[Villa Adriana] Entrada

El sol se encontraba aun en el orizonte iniciando su travecia por elcielo, los pajarillos cantaban y los rayos del astro rey del firmamento s epodia ver dandole claridad a toda la entrada de la villa adriana y brillando en las ggotas de rocio, elviento soplaba y la primavera ya hacia presencia en aquellos lares, todos los arboles daban frutos y las flores adornaban el paisaje floreciendo, el rocio del agua de la madrugada aun estaba entre el pasto y ldemas plantas, los animales silvestres jugaban por el rededor y el viento calido soplaba sin cesarhaciendo mas ameno la estadia en al villa Adriana, siempre imponente, son altura y gran elegancia, sso sirvientes se sentian haciendo las labo0res y en la entrada un gran camino de piedras iniciaba hasta la casa principal de la villa. Apareci a lo lejos entre los arbole que estaban en la entrada de la villa Adriana, acomode mis vestidurascamine con la mirada hacia el frente, serio como siempre y con el viento calido de la villa ondeando mis cabellos, alli, a unos metros de mi una joven se encontraba, sus cabellos eran de tonalidad rosada y su tes blanca, tenia facciones Romanas pero algunos aspectos de extranjera, me acerque pues ya sabia que era a quien bsucaba, el oraculo me la habia mostrado, sin apuro, pero calmado me acerque.

Jovencita ¡que esta haciendo usted en estos parajes y sin compañia?, no es bueno que irrumpa de ese modo en la villa Adriana, porfavor quisiera su nombre y las razones por las cuales visita la residencia de los parientes del emperador, mis palabrase ran directas, frias pero pasificas, no le diria quien era de inmediato, primero queria saber lso motivos que la traian a mi villa, bueno la de Solomon y demas datos acerca de su persona, asi que calle y espere una respuesta de su parte.

El sol irradiaba aquel lugar con su eterna luz y en el horizonte aun se podía ver extrañamente la figura de la luna que al trascurrir de los minutos iba desapareciendo del firmamento de aquellos parajes tan florecidos y hermosos que eran los de la villa Adriana. Aquella joven sin esperra mucho luego de mis palabrtas de inmediato respondio, y una hermosa sonrisa adorno su rasotro, una gran calidez podia emanar aquella humana procedente de Britania swgun ella misma lo habia dicho, pregunto por mi, por Richard, no queria decirle de una vez que estaba ante el joven al cual estaba buascando, el vienytp coplo y mis cabellos volvieron a moverse, aun con aquella seriedad me volvi a dirijir a Arwen como la joven se hizo llamar hacia unos instantes atras.

Joven Arwen, mi nombre es ricardo y soy la mano derecha del señor Richard y presizamente esta es su villa y la de sus hermanos Solomon y Samanytha, quisiera saber que la trae a buscar al señor de la casa, y porfavor comentemelo mientras vamos hacia la casa prioncipal, sigame, dichas aquellas palabras extendi mi mano para giar a la joven y mes quede callado esperando su respuesta, el viento calido soplaba y el sol iliminaba mis platinados cabellos, mientras los sirvientes se entraban de hacer sus labores afuera, no habia muchos que me reconociese si que por unos momentos no queria revelar mi identidad a Arwen.

Nuestras miradas se entrelazaban en aquel lugar, fijamente nos observa vamos y de pronto la risa de aquella dama volvía a hacer presencia y esta vez mas grande, estar frente a aquella dama me daba una sensación de paz y tranquilidad que con muy pocas personas me hacían sentir, tenia el presentimiento de conocer hacia ya mucho tiempo a aquella joven, desea haber indagado el pasado de aquella mortal antes de llegar a la villa, sin embargo, ya no podía hacer nada, de pronto cuando Arwen como se hacia llamar la dama me dio la mano sentí como un corriente de energía recorría mi ser por completo y unas imágenes aparecían en mi mente, pasado de la dama, mi pasado y el símbolo de un eclipse, aquel eclipse solo una vez lo había visto y luego la imagen de la luna brillante y plateada, cuando la solté no dije nada, solo me mantuve natural, sus palabras escuche pues no creía en las coincidencias y por algún motivo aquella dama estaba ante mi, cuando escuche sus palabras un asombro grande fue lo que sentí, sin embargo, seguí serio y sin mostrar la satisfacción d3 aquella noticia, una prima nueva que podía acabar con la estabilidad de Roma, luego de sus palabras pude hablar, quise dejar tantos rodeos.

