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Templo de Latrivan
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Templo de Latrivan
El templo de los hechizeros malditos se dividía en dos grandes alas donde se podía sentir la desesperación apenas respirando el aire dentro de esas paredes. El ala este correspondía al templo de Latrivan, y era el lugar que Sarahissa custodiaba. había que pasar por ese templo para llegar más allá hasta el templo de Ares, lo que significaba que cualquiera que pretendiera ver a Ares tendría que pasar por ahi y ver a Sarahissa y la reincarnación del miedo para poder continuar si ella así lo permitía. de lo contrario, era probable que cualquier ser inferior a ella encontrara ahí su tumba. Ese era el templo del miedo... del panico... del terror...
Sarahissa se desprendió de su diadema que le cubría parte del cabello y su frente, quedando ahora si completamente libre su larga caballera. No miraba hacia atras pero imaginaba que Steven la seguía. Quedó quieta un instante entre dos grandes pilares con unos escalofriantes dragones goticos que salian de ellos, y cerró los ojos. Una fuerte cosmoenergía la cubrió desprendiendose de esa forma la armadura de Latrivan quedando sobre ella flotando y colocandose en el lugar que le correspondía, en un altar entre ambos dragones... pues se decía que era la musica en la mitología la unica arma que podía controlar dichas bestias.
Sarahissa quedo entonces con poca ropa, apenas una pantaloncillo corto y apretado y una camisa la rodeaban. Lo normal habria sido ver en el Olimpo a alguna mujer vistiendo hermosas túnicas blancas, pero se entendía que ellos no estaban ahí para verse bellos, sino para luchar y teñir de rojo los ríos de la tierra.
Volteó su cuerpo, estaba descalza, apenas vestida, y miró a Steven con la misma inexpresión de siempre.
- No me molesta si peleas con tu armadura. - Empezó a tomar su cabello para amarrarselo en un gran tomate. - Es un desperdicio usarla cuando solamente entrenaremos... al menos eso pienso. Pero... si no quieres lastimar tu piel puedes quedarte con ella puesta.
Era curioso que ella le dijera algo así. No se lo decía con ironía, pero con su tono de voz podría haberse entendido que si. Se lo decía pues realmente ambos iban a sangrar, eso estaba garantizado, pero ella no queria manchar la armadura de su señor, y tampoco queria ver que una piel tan perfecta como la de Steven que nunca había sido dañado se arruinara por quitarse la armadura.
Lo normal para una mujer como ella, quien tenía la piel como porcelana, habría sido que intentara protegersela, pero al parecer a Sarahissa le era indiferente su propia belleza y no le importaba arruinarla peleando.
- En el pasado... solía tener una tecnica en la cual podía congelar con cristales realizando una celda del tiempo. Nada dentro de aquella celda envejeceria ni perecería... ahora no recuerdo como efectuarla.
Sarahissa cerró los ojos, estaba un poco avergonzada de decir que como Latrivan no recordaba como efectuar tecnicas, lo cual denotaba que su cuerpo estaba en un estado deplorable... a pesar de tener toda esa cosmoenergía no podía realizar una tecnica tan simple como la celda del tiempo, uno ataque que en el pasado congelaron ciudades enteras durante la guerra, haciendo que las personas dentro del cristal revivieran una y otra vez los momentos mas horribles de sus vidas.
- ¿Me ayudarías a recordarla Hellgorak? A cambio te debería algo, que podrías pedirmelo en el momento que quisieras y no me negaria. - Sarahissa elevó su cosmoenergía. Algunas de las hebras de cabello que no tenía amarradas se elevaron por el aire. Miraba a Steven con sus intensos ojos rojos sin expresión, pues hasta sus ojos parecian de hielo, como si hubiesen sido hechos de cristal. - ¿Que dices, Hellgorak? Me parece que una negociación bastante generosa.
1/6 Post, Segundo Ataque Debil especialización agua/hielo.
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Re: Templo de Latrivan
1 de 6 Posts para Ataque Debil con Especializacion en Fuego
La joven había liberado su cabellera, una hermosa cabellera que ahora caía a lo largo de su espalda, era muy larga y de un color rojo intenso que llamaba bastante la atención de Steven. Pero lo que mas le llamo la atención fue el cuerpo de la mujer, al sacarse la armadura. Nunca la había visto con tan poca ropa, de hecho, nunca la había visto con los ojos que la veía ahora. Sonrío mientras que escuchaba todo lo que tenia que decirle. Eran muchas las cosas que su esclava menciono, así que decidió turnarse para responder cada una de ellas. Él fantasma de HellGorak se sentía incomodo escuchar a cada rato que la mujer lo tratara con esa formalidad tan suya y tan exquisita, así que decidió empezar por eso, para recortar muchas cosas.
-Por favor, dime Steven, después de todo… es más bonito que HellGorak…
La sonrisa en su rostro demostraba que intentaba usurpar el nombre humano que había tenido anteriormente ese cuerpo, para que a todos se les hiciera más fácil recordar su maldito nombre. HellGorak no era un nombre que le agradara a la hora de ser pronunciado por una mujer, era más bien un nombre con el cual los enemigos podrían temer…
Su armadura no merecía estar presente en un entrenamiento entre compañeros, por más que ambos sintieran esa necesidad de lucha y sangre que tenían en común los bersekers, sabia que él jamás se dejaría lastimar por nadie, con armadura o sin armadura, por lo tanto no la necesitaba de todas formas. Su cosmos subió un poco y la armadura se desprendió de su cuerpo, formando la forma de ese dragón que anteriormente le había hablado a Steven y quedándose a un lado. Después de todo, el templo no le pertenecía y no quería dejarla en un lugar que no era propicio. Por ahora, estaría bien ahí…
Quedo vestido con las ropas que llevaba el mismo Steven, unas ropas finas, rasgadas por algunas partes y con gotas de la sangre de aquel Jabalí. Miraba fijamente a Latrivan mientras que recapacitaba en las palabras de la chica. ¿Ella pensaba que lo lastimaría? Debía de estar demente, era el invencible, las únicas heridas que había recibido en su vida, eran autoinfligidas para saber como era el dolor o incluso, para tener un poco de sangre que admirar…
-Bastante generosa es tu negociación, Latrivan o Sarahissa… Como tú prefieras que te llame… Pero me gustaría hacer hincapié en un punto específico…
Dijo el muchacho mientras que se acercaba, muy cerca, quedando simplemente a unos centímetros de la mujer, viendo esos intensos ojos que lo miraban y le recordaban al celeste cielo, combinado con su pelo rojo que le recordaba la sangre. Decidió seguir hablando mientras que no paraba de mirar de reojo el cuerpo de la mujer.
-Deberías tener cuidado cuando me digas que puedo pedirte algo y que no te negaras –Sonriendo, mientras que se daba media vuelta- No sabes que es lo que por mi mente pueda pasar en ese momento…
Tomo su espada en la mano mientras que su cuerpo era rodeado por una energía rojo oscura que crecía mas y mas, interpretándose como unas violentas llamas a su alrededor. Cerraba los ojos y se concentraba en la espada que también comenzaba a adquirir ese brillo rojizo. Abrió sus ojos para ver el cuerpo de la mujer mientras que decía las últimas palabras, para darle comienzo a ese entrenamiento.
-Intenta lastimar al Invencible y veremos como te va…
El muchacho usaría esta vez, al tratarse de una bersekers, un ataque que hacia mucho tiempo que no recordaba. Un ataque que se basaba en su fuerza de espada y de su habilidad, pero que sobre todas las cosas, era debido a su gran poder del fuego lo que más infringía.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Templo de Latrivan
Sarahissa sólo miraba al frente, ni si quiera pestañaba. No le intimidaba Hellgorak en lo más minimo y de seguro se lo hacía saber por la inexpresión indiferente que le daba al observarlo. Para que lo intimidara debía conocer lo que era el miedo, y una mujer como Sarahissa que lo había perdido todo, le era desconocido ese sentimiento, por lo cual... temerle, respetarle o incluso intimidarle... no iba con ella.
- Creo que fue mi error decirtelo con tanta libertad para que asumieras que cualquier cosa estaba sobre la mesa. Despues de todo creo haberte dicho que mi alma y cuerpo le pertenecen ahora a Ares... - La joven seguía mirando a Steven con sus ojos de hielo, celestes como el cielo y el agua, pero fríos como los glaciares. No comunicaban ni expresaban nada, ni por Steven ni por nadie. Pero aun así, sin pestañar, sin dudarlo si quiera y sin sonrojarse expresó con completa libertad y falta de verguenza. - Pero siendo un mujer de palabra la sigo manteniendo... puedes pedirme lo que quieras luego de entrenar.
El templo era extraño, demasiado dinamico. Todo parecía cambiar de vez en cuando. De un momento a otro las estatuas aparecian en otro lugar, el piso cambiaba de color, los pilares desaparecian... estaba en continuo movimiento siempre y eso era producto del miedo. Era un templo en alabanza a lo que todos temían y pronto empezaría a manifestarse los miedos de los presentes, pues esa era la función del lugar, jugar con sus mentes y almas.
- Sobre tu nombre... para mí eres Hellgorak, Steven desapareció junto con su casa en el fuego. - Parecía muy grosera, bastante brusca en decir eso así como así, pero la mujer era simplemente honesta, una cualidad que podía confundirse con la crueldad en bastantes ocasiones, siempre marcando con una línea muy marcada la distancia que la separaba a ella y a él. - Así como la mujer a quien poseias llamada Sarahissa. - Lo último lo dijo casi susurrando, pues algo de la esclava Sarahissa habría dentro de ella aun, apenas se estaba acoplando a ese cuerpo y evidencia de ello era el hecho de que no podía si quiera efectuar uno de los ataques más simples que poseía Latrivan. - Pero si quieres que te llame con tu nombre humano lleno de vulgares sentimientos, no tengo problema en ello, Steven. Pero que no se te olvide que para ti sigo siendo Latrivan. - Fría. Siempre fría ponía una distancia entre ella y él como entre el cielo y la tierra, siendo ella completamente inalcanzable para Steven.
Levantó su mano y la posicionó frente a ella. Intentaba formar hielo nuevamente, pero hacer era bastante más dificil de lo que se podría imaginar. Había que manipular la materia, el cosmo, los atomos... que su propia energía paralizara y congelara los atomos a su alrededor para que el movimiento se acabara, incluyendo el espacio y el tiempo. No era algo facil de lograr y se notaba en la expresión de Sarahissa que concentrarse le estaba constando bastante. Su mano frente a ella comenzó a temblar rápidamente despues de empezar aquella diligencia, y terminó por bajarla, desapareciendo todo el cosmo a su alrededor. Nunca pensó que sería tan dificil manipular todo eso... pero despues de todo no estaban en cualquier lugar, sino en el Olimpo, donde el tiempo y la materia tenían una regulacion completamente distinta que en la tierra.
