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Maison Du Solei >>Sala<<
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Maison Du Solei >>Sala<<
Después de un buen rato de estar desapartado de Larissa, aquel se sentía un poco vacio, pero es que pena tenia en confrontarla después de la santa metida de pata que había hecho con su estúpido intento de cortejo, después de un buen rato de suspirar y tratar de pensar que haría mañana con ella, aquel se detuvo pues frente a el su mansión se alzaba, todas oscura y solitaria, solo pequeñas luces de vela que lentamente se ahogaba en al parafina, se veían entre los pequeños cuartos, aquel sonrió y susurro:
-Al fin en casa, que bueno.
Dando media vuelta aquel le dijo a Larissa, con un tono de miedo por un resultado negativo:
-Señorita me adelanto yo, para poder iluminar los pasillos y usted no se vaya a tropezar y caer, los líndales de mi casa son todos unos traicioneros, jeje, usted esperen aquí por favor, tan solo un momento.
Posteriormente de eso Lestat le dio el canasto a la mujer y salió corriendo para así acondicionar perfectamente la casa, arreglando los candelabros y cambiando las velas, para que l señorita al entrar no se cayera, al ver que por in ya había acabado todo lo necesario para que Larissa entra como si nada, el generala de cortos y rubios cabellos, salió ala entrada, tomando con gran entusiasmó la mano de la doncella y así jalándola para que caminara a su lado adentrándose por fin en su hogar.
Pasando a la sala de eventos, el joven le soltó, caminando por delante de ella, par así recargándose en una de las columnas de su fogata el joven se quitara su capucha a y la colgara a un lado de el, y así mostrando su límpidas prendas, este sonriera y digiera:
Bueno señorita con gusto le ayudo en lo que usted quiera, en la preparación de alimentos no soy muy bueno, pero si en poner acondicionado el lugar donde se llevara a cabo tal evento, no se usted solo diga que es lo que quiere que yo haga y sin refutar yo le obedeceré mi bella dama.
Inmediatamente de eso el joven se quedo cayado, mirando de lejos la silueta de la señorita esperando con gran impaciencia a que le ordenara lo que el tenía que hacer.
-Al fin en casa, que bueno.
Dando media vuelta aquel le dijo a Larissa, con un tono de miedo por un resultado negativo:
-Señorita me adelanto yo, para poder iluminar los pasillos y usted no se vaya a tropezar y caer, los líndales de mi casa son todos unos traicioneros, jeje, usted esperen aquí por favor, tan solo un momento.
Posteriormente de eso Lestat le dio el canasto a la mujer y salió corriendo para así acondicionar perfectamente la casa, arreglando los candelabros y cambiando las velas, para que l señorita al entrar no se cayera, al ver que por in ya había acabado todo lo necesario para que Larissa entra como si nada, el generala de cortos y rubios cabellos, salió ala entrada, tomando con gran entusiasmó la mano de la doncella y así jalándola para que caminara a su lado adentrándose por fin en su hogar.
Pasando a la sala de eventos, el joven le soltó, caminando por delante de ella, par así recargándose en una de las columnas de su fogata el joven se quitara su capucha a y la colgara a un lado de el, y así mostrando su límpidas prendas, este sonriera y digiera:
Bueno señorita con gusto le ayudo en lo que usted quiera, en la preparación de alimentos no soy muy bueno, pero si en poner acondicionado el lugar donde se llevara a cabo tal evento, no se usted solo diga que es lo que quiere que yo haga y sin refutar yo le obedeceré mi bella dama.
Inmediatamente de eso el joven se quedo cayado, mirando de lejos la silueta de la señorita esperando con gran impaciencia a que le ordenara lo que el tenía que hacer.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
La sorpresa y la abrumación por parte de Larissa no dejaban de aumentar, y es que es hombre estaba siendo muy amable con ella, tanto que le daba la impresión de que el gustaba bastante de ella, cosa que la ponía un poco nerviosa pero igual seguía con su mismo temple de antes.
-Está bien yo espero entonces a que esté iluminado el lugar- Larissa esperó afuera deseando que su señor llegara de una vez porque quería verlo no podía permanecer tanto tiempo lejos de el, porque algo tenía ese hombre que hacía que ella se sintiera bien cuando estaba a su lado, luego de unos minutos de esperarlo el general apareció de entre la oscuridad y la guió hacia la sala de la misma; ahora dentro el cerró la puerta colgó su abrigo y se dirigió hacia ella diciendo que la ayudaría con las cosas de la cocina, cosa que le hizo bastante gracia a Larissa quien no pudo evitar acercarse a el disimuladamente para aspirar el aroma de su perfume con la excusa de que iría a la cocina, una vez estando en la puerta de aquel lugar la joven dijo:
-Bueno pues primero quería saber si uste podria hacerme el favor de encender las velas para que yo pueda pasar a este lugar y así comenzar con la comida, espero no sea mucha molestia.
Larissa sonrió y esperó los movimientos del general mientras en su mente luchaba por no caer en los encantos de ese hombre tan apuesto que le llamaba tanto la atención.
Larissa- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
La joven dama pasaba muy cerca de donde Lestat yacía esperando las ordenes, eso causaba que el joven general nervioso se pusiera aun mas, pues pensaba en su mente en las condiciones en la que ambos estaban envueltos: solos en una habitación y pues con aquella mirada que se cargaba la señorita Larissa, hacia nacer un deseo descontrolado de por lo menos abrazarla en Lestat.
La joven hermosa hablo, asintiendo Lestat con la cabeza como signo de aceptación, la mujer sonrió generando que la vista del caballero se desvira posándola en el suelo…y con un tono nervioso aquel hablara:
-Cof cof (Lestat tosió) Bueno señorita yo pondré las velas, buscare un rico vino y esperare a que usted venga de la cocina, no deseo una comida costosa, algo ligero y rápido de prepara >> pues no la quiero tener ni un segundo lejos de mi<< (dijo entre su mente el caballero) y así para que usted no se canse tanto… además hace daño acostarse con el estomago lleno… jeje.
Después de eso el joven se dio media vuela y comenzó a preparar la mesa, arreglándola levemente, poniendo dos platos de porcelana egipcia, regalo de hace algunos ayeres. Viendo que la señorita Larissa se retiraba rumbo a la cocina, con gran desesperación empezó a busca la jarra de vino, ya teniéndola en la mano el hombre saco dos vasos de metal y los coloco en la mesa…
-Espero y el guste el vino ala señorita, primero lo pruebo mejor yo que tal si esta demasiado pesado para mi dama.
Sirviendo un poco en uno de los vaso de metal aquel alzaba su mano en dirección de su boca, pero un leve mareo generaba que este se echara el vino encima, aquel fruncía su ceño y maldecía en mente, dejando aun lado el pocillo este se repasaba las manos en el pecho, donde la mancha estaba mas visible, todo cabizbajo se rasco la cabeza, pues no le iba dar tiempo de ir a su cuarto y cambiarse con gran apropie, por lo que iluminándole los ojos este se desnudo el tórax, amarrando la tela sucia en su cintura dejando simplemente su falda, mientras que con gran desesperación buscaba un lienzo blanco mas nunca lo encontró, causando su desesperación pues tenia miedo que Larissa se asuntara al verlo casi desnudo entre la sala, por lo que como ultima maniobra se ponía su capa oscura y toda gruesa y aunque tenia mucho calor , este se sentaba a beber mas vino, mientras esperaba a que llegara la señorita, aun así su cuerpo se ponía rojizo por la exagerada temperatura producto de la ostentosa capa.
-Que calor… fufufu…
La joven hermosa hablo, asintiendo Lestat con la cabeza como signo de aceptación, la mujer sonrió generando que la vista del caballero se desvira posándola en el suelo…y con un tono nervioso aquel hablara:
-Cof cof (Lestat tosió) Bueno señorita yo pondré las velas, buscare un rico vino y esperare a que usted venga de la cocina, no deseo una comida costosa, algo ligero y rápido de prepara >> pues no la quiero tener ni un segundo lejos de mi<< (dijo entre su mente el caballero) y así para que usted no se canse tanto… además hace daño acostarse con el estomago lleno… jeje.
Después de eso el joven se dio media vuela y comenzó a preparar la mesa, arreglándola levemente, poniendo dos platos de porcelana egipcia, regalo de hace algunos ayeres. Viendo que la señorita Larissa se retiraba rumbo a la cocina, con gran desesperación empezó a busca la jarra de vino, ya teniéndola en la mano el hombre saco dos vasos de metal y los coloco en la mesa…
-Espero y el guste el vino ala señorita, primero lo pruebo mejor yo que tal si esta demasiado pesado para mi dama.
Sirviendo un poco en uno de los vaso de metal aquel alzaba su mano en dirección de su boca, pero un leve mareo generaba que este se echara el vino encima, aquel fruncía su ceño y maldecía en mente, dejando aun lado el pocillo este se repasaba las manos en el pecho, donde la mancha estaba mas visible, todo cabizbajo se rasco la cabeza, pues no le iba dar tiempo de ir a su cuarto y cambiarse con gran apropie, por lo que iluminándole los ojos este se desnudo el tórax, amarrando la tela sucia en su cintura dejando simplemente su falda, mientras que con gran desesperación buscaba un lienzo blanco mas nunca lo encontró, causando su desesperación pues tenia miedo que Larissa se asuntara al verlo casi desnudo entre la sala, por lo que como ultima maniobra se ponía su capa oscura y toda gruesa y aunque tenia mucho calor , este se sentaba a beber mas vino, mientras esperaba a que llegara la señorita, aun así su cuerpo se ponía rojizo por la exagerada temperatura producto de la ostentosa capa.
-Que calor… fufufu…
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Larissa entró a la cocina mientras pensaba en que quería que el estuvier al lado suyo para sentirse más protegida porque le asustaba la oscuridad y la ponía nerviosa, pero decidió ir a la cocina picar algunas frutas, poner alguna carne que tenía llena de especias y la puso en un cuenco, luego de eso puso las frutas y también llevó unas copas para llevar cada una de estas cosas las llevó una por una con mucho cuidado haciendo más de un viaje; estaba tan entretenida en ese viaje que no se dio cuenta de lo que había pasado con su patrón hasta que tuvo todo listo.
-Señor ¿Qué le paso? - Larissa se acercó bastante asustada para ver a su señor que estaba cubierto con una capa no más, en teoría estaba casi desnudo por lo que ella al final sentía que quedaría mal como sirvienta, tanto que al final la joven de cabellos castaños decidió cumplir con sus labores y decir:
-Señor lamento mucho que esté así, pero no se preocupe yo iré por una camisa nueva para usted le parece? - Larissa en su intento por ir rápidamente a complacer a su patrón se tropezó y cayó encima del joven soldado quien cayó tambié hacia atrás por causa de la gravedad, sintiéndose algo avergonzada, ahora su rostro estaba algo sonrojado, su corazón latía con fuerza y ahora por alguna extraña razón no se podía levantar de ahí.
