Baños mixtos

Llego la noche y yo me había desviado del camino, recordé un viejo lugar que solía visitar antes de salir de viaje por el mundo y me venía como anillo al dedo en este momento, no podía llegar sucio y transpirado a la casa de un amigo, sería una total falta de respeto para mi buen amigo que me daría un techo donde dormir cuando no tendría otro lado a donde ir, por eso decidí darme un baño en el lugar donde pasé mi adolescencia intentando espiar a las mujeres que se iban a bañar en conjunto a los baños mixtos.

Como era obvio los animales no podían entrar al lugar, pero como mi perro era cachorro lo escondí entre mis bolsos y lo hice pasar sin que los guardias se dieran cuenta, pasé al cambiador y me desvestí para luego entrar al baño donde me zambullí en el agua tibia y tan reconfortante sentándome al fondo de la bañera dejando que el agua me tape hasta por debajo de la nariz, ahí cerré los ojos y aflojé mi cuerpo para relajarme mientras mi cuerpo se higienizaba. De pronto vi como mi perro comenzó a correr hacia donde yo estaba, se había escapado del escondite y ya veía venir los problemas, rápidamente dio un salto y se metió en el agua conmigo pero como este era muy pequeño se ahogaba así que lo tuve que sacar de ahí y lo escondí entre unas toallas que había cerca.

.- espero que este perro no me traiga problemas... me matarían si me atrapan con un animal aquí..
murmuraba mientras vigilaba de reojo las toallas que tapaban al perro.

Kainan había salido de la taberna, y no sabía bien donde dirigirse pues no conocía Roma, lo único que podía hacer era dar una vuelta por los alrededores y fijarse en todo lo posible, por suerte tenia una mente ágil y memorizaba las calles y miniedades con facilidad, se hacía tarde el cielo de la ciudad ya oscurecia, las calles iban vaciandose dejandola tranquila. El joven no había pagado al final la taberna, por lo tanto su hospedaje era incierto, no le importaba dormir al aire libre, peró si que le gustaria tomarse un baño para quitarse la mugre de todos esos dias,andando andando fue a parar delante de lo que parecía un sitio de reunión pues la gente entraba y salia con bastante fluidez, Kainan asomó la cabeza dentro del edificio para comprobar que era ese lugar, y lo qu vió pareció agradarle, sería la suerte pero allí estaban unos magnificos baños públicos y al parecer mixtos pues había tanto hombres como mujeres.

Kainan tras dejar sus ropas en una taquilla del vestidor y cojer una toalla del montón, se dirigió a la piscina central, dentro había un chico medio hundido en el agua, el germano no le hizo mucho caso en un principio pues no tenía mucho interes en entablar conversación o amistad con un romano, así que poco a poco fue metiendose en el agua notando la temperatura templada, finalmente cuando tenía todo el cuepo dentro Kainan inclinó el cuello submergiendo por completo la cabeza, mojando su rojo pelo.Con tranquilidad ahora iba nadando hacía el extremo opuesto del chico de pelo azulado para acabar reposando en el borde apoyado en sus codos.

El agua tibia era reconfortante, era el único en aquél baño puesto que estaba anocheciendo y la gente a esa hora no suele visitar ese tipo de lugares, la gente de Roma era muy ilusa, se dejaba gobernar por un imperio estúpido, cuando luche por ellos y sus ideales me abandonaron sin mediar palabra, tanto a mi como a Orpheo, nunca entendí el porque y jamas lo haría, pero ahora que era un ex soldado podía ver con claridad cuales habían sido mis errores, estaba arrepentido de todo el mal que había hecho puesto que desde que volví a Roma era como otra persona, había cambiado hasta la forma de ser en mi y no me daba cuenta de como había pasado eso, yo el hombre frío y prepotente me había convertido en alguien mas amigable y comprensible, es mas ahora tenía hasta un perro pero eso no era de importancia, miré a mi izquierda y lo vi todo tapado, con las patitas estiradas hacia adelante y su osico sobre ellas, como si estuviese aburrido, no pude evitar largar una pequeña carcajada.

Cuando me quise dar cuenta, un sujeto estaba en el otro extremo de la tina zambullido por lo que lo mire y puse cara amable mientras sonreía, veía en su rostro una expresión que nadie podría ocultar, tras su cara de nada observaba esa mirada... esa mirada que yo tuve en algún momento, no era bueno molestarlo así que decidí marcharme, me levanté de aquella enorme tina, recogí las toallas junto a mi perro y me dirigí al cambiador, me vestí y salí de aquél lugar de inmediato, quizás aquél hombre me había intimidado o quizás no quería problemas, lo cierto es que el día era raro, al salir me tope con otro tipo pero no le di importancia, pase por al lado de el y salí del lugar para continuar mi viaje, ya estaba "limpio" para ir a ver a mi amigo...