[Esparta] Antiguo templo de Ares.

por Ada Lun Dic 26, 2011 10:28 pm

“Un guerrero…. Siempre es honorable en el campo de batalla, su causa de lucha es el ultimo aliento en el campo de batalla y su voluntad su mas fiera arma. Un guerrero, ama la batalla porque es su vida y si pierde su razón de lucha no es mas que un ser obsoleto”

En las laderas de las costas de Esparta, desde tiempos mitológicos en la tierra consagrada al dios de la Guerra se construyo un hermoso templo, consagrado a tal deidad, donde los mas fieros guerreros, hijos de aquellas tierras, iban a consagrarse a su dios, pidiendo favores en la batalla y que su espíritu nunca se viese doblegado, aquel antiguo templo, olvidado por los siglos por los humanos, era el escenario para la jugada final de un fiero guerrero.

Detrás de un remolino de llamas de cosmos, la figura de una mujer quien vestia una hermosa armadura la cual parecía estar hecha de oro y sangre por las tonalidades de esta se adentraba en aquel lugar, la luz no podía colarse demasiado por el templo, ya que el tiempo se habia encargado de tapar todos los accesos del astro rey a este. Las columnas donde se representaban escenas de batallas, luchas con criaturas del averno y el aspecto tétrico del lugar, parecía mas bien la entrada al infierno que cualquier otra cosa. Pequeños destellos de cosmos rojizo empezaban a guiar el andar de la berserker, iluminando su camino, por aquellos pasillos que poco a poco le recordaban la época de antaño, donde era una orgullosa berserker que se imponía con autoridad en las filas del dios de la guerra. Sonreia con satisfacción al recordar lo feliz que era en aquellos tiempos, donde la razón no existía… tan solo su espada, sus puños y el deseo de derramar sangre por el mundo.

Siguio caminando un largo tramo mientras su cuerpo se iluminaba poco a poco y miles de esferas de luz empezaban a desprenderse de ella, a medida que se acercaba a su destino final. Llego a lo que parecía ser un corredor sin salida, poso su mano sobre la pared limpiando el polvo que cubria una pintura presente en esta, una pintura que conocía bien, ya que esta representaba la escena que reconocia el poder de Madareth… la señora de la guerra. Ahí se encontraba ella, imponente, blandiendo una lanza mientras luchaba contra los enemigos de su dios. Sus ojos brillaron con intensidad, y después aquella pared se abrió, dando a lugar a una cámara secreta, la cual tenia 6 estatuas que la emulaban a ella dispuestas en dos filas de tres y que protegían una plataforma donde en teoría debía descansar su armadura.

Su cosmos empezaba a brillar con mas intensidad, inundando toda la instancia de un brillo rojizo, un cosmos, calido, poderoso, pero que extrañamente no era violento… mas bien era totalmente tranquilo y daba una sensación en el fondo de un vacio que sentía aquella mujer, tomo sus dos espadas y antes de clavarlas en el piso hizo otro corte en su otra palma, para que luego cada parte de la armadura divina que vestia se desprendiera de su cuerpo y se colocase en aquella plataforma, después de bañar la armadura en su sangre, poco a poco, su cuerpo se fue desintegrando, haciéndose uno solo con su cosmos, en miles de esferas de un brillo rojizo que terminaron inundando el lugar en una luz cegadora, que al final desapareció, dejando solo la presencia de la brillante armadura, que poco a poco se fue apagando hasta entregarse a la oscuridad eterna.

Asi, volviendo a un letargo… donde solo despertaría cuando el campo de batalla le llamase denuevo, ya que su labor en aquella fracción insignificante de tiempo, estaba totalmente cumplida.

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Aca termina la participacion de Madareth en la era. Gracias por todo, nos vemos en la proxima era, ¡La esperare ansiosa!