Conectarse
User del Mes
Mapycozo
El gran ilusionista
El gran ilusionista
¡Prepárense para vivir las vacaciones en la playa!
Próximamente...
Últimos temas
Ganador de la 1º Era
Eras del Mundo
Deathless Love +18
Magical Hope
Damned Worlds
Vit Astrale
Digital Pocket
La cancion de Eventyr
Ilvermorny School
Fate/Requiem
Fate/Light of Extinction
Nine Beast, One Symbol
Neoarghia +18
Little Fears
Maison Du Solei >>Cocina<<
2 participantes
Página 1 de 1.
Maison Du Solei >>Cocina<<
Lestat echando su caderas hacia el frente y de costado, era así como abría la puerta de la cosían, estaba impecable por lo que trató de no hacer tanto desorden, adentrándose con la charola de plata sostenida con ambas manos, el caballero se dirigió a lo que era una especie de lavadero un poco rustico, arqueando sus cejas este puso los trastes sucios y antes de comenzar a lavar se desvió hacia la mesa, donde una canastilla de frutas yacía, su estomago sutilmente rujia por el hambre que le envolvía sus entrañas, por lo que con mesura tomó una de aquellas jugosas y enormes manzanas rojas. Mordió la frutilla y así deglutió aquella dulce y sano alimento, sus labios se enrojecieron por el néctar que le manchaba, humectando al igual la resequedad de sus comisuras. Lestat perdió aproximadamente cinco minutos en terminar de comer aquel fruto, dejando el centro en la mesa parada que tras el paso de la brisa lo oxido hasta dejarlo de colores ámbar. El general romano suspiró y se dio media vuelta dirigiéndose al lavadero, buscando las sustancia jabonosas para limpiar los trastes, encontrándolas y con un estropajo producto de una vaina de un extraño árbol, lánguidamente restregó lo objetos de comida mientras silbaba y esperaba a la llegada de Larissa y así desayunar con ella antes de retirarse a comprar los adornos de su venidera boda.
Lestat- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Lingua infernum (1350)
Defensa : Mirror Ignis
Cantidad de envíos : 126
Re: Maison Du Solei >>Cocina<<
Larissa llegó a la cocina muy contenta, había que ver la alegría en su rostro al poder ver a su querido esposo en ese lugar haciendo las tareas que eran de concernencia de ella, pero tenía que admitir que se sentía bien que su hombre hiciera algunas cosas por ella, por lo que sólo sonrió al ver a su marido limpiando los trastes y con una ternura que sólo tenía para él abrazó a Lestat por la cintura, no sin antes dejar la túnica de su marido sobre la mesa para no mojarla con el agua del lavadero donde tan graciosamente su prometido lavaba los platos.
-Buenos días querido, espero no te haya hecho mucha falta mi mano milagrosa para los oficios domésticos.- Una vez dicho esto Larissa acercó sus labios al oído del general rubio y le dio un beso cerca del mismo.
-Me he puesto el vestido rojo que me has sugerido, espero te guste como queda, porque me hace mucha ilusión que te guste la manera en la luzco todos los días, la verdad para mí el estar a tu lado es como vivir en un sueño hermoso concedido por Morpheo, un sueño del que jamás despertaría.
Una vez dicho esto Larissa se movió de su sitio y empezó a tomar los platos que los sirvientes habían acomodado en un anaquel, una vez que sacó los que necesitaba pasó un trapo mojado por encima de los mismos para que cualquier residuo de polvo se viera borrado del mismo, luego de unos segundos terminó su labor y tomó una botella de vino y sacó unas copas, a las cuales también sometió al mismo procedimiento que los platos y pensando en qué iban a tomar de desayuno dijo con voz sonora:
-Y qué desea desayunar mi futuro esposo? Algo especial que desee que le prepare?
