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Alrededores del Santuario: Bosque
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Alrededores del Santuario: Bosque
Recuerdo del primer mensaje :
Me encontraba caminando despreocupado debajo de las sombras de unas grandes arboles que se encontraban al rededor del santuario mientras que caminaba me daba cuenta de que se podía sentí una gran energía que rodeaba a los alrededores del santuario, acoso le pertenecía a Athena?, me preguntaba ya que a causa de ella se podía respirar una gran tranquilidad ya que la atmósfera era liviana y agradable, mientras que caminaba por el extenso bosque mis pisadas se podían escuchar ya que al caminar posaba unas cuantas hojas secas que habían soltado los arboles y estas se rompían al pasar sobre ellas, el aroma que se respiraba era dulce.
Tenia una gran sonrisa en mi rostro ya que me sentía feliz de poder estar en un lugar tan hermoso y tranquilo como lo era aquí, incluso podía observar a algunos animalillos que se asomaban se encontraban en sus madrigueras quizás para poder verme incluso algunos se atrevían a acercarse a mi para verme con mas detalle cosa que al principio me extraño ya que en Roma era difícil ver esta clase de actitud en los animales ya que se sentían intimidados por los seres humanos, me incline para poder acariciar a un conejo cosa que no creía posible pero al tocar este se dejo como si nada e incluso parecía que le agradaba.-Aquí es un lugar lleno de paz.-Dijo Guren mientras que seguía agachado, al pararme derecho de nuevo pensé que de verdad era un lugar tranquilo ya que los animales se dejaban ver e incluso acariciar por un humano.
Después de unos momentos comencé a escuchar el canto de varias aves las cuales me comenzaban a sobre volar mientras que se posaban el los arboles, tal espectáculo me hacia quererme quedar en este sitio ya que me gustaba mucho mas que Roma pero tenia aun cosas que hacer...
Me encontraba caminando despreocupado debajo de las sombras de unas grandes arboles que se encontraban al rededor del santuario mientras que caminaba me daba cuenta de que se podía sentí una gran energía que rodeaba a los alrededores del santuario, acoso le pertenecía a Athena?, me preguntaba ya que a causa de ella se podía respirar una gran tranquilidad ya que la atmósfera era liviana y agradable, mientras que caminaba por el extenso bosque mis pisadas se podían escuchar ya que al caminar posaba unas cuantas hojas secas que habían soltado los arboles y estas se rompían al pasar sobre ellas, el aroma que se respiraba era dulce.
Tenia una gran sonrisa en mi rostro ya que me sentía feliz de poder estar en un lugar tan hermoso y tranquilo como lo era aquí, incluso podía observar a algunos animalillos que se asomaban se encontraban en sus madrigueras quizás para poder verme incluso algunos se atrevían a acercarse a mi para verme con mas detalle cosa que al principio me extraño ya que en Roma era difícil ver esta clase de actitud en los animales ya que se sentían intimidados por los seres humanos, me incline para poder acariciar a un conejo cosa que no creía posible pero al tocar este se dejo como si nada e incluso parecía que le agradaba.-Aquí es un lugar lleno de paz.-Dijo Guren mientras que seguía agachado, al pararme derecho de nuevo pensé que de verdad era un lugar tranquilo ya que los animales se dejaban ver e incluso acariciar por un humano.
Después de unos momentos comencé a escuchar el canto de varias aves las cuales me comenzaban a sobre volar mientras que se posaban el los arboles, tal espectáculo me hacia quererme quedar en este sitio ya que me gustaba mucho mas que Roma pero tenia aun cosas que hacer...
Arone- Caballeros Dorados
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
Sin perder el tiempo dejaba momentáneamente a Sylvanas, perdiéndome entre los arboles me adentraba hasta que yo misma no reconociera el camino. No estaba molesta porque tuviera que marcharse o posiblemente sí…
Arrojando el arco a un lado mío me recargaba contra uno de los robles, mirando en torno al cielo observaba como alguno de los rayos solares traspasaban algunos de los ramajes.. el viento las mecía sacudiendo algunas hojas dejando que cayeran. Hacer cosas para que solo me aceptaran resultaba ser una pérdida de tiempo, arrojaba la máscara cerca de donde se situaba el arco. Lentamente las lágrimas salían de mis ojo, dejando caer mi cuerpo tomaba mis rodillas ocultando mi rostro en ese espacio.
¿Qué quiero demostrar?- el llorar no me serviría en nada, ni siquiera podía formar una familia cuando esa niña incluso abandonaba su vida por el de la lucha. No me conformaba con nada, no tenía las capacidades ni mucho menos la habilidad para mantenerme en una pelea, siempre sobreviví gracias a que yo siempre evadía los problemas escapando. La perla que me obsequio brilló intensamente, sosteniéndola percibía la energía que emanaba, una forma en la que sellaba mis poderes para que estos no acabaran conmigo.
Arrojando el arco a un lado mío me recargaba contra uno de los robles, mirando en torno al cielo observaba como alguno de los rayos solares traspasaban algunos de los ramajes.. el viento las mecía sacudiendo algunas hojas dejando que cayeran. Hacer cosas para que solo me aceptaran resultaba ser una pérdida de tiempo, arrojaba la máscara cerca de donde se situaba el arco. Lentamente las lágrimas salían de mis ojo, dejando caer mi cuerpo tomaba mis rodillas ocultando mi rostro en ese espacio.
¿Qué quiero demostrar?- el llorar no me serviría en nada, ni siquiera podía formar una familia cuando esa niña incluso abandonaba su vida por el de la lucha. No me conformaba con nada, no tenía las capacidades ni mucho menos la habilidad para mantenerme en una pelea, siempre sobreviví gracias a que yo siempre evadía los problemas escapando. La perla que me obsequio brilló intensamente, sosteniéndola percibía la energía que emanaba, una forma en la que sellaba mis poderes para que estos no acabaran conmigo.
Seiren- Amazona Dorada
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
Se hallaba en un lugar distinto, fue lo primero de lo que se percató. Ya se estaba cansando de que Aspros le hiciera eso cada vez que usaba su control sobre las dimensiones para transportarlo a otro lugar. Cuando lo viera lo pensaba patear en la entrepierna. Comenzó a caminar con un paso pausado. Al parecer seguía dentro del bosque, más no estaba seguro si era el mismo o se trataba de otro, aunque todo indicaba que ya no estaba en las montañas. Según el peliazul lo habían mandado a buscar a uno de los reclutas con potencial. No sería difícil ubicarle. Si era tan especial como Aspros afirmaba podría sentir su cosmos.
El aire frío sacudió su corta melena mientras aceleraba el paso. Detestaba estar perdido en los bosques y quería encontrar la salida de aquel rápidamente. Sintió la energía cósmica de alguien, la cual no era muy potente pero era lo que sentía más cercano. Desvió un poco la ruta y se dirigió al lugar en el que percibía ese palpitar.
Se confundió un poco cuando solamente vio a una mujer ahí. ¿Ella era la persona por la que Aspros había mandado a recoger? Parecía estar llorando. Típica conducta femenina; llorar cuando se perdían en el bosque. Para Night las mujeres sólo servían para tres tareas: Esposa, madre y concubina. Fuera de eso no les encontraba algo más para ocuparlas. — ¿Por qué lloras lindura? ¿Te perdiste de camino a tu casa? —Preguntó el hombre mientras salía de la penumbra del bosque como un rayo dorado. No portaba la armadura de Capricornio y sus ropas estaban algo rasgadas para los entrenamientos inhumanos que había estado haciendo con Géminis para incrementar sus poderes. De forma atrevida, Night atrapó a la joven entre sus brazos, levantando su rostro al tomarlo por la barbilla. Los pechos de la mujer se aplanaban contra el bien esculpido y varonil cuerpo del pelinegro. Por la mirada perversa se podía observar que aquel muchacho no tenía las mejores intenciones.
El aire frío sacudió su corta melena mientras aceleraba el paso. Detestaba estar perdido en los bosques y quería encontrar la salida de aquel rápidamente. Sintió la energía cósmica de alguien, la cual no era muy potente pero era lo que sentía más cercano. Desvió un poco la ruta y se dirigió al lugar en el que percibía ese palpitar.
Se confundió un poco cuando solamente vio a una mujer ahí. ¿Ella era la persona por la que Aspros había mandado a recoger? Parecía estar llorando. Típica conducta femenina; llorar cuando se perdían en el bosque. Para Night las mujeres sólo servían para tres tareas: Esposa, madre y concubina. Fuera de eso no les encontraba algo más para ocuparlas. — ¿Por qué lloras lindura? ¿Te perdiste de camino a tu casa? —Preguntó el hombre mientras salía de la penumbra del bosque como un rayo dorado. No portaba la armadura de Capricornio y sus ropas estaban algo rasgadas para los entrenamientos inhumanos que había estado haciendo con Géminis para incrementar sus poderes. De forma atrevida, Night atrapó a la joven entre sus brazos, levantando su rostro al tomarlo por la barbilla. Los pechos de la mujer se aplanaban contra el bien esculpido y varonil cuerpo del pelinegro. Por la mirada perversa se podía observar que aquel muchacho no tenía las mejores intenciones.
Night- General Marino
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
Fijando la vista en esa perla no me percataba de los pasos necesariamente de alguien que salía a mi encuentro, a excepción de cuando se dirigió a mí. Mirándolo rápidamente no recordaba que en esos instantes me había quitado la máscara, objeto que se encontraba junto con el arco que lancé hace unos momentos atrás.
La forma en la que lucía ese extraño no brindaba nada de confianza, por lo que me colocaba de pie llevando mi mano casi formando un puño limpiando ambas mejillas. Ignorándole le daba la espalda sin alcanzar a mencionar nada pero eso fue antes que sujetara mi mano alcanzándome y atrayéndome a la vez contra su cuerpo…
¿Qué estas…- sin terminar la frase me resistía tratando de tomarlo por sus brazos, aunque la manera en como sostenía mi rostro acercándonos mucho más de lo que ya estábamos me dio a entender una cosa.
¡¡No me toques!!
Decidida le empujaba hasta que en el paso lanzaba una bofetada a su cara dejando una marca rojiza sobre su piel. El golpe sonó tanto que yo misma me sorprendía el haber actuado impulsivamente, no tenía caso seguir permaneciendo a lado de ese tipo de personas por lo que abrazando mi cuerpo lo veía confundida, las ropas que llevaba no eran las que acostumbraba llevar creando una idea equivocada por lo que prefería no seguir armando un mayor escándalo de lo que ya era. Tomando el arco y la máscara trataba de abandonarlo buscando el camino de vuelta…
La forma en la que lucía ese extraño no brindaba nada de confianza, por lo que me colocaba de pie llevando mi mano casi formando un puño limpiando ambas mejillas. Ignorándole le daba la espalda sin alcanzar a mencionar nada pero eso fue antes que sujetara mi mano alcanzándome y atrayéndome a la vez contra su cuerpo…
¿Qué estas…- sin terminar la frase me resistía tratando de tomarlo por sus brazos, aunque la manera en como sostenía mi rostro acercándonos mucho más de lo que ya estábamos me dio a entender una cosa.
¡¡No me toques!!
Decidida le empujaba hasta que en el paso lanzaba una bofetada a su cara dejando una marca rojiza sobre su piel. El golpe sonó tanto que yo misma me sorprendía el haber actuado impulsivamente, no tenía caso seguir permaneciendo a lado de ese tipo de personas por lo que abrazando mi cuerpo lo veía confundida, las ropas que llevaba no eran las que acostumbraba llevar creando una idea equivocada por lo que prefería no seguir armando un mayor escándalo de lo que ya era. Tomando el arco y la máscara trataba de abandonarlo buscando el camino de vuelta…
Seiren- Amazona Dorada
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
—No debiste hacer eso. —Dijo el pelinegro. La bofetada de la mujer había enrojecido la piel de su rostro. No le había dolido para nada. Después de todos los golpes que había recibido en su trayectoria para formarse como caballero aquella bofetada la sintió como una brisa. Pero aunque no lo había movido en lo absoluto sentía el irreprimible deseo de propinarle su merecido escarmiento a esa jovencita. Debía recordarle cuál era su posición y no había una forma mejor de hacerlo que la que venía a continuación. Era evidente que ella estaba aterrada, lo notaba en su cara y en el accionar de su cuerpo. El chico se abalanzó sobre la mujer como un animal salvaje sobre una presa indefensa, haciéndola caer en el suelo. La había derribado. Una sonrisa lasciva surcó el rostro del muchacho. —Entonces ese pequeño abrazo te hizo enojar eh?... — Era evidente lo que estaba por venir, se le veía en toda la cara. La verdad era que él no era del tipo que se la metía a cualquier prostituta barata, pero iba a hacer la excepción. Quería verla llorar, o mejor todavía, suplicar. Ese era el castigo adecuado para una nenita llorona.
- Spoiler:
- Night metió la mano por debajo de la ropa de la chica, no sin antes usar su propio cuerpo para mantenerla bajo control. —Eres inferior a mí, por lo que debes estar abajo. — Le informó. Después de todo así eran las cosas, él hombre siempre estaba en la cima, o al menos esa era la manera en la que Night veía las cosas. Acariciaba sus pechos sin retirarle la ropa, con el tacto era suficiente. Acercó sus labios a los de ella, dándole un beso prolongado mientras seguía divirtiéndose. Le daba igual si la estaba lastimando, puesto que esa era la idea, hacer que cada una de sus terminaciones nerviosas rogara por piedad. Apartó su rostro y dejó de tocarla para comenzar a ponerse más cómodo para la acción. Se retiró la camisa, dejando sus cabellos negros más desordenados. Levantó la prende en la parte superior de la mujer con sus dientes, lamiendo su vientre y sujetando sus brazos por las muñecas, manteniéndolos fijos al suelo sin tener la menor delicadeza.
Manipulación aceptada por Seiren
Night- General Marino
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
Retrocediendo algo precavida no le quitaba la vista de encima, realmente era alguien sumamente extraño cuando pronunció que jamás debí haberme atrevido a golpearlo pero no me retractaría, era algo que realmente se merecía.
