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La Sobajera
Recuerdo del primer mensaje :
En una esquina que une dos calles, en medio de sucias y abandonas casas de Roma, al otro lado del rio Tiber en los distritos más pobres y decadentes del Imperio, hay un lugar famoso entre los hombres y odiado entre muchas mujeres, se encuentra el local más visitado, más próspero del Tiber, la teberna: La Sobajera
En nuestro negocio se puede beber, comer, pasar la noche, bañar y también hacer uso de los servicios de hermosas y dedicadas mujeres que le hacen olvidar días de lucha, días de penas, días de duelo, días de olvido, cada dicha y cada pena es solucionada entre besos, abrazos, comida, alcohol y sexo!!!
Bárbara y Aglaya, las dueñas y anfitrionas de La Sobajera les damos la bienvenida, por favor pasen, sientense y soliciten el servicio que requieran.
Tenemos un delicioso menú, con sabrosas bebidas, habitaciones cómodas, cálidos baños y preciosas mujeres, todo a los mejores precios del mercado, garantizando su satisfacción como clientes.
Pregunten por lo que no vean, aquí se les buscará!!!! (No nos hacemos resposable de NADAAAAAAAAAA xDDDDD)
La Sobajera el lugar de encuentro, el lugar de despechos, el negocio del hoy. el negocio del mañana
Alisten sus bolsas de monedas e inviertanlas con nosotras, Vengan!!! Vengan!!!! se sentirán como en casa, pero en la casa donde no los joden, ni critican y siempre se les escucha y lo mejor siempre les hacen reir.
En una esquina que une dos calles, en medio de sucias y abandonas casas de Roma, al otro lado del rio Tiber en los distritos más pobres y decadentes del Imperio, hay un lugar famoso entre los hombres y odiado entre muchas mujeres, se encuentra el local más visitado, más próspero del Tiber, la teberna: La Sobajera
En nuestro negocio se puede beber, comer, pasar la noche, bañar y también hacer uso de los servicios de hermosas y dedicadas mujeres que le hacen olvidar días de lucha, días de penas, días de duelo, días de olvido, cada dicha y cada pena es solucionada entre besos, abrazos, comida, alcohol y sexo!!!
Bárbara y Aglaya, las dueñas y anfitrionas de La Sobajera les damos la bienvenida, por favor pasen, sientense y soliciten el servicio que requieran.
Tenemos un delicioso menú, con sabrosas bebidas, habitaciones cómodas, cálidos baños y preciosas mujeres, todo a los mejores precios del mercado, garantizando su satisfacción como clientes.
Pregunten por lo que no vean, aquí se les buscará!!!! (No nos hacemos resposable de NADAAAAAAAAAA xDDDDD)
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Bárbara- Status :
Cantidad de envíos : 26
Re: La Sobajera
Iba caminando por las valdias caller del distrito, aquel lugar desolado y tramquilo, como yo solia describirlo a la hora de hablar sobre mi hogar. Iba vestida con un vestido clarito, de color salmon, strapless, y muy corto, a penas cubria mis muslos, era asi como acostumbraba vestir a la hora de salir de casa, ademas que me resultaba muy comodo. En los pies llevaba un calzado cçomodo y elegante. aunque por supuesto de la epoca. Caminaba a paso lento y firma, sin dejar de mirar el camino, con mi mente en blanco,era la primera vez de tantas que cuando salia a caminar no pensaba en aquel hombre de mis sueños, con el cual no podia dejar de soñar. Pero eso ahora no me importaba ya que sali para distraerme de eso justamente.
Comenzaba a sentir calor, el sol estaba matandome, por asi decirlo, de una manera bulgar, comenzaba a resbalar gotas de sudor por mi blanca piel, y mi garganta se secaba, precisaba beber algo cuanto antes, y mi costumbre era beber jugo de frutas o algo que se le parezca. Tras caminar largos kilometros en busca de un negocio o algun lugar en donde pueda beber algo, logre notar frente a mi un enorme edificio, que parecia estar en mal estado, pero parecia una taberna. Me detube de repente y mire el local detenidamente, registrando cada lugar, cada centimetro del edificio. Mientras tanto pensaba si entrar o no, no era algo mio ingresar a esos bulgares sitios donde los hombres se emborrachaban y habia mujeres casi desnuda por todos lados; por lo menos ese era mi punto de vista, mi manera de ver a esos locales.
Sin mas sonreçi y decidi seguir adelante, entre al lugar, emmpujando suavemente la puertá. El lugar era exactamente como lo describia, habia muchas mujeres con muy poca ropa y varios hombres allçi reunidos. Aunque no le prestçe mucha atencion a la situacion ni a la gente allçi dentro. Fruncçi el ceño por un momento, pues no me agradaba en nada el ambiente, pero no se, veia algo alli adentro que me llamaba mucho la atencion, aunque no se que era, tal vez la gente que estaba en el lugar o simpleente alguna clase de atraccion especial que me intrigaba. Sin mas segui adelante, observando detenidamente a la gente de ahi.
Me dirigi direcamente hacia la barra, me ssentçe en un banquito que estaba alli, cruzando mis piernas y relajando por fin mi cuerpo. Despues apoye una mano en mi desnuda rodilla, y me dispuse a esperar. Paso un tiempo considerable y no veia a nadie que pareciera ser el dueño del lugar. Apoye mis brazos en la mesa y solte un grito bastane fuerte para que pudiesen escucharme ya que con el bullicio del lugar no podia oirse casi nada.
-Esta por aqui el dueño de este local?!!!!-
Despues solte un largo suspiro, esperando a que alguien se acerque a mi. Ademas estaba muy pero muy aburrida, necesitaba alo que e distraiga un poco.
-haa genial, este aburrimiento me esta matando.... vine aqui para distraerme pero parece que todos estan muy ocupados con lo suyo...-
Comenzaba a sentir calor, el sol estaba matandome, por asi decirlo, de una manera bulgar, comenzaba a resbalar gotas de sudor por mi blanca piel, y mi garganta se secaba, precisaba beber algo cuanto antes, y mi costumbre era beber jugo de frutas o algo que se le parezca. Tras caminar largos kilometros en busca de un negocio o algun lugar en donde pueda beber algo, logre notar frente a mi un enorme edificio, que parecia estar en mal estado, pero parecia una taberna. Me detube de repente y mire el local detenidamente, registrando cada lugar, cada centimetro del edificio. Mientras tanto pensaba si entrar o no, no era algo mio ingresar a esos bulgares sitios donde los hombres se emborrachaban y habia mujeres casi desnuda por todos lados; por lo menos ese era mi punto de vista, mi manera de ver a esos locales.
Sin mas sonreçi y decidi seguir adelante, entre al lugar, emmpujando suavemente la puertá. El lugar era exactamente como lo describia, habia muchas mujeres con muy poca ropa y varios hombres allçi reunidos. Aunque no le prestçe mucha atencion a la situacion ni a la gente allçi dentro. Fruncçi el ceño por un momento, pues no me agradaba en nada el ambiente, pero no se, veia algo alli adentro que me llamaba mucho la atencion, aunque no se que era, tal vez la gente que estaba en el lugar o simpleente alguna clase de atraccion especial que me intrigaba. Sin mas segui adelante, observando detenidamente a la gente de ahi.
Me dirigi direcamente hacia la barra, me ssentçe en un banquito que estaba alli, cruzando mis piernas y relajando por fin mi cuerpo. Despues apoye una mano en mi desnuda rodilla, y me dispuse a esperar. Paso un tiempo considerable y no veia a nadie que pareciera ser el dueño del lugar. Apoye mis brazos en la mesa y solte un grito bastane fuerte para que pudiesen escucharme ya que con el bullicio del lugar no podia oirse casi nada.
-Esta por aqui el dueño de este local?!!!!-
Despues solte un largo suspiro, esperando a que alguien se acerque a mi. Ademas estaba muy pero muy aburrida, necesitaba alo que e distraiga un poco.
-haa genial, este aburrimiento me esta matando.... vine aqui para distraerme pero parece que todos estan muy ocupados con lo suyo...-
Lady- Berseker de Ares
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Re: La Sobajera
Caminaba a paso ligero por las calles de Roma, por esos suburbios donde me habia metido. Pero no andaba rapido por que tuviera miedo, sino por lo que me habia sucedido anteriormente en la plaza donde se reunieron varios criminales para atacarme, me habian rodeado a alli y habia recibido varios golpes, incluso pude perder la vida cuando todos me cogieron para que otro me rematara, pero en ese momento.. un destello blanco salio de mi cuerpo y seguido de una onda expansiva todos mis enemigos salieron por los aires... De esa manera habia podido escapar y ahora me encontraba por las calles aun sorprendido..
Andaba sin mirar al frente, solo mirando mis manos aun temblorosas, dudando de que era aquella luz.. aquel poder.. por unos momentos me habia sentido asustado de mi mismo, pero no podia seguir asi, golpee mis mofletes y solte aire por la nariz, debia estar atento a lo que habia ido a hacer alli, buscar informacion sobre los hermanos de la señorita Sabii
De pronto algo llamo mi atencion, era una gra ruido de personas que salia desde un gran local, su nombre en escritura romana se leia como la Sobajera... me costo leerlo ya que era un chico Hispano que no hacia mucho que habia llegado a Roma, pero ya era capaz de leer gracias a las enseñanzas de personas que me habian ido ofreciendo su ayuda durante mi camino tan largo...
Quizas aqui si puede encontrar algo..
Me decidi a entrar, ademas estaba presentable gracias al aseo y ropa proporcionada por mi nueva patrona, abri la puerta y las voces que escuchaba desde fuera se hicieron mas fuerte, el ambiente era algo oscuro, como si ese fuera un lugar secreto que no debia estar a la luz... Pero lo que mas me llamaba la atencion era las mujeres con tan pocos ropajes?
Pero que?? Donde me he metido??
No esperaba que en ese lugar hubiera ese tipo de cosas, yo aun me consideraba una persona joven, y cuando se me acercaba alguna de esas despampanantes mujeres les negaba con la cabeza, no queria saber nada de ellas, y me movia hacia los lados. Tambien habia muchos hombres, y de muchas clases, guerreros, hombres que se veian con gran capital, y barbaros.... A decir verdad yo destacaba por lo poco que pegaba en aquel lugar..
Quise salir rapido de alli pues no hacia nada, pero... en ese lugar que habia tanta gente quizas pudiera encontrar algo de informacion, busque con la mirada a alguien que se viera mas o menos normal.. En eso vi a una mujer de cabellos largos plateados sentada en la barra, al parecer estaba esperando algo. Me acerque a ella y coloque mi mano sobre su hombro
Disculpa? Estoy.. buscando cierta informacion. Podria hablar con usted unos momentos??
Esperaba que aquella mujer no fuera una mas de las de alli, no queria que ahora se lanzara hacia mi, aunque llevaba algunas monedas de oro que me habian entregado, pero no debia pensar en eso.. debia concentrarme en mi objetivo.
Andaba sin mirar al frente, solo mirando mis manos aun temblorosas, dudando de que era aquella luz.. aquel poder.. por unos momentos me habia sentido asustado de mi mismo, pero no podia seguir asi, golpee mis mofletes y solte aire por la nariz, debia estar atento a lo que habia ido a hacer alli, buscar informacion sobre los hermanos de la señorita Sabii
De pronto algo llamo mi atencion, era una gra ruido de personas que salia desde un gran local, su nombre en escritura romana se leia como la Sobajera... me costo leerlo ya que era un chico Hispano que no hacia mucho que habia llegado a Roma, pero ya era capaz de leer gracias a las enseñanzas de personas que me habian ido ofreciendo su ayuda durante mi camino tan largo...
Quizas aqui si puede encontrar algo..
Me decidi a entrar, ademas estaba presentable gracias al aseo y ropa proporcionada por mi nueva patrona, abri la puerta y las voces que escuchaba desde fuera se hicieron mas fuerte, el ambiente era algo oscuro, como si ese fuera un lugar secreto que no debia estar a la luz... Pero lo que mas me llamaba la atencion era las mujeres con tan pocos ropajes?
Pero que?? Donde me he metido??
No esperaba que en ese lugar hubiera ese tipo de cosas, yo aun me consideraba una persona joven, y cuando se me acercaba alguna de esas despampanantes mujeres les negaba con la cabeza, no queria saber nada de ellas, y me movia hacia los lados. Tambien habia muchos hombres, y de muchas clases, guerreros, hombres que se veian con gran capital, y barbaros.... A decir verdad yo destacaba por lo poco que pegaba en aquel lugar..
Quise salir rapido de alli pues no hacia nada, pero... en ese lugar que habia tanta gente quizas pudiera encontrar algo de informacion, busque con la mirada a alguien que se viera mas o menos normal.. En eso vi a una mujer de cabellos largos plateados sentada en la barra, al parecer estaba esperando algo. Me acerque a ella y coloque mi mano sobre su hombro
Disculpa? Estoy.. buscando cierta informacion. Podria hablar con usted unos momentos??
Esperaba que aquella mujer no fuera una mas de las de alli, no queria que ahora se lanzara hacia mi, aunque llevaba algunas monedas de oro que me habian entregado, pero no debia pensar en eso.. debia concentrarme en mi objetivo.
Suzaku- Status :
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Re: La Sobajera
Bárbara sólo se acercó a el con los brazos cruzados y él la miro de la misma forma, desafiantes ambos por un instante que pareció eterno, hasta que la joven lo golpeo con fuerza en el estomago. De inmediato, Manigoldo se sujetó el abdomen y se dobló agachándose por el dolor. Hubo un momento de silencio en el Bar, todas las miradas se volvieron al rostro de Bárbara que generalmente no mostraba tanto su enojo de forma física a menos que fuera dentro de la cama.
- Tres años y ni una puta palabra tuya… - Dijo la joven. – Pensábamos que te habías muerto… Idiota!!!
- Si hubiera sabido la bienvenida de mierda que me ibas a dar… ni a saludar habría pasado, zorra. – Respondió Manigoldo enderezándose lentamente, no era nada agradable que una mujer le viniera a faltar el respeto en público más como esa no era ninguna dama, se lo dejó pasar.
- ¿Bienvenida de mierda? – Le pregunto golpeandole el pecho con los puños una y otra vez a lo que Manigoldo intentaba protegerse para no golpearla de vuelta. - ¡Desgraciado! ¡Ojala te hubieses muerto! ¡Te tendrían que haber atravesado cien lanzas!
- Ya cierra la boca Bárbara!!... Por todos los dioses contrólate mujer escandalosa…!! Se me había olvidado el chirrido ese que haces cuando hablas, me encrespa los nervios, te prefiero BIEN callada con la boca ocupada en otras cosas... ugh... – Finalmente logró tomarle los brazos, irritado a más no poder por estar aguantando una más de las escenas de Bárbara quien lo conocía desde niño. Barbara se calmó, y de la nada lo abrazó con mucha fuerza, cosa que sólo hizo que Manigoldo volteara los ojos hacia arriba…
Dios cuanto más tengo que esperar para que se controle esta puta y que abra las piernas….
- Cuando volvieron las tropas y no volvieron ni tu ni Kardia… Pensamos que habrían muerto.
