Buscando Roma

Aún no sabía cuanto tiempo llevaba corriendo, había perdido completamente la noción del espacio y el tiempo. NO podía creer lo que me había pasado, mi padre; mi propio padre, había organizado un complot en contra mía- {Malditos griegos...}- Pensé mientras me detenía para recuperar el aliento- {Volveré...volveré para aplastarlos a todos!}.
En un impulso de ira, desenfunde mi daga y corté mi cabello (que en ese momento llegaba hasta mis hombros) y decidí adoptar una nueva personalidad para el destino al que me dirigía: Roma; mi nuevo nombre seria Basch, un nombre simple pero me ayudaría a conservar algo de mi pasado.
Habiéndome calmado, retomé mi rumbo hacía donde yo creía que estaba Roma, de momento solo veía un paraje desolado y frío, pensé que tendría que pasar una noche a la intemperie. {Por qué? Por qué a mí?}- Pensaba maldiciendo el cruel destino que me había tocado- {Estaré cerca?}. El frío empezaba a hacerse notar, debía encontrar refugio y ya!, decidí subir un pequeño monte de las cercanías y desde ahí pude divisar un pequeño poblado- {Perfecto!}- Apresuré el paso en esa dirección.