Camino al Santuario por los acantilados

Aquel joven estaba comenzando a despertar parecía que solo se encontraba dormido cosa que alivio inmediatamente a la violinista , el joven abrió sus ojos por completo y observo a Michiru que se encontraba sosteniendo su rostro sonriéndole amablementente el había bajado las manos de Michiru de su rostro y se coloco cerca de una caja cuyo contenido desconocía por completo era un tanto misteriosa ya que Michiru nunca había visto una igual.

Michiru se puso de pie - mucho gusto en conocerlo Arone mi nombre es Michiru y es una placer - musito la jovencita con una sonrisa Mientras observo que el joven de cabellera azul se subía al caballo sin responderle a el joven Arone diciendole cual era su nombre, Michiru moría de curiosidad de saber el nombre de aquel joven y la razón por la cual no quiso decirlo, pero el solo le dirigió unas palabras diciéndole que tuviera mas cuidado con respecto en donde descansaba. Michiru quedo en completo silencio hasta que el chico de cabello azul le pregunto que si seguiría hacía el rodorio -Me alegra que se encuentre bien pero tengo que marcharme y seguir mi camino espero que nos veamos en otra ocasión- le dijo con una sonrisa y subió al caballo dirigiéndose hacia el joven apuesto de cabello azul -Lamento si lo hice esperar estoy lista-

Mientras caminaba a traves de aquellos acantilados fije mi vista hacia el frente divisando la figura de un caballo y cerca de ese animal unas personas conversando lo cual me extraño un poco, puesto que segun los aldeanos nadie pasaba por ese sitio a menos de que quisiera morir o encontrar algo en especifico. Decidi el no tomarles demasiada importancia y seguir mi camino hacia ese santuario del cual me habian hablado los aldeanos de Rodorio lugar que me sonaba de algo y que tenia que visitar aun si me arriesgaba a ser atacada por bandidos o a morir. Al pensar en ello recorde las cosas que hacia hace cuando era una simple sirvienta de nuestra señora Selene entre ellas hacer el largo camino desde el establo hasta la biblioteca sin ser vista por los guardias cosa bastante dificil porque mas de una vez me habian pillado pero nada me detenia, hacia cualquier locura con tal de llegar a esa biblioteca y leer algo. Los mismos sirvientes me habian enseñado a leer y como siempre me habian atraido los libros era normal que hiciera ese tipo de cosas, claro que cuando mi señora Selene se dio cuenta un dia como si nada que yo estaba leyendo los libros y pergaminos de la biblioteca sintio interes en mi persona por lo que ella me dijo por lo cual decidio que yo era libre de entrar en la biblioteca a leer lo que quisiera cosa que me sirvio para obtener aun mas conocimientos y finalmente convertirme en uno de sus consejeros mas fieles.

- Si esas cosas eran divertidas...estas tambien -murmura caminando por los acantilados teniendo cuidado de no caer por alguno-

- Como quieras Arone, mientras no nos retrases.

Manigoldo de inmediato pensó si aquello sería lo más adecuado, considerando que la compañía en solitario con la hermosa peliazul había hecho de su estadía por esas tierras bastante más agradable y soportable. Pero no le iba a negar a ese chico que lo siguiera si así lo deseaba, por lo tanto sólo ayudó a Michiru a subirse al caballo y le dio un leve golpecito para seguir por el camino.

- Pronto va a anocher, hay unas pieles de oso atras suyo por si se quiere tapar los hombros. No es bueno que una dama de su alcurnia pase frío, se podría enfermar. Yo puedo aguantar la temperatura siempre que usted vaya cómoda. - Había galopeado por esas tierras hacía tan sólo unos días, sabía que apenas el sol se ocultara todo aquello parecería invierno, pero la cercanía con el cuerpo calido y joven de Michiru lo haría mucho más soportable sin duda. - Llegaremos a Rodorio en una hora más o menos.

El caballo de Jezzara, aquel que había ganado por sus servicios lo seguía al trote. No miró hacia atras para ver si Arone tambien estaba caminando junto a ellos, pues no era problema realmente suyo. Se le había eterna aquella cabalgata por esos terrenos tan áridos y desagradables, lo único que hubiese deseado con prontitud era llegar a Rodorio, tomar una buena jarra de vino, comer algo asado al palo, y dormir en cualquier rincon que lo protegiera del rocío, ojala en compañía de Michiru.

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El camino ya no parecía tan fácil. Aquel entusiasmo que tenia horas atrás continuaba en mi espíritu, pero ya mi cuerpo se encontraba algo fatigado. El sendero por el que íbamos cada vez aumentaba su dificultad. Eso no seria problema para mi, acostumbraba hacer largas caminatas con mis hermanos para cazar animales, solo que el sol era muy fuerte. El clima del lugar parecía encandecerse en esta zona, algo que no era bueno para alguien nórdico como yo.
Mientras pasaban los minutos mi guía iba callada. Uhm ... acaso le pasara algo? - Pensé, después de todo ella llevaba mucho peso en esa cosa. No intente preguntarle nada más por si acaso su silencio se debía a mí. El sol y la ruta no mostraban piedad ante nuestros pasos, cada vez se sentía más elevado el calor. Sin dudarlo saque mi bandana y la coloque sobre mi cabeza. -- AHHH que relajo así esta mejor¡¡-- mencione. Jezzara tal vez se dio cuenta de eso y por eso decidió parar un segundo a descansar.