Lo más seguro es que debía estar bajo la influencia del alcohol o cualquier tipo de sustancia que corría por su cuerpo, ya que su aspecto le ofrecía la imagen de un adicto. Lo raro es que precisamente se viera esa clase de personas en los alrededores del santuario, nunca en su estadía en Rodorio presencio semejante espectáculo, teniendo eso en mente no tuvo la oportunidad de darle la espalda cuando este se abalanzaba sobre mí.
Al caer de manera inesperada realmente recibía un golpe en la cabeza que me aturdió lo suficiente para darle tiempo a ese hombre de apresarme con su cuerpo. Quejándome levemente por el dolor trataba de rechazarlo interponiendo ambos brazos sobre su torso…
Mi cosmos aumentaba solo que no de la manera que yo lo esperaba, el sello de mis poderes no eran lo suficientes para hacerle frente pero si lo suficiente para que al menos lo dejara inconsciente con una simple descarga. Pequeñas chispas se generaban alrededor de nosotros, a pesar de que emociones negativas surgieran de mí la perla canalizaba gran parte manteniéndome en control. Ya no pensaba, solo actuaba, por lo que deliberadamente lo atacaba pues por mucho que escapara recibiría gran daño.
Lo más seguro es que debía estar bajo la influencia del alcohol o cualquier tipo de sustancia que corría por su cuerpo, ya que su aspecto le ofrecía la imagen de un adicto. Lo raro es que precisamente se viera esa clase de personas en los alrededores del santuario, nunca en su estadía en Rodorio presencio semejante espectáculo, teniendo eso en mente no tuvo la oportunidad de darle la espalda cuando este se abalanzaba sobre mí.
Al caer de manera inesperada realmente recibía un golpe en la cabeza que me aturdió lo suficiente para darle tiempo a ese hombre de apresarme con su cuerpo. Quejándome levemente por el dolor trataba de rechazarlo interponiendo ambos brazos sobre su torso…
- Spoiler:
- No.. - mis manos seguían interponiéndose con algo de torpeza, aunque un escalofrío recorrió cada parte de mi al sentir su tacto. Tenía que tratarse realmente de una especie de burla del destino el someterme a semejante encuentro, cerrando los ojos luchaba recuperando la consciencia, intentando mover mi cuerpo hacia todos lados evitando que continuara pero estos se aferraban a mis senos no solo siguiendo su forma sino también oprimiéndolos a tal grado de lastimarme. No sabía que era más humillante si los azotes propinados en Egipto por parte de esa sacerdotisa o el estar en medio de la nada sola con un hombre forzándome a acostarme con él sin mi consentimiento.
Si tendría que elegir entre esas opciones entonces mil veces me sometería a los golpes que pasar a lado de alguien tan repulsivo como ese sujeto. Inclinándose me robaba un beso prolongándolo el tiempo suficiente para que de sus labios le mordiera fuertemente, alcanzando a herirlo.. de sus labios la sangre que caía se quedaba impregnada sobre mi boca, un sabor amargo traspasaba llegando a probarlo.
Retirando su camisa arrastraba lo que más podía mi cuerpo sobre el césped, seguía resbalando sin poder alejarme lo suficiente, bajando su rostro retiraba mi prenda dejando expuesto mi vientre, el calor que emanaba de su lengua dejaba un rastro tibio, a la vez que temblando percibía la frialdad cuando lograba retirarse. No tenía la menor idea de con quien se estaba metiendo pero no era necesario que lograra solo inmovilizarme.
Mi cosmos aumentaba solo que no de la manera que yo lo esperaba, el sello de mis poderes no eran lo suficientes para hacerle frente pero si lo suficiente para que al menos lo dejara inconsciente con una simple descarga. Pequeñas chispas se generaban alrededor de nosotros, a pesar de que emociones negativas surgieran de mí la perla canalizaba gran parte manteniéndome en control. Ya no pensaba, solo actuaba, por lo que deliberadamente lo atacaba pues por mucho que escapara recibiría gran daño.
Seiren- Amazona Dorada
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
- Spoiler:
- Observaba entretenido las pequeñas chispas que fluían del cuerpo de la mujer. Si esa era la mejor defensa que ella poseía sería algo sencillo de evitar. No creía necesario usar el cosmos cuando estaba haciendo algo como eso. No era un combate propiamente, era una violación. Cuando besó los labios de la dama de cabellos oscuros sintió una punzada. Le habían mordido los labios, causando un leve sangrado. El muchacho sonrió mientras un hilo de sangre se deslizaba por la comisura de sus labios. En el vientre de la mujer algunas de las gotas de sangre del muchacho se habían mezclado con la saliva que él dejó al pasear su lengua por ahí. Night miró a la mujer a los ojos, sin molestarse en cambiar su expresión. De la nada le propinó un golpe tan fuerte que pudo haber desencajado la mandíbula de su cabeza. Quizá había exagerado, sólo era una mujer y un golpe como ese seguro le iba a dejar heridas severas, pero no le importaba, después de todo no estaba haciendo eso para que lo disfrutara.
Después de haber golpeado su rostro, el hombre colocó sus dedos en el abdomen de la chica, tanteando con sus yemas, las cuales se mezclaban con la sangre diluida. Antes de proseguir aflojó un poco su pantalón. Su miembro comenzaba a ponerse rígido. No era que no se pudiera tener bajo control, pero algo en esa situación lo sobrexcitaba. Tener a esa mujer bajo su merced era un gran placer para él, el cual no podía ocultar. La virilidad del joven brotaba del interior del pantalón. Se movió un poco para que su pantalón se terminara de bajar solo.
Retiró completamente la parte superior del atuendo de la mujer. Como su peso era mayor al de ella y su fuerza también estaba por encima no tenía que estar sujetándola todo el tiempo, lo cual le daba más libertad para hacer de las suyas. Observó los senos de la chica, apretándolos con sus dedos de forma poco delicada. Se los estaba retorciendo y pellizcando. — ¿No te agrada? — Preguntó Night cuando la respuesta era obvia.
El pelinegro acercó su rostro al de ella, dejando sus labios rozando con los ajenos y le dijo: Tu dolor es mi placer, debes recordar eso. — Dicho eso, el muchacho tiró la prenda lejos y comenzó a meter la mano bajo la ropa que cubría sus extremidades inferiores. Los dedos fríos y ásperos de Night acariciaron la entrepierna de la joven. Sabía que no podía ser una sensación muy placentera. La piel de sus manos se había curtido un poco por los entrenamientos e incluso podría lastimarse su masculinidad si intentaba tocarse con ellas sin la lubricación adecuada. .
Pegó su mejilla izquierda al rostro de la mujer, robándole otro beso y empapándola con sangre. — Grita, ¡grita a todo pulmón porque nadie va a venir a salvarte! — El pelinegro terminó de correr su pantalón junto al de la joven, haciendo ambas piezas de ropa a un lado. Ambos habían quedado completamente desnudos en la misma posición. El glande del muchacho chocaba con la entrepierna femenina, lo cual le generaba algunas cosquillas al chico al ser un lugar lleno de terminaciones nerviosas. — No sé si debería continuar… ¿Tú que dices? — Le preguntó. La verdad era que no importaba lo que le respondiera, se la iba a meter hasta el fondo.
Night- General Marino
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
1° Post Ataque Medio [Maestría Electricidad]
- Spoiler:
- Estaba segura que una descarga de esa magnitud hubiera sido lo suficiente para quitármelo de encima pero al ver que este resultaba ser de alguna manera “inmune” me aterro la idea de lo que ese hombre verdaderamente representaba. Sus ojos flameaban casi como las llamas mismas de una manera algo apacible, un último suspiro escapada de mis labios cuando se me propinaba un golpe directo al rostro. No comprendía como era posible que siguiera de pie…
Sus dedos ejercían leve presión sobre mi vientre, terminando por tintar sobre mi piel la misma sangre que había caído de la comisura de su boca. Todo sucedía de una manera inesperada, repentina. Casualmente uno de mis recuerdos se disparaba justo cuando las legiones de Roma atacaron mi hogar, asesinando no solo a mi padre frente a mis ojos sino también arrebatándome del lado de mi madre para terminar como un centro de distracción a los hombres que eran sometidos al estrés de la guerra.. o al menos así lo mencionaban ellos cuando recurrían necesariamente a los brazos de las mujeres egipcias.
Precisamente esa situación no distanciaba demasiado de lo que viví anteriormente, tratando de esconderme de aquellos que quisieron aprovecharse. Ideando una manera de como escapar llegaba a ser traicionada por mis propias compañeras, realmente no se podía confiar en nadie, confinada a esa fría prisión pasaba el resto de mis días esperando solo la llegada de la muerte, no había necesariamente nada por lo que luchar o vivir. A excepción de esa persona, el que me protegió simplemente no ejerciendo diferencias por ser de otra nación o género.
Un pequeño grito era extraído al momento de sentir como ambos senos fueron apretados de manera brusca, ambos perdimos todas nuestras prendas sin si quiera percatarme de ello. Apretaba ambas piernas cuando colocó su mano sobre mi intimidad, un mecanismo casi instantáneo tratando de protegerme…
Tienes razón.
De a poco mi cuerpo dejaba de ofrecer esa resistencia, el pelinegro incluso podía moverse con más libertad.
El pedir ayuda resultaba en vano, nadie llegaría a acudir en mi auxilio por más que tratara de mencionar aquel nombre. Dejando caer una mano sobre su espalda se generaba el primer roce entre ambos, notando como la excitación de ese hombre avanzaba. Fijando la vista sobre el cielo veía como las nubes eran arrastradas con mera facilidad por el viento, ni si quiera esos cúmulos blancos del firmamento lograban oponer resistencia por más que estas no desearan ser llevadas a otro sitio. Ya no importaba mucho lo que dijera o no, entraba en una especie de shock donde ninguno era capaz de sacarme de ese ensimismamiento. Aquel extraño no paraba de moverse mientras repetía continuamente que tenía toda la razón.
Nadie vendrá.. es por eso…
Por eso tenía que seguir luchando, no por conseguir la aceptación de alguien o por el miedo de terminar sola, sino porque precisamente nadie vendría a mi rescate.. yo sería la única que debía de responder por mí misma.
La perla fue creada para mantener el sello de mis poderes pero yo sola era capaz de manipular dicha energía a mi antojo. Tornándose mi rostro casi frío enterraba los dedos sobre la espalda de ese hombre. A medida de que las emociones se disparaban ese cristal se tornaba de un tono oscuro al igual que las nubes detenían su paso sobre el cielo siendo llamados por aquel cosmos que emanaba de mi cuerpo.
Siempre estaré solo yo al final.
Reconociendo esa verdad, respiraba profundamente… si desataba el resto de esos sentimientos negativos no solo lo destruiría a él, también terminaría destruyéndome a mí. El aire pasaba casi de manera gélida, el cielo retumbaba casi sonoramente de una manera lúgubre… la estática del lugar que se generaba elevaba pequeños objetos como piedras, hojas, incluso las prendas se movían casi flotantes. El pendiente seguía estando sobre mi pecho por lo que golpeando el centro de su torso descargaba una gran energía.
Comparto la idea de que nadie vendrá a salvarme… no me interesa.. mientras yo al menos me siga preocupando por mí.
Realmente no me puedes provocar más dolor del que ya he llegado a vivir.
Seiren- Amazona Dorada
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
- Spoiler:
- Le parecía un tanto extraño que dijera eso. Él esperaba una reacción parecida a la que ella había tenido cuando se apareció de la nada y sin siquiera preguntarle la abrazó de la forma más atrevida. Sin embargo parecía que aquella mujer había perdido el miedo por él. El extraño pendiente que llevaba sobre su pecho cambiaba de color y sentía un impulso recorrer su cuerpo, como una descarga eléctrica. Era demasiado tenue para representar un peligro. El clima parecía no estar de humor, ya que las nubes se teñían del mismo color que el cristal que portaba la mujer. El chico sintió escalofríos por estar desnudo en medio de la naturaleza y sentir una corriente de aire frío acariciar su piel. Dejó de introducir sus dedos en la blanca hendidura. Si creía que no podía causarle más dolor estaba más equivocada de lo que él pudo llegar a pensar. Sintió los arañazos en su espalda, pero no les prestó atención. Él no era un debilucho que cedía ante algunos rasguños. No había modo en el que aquella mujer pudiera hacerlo detenerse.
Se levantó y la miró desde arriba, como si estuviera examinando su cuerpo antes de proseguir. Notaba que había dejado algunos rasguños a los largo de sus senos y incluso había dejado marcas algo profundas, aunque el tampoco había salido ileso de aquello. En su espalda tenía las marcas de largas uñas enterradas. Saboreó la sangre que se hallaba en sus labios. Había sido mucho el daño que había recibido por lo que iban a sangrar por un rato. Aquello era todo menos un acto de amor, eso seguro.
Night limpió el líquido rojo de sus labios mientras se ponía de rodillas, después le abrió las piernas a la joven para poder apreciar mejor el espacio entre ambas. Esperaba que fuera difícil hacerlo, puesto que al meter la mano ella había cerrado sus piernas tratando de impedir que él siguiera explorando la zona con sus dedos como un mecanismo de defensa.
Con su mano izquierda comenzó a frotar su miembro, tratando de “motivarlo” para que alcanzara su máxima rigidez. El chico emitía leves gemidos. El color oscuro de la perla era algo que lo estaba… ¿excitando más? No lo sabía. Por un lado se decía que debía detenerse, que no valía la pena pero, se había tomado como un reto personal las palabras de la joven. ¿En serio lo estaba desafiando? Así lo vio él cuando dijo que nada de lo que hiciera podría causarle más dolor.
El pelinegro jamás había hecho algo así. Por años contuvo sus deseos y esa había sido la oportunidad más cercana que había tenido para descargarse. Lo más probable era causarle daño a esa mujer, debido a que todo el que había visto su miembro decía que su tamaño no era normal.