- Deja de exagerar, no me gustan estas mierdas. – Dijo retirándola hacia atrás y recogiendo una de las copas que pasaban en bandeja sobre el hombro de una hermosa mujer de rasgos hispánicos, cabellera negra y larga. Luego de que sus ojos perdieran en las curvas de aquella mujer, volvió a mirar a Bárbara recordando que estaba ahí. – No morí. Peor… estábamos en la Doceava Legión con Breda y ya sabes como a ese malparido le gusta saquear las ciudades despues de derrotadas, por eso volvimos sólo ahora.
- ¿Cómo esta ese bastardo? – Preguntó Bárbara sentándose junto a Manigoldo.
- Sigue siendo un gran hijo de puta y creo que ha tomado un amante, un niño Germano. Por si viene para que le ofrezcan jóvenes vigorosos… finalmente se volvió todo un maricón, cosa que no me extraña, luego luego lo ven de rodillas mamandosela a cualquiera... huhu...– Manigoldo no lo decía en broma, estaba totalmente serio mientras le daba un gran sorbo al vino. - Pero sabes lo que siempre digo… todo en esta vida se paga y algún día los dioses van a cagar sobre ese gordo de mierda.
- ¿Y Kardia? – Bárbara miraba para todos lados. – Es difícil verte sin él, parece que nacieron pegados por el culo.
- ¿Por qué todos piensan que soy la niñera de Kardia? – Respondió levantando una ceja mientras golpeaba la copa a la mesa indicándole que se la volvieran a llenar. - Que se lo folle un burro y mira como me importaría ese deforme. Y retira esa mierda de mi vista, este no es lugar para mocosas. - Dijo apuntando a la niña esa que escuchó se llamaba Ameri. - Tráeme vino y algo de comer. Después, ya sabes lo que quiero.
Bárbara le sonrió seductoramente. Manigoldo también lo hizo, sabiendo sólo con la mirada a lo que se atenía la mujerzuela a las próximas horas. Su voluptuosa figura desapareció atrás de la mesa donde Aglaya estaba junto con la cría esa que lo seguía desconcertando con tan sólo mirarla. Se puso de pie y se retiro a sentarse en una de las mesas y notó sólo entonces la presencia de uno de los generales de Roma, Noah, General de la Decimotercera legión. Se sorprendió de verlo ahí, pues no lo había visto en algunos meses. Cuando se realizó la empresa Bárbara, Noah solía estar junto con el general Breda o el general Vergilius, pero nunca lo había conocido frente a frente, después de todo, Manigoldo era una simple Legionario.
Intentó pasar desapercibido puesto que de lo contrario tendría que presentar los respectivos saludos según la solemnidad y él no estaba en servicio. Sólo se sentó unas mesas más allá y observó como el general era atendido por una de las mujeres que ya estaba sentada en sus piernas.
- La fortuna le sonríe a unos mas que otros… - Murmuró mientras otra mesera le servía otra copa de vino y sólo le dio un sorbo más. - O tal vez no... hehehe...
De pronto, apareció una mujer con un vestido bastante corto, de color rosa desteñido. Manigoldo subió una ceja puesto que las mujeres en Roma no acostumbraban a vestir de forma tan llamativa e indecorosa. Justo el tipo de mujer de Manigoldo. La observó de reojo sentarse donde estaba Aglaya y la mocosa y gritó si la dueña del local estaba ahí. Era demasiado fácil, una presa sencilla… y el momento era más que adecuado. Pero al parecer otro se había adelantado a sus pensamientos y ya ponía una mano sobre el hombro de la joven. No esperó un segundo y se acercó a ambos retirando con poca delicadeza la mano del mocoso que se estaba pasando de listo.
- Esfúmate si no quieres perderla. – Dijo mirando la mano insolente de aquel niño que se atrevía a tocar a aquella joven que se notaba no era una prostituta pues su cabellera estaba finamente arreglado a diferencia del resto de las mujeres que trabajaba ahí. - Debe disculpar la falta de atención de la dueña del local señorita…y también la falta de respeto de los niños que juegan a ser hombres en Roma, aunque no debería andar en un lugar como éste o podría arruinar su reputación. ¿Me permite arreglar su indisposición con una copa de vino? – Se sentó al lado de la joven y pudo observar su figura un poco mejor, sobre todo sus piernas que se dejaban lucir por la tela. Le pasó una copa de vino y la puso frente a ella. - ¿Cómo te llamas?
- Tres años y ni una puta palabra tuya… - Dijo la joven. – Pensábamos que te habías muerto… Idiota!!!
- Si hubiera sabido la bienvenida de mierda que me ibas a dar… ni a saludar habría pasado, zorra. – Respondió Manigoldo enderezándose lentamente, no era nada agradable que una mujer le viniera a faltar el respeto en público más como esa no era ninguna dama, se lo dejó pasar.
- ¿Bienvenida de mierda? – Le pregunto golpeandole el pecho con los puños una y otra vez a lo que Manigoldo intentaba protegerse para no golpearla de vuelta. - ¡Desgraciado! ¡Ojala te hubieses muerto! ¡Te tendrían que haber atravesado cien lanzas!
- Ya cierra la boca Bárbara!!... Por todos los dioses contrólate mujer escandalosa…!! Se me había olvidado el chirrido ese que haces cuando hablas, me encrespa los nervios, te prefiero BIEN callada con la boca ocupada en otras cosas... ugh... – Finalmente logró tomarle los brazos, irritado a más no poder por estar aguantando una más de las escenas de Bárbara quien lo conocía desde niño. Barbara se calmó, y de la nada lo abrazó con mucha fuerza, cosa que sólo hizo que Manigoldo volteara los ojos hacia arriba…
Dios cuanto más tengo que esperar para que se controle esta puta y que abra las piernas….
- Cuando volvieron las tropas y no volvieron ni tu ni Kardia… Pensamos que habrían muerto.
- Deja de exagerar, no me gustan estas mierdas. – Dijo retirándola hacia atrás y recogiendo una de las copas que pasaban en bandeja sobre el hombro de una hermosa mujer de rasgos hispánicos, cabellera negra y larga. Luego de que sus ojos perdieran en las curvas de aquella mujer, volvió a mirar a Bárbara recordando que estaba ahí. – No morí. Peor… estábamos en la Doceava Legión con Breda y ya sabes como a ese malparido le gusta saquear las ciudades despues de derrotadas, por eso volvimos sólo ahora.
- ¿Cómo esta ese bastardo? – Preguntó Bárbara sentándose junto a Manigoldo.
- Sigue siendo un gran hijo de puta y creo que ha tomado un amante, un niño Germano. Por si viene para que le ofrezcan jóvenes vigorosos… finalmente se volvió todo un maricón, cosa que no me extraña, luego luego lo ven de rodillas mamandosela a cualquiera... huhu...– Manigoldo no lo decía en broma, estaba totalmente serio mientras le daba un gran sorbo al vino. - Pero sabes lo que siempre digo… todo en esta vida se paga y algún día los dioses van a cagar sobre ese gordo de mierda.
- ¿Y Kardia? – Bárbara miraba para todos lados. – Es difícil verte sin él, parece que nacieron pegados por el culo.
- ¿Por qué todos piensan que soy la niñera de Kardia? – Respondió levantando una ceja mientras golpeaba la copa a la mesa indicándole que se la volvieran a llenar. - Que se lo folle un burro y mira como me importaría ese deforme. Y retira esa mierda de mi vista, este no es lugar para mocosas. - Dijo apuntando a la niña esa que escuchó se llamaba Ameri. - Tráeme vino y algo de comer. Después, ya sabes lo que quiero.
Bárbara le sonrió seductoramente. Manigoldo también lo hizo, sabiendo sólo con la mirada a lo que se atenía la mujerzuela a las próximas horas. Su voluptuosa figura desapareció atrás de la mesa donde Aglaya estaba junto con la cría esa que lo seguía desconcertando con tan sólo mirarla. Se puso de pie y se retiro a sentarse en una de las mesas y notó sólo entonces la presencia de uno de los generales de Roma, Noah, General de la Decimotercera legión. Se sorprendió de verlo ahí, pues no lo había visto en algunos meses. Cuando se realizó la empresa Bárbara, Noah solía estar junto con el general Breda o el general Vergilius, pero nunca lo había conocido frente a frente, después de todo, Manigoldo era una simple Legionario.
Intentó pasar desapercibido puesto que de lo contrario tendría que presentar los respectivos saludos según la solemnidad y él no estaba en servicio. Sólo se sentó unas mesas más allá y observó como el general era atendido por una de las mujeres que ya estaba sentada en sus piernas.
- La fortuna le sonríe a unos mas que otros… - Murmuró mientras otra mesera le servía otra copa de vino y sólo le dio un sorbo más. - O tal vez no... hehehe...
De pronto, apareció una mujer con un vestido bastante corto, de color rosa desteñido. Manigoldo subió una ceja puesto que las mujeres en Roma no acostumbraban a vestir de forma tan llamativa e indecorosa. Justo el tipo de mujer de Manigoldo. La observó de reojo sentarse donde estaba Aglaya y la mocosa y gritó si la dueña del local estaba ahí. Era demasiado fácil, una presa sencilla… y el momento era más que adecuado. Pero al parecer otro se había adelantado a sus pensamientos y ya ponía una mano sobre el hombro de la joven. No esperó un segundo y se acercó a ambos retirando con poca delicadeza la mano del mocoso que se estaba pasando de listo.
- Esfúmate si no quieres perderla. – Dijo mirando la mano insolente de aquel niño que se atrevía a tocar a aquella joven que se notaba no era una prostituta pues su cabellera estaba finamente arreglado a diferencia del resto de las mujeres que trabajaba ahí. - Debe disculpar la falta de atención de la dueña del local señorita…y también la falta de respeto de los niños que juegan a ser hombres en Roma, aunque no debería andar en un lugar como éste o podría arruinar su reputación. ¿Me permite arreglar su indisposición con una copa de vino? – Se sentó al lado de la joven y pudo observar su figura un poco mejor, sobre todo sus piernas que se dejaban lucir por la tela. Le pasó una copa de vino y la puso frente a ella. - ¿Cómo te llamas?
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Re: La Sobajera
Pasaron varios minutos y yo permanecia en la misma posicion, pero el dueño del local ni siquiera mostraba un rastro de vida. Comencé a sospechar que este ni siquiera se encontraba allí. Pero no paso mucho hasta que sentí que alguien tocaba mi hombro, cuando me di vuelta para ver de quien se trataba, vi a un muchacho bastante joven, vestido con ropa elegante y con un buen aspecto. Ahi escuche sus palabras y cuando me iba a disponer a hablarle vi que otro joven quitaba su mano de mi hombro y pronunciaba unas palabras, bastante duras para el otro chico que me habia hablado. No me atreví a mencionar nada en ese momento. Hasta que aquel hombre de cabellos azules y algo alborotados dirigio unas palabras muy corteces hacia mi persona, mientras que se sentaba a mi lado. Al acabar de hablar, le mostre una sonriza bastante notable, de esas que no aocstumbraba a mostrar ante mucha gente. Aunque aquel hombre tenia algo que me llamaba la atencion, aunque note que habia sido muy cortez conmigo tenia algo mas, algo que me intrigaba y me llamaba a permanecer alli con él. Entonces decidi contestarle muy amablemente, mientras le sonreia.
-No se prepcupe, apuesto caballero, estas cosas me suelen suceder, yo diria que mas bien... vivo rodeada de esta clase de personas, ya estoy acostmbrada...- *tras hacer una pausa deje hablar al hombre, que me ofrecio una copa de vino* -Si, me haria bien una copa de vino... gracias-
Mientras aquel joven traia una copa para mi, mire al otro muchacho que me habia hablado antes y le hable en un tono bastante bajo.
-Escuchame, chico. No se que es lo que buscas, pero te dire que este lugar esta lleno de insolentes... a excepcion de unas pocas personas... y no creo que encuentres mucha informacion en un lugar como este, ya que la mayoria de las personas ya estan ebrios y no te contestarían de la mejor forma. Y te dire que yo no conozco mucho ya que siempre he vivido en estos mugrientos distritos y nunca sali de aqui no creo que pueda darte la informacion que necesitas...
Al rato volvio el hombre que me habia ofrecido una copa de vino, llego con dicha bebida en la mano. Volvio a sentarse a mi lado y dejo la copa frente a mi. En ese momento me gire para poder verlo de frente, volviendo a cruzar las piernas frente a el. Ahi escuche su pregunta a la que contesté.
-Mi nombre es Lady.- *Despues hizo una pequeña pausa y suspire, mientras tomaba la copa de vino con una mano y permanecia en ella mientras volvia a hablar* -Conozco mucho a la gente inutil que vive en estos distritos y los que asisten a este lugar, y veo que tu no eres como ellos.... me agradas demasiado. Veo en ti algo que nunca vi en otro hombre, pero... no se que es... algo de ti me atrae, joven caballero.
Luego apoye suavemente una mano en su mejilla y comence a observar detenidamente su rostro, con esa mirada tierna que a veces tenia.
-Y... dime ¿como es tu nombre?- *dije mientras sonreia tiernamente y saque mi mano del rostro del muchacho.*
-No se prepcupe, apuesto caballero, estas cosas me suelen suceder, yo diria que mas bien... vivo rodeada de esta clase de personas, ya estoy acostmbrada...- *tras hacer una pausa deje hablar al hombre, que me ofrecio una copa de vino* -Si, me haria bien una copa de vino... gracias-
Mientras aquel joven traia una copa para mi, mire al otro muchacho que me habia hablado antes y le hable en un tono bastante bajo.
-Escuchame, chico. No se que es lo que buscas, pero te dire que este lugar esta lleno de insolentes... a excepcion de unas pocas personas... y no creo que encuentres mucha informacion en un lugar como este, ya que la mayoria de las personas ya estan ebrios y no te contestarían de la mejor forma. Y te dire que yo no conozco mucho ya que siempre he vivido en estos mugrientos distritos y nunca sali de aqui no creo que pueda darte la informacion que necesitas...
Al rato volvio el hombre que me habia ofrecido una copa de vino, llego con dicha bebida en la mano. Volvio a sentarse a mi lado y dejo la copa frente a mi. En ese momento me gire para poder verlo de frente, volviendo a cruzar las piernas frente a el. Ahi escuche su pregunta a la que contesté.
-Mi nombre es Lady.- *Despues hizo una pequeña pausa y suspire, mientras tomaba la copa de vino con una mano y permanecia en ella mientras volvia a hablar* -Conozco mucho a la gente inutil que vive en estos distritos y los que asisten a este lugar, y veo que tu no eres como ellos.... me agradas demasiado. Veo en ti algo que nunca vi en otro hombre, pero... no se que es... algo de ti me atrae, joven caballero.
Luego apoye suavemente una mano en su mejilla y comence a observar detenidamente su rostro, con esa mirada tierna que a veces tenia.
-Y... dime ¿como es tu nombre?- *dije mientras sonreia tiernamente y saque mi mano del rostro del muchacho.*
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Re: La Sobajera
- Creo que tenemos algo en común entonces… pues también me atraes. Mi nombre es… Kardia. – Respondió en un susurró mirándola a los ojos mientras la chica tocaba su mejilla con la punta de sus dedos.