Larissa- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Anima sola (1650)
Defensa :
Canzone d'amore nuovo
Cantidad de envíos : 123
Re: Maison Du Solei >>Cocina<<
Lestat permanecía sumido en su labor de limpieza ligeramente movía la cabeza para hacer compás con sus silbidos, estaba en verdad contento y extasiado por haber encontrado una mujer tan hermosa y perfecta como lo era Larissa. Sus manos jabonosas estaban y un tanto húmedas mas para el eso no le importaba, al contrario lo serenaban. Le encantaba estar de esa manera emocional, ya que le hacia olvidar sus traumas de guerra.
Tan atento estaba en lavar los trastes que no sintió la presencia de su prometida hasta que esta le abrazó por la cintura causando que Lestat dieta un sobre salto y tirara algunos trastos, sonrojado ladeaba su rostro hacia la izquierda y con mesura escuchó las palabras de su novia, a lo que simplemente contestó:
-Buenos días mi vida… no querida prefiero rasparme yo mis manos toscas que dejar que te dañes tan hermosa piel.
Dicho eso Lestat guardó silencio al sentir el beso de su dama en su oreja, generando que este se estremeciera por un ligero escalofrió de placer que le envolvió efímeramente su ser, aumentando más su sonrojeó en su bronceada tez. Tragando saliva el general romano escuchó las palabras de Larissa con respecto a su aspecto físico, a lo que contesto después de que ella se alejó para limpiar algunos trastes sacados de un anaquel:
-Larissa mi niña… no me importa como te vista para mi eso lo tengo en segundo plano. Me enamoro de ti a cada segundo no por tus ropas si no por tu perfecta forma de ser, fragancia, piel, sonrisa, tan tiernos ojos… por todo los Dioses todo de ti no lo que llevas puesto, aunque debo aclarar que te ves muy sensual con ese vestido rojo, me hace nacer miles de ideas en mi cabeza…ejejeje.
Después de eso Lestat suspiró y dejó de lavar los trastes para así repasar sus manos sobre la toalla y así secar la humedad de estas. Surcando una sonrisa y dirigiendo su mirada hacia la silueta curvilínea de Larissa, quien se movía muy erótica según para el al momento de que ella generaba fuerzas al pasar el lienzo sobre los trastes. Tragando saliva el joven romano rubio camino hasta donde estaba su mujer, quien cuestionaba cual seria el deseo de comer para el hombre, llegando a estar repegado a la silueta de Larissa, el general romano colocó sus manos sobre sus caderas anchas, bajó su postura y así comenzó a besar el hombro derecho de su prometida, pasando hasta su cuello y llegando a su oreja. Soltando un ligero soplo de su hálito le susurró de una manera incitadora:
-No se linda, lo que sea, algo ligero… que no quite tanto tiempo pues hoy será un día muy pesado para nosotros, además pretendía llevarte a comer en algún lado del mercado romano… Aunque tengo habré pero no de alimentos, si no de ti (pegando más su cadera al cuerpo de Larissa) me excita verte vertida de esa manera, me prendes al grado de apetecer arrancarte las prendas, que hermosas estas mi mujer.
Suspirando y besando el cuello de Larissa este alzaba sus manos y así las posaba en los hombros de la dama. Echar su cintura hacia atrás como pudo giró el cuerpo de su prometida, teniéndola frente a frente el caballero romano la jalo hacia a el para atraparla en un abrazo y siguiendo besando su cuello, descendió sus manos al grado de llegar a su glúteos carnosos los cuales apretujo y con leve fuerza la levanto, para sentarla en la barra, abrirlas ligeramente de piernas, colocó sus extremidades en cada costado mientras recargaba su cabeza sobre el firme pecho de su mujer, suspirando aquel musitó:
-Larissa, quédate conmigo toda una vida por favor…”Te amo” sin ti no se que hacer, te prometo que nada te faltara y que nunca cambiara mis sentimientos locos y un tanto exagerados hacia a ti… te lo juro siempre serás la única que tendré en mi corazón… claro que si me das una niña como hija ya serian dos, ejeje…
Levantándose de la comodidad del pecho de Larissa, surcando una sonrisa y ladeando su rostro aquel le beso sus gruesos labios color carmín con gran pasión, para así separase de ella, sonreírle y decirle:
-“Te amo”… ufff, bueno, bueno mejor apago mis locos deseos carnales ya habrá tiempo pare eso, además no quiero hostigarte cariño y que te hagas locas ideas de que tan sólo eso deseo de ti… es que no se me hechizantes mujer y no puedo quitarme la idea de tenerte todo el día conmigo… es mejor que me cambie y te deje en tu cocina mi mujer para que así nos vayamos al mercado romano.
