la llamo por su nombre, asegurándose de que la misma respondiera y que fuera tal y como él pensaba.
-Jezzara… ¿Verdad?
Detuvo su marcha frente a ella, para mirarla un poco a los ojos. Debía de hacerlo hacia abajo puesto que su altura era mucho en comparación de la pequeña estatura que poseía la muchacha. Ella no era más que la hermana de Selene, la hermana mayor de la emperatriz a quien se le había dado por muerta hacia mucho tiempo. Si Selene se enteraba que su hermana mayor estaba viva, podría dejar su trono y eso facilitaría a la hora de matar a todos los habitantes de Egipto. El dios sonrío mientras que la miraba con unos ojos maquiavélicos.
-Tanto tiempo escondida a la sombra, como una carga para Egipto. Cuando eres tu quien debería estar sentada en ese trono y gobernar, con riquezas y atenciones…
El dios caminaba otra vez alrededor de ella, dando vueltas y pensando bien cada palabra que decía. Tratando de convencer a Jezzara para que esta volviera a su palacio.
-¿No te gustaría ver el rostro de tu hermana, al saber que vives?
-Hermano…Cada vez falta menos.
Dio unos últimos pasos sonoros para quedar frente a aquella mujer de cabellos rubios, la cual había sido dada por muerta hacia mucho tiempo. La misma desprendía una bondad que al dios Thanathos le causaban vómitos o incluso jaqueca. Camino un poco alrededor de la chica y luego la llamo por su nombre, asegurándose de que la misma respondiera y que fuera tal y como él pensaba.
-Jezzara… ¿Verdad?
Detuvo su marcha frente a ella, para mirarla un poco a los ojos. Debía de hacerlo hacia abajo puesto que su altura era mucho en comparación de la pequeña estatura que poseía la muchacha. Ella no era más que la hermana de Selene, la hermana mayor de la emperatriz a quien se le había dado por muerta hacia mucho tiempo. Si Selene se enteraba que su hermana mayor estaba viva, podría dejar su trono y eso facilitaría a la hora de matar a todos los habitantes de Egipto. El dios sonrío mientras que la miraba con unos ojos maquiavélicos.
-Tanto tiempo escondida a la sombra, como una carga para Egipto. Cuando eres tu quien debería estar sentada en ese trono y gobernar, con riquezas y atenciones…
El dios caminaba otra vez alrededor de ella, dando vueltas y pensando bien cada palabra que decía. Tratando de convencer a Jezzara para que esta volviera a su palacio.
-¿No te gustaría ver el rostro de tu hermana, al saber que vives?
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Re: Un Oasis olvidado
El gigante rubio que se encontraba frente a mi dijo unas palabras algo agresivamente, sin darme mucha información de lo que yo quería, pero igualmente no confiaba en su presencia, desde un principio me dio un poco de miedo el tan solo encontrarme cerca de él, no me agradaba ni mucho menos dirigirle la palabra pero tuve que hacerlo. Me hice un poco hacia atrás hasta que concluyó con sus palabras, mientras que lo miraba fijamente, en un momento mencionó algo relacionado con Selene, pero no le creí en lo más mínimo, entonces se alejó rápidamente.
-Que extraño....- Pensaba mientras veía al sujeto alejarse. Pasaron algunos minutos. Hasta que sentí unos pasos detrás de mí, pero no tardó mucho en quedar de frente, levanté un poco la vista y note que era un hombre de gran altura, por alguna razón sentía en él una presencia oscura, como si estuviese en frente de la misma muerte. Miré a sus pies, había un rastro de arena oscura. Por alguna razón sentí temor ante su presencia, pensé que quizás no era una persona común, había algo más en él. Pero mi cuerpo se paralizó por completo cuando escuché aquellas palabras de su boca. ¿Como sabía mi nombre? ¿A caso me conocía? No lo sabía y no creía poder averiguarlo. Solo unas palabras salieron de mi boca antes de que él pueda continuar hablando.
-¿C.. como sabes... mi nombre?- Dije con la voz algo temblorosa mientras lo miraba desconcertada. Pero no pasó mucho tiempo hasta que pude oír sus siguientes palabras, en ese momento me confundió aún más de lo que ya me encontraba. Mencionó que yo debería gobernar en Egipto en vez de estar vagando por el mundo. Entonces volví a hablar.
