[Pueblo en las montañas] - Cabaña del viejo gruñón

1er Post Defensa - Especialización

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El trayecto a través de las montañas había por fin dado resultados: después de caminar incansablemente por la senda que conducía al norte, me encontraba en una villa escondida al medio de un escarpado valle que poseía un enorme lago en el centro, sirviendo como el principal sustento de aquel asentamiento en materia de agua para consumir; las cabañas estaban distribuidas irregularmente a través de la costa y los riscos ubicados alrededor de todo el lugar hacían que aquel sitio fuera un punto difícil (sino imposible) de encontrar sin antes contar con indicaciones precisas de su paradero. Los techos antiguos y sorpresivamente bien cuidados eran de un color que armonizaba con el de los árboles circundantes, confundiéndose y así desviar a cualquier visitante no deseado que pudiera llegar a pasar cerca de la ruta de acceso; el suelo era marrón y rocoso, con enormes guijarros y piedras surgiendo en cualquier dirección y forma, algunas bastante puntiagudas y que si no se miraba o caminaba propiamente resultaría en una caída potencialmente fatal que en cualquier otra ocasión sería tan solo aparatosa y hasta cómica. En ese momento me alegré de que las suelas de mis botas confeccionadas a mano estuvieran hechas para aquel tipo de terreno.

Ahora el reto era encontrar al anciano que pudiera darme la información sobre el objeto que me había llevado a atravesar tantos pasajes molestos y caminos infestados con los horribles (y repetitivos) pinos…con animales venenosos y malhumorados de por medio. Sin más en la cabeza que pensar en “ubica alguna calva o bigote blanco” tan solo me dejé llevar por lo pintoresco que resultaba ser el pueblo. Las fachadas estaban perfectamente pintadas y muy bien conservadas, al punto que si no me hubieran aseverado que de verdad el lugar se remontaba a más de doscientos años atrás…y hubieran insistido en ello, bien podía decir que era algo más reciente. Pero bueno, no era el momento de discutir sobre aquello.

Eh...disculpe. dije de improviso, interrumpiendo la caminata de una mujer un tanto más alta que yo mismo quien llevaba entre sus manos un cesto de ropa limpia.

Si? preguntó ella a su vez, volteando la cara y sonriendo con amabilidad.

Eh...no sabrá donde se encuentra el anciano que…conoce las tradiciones de por aquí? inquirí con una ceja levantada y esperando una respuesta algo extrañada y hasta burlesca…siendo sinceros, como no iba a hacer que aquella pregunta no sonara estúpida si lo decía con tan poca convicción y con datos aún más escasos?

Ah claro! Puedes tomar este camino y llegar a la última casa que se encuentra en la costa este del lago, no te perderás, es la única vivienda construida allá. respondió la aludida con ánimo y una sonrisa aún más cálida, tras lo cual posó su mano en mi cabello para revolverlo un poco. Bienvenido al pueblo, esperamos que te quedes un buen tiempo! exclamó de pronto, retomando su camino en dirección a la casa que estaba al menos unos 5 metros de distancia.

Gracias. Eh...pensé que costaría más, supongo que el verdadero problema era llegar… comenté para andar hacia donde me habían señalado.

La última casa posicionada en la costa este del lago era una simple cabaña de madera amarillenta que por lo visto albergaba tan solo a una persona: el techo era más reducido y los lados eran al menos la mitad de largos que las de las demás viviendas del área. La puerta principal estaba enmarcada con un borde aún más gastado que todo lo demás y en lugar de una manija común y corriente, había una aldaba de bronce en forma de un pájaro muy, MUY raro.

Eh...como es que una choza de este tipo tiene una…aldaba? me pregunté con una ceja levantada, tocando la puerta con el puño una sola vez y haciendo que esta se abriera con un terrible chirrido que me puso los pelos de la nuca de punta. Eh...hay alguien aqu- antes de poder completar aquella oración desvié la cabeza hacia un lado, evitando un cuchillo por tan solo centímetros de distancia y antes de poder recobrarme tuve que agacharme por la misma razón. Que diab--- en esa ocasión simplemente vi como los proyectiles se acercaban como si el tiempo se estuviera deteniendo poco a poco…incluso pude sentir algún tipo de impulso interno sinceramente descabellado que me hizo dar una vuelta seca e improvisada que de alguna forma, evitó que los afilados pedazos de metal se incrustaran en mis brazos o lo que fuera que hubiera estado en su rango de alcance. Ok...eso fue RARO. fue mi único comentario al respecto.