Dándose media vuelta sin recato alguno se despojó de la toalla, la cual dobló poniéndola por un lado de la barra. Caminando desnudo hasta el quicio derecho de la mesa tomaba la toga blanca que su mujer le había llevado y así sin mas ni menos se la puso para cubrir su pudor, dando otra vez media vuelta y llegando hasta donde Larissa permanecía sentada un poco desalineada, el caballero rubio extendió su diestra y así la ofreció a su prometida para poderla bajar de la barra:
-Me permite señorita.
Tan atento estaba en lavar los trastes que no sintió la presencia de su prometida hasta que esta le abrazó por la cintura causando que Lestat dieta un sobre salto y tirara algunos trastos, sonrojado ladeaba su rostro hacia la izquierda y con mesura escuchó las palabras de su novia, a lo que simplemente contestó:
-Buenos días mi vida… no querida prefiero rasparme yo mis manos toscas que dejar que te dañes tan hermosa piel.
Dicho eso Lestat guardó silencio al sentir el beso de su dama en su oreja, generando que este se estremeciera por un ligero escalofrió de placer que le envolvió efímeramente su ser, aumentando más su sonrojeó en su bronceada tez. Tragando saliva el general romano escuchó las palabras de Larissa con respecto a su aspecto físico, a lo que contesto después de que ella se alejó para limpiar algunos trastes sacados de un anaquel:
-Larissa mi niña… no me importa como te vista para mi eso lo tengo en segundo plano. Me enamoro de ti a cada segundo no por tus ropas si no por tu perfecta forma de ser, fragancia, piel, sonrisa, tan tiernos ojos… por todo los Dioses todo de ti no lo que llevas puesto, aunque debo aclarar que te ves muy sensual con ese vestido rojo, me hace nacer miles de ideas en mi cabeza…ejejeje.
Después de eso Lestat suspiró y dejó de lavar los trastes para así repasar sus manos sobre la toalla y así secar la humedad de estas. Surcando una sonrisa y dirigiendo su mirada hacia la silueta curvilínea de Larissa, quien se movía muy erótica según para el al momento de que ella generaba fuerzas al pasar el lienzo sobre los trastes. Tragando saliva el joven romano rubio camino hasta donde estaba su mujer, quien cuestionaba cual seria el deseo de comer para el hombre, llegando a estar repegado a la silueta de Larissa, el general romano colocó sus manos sobre sus caderas anchas, bajó su postura y así comenzó a besar el hombro derecho de su prometida, pasando hasta su cuello y llegando a su oreja. Soltando un ligero soplo de su hálito le susurró de una manera incitadora:
-No se linda, lo que sea, algo ligero… que no quite tanto tiempo pues hoy será un día muy pesado para nosotros, además pretendía llevarte a comer en algún lado del mercado romano… Aunque tengo habré pero no de alimentos, si no de ti (pegando más su cadera al cuerpo de Larissa) me excita verte vertida de esa manera, me prendes al grado de apetecer arrancarte las prendas, que hermosas estas mi mujer.