-¿Que? ¿El trono de Egipto me pertenece? ¿Pero... como...?- Estaba realmente confundida y no sabía que hacer ni que decir, pero algo aclaró mis dudas de repente. Asique eso era lo que me unía a Selene, en verdad era mi hermana, entonces me quedé pensando por un momento. Todos esos recuerdos sin sentido que tenía finalmente tenían una razón, todo estaba unido y todo fue comprobado. Pero para averiguarlo de verdad debía verla en persona, no me convencía con el simple hecho de escuchar palabras que salían de la boca de un extraño. Unas ansias incontrolables por aceptar aquella propuesta me invadían, no podía decir que no, necesitaba volver a ver a mi hermana luego de tantos años de estar desaparecida frente a todo Egipto. No podía decir que no.
-¿Que? ¿acaso tu.. tu puedes llevarme con Selene?- Fue lo primero que salió de mis labios, fue una respuesta casi instintiva, sin pensar mucho lo que quería decir, pero era lo que sentía que debía hacer, tenía que ver personalmente a Selene para aclarar mis dudas, aunque aún no sabía de quien se trataba aquel sujeto que mencionó aquellas ideas, pero desde mi punto de vista, tenían mucho sentido. Solo restaba escuchar la respuesta, a la que aguardé tranquilamente mientras lo miraba.
-Que extraño....- Pensaba mientras veía al sujeto alejarse. Pasaron algunos minutos. Hasta que sentí unos pasos detrás de mí, pero no tardó mucho en quedar de frente, levanté un poco la vista y note que era un hombre de gran altura, por alguna razón sentía en él una presencia oscura, como si estuviese en frente de la misma muerte. Miré a sus pies, había un rastro de arena oscura. Por alguna razón sentí temor ante su presencia, pensé que quizás no era una persona común, había algo más en él. Pero mi cuerpo se paralizó por completo cuando escuché aquellas palabras de su boca. ¿Como sabía mi nombre? ¿A caso me conocía? No lo sabía y no creía poder averiguarlo. Solo unas palabras salieron de mi boca antes de que él pueda continuar hablando.
-¿C.. como sabes... mi nombre?- Dije con la voz algo temblorosa mientras lo miraba desconcertada. Pero no pasó mucho tiempo hasta que pude oír sus siguientes palabras, en ese momento me confundió aún más de lo que ya me encontraba. Mencionó que yo debería gobernar en Egipto en vez de estar vagando por el mundo. Entonces volví a hablar.
-¿Que? ¿El trono de Egipto me pertenece? ¿Pero... como...?- Estaba realmente confundida y no sabía que hacer ni que decir, pero algo aclaró mis dudas de repente. Asique eso era lo que me unía a Selene, en verdad era mi hermana, entonces me quedé pensando por un momento. Todos esos recuerdos sin sentido que tenía finalmente tenían una razón, todo estaba unido y todo fue comprobado. Pero para averiguarlo de verdad debía verla en persona, no me convencía con el simple hecho de escuchar palabras que salían de la boca de un extraño. Unas ansias incontrolables por aceptar aquella propuesta me invadían, no podía decir que no, necesitaba volver a ver a mi hermana luego de tantos años de estar desaparecida frente a todo Egipto. No podía decir que no.
-¿Que? ¿acaso tu.. tu puedes llevarme con Selene?- Fue lo primero que salió de mis labios, fue una respuesta casi instintiva, sin pensar mucho lo que quería decir, pero era lo que sentía que debía hacer, tenía que ver personalmente a Selene para aclarar mis dudas, aunque aún no sabía de quien se trataba aquel sujeto que mencionó aquellas ideas, pero desde mi punto de vista, tenían mucho sentido. Solo restaba escuchar la respuesta, a la que aguardé tranquilamente mientras lo miraba.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
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Re: Un Oasis olvidado
Thanathos sonreía a cada palabra titubeante que escuchaba salir de los labios de Jezzara. Sabia que él tenía el control sobre la voluntad de la muchacha y lo había logrado simplemente con unas palabras, con unas simples oraciones había logrado que su voluntad cayera en pedazos ante los deseos y planes del dios de la muerte, quien se ocultaba detrás del traje del ministro egipcio Illidan. El dios avanzo hacia la muchacha mientras que daba unas vueltas alrededor de ella, tratando de confundirla mas, de hacer que su mente solo pensara lo que él quería. Con sus palabras y su gran habilidad de convicción no seria un tema difícil hacer creer a la muchacha las cosas, pero además de esas habilidades se agregaba el hecho de que gran parte de lo que Thanathos le estaba diciendo, era verdad.