Ahí fue cuando apareció un anciano que barbudo con algún tipo de cristal posado frente al ojo izquierdo.

2do Post Defensa – Especialización

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Bien bien bien…que tenemos aquí? dijo el anciano mientras daba unos cuantos pasos hacia delante apoyándose con un delgado pero resistente bastón de madera negra. Su altura apenas si sobrepasaba la mía y eso que el viejo mostraba una prominente calva, sus bigotes retorcidos y su barba completamente blancos estaban perfectamente recortados y con la nariz creaban una apariencia ciertamente temible. Por otro lado su ropa era la de alguien que ni siquiera pareciera vivir en aquella choza tan demacrada: con una toga verde esmeralda bordeada en oro y un cinturón de cuerda (que realmente me daba envidia) que mantenía todo en su sitio. Y estaba el accesorio del ojo, un pequeño cristal circular cuya función me era totalmente desconocida. Antes de que pudiera agregar algo más, el anciano simplemente se acercó a donde me encontraba para tomarme de la mano y verme de cerca, como si quisiera comprobar algo. Eh...a ver... dijo en voz baja, parpadeando con fuerza mientras se acomodaba aquel cristal tan particular.

Eh...que se supone que está haciendo? pregunté con inseguridad, viendo como el viejo inspeccionaba mi guante de piel para luego ir a ver directamente mi piel de Vanir y finalmente, tocar ligeramente a Luna Plateada con su bastón. Mi cara expresaba el más puro y duro desconcierto ante la actitud de aquel sujeto que si no estaba equivocado, había sido quien me había recibido con una ronda de lanzamiento de cuchillos.

Mmm...antes de responder a eso, dime chiquillo…para que has venido aquí? preguntó el a su vez, caminando lentamente hacia el interior de la cabaña e indicándome que le siguiera con una señalización bastante clara.

Eh, pues...me dijeron que aquí vivía el único que sabía donde se encuentra el- antes de poder terminar la frase, el viejo me interrumpió levantando su bastón para darme un golpe con el en la cabeza. Que demo- y de nuevo, recibí otro golpe más con lo cual tan solo me retiré un poco y me quedé esperando la respuesta del anciano a ver que diablos era lo que quería hacer/decir/expresar…por lo visto, mi suerte para elegir lugares habitado por viejos los atacaba nuevamente.

Aja! Así que quieres saber donde puedes encontrar una de las leyendas físicas de este mundo? Es raro…eres el primero que se interesa por eso desde la generación de mi abuelo. Debe ser que con el pasar de los años, ya nadie fue capaz de creer que hubiera algo que matara el dragón que destruyó el antiguo pueblo de Asgard. dijo el viejo con calma y algo de curiosidad bastante evidente en su voz, por lo visto había esperado desde largo tiempo que alguien le comentara o le pidiera información sobre aquel tópico en particular.

Asgard...?

Sí. Si has venido hasta acá habrás escuchado mil versiones de la leyenda…por lo cual, me toca contarte la original. Pero antes quiero preguntarte algo…solo para confirmar. respondió él, confundiéndome más de lo que ya estaba para aquel instante.

...Eh, ok...adelante... dije con una ceja levantada y más extrañado de lo que había estado en años.

Como hiciste para bloquear los últimos cuchillos? inquirió el anciano con voz calmada y hasta…alegre.

Eh...solo los evité, no? respondí sin mucha confianza ya que después de todo, no tenía ni la más mínima idea de cómo era que había logrado tal proeza.

Ja ja...lo suponía, no lo sabes. Pues bien…si quieres que te de mi información, vas a tener que hacer algo por mi mientras tanto.

Eh?...que cosa?

Pues vamos a desarrollar esa pequeña habilidad que te vi, puede que tengas el potencial de usar el arma legendaria, por lo cual…es hora de que te entrenes un poco para ver si de verdad eres capaz de portar semejante objeto!

