[1º Fecha] - Mauritius v/s Night

Mauritius, dios Zeus vs Night Dragón Marino


ESCENARIO - TEMPLO DE POSEIDON




MODERADORA









DATOS DE MAURITIUS




Def. +5

Defensa - Lightning Shield

AD - Crucificacion Sangrienta (500)
(Quien reciba este ataque deberá descontarse -3 de defensa hasta el final del combate debido a las heridas y la poca movilidad al recibir el impacto electrico.)

AM - Circus Flame (1000)
(Quien reciba este ataque deberá descontar -150 HP por turno hasta el final del combate.)

AF - Dark Coffin (2000)
( Si lo utilizas con cosmo +45 , puedes agregar 20% al daño final.)

DATOS DE NIGHT





Def. +5

Escudo Hidra - Plumas Negras

AD - Victorioso (500)
(Por los golpes recibidos con esta técnica se limita el movimiento, disminuyendo por 4 turnos en -6 la defensa.)

AM - Golpe Sónico (1000)
(Quien reciba este ataque deberá descontar -150 HP por turno hasta el final del combate debido a las heridas.)

AF - Nebiros (2000)
(Si tu cosmo supera los 35 podrás agregar +15% al daño final de tu ataque con esta bestia .)

Mientras mataba el tiempo, después de haber tenido un interesante encuentro con uno de sus compañeros, el chico recién estaba saliendo del templo de Poseidón, preparándose para recibir a cualquier intruso. Según tenía entendido debía esperar pelea aquel día, sin conocer bien los detalles. Como siempre sólo había prestado atención a lo que quería. Esperaba finalmente tener un oponente digno y duro de roer. Sintió un cosmos poderoso en el exterior del recinto de su señor, una energía comparable con la de Poseidón y Hades. Sólo podría tratarse de Zeus. El Rey de los Dioses. No sonaba mal, aunque también sabía que entre los dioses, los títulos no siempre confesaban la verdad. Como por ejemplo en Athena, la diosa de la sabiduría, que era más tonta que una puerta al aceptar mujeres en su ejército. Y Poseidón era igual de tonto al tener a esas patéticas sirenas, cuando su única tarea debería ser limpiar templos. A Night nunca le pareció bien la idea de que las mujeres intervinieran en guerras: sólo sabían arruinarla y entorpecerla con sus problemas femeninos. Quería batirse con un hombre. Si fuera una amazona o algo similar simplemente se le iba a ignorar. Vio a un sujeto con el cabello rubio, o al menos eso creía. Tenía la pinta de ser una nenaza con el pelo corto. –Estoy frente a ti. ¿Además de petulante te falla la vista? No sé tú, pero a mi me enseñaron a respetar a mis rivales. Deberías guardarte la soberbia, no te queda. Sería terriblemente humillante que un “insecto” pateara tu trasero, ¿no crees? Por ello es mejor ser humilde. – Dijo, colocándose su casco. Su rostro quedó ensombrecido al fijar ese aditamento en su cabeza, siendo solo visibles su nariz y boca, y las hebras negras que caían sobre sus hombros.

-Espero mucho de este combate. Quiero comprobar si no te queda grande ser conocido como el rey de dioses. - Admitió, riendo con naturalidad.

¿Bufón? Lo estaba llamando así un tipo que no paraba de decir estupideces. A su lado el niño mimado que era su líder se veía, osease el contenedor de Poseidón… inteligente. Nunca creyó que aquel que se hacía llamar el regente del Olimpo fuera un niño presuntuoso. Si fuera tan grande y magnifico como quería hacerse ver no debía recurrir a amenazas vanas, simplemente desplegar su poder y demostrar que el chico decía lo contrario. Era una lastima que no hubiera hecho eso, ya que lidiar con nenas que cedían ante la primera provocación no era exactamente una actividad que disfrutara. Los puños del hombre brillaron mientras los elevaba a la altura del pecho. –Sólo escucho bla bla bla. Respalda tus palabras con acciones.- Iba a hacer lo que le pedía, más no tenía pensado atacarle en serio, únicamente usando una pequeña pizca de su poder para comprar la dureza de su oponente. Simultáneamente, el joven extendió los brazos hacia el frente, liberando una ráfaga de energía dorada hacia el divino. Claramente, eso no debía ser nada para un supuesto dios, pero primero quería probar el terreno para saber a qué se estaba enfrentando, de esa forma era más sencillo elaborar una forma astuta de afrontar los retos en lugar de reducirse a fanfarronear como hacía su rival.

Me valia un comino si me miraban como un simple perdedor, pero que mas daba , era un dios, no podian compararse conmigo. De alguna forma estaba buscando pelear con mi hermano pero ahora solo estaba disponible un de sus guardianes. Era bueno aceptar un ligero entrenamiento antes de poner las cartas sobre la mesa con poseidon. Comence a elevar mi cosmos rapidamente, mientras una aura de color amarillo rodeo mi cuerpo. Rapidamente todo el lugar comenzo a iluminarse de la misma forma. No habia que extrañarse la magnitud de mi esencia. No por nada habia acabado con lo que habia estado a mi alcance. El suelo comenzo a removerse de un lado para otro. Habia llegado a mi maximo nivel.