Respondió así pues no tenía buenas intenciones con esa muchacha, en ese mismo instante sus labios se veían más que atractivos y solo un pequeño movimiento de su rostro los podría alcanzar… y en caso de que alguien quisiera vengarse por el honor robado a una “dama”… siempre se podían entender buscando a un tal Kardia, como si a Manigoldo le interesara que le dieran una paliza o incluso lo mataran... JAH!.
– No hagas caso a las escorias que se pasean por este lugar. La mayoría tiene que pagar para conversar con una mujer... en cambio soy el único afortunado de tener la compañía de la mujer más atrayente de este lugar. – Pensó en decir gratis, pero eso ya habría sido de mal gusto y las palabras que salían de su boca de por si ya le parecían demasiado cursis pero, ya que no estaba pagando por ese acercamiento, al menos intentaría esforzarse un copo para ser cordial o al menos lo suficientemente interesante para que aquella mujer lo llevara a su cama - ¿Otra copa?
Sin esperar respuesta llenó su vaso con la jarra de vino frente a ellos… era mas divertido estar con una mujer acalorada por el alcohol… por algún motivo las volvía mucho más extrovertidas y perdían la vergüenza.
- Y dime algo… Lady. – Manigoldo movió su rostro rozando la mejilla de la joven contra la suya para retirarle el cabello atrás de la oreja. Se acercó lentamente a su oído y le susurró con suavidad pero con algo de gracia sonriendo. - ¿Por qué una joven como tú esta en un lugar así? ¿Te gusta el peligro?
Alejó su rostro del oído de la joven para quedar justo frente a ella, mientras con delicadeza le tomaba la mano y la rozaba con sus dedos.
- Pues nunca sabes con que tipo de personas peligrosas te puedes encontrar… sujetos que en este mismo momento tengan pensamientos muy lujuriosos que te incluyan a ti…
Respondió así pues no tenía buenas intenciones con esa muchacha, en ese mismo instante sus labios se veían más que atractivos y solo un pequeño movimiento de su rostro los podría alcanzar… y en caso de que alguien quisiera vengarse por el honor robado a una “dama”… siempre se podían entender buscando a un tal Kardia, como si a Manigoldo le interesara que le dieran una paliza o incluso lo mataran... JAH!.
– No hagas caso a las escorias que se pasean por este lugar. La mayoría tiene que pagar para conversar con una mujer... en cambio soy el único afortunado de tener la compañía de la mujer más atrayente de este lugar. – Pensó en decir gratis, pero eso ya habría sido de mal gusto y las palabras que salían de su boca de por si ya le parecían demasiado cursis pero, ya que no estaba pagando por ese acercamiento, al menos intentaría esforzarse un copo para ser cordial o al menos lo suficientemente interesante para que aquella mujer lo llevara a su cama - ¿Otra copa?
Sin esperar respuesta llenó su vaso con la jarra de vino frente a ellos… era mas divertido estar con una mujer acalorada por el alcohol… por algún motivo las volvía mucho más extrovertidas y perdían la vergüenza.
- Y dime algo… Lady. – Manigoldo movió su rostro rozando la mejilla de la joven contra la suya para retirarle el cabello atrás de la oreja. Se acercó lentamente a su oído y le susurró con suavidad pero con algo de gracia sonriendo. - ¿Por qué una joven como tú esta en un lugar así? ¿Te gusta el peligro?
Alejó su rostro del oído de la joven para quedar justo frente a ella, mientras con delicadeza le tomaba la mano y la rozaba con sus dedos.
- Pues nunca sabes con que tipo de personas peligrosas te puedes encontrar… sujetos que en este mismo momento tengan pensamientos muy lujuriosos que te incluyan a ti…
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Re: La Sobajera
El hombre respondio a mi pregunta, dijo que se llamaba Kardia, aunque no era asi, pero no le preste mucha atencion a eso, ya que mis intenciones eran otras para con aquel joven, quizas las mismas intenciones que tenia él conmigo, con ese acercamiento y tal amabilidad. A continuacion, de quellos labios que en ese momento deseaba salieron otras palabras, aquellas oraciones que me hicieron sentir alagada por un momento, por lo que logro sacar otra tierna sonriza de mi rostro. Sin esperar mas, el joven me ofrecio otra copa y sin esperar respuesta mia sirvio vino en ella, ahi comenzaba a sospechar de sus intenciones, crei que pretendia algo de mi.
Sonreí y tome la copa sin esperar mas. De un ágil movimiento me bebi todo el liquido rojizo, dejando sin querer, caer una gota de aquella bebida en el escote de mi vestido. Baje la vista un poco para observar, pero no le di mucha importancia, despues de todo, solo era vino. Entonces con delicadeza apoyé la copa en la mesa nuevamente pero sin dejar de ver a los ojos a aquel hombre que se hacia llamar Kardia.
De pronto él se acercó a mi rostro, rozando con delicadesa su piel contra la mia, causando en mi una leve exitacion, ya estaba casi por completo entregada a aquella persona que estaba frente a mi, tenia unos deseos indomables de poder acariciar su piel y besar sus labios. No se si era el efecto del alcohol, si ya estaba ebria, o solo el tan simple hecho de estar frente a un hombre que me causaba tal agrado. Escuche sus palabras, y le sonreí. Pero luego, mas tarde, al alejarse de mi, volvio a hablar, diciendo palabras que me agradaban, y tenia que darle una respuesta.
Sin esperar mas, me levante de la silla en que estaba sentada, me acerque a él, y sin ningun tipo de vergüenza abri un oco mis piernas y me sente sobre la falda del supuesto Kardia, con mi rostro mirando hacia el suyo. Apoyé ambas manos en sus frias mejillas y acerque mi rostro bien cerca del suyo, casi rosando nuestros labios y le susurré.
-Me encanta el peligro...y me gusta conocer gente nueva, sin importar sus intenciones... y si tu eres uno de esos sujetos de los que hablas... Hice una leve pausa y arrastre mis manos hasta el pecho del joven, y desprendí dos de los botones de sus ropas. -...yo puedo complacerte sin ningun problema...aunque no soy una de esas prostitutas que anda por ahi, pero puedo hacerte pasar una noche de pura diversion y placer... aun sin que tengas que gastar ni una moneda...
Seguido de esas palabras tan decididas, acerque mas mi rostro al suyo y bese sus labios por unos pocos segundos, aunque fue solo un roce, un leve tacto superficial, para luego alejarlo nuevamente de su rostro. Luego me quede allí, sobre su falda para esperar la reaccion de aquel hombre, si lo que él quería era lo mismo que pretendia yo, entonces iba por buen camino, tenia que reaccionar a aquella loca accion mia.
Sonreí y tome la copa sin esperar mas. De un ágil movimiento me bebi todo el liquido rojizo, dejando sin querer, caer una gota de aquella bebida en el escote de mi vestido. Baje la vista un poco para observar, pero no le di mucha importancia, despues de todo, solo era vino. Entonces con delicadeza apoyé la copa en la mesa nuevamente pero sin dejar de ver a los ojos a aquel hombre que se hacia llamar Kardia.
De pronto él se acercó a mi rostro, rozando con delicadesa su piel contra la mia, causando en mi una leve exitacion, ya estaba casi por completo entregada a aquella persona que estaba frente a mi, tenia unos deseos indomables de poder acariciar su piel y besar sus labios. No se si era el efecto del alcohol, si ya estaba ebria, o solo el tan simple hecho de estar frente a un hombre que me causaba tal agrado. Escuche sus palabras, y le sonreí. Pero luego, mas tarde, al alejarse de mi, volvio a hablar, diciendo palabras que me agradaban, y tenia que darle una respuesta.
Sin esperar mas, me levante de la silla en que estaba sentada, me acerque a él, y sin ningun tipo de vergüenza abri un oco mis piernas y me sente sobre la falda del supuesto Kardia, con mi rostro mirando hacia el suyo. Apoyé ambas manos en sus frias mejillas y acerque mi rostro bien cerca del suyo, casi rosando nuestros labios y le susurré.
-Me encanta el peligro...y me gusta conocer gente nueva, sin importar sus intenciones... y si tu eres uno de esos sujetos de los que hablas... Hice una leve pausa y arrastre mis manos hasta el pecho del joven, y desprendí dos de los botones de sus ropas. -...yo puedo complacerte sin ningun problema...aunque no soy una de esas prostitutas que anda por ahi, pero puedo hacerte pasar una noche de pura diversion y placer... aun sin que tengas que gastar ni una moneda...
Seguido de esas palabras tan decididas, acerque mas mi rostro al suyo y bese sus labios por unos pocos segundos, aunque fue solo un roce, un leve tacto superficial, para luego alejarlo nuevamente de su rostro. Luego me quede allí, sobre su falda para esperar la reaccion de aquel hombre, si lo que él quería era lo mismo que pretendia yo, entonces iba por buen camino, tenia que reaccionar a aquella loca accion mia.
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Re: La Sobajera
Manigoldo a decir verdad estaba listo para recibir un bofetada por su forma vulgar de actuar. Tosco, rudo, mal educado, insensible, desagradable… todos esos adjetivos le habrían calificado bastante bien en ese momento por su comportamiento vulgar. Sabía que eran cosas que no atraían para nada a una mujer, al menos no una decente… sólo a las perdidas, aquellas que como dice su nombre “no tienen nada que perder.”… y esa dama en ese instante en que en medio de un prostíbulo se sentó en sus piernas luego de que apenas habían cruzado una o dos palabras… le parecía muy sospechosa.
¿Se habría imaginado que él tenía algún tipo de fortuna por volver justo ahora de la guerra? No… no podía ser eso, pues la mayoría de ellos estaba ahí gastando el miserable sueldo que habían ganado en alcohol y mujeres (y jóvenes también). Su propio dinero ya se encontraba a salvo escondido. Sus pocas y miserables pertenencias consistian en harapos. Asi que tampoco podría ser su fortuna...¿Acaso de verdad esta mujer tan sólo quería una noche con él sólo para divertirse?
- Nt…nt…nt… - negando con su cabeza observaba como la dama le desabrochaba la parte superior de su ropaje. – Bueno ya que aclaramos que ambos tenemos intenciones deshonrosas… dejémosnos de tonterías. – Dijo retirando la mano de la joven de su pecho para besarla con un poco más de brusquedad, después de todo el no compartía el principio de Kardia de tomar a las mujeres por la fuerza, por lo cual, sexualmente hablando, esos tres años en Germania no habían sido muy productivos. Apretó su cintura aprovechando que la joven con tanta confianza se había sentado sobre él y apegó su pecho contra él, sintiendo la voluptuosidad de sus senos.
Aun apretada contra él la mantenía abrazada. La miró fijamente a los ojos sonriendo con picardía pues ya no estaba fingiendo ser algo que no era. Si aquella mujer con tanta soltura saltaba a él era por que sabía a lo que se atenía, pasar la noche con un completo extraño.
- Bien… ya que estamos jugando a ser la dama y el caballero, ten en cuenta que vas a pasar la noche con un completo hijo de puta que ni si quiera le interesa tu nombre y es probable que nunca más te vea en mi vida, a menos que te quiera tomar nuevamente y me lo permitas, de lo contrario dudo que si quiera recuerde tu rostro, a menos que hagas algo esta noche digno de ser recordada… aun sabiendo esto, si quieres pasar la noche conmigo, sabiendo que mañana no te vas a poder si quiera sentar... ve a la cuarta habitación por este pasillo y espérame ahí.
La tomó de la cintura con fuerza y la levantó retirándola de sus piernas para ponerse de pie. Tomó de un golpe el vaso de vino y la miró a los ojos esperando su respuesta. Odiaba las cursilerías, en el amor físico había siempre que ir al grano pues lo demás a sus ojos era una perdida de tiempo.
¿Se habría imaginado que él tenía algún tipo de fortuna por volver justo ahora de la guerra? No… no podía ser eso, pues la mayoría de ellos estaba ahí gastando el miserable sueldo que habían ganado en alcohol y mujeres (y jóvenes también). Su propio dinero ya se encontraba a salvo escondido. Sus pocas y miserables pertenencias consistian en harapos. Asi que tampoco podría ser su fortuna...¿Acaso de verdad esta mujer tan sólo quería una noche con él sólo para divertirse?
- Nt…nt…nt… - negando con su cabeza observaba como la dama le desabrochaba la parte superior de su ropaje. – Bueno ya que aclaramos que ambos tenemos intenciones deshonrosas… dejémosnos de tonterías. – Dijo retirando la mano de la joven de su pecho para besarla con un poco más de brusquedad, después de todo el no compartía el principio de Kardia de tomar a las mujeres por la fuerza, por lo cual, sexualmente hablando, esos tres años en Germania no habían sido muy productivos. Apretó su cintura aprovechando que la joven con tanta confianza se había sentado sobre él y apegó su pecho contra él, sintiendo la voluptuosidad de sus senos.
Aun apretada contra él la mantenía abrazada. La miró fijamente a los ojos sonriendo con picardía pues ya no estaba fingiendo ser algo que no era. Si aquella mujer con tanta soltura saltaba a él era por que sabía a lo que se atenía, pasar la noche con un completo extraño.
- Bien… ya que estamos jugando a ser la dama y el caballero, ten en cuenta que vas a pasar la noche con un completo hijo de puta que ni si quiera le interesa tu nombre y es probable que nunca más te vea en mi vida, a menos que te quiera tomar nuevamente y me lo permitas, de lo contrario dudo que si quiera recuerde tu rostro, a menos que hagas algo esta noche digno de ser recordada… aun sabiendo esto, si quieres pasar la noche conmigo, sabiendo que mañana no te vas a poder si quiera sentar... ve a la cuarta habitación por este pasillo y espérame ahí.
La tomó de la cintura con fuerza y la levantó retirándola de sus piernas para ponerse de pie. Tomó de un golpe el vaso de vino y la miró a los ojos esperando su respuesta. Odiaba las cursilerías, en el amor físico había siempre que ir al grano pues lo demás a sus ojos era una perdida de tiempo.
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Re: La Sobajera
Iba a preguntarle a una de las mujeres de alli que no parecia por sus vestimentas ser alguien que trabajara alli, me habia acercado cuidadosamente y le coloque la mano en su hombro para que me prestara atencion. Pero incluso antes de que la mujer se diera la vuelta senti el tacto de una mano apartandome la mia de la mujer, era un hombre alto, de cabellos azul, y con cierta arrogancia en sus palabras me fue apartando la mano..
Menudo tipejo...
Dije cuando dijo de cortarme la mano y le hablo a la chica sobres los niños.. refiriendose a mi, baje mis cejas a modo de molestia por la chuleria de aquel hombre que bien parecia un maton de la calle... Comenzo a hablar con a chica de manera intima, y fue a buscar unas copas para el y ella, en ese momento la chica en voz mas baja me advirtio de que no siguiera alli, que no iba a conseguir nada..
Incluso un borracho podria contestar a mis preguntas
Pero no dio tiempo nada mas por que ya volvio aque sujeto que seguia intimando con la mujer asi que como no podia menterme ya en esa conversacion me sente en uno de los asientos que habia mas hacia los lados...
Bah... niño dice.. dejalo que se divierta. Alguien tendre que haber por aqui que hay tanta gente para que pueda ayudarme.