— ¿Entonces piensas que no te puedo flagelar más? Eso lo vamos a ver a continuación…Soy muy competitivo y cuando me dicen las cosas de esa forma me las suelo tomar como un autentico reto. ¿Escéptica? Veamos cuánto te dura.
No sabía hasta qué extremos estaba dispuesto a llegar con tal de escucharla gritar y ver la agonía en su rostro. Alzó a la mujer por los brazos, usando su cosmos para defenderse de cualquier ofensiva que pudiera intentar. Si aquella era una pelea definitivamente era la más extraña de todas. ¿Iban a tener una confrontación mientras hacían… eso?
Levantó por completo a la chica, sosteniéndola entre sus brazos para que no cayera. El muchacho sonrió y, tomando su miembro con la mano estando ya en pie, empezó a introducirlo en la intimidad de la chica. Dejaba escapar sonidos de su boca mientras lo adentraba. Tal vez ella no lo iba a disfrutar, ya que era la idea que se tenía, sin embargo él si parecía estar gozando al máximo. El cosmos eléctrico de la mujer no lo molestaba, sólo le causaba cosquillas en su endurecido falo. Cargó a la chica, empinándola sobre su propio cuerpo de tal modo que su miembro entró por completo y a empujones la guió hacia un árbol, recargándola en él para hacer mucho más fácil la inserción de su pene. Las embestidas fueron lentas al principio puesto que el pelinegro era poco experimentado, no obstante eso no lo frenaba. En lo absoluto.
Night- General Marino
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
2° Post Ataque Medio [Maestría Electricidad]
- Spoiler:
- Le estaba encarando de alguna manera, pues ese hombre se colocaba para mirarme fijamente.. descendiendo la vista por toda la trayectoria de mi cuerpo. Jadeando un poco no podía moverme como antes, el romano logró su objetivo el sellar mis poderes pero… ¿por cuánto tiempo?.
Si tenía que reaccionar entonces ese era el momento, tratando de levantarme mis energías eran consumidas precisamente por esa perla, quedaba prácticamente indefensa. Retirando su propia sangre sujetaba mis piernas, el sonido de su voz solo me causaba más angustia… la resistiría pues precisamente era lo que buscaba aquel extraño. Pocas palabras lográbamos intercambiar, solo lo justo y necesario por así decirlo, confundida no lograba comprender el hecho por el que seguía actuando de esa manera, eso sí tenía que verlo de una manera un tanto “lógica”.
De inmediato con su amenaza arrastró mi cuerpo hacia el suyo logrando abrir mis piernas tomándome por los muslos. Sujetando mis brazos estrechaba nuestros cuerpos, mis pechos se contraían sobre su torso, seguía algo adolorida debido a las manipulaciones anteriores que no evité lanzar un pequeño quejido de dolor.
¿Qué más se me podría arrebatar?... realmente no tenía nada que perder tampoco, no lograba moverme y lentamente era tomada.. bajando sentía como su miembro se abría paso entre los pliegues de mi intimidad. Por mucho que evitara pensar de aquella forma inconscientemente las lágrimas saltaban una tras otra empapando mi rostro.
Llevando el paso ese joven lograba aprisionarme contra uno de los árboles logrando tener una manera más fácil de como proseguir. De mi espalda aún se podían notar las cicatrices de los azotes a los que me sometieron.. más la cicatriz que llevara de él no se borraría. Elevando las piernas me apoyaba al nivel de su cintura, solo dando pequeños quejidos de lo que sentía.. tratando de no armar un escándalo para atraer lo que eran otros ojos ajenos.
Por tanto que lograra resistirme mi cuerpo empezaba a sentir… el dolor infligido de aquellas penetraciones se hacían cada vez más prolongadas. Abrazándolo un poco notaba como él mismo hasta se cansaba manteniéndose en esa postura, recargaba levemente mi mentón sobre su hombro para fijarme que no muy lejos se encontraba mi arco junto con la máscara de plata. Mordiendo mis labios me contuve a gritar pues experimentaba un dolor horrible que paralizó mi cuerpo, tanto que la perla destelló de una manera oscura pero más que eso la carga negativa que contenía empezaba a fragmentar el sello que fue colocado dentro de mí. Cayendo ese hombre por el cansancio de mantenerse de pie quedábamos semisentados logrando que este solo entrara mucho más… desgarrándome para abrirse paso.
Colocaba ambas manos sobre sus hombros teniendo esa oportunidad de derribarlo, arrojándolo sobre el césped.. tras las marcas de mi espalda unas alas blancas se extendían, casi sangrantes por tener que absorber la energía que poseía en mi interior. Al fragmentarse solo lograron estallar las plumas alrededor de nosotros liberando una bruma con las que llamaban esas nubes que chocaban entre sí y desataban sus rayos cuarteando la tierra y destrozando algunos árboles de alrededor.
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
- Spoiler:
- Dejó de prestar atención en las expresiones de la chica, que era lo que más le interesaban en un principio. A pesar de que él decía que hacía todo aquello para hacerla sufrir no se debió haber olvidado de un detalle muy importante. Sobre todas las cosas era un hombre, y tener a una mujer, sometida y con las piernas abiertas mientras él alcanzaba el placer puro mantenía su mente ocupada. Con cada embestida se sentía más cansado, como si aquel acto indecoroso estuviera consumiéndole sus energías en un proceso lento. Era la primera vez que hacía algo como eso, así que no tenía idea de cómo debía estar reaccionando su cuerpo, qué debía sentir o la forma en la que iba a terminar.
Él embestía, golpeando el cuerpo de la mujer contra el árbol, lastimándola con cada nuevo embate. Faltaba poco para que todo llegara al final. Sintió un espasmo de placer que lo recorrió de pies a cabeza, causando que se sacudiera completamente, expresando gemidos que evidenciaban lo excitado que estaba, lo cual se podía ver en toda su faz. Su cuerpo estaba débil de pronto. No sabía que tener relaciones podía llegar a cansarlo de esa manera tan extraña. Su cuerpo friccionaba con el de la mujer y su miembro salió sin necesidad de que él lo retirara, emitiendo un sonido al evacuar de la entrepierna de la muchacha. Todo indicaba que el chico había logrado su meta. Ciertamente la mujer no había salido inmaculada.
Sintió que era derribado, pero no le importó. La satisfacción seguía en él, como si hubiera sido lo más maravilloso. Su corazón latía como loco y podía escucharlo retumbar en su cabeza. La respiración del pelinegro era acelerada, más de lo usual. Night era nuevo en esas cosas; a lo mucho se había tocado en esas partes íntimamente con sus manos pero lo que pasó ahí fue diferente. Se levantó del suelo de manera torpe, sintiendo el pasto picarle en el trasero y la espalda. Por unos instantes se había olvidado totalmente de la existencia de la mujer de cabellos oscuros. Debía ser tonta para no haber huido en esa oportunidad, ya que la veía postrada por encima de él, invirtiendo las posiciones. El joven no deseaba levantarse de su lugar, pero tenía que quitarse a la chica. Conociendo a las féminas podían aprovechar cualquier momento para atacar con él estando tan vulnerable.
El clima se tornó más brusco. Rayos y viento descomunal se hicieron presentes, acabando la poca armonía que le quedaba al bosque. El joven no se percató de las alas que brotaban de la espalda de la amazona, sólo vio un brillo y la bruma que se había creado. Una simple cortina no la iba a salvaguardar. Concentró su cosmos en su brazo, del mismo modo en el que lo había hecho cuando le perforó el pecho a Aspros, cortando la niebla de un manotazo, como si estuviera alejando una mosca. Su ataque no sólo arrastró la bruma, también árboles, rocas que habían quedado sueltas por los rayos que desquebrajaron la tierra y también las prendas de ambos salieron volando por los aires. Capricornio todavía no controlaba su poder a la perfección, pero al menos era conciente de que lo poseía.
La dama de cabello oscuro había quedado totalmente expuesta. Un arco voló por sobre su cabeza al ser arrastrado por el viento, lo cual le causó gracia. — ¿Estás disfrutando esto? Yo sí. Es más divertido cuando se resisten. — Manifestó con tono de burla mientra sentía cómo su miembro perdía el vigor. Empujó a la mujer sin tener delicadeza, apretando uno de sus pechos accidentalmente. Unas gotas de semen caían de su miembro, a lo que Night respondió sacudiéndose su virilidad sin importarle que ella lo viera. Observó la intimidad de la chica. Se sentía complacido, pues había dejado su marca en ella.-Creo que planté mi semilla en ti.- Comentó burlón. —Me siento cansado… ¿tú no? ¿No te quieres recostar a mi lado antes de seguir con esto? —Preguntó el chico, Le importaba poco cuál fuera su contestación. Al disipar esa bruma él solamente había mostrado un destello de su poder.
Night- General Marino
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
3° Post Ataque Medio [Maestría Electricidad]
Mis ojos solo se dirigían en una sola dirección y era hacia ese hombre, a pesar de que lo miraba realmente no lo veía, ya no veía a nada y a nadie. Mi cuerpo se puso totalmente rígido, todo dentro de mí gritaba que debía moverme pero simplemente quedaba paralizada en el momento. Una a una caían las lágrimas de mi rostro, mis dedos aún se encajaban sobre sus hombros… con cada minuto que pasaba ejerciendo más presión.
Al ser empujada solo pude volver a arrodillarme y tratar de abrazar mi cuerpo, dejaba que mis cabellos al menos me cubrieran de la vista de aquel sujeto. No deseaba respirar en esos momentos. Repentinamente habría los ojos con más terror del que nadie podía imaginar, llevando mi mano inconscientemente a la altura de mi vientre, no se trataba de una broma realmente. Pensando en esa posibilidad lanzaba un grito enorme que resonaba por todo el bosque, posiblemente algunos pudieron solo escuchar el sonido del viento en un suave lamento.
La bruma aparentemente nos había ocultado como un intento de evadir lo que sucedía, como si con eso simplemente nos hiciera desaparecer de la faz de la tierra aunque nuevamente esa venda era retirada de mis ojos. El dolor de mi pecho se disipaba ahora en todo mi ser, era asfixiante algo que me quemaba por dentro vivamente, respirando de una manera agitada notaba el color de esa perla, impregnándose en una tonalidad oscura.. la energía que fue entremezclada por el ex general terminó por consumirse al no poder contener todas las descargas negativas que produjo mi corazón.
A unos escasos centímetros se localizaba su arco, estaba furiosa, tenía demasiado odio con ese hombre. Ordenando desesperadamente mover mi mano esta solo pudo deslizarse sobre mi muslo.. acercándose al mismo arco. Nada podría hacer en esa situación pues al no poseer ninguna flecha era incapaz de hacerle daño y si la tuviera sería demasiado fácil evadir.
Debería crear una flecha que nadie fuera capaz de ver, solo yo…
Enterrando mis uñas sobre mi vientre dejaba profundas marcas, tanto que ya la sangre empezaba a notarse. Resistiendo el mismo dolor que me infligía avanzaba lo más posible alcanzando finalmente el arco, mientras tanto mi cosmos se desataba… la desesperación prácticamente me estaba guiando en esos momentos.
Me sentía en parte indignada y en otra totalmente sucia.. su olor aún quedaba impregnado sobre mi piel, el calor con el que logró friccionar mi cuerpo contra el suyo… esos sonidos con los cuales emitía el placer que disfrutaba no dejaban de acabar ensordecerme. Levantándome un remolino de aire se abría bajo mis pies, sostuve el arco tensando la cuerda prácticamente hasta que mis dedos sangraran por el esfuerzo.. era verdad… no había nada con que apuntarlo.
Yo lo crearía.
Seiren- Amazona Dorada
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
Lejos de ese lugar, en el Santuario, justo por delante de la estatua de Athena, se vio un resplandeciente brillo dorado que surcaba el cielo. A los pies de la figura sagrada se presentó la cabra dorada que representaba la armadura de Capricornio.
Pero la armadura no se quedó quieta. Por ello, de un momento a otro en lugar en que Seiren y Night se encontraban se iluminó con un brillo cegador. Era más esplendoroso que el mismo sol. Las hojas de los árboles se sacudieron con violencia y la armadura de Capricornio comenzó a emanar una cosmoenergía protectora sobre el cuerpo de Seiren, interponiéndose entre ella y Night. Se decía que todos los caballeros dorados desde la época del mito llevaban en su brazo derecho a Excalibur, tal vez ese fue el motivo por el cual en el brazo derecho de Night empezó a resplandecer un cosmo frío que se retiró de su cuerpo, para siempre, y volvió a la armadura dorada.
Era una clara señal de que fuera lo que fuera que hubiera de gracia de parte de Athena por el, ya no estaba. La armadura lo había abandonado y estaba esperando a ver que iba a realizar. Un hombre sin dignidad, que viola a una mujer, nunca podría haber sido parte del ejercito de Athena, que representaba a la justicia, el amor fraternal, la bondad y la paz en el mundo de los hombres.
Al parecer el grito del corazón de Astrid si había sido escuchado, y era el mismisimo cosmo de Athena el que ahora protegia y sanaba su cuerpo, trayendole algo de esperanza en un momento como ese.
______________________
Por decisión y la facultad que tengo como diosa, le quito la armadura dorada a Night por no cumplir con los standares minimos que se solicitan para un caballero dorado... dentro de ello, honor y bondad. Un violador no podría ser un caballero dorado.
Pero la armadura no se quedó quieta. Por ello, de un momento a otro en lugar en que Seiren y Night se encontraban se iluminó con un brillo cegador. Era más esplendoroso que el mismo sol. Las hojas de los árboles se sacudieron con violencia y la armadura de Capricornio comenzó a emanar una cosmoenergía protectora sobre el cuerpo de Seiren, interponiéndose entre ella y Night. Se decía que todos los caballeros dorados desde la época del mito llevaban en su brazo derecho a Excalibur, tal vez ese fue el motivo por el cual en el brazo derecho de Night empezó a resplandecer un cosmo frío que se retiró de su cuerpo, para siempre, y volvió a la armadura dorada.