Ella era en realidad la verdadera emperatriz de Egipto al ser la hija mayor del antiguo faraón, Selene había sido seleccionada como su reemplazante debido a que ella había sido dada por muerta, pero fue entonces cuando de la nada Thanathos presintió que ella vivía. La vida de la hermana de Selene podía significar muchas cosas para la emperatriz, por un lado felicidad porque la debía de extrañar mucho, o eso pensaba Illidan basándose en las palabras que la mujer dijo cuando agonizaba por su cosmoenergia que estaba despertando. Pero por otro lado, la presencia de Jezzara le quitaría su puesto como emperatriz, como hija de Isis y también como gobernante de todo Egipto. El gran dios sonrío mientras que por fin soltó las primeras palabras dirigidas a la joven Jezzara.
-Despierta de una vez… Tu eres Jezzara, hija del difunto faraón. Tu hermana Selene esta en tu puesto porque tu habías sido dada por muerta, pero hay ciertos incompetentes que no son capaces de realizar ni siquiera un asesinato a alguien tan… frágil.
Dijo Thanathos mientras que miraba su cuerpo, sabia que la muchacha no habría sido gran problema para un maniático como Seth, pero por alguna razón se había salvado. Seguía dando vueltas en círculos mientras que trataba de esconder el brillo de su espada, la de Alejandro Magno, para no hacer dudar a la chica de su persona. Las ultimas titubeantes palabras del dios fueron seguidas por un gran silencio en el cual el dios se dio tiempo para pensar sus palabras exactamente como debían ser. Se frenó frente al cuerpo de la muchacha y colocando un dedo en los labios inferiores de la misma dijo con un tono sarcástico.
-Puedo hacer lo que tú quieras, pero todo es cuestión de que aceptes.
Las palabras eran para ocultar su poder de dios, los humanos eran de sentirse muy atraídos por las mujeres en Egipto, quizás de esa manera lograra disfrazarse de uno y pasar desapercibido.
Ella era en realidad la verdadera emperatriz de Egipto al ser la hija mayor del antiguo faraón, Selene había sido seleccionada como su reemplazante debido a que ella había sido dada por muerta, pero fue entonces cuando de la nada Thanathos presintió que ella vivía. La vida de la hermana de Selene podía significar muchas cosas para la emperatriz, por un lado felicidad porque la debía de extrañar mucho, o eso pensaba Illidan basándose en las palabras que la mujer dijo cuando agonizaba por su cosmoenergia que estaba despertando. Pero por otro lado, la presencia de Jezzara le quitaría su puesto como emperatriz, como hija de Isis y también como gobernante de todo Egipto. El gran dios sonrío mientras que por fin soltó las primeras palabras dirigidas a la joven Jezzara.
-Despierta de una vez… Tu eres Jezzara, hija del difunto faraón. Tu hermana Selene esta en tu puesto porque tu habías sido dada por muerta, pero hay ciertos incompetentes que no son capaces de realizar ni siquiera un asesinato a alguien tan… frágil.
Dijo Thanathos mientras que miraba su cuerpo, sabia que la muchacha no habría sido gran problema para un maniático como Seth, pero por alguna razón se había salvado. Seguía dando vueltas en círculos mientras que trataba de esconder el brillo de su espada, la de Alejandro Magno, para no hacer dudar a la chica de su persona. Las ultimas titubeantes palabras del dios fueron seguidas por un gran silencio en el cual el dios se dio tiempo para pensar sus palabras exactamente como debían ser. Se frenó frente al cuerpo de la muchacha y colocando un dedo en los labios inferiores de la misma dijo con un tono sarcástico.
-Puedo hacer lo que tú quieras, pero todo es cuestión de que aceptes.
Las palabras eran para ocultar su poder de dios, los humanos eran de sentirse muy atraídos por las mujeres en Egipto, quizás de esa manera lograra disfrazarse de uno y pasar desapercibido.
Última edición por Illidan el Jue Nov 18, 2010 7:48 pm, editado 1 vez
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Re: Un Oasis olvidado
Todo aquello que decía ese hombre tenía sentido, sabía que todo Egipto creía que yo estaba muerta, y en realidad me escondía en Roma, sin saber siquiera quien era, pero poco a poco fui reuniendo información y ahora me enteraba de que era yo la verdadera Emperatriz de Egipto, que el trono me pertenecía, ese trono que estaba ocupado por mi supuesta hermana Selene quien también tenía entendido que yo había muerto. Estaba confundida pero de a poco iba entendiendo, igualmente me sentía impulsada a aceptar aquella propuesta de aquel extraño de llevarme con ella, de todas formas ya estaba todo perdido, no podía negarme, si no aceptaba quizás nunca vuelva a ver a Selene, quizás mi destino quedaría perdido y sería una inútil vida más vagando por el mundo, asique tenía que decir que sí, era mi única opción, o por lo menos lo único que creía que debía hacer.