Me llevo un rato hacia los lados mirando a quien podia preguntar, pero de fondo inevitablemente escuchaba como se lanzaban indirectas el uno al otro.. mis ojos recorrieron un semicirculo al escuchar como el hombre solo queria llevarla a la cama y nada mas, aunque la mujer tambien queria lo mismo asi que si ellos si divertian bien por ellos.
Pero el nombre de Kardia llego a mis odios, era uno de los hermanos que estaba buscando para Sabii, trague saliba al enterarme que ese chulito era a quien debia encontrar, los miraba de reojo y ahora no sabia como entrar a interrumpir sus besos y demas...
La tension seguia y se levanto, iban a irse a otro lugar mas intimo, pero no podia permitirlo, habia ido a buscar esos dos hermanos y ahora tenia uno frente a mis ojos, por mucho que les cortara esse momento, debia hacerlo
Bien.. vamos alla...
Me levante con decision, sabia que era un chico de 18 años que aun no estaba listo del todo para enfrentarse al mundo, hasta ahora solo habia sido un trotamundo y habia aprendido algo de el si.. pero como guerrero aun era nulo. Me coloque delante de el antes de que se fuera y lo mire con decision a los ojos, me doblaba casi en musculatura...
Eres Kardia verdad? Sabia que aqui podia encontrar algo. He salido en tu busqueda y en la de tu hermano llamado Manigoldo para reuniros con vuestra hermana la cual hace muchisimos años que os esta buscando...
Aprete mi puños al hablar, no podia dejar que se marchara ahora, fui tajante y no me ande con rodeos, le dije claramente lo que habia venido a hacer. Pero si ese tipo era uno de los hermanos, vaya suerte mala que tenia Sabii...
Menudo tipejo...
Dije cuando dijo de cortarme la mano y le hablo a la chica sobres los niños.. refiriendose a mi, baje mis cejas a modo de molestia por la chuleria de aquel hombre que bien parecia un maton de la calle... Comenzo a hablar con a chica de manera intima, y fue a buscar unas copas para el y ella, en ese momento la chica en voz mas baja me advirtio de que no siguiera alli, que no iba a conseguir nada..
Incluso un borracho podria contestar a mis preguntas
Pero no dio tiempo nada mas por que ya volvio aque sujeto que seguia intimando con la mujer asi que como no podia menterme ya en esa conversacion me sente en uno de los asientos que habia mas hacia los lados...
Bah... niño dice.. dejalo que se divierta. Alguien tendre que haber por aqui que hay tanta gente para que pueda ayudarme.
Me llevo un rato hacia los lados mirando a quien podia preguntar, pero de fondo inevitablemente escuchaba como se lanzaban indirectas el uno al otro.. mis ojos recorrieron un semicirculo al escuchar como el hombre solo queria llevarla a la cama y nada mas, aunque la mujer tambien queria lo mismo asi que si ellos si divertian bien por ellos.
Pero el nombre de Kardia llego a mis odios, era uno de los hermanos que estaba buscando para Sabii, trague saliba al enterarme que ese chulito era a quien debia encontrar, los miraba de reojo y ahora no sabia como entrar a interrumpir sus besos y demas...
La tension seguia y se levanto, iban a irse a otro lugar mas intimo, pero no podia permitirlo, habia ido a buscar esos dos hermanos y ahora tenia uno frente a mis ojos, por mucho que les cortara esse momento, debia hacerlo
Bien.. vamos alla...
Me levante con decision, sabia que era un chico de 18 años que aun no estaba listo del todo para enfrentarse al mundo, hasta ahora solo habia sido un trotamundo y habia aprendido algo de el si.. pero como guerrero aun era nulo. Me coloque delante de el antes de que se fuera y lo mire con decision a los ojos, me doblaba casi en musculatura...
Eres Kardia verdad? Sabia que aqui podia encontrar algo. He salido en tu busqueda y en la de tu hermano llamado Manigoldo para reuniros con vuestra hermana la cual hace muchisimos años que os esta buscando...
Aprete mi puños al hablar, no podia dejar que se marchara ahora, fui tajante y no me ande con rodeos, le dije claramente lo que habia venido a hacer. Pero si ese tipo era uno de los hermanos, vaya suerte mala que tenia Sabii...
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Re: La Sobajera
Senti como aquel hombre me llevaba contra su cuerpo, en ese momento pronuncio algunas palabras, un discurso bastante grosero y sin sentido para mi gusto. Ese hombre a mi me arecia apuesto y una buena persona pero cuando mostro su verdadero pensamiento descubri que no era lo que quería. Yo retendia una relacion con un hombre, pero aquella persona no era justamente lo que buscaba, no me habia gustado para nada su actitud, y mucho menos aquellas oraciones que dijo a lo ultimo.
Mas tarde me tomo con fuerzas de la cintura y me bajo al suelo, para poder pararse. Fue ahi cuando me acerque a el, solte un largo y notorio suspiro y apoye una mano sobre el hombro de aquel sujeto.
-Sere ingenua, amigo mio, pero no soy una tonta. A decir verdad tienes razon, esa si es la actitud de un completo hijo de puta al cual solo le interesa el sexo. Pero te diré algo, no estoy desesperada, soy una mujer y tengo derechos, no me acostaré contigo sabiendo que el dia de mañana solo seré una puta mas con la que has estado. Acaricio ligeramente su mejilla. -Ha sido un placer hablar contigo Kardia, si es que asi te llamas, porque a juzgar por lo que he visto de ti ultimamente, ni siquiera creo que ese sea tu verdadero nombre... asique lo lamento, pero esta vez no has tenido suerte, por lo menos no conmigo...
Me voltie para alejarme de aquel hombre pero vi llegar nuevamente a aquel jovencito que en perincipio me habia pedido ayuda, entonces me quede en el lugar. Escuche las palabras del chico, y me sonreí, queriendo agregar un comentario a aquel dialogo.
Te recomiendo que lo olvides chico, aqui no encontraras nada, ya te lo dije. Este tipo es un imbécil, solo sabe mentir... es mas, no creo que ese nombre que has oido sea el verdadero nombre de el...
Estaba de espaldas a Manigoldo, mirando de frente a aquel joven muchacho, por lo que, al acabar de hablar me voltie el rostro un poco para ver de reojo al hombre de cabellos azules. Luego volvi a mirar a aquel jovencito que venia en busca de informacion.
Mas tarde me tomo con fuerzas de la cintura y me bajo al suelo, para poder pararse. Fue ahi cuando me acerque a el, solte un largo y notorio suspiro y apoye una mano sobre el hombro de aquel sujeto.
-Sere ingenua, amigo mio, pero no soy una tonta. A decir verdad tienes razon, esa si es la actitud de un completo hijo de puta al cual solo le interesa el sexo. Pero te diré algo, no estoy desesperada, soy una mujer y tengo derechos, no me acostaré contigo sabiendo que el dia de mañana solo seré una puta mas con la que has estado. Acaricio ligeramente su mejilla. -Ha sido un placer hablar contigo Kardia, si es que asi te llamas, porque a juzgar por lo que he visto de ti ultimamente, ni siquiera creo que ese sea tu verdadero nombre... asique lo lamento, pero esta vez no has tenido suerte, por lo menos no conmigo...
Me voltie para alejarme de aquel hombre pero vi llegar nuevamente a aquel jovencito que en perincipio me habia pedido ayuda, entonces me quede en el lugar. Escuche las palabras del chico, y me sonreí, queriendo agregar un comentario a aquel dialogo.
Te recomiendo que lo olvides chico, aqui no encontraras nada, ya te lo dije. Este tipo es un imbécil, solo sabe mentir... es mas, no creo que ese nombre que has oido sea el verdadero nombre de el...
Estaba de espaldas a Manigoldo, mirando de frente a aquel joven muchacho, por lo que, al acabar de hablar me voltie el rostro un poco para ver de reojo al hombre de cabellos azules. Luego volvi a mirar a aquel jovencito que venia en busca de informacion.
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Re: La Sobajera
- Por fin hemos llegado... - aquella voz entusiasta pertenecía al trío recién llegado. Un pequeño grupo de amigos que desde hace tiempo se habían conocido en la campaña por la conquista de Germania. Santino, el más joven de los tres demostraba su ímpetu al haber ingresado al lugar y comprobar con sus propios ojos lo que siempre estaba en boca de todos. - Este lugar es espectacular. - Claudio, que normalmente encontraba alguna queja a todo lo que conocía esta vez no manifestaba inconformidad alguna.
- Pero este lugar está hasta la madre de gente. - Por el contrario, el optimista y bromista del grupo Batiato no manifestaba una visión alentadora del local. No era porque sus expectativas estuvieran defraudadas, en realidad sobrepasaban los rumores acerca de que en la Sobajera encontrarían un lugar sin igual, pero era en el sentido de que ante la llegada de las legiones el lugar estaba a reventar. Por donde quiera, podían verse que las mesas estaban totalmente ocupadas. - Te dije Claudio que debíamos apurarnos, pero no, preferiste jugar ese maldito juego de dados con los muchachos de la cuarta centuria. - Resopló Batiato. - Vamos, no seas tan exasperado maldito cabrón, si no hubiera jugado en ese maldito juego como lo llamas, seguiríamos deambulando por las calles sin ninguna especie de diversión.
Sin entrar en debates, los tres legionarios se adentraban en busca de algún rincón o alguna chica que pudiera atenderlos, daba igual si no había mesas, ellos querían olvidarse de los años alejados de su tierra y que mejor que un momento en aquel lugar punto de reunión de tantos soldados y alguno que otro ciudadano. - Oh super genial, ¿ya notaron quien está en aquella mesa? - Santino con un movimiento de su cabeza señalaba en dirección de la ubicación del general de su legión. - Al parecer no pierde el tiempo cuando de mujeres se trata, eso es bueno puesto que lo tendrán bastante ocupado por el resto de la noche. - Expresaba Claudio mientras exploraba con la mirada el frondoso cuerpo de una chica de cabellos plateados, bastante joven y bastante bella de facciones.
- Olvidalo Claudio, ni en esta vida podrías estar con una chica como ella, la única diversión que conoces es la que te daría un caballo de la unidad de las equites. - Batiato recuperaba su humor habitual. - ¡Que te folle un maldito burro Batiato hijo de la gran... - Por su parte Claudio volvía a tener su habitual arrebato. - Por todos los dioses, ya comportense par de maricones, todo el tiempo se la pasan discutiendo, porque no, en lugar de perder el tiempo los dos van y piden un cuarto. - La sonrisa de Santino se ensanchaba, los tres pasaban de largo dejando a Noah en aquella apartada mesa.
- Así que es un general de Roma... - La sensual voz de la acompañante de Noah fluía entre el parloteo general dentro de la taberna. - Debe de tener un sin fin de aventuras que relatar, ¿no es así general? - Noah la miró por un momento, una sonrisa media aparecía en su rostro, acercó sus labios al cuello de la chica lo más próximo que pudo sin posarlos sobre su piel broncinea. - Las historias por ahora no nos interesan, son los hechos y no las palabras las que en esta noche la harán sumamente entretenida para ambos. - Su aliento rozaba la tersa piel de la mujerzuela, Noah deslizaba la palma de su mano por la espalda de ella, la respuesta fue inmediata provocando que su acompañante rodeara la cintura de Noah con sus piernas, una pequeña presión le daba en su cintura mientras Noah deslizaba ahora las puntas de sus dedos delineando los muslos carnosos y bien proporcionados de la chica.
- Pero este lugar está hasta la madre de gente. - Por el contrario, el optimista y bromista del grupo Batiato no manifestaba una visión alentadora del local. No era porque sus expectativas estuvieran defraudadas, en realidad sobrepasaban los rumores acerca de que en la Sobajera encontrarían un lugar sin igual, pero era en el sentido de que ante la llegada de las legiones el lugar estaba a reventar. Por donde quiera, podían verse que las mesas estaban totalmente ocupadas. - Te dije Claudio que debíamos apurarnos, pero no, preferiste jugar ese maldito juego de dados con los muchachos de la cuarta centuria. - Resopló Batiato. - Vamos, no seas tan exasperado maldito cabrón, si no hubiera jugado en ese maldito juego como lo llamas, seguiríamos deambulando por las calles sin ninguna especie de diversión.
Sin entrar en debates, los tres legionarios se adentraban en busca de algún rincón o alguna chica que pudiera atenderlos, daba igual si no había mesas, ellos querían olvidarse de los años alejados de su tierra y que mejor que un momento en aquel lugar punto de reunión de tantos soldados y alguno que otro ciudadano. - Oh super genial, ¿ya notaron quien está en aquella mesa? - Santino con un movimiento de su cabeza señalaba en dirección de la ubicación del general de su legión. - Al parecer no pierde el tiempo cuando de mujeres se trata, eso es bueno puesto que lo tendrán bastante ocupado por el resto de la noche. - Expresaba Claudio mientras exploraba con la mirada el frondoso cuerpo de una chica de cabellos plateados, bastante joven y bastante bella de facciones.
- Olvidalo Claudio, ni en esta vida podrías estar con una chica como ella, la única diversión que conoces es la que te daría un caballo de la unidad de las equites. - Batiato recuperaba su humor habitual. - ¡Que te folle un maldito burro Batiato hijo de la gran... - Por su parte Claudio volvía a tener su habitual arrebato. - Por todos los dioses, ya comportense par de maricones, todo el tiempo se la pasan discutiendo, porque no, en lugar de perder el tiempo los dos van y piden un cuarto. - La sonrisa de Santino se ensanchaba, los tres pasaban de largo dejando a Noah en aquella apartada mesa.
- Así que es un general de Roma... - La sensual voz de la acompañante de Noah fluía entre el parloteo general dentro de la taberna. - Debe de tener un sin fin de aventuras que relatar, ¿no es así general? - Noah la miró por un momento, una sonrisa media aparecía en su rostro, acercó sus labios al cuello de la chica lo más próximo que pudo sin posarlos sobre su piel broncinea. - Las historias por ahora no nos interesan, son los hechos y no las palabras las que en esta noche la harán sumamente entretenida para ambos. - Su aliento rozaba la tersa piel de la mujerzuela, Noah deslizaba la palma de su mano por la espalda de ella, la respuesta fue inmediata provocando que su acompañante rodeara la cintura de Noah con sus piernas, una pequeña presión le daba en su cintura mientras Noah deslizaba ahora las puntas de sus dedos delineando los muslos carnosos y bien proporcionados de la chica.