Mientras hacia acto de presencia en aquel lugar, aquel guerrero comenzo a lanzar una rafaga de color dorado. Por alguna extraña razon parecia ser solamente un ataque debil, de prueba, pero aun asi tenia que defenderme, no sabia lo que deparaba para despues. Camine unos pasos mientras el ataque seguia avanzando. Cuando estaba por golpearme, solo levante la mano y aprisione aquel destello entre mis manos para solo hacerlo desaparecer de la vista.

Tsk.. No me hagas reir...

Tal como había estado sospechando desde el inicio, un ataque débil no iba a servir. No era estúpido, sabía que para un dios un ataque así era como machacar una mosca con la mano, pero no sabía si la condición de ese hombre era la misma de Solomon, el cual no había despertado por completo y por tanto asumía que no controlaba todos los poderes del emperador de los mares. Todo indicaba que el avatar de Zeus estaba más conectado con su esencia divina que el dios regente del mar.

Suspiró, ya que no podía quedarse con los brazos cruzados y hacer uso de los métodos convencionales que usaría con simples soldados. Aunque no esperaba menos. Si el dios de dioses quería subir la intensidad, él no se iba a negar, eso era seguro. Tendría el placer de patear el trasero de un dios equiparable con Poseidón. Si lo hacía iba a demostrarse a sí mismo que podía con cualquier rival, sin importar lo poderoso que fuera. Se pudo en posición de combate y dijo: Su turno.- con una voz neutral. Momento de llevar las cosas al siguiente nivel.

Night no pudo evitar reír. ¿Por qué evitaba hacer su primer ataque? ¿Tenía miedo de que su poder no fuera a arrasar con el General Marino? Eso fue lo único que pudo pensar el chico al ver como el gran Zeus se negaba a realizar el siguiente ataque. –Insisto, comienza de una vez. Quiero ver cuál es el poder de un dios. ¿Tienes miedo de que tu ataque no me haga nada? Eso es lo que puedo deducir.- Comentó. Quería si el ataque de un dios al nivel de Zeus sería lo suficiente para desestabilizarlo, pero dudaba mucho que alguien tan amanerado, que dejaba pasar algo así. Un verdadero dios hubiera hecho polvo a un guerrero que se atreviera a levantar el puño contra él, así que se preguntaba por qué el rubio no lo hacía. Ahora todos los dioses resultaban ser tan homosexuales como Solomon, niños de cabello rubio y cuerpos decadentes. Cada vez tenía una menor expectativa de esa batalla, ya que no creía que aquel dios fuera a representar un problema. Si terminaba rápido podría marcharse y buscar otra cosa con la cual entretenerse. Chocó los puños, esperando que al afeminado le crecieran testículos y se dignara a lanzarle un ataque poderoso para neutralizar con una mano. Night no tenía nada por perder. Si era derrotado por un enemigo que supuestamente era el gobernante del Olimpo siendo él un mortal el resultado no importaba mucho, pero por otro lado si el dios de dioses era aplastado por un simple soldado, definitivamente Zeus iba a ser la vergüenza del Olimpo.

El joven no pudo hacer otra cosa que comenzar a reír, y esta vez sin molestarse en ocultarlo. La actitud de ese hombre era tan hilarante. ¿Tan difícil era lanzarle un rayo o algo así? Se suponía que era una pelea y ninguno de los dos comenzaba a pesar de que Night le pedía que atacara. Quizá lo mejor sería provocarlo, ya que la mayoría de los hombres cedían ante eso, los hombres idiotas, claro estaba.- No puedo hacer eso, las damas van primero.- Dijo, subiendo las cejas. No importaba lo que aquel hombre le dijera, serían palabras huecas que llegarían a oídos sordos.

Night había aprendido a controlarse. Sólo le importaba lo que dijeran aquellos a quienes consideraba “superiores” a él. Era obvio que Zeus no era el caso ya que el joven se mostraba despreocupado ante todo, pasándose sus palabras por el forro de los huevos. –Sinceramente, ¿si tuviera miedo de no poder hacerte daño te estaría encarando? Por el contrario, estaría corriendo al no tener nada que hacer en este lugar. Si sigo aquí es porque en verdad pienso lo que dije hace un momento.- Sentenció sin piedad, usando su mirada carmín para aumentar el impacto. La mirada de Night era penetrante y peligrosa, como estar mirando al demonio en persona. –Entre más rápido lo hagas más pronto te podrás ir. Pero si no haces nada podemos seguir aquí parados, tengo todo el día.- Comentó con tono burlón y con su sonrisa ladina. De una o de otra lo quería obligar a atacarle, y ya no le importaba tantear su poder, sólo quería sacar de quicio al dios.