Entrenamiento? ahí mis cejas se levantaron más que antes con una incredulidad palpable, pero por lo visto el anciano hablaba muy en serio. Eso me hizo considerar las palabras del anciano, si no me equivocaba en mi interpretación, llegaría a necesitar aquella práctica…y además, me causaba curiosidad aprender a ver que diablos era lo que había hecho anteriormente para evitar/bloquear los cuchillos. Pues bien, adelante. dije finalmente, accediendo a lo que tuviera planeado el viejo como “entrenamiento”…ciertamente, había parado a la casa de otro anciano loco, pero al menos este no intentaba matarme…al menos no por los momentos.

Esa es la actitud! exclamó el anciano, invitándome a salir de la cabaña.

3er Post Defensa – Especialización

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Estando una vez fuera de la cabaña del anciano, la tan llamada “práctica” había dado comienzo sin que pasara ni un solo minuto extra. El ambiente era relajado, los pájaros volaban con una tranquilidad curiosa y el viento soplaba libremente para refrescar las caras de los cansados habitantes de la villa que se ocupaban todo el día de cargar baldes de agua, pesados fardos de cosechar o cajas de madera. El anciano caminaba con lentitud para de pronto, detenerse frente a la costa del lago que quedaba inmediatamente al lado de su choza y levantando su bastón, me señaló para decir en voz burlona y un tanto chillona: Bien chiquillo, dime…como funciona el mundo?

Eh?...que clase de pregunta es esa? respondí con una ceja levantada y verdadera confusión plasmada en mi rostro. De verdad que era un magneto de ancianos locos, pero ninguno llegaba a ganarle a ese…tal vez la desquiciada de Roma, pero ese era otro cuento, uno que prefería guardar en lo más recóndito de mi mente para jamás volverlo a sacar a la luz.

Es simple muchacho…como crees que existe este mundo? Como se mantiene en pie? inquirió el viejo, levantando de nuevo el bastón y ajustando el cristal que le servía para ver mejor…o algo así, según pude deducir sin mucha convicción.

No lo sé…solo se que se mantiene allí. La idea es vivir en él, no? Que importa saber como es que funciona esta co- antes de completar aquella oración el vejete había aparecido frente a mi sin que yo lo notara para golpearme directamente la cabeza con su bastón, causándome una confusión momentánea de la cual apenas si me pude recobrar antes de que abriera la boca y de nuevo, comenzara a elevar la voz con actitud un tanto molesta.

Error! Si vamos a empezar con esas sería mejor que desaparecieras…aunque no te culpo, eh? No eres la cabeza más brillante que he visto en mi larga vida, pero eso no viene al caso. Como sea…verás enano-

Enano? A ver si se da cuenta de que usted no es muy alto que digamos…

...ya me vas a dejar hablar, mequetrefe?

Es su llamado…continúe.

Bien...como decía, el mundo está formado por partículas de todo tipo, así como energía elemental…verás, la energía nunca desaparece sino que se transforma…así es como puede existir el fuego, la luz y…otras “cosas”.

Aja.

Entonces...cual es la fuerza que hace que los humanos sean capaces de pensar y de materializar esos mismos pensamientos? Es algo bastante simple…es un tipo de energía que se llama “Cosmos” explicó el anciano, tomando una simple roca y pasándosela entre los dedos con una habilidad impresionante.

Aaaaaaaaaaaajá...y eso que? pregunté con una ceja levantada y cara incrédula…ya me sonaban a más cuentos raros, pero bueno…ya estaba resignado a escuchar tonterías y sin sentidos provenientes de aquel vejete.

Simple...así fue como evadiste los cuchillos, usando el cosmos aunque fuera por inercia. Mira...te muestro un poco como es que se hacen las cosas con verdadero propósito. dijo el viejo, haciendo girar la piedrecilla para después lanzarla hacia el lago, donde rebotó rápidamente dejando una decena de ondas sobre la superficie del agua...unas ondas que no desaparecieron inmediatamente, sino que se mantuvieron allí chocando las unas con las otras como si algo las impulsara a no desaparecer a sabiendas de la imposibilidad natural que representaba tal evento. Esto es solo una demostración fácil, por supuesto…lo que hiciste tu fue un poco más avanzado, aunque inconsciente. El propósito de lo que quiero lograr contigo chiquillo, es que perfecciones lo que ya sabes…entiendes?