Escuché aquellas palabras y recordé el motivo por el cual me había salvado de la muerte. Recordé la manera en la que había luchado por salvarme, con las técnicas de pelea que la misma Selene me había enseñado en nuestra infancia. Pelear era una de las cosas que más me atraía y el ser vencida no era una opción para mí. Por lo que solo sonreí al escuchar aquellas palabras. Aquel hombre se acercó hacia mí y me dijo unas palabras, a las que escuché con atención, decía que podía hacer lo que yo quisiera, pero debía aceptar la propuesta. Mientras lo miraba a los ojos, esa mirada siniestra que me atemorizaba asentí con la cabeza para concluir con unas tímidas palabras.
-Si... yo... yo haré lo que me pidas pero... por favor llévame a donde se encuentre Selene... necesito verla personalmente... necesito aclarar algunas dudas que se que solo ella podrá responder...- Dije por último decidida, estaba dispuesta a hacer lo que aquel sujeto me pidiera siempre y cuando me llevara con mi hermana que durante tanto tiempo había ignorado su existencia. No dije más, solo lo que creí necesario. Estaba dispuesta a pagar cualquier precio por mi deseo.
Me había enterado de algo que no tenía idea de que fuera de esa manera, una información que me impactó, pero despertó en mi un deseo de poder, por fin tenía la oportunidad de hacer lo que yo quisiera, de ser alguien en esta miserable vida que me había tocado. Pronto cerré los ojos apretándolos fuertemente a la espera de una respuesta positiva.
Escuché aquellas palabras y recordé el motivo por el cual me había salvado de la muerte. Recordé la manera en la que había luchado por salvarme, con las técnicas de pelea que la misma Selene me había enseñado en nuestra infancia. Pelear era una de las cosas que más me atraía y el ser vencida no era una opción para mí. Por lo que solo sonreí al escuchar aquellas palabras. Aquel hombre se acercó hacia mí y me dijo unas palabras, a las que escuché con atención, decía que podía hacer lo que yo quisiera, pero debía aceptar la propuesta. Mientras lo miraba a los ojos, esa mirada siniestra que me atemorizaba asentí con la cabeza para concluir con unas tímidas palabras.
-Si... yo... yo haré lo que me pidas pero... por favor llévame a donde se encuentre Selene... necesito verla personalmente... necesito aclarar algunas dudas que se que solo ella podrá responder...- Dije por último decidida, estaba dispuesta a hacer lo que aquel sujeto me pidiera siempre y cuando me llevara con mi hermana que durante tanto tiempo había ignorado su existencia. No dije más, solo lo que creí necesario. Estaba dispuesta a pagar cualquier precio por mi deseo.
Me había enterado de algo que no tenía idea de que fuera de esa manera, una información que me impactó, pero despertó en mi un deseo de poder, por fin tenía la oportunidad de hacer lo que yo quisiera, de ser alguien en esta miserable vida que me había tocado. Pronto cerré los ojos apretándolos fuertemente a la espera de una respuesta positiva.
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Re: Un Oasis olvidado
El dios Thanathos ahora sonreía mientras que tenia a la dama, futura emperatriz de Egipto, a sus pies. Debía de asegurar su lealtad debido a que sus planes estaban hechos desde el momento en que llegó al oasis. Con la vuelta a la vida de Jezzara, Thanathos podría mentir a todo Egipto y encontrar ahí un buen motivo para que construyan monumentos para los dioses del inframundo, pero quizás no fuera esto lo más interesante. Avanzo lentamente mientras que se freno a escuchar las palabras de la dama. Tras terminar de hablar Jezzara, Thanathos se dio vuelta y comenzó a caminar alejándose de aquel oasis, mientras que esperaba que la muchacha la siguiera, pero no lo hacia.
-Vamos… Te llevare para que veas a tu hermana Selene, después de todo, es un derecho que tienes. –El dios la señalo un momento mientras que suspiraba y con un tono mas calmado y serio dijo unas palabras advirtiendo a su acompañante- Pero no digas nada fuera de lugar, déjame hablar a mí. Porque no se como lo tome la actual emperatriz de Egipto
Ahora si comenzó a caminar para retirarse del Oasis, procurando que la muchacha lo siguiera. Estaba seguro que quien había estado anteriormente allí era su hermano Hypnos, podía sentirlo, pero ahora no sabia donde se encontraba el mismo. Siguió caminando alejándose del lugar, mientras que escondía su cosmos al máximo para no levantar la perdiz.