Querida Arwen, soy tu primo, soy Richard, dije un nombre diferente solo para conocer tus intenciones, y veo que no son malas, quisiera conocer mas acerca de ti, así que vamos al salón principal de la villa para poder conversar, di unos pasos y comenze lentamente a caminar hacia adentro guiando a Arwen sin dejar de escuchar si me decía algo.

Mis pasos se frenaron luego de unos cuantos, el viento soplo fuerte y mis cabellos se ondearon hacia mi espalda y cuando gire mi rostro, hay estaba aquella joven, con lagrimas rosando sus mejillas y su boca tapada, no supe que me sucedió en aquel instante, un sentimiento de apego y nostalgia surgió en mi ser, pero no solo Richard si no el dios en si, yo Apolo, no la veía como a los demás mortales o como a Lydia y Afrodita, una ternura y calor era lo que sentía por aquella joven, un sentimiento de proteccion, me acerque hacia ella y la abrase, sin decir nada solo serio y con la mirada en ella le di un beso de calidez en la frente, cálmate, respira tranquila, luego pase mis brazos a su espalda, y mi mano derecha se poso en su cabeza, el viento soplaba con gran calidez y el roció del amanecer rosaba mi piel, las flores adornaban aquel cuadro de ternura y hermandad, aquel era diferente que con Samantha sin embargo, el sentir paresia de la misma raíz, la hermandad e igualdad, El sol nos iluminaba y aquella escena era digna de ser retratada.

Tranquilízate Arwen, la familia real no deja que estas expresiones se vean ante la servidumbre que merodea por acá incluso, ni entre nosotros es común ese comportamiento, alce mi brazo izquierda y de inmediato uno de los sirvientes trajo un carruaje abrí yo mismo la puerta, por favor sube, estas algo conmocionada por lo que veo, es mucho lo que debemos hablar y en un rato conocerás el resto de la familia, luego de aquellas palabras me aleje unos centímetros de ella, le ofrecí un pañuelo y le ofrecí mi mano para ayudarla a montar al carruaje.

Solos unos minutos transcurrieron luego de que mis palabras cesaran y aquella joven que inspiraba el sentimiento de "hermandad" en mi ser hablo, sus palabras por alguna razón me llenaban de regocijo pero su tono me hacia sentir una cierta melancolía, cuando tomo mi pañuelo y subió dentro del carruaje también subí, me dirigí hacia el conductor, llévanos hasta la entrada de la edificación principal de la villa, por cierto cuando termines dile a las sirvientas que preparen el salón del ala sur, ademas esta joven debe ser tratada como una invitada de honor, dicho eso gire mi rostro para observar a Arwen.

Querida prima, es un placer tenerte en este lugar y que sea yo el primero en conocerte, pronto estar aquí en al villa mi hermano mayor Solomon, y mas tarde conocerás a Samantha, por cierto no quiero guardar apariencias, no me llevo bien con Solomon, dichas estas palabras solo calle, y se podía escuchar el viento contra la carrosa, el sol entraba por las ventanillas y el sonido de las ruedas en el suelo no dejaban que el silencio reinase, a lo lejos se podía escuchar el movimiento de los arboles y el trinar de las aves, de pronto aquel medio de transporte se detuvo, con el dedo indice de mi mano derecha limpie una gota de lagrima que estaba en la mejilla de Arwen sin que esta se percatara de que se encontraba aun allí, no dejes que las lagrimas aunque sean de alegría empañen tu lindo rostro, sin darme cuenta le sonreí, luego me baje del carruaje, por favor acompáñame, luego de decir aquello extendí mi mano para ayudar a bajar a Arwen y entrar a la casa principal de la villa.