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[Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
3 participantes
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[Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Primer post de Maestría de Segundo Ataque Débil - Elemento: Viento.
Saliendo del claro entre las llamas eternas que aquel bosque, que brutalmente se descontrolaban a causa del fuerte viento que causaba mi cosmos tal elevado y listo para actuar, caminaba sin problemas entre los más espesos pastizales y pinos más altos entre la rojiza noche que el firmamento mostraba, entre la maldición de las llamas infinitas que rodeaban la naturaleza maldita de aquel sitio natural que había crecido muy cerca del mismísimo templo de la guerra. Donde la sangre enemiga había corrido innumerables veces formando caminos de roja perdición en donde el orgullo de los Berseker aún permanece. Aquel sitio especial y generalmente solitario había sido escogido por mí, la amante de los condenados para soltar toda la furia y el despertar completo de ese espíritu de odio y muerte que habitaba en mi ya maldito cuerpo. Mi cosmos iba a desatar una destrucción total, pero no mucho más de la que ya se estaba avecinando.
Mis pasos eran lentos y entre el fuego de los pastos, el cual no lograba lastimarme. Estaba acostumbrada a sentir el dolor del fuego y el calor intenso en mi piel y ya ni me afectaba en lo más mínimo. Era algo que venía controlando desde hace tiempo para cuando ese día al fin llegue, para poder controlar mi cosmos herviente y con la ayuda del viento crear una poderosa técnica para poder masacrar y castigar sin piedad a los enemigos, a esos que osaran desafiarme, también a los que se atrevieran a irrumpir en el territorio Berseker con intenciones poco claras o simplemente deseos de guerra. La guerra violenta, el caos y la destrucción total, que no era más ni menos que la especialidad obvia de todos los guerreros de Ares.
Mi cosmos era cálido, el viento a mi alrededor no tenía muy alta temperatura pero aún no lo deseaba. A penas si estaba comenzando con eso, iba a tratar de liberar mi poder, trabajar enserio como un verdadero Berseker que eso lo que era, nada más que eso, y para cuando Ares llegara al Olimpo debía prepararme con un poder elevado, era mi responsabilidad, mi obligación y la maldición a la que estaba atada por toda y el resto de la eternidad el tener que servirle al dios de la guerra sin quejas, sin peros. Por eso no debía quedarme atrás ya que una gran mayoría de los Berseker ya había despertado y estaban en su misión, aunque aún no haya tenido el gusto de encontrarme con alguno de ellos podía sentir su energía merodeando por los alrededores del templo, incluso en la tierra podía saber que algunos estaban.
Me detuve entonces, llegando a las profundidades de los árboles más espesos, en el bosque en llamas. Suspiré y pronto miré al rojizo cielo, apretando mis puños con fuerza a los lados de mi cuerpo -Seré invencible para cuando llegue el momento. La guerra se avecina y seré parte de ella como un Berseker importante, causaré caos y destrucción... acabaré con esos guerreros que se hacen creer los salvadores del mundo... esta era venceremos sin piedad...- decía en voz alta, de todas formas me encontraba muy lejos de toda vida. Mis intenciones eran conseguir el mayor poder posible para lograra ser una guerrera de las más importantes en ese ejército de desgracias. -No-habrá-perdón.- me decía más fuerte aún mientras mi cosmos comenzaba a revolotear por el lugar rodeando cada árbol, el aura roja comenzaba a rodear mi cuerpo cada vez más intensa, estaba lista para comenzar.
Saliendo del claro entre las llamas eternas que aquel bosque, que brutalmente se descontrolaban a causa del fuerte viento que causaba mi cosmos tal elevado y listo para actuar, caminaba sin problemas entre los más espesos pastizales y pinos más altos entre la rojiza noche que el firmamento mostraba, entre la maldición de las llamas infinitas que rodeaban la naturaleza maldita de aquel sitio natural que había crecido muy cerca del mismísimo templo de la guerra. Donde la sangre enemiga había corrido innumerables veces formando caminos de roja perdición en donde el orgullo de los Berseker aún permanece. Aquel sitio especial y generalmente solitario había sido escogido por mí, la amante de los condenados para soltar toda la furia y el despertar completo de ese espíritu de odio y muerte que habitaba en mi ya maldito cuerpo. Mi cosmos iba a desatar una destrucción total, pero no mucho más de la que ya se estaba avecinando.
Mis pasos eran lentos y entre el fuego de los pastos, el cual no lograba lastimarme. Estaba acostumbrada a sentir el dolor del fuego y el calor intenso en mi piel y ya ni me afectaba en lo más mínimo. Era algo que venía controlando desde hace tiempo para cuando ese día al fin llegue, para poder controlar mi cosmos herviente y con la ayuda del viento crear una poderosa técnica para poder masacrar y castigar sin piedad a los enemigos, a esos que osaran desafiarme, también a los que se atrevieran a irrumpir en el territorio Berseker con intenciones poco claras o simplemente deseos de guerra. La guerra violenta, el caos y la destrucción total, que no era más ni menos que la especialidad obvia de todos los guerreros de Ares.
Mi cosmos era cálido, el viento a mi alrededor no tenía muy alta temperatura pero aún no lo deseaba. A penas si estaba comenzando con eso, iba a tratar de liberar mi poder, trabajar enserio como un verdadero Berseker que eso lo que era, nada más que eso, y para cuando Ares llegara al Olimpo debía prepararme con un poder elevado, era mi responsabilidad, mi obligación y la maldición a la que estaba atada por toda y el resto de la eternidad el tener que servirle al dios de la guerra sin quejas, sin peros. Por eso no debía quedarme atrás ya que una gran mayoría de los Berseker ya había despertado y estaban en su misión, aunque aún no haya tenido el gusto de encontrarme con alguno de ellos podía sentir su energía merodeando por los alrededores del templo, incluso en la tierra podía saber que algunos estaban.
Me detuve entonces, llegando a las profundidades de los árboles más espesos, en el bosque en llamas. Suspiré y pronto miré al rojizo cielo, apretando mis puños con fuerza a los lados de mi cuerpo -Seré invencible para cuando llegue el momento. La guerra se avecina y seré parte de ella como un Berseker importante, causaré caos y destrucción... acabaré con esos guerreros que se hacen creer los salvadores del mundo... esta era venceremos sin piedad...- decía en voz alta, de todas formas me encontraba muy lejos de toda vida. Mis intenciones eran conseguir el mayor poder posible para lograra ser una guerrera de las más importantes en ese ejército de desgracias. -No-habrá-perdón.- me decía más fuerte aún mientras mi cosmos comenzaba a revolotear por el lugar rodeando cada árbol, el aura roja comenzaba a rodear mi cuerpo cada vez más intensa, estaba lista para comenzar.
Lady- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Segundo post de Maestría para Segundo Ataque Débil - Elemento: viento.
Comenzaban a formarse pequeños remolinos alrededor del perímetro del bosque donde me encontraba. Crecían más y más a medida que mi cosmos se elevaba. El tibio viento me rodeaba como sí fuera mí esclavo o algo de eso, lograba controlarle a la perfección. Éste hacía que las llamas de fuego que rodeaban y envolvían los árboles se elevaran en los aires y se descontrolaran haciendo verdaderos estragos en el ambiente. Las inmensas llamaradas ardientes atacaban cada árbol que con el fuerte viento casi podían caer. Se veía un verdadero espectáculo de destrucción para cualquier Berseker, en cambio si se tratara de un humano cualquiera desesperaría en verdad.