Suspirando y besando el cuello de Larissa este alzaba sus manos y así las posaba en los hombros de la dama. Echar su cintura hacia atrás como pudo giró el cuerpo de su prometida, teniéndola frente a frente el caballero romano la jalo hacia a el para atraparla en un abrazo y siguiendo besando su cuello, descendió sus manos al grado de llegar a su glúteos carnosos los cuales apretujo y con leve fuerza la levanto, para sentarla en la barra, abrirlas ligeramente de piernas, colocó sus extremidades en cada costado mientras recargaba su cabeza sobre el firme pecho de su mujer, suspirando aquel musitó:
-Larissa, quédate conmigo toda una vida por favor…”Te amo” sin ti no se que hacer, te prometo que nada te faltara y que nunca cambiara mis sentimientos locos y un tanto exagerados hacia a ti… te lo juro siempre serás la única que tendré en mi corazón… claro que si me das una niña como hija ya serian dos, ejeje…
Levantándose de la comodidad del pecho de Larissa, surcando una sonrisa y ladeando su rostro aquel le beso sus gruesos labios color carmín con gran pasión, para así separase de ella, sonreírle y decirle:
-“Te amo”… ufff, bueno, bueno mejor apago mis locos deseos carnales ya habrá tiempo pare eso, además no quiero hostigarte cariño y que te hagas locas ideas de que tan sólo eso deseo de ti… es que no se me hechizantes mujer y no puedo quitarme la idea de tenerte todo el día conmigo… es mejor que me cambie y te deje en tu cocina mi mujer para que así nos vayamos al mercado romano.
Dándose media vuelta sin recato alguno se despojó de la toalla, la cual dobló poniéndola por un lado de la barra. Caminando desnudo hasta el quicio derecho de la mesa tomaba la toga blanca que su mujer le había llevado y así sin mas ni menos se la puso para cubrir su pudor, dando otra vez media vuelta y llegando hasta donde Larissa permanecía sentada un poco desalineada, el caballero rubio extendió su diestra y así la ofreció a su prometida para poderla bajar de la barra:
-Me permite señorita.
Lestat- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Lingua infernum (1350)
Defensa : Mirror Ignis
Cantidad de envíos : 126
Re: Maison Du Solei >>Cocina<<
Larissa se encontraba contenta ejecutando su labor, se complacía al saber que su amado futuro esposo no tenía pensado esclavizarla en la cocina todo el día, aunque ella por otro lado era muy trabajadora y no tenía inconvenientes en atender a ese hombre de piel bronceada y cabello rubio que había robado su corazón con una sola mirada y las más dulces palabras del mundo.
Un rubor nuevo apareció en las mejillas de Larissa cuando escuchó los argumentos de su futuro esposo quien ahora más que nunca expresaba sus deseos indecorosos ante ella, quien obviamente también sentía los mismos por él; por unos segundos dejó de pasar aquel trapo con el que limpiaba los trastes, pues su marido ahora estaba cerca de ella pegando bastante su silueta a la suya haciendo que nuevamente su pasión por ese hombre ardiera como en la sala la noche anterior.
Aquellas manos masculinas nuevamente estaban posadas sobre sus caderas alterando la respiración de la chica de cabellos castaños quien aún no se creía el hecho de que iba a casarse con un hombre tan bueno y amoroso como Lestat; simplemente el la ponía en un estado parecido a un encantamiento, el ver esa sonrisa tan seductora marcada en su rostro la volvía loca y desplazaba todo atisbo de cordura por parte de ella, pero lo que más derrumbaba su muro de racionadalidad era el hecho de que Lestat estuviera pegado a su cuerpo, el sentirlo tan cerca hacía que el mundo desapareciera para ella y que quedaran sólo los dos en ese lugar.
-Bueno Lestat si es así y deseas algo ligero puede ser pn con algo de vino y luego si deseas podemos comer en el mercado romano querido aunque si tienes hambre de otra cosa podríamos quedarnos un rato más en este lugar mi querido general romano..- Larissa sonrió y habló ahora con un tono
bastante sugerente.- La verdad es que con tantos vestidos que hay en buena puedes arrancarme los que desees...