- Sigo sin entender porque no puedo utilizar esta técnica... - Habló como si se hablara a si misma pero mirando a Steven con ojos vacíos.
Volvió a levantar su palma apuntandola hacia arriba, donde un pequeño cristal empezó a formarse. Pero hacerlo no era facil... pues Se notaba que le costaba a Latrivan mantener los atomos congelados en la palma de su mano. De pronto, fue como si todo se desestabilizara y el cristal cayera a su propia piel, congelando su mano de inmediato mediante eso. Latrivan se quejó por el dolor que le causaba que su propia mano en ese instante se estuviera congelando y la bajó, sujetandola con fuerza con su propia mano mientras bajaba el rostro para que Steven no viera su expresión de dolor.
No lo atacó si quiera, pero logró lastimarse a si misma manipulando algo a lo cual no estaba acostumbrada. Había pasado siglos desde que ese templo había experimentado el frío de Latrivan y las ilusiones que traía consigo las venticas de la carcel del tiempo.
¿Que estoy haciendo mal?... Se preguntaba una y otra vez en su mente, mientras sentía como perdía completamente la movilidad de su brazo derecho.
2º Post de 6 Ataque Debil Especialización Hielo/Agua
- Creo que fue mi error decirtelo con tanta libertad para que asumieras que cualquier cosa estaba sobre la mesa. Despues de todo creo haberte dicho que mi alma y cuerpo le pertenecen ahora a Ares... - La joven seguía mirando a Steven con sus ojos de hielo, celestes como el cielo y el agua, pero fríos como los glaciares. No comunicaban ni expresaban nada, ni por Steven ni por nadie. Pero aun así, sin pestañar, sin dudarlo si quiera y sin sonrojarse expresó con completa libertad y falta de verguenza. - Pero siendo un mujer de palabra la sigo manteniendo... puedes pedirme lo que quieras luego de entrenar.
El templo era extraño, demasiado dinamico. Todo parecía cambiar de vez en cuando. De un momento a otro las estatuas aparecian en otro lugar, el piso cambiaba de color, los pilares desaparecian... estaba en continuo movimiento siempre y eso era producto del miedo. Era un templo en alabanza a lo que todos temían y pronto empezaría a manifestarse los miedos de los presentes, pues esa era la función del lugar, jugar con sus mentes y almas.
- Sobre tu nombre... para mí eres Hellgorak, Steven desapareció junto con su casa en el fuego. - Parecía muy grosera, bastante brusca en decir eso así como así, pero la mujer era simplemente honesta, una cualidad que podía confundirse con la crueldad en bastantes ocasiones, siempre marcando con una línea muy marcada la distancia que la separaba a ella y a él. - Así como la mujer a quien poseias llamada Sarahissa. - Lo último lo dijo casi susurrando, pues algo de la esclava Sarahissa habría dentro de ella aun, apenas se estaba acoplando a ese cuerpo y evidencia de ello era el hecho de que no podía si quiera efectuar uno de los ataques más simples que poseía Latrivan. - Pero si quieres que te llame con tu nombre humano lleno de vulgares sentimientos, no tengo problema en ello, Steven. Pero que no se te olvide que para ti sigo siendo Latrivan. - Fría. Siempre fría ponía una distancia entre ella y él como entre el cielo y la tierra, siendo ella completamente inalcanzable para Steven.
Levantó su mano y la posicionó frente a ella. Intentaba formar hielo nuevamente, pero hacer era bastante más dificil de lo que se podría imaginar. Había que manipular la materia, el cosmo, los atomos... que su propia energía paralizara y congelara los atomos a su alrededor para que el movimiento se acabara, incluyendo el espacio y el tiempo. No era algo facil de lograr y se notaba en la expresión de Sarahissa que concentrarse le estaba constando bastante. Su mano frente a ella comenzó a temblar rápidamente despues de empezar aquella diligencia, y terminó por bajarla, desapareciendo todo el cosmo a su alrededor. Nunca pensó que sería tan dificil manipular todo eso... pero despues de todo no estaban en cualquier lugar, sino en el Olimpo, donde el tiempo y la materia tenían una regulacion completamente distinta que en la tierra.
- Sigo sin entender porque no puedo utilizar esta técnica... - Habló como si se hablara a si misma pero mirando a Steven con ojos vacíos.
Volvió a levantar su palma apuntandola hacia arriba, donde un pequeño cristal empezó a formarse. Pero hacerlo no era facil... pues Se notaba que le costaba a Latrivan mantener los atomos congelados en la palma de su mano. De pronto, fue como si todo se desestabilizara y el cristal cayera a su propia piel, congelando su mano de inmediato mediante eso. Latrivan se quejó por el dolor que le causaba que su propia mano en ese instante se estuviera congelando y la bajó, sujetandola con fuerza con su propia mano mientras bajaba el rostro para que Steven no viera su expresión de dolor.
No lo atacó si quiera, pero logró lastimarse a si misma manipulando algo a lo cual no estaba acostumbrada. Había pasado siglos desde que ese templo había experimentado el frío de Latrivan y las ilusiones que traía consigo las venticas de la carcel del tiempo.
¿Que estoy haciendo mal?... Se preguntaba una y otra vez en su mente, mientras sentía como perdía completamente la movilidad de su brazo derecho.
2º Post de 6 Ataque Debil Especialización Hielo/Agua
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Re: Templo de Latrivan
2do Post de 6 para segundo ataque debil con especializacion de Fuego
-Concéntrate…
Dijo Steven sin importar si la pregunta venia para él, podía ver la frustración por unos momentos en sus ojos y eso le gustaba. Una bersekers tan fría como Latrivan no solía demostrar esos sentimientos, frustración, desesperación, algo similar a la ira pero sin expresarlo de forma violenta. Toda la mano de la joven se paralizo en un fuerte hielo que podía durar mucho tiempo. HellGorak sonrío mientras que su mano comenzaba a ser rodeada por aquella extraña cosmoenergia, de una manera mas violenta que su espada o incluso que su propio cuerpo. Parecía que la fuerza se concentraba solo en esa extremidad, en su brazo izquierdo.
El frío de la técnica definió muy bien el talento de la joven, después de todo, era más fría que cualquier poder que ella pudiera realizar con esa técnica. Era indiferente, a tal punto que podía ser muy agrandada o incluso podía sonar muy ego centrista por el simple modo de hablar que tenia. Pero al saber esto, HellGorak no se alteraba, de lo contrario con las palabras de que podría dañarlo se hubiera puesto mas violento que de costumbre.
Esperaba que la mujer se librara de ese hielo, pero quizás necesitara una pequeña ayuda. El brazo que estaba cubierto por su cosmos comenzó a volverse de un tono naranja mientras que sentía como un calor invadía su piel, no lo lastimaba, pero sentía el calor aumentando en su brazo. De repente, ante la mirada de la mujer y del propio demonio de sangre, la extremidad del guerrero se prendió en llamas de fuego que no lo lastimaban, pero que eran totalmente reales.
Este fuego era creado por el mismo cosmos de Steven, que nunca había olvidado sus técnicas y que podía usarlas como quisiera. El brazo estaba cubierto por una invisible pero muy fuerte capa de cosmos que evitaba que se quemara, pero no evitaba aquel calor que sentía a la hora de hacer la técnica.
-Vamos… “Latrivan”… Me dirás que eso es lo mejor que puedes hacer…
Dijo mientras que con mover su dedo izquierdo que estaba en llamas, mandaba una pequeña cantidad de fuego que derretía el brazo de la mujer, dejando en su lugar un poco de agua que caía sobre los pies de la chica y se volvía un diminuto charco. Pero no la lastimaba, Steven sabía controlar ese fuego a la perfección.
-Luego decías que yo seria quien te sacaría el tiempo… Ves como cambian las cosas…
Podía sentir como las palabras que dijo sobre aquel favor que debería pedirle, eran totalmente provocadoras o al menos sonaban así. Pero cualquier cosa que saliera desde los finos labios de Latrivan debería de ser tomados de mil formas diferentes, porque su indiferencia jamás afectaba en sus decisiones y su voz nunca demostraba con que intenciones decía esas palabras.
-Esta bien… Empecemos con esto… Supongo que podrás hacer algo mejor y no morir con tu propia técnica…
El ego del invencible era muy grande, tanto para enemigos como para aliados, nunca dejaba de sentirse superior a las personas. Su brazo encendido en llamas alumbraba su cabello y su rostro sin quemarse, sentía como esa energía de fuego le brindaba calor a su cuerpo que empezaba sudar lentamente, pero eran los pequeños sacrifricios que debía hacer para realizar su técnica.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Templo de Latrivan
Sarahissa lo ignoraba. Sabia que Hellgorak le estaba hablando pero en su mente sólo estaba la duda del porqué no podía dominar una tecnica tan sencilla. ¿Era ese cuerpo que aun estaba lleno de cualidades humanas como la duda? Apretó el puño de su mano libre y estaba a punto de hacerse añicos el brazo sin importarle mucho, pues si no podía usarlo para realizar una tecnica le sería inutil cuando se percató de Steven y el fuego que la estaba rodeando que parecía derretir el hielo.
- No te pedí que hicieras eso Steven. - Le dijo moviendo tan solo los ojos en su dirección. - Si mi brazo me era inutil hubiese preferido cortarmelo antes de recibir tu ayuda. No por una cuestión de orgullo, sino simplemente porque me era inutil y me sigue siendo inutil en este estado, complemente inutilizable al estar entumesido.
Era sería, era fría, parecía una mujer que no le importaba nada. La verdad es que todo le importaba y todo lo sobre analizaba en su mente. Bajó la mirada a su brazo y vio como le colgaba.
Perfecto. Entrenario con un brazo menos, las cosas no podían estar saliendo peor. Pero aun así no se inmutaba. No tenía duda en su mente que podría manejar el tiempo y el hielo a su antojo apenas se acostumbrara a ellos. Ella no era invencible, no había despertado recordando como hacerlo todo, al contrario... tenía tanta fuerza desbordando de si que no sabía como utilizarla. Steven por el contrario parecía tener todo bajo control, como si nunca hubiese su alma dormido por siglos esperando a que el cosmo de Ares lo llamara de vuelta a la vida.
La actitud de Steven la intrigaba. No entendía como un ser tan impulsivo y torpe como el era el más grandioso de los Bersekers. ¿Tenía suerte de contar con un aliado como el realmente? Ese chico se habría dejado llevar por la mas leve provocación posible dejando espacios abiertos que le habrían significado una deshonrosa derrota.