-Lo lamento mucho- dijo algo avergonzada mientra trataba de levantarse.
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
De un sobresalto Lestat se levantaba viendo que la señorita Larissa se adentraba toda preocupada a la sala, haciendo que su rostro se pusiera mas enrojecido, por la pena que se derrochaba en su ser. La señorita se acercaba a el diciendo que traería ropa nueva a lo que todo nervioso aquel respondía:
-No se preocupe puedo estar cubierto con esta capa, mejor comamos que me muero de hambre… Ahhhaaa
El hombre gritaba pues el descontrol que el tenia, se lo había transmitido a la señorita causando que esta se tropezara y callera sobre el, el cual sucumbía bruscamente en el suelo, la capa salía volando a un costado de el, y con los ojos cerrados aquel decía:
-Auch eso me dolió… ¿esta usted bien señorita?.
Después de eso escuchabas la palabras de Larissa la cual se lamentaba por aquella bochornosa situación, abriendo lentamente los ojos aquel veía a su dama muy cerca de el, causando que este temblara de nervios, pues su cálido y delgado cuerpo lo sentía fácilmente en el suelo, generando una leve excitación a tan exquisita situación.
Aquel como podía tomaba los hombros de la mujer de largos cabellos castaños, levantándola primero para que esta se sentara en el suelo, acto seguido el suspiraba, mientras dejaba que su torso bien definido se iluminara perfectamente con las luces que propiciaba tanto las velas como la misma luna.
Lestat tragaba saliva constantemente, mientras que el silencio los invadía, algo tembloroso este por fin se disponía a hacer algo para distraer los pensamientos que se compensaban formular por su mente, por lo que alzando su mano derecha aquel tomaba el mentón de la dama para así alzar su hermosa cara y sonriéndole aquel le dijo:
-Comamos…
Después de eso se quedo fijo mirando ala señorita perdiéndose entre sus hermosas pupilas, suspirando constantemente y otras veces sonriendo como si fuese un estúpido o algo así.
-No se preocupe puedo estar cubierto con esta capa, mejor comamos que me muero de hambre… Ahhhaaa
El hombre gritaba pues el descontrol que el tenia, se lo había transmitido a la señorita causando que esta se tropezara y callera sobre el, el cual sucumbía bruscamente en el suelo, la capa salía volando a un costado de el, y con los ojos cerrados aquel decía:
-Auch eso me dolió… ¿esta usted bien señorita?.
Después de eso escuchabas la palabras de Larissa la cual se lamentaba por aquella bochornosa situación, abriendo lentamente los ojos aquel veía a su dama muy cerca de el, causando que este temblara de nervios, pues su cálido y delgado cuerpo lo sentía fácilmente en el suelo, generando una leve excitación a tan exquisita situación.
Aquel como podía tomaba los hombros de la mujer de largos cabellos castaños, levantándola primero para que esta se sentara en el suelo, acto seguido el suspiraba, mientras dejaba que su torso bien definido se iluminara perfectamente con las luces que propiciaba tanto las velas como la misma luna.
Lestat tragaba saliva constantemente, mientras que el silencio los invadía, algo tembloroso este por fin se disponía a hacer algo para distraer los pensamientos que se compensaban formular por su mente, por lo que alzando su mano derecha aquel tomaba el mentón de la dama para así alzar su hermosa cara y sonriéndole aquel le dijo:
-Comamos…
Después de eso se quedo fijo mirando ala señorita perdiéndose entre sus hermosas pupilas, suspirando constantemente y otras veces sonriendo como si fuese un estúpido o algo así.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Larissa estaba en una situación bastante incómoda, estaba encima del dorso desnudo del hombre que era su patrón, podía sentir el latir de su corazón estando ahí en esa posición, el sonrojo era bastante notorio pero ovbio por la oscuridad no podria verse tan bien como en el día; el patrón de la sirvienta de cabellos dorados se quejó un poco por golpe pero como siempre le preguntó si ella se encontraba bien.
-Si me encuentro bien señor...- dijo Larissa algo nerviosa y luego de pensar por unos segundos que su patrón era un hombre bastante guapo y tenía el cuerpo digno de un soldado, su torso iluminado por la luna estaba dando al patrón de la chica de cabellos color avellana una apariencia bastante seductora, que hacía que Larissa se sintiera algo nerviosa pues le estaba gustando cada vez más su querido patrón, a pesar la orden que le había dado el general a ella, la sirvienta no pudo evitar incumplirla, no porque quisiera, sino porque pensaba que su patrón estaba enfermo o algo así por la forma en la que la miraba y sostenía su rostro mientras la miraba como si estuviera delirando.
-Se siente bien usted? Creo que por el golpe lo he lastimado un poco, no lo sé, podría ayudarlo a sentarse si usted desea- Larissa se acercó un poco más a su patrón mientras lo miraba con detenimiento, al ser como era, ella no tenía ninguna segunda intención y más que todo ignoraba lo insunuante y sugerente que se veía su accionar, pero su finalidad al estar cerca de el así de esa manera era el deseo de poder determinar por su semblante si de verdad se encontraba bien o estaba mitiéndole y tenía algún proceso febril que estuviera ocultando, para parecer fuerte ante ella.
-Digame qué desea que le traiga primero?- Larissa se puso de pie y se empezó a acercar la mesa pequeña de sala en donde había puesto la comida.
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
El joven de cabellos cortos y dorados despertaba de su imaginación al escuchar la cuestión de Larissa, suspirando y bajando el rostro simplemente surco una sonrisa demostrando su total estúpidas al pensar que la mujer notaria los pequeños sentimiento que habían nacido en el, por lo que en mente se dijo:
-Es obvio que Larissa no se fijaría en mi, a tenido muchas cosas crudas en su pasado y no me ve como un buen hombre si no como un buen simple patrón, por lo que mejor me calmo y mejor dejo esto, así antes de que me descontrole y vaya a espantar a la señorita, además solo quiero que sonría para mi, no es necesario otra cosa.
Después su mirada se posaba en frete notando como Larissa se acercaba de una manera tan seductora a el, generando que esta se pusiera mas nervioso, discretamente veía su hermoso rostro mientras que al mismo tiempo olfateaba su aroma, no pudiendo evitar el relamer sus labios un par de veces, causando que aumentara su excitación deseando en aquel momento aprisionarla en sus brazos y dejar que la situación le guiara en sus venideras acciones, mas nunca lo concreto.
Posteriormente la señorita se retiraba rumbo ala mesa, causando que este suspiraba para liberar que le acongojaba el pecho, una vez mas preguntaba la mujer ahora con el que si deseaba Lestat algo, por lo que algo nervioso simplemente contesto:
-No se preocupé estoy bien lo importante es que usted este bien, un poco de vino y si quiere platiquemos… venga siéntese si desea a mi lado.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Larissa se sentó al lado de su patrón, con una tranquilidad y amabilidad perfectas propias de una sirvienta como ella, empezó a darle las frutas en la boca, uva por uva iba dando de comer a su patrón, luego hizo lo mismo con la carne que había dejado con especias, esperando que el comiera cada una de las cosa que ella le daba, Larissa le acercaba la copa para que bebiera, tal y como una joven lacaya atendería a un rey al cual estaba atada de por vida.
-Le gusta la comida Señor Lestat?- Larissa terminó de darle de comer y observó a su patrón bajo la luz de la luna, estaba llena porque había comido algunas cosas en el mercado, por lo que no estaba deseosa de alimentarse, pero viendo que Lestat había sido tan amable con ella Larissa tuvo que verse en la obligación de comer algo, así que tomó unas cuantas uvas y las comió mientras esperaba la respuesta del patrón a quien parecía gustarle tanto como el a ella, pero la verdad era que no tenía motivos para entusiasmarse con ese hombre porque podría decepcionarse una vez más.
-La casa está bastante sola no? No cree que le dará frío si sigue así?- Larissa dijo esto mientras miraba el rotro perfecto de su patrón y suspiraba mientras pensaba en lo delicioso que sería el pode besar aunque quer solo un poco los labios del mismo, pero no parecía ver a Larissa de ese modo, sino más bien como una sirvienta ala que tenía que proteger por todo lo malo que había pasado, por lo que pensaba que ilusionarse con el sería una tontería muy grande.
-Está bueno el vino?- Larissa se sirvió un poco de vino en una copa y lo bebió despacio mientras pensaba qué hacer o qué decir, se estaba sintiendo incómoda, no le gustaba estar tanto tiempo en silencio.- Señor hace cuanto que usted está así solo en una casa grande como el partenón?
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
La señorita se sentaba aun lado de Lestat, tan amable aquella le comenzaba a dar la comida en la boca, desarmando por completo la fortaleza de aquel hombre, en silencio deglutía aquellos exquisitos alimentos, mientras que veía como apuradamente comía unas cuantas uvas su joven acompañante. Después Larissa cuestionaba si a el le había gustado la comida por lo que simplemente respondió asintiendo positivamente con la cabeza.
Lestat de reojo admiraba a la dama, viendo como su gruesos labios se humedecían por le jugo de la fruta, causando que este tragara saliva constantemente por los nervios que nacían en su ser, ya estaba echo un manojo de nervios mas no lo demostraba, su mente se perdía remarcando tan solo un deseo: un beso; mas sabia que era algo impropio de un caballero robarle a una dama desconocida tal cosa por lo que resistía demasiado en no caer en su bajas pasiones mortales.
Después una nueva cuestión llego por parte de la sirvienta, generando que este de un sobresalto se fuera para el frente, pues al escuchar lo de la solides y frialdad de la casa, su imaginación se disparaba, aquel comenzaba a jugar con sus dedos para distraerse un poco de aquel ambiente.
-Si el vino esta riquísimo (Lestat contesto a la cuestión venidera de Larissa) pruébelo…
La señorita se vertía con tranquilidad vino en una copa para después beberle suavemente, al culminar de humectar su garganta aquella cuestinaba una ultima cosa, generando el ya no poder resistir aquel deseo descontrolado en Lestat, por lo que girando rápidamente su torso al costado donde Larisa yacía sentada, aquel la tomaba de los hombros y la jalaba hacia el, chocando sus narices el uno con el otro, lanzado levemente su aliento por encima de los labios de Larisa, queriendo silenciar su interrogar con un beso profundo mas no lo hizo y simplemente contesto:
-¿Por que me pregunta tantas cosas? ¿por que me ve de esa manera? ¿por que me derrito al ver su ojos tan inocentes? ¿por que deseo en este momento besarla? ¿Larisa acaso esto es malo?
