Oasis El Fayum

Kisame estuvo AQUI antes de este post.

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¡¡General Edward!! Por fin te veo *Arrodillado* Soy Orpheo, uno de vuestros capitanes señor, vengo siguendoos desde hace rato y porfin os encuentro, no dejare que os hagan daño, dare mi vida si hace falta.

Segui arrodillado esperando que le dijeran algo para cumplir sus deseos, y sastifacerles en lo posible e intentar lo posible para que esten sanos y salvos.

General Edward si no te importa me levantare a coger agua, tengo demasiada sed como para seguir hablando por mucho tiempo con normalidad.

Se levanto y hizo una referencia, se acerco al agua y se lanzo a ella, se refresco, lleno las dos cantimploras que llevaba, bebio algo de agua y volvio a rellenarla se coloco junto a ellos para esperar una respuesta, estaba sentado, mirando la lira la cual estaba implacable y mojada.

General, ¿Echastes de menos mis serenatas?, Jajaja por que yo si echo de menos beber vino junto a los demas y tocar la lira, pero bueno, no viene al caso.
Lo que quiero es acompañarlos ¿Puedo?, tal vez solo sea una carga si es asi os doi permiso ha acabar con mi vida.

Miraba a las 3 personas, Los cuales eran Edward, la emperatriz Selene y alguien mas que a simple vista recordaba a un tiburon, el portaba algo parecido a una espada envuelta en vendas.

Umm señor *Mirando a Kisame* me gustaria que me dijeras tu nombre, yo me llamo Orpheo y respecto a la mujer es usted la emperatriz ¿verdad? igualmente encantado de verla *alegre*

En el desierto cada vez hacia mas calor pero podia soportarlo, me quire la camiseta que estaba rota, y la rompi en varias tiras, haciendo vendas, use parte de llas para envolverme las manos, portaba una espada que consegui antes al escaparme, me puse ha hacer algunos movimientos y no se me caia, las camtimploras se agitaban fuerte, pero no me preocupaba por ellas, en el cinturon enganche la espada, la cual llegaba al suelo al andar hacia lineas, asi que la suvi un poco para intentar no dejar rastro por si ellos estaban siendo buscados

Bueno ¿Que decis?

Después de haber recogido algunas frutas decidí descansar un rato en un árbol de melocotones, viendo como atardecía comencé a pensar sobre el pasado año y la batalla que ocurrió en mi hogar, el como yo que nunca había visto una guerra tener que vivirla aterrado, también como uno de nuestro supuestos enemigos nos salvo.

el pasado año en mi hogar que se encontraba a orillas del rio Nilo comenzó una guerra a pocos kilómetros entre el ejercito romano y el egipcio, ver como eran derrotados por los romanos con terror.

una noche que parecía tranquila exploto una guerra en mi pueblo ocasionada por los romanos, entraron por la fuerza no quitaron el trigo, e intentaron quemar la casa, pero justo cuando pensé que lo perderíamos todo viendo aterrado y paralizado... alguien los detuvo eso me sorprendió puesto que estábamos en guerra no podía creer que uno de nuestros enemigos evito la injusticia...además de sugerirnos muy amable que nos fuéramos para evitar que fuéramos tomados como esclavos.

Aun me pregunto el porque nos ayudo, y también pienso que pudo haber sido una buena persona también puedo ver porque los soldados lo llamaban con tanto respeto...general Edward... su nombre no lo olvidare ya que el nos ayudo.

Si lo pudiera encontrar le agradecería por lo que hiso por nosotros aunque el tal vez n me recordara y trataría de ayudarlo si lo necesitara así como me ayudo a mi y a mi familia. también me ayudo a volver a creer que podía encontrar gente romana que fuera amable y bondadosa siendo campesinos o soldados.

*mira el cielo y desvía su mirada al frente*...* ve a una joven montada en un caballo blanco, acompañada por un hombre en un camello con cara de pez* acaso serán dioses me pregunte, luego vi que venían acompañándolos dos hombres uno sin camisa y el otro *sorprendido* no puede ser será el general Edward el que estoy viendo, bueno para asegurarme los voy a seguir para ver si los alcanzo*baja del árbol*

a que bien faltan pocos metros para alcanzarlos tratare de ir un poco mas rápido, a que bien los alcance, pero parece que no se han dado cuenta, tratare de hablarles... ¿haber si me escuchan?

¿Disculpen...ha...mmm usted no es el general Edward?
me voltearon a ver muy sorprendidos, pero al parecer no estaba equivocado si es el general que nos ayudo *sonrisa* todavía se les veía confundidos, mejor me explico.

Hola... me llamo hang usted fue el general que nos ayudo a mi y a mi familia cuando exploto una noche la batalla entre soldados romanos y egipcios cerca de las orillas del rio Nilo, no me extrañaría que no lo recuerde, nos ayudo cuando los soldados no quitaron el trigo, e intentaron quemar nuestro hogar, usted fue quien los detuvo.

*mirando a la joven y a los dos hombres* ¿disculpen ya escucharon mi nombre, así que si no los molesta me pueden decir los suyos? al parecer los veo cansados si gustan les puedo ofrecer un poco de agua, frutas como melocotones, uvas, granadas, u otra cosa para que coman...también si quieren les puedo dar alojo en mi casa para que descansen ya que parece que vienen cansados...claro si ustedes desean

Caminabamos por el agua, intentando pasar desapercibidos, sin hablar ni nada... cosa que ya era dificil cuando nuestros atuentos hacian ver que claramente que estabamos intentando ocultar nuestros rostros y apariencias... Pude escuchar la voz de como Kisame me advertia de los peligros del desierto, quizas intentando darme algo de miedo. Yo solo movi mis ojos y lo mire, pronunciando breves palabras...

Gracias.. lo tendre en cuenta...

Seguiamos cabalgando cuando alguien grito mi nombre, tire de las riendas sorprendido y busque de donde procedia la voz, entonces lo vi, aquel hombre que era un maestro en la musica, en el arte de tocar la lira.. e igualmente un gran guerreros, uno de mis mas fieles hombres que se encontraban en la legion que yo comandaba

Orpheo!!

No esperaba verlo aquí, pensaba que habia sido llevado de vuelta a Alejandria junto con Strife y los demas, pero alli estaba, aunque podia notar como estaba bastante cansado, no tenia caballo, asi que... habia andado todo este tiempo, sin agua.. bajo el sol abrasador. Comenzo a hablar mucho mas de la cuenta, y yo sabia que podia significar

Orpheo calmante, no gastes fuerzas, debes haber andado muchisimo

Pero ya era tarde, la ira de Selene se volvio a desatar, amenazando a mi capitan con matarlo si yo no hacia nada. Igual hizo su guerrero que sin pensarlo dos veces golpeo el rostro de mi amigo... Selene estaba muy furiosa pues estabamos alli casi de incognito...