- Desde ya te digo que provocarme no causará nada. - Dijo Sarahissa, dejando que su brazo simplemente cayera y utilizando su otra mano, esta vez con mas cuidado que antes, creando esta vez con un poco mas de facilidad aquel diamente de hielo que empezó a girar en la palma de su mano. - Te sigo viendo como mi inferior en fuerza aunque lleves el titulo de invencible... eres sólo fuerza bruta, yo pienso para atacar y no me dejo guiar por mis propios sentimientos para ello, ni tu ni nadie podría provocarme a actuar de manera irracional en comabte.
Aquel cristal rapidamente se convertía en una esfera de cosmoenergía blanquisina, que parecía congelar todo alrededor de Sarahissa... pero era más que eso... congelaba todo, era como si todo a su alrededor simplemente se quedara estatico en el aire, el tiempo se había detenido por el hielo. Así de extraño era ese poder pues hasta el cabello de Sarahissa que había flotado en el aire por bastante tiempo de arriba a abajo ahora quedaba suspendido sin movimiento alguno, el tiempo a su alrededor estaba siendo quebrado.
- Mi cosmoenergía es mayor que la tuya por lo mismo no la puedo controlar. Algo tan vulgar como una tecnica de fuego no puede hacer nada contra mi carcel del tiempo. Así que si quieres provocarme de verdad, utiliza tu cosmoenergía... no tu boca.
Miró hacia la espera de cosmoenergía que estaba expandiendose en ondas transparentes alrededor de ella sin afectarla ahora... pero aun sentía el frío a su alrededor que le podía la piel de gallina, pues era realmente fría... desde el piso empezaron a sugir cristales de color celeste, cubriendo todo a su alrededor en hielo... la primera parte de la técnica estaba completa pero Sarahissa seguía haciendo un gran esfuerzo por controlarla. Mas que nada, debía recordar cual era el secreto para controlar a gran escala una onda de frío capaz de paralizar el tiempo y congelar todo a su alrededor.
- Estoy lista, Steven. Puedes intentar golpearme... intentaré congelar tu movimiento o al menos hacerlo lo más lento posible, por ello, ten presente que cuando te acerques a mi tu cuerpo se quedara paralizado contigo consiente, sabiendo que puedes moverte a una decima velocidad de la cual normalmente utilizas. ¿Entendiste? Intenta quebrar mi tecnica para ver si estoy haciendo algo mal.
Al revelarle a Steven los por menores de su tecnica se hacía claro que era un entrenamiento y no un combate por sus vidas. Esperaba al menos que Steven así lo viera. Necesitaba saber si había errores o fallas en su tecnica que hubiese que mejorar en ese instante.
3º Post de 6 Ataque debil especialización en Agua/Hielo
- No te pedí que hicieras eso Steven. - Le dijo moviendo tan solo los ojos en su dirección. - Si mi brazo me era inutil hubiese preferido cortarmelo antes de recibir tu ayuda. No por una cuestión de orgullo, sino simplemente porque me era inutil y me sigue siendo inutil en este estado, complemente inutilizable al estar entumesido.
Era sería, era fría, parecía una mujer que no le importaba nada. La verdad es que todo le importaba y todo lo sobre analizaba en su mente. Bajó la mirada a su brazo y vio como le colgaba.
Perfecto. Entrenario con un brazo menos, las cosas no podían estar saliendo peor. Pero aun así no se inmutaba. No tenía duda en su mente que podría manejar el tiempo y el hielo a su antojo apenas se acostumbrara a ellos. Ella no era invencible, no había despertado recordando como hacerlo todo, al contrario... tenía tanta fuerza desbordando de si que no sabía como utilizarla. Steven por el contrario parecía tener todo bajo control, como si nunca hubiese su alma dormido por siglos esperando a que el cosmo de Ares lo llamara de vuelta a la vida.
La actitud de Steven la intrigaba. No entendía como un ser tan impulsivo y torpe como el era el más grandioso de los Bersekers. ¿Tenía suerte de contar con un aliado como el realmente? Ese chico se habría dejado llevar por la mas leve provocación posible dejando espacios abiertos que le habrían significado una deshonrosa derrota.
- Desde ya te digo que provocarme no causará nada. - Dijo Sarahissa, dejando que su brazo simplemente cayera y utilizando su otra mano, esta vez con mas cuidado que antes, creando esta vez con un poco mas de facilidad aquel diamente de hielo que empezó a girar en la palma de su mano. - Te sigo viendo como mi inferior en fuerza aunque lleves el titulo de invencible... eres sólo fuerza bruta, yo pienso para atacar y no me dejo guiar por mis propios sentimientos para ello, ni tu ni nadie podría provocarme a actuar de manera irracional en comabte.
Aquel cristal rapidamente se convertía en una esfera de cosmoenergía blanquisina, que parecía congelar todo alrededor de Sarahissa... pero era más que eso... congelaba todo, era como si todo a su alrededor simplemente se quedara estatico en el aire, el tiempo se había detenido por el hielo. Así de extraño era ese poder pues hasta el cabello de Sarahissa que había flotado en el aire por bastante tiempo de arriba a abajo ahora quedaba suspendido sin movimiento alguno, el tiempo a su alrededor estaba siendo quebrado.
- Mi cosmoenergía es mayor que la tuya por lo mismo no la puedo controlar. Algo tan vulgar como una tecnica de fuego no puede hacer nada contra mi carcel del tiempo. Así que si quieres provocarme de verdad, utiliza tu cosmoenergía... no tu boca.
Miró hacia la espera de cosmoenergía que estaba expandiendose en ondas transparentes alrededor de ella sin afectarla ahora... pero aun sentía el frío a su alrededor que le podía la piel de gallina, pues era realmente fría... desde el piso empezaron a sugir cristales de color celeste, cubriendo todo a su alrededor en hielo... la primera parte de la técnica estaba completa pero Sarahissa seguía haciendo un gran esfuerzo por controlarla. Mas que nada, debía recordar cual era el secreto para controlar a gran escala una onda de frío capaz de paralizar el tiempo y congelar todo a su alrededor.
- Estoy lista, Steven. Puedes intentar golpearme... intentaré congelar tu movimiento o al menos hacerlo lo más lento posible, por ello, ten presente que cuando te acerques a mi tu cuerpo se quedara paralizado contigo consiente, sabiendo que puedes moverte a una decima velocidad de la cual normalmente utilizas. ¿Entendiste? Intenta quebrar mi tecnica para ver si estoy haciendo algo mal.
Al revelarle a Steven los por menores de su tecnica se hacía claro que era un entrenamiento y no un combate por sus vidas. Esperaba al menos que Steven así lo viera. Necesitaba saber si había errores o fallas en su tecnica que hubiese que mejorar en ese instante.
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Re: Templo de Latrivan
3er Post de 6 para segundo ataque debil con especializacion en fuego
La muchacha estuvo a punto de masacrar su propio brazo, lo cual sorprendió a Steven, pero gracias a dios el fuego del invencible llego antes que ella hiciera alguna locura. Dejando su brazo lejos del peligro, pero entumecido. La mujer hablaba con palabras muy heroicas, como si recibir una pequeña ayuda fuera algo tan grave y mas viniendo de un compañero cuando estaban entrenando, después de todo era un pequeño entrenamiento y no por ello se cortaría un brazo. El muchacho la miro con un tanto de altura, después de todo, no estaba acostumbrado a ayudar a nadie y no esperaba ese trato al menos cuando lo intentaba.
-De nada…-Dijo con un tono de burla, tratando de emular que algunas vez existió un gracias en la boca de la mujer. Quizás la frialdad fuera un gran escudo a la hora de pelear y el invencible admiraba que ella lo mantuviera con tanta firmeza como si no pudiera ser destruido por nada. Seguía pensando que la idea de lastimarse el brazo era inútil y decidió transmitírselo a la mujer tal y como él lo pensaba, intentaba ser sincero al menos con los de su mismo bando- Seria inútil que te cortes un brazo por un simple error en un entrenamiento, si tienes que hacer eso en una batalla, asegúrate que sea alguien que en realidad puede matarte si no lo haces…
Él podía matarla, pero se refería a que fuera un enemigo y no un aliado. Las palabras que ella hacían provocaban que aquel fantasma dentro de HellGorak se encendiera, pero no le daba importancia, porque lo hacia con esa intención, la intención de provocar al bersekers y hacerlo volver loco de furia. No la dejaría salirse con la suya, para nada, estaba seguro que podía contenerse y lograr saltear sus provocaciones con gran categoría. Después de todo, era el invencible no por usar la fuerza bruta, como ella decía, sino por planificar sus propios movimientos e incluso los del oponente, de tal forma que nada podría detenerle a la hora de luchar. Porque sabía que movimientos haría su rival.
El brazo que ardía en llamas parecía aumentar su intensidad, pero de repente un frío invadió la piel del fantasma de HellGorak. Vio como todo alrededor de la mujer se frenaba como si estuviera congelado, la temperatura aumentaba considerablemente y no sabia en que momento aquella esfera de poder había logrado tal hazaña. Estaba a una distancia muy considerable, por lo que el frío no lograba ralentizarlo pero si podía hacer que su piel se estremeciera solo un poco. Aumento mas las llamas de ese intenso fuego y así logro mantener controlada la temperatura de su cosmos. Entendía entonces el porque decía la mujer que su cuerpo se movería mucho mas lento y le daba la razón, pero no podía entender porque decía que el fuego no serviría contra una técnica de Hielo, sabiendo que el fuego podría derretirlo con facilidad.
-¿Cómo podría?... –Decía extrañado el muchacho, sabia que Latrivan no era estupida, así que si menciono eso significaba que su técnica en efecto podría con la de fuego que tenia Steven- ¿Cómo podría el hielo detener el fuego, sin ser derretido?
Fue entonces cuando en un rápido movimiento, Steven levanto su espada a lo alto y la toco con el brazo que estaba ardiendo en llamas, para lograr que esta también ardiera ahora. La hoja de su espada estaba totalmente prendida fuego al igual que su brazo, pero el brazo parecía perder intensidad lentamente. Steven miraba con atención a la mujer mientras que le dirigía unas palabras más.
-Tu técnica consiste en congelar y hacer sufrir por mucho tiempo, como lo indica tu escuadrón… En mi caso, mi técnica da la muerte inmediata, negándole a aquel que es débil el privilegio de seguir sintiendo…
La espada ardía en una gran llama, fue entonces cuando el Bersekers la apunto hacia delante y puso su dedo índice sobre el mango de la misma, mientras que miraba firmemente a la mujer. Estaba listo para lanzar ese ataque, que quizás pudiera acabar con su propia compañera… Esperaba, que no lo hiciera.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Templo de Latrivan
Sarahissa escuchó las palabras de Steven sin inmutarse de nuevo,debía ser muy frustrante hablar con una persona como ella que nunca parecía tener nada que expresar, ni si quiera un poco de entusiasmo por la pelea como los otros bersekers de Ares. Ella simplemente se quedaba observando todo con aquellos ojos inquisitores que intentaban descubrirle el sentido y la logica a todo lo que veían. En ese sentido parecía que mas que pelear con un ser humano, se peleaba con una maquina impredecible que no mostraba nada para revelar al menos una falla, un debilidad, un secreto que pudiera hacer quebrar su escudo.