Era una clara señal de que fuera lo que fuera que hubiera de gracia de parte de Athena por el, ya no estaba. La armadura lo había abandonado y estaba esperando a ver que iba a realizar. Un hombre sin dignidad, que viola a una mujer, nunca podría haber sido parte del ejercito de Athena, que representaba a la justicia, el amor fraternal, la bondad y la paz en el mundo de los hombres.
Al parecer el grito del corazón de Astrid si había sido escuchado, y era el mismisimo cosmo de Athena el que ahora protegia y sanaba su cuerpo, trayendole algo de esperanza en un momento como ese.
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Por decisión y la facultad que tengo como diosa, le quito la armadura dorada a Night por no cumplir con los standares minimos que se solicitan para un caballero dorado... dentro de ello, honor y bondad. Un violador no podría ser un caballero dorado.
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
—¿No sentiste algo raro?— Preguntó Second en la mente de Night. Una luz cegadora había iluminado el lugar en el que el muchacho de hermoso cabello azabache reposaba. Ignoró la pregunta del espíritu. Seguía en el suelo, totalmente despreocupado de la vida e ignorante de que su armadura lo había abandonado por haber tenido sexo con una desconocida, algo que no veía mal siendo él quien era. Siendo franco consigo mismo, aquello ni siquiera lo habría movido un poco de su lugar, porque él mismo había jurado frente al Santuario de Athena y al juzgado de las almas errantes lo siguiente:
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—Y lo sostengo… — Completó. No estaba hablando con la pelinegra, lo hacía consigo mismo. El joven se levantó del suelo, bostezando y mirando a la mujer que sostenía el arco. —¿Piensas matarme con el aire? Mujer tenías que ser…— Musitó el muchacho, para después caminar hacia un árbol que se había salido de la tierra por el viento y que quedó inclinado para recostarse en él.—Second encárgate de la niña, yo me voy a dormir.— Comentó el chico mientras cerraba los ojos y se dejaba caer en los brazos de Morfeo. Una luz blanca salió de su pecho, en forma de un relámpago que chocó con la tierra, levantando una cortina de polvo y rocas pequeñas. Un hombre emergió de la nube. — ¿Qué le hago? ¿La penetro por atrás?— Interrogó el duplicado con curiosidad a su invocador. Al igual que Night el otro joven también iba descubierto y no parecía tener pudor, como si fuera lo más natural del mundo ir así. –No sé, tú arréglatelas.- Dijo por último el chico antes de echarse a dormir con una sonrisa en la cara. Había cogido y las fuerzas decidieron escapársele del cuerpo. Afortunadamente Second contaba con baterías propias para encargarse de la situación.
-¿En serio lo querías atacar con el aire? Muchacha, ahí no hay flecha.
OFF ROL:—Tienes que hacerlo, sólo así podrás demostrar lo que vales. No a los demás, sino a ti mismo. Si te vas seguirás siendo cobarde y nunca podrás mirarte como lo que pudiste ser en verdad. Y te recordamos, la razón de irte es debido a que afirmabas que tu vida era aburrida, se te presentó esta oportunidad y la tomaste, y ahora te quieres ir... Si te vas, ¿qué es lo que te espera? ¿Entiendes lo que tratamos de decir?
—Sí... Yo acepté portar esta armadura porque en Roma no tenía futuro, ni rumbo, ni esperanza. Yo no veo a Athena como a una diosa, la veo como una oportunidad, la oportunidad para escapar de mi vida sin propósito ni rumbo. Lo sé, soy egocéntrico, sólo me preocupo por mí, pero así soy yo.
No soy un héroe, no soy valiente, no soy noble, no soy justo... Soy Night. No seré un hombre perfecto que lucha por causas justas, pero tampoco soy una mala persona. Lucharé por Athena, pero fuera de eso me interesaré sólo en mí, el resto se puede ir al demonio.
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—Y lo sostengo… — Completó. No estaba hablando con la pelinegra, lo hacía consigo mismo. El joven se levantó del suelo, bostezando y mirando a la mujer que sostenía el arco. —¿Piensas matarme con el aire? Mujer tenías que ser…— Musitó el muchacho, para después caminar hacia un árbol que se había salido de la tierra por el viento y que quedó inclinado para recostarse en él.—Second encárgate de la niña, yo me voy a dormir.— Comentó el chico mientras cerraba los ojos y se dejaba caer en los brazos de Morfeo. Una luz blanca salió de su pecho, en forma de un relámpago que chocó con la tierra, levantando una cortina de polvo y rocas pequeñas. Un hombre emergió de la nube. — ¿Qué le hago? ¿La penetro por atrás?— Interrogó el duplicado con curiosidad a su invocador. Al igual que Night el otro joven también iba descubierto y no parecía tener pudor, como si fuera lo más natural del mundo ir así. –No sé, tú arréglatelas.- Dijo por último el chico antes de echarse a dormir con una sonrisa en la cara. Había cogido y las fuerzas decidieron escapársele del cuerpo. Afortunadamente Second contaba con baterías propias para encargarse de la situación.
-¿En serio lo querías atacar con el aire? Muchacha, ahí no hay flecha.
- Spoiler:
Una sonrisa traviesa apareció en los labios de Second. A diferencia de Night él no se veía como un hombre malo… lucía como un chico juguetón y que ardía en deseos indecorosos. El doble era otra faceta de Night, menos malhumorada y más curiosa. Quería jugar y experimentar lo mismo que el primero. Aunque compartían un cuerpo, Second podía materializar uno propio si lo deseaba.
El chico llevó su dedo índice a su boca y lo presionó contra su labio inferior de forma sutil, oprimiendo la punta de su dedo en el labio superior. –Vamos nena.- Al decir eso, cientos de manos fantasmagóricas se manifestaron alrededor de la joven. Eran largas, moderadamente transparentes y con la apariencia de tentáculos serpenteantes que surgían del suelo alrededor de la chica. El viento alrededor no parecía afectar a esas extremidades, como si fueran inmunes al mismo.
—¿Alguna vez has estado en una orgia fantasmal?— Espetó el pelinegro mientra su sonrisa se ensanchaba todavía más. Disfrutó repasar el cuerpo desnudo de la chica con su mirada pervertida. El joven fantasma comenzó a… ¿bailar? Pero no en una forma ridícula, era como si quisiera embobarla con esos movimientos serpentinos. Y al hacer esos extraños movimientos las manos fantasma comenzaron a pegarse al cuerpo de la chica, tocando, rozando, haciendo daño, cercándola, como si fueran cientos de hombres los que estuvieran manoseando la figura curvilínea de la mujer. La mirada de aquel adonis pelinegro expresaba seducción, prometiendo ser más “amoroso” que Night. Entre más se movía el chico con su danza, más se enloquecían las extremidades.—Muévete muñeca, danza para mí. Imagina si invocara cientos de falos fantasmales, el doble de grandes que el de Night, e hiciera que te penetraran una y otra vez por todos los orificios, sólo para sacarme una sonrisa.— Comentó. Aquel muchacho podía compartir la misma cara del que yacía dormido, pero sus modos de pensar diferían demasiado. All ser parte del mismo parecía tener control sobre sus habilidades, en este caso estaba empleando su capacidad para controlar almas, con propósitos oscuros y depravados.
-Night está muy loco, pero yo estoy muy cuerdo. O quizá sea al revés.- Concluyó.
Manipulación aceptada por Seiren, con el propósito de ayudarla a despertar su 1er AM
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
4° Post Ataque Medio [Maestría Electricidad]
Pequeñas chispas resonaban unas contra otras, apretaba los dientes resistiéndome a seguir hasta que sintiendo casi un cosmos cálido que envolvió mi cuerpo parecía sanar todas las heridas.. al menos superficialmente. Era un poder mucho más grande, algo que no se podía comparar con cualquier cosa queriendo consolarme, lamentablemente no había nada dentro de mi corazón que calmara el desprecio que sentía no solo por ese sujeto sino por mí misma. Una armadura de oro con la forma de un carnero se presentaba ante nosotros, sin bajar la guardia observaba como un brillo era extraído del brazo derecho de ese hombre.. tras esa razón pude comprenderlo todo… siempre se había tratado de uno de los guardianes de Athena.
Mis ojos se volvían pardos, a pesar de que ya no tenía la gracia de esa diosa su arrogancia parecía no acabar. Reaccionando parpadeé un par de veces viendo que no existía nada, solo la cuerda tensándose entre mis dedos, las delgadas líneas de sangre caían impregnando algunas gotas en el suelo.
Amazona…- ya no se me podía ni si quiera llamar una mujer cuando fui tratada como cualquier objeto. Pequeñas ondas de energía emanaban apenas haciéndose visibles entre mis dedos, las estelas de luz al parecer eran tan finas como hilos que me daba cuenta que la única capaz de verlos era yo. Al ignorarme como siempre llamaba a un hombre idéntico a él, el impacto de verlo nuevamente fue tal que logró sacarme de mis verdaderos propósitos.
Dejándome engañar levemente notaba que este “duplicado” era más diferente que él primero, de tal forma que solo pude lograr dar un paso hacia atrás. La danza comenzaba cuando unos brazos se paseaban definiendo mi cuerpo, desconcentrándome movía el arco para alejar o disipar esas sombras pero nada funcionaba. Atrapándome dejaba que mi cuerpo cayera totalmente.. mirando a ese fantasma mientras que el otro responsable empezaba a dormitar plácidamente sobre ese árbol. Descubriendo finalmente el nombre de ese hombre una nueva ira nacía de mi pecho, la perla que pendía brillaba deseosa de obtener la sangre de ese hombre.
¡¡Night!!
No tenía la intención de llamarlo para que se enfrentara, solamente respondía al sentimiento que me provocó el conocer su identidad. Tensando la cuerda no lo pensaba dos veces dejando que esas finas ondas de energía se describieran en mis manos, soltando la cuerda el aire lo impulsaba dejando aproximarse cada vez en su objetivo.. si bien atravesaba el cuerpo de Second no me importaba pues apuntaba justamente en dirección de ese hombre.
El hombre tras mi grito al pronunciar su nombre se levantaba para ver que sucedía pero cuando lo hizo una flecha se materializaba clavándose justo sobre su pecho. Al momento de impactar la silueta de Second desaparecía así como los múltiples brazos que me aprisionaron liberándome, el deseo de manifestar ese tipo de arma se hacía realidad… a pesar de haber asestado ese golpe solté el arco moviéndome tras la primera prenda que encontraba, mis ropas fueron destrozadas a excepción de la larga camisa de ese hombre, sin opción me la colocaba cubriéndome… sabía que no se movería por bastante tiempo.
Había cambiado totalmente pero aun así le temía.. si fue capaz de tomarme no deseaba pensar lo que haría si lograba desprenderse de esa flecha.
Si sobrevives.. no dudare en lanzarte esa flecha directa al corazón… aunque entre más te resistas solo lograras que esta se siga adentrando… estoy segura que solo un caballero dorado puede contrarrestar la técnica pero… no lo eres más..
Algo me decía que me moviera de inmediato.. tomando la máscara de plata ocultaba mi rostro, al menos por si lograba toparme con alguien. Le temía a pesar de que lo hubiera alcanzado…
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
En que estado tan patético quedaste Night…ya verdad no esperaba que fueras tan lejos, pero está bien. Que esto sea una lección para ti. dijo Aspros mientras aparecía frente al ex-Santo de Capricornio, acercándose para así posar su mano sobre la flecha y asirla, notando que en lugar de hundirse más y más como lo había estado haciendo el material del que estaba hecho reaccionó a su tacto, así permitiéndole sacarla poco a poco. Después de un fuerte tirón que dejó escapar una gran salpicadura de sangre la flecha había sido retirada, dejando que Aspros se retirara y esperara a que el otro se levantara.
Vaya serie de sucesos que se habían dado tan solo con juntar a dos personas que seguramente no se hubieran llevado bien ni en mejores circunstancias…no importaba, al menos había podido dar con una que otra cosa interesante. Cruzándose de brazos, Aspros avanzó para así marcar más distancia con respecto a su compañero de cabello negro. Con una ceja levantada el gemelo de Cambre notó como las nubes se disipaban para así dejar pasar la luz anaranjada del crepúsculo, anunciando el fin de la tarde de aquel día tan movido.
Vaya serie de sucesos que se habían dado tan solo con juntar a dos personas que seguramente no se hubieran llevado bien ni en mejores circunstancias…no importaba, al menos había podido dar con una que otra cosa interesante. Cruzándose de brazos, Aspros avanzó para así marcar más distancia con respecto a su compañero de cabello negro. Con una ceja levantada el gemelo de Cambre notó como las nubes se disipaban para así dejar pasar la luz anaranjada del crepúsculo, anunciando el fin de la tarde de aquel día tan movido.
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
1er post Ataque Fuerte - Especialización
Continuaba metido en sus sueños, sin molestarse en volver a dirigirle otra mirada a la mujer, subestimándola como lo había estado haciendo todo el día. Second estaba cuidándolo, encargándose de mantener entretenida a aquella mujer mientras él se concentraba en reponer las fuerzas que había quemado tras tener relaciones. Sintió un cosmos que se iba haciendo fuerte de forma gradual, más no le interesaba, al igual que el cosmos supuestamente divino que le había extraído algo de su cuerpo. Cualquier otro caballero se había enfadado al sentirse “traicionado” por su deidad, sin embargo Night no era ese tipo de santo. Tal vez sí pensaba hacer algo al respecto, pero sería después. Descansar estaba sobre todas las cosas, ya que le importaba más tener un cuerpo sano, descansado y duradero que preocuparse por cosas que tenían solución fácil. Aunque, si él lo quisiese podría usar su poder sobre el tiempo para conservar su edad por siempre y su cuerpo jovial, pero esa no era su prioridad, sólo quería vivir su vida plenamente. Ese fue su motivo para unirse al bando de Athena, el tener el poder para defender a su mundo y tener garantizado un futuro.