-Patético... ¿Que es lo que estoy planeando? Debería aumentar aún más mi poder. Esto no significa nada...- Decía casi murmurando mientras volteaba mi cabeza para observar en todas direcciones. Atendía a cada detalle que mi cosmos provocara. El fuego destruía todo a su paso y eso gracias al viento que lograba manipular con mi cosmoenergía que de a poco se liberaba en el aire. -No quisiera terminar como el tonto de Bazir hahaha...- decía en un tono fuerte y me reía a carcajadas. No sirve de nada ser débil en el ejercito de Ares, pues los mismos Bersekers son capaces de demostrarte tus propias miserias y exhibirlas ante tus ojos sin ningún remordimiento.
Sabiendo que estaba condenada a servir a Ares por el resto de la eternidad me venía perfecto el tratar de ganar más poder, o al menos intentarlo, para así estar entre los más fuertes y decididos de las filas del dios de la guerra. Sería un desperdicio tan sólo permanecer de brazos cruzados sabiendo que dispones del potencial para convertirte en líder, en el sentido de tener infinito poder a tu disposición. Entonces no pretendía ser de esos perdedores que dejan todo para luego teniendo todo el poder que puedan imaginar y más.
-Bien...- me dije en voz baja al mismo tiempo que cerré los ojos e incliné un poco mi cabeza hacia arriba. -Vamos, Tafariel...- volví a mencionar y luego suspiré. Entonces la temperatura de mi cuerpo comenzaba a elevarse al mismo tiempo que también lo hacía el viento que rodeaba a esa parte del bosque. En el aire comenzaban a aparecer destellos rojos en las ráfagas flotantes y a mi alrededor un aura del mismo color. Estaba casi lista para proceder con el trabajo que me había propuesto para mis logros. -Claro que lo lograrás... no te rindas... no es lo que tu poder merece- Me dije luego, solía hablarme a mí misma desde que el berseker en mí despertó por completo. Eso se debía a que ambas personalidades en mí interior comenzaban a fusionar sus pensamientos y tener ideas parecidas. Ya no se mostraba en mí aquella mujer bondadosa e inocente que antes podía verse. Ahora tan sólo estaba la Berseker, y tal vez en alguna ocasión podría verse una leve amabilidad en mí, pero eso era todo, nada más que unos modales leves que quedaban en mí mente.
Comenzaban a formarse pequeños remolinos alrededor del perímetro del bosque donde me encontraba. Crecían más y más a medida que mi cosmos se elevaba. El tibio viento me rodeaba como sí fuera mí esclavo o algo de eso, lograba controlarle a la perfección. Éste hacía que las llamas de fuego que rodeaban y envolvían los árboles se elevaran en los aires y se descontrolaran haciendo verdaderos estragos en el ambiente. Las inmensas llamaradas ardientes atacaban cada árbol que con el fuerte viento casi podían caer. Se veía un verdadero espectáculo de destrucción para cualquier Berseker, en cambio si se tratara de un humano cualquiera desesperaría en verdad.
-Patético... ¿Que es lo que estoy planeando? Debería aumentar aún más mi poder. Esto no significa nada...- Decía casi murmurando mientras volteaba mi cabeza para observar en todas direcciones. Atendía a cada detalle que mi cosmos provocara. El fuego destruía todo a su paso y eso gracias al viento que lograba manipular con mi cosmoenergía que de a poco se liberaba en el aire. -No quisiera terminar como el tonto de Bazir hahaha...- decía en un tono fuerte y me reía a carcajadas. No sirve de nada ser débil en el ejercito de Ares, pues los mismos Bersekers son capaces de demostrarte tus propias miserias y exhibirlas ante tus ojos sin ningún remordimiento.
Sabiendo que estaba condenada a servir a Ares por el resto de la eternidad me venía perfecto el tratar de ganar más poder, o al menos intentarlo, para así estar entre los más fuertes y decididos de las filas del dios de la guerra. Sería un desperdicio tan sólo permanecer de brazos cruzados sabiendo que dispones del potencial para convertirte en líder, en el sentido de tener infinito poder a tu disposición. Entonces no pretendía ser de esos perdedores que dejan todo para luego teniendo todo el poder que puedan imaginar y más.
-Bien...- me dije en voz baja al mismo tiempo que cerré los ojos e incliné un poco mi cabeza hacia arriba. -Vamos, Tafariel...- volví a mencionar y luego suspiré. Entonces la temperatura de mi cuerpo comenzaba a elevarse al mismo tiempo que también lo hacía el viento que rodeaba a esa parte del bosque. En el aire comenzaban a aparecer destellos rojos en las ráfagas flotantes y a mi alrededor un aura del mismo color. Estaba casi lista para proceder con el trabajo que me había propuesto para mis logros. -Claro que lo lograrás... no te rindas... no es lo que tu poder merece- Me dije luego, solía hablarme a mí misma desde que el berseker en mí despertó por completo. Eso se debía a que ambas personalidades en mí interior comenzaban a fusionar sus pensamientos y tener ideas parecidas. Ya no se mostraba en mí aquella mujer bondadosa e inocente que antes podía verse. Ahora tan sólo estaba la Berseker, y tal vez en alguna ocasión podría verse una leve amabilidad en mí, pero eso era todo, nada más que unos modales leves que quedaban en mí mente.
Lady- Berseker de Ares
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Tercer post de Maestría para Segundo Ataque Débil - Elemento: viento.
El viento resoplaba aún con más fuerza y ardía cada vez más debido a la temperatura que había tomado mi cuerpo con respecto a mí cosmos potente. Sería muy valiente por parte de cualquiera entrometerse en ese sitio, en medio de las ráfagas. La temperatura y la velocidad del viento eran tan fuertes que podrían lastimar gravemente a cualquiera que se atreviera a meterse entre ellas. Aunque sería difícil hacerlo con un Berseker, no así con cualquier otro guerrero. -El tiempo esta cerca... debo acabar con esto rápido.- me decía a mí misma luego como si estuviese hablando con alguien más. No me importaba eso, si alguien llegase a burlarse lo mejor que podía hacer era acabar con su vida, después de todo nada le importa a un Berseker más que la destrucción y el caos.
Me crucé de brazos y bajando un poco mi cabeza cerré los ojos por un momento. Podía sentir el cosmos de Latrivan muy cerca, podía saber que ella era el Berseker más listo hasta el momento. El más poderoso. No era de extrañar, esa mujer siempre había tenido ese carácter y odio que nadie podría negar. Incluso a veces sentía desagrado hacia ella. Sí, era cierto que cada vez se acercaba más el momento que tanto ansiaba por alguna estúpida razón. Servir al señor Ares era mí único propósito y no podía hacer más. Debía acabar cuanto antes con lo que empecé y comenzar mi verdadero trabajo como Berseker de una vez por todas ya que últimamente me la había pasado recorriendo el templo y haciendo ridiculeces. Ni siquiera había visto a otro Berseker por allí, aunque los sentía muy bien.
-Sí, puedo sentirlo. Esos cosmos tan distintos que se despliegan por el aire. Puedo sentirlos a todos. No pensé que fuera a pasar tan rápido, pero aquí estamos los Bersekers que hemos despertado. Aunque algunos sean unos inútiles... ¿Que más da? Hay que trabajar de todas formas.- me decía a mí misma nuevamente mientras mantenía la cabeza baja y mis ojos cerrados en busca que alguna respuesta. No había que quedarse atrás de todas formas si queríamos triunfar.