Le pido que le disculpe... ha estado mucho tiempo al sol... y no ha bebido nada. Es normal que este alterado..

Baje de mi caballo antes de que las cosas fueran a peor las cosas, el golpe de Kisame habia tumbado en la arena a mi amigo de cabellos azules.. me agache y comprobe si habia recibido algun daño mayor, a esa distancia le podia hablar de una manera que el solo pudiera escucharme...

Estas bien amigo? Escuchame... ya habra tiempo para el reencuentro, ahora quiero ponerte al dia de como estan las cosas. Estoy con Selene, intentando aun llegar a una paz.. pero.. delante de ella se lo mas respetuoso posible, no alces la voz ni la cuestiones...

Pase su brazo por mi hombro y lo levante, llevandolo hacia donde estaba mi caballo, le invite a subir ya que despues de tanto viaje, no era recomendable que andara mas. Le ayude a subir y luego de eso lo hice yo.. partiendo justamente detras de Selene y Kisame que se habian adelantado..

Creia que esa era la unica sorpresa del dia, pero entonces alguien mas volvio a pronunciar mi nombre, de una manera educada se dirigio a mi, lo mire y era un chico joven, egipcio, de tez palida y cabello negro... en un principio no sabia quien podia ser, pero el me conocia a mi, incluso aunque estuviera ocultado bajo una capa...

Hubiera sido muy descortes no reconocer a una persona mientras que ella si te conoce a ti, pero cuando comenzo a comentarme su historia, pude ir recordandolo, solo vagamente, se que ese dia, esa batalla que hubo, pare lo que podria haber sido una masacre avisando primero a algunos aldeanos que alli vivian..

Comprendo, eres aquel muchacho. Me alegra que siguieras mi consejo y pudieras escapar... de no haberlo hecho ahora serias un esclavo, espero que los demas siguieran el mismo ejemplo que tu.. Hang

Termine pronunciando su nombre que hasta ahora no habia conocido, aquella noche pude advertirles a ellos, cosa que otras veces no pude hacer, habian tenido suerte, y ahora al parecer vivian en este oasis... Mi caballo caminaba lentamente, al lado de Hang... pero sin perder de vista a Selene y Kisame que estaba un poco mas adelante. Quizas esta historia me podria venir bien, para que Selene confiara algo mas en mi, en que tambien incluso luchando contra ella, habia mirado por los aldeanos de su pais lo maximo que habia podido...

Selene estaba cabalgando cuando de pronto sintió que Edward no avanzaba pues un chico se había acercado a él. Movió su caballo en dirección del joven que acampaba cerca del canal y escuchó la historia de cómo había sido su pequeño pueblo a la costa del Nilo destruido y sus habitantes puestos en esclavitud. Por alguna razón sintió ira al saber que esos mismos bastardos romanos que la seguían ahora eran culpables de la desgracia de sus súbditos, pero no dijo nada ni lo expresó en su rostro.

- Me dirijo en este momento al palacio del Lago El Fayum por lo cual, no puedo aceptar tu invitación a comer, mi llegada es inminente. – No agradeció por la invitación, pero le sonrió por la forma amable en que aquel hombre intentaba darles auxilio incluso cuando entre los que viajaban había hombres que habían destruido su hogar. – Si quieres vengar a tu pueblo y a tu Reina, la diosa de Egipto, síguenos. Al norte en el lago se ha juntado un gran ejército y se necesito jóvenes fuertes y valientes como tú. De lo contrario, acepta esto… por el trigo robado a tu gente.

Se sacó un anillo de uno de sus dedos y se lo lanzó al joven. Eso sería suficiente para alimentarlo al menos un mes. Era lo único que por ese momento podía hacer por uno de los suyos y aunque no sentía que era suficiente, era la forma de agradecerle que aunque poseyera poco… estuviese dispuesto a compartirlo con perfectos extraños.

- Me serviría alguien que ha visto a los romanos en combate… me gustaría escuchar con mas detalle tu historia. Pero ahora no tengo tiempo, tu reina debe proteger lo que aun queda de Egipto. – Se volvió al camello de Kisame, y lo miró con seriedad. – Illidan esta esperándome en El Fayum. Hay algo que no te he contado… pero prefiero hacerlo en el palacio.

Le dio un nuevo golpe al caballo luego de extender la invitación a Hang y despedirlo con una sonrisa. No solía ser tan amables con las personas, pero vio en el joven algo de lo cual podía tomar provecho, su experiencia en una batalla, haber sido testigo de las costumbres y las formas en que los Romanos tomaban sus victorias. Quería escuchar todo aquello con calma, pues le diría mucho más de la personalidad de Edward y si realmente podía confiar en él o no.

Si la historia de Hang era verdadera, significaba que ese joven Romano era realmente honorable. No era todo eso una forma de engañarla para que confiara en él… al mismo tiempo le asustaba si quiera considerar la idea de que pudiera estar confiándose mas de la cuenta en el enemigo. Pero siguiendo el consejo e su padre… “mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aun más cerca.”

Era por ello que debía desposarse con un Romano de la línea del Emperador. Era la forma de proteger a su pueblo darle un heredero al trono que compartiera sangre con esas ratas y se tragaría su propio orgullo para aceptar en el lecho a un hombre así.

Cabalgaron alrededor de dos horas. Había anochecido ya y el frío comenzaba a caer sin piedad sobre ellos, aunque no era algo insoportable por encontrarse en una zona parecida a un valle. De cualquier forma, atrás quedaba ese calor sofocante que no los había dejado si quiera moverse con anterioridad. Las estrellas titilaban en el cielo, había algunas luciérnagas luminosas guiándoles el camino a la orilla del canal y no se podía evitar escuchar los grillos y otros animales nocturnos cantando. Si no hubiese sido por la prisa Selene se habría detenido a admirar más aquello, pero cubierta entre pieles a esa hora de la noche, estaba cansada y lo único que deseaba era un baño, comer y dormir. El próximo día sería diferente.

De pronto en la distancia alcanzó a ver dos antorchas una al lado de otra en gigantescos pilares. Ahí estaba, el palacio de El Fayum, el lugar donde la doceava dinastía solía pasar sus tardes de ocio… y el lugar donde ella había aprendido a luchar y a usar la magia que la hacia una diosa.

En la entrada se encontraba toda una comitiva de personas esperándola, impacientes de que llegara su reina. El mensajero había cumplido su trabajo alertando a Illidan de su llegada y de seguro todo estaría en orden para que ella se hiciera presente. Apenas la vieron asomarse se prendieron el resto de las antorchas y un camino de fuego quedo iluminado para Selene y sus invitados.