Cuando escuchó las tonterías que decía Second no pudo evitar emitir un suspiro y seguidamente abrir los ojos, a tiempo ara oír a la mujer exclamar su nombre y sentir cómo una flecha se incrustaba en su pecho, hundiéndose y produciéndole un sueño profundo. Él quería dormir y no podía hacerlo por eso escándalo, así que no opuso resistencia a ser llevado al mundo de los sueños por la flecha de la mujer. Sintió un dolor cuando ésta se introducía, pero se fue atenuando mientas se despedía de la realidad.
Mientras yacía dormido se olvidó por completo de lo demás. No sentía desesperación o dolor. Siendo honesto consigo mismo, no le habría molestado estar así por un tiempo. En medio de la oscuridad de su mente se encontraba. Estaba solo, no podía mover el cuerpo y la única luz existente provenía de él. Sintió una emanación de calor frente a él, como una caricia hecha por una mano suave y tersa sobre su rostro. Aquella sensación, estaba seguro de haberla experimentado en su dermis antes. Recordó a la persona que lo hacía sentir eso al tocarlo, sólo una podía ser y nadie era capaz de imitarle. -¡¿Madre?!- Exclamó en sus adentros, abriendo los ojos por completo. A su alrededor no había nada, sólo el abismo negro.
-¡Mamá, regresa! ¡Vuelve! ¡No te vayas otra vez!
Espetó el chico, elevando su mano derecha hacia el frente y separando su cuerpo del árbol sobre el que reposaba cual cadáver. Había despertado, sudando frío y con el corazón acelerado, como si hubiese visto a un fantasma del pasado. En frente no encontró a su madre, sólo a Aspros, observando el atardecer.
-Siento que ella está aquí. No quiero que me vuelva a abandonar.
Emitió Night por último, llorando y colocando las manos sobre su pecho. Ya no parecía un hombre malvado o un adolescente novato. Era como un niño que se había extraviado en una multitud y que llamaba a su mamá.
Continuaba metido en sus sueños, sin molestarse en volver a dirigirle otra mirada a la mujer, subestimándola como lo había estado haciendo todo el día. Second estaba cuidándolo, encargándose de mantener entretenida a aquella mujer mientras él se concentraba en reponer las fuerzas que había quemado tras tener relaciones. Sintió un cosmos que se iba haciendo fuerte de forma gradual, más no le interesaba, al igual que el cosmos supuestamente divino que le había extraído algo de su cuerpo. Cualquier otro caballero se había enfadado al sentirse “traicionado” por su deidad, sin embargo Night no era ese tipo de santo. Tal vez sí pensaba hacer algo al respecto, pero sería después. Descansar estaba sobre todas las cosas, ya que le importaba más tener un cuerpo sano, descansado y duradero que preocuparse por cosas que tenían solución fácil. Aunque, si él lo quisiese podría usar su poder sobre el tiempo para conservar su edad por siempre y su cuerpo jovial, pero esa no era su prioridad, sólo quería vivir su vida plenamente. Ese fue su motivo para unirse al bando de Athena, el tener el poder para defender a su mundo y tener garantizado un futuro.
Cuando escuchó las tonterías que decía Second no pudo evitar emitir un suspiro y seguidamente abrir los ojos, a tiempo ara oír a la mujer exclamar su nombre y sentir cómo una flecha se incrustaba en su pecho, hundiéndose y produciéndole un sueño profundo. Él quería dormir y no podía hacerlo por eso escándalo, así que no opuso resistencia a ser llevado al mundo de los sueños por la flecha de la mujer. Sintió un dolor cuando ésta se introducía, pero se fue atenuando mientas se despedía de la realidad.
Mientras yacía dormido se olvidó por completo de lo demás. No sentía desesperación o dolor. Siendo honesto consigo mismo, no le habría molestado estar así por un tiempo. En medio de la oscuridad de su mente se encontraba. Estaba solo, no podía mover el cuerpo y la única luz existente provenía de él. Sintió una emanación de calor frente a él, como una caricia hecha por una mano suave y tersa sobre su rostro. Aquella sensación, estaba seguro de haberla experimentado en su dermis antes. Recordó a la persona que lo hacía sentir eso al tocarlo, sólo una podía ser y nadie era capaz de imitarle. -¡¿Madre?!- Exclamó en sus adentros, abriendo los ojos por completo. A su alrededor no había nada, sólo el abismo negro.
-¡Mamá, regresa! ¡Vuelve! ¡No te vayas otra vez!
Espetó el chico, elevando su mano derecha hacia el frente y separando su cuerpo del árbol sobre el que reposaba cual cadáver. Había despertado, sudando frío y con el corazón acelerado, como si hubiese visto a un fantasma del pasado. En frente no encontró a su madre, sólo a Aspros, observando el atardecer.
-Siento que ella está aquí. No quiero que me vuelva a abandonar.
Emitió Night por último, llorando y colocando las manos sobre su pecho. Ya no parecía un hombre malvado o un adolescente novato. Era como un niño que se había extraviado en una multitud y que llamaba a su mamá.
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
1er Post 2do AF – Especialización
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Mientras esperaba a que Night se levantara después de haber sido dormido por el poder de una nueva técnica de Seiren, desarrollada en un momento de desesperación total el gemelo de Cambre se encontraba totalmente ensimismado, pensando varias cosas al mismo tiempo…entre ellas estaba el desarrollo, o mejor dicho, la ejecución de la técnica más poderosa de todos los Santos de Géminis, aquella que según las leyendas del Santuario se decía que podía destruir las estrellas de un solo golpe y que al dar en el blanco era capaz de incluso reducir cualquier armadura a menos que polvo. No era un caso de no saber como usarla…sino que el ex-senador no estaba completamente seguro de si de verdad podría controlar semejante cantidad y nivel de energía…hasta los momentos había hecho un trabajo excelente en el asunto de subir escalafones como un Santo de Athena pero ya aquello era…todo. Sería el clímax de todos sus logros y era por tanto que se encontraba…inseguro? Sí, se encontraba reacio a probarlo. De todas formas no tendría que preocuparse por esos instantes, tan solo debía esperar a que Night recuperara su consciencia.
De un momento a otro y después de un lapso de tiempo que no pudo determinar con propiedad, Aspros volteó la mirada al notar que ya su compañero volvía a sí mismo en el sentido más formal de la palabra, entre sus murmullos al despertar se encontraban frases que en el contexto en que se encontraba el peliazul no tenían ni el más mínimo sentido. Mamá? Que no se fuera? De que hablaba Night? Aspros no lo sabía…y eso le empezaba a preocupar.
Acercándose al otro, Aspros le dio una ligera palmada en la mejilla derecha a ver si con eso paraba el llanto del que ahora era presa.
Night? Night??? Estás bien? preguntó el gemelo de Cambre, sabiendo que su pregunta se antojaba estúpida y sin sentido…era obvio que su compañero no estaba nada bien, su condición era semejante al de un ataque de pánico o de nervios, ya los había visto antes. El problema radicaba en que el último que hubiera pensado ver en ese estado era aquel hombre, que en esos momentos se le antojaba como un pequeño niño aterrado y perdido en un lugar que desconocía por completo.
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Mientras esperaba a que Night se levantara después de haber sido dormido por el poder de una nueva técnica de Seiren, desarrollada en un momento de desesperación total el gemelo de Cambre se encontraba totalmente ensimismado, pensando varias cosas al mismo tiempo…entre ellas estaba el desarrollo, o mejor dicho, la ejecución de la técnica más poderosa de todos los Santos de Géminis, aquella que según las leyendas del Santuario se decía que podía destruir las estrellas de un solo golpe y que al dar en el blanco era capaz de incluso reducir cualquier armadura a menos que polvo. No era un caso de no saber como usarla…sino que el ex-senador no estaba completamente seguro de si de verdad podría controlar semejante cantidad y nivel de energía…hasta los momentos había hecho un trabajo excelente en el asunto de subir escalafones como un Santo de Athena pero ya aquello era…todo. Sería el clímax de todos sus logros y era por tanto que se encontraba…inseguro? Sí, se encontraba reacio a probarlo. De todas formas no tendría que preocuparse por esos instantes, tan solo debía esperar a que Night recuperara su consciencia.
De un momento a otro y después de un lapso de tiempo que no pudo determinar con propiedad, Aspros volteó la mirada al notar que ya su compañero volvía a sí mismo en el sentido más formal de la palabra, entre sus murmullos al despertar se encontraban frases que en el contexto en que se encontraba el peliazul no tenían ni el más mínimo sentido. Mamá? Que no se fuera? De que hablaba Night? Aspros no lo sabía…y eso le empezaba a preocupar.
Acercándose al otro, Aspros le dio una ligera palmada en la mejilla derecha a ver si con eso paraba el llanto del que ahora era presa.
Night? Night??? Estás bien? preguntó el gemelo de Cambre, sabiendo que su pregunta se antojaba estúpida y sin sentido…era obvio que su compañero no estaba nada bien, su condición era semejante al de un ataque de pánico o de nervios, ya los había visto antes. El problema radicaba en que el último que hubiera pensado ver en ese estado era aquel hombre, que en esos momentos se le antojaba como un pequeño niño aterrado y perdido en un lugar que desconocía por completo.
Aspros- Caballeros Dorados
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
2do post Ataque Fuerte y Obtención de Armadura - Especialización
El chico se quedó tieso cuando dejó de sentir la presencia de su madre, ese calor que le transmitía el tacto fantasmas que pudo percibir sobre su tez cuando todavía se encontraba atrapado en aquella burbuja de oscuridad densa e interminable. No estaba su madre con él, sólo era Aspros, quien le daba palmaditas en la mejilla para hacerlo reaccionar. Era obvio que hiciera eso, no era común que un hombre adulto comenzara a llamar a su madre, especialmente cuando ella no estaba siquiera viva. Había muerto durante el ataque a su pueblo. Ella había muerto muy joven, a la edad de 22 años, debido a que concibió a Night cuando todavía era una chiquilla. Todavía la recordaba, cada vez que cerraba los ojos por las noches veía su rostro. Al menos así era antes de que se fuera de Roma. Había tenido una buena vida en el Imperio gracias a su padre adoptivo, sin embargo una parte de sí mismo todavía no había logrado superar su temor y las pérdidas de sus seres amados.
Trató de conseguir algo de estabilidad, pero no podía. Seguía lagrimeando como un bebé. –Aspros… sentí a mi mamá. Mientras yacía dormido, pude… percibirla.- Un viento misterioso, que traía pétalos de flor consigo y que caían sobre el cuerpo desnudo del muchacho pelinegro, se hizo presente, como si en verdad hubiera un espíritu tratando de comunicarse con él. –Ese aroma tan delicioso… a flores… ¡Es el mismo de mi madre! Ella está aquí, ¿no puedes sentirla?- Espetó, y en ese instante una silueta femenina, envuelta en un vestido blanco y cuyo rostro se encontraba envuelto en un enigma al poseer un sublime velo blanco que ocultaba su identidad, se materializaba detrás de él, entrelazando sus brazos alrededor de su cuello y tocando la herida que el muchacho tenía en su pecho.
Night no podía verla a ella, sólo la sentía. Sin embargo era visible para el Santo de Géminis. La mano derecha de la mujer fantasma se elevó hacia el cielo, provocando que éste se tiñera de un color azul como el mar a pesar de que ya estaba por oscurecer, con una aurora que imitaba el movimiento de las olas del mar. De los cielos, como una estrella brillante que bajaba de la bóveda celeste, una hermosa armadura de detalles naranjas rodeada de un resplandor glorioso iba dirigida hacia el pelinegro.
-Mi hijo está destinado a grandes cosas. Gracias por haberlo ayudado a llegar hasta aquí, Aspros de Géminis.- Susurró una voz femenina y maternal que se mezclaba con la vibración del viento. El comentario de la mujer no parecía ser audible para el pelinegro, quien se encontraba con los ojos cerrados y un aura de cosmos, tan magnifica y prodigiosa que parecía llamar a una nueva vestimenta otorgada por los dioses.
Night ignoraba la armadura y los cambios en el ambiente. Sólo podía pensar en que su madre se comunicaba con él desde el mundo de los muertos.
Trató de conseguir algo de estabilidad, pero no podía. Seguía lagrimeando como un bebé. –Aspros… sentí a mi mamá. Mientras yacía dormido, pude… percibirla.- Un viento misterioso, que traía pétalos de flor consigo y que caían sobre el cuerpo desnudo del muchacho pelinegro, se hizo presente, como si en verdad hubiera un espíritu tratando de comunicarse con él. –Ese aroma tan delicioso… a flores… ¡Es el mismo de mi madre! Ella está aquí, ¿no puedes sentirla?- Espetó, y en ese instante una silueta femenina, envuelta en un vestido blanco y cuyo rostro se encontraba envuelto en un enigma al poseer un sublime velo blanco que ocultaba su identidad, se materializaba detrás de él, entrelazando sus brazos alrededor de su cuello y tocando la herida que el muchacho tenía en su pecho.
Night no podía verla a ella, sólo la sentía. Sin embargo era visible para el Santo de Géminis. La mano derecha de la mujer fantasma se elevó hacia el cielo, provocando que éste se tiñera de un color azul como el mar a pesar de que ya estaba por oscurecer, con una aurora que imitaba el movimiento de las olas del mar. De los cielos, como una estrella brillante que bajaba de la bóveda celeste, una hermosa armadura de detalles naranjas rodeada de un resplandor glorioso iba dirigida hacia el pelinegro.
-Mi hijo está destinado a grandes cosas. Gracias por haberlo ayudado a llegar hasta aquí, Aspros de Géminis.- Susurró una voz femenina y maternal que se mezclaba con la vibración del viento. El comentario de la mujer no parecía ser audible para el pelinegro, quien se encontraba con los ojos cerrados y un aura de cosmos, tan magnifica y prodigiosa que parecía llamar a una nueva vestimenta otorgada por los dioses.