Suspirando Lestat cerraba sus ojos y acto seguido simplemente mordía con sus labios la comisura de los de Larissa probando su exquisita boca, para después separarse abruptamente de ella y bajar su rostro a toro lado, llevándose la diestra a su rostro comenzando a rascar su frente:
-Lo siento me descontrolo por un momento, no se espante soy un buen hombre, discúlpeme Larissa. (suspirando) … si es un poco fría la casa pero me acostumbre… además por alguna extraña razón no tengo frio en esta noche, y pues tiene apenas unos dos mese en que vivo en tan grande lugar… a por cierto muy rica la comida me encanto, si quiere puede usted ya retirarse a descansar no la quiero desvelar.
Lestat de reojo admiraba a la dama, viendo como su gruesos labios se humedecían por le jugo de la fruta, causando que este tragara saliva constantemente por los nervios que nacían en su ser, ya estaba echo un manojo de nervios mas no lo demostraba, su mente se perdía remarcando tan solo un deseo: un beso; mas sabia que era algo impropio de un caballero robarle a una dama desconocida tal cosa por lo que resistía demasiado en no caer en su bajas pasiones mortales.
Después una nueva cuestión llego por parte de la sirvienta, generando que este de un sobresalto se fuera para el frente, pues al escuchar lo de la solides y frialdad de la casa, su imaginación se disparaba, aquel comenzaba a jugar con sus dedos para distraerse un poco de aquel ambiente.
-Si el vino esta riquísimo (Lestat contesto a la cuestión venidera de Larissa) pruébelo…
La señorita se vertía con tranquilidad vino en una copa para después beberle suavemente, al culminar de humectar su garganta aquella cuestinaba una ultima cosa, generando el ya no poder resistir aquel deseo descontrolado en Lestat, por lo que girando rápidamente su torso al costado donde Larisa yacía sentada, aquel la tomaba de los hombros y la jalaba hacia el, chocando sus narices el uno con el otro, lanzado levemente su aliento por encima de los labios de Larisa, queriendo silenciar su interrogar con un beso profundo mas no lo hizo y simplemente contesto:
-¿Por que me pregunta tantas cosas? ¿por que me ve de esa manera? ¿por que me derrito al ver su ojos tan inocentes? ¿por que deseo en este momento besarla? ¿Larisa acaso esto es malo?
Suspirando Lestat cerraba sus ojos y acto seguido simplemente mordía con sus labios la comisura de los de Larissa probando su exquisita boca, para después separarse abruptamente de ella y bajar su rostro a toro lado, llevándose la diestra a su rostro comenzando a rascar su frente:
-Lo siento me descontrolo por un momento, no se espante soy un buen hombre, discúlpeme Larissa. (suspirando) … si es un poco fría la casa pero me acostumbre… además por alguna extraña razón no tengo frio en esta noche, y pues tiene apenas unos dos mese en que vivo en tan grande lugar… a por cierto muy rica la comida me encanto, si quiere puede usted ya retirarse a descansar no la quiero desvelar.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
El corazón de Larissa se aceleró bastante al sentir la cercanía de su patrón, estaba sintiendo que un tsunami de emociones la arrastraba lejos de su cordura, su patrón no había terminado con todo eso puesto que haciendo una serie de preguntas insinuantes acalló la posible respuesta de que ella tenía para el, porque un mordisco en la comisura de sus labios había llegado hasta ella haciendo que se sonrojara mucho y sus pupilas se dilataran bastante; una vez más un gusto, una ilusión enorme se empezó a apoderar de ella pero pronto se apagó porque la situación regresó casi a la normalidad porque el patrón se había alejado de ella.
-No lo comprendo señor...- Larissa pensando que estaba en un error se acercó más a el y lo miró de pies a cabeza pensaba que el se estaba burlando de ella por lo que su rostro se ensombreció un poco y luego de pensar unos segundos suspiró para pensar que hacer, tenía una serie de sentimientos encontrados, pero al final decidió acercarse a su patrón y acorralarlo de una vez para hacerlo hablar.
-Por qué me agobia con esas preguntas? Qué es lo que usted busca de mi?- Larissa estaba actuando algo irracional, pero decidió que igual seguiría así porque quería saber qué que era lo que Lestat pretendia con ese accionar, que buscaba haciendo que se confundiera al verlo tratando de besarla, trantando de acercarla a su persona, para luego alejarse de ella como si nada hubiera pasado y de paso cambiar el tema de lan nada; con un atrevimiento nuevo en la sirvienta, su mano se acercó a la de Lestat y la rozó lentamente para luego mirar a los ojos al general y decirle en interrogante:
-De verdad usted desea que me valla? Quiere tenerme lejos de usted?- Larissa dejó su miedo y clavó sus ojos en las pupilas de Lestat y al final esperó la respuesta del hombre de cabellos rubios quien parecía o fingía estar tan confundico como ella, no era malo que el quisiera besarla, porque ella quería que hiciera lo mismo, pero no podía decirlo porque eso sería malo o mal visto por parte de él, por ese motivo ella estaba dispuesta a ir hacia donde fuera con tal de que el le dijera la verdad, o lo que el pensaba acerca de ella y su accionar.
-Le parezco desagradable y por eso no me quiere aquí?
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Larissa se acercaba de una forma extraña a Lestat causando que este se pusiera mas sonrojado de lo que ya estaba, la forma que le miraba la señorita era algo extraña pues su brillo se opacaba remarcando un sentimiento macabro en la joven hermosa, causando que este tragara saliva. Lestat se echaba para atrás al ver como Larissa estaba demasiada cerca de donde el estaba sentado, su fragancia era fácil de olfatear y su rostro, límpidamente se podía admirar.
Larisa cuestionaba a lo cual este simplemente tragaba saliva pues no sabia que responder, estaba totalmente fuera de si, pues no dejaba de ver aquellos carnosos labios los que segundos antes había probado. Ahora la mano cálida de la sirvienta rosaba de una manera que hacia que aquel se excitara aun mas, mordiendo sus labios este simplemente fijaba su mirada con la de ella, en silencio y muy nervioso escucho otra cuestión por parte de Larissa.
-No Larissa no quiero que usted se aleje de mi, como cree decir eso, yo la quiero cerca de mi…
Contestaba a su cuestión un poco distraído, después aquella una vez mas cuestionaba aquellas palabras habían sido algo fuertes por lo que Lestat se despertaba de su transe un poco eufórico la tomaba de los hombro y la echaba con su peso hacia el frente hasta que ella quedaba tendida en el suelo y el sobre de ella, un poco agitado por las emociones que circundaban en el, suspiro y dijo:
_-no Larisa como cree cuestionarme tal cosa, me siento ofendido, como puede pensar que me desagrada y por eso la quiero lejos de mi (acercando su rostro a la de la señorita) usted es hermosa, bellísima y me atrae mucho, tanto que mis deseos se disparan en una imaginación algo impropia, además lo único que hago es protegerla de mi mismo no la quiero ofender con una oración mal empleado o una carisia8 pasando su diestra por la cintura de la dama) solo que no se si lo que quiero usted lo quiera, solo no lo se y no quiero demostrarlo … que tal si usted se molesta y se aleja de mi.
Tragando saliva bajaba aun mas su rostro para así lamer lentamente su cuello, después de eso suspiraba y lanzaba un poco de aliento en al carne delicada de Larissa…
-Solo que no debo.
Larisa cuestionaba a lo cual este simplemente tragaba saliva pues no sabia que responder, estaba totalmente fuera de si, pues no dejaba de ver aquellos carnosos labios los que segundos antes había probado. Ahora la mano cálida de la sirvienta rosaba de una manera que hacia que aquel se excitara aun mas, mordiendo sus labios este simplemente fijaba su mirada con la de ella, en silencio y muy nervioso escucho otra cuestión por parte de Larissa.
-No Larissa no quiero que usted se aleje de mi, como cree decir eso, yo la quiero cerca de mi…
Contestaba a su cuestión un poco distraído, después aquella una vez mas cuestionaba aquellas palabras habían sido algo fuertes por lo que Lestat se despertaba de su transe un poco eufórico la tomaba de los hombro y la echaba con su peso hacia el frente hasta que ella quedaba tendida en el suelo y el sobre de ella, un poco agitado por las emociones que circundaban en el, suspiro y dijo:
_-no Larisa como cree cuestionarme tal cosa, me siento ofendido, como puede pensar que me desagrada y por eso la quiero lejos de mi (acercando su rostro a la de la señorita) usted es hermosa, bellísima y me atrae mucho, tanto que mis deseos se disparan en una imaginación algo impropia, además lo único que hago es protegerla de mi mismo no la quiero ofender con una oración mal empleado o una carisia8 pasando su diestra por la cintura de la dama) solo que no se si lo que quiero usted lo quiera, solo no lo se y no quiero demostrarlo … que tal si usted se molesta y se aleja de mi.
Tragando saliva bajaba aun mas su rostro para así lamer lentamente su cuello, después de eso suspiraba y lanzaba un poco de aliento en al carne delicada de Larissa…
-Solo que no debo.
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Larissa abrió sus ojos sorprendida al ver la reacción de su interlocutor, antes no había conocido a un hombre tan atrevido como el, pero por alguna extraña razon le gustaba mucho esto, el verlo encima suyo, el escuchar su voz tan asustada por todo lo que pensaba hacían que ella se sintiera como embrujada por ese general tan guapo que le estaba hablando, no estaba pegada a él, sin embargo podía sentir claramente el latir de su corazón haciendo un compás hipnotizante con el suyo.
La respiración de la chica de cabellos castaños rápidamente se fue agitando hasta acompañarse de suspiros, que aumentaron más al ver el rostro de Lestat cerca del suyo, unas cuantas palabras más llegaron al oído de la sirvienta y una caricia en su cadera hizo que sus ojos se cerraran sintiendo una deliciosa emoción que la ponía en un estado bastante emocionado e irracional, pero fue la lamida en el cuello por parte de su patrón que hizo que ella sintiera más el latir de su corazón, y los suspiros del hombre rubio no hacían más que confirmar lo que el estaba diciendo: El realmente gustaba de ella de una manera casi exagerda.
-Señor usted no me ofende ni me asusta, ni me es desagrabel su toque sobre mi piel o su mirada sobre mi cuerpo.- Larissa acarició los cabellos de su patrón y suspiró una vez más- Si fuera así no estaría con usted ni quisiera tener el acercamiento que tengo en estos momentos con usted- Larissa se puso un poco más atrevida y con una lentitud o más bien una timidez propia de ella dejó de acariciar los cabellos de su patrón para ahora mover su mano un poco más abajo y apenas sentir la piel del cuello del general con la yema de sus dedos.