- Tienes razón. Hubiese sido estupido de mi parte hacer eso en un simple entrenamiento. Estupido claro para ti. - Se detuvo, sacudiendo nuevamente su brazo para ver si estaba reaccionando o no, con completa seriedad. - Para mi, aun en un entrenamiento, no dejaría que un simple brazo me impidiera pelear. ¿Por qué crees que me dicen hechizera? Es cosa de retroceder el tiempo luego en la zona de mi brazo para que este vuelva. Ese es mi aporte al escuadron del miedo, reviviendo en el corazón el sentimiento que alguna vez se tuvo mediante el retroceso del tiempo... pero...
La voz de Sarahissa se detuvo entonces. Sus ojos miraron hacia las estatuas sobre ella. El polvo las cubria, ya no se veia en ellas la gloria de antaño ni la sangre que alguna vez las habia adornado como lava... ahora solo el polvo y el olvido reinaba en el templo de Latrivan.
- Aun estoy muy lejos de manejar el tiempo a mi antojo como antes cuando ni si quiera puedo congelarlo. El espacio, el tiempo, el ambiente, las ondas que viajan atraves del espacio... esas son... mis habilidades, Steven.
Todo a su alrededor aun brillaba con esa hermosa tonalidad. Los ataques de Sarahissa eran realmente bellos, hasta se podría decir que elegantes, tal como lo era esa mujer. Todo en ella era delicado aunque ella no lo hubiese decidido así. Su piel ,su cabellera, su porte, su cuerpo... todo indicaba una mujer unica en su clase, era de la elite guerrera de Ares. La verdad... la mayoria de las bersekers se parecían a ella, piel blanca, cuerpo completamente esbelto, piernas y brazos fuertes, delicados rasgos... pero había algo en Sarahissa que no se comparaba con el resto y esa era su indiferencia y frialdad. Nadie a su alrededor podría haberla nunca sentido como una aliada, pues parecía que peleaba solo por ella y por su cuenta, sin mirar atras ni mirar al lado, sin depender de nadie a menos que fuera de Golgordan su gemelo, a quien detestaba pero con el cual podía lograr cosas que con otros jamas podría haber hecho, una sincronía perfecta entre los gemelos malditos por la carga de soportarse.
- Tu atacas con tu increible fuerza, yo ataco el espacio y espero la desesperanza, por ello admiro y siempre admiraré a el escuadron de las llamas... tenemos suerte de ser aliados.
Esperó el ataque de Steven con ansias. Siempre esperaba un ataque con ansias pues la pelea era lo unico que hacía latir su corazón con intensidad. Alteró aun más el ambiente cerrando los ojos, y hasta las llamas alrededor de Steven parecían haberse detenido. No era que se apagaran con el hielo, simplemente se detenian, como si hubiesen quedado olvidadas en el tiempo. Ese era el poder de aquella técnica, congelar todo el tiempo enfriandolo al punto del hielo y más allá.
- Negarle el privilegio de seguir sintiendo de un golpe... es brillante. - Dijo con sinceridad mientras que se podía sentir como el hielo empezaba a formarse en gruesas capas alrededor de Steven. - Misericordioso de tu parte Steven. Lamentablemente no es mi estilo de pelea...
Y apuntó su dedo indice hacía él lista tambien para defendarse cuando Steven la intentase atacar.
4º post de 6 para ataque Debil, especialización agua/hielo
- Tienes razón. Hubiese sido estupido de mi parte hacer eso en un simple entrenamiento. Estupido claro para ti. - Se detuvo, sacudiendo nuevamente su brazo para ver si estaba reaccionando o no, con completa seriedad. - Para mi, aun en un entrenamiento, no dejaría que un simple brazo me impidiera pelear. ¿Por qué crees que me dicen hechizera? Es cosa de retroceder el tiempo luego en la zona de mi brazo para que este vuelva. Ese es mi aporte al escuadron del miedo, reviviendo en el corazón el sentimiento que alguna vez se tuvo mediante el retroceso del tiempo... pero...
La voz de Sarahissa se detuvo entonces. Sus ojos miraron hacia las estatuas sobre ella. El polvo las cubria, ya no se veia en ellas la gloria de antaño ni la sangre que alguna vez las habia adornado como lava... ahora solo el polvo y el olvido reinaba en el templo de Latrivan.
- Aun estoy muy lejos de manejar el tiempo a mi antojo como antes cuando ni si quiera puedo congelarlo. El espacio, el tiempo, el ambiente, las ondas que viajan atraves del espacio... esas son... mis habilidades, Steven.
Todo a su alrededor aun brillaba con esa hermosa tonalidad. Los ataques de Sarahissa eran realmente bellos, hasta se podría decir que elegantes, tal como lo era esa mujer. Todo en ella era delicado aunque ella no lo hubiese decidido así. Su piel ,su cabellera, su porte, su cuerpo... todo indicaba una mujer unica en su clase, era de la elite guerrera de Ares. La verdad... la mayoria de las bersekers se parecían a ella, piel blanca, cuerpo completamente esbelto, piernas y brazos fuertes, delicados rasgos... pero había algo en Sarahissa que no se comparaba con el resto y esa era su indiferencia y frialdad. Nadie a su alrededor podría haberla nunca sentido como una aliada, pues parecía que peleaba solo por ella y por su cuenta, sin mirar atras ni mirar al lado, sin depender de nadie a menos que fuera de Golgordan su gemelo, a quien detestaba pero con el cual podía lograr cosas que con otros jamas podría haber hecho, una sincronía perfecta entre los gemelos malditos por la carga de soportarse.
- Tu atacas con tu increible fuerza, yo ataco el espacio y espero la desesperanza, por ello admiro y siempre admiraré a el escuadron de las llamas... tenemos suerte de ser aliados.
Esperó el ataque de Steven con ansias. Siempre esperaba un ataque con ansias pues la pelea era lo unico que hacía latir su corazón con intensidad. Alteró aun más el ambiente cerrando los ojos, y hasta las llamas alrededor de Steven parecían haberse detenido. No era que se apagaran con el hielo, simplemente se detenian, como si hubiesen quedado olvidadas en el tiempo. Ese era el poder de aquella técnica, congelar todo el tiempo enfriandolo al punto del hielo y más allá.
- Negarle el privilegio de seguir sintiendo de un golpe... es brillante. - Dijo con sinceridad mientras que se podía sentir como el hielo empezaba a formarse en gruesas capas alrededor de Steven. - Misericordioso de tu parte Steven. Lamentablemente no es mi estilo de pelea...
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Re: Templo de Latrivan
4to post de 6 para segundo ataque debil con especializacion en fuego
Las palabras de la mujer eran aduladoras, pero como siempre, su rostro no lo demostraba. Muchos bersekers pensaban que ella no podía servir a Ares o que ni siquiera lo hacia. Muchas lenguas decían que Latrivan solo se importaba por si misma y que se resguardaba en la protección de Ares para el día en que fuera derrotada, tener a alguien que la respaldara. Pero HellGorak había dudado siempre de esas historias, él nunca se había encontrado con Latrivan tanto tiempo como ahora, ni en batallas. Eran distintos escuadrones, pero ahora que estaban tan cerca y que podían observarse y estudiarse mutuamente, Steven parecía comenzar a entender la estrategia de la mujer. Solo le era fiel a Ares, a nadie mas, no recalcaba esa idea incluso en su propio hermano. Era indiferente con todos y parecía nunca demostrar emociones más que aquella vez que la vio con el brazo adolorido y esa pequeña mueca de dolor. Pero después de todo, eso es lo que necesitaba un guerrero para convertirse en un arma peligrosa… Un corazón de piedra.
¿Seria cierto entonces, que ella admiraba al escuadrón del fuego y las llamas?... No sabia que responder, debido a que él no sentía ese mismo gusto por los demás Bersekers. El hecho de ver quieto a su oponente, sufriendo un augurio que nadie mas podría entender, teniéndolo ahí enfrente y pudiendo descuartizarlo o sacarle la misma piel mientras que vivía... Todas esas ideas de disfrutar del dolor le parecían absurdas…
-Siento no devolver las intenciones y los halagos, pero los demás escuadrones no me llaman la atención realmente… -Sonrío, sabia que había una excepción en sus palabras y estaba deseoso por hacérsela saber a la mujer-Pero si me atrae como tu usas tu propio rostro para distraer al rival, sin mostrar expresiones, ni siquiera podría decir si en este momento eres mi aliada… realmente, admirable…
Las llamas de la espada se habían quedado totalmente congeladas, no se movían, no flameaban como recurrían hacer siempre. El muchacho miro esto con los ojos temblorosos, entonces era cierto que podía congelarse el tiempo, simplemente con una manipulación del tiempo y el espacio… Ahora entendía todo, la muchacha era mas poderosa de lo que él hubiera imaginado y eso mezclado con las habilidades que había destacado anteriormente, la convertían en un gran arma letal que HellGorak empezaba a ver como un orgullo de Bersekers… Algo que nunca había visto en ningún otro guerrero de Ares…
-Ahora entiendo…
Musito mientras que movía su espada y las llamas se libraban de aquel hechizo, volviendo a moverse y esta vez aumentando su violencia de manera considerable. Mi dedo se poso sobre la hoja sin quemarse ni cortarse, moviéndose de arriba a abajo y de repente, saliendo violentamente hacia al frente para que las llamas avanzaran con la mano y la siguieran, como por algún hechizo del cosmos de HellGorak. Una vez que las llamas llegaban hasta la punta con el dedo del guerrero, eran soltadas con gran violencia como un proyectil que tomaba una forma parecida a una media luna, pero acostada. Esta flamante técnica era totalmente peligrosa y HellGorak lo sabia, pero veía en los ojos de la mujer la suficiente confianza como para detener esa habilidad.
-Vamos Latrivan, demuestra que tus poderes siguen intactos…
Apenas era el comienzo de su técnica, Steven lo sabía muy bien, pero no por eso tenia que revelarle los secretos del ataque a su rival…
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Re: Templo de Latrivan
Su cosmoenergía es tan violenta...
Sarahissa observaba la forma en que las llamas de Steven parecían volver a moverse incluso cuando había congelado el tiempo alrededor de ellas. Era digno de admirar que entendiera el principio básico de la materia, ella detenía el movimiento atravez de aplicar frío alrededor de él, el simplemente elvaba la temperatura para que el tiempo siguiera su curso. Lo había entendido tan rapidamente que Sarahissa lo habría complementado por elo, pero la verdad no tuvo tiempo, pues apenas Steven se liberaba de la carcel del tiempo una onda de fuego con una velocidad ridiculo se acercaba con violencia a Sarahissa.