Night ignoraba la armadura y los cambios en el ambiente. Sólo podía pensar en que su madre se comunicaba con él desde el mundo de los muertos.
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
2do Post 2do AF – Especialización
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Curiosamente, el ambiente en que se encontraban tanto Night como Aspros era uno que se daba pocas veces...mucho más con un dúo que había pasado tanto juntos desde el mismo instante en que el destino los había unido en el umbral del Templo de los Gemelos. En un principio todo indicaba que una vez descubiertas ciertas cosas puestas en marcha por el Santo de Géminis llegarían a separarse…pero ahora y después de un desarrollo particular parecían ser un equipo hecho para trabajar juntos. Incluso si ahora debieran de pertenecer a bandos diferentes…tal como lo indicaba la nueva armadura que había descendido del cielo para buscar al muchacho de cabello azabache.
Sonriendo mientras se levantaba y miraba a la aparición que había abrazado a Night, tan solo asintió para posar ambas manos sobre la cintura y esperar a que su compañero notara que en realidad no se encontraban solos. Aquella presencia que había asegurado el sentir todavía parecía escapársele de la percepción general.
Me sorprende que todavía no hayas visto en donde está tu madre, Night. Tan solo deberías voltear. le indicó Aspros en un tono mucho más solemne de lo que había usado jamás con el ex-Santo de Capricornio, cerrando los ojos y volteándose con calma para dejar que el chico tuviera un tiempo a solas con su progenitora…en aquel mismo instante, el peliazul no era más que un mal tercio o al menos, así se sentía. Tómate todo el tiempo que necesites, Night. Puedo esperar con calma. dijo finalmente el gemelo de Cambre al caminar unos pasos más allá, dejando que la hierba fuera aplastada bajo las botas doradas de su armadura.
Si antes el crepúsculo se notaba, ahora ni siquiera era perceptible…al pasar el tono anaranjado de aquella hora del día se daba paso la noche, mientras que las nubes de tormenta que antes parecían azotar a la tierra se dispersaban poco a poco. Al parecer la causa de que hubieran aparecido en primer lugar se había esfumado por completo. Respirando de forma calmada, Aspros admiró la luna plateada que ahora se entreveía a través de dos enormes nubarrones grises.
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Curiosamente, el ambiente en que se encontraban tanto Night como Aspros era uno que se daba pocas veces...mucho más con un dúo que había pasado tanto juntos desde el mismo instante en que el destino los había unido en el umbral del Templo de los Gemelos. En un principio todo indicaba que una vez descubiertas ciertas cosas puestas en marcha por el Santo de Géminis llegarían a separarse…pero ahora y después de un desarrollo particular parecían ser un equipo hecho para trabajar juntos. Incluso si ahora debieran de pertenecer a bandos diferentes…tal como lo indicaba la nueva armadura que había descendido del cielo para buscar al muchacho de cabello azabache.
Sonriendo mientras se levantaba y miraba a la aparición que había abrazado a Night, tan solo asintió para posar ambas manos sobre la cintura y esperar a que su compañero notara que en realidad no se encontraban solos. Aquella presencia que había asegurado el sentir todavía parecía escapársele de la percepción general.
Me sorprende que todavía no hayas visto en donde está tu madre, Night. Tan solo deberías voltear. le indicó Aspros en un tono mucho más solemne de lo que había usado jamás con el ex-Santo de Capricornio, cerrando los ojos y volteándose con calma para dejar que el chico tuviera un tiempo a solas con su progenitora…en aquel mismo instante, el peliazul no era más que un mal tercio o al menos, así se sentía. Tómate todo el tiempo que necesites, Night. Puedo esperar con calma. dijo finalmente el gemelo de Cambre al caminar unos pasos más allá, dejando que la hierba fuera aplastada bajo las botas doradas de su armadura.
Si antes el crepúsculo se notaba, ahora ni siquiera era perceptible…al pasar el tono anaranjado de aquella hora del día se daba paso la noche, mientras que las nubes de tormenta que antes parecían azotar a la tierra se dispersaban poco a poco. Al parecer la causa de que hubieran aparecido en primer lugar se había esfumado por completo. Respirando de forma calmada, Aspros admiró la luna plateada que ahora se entreveía a través de dos enormes nubarrones grises.
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
3er post Ataque Fuerte - Especialización
Manipulación aceptada por Aspros
En su nuca pudo sentir un suspiro helado, como si tuviera a alguien escondiéndose en su sombra. Quizá era Second otra vez y su mal sentido del humor. Él fantasma tenía el hábito de hacerse presente en los momentos en los que se hallaba con poco humor para aguantar tonterías. Aunque debía admitir que los comentarios que le espetó a la amazona casi lo hacían reír como un loco. Se sorprendió un poco cuando el hombre de cabellera azul le mencionó que si quería ver a su madre debía voltear lo observó con cara de circunspecto. –Si estuviera detrás de mí ya me habría percatado.- No creía que el Géminis estuviera en lo correcto, ya que si pudo sentir el calor de su madre inmerso en sueños sería algo ridículo que no pudiera sentir su presencia estando atrás de él. Como le dijo Aspros, se dio la vuelta para confirmar si la respiración gélida era de Second o de alguien más, y apostaba que había más posibilidades de que fuera el primeramente mencionado.
Al darse la vuelta no encontró a nadie. La mujer fantasmal con el velo blanco se había desplazado mientras el caballero se giraba y distanciaba. Vio la armadura que se postraba frente a él pero, por alguna razón no la quería aceptar. Estaba agradecido por haber invocado una nueva armadura ahora que había perdido la anterior, sin embargo eso podía significar una cosa, que no podría volver a ver a Aspros y que probablemente serian enemigos en esa nueva encrucijada que venía previendo desde que el dios de la guerra violenta abrió sus ojos y los Bersekers furibundos le siguieron.
Extendió su mano como si quisiera tocar la armadura, sentir el metal naranja del que estaba compuesta. Su brillo especial le atraía. Estaba ahí como diciendo “Soy para ti”. El cielo volvió a mutar, pasando ser una noche estrellada. Su mano se detuvo a la mitad del camino, retrayéndose y volviendo cerca del pecho del pelinegro. –Aspros espera ¿De qué estás hablando? ¿Esto significa que es el adiós?- Preguntó el chico de cabello negro, distorsionando las palabras emitidas por su compañero.
Night lo había malinterpretado, creyendo que el hombre de larga melena se estaba despidiendo y lo dejaba a solas con sus alucinaciones. Su madre estaba muerta y no se podía estar comunicando con él. De ser así, ¿por qué en ese momento y no cuando lloraba por ella junto a su cadáver? Por eso no le cuadraba que la estuviera sintiendo. Quizá sólo había sido un efecto extraño generado por la desgraciada flecha de la mujer.
El joven corrió hacia Aspros, colocando su mano en el hombro para detenerlo. –Aspros.- Susurró. – ¡Aspros!- Se llenó de valor y lo convirtió en una exclamación. Night se puso enfrente de él y lo miró. Sus ojos no expresaban odio o emociones negativas, sólo daban espacio para el llanto. Por primera vez el muchacho se mostraba vulnerable. Estaba seguro de que iba a recibir un golpe por parte de su compañero por lo siguiente, pero no importaba en ese momento. –Eres el único amigo que tengo y no deseo perderte.- Dijo, abrazándolo y recargando su mejilla en el frío metal dorado de su armadura. –Ahora que la estrella de Capricornio ha dejado de brillar para mí, por razones que me son todavía desconocidas, sólo algo me molesta de ese asunto, y eso es que seamos enemigos por ser soldados de potencias diferentes.- El cuerpo desnudo del muchacho temblaba al sentir el frío metal en su miembro y otras partes, además del viento de la noche acariciar el espacio entre sus piernas. –No quiero volver a estar solo. Creo que estoy tan desesperado que debí haber imaginado a mi madre.
Y si es, como antes, ¿y si lo pierdo TODO y a todos otra vez?
Al darse la vuelta no encontró a nadie. La mujer fantasmal con el velo blanco se había desplazado mientras el caballero se giraba y distanciaba. Vio la armadura que se postraba frente a él pero, por alguna razón no la quería aceptar. Estaba agradecido por haber invocado una nueva armadura ahora que había perdido la anterior, sin embargo eso podía significar una cosa, que no podría volver a ver a Aspros y que probablemente serian enemigos en esa nueva encrucijada que venía previendo desde que el dios de la guerra violenta abrió sus ojos y los Bersekers furibundos le siguieron.
Extendió su mano como si quisiera tocar la armadura, sentir el metal naranja del que estaba compuesta. Su brillo especial le atraía. Estaba ahí como diciendo “Soy para ti”. El cielo volvió a mutar, pasando ser una noche estrellada. Su mano se detuvo a la mitad del camino, retrayéndose y volviendo cerca del pecho del pelinegro. –Aspros espera ¿De qué estás hablando? ¿Esto significa que es el adiós?- Preguntó el chico de cabello negro, distorsionando las palabras emitidas por su compañero.
Night lo había malinterpretado, creyendo que el hombre de larga melena se estaba despidiendo y lo dejaba a solas con sus alucinaciones. Su madre estaba muerta y no se podía estar comunicando con él. De ser así, ¿por qué en ese momento y no cuando lloraba por ella junto a su cadáver? Por eso no le cuadraba que la estuviera sintiendo. Quizá sólo había sido un efecto extraño generado por la desgraciada flecha de la mujer.
El joven corrió hacia Aspros, colocando su mano en el hombro para detenerlo. –Aspros.- Susurró. – ¡Aspros!- Se llenó de valor y lo convirtió en una exclamación. Night se puso enfrente de él y lo miró. Sus ojos no expresaban odio o emociones negativas, sólo daban espacio para el llanto. Por primera vez el muchacho se mostraba vulnerable. Estaba seguro de que iba a recibir un golpe por parte de su compañero por lo siguiente, pero no importaba en ese momento. –Eres el único amigo que tengo y no deseo perderte.- Dijo, abrazándolo y recargando su mejilla en el frío metal dorado de su armadura. –Ahora que la estrella de Capricornio ha dejado de brillar para mí, por razones que me son todavía desconocidas, sólo algo me molesta de ese asunto, y eso es que seamos enemigos por ser soldados de potencias diferentes.- El cuerpo desnudo del muchacho temblaba al sentir el frío metal en su miembro y otras partes, además del viento de la noche acariciar el espacio entre sus piernas. –No quiero volver a estar solo. Creo que estoy tan desesperado que debí haber imaginado a mi madre.
Y si es, como antes, ¿y si lo pierdo TODO y a todos otra vez?
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
3er Post 2do AF – Especialización
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Mientras se encontraba admirando el brillo de las estrellas en solitario de pronto oyó los comentarios de Night así como notaba la forma en que el pelinegro se posaba frente a él. Sonriendo ligeramente para así separar con calma al otro y levantar la mano derecha como si nada el peliazul terminó por responder a las preguntas e inquietudes del otro, unas que ni siquiera este hubo formulado…o al menos no en voz alta.
Idiota. fue la respuesta del romano justo antes de darle un coscorrón en la frente a su interlocutor para así hacerlo despertar. Ninguno de ellos hasta el momento había dicho la palabra “amigo” en voz alta...si de algo podían afirmar el uno del otro era el hecho de que eran increíblemente orgullosos, cada uno por su lado. Bien que el gemelo de Cambre había logrado unir las dos mitades de su consciencia, la noble y la ambiciosa pero hasta ese momento...no, no lo había dicho. Y que fuera el mismo Night quien lo dijera había resultado ser...extraño, lo suficiente como para sacarle una expresión positiva a Géminis en bastante tiempo ya. Si vas con esa actitud por el mundo no lograrás nada, Night. Si no te he dejado tirado antes, como demonios crees que lo voy a hacer ahora? Piénsalo bien y sal de esa histeria, te hace ver patético. comentó Aspros mientras se alejaba unos cuantos pasos de su compañero para insistir en el punto que quería hacerle notar de una vez por todas. ...y si no quieres perder todo lo que quieres, entonces sigue adquiriendo poder para protegerlo con tus propias manos. Esa es la razón principal por la que realmente no podemos depender en los dioses…esa es la razón principal por la cual ahora el Santuario se encuentra en decadencia…la dependencia. Mira lo que ha pasado…todo está destruido, al borde del colapso y casi no hay Santos que valgan la pena.
Dime Night…que más da si no brilla Capricornio sobre ti? Te vas a desplomar? Lo dudo…ya que ese no es el mismo sujeto habilidoso al que conocí en los escalones de Géminis en primer lugar. Levántate Night, anda por ti mismo sin depender de nadie más y crea tu futuro con tu poder…esa es la forma en que el mundo es moldeado por nosotros: los ganadores.
Finalmente, Aspros levantó el puño para dirigirlo en pos de Night y dar el conocido inicio de un saludo de soldados. Si el pelinegro entendía lo que quería decir, este completaría el gesto sin demora alguna.
Y bien? Cual es tu respuesta? Serás patético y te desplomarás o te levantarás para demostrar tu verdadero brillo?
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Mientras se encontraba admirando el brillo de las estrellas en solitario de pronto oyó los comentarios de Night así como notaba la forma en que el pelinegro se posaba frente a él. Sonriendo ligeramente para así separar con calma al otro y levantar la mano derecha como si nada el peliazul terminó por responder a las preguntas e inquietudes del otro, unas que ni siquiera este hubo formulado…o al menos no en voz alta.