-Vamos… Te llevare para que veas a tu hermana Selene, después de todo, es un derecho que tienes. –El dios la señalo un momento mientras que suspiraba y con un tono mas calmado y serio dijo unas palabras advirtiendo a su acompañante- Pero no digas nada fuera de lugar, déjame hablar a mí. Porque no se como lo tome la actual emperatriz de Egipto
Ahora si comenzó a caminar para retirarse del Oasis, procurando que la muchacha lo siguiera. Estaba seguro que quien había estado anteriormente allí era su hermano Hypnos, podía sentirlo, pero ahora no sabia donde se encontraba el mismo. Siguió caminando alejándose del lugar, mientras que escondía su cosmos al máximo para no levantar la perdiz.
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Re: Un Oasis olvidado
Vi como aquel hombre se alejaba hacia la salida del oasis pero pronto se detuvo ye me dijo unas palabras, a las que presté mucha atención. No quería que yo hablara frente a Selene, por lo menos no lo iba a hacer al principio, ya que nadie sabía exactamente como iba a reaccionar ante la presencia de una hermana a la cual tanto tiempo creyó muerta y la cual, si regresara tendría el derecho de arrebatarle el trono de Egipto. Sería muy dificil deducir eso, por lo que había que ser cautelosos con el tema. Igualmente yo planeaba hacer caso a todas las instrucciones que me diera aquel sujeto, después de todo él me había encontrado y él me ofreció llevarme con mi hermana, no podía hacer otra cosa más que obedecer, por lo que contesté a sus palabras con un tono serio y decidida.
-Si, De acuerdo. Prometo no decir ni una palabra hasta que tu me lo ordenes....- Dije seguido de un movimiento con la cabeza asintiendo. Mientras que con mi mano derecha tomé las riendas del caballo pero no me monté aún en él, sino que lo lleve a pie para alcanzar a aquel sujeto que poco a poco se alejaba de mí. No pretendía perder tiempo, si se me había dado la oportunidad de encontrar a Selene debía aprovecharla al máximo, no podía cometer ningún error si quería que las cosas me salgan bien. Entonces seguí caminando sin más, mientras jalaba de la rienda para que el animal camine a la par mía. No quería perder el paso de aquel hombre que ahora me guiaba hacia mi próximo y por ahora único destino
-Si, De acuerdo. Prometo no decir ni una palabra hasta que tu me lo ordenes....- Dije seguido de un movimiento con la cabeza asintiendo. Mientras que con mi mano derecha tomé las riendas del caballo pero no me monté aún en él, sino que lo lleve a pie para alcanzar a aquel sujeto que poco a poco se alejaba de mí. No pretendía perder tiempo, si se me había dado la oportunidad de encontrar a Selene debía aprovecharla al máximo, no podía cometer ningún error si quería que las cosas me salgan bien. Entonces seguí caminando sin más, mientras jalaba de la rienda para que el animal camine a la par mía. No quería perder el paso de aquel hombre que ahora me guiaba hacia mi próximo y por ahora único destino
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
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Re: Un Oasis olvidado
Me quede observando todo el espectaculo que se manifestaba frente mis ojos. Sonrei bastante seguro cuando nadie, a diferencia de Arthas, parecia verme alli. Lo que si fue raro y he de admitirlo fue ver llegar a Illidan con un aire mucho mas oscuro, inclusive mucho mas que el mio. ¿Pueden creer eso? Dejaba tras sus pasos un humo negro como la propia muerte, que marchitaba a las pocas flores que crecian en la arena pese la cercania del Oasis. Hablo con total magnitud con la muchacha alli presente, Jezarra me parecio escuchar. Hablaban de cosas sin sentido y la verdad que no me interesaba, pero ¿la hermana de Selene? Wow… y uno que pensaba que habia visto de todo.
Me levante de la roca en donde estaba y mire en direccion a donde se alejaron. Recorde como la mocosa me habia tratado y ahora que lo pensaba con mas claridad, eso fue el porque me habia alejado de Alejandria. Ademas de insultarme como de costumbre, me revelo de mi puesto. En pocas palabras, mi cuenta con su padre estaba finalmente saldada. ¿Qué estaria haciendo la mocosa? ¿Finalmente se hubiera casado? Pasaron varias noches que no sabia nada de Alejandria ni de nadie mas que yo mismo. Estaba aburrido, claro… pero tal vez, solo tal vez, encontraria diversión en Alejandria.