La mujer con su mano que aun servía de algo, intentó al menos parar el fueog. Apuntando su palma hacia Steven congeló de inmediato de una forma rapida unos 5 centimentos frente a ella la llama del hombre. Pero su cosmoenergía era tan extraordinaria que hasta Sarahissa sabía que eso no iba a durar mucho tiempo, por lo cual su mano temblaba intentando mantener el ambiente a una temperatura aun más fría de lo que aquella llama podría haber desestabilizado. Pero pronto se demostro, que la llama seguía su curso, rompiendo a una velocidad milimetrica lo que rodeaba a Sarahissa, pareció como si rompiera el espacio entre ella y el ataque de Steven, pues apenas la llama volvio a moverse con esa velocidad en camara lenta, pequeños destellos de cristal comenzñon a flotar entre ella y el ataque como si tambien estuvieran perdidos en el tiempo sin caer, simplemente flotar en camara lenta.
-¿Qué? - Murmuró mientras sus parpados que siempres estaban caidos e indiferentes se abrían con amplia sorpresa, pues en una cosa de segundos la llama de Steven paso de una velocidad milimetrica a la velocidad de un Berseker, empujando a Sarahissa hacia atras.
Aun no era afectada por el fuego pues su mano permanecia tan helada como siempre y podía rechazar las llamas, pero el hecho de que hubiese quebrado su postura le hacía pensar que Steven era un adversario de temer.
- Ya veo... - Murmuró cuando el fuego cesó, bajando su mano. - Steven, tu tecnica tiene sólo un defecto. A pesar de que rompieras el espacio que había creado hacia ti, me dejaste un brecha de al menos 10 segundos para atacarte de vuelta. Vas a tener que aprender a romper el espacio de tiempo antes de que pueda atacarte.
Sarahissa parecía bastante confiada. Despues de todo era un entrenamiento entre aliados y no una pelea entre enemigos. Steven aprendía a controlar ese fuego a la perfección sería de temer, pero aunque emanara toda la confianza del mundo eso no significaba en ningun momento que su tecnica fuera perfecta.
Sarahissa solo dejo que el resto del templo siguiera congelandose, no iba a darle a Steven el beneficio de atacar en un ambiente facil o docil, quería que se esforzara para al menos poder contra atacarlo sin problema alguno de cargo de conciencia.
5º post de 6 Ataque Debil especializacion Agua/Hielo
Sarahissa observaba la forma en que las llamas de Steven parecían volver a moverse incluso cuando había congelado el tiempo alrededor de ellas. Era digno de admirar que entendiera el principio básico de la materia, ella detenía el movimiento atravez de aplicar frío alrededor de él, el simplemente elvaba la temperatura para que el tiempo siguiera su curso. Lo había entendido tan rapidamente que Sarahissa lo habría complementado por elo, pero la verdad no tuvo tiempo, pues apenas Steven se liberaba de la carcel del tiempo una onda de fuego con una velocidad ridiculo se acercaba con violencia a Sarahissa.
La mujer con su mano que aun servía de algo, intentó al menos parar el fueog. Apuntando su palma hacia Steven congeló de inmediato de una forma rapida unos 5 centimentos frente a ella la llama del hombre. Pero su cosmoenergía era tan extraordinaria que hasta Sarahissa sabía que eso no iba a durar mucho tiempo, por lo cual su mano temblaba intentando mantener el ambiente a una temperatura aun más fría de lo que aquella llama podría haber desestabilizado. Pero pronto se demostro, que la llama seguía su curso, rompiendo a una velocidad milimetrica lo que rodeaba a Sarahissa, pareció como si rompiera el espacio entre ella y el ataque de Steven, pues apenas la llama volvio a moverse con esa velocidad en camara lenta, pequeños destellos de cristal comenzñon a flotar entre ella y el ataque como si tambien estuvieran perdidos en el tiempo sin caer, simplemente flotar en camara lenta.
-¿Qué? - Murmuró mientras sus parpados que siempres estaban caidos e indiferentes se abrían con amplia sorpresa, pues en una cosa de segundos la llama de Steven paso de una velocidad milimetrica a la velocidad de un Berseker, empujando a Sarahissa hacia atras.
Aun no era afectada por el fuego pues su mano permanecia tan helada como siempre y podía rechazar las llamas, pero el hecho de que hubiese quebrado su postura le hacía pensar que Steven era un adversario de temer.
- Ya veo... - Murmuró cuando el fuego cesó, bajando su mano. - Steven, tu tecnica tiene sólo un defecto. A pesar de que rompieras el espacio que había creado hacia ti, me dejaste un brecha de al menos 10 segundos para atacarte de vuelta. Vas a tener que aprender a romper el espacio de tiempo antes de que pueda atacarte.
Sarahissa parecía bastante confiada. Despues de todo era un entrenamiento entre aliados y no una pelea entre enemigos. Steven aprendía a controlar ese fuego a la perfección sería de temer, pero aunque emanara toda la confianza del mundo eso no significaba en ningun momento que su tecnica fuera perfecta.
Sarahissa solo dejo que el resto del templo siguiera congelandose, no iba a darle a Steven el beneficio de atacar en un ambiente facil o docil, quería que se esforzara para al menos poder contra atacarlo sin problema alguno de cargo de conciencia.
5º post de 6 Ataque Debil especializacion Agua/Hielo
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Re: Templo de Latrivan
5to post de 6 para Segundo Ataque debil con especializacion de fuego
¿Qué había pasado?....
¿Porque la flama que HellGorak había arrojado hacia aquella muchacha se había destruido y reducido a cenizas antes de completar el ataque? Seria que el cuerpo de Steven no era indicado para liberar tanta energía como el invencible tenia pensado, quizás necesitaría de entrenar más, tal y como Latrivan estaba haciendo. Debía de adaptar el cuerpo de Steven a su cosmoenergia para poder terminar su técnica, aunque no fuera la gran cosa ya que solamente era un proyectil de fuego, pero después de todo era la técnica que debía de aprender primero. Luego habría tiempo para recordar o poner en práctica aquellas habilidades que HellGorak usaba a la hora de la batalla. No pensaba poner a prueba semejante poder, contra una mujer de su propio bando…
La habilidad que Latrivan poseía era tal que todo el templo comenzaba a llenarse de frío, debido a que el muchacho detenía el tiempo, congelando cada molécula del cuerpo que quería detener. Eso había hecho anteriormente con la flama, la congelo de una manera letal e incluso, ahora a Steven le costaba mas sacar las llamas de su propio cosmos. Pero lo haría, porque intentaría que esta vez el ataque golpeara con toda eficacia. Anteriormente no había logrado dañarla y no se conformaría con eso, quería saber que la llama era capaz de golpear al enemigo y de causar esos efectos que en la anterior era había causado.
El frío del lugar comenzaba a erizarle la piel y sentía como su cuerpo tiritaba, pero con una leve subida del oscuro cosmos sintió como todo volvió a la normalidad. Se estaba dando calor con su propia energía y eso le servia para evitar ser congelado como su ataque. El calor en su cuerpo aumentaba y de repente, su brazo termino por prenderse fuego otra vez, envuelto en llamas salvajes y al tocar su propia arma la contagiaba de ese gran incendio que parecía no dañarlo.
-No entiendo como es que mi llama se detuvo a la mitad del camino, pero esta vez no lo hará… Latriven, necesitaras más que lo anterior para defenderte de mi técnica…
Paso otra vez sus dedos por la hoja de la espada, apuntando a Sarahissa y liberando la llama con una gran violencia mientras que todo alrededor parecía comenzar a descongelarse. Como si la fuerza de la muchacha no pudiera frenarla pero la llama afectara directamente en la técnica de ella. Una vez que estuvo lo bastante cerca la llama exploto repentinamente, liberando una onda de choque violenta seguido por una flameante onda que iba directo a impactar a Latrivan con una intensa temperatura.
La mirada de HellGorak se mantenía quieta en los bellos ojos de la mujer, esos ojos inexpresivos, indiferentes. La misma frialdad de esos ojos se reflejaba en la técnica que estaba empleando, pero quizás la muchacha no tuviera la suficiente fuerza para defenderse del ataque del fantasma de HellGorak, de ser así… Esa seria la ultima vez que viera sus ojos.
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Re: Templo de Latrivan
A pesar del frío de la cosmoenergía de Sarahissa, a pesar de que era tan frío que podía romper el tiempo y el espacio a su alrededor, Steven lograba de una forma u otra romper aquella técnica y volver a enceder aquellas llamas alrededor de su espada. Sarahissa lo observaba pues había adivinado que eso ya sucedería, no había sorpresa en ello. Steven no era un rival inutil, era incluso más fuerte que ella al menos en fuerza. Sarahissa seguía pensando que su cosmoenergía era superior y eso la mantenía en un estado de calma perpetua observando al sujeto.
Y de pronto todo pareció alterarse en una explosión, desde la posición de Steven venía con una velocidad increible una onda de fuego que parecía derretir todo a su paso. Los parpados caidos e inexpresivos de Sarahissa mostraron sorpresa. No esperaba que Steven reaccionara de esa forma. Si esperaba por ejemplo que pudiera romper su ternica y el hielo, pero no que atacara con aun más fuerza que la vez anterior.
Era seguro que esa vez no alcanzaría a frenar el ataque, era demasiado rapido y enfriar el ambiente demoraba al menos unas fraciones de segundo, ese ataque le iba a dar de cualquir forma. Por lo tanto hizo lo unico que podría haber hecho, lo esquivó saltando y desapareciendo hacia arriba. A su espalda todos el templo pareció recibir el golpe con una fuerza de impacto que hizo que varios pilares cayeran. El crujido del marmol siendo destrozado por la potencia del fuego sonaba tan tetrico como los lamentos en esas paredes.
De pronto todo se volvió oscuridad. Un chirrido se sintió en el ambiente... un chirrido que causaba desesperación en el pecho de cualquier mortal. Era la forma en que el templo se defendía de aquel ataque. Así como si nada se detuvo el chirrido y apareció Steven en medio de una planicie desertica. No había nada ahí excepto la intensidad de un sol brillante y la arena bajo sus pies. Parecía el mismo infierno pues la temperatura subía a niveles que simplemente una persona no podria haber aguantado. De vez en cuando aparecía una brisa que elevaba la arena, pero eso era todo. Aparte de eso no había nada más ahi...