Detuvo su caballo frente a los sirvientes y uno de esto se tiró al piso de rodillas, para hacer con su espalda de pedestal para la joven. Selene estaba aun cubierta y no se quito las pieles ni del cuerpo ni de la cabellera pues no deseaba que sus súbditos la vieran en esas condiciones.

- Bienvenida a El Fayum diosa… - Dijo una mujer arrodillándose y ofreciéndole de inmediato una copa con vino. Selene la miró desconfiada y no la bebió… no podía confiar en nadie en ese lugar, pues no sabía si alguno de ellos aun era fiel a Diva por encontrarse más alejados de Alejandría. – La espera su baño…

- Silencio. – Dijo tajante. - ¿Dónde esta Illidan? Quiero verlo inmediatamente después de comer. Tráiganlo aquí.

- Sí mi señora…

- Estos son mis invitados. Kisame se encargará de la seguridad del perímetro y no deben molestarlo. Los otros dos hombres romanos, que sean tratados con honores propias de su rango. No quiero que nada les suceda ni que los pierdan de vista. Me informaran todo lo que hagan. ¿Entendido?

- Claro Diosa Isis… nos honra tanto con su presen…

- Silencio. – Susurró nuevamente seguida de un "SSSHhhhh"... sólo para voltearse a mirar a Edward a los ojos un instante. – Edward... bienvenido a El Fayum. Espero que descanse esta noche y que encuentre sus habitaciones en el palacio lo suficientemente cómodas. Si desea una mujer para pasar la noche hágaselo saber a una de mis sirvientas, lo mismo su soldado. Mañana se le levantará al amanecer, por favor, espéreme en el jardín del palacio.

Les dio la espalda y se dirigió dentro del palacio, buscando sus habitaciones seguidas de 5 doncellas cubiertas en algodón blanco y pelucas negras, todas listas para atender a Selene en su visita a El Fayum.

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OFFROL:

Hang si no es mucha molestia, no postees en mayúscula. E intenta hacer tus posts en Word para q te corrija los errores de ortografía. Bienvenido al grupo.

Off Rol: Narro - Hablo - Pienso - Hablo en Egipcio
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El coronel egipcio estaba recién levantándose de un largo descanso cuando los pasos en el pasillo se hicieron notar. Venían muy rápidamente por lo que el joven tomo su espada y la desenfundo…Siempre se debía estar atento, se rumoraba que había traidores entre las filas egipcias. Espero un poco a que los pasos se hicieran más frecuentes para poder comenzar a analizarlos.

Demasiado ligeros y suaves- Pensó mientras que seguía escuchando y usando todos sus sentidos para identificar al intruso -Parece llevar prisa y ¿Perfumado? ...Una mujer– Dijo con un tanto de decepción mientra que guardó su espada en la funda y se dirigió hacia una fuente que estaba cerca para mojar su rostro que aun caía ante el poder del sueño. Al terminar de refrescarse, se secó con una toalla que había allí y se dio vuelta para ver a la sirvienta que venia por el pasillo.

Señor Illidan, la emperatriz Selene desea y ordena verlo. –Dijo mientras que hacia una reverencia. El soldado egipcio hizo una aceptación con la cabeza y le hablo- Entendido. Iré lo más pronto que pueda. Puedes retirarte…

La chica se retiro rápidamente del lugar mientras que Illidan se terminaba de colocar las joyas de su uniforme junto con el cinturón que sostenía la funda de su espada. Tomo su medallón, aquel que había rescatado de las llamas el trágico día de la muerte de su familia y se lo coloco en el pecho. Luego de esto, comenzó su camino hacia donde se encontraba la emperatriz.

Entonces era cierto…La emperatriz en persona se encuentra aquí, en el Castillo de El Fayum tal y como lo habían notificado. Espero que sean buenas noticias las que traiga.

El coronel comenzó su marcha mientras pensaba la manera en notificarle lo que tenia que decirle a Selene, debía ser dicho en el mayor de los secretos ya que nadie, pero nadie, podía enterarse de lo que estaba sucediendo. Camino hasta el interior del castillo, pero fue grata su sorpresa al no ver a nadie más que a dos extraños guerreros. Desenfundo su espada ante esto, pero en la puerta vio que Kisame se encontraba tranquilo y el susto de las sirvientas hizo que Illidan se diera cuenta que no estaban allí con malas intenciones. Guardo su espada, pero no pidió disculpas a los extraños. Miro a la doncella y le dijo con voz fuerte.

La emperatriz me llamo… ¿Dónde se encuentra ella?...-La chica asustada señalo hacia el lugar donde se había retirado Selene y contesto la pregunta de Illidan- Se acaba de ir hacia su habitación, señor Illidan.

Illidan agradeció la información y luego miro otra vez a aquellos sujetos que estaban allí. Camino por donde Selene se había ido y acelero el paso, para intentar alcanzarla antes que ella llegara a su habitación. A lo lejos pudo ver la silueta de muchas bellas sirvientas que acompañaban a la emperatriz, por lo que acelero un poco más su paso y cuando estuvo tan cerca que las sirvientas notaron su presencia, recién ahí hablo.

Aqui me tiene, Señoria Selene... –Dijo mientras hizo una reverencia. El joven sabia que nadie podia enterarse de lo que debia notificar, por lo que Illidan hablo en egipcio para comunicarse con la emperatriz.- Le informo de las cosas que usted solicito, Emperatriz…Las tropas ya están reunidas,están dispersas entre las personas, escondidas pero atentas a la vez. En cuanto al grano, se esta llevando todo hacia las montañas con el mínimo silencio, un silencio que ha tenido que ser pagado con sangre debido a que cualquier testigo de aquel acto fue asesinado por el bien del secreto mismo.

Illidan levanto la frente cuando contaba la historia y lo contaba con frialdad digna de un coronel, no le importaba la sangre que había sido derramada, solo el objetivo por el cual lo había sido. Se quedo esperando que la emperatriz diera su respuesta.

Narracion /Dialogo Latin / Dialogo en Egipcio



Me acomode lo suficiente como para escuchar el discurso que Hang tenia que dar. Selene habia venido a escuchar tambien y luego de unas palabras le ofrecio un anillo de oro. Joder, si el niño no lo tomaba yo lo haria. Bosteze nuevamente, mostrando claramente que eso me estaba aburriendo y me quede observando los alrededores, las personas se habian vuelto a ocultar, tal vez por la presencia del nuevo personaje.

Escuche lo que la Reina tenia que decirme y no se porque no me extraño en lo absoluto [sarcasmo] era sabido que tramaba algo, pero ya encontrarse con el hombre mas inflado de todo Egipto era algo nuevo. Illidan... hacia mucho que no le veia.