Con una sonrisa en mis labios, volvi al Oasis para subirme encima de mi camello que aun no se habia ido. Saque el sombrero de paja y me lo coloque sobre mi cabeza, ocultando con la penumbra del sombrero mi rostro, dejando solo mis dientes puntiagudos como tiburón a la vista.
Proximo destino: Alejandria y algo que romper…
Me levante de la roca en donde estaba y mire en direccion a donde se alejaron. Recorde como la mocosa me habia tratado y ahora que lo pensaba con mas claridad, eso fue el porque me habia alejado de Alejandria. Ademas de insultarme como de costumbre, me revelo de mi puesto. En pocas palabras, mi cuenta con su padre estaba finalmente saldada. ¿Qué estaria haciendo la mocosa? ¿Finalmente se hubiera casado? Pasaron varias noches que no sabia nada de Alejandria ni de nadie mas que yo mismo. Estaba aburrido, claro… pero tal vez, solo tal vez, encontraria diversión en Alejandria.
Con una sonrisa en mis labios, volvi al Oasis para subirme encima de mi camello que aun no se habia ido. Saque el sombrero de paja y me lo coloque sobre mi cabeza, ocultando con la penumbra del sombrero mi rostro, dejando solo mis dientes puntiagudos como tiburón a la vista.
Proximo destino: Alejandria y algo que romper…
Kisame- Espectro de Hades
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Re: Un Oasis olvidado
Apareció entre las sombras de uma palmera. Ese era justo el lugar donde quería estar... cerca del agua, en las aridas tierras de su Egipto. Miró a Cheshire, como indicandole que aullara si veía problemas, y luego dejó que los restos de la ropa que portaba cayeran. El sol estaba poniendose en el horizonte. El viento soplaba un tanto levantando algo de tierra, pero no le importaba. No le molestaba en lo absoluto, despues de todo... ese era el lugar en donde había nacido y lo amaba tal cual era.
Sentía el cosmo de Hades elevandose. Pero a menos que la llamara no tenía nada que ir a hacer a su lado. Era menester mantenerse donde estaba pues, por alguna razón había nacido en esas tierras. Las epocas iban y venían, pero siempre las estrellas infernales tenían una posición por un motivo, y ese motivo, era asegurarse por todos los medios posibles de que Hades pudiera dominar el inframundo sin que otros dioses interfirieran en los asuntos de la muerte.
Dio un paso hacia el agua, desnuda. Cerró los ojos, escuchando el viento. había tanto calma en ese lugar... lo cual por un lado la irritaba y por otro, le agradaba. Seguramente era Selene quien disfrutaba del ruido del desierto, y la estrella infernal de la Ira quien se sentía irritada de no estar peleando. Pero despues de la pequeña bromita entre ella y ese Bersekers mal nacido y con el miembro pequeñito, no tenía muchos deseos de verse involucrada en otra pelea... no por el momento al menos. Ya tendría la oportunidad de seguir humillando Bersekers si se interponían en los asuntos de Hades.
Caminó por al agua hasta que esta llegó a su cintura. Tomó líquido entre sus manos y se mojó la cara limpeandosela de la sangre seca y los restos de baba de ese asqueroso hombre Berseker que se había atrevido a besarla. De seguro, no le había salido nada gratis la bromita... pues si Selene tenía una cicatriz en ese momento justo en medio de sus senos, no quería ni imaginar que habría pasado con él. seguramente estaba muerto... aunque vivo o muerto, significaba lo mismo apra Selene... así de importante era el Berseker Apocalypse.
Selene se rió con dicho pensamiento mientras se hundía en el agua pensando en Astrid... tal vez aparecería a buscar una venganza por las ultimas palabras que habían cruzado.
Sentía el cosmo de Hades elevandose. Pero a menos que la llamara no tenía nada que ir a hacer a su lado. Era menester mantenerse donde estaba pues, por alguna razón había nacido en esas tierras. Las epocas iban y venían, pero siempre las estrellas infernales tenían una posición por un motivo, y ese motivo, era asegurarse por todos los medios posibles de que Hades pudiera dominar el inframundo sin que otros dioses interfirieran en los asuntos de la muerte.