Afuera de esa ilusión unos pasos mas allá en medio del templo destruido, estaba Sarahissa con sus manos hacia adelante controlando la carcel del tiempo en que había hecho caer a Steven. Seguramente el Berseker veía solo desierto eterno y estaría obligado a caminar una y otra vez buscando agua... pero todo eso era una mera y simple ilusion provocada por el congelamiento absoluto del espacio alrededor del hombre mientras la atacaba. Sarahissa lo miraba con las manos hacia adelante controlando el tiempo, viendo cuanto tiempo lo podría mantener ahí sin que el Berseker se diera cuenta de que el templo no había sido el que se había transformado, sino que Sarahissa lo había mandado a un espacio completamente ajeno a ese en el mismo lugar, estando en el templo de la hechizera maldita, al mismo tiempo estaba en un lugar completamente distinto sin saberlo. Alrededor de Steven todo era hielo, una escarcha lo cubria en una especie de esfera, cuyo ataque había sido tan rapido que ni si quiera tiempo le habría dado para percibir que había caido en él... por algo le decían a Sarahissa la Hechizera Maldita.
6º Post de 6 Ataque Debil especialización hielo/agua.
Y de pronto todo pareció alterarse en una explosión, desde la posición de Steven venía con una velocidad increible una onda de fuego que parecía derretir todo a su paso. Los parpados caidos e inexpresivos de Sarahissa mostraron sorpresa. No esperaba que Steven reaccionara de esa forma. Si esperaba por ejemplo que pudiera romper su ternica y el hielo, pero no que atacara con aun más fuerza que la vez anterior.
Era seguro que esa vez no alcanzaría a frenar el ataque, era demasiado rapido y enfriar el ambiente demoraba al menos unas fraciones de segundo, ese ataque le iba a dar de cualquir forma. Por lo tanto hizo lo unico que podría haber hecho, lo esquivó saltando y desapareciendo hacia arriba. A su espalda todos el templo pareció recibir el golpe con una fuerza de impacto que hizo que varios pilares cayeran. El crujido del marmol siendo destrozado por la potencia del fuego sonaba tan tetrico como los lamentos en esas paredes.
De pronto todo se volvió oscuridad. Un chirrido se sintió en el ambiente... un chirrido que causaba desesperación en el pecho de cualquier mortal. Era la forma en que el templo se defendía de aquel ataque. Así como si nada se detuvo el chirrido y apareció Steven en medio de una planicie desertica. No había nada ahí excepto la intensidad de un sol brillante y la arena bajo sus pies. Parecía el mismo infierno pues la temperatura subía a niveles que simplemente una persona no podria haber aguantado. De vez en cuando aparecía una brisa que elevaba la arena, pero eso era todo. Aparte de eso no había nada más ahi...
Afuera de esa ilusión unos pasos mas allá en medio del templo destruido, estaba Sarahissa con sus manos hacia adelante controlando la carcel del tiempo en que había hecho caer a Steven. Seguramente el Berseker veía solo desierto eterno y estaría obligado a caminar una y otra vez buscando agua... pero todo eso era una mera y simple ilusion provocada por el congelamiento absoluto del espacio alrededor del hombre mientras la atacaba. Sarahissa lo miraba con las manos hacia adelante controlando el tiempo, viendo cuanto tiempo lo podría mantener ahí sin que el Berseker se diera cuenta de que el templo no había sido el que se había transformado, sino que Sarahissa lo había mandado a un espacio completamente ajeno a ese en el mismo lugar, estando en el templo de la hechizera maldita, al mismo tiempo estaba en un lugar completamente distinto sin saberlo. Alrededor de Steven todo era hielo, una escarcha lo cubria en una especie de esfera, cuyo ataque había sido tan rapido que ni si quiera tiempo le habría dado para percibir que había caido en él... por algo le decían a Sarahissa la Hechizera Maldita.
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Re: Templo de Latrivan
6to y ultimo post para segundo ataque debil con especializacion de fuego
Las llamas parecían hacer efecto, sin embargo, al golpear contra el duro mármol Steven se dio cuenta de que algo no estaba andando bien. Había algo que le llamaba la atención y no podía entender que era, dejándolo con una gran duda que le carcomía el cerebro. Podía sentir como los ruidos se hacían más potentes y de repente, una gran ola de calor invadió su cabeza. Abrió los ojos que había cerrado tan solo por unos segundos y no podía creer lo que veía. Todo un desierto estaba justo delante de él detrás de él e incluso a sus costados. Miraba esto con los ojos temblorosos sin entender que mierda había pasado. Sus pies estaban ahora sumergidos en un montón de arena que parecía haber aparecido allí de la nada y sus únicos deseos, luego de aquella batalla, del calor de su técnica y del sofocante desierto actual… era agua.
No entendía como había llegado allí, pero no le importaba, por alguna razón lo único que quería era buscar ese preciado liquido y tomar litros de él. Podía olfatearlo pero por más que corriera o se transportara, jamás encontraba el agua, porque no sabía que era todo una mera y cruel ilusión creada por Latrivan. Intentaba a toda costa encontrar una salida o al menos agua y corría y corría, pero sentía como el cuerpo humano de Steven no podía con las exigencias de HellGorak y se terminaba desplomando en la tierra. Cerraba sus ojos, sentía como sus músculos le pesaban y se le acalambraban, pero eso no seria todo… no creía.
Miraba a los alrededores y solo veía tierra, parecía que nunca se movía del mismo sitio y había avanzado kilómetros. En el horizonte solo se veía más y más desierto que parecía ser una maldita dimensión paralela. Fue ahí cuando HellGorak comenzó a pensar… Sentía la cosmoenergia de la mujer cerca, sentía su armadura también cerca, a pocos metros incluso, pero al ver en esa dirección solo había desierto. No estaba loco, se había asegurado de eso anteriormente, lo que solo podía significar una cosa que el berseker no había imaginado, sonrío mientras que afirmo algo en voz baja, casi como un suspiro.
-Una estupida ilusión…
Se levanto como pudo, porque por más de darse cuenta, el cansancio de tanto correr ya había hecho efecto en sus músculos y se sentía muy agotado. Levanto su mirada dignamente, mirando aquel vacío de arena y calor donde la muchacha lo había mandado con un tanto de desprecio. Su cosmos comenzó a aumentar brutalmente mientras que a su alrededor un aura roja oscura salía desde su cuerpo. Lentamente el cansancio comenzaba a marcharse y la sonrisa de HellGorak se dejaba ver. Hizo sus manos hacia un costado mientras que pego un fuerte grito que libero una gran onda de energía, una onda muy agresiva que buscaba romper con aquel paisaje de ilusión y lo conseguía.
Cayó lentamente arrodillado mientras que veía como una esfera de cristal se destruía alrededor suyo, dándole esa frescura que buscaba en el desierto. Sin embargo, algunos pedazos de aquel hielo habían quedado con un filo que ahora cortaba el hombro del joven, dejando un tajo de unos cinco centímetros sobre su piel, pero que no afectaba en nada sus músculos. Veía la sangre correr y deslizarse por su brazo como una simple línea de sangre que terminaba goteando en el suelo. ¿Había sido capaz? ¿Esa mujer había hecho sangrar en batalla a alguien que jamás fue lastimado anteriormente?
Tras salir de la ilusión Steven pudo ver aquel templo con algunos daños y unos metros mas allá, a la mencionada mujer que parecía estar con las manos hacia delante, tratando de mantener una ilusión que había sido destruida. El berseker de HellGorak sintió como un escalofrío recorría su cuerpo y las ganas de estampar ese bello rostro contra el suelo se hacían más grandes. Lo había hecho sangrar, eso era un pecado que debía ser pagado con la vida. Se acercaba violentamente, pero sin embargo, se dio cuenta entonces que la mujer era de su mismo bando, era una de ellos… Quizás no debía de actuar violentamente pero… Ella se lo merecía
Se acerco bien cerca, quedando cara a cara, donde los ojos celestes como el mismo hielo se pudieran ver tan cercanos que incluso le provocaban frío al joven. La observaba con una mirada desafiante mientras que respiraba a escasos centímetros de los labios de la joven, parecía querer demolerla y por dentro, así era… pero no era lo que ameritaba la situación…
-Felicidades…
Dijo mientras que mancho con un poco de su sangre, la mejilla de la mujer. Había quedado marcada, ella era la única que hizo sangrar al invencible, la única que lastimo a un guerrero capaz de todo. Era ella… Y merecía un gran reconocimiento de parte de Steven o mejor dicho… HellGorak….
Steven- Berseker de Ares
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Re: Templo de Latrivan
Imposible...
Pensó Sarahissa al ver que la cúpula de hielo que había creado para la mente y el tiempo de Steven se destruía frente a sus ojos. Había concentrado toda su energía para congelar el tiempo y el espacio a su alrededor y mandar a su mente a un lugar ajeno, pero había fracasado. Apenas habían pasado algunos segundos y Steven rompía su técnica. No sabía cuanto tiempo habría pasado Steven en aquel espacio de desesperación, un desierto sin agua, sin descanso, sin noche... pero era probable que esos segundos en que Sarahissa congelo el tiempo al su alrededor pudieran parecerle días o incluso meses...
Sarahissa miraba a Steven con algo de indiferencia, sabía que el Berseker estaba indignado por haberse dejado caer en su técnica y más aun porque al romper el hielo un trozo de cristal había dañado su hombro. No le escapaba a la mirada, se la mantenía con indiferencia, altanería y hasta orgullo. Así era Sarahissa, una persona que miraba a los ojos e intenta descifrar que era lo que más molestaba en esa situación a Steven, haber sido herido o haber caído en una técnica tan simple.
La mano del joven se movió hasta el rostro de porcelana de Sarahissa, manchando su piel pálida con el rubor de la sangre en sus dedos. Sarahissa no se movió, lo siguió observando indiferente mientras él la tocaba. Con un suave movimiento de su mano la llevó sobre la de Steven sujetandola con delicadeza para bajarla con lentitud. No había en ella agresividad ni molestia en ello.
- Eso fue innecesario. - Le dijo con frialdad, pero más que frialdad... era desinterés. Sintió como la sangre manchaba su rostro sin inmutarse. No se habría podido deducir de la expresión en su rostro si eso le había molestado o no, y en caso de que sí lo hubiese hecho, si le había molestado que Steven la tocara o que le manchara el rostro con sangre.
Así permaneció sin movimiento aparente, tan sólo observando al guerrero que le felicitaba con rencor en su voz por haber hecho aquello. Ni si quiera pestañaba, parecía una estatua que ni si quiera hacía ruido para respirar. Fue entonces que bajó su mirada sintiendo la respiración de Steven sobre sus labios, pero no porque ello le incomodara, sino para mirar su brazo derecho caído. Se llevó la mano sobre este y en sus parpados temblorosos se pudo apreciar que el brazo de verdad le dolía. Aun así no se quejaba. Era como si de ella simplemente no saliera emoción alguna que reflejara como se sentía.
Volvió a mirar a Steven, como si esperara que le dijera algo para poder retirarse. Si ese era el caso y Steven esperaba un agradecimiento o alguna palabra de alago por parte de Sarahissa estaba perdiendo el tiempo. El entrenamiento parecía haber terminado porque nada de cosmoenergía cubría el cuerpo d Sarahissa y en el templo había desaparecido el hielo. Aun así la joven no se movía, solo miraba a Steven mientras sentía como la sangre se secaba en su mejilla.