Suspirando la dama de cabellos color avellana sintió los labios de su marido besando su cuello seguido de el toque de las masculinas manos de su futuro esposo sobre sus hombros, luego en un movimiento algo brusco su futuro esposo logró echar su cintura hacia atrás y le giró el cuerpo para tenerla frente a frente y atraparla en un abrazo mientras continuaba besando su cuello, lentamente su futuro esposo descendió sus manos para llegar a sus glúteos apretujarlos con algo de fuerza, para luego levantarla y sentarla en la barra, mientras Larissa se ocupaba de acariciar la espalda desnuda de suamante supirando por cada beso de su general.
En un acto atrevido el general romano procedió a abrir ligeramente las piernas de su futura esposa y recostar su cabeza en los pechos de Larissa quien sólo le acariciaba los cabellos mientras lo miraba con ternura, escuchando lo que decía su marido.
-Claro que me quedaré contigo y todos los días buscaré la forma de hacerte feliz mi querido Lestat, yo te amo mucho y no me imagino la existencia sin tí, no tienes que prometerme nada porque todo lo que me das, lo haces sin decirme nada anticipado, esa es la forma espontánea de tu amor, y descuida que no sentiré jamás celos de que llegaras a amar de forma tan
sublime a la hija que algún día te daré, puesto que es así omo tiene que ser.
Luego de decir esto, Larissa observó a su futuro marido separarse de ella y sonreírle para darle otro beso apasionado, luego de decir otras cosas lindas para ella se dio media vuelta para despojarse de la toalla que cubría su desnudez y tomar la túnica blanca, una vez que se la puso para cubrir su perfecta silueta masculina se acercó a ella sonriendo y le extendió la mano para invitarla a bajar.
-Todo lo que quieras te permitiría todos los días del año cariño mío...-
Una vez dicho esto Larissa tomó la mano de su futuro esposo y bajó para recargarse en el hombro de su futuro marido y luego de unos segundos volverlo a besar con pasión.
Larissa- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Anima sola (1650)
Defensa :
Canzone d'amore nuovo
Cantidad de envíos : 123
Re: Maison Du Solei >>Cocina<<
Lestat se sonrojo por lo último que Larissa decía pero lo olvido cuando esta tomaba su mano y bajaba con mesura de la barra para recargarse en el hombro del general romano. Soltando un suspiro dirigió su mirada a los labios de su dama deseando en ese momento quererla besar y no tardo en cumplirse su deseó sólo que era ella la que tomaba la iniciativa. Amabas bocas se fusionaban mientras que las lenguas carnosas luchaban de una manera un tanto lujuriosa, ligeros sonidos de espasmos para tomar aire y no morir entre el eso se escuchaban.
Lestat dejaba suelitos ligeros sonidos de gusto mientras se aferraba a tocar las caderas de su dama relegándola a su cuerpo y siguiendo aquella hermosa sincronía de tan sólo un beso. Sus ojos estaban cerrados y su temperatura aumentaba hasta excitarlo reflejándolo en el cambio brusco del movimiento de su boca, antes lenta ahora se abría exagerada.
-Larissa… ahsss, ahssss… te amo.
Dicho eso el caballero la abrazaba para así alzarla y cargarla dando unos cuantos paso al frente quedando en medio de la barra y la mesa; este separaba su boca de Larissa le sonreía y así giraba con ella cargándola, en un mismo lugar haciendo que el vestido de su prometida se ondea como su hermoso cabellos sedoso. Los segundos pasaron y este por fin se detuvo bajándola hasta que sus hermosos pies desnudos tocaban el suelo de la cocina, separándose de ella suspiraba y decía:
-Prefiero guarda recato será demasiado difícil… pero presiento que en esta noche no podré aguantar más y te lo haré de una manera tan salvaje y complaciente…
Lestat tomaba el mentón de su dama con su mano diestra y así daba un paso al frente para quedar una vez mas repegado a ella sujetando su cadera con la izquierda, la jalaba para que se pegara a la suya y así besándola una vez más, le susurró:
-Tomemos Pan y vino mi linda princesa para que apague mis deseos hacia a ti, ese vestido esta hermoso y seria una pena que lo estropeará, además la cocina esta limpia y por desgracia la mesa yace ocupada… no me hagas caso mujer desayunemos y veámonos a los establos de nuestra casa… ¿o que es lo que quieres que yo haga para ti mi amor?