-Si es cuestión de deber o no... Entonces yo tampoco debo ¿No es así? Entonces qué es lo que hago aquí? NO lo puedo evitar... Usted me gusta mucho...
La respiración de la chica de cabellos castaños rápidamente se fue agitando hasta acompañarse de suspiros, que aumentaron más al ver el rostro de Lestat cerca del suyo, unas cuantas palabras más llegaron al oído de la sirvienta y una caricia en su cadera hizo que sus ojos se cerraran sintiendo una deliciosa emoción que la ponía en un estado bastante emocionado e irracional, pero fue la lamida en el cuello por parte de su patrón que hizo que ella sintiera más el latir de su corazón, y los suspiros del hombre rubio no hacían más que confirmar lo que el estaba diciendo: El realmente gustaba de ella de una manera casi exagerda.
-Señor usted no me ofende ni me asusta, ni me es desagrabel su toque sobre mi piel o su mirada sobre mi cuerpo.- Larissa acarició los cabellos de su patrón y suspiró una vez más- Si fuera así no estaría con usted ni quisiera tener el acercamiento que tengo en estos momentos con usted- Larissa se puso un poco más atrevida y con una lentitud o más bien una timidez propia de ella dejó de acariciar los cabellos de su patrón para ahora mover su mano un poco más abajo y apenas sentir la piel del cuello del general con la yema de sus dedos.
-Si es cuestión de deber o no... Entonces yo tampoco debo ¿No es así? Entonces qué es lo que hago aquí? NO lo puedo evitar... Usted me gusta mucho...
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Lestat dejaba de hablar, mirando con gran seriedad el rostro de Larissa, la cual se expresaba de una manera totalmente diferente a la que había pensado el en mente. Este cerraba sus ojos al sentir el tacto de su dama por ente sus cortos y rubios cabellos, abriendo levemente su boca dejando escapar un suspiro excitante.
Larissa una vez mas dialogaba, dejando en claro que ella gustaba de aquella posición y cercanía que tenia con su patrón, por lo cual Lestat no pudo evitar el conducir su mano en forma descendente por encima del vestido de Larisa, el cual apenas y cubría sus piernas, pues estaba ligeramente recogidas por la forma en la que había caído al suelo, dejando notorio sus perfectas pantorrillas, sus delgadas rodillas y apenas el comienzo de la carnosidad de sus muslos… de lo cual no podía evitar el general excitarse mas y mas.
Los ojos de Lestat se abrían y su pecho se agitaba, pues el joven romano sentía el rose delicado de los dedos de Larissa por la piel sensible de su cuello, no pudiendo evitar su reacción el joven trago saliva y sutilmente se contrajo de cuerpo, pues dicho tacto desmesurado hacia nacer un deseo frenético en el. Larissa hablo una última vez generando que este se sorprendiera, sentándose encima de sus pies, y dejando en el suelo a su dama, desapartando las manos cálidas y delicadas de Larissa, para así tomarlas entre las suyas, aquel les beso, suspiro y dijo:
-Es confortante saber que no nada mas el gusto y descontrol es mío señorita Larissa, no sabría contestarle el por que esta usted aquí, pero si decirle por que yo estoy a su lado de esta forma… me atrae mucho su forma de hablar, su mirada, su aroma a especies de cocina, jeje… su cuerpo es hermoso…pero mi diez es para cuando usted me mira de esa manera inocente, pues me encapsula en un torrente de emociones, su sola presencia es paz y bálsamo para mis heridas de cuerpo y alma… por lo que me atrevo a decir que usted me encanta de una forma extraña, espero y no la asuste con lo que voy a hacer(suspirando)… con su permiso.
El joven guardaba silencio y con una sonrisa tranquila, entrecruzaba sus manos con las de ella, para así hacer leve fuerza y levantar a la señorita del suelo, teniéndola sentada en frente de el, aquel respiraba un poco agitado por las sensaciones excitantes que recorrían su cuerpo. Hincándose Lestat soltaba las manos de Larissa, para acercarse un poco mas a ella, posando sus manos entre la delicada curvatura de las caderas de la mujer, este con temor, ladeo su rostro y espaciosamente comenzó a besar el cuello de la daba, para que en un acto brusco pero delicado jalara y repagara a Larissa a su cuerpo semi-desnudo, suspirando y llevando su boca al oído de la de los largos y castaños cabellos, se atrevió a decir por ultima vez:
-¿Que debemos entonces hacer mi querida doncella? Yo acato todo lo que usted me ordene, soy su esclavo, pero el que se atreve a condicionarle que le deje de ver como su patrón…soy Lestat, un general de la onceava división de la legión romana, el cual esta siendo atraído por la belleza de una mujer del mar, de nombre Larissa… no una simple niña hermosa, no una sirvienta… ¡No! si no una hermosa mujer… una perfecta dama.
Dicho eso, Lestat se echaba hacia atrás quedando sentado, teniendo aun sus manos en la cadera de Larissa, este surcaba una sonrisa y sin tanto esfuerzo el hombre jalaba a esa mujer, sentándola así entre sus piernas para simplemente ceñir su frente y mirarle con tranquilidad esperando su respuesta.
Larissa una vez mas dialogaba, dejando en claro que ella gustaba de aquella posición y cercanía que tenia con su patrón, por lo cual Lestat no pudo evitar el conducir su mano en forma descendente por encima del vestido de Larisa, el cual apenas y cubría sus piernas, pues estaba ligeramente recogidas por la forma en la que había caído al suelo, dejando notorio sus perfectas pantorrillas, sus delgadas rodillas y apenas el comienzo de la carnosidad de sus muslos… de lo cual no podía evitar el general excitarse mas y mas.
Los ojos de Lestat se abrían y su pecho se agitaba, pues el joven romano sentía el rose delicado de los dedos de Larissa por la piel sensible de su cuello, no pudiendo evitar su reacción el joven trago saliva y sutilmente se contrajo de cuerpo, pues dicho tacto desmesurado hacia nacer un deseo frenético en el. Larissa hablo una última vez generando que este se sorprendiera, sentándose encima de sus pies, y dejando en el suelo a su dama, desapartando las manos cálidas y delicadas de Larissa, para así tomarlas entre las suyas, aquel les beso, suspiro y dijo:
-Es confortante saber que no nada mas el gusto y descontrol es mío señorita Larissa, no sabría contestarle el por que esta usted aquí, pero si decirle por que yo estoy a su lado de esta forma… me atrae mucho su forma de hablar, su mirada, su aroma a especies de cocina, jeje… su cuerpo es hermoso…pero mi diez es para cuando usted me mira de esa manera inocente, pues me encapsula en un torrente de emociones, su sola presencia es paz y bálsamo para mis heridas de cuerpo y alma… por lo que me atrevo a decir que usted me encanta de una forma extraña, espero y no la asuste con lo que voy a hacer(suspirando)… con su permiso.
El joven guardaba silencio y con una sonrisa tranquila, entrecruzaba sus manos con las de ella, para así hacer leve fuerza y levantar a la señorita del suelo, teniéndola sentada en frente de el, aquel respiraba un poco agitado por las sensaciones excitantes que recorrían su cuerpo. Hincándose Lestat soltaba las manos de Larissa, para acercarse un poco mas a ella, posando sus manos entre la delicada curvatura de las caderas de la mujer, este con temor, ladeo su rostro y espaciosamente comenzó a besar el cuello de la daba, para que en un acto brusco pero delicado jalara y repagara a Larissa a su cuerpo semi-desnudo, suspirando y llevando su boca al oído de la de los largos y castaños cabellos, se atrevió a decir por ultima vez:
-¿Que debemos entonces hacer mi querida doncella? Yo acato todo lo que usted me ordene, soy su esclavo, pero el que se atreve a condicionarle que le deje de ver como su patrón…soy Lestat, un general de la onceava división de la legión romana, el cual esta siendo atraído por la belleza de una mujer del mar, de nombre Larissa… no una simple niña hermosa, no una sirvienta… ¡No! si no una hermosa mujer… una perfecta dama.
Dicho eso, Lestat se echaba hacia atrás quedando sentado, teniendo aun sus manos en la cadera de Larissa, este surcaba una sonrisa y sin tanto esfuerzo el hombre jalaba a esa mujer, sentándola así entre sus piernas para simplemente ceñir su frente y mirarle con tranquilidad esperando su respuesta.
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Larissa sabía bien que no era tan correcto que se dejara llevar por la emoción, este general estaba bastante atrevido con ella, pero Larissa estaba complacido con tales acciones, sintió claramente como su las manos de Lestat se pasaban por sus pantorrillas y apenas tocaban la piel de sus muslos haciendo que ella misma se sonrojara y tragara grueso. No era para menos que ella se sintiera así, el contacto de las manos de su patrón transportaban por todo su cuerpo una onda eléctrica que hacía que ella se sintiera como en una fantasía, quería sentir sus besos apasionados sobre su piel, sobre cada rincón de su cuerpo; con algo de nerviosismo, la joven de cabellos castaños comenzó a dejarse llevar por aquellos sentimientos placenteros y contestó una vez terminado el diálogo de Lestat:
-Pues también es mío el descontrol, yo no puedo luchar contra lo que siento, no puedo ir contra mis emociones, no sé por qué pero quiero sentir su piel rozando contra la mía, quiero que me haga suya, no importa lo que pasa después, lo que yo deseo es que me de la oportunidad de curar las heridas de su corazón.
Con algo de sorpresa vio como su interlocutor la levantaba tranquilamente y pasaba sus manos atrevidamente sobre la curvatura de sus caderas haciendo que otra vez su cuerpo sintiera una onda eléctrica muy fuerte que hacía que su excitación y su pasión aumentara bastante, ahora estaba un poco más relajada y se sentía como presa de un conjuro mágico difícil de romper, los besos de Lestat en su cuello la hacían gemir y suspirar, su sonrojo era enorme y esta vez las manos de Larissa empezaron a pasar las manos por la piel de su espalda; algo le preguntó acerca de qué deberían hacer, ahora estaba ella sentada encima de el, y ahora ella estaba dominando la situación.
-Bueno pues entonces yo haré que usted se sienta mejor, verá como sí sé tratarlo- Larissa besó apasionadamente a su amante y luego bajó su boca hacia su cuello con el fin de besarlo con pasión, estaba sintiendo la excitación a flor de pie, pero quería que el diera rienda suelta a su pasión así como ella- Espero le guste mucho esto- Larissa bajó un poco más y pasó su lengua por el pecho del joven general para seguir dando paso a un juego de pasión donde la lujuria tenía dominio.
-Usted me encanta mucho general Lestat...