4to Post Defensa – Especialización

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Lo que ya se? Ok…pero si no tengo ni la más mínima idea de que es eso…es decir, entiendo este concepto de una energía que todo objeto tiene y ese tipo de cosas, y puedo llegar a entender que la usé (de una forma de la que ni yo mismo ando enterado) así que…como planea hacer para que yo “perfeccione”? pregunté sin mucho convencimiento, mientras me aseguraba de que todas mis pertenencias estuvieran en su lugar tan solo como una costumbre que no dejaba pasar cada rato.

El conocimiento innato lo tienes…solo es cuestión de desarrollar eso un poco, en verdad…ven, sígueme para que empecemos con esto y así veas de que es lo que hablo. dijo el anciano mientras me señalaba con su bastón e iniciaba a caminar en pos de las demás cabañas que se ubicaban más abajo en el centro del pueblo.

Ok. accedí mientras lo seguía con pasos lentos ya que el viejo no era de los que se apuraban en recorrer un camino…y era obvio ya que estaba en su elemento, tal como yo mismo me sentía al pasearme por los bosques ubicados más al norte de germania.

El viento soplaba con tranquilidad y algunas hojas provenientes de los árboles circundantes a las cabañas apostadas en la costa sur del lago chocaban contra el suelo con un ruido de arrastre verdaderamente placentero. El ambiente simplemente parecía ordenarle a las personas que se relajaran y que sin más, se quedaran dormidos bajo el delicado murmullo de la brisa que parecía reinar en aquel paraje encerrado entre enormes paredes de roca y vegetación, un asentamiento que literalmente era un paraíso para los habitantes que se habían decidido a vivir allí hacía más de algunos siglos (si las historias que había escuchado antes de llegar resultaban ser ciertas). En todo caso, el camino cubierto de hojas y la alfombra de césped verde que lo cubría en primera instancia solo aumentaba el poder de la invitación del viento para quedarse dormidos…ante eso resoplé mientras observaba como el anciano doblaba a la derecha y se dirigía a un callejón natural formado por dos enormes riscos posicionados uno delante del otro. Pasando por aquel camino donde el césped terminaba y comenzaba un trayecto un poco más accidentado, pude darme cuenta que lo que se venía era un…

...camino para escalar? pregunté de pronto con un sobresalto algo exagerado, porque sinceramente no me animaba tener que ir a escalar de nuevo si una vez me había librado de ellos al llegar a aquel valle perdido.

Tranquilo enano, tan solo nos llegaremos a un punto intermedio para que compruebes lo que quiero decir…ese lugar también te servirá para que aprendas lo básico…y si se da, entonces te daré lo que buscas. respondió el viejo con una sonrisa socarrona en el rostro, ajustándose el monóculo con la mano libre y retomando el paso con una seguridad que normalmente no se veía en una persona de su edad.

Así que es usted quien tiene e-

Exactamente...ju!...justamente estaba esperando a alguien que tuviera la capacidad para usar ese pequeño objeto, y si se demuestra lo que quiero ver contigo, pues bien…te lo daré. explicó el anciano, interrumpiéndome por quien sabía cuanta vez en lo que iba de día.

Usted dirá, anciano. finalicé, mientras continuábamos por aquel camino atestado de rocas y guijarros, ascendiendo más y más.

Ahora que el viejo había terminado de dar su lección y en cuanto yo hubiera descubierto (en parte) la manera en que poder cumplir lo que me pedía…llegaba la hora de la cena? Aparentemente sí. Iniciando la marcha de nuevo hacia el pueblo que estaba ubicado en las orillas del lago, resoplé y noté como el cansancio empezaba a dominarme poco a poco, por lo visto me había forzado más de la cuenta y necesitaba urgentemente un descanso. Pero por lo menos me quedaba claro que eso ya se vendría así que tan solo tendría que seguir caminando un poco más. Los minutos pasaron y así finalmente el viejo y yo nos encontrábamos de nuevo frente a su cabaña, a la cual me invitó a pasar con un además algo desinteresado. Ahora que sabía que no me sorprenderían de una manera algo “abrupta” pude detallar más en el interior del lugar: con objetos distribuidos simétricamente a través de una sala algo oscura, las mesitas y los taburetes estaban cuidados pero evidentemente eran antiguos, al menos para los estándares que se manejaban en el presente.