Mi cosmos se alzó en los aires con más fuerza. -¡Deja de perder tiempo!- exclamé mientras separaba mis brazos estirándolos a los lados de mi cuerpo con los puños cerrados con fuerza. Mis ojos destellaron un rojo brillante reflejando el poder que aún no había liberado. Las nubes blancas comenzaban a desplegarse a mayor velocidad, chocando en el rojizo cielo. Los árboles perdían sus hojas a causa de las fuertes ráfagas. El viento no cesaba y cada vez aumentaba su intensidad a mayor escala. -El viento es mi fuerza... ¿Que podría detenerme ahora?- me dije a mí misma mientras proseguía con mi trabajo. Ahora las ráfagas en el aire eran cubiertas por un aura roja y podía verse el viento como si fuera un ser con visa y visible, se notaba como recorría el paisaje a toda velocidad llevándose los obstáculos consigo por lo aires.
Pronto mis brazos, que estaban a ambos lados de mi cuerpo, se cubrían de unas ráfagas de viento que nada más giraban entorno a mi piel, representados con esos destellos rojos que también tomaban al viento que rodeaba el perímetro de ese bosque. Ahora mis brazos eran como dos armas que poseían mi poder impregnado en ellas, listas para ser utilizadas. El cosmos rojizo las rodeaba, podía verse como se movía y se intensificaba en mis brazos. El viento ya era muy fuerte, un humano común y corriente no podría siquiera acercarse. El corto vestido rojo que a penas llegaba a cubrir mis muslos se movía con fuerza y gracia en el aire, al igual que mi blanco cabello.
El viento resoplaba aún con más fuerza y ardía cada vez más debido a la temperatura que había tomado mi cuerpo con respecto a mí cosmos potente. Sería muy valiente por parte de cualquiera entrometerse en ese sitio, en medio de las ráfagas. La temperatura y la velocidad del viento eran tan fuertes que podrían lastimar gravemente a cualquiera que se atreviera a meterse entre ellas. Aunque sería difícil hacerlo con un Berseker, no así con cualquier otro guerrero. -El tiempo esta cerca... debo acabar con esto rápido.- me decía a mí misma luego como si estuviese hablando con alguien más. No me importaba eso, si alguien llegase a burlarse lo mejor que podía hacer era acabar con su vida, después de todo nada le importa a un Berseker más que la destrucción y el caos.
Me crucé de brazos y bajando un poco mi cabeza cerré los ojos por un momento. Podía sentir el cosmos de Latrivan muy cerca, podía saber que ella era el Berseker más listo hasta el momento. El más poderoso. No era de extrañar, esa mujer siempre había tenido ese carácter y odio que nadie podría negar. Incluso a veces sentía desagrado hacia ella. Sí, era cierto que cada vez se acercaba más el momento que tanto ansiaba por alguna estúpida razón. Servir al señor Ares era mí único propósito y no podía hacer más. Debía acabar cuanto antes con lo que empecé y comenzar mi verdadero trabajo como Berseker de una vez por todas ya que últimamente me la había pasado recorriendo el templo y haciendo ridiculeces. Ni siquiera había visto a otro Berseker por allí, aunque los sentía muy bien.
-Sí, puedo sentirlo. Esos cosmos tan distintos que se despliegan por el aire. Puedo sentirlos a todos. No pensé que fuera a pasar tan rápido, pero aquí estamos los Bersekers que hemos despertado. Aunque algunos sean unos inútiles... ¿Que más da? Hay que trabajar de todas formas.- me decía a mí misma nuevamente mientras mantenía la cabeza baja y mis ojos cerrados en busca que alguna respuesta. No había que quedarse atrás de todas formas si queríamos triunfar.
Mi cosmos se alzó en los aires con más fuerza. -¡Deja de perder tiempo!- exclamé mientras separaba mis brazos estirándolos a los lados de mi cuerpo con los puños cerrados con fuerza. Mis ojos destellaron un rojo brillante reflejando el poder que aún no había liberado. Las nubes blancas comenzaban a desplegarse a mayor velocidad, chocando en el rojizo cielo. Los árboles perdían sus hojas a causa de las fuertes ráfagas. El viento no cesaba y cada vez aumentaba su intensidad a mayor escala. -El viento es mi fuerza... ¿Que podría detenerme ahora?- me dije a mí misma mientras proseguía con mi trabajo. Ahora las ráfagas en el aire eran cubiertas por un aura roja y podía verse el viento como si fuera un ser con visa y visible, se notaba como recorría el paisaje a toda velocidad llevándose los obstáculos consigo por lo aires.
Pronto mis brazos, que estaban a ambos lados de mi cuerpo, se cubrían de unas ráfagas de viento que nada más giraban entorno a mi piel, representados con esos destellos rojos que también tomaban al viento que rodeaba el perímetro de ese bosque. Ahora mis brazos eran como dos armas que poseían mi poder impregnado en ellas, listas para ser utilizadas. El cosmos rojizo las rodeaba, podía verse como se movía y se intensificaba en mis brazos. El viento ya era muy fuerte, un humano común y corriente no podría siquiera acercarse. El corto vestido rojo que a penas llegaba a cubrir mis muslos se movía con fuerza y gracia en el aire, al igual que mi blanco cabello.
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Cuarto post de Maestría para Segundo Ataque Débil - Elemento: viento.
El viento seguía su curso, resoplando en los alrededores del bosque en llamas, controlando el curso del fuego que lograba encender y destruir cantidades de árboles. Era un espectáculo de fuego descontrolado y viento ardiente; el cual no puede presenciar cualquier humano común y corriente. En ese momento aquella parte profunda del bosque era segura solamente para alguien que tuviera un cosmos elevado y un control sobre su propia energía interior. Sólo si yo lo deseaba podía hacerle daños a alguien con ese viento que le liberaba de a poco. Pero la mejor parte aún no se había ejecutado. Eso nada más era el comienzo de mi técnica que estaba a punto de surgir.
-Miren esto... ¿Acaso no es divertido? hahaha- me decía a mí misma nuevamente mientras movía mis brazos que estaban rodeados por esa energía rojiza, se hacía muy bellos ver esos destellos paseando al compás de mis manos mientras se movían en círculos. Seguía jugueteando con mis brazos pasándolos cerca de mi rostro y notar el efecto que se formaba, a decir verdad no servía de nada, pero un poco de diversión nunca le hace mal a nadie.
-Suficiente...- murmuré mientras detenía mis jueguitos y miraba al frente, con ambas manos a los lados de mi cuerpo. Cerré los puños con fuerza, en ese momento el viento sopó muy fuerte y frente a mí se formaba una especie de esfera hecha por el viento y el cosmos, se notaba en los destellos rojos en su interior. Tan sólo mantenía mi mirada en esa dirección, pero en realidad no estaba atendiendo a aquel sorprendente hecho. Mi mente estaba en otro lado, estaba totalmente distraída de lo que estaba haciendo. Ya lo había puesto en marcha y tan solo restaba esperar que aquello se forme para liberar de una vez por todas a mi verdadero poder. Me fastidiaba el hecho de tener que entrenar siempre, deseaba comenzar con el trabajo de Berseker, encontrar a Ares y pelear de verdad.
Pasaron algunos minutos después de eso entonces volví a mirar al frente, atender a lo que estaba pasando. Había una barrera de forma circular casi impenetrable, hecha por el propio viento y mi cosmos que aguardaba allí. -Vaya... eso servirá...- me dije en una voz baja nuevamente entonces elevé mis brazos apuntando hacia el frente. -...pero solo si se trata de un enemigo...- entonces hice un movimiento con mis manos y comenzaron a desprenderse fuertes y cortantes ráfagas de viento hacia delante que lograban destrozar aquella barrera de cosmos, al mismo tiempo que un leve vapor de desprendía de allí. -No está mal...-
Cuando aquellas ráfagas cortantes de viento acabaron, a lo largo del bosque, al frente podía notarse cómo había destrozado gran parte de la vegetación y algunos árboles. Habían dejado un camino recto y casi desierto de plantas por donde pasaron. -Al menos me servirá de algo.- dije por último y levanté un poco mis brazos, la energía roja que los rodeaba desapareció de a poco al igual que el viento caliente. Todo el ambiente se enfrió de repente al enfriar mi cosmos. Una leve ventisca helada quedó revoloteando y yo acomodé por fin mi vestido que había estado molestando un poco por el viento. Suspiré.