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Lestat no despegaba la vista de la de Larissa, aun en su mente retumbaba las oraciones de su hermosa acompañante, al decirle que deseaba que el la hiciera suya en aquel acto tan salvaje… tan deseoso para la dama como para el general. Ahora su joven acompañante estaba sobre de el, diciéndole que lo haría sentir bien en aquella noche solitaria, a lo que tragando profundamente saliva aquel contesto:
-Ya me estoy sintiendo bien mi señorita Larissa (repasando sus manos delicadamente entre sus largos cabellos color avellana) al tenerla tan cerca rosando mi piel con la suya, es en verdad un júbilo embriagador… ahaass, Larissa…ahaass… (Sacando su aliento, pues estaba ya excitado)
Acto seguido, la señorita besaba apasionadamente a su general, el cual simplemente ladeo su rostro y se dejo guiar por aquella danza pausada de labios, sus alientos se combinaban y sus lenguas danzaba en circulo chocando una con la otra, atrapando al joven romano en un hechizo tan lúbrico del cual no quería ser despertado…no hoy, no en aquella sala.
La dama separaba los labios de su patrón, para así bajar su rostro y posar su carnosos y sensuales labios por sobre la piel del cuello de este, regresando de una manera apasionada unos cuantos besos, que generaban que el se echara hacia atrás, mientras su cuerpo se contraía por las ondas de excitación que recorrían su cuerpo, haciéndole estremecer en varias ocasiones.
Cerrando sus ojos y abriendo su boca, aquel posaba sus manos en las caderas de Larissa, para masajeársela lentamente en forma circular. Sus ojos se habrían al escuchar las palabras de la señorita, algo extrañado ¿pues que cosa habría mas perfecta que tenerla en aquella posición, besando su cuerpo? Lestat relamió sus labios y cuando se disponía a hablar, no lo pudo conseguir, pues la mujer comenzaba a lamer su pecho de una manera que hacia que aquel estallara en una lujuria de gran perversión, abriendo su boca y sacado leves gemidos, con fuerza jalaba aun mas el cuerpo de Larissa hacia el suyo, abriendo levemente sus piernas para que aquella mujer no estuviera incomoda, recogiendo mas su prendas dejando desnudos sus muslos carnosos… unas ultimas palabras por parte de la dama hicieron que este reaccionara, por lo que tomando aire, aquel le susurraba:
-Gracias mi linda Larissa, por darme a saber que encanto la mente de una dama tan hermosa como lo es usted, me siento elogiado con eso, y deseo estar a su lado, usted anteriormente dijo que no le importaba lo que pasara a futuro… pero a mi si me importa, me importa usted y no la quiero perder, es por eso que le pido que me deje conocerla milímetro por milímetro, sentimiento por sentimiento, para ser aquel hombre que la haga sonreír todo una eternidad… por favor no me diga que no a esto, por favor Larissa, le juro que no jugare con sus sentimientos nunca, se lo juro en verdad…
El joven guardaba silencio y suspiraba profundamente…contorneando la silueta de la jovencita con las yemas se sus dedos hasta posar sus manos en cada pierna desnuda, aquel dijo de nuevo:
-No existe ya vuelta atrás en esto señorita Larissa…
Acto seguido, Lestat acercaba su boca al hombro de la mujer, mordisqueándoselo lentamente en una manera que no le dejara marca… solo como juego, llegando a estar cerca del tirante de su vestido, con sus dientes y lengua jalaba aquella prenda hacia abajo, dejando desnudo el costad de su pecho, tragando saliva, el joven generala pasaba al otro hombro y hacia lo mismo de una manera lenta y cariñosa, para así con un leve jalón, bajaba dicha prenda de la dama dejándola desnuda del busto y estomago… y ahora posando sus manos en la espalda de su doncella, Lestat la empujaba hacia el, chocando pecho con pecho y mordisqueando una vez mas su cuello, este llegaba a su oído, lamiéndolo en forma circular…susurrando con leve jadeo de por medo:
-Ahora estamos igual mi señorita… Me ha encantado de una manera tan extraña, que e perdido todo recato… Larissa ¿Qué es lo que quiere que haga ahora?
-Ya me estoy sintiendo bien mi señorita Larissa (repasando sus manos delicadamente entre sus largos cabellos color avellana) al tenerla tan cerca rosando mi piel con la suya, es en verdad un júbilo embriagador… ahaass, Larissa…ahaass… (Sacando su aliento, pues estaba ya excitado)
Acto seguido, la señorita besaba apasionadamente a su general, el cual simplemente ladeo su rostro y se dejo guiar por aquella danza pausada de labios, sus alientos se combinaban y sus lenguas danzaba en circulo chocando una con la otra, atrapando al joven romano en un hechizo tan lúbrico del cual no quería ser despertado…no hoy, no en aquella sala.
La dama separaba los labios de su patrón, para así bajar su rostro y posar su carnosos y sensuales labios por sobre la piel del cuello de este, regresando de una manera apasionada unos cuantos besos, que generaban que el se echara hacia atrás, mientras su cuerpo se contraía por las ondas de excitación que recorrían su cuerpo, haciéndole estremecer en varias ocasiones.
Cerrando sus ojos y abriendo su boca, aquel posaba sus manos en las caderas de Larissa, para masajeársela lentamente en forma circular. Sus ojos se habrían al escuchar las palabras de la señorita, algo extrañado ¿pues que cosa habría mas perfecta que tenerla en aquella posición, besando su cuerpo? Lestat relamió sus labios y cuando se disponía a hablar, no lo pudo conseguir, pues la mujer comenzaba a lamer su pecho de una manera que hacia que aquel estallara en una lujuria de gran perversión, abriendo su boca y sacado leves gemidos, con fuerza jalaba aun mas el cuerpo de Larissa hacia el suyo, abriendo levemente sus piernas para que aquella mujer no estuviera incomoda, recogiendo mas su prendas dejando desnudos sus muslos carnosos… unas ultimas palabras por parte de la dama hicieron que este reaccionara, por lo que tomando aire, aquel le susurraba:
-Gracias mi linda Larissa, por darme a saber que encanto la mente de una dama tan hermosa como lo es usted, me siento elogiado con eso, y deseo estar a su lado, usted anteriormente dijo que no le importaba lo que pasara a futuro… pero a mi si me importa, me importa usted y no la quiero perder, es por eso que le pido que me deje conocerla milímetro por milímetro, sentimiento por sentimiento, para ser aquel hombre que la haga sonreír todo una eternidad… por favor no me diga que no a esto, por favor Larissa, le juro que no jugare con sus sentimientos nunca, se lo juro en verdad…
El joven guardaba silencio y suspiraba profundamente…contorneando la silueta de la jovencita con las yemas se sus dedos hasta posar sus manos en cada pierna desnuda, aquel dijo de nuevo:
-No existe ya vuelta atrás en esto señorita Larissa…
Acto seguido, Lestat acercaba su boca al hombro de la mujer, mordisqueándoselo lentamente en una manera que no le dejara marca… solo como juego, llegando a estar cerca del tirante de su vestido, con sus dientes y lengua jalaba aquella prenda hacia abajo, dejando desnudo el costad de su pecho, tragando saliva, el joven generala pasaba al otro hombro y hacia lo mismo de una manera lenta y cariñosa, para así con un leve jalón, bajaba dicha prenda de la dama dejándola desnuda del busto y estomago… y ahora posando sus manos en la espalda de su doncella, Lestat la empujaba hacia el, chocando pecho con pecho y mordisqueando una vez mas su cuello, este llegaba a su oído, lamiéndolo en forma circular…susurrando con leve jadeo de por medo:
-Ahora estamos igual mi señorita… Me ha encantado de una manera tan extraña, que e perdido todo recato… Larissa ¿Qué es lo que quiere que haga ahora?
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Las palabras que estaba diciendo ese hombre en ese momento tan íntimo y lleno de excitación hacían que Larissa se sintiera bastante atrapada en un conjuro que no podía romperse, y es que le fascinaba de sobremanera el saber que un hombre podía sentirse bien con lo que ella hacía; en su pasado de amores efímeros ni un hombre le había hablado como lo estaba haciendo ese patrón suyo del cual ella quería ser esclava eternamente si era posible. El solo sentir las manos de su amante sobando sus caderas había hecho que su excitación aumentara por mucho, podía sentir el aliento de su jadeante compañero de juegos; le alegraba bastante el saber que no sólo ella podía sentir esas cosas tan atrevidas y pervertidas, sino también el, que lo manifestaba con cada acto, cada acción y cada beso que daba con su atrevida boca, pero no era sólo eso, sino también sus manos... Oh sí! Esas manos tan cálidas que sin miedo exploraban en toda su extensión la piel de sus muslos hacían que su temperatura corporal subiera más logrando en ella efectos que antes no había tenido con ningún hombre.
-Señor me gusta mucho esto que me hace... Y me alegro bastante de que a usted también le guste lo que hago en su cuerpo, no se arrepentirá ni por un segundo de esto..- Larissa cerró los ojos mietras sentía la boca de su patrón en uno de sus hombros mordisqueándolo levemente haciendo que su excitación aumentara mucho más; su corazón latía con fueza y sus suspiros eran continuos, no había duda de que ese hombre era un excelente profesional en cuanto a estimular se trataba. Con la misma lujuria de antes bajó el primer tirante de la joven, el cual cayó dejando al descubierto la mitad de el pecho de Larissa, quien solo sonrió ante este acto; luego de ver este resultado el joven Lestat siguió con su otro hombro haciendo que ahora todo su pecho quedara al descubierto sintiendo la cercanía de sus corazones en un compás desenfrenado, que ella no era capaz de preveer o de seguir a menos que hiciera caso a su instinto, el cual le gritaba que se dejara poseer de ese hombre que estaba frente a ella con esa mirada tan seductora.
-Señor Lestat es usted muy dulce, siga así... Me tiene encantadan no tengo nada más que decir a esto, puede que me esté apresurando pero no puedo resistirme a usted... Quiero tenerlo siempre a mi lado..- dijo la chica entre jadeos y luego escuchó lo que le dijo su patrón acerca de lo que ella quería que el le hiciera, pero Larissa no estaba pensando muy bien por lo que una vez más acarició la mejilla del joven y le pasó la mano por la espalda en una caricia un poco más atrevida.
-No lo sé sorpréndame, demuéstreme cuán afortunada es una mujer en su lecho... Quiero sentirme suya para siempre, que borre de mi vida todo el pasado absurdo que llevaba antes de estar a su lado, demuestre que tan buen maestro de la seducción y el placer puede llegar a ser un soldado del ejército romano, muéstreme que es capaz de pelear no sólo en el combate mortal, sino en este tipo de pelea poco convencional...
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Todo trémulo, Lestat con gran atención escuchaba las palabras de Larissa, generando que este se excitara aun mas con las frases de incitación por parte de su dama, ascendiendo sus manos y rosando la piel delicada de aquel estrecho estomago, las colocaba por cada costado y por debajo de los senos bien delineados de la sirvienta; tragando saliva y sin decir nada, aquel echaba su cuerpo al frente, mientras tendía en el suelo de nuevo a la de castaño cabello.