Dio un paso hacia el agua, desnuda. Cerró los ojos, escuchando el viento. había tanto calma en ese lugar... lo cual por un lado la irritaba y por otro, le agradaba. Seguramente era Selene quien disfrutaba del ruido del desierto, y la estrella infernal de la Ira quien se sentía irritada de no estar peleando. Pero despues de la pequeña bromita entre ella y ese Bersekers mal nacido y con el miembro pequeñito, no tenía muchos deseos de verse involucrada en otra pelea... no por el momento al menos. Ya tendría la oportunidad de seguir humillando Bersekers si se interponían en los asuntos de Hades.
Caminó por al agua hasta que esta llegó a su cintura. Tomó líquido entre sus manos y se mojó la cara limpeandosela de la sangre seca y los restos de baba de ese asqueroso hombre Berseker que se había atrevido a besarla. De seguro, no le había salido nada gratis la bromita... pues si Selene tenía una cicatriz en ese momento justo en medio de sus senos, no quería ni imaginar que habría pasado con él. seguramente estaba muerto... aunque vivo o muerto, significaba lo mismo apra Selene... así de importante era el Berseker Apocalypse.
Selene se rió con dicho pensamiento mientras se hundía en el agua pensando en Astrid... tal vez aparecería a buscar una venganza por las ultimas palabras que habían cruzado.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
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Capullo de Rosa
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Re: Un Oasis olvidado
Era extraño estar ahí, por primera en vez mucho tiempo, nadie la estaba presionando por alguna cosa. Estaba en calma y sola, en medio de la nada. La noche ya había caido en el desierto y comenzaba a hacer frío, pero Selene siendo una criatura de ese clima, alzó su cosmoenergía produciendo una esfera de cosmo purpura apenas visible para protegerse del viento y sólo dedicarse a estar en el agua bañandose con calma y tranquilidad.
- Isis... Osiris... ¿Qué camino debo seguir ahora? ¿Ir por el dragón? - Bajó el rostro mirando su propio reflejo en el agua. No se veía bien, pues la unica luminosidad provenía de su propia cosmoenergía, pero de cualquier forma podía ver un toque de melancolía. Tocó su pecho, sobre la herida que había tenido que inflingirse para quemar la toxina de la tumba del silencio... y entendió una vez más que tal como las rosas, hermosas y llenas de espinas, estaba destinada a encontrar su rumbo en solitario, sin compañia, por el resto de los siglos, y los siglos despues de eso.
Wyvern... el hombre que tenía su espiritu... el encargado de ser el portador de su Dragón... no estaba cerca si quiera. No sentía su cosmoenergía, su llamado... nada. Era silencio. Se sentía como si hubiese nacido sola esa era del mundo destinada a morir en soledad esperando a renacer para volver a verlo.
- ¿Cuando me puse tan sentimental? ¿Será que estoy madurando? - Se preguntó a si misma, entendiendo que era lo que estaba pensando. Algo que nunca, en ninguna de sus vidas pudo aceptar... el romance, el idealismo, la necesidad de compañía... ¿Qué estaba pasando con ella que ahora sentía de forma diferente? Escuchó un fuerte maullido. Para cualquiera el sonido habría sido de un simple animal, pero parecía que Selene podía entender su sonido. - Patrañas Cheshire, sigo siendo la misma, ¿No? - Sonrió bajando sus parpados.
La verdad... estar sola, no tenía nada de malo. Estaba empezando a disfrutarlo.
- Isis... Osiris... ¿Qué camino debo seguir ahora? ¿Ir por el dragón? - Bajó el rostro mirando su propio reflejo en el agua. No se veía bien, pues la unica luminosidad provenía de su propia cosmoenergía, pero de cualquier forma podía ver un toque de melancolía. Tocó su pecho, sobre la herida que había tenido que inflingirse para quemar la toxina de la tumba del silencio... y entendió una vez más que tal como las rosas, hermosas y llenas de espinas, estaba destinada a encontrar su rumbo en solitario, sin compañia, por el resto de los siglos, y los siglos despues de eso.
Wyvern... el hombre que tenía su espiritu... el encargado de ser el portador de su Dragón... no estaba cerca si quiera. No sentía su cosmoenergía, su llamado... nada. Era silencio. Se sentía como si hubiese nacido sola esa era del mundo destinada a morir en soledad esperando a renacer para volver a verlo.