Lestat dejaba suelitos ligeros sonidos de gusto mientras se aferraba a tocar las caderas de su dama relegándola a su cuerpo y siguiendo aquella hermosa sincronía de tan sólo un beso. Sus ojos estaban cerrados y su temperatura aumentaba hasta excitarlo reflejándolo en el cambio brusco del movimiento de su boca, antes lenta ahora se abría exagerada.
-Larissa… ahsss, ahssss… te amo.
Dicho eso el caballero la abrazaba para así alzarla y cargarla dando unos cuantos paso al frente quedando en medio de la barra y la mesa; este separaba su boca de Larissa le sonreía y así giraba con ella cargándola, en un mismo lugar haciendo que el vestido de su prometida se ondea como su hermoso cabellos sedoso. Los segundos pasaron y este por fin se detuvo bajándola hasta que sus hermosos pies desnudos tocaban el suelo de la cocina, separándose de ella suspiraba y decía:
-Prefiero guarda recato será demasiado difícil… pero presiento que en esta noche no podré aguantar más y te lo haré de una manera tan salvaje y complaciente…
Lestat tomaba el mentón de su dama con su mano diestra y así daba un paso al frente para quedar una vez mas repegado a ella sujetando su cadera con la izquierda, la jalaba para que se pegara a la suya y así besándola una vez más, le susurró:
-Tomemos Pan y vino mi linda princesa para que apague mis deseos hacia a ti, ese vestido esta hermoso y seria una pena que lo estropeará, además la cocina esta limpia y por desgracia la mesa yace ocupada… no me hagas caso mujer desayunemos y veámonos a los establos de nuestra casa… ¿o que es lo que quieres que yo haga para ti mi amor?
Lestat- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Lingua infernum (1350)
Defensa : Mirror Ignis
Cantidad de envíos : 126
Re: Maison Du Solei >>Cocina<<
Nuevamente Larissa puso a su futuro esposo en un estado muy parecido al embeleso, era como si el sólo tacto de su piel desatara en el rubio las más fuertes pasiones hacia ella, sus labios se fundieron en un beso apasionado y nuevamente sus lenguas se juntaron en una danza lujuriosa acompañada del paso de las manos del general romano sobre las caderas la chica de cabellos castaños, una vez que se separon para tomar aliento su futuro esposo nuevamente la tomó y la subió a la barra de la mesa para seguir con tal acto de pasión, pero de pronto el se detuvo, porque ciertamente no era el momento para que ellos estuvieran haciendo eso.
-Está bien querido estaré esperando con ansias ese momento entonces, por ahora tenemos que tomar pan y vino, desayuna conmigo porque me sentiría sola si me dejas en este lugar y te vas al establo.- Una vez dicho esto Larissa se puso de pie y tomó algo de vino lo sirvió en una copa y se la dio a su prometido, lueto tomó otra copa la llenó y bebió su contenido, luego de unos segundos tomó pan y también lo llevó hacia Lestat para apoyarse luego en la pared y mirar hacia la ventana que estaba detrás de la silueta de su amado.
-La verdad que hoy será un día estupendo, ojalá todo nos salga hermoso y tal como lo hemos planeado mi querido prometido.- Larissa sonrió cuando dijo esto último y luego y siguió en su sitio sin moverse.