Cerrando sus ojos, pues aquella posición hacia que sus caderas hicieran presión, rosando levemente sus genitales. Suspirando, el hombre soltaba las costillas de Larissa, para así poner las manos en cada costado del suelo y acercando su cara a la de ella, encorvando sus hombros, aquel se expreso:
-Ahsss…ahsss… Larissa, usted me sorprende demasiado con su forma de expresarse, este reto es en verdad placentero para mí, usted me ha dicho que me quiere tenerme siempre a su lado y yo le contesto que igual yo… me a encantado con tan solo un beso suyo, tan solo eso quería desde el principio, pero ahora quiero mas (acercando su boca con la de ella, la funde en un efímero beso, haciendo luchar sus lenguas por tan solo segundos) Larissa, cásese conmigo por favor, deje ser yo quien haga que su tormentoso pasado se borren con mis carisias y besos, le juro que siempre estará ahí apoyándola y complaciéndola, deje que sea el mortal que la defienda hasta de los mismo dioses… Larissa piénselo en verdad, deseo que se una conmigo en eternidad, usted pensara que me aprovecho de la situación o que estoy loco o simplemente quiero jugar con usted… pero le juro que mi confección y petición es real, quiero protegerla y amarla todo los días y no puedo si usted no acepta el unirse conmigo en matrimonio… piénselo Larissa y deme una oportunidad de demostrar que no todos lo hombre juegan con los sentimientos de una hermosa e inocente dama como lo es usted.
Dicho eso Lestat suspiraba de alivio, pues su confesión hacia que su pecho perdiera la presión de la cobardía que sentía desde un principio, por no poderse expresar como el quería. Sin esperar respuestas de Larissa, aquel se echaba hacia atrás, alzando su manos y tomando las prendas que recogidas estaban por entre el vientre y encima de los muslos de su dama, haciendo un poco de contracción en su rostro, el joven general rompía las delgadas y viejas prendas , para así dejarla totalmente desnuda frente a su mirada.
-Ahsss…
Cerrando sus ojos, pues aquella posición hacia que sus caderas hicieran presión, rosando levemente sus genitales. Suspirando, el hombre soltaba las costillas de Larissa, para así poner las manos en cada costado del suelo y acercando su cara a la de ella, encorvando sus hombros, aquel se expreso:
-Ahsss…ahsss… Larissa, usted me sorprende demasiado con su forma de expresarse, este reto es en verdad placentero para mí, usted me ha dicho que me quiere tenerme siempre a su lado y yo le contesto que igual yo… me a encantado con tan solo un beso suyo, tan solo eso quería desde el principio, pero ahora quiero mas (acercando su boca con la de ella, la funde en un efímero beso, haciendo luchar sus lenguas por tan solo segundos) Larissa, cásese conmigo por favor, deje ser yo quien haga que su tormentoso pasado se borren con mis carisias y besos, le juro que siempre estará ahí apoyándola y complaciéndola, deje que sea el mortal que la defienda hasta de los mismo dioses… Larissa piénselo en verdad, deseo que se una conmigo en eternidad, usted pensara que me aprovecho de la situación o que estoy loco o simplemente quiero jugar con usted… pero le juro que mi confección y petición es real, quiero protegerla y amarla todo los días y no puedo si usted no acepta el unirse conmigo en matrimonio… piénselo Larissa y deme una oportunidad de demostrar que no todos lo hombre juegan con los sentimientos de una hermosa e inocente dama como lo es usted.
Dicho eso Lestat suspiraba de alivio, pues su confesión hacia que su pecho perdiera la presión de la cobardía que sentía desde un principio, por no poderse expresar como el quería. Sin esperar respuestas de Larissa, aquel se echaba hacia atrás, alzando su manos y tomando las prendas que recogidas estaban por entre el vientre y encima de los muslos de su dama, haciendo un poco de contracción en su rostro, el joven general rompía las delgadas y viejas prendas , para así dejarla totalmente desnuda frente a su mirada.
-Ahsss…
- Spoiler:
- Posteriormente, el joven romano se levantaba, para así frente a Larissa desnudarse por completo, mostrando así su atlético cuerpo, curvando su postura y tomando su capa oscura, aquel la doblaba hasta hace una ligera almohadilla, la cual, hincándose por arriba de la cabeza de ella y alzándole delicadamente, la colocaba para así no tener incomoda a su compañera.
Suspirando el joven regresaba a su posición anterior: frente a Larissa; tomando con sus manos ambos muslos de la dama, le jalaba y alzaba un poco su cadera, para así las ingles quedar una sobre la otra, bajando su tórax, el joven cerraba su ojos y tragaba saliva, mientras su pecho se convulsionaba por las ondas de placer que comenzaban a invadir su cuerpo; soltando el muslo izquierdo de Larissa, llevaba su mano para colocarla en el suelo por un costado del rostro de la mujer. Comenzando así a mover su cadera de derecha a izquierda haciendo presión y rozamiento con su miembro erecto en el genital humectado de su dama… mas no penetrarla; pues aquel acto salvaje apenas y comenzaba, abriendo su boca y sacando leves gemidos gustosos, el joven bajaba su rostro hasta esta frente a uno de los senos bien formados de la jovencita, colocando su boca sobre aquella carnosidad, comenzara a succionarle mientras su lengua jugueteaba en forma circular con el pezón erecto de dicha damisela.
Sus movimientos de cadera se hacían mas exagerados y la succión del seno izquierdo de Larissa igual, soltando así el muslo derecho de ella, Lestat posaba su mano en el olvidad seno del mismo lado, para así masajearle y apretarle constantemente, mientras sus gemidos se hacina un poco mas estribos por la excitación de su ser.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
Larrisa estaba sintiéndose contenta, puesto que sus estímulos habían hecho que su patrón se sintiera bastante relajado con ella de modo que ahora mismo estaba portándose de una manera bastante insinuante y atrevida, el tacto de las manos del general sobre la piel debajo de sus pechos hacía que ella se sintiera bastante estimulada y quisiera ver más sentir muchas más cosas deliciosas que sabía bien, el estaba dispuesto a darle.
Con mucha exitación disfrutó de aquel fugaz beso que le dio su amante, el cual ahora estaba diciendo otras palabras de amor más profundas seguida de una confesión y una petición de matrimonio ante la cual ella se sintió un poco abrumada, pero estaba segura de que el no mentía, por lo que era cierto todo aquello que decía, por lo que sólo pudo contestar disimulando toda su alegría:
-Claro que me voy a casar con usted señor Lestat, yme motivaré más a hacerlo si usted hoy me muestra lo que me espera en nuestro lecho siendo yo su mujer- Larissa acarició el rostro de su amante y luego sintió como este la ponía debajo de él, de modo que ahora ella estaba a su merced, pero le gustaba bastante sentirlo encima suyo, las cosas no terminaron ahí porque ella ahorara estaba sintiendo como su amante le rompía aquel vestido dejando su cuerpo al descubierto frente a el, y así mismo el se sacó la ropa para que ambos estuvieran iguales,dejado que ella viera la perfección de su cuerpo y se sonrojara bastante mientras lo veía más de cerca en el momento en el que ponía su ropa como almohadilla sobre su cabeza.
-Mmmm
Con mucha exitación disfrutó de aquel fugaz beso que le dio su amante, el cual ahora estaba diciendo otras palabras de amor más profundas seguida de una confesión y una petición de matrimonio ante la cual ella se sintió un poco abrumada, pero estaba segura de que el no mentía, por lo que era cierto todo aquello que decía, por lo que sólo pudo contestar disimulando toda su alegría:
-Claro que me voy a casar con usted señor Lestat, yme motivaré más a hacerlo si usted hoy me muestra lo que me espera en nuestro lecho siendo yo su mujer- Larissa acarició el rostro de su amante y luego sintió como este la ponía debajo de él, de modo que ahora ella estaba a su merced, pero le gustaba bastante sentirlo encima suyo, las cosas no terminaron ahí porque ella ahorara estaba sintiendo como su amante le rompía aquel vestido dejando su cuerpo al descubierto frente a el, y así mismo el se sacó la ropa para que ambos estuvieran iguales,dejado que ella viera la perfección de su cuerpo y se sonrojara bastante mientras lo veía más de cerca en el momento en el que ponía su ropa como almohadilla sobre su cabeza.
-Mmmm
- Spoiler:
- Esto fue lo único que salió de la boca de Larissa quien tenía su rostro contorsinoado de placer al sentir su zona íntima rozar contra el miembro de su amante el cual rodaba con suavidad porque ella estaba bastante húmeda y aún estaba por humedecerse más debido a aquel roce placentero. Con gemidos placenteros la joven escuchó el suspirar de su amante en una melodía lujuriosa, pero las cosas no terminaron ahí porque varios gemidos salieron de sus labios al sentir como Lestat bajaba sus labios hacia uno de sus pechos quienes deseosos de placer se endurecieron y sus pezones emocionados se elevaron para sentir más gusto, mientras la mano libre de su amante rozaba su pierna con suavidad y luego se iba por el otro pecho de la joven brindándoles las misma atención a los dos haciendo que el placer en esa zona aumentara más; con un poco más de atrevimiento Larissa acarició la espalda de su amante y lo aruñó un poco con mano derecha mientras enterraba su mano libre en sus cabelos, y acto seguido baja más sus manos hasta casi llegar a sus glúteos para medio rozarlos con sus dedos.
Larissa- Berseker de Ares
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
- Spoiler:
- Lestat silenciaba sus gemidos placenteros teniendo ocupada su boca, succionando el jugoso seno izquierdo de Larissa. Sus ojos se entrecerraban al sentir las ondas de placer recorriendo su cuerpo, tras el hecho de frotar su miembro erecto en el genital húmedo de su dama, aquella que sin recato jadeaba por el goce mutado gracias a aquella danza de cadera en forma de ese.
El general romano estremecía al sentir la delicadas manos de Larissa, recorriendo lentamente su tosca espalada hasta llegar a sus glúteos… los cuales masajeaba; causando que este soltara y dejara un hilo grueso de saliva sobre aquel seno, agitado clavaba la mirada con la de su acompañante, mientras su rostro se contorsionaba, sus ojos se perdían en un manto blanco y su boca se abría dejando suelta una sinfonía de gemidos, para acompañar la copla de su amante.
Lestat bajaba su pecho y hacia llegar su boca a un lado de la oreja izquierda de Larissa, para así susurrarle aquel dialecto lujurioso:
-Ahsss, ahsss, mmm, ohhh… Ahsss Larissa (decía entre jadeo)… Ammm, Larissa(repetía una vez mas)…mmm, ohmm, mm Ahssss.