El coronel tenia tropa, eso era sabido de por mas. Pero si de verdad tenia que encontrarse con Selene solo significaba una cosa. ¿Un nuevo movimiento de guerra? ¿Tomar prisioneros a Ed y al resto? No, lo ultimo no tenia sentido, si no lo hicieron hasta ahora no lo hara en el palacio. La unica suposicion que me llamo la atencion fue la primera, pero aun no me dejaba en claro algo. Eramos pocos en numero a comparacion de Roma si decidiamos atacarlos. Habia algo mas, pero deje de suponer teorias y me quede con la duda y sorpresa de lo que Selene me diria una vez en el palacio. La chiquilla no paraba de sorprenderme.

La cabalgata ahora si se intensificaba y mi camello por fin estaba siendo exigido al cien por ciento. A comparacion de los caballos, los camellos podian recorrer distancias mayores en la arena y como es bien sabido tenian una fuente de energia en ellos mismos, mas especificamente en sus jorobas. Lo unico malo es que iban un poco mas lento que los caballos, pero eso no importo porque al cabo de una hora mi camello ya los alcanzaba sin problemas.

La noche se hizo notar en todo su resplandor. Si no fuera por los bruscos movimientos de mi camello de seguro sentiria demasiado frio, pero gracias al animal no lo sentia del todo. En este trayecto no habia nada de que preocuparse, estabamos en medio del valle y los bichos nocturnos eran los unicos testigos de nuestro paso por alli. Acomode un poco mas mi sombrero de paja, y lo baje para que el viento no golpee de lleno mi rostro y bien aferrado de las riendas me puse cabisbajo, durmiendo. Estaba acostumbrado a dormir en viajes tan largos y este no era un mal momento.

Me desperte cuando habia escuchado un murmullo y un poco de luz que iluminaba mi cuerpo. Alze la vista y note el camino de antorchas, las doncellas y el palacio detras. Por fin habiamos llegado. Levante mi sombrero y deje mostrar mi rostro lo suficiente para que las doncellas me vean aterradas. Me baje de mi camello y lo tome de las riendas y lo lleve a un costado del camino. Era mejor que este alli y descanse. Luego le traeria comida.

Me saque el sombrero y empeze a caminar detras de Selene, girando mi rostro hacia atras para ver si los romanos nos seguian o se habian muerto en el camino. Sonrei ante ello ya que me parecio super gracioso, aguantar un viaje asi para extranjeros que no estaban habituados y morir de una manera tan estupida.

Antes de que Selene se vaya alcanze a susurrarle al oido:

-Ya sabes que hacer si tienes problemas. Chifla mujer, que no hay en todo Egipto mejor oido que el mio-

Luego me quede cruzado de brazos en espera de que las doncellas se me acerquen, algo que no hacian. Tenian sus rostros palidos y me observaban como si fuera algo de otro mundo. Les sonreia con mi tipica sonrisa tetrica.

-¿Se quedaran paradas? Mi camello necesita comer y agua.Traigan muchos baldes con agua y avena para el animal. Y traiganme un abrigo de piel, rapido-

Observe de soslayo la figura de Illidan que habia aparecido, le observe serio. Nunca me habia hablado lo suficiente con el como para tomar confianza, aunque a decir verdad no tenia confianza con nadie. Luego el muchacho inflado se retiro, posiblemente a encontrarse con la Reina.
Me cruze de brazos en espera de los cosas que habia pedido y finalmente empezaron a aparecer sirvientas con lo necesario para el camello y otra con el abrigo que pedi.

-Gracias linda-

Rei ante la mueca de horror que habia hecho la mujer luego de haberle dedicado esas palabras. Que dificiles que son las mujeres, se les dice algo lindo y reaccionan de esa manera... kehehehe.

Me coloque el abrigo y senti de inmediato un gran abrazo de calor en mi cuerpo, seria suficiente como para soportar la noche. Me dirigi hacia la salida del camino que marcaban las antorchas y me escabulli en la oscuridad. Si alguien intentaba llegar seria asesinado cruelmente por uno de los mas sadicos del reino. Si, estoy hablando de mi.

Me subi al techo mas alto del Palacio y me quede alli contemplando la oscuridad con una mediana sonrisa en mi rostro. Me agache en cuclillas y de pronto note como el calor que daba mi amuleto empezo a brillar un poco. ¿Buena señal?

En el momento que empezaba a contar mi historia a Edward la joven y el hombre que la acompañaba se acercaron, al parecer para escucharla también, cuando termine de contarla les ofrecí un poco de comida, pero me conto que se dirigían hacia el palacio del Lago El Fayum y su llegada era inminente, por eso no podía aceptar mi invitación, estaba un poco decepcionado por escucharlo pero la mire y me regalo una sonrisa muy amable eso me apasiguo.

Pero en ese momento también me menciono que si quería vengar a mi pueblo y a mi reina nuestra diosa, dijo que los siguiera ya que se estaba juntando un ejercito al norte del lago, que necesitaba a jóvenes fuertes y valientes como yo...y sino...me dio un anillo por lo que se nos había robado por los romanos.

Me quede pensando quien podrá ser para poder ofrecerme esto que es tan valioso, las siguientes palabras que dijo me sacaron de mis pensamientos "Me serviría alguien que ha visto a los romanos en combate… me gustaría escuchar con mas detalle tu historia. Pero ahora no tengo tiempo, tu reina debe proteger lo que aun queda de Egipto"

Estaba sorprendido y al mismo tiempo aliviado por escuchar y ver que nuestra reina, nuestra diosa, se encontraba bien, al terminar la frase se alejo en su caballo al lado del hombre con cara de pez que al parecer estaba viendo los alrededores, en ese momento volteé a mirar a Edward parecía feliz por lo que hizo la princesa, después me miro para dedicarme una sonrisa para seguir adelante con su compañero me quede parado viendo como se alejaban...apreté mis manos, y empezaron a salir lagrimas de mis ojos, no sabia si eran de felicidad o de coraje, por un lado pensar todo lo que perdí por los romanos perdí amigos durante esa batalla, mi hogar, todo lo que cosechamos y sembramos con nuestro trabajo destruido por el ejercito romano, y por otro saber que nuestra reina esta bien y el pensar que podía haber mas romanos como Edward.