Bien enano...alguna idea sobre que podemos comer? preguntó el anciano mientras se sentaba en la silla más alta de todas las que se encontraban en la estancia, mientras dejaba el bastón de un lado para arreglarse el monóculo poco después.

Eh...? Comp voy a saber que es lo que tiene disponible? No soy adivino. respondí con una ceja levantada mientras me sentaba en otra silla que contraria a la del anciano, era más “temblorosa” y parecía que se iba a caer en cualquier momento, ni hablar del ligero y casi imperceptible chirrido que profería segundo a segundo.

Es que alguien tiene que ir a buscar la comida allá abajo, y siempre viene un mensajero cada cuanto a preguntar que es lo que quiero…y como tu eres mi invitado, pues…elige tu, chiquillo. contestó el viejo con una sonrisa socarrona en la cara, mientras se peinaba el bigote.

Ok...que tal...jabalí? dije finalmente con algo de reticencia...ni siquiera estaba seguro de que el viejo comiera carne...y menos de semejante animal que era un tanto difícil de cazar.

Buena elección. respondió el viejo, sorprendiéndome mientras se levantaba con pereza y se rascaba una de las orejas, llegando hasta la puerta de entrada y pegando un grito, llamando a un mensajero que pasaba cerca y así encargar la cena del día…al menos no tendría que matarme buscando algo que engullir, por los momentos al menos.

Después de un almuerzo bastante merecido y de una ronda de conversaciones por demás interesantes, ya me encontraba más que listo para partir del pueblo pasados unos cuantos días entre un pueblo lleno de gente más que ansiosa de recibir a nuevos habitantes…incluso cuando hubiera ido buscando un artefacto legendario por lo visto no había ni pista de aquella cosa, pero realmente eso no me importaba demasiado, había aprendido una que otra cosa que resultaba ser mucho más interesante…eso sin contar que por supuesto, había empezado a dominar aquella habilidad particular de la que no tenía mucha consciencia sino hasta que el mismo anciano lo había señalado un tiempo atrás. Ahora que el mediodía había empezado y que ya me había preparado para partir en dirección a algún nuevo territorio sin explorar, me dirigí hacia la puerta de la cabaña del anciano mientras me despedía con un movimiento de cabeza y un gesto de la mano derecha.

Gracias por todo anciano…fueron unas lecciones bastante útiles, aún si no encontré aquella cosa por la que vine en primer lugar. dije con voz alegre, mientras me aseguraba como ya era común de que todo estuviera en su sitio.

Si, supongo…aunque la verdad es que- de pronto el anciano metió su mano en una bolsa para sacar un paquete envuelto en un paño viejo y marrón que me lanzó directamente, tras lo cual pude atraparlo sin demasiada dificultad. -no es mucho, pero eso era lo que estabas buscando. Créeme…las leyendas están muy exageradas pero supongo que a estas alturas de la vida, las cosas no son lo que parecen… concluyó el anciano sin darle mayor importancia al evento, mientras se disponía a negar con su dedo índice derecho para indicarle al chiquillo algo de forma rápida. Por cierto, no podrás venderlo…no tiene ningún valor monetario y es imposible de identificar como algo mítico, así que simplemente vendría a ser un recuerdo que te doy como premio a ser un pequeño alumno muy perspicaz…jujuju.

Eh? Seguro? pregunté mientras le daba una vuelta rápida al paquete y notaba lo ligero que se sentía…realmente, no se veía que fuera algún tipo de arma capaz de matar seres sobrenaturales tal cual se les describía en varias leyendas. Supongo que debo darle las gracias anciano.

No hay de que, si ya te dije que es un regalo de maestro a alumno, o al menos eso se puede suponer. Sea como sea enano, mejor vas marchándote…quiero irme a dormir. completó el viejo, mientras se acomodaba el monóculo y bostezaba con ligereza.

Ok ok...entendido, así que supongo que esta es la despedida…adiós anciano, cuidado con la espalda!

Sí sí sí…

Sin más que agregar, simplemente salí de la cabaña para dirigirme a la salida del pueblo y de allí, investigar en otro lado una leyenda que me había llamado un tanto la atención…pero primero lo primero, debía ir a atender un pequeñísimo asunto que me tenía algo intrigado. Así que simplemente, continué mi camino en dirección sur con respecto al pequeño pueblo oculto entre las montañas.