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Re: La Sobajera
Habia pasado ya varias semanas cuando habia llegado a la sobajera, a hablar con barbara, se suponia que despues de ese tiempo ya deberia tenerme alguna informacion si queria tener su apropiada paga, mi hermano era importante ahora, tenia que estar disfrutando de los mismos placeres que yo, pero ahora era cuestion de corrobar la posible informacion que me darian, me fui acercando a las puertas de local, parecia como si adentro ya hubiese un poco mas de ambiente que la vez que habia entrado, ahora tome la perilla, y me adentre al lugar, estaban al parecer un niñato, no sabia porque lo habian metido ahi, se supone que era solo lugar para mayores de edad, habia restringuido alguna regla dentro del reglamento de establecimientos, o tan solo se habia metido el mismo, para poder hacerse hombre, parecia como si todo el lugar estuviese casi muerto, no habia muchas mujeres por donde escoger, solo veia a una, al parecer estaba ocupada con un cliente, pero ese cliente parecia ser uno mas, puesto que ella parecia no ser forzada tan facilmente, mire a otros jovenes cercanos a una mesa vacia, me dirigi hacia ella, tenia sed, y necesitaba la efervesencia de una cerveza, y si se podia una compañia sutil, capaz de hacerme derrochar hasta la ultima moneda que tenia en mi pequeña bolsa, esperaba con cuidado, de que alguien viniera a servirmela, nadie llegaba, y eso me hacia enfurecer, que local, no dejaria todo para atender primero a los clientes, pense, ahora, entre mi enojo y mi desaire, solo atinaba a musitar en voz baja.
¿Que acaso no ahi alguna persona que me traiga una buena cerveza, o un buen vino,? mi garganta se reseca, estas palabras solo me han echo gastar saliva, asi que vamos, mesera, sirveme algo, que tengo con que pagarles, hasta la sonrisa...
Espere a que alguien llegase, aunque mi paciencia ya estaba limitada, trataba de no llamar la atencion de los demas, por mis acciones, si no hablarian mal de mi como senador, pero aveces pensaba, que me importase estos comentarios, queria tirar todo al demonio, pero antes de que lo hiciera, un recuerpo paso en mi mente, era barbara, mi posible fuente de informacion.
Por cierto, diganle a la señorita Barbara que deseo hablar con ella, que es urgente, pero haganlo ya...
¿Que acaso no ahi alguna persona que me traiga una buena cerveza, o un buen vino,? mi garganta se reseca, estas palabras solo me han echo gastar saliva, asi que vamos, mesera, sirveme algo, que tengo con que pagarles, hasta la sonrisa...
Espere a que alguien llegase, aunque mi paciencia ya estaba limitada, trataba de no llamar la atencion de los demas, por mis acciones, si no hablarian mal de mi como senador, pero aveces pensaba, que me importase estos comentarios, queria tirar todo al demonio, pero antes de que lo hiciera, un recuerpo paso en mi mente, era barbara, mi posible fuente de informacion.
Por cierto, diganle a la señorita Barbara que deseo hablar con ella, que es urgente, pero haganlo ya...
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Re: La Sobajera
- Como sea, no eres tan bonita de cualquier manera. – Dijo indiferente, sacando la mano de la joven de su mejilla pues el momento estaba más que perdido y le dio la espalda buscando más vino.
Pudo haberle dicho más cosas, pero realmente aquella mujer no le interesaba lo suficiente como para haber querido herirle el orgullo. De pronto se le acercó el mismo joven a quien le había retirado la mano de la mujer esa. Lo miró un momento para saber que rayos querría que le había cortado el paso, y suspiró irritado.
- Si te la quieres coger, adelante. Toda tuya. – Dijo saliendo del paso del joven de aspecto extraño con acento gracioso, pero al parecer no venía a buscar un pleito por la joven aquella. Gracias a dios pues no habría peleado por una mujerzuela asi. Por le contrario, el joven de acento extraño le dijo palabras que sólo hicieron que Manigoldo levantara una ceja y quedará perplejo. ¿Una hermana? ¿Cuánto habría bebido ese niño para hablar semejante tontería? – Mira niño… estas equivocado, ni yo ni Kardia tenemos una hermana. Creo que alguien te mintió.
Le dio la espalda y comenzó a caminar hacia el resto del ese antro de mala muerte para buscar un lugar donde se pudiese sentar tranquilo, esperar que un buen par de piernas se sentará con él y le sirvieran vino en su copa que ya estaba nuevamente vacía.
Justo al lado de una de las ventanas, vio un espacio vacío y con buena iluminación y se dirigió a sentarse ahí. Puso su cabeza sobre la mesa, y sacó un pedazo de pan que estaba servido en el centro de la mesa y lo remojó en aceite de oliva. Observó a su alrededor, el General de la treceava estaba bastante divertido con una mesera, habían grupos de soldados jugando dados, incluso visualizó un senador entrando. Sin duda la reputación de la Sobajera era la mejor en Roma, aunque siguiera siendo un antro.
Estaba pensando en ello cuando sintió que le rellenaban su copa, miró hacia arriba y vio a Bárbara sin expresión alguna.
- Que lindo como te cortó el rostro esa mujer… Estas perdiendo el toque. – Dijo Bárbara mientras se encargaba de dejarle una jarra con vino luego de rellenarle el vaso.
- ¿Alguna vez tuve toque? – Preguntó Manigoldo medio mareado ya por el vino, pero aun lo suficientemente entero como para tomar a Bárbara de la cintura y sentarla sobre sus piernas. – No te pongas celosa, sabes que eres la única para mí.
- ¡Como si no te hubiera escuchado eso antes!– La mujer lo empujó y se puso nuevamente de pie para retirarse de ahí, caminando en dirección al Senador Mautirius.
Pudo haberle dicho más cosas, pero realmente aquella mujer no le interesaba lo suficiente como para haber querido herirle el orgullo. De pronto se le acercó el mismo joven a quien le había retirado la mano de la mujer esa. Lo miró un momento para saber que rayos querría que le había cortado el paso, y suspiró irritado.
- Si te la quieres coger, adelante. Toda tuya. – Dijo saliendo del paso del joven de aspecto extraño con acento gracioso, pero al parecer no venía a buscar un pleito por la joven aquella. Gracias a dios pues no habría peleado por una mujerzuela asi. Por le contrario, el joven de acento extraño le dijo palabras que sólo hicieron que Manigoldo levantara una ceja y quedará perplejo. ¿Una hermana? ¿Cuánto habría bebido ese niño para hablar semejante tontería? – Mira niño… estas equivocado, ni yo ni Kardia tenemos una hermana. Creo que alguien te mintió.
Le dio la espalda y comenzó a caminar hacia el resto del ese antro de mala muerte para buscar un lugar donde se pudiese sentar tranquilo, esperar que un buen par de piernas se sentará con él y le sirvieran vino en su copa que ya estaba nuevamente vacía.
Justo al lado de una de las ventanas, vio un espacio vacío y con buena iluminación y se dirigió a sentarse ahí. Puso su cabeza sobre la mesa, y sacó un pedazo de pan que estaba servido en el centro de la mesa y lo remojó en aceite de oliva. Observó a su alrededor, el General de la treceava estaba bastante divertido con una mesera, habían grupos de soldados jugando dados, incluso visualizó un senador entrando. Sin duda la reputación de la Sobajera era la mejor en Roma, aunque siguiera siendo un antro.
Estaba pensando en ello cuando sintió que le rellenaban su copa, miró hacia arriba y vio a Bárbara sin expresión alguna.
- Que lindo como te cortó el rostro esa mujer… Estas perdiendo el toque. – Dijo Bárbara mientras se encargaba de dejarle una jarra con vino luego de rellenarle el vaso.
- ¿Alguna vez tuve toque? – Preguntó Manigoldo medio mareado ya por el vino, pero aun lo suficientemente entero como para tomar a Bárbara de la cintura y sentarla sobre sus piernas. – No te pongas celosa, sabes que eres la única para mí.
- ¡Como si no te hubiera escuchado eso antes!– La mujer lo empujó y se puso nuevamente de pie para retirarse de ahí, caminando en dirección al Senador Mautirius.
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Re: La Sobajera
La voz de alguien conocido resonó en el, lugar mi cerebro rápidamente dedujo de quien se trataba, mi semblante serio cambio a uno relajado ya que ese idiota siempre llegaba antes de que comenzaran a pelear o a destrozar el lugar, Manigoldo dejo un saco con monedas frente a mis ojos para luego hablar.
- Tú habitación esta como siempre solo que más limpia de como la dejaste puerco, y sobre el dinero - tomé el saco de monedas para comenzar a contarlas con rapidez evitando botarlas o no contar alguna - Quédate el tiempo que quieras, solamente déjame el local en pie, no quiero muertos ni heridos aquí, que esto no es un hospital o un campo de guerra – dije con tono entre serio y burlón, me iba a dar vuelta para regresar al cuarto en el cual contaba el dinero y pensaba en el futuro de este local, pero antes de que pudiera si quiera hacerlo me extendió una copa que parecía se fuera de plata y dijo algunas palabras - Como siempre tan halagador querido - dije cuando sentí el nalgazo que me propinó, me di la media vuelta para ir al cuartucho y guardar aquel botín de guerra y monedas bajo llave, al hacerlo volví a salir para revisar que todo estuviese bien, fui a la barra para ayudar al barman con los pedidos, por lo general podía hacer aquel trabajo solo pero esta vez estábamos abarrotados de gente y se necesitaba cualquier tipo de ayuda.
- Tú habitación esta como siempre solo que más limpia de como la dejaste puerco, y sobre el dinero - tomé el saco de monedas para comenzar a contarlas con rapidez evitando botarlas o no contar alguna - Quédate el tiempo que quieras, solamente déjame el local en pie, no quiero muertos ni heridos aquí, que esto no es un hospital o un campo de guerra – dije con tono entre serio y burlón, me iba a dar vuelta para regresar al cuarto en el cual contaba el dinero y pensaba en el futuro de este local, pero antes de que pudiera si quiera hacerlo me extendió una copa que parecía se fuera de plata y dijo algunas palabras - Como siempre tan halagador querido - dije cuando sentí el nalgazo que me propinó, me di la media vuelta para ir al cuartucho y guardar aquel botín de guerra y monedas bajo llave, al hacerlo volví a salir para revisar que todo estuviese bien, fui a la barra para ayudar al barman con los pedidos, por lo general podía hacer aquel trabajo solo pero esta vez estábamos abarrotados de gente y se necesitaba cualquier tipo de ayuda.
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Re: La Sobajera
Narracion - Hablo - pensamientos
Vi que aquel hombre de cabellos azules el cual fue tan grosero conmigo me hablaba, contestando a mis palabras, y me daba la espalda, entonces me quede mirandolo con un gesto estraño, como si pensara cosas sobre el. Y es que no podia creer que hace un rato yo queria estar con él, sin saber lo realmente hijo de puta que era.
-bah... que imbécil que es este tipo... y pensar que quería estar con él... menuda tarada habre sido. Pensaba, luego movia el rostro de un lado al otro mientras soltaba un suspiro.
Pronto me gire y me alege de él y del jovencito que buscaba informacion, y fui de nuevo a apoyarme en la barra, para pedir una copa de vino, que me ofrecieron de inmediato. De repente giro mi rostro y veo que ese tal Claudio me observaba muy detenidamente con una mirada hipnótica. Sonrei un poco, mientras tomaba con mi derecha la copa de vino que me habia sido servida recientemente y me dirigi hacia aquel hombre, caminando con un paso elegante. Me pare en frente de él, solo a unos sentimeros, rozando mi cuerpo con el de él. Y recorriendo su hombro y su brazo con mi mano dije:
-Disculpa... ¿puedo saber por que me estabas mirando de esa manera tan... como hipnotizado... joven caballero?
Ya que habia sido insultada y tratada de manera grosera por aquel hombre, crei que no me vendria mal la compañía de una persona descente, y me acerque a aquel hombre que habia llegado con otros amigos para ver de quien se trataba, ya que por el momento no tenia tiempo que perder y estaba en la Sobajera porue no tenia otra cosa que hacer.
-¿Te gustaría hacerle compañía a una joven que se encuentra sola y aburrida? Dije refiriendome a mi y despues tome un poco de vino. Ya estaba un poco afectada por el alcohol, ya hacia cosas raras que ni yo sabia que hacie, pero no aun del todo como para estar inconciente. ¿Quieres un poco de vino?
Trataba de acer que el hombre reaccione a mi accion, mientras lo miraba a los ojos con esa mirada tierna que en el principio habia usado con Manigoldo. Mientras de a ratos bebia un poco de vino.
Vi que aquel hombre de cabellos azules el cual fue tan grosero conmigo me hablaba, contestando a mis palabras, y me daba la espalda, entonces me quede mirandolo con un gesto estraño, como si pensara cosas sobre el. Y es que no podia creer que hace un rato yo queria estar con él, sin saber lo realmente hijo de puta que era.
-bah... que imbécil que es este tipo... y pensar que quería estar con él... menuda tarada habre sido. Pensaba, luego movia el rostro de un lado al otro mientras soltaba un suspiro.
Pronto me gire y me alege de él y del jovencito que buscaba informacion, y fui de nuevo a apoyarme en la barra, para pedir una copa de vino, que me ofrecieron de inmediato. De repente giro mi rostro y veo que ese tal Claudio me observaba muy detenidamente con una mirada hipnótica. Sonrei un poco, mientras tomaba con mi derecha la copa de vino que me habia sido servida recientemente y me dirigi hacia aquel hombre, caminando con un paso elegante. Me pare en frente de él, solo a unos sentimeros, rozando mi cuerpo con el de él. Y recorriendo su hombro y su brazo con mi mano dije:
-Disculpa... ¿puedo saber por que me estabas mirando de esa manera tan... como hipnotizado... joven caballero?
Ya que habia sido insultada y tratada de manera grosera por aquel hombre, crei que no me vendria mal la compañía de una persona descente, y me acerque a aquel hombre que habia llegado con otros amigos para ver de quien se trataba, ya que por el momento no tenia tiempo que perder y estaba en la Sobajera porue no tenia otra cosa que hacer.
-¿Te gustaría hacerle compañía a una joven que se encuentra sola y aburrida? Dije refiriendome a mi y despues tome un poco de vino. Ya estaba un poco afectada por el alcohol, ya hacia cosas raras que ni yo sabia que hacie, pero no aun del todo como para estar inconciente. ¿Quieres un poco de vino?
Trataba de acer que el hombre reaccione a mi accion, mientras lo miraba a los ojos con esa mirada tierna que en el principio habia usado con Manigoldo. Mientras de a ratos bebia un poco de vino.
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Re: La Sobajera
Habia pasado demasiado tiempo desde que habia pedido algo que beber, pero nadie se acomedia a llevarme por lo menos una botella, mi ira hiba a explotar pronto, pero poco a poco fui tranquilizandome, cuando vi que varias personas estaban asi, puesto que el lugar estaba casi a reventar, y no habia suficiente personal, eso poco a poco me fui calmando, pero pronto mi vista se ubico en otra parte, habia una linda damicela, rondando cercano a las mesas, poco a poco, me centre a ella, pero parecia que ella, habia visto a otro primero, y lentamente, vi a quien se dirigia, eran unos jovenes, que tambien estaban esperando, pero ellas les hablaba, pero ellos no hacian caso, sin duda eso fue lo que mas me enfado, como hiban a dejar a una hermosa dama hablar sola, a ella se le tenia que dar suficientes cuidados, y yo, era lo que andaba buscando.
Me acerque lentamente a la mesa, donde estaban esos guerreros, pero no les hiba a hablar a ellos, tan solo queria que esa belleza me acompañase, por un momento, mientras le hacia unas preguntas, asi que suavente me acerque hacia ella, y con un susurro al oido le dije.