Me dirigí de nuevo al que ahora era nuestro hogar, entre en donde se encontraba mi padre que por el momento era el líder del pequeño grupo que nos encontrábamos a orillas del oasis, antes de decirle algo pensé si contarle todo o no ya que si venían escondiendo sus rostros era por una razón tal vez para no causar polémica.*mirando el suelo*
Hijo te ocurre algo
he?...!HA¡...no no me pasa nada es solo que te quería comentar una cosa.
Esta bien vamos a sentarnos y cuéntame lo que me tengas que decir

Nos sentamos y aun dudaba de contarle sobre la princesa, así que pensé decirle que era una de sus sirventés.-Ha es que cuando acabe de cosechar las frutas aparecieron unos forasteros y me dieron curiosidad así que los fui a ver.!QUE¡... si saves que te pudieron haber echo algo nos es así Hang, te hemos dicho que no te les acerques a personas extrañas, que hubieras hecho si eran romanos, que le diría a tu madre y hermanos
Prefiero que me grite un rato a poner en peligro a nuestra reina.-Ha...bueno...déjame terminar me preguntaron que era lo que hacíamos aquí, y les conté sobre lo que nos paso, eran tres hombres y una joven que por cierto me entrego esto.-Le mostré el añillo y se lo di.-Me dijo que era por lo que nos robaron los romanos, también me dijo que los siguiera al norte por que se formaba un ejercito y mis conocimientos podían servir de algo.
Estas seguro de sus palabras pudieron a verte mentido y el anillo robado.
SI estoy seguro que me decían la verdad por que la joven era una súbdito de la reina y los hombres su escolta, ya que pertenecían al ejercito Egipcio además de que tu sabes que puedo saber si la gente miente o me equivoco, por cierto donde esta mi hermano pequeño y mi madre con mi hermanita.
Si tienes razón tu puedes saber si la gente es mala o no...Tu hermano fue a llevar a Osiris (uno de los caballos que logramos salvar) a dar una vuelta pero no tardan en regresar y tu madre esta preparando la comida junto con tu hermana, les diré a los hombre que se preparen para partir así donde tu dices.
No aquí los necesitan mas yo iré para ver que puedo hacer, ustedes se tienen que quedar por si ocurre algo o vienen bandidos no podemos dejar desprotegido a todos, además soy tu hijo mayor y no soy tan tonto como para morir tan fácil, tu tienes que quedarte por nuestro pueblo y familia.-sonreí mientras se lo decía.

Esta bien tienes razón no puedo dejar desprotegido a todos ya que me necesitan para guiarlos, pero como tu padre no me gusta la idea de dejar que vallas, pero si es tu deseo no te detendré.*se acerca a hang y lo abraza*.-Prométeme que no morirás en un lugar así y volverás con nosotros...cuando tu hermano triga a Osiris te iras montado en el pero antes te daremos un poco de comida y agua para su viaje.

Después de hablar con mi padre llego mi hermano con Osiris le explique que me ira lejos por un tiempo y no nos vería ni a mi ni a Osiris, pero le dije que era para nuestro bien, el bien de todo nuestro pueblo, para salvar nuestro futuro, en es momento estaba escuchando mi madre con mi hermanita en brazos, me dijo que lo entendía y si eso era lo que debía hacer que lo hiciera, todos nos abrasamos con lagrimas en la cara pero entendíamos que era para nuestro futuro.

Antes de partir comí un poco, me di un baño y comencé a dar una vuelta por el pueblo para recordarlo y no extrañarlo demasiado cuando ya me estaba preparando para partir con Osiris llegaron mis abuelos y me dieron un medallón en forma de sol y me dijeron.-Este amuleto te protegerá en tu viaje y te dará la fuerza que necesites, y cuando aprendas a usar tus habilidades que pocos tienen te ara alguien muy fuerte
SI muchas gracias lo atesorare mucho
Recuerda que contigo van las esperanzas de todos para el brillante futuro que nos tratas de brindar, y no dejes que te consuma el odio que también cargas en tus hombros.
si no lo olvidare .-Les conteste en eso llegaron mis padres con mis hermanos para despedirnos antes de que me marchara, subí a Osiris volteé para regalarles una gran sonrisa en señal de que todo iría bien, le di la orden a Osiris para que cabalgara, nos fuimos alejando y al estar lo suficientemente lejos dije:

Ha veces hay algunas cosas que el corazón no puede olvidar ni perdonar pero se puede intentar comprender a los que nos hicieron daño...y así tal vez... perdonarlos

Despues de llegar, la emperatriz nos dijo varias cosas, dijo que si queriamos una mujer, que se lo dijeramos me quede pensando, pero claro yo queria 10 pero viendo su caracter...pedire solo una, no me gustaba dormir sin estar abrazado a algo asi que, que mejor que una mujer bella.

La emperatriz se retiro, y Hang estuvo hablando era buena gente y la verdad me encantaria conocerle me acorde de algo que pregunto, que no le respondi, me senti culpable, pero tenia un presentimiento que dentro de poco le conoceria, bueno, espero que ese presentimiento fuera verdad.

Unas sirvientas llegaron venian a acompañarnos a Edward y a mi a nuestros cuartos, aunque no me fiaba mucho de la peticion de la Emperatriz, pense en pedir a una de las chicas que nos acompañaban, llegamos al cuarto de Edward antes que al mio, dijo unas palabras y se metio a dentro


Descansa muy bien esta noche Orpheo, mañana podremos hablar mas. Pero por ahora recupera esas fuerzas que gastaste en el desierto amigo. Buenas noches...

Edward, no estoy cansado saves, que por mis compañeros me sacrificaria incluso aunque sea alguien al que odie o alaido temporal, haria lo que fuera para que no les pasase nada, pero, es preferible que hablemos mañana asi que adios, y cuidate amigo mio ^^

Las mujeres me acompañaron al cuarto, me fueron a dirijir unas palabras, parecian buenas chicas asi que las conteste

Oiga, ¿usted save tocar la lyra? podrias tocar una cancion porfavor, me entere de que un chico de la legion de Edward era muy buen musico, asi que si quieres....

*Sonriendo* Claro, pasad estare muy alegre de tocar, llevo dias sin usarla, pero antes me gustaria que me trajerais si no es mucho pedir algo para poder limpiarla.


Se fueron y yo me sente donde pille, estaba comodo y alegre, pero algo me decia que en mucho tiempo no estaria asi cosa que me preocupaba bastante, llamaron y vi que eran las mujeres de antes, se sentaron donde les indique y me coloque, entonces me puse a tocar una cancion que me gustaba mucho.



Al terminar la cancion, se alegraron bastante ya que les gustaba, sonriendo, les dije si esta noche querian pasar la noche conmigo dijeron que si, pero antes de nada dije, solo para dormir necesito estar abrazado a algo, se rieron y nos echamos.

Después de haber cabalgado unas horas en Osiris como vi que estaba anocheciendo y se volvía demasiado oscuro como para seguir adelante así que decidí acampar por la noche cerca del canal para dormir y dejar descansar a Osiris, le quite todo lo que tenia cargando para que pudiera descansar, como estábamos cerca de un árbol decidí poner las cosas debajo del árbol después de colocarlas encendí una fogata para comer junto con Osiris, comencé a comer y le dije a Osiris que se acercara hacia mi para darle de comer al terminar de comer decidí dormir para continuar en la mañana no lo amarre a el árbol ya que sabia que no se iría sin mi ya que a los únicos que obedecía eran a mi hermano y a mi, ni siquiera a nuestro padre le hace caso no sabemos el porque...o tal vez...será por lo que sucedió cuando lo encontramos...