Larissa- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Anima sola (1650)
Defensa :
Canzone d'amore nuovo
Cantidad de envíos : 123
Re: Maison Du Solei >>Cocina<<
Lestat calmaba su respiración mientras que en cautela escuchaba las palabras de su prometida y con gran admiración no despegaba su vista de su sensual silueta. La joven de cabellos castaños vertía en una de las copas el elixir carmín y asimismo se la daba al general, quien con una sonrisa le aceptaba y daba las gracias para así beberle lentamente, después Larissa ofrecía pan y sin nada más que hacer se recargaba desviando su mirada a la ventana que se mantenía a un lado del romano, este con tranquilidad desayunó y dejó que su amada mujer hablara, al culmino de sus palabras Lestat suspiró y dio media vuelta para recargar su espalda en la barra y clavar su mirada al rostro de la damisela, con una sonrisa tierna aquel decía:
-Yo espero lo mismo, pero no importa si la celebración sea chica con el sólo hecho de saber que tu estarás conmigo eternamente como esposa y compañera, eso hace que mis piernas tiemblen y una emoción indescriptible brote generando que me vuelva un poco torpe en mis acciones en este día.
Suspirando el caballero se acercó hacia donde Larissa yacía recargando su hermoso cuerpo y con una dulzura atrapaba a la dama en un abrazo mientras le susurraba:
-Larissa mi vida, como agradezco aquella tarde en donde tropezamos y caminamos juntos hablando de un sin fin de cosas… donde me mostraste una mirada tan tierna e inocente, que me hizo ver que podía una vez más amar a una persona, gracias por aceptarme mujer, te juro que te amare de la misma manera que lo hago hoy en este instante… (Hincándose frente a ella y besado su mano) Te amo Larissa (abriendo su mano derecha mostraba un anillo de plata de censillo porte que colocaba sobre su dedo índice de la mano izquierda, besando una vez más su mano, aquel decía) Cuando hoy te vea la gente en las calles de la gloriosa Roma sabrán que mi novia eres tu y comprometidos estamos… este anillo tan sólo durara unas cuantas horas ya que en la noche cambiara por uno de oro amor… espero y no te molestes es el mismo que ocupe cuando con mi antigua esposa, pero es que todo fue tan repentino, te juro que el de oro y el vestido de novia será nuevo, exclusivo para ti… espero y no te ofendas amor de verdad lo hago con propósitos sinceros no de intriga y celos… créeme por favor, preferí decirte la verdad que ocultártelo.
Dicho eso se levanto y así besó su frente para después suspirar y decirle una ultima vez:
-Me adelanto para ir a ver el cochero para que arregle el carruaje y al velador para que llame a los sirvientes que pueda encontrar y así comiencen a arreglar la villa para la boda, con su permiso mi señorita.
Acto seguido dio media vuelta y salió de la cocina para adelantarse a los establos de la mansión del sol.
-Yo espero lo mismo, pero no importa si la celebración sea chica con el sólo hecho de saber que tu estarás conmigo eternamente como esposa y compañera, eso hace que mis piernas tiemblen y una emoción indescriptible brote generando que me vuelva un poco torpe en mis acciones en este día.
Suspirando el caballero se acercó hacia donde Larissa yacía recargando su hermoso cuerpo y con una dulzura atrapaba a la dama en un abrazo mientras le susurraba:
-Larissa mi vida, como agradezco aquella tarde en donde tropezamos y caminamos juntos hablando de un sin fin de cosas… donde me mostraste una mirada tan tierna e inocente, que me hizo ver que podía una vez más amar a una persona, gracias por aceptarme mujer, te juro que te amare de la misma manera que lo hago hoy en este instante… (Hincándose frente a ella y besado su mano) Te amo Larissa (abriendo su mano derecha mostraba un anillo de plata de censillo porte que colocaba sobre su dedo índice de la mano izquierda, besando una vez más su mano, aquel decía) Cuando hoy te vea la gente en las calles de la gloriosa Roma sabrán que mi novia eres tu y comprometidos estamos… este anillo tan sólo durara unas cuantas horas ya que en la noche cambiara por uno de oro amor… espero y no te molestes es el mismo que ocupe cuando con mi antigua esposa, pero es que todo fue tan repentino, te juro que el de oro y el vestido de novia será nuevo, exclusivo para ti… espero y no te ofendas amor de verdad lo hago con propósitos sinceros no de intriga y celos… créeme por favor, preferí decirte la verdad que ocultártelo.