Señorita preciosa , deje de perder el tiempo con estos guerreros, que no saben apreciar la belleza que tienen en frente, si me trajera una botella del mejor vino que tengan en su caba, podemos compartirlo en mi mesa, ya que estando solo es un poco mas dificil degustar los placeres de la vida.
Cuando dije eso, espere un momento mientras comenzaba a separarme de ella, tan solo breves segundos separaban del posible rechazo de parte de ella, o el trato amigable de la señorita.
Espero que acepte, puesto que quiero saber el paradero de barbara, esa maldita que no me ha dado ninguna informacion, y justo hoy taigo las monedas para pagarle, pero bien, ella se lo pierde.
Pienso/rol/argumento
Me acerque lentamente a la mesa, donde estaban esos guerreros, pero no les hiba a hablar a ellos, tan solo queria que esa belleza me acompañase, por un momento, mientras le hacia unas preguntas, asi que suavente me acerque hacia ella, y con un susurro al oido le dije.
Señorita preciosa , deje de perder el tiempo con estos guerreros, que no saben apreciar la belleza que tienen en frente, si me trajera una botella del mejor vino que tengan en su caba, podemos compartirlo en mi mesa, ya que estando solo es un poco mas dificil degustar los placeres de la vida.
Cuando dije eso, espere un momento mientras comenzaba a separarme de ella, tan solo breves segundos separaban del posible rechazo de parte de ella, o el trato amigable de la señorita.
Espero que acepte, puesto que quiero saber el paradero de barbara, esa maldita que no me ha dado ninguna informacion, y justo hoy taigo las monedas para pagarle, pero bien, ella se lo pierde.
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Re: La Sobajera
Narracion - Hablo - Pensamientos
-Vaya, parece que estos tipos tambien estan muy ocupados con lo suyo.
Pasaron varios minutos y aquel guerrero al que me habia dirigido anteriormente parecia estar distraido con sus amigos, pues no me hacia caso. Pero, cuando me iba a ir de aquel lugar para tomar una botella de vino, senti que alguien me hablaba al oido, muy despacio, pude oirlo a penas, pues era mucho el ruido de ese lugar, ya que estaba lleno y todos hablaban al mismo tiempo. Al girar mi rostro noté que quien me estaba hablando era un chico de cabellos rubios, al cual no habia visto antes; el joven estaba muy bien vestido. Me sorprendi, pues me hacia recordar a los senadores de roma, quizas era uno de ellos, quien sabe. Pero su forma tan cortez de hablar de sorprendio, por lo que me sonreí.
-Es muy amable usted, señor, permitame complacerlo...
Fueron mis palabras dirigidas a aquel joven. Lo deje solo por un momento y me dirigí a la barra, habia una mujer detras, debia ser una de las meseras. Entonces estiré una mano y le dije.
-Deme una botella del mejor vino que tengan, por favor.
La joven desaparecio tras una puerta de madera y al rato regreso con una botella bastante grande, que contenia aquella bebida que le habia pedido. La tome con mi mano y busque luego, dos copas plateadas para volver a donde estaba el joven que me habia hablado. Llegue y le mostre la botella.
-Aqui esta, uno de los mejores vinos de la casa... adelante por favor.
Le dije, invitandolo a que me guie a su mesa, en donde ibamos a sentarnos.
-Vaya, parece que estos tipos tambien estan muy ocupados con lo suyo.
Pasaron varios minutos y aquel guerrero al que me habia dirigido anteriormente parecia estar distraido con sus amigos, pues no me hacia caso. Pero, cuando me iba a ir de aquel lugar para tomar una botella de vino, senti que alguien me hablaba al oido, muy despacio, pude oirlo a penas, pues era mucho el ruido de ese lugar, ya que estaba lleno y todos hablaban al mismo tiempo. Al girar mi rostro noté que quien me estaba hablando era un chico de cabellos rubios, al cual no habia visto antes; el joven estaba muy bien vestido. Me sorprendi, pues me hacia recordar a los senadores de roma, quizas era uno de ellos, quien sabe. Pero su forma tan cortez de hablar de sorprendio, por lo que me sonreí.
-Es muy amable usted, señor, permitame complacerlo...
Fueron mis palabras dirigidas a aquel joven. Lo deje solo por un momento y me dirigí a la barra, habia una mujer detras, debia ser una de las meseras. Entonces estiré una mano y le dije.
-Deme una botella del mejor vino que tengan, por favor.
La joven desaparecio tras una puerta de madera y al rato regreso con una botella bastante grande, que contenia aquella bebida que le habia pedido. La tome con mi mano y busque luego, dos copas plateadas para volver a donde estaba el joven que me habia hablado. Llegue y le mostre la botella.
-Aqui esta, uno de los mejores vinos de la casa... adelante por favor.
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Re: La Sobajera
Noah y su acompañante ya se habían excedido de copas, pero era el general romano el que más control tenía de sus acciones. Por otro lado, aquella escultural chica que le acompañaba no perdía oportunidad de vertir vino sobre sus pechos, mismos que ofrecía a Noah para que posara sus labios en ellos. - No hay nada como un buen vino, pero nada se le compara con beberlo de la piel de una exquisita mujer. - Sus labios hicieron contacto pleno con la piel humeda de la chica, ella aprovechó para entrelazar sus delgados dedos en la cabellera de Noah, luego acercó sus sensuales labios al oído de él.
- Esa idea que propones resulta sumamente interesante. Sólo espero que tu amiga sea tan desinhibida como tú y no tenga miedo de experimentar nuevas cosas. - Respondió con un tono de malicia y lujuria en su voz, ella le indicó con una sonrisa que lo que le decía iba en serio, se levantó de las piernas de Noah y avanzó hacia una de sus compañeras con mucha elegancia a pesar del estado en que se encontraba. Su amiga, una chica de tez blanca y cabello corto de color rubio giró su rostro y sus ojos azules se posaban en los orbes de Noah mientras sonreía por cada palabra que le daba su amiga.
Entendía lo que ella le estaba proponiendo, las dos regresaron por él. Noah pudo en esos momentos ubicar a tres de sus soldados, conocía a la mayoría pero en un lugar tan abarrotado era complicado dar con sus nombres. Sólo los reconoció por los colores y los distintivos de sus uniformes, sin duda eran miembros de la decimotercera legión romana. Una risa mordaz aparecía en los labios de él mientras entendía lo que había pasado con uno de ellos.
«Menudo imbécil que resultaste ser, te quedaste helado ante la presencia de una mujer, ja pobre diablo pero por ahora tengo otros asuntos que atender.»
Caminaba con las dos chicas, una a cada lado suyo abrazándolas de la cintura, ellas por otro lado con un par de botellas más en sus manos, los tres se dirigían ahora a una de las habitaciones de la Sobajera. Sin duda en esta noche Noah desfogaría toda esa abstinencia que tuvo en los años de campaña.
- Esa idea que propones resulta sumamente interesante. Sólo espero que tu amiga sea tan desinhibida como tú y no tenga miedo de experimentar nuevas cosas. - Respondió con un tono de malicia y lujuria en su voz, ella le indicó con una sonrisa que lo que le decía iba en serio, se levantó de las piernas de Noah y avanzó hacia una de sus compañeras con mucha elegancia a pesar del estado en que se encontraba. Su amiga, una chica de tez blanca y cabello corto de color rubio giró su rostro y sus ojos azules se posaban en los orbes de Noah mientras sonreía por cada palabra que le daba su amiga.
Entendía lo que ella le estaba proponiendo, las dos regresaron por él. Noah pudo en esos momentos ubicar a tres de sus soldados, conocía a la mayoría pero en un lugar tan abarrotado era complicado dar con sus nombres. Sólo los reconoció por los colores y los distintivos de sus uniformes, sin duda eran miembros de la decimotercera legión romana. Una risa mordaz aparecía en los labios de él mientras entendía lo que había pasado con uno de ellos.
«Menudo imbécil que resultaste ser, te quedaste helado ante la presencia de una mujer, ja pobre diablo pero por ahora tengo otros asuntos que atender.»
Caminaba con las dos chicas, una a cada lado suyo abrazándolas de la cintura, ellas por otro lado con un par de botellas más en sus manos, los tres se dirigían ahora a una de las habitaciones de la Sobajera. Sin duda en esta noche Noah desfogaría toda esa abstinencia que tuvo en los años de campaña.
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Re: La Sobajera
Y los pasos lentamente se fusionaban al ruido que yacía en aquel distrito, para tan solo perder tal sonido diminuto, pues era mas estridente lo gemidos de prostitutas complaciendo al cliente, los gritos de algún borracho queriendo violar la pared de algún edifico viejo, que tales ecos insignificantes de pisadas miedosas que se daban paso por la pedregosa calle, un apretar de manos por tal miedo, por que aunque Alessa conocía a la perfecciona aquella área mortífera, en su mente leve recuerdos le invadían generando un miedo sin igual en ella, aun así, siguió caminando hacia le frente sin decir nada para no preocupar a su acompañante Jabranth.
Y de la nada en frente de dicha caverna ambos yacían estancados admirando su leve belleza, por que aunque fuese un lugar de porquería, toda cosa tenia su belleza que el identificaba como diferente a otro, tan irónico pero era esa la realidad, a lo lejos Alessa identificaba algunas de las prostitutas que se divertían con la clientela, tratando de dirigir su mirada a otro punto, pues inocentemente buscaba la imagen del rostro de aquella que escasamente algunos días anteriores le había decepcionado totalmente, pero su búsqueda nunca culmino con un resultado deseoso, pues tan solo nada era lo que veía, resignándose aquella suspira y dice:
-Entremos de una vez por todas que aquí pillaremos un puto refriado… camina Jabranth y no demuestres miedo que la gente que esta aquí perdiendo su tiempo son como animales y atacan con instinto no razón, recuérdalo y esconde tus objetos valiosos antes de que te los roben…
Sonrisas macabras en una linda cara, parea tan solo comenzar a caminar, un tronar de un cuello y unos cuantos dedos, azote de una puerta para llamar tal vez la atención de los demás, un descontrolado observar de alrededor para fijar un punto a fondo izquierdo de tal mencionada taberna donde la sombras abundaban, dirigiéndose hacia tal aquel punto denigrante, se sienta esperando que Jabranth hiciera lo mismo:
-Dos malditos tarros de cerveza por favor
Y de la nada en frente de dicha caverna ambos yacían estancados admirando su leve belleza, por que aunque fuese un lugar de porquería, toda cosa tenia su belleza que el identificaba como diferente a otro, tan irónico pero era esa la realidad, a lo lejos Alessa identificaba algunas de las prostitutas que se divertían con la clientela, tratando de dirigir su mirada a otro punto, pues inocentemente buscaba la imagen del rostro de aquella que escasamente algunos días anteriores le había decepcionado totalmente, pero su búsqueda nunca culmino con un resultado deseoso, pues tan solo nada era lo que veía, resignándose aquella suspira y dice:
-Entremos de una vez por todas que aquí pillaremos un puto refriado… camina Jabranth y no demuestres miedo que la gente que esta aquí perdiendo su tiempo son como animales y atacan con instinto no razón, recuérdalo y esconde tus objetos valiosos antes de que te los roben…
Sonrisas macabras en una linda cara, parea tan solo comenzar a caminar, un tronar de un cuello y unos cuantos dedos, azote de una puerta para llamar tal vez la atención de los demás, un descontrolado observar de alrededor para fijar un punto a fondo izquierdo de tal mencionada taberna donde la sombras abundaban, dirigiéndose hacia tal aquel punto denigrante, se sienta esperando que Jabranth hiciera lo mismo:
-Dos malditos tarros de cerveza por favor
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Re: La Sobajera
Veia en modo de aceptacion como la señorita comenzaba a ir a la barra, y justo segundos despues traia unas botellas del vino que deberide tapar, mis ansias locas de beber, hoy queria perder la cordura, pero tener a esa damicela a mi lado, podria crear que perdiera el juicio tambien con ella, asi que tenia que controlarme, tener fuerza sobre mis propios actos, tenia planeado beber y lo haria.
Suavemente se me acerco, buscando la manera de que yo la llevase a mi mesa, momento adecuado para poder sentir un poco de su cintura, que lentamente fue invadido por mi mano derecha, hasta rodearla casi completamente, cuando lo hube logrado, ella parecia tomarlo con normalidad, levemente comenze a dar mi primer paso, y ella siguio mi ritmo, esquivando de poco en poco, sillas, mesas, meseros e incluso borrachos que se nos ponian enfrente, y siempre habia algun zopilote que viendo al cazador con la presa, queria aprovechar, pero siempre reposaba mi mano en mi espada, y con eso se quedaban calmados.
Malditas harpias, no pueden ver a un hombre con su compañera porque luego se la quieren bajar, malditos, como los repudio.
Caminamos un poco, ella con las botellas en mano, y yo con mi mano derecha en su cintura, mientras divisaba mi mesa, me adelante, para jalar la silla de su lugar, como acto de caballerismo y esperar que ella se sentase, despues acomode un poco, mientras ella ponia el vino en la mesa, y yo me dirigia a mi asiento.
Me he preguntado desde que te vi, que hace una mujer tan hermosa, en este lugar de barbajanes, creo que no deberias estar aqui, pero en estos momentos no puedo decir nada mas, puesto que tu eres la pequeña luz en todo este muguero, tu belleza te delata.
Me sente y comenze a tomar una de las copas que ella habia traido especialmente para esta ocacion, y la botella mas cercana la tome y destape, mientras deja caer el contenido a las copa, termine casi de llenarla y se lo ofreci a la dama, cuando hiba comenzando con el mio remarque una idea en mi mente.
Por cierto como se llama esta bella joven que hoy en esta noche me acompaña.
Suavemente se me acerco, buscando la manera de que yo la llevase a mi mesa, momento adecuado para poder sentir un poco de su cintura, que lentamente fue invadido por mi mano derecha, hasta rodearla casi completamente, cuando lo hube logrado, ella parecia tomarlo con normalidad, levemente comenze a dar mi primer paso, y ella siguio mi ritmo, esquivando de poco en poco, sillas, mesas, meseros e incluso borrachos que se nos ponian enfrente, y siempre habia algun zopilote que viendo al cazador con la presa, queria aprovechar, pero siempre reposaba mi mano en mi espada, y con eso se quedaban calmados.
Malditas harpias, no pueden ver a un hombre con su compañera porque luego se la quieren bajar, malditos, como los repudio.
Caminamos un poco, ella con las botellas en mano, y yo con mi mano derecha en su cintura, mientras divisaba mi mesa, me adelante, para jalar la silla de su lugar, como acto de caballerismo y esperar que ella se sentase, despues acomode un poco, mientras ella ponia el vino en la mesa, y yo me dirigia a mi asiento.
Me he preguntado desde que te vi, que hace una mujer tan hermosa, en este lugar de barbajanes, creo que no deberias estar aqui, pero en estos momentos no puedo decir nada mas, puesto que tu eres la pequeña luz en todo este muguero, tu belleza te delata.
Me sente y comenze a tomar una de las copas que ella habia traido especialmente para esta ocacion, y la botella mas cercana la tome y destape, mientras deja caer el contenido a las copa, termine casi de llenarla y se lo ofreci a la dama, cuando hiba comenzando con el mio remarque una idea en mi mente.
Por cierto como se llama esta bella joven que hoy en esta noche me acompaña.