Idiota. fue la respuesta del romano justo antes de darle un coscorrón en la frente a su interlocutor para así hacerlo despertar. Ninguno de ellos hasta el momento había dicho la palabra “amigo” en voz alta...si de algo podían afirmar el uno del otro era el hecho de que eran increíblemente orgullosos, cada uno por su lado. Bien que el gemelo de Cambre había logrado unir las dos mitades de su consciencia, la noble y la ambiciosa pero hasta ese momento...no, no lo había dicho. Y que fuera el mismo Night quien lo dijera había resultado ser...extraño, lo suficiente como para sacarle una expresión positiva a Géminis en bastante tiempo ya. Si vas con esa actitud por el mundo no lograrás nada, Night. Si no te he dejado tirado antes, como demonios crees que lo voy a hacer ahora? Piénsalo bien y sal de esa histeria, te hace ver patético. comentó Aspros mientras se alejaba unos cuantos pasos de su compañero para insistir en el punto que quería hacerle notar de una vez por todas. ...y si no quieres perder todo lo que quieres, entonces sigue adquiriendo poder para protegerlo con tus propias manos. Esa es la razón principal por la que realmente no podemos depender en los dioses…esa es la razón principal por la cual ahora el Santuario se encuentra en decadencia…la dependencia. Mira lo que ha pasado…todo está destruido, al borde del colapso y casi no hay Santos que valgan la pena.
Dime Night…que más da si no brilla Capricornio sobre ti? Te vas a desplomar? Lo dudo…ya que ese no es el mismo sujeto habilidoso al que conocí en los escalones de Géminis en primer lugar. Levántate Night, anda por ti mismo sin depender de nadie más y crea tu futuro con tu poder…esa es la forma en que el mundo es moldeado por nosotros: los ganadores.
Finalmente, Aspros levantó el puño para dirigirlo en pos de Night y dar el conocido inicio de un saludo de soldados. Si el pelinegro entendía lo que quería decir, este completaría el gesto sin demora alguna.
Y bien? Cual es tu respuesta? Serás patético y te desplomarás o te levantarás para demostrar tu verdadero brillo?
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
4to post Ataque Fuerte - Especialización
El pelinegro sintió el coscorrón que el Santo de Géminis le propinó y luego la forma en la que éste lo apartó. Fue mejor de lo que esperaba en un principio. Night había aprendido algo en sus días en Roma: un hombre no debe mostrar sentimientos o tener amigos. En la guerra no había amigos, sólo aliados y compañeros. Sin embargo, en esos instantes no era el Night moldeado en el Imperio el que se estaba hablando con Aspros. El deseo de ver a su madre y de no perder a nadie habían hecho despertar a una parte suya que había encerrado durante años, porque no era adecuada por un joven que se iba a convertir en soldado. Debido a que creía que el ejército de Athena sería otra organización militar no dejó su modo de pensar, pero al ver que aquella infame diosa le había apuñalado por la espalda ya no tenía que seguir con aquella mentalidad.
Habían pasado muchas cosas desde el día en el que llegó al Templo de Géminis. No hablaba precisamente del tiempo, más bien era de las cosas que habían ocurrido desde que los caminos de él y el peliazul se entrelazaron. No había razón para sentirse patético o triste, ni llorar porque la armadura dorada había volado. No, la armadura no fue la que desertó, porque ella se dirigió hasta Roma para elegirlo a él como su portador. Él nunca pidió ser un caballero de Athena, sólo había seguido ese camino porque así se lo marcó el Santo de Fenix. Fuera de eso le interesaba poco aquella diosa. Los soldados del ejército de Athena no hicieron otra cosa que decepcionarlo. Él imaginaba a la elite del Santuario como bravos guerreros que podrían ensombrecerlo, pero por el contrario, él era una de las estrellas más brillantes del firmamento y eso nadie podía negárselo.
Por primera vez en mucho tiempo Night estaba sacando sus sentimientos a la luz, permitiéndose llorar, gritar, expulsar todo lo que se encontraba almacenado en sus adentros, y no se iba a guardar el saber que Aspros no lo iba a abandonar. -Hablas con verdad Aspros. Esto no será lo último que verán de mí. ¡El cielo se puede caer, pero no me importa! Yo pienso defender todo lo que aprecio en este mundo, con estas manos. Sé que es un camino largo. Cuando aparecí en el Santuario creí que mi trabajo había terminado pero, ahora veo que apenas está empezando. Hay mucho que perder y mucho que ganar, pero yo estoy buscando la victoria y no existe un ente que pueda hacerme desistir o flaquear.
El cosmos del muchacho, el cual emanaba de su cuerpo, brillaba como nunca antes, opacando a las estrellas.-Voy a ser la estrella más brillante en el cielo. No porque sea un virtuoso, es porque aquí estoy rodeado de ineptos que dan pena. Nadie me va a ver llorar, porque no tengo razón para lamentarme. Toda mi vida he sido un guerrero, superando la tragedia, no es factible que me esté desplomando cuando he llegado tan lejos. Voy a ser el mejor, les guste o no, y lo haré sin esfuerzo.- Completó el saludo, sonriendo y parándose perfectamente erguido. Él estaba orgulloso de sí mismo e iba a demostrárselos a todos, a Athena y a los dioses, que él tenía el poder para cambiar al mundo. Mientras miraba a Aspros, haciendo uso de su característico semblante determinado, el joven pelinegro sintió que el suelo bajo sus pies temblaba del mismo modo en el que lo había hecho el día en el que ingresó al recinto de la diosa. Grietas se abrieron, y de ellas surgieron centenares de mariposas negras con detalles rojos en lugar de almas en pena. -¿Ves? Incluso la tierra reconoce que la hago temblar.
Habían pasado muchas cosas desde el día en el que llegó al Templo de Géminis. No hablaba precisamente del tiempo, más bien era de las cosas que habían ocurrido desde que los caminos de él y el peliazul se entrelazaron. No había razón para sentirse patético o triste, ni llorar porque la armadura dorada había volado. No, la armadura no fue la que desertó, porque ella se dirigió hasta Roma para elegirlo a él como su portador. Él nunca pidió ser un caballero de Athena, sólo había seguido ese camino porque así se lo marcó el Santo de Fenix. Fuera de eso le interesaba poco aquella diosa. Los soldados del ejército de Athena no hicieron otra cosa que decepcionarlo. Él imaginaba a la elite del Santuario como bravos guerreros que podrían ensombrecerlo, pero por el contrario, él era una de las estrellas más brillantes del firmamento y eso nadie podía negárselo.
Por primera vez en mucho tiempo Night estaba sacando sus sentimientos a la luz, permitiéndose llorar, gritar, expulsar todo lo que se encontraba almacenado en sus adentros, y no se iba a guardar el saber que Aspros no lo iba a abandonar. -Hablas con verdad Aspros. Esto no será lo último que verán de mí. ¡El cielo se puede caer, pero no me importa! Yo pienso defender todo lo que aprecio en este mundo, con estas manos. Sé que es un camino largo. Cuando aparecí en el Santuario creí que mi trabajo había terminado pero, ahora veo que apenas está empezando. Hay mucho que perder y mucho que ganar, pero yo estoy buscando la victoria y no existe un ente que pueda hacerme desistir o flaquear.
El cosmos del muchacho, el cual emanaba de su cuerpo, brillaba como nunca antes, opacando a las estrellas.-Voy a ser la estrella más brillante en el cielo. No porque sea un virtuoso, es porque aquí estoy rodeado de ineptos que dan pena. Nadie me va a ver llorar, porque no tengo razón para lamentarme. Toda mi vida he sido un guerrero, superando la tragedia, no es factible que me esté desplomando cuando he llegado tan lejos. Voy a ser el mejor, les guste o no, y lo haré sin esfuerzo.- Completó el saludo, sonriendo y parándose perfectamente erguido. Él estaba orgulloso de sí mismo e iba a demostrárselos a todos, a Athena y a los dioses, que él tenía el poder para cambiar al mundo. Mientras miraba a Aspros, haciendo uso de su característico semblante determinado, el joven pelinegro sintió que el suelo bajo sus pies temblaba del mismo modo en el que lo había hecho el día en el que ingresó al recinto de la diosa. Grietas se abrieron, y de ellas surgieron centenares de mariposas negras con detalles rojos en lugar de almas en pena. -¿Ves? Incluso la tierra reconoce que la hago temblar.
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4to Post 2do AF – Especialización
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Ese es el Night que conozco…aquel que me derrotó en la Isla Kanon. dijo Aspros con una sonrisa muy semejante a aquella que hacía algún tiempo hubo mostrado a todo aquel que se cruzara con él en los instantes en que su faceta más codiciosa lo dominaba, pero con una evidente excepción: aquel gesto no encerraba algún tipo de maldad o motivos siniestros sino que más bien era la expresión de un orgullo como ningún otro en el mundo…dentro del gemelo de Cambre se movía un cosmos tan majestuoso, tan magnífico y tan destructivo que la única forma de que surgiera era aquella, la expresión de su orgullo como un ser humano, aquel a quien las causas “nobles” no le importaban en lo más mínimo, sino que más bien tan solo deseaba cumplir sus deseos en pos de la protección de lo que más le importaba junto a la consolidación de sus metas. Aquel era el máximo orgullo de Géminis…y ahora lo demostraría junto a su compañero, junto a aquel que lo había visto evolucionar hasta aquel punto en particular.
Con ambos puños colocados uno frente al otro y la tierra retumbando a su alrededor, el cabello de Aspros empezó a ondularse de forma que pareciera encontrarse inmerso en agua, dejando que su cosmos dorado fluyera junto al enjambre de mariposas negras con detalles rojos que había liberado el pelinegro.
Tu haces temblar la tierra, mientras que yo destruyo las estrellas. comentó Géminis con una confianza sin igual, haciendo brillar su cosmoenergía como nunca antes. Sí…si antes no estaba seguro de poder aplicar la máxima técnica de su constelación guardiana, ahora no le quedaba la más mínima duda de que sin duda podría ejecutarla a la perfección. Tal vez lo sucedido era lo que necesitaba finalmente para terminar de aupar su desarrollo…el impulso dado por el temor de Night y su choque con sus sentimientos. Definitivamente, lo había logrado.
El momento de aplastar las estrellas había llegado. Por fin Aspros demostraría su verdadero potencial y con ello, lo que de verdad significaban sus metas en su vida…todo se vería en el golpe que se vendría a continuación y Night sería su testigo.
Listo para dar el todo por el todo, Night? preguntó el gemelo de Cambre mientras que su cosmos, antes libre y potente, se concentraba en su puño levantado para causar una inconmensurable presión en el aire que los rodeaba y dispersando a las mariposas salidas de la tierra, resquebrajadas en muchos sitios alrededor del dúo. Llegó el momento, adelante!
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Ese es el Night que conozco…aquel que me derrotó en la Isla Kanon. dijo Aspros con una sonrisa muy semejante a aquella que hacía algún tiempo hubo mostrado a todo aquel que se cruzara con él en los instantes en que su faceta más codiciosa lo dominaba, pero con una evidente excepción: aquel gesto no encerraba algún tipo de maldad o motivos siniestros sino que más bien era la expresión de un orgullo como ningún otro en el mundo…dentro del gemelo de Cambre se movía un cosmos tan majestuoso, tan magnífico y tan destructivo que la única forma de que surgiera era aquella, la expresión de su orgullo como un ser humano, aquel a quien las causas “nobles” no le importaban en lo más mínimo, sino que más bien tan solo deseaba cumplir sus deseos en pos de la protección de lo que más le importaba junto a la consolidación de sus metas. Aquel era el máximo orgullo de Géminis…y ahora lo demostraría junto a su compañero, junto a aquel que lo había visto evolucionar hasta aquel punto en particular.
Con ambos puños colocados uno frente al otro y la tierra retumbando a su alrededor, el cabello de Aspros empezó a ondularse de forma que pareciera encontrarse inmerso en agua, dejando que su cosmos dorado fluyera junto al enjambre de mariposas negras con detalles rojos que había liberado el pelinegro.
Tu haces temblar la tierra, mientras que yo destruyo las estrellas. comentó Géminis con una confianza sin igual, haciendo brillar su cosmoenergía como nunca antes. Sí…si antes no estaba seguro de poder aplicar la máxima técnica de su constelación guardiana, ahora no le quedaba la más mínima duda de que sin duda podría ejecutarla a la perfección. Tal vez lo sucedido era lo que necesitaba finalmente para terminar de aupar su desarrollo…el impulso dado por el temor de Night y su choque con sus sentimientos. Definitivamente, lo había logrado.
El momento de aplastar las estrellas había llegado. Por fin Aspros demostraría su verdadero potencial y con ello, lo que de verdad significaban sus metas en su vida…todo se vería en el golpe que se vendría a continuación y Night sería su testigo.
Listo para dar el todo por el todo, Night? preguntó el gemelo de Cambre mientras que su cosmos, antes libre y potente, se concentraba en su puño levantado para causar una inconmensurable presión en el aire que los rodeaba y dispersando a las mariposas salidas de la tierra, resquebrajadas en muchos sitios alrededor del dúo. Llegó el momento, adelante!
Aspros- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Ignición (4200)*
AD - Disrupción (4300)*
AM - Golpe Centrado (4500)*
AM - Sentencia (4600)*
AF - Satan Imperial (4800)*
AF - Canción de la Muerte (4850)*
AF -Explosión de Galaxias (4900)*
AFa -Megiddo (5100)*
TS -Destrucción Dual
TE -Apoteosis
Defensa :
Otra DimensiónDE - Niebla Cósmica
Cantidad de envíos : 694
Re: Alrededores del Santuario: Bosque
5to post Ataque Fuerte - Especialización
Estaba embelesado por el batir de las alas de aquellas mariposas, las cuales seguían volando, ascendentes hacia el cielo, como si hubiera estado prisioneras bajo tierra por siglos. Night asintió a su compañero, al que parecía haberle transmitido su entusiasmo. Aspros era la única persona en la que él sentía podía confiar, y por eso se complementaban tan bien. Algunos guijarros se desprendieron de la tierra, elevándose hacia el cielo junto a las mariposas como estelas de polvo. Los cabellos del pelinegro se ondulaban del mismo modo que los del Santo de Géminis. –Yo nací listo.- Le dijo. Fueron las mismas palabras usadas por el azabache cuando perfeccionaban su habilidad en conjunto. Era lo mismo en esa ocasión, alcanzar nuevos poderes mediante el entrenamiento. –Aspros, dame tu mejor golpe.- Tras decirle eso a su compañero el tiempo se detuvo. Las mariposas y todo el ambiente se hallaba obstaculizado para seguir su marcha. Al parecer había usado su dominio sobre el tiempo sin desearlo. Lo que el muchacho no consideraba era que alguien más pudo estar detrás de eso.