-Sufieciente... eso fue agotador.- Caminé hacia un árbol y me apoyé por un momento en el tronco, descansando un poco. No tenía nada que hacer en ese momento por lo que permanecí allí tranquila por un buen rato.
El viento seguía su curso, resoplando en los alrededores del bosque en llamas, controlando el curso del fuego que lograba encender y destruir cantidades de árboles. Era un espectáculo de fuego descontrolado y viento ardiente; el cual no puede presenciar cualquier humano común y corriente. En ese momento aquella parte profunda del bosque era segura solamente para alguien que tuviera un cosmos elevado y un control sobre su propia energía interior. Sólo si yo lo deseaba podía hacerle daños a alguien con ese viento que le liberaba de a poco. Pero la mejor parte aún no se había ejecutado. Eso nada más era el comienzo de mi técnica que estaba a punto de surgir.
-Miren esto... ¿Acaso no es divertido? hahaha- me decía a mí misma nuevamente mientras movía mis brazos que estaban rodeados por esa energía rojiza, se hacía muy bellos ver esos destellos paseando al compás de mis manos mientras se movían en círculos. Seguía jugueteando con mis brazos pasándolos cerca de mi rostro y notar el efecto que se formaba, a decir verdad no servía de nada, pero un poco de diversión nunca le hace mal a nadie.
-Suficiente...- murmuré mientras detenía mis jueguitos y miraba al frente, con ambas manos a los lados de mi cuerpo. Cerré los puños con fuerza, en ese momento el viento sopó muy fuerte y frente a mí se formaba una especie de esfera hecha por el viento y el cosmos, se notaba en los destellos rojos en su interior. Tan sólo mantenía mi mirada en esa dirección, pero en realidad no estaba atendiendo a aquel sorprendente hecho. Mi mente estaba en otro lado, estaba totalmente distraída de lo que estaba haciendo. Ya lo había puesto en marcha y tan solo restaba esperar que aquello se forme para liberar de una vez por todas a mi verdadero poder. Me fastidiaba el hecho de tener que entrenar siempre, deseaba comenzar con el trabajo de Berseker, encontrar a Ares y pelear de verdad.
Pasaron algunos minutos después de eso entonces volví a mirar al frente, atender a lo que estaba pasando. Había una barrera de forma circular casi impenetrable, hecha por el propio viento y mi cosmos que aguardaba allí. -Vaya... eso servirá...- me dije en una voz baja nuevamente entonces elevé mis brazos apuntando hacia el frente. -...pero solo si se trata de un enemigo...- entonces hice un movimiento con mis manos y comenzaron a desprenderse fuertes y cortantes ráfagas de viento hacia delante que lograban destrozar aquella barrera de cosmos, al mismo tiempo que un leve vapor de desprendía de allí. -No está mal...-
Cuando aquellas ráfagas cortantes de viento acabaron, a lo largo del bosque, al frente podía notarse cómo había destrozado gran parte de la vegetación y algunos árboles. Habían dejado un camino recto y casi desierto de plantas por donde pasaron. -Al menos me servirá de algo.- dije por último y levanté un poco mis brazos, la energía roja que los rodeaba desapareció de a poco al igual que el viento caliente. Todo el ambiente se enfrió de repente al enfriar mi cosmos. Una leve ventisca helada quedó revoloteando y yo acomodé por fin mi vestido que había estado molestando un poco por el viento. Suspiré.
-Sufieciente... eso fue agotador.- Caminé hacia un árbol y me apoyé por un momento en el tronco, descansando un poco. No tenía nada que hacer en ese momento por lo que permanecí allí tranquila por un buen rato.
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
El joven de cabello rojo, tras su segundo encuentro con Latrivan, estaba más que cansado de no tener tiempo para sí mismo. La única razón por la que le estaba haciendo caso a la mujer era que estaba aburrido y esperaba que en la misión encomendada pudiera conseguir algo para distraerse. Ni siquiera lo habían dejado distraerse por unos momentos con las ninfas del Olimpo. Pero bien, tampoco se la iba a pasar con la cara larga todo el día, debía tener los ánimos por los cielos para poder llevar exitosamente todo lo que se estaba proponiendo. Podía ser el Berseker más destructivo pero presumía de ser el menos estresado. Se preocupaba más de sus propios asuntos que de los que tenían que ver con la dichosa guerra. No es que despreciara la violencia, pero no era algo de lo que dependiera para existir. Podía controlar mejor el poder de la destrucción que la lujuria desenfrenada. Mientras caminaba por el demacrado bosque, el muchacho se encontró con una mujer cuyo cosmos era el mismo de Tafariel. No había que ser genio para deducir que ella era la persona que estaba buscando. El avatar elegido por la amante de los condenados tenía una linda delantera, eso era en lo que más se fijaba mientras se acercaba a la dama de larga cabellera. El bien parecido pelirrojo se acercó un poco más para una mejor comunicación.
Hola, ¿Tafariel?
Espetó el Berseker algo nervioso, como si estuviera atontado por la belleza de la joven que estaba admirando desde que entro en los desolados senderos del bosque marginado.
Hola, ¿Tafariel?
Espetó el Berseker algo nervioso, como si estuviera atontado por la belleza de la joven que estaba admirando desde que entro en los desolados senderos del bosque marginado.
Khrysis- Cantidad de envíos : 75
Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Había pasado bastante tiempo desde que acabé con mi entrenamiento para mejorar y especializarme en otra técnica para mi beneficio. Al cabo de ese tiempo me encontraba más descansada, por lo menos ya no sentía esa fatiga que el elevar de golpe mi cosmos me había producido. No sabía hacia donde iba a ir en ese momento, ya nada me quedaba por realizar y el aburrimiento comenzaba a invadirme. Entonces decidí alejarme del árbol en donde me encontraba apoyada para marcharme de ese bosque.
Acomodé mi ropa una vez más y pensé en salir, pero algo me detuvo, hizo que me sorprendiera. Una presencia, el cosmos de otro Berseker se hacía presente en aquel sitio. Entonces me volteé intrigada. Se trataba de un atractivo joven, pelirrojo y con un color de ojos exótico. Mostraba una buena imagen, llamaba mucho la atención. Aquel muchacho emanaba la misma esencia Apocalypse, podía sentirlo a la perfección. Sabía que se trataba de aquel Berseker, además llevaba esa armadura característica. Se acercaba observándome hasta que de pronto se dispuso a soltar unas palabras, que a decir verdad había sonado algo nervioso. Se veía extraño. Entonces sonreí.
-Hola...- Dije en un tono suave y sereno, como solía actuar muchas veces -pues claro que sí, tontito. ¿Quien más sino?- continué luego con en un tono de broma para luego soltar una risita. Entonces se hizo un pequeño silencio, aunque algo incómodo durante unos cuantos segundos hasta que decidí retomar mi palabra:
-Apocalypse- mencioné en un tono más serio y fácil de oír luego de varios segundos sin hablar. Decidí acercarme un poco más al Berseker, la leve y fría ventisca me seguía, podía notarse a mi alrededor, en mi cabello, como danzaba levemente en los aires al igual que mis ropas. El viento también rodeaba a Apocalypse que ahora se encontraba a corta distancia frente a mí. -Tanto tiempo sin saber de ti, y ahora te encuentras aquí... es bueno saber que has despertado ya. No me sorprende mucho de todas formas. Sabía que podrías ser una de las primeras desgracias en lograrlo.- dije en un tono suave y atrayente, mostrando una sonrisa luego.