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Re: La Sobajera
Caminabamos al compas casi, los alrededores del lugar estaba mezclado el placer, con el vino, borrachos tirados por doquier, con sus ropajes viejos, y sin nada mas que decir, mendigos cayendose casi, todo el dinero que recogian de sus andadas eran para el alcohol no habia nada mas que eso en sus pateticas vidas, mujeres que vendian su cuerpo al mejor postor, e incluso una se me acerco, desnudandose los senos, no habia alguna consideracion ahi, si te veian con buenas ropas aunque sean sencillas, se tiraban hacia ti como unas viles putas, pero no podia criticarlas, la vida les habia dejado solo esa opcion , no habia de mas, tenian que sobrevivir a toda costa.
Alessa se detuvo un momento en un pequeño local, donde provenia un musica agradable y gritos de placer por el vino, musica y mujeres al parecer, aquel lugar parecia ser el punto referente donde me habia comentado alessa, esta vez no podia creer lo que veia mis ojos, por dentro todo era distinto, y ahora estaba comenzando a abrirse las puertas del lugar, tan solo por las manos de mi hermana, que entro, con un portazo practicamente, no se si para llamar la atencion o por algun otro motivo, algo le estaba pasando, fuera lo que sucediera ese dia, yo estaria ahi para apoyarla, no dejaria que ningun bastardo la tocase, mas esos malditos alcoholicos.
Ya dentro pude observar la cantidad de gente que habia ahi, todos alrededor comenzaban a beber como locos sus espumeantes tarros de cerveza, botellas de vino, o lo que tuviesen en la mano, lindas edecanes servian bebidas, y algunas mas, se sentaban a lado de los hombres, en sus piernas, o se lo llevaban a algun cuarto dentro de las instalaciones.
Pidio dos tarros alessa, y rapidamente estaban ahi servidos, con suficiente espuma q se desbordaba por el tarro, ahora lo tome con rapidez, y comenze a vertir la bebida en mi garganta, rapidamente termine el primer tarro, ya habia sido mucho tiempo, y ahora, estaba aqui feliz...
Valla alessa, asi que este era el lugar que me comentaste no esta mal, pero dime, que tienes, te noto muy rara, acaso es algo grave...dimelo porfavor.
Alessa se detuvo un momento en un pequeño local, donde provenia un musica agradable y gritos de placer por el vino, musica y mujeres al parecer, aquel lugar parecia ser el punto referente donde me habia comentado alessa, esta vez no podia creer lo que veia mis ojos, por dentro todo era distinto, y ahora estaba comenzando a abrirse las puertas del lugar, tan solo por las manos de mi hermana, que entro, con un portazo practicamente, no se si para llamar la atencion o por algun otro motivo, algo le estaba pasando, fuera lo que sucediera ese dia, yo estaria ahi para apoyarla, no dejaria que ningun bastardo la tocase, mas esos malditos alcoholicos.
Ya dentro pude observar la cantidad de gente que habia ahi, todos alrededor comenzaban a beber como locos sus espumeantes tarros de cerveza, botellas de vino, o lo que tuviesen en la mano, lindas edecanes servian bebidas, y algunas mas, se sentaban a lado de los hombres, en sus piernas, o se lo llevaban a algun cuarto dentro de las instalaciones.
Pidio dos tarros alessa, y rapidamente estaban ahi servidos, con suficiente espuma q se desbordaba por el tarro, ahora lo tome con rapidez, y comenze a vertir la bebida en mi garganta, rapidamente termine el primer tarro, ya habia sido mucho tiempo, y ahora, estaba aqui feliz...
Valla alessa, asi que este era el lugar que me comentaste no esta mal, pero dime, que tienes, te noto muy rara, acaso es algo grave...dimelo porfavor.
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Re: La Sobajera
Me habia parado frente al supuesto Kardia para hablarle sobre su hermana perdida, pero antes de eso pude observar como la chica que estaba con el pasaba de tener una relacion extremadamente intima a romper la conversacion de manera rapida y fea, pero bueno asi solian terminar los hombres como el que solo iban a una cosa con las mujeres.
La mujer se iba enfadada incluso advirtiendome sobre el hombre, que no confiara en el, y yo creia a la mujer, no parecia una persona la cual inspirara confianza, pero fuera el o no la persona que buscaba, lo cierto es que habia nombrado uno de los nombres de los hermanos de Sabii
Tras irse la hermosa chica quede frente a el, y en pocos segundos me habia despachado, no queria saber nada de mi, y por supuesto no creia mis palabras. Me dejo alli y de nuevo se fue a buscar mas mujeres seguramente, sentandose algo mas alejado donde habia iluminacion. Yo dejaba mi mano alzada hacia el casi impotente de que se fuera, y viendo que no conseguia nada.. desperado.. movia mis cabellos con mis manos
Ahggg!!! Por que tenia que ser un tio asi!! Ademas frente a el tengo que tener mucho cuidado no parece buena gente, vaya hermanos que tienes Sabii..
Di unas cuantas patadas al suelo y suspire, sabia que tenia que volver a ir con aquel tipo, era la unica manera, era la unica pista que tenia de ellos, asi que tenia que seguirla. Me puse en camino hacia donde se habia sentado y espere que la mujer de cabellos plateados que estaba con el se fuera. En ese momento volvi a entrar en escena colocando mis manos en la mesa mirandolo
Oe.. no me importa si no eres ese que dices, pero al menos se que conoces a Kardia.. y quiero que me digas lo sepas de el y su hermano Manigoldo y donde estan, te repito su hermana Sabii, los esta buscando removiendo cielo y tierra.
Trague saliba, no sabia como podia reaccion un tipo asi que notaba que la paciencia no era su fuerte, y yo no dejaba de insistirle, pero para eso vine a Roma, buscando algo en mi vida, y si no me guiaba por mis instintos, no conseguiria llegar a nada
Su madre se desizo de ella cuando era pequeña, no podia cuidarla, y crecio alejada de su propa familia. Y.. cuando crecio, recibio una carta de su madre en la que a parte de heradar una tremenda fortuna, se le revelaba que tenia dos hermanos, Manigoldo y Kardia. Esta empleando esa fortuna para buscarles, comprendes?
La mujer se iba enfadada incluso advirtiendome sobre el hombre, que no confiara en el, y yo creia a la mujer, no parecia una persona la cual inspirara confianza, pero fuera el o no la persona que buscaba, lo cierto es que habia nombrado uno de los nombres de los hermanos de Sabii
Tras irse la hermosa chica quede frente a el, y en pocos segundos me habia despachado, no queria saber nada de mi, y por supuesto no creia mis palabras. Me dejo alli y de nuevo se fue a buscar mas mujeres seguramente, sentandose algo mas alejado donde habia iluminacion. Yo dejaba mi mano alzada hacia el casi impotente de que se fuera, y viendo que no conseguia nada.. desperado.. movia mis cabellos con mis manos
Ahggg!!! Por que tenia que ser un tio asi!! Ademas frente a el tengo que tener mucho cuidado no parece buena gente, vaya hermanos que tienes Sabii..
Di unas cuantas patadas al suelo y suspire, sabia que tenia que volver a ir con aquel tipo, era la unica manera, era la unica pista que tenia de ellos, asi que tenia que seguirla. Me puse en camino hacia donde se habia sentado y espere que la mujer de cabellos plateados que estaba con el se fuera. En ese momento volvi a entrar en escena colocando mis manos en la mesa mirandolo
Oe.. no me importa si no eres ese que dices, pero al menos se que conoces a Kardia.. y quiero que me digas lo sepas de el y su hermano Manigoldo y donde estan, te repito su hermana Sabii, los esta buscando removiendo cielo y tierra.
Trague saliba, no sabia como podia reaccion un tipo asi que notaba que la paciencia no era su fuerte, y yo no dejaba de insistirle, pero para eso vine a Roma, buscando algo en mi vida, y si no me guiaba por mis instintos, no conseguiria llegar a nada
Su madre se desizo de ella cuando era pequeña, no podia cuidarla, y crecio alejada de su propa familia. Y.. cuando crecio, recibio una carta de su madre en la que a parte de heradar una tremenda fortuna, se le revelaba que tenia dos hermanos, Manigoldo y Kardia. Esta empleando esa fortuna para buscarles, comprendes?
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Re: La Sobajera
Manigoldo se encontraba sentado, bastante indiferente con lo que sucedía a su alrededor mirando la copa de vino frente a él. El bullicio le daba igual en ese momento, lo único que deseaba era terminar de emborracharse e irse a la cama en algún momento con una de las jóvenes que estuviese desocupada… aunque dada la cantidad de personas que había en el local le parecía bastante poco probable a esa altura. Cuando de pronto, un sonido lo abstrajo de su indiferencia y vio que las manos del mismo mocoso que lo había molestado antes estaban puestas sobre la mesa.
Lo escuchó nuevamente, la misma historia de que Kardia y él tenían una hermana a lo cual sólo dejó salir un sonido de molestia, un quejido por la forma en que nadie parecía dejarlo en paz en ese lugar… acaba de llegar a Roma y todo el mundo parecía encontrar divertido irritarlo de alguna manera.
- Ya te lo dije una vez…y no suelo repetirme... yo no tengo ninguna hermana que se llame Sabii, mi única molestia en el trasero con la cual comparto sangre es Kardia y ese malparido anda desaparecido, no lo he visto desde que llegué a Roma, así que saca tus malditas manos de mi mesa o… - Se puso de pie y desenvainó su espada. Aun seguía siendo un legionario y sería bueno para un extranjero como ese mostrarle algo de respeto.
Pero el crío no se calló. De hecho, juntó el poco valor que seguramente tenía y lo confrontó con aun más información al respecto. Le contó la misma historia que ya conocía respecto a ellos… la forma en que se habían deshecho de Sabii mandandola a vivir lejos. Conocía la historia pues él y Kardia habían pasado por lo mismo, sólo que su destino fue el abandono… la completa desolación para dos niños que tuvieron que aprender a robar para vivir. Escuchó con atención la parte de la carta, bajando su espada… una carta en la cual le contaba la verdad sobre sus orígenes y la existencia de dos hermanos, él y Kardia... y lo más interesante de todo…
- ¿Fortuna? ¿Dijiste fortuna mocoso? – Preguntó sorprendido. - ¿Soy rico?
En ese preciso momento la puerta de la Sobajera se abrió con fuerza. Los mismos hombres que había expulsado por estar causando alboroto volvían acompañados de más matones para tomar venganza. Manigoldo se paró derecho, no se sorprendía para nada de aquello, puesto que estaban de vuelta en Roma y nadie en Roma dejaba que otro hombre lo dominara o se volvía una prostituta más para que el resto lo cogiera por el culo.
- ¿Se les perdió algo? Digo… aparte del sentido común. – Preguntó con una sonrisa mostrándoles que no les temía.
- ¡Ningún bastardo como tú nos va a venir a echar de nuestro propio territorio! – Respondió el líder mientras daba vuelta una de las mesas. – Estas mujerzuelas nos pertenecen así que largo o…
- ¿O qué? – Dio un paso adelante, dándole la espalda al mocoso con acento extraño. Las prostitutas se pararon rápidamente y se fueron a esconder detrás del antro mientras que algunas de las meseras se encaminaban rápidamente a intentar al menos impedir el combate. Pero era demasiado tarde, los orgullos de todos ellos ya estaban en juego. – ¿Me vas a decir que un intento de hombre como tú me va a intentar amedrentar?
- ¿Intentar? Ja… - Una sonora risa se hizo presente mientras la banda de matones entraba mostrando su superioridad numerica.
- Lleven sus peleas a otro lado… - Decía una de las meseras, la pequeña, la más jovencita que asustaba a Manigoldo mientras se interponía entre ambos bandos. La presencia de esa mocosa en el lugar le daba escalofríos.
Los hombres que estaban disfrutando en el local ya comenzaban a ponerse de pie, a nadie le gustaba que le vinieran a arruinar la fiesta menos en el día en que la mayoría de ellos volvía a Roma. Sin mencionar claro, que la mayoría de ellos eran veteranos de guerras, soldados, legionarios e incluso había presente un general. A ninguno de ellos les iba a faltar el respeto esos muertos de hambre.
- Creo que la única forma de solucionar esto es hablando menos y actuando más! Lleva tus quejas al hades pobre infeliz!! – Manigoldo con un movimiento rápido de su mano libre, tomó su daga y la lanzó justo en medio del pecho del líder de todos ellos y en ese momento, estalló la pelea entre los clientes de la Sobajera, y los matones que habían expulsado anteriormente.
De inmediato vio como uno de los hombres se acercaba a él con rapidez para asestarle un golpe, a lo cual Manigoldo vio que lo único que tenía cerca era la mocosa esa, la tomó del brazo con fuerza y la empujó en dirección a la espada del hombre. La espada entró limpiamente por su pecho, inmovilizandolo, impidiendo que pudiera usarla para lastimar a Manigoldo al menos unos segundos los cuales el legionario de la doceava aprovechó.
- DOCEAVA! - Gritó entre la confusión y griterío que se armaba. Copas cayendo, mesas siendo volteadas, gente que volaba de un lado a otro para caer sobre lo que hubiese en sus caminos.
Aprovechando la confusión Manigoldo sólo dejó mover su espada y le cortó la cabeza al hombre que había traspasado a la mocosa llamada Ameri. Nadie lo notó, pues su presencia le era indiferente a todos en ese lugar... era muy joven para cogerla y muy baja para servir con gracia. Su muerte pasó desapercibida, no tenía salvación. Yacía en el piso desangrándose y muerta… pero a nadie realmente pareció importarle la baja, todos seguían peleando por salvar su pellejo, incluso pisando el cadaver de la mocosa... una muerte bastante probable cuando a esa edad ya se comenzaba a frecuentar prostíbulos.
Lo escuchó nuevamente, la misma historia de que Kardia y él tenían una hermana a lo cual sólo dejó salir un sonido de molestia, un quejido por la forma en que nadie parecía dejarlo en paz en ese lugar… acaba de llegar a Roma y todo el mundo parecía encontrar divertido irritarlo de alguna manera.
- Ya te lo dije una vez…y no suelo repetirme... yo no tengo ninguna hermana que se llame Sabii, mi única molestia en el trasero con la cual comparto sangre es Kardia y ese malparido anda desaparecido, no lo he visto desde que llegué a Roma, así que saca tus malditas manos de mi mesa o… - Se puso de pie y desenvainó su espada. Aun seguía siendo un legionario y sería bueno para un extranjero como ese mostrarle algo de respeto.
Pero el crío no se calló. De hecho, juntó el poco valor que seguramente tenía y lo confrontó con aun más información al respecto. Le contó la misma historia que ya conocía respecto a ellos… la forma en que se habían deshecho de Sabii mandandola a vivir lejos. Conocía la historia pues él y Kardia habían pasado por lo mismo, sólo que su destino fue el abandono… la completa desolación para dos niños que tuvieron que aprender a robar para vivir. Escuchó con atención la parte de la carta, bajando su espada… una carta en la cual le contaba la verdad sobre sus orígenes y la existencia de dos hermanos, él y Kardia... y lo más interesante de todo…
- ¿Fortuna? ¿Dijiste fortuna mocoso? – Preguntó sorprendido. - ¿Soy rico?