Pensó Sarahissa al ver que la cúpula de hielo que había creado para la mente y el tiempo de Steven se destruía frente a sus ojos. Había concentrado toda su energía para congelar el tiempo y el espacio a su alrededor y mandar a su mente a un lugar ajeno, pero había fracasado. Apenas habían pasado algunos segundos y Steven rompía su técnica. No sabía cuanto tiempo habría pasado Steven en aquel espacio de desesperación, un desierto sin agua, sin descanso, sin noche... pero era probable que esos segundos en que Sarahissa congelo el tiempo al su alrededor pudieran parecerle días o incluso meses...
Sarahissa miraba a Steven con algo de indiferencia, sabía que el Berseker estaba indignado por haberse dejado caer en su técnica y más aun porque al romper el hielo un trozo de cristal había dañado su hombro. No le escapaba a la mirada, se la mantenía con indiferencia, altanería y hasta orgullo. Así era Sarahissa, una persona que miraba a los ojos e intenta descifrar que era lo que más molestaba en esa situación a Steven, haber sido herido o haber caído en una técnica tan simple.
La mano del joven se movió hasta el rostro de porcelana de Sarahissa, manchando su piel pálida con el rubor de la sangre en sus dedos. Sarahissa no se movió, lo siguió observando indiferente mientras él la tocaba. Con un suave movimiento de su mano la llevó sobre la de Steven sujetandola con delicadeza para bajarla con lentitud. No había en ella agresividad ni molestia en ello.
- Eso fue innecesario. - Le dijo con frialdad, pero más que frialdad... era desinterés. Sintió como la sangre manchaba su rostro sin inmutarse. No se habría podido deducir de la expresión en su rostro si eso le había molestado o no, y en caso de que sí lo hubiese hecho, si le había molestado que Steven la tocara o que le manchara el rostro con sangre.
Así permaneció sin movimiento aparente, tan sólo observando al guerrero que le felicitaba con rencor en su voz por haber hecho aquello. Ni si quiera pestañaba, parecía una estatua que ni si quiera hacía ruido para respirar. Fue entonces que bajó su mirada sintiendo la respiración de Steven sobre sus labios, pero no porque ello le incomodara, sino para mirar su brazo derecho caído. Se llevó la mano sobre este y en sus parpados temblorosos se pudo apreciar que el brazo de verdad le dolía. Aun así no se quejaba. Era como si de ella simplemente no saliera emoción alguna que reflejara como se sentía.
Volvió a mirar a Steven, como si esperara que le dijera algo para poder retirarse. Si ese era el caso y Steven esperaba un agradecimiento o alguna palabra de alago por parte de Sarahissa estaba perdiendo el tiempo. El entrenamiento parecía haber terminado porque nada de cosmoenergía cubría el cuerpo d Sarahissa y en el templo había desaparecido el hielo. Aun así la joven no se movía, solo miraba a Steven mientras sentía como la sangre se secaba en su mejilla.
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Re: Templo de Latrivan
El silencio permanecía entre ambos, dos guerreros que se habían puesto a prueba en un simple entrenamiento pero que ahora parecía haber despertado una especie de rivalidad entre ellos. Al menos eso se habría podido deducir por los actos que estaba presenciando el templo de Latrivan. La cara manchada en sangre de Sarahissa evidenciaba eso.
Pero para Sarahissa quien estaba frente a ella era un aliado, una persona que seguía el mismo ideal de hacer lo que fuera pro Ares. Aunque en el fondo sabía con presición que fuera lo que fuera que realizaba Steven lo hacía pro si mismo y su increible ego, de cualquier forma era un aliado más que podría servir en batalla si ella llegase a fallar en su cometido.
Miró una ultima vez a Steven y pasó por al lado de él caminando hacia adelante, tenía más cosas que hacer. Esperar una respuesta del hombre le parecía innecesario.
- Te puedes mostrar a ti mismo la salida, espero que no te pierdas por el camino. - Dijo Sarahissa con frialdad, mirando siempre en frente sin voltearse. Tal vez si otra persona lo hubiese dicho se habría entendido aquello como sarcasmo, pero la verdad no lo era. Esa era simplemente la forma en que hablaba esa mujer, sin azucar para dulcificar las rudas y frías palabras que salian de sus pequeños labios sin color.
Tenía asuntos que atender ahora en la tierra. Hubiese sido conveniente seguir entrenandose pero a esa altura le parecía innecesario. Por otro lado era menester ir por el resto de los bersekers dispersos en el mundo. La energía que sentía con más fuerza era la de Madareth, por ello era hora de hacerle una visita a esa mujer, la señora de la guerra enamorada de la sangre.
Pero para Sarahissa quien estaba frente a ella era un aliado, una persona que seguía el mismo ideal de hacer lo que fuera pro Ares. Aunque en el fondo sabía con presición que fuera lo que fuera que realizaba Steven lo hacía pro si mismo y su increible ego, de cualquier forma era un aliado más que podría servir en batalla si ella llegase a fallar en su cometido.
Miró una ultima vez a Steven y pasó por al lado de él caminando hacia adelante, tenía más cosas que hacer. Esperar una respuesta del hombre le parecía innecesario.
- Te puedes mostrar a ti mismo la salida, espero que no te pierdas por el camino. - Dijo Sarahissa con frialdad, mirando siempre en frente sin voltearse. Tal vez si otra persona lo hubiese dicho se habría entendido aquello como sarcasmo, pero la verdad no lo era. Esa era simplemente la forma en que hablaba esa mujer, sin azucar para dulcificar las rudas y frías palabras que salian de sus pequeños labios sin color.
Tenía asuntos que atender ahora en la tierra. Hubiese sido conveniente seguir entrenandose pero a esa altura le parecía innecesario. Por otro lado era menester ir por el resto de los bersekers dispersos en el mundo. La energía que sentía con más fuerza era la de Madareth, por ello era hora de hacerle una visita a esa mujer, la señora de la guerra enamorada de la sangre.
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Re: Templo de Latrivan
Su visita al mundo de los humanos había sido breve. Llevar mensajes de pánico era lo suyo y creía haber cumplido su labor a cabalidad. Ya no tenía nada más que hacer en ese lugar, ahoras las cosas estaban en las manos de Diva. El primer paso a un mundo en guerra estaba dado y sólo le quedaba supervisar aquello desde la distancia precisa, lista para acudir al llamado de su señor en cualquier momento.
Tenía que afinar su cuerpo, su mente y su cosmoenergía para dar su sangre por Ares. Su unico motivo de existir era él, y si lo seguía era porque a los ojos de Sarahissa no había nadie que pudiese superar el verdadero poder de su señor, aquel que podría poner a Athena de rodillas suplicando por el perdon de la vida en la tierra.
Pero en ese instante dudaba que ese fuera el motivo para el despertar de su señor, la misericordia no estaba en él... ni si quiera el deseo de ver a su enemigo humillado, sino simplemente ese deseo de que la pelea nunca acabara y si lo hacía que lo hiciera con un dulce saber de victoria absoluta frente a sus enemigos. Era por eso que los Bersekers eran el ejercito con más poder de todos, porque sus ansias por pelear superaban a las de cualquier otro organismo vivo...
Fuera donde fueran, solo dejaban en su camino una estela de cenizas, panico y desgracia...
Sarahissa se sentó en un pilar caido de su templo y comenzó a tocar su violín esperando que esa melodía llamara la atención de algun otro Berseker sin despertar en el mundo. Tocaba para reunirse con el resto, no porque dependiera de ellos, sino por que su señor merecía que cada uno de sus subditos estuviera a su disposición al momento de despertar de su largo sueño. Todo debía ser perfecto para él.
Tenía que afinar su cuerpo, su mente y su cosmoenergía para dar su sangre por Ares. Su unico motivo de existir era él, y si lo seguía era porque a los ojos de Sarahissa no había nadie que pudiese superar el verdadero poder de su señor, aquel que podría poner a Athena de rodillas suplicando por el perdon de la vida en la tierra.
Pero en ese instante dudaba que ese fuera el motivo para el despertar de su señor, la misericordia no estaba en él... ni si quiera el deseo de ver a su enemigo humillado, sino simplemente ese deseo de que la pelea nunca acabara y si lo hacía que lo hiciera con un dulce saber de victoria absoluta frente a sus enemigos. Era por eso que los Bersekers eran el ejercito con más poder de todos, porque sus ansias por pelear superaban a las de cualquier otro organismo vivo...
Fuera donde fueran, solo dejaban en su camino una estela de cenizas, panico y desgracia...
Sarahissa se sentó en un pilar caido de su templo y comenzó a tocar su violín esperando que esa melodía llamara la atención de algun otro Berseker sin despertar en el mundo. Tocaba para reunirse con el resto, no porque dependiera de ellos, sino por que su señor merecía que cada uno de sus subditos estuviera a su disposición al momento de despertar de su largo sueño. Todo debía ser perfecto para él.
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Re: Templo de Latrivan
Su rostro estaba cubierto en hollín luego de haber estado en los claros en llamas jugando con el viento y el fuego. El negro contrastaba elegantemente con su rostro de porcelana, que parecía indiferente a la mugre en sus mejillas. Caminaba por los pasillos del templo desprendiéndose de su armadura tranquilamente apenas elevando su cosmoenergía. La forma de metal que se produjo al volver a ensamblarse fuera de su cuerpo parecía una mujer tocando el violín. La armadura flotó y se posicionó en un altar en la parte superior de una pared con dos dragones a los lados.
Sarahissa estaba apenas cubierta con una tela blanca sobre su cuerpo, un pequeñísimo vestido blanco, casi traslucido, parecido al que usan todos los Ángeles del Olimpo con un lazo rojo en su cintura. Descalza andaba por los pasillos, en camino al agua del templo, un pequeño cuadrado parecido a una bañera romana en el suelo, un lugar para que la mujer pudiera asearse.
Lentamente se metió bajo el agua y se sentó. El nivel del líquido quedo hasta sus hombros. No se desnudó, entró vestida, y por ende la tela comenzó a flotar sobre el agua. El rostro de la mujer no variaba en nada, se dejó caer hasta el fondo, recostándose completamente y conteniendo la respiración. Mantenía los ojos abiertos incluso bajo el agua, mirando el techo borroso con frialdad.
Mientras el líquido helado le tranquilizaba los músculos un tanto cansados, sólo pensaba en todas aquellas cosmoenergías que sentía despertando en el mundo. Alrededor de Ares se encontraba Madareth… y por otra parte las cosmoenergías de Ushuriel y Tafariel estaban expandiéndose cada vez más a medida que transcurría el tiempo. Pronto no estaría sola. Faltaba muy poco para que llegara el resto a invadir el olimpo con sus presencias y comenzar a mover el ejército de Ares.