-Y dime ¿Que te trae por estos lados, cariño? No debe ser una coincidencia ¿O sí?- continué luego en el mismo tono que antes mientras miraba al otro berseker atentamente. Entrecerré a penas mis ojos mientras esperaba su reacción. No sabía de que se trataba aquella presencia de mi compañero, pero de todas formas me entretendría al menos, no era agradable andar sola por el mundo, por así decirlo. Siempre era mejor un poco de compañía aunque sea un rato.
Acomodé mi ropa una vez más y pensé en salir, pero algo me detuvo, hizo que me sorprendiera. Una presencia, el cosmos de otro Berseker se hacía presente en aquel sitio. Entonces me volteé intrigada. Se trataba de un atractivo joven, pelirrojo y con un color de ojos exótico. Mostraba una buena imagen, llamaba mucho la atención. Aquel muchacho emanaba la misma esencia Apocalypse, podía sentirlo a la perfección. Sabía que se trataba de aquel Berseker, además llevaba esa armadura característica. Se acercaba observándome hasta que de pronto se dispuso a soltar unas palabras, que a decir verdad había sonado algo nervioso. Se veía extraño. Entonces sonreí.
-Hola...- Dije en un tono suave y sereno, como solía actuar muchas veces -pues claro que sí, tontito. ¿Quien más sino?- continué luego con en un tono de broma para luego soltar una risita. Entonces se hizo un pequeño silencio, aunque algo incómodo durante unos cuantos segundos hasta que decidí retomar mi palabra:
-Apocalypse- mencioné en un tono más serio y fácil de oír luego de varios segundos sin hablar. Decidí acercarme un poco más al Berseker, la leve y fría ventisca me seguía, podía notarse a mi alrededor, en mi cabello, como danzaba levemente en los aires al igual que mis ropas. El viento también rodeaba a Apocalypse que ahora se encontraba a corta distancia frente a mí. -Tanto tiempo sin saber de ti, y ahora te encuentras aquí... es bueno saber que has despertado ya. No me sorprende mucho de todas formas. Sabía que podrías ser una de las primeras desgracias en lograrlo.- dije en un tono suave y atrayente, mostrando una sonrisa luego.
-Y dime ¿Que te trae por estos lados, cariño? No debe ser una coincidencia ¿O sí?- continué luego en el mismo tono que antes mientras miraba al otro berseker atentamente. Entrecerré a penas mis ojos mientras esperaba su reacción. No sabía de que se trataba aquella presencia de mi compañero, pero de todas formas me entretendría al menos, no era agradable andar sola por el mundo, por así decirlo. Siempre era mejor un poco de compañía aunque sea un rato.
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
No es ninguna coincidencia… pero creo que tampoco es urgente lo que te he venido a decir. Oh, bien, si tiene importancia pero puede esperar un poco. Dijo el Berseker pelirrojo con una sonrisa ladina, mientras cortaba todavía más la distancia que existía entre su cuerpo y el de la dama de cabellos claros, era evidente que quería jugar un poco con la chica. Y quizá Tafariel sí le iba a dar lo que él tanto quería. La verdad era que por las constantes interrupciones de Latrivan no había podido hacerle nada a Steven, no pasaron de los besos y las caricias. En esos momentos odiaba a esa mujer por arruinarle esa oportunidad, pero sabía controlar sus impulsos asesinos. En otros tiempos le habría arrancado los ojos de la cabeza a la pelirroja, pero no valía la pena. En su segundo desafortunado encuentro había jodido su oportunidad de levantarse a unas ninfas. Ni siquiera le permitía fornicar a gusto con las ninfas, eso era el colmo.
Antes de proseguir miró a los lados, buscando a la desesperante mujer; la creía muy capaz de seguirlo sólo para estropear la diversión. El chico tomó a la dama entre sus fuertes brazos, sintiendo el extraño viento que circundaba a su alrededor. Observó el bosque, esa zona parecía haber sido arrasada por un tornado. Muy seguramente la berseker se encontraba entrenando antes de que él apareciera.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos Tafariel, no quieres hacer algo para celebrar? Comentó el muchacho mientras besaba el cuello de la doncella, subiendo lentamente por su cuello hasta llegar a la oreja. Las desgracias sabían mejor que nadie que Apocalypse era una entidad que siempre quería sostener relaciones carnales, y las bersekers y ninfas se peleaba por complacer sus deseos, acudiendo felices hacia el peligroso demonio. Se debía ser muy buena para no quemarse con el fuego del apasionado pelirrojo. Tú eres de las pocas que saben llevarme el ritmo, ¿no? La verdad es que no he tenido la oportunidad de usar este cuerpo de la forma que a mí más me gusta. Sin embargo una fastidiosa plaga me persigue. Dijo mirando otra vez en todas las direcciones, rogando para que la molesta hechicera no metiera su nariz otra vez.
Antes de proseguir miró a los lados, buscando a la desesperante mujer; la creía muy capaz de seguirlo sólo para estropear la diversión. El chico tomó a la dama entre sus fuertes brazos, sintiendo el extraño viento que circundaba a su alrededor. Observó el bosque, esa zona parecía haber sido arrasada por un tornado. Muy seguramente la berseker se encontraba entrenando antes de que él apareciera.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos Tafariel, no quieres hacer algo para celebrar? Comentó el muchacho mientras besaba el cuello de la doncella, subiendo lentamente por su cuello hasta llegar a la oreja. Las desgracias sabían mejor que nadie que Apocalypse era una entidad que siempre quería sostener relaciones carnales, y las bersekers y ninfas se peleaba por complacer sus deseos, acudiendo felices hacia el peligroso demonio. Se debía ser muy buena para no quemarse con el fuego del apasionado pelirrojo. Tú eres de las pocas que saben llevarme el ritmo, ¿no? La verdad es que no he tenido la oportunidad de usar este cuerpo de la forma que a mí más me gusta. Sin embargo una fastidiosa plaga me persigue. Dijo mirando otra vez en todas las direcciones, rogando para que la molesta hechicera no metiera su nariz otra vez.
OFF:
Manipulación aceptada por Lady
Khrysis- Cantidad de envíos : 75
Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Era lo que creí, alguien debía haberlo enviado para que me buscara, sin embargo él no pretendía informarme tan pronto, al menos eso me dio a entender. Más bien parecía interesado en alguna otra cosa y como conocía a Apocalypse quizás sabía lo que pretendía antes de cumplir con aquella supuesta misión a la que probablemente le habían encomendado. El pelirrojo acortaba más la distancia entre ambos, aunque se lo notaba algo alerta, como expectante buscando alguna presencia en los alrededores de aquel bosque.
Pronto me tomó entre sus brazos mientras pronunciaba unas palabras, tan sólo lo oía si hacer nada más. Una insinuante propuesta mientras besaba mi cuello. Me sonreí. Aquella sonrisa que solía mostrar siempre que tendía a predecir alguna acción y conociendo a Apocalypse sabía muy bien que era lo que pretendía. Aunque no me parecía una buena idea, después de todo tenía algo importante que comunicarme, según lo que había mencionado él antes. -Como si no te conociera Apocalypse, ja... sé justamente lo que pretendes... y debo decir que me agradan tus pensamientos.- Pronto volteé un poco mi rostro para verlo a los ojos, justo cuando acababa de decir sus últimas palabras.