- ¿Cuando me puse tan sentimental? ¿Será que estoy madurando? - Se preguntó a si misma, entendiendo que era lo que estaba pensando. Algo que nunca, en ninguna de sus vidas pudo aceptar... el romance, el idealismo, la necesidad de compañía... ¿Qué estaba pasando con ella que ahora sentía de forma diferente? Escuchó un fuerte maullido. Para cualquiera el sonido habría sido de un simple animal, pero parecía que Selene podía entender su sonido. - Patrañas Cheshire, sigo siendo la misma, ¿No? - Sonrió bajando sus parpados.
La verdad... estar sola, no tenía nada de malo. Estaba empezando a disfrutarlo.
Selene- Dama del Pecado
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Re: Un Oasis olvidado
Primer Post 1° Ataque Débil - Maestría
Hubiera permanecido en Alejandría para causar muchos más destrozos y verter la sangre de sus repulsivos habitantes, pero existían circunstancias más apremiantes que atender a la brevedad. Ni en broma podía ir así donde Ares, se lo comerían vivo. Golgordan no destacaba por su fuerza bruta, necesitaba algo más que una espada para poder combatir y mantener bajo control a esas bestias. Entre los Bersekers no había compañerismo, y si se presentaba así era como pasear desnudo entre una jauría de lobos hambrientos.
Además de que todavía no había despertado por completo, y por tanto no contaba con todos los poderes de los que disponía. Lo peor es que ya iba retrazado, podía sentir los cosmos de los otros Bersekers revelándose, y también estaba enterado de que ya algunos habían perecido en batalla. Volvió al desierto, al menos ahí tenía más probabilidad de no encontrarse con más egipcios detestables. Le provocaba matarlos con sólo verles, no lo podía explicar.
Como no tenía acceso a su armadura debía ingeniárselas y conseguir una vestimenta decente. Al menos así podría lucir presentable para Ares. A diferencia de otros él sí se preocupaba por su apariencia, hábito extraño para un Berseker y al mismo tiempo refrescante. El cosmos de Golgordan aumentaba, y debía estar preparado por si algún enemigo o guerreros de su propia facción decidían aparecerse.
Lo único que llevaba consigo era su violín, un fiel complemento de su armadura, no necesitaba de nada más. Aunque no era indispensable que lo portara en ese instante así que lo hizo desaparecer en un brillo rojo para que no le estorbara.
De prono se encontraba en un oasis que había podido distinguir desde lejos y que convirtió en prioridad llegar a la brevedad. -¿Este lugar de mierda no puede ser más caliente, verdad?- Murmuró sarcástico. Se recargó y disfrutó de la sombra que le ofrecía una palmera. Estaba muy débil por haber recorrido tantos kilómetros a pie en un día y no haber comido absolutamente nada. Por más guerrero que fuera, necesitaba alimento para funcionar. Había llegado hasta ahí con un propósito: el asaltar una caravana que acampaba en los alrededores. Sabía que llevaban ropas y provisiones, además de que aprovecharía para calentar un poco antes de ir con su señor.
Además de que todavía no había despertado por completo, y por tanto no contaba con todos los poderes de los que disponía. Lo peor es que ya iba retrazado, podía sentir los cosmos de los otros Bersekers revelándose, y también estaba enterado de que ya algunos habían perecido en batalla. Volvió al desierto, al menos ahí tenía más probabilidad de no encontrarse con más egipcios detestables. Le provocaba matarlos con sólo verles, no lo podía explicar.
Como no tenía acceso a su armadura debía ingeniárselas y conseguir una vestimenta decente. Al menos así podría lucir presentable para Ares. A diferencia de otros él sí se preocupaba por su apariencia, hábito extraño para un Berseker y al mismo tiempo refrescante. El cosmos de Golgordan aumentaba, y debía estar preparado por si algún enemigo o guerreros de su propia facción decidían aparecerse.
Lo único que llevaba consigo era su violín, un fiel complemento de su armadura, no necesitaba de nada más. Aunque no era indispensable que lo portara en ese instante así que lo hizo desaparecer en un brillo rojo para que no le estorbara.
De prono se encontraba en un oasis que había podido distinguir desde lejos y que convirtió en prioridad llegar a la brevedad. -¿Este lugar de mierda no puede ser más caliente, verdad?- Murmuró sarcástico. Se recargó y disfrutó de la sombra que le ofrecía una palmera. Estaba muy débil por haber recorrido tantos kilómetros a pie en un día y no haber comido absolutamente nada. Por más guerrero que fuera, necesitaba alimento para funcionar. Había llegado hasta ahí con un propósito: el asaltar una caravana que acampaba en los alrededores. Sabía que llevaban ropas y provisiones, además de que aprovecharía para calentar un poco antes de ir con su señor.
Kainan- Status :
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