Culminando aquella supuesta charla erótica, el joven general dejaba de mover su cadera echándola hacia atrás, poniendo sus manos a un costado del estomago de Larisa… por sobre el suelo. Lentamente lamia su pecho de arriba hacia abajo hasta llegar a su vientre, tragando saliva el joven jugaba con su lengua por encima de ombligo de la de largos y castaños cabellos, pero su boca y su lengua estaban ansiosas por probar otra parte…
Suspirando y jadeando, el joven alzaba un poco su cara para así rosas con tan solo sus labios la piel excitada de Larissa, comenzando así a hacer una linera de besos que descendían poco a poco, llegando a estar en el Monte de Venus de su dama, este levemente lo mordisqueaba.
Acto seguido se sentaba sobre sus piernas y así bajando sus brazos, Lestat colocaba cada mano en los muslos carnosos de la sirvienta, apretujándolos y suspirando una vez mas, el joven descendía su boca ahora posándola sobre el clítoris, succionándole con sus labios, viendo que aquella acción era regocijante para la sensibilidad de Larissa, por lo que sin pedir permiso, con la punta de su gruesa lengua masajeaba aquella área en forma circular; mas no todo terminaba ahí, pues Lestat dejaba de juguetera entre el clítoris de Larissa, para así con su lengua lamer los labios vaginales de derecha a izquierda, abriendo su boca, el general succionaba la parte intima de Larissa, para mutar mas lujuria en sus pensamientos, levemente sacaba su lengua para penetrar apenas con la punta el orificio vaginal, chupando y deglutiendo aquellos fluidos espesos que aliviaban la sed de Lestat.
Subiendo su boca, una vez mas absorbía el tierno clítoris de Larissa…y con su mano derecha dejaba de apretar la carnosidad del muslo de su dama, para así ascenderla. Estando cerca del humectado genital de ella y cerrando su puño, dejando tan solo recto su dedo índice, con suavidad rosaba por sobre el orificio de la vagina de Larissa, inundándole con sus exquisitos fluidos, sintiendo Lestat que ya estaba lo suficiente lubricado, con lentitud comenzó a penetrar son su dedo la vagina de Larissa, haciendo que su dama gimiera mas por el placer que derrocaba tanto aquel dedo como con su boca sobre su clítoris.
Lestat- Reino : Olimpo
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
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- Larissa estaba al borde del desquicio, pero esto era solo el iniciode aquel ritual de placer, el sentir la lengua de su amante en su pecho izquierdo estaba haciendo que ella enloqueciera, eso unido al movimiento en forma de S que hacía su amante aumentando la humedad en su zona íntima de modo que sus jadeos se hicieron más fuertes por las oleadas violentas de placer que recorrían su cuerpo.
Larssia pudo sentir como el
general se estremecía al sentir las manos de su sirvienta, recorriendo su espalada hasta llegar a sus glúteos, los cuales Larissa en un acto más atrevido los masajeo y apretó movida por un sentimiento de lujuria que aumentab al ver los ojos de Lestat demosrar gusto y pasión, pero lo que más le gustó fue el hecho de escuchar la melodía de gemidos que le regalaba su amante en su oído en una especie de concierto privado que ella disfrutaba plenamente.
Con algo de resentimiento miró a su amante porque este había dejado de mover su cadera dejando así de darle placer, pero esto fue pronto sustituído por un gusto mayor, un placer más grande, ya que pronto la lengua de su amante empezó a bajar por el pecho de la chica de cabellos castaños hasta llegar a su ombligo, aunque bien sabía ella a donde iba a dirigirse esa lengua luego; y no tuvo que esperar mucho para ver esto, ya que su amante había desendido hasta su zona íntima luego de haber hecho un camino de besos en su vientre.
-Mmmm... Cómo me gusta...- decía la joven entre jadeos y gemidos que eran ahogados en la boca de la joven, pero pronto no pudo resistirse y empezó a gritar el nombre de su compañero de juegos como si deseara dejar su voz en ello, la lengua de su amante ahora estaba en su zona íntima en donde su humedad había ya aumentado bastante y pedía sentir más; sus muslos al contacto con la piel de su amante ardían y su cuerpo se contorsionaba hacia atrás sintiendo el placer de la lengua de su amante rozando su clítoris y sus labios vaginales, pero el placer aumentó más al sentir la lengua de su amante entrar un poco por su orificio vaginal.
-Lestat ... No... dejes de hacerlo...- dijo Larissa un poco más atrevidamente mientras cerraba los ojos para sentir ahora el dedo índice de su amante dentro de ella, la lujuria aumentaba más a medida que ella iba sintiendo la entrada y salida del dedo de su amante estimulando su clítoris que ya bastante emocionado estaba sólo con el sentir de la lengua de su amante.
-Eres increíble- dijo Larissa aún con los ojos cerrados contorsionándose hacia atrás muchas veces más.
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
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- El joven general respiraba un poco alterado, mientras seguía lamiendo en forma circular el clítoris delicado de Larissa y su dedo índice penetrando en su orificio vaginal. Los movimientos de cadera y cuerpo de su dama desmostaban cuanta excitación recorría por su ser y al mismo tiempo el gemir y las palabras entrecortadas de su bella mujer, lo remarcaban.
Ahora Lestat con más perfección penetraba tanto con el dedo índice como medio en la vagina humectada de Larissa, para así derrochar mas placer a su dama y esta comenzara así a convulsionarse, pues no muy tardando la fuerza de su primer orgasmo llegaría. Dejando de lamer su clítoris el hombre alzaba su tórax y su rostro todo sonrojado se dirigió hacia Larissa, poniéndose a gatas y penetrando con sus dedos aun mas rápido, el hombre besaba descontroladamente aquellos delgados y sensuales labios, para así silenciar los gemidos de Larissa…
Y de la nada Lestat sentía como las paredes vaginales de Larissa se contraían, soltando así una serie delgada de gemidos, silenciándolos el general romano con sus besos profundos. El cuerpo de dicha sirvienta se contorsionaba y su rubor estallaba matizando paulatinamente la palidez de su hermoso cuerpo, su respiración por segundos se disparaba para que después en acto seguido, su pecho todo agitado comenzara a regular su presión, soltando los labios de Larisa y dejando de penetrar con sus dedos, aquel se ponía frente a ella, mientras mordisqueaba su cuello, posando sus manos en cada costado de su cuerpo, por sobre el suelo, Lestat suspiraba y así lentamente movía su cadera al frente, descendiendo sus manos, el general tomaba la cadera de Larissa para así levantarla y colocar su glúteos sobre sus muslos, tomando su miembro erecto con su mano derecha, lentamente iba penetrando y abriendo la vagina de su doncella, sintiendo una sensación de jubilo que causaba el soltar de sus gemidos.
Sintiendo que su pene estaba al tope de aquella cavidad carnosa y humectada, el joven con su mano izquierda alzaba la nuca de Larissa y viéndola fijamente, comenzaba a mover su cadera de adelante hacia atrás, penetrando suavemente a su doncella, mientras comenzaba a entrecerrar sus ojos y soltar un sin fin de suspiros que tras aumentar la fuerza de su penetración, clamaba enloquecido demostrando el regocijo a Larissa, por la sensaciones excitantes que recorrían su cuerpo.
Bajando una vez más su rostro el hombre lamia la oreja izquierda de Larissa, mientras que entre jadeaos le susurraba unas cuantas palabras:
-Ahsss, Larissa, ¿le gusta esto mi deliciosa mujer? ¿Esto la motiva a casarse conmigo? Ammm, Larissa, Larissa, ammm… es usted deliciosa, ammm Larissa que rico… amm, Ohmm, mmmm Larissa…
Siguiendo gimiendo y penetrando de adelante hacia atrás, dando pequeños choques su pubis con la de ella, mientras que cuando llegaba al tope de la vagina de Larissa sus caderas la rotaba de derecha a izquierda, para así sentir mas placer en su miembro, alzando su mano derecha el joven comenzaba a apretar suavemente el seno derecho de Larissa, mientras lamia de arriba hacia abajo su cuello… haciéndole así el amor a Larissa entre la soledad de aquella sala.
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
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- Larissa estaba llegando al fin a sentir suprimer orgasmo y Lestat lo había logrado solo con el uso de su lengua y manos, lo cual sorprendía bastante a la muchacha deseosa de más placer y lujuria, quien no dejaba de gemir y contorsionarse hacia atrás repitiendo el nombre su amante como una loca; nuevamente la lengua de su amante rozó unos pocos minutos el clítoris de la muchacha y luego otro derroche de placer invadió el cuerpo de la joven al sentir la entrada del dedo índice del general en orifiico más profundo haciendo que se contorsionara mucho más; el cuerpo de Larissa ardía intensamente y sentía que no podía resistir más, sin embargo sus gemidos de gusto y júbilo al final indicaron la llegada de su primer orgasmo, sus respiracinoes alteradas estaban indicando que la cosa no habí terminado ahí y que Larissa estaba a gusto con la situación deseando sentir mucho más.-Ah... Ah... Como me encanta... Lestat... Oh cielos...- decía la joven entre jadeos y luego guardó silencio porque estaba ocupada sintiendo el placer de ahora los dos dedos de su amante dentro de su lubricada cavidad y más que todo su silencio se debía a que estaba besando los labios de su amante con una pasión incontrolable. Poco a poco la respiración de su amante se fue regulando así como la de ella y su rubor fue descendiendo ligeramente, estaba tomando un respiro que la verdad duró poco porque vino algo más placentero; los labios de su amante ahora mordisqueabans u cuello haciendo que Larissa riera un poco mientras sostenía la nuca de su amante para que quedara un tiempo ahí, luego de unos segundos el se movió para acodarla de modo que estuviera más cómoda y así poder pasar a parte más importante de ese acto placentero. Con un cuidado muy marcado su amante colocó su miembro erecto en la entrada de su zona íntima haciendo que la chica de cabellos castaños se sintiera ansiosapor tenerlo dentro de ella rozando con las paredes de su intimidad; no fue mucho lo que tuvo que esperar porque su amante también estaba deseoso de poseerla, por lo que al final el erecto miembro de Lestat entró con suavidad transmitiendo en la mujer una onda de placer que no dejaba de propagars por todo su cuerpo arrancando gemidos mas fuertes, pero no todo iba a quedar ahí, porque la voz de su amante nuevamente habló en su oído haciendo que otra corriente igual de deliciosa corriera por su cuello.-Claro que me convence... Si esto es lo que me espera todos los días en nuestro lecho entonces estoy más que convencida ah!- dijo Larissa mientras sentía como su amante movía su cadera de una forma que le daba más placer. Movida por esa excitación Larissa se acomodó mejor y empezó a moverse de adentro hacia a fuera logrando obtener más gusto y con su mano derecha recorrió la espalda del general y luego la pasó con lujuria por su pecho para lentamente descender por el lado derecho y tomar el trayecto de la ingle con sus dedos para así llegar hasta los testículos de su amante que se movían al compás del miembro de su amante entrando y saliendo de ella. Con la yema de sus dedos Larissa palpó con suavidad la piel de sus testículos para así darle más placer a su amante.-Qué delicioso, es realmente increíble!- dijo la mujer con los ojos cerrados mientras se abalanzaba sobre su amante y lo hacía acostarse de modo que ahora ella estaba encima de él moviéndose de arriba a abajo apoyando sus manos sobre los fuertes hombros de su futuro esposo.-Lestat... Eres maravilloso- dijo Larissa entre gemidos y jadeos, mientras seguía con sus movimientos esta vez con más fuerza y velocidad.
