[Otra Dimension] - Camino a Kanon

Una vez el Santo de Géminis hubo recibido una respuesta de parte de la mujer rubia, el peliazul tan solo correspondió con el mismo gesto para así adelantarse y continuar dando pasos en pos del arco que separaba el Santuario del camino entre las ruinas y acantilados que discurrían en dirección a Rodorio. Pero nuevamente, la villa no era su objetivo final.

Chasqueando los dedos y manipulando su cosmos, manipuló la fábrica del espacio-tiempo para así separar la tela de la realidad que unía tanto el refugio de los Caballeros de Athena junto a los cúmulos dimensionales más allá, donde las novas, los planetas, las galaxias y las fibras macro-cósmicas colindaban las unas con las otras.

Sin aminorar el paso para así entrar a la abertura dejó que la presión agitara sus cabellos, cerrándose así la puerta a sus espaldas. Cada paso, cada movimiento, era mesurado a la perfección. Debajo de sus pies las novas se mecían suavemente, presas de las líneas púrpuras que se extendían en un perfecto entramado hacia la infinidad del universo; las galaxias transitaban de un lado al otro, sus colores cambiantes mutando a tonos impresionantes cuya belleza solo era comparable al objeto de los afectos de cada persona viviente sobre la faz de la Tierra. Lejos de lo físico, las sensaciones y las energías que se movían de un sitio al otro eran preciosas, enormes e inestimables desde aquella distancia.

Cerrando los ojos y quedándose quieto en la extensión donde era un mero punto aislado, Géminis suspiró profundamente, pretendiendo quedarse en unidad con el universo, pretendiendo detener los impulsos y anular cualquier otra sensación que pasara por su mente. En esos instantes, Aspros de Géminis era tan solo una expresión de la Otra Dimensión, así como un ente totalmente ajeno a su concepto inherente.