El hollín escurría por su rostro con las gotas de agua, pero la mujer seguía con la vista al frente sin decir nada. Era sólo esperar por que el resto llegara.
Sarahissa estaba apenas cubierta con una tela blanca sobre su cuerpo, un pequeñísimo vestido blanco, casi traslucido, parecido al que usan todos los Ángeles del Olimpo con un lazo rojo en su cintura. Descalza andaba por los pasillos, en camino al agua del templo, un pequeño cuadrado parecido a una bañera romana en el suelo, un lugar para que la mujer pudiera asearse.
Lentamente se metió bajo el agua y se sentó. El nivel del líquido quedo hasta sus hombros. No se desnudó, entró vestida, y por ende la tela comenzó a flotar sobre el agua. El rostro de la mujer no variaba en nada, se dejó caer hasta el fondo, recostándose completamente y conteniendo la respiración. Mantenía los ojos abiertos incluso bajo el agua, mirando el techo borroso con frialdad.
Mientras el líquido helado le tranquilizaba los músculos un tanto cansados, sólo pensaba en todas aquellas cosmoenergías que sentía despertando en el mundo. Alrededor de Ares se encontraba Madareth… y por otra parte las cosmoenergías de Ushuriel y Tafariel estaban expandiéndose cada vez más a medida que transcurría el tiempo. Pronto no estaría sola. Faltaba muy poco para que llegara el resto a invadir el olimpo con sus presencias y comenzar a mover el ejército de Ares.
El hollín escurría por su rostro con las gotas de agua, pero la mujer seguía con la vista al frente sin decir nada. Era sólo esperar por que el resto llegara.
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Re: Templo de Latrivan
Se sentó luego de estar mucho tiempo completamente sumergida. Su cabello rojizo se le apegó al cuerpo sobre su ropa mojada. Su flequillo goteaba agua hacia sus ojos y mejillas haciendo un efecto en su rostro que la hacían ver más triste e indiferente que de costumbre al no verse sus ojos, solo sus mejillas mojadas. El agua escurriendo por su piel asemejaba lágrimas.
Se puso de pie finalmente, pues estaba limpia. El ollín y las cenizas sobre sus piel ahora flotaban en el agua. Al pararse su ropa de algodon blanco se le apegaba al cuerpo, dejando traslucir sus senos, su estomago, su viente y sus muslos, dejando muy poco para la imaginación.
Eso la tenía sin cuidado, no estaba ahí para ser bella ni recatada, sino para luchar, ser sólo un instrumento de guerra. Aun no sentía ningun Berseker mas en el Olimpo. Se preguntó por un instante donde rayos se podría encontrar Jabranth que fuese más importante que estar ahí custodiando su templo, dejando que su lira deleitara los oidos de todos.
Caminó por los pasillos del templo de Latrivan, goteando, dejando un camino marcado por la planta de sus pies mojando el marmol. Sintió frío, mucho frío. Pero no se quejo ni lo evidenció en su rostro. Simplemente no le interesaba lo que su piel sintiera, ni lo que su corazón sintiera, pues los sentimientos estaban hechos para entes inferiores, no para ella, no para un Berseker que debía dejar de lado cualquier emoción al momento de pelear, tan sólo pelear porque el unico sentimiento que tuviera era amor a ello y a Ares.
Se sentó finalmente en medio del templo y dejó que su cabello mojado siguiera goteando sobre su cuerpo sin hacer nada, tan sólo esperar que algo sucediera en ese lugar, algo que le indicara que era lo que su señor deseaba que hiciera.
Se puso de pie finalmente, pues estaba limpia. El ollín y las cenizas sobre sus piel ahora flotaban en el agua. Al pararse su ropa de algodon blanco se le apegaba al cuerpo, dejando traslucir sus senos, su estomago, su viente y sus muslos, dejando muy poco para la imaginación.
Eso la tenía sin cuidado, no estaba ahí para ser bella ni recatada, sino para luchar, ser sólo un instrumento de guerra. Aun no sentía ningun Berseker mas en el Olimpo. Se preguntó por un instante donde rayos se podría encontrar Jabranth que fuese más importante que estar ahí custodiando su templo, dejando que su lira deleitara los oidos de todos.
Caminó por los pasillos del templo de Latrivan, goteando, dejando un camino marcado por la planta de sus pies mojando el marmol. Sintió frío, mucho frío. Pero no se quejo ni lo evidenció en su rostro. Simplemente no le interesaba lo que su piel sintiera, ni lo que su corazón sintiera, pues los sentimientos estaban hechos para entes inferiores, no para ella, no para un Berseker que debía dejar de lado cualquier emoción al momento de pelear, tan sólo pelear porque el unico sentimiento que tuviera era amor a ello y a Ares.
Se sentó finalmente en medio del templo y dejó que su cabello mojado siguiera goteando sobre su cuerpo sin hacer nada, tan sólo esperar que algo sucediera en ese lugar, algo que le indicara que era lo que su señor deseaba que hiciera.
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Re: Templo de Latrivan
El Olimpo era silencioso en el templo de Latrivan. Era como si hubiesen pasado siglos y siglos de soledad esperando por que llegara aquella que traía el terror al mundo. Y aun así, se veía como una fragil mujer que no hubiese asustado ni si quiera a un niño. Pero... no hay que juzgar un libro por su portada, pues dentro de las paginas de aquella obra titulada Latrivan, había más de lo que podía ver el ojo.
Latrivan entró caminando con elegancia en el interior y permaneció parada justo en medio del lugar. Cerró los ojos y se concentró en localizar la cosmoenergía de Ares. No entendía porque su señor estaba de vuelta en el mundo con su falsa familia, no era posible que de pronto le hubiese dado un ataque de humanidad cuando ya había despertado como el Dios que era. Algo estaba mal... por lo mismo Sarahissa concentraba toda su cosmoenergía en localizar y poder observar desde la distancia los actos de su señor.
¿Sería prudente hacerlo? despues de todo, ella era una humana y su señor un dios... ¿Era de su incumbencia interferir o espiar los actos de Ares?
Su cabeza estaba dividida en ese aspecto, pues sabía que su primer labor era proteger a Ares, y eso significaba estar ahçi para el fuera cuando fuera, de cualquier manera, siempre a su servicio y con conocimiento de cada paso que diera. Ese era su labor como Berseker, poder luchar en su nombre y por él.
Pero por otro... si Ares estaba sólo, unicamente acompañado por una debil cosmoenergía... ¿Tendría peligro cerca? Latrivan no lo sabía.
Por primera vez e mucho tiempo su comportamiento analítico la puso en jaque sobre espiar o no los movimiento de Ares... no sabía si enfocarse en
Latrivan entró caminando con elegancia en el interior y permaneció parada justo en medio del lugar. Cerró los ojos y se concentró en localizar la cosmoenergía de Ares. No entendía porque su señor estaba de vuelta en el mundo con su falsa familia, no era posible que de pronto le hubiese dado un ataque de humanidad cuando ya había despertado como el Dios que era. Algo estaba mal... por lo mismo Sarahissa concentraba toda su cosmoenergía en localizar y poder observar desde la distancia los actos de su señor.
¿Sería prudente hacerlo? despues de todo, ella era una humana y su señor un dios... ¿Era de su incumbencia interferir o espiar los actos de Ares?
Su cabeza estaba dividida en ese aspecto, pues sabía que su primer labor era proteger a Ares, y eso significaba estar ahçi para el fuera cuando fuera, de cualquier manera, siempre a su servicio y con conocimiento de cada paso que diera. Ese era su labor como Berseker, poder luchar en su nombre y por él.
Pero por otro... si Ares estaba sólo, unicamente acompañado por una debil cosmoenergía... ¿Tendría peligro cerca? Latrivan no lo sabía.
Por primera vez e mucho tiempo su comportamiento analítico la puso en jaque sobre espiar o no los movimiento de Ares... no sabía si enfocarse en
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Re: Templo de Latrivan
Volvió en silencio al templo de Latrivan. Sus pasos sonaban pesados contra el marmol oscuro. Desprendió su armadura del cuerpo y esta terminó en un altar entre dos dragones de piedra.
Latrivan bajó el rostro pensando con seriedad en su misión. No gastaría tiempo si quiera en pensar dos veces en el cambio de actitud de Ares, que repentinamente se había vuelto algo completamente distinto al señor al que estaba sirviendo. No pensaría en los motivos de ello, ni pensaría en la sensación que se acumulaba en su estómago sobre lo errado que estaba todo aquello.
Ella era su mejor guerrera, y aún así había decidido darle un sermón frente a todo el resto de los bersekers como si su fidelidad se tratara de basura. Aquello no le había agradado para nada. Tal vez había mantenido su inexpresión dura, pero en el fondo se preguntaba para que hacía el esfuerzo si éste no era apreciado.
Se sentó. Debía olvidar todo ello. Debía concentrar su mente en su misión. Aunque, si hubiese sido sincera con ella misma, ni si quiera tenía deseos de ir a la tierra y arriesgar su vida tal inutilmente. Era el peor de los planes que hubiese escuchado. Su señor generalmente actuaba con inteligencia y prudencia, pero ahora... le había dado una orden tan directa...
Ella era siempre la ultima en aparecer en la guerra santa, ahora sería la primera. Lo más probable era, que Ares simplemente se quisiese deshacer de ella y si ese era su deseo, lo satisfaría.
- Si ese es su deseo... - Murmuró antes de salir del templo nuevamente para dirigirse a la tierra. Debía cumplir con su misión.
Latrivan bajó el rostro pensando con seriedad en su misión. No gastaría tiempo si quiera en pensar dos veces en el cambio de actitud de Ares, que repentinamente se había vuelto algo completamente distinto al señor al que estaba sirviendo. No pensaría en los motivos de ello, ni pensaría en la sensación que se acumulaba en su estómago sobre lo errado que estaba todo aquello.
Ella era su mejor guerrera, y aún así había decidido darle un sermón frente a todo el resto de los bersekers como si su fidelidad se tratara de basura. Aquello no le había agradado para nada. Tal vez había mantenido su inexpresión dura, pero en el fondo se preguntaba para que hacía el esfuerzo si éste no era apreciado.
Se sentó. Debía olvidar todo ello. Debía concentrar su mente en su misión. Aunque, si hubiese sido sincera con ella misma, ni si quiera tenía deseos de ir a la tierra y arriesgar su vida tal inutilmente. Era el peor de los planes que hubiese escuchado. Su señor generalmente actuaba con inteligencia y prudencia, pero ahora... le había dado una orden tan directa...
Ella era siempre la ultima en aparecer en la guerra santa, ahora sería la primera. Lo más probable era, que Ares simplemente se quisiese deshacer de ella y si ese era su deseo, lo satisfaría.
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