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
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- Lestat mientras gemía y seguía penetrando a su dama, escuchaba que Larissa estaba totalmente convencida por ser su futura esposa, a lo que suspirando el joven surco una sonrisa y siguió besando su cálido cuello, mientras echaba su cadera hacia el frente y hacia atrás lentamente, para así mutar una exquisita sensación de placer tanto para su futura esposa como para el.
Larissa se acomodaba de una manera danzante, formando una presión ligera en su cabida vaginal y el pene del general, causando que Lestat cerrara sus ojos, abriera su boca y gimiera aun mas de placer, por tal escalofrió que recorría desde su miembro explayándose por todo su cuerpo.
Su futura esposa movía su cadera en forma sincrónica, por lo que hacia nacer mas ondas de goce en Lestat, no podía aquel resistir en gritar constantemente entre cada jadeo el hermoso nombre de: Larissa… Después su hombros se contraían al sentir las caricias de su dama por sobre su desnuda y sensible piel, primero rosaba con las yemas de su dedos su espalda, luego su pecho… pero lo mas excitante es que Larissa descendía su manos para posarlas en su ingle, este suspirando y cerrando los ojos, pues sentía ahora como Larissa atrevidamente sobaba la piel de arriba hacia debajo de sus testículos, Lestat al sentir tan exquisito manoseo no pudo evitar en contraer su abdomen, aumentando así la velocidad de su penetración:
-Por los dioses Larissa no hagas esto, amm, ohh…mmmm Larissa, me exista mas al tocarme así, mujer que rico no puedo evitarlo… pero… ohmmm
El hombre gemía tendidamente pues con aquella caricia sobre sus testículos y los movimientos de cadera causaban que su pene comenzar así a contraerse, pues su orgasmo llegaba y sin poderlo evitar eyaculaba dentro de ella, su presión y su respiración aumentaba, mientras sentía como los músculos de su miembro se apretujaban por si solo, por el orgasmo que desataba por tan erótica situación.
Suspirando, el hombre cerraba sus ojos con temple, mientras escuchaba las palabras de Larissa, este dejaba de penetrar a su dama para tomar un ligero soplo de aire, y así una vez mas reanimarse para seguirle haciendo el amor a su dama exquisita… quien con gran fuerza y lujuria se balanceaba sobre el, tumbándolo y cayendo tendido en el suelo, ahora su dama sobre de el estaba, recargando su peso sobre las ingles y hombros de Lestat, el general cerraba los ojos mientras echaba su cadera de arriba hacia abajo, posando entre cada muslos su manso y así frotarlos.
Larissa y su encvisiador vaivén de cuerpo, causaba que este se excitara aun mas, pues sentía como los glúteos de su dama rosaba por sobre su piel, mientras el miembro frotaba entre la cavidades de la muy humectada vagina de Larissa.
Lestat jadeaba al compas de Larissa, echando su tórax hacia delante, separando los brazos de Larissa, entrecruzando sus manos con los de el, surcando una tierna sonrisa aquel se expreso:
-Larissa me encantas mujer, eres tan perfecta… mi bella futura esposa.
Acto seguido el joven echaba su rostro al pecho de Larissa, bajaba su brazos con los de ella y soltando su manos aquel abrazaba con fuerza a su mujer, respirando algo alterado, mientras sentía el vaivén de las cadera anchas y jugosas de ella, aquel abría su boca y así comenzaba a succionar paulatinamente sus pechos silenciado sus gemidos, penetrándola aun mas con fuerza…
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
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- Lestat estaba complacido con las acciones de Larissa, su proceder había excitado al general romano tanto que no podía disimular si sonrisa, y con un gesto que causó mas placer para ella terminó por empapar su cuello de sus besos apasionados haciendo que la joven gimiera de más gusto.
Los sugerentes gemidos de su amante hacían que la chica de cabellos negros se excitara más y no pudiera evitar moverse con más rapidez haciendo que ahora sus pechos se movieran de arriba hacia abajo rítmicamente frente a los ojos de su amante quien estaba también en el borde del éxtasis, haciendo que Larissa se entusiasmara más por llevarlo a otron nivel de goce.
Aquellas cosas que había dicho su amante cuando ella le estaba acariciando los testículos hicieron que la sonrisa traviesa de la sirvienta se dibujara en su rostro una vez más, y cada accionar luego de eso hicieron que ella se sintiera a punto de llegar a otro orgasmo, el cual se llevó a cabo justo en el momento en el que su amante dejó de penetrarla por unos minutos mientras tomaba aire; con una serie de gemidos y movimientos suaves Larissa cerró sus ojos y siguió su vaivén de caderas mientras decía en voz baja para que sólo su amante la escuchara.
-Mmm Lestat no puedo creer que serás mi futuro esposo... Eres y soy muy apasionada puesto que no sólo eres buen hombre, sino que también eres un amante exquisito-
Larissa dijo esto como en un trance mientras seguía moviédose y gimiendo más fuerte, pero una serie de gritos y gemidos más largos se llevó a cabo cuando su amante se incorporó y cambió la posición en la que estaban entrelanzando sus manos con las de ella; con esto la unión se hizo más estrecha y el gra grade y palpitante mienbro de su amante se introdujo aún más haciendo que ella casi enloqueciera de gusto, pues esto unido al sentir de la lengua de su amante sobre sus pechos ya excitados y deseosos de más hacían que la joven perdiera sencillamente la cordura.
-Lestat eres lo mejor... No me cansaré de decirlo, quiero ser tuya para siempre, todos los días de mi vida...
Larissa suspiró un poco más mientras pasaba su lengua por el cuello de su amante y dejaba que sus manos una vez más exploraran el terreno dela espalda del general dejando la marca de sus uñas una vez más, para otra vez llegar a sus glúteos y apretarlos con algo de fuerza.
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Re: Maison Du Solei >>Sala<<
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- Lestat con los ojos cerrados lamia en forma circular aquellos perfectos pechos, mientras escucha las oraciones de su dama; su cuerpo se estremecía, por aquel movimiento de caderas rápidas de arriba hacia abajo que mostraba Larissa;…y sus gemidos se dejaban sueltos al sentir las carisias de ella.
Separando su enrojecido rostro del suave pecho de Larissa, el general romano todo agitado alzaba sus manos, para así tomar la fina cara de ella y bajarla hasta estar frente a frente, respirando por sobre la comisura labial de la chica, Lestat sonrió y sin dejarla de penetrarla entre jadeos le susurro:
-Yo no puedo creer que una hermosa mujer como lo es usted, me quite el recato con tan solo una mirada picara, Larissa le juro que no se arrepentirá de ser mi esposa, yo quiero estar siempre a su lado de la forma que sea, pero cerca de usted… mi bella dama.
Acto seguido el joven posaba su mano derecha en la nuca y cabellos de Larissa, mientras la izquierda descendía y se colocara en la curvatura de la cintura, ladeando su rostro Lestat abría su boca y así fusionaba sus labios con los de ella, dejando sueltos pequeños sonidos de vacio al mover en forma circular aquellas carnosidades, el beso era apasionado, pues sus cuerpos se envolvían en una danza simétrica lenta que generaba que aquella exquisita fusión fuera embriagadora.
Lestat soltaba los cabellos y cadera de Larissa, para así aferrarse a ella con un fuerte abrazo haciendo mas estrecho la distancia que les separaba, formando mas presión entre la vagina de Larissa y su pene, soltando un sinfín de suspiros, el joven romano recargaba su frente en el hombro de su mujer y le decía:
-Me atrevo a decirle que la quiero y la adoro Larissa…
Acto seguido el caballero alzo sus piernas posando sus pies en lo firme del suelo, echando su cadera al frente penetrando mas a fondo a Larissa, con leve fuerza el general se levantaba, su brazo izquierdo descendía y se posaba por sobre los glúteos de Larissa, mientras que la extremidad derecha se mantenía surcaño su delgada espalda… Lestat caminaba lentamente hacia el frente con su dama en brazos, para así llegando a la mesa la sentara, tomando y abriendo aun mas su piernas, el general la jalaba hacia el, posando sus muslos en cada costado de su cintura, una vez mas comenzaba a penetrarla con fuerza sin despegar su mirada de ella, ni sus manos de su pierna, el movimiento de cadera era rápido y fuerte, haciendo que los senos grandes de Larissa danzaran descontroladamente en forma circular, de lado a lado, de arriba hacia abajo… mientras que gemía con mas fuerza pues con aquel acto salvaje su tercer orgasmo llegaba, haciendo que su miembro se contrajera mientras eyaculaba una vez mas dentro de Larissa, su presión se disparaba a lo alto, y su respiración se entrecortaba, su pecho colapsaba como sus piernas y abdomen, mientras que el caballero suspiraba de alivio al sentir aquel repentino orgasmo, que hacía que sus fuerzas disminuyeran lentamente hasta dejar de mover su cadera.
Despegándose de Larissa el general daba media vuelta, suspirando en cada paso por el alivio que sentía al haber tenido aquel encuentro con aquella apasionada dama, llegando a donde todo había comenzado Lestat tomaba su toga y su capa. Enrollando un lienzo blanco en su cintura para cubrir así sus ingles; una vez mas el caballero se acercaba donde había dejado sentada y un poco extenuada a Larissa, cubriendo sus desnudes con su capa negra, el general la abrazaba y le susurraba:
-No quiero que mi futura esposa se enferme con el clima tan nefasto en esta casa y no quiero que mi linda Larissa se desvele aun mas, pues mañana tiene una cita conmigo… además quiero darle una sorpresa, así que ahora la cargare entre mis brazos y la llevare a mis aposentos para que yo al pueda admirad en silencio mientras usted duerme satisfecha por esto…
Acto seguido el caballero la tomaba entre sus brazos y así la cargaba, besando sus hermosas mejillas mientras se alejaba de la sala rumbo a la segunda planta, donde su aposento los esperaba…
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