¿No prefieres descansar un momento bajo alguna sombra? ¿O quizás necesites un poco de agua? me dijo. Si bien aun podía continuar siempre era mejor descansar. De paso podría conocer un poco mas a mi guía -- Claro , entre todo lo que paso olvide comprar raciones. No pensé que estaría tan poco en el pueblo. jaja-- dije sonriéndole.

Un poco mas hacia fuera del sendero se veían unos árboles frondosos -- Te parece por allí?? Ese árbol nos cubrirá un poco. Vamos...-- Le dije yendo hacia ese lugar.

Cuando llegue me tire sobre el árbol y saque mi bandana de mi cabeza. Note que mis ropas estaban algo sucias y recordé que en un pueblo había conseguido una prenda extra para mí. Sacándome mi camisa no me di cuenta que deje ver mi colgante, Lo único que me hacia ser reconocido hacia mi linaje. La última vez eso me trajo problemas. Cubrí mi torso con mi camisa sin usar, tapando de inmediato el colgante de mi familia. Como para disimular le dije a la chica -- Ohh disculpa mi atrevimiento... es que acostumbraba a viajar solo.--.

Estuvimos protegidos del sol por varios minutos debajo de ese árbol. Note como mi guía permanecía pensativa y seria pero de vez en cuando soltaba una sonrisa. Por mi parte ya estaba listo para seguir, solo que me gustaba verla sonreír y algo me decía que cuando llegáramos no podría hacerlo de nuevo. " Ahh , Tonterías estoy pensando , solo eso"- me dije y me levante rápidamente colocándome la bandana en la cabeza. Extendí uno de mis brazos para sentir el sol. Mirando de reojo a Jezzara le dije -Si sigues así te dormirás¡¡ jaja vamos estoy listo para dejar de ser tu carga jaja . Vamos al Santuario - Mi rostro sonrío de manera amable hacia ella y me acerque para darle mi mano para que se pusiera de pie.
Ya listos para partir mire hacia dentro mío, me preparaba para el camino por venir cuando sentí esa brisa nuevamente. Esta vez sentía como si me empujara a caminar por el sendero tal como si colocaran las manos en la espalda y me empujaran en una dirección. Así es como comenzamos a caminar, esta vez hasta no llegar no pararía ni mostraría debilidad.

Caminando através del sendero algunas veces pude sentir que Jezzara cambiaba su forma de ser. A medida que nos acercábamos esa persona bondadosa se ponía más seria y menos habladora. Yo trataba de alegrarle el camino preguntándole cosas pero parecía que no me escuchaba. No lo tome personal después de todo llevar esa caja por todo el camino debe ser incomodo para un chica de su contextura física. Aun así nunca me dejo ayudarla, de seguro era algo importante para ella. De esta forma continuamos el camino, ya casi sin hablar cosa que me deprimió un poco. Su voz era reconfortante e intoxicante a la vez.

No me detuve a tomar el tiempo ya que era difusa mi percepción. Los minutos parecían horas, tal vez mis ganas por arribar hicieron el camino largo. Durante el trayecto solo nos dedicamos a caminar el sendero tenia bastante dificultad. Por momentos parecía que no podía más y que necesitaba reposar un rato, pero no podía detenerla más a esa joven de cabellos dorados. De algún tenia que sacar fuerzas para llegar, tome mi colgante con la mano derecha diciéndome --Un poco mas piernas ... solo un poco mas ¡-- dándome fuerzas y esperanzas de que ya llegaríamos , aun sin saber cuanto faltaba para el arribo al fin de la travesía.

Ya bastante extenuado veía como mi guía se adelantaba mas como acelerando su paso , luego se detuvo en una zona mas alta con mejor visibilidad que la mía. Note en su rostro una ligera cara de satisfacción y tal vez remembranza, al llevar una mano a su frente tapando el sol que nos cubría. Con pesadez mis pasos se dirigían hacia donde estaba ella. Su calida voz y su seña con su otra mano me confortaron e invitaron a apurar el paso.

--Ya casi llegamos. Allá está el Santuario -- replico suavemente. Cuando al fin pude ver lo que ella veía, mi corazón se detuvo por un instante. Una gran arena con asientos que eran rodeados de algunas columnas en su parte superior, lugar tal vez de reunión o incluso peleas. Mas arriba se veían algunos templos que solo eran unidos por unas escalinatas. Sin dudar era el santuario de la diosa Athena. Mis ojos se negaban a ver tal perfecta vista tal vez por eso trataban de lavar la vista con lagrimas que brotaban poco a poco. Pase mi mano izquierda por mis ojos, secando esas gotas de alegría que no podía ser contenida en mí ser. Respire profundo y mirándola a Jezzara le dije -- Continuemos ...--