-Hijo.- La palabra estremeció e hizo eco en los oídos del joven, debido a que había escuchado antes esa voz, y aunque habían pasado varios años, de los registros de su memoria el tiempo nunca iba a poder borrar la excelsa voz de su madre, la cual tenía un lugar muy especial en los parajes de su mente. -¿Mamá? ¿En verdad estás aquí conmigo? ¿No es una alucinación?- Preguntó él. Sabía que podría estar delirando por el agotamiento o la punta de esa flecha tenía untada alguna sustancia estupefaciente. Tal vez había perdido mucha sangre por la abertura en su pecho y no le llegaba suficiente al cerebro. –Claro que soy tu madre. Si puedes ver espíritus y escuchar voces de personas que dejaron este mundo, ¿por qué no podrías escucharme a mí?– Dijo la que afirmaba ser su progenitora. Tenía razón. Si Night podía escuchar a las almas errantes no parecía algo tan descabellado el estar hablando con su madre. Quizá le parecía extraño porque contaba con ese talento desde que salió de Roma y era la primera vez que se comunicaba con alguien conocido.
La figura con el velo y el largo vestido blanco apareció delante de Night, eclipsando al caballero de Géminis que se encontraba afectado por la disrupción temporal. El chico sintió escalofríos al ver a esa aparición, porque no le podía ver el rostro y se había silenciado. Ya no escuchaba la voz de su madre, sólo contemplaba la fantasmal silueta y a su vestido bailar con el viento. La mujer se retiró su velo blanco, y en ese momento todo recuperó el movimiento. Una larga cabellera negra y ondulada, una piel blanca y que con verla uno podía sentir su frío tacto, unos carnosos labios rojos como granate y por último un par de ojos azules que contrastaban con el color rojizo de los de Night. En vida ella era hermosa y, al parecer, en la muerte conservaba la belleza de antaño.- ¡Madre, en verdad eres tú!- Exclamó Night mientras se deshacía de la distancia que lo separaba de ella, abrazándola y ella lo imitó, olvidándose del peliazul por completo. Creía que era sólo una ilusión pero, la podía tocar, ver y escuchar, e incluso podía oler su aroma a flores.
-Has crecido mucho, Akakios.- Dijo ella mientras Night hundía la cara en su pecho como cuando era niño. No recordaba su lugar de procedencia, ni su nombre u otros datos, pero si había una cosa que jamás había olvidado era el cariño de su madre y, por supuesto, su voz. Recordaba la canción que ella solía cantarle para dormir.– ¿Akakios?- Preguntó curioso el chico mientras elevaba la mirada y se encontraba con el rostro afable de su madre, aunque le sonaba familiar. –Ese es tu nombre de nacimiento y no te pienso llamar de otra manera. Night es el nombre con el que te bautizó aquel romano.- Confesó ella sonriendo y viendo el rostro del chico.-No me malinterpretes. Agradezco que ese buen hombre te haya encontrado. Quizá no te dio la mejor educación, pero al menos te enseñó a sobrevivir y cuidó de ti.- Comentó, refiriéndose al soldado que lo rescató de morir.
La mujer abrazó al chico y luego se separó para verlo bien, como si fuera la primera vez que lo observaba. –Esto sólo es un recordatorio del tiempo que ha pasado. Ya no eres mi niño pequeño e indefenso. Te convertiste en un hombre y lo hiciste tú solo.- El chico se sonrojó al darse cuenta de que estaba desnudo frente a su madre, a lo que respondió cubriéndose la entrepierna con las manos. Ella acarició su rostro y después rodeó la cintura de Night con la tela blanca que tapaba su rostro en primer lugar. Lo besó en la mejilla y luego le dio la espalda, mirando al caballero de Géminis. –Ya habrá tiempo para hablar, ahora tienes algo que concluir con Aspros. Akakios, no pienso volver a apartarme de ti.- Dijo su madre mientras apretaba fuertemente la mano izquierda del chico. –Mamá.- Musitó con lagrimas en los ojos, las cuales se limpió con el dorso de su mano disponible. El cuerpo de la mujer se convirtió en una luz cegadora que matizó el escenario de un blanco luminoso que le estaba derritiendo las pupilas, desvaneciéndolo todo, y después la luz bajó su intensidad para abrir paso a la oscuridad nocturna. Había estrellas y perdió toda sensación de peso, como si estuviera flotando en el espacio.
-Hijo.- La palabra estremeció e hizo eco en los oídos del joven, debido a que había escuchado antes esa voz, y aunque habían pasado varios años, de los registros de su memoria el tiempo nunca iba a poder borrar la excelsa voz de su madre, la cual tenía un lugar muy especial en los parajes de su mente. -¿Mamá? ¿En verdad estás aquí conmigo? ¿No es una alucinación?- Preguntó él. Sabía que podría estar delirando por el agotamiento o la punta de esa flecha tenía untada alguna sustancia estupefaciente. Tal vez había perdido mucha sangre por la abertura en su pecho y no le llegaba suficiente al cerebro. –Claro que soy tu madre. Si puedes ver espíritus y escuchar voces de personas que dejaron este mundo, ¿por qué no podrías escucharme a mí?– Dijo la que afirmaba ser su progenitora. Tenía razón. Si Night podía escuchar a las almas errantes no parecía algo tan descabellado el estar hablando con su madre. Quizá le parecía extraño porque contaba con ese talento desde que salió de Roma y era la primera vez que se comunicaba con alguien conocido.
La figura con el velo y el largo vestido blanco apareció delante de Night, eclipsando al caballero de Géminis que se encontraba afectado por la disrupción temporal. El chico sintió escalofríos al ver a esa aparición, porque no le podía ver el rostro y se había silenciado. Ya no escuchaba la voz de su madre, sólo contemplaba la fantasmal silueta y a su vestido bailar con el viento. La mujer se retiró su velo blanco, y en ese momento todo recuperó el movimiento. Una larga cabellera negra y ondulada, una piel blanca y que con verla uno podía sentir su frío tacto, unos carnosos labios rojos como granate y por último un par de ojos azules que contrastaban con el color rojizo de los de Night. En vida ella era hermosa y, al parecer, en la muerte conservaba la belleza de antaño.- ¡Madre, en verdad eres tú!- Exclamó Night mientras se deshacía de la distancia que lo separaba de ella, abrazándola y ella lo imitó, olvidándose del peliazul por completo. Creía que era sólo una ilusión pero, la podía tocar, ver y escuchar, e incluso podía oler su aroma a flores.
-Has crecido mucho, Akakios.- Dijo ella mientras Night hundía la cara en su pecho como cuando era niño. No recordaba su lugar de procedencia, ni su nombre u otros datos, pero si había una cosa que jamás había olvidado era el cariño de su madre y, por supuesto, su voz. Recordaba la canción que ella solía cantarle para dormir.– ¿Akakios?- Preguntó curioso el chico mientras elevaba la mirada y se encontraba con el rostro afable de su madre, aunque le sonaba familiar. –Ese es tu nombre de nacimiento y no te pienso llamar de otra manera. Night es el nombre con el que te bautizó aquel romano.- Confesó ella sonriendo y viendo el rostro del chico.-No me malinterpretes. Agradezco que ese buen hombre te haya encontrado. Quizá no te dio la mejor educación, pero al menos te enseñó a sobrevivir y cuidó de ti.- Comentó, refiriéndose al soldado que lo rescató de morir.
La mujer abrazó al chico y luego se separó para verlo bien, como si fuera la primera vez que lo observaba. –Esto sólo es un recordatorio del tiempo que ha pasado. Ya no eres mi niño pequeño e indefenso. Te convertiste en un hombre y lo hiciste tú solo.- El chico se sonrojó al darse cuenta de que estaba desnudo frente a su madre, a lo que respondió cubriéndose la entrepierna con las manos. Ella acarició su rostro y después rodeó la cintura de Night con la tela blanca que tapaba su rostro en primer lugar. Lo besó en la mejilla y luego le dio la espalda, mirando al caballero de Géminis. –Ya habrá tiempo para hablar, ahora tienes algo que concluir con Aspros. Akakios, no pienso volver a apartarme de ti.- Dijo su madre mientras apretaba fuertemente la mano izquierda del chico. –Mamá.- Musitó con lagrimas en los ojos, las cuales se limpió con el dorso de su mano disponible. El cuerpo de la mujer se convirtió en una luz cegadora que matizó el escenario de un blanco luminoso que le estaba derritiendo las pupilas, desvaneciéndolo todo, y después la luz bajó su intensidad para abrir paso a la oscuridad nocturna. Había estrellas y perdió toda sensación de peso, como si estuviera flotando en el espacio.
Night- General Marino
- Reino : Atlántida
Ataques :
AD - Burning Star Crusher (2550)
AD - Tempestad de los Jóvenes Águila (2650)
AM - Abyss Retrace (2850)
AM - Posesión Divina (2950)
AF - Carte Garde (3150)
Defensa :
Extra HandsDE - Blooming
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Re: Alrededores del Santuario: Bosque
5to Post 2do AF – Especialización
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Eso ni lo tienes que pedir, Night. dijo Aspros al momento de oír la respuesta de su compañero mientras que se apartaba un tanto con una simple zancada hacia atrás para así centrarse en su propia energía y preparar aquel golpe legendario que era capaz de destruir las estrellas de una galaxia. Colocando su mano derecha por delante de su cara mientras cerraba los párpados y se concentraba con todo su ser, pudo sentir como si el paso del tiempo desapareciera a cada instante…como si su ser se separara de todo lo demás para tan solo quedar él mismo en un espacio infinito y negro, donde no podía ver, oír, tocar, oler ni probar nada. Se encontraba confinado dentro de la propia oscuridad de su mente.
Más allá (o en lo que su percepción limitada de las cosas definía como la “lejanía”) podía ver una chispa de cosmos que titilaba con algo de debilidad. Sabiendo que ese pequeño punto lo representaba o al menos, al universo dentro de sí mismo, el peliazul dejó expandir su energía a toda su capacidad para llenar gran parte de todo el territorio etéreo donde se encontraba en esos precisos instantes…casi de inmediato, un brillo dorado lo rodeo. El problema era que aquello no le parecía suficiente…si de algo estaba seguro el gemelo de Cambre era de que su poder alcanzaba para algo más, para algo mucho más significante que aquello…la zona alcanzada por su cosmos no era lo suficientemente grande.
Más... dijo Aspros mientras que el brillo dorado se expandía con fuerza, como las llamas de una hoguera. ...no es suficiente... inmediatamente después el poder del peliazul creció más y más, asemejándose ahora a un incendio desbocado en un bosque…pero incluso con eso…No es suficiente! exclamó finalmente, haciendo que su poder terminara estallando con la fuerza suficiente como para devolverlo a la consciencia, pudiendo ver como la figura fantasmagórica que se había presentado como la madre de Night se posaba a su lado. Al parecer había llegado el momento de terminar con aquel pequeño choque de fuerzas, lo que significaba claro…
Te doy el primer paso, Night. dijo Aspros con un movimiento fluido de su mano derecha, donde había reunido todo aquel poder desbordado. Solo un movimiento más y Night vería lo que significaba el poder destruir galaxias enteras con un solo ataque preciso…el verdadero poder de Géminis se mostraría en aquellos bosques de los linderos del Santuario…el verdadero poder de un Santo Dorado sería puesto a prueba finalmente.
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Eso ni lo tienes que pedir, Night. dijo Aspros al momento de oír la respuesta de su compañero mientras que se apartaba un tanto con una simple zancada hacia atrás para así centrarse en su propia energía y preparar aquel golpe legendario que era capaz de destruir las estrellas de una galaxia. Colocando su mano derecha por delante de su cara mientras cerraba los párpados y se concentraba con todo su ser, pudo sentir como si el paso del tiempo desapareciera a cada instante…como si su ser se separara de todo lo demás para tan solo quedar él mismo en un espacio infinito y negro, donde no podía ver, oír, tocar, oler ni probar nada. Se encontraba confinado dentro de la propia oscuridad de su mente.
Más allá (o en lo que su percepción limitada de las cosas definía como la “lejanía”) podía ver una chispa de cosmos que titilaba con algo de debilidad. Sabiendo que ese pequeño punto lo representaba o al menos, al universo dentro de sí mismo, el peliazul dejó expandir su energía a toda su capacidad para llenar gran parte de todo el territorio etéreo donde se encontraba en esos precisos instantes…casi de inmediato, un brillo dorado lo rodeo. El problema era que aquello no le parecía suficiente…si de algo estaba seguro el gemelo de Cambre era de que su poder alcanzaba para algo más, para algo mucho más significante que aquello…la zona alcanzada por su cosmos no era lo suficientemente grande.
Más... dijo Aspros mientras que el brillo dorado se expandía con fuerza, como las llamas de una hoguera. ...no es suficiente... inmediatamente después el poder del peliazul creció más y más, asemejándose ahora a un incendio desbocado en un bosque…pero incluso con eso…No es suficiente! exclamó finalmente, haciendo que su poder terminara estallando con la fuerza suficiente como para devolverlo a la consciencia, pudiendo ver como la figura fantasmagórica que se había presentado como la madre de Night se posaba a su lado. Al parecer había llegado el momento de terminar con aquel pequeño choque de fuerzas, lo que significaba claro…
Te doy el primer paso, Night. dijo Aspros con un movimiento fluido de su mano derecha, donde había reunido todo aquel poder desbordado. Solo un movimiento más y Night vería lo que significaba el poder destruir galaxias enteras con un solo ataque preciso…el verdadero poder de Géminis se mostraría en aquellos bosques de los linderos del Santuario…el verdadero poder de un Santo Dorado sería puesto a prueba finalmente.
Aspros- Caballeros Dorados
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AD - Ignición (4200)*
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