Una mañana cuando todavía vivíamos a orillas del Nilo fuimos a recoger agua con mi padre y vimos un caballo que no era de nosotros, un corcel negro de ojos cafés que parecía que intentaba alcanzar el sol al correr, a mi padre lo sorprendió y decido capturarlo, llamo a otros hombres para ayudarlo les costo trabajo acorralar lo y atraparlo, cuando lo atraparon intentaron domarlo pero nadie podía hacerlo y se fueron rindiendo y estaban decidiendo si lo liberaban o no, pero el les gano porque salto el corral donde lo tenían, cuando vimos que el corral se encontraba vacio decidieron no buscar al caballo ya que ninguno lo pudo montar pero mi hermano se dio cuenta de que había un peque no rastro de sangre, pensé que cuando salto el coral se lastimo así que seguimos el rastro hasta que dimos con el tirado en una parte lejana del rio nos acercamos a el para ver si se encontraba vivo aun nos dimos cuenta que si, he intentamos ayudarlo pero el al parecer no quería pero de todos modos lo ayudamos el ya se veía resignado, pero veía con un fervor el sol, así que mientras le curaba su herida le dije
Si quieres un día llegar a alcanzar el sol es mejor que no te dejes morir tan fácil si no nunca lo alcanzaras
El pareció entender mis palabras y me respondió con un relincho, luego comenzó a morder mi camisa y le dije a mi hermano que fuéramos por un poco de fruta para darle buscamos un poco de fruta para que comiera junto con un poco de agua, así lo estuvimos cuidando hasta que se curara por completo, cuando los vimos completamente curado nos alegramos y nos fuimos alejando para que se fuera pero no hiso lo que pensamos nos alcanzo a toda prisa y se inclino como si quisiera que lo montáramos, aceptamos su oferta y lo montamos cabalgamos en el hasta el pueblo cuando llegamos todos estaban sorprendidos porque nadie lo había domado por mas fuerte que fueran y nosotros siendo pequeños niños nos dejo montarlo, mi padre nos vio y trato de montarlo pero el no se dejo montar por nadie mas al ver esto mi padre nos dijo que el seria solo de mi hermano y mío ya que solo a nosotros nos obedecía, mi padre nos pregunto que como se llamaría, le dije que se llamaría
Osiris ese es su nombre por morir y luego resucitar

Al parecer durante mi sueño recordé el como conocí a Osiris, para despertarme comenzó a morderme el brazo le dije que se detuviera porque ya me había despertado, me acerque al agua para mojarme la cabeza y acabar de despertar, volvía a poner todo sobre el lomo de Osiris para continuar hacia El Fayum así encontrar de nuevo a la reina y a Edward juntos con otros dos hombres que los acompañaban continúe cabalgando durante una hora y a lo lejos podían ver gigantescos pilares, eso significaba que era el palacio de El Fayum, después de tanto cabalgar pude llegar al palacio me dirigí hacia la entrada ahí se encontraban dos guardias que custodiaban la entrada y me dijeron
Quien eres y que quieres en El Fayum campesino?
Ambos los dijeron al unisonó eso me asusto un poco pero luego reaccione.-Mi nombre es Hang vengo del campamento que esta mas adelante a orillas del oasis, vine al palacio El Fayum para poder ver a la emperatriz Selene.
Acabas de decir que tu nombre es Hang?...es el joven que nos dijeron que esperaba la emperatriz, esta bien puedes pasar

Quede muy sorprendido al ver como esas puertas enormes se abrían ante mi para que pudiera pasar con eso me quede sin aliento y sabia que aun no veía nada al pasar empecé a ver que tan grande y reluciente era el palacio no podía creer que estuviera en ese lugar pero al parecer no era el único atónito con el palacio si no también que mi caballo Osiris lo estaba al ver algo...tan...no hay palabras para describirlo.

Uno su los que parecían súbditos de Selene llego y dijo.-Bienvenido joven Hang usted es un invitado de nuestra emperatriz así que se le atenderá como tal, baje de su caballo para que lo lleven junto a los demás y pueda esperar a la emperatriz que ya fue avisada de su llegada .-Me lo dijo mientras se inclinaba me sentí un poco extraño ya que nunca había recibido de esta forma como si fuera alguien importante.-Muchas gracias por su hospitalidad y cortesía.-Baje de Osiris.-Pero Osiris es muy terco y a mi es al único que obedece si lo lleva alguien mas...no regresaría sano y salvo, mejor diga me donde están los corrales y lo llevare yo o que me acompañe alguien para decirle como cuidarlo cuando este en el corral.-Le dije mientras sonreía preocupado por el que le tocara cuidar a Osiris.-Esta bien si es lo que quiere joven Hang alguien lo llevara a los corrales y luego lo traerá para que pueda esperar a la emperatriz

Un hombre joven me acompaño a los corrales durante ese tiempo le explique del carácter de Osiris y como debía cuidarlo, me escucho muy atento al llegar al corral dejamos ahí a Osiris diciéndole que volvería luego por el, volvimos a la entrada donde me dijeron que entrara para poder esperar a la emperatriz

Narracion/Pensamiento



La noche habia pasado en un parpadeo. En el horizonte se veia un diminuto rastro de luz que iluminaba mi ropaje. Ahora la temperatura habia bajado mucho mas que en la madrugada por lo que me levante de mi posicion y empeze a caminar en distintas direcciones para no congelarme alli mismo. A lo lejos vi una figura que se acercaba a gran velocidad hacia el palacio. Sonrei ante ello, no me vendria mal mover un poco mis brazos y aquella persona de seguro me daria la oportunidad.

De varios saltos empeze a descender de los techos del palacio, viendo donde pisar siempre que me impulsaba con mis piernas traseras. Mis ropas se movian por los movimientos y mis mangas largas se agitaban como si no tuviera brazos. Despues de todo era mi unico abrigo que me quedaba un poco grande por los brazos. Me protegian ya sea por la arena o por el frio de noche, siempre habia que ser precavido.

Baje lo suficiente para verle el rostro al intruso. Me quede un rato pensativo, creo recordarlo de algun lugar pero no se cual. No podia asociar su cara con ningun lugar. Me golpee la cabeza en un intento fallido para que el golpe me acomode los pensamientos pero fue imposible. Y en aquel descuido, el intruso se adelanto por el camino ahora ya iluminado por la luz solar. Llegue al piso de un salto y lleve una mano a la empuñadura de mi arma. Estaba decidido y lo cortaria en dos. ¿O tres?