En ese preciso momento la puerta de la Sobajera se abrió con fuerza. Los mismos hombres que había expulsado por estar causando alboroto volvían acompañados de más matones para tomar venganza. Manigoldo se paró derecho, no se sorprendía para nada de aquello, puesto que estaban de vuelta en Roma y nadie en Roma dejaba que otro hombre lo dominara o se volvía una prostituta más para que el resto lo cogiera por el culo.
- ¿Se les perdió algo? Digo… aparte del sentido común. – Preguntó con una sonrisa mostrándoles que no les temía.
- ¡Ningún bastardo como tú nos va a venir a echar de nuestro propio territorio! – Respondió el líder mientras daba vuelta una de las mesas. – Estas mujerzuelas nos pertenecen así que largo o…
- ¿O qué? – Dio un paso adelante, dándole la espalda al mocoso con acento extraño. Las prostitutas se pararon rápidamente y se fueron a esconder detrás del antro mientras que algunas de las meseras se encaminaban rápidamente a intentar al menos impedir el combate. Pero era demasiado tarde, los orgullos de todos ellos ya estaban en juego. – ¿Me vas a decir que un intento de hombre como tú me va a intentar amedrentar?
- ¿Intentar? Ja… - Una sonora risa se hizo presente mientras la banda de matones entraba mostrando su superioridad numerica.
- Lleven sus peleas a otro lado… - Decía una de las meseras, la pequeña, la más jovencita que asustaba a Manigoldo mientras se interponía entre ambos bandos. La presencia de esa mocosa en el lugar le daba escalofríos.
Los hombres que estaban disfrutando en el local ya comenzaban a ponerse de pie, a nadie le gustaba que le vinieran a arruinar la fiesta menos en el día en que la mayoría de ellos volvía a Roma. Sin mencionar claro, que la mayoría de ellos eran veteranos de guerras, soldados, legionarios e incluso había presente un general. A ninguno de ellos les iba a faltar el respeto esos muertos de hambre.
- Creo que la única forma de solucionar esto es hablando menos y actuando más! Lleva tus quejas al hades pobre infeliz!! – Manigoldo con un movimiento rápido de su mano libre, tomó su daga y la lanzó justo en medio del pecho del líder de todos ellos y en ese momento, estalló la pelea entre los clientes de la Sobajera, y los matones que habían expulsado anteriormente.
De inmediato vio como uno de los hombres se acercaba a él con rapidez para asestarle un golpe, a lo cual Manigoldo vio que lo único que tenía cerca era la mocosa esa, la tomó del brazo con fuerza y la empujó en dirección a la espada del hombre. La espada entró limpiamente por su pecho, inmovilizandolo, impidiendo que pudiera usarla para lastimar a Manigoldo al menos unos segundos los cuales el legionario de la doceava aprovechó.
- DOCEAVA! - Gritó entre la confusión y griterío que se armaba. Copas cayendo, mesas siendo volteadas, gente que volaba de un lado a otro para caer sobre lo que hubiese en sus caminos.
Aprovechando la confusión Manigoldo sólo dejó mover su espada y le cortó la cabeza al hombre que había traspasado a la mocosa llamada Ameri. Nadie lo notó, pues su presencia le era indiferente a todos en ese lugar... era muy joven para cogerla y muy baja para servir con gracia. Su muerte pasó desapercibida, no tenía salvación. Yacía en el piso desangrándose y muerta… pero a nadie realmente pareció importarle la baja, todos seguían peleando por salvar su pellejo, incluso pisando el cadaver de la mocosa... una muerte bastante probable cuando a esa edad ya se comenzaba a frecuentar prostíbulos.
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Re: La Sobajera
El joven apuesto que me acompañaba desde hace poco tiempo me guió hasta la mesa, aquella que estaba vasía, era en donde ibamos a sentarnos. Movio la silla hacia atras para que me siente y me dijo unas palabras que me gustaron, e incluso hicieron sonrojarme un poco. Mientras él servía su vino pensaba lo que contestarle a tan amable comentario del chico.
Que alagadoras tus palabras, joven. Y he de contestarlas con delicadeza... pues estoy aqui, en este lugar solo para beber y pasar un buen rato, solo para divertirme con gente buena, porque a pesar de que a este sitio asistan ingenuos y malas personas, se que tambien ha de haber buena gente... como tu por ejemplo. Me agrada tu persona... porque en realidad esta clase de tabernas, si asi puedo llamarla, no me agradan mucho...
Hice una pausa tomando aire, mientras él teminaba de volcar el vino en su plateada copa. Luego me ofresio un poco. A decir verdad ya habia tomado demasiado mientras estaba con el otro sujeto, dos copas para mi son mucho, si tomaba mas de eso, comenzaba ya a decir cosas extrañas y salirme de control, pero no quería despreciar al amable joven que me invitaba a servir un poco de aquella bebida. Asique la tome con mi mano derecha y comence a volcar un poco de vino en mi copa, casi hasta llenarla. Entonces apoyé el envase en la mesa y me dedique a responder su pregunta.
Mi nombre es Lady, es un placer conocerte...... Deje un espacio para que él pudiera decirme su nombre. Hablandole con un tono que le daba a entender que quería saber su nombre
Cuando iba a dirigirme la copa a la boca, vi entrar unos tipos bastante raros a aquel lugar, parecian pretender algo. Luego cruzaron algunas palabras con aquel tipo que habia estado conmigo antes y comenzo una batalla en la Sobajera. Todos se levantaban de sus asientos y se golpeaban entre ellos, tiraban mesas, se golpeaban con botellas, era una real guerra dentro del local, algo que no me agradó, entonces me levanté y me dirigí detrás del joven rubio que estaba conmigo. Y entre medio del griterío logre decirle unas palabras, mientras apoyaba mis manos en sus hombros con delicadeza.
Este lugar se ha convertido en una carnicería... si seguimos estando aqui nos pueden matar a ambos.... no me gustan estas situaciones... ¿te parece que vayamos a un lugar mas tranquilo a disfrutar de este exquisito vino y de este momento tan hermoso....? ¿o prefieres que nos quedemos aqui, y esperemos a lo que ocurra con estos mal nacidos? Te dejo que tu decidas, despues de todo, tu eres el caballero...
Me di la vuelta por al lado del chico y le guiñé un ojo y le hice una sonriza, demostrando cariñoy confianza. Y me quede alli parada esperaando una respuesta, esperaba que sea positiva, despues de todo, me agradaba mucho aquel joven y quería estar con él por lo menos un rato más, y temia que aquel alboroto que se habia armado en el locar vaya a molestarle, por eso es que le hice aquella propuesta.
Que alagadoras tus palabras, joven. Y he de contestarlas con delicadeza... pues estoy aqui, en este lugar solo para beber y pasar un buen rato, solo para divertirme con gente buena, porque a pesar de que a este sitio asistan ingenuos y malas personas, se que tambien ha de haber buena gente... como tu por ejemplo. Me agrada tu persona... porque en realidad esta clase de tabernas, si asi puedo llamarla, no me agradan mucho...
Hice una pausa tomando aire, mientras él teminaba de volcar el vino en su plateada copa. Luego me ofresio un poco. A decir verdad ya habia tomado demasiado mientras estaba con el otro sujeto, dos copas para mi son mucho, si tomaba mas de eso, comenzaba ya a decir cosas extrañas y salirme de control, pero no quería despreciar al amable joven que me invitaba a servir un poco de aquella bebida. Asique la tome con mi mano derecha y comence a volcar un poco de vino en mi copa, casi hasta llenarla. Entonces apoyé el envase en la mesa y me dedique a responder su pregunta.
Mi nombre es Lady, es un placer conocerte...... Deje un espacio para que él pudiera decirme su nombre. Hablandole con un tono que le daba a entender que quería saber su nombre
Cuando iba a dirigirme la copa a la boca, vi entrar unos tipos bastante raros a aquel lugar, parecian pretender algo. Luego cruzaron algunas palabras con aquel tipo que habia estado conmigo antes y comenzo una batalla en la Sobajera. Todos se levantaban de sus asientos y se golpeaban entre ellos, tiraban mesas, se golpeaban con botellas, era una real guerra dentro del local, algo que no me agradó, entonces me levanté y me dirigí detrás del joven rubio que estaba conmigo. Y entre medio del griterío logre decirle unas palabras, mientras apoyaba mis manos en sus hombros con delicadeza.
Este lugar se ha convertido en una carnicería... si seguimos estando aqui nos pueden matar a ambos.... no me gustan estas situaciones... ¿te parece que vayamos a un lugar mas tranquilo a disfrutar de este exquisito vino y de este momento tan hermoso....? ¿o prefieres que nos quedemos aqui, y esperemos a lo que ocurra con estos mal nacidos? Te dejo que tu decidas, despues de todo, tu eres el caballero...
Me di la vuelta por al lado del chico y le guiñé un ojo y le hice una sonriza, demostrando cariñoy confianza. Y me quede alli parada esperaando una respuesta, esperaba que sea positiva, despues de todo, me agradaba mucho aquel joven y quería estar con él por lo menos un rato más, y temia que aquel alboroto que se habia armado en el locar vaya a molestarle, por eso es que le hice aquella propuesta.
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Re: La Sobajera
De nuevo, negaba tener una hermana con el nombre de Sabii, el solo tenia un hermano y decia ser Kardia, por lo tanto el no era quien decia ser, mas bien estaba tomando el nombre de su hermano y el realmente era Manigoldo, con eso seguia notando que cada vez me gustaba menos este tipo... Era un interesado ya que en ningun momento acepto la existencia de una hermana, hasta que el oro y la fortuna se puso frente a sus ojos, en ese momento vi como su interes despertaba, todo un interesado...
Me crees? O acaso solo te interesa el oro.. Tu hermana esta muy preocupada por ti hombre!!
En ese momento las puertas del antro de abriron de golpe, impactando la puerta en la pared de la violencia con la que se abrio. Unos tipos con bastante mala pinta entraron al local y como objetivo tenian precisamente a Manigoldo, habia algun asunto pendiente entre ellos y ahora venian a cobrarse vengaza y el ambiente se empezaba a caldear, las mujeres intentaron apaciguarlos, pero no sirvio de nada, una de las dagas de Manigoldo atraveso el pecho del lider, una batalla entre clientes y matones se desato en el lugar..
Vaya donde me meti..!
Dije mientras esquivaba a la gente y saltaba hacia la barra del bar, resbalando sobre ella, tirando vasos y callendo al otro lado para cubrirme de posibles peleas, no habia alli nada que me interesara para pelearme, ademas hoy mismo habia tenido que pelearme por la calle y me habia llevado unos buenos golpes. Al hacerlo no pude ver como una niña moria en medio del combate, una niña que no debia estar en ese lugar de mala muerte. En donde me habia metido habia unas cuantas mujeres asustadas, que me miraron con mas miedo aun en los ojos...
No se preocupen.. seguro que pronto se cansan...
Dije con algo de broma en mis palabras, me levante a mirar como estaban las cosas arriba, todo era una caos, golpes, sangre, gritos.. Me fije en en donde se encontraba el hermano de Sabii, estaba alli entre la multitud y uno de los matones se acercaba por su espalda para asestarle con una navaja...
Joder.. mira que voy a tener que salvarle el culo
No me agradaba nada, pero era el hermano de Sabii , asi que me subir a la barra y salte con fuerza hacia donde estaba Manigoldo, interceptando al hombre que venia por dentras y tirandolo al suelo... El hombre sin navaja ya se levanto y yo lo hice al mismo tiempo, ahora su objetivo en la pelea era yo. Comenzo a lanzarme varios puñetazos que esquivaba como podia, y en uno de esos esquives lo tome por la cintura y con una fuerza que extrañamente salia de mi, lo levantaba y lo lanzaba hacia detras mia... dejandole una contusion en la cabeza
Uff...
Suspiraba mientras volvia a perder de vista a Manigodlo, intentaba ir mas bien agachado para no meterme en ninguna otra pelea mas.
Me crees? O acaso solo te interesa el oro.. Tu hermana esta muy preocupada por ti hombre!!
En ese momento las puertas del antro de abriron de golpe, impactando la puerta en la pared de la violencia con la que se abrio. Unos tipos con bastante mala pinta entraron al local y como objetivo tenian precisamente a Manigoldo, habia algun asunto pendiente entre ellos y ahora venian a cobrarse vengaza y el ambiente se empezaba a caldear, las mujeres intentaron apaciguarlos, pero no sirvio de nada, una de las dagas de Manigoldo atraveso el pecho del lider, una batalla entre clientes y matones se desato en el lugar..
Vaya donde me meti..!
Dije mientras esquivaba a la gente y saltaba hacia la barra del bar, resbalando sobre ella, tirando vasos y callendo al otro lado para cubrirme de posibles peleas, no habia alli nada que me interesara para pelearme, ademas hoy mismo habia tenido que pelearme por la calle y me habia llevado unos buenos golpes. Al hacerlo no pude ver como una niña moria en medio del combate, una niña que no debia estar en ese lugar de mala muerte. En donde me habia metido habia unas cuantas mujeres asustadas, que me miraron con mas miedo aun en los ojos...
No se preocupen.. seguro que pronto se cansan...
Dije con algo de broma en mis palabras, me levante a mirar como estaban las cosas arriba, todo era una caos, golpes, sangre, gritos.. Me fije en en donde se encontraba el hermano de Sabii, estaba alli entre la multitud y uno de los matones se acercaba por su espalda para asestarle con una navaja...
Joder.. mira que voy a tener que salvarle el culo
No me agradaba nada, pero era el hermano de Sabii , asi que me subir a la barra y salte con fuerza hacia donde estaba Manigoldo, interceptando al hombre que venia por dentras y tirandolo al suelo... El hombre sin navaja ya se levanto y yo lo hice al mismo tiempo, ahora su objetivo en la pelea era yo. Comenzo a lanzarme varios puñetazos que esquivaba como podia, y en uno de esos esquives lo tome por la cintura y con una fuerza que extrañamente salia de mi, lo levantaba y lo lanzaba hacia detras mia... dejandole una contusion en la cabeza
Uff...
Suspiraba mientras volvia a perder de vista a Manigodlo, intentaba ir mas bien agachado para no meterme en ninguna otra pelea mas.
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Re: La Sobajera
Y los tarros de cervezas rápidamente llegaban a la mesa, donde Jabran y Alessa yacían sentados con una avidez de beber exagerado en su ser, su hermano no tardaba en coger entre su manos tal elixir anaranjado, para tan solo beberlo con gran desesperación, ya iba en la tercera copa cuando Alessa tan solo una apenas había culminado, un asombre total que se reflejaba en su faz, pero igual sin ningún interés en especial, este hablaba y hablaba hasta por los codos, por lo que levemente aquella dama contestaba a la ligera, pues sus pensamientos estaba dirigidos al caballero que tenia en frente a una distancia de extremo ha extremo, era claro que lo reconocía a la perfección, un supuesto congresista con suerte, un amigo intimo de su hermana menor y aun mas extraño, un héroe repentino, pues no olvidaba el como según para su corto entendimiento de tan mencionado hombre, le había salvado de un asqueroso violador un anoche en aquel