-Si no tuviera nada que hacer pues no niego que aceptaría lo que me propones, sabes como soy, querido.- Pronuncié en el tono suave. Pronto coloqué una mano en su cabeza entrelazando mis dedos en su cabello y la movía lentamente hacia un lado, acariciando parte de su rostro. -Pero me parece que en esta ocasión deberíamos dejarlo para luego. Dijiste que era importante lo que debías comunicarme... ¿Por qué mejor no me lo dices? Tal vez luego haya más tiempo y no tengas que andar escondiéndote de nadie.- dije con respecto a lo último. Era obvio que se estaba escondiendo, o mejor dicho procurando que alguien no lo encontrara. De eso me di cuenta por sus actitudes y palabras. No niego que me tentaba ese momento, deseaba continuar con algo más intenso pero era mejor primero cumplir lo que es de verdadera importancia, cualquiera debía saber eso.
Unos segundos después dije casi en susurro -Sabes que cumplo esa clase de promesas, Apocalypse. Pero no me gustaría parecer una inútil como Berseker. Sólo dime eso que viniste a comunicarme en primer lugar. Ya luego habrá tiempo de proseguir con... esto.- pronuncié por último cerca de su oído. Aún me encontraba aferrada fuerte a su cuerpo entonces besé su mejilla, muy cerca de sus labios y mantuve los míos allí por algunos segundos. Insinuaba con aquellas últimas palabras, que en primer lugar deseaba escuchar el motivo supuestamente importante que tenía para comunicarme, tal vez luego habría tiempo para otras... cosas. Era casi obvio que había sido enviado por alguien, aunque no podía estar cien por ciento segura, por lo que primero deseaba tener la respuesta de Apocalypse, no sabía la importancia del comunicado, pero ante la duda no lo iba a dejar pasar.
Pronto me tomó entre sus brazos mientras pronunciaba unas palabras, tan sólo lo oía si hacer nada más. Una insinuante propuesta mientras besaba mi cuello. Me sonreí. Aquella sonrisa que solía mostrar siempre que tendía a predecir alguna acción y conociendo a Apocalypse sabía muy bien que era lo que pretendía. Aunque no me parecía una buena idea, después de todo tenía algo importante que comunicarme, según lo que había mencionado él antes. -Como si no te conociera Apocalypse, ja... sé justamente lo que pretendes... y debo decir que me agradan tus pensamientos.- Pronto volteé un poco mi rostro para verlo a los ojos, justo cuando acababa de decir sus últimas palabras.
-Si no tuviera nada que hacer pues no niego que aceptaría lo que me propones, sabes como soy, querido.- Pronuncié en el tono suave. Pronto coloqué una mano en su cabeza entrelazando mis dedos en su cabello y la movía lentamente hacia un lado, acariciando parte de su rostro. -Pero me parece que en esta ocasión deberíamos dejarlo para luego. Dijiste que era importante lo que debías comunicarme... ¿Por qué mejor no me lo dices? Tal vez luego haya más tiempo y no tengas que andar escondiéndote de nadie.- dije con respecto a lo último. Era obvio que se estaba escondiendo, o mejor dicho procurando que alguien no lo encontrara. De eso me di cuenta por sus actitudes y palabras. No niego que me tentaba ese momento, deseaba continuar con algo más intenso pero era mejor primero cumplir lo que es de verdadera importancia, cualquiera debía saber eso.
Unos segundos después dije casi en susurro -Sabes que cumplo esa clase de promesas, Apocalypse. Pero no me gustaría parecer una inútil como Berseker. Sólo dime eso que viniste a comunicarme en primer lugar. Ya luego habrá tiempo de proseguir con... esto.- pronuncié por último cerca de su oído. Aún me encontraba aferrada fuerte a su cuerpo entonces besé su mejilla, muy cerca de sus labios y mantuve los míos allí por algunos segundos. Insinuaba con aquellas últimas palabras, que en primer lugar deseaba escuchar el motivo supuestamente importante que tenía para comunicarme, tal vez luego habría tiempo para otras... cosas. Era casi obvio que había sido enviado por alguien, aunque no podía estar cien por ciento segura, por lo que primero deseaba tener la respuesta de Apocalypse, no sabía la importancia del comunicado, pero ante la duda no lo iba a dejar pasar.
Lady- Berseker de Ares
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
El Berseker de la destrucción total sintió que su inspiración era abruptamente cortada por Tafariel. No era indisciplinado, su lealtad estaba con Ares, sin embargo eso no suprimía las necesidades de su cuerpo, necesidades que debía satisfacer cuanto antes. Las palabras de la mujer abrían la posibilidad de tener la acción que quería más avanzada la misión pero, eso no era suficiente para él. Khrysis quería descargarse antes de salir del Olimpo o no podría concentrarse en hacer su trabajo. —Lo sé bien pero, tengo que matar las ganas antes de que ellas me maten a mí, así que creo que no voy a poder acompañarte. —Le dijo con naturalidad. El pelirrojo no era del tipo que mostraba pudor, por ello no le avergonzaba decir que no podía marcharse sin follar primero.
—Te daré las órdenes que Latrivan me dio a mí. Ve a buscar a Zugurosh y después ve con el señor Ares, se puede sentir una energía extraña acompañándolo y no nos podemos arriesgar. Parece que Eris se ha unido a nuestra causa. Y tal parece que Zeus no intervendrá. En resumen eso es más o menos todo. — Espetó el pelirrojo mientras se volvía en la dirección por la que llegó, no sin antes levantar su pulgar derecho y decir: Suerte en todo.
Prefería quedarse en el templo de Apocalypse y pasar el rato con algunas ninfas. Esa era la forma ideal en la que el Berseker podía recuperarse, por decirlo de alguna manera. Agarró camino hacia su recinto, esperando que Tafariel no tuviera ninguna duda respecto a la misión. La verdad era que a él ese tipo de tareas no le iban. Tafariel era mucho mejor para la labor en sí.
El cuerpo de Tafariel era un deleite, sin embargo él no estaba dispuesto a esperar para extinguir la llama que se encendía bajo la tela de su pantalón.
—Te daré las órdenes que Latrivan me dio a mí. Ve a buscar a Zugurosh y después ve con el señor Ares, se puede sentir una energía extraña acompañándolo y no nos podemos arriesgar. Parece que Eris se ha unido a nuestra causa. Y tal parece que Zeus no intervendrá. En resumen eso es más o menos todo. — Espetó el pelirrojo mientras se volvía en la dirección por la que llegó, no sin antes levantar su pulgar derecho y decir: Suerte en todo.
Prefería quedarse en el templo de Apocalypse y pasar el rato con algunas ninfas. Esa era la forma ideal en la que el Berseker podía recuperarse, por decirlo de alguna manera. Agarró camino hacia su recinto, esperando que Tafariel no tuviera ninguna duda respecto a la misión. La verdad era que a él ese tipo de tareas no le iban. Tafariel era mucho mejor para la labor en sí.
El cuerpo de Tafariel era un deleite, sin embargo él no estaba dispuesto a esperar para extinguir la llama que se encendía bajo la tela de su pantalón.
Khrysis- Cantidad de envíos : 75
Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Escuchaba las palabras de Apocalypse atentamente sin interrumpir. Comenzaba a pensar que sus necesidades personales estaban antes que su lealtad hacia el dios de la guerra, o quizás no le agradaba trabajar. No podía saber con exactitud lo que pensaba aquel berseker sin embargo esa actitud no me sorprendía para nada. Sabía como era él y no causaba nada en mí aquella respuesta. Mi semblante no cambió sino hasta que terminó sus palabras.