Fue mi sorpresa ver como era recibido por las doncellas. Me quede estatico y deje la empuñadura de mi Samehada para reirme como un idiota. Ya me parecia conocido, era aquel egipcio que vimos en el Oasis. No podia matarlo y eso me dio un ligero fastidio. Ademas con el sueño de toda la noche encima me era dificil no estar fastidioso en un momento asi.

Me di la vuelta y empeze a caminar, escuchando murmullos a mis espaldas de las doncellas y sirvientas que me observaban. De seguro se preguntaban porque era asi, porque tenia un rostro tan deforme. A decir verdad yo me pregunto lo mismo.

Rodie el palacio y me acerque al gran patio, saltando la muralla de marmol. Me quede parado y me sente en una fuente de agua tan clara como la del Oasis. Observe la vegetacion y decoraciones de ese lugar. Estar en un lugar asi se me venia un pensamiento pasado con el padre de Selene. Recordaba como me trataba, como si fuera normal, como uno mas. Sonrei al recordar. Pero no era mi sonrisa siniestra la que surcaba mi rostro.

Podria traer mi camello a comer aqui. Kehehehehe... seria gracioso ver como reacciona Selene

Pense en un momento de reflexion y luego me cruce de brazos en espera de la Reina de Egipto.

El coronel de Egipto parecía haber hecho un gran trabajo, su emperatriz estaba satisfecha y hasta lo demostraba con un cariño que no era muy normal en ella. Luego de aquella felicitación de Selene, la mujer invito a Illidan a ingresar hacia la habitación, cosa que el guerrero hizo sin musitar. Una vez dentro las sirvientas de Selene comenzaron a preparar el agua para que ella se bañara y la misma se desvistió frente al Coronel, cosa que en Egipto era muy común debido a las grandes temperaturas que se daban. La mujer siguió avanzando y comenzo a bañarse en las aguas que sus sirvientes había preparado. Illidan aprovecho este momento para hablar, por primera vez, desde que la muchacha había tomado la palabra.

-Egipto es mi tierra y por lo tanto le debo mi lealtad. Lo que la haga feliz a usted, mi señora...Me hara feliz a mi seguramente.

La emperatriz siguió hablando esta vez refiriéndose a dos soldados romanos que había traído, seguramente se trataba de aquellos extraños sujetos que había visto anteriormente, al escuchar que uno de ellos era Edward, se intereso aun mas en el tema. Aquel Edward era el que había dejado la reputación de Seth por el suelo...Mientras que el otro romano parecía no ser de importancia. El coronel decidió preguntar algo que le intrigaba, pero la emperatriz lo hizo callar con sus palabras, las cuales Illidan debía escuchar atentamente

Las palabras que pronuncio a continuación fueron las que mas agrado le dieron al guerrero egipcio. Selene había dado por fin a conocer el destino que le esperaba a Seth. Sin embargo, parecía indecisa por el método de como hacer que esto se volviera realidad. Illidan conocía la respuesta desde antes que ella lo dijera y había estado esperando ese momento siempre. La muchacha parecía disfrutar de sus ideas para dar muerte a Seth, pero Illidan debía decirle lo que él pensaba..

--Seth ha dejado en ridículo mi tierra y a mis superiores...Incluso se podría decir que a mi....-Dijo Illidan con un tono de furia, se notaba que su trato con Seth no era del mejor y que no tenia la mínima intención de mejorar esa situación Deje que yo me tome la vida de Seth, Mi emperatriz. Sera para mi el mejor premio por mi trabajo...Se lo aseguro.

Illidan se quedo esperando respuesta, pero Selene seguía contando cosas que el guerrero debía escuchar y que lo escuchaba sin problemas. Ahora la muchacha le comento sobre un muchacho que había compartido tiempo con las tropas romanas y que podría tener alguna información valiosa. Le dio orden de dejarlo pasar si lo solicitaba. A lo que el guerrero asintió con la cabeza. Mientras terminaba de hablar la emperatriz se cubría con mantas que por el agua misma se hacían transparentes y se empezaba a retirar cuando de repente pareció recordar algo y le dio un anillo a una sirvienta que se lo acerco a Illidan, el coronel miro este valioso artefacto mientras que se enteraba que había sido ascendido a un rango mayor...Lo cual lo hizo sonreír.

-Muchas gracias...Le prometo por Egipto y por mi propia vida que no la defraudare...-Dijo mientras hizo una reverencia, pero antes que la muchacha se retirara, el guerrero lanzo una fuerte interrogante que debía de saber...- ¿Que hago con los romanos?...

Después de esperar un rato afuera de la habitación de la emperatriz me dijeron unas de sus doncellas que no me podría ver ahora si no hasta mañana y que para que pudiera descansar del viaje me prepararon una habitación con baño y ropas para que me cambiara acepte la invitación las seguí para que me guiaran a la habitación cuando llegamos me preguntaron si no necesitaba otra cosa y le conteste.-no necesito madamas y muchas gracias por prepararme una habitación y traerme.-les sonreí inclinando la cabeza un poco, parecían algo extrañadas que les agradeciera de ese modo pero después me devolvieron la sonrisa y se fueron.

Una vez dentro de la habitación me que de contemplándola un momento ya que nunca había estado en una habitación como esa tan grande y decorada con plantas y telas, deje mis cosas al lado de la cama y entre al baño que igualmente me dejo muy sorprendido de su diseño tan llamativo, después de mirar decidí tomar el baño me quite mi ropa y la acomode en un lugar que no estorbara entre en el agua y serré los ojos un rato para disfrutarla y me percate del aroma que rodeaba todo el lugar un aroma muy dulce como a incienso o algo parecido después empecé a lavarme para quitarme la arena y la suciedad que tenia mientras me refrescaba el agua, me sumergía en ella para mojarme por completo y estar relajado

Salí ya del agua y tome las ropas que tenían para mi al principio me sentí algo raro ya que la tela era muy suave y un poco adornada con, me dirigí a la cama para dormir me recosté serré los ojos y me volví a percatar de algo que esta ves no sentía una extraña presión en sima mío ya que antes de llegar cuando tome un descaso sentí una presencia extraña pero no le di importancia y cuando me dirigí al palacio la sentí de nuevo pero mas agresiva y con intención de matarme pero al entrar al palacio ya no la sentí, mientras lo pensaba recordé haber sentido esa presencia cuando me encontré con Edward y la emperatriz y provenía del hombre con cara de pez pero en ese momento solo era agresiva no asesina, bueno no importa es hora de dormir un poco...