Dicho eso se levanto y así besó su frente para después suspirar y decirle una ultima vez:
-Me adelanto para ir a ver el cochero para que arregle el carruaje y al velador para que llame a los sirvientes que pueda encontrar y así comiencen a arreglar la villa para la boda, con su permiso mi señorita.
Acto seguido dio media vuelta y salió de la cocina para adelantarse a los establos de la mansión del sol.
Lestat- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Lingua infernum (1350)
Defensa : Mirror Ignis
Cantidad de envíos : 126
Re: Maison Du Solei >>Cocina<<
Una vez más Larissa no puedo evitar sentirse abrumada y contenta de ver que su futuro esposo seguía adelante con el asunto de casarse y que no era cuestión de un engaño de sus sueños como ella tanto temía y deseaba que no fuera así; varios segundos pasaron y las palabras amorosas no se hicieron esperar de los labios de Lestat quien manifestaba todo su amor y le expresaba su deseo de poder estar con ella para siempre, cosa que ella también deseaba con todo su corazón; no pudiendo contener tanta alegría Larissa le dio un beso apasionado a su prometido y le sonrió para luego seguir recostada en aquella pared solo mirando la silueta de su futuro esposo.
Un suspiro se escuchó en la cocina por parte del hombre que estaba al lado de lla mujer de cabellos castaños y ojos color avellana, un abrazo con profundo cariño fue lo que aprisionó la cintura de la futurua esposa del general quien no podía sentirse más feliz al saber todo lo que su amante novio tenía para decirle a ella.
-Yo también agradezco haber podido encontrarme contigo, ese día que apenas fue ayer me hiciste la mujer más feliz del mundo, esa preocupación tuya por mí, ese amor y ese cariño que aunque repentino es bastante fuerte, te amo con todas las fuerzas de mi corazón, no hay fuerza en el mundo que me haga cambiar de parecer, soy tuya por toda la eternidad.
Una vez que hubo dicho esto Larissa suspiró y abrió sus ojos de par en par al descubrir que con el accionar que tomaba Lestat accionar que sólo se toma con los dioses el mostraba en su mano un anillo que puso en su dedo anular izquierdo para dejar en constancia que eran prometidos, luego dijo muchas cosas acerca del anillo de bodas y el vestido, pero Larissa no tomó eso cuenta estaba aún concentrada pensando en la alegría que iba a sentir de poder casarse ese mismo día que sólo atinó a asentir con su cabeza cuando su amado dijo que la esperaría en los establos.
Larissa- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Anima sola (1650)
Defensa :
Canzone d'amore nuovo
Cantidad de envíos : 123
Temas similares
» Maison Du Solei >> Establos <<
» Maison Du Solei >>Sala<<
» Maison Du Solei >>Pasillos<<
» Maison Du Solei >>Habitación de Lestat<<
» Cocina Social
» Maison Du Solei >>Sala<<
» Maison Du Solei >>Pasillos<<
» Maison Du Solei >>Habitación de Lestat<<
» Cocina Social
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Nov 18, 2024 2:26 pm por Nathaniel
» Magical Hope {Afiliación élite}
Miér Jul 17, 2019 2:41 am por Invitado
» Hantā no Odessei {Afiliación Elite}
Mar Jul 16, 2019 9:20 pm por Invitado
» Busquedas de Rol
Lun Jul 08, 2019 7:11 pm por MapyCozo
» Ficha de Entrenamiento de Alderion De tauro
Jue Jul 04, 2019 12:31 pm por Alderion
» Ficha de entrenamiento de Virgil Juez de Griffo
Miér Jul 03, 2019 1:23 pm por Sasha
» Petición Caballeros de Athena
Miér Jul 03, 2019 1:16 pm por Sasha
» [Reino de Poseidón - Alta] La Manzana Dorada
Dom Jun 30, 2019 10:24 pm por Boreas