Entonces fue que me repitió la orden que le había dado Latrivan. No parecía muy complicado, de hecho se me hacía que iba a ser divertido realizar aquel trabajo y sospechaba desde antes que debía hacerlo sola. Tan solo debía encontrar a Zugurosh, que comenzaba a sentir su cosmos más fuerte cada vez. Para luego ir al sitio donde Ares se encontraba. En aquel momento era en el cual más deseaba actuar como una berseker, no me importaba que él no quisiera hacerlo aún, quizás no estaba listo para trabajar.
-No se por qué no me sorprende eso de ti. Pero bien, si así lo deseas... ve a divertirte. Yo... tengo que trabajar.- mencione por último en un tono bastante serio y algo arrogante para así separarme del chico. Quien se alejaba lentamente deseándome suerte para retirarse del lugar.
Esperé algunos minutos hasta que Apocalypse desaparecía entre los árboles en llamas. -Vaya Apocalypse, será mejor que madures. No permanecerás mucho tiempo en este mundo si sigues así.- pensaba mientras empezaba a caminar lentamente entre los arbustos y plantas destrozadas por el fuego. -En cuanto a mí... es el momento de ver a Ares, ¿Quien lo diría? ja. Es hora de trabajar entonces.- seguía sumida en mis pensamientos mientras me alejaba de aquel bosque.
Entonces fue que me repitió la orden que le había dado Latrivan. No parecía muy complicado, de hecho se me hacía que iba a ser divertido realizar aquel trabajo y sospechaba desde antes que debía hacerlo sola. Tan solo debía encontrar a Zugurosh, que comenzaba a sentir su cosmos más fuerte cada vez. Para luego ir al sitio donde Ares se encontraba. En aquel momento era en el cual más deseaba actuar como una berseker, no me importaba que él no quisiera hacerlo aún, quizás no estaba listo para trabajar.
-No se por qué no me sorprende eso de ti. Pero bien, si así lo deseas... ve a divertirte. Yo... tengo que trabajar.- mencione por último en un tono bastante serio y algo arrogante para así separarme del chico. Quien se alejaba lentamente deseándome suerte para retirarse del lugar.
Esperé algunos minutos hasta que Apocalypse desaparecía entre los árboles en llamas. -Vaya Apocalypse, será mejor que madures. No permanecerás mucho tiempo en este mundo si sigues así.- pensaba mientras empezaba a caminar lentamente entre los arbustos y plantas destrozadas por el fuego. -En cuanto a mí... es el momento de ver a Ares, ¿Quien lo diría? ja. Es hora de trabajar entonces.- seguía sumida en mis pensamientos mientras me alejaba de aquel bosque.
Lady- Berseker de Ares
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
NINGUNO DE LOS DOS TIENE PERMITIDO MOVERSE.
Una voz fuerte y estremecedora se sintió en todo el bosque y a muchos kilómetros a la redonda. Pero no era precisamente cualquier tipo de voz, puesto que pertenecía al dueño de todo lo que en ese minuto estaban habitando ambos berserkers. Y no sólo ellos, sino que todo lo que tuviese o alguna vez tuviera vida en todos los parajes del templo de la guerra.
A continuación, unas llamas que ostentaban un naranjo tan profundo como el cobre y un rojo tan intenso como la sangre, se hicieron presentes para bloquear el paso tanto de la mujer como del hombre. De paso, también carbonizaron absolutamente todo lo que estuviese a su alrededor, reduciendo a escombros y cenizas lo que alguna vez había sido un bosque en llamas. No era necesario mencionar que el fuego de Ares estaba muy por sobre encima del normal, e incluso podía quemar lo que ya estaba quemado. O hasta al fuego mismo.
Ya han hecho muchas estupideces por si solos en mi ausencia, así que una más les está prohibido. – Dijo a la vez que se aparecía detrás de Apocalypse.- Especialmente a ti, ¿Entendido? No querrás que te mate ahora que empieza lo bueno, ¿O no?.
Caminó hasta ponerse justo frente a sus ojos, y lo miró como quién mira a un niño malcriado que no sabe comportarse como corresponde. Con la única diferencia, de que más dispuesto a educarlo, estaba con ganas de asesinarlo. – Déjame recordarte que eres un estúpido, Apocalypse. Eres una bazofia de ser humano que gracias a mis poderes ostenta un titulo. Pero así como te lo he dado, puedo quitártelo y matarte. O simplemente matarte, según como esté mi ánimo. – Agregó con rudeza, prácticamente escupiéndole las palabras a la cara, demostrando que no lo respetaba en lo más mínimo. - ¿Te parece que estoy de ánimo para dejarte vivo, o para matarte? ¿Qué crees tú, imbécil?.
Hizo el ademán de querer golpearlo con la mano, pero se contuvo. – No vales la pena.
Luego se giró hasta donde estaba Tafariel, a la que podía ver gracias a que no había ni siquiera humo entre ellos. El piso estaba negro y completamente lleno de cenizas.
Tú… ya no es necesario que vayas de misión. Fallaste, por eso estoy aquí. Y estoy al tanto de todo lo que ha pasado, ¿Quién creen qué soy?. – Comentó con la misma rabia de un demonio, caminando la distancia entre Apocalypse hasta Lady.- Ustedes para mí no significan nada, y deberían saberlo. Son sólo mis objetos de turno, y puedo desecharlos y buscarme otros si no cumplen bien su trabajo. Por tanto, al pertenecerme, sé todo. – Puso especial énfasis en esa última palabra, dejando que unas llamas salieran de su cuerpo y rozaran los cuerpos de ambos Berserkers.- Todo lo que conlleva sus patéticas existencias.
Suspiró con fuerza, tan sólo para remarcar aún más su enojo.
¿Qué rayos estaban haciendo hasta hace un minuto?.- Preguntó con ira, apretando sus puños y girando la cabeza para observarlos un rato a cada uno. – Les responderé, se estaban comportando como unos inservibles humanos jóvenes. Ahora respóndame, ¿Qué tengo yo en mi ejército? ¿Berserkers o perras en celo?.- Miró fijamente a Lady, y después cambió el curso de su vista hacia Apocalypse.- ¿Qué creen que quiero? ¿Soldados leales o hijos de puta que sólo sirven para comer, follar y cagar en mi templo? . – Continuó, con un rostro que evidenciaba claramente su descontento con la situación recién acontecida.
Tendré que tomar medidas. - Añadió. - Apocalypse... desaparece de mi vista y del templo hasta que te vuelva a necesitar, en caso de que tu presencia me vuelva a ser útil. Por ahora, estás desterrado. Si siento tu cosmos y no te he llamado, te mato. - Concluyó con fuerza, sin voltearse a mirar al berserker, y centrando toda su atención en Lady. - ¿Qué podré hacer contigo?. - Se preguntó en tono irónico, a la vez que en su cabeza aparecían distintas formas de castigo.
Ve a la entrada de mi templo, junto a Latrivan y espera allí… o entren al templo si es necesario, volveré con los otros o con sus cadáveres. – Cerró con frialdad, sin siquiera dedicarle una mirada de despedida. Simplemente, se marchó en una explosión de fuego.
Una voz fuerte y estremecedora se sintió en todo el bosque y a muchos kilómetros a la redonda. Pero no era precisamente cualquier tipo de voz, puesto que pertenecía al dueño de todo lo que en ese minuto estaban habitando ambos berserkers. Y no sólo ellos, sino que todo lo que tuviese o alguna vez tuviera vida en todos los parajes del templo de la guerra.