En la mañana siguiente me desperté para salir y primero me cambie de ropa ya que me dijeron que esa era para dormir, así que me puse otra que se encontraba al lado de mi cama también muy blanca pero esta un poco mas adornada con franjas doradas en el cuello y mangas, me dirigí al pasillo para de nueva cuenta esperar a la emperatriz miraba el vacio divagando un rato que no vi venir a la emperatriz hasta que se paro en frente mío ya vestida y arreglada como una reina completamente diferente a la del desierto, me dedico una sonrisa y me comenso a hablar.

-Me han comunicado que has esperado toda la noche por mi… espero que mis sirvientes hayan sido amables con un hijo de Egipto. – Mientras siguió caminando lo interprete como que quisiera que la siguiera y continuo hablando.-Me imagino que para un hombre como tu deje ser extremadamente difícil haber dejado de lado su hogar a las orillas del río Nilo por culpa de los romanos.
Mientras le prestaba atención no me di cuenta que salíamos a un jardín muy hermoso palmeras, flores , fuentes y garzas que parecían posar y parecer bellas para la emperatriz, mientras observaba el jardín se detuvo y vi como respiraba profundamente y me dijo
- ¿Quién eres tú joven Hang? ¿Por qué el destino te ha puesto en mi camino?

Después de decirlo seguí caminando mientras nos seguían unas doncellas con una gran sombrilla para que no le diera el sol en sus ojos, y al caminar intente responder sus preguntas.-Quien soy me pregunta solo un hijo de campesinos o un joven que...intenta comprender las razones de las acciones de los demás incluyendo a nuestros enemigos tratando de darles una oportunidad a todos por igual y al mismo tiempo...Cambia su mirada a una seria y un poco aterradora parecida a la de un león...alguien que esta resentido con el ejercito romanos y sus reyes por lo que nos hicieron al tratar de convertirnos en esclavos, destruyendo todo a su paso sin pensar en los demás.Toma de nuevo su mirada tierna y confundida...El por que se cruzaron nuestros caminos tal ves por lo mismo que acabo de decir o tal ves también para servirle como guerrero ya que después de todo desde pequeño fui un poco diferente a los demás cuando casábamos yo era el mejor manejando la espada, el mas rápido y el mas cauteloso, al mismo tiempo de sentir el aura de las personas y poder saber con ello cuales eran sus intenciones...o no le sabría decir el porque de las cosas princesa...Un poco avergonzado y preocupado se inclina ante la emperatriz.-Ha discúlpeme por tomar me el atrevimiento de decirle princesa cuando es nuestra emperatriz.-esperaba un regaño o algo parecido incluso una bofetada pero no solo se rio un poco y me dijo que levantara la cabeza que no había ningún problema.

Ha...disculpe princesa el hombre con cara de pez que la acompañaba es un guardia real que vigila los alrededores?...le pregunto esto porque cuando venia sentí su presencia cuando tome un descanso y a pocos minutos de llegar cambio completamente su aura al de un asesino y me perturbo un poco ya que las intenciones de matar eran dirigidas a mi, y no como la vez que los encontré en el canal que ahí era solo un poco agresiva su aura...Si no me quiere contestar está bien y si la ofendí con algo de lo que pregunte o dije agánelo saber después de todo usted el nuestra reina diosa de Egipto.

Baje la cabeza esperando un regaño de nuevo o un castigo pensando que no era buena idea comportarse tan familiarizado con alguien de la realeza...Estas palabras me recuerdan a una niña

El rostro del ahora ascendido guerrero Egipcio esbozo una sonrisa. Al parecer había conseguido su objetivo y debía de cumplirlo. La sangre de aquel general que humillo a todos los egipcios con su torpeza, seria derramada por el suelo de Alejandría. Al parecer no podría hacer nada con los romanos, por lo que decidió ignorar su presencia. Ahora tenía asuntos más importantes que atender. Saco su espada de su funda y comenzó a caminar hacia afuera de la habitación de Selene. Una vez fuera de aquella habitación siguió avanzando, llevándose por delante una de las sirvientes que atendía a la emperatriz, pero ni siquiera intento levantarla. Estaba pensando algo mas importante, en la "ceremonia" que le haría a Seth. Siguió avanzando así de esta violenta manera hasta que llego afuera del castillo, donde señalo a tres soldados que hacían guardia afuera y les ordeno que lo siguieran.

-Hacia donde vamos señor...-Dijo uno de los soldados mientras que los demás parecían curiosos por lo mismo, Illidan miro hacia atrás, directamente a los ojos de los hombres y les contesto la interrogante al mismo tiempo que caminaba- Alejandria...Tengo una mision y ustedes me serviran de testigo o guardia...Depende de la actitud de Seth.

Los soldados parecían aturdidos por escuchar el nombre del general. Sin embargo, no preguntaban o cuestionaban nada. Illidan se subió a su caballo mientras que los otros soldados hacían lo mismo y emprendieron entonces su viaje a Alejandria. En el camino Illidan les explico la decisión de la Emperatriz, los soldados al saber que era una orden de Selene...No tuvieron opción que aceptar.

Después de contarle a Selene lo que pensaba y de caminar un largo camino vi hacia el piso y me di cuenta de que a cada paso que daba ella los lirios florecían de tal forma que parecían que se alegraran cuando elle pasaba cerca de ellos y comencé a pensar que todo en el jardín era tan llamativo no porque lo cuidaran bien sino porque las mismas plantas así lo deseaban para ser vistos por Selene.

En ese momento denuedo comenzó a hablar y le preste atención de nuevo me dijo que el rencor es bueno por que nos ayuda a no olvidar cuando nos asen daño, de que la personas se vuelven ambiciosas cuando su vida depende de ello, prefieren su vida y olvidar el rencor que les causaron para poder vivir.

Pensé que en parte es bueno olvidar lo que nos hicieron y perdonar pero también es bueno no olvidar ya que los que nos asen daño ellos no piensan en dejar de lastimar a los demás, no le importa que le pase a los otros solo les importa como seguir perjudicando a los demas, luego paso por mi mente el que yo estuviera en este lugar era para poder compartir el resentimiento de los demás como Selene.

También me dijo que no me equivoque acerca del aura de kisame y que era grata esa noticia ya que cuando nos encontramos por primera ves vio algo en mis ojos diferente a los demás, me dijo que podía sentir eso en los demás porque también podía proyectarlo, no sabia de que me estaba hablando pero tuve la impresión que me lo diría.

Paro de caminar y me regalo una sonrisa vi como nos adentrábamos en orto lugar muy diferente cuando nos acercamos percibí un aroma muy dulce que me cautivo el aroma era de un jardín lleno de rosas hermosas rosas.

Y dijo

Si quieres aprender a hacerlo, sígueme a mi jardín joven Hang... el jardín de Isis.