A continuación, unas llamas que ostentaban un naranjo tan profundo como el cobre y un rojo tan intenso como la sangre, se hicieron presentes para bloquear el paso tanto de la mujer como del hombre. De paso, también carbonizaron absolutamente todo lo que estuviese a su alrededor, reduciendo a escombros y cenizas lo que alguna vez había sido un bosque en llamas. No era necesario mencionar que el fuego de Ares estaba muy por sobre encima del normal, e incluso podía quemar lo que ya estaba quemado. O hasta al fuego mismo.
Ya han hecho muchas estupideces por si solos en mi ausencia, así que una más les está prohibido. – Dijo a la vez que se aparecía detrás de Apocalypse.- Especialmente a ti, ¿Entendido? No querrás que te mate ahora que empieza lo bueno, ¿O no?.
Caminó hasta ponerse justo frente a sus ojos, y lo miró como quién mira a un niño malcriado que no sabe comportarse como corresponde. Con la única diferencia, de que más dispuesto a educarlo, estaba con ganas de asesinarlo. – Déjame recordarte que eres un estúpido, Apocalypse. Eres una bazofia de ser humano que gracias a mis poderes ostenta un titulo. Pero así como te lo he dado, puedo quitártelo y matarte. O simplemente matarte, según como esté mi ánimo. – Agregó con rudeza, prácticamente escupiéndole las palabras a la cara, demostrando que no lo respetaba en lo más mínimo. - ¿Te parece que estoy de ánimo para dejarte vivo, o para matarte? ¿Qué crees tú, imbécil?.
Hizo el ademán de querer golpearlo con la mano, pero se contuvo. – No vales la pena.
Luego se giró hasta donde estaba Tafariel, a la que podía ver gracias a que no había ni siquiera humo entre ellos. El piso estaba negro y completamente lleno de cenizas.
Tú… ya no es necesario que vayas de misión. Fallaste, por eso estoy aquí. Y estoy al tanto de todo lo que ha pasado, ¿Quién creen qué soy?. – Comentó con la misma rabia de un demonio, caminando la distancia entre Apocalypse hasta Lady.- Ustedes para mí no significan nada, y deberían saberlo. Son sólo mis objetos de turno, y puedo desecharlos y buscarme otros si no cumplen bien su trabajo. Por tanto, al pertenecerme, sé todo. – Puso especial énfasis en esa última palabra, dejando que unas llamas salieran de su cuerpo y rozaran los cuerpos de ambos Berserkers.- Todo lo que conlleva sus patéticas existencias.
Suspiró con fuerza, tan sólo para remarcar aún más su enojo.
¿Qué rayos estaban haciendo hasta hace un minuto?.- Preguntó con ira, apretando sus puños y girando la cabeza para observarlos un rato a cada uno. – Les responderé, se estaban comportando como unos inservibles humanos jóvenes. Ahora respóndame, ¿Qué tengo yo en mi ejército? ¿Berserkers o perras en celo?.- Miró fijamente a Lady, y después cambió el curso de su vista hacia Apocalypse.- ¿Qué creen que quiero? ¿Soldados leales o hijos de puta que sólo sirven para comer, follar y cagar en mi templo? . – Continuó, con un rostro que evidenciaba claramente su descontento con la situación recién acontecida.
Tendré que tomar medidas. - Añadió. - Apocalypse... desaparece de mi vista y del templo hasta que te vuelva a necesitar, en caso de que tu presencia me vuelva a ser útil. Por ahora, estás desterrado. Si siento tu cosmos y no te he llamado, te mato. - Concluyó con fuerza, sin voltearse a mirar al berserker, y centrando toda su atención en Lady. - ¿Qué podré hacer contigo?. - Se preguntó en tono irónico, a la vez que en su cabeza aparecían distintas formas de castigo.
Ve a la entrada de mi templo, junto a Latrivan y espera allí… o entren al templo si es necesario, volveré con los otros o con sus cadáveres. – Cerró con frialdad, sin siquiera dedicarle una mirada de despedida. Simplemente, se marchó en una explosión de fuego.
Octavius- Dios/a
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Re: [Bosque en llamas] Las Profundidades del Bosque
Ya me estaba retirando de aquel bosque en llamas hasta que de pronto logré sentir una voz fuerte y estruendosa que obviamente iba dirigida hacia mí y hacia Apocalypse, no había otros dos en aquel sitio. Aquella voz fue acompañada de un enorme y estremecedor cosmos junto con unas llamas que rodearon y destruyeron aquel bosque. No era cualquier cosmos, evidentemente se trataba del dios de la guerra. Y si se encontraba en aquel bosque eso quería decir que no había cumplido con la misión de ir a su encuentro.
Me detuve al presenciar aquel evento y sabiendo que no iba a poder salir de ahí. Ares apareció por detrás de Apocalypse, o al menos en ese momento logré verlo. Hablaba con un tono de ira y disgusto. Era obvio que estaba furioso y que novedad; nadie podía echarle la culpa de eso. Era cierto que nos habíamos comportado como unos inútiles mientras él se encontraba ausente.
Tan sólo escuchaba sus palabras, no podía mencionar ni una sola palabra. No puedo decir que no temía, hasta las miradas llenas de ira que lanzaba el dios me causaban escalofríos. No podía creer lo que Apocalypse había causado, quizás si no hubiera sido por ese tonto retraso to no hubiera estado involucrada en aquel evento, pero lamentablemente para mí, no había sido de esa manera y en ese justo instante estaba allí Ares ragañándonos a ambos. Pero era obvio que no eran simples amenazas. Por lo que decidí que en ese momento estaba obligada a empezar a actuar en serio.
-De acuerdo, señor... lo haré.- dije en un tono algo bajo sin molestarme en contestar de manera directa pues en ese justo instante el dios de la guerra desaparecía del lugar en una explosión de fuego. -Será mejor que me apresure.- musité mientras comenzaba a avanzar.
-"Apocalypse es un tonto... mira en lo que te has metido por su culpa."- me quejaba en mis pensamientos culpando al otro Berseker pues obviamente nunca iba a aceptar que en parte también tenía la culpa. Pero ya no me interesaba, me dirigía al templo de la guerra.
Me detuve al presenciar aquel evento y sabiendo que no iba a poder salir de ahí. Ares apareció por detrás de Apocalypse, o al menos en ese momento logré verlo. Hablaba con un tono de ira y disgusto. Era obvio que estaba furioso y que novedad; nadie podía echarle la culpa de eso. Era cierto que nos habíamos comportado como unos inútiles mientras él se encontraba ausente.
Tan sólo escuchaba sus palabras, no podía mencionar ni una sola palabra. No puedo decir que no temía, hasta las miradas llenas de ira que lanzaba el dios me causaban escalofríos. No podía creer lo que Apocalypse había causado, quizás si no hubiera sido por ese tonto retraso to no hubiera estado involucrada en aquel evento, pero lamentablemente para mí, no había sido de esa manera y en ese justo instante estaba allí Ares ragañándonos a ambos. Pero era obvio que no eran simples amenazas. Por lo que decidí que en ese momento estaba obligada a empezar a actuar en serio.
-De acuerdo, señor... lo haré.- dije en un tono algo bajo sin molestarme en contestar de manera directa pues en ese justo instante el dios de la guerra desaparecía del lugar en una explosión de fuego. -Será mejor que me apresure.- musité mientras comenzaba a avanzar.
-"Apocalypse es un tonto... mira en lo que te has metido por su culpa."- me quejaba en mis pensamientos culpando al otro Berseker pues obviamente nunca iba a aceptar que en parte también tenía la culpa. Pero ya no me interesaba, me dirigía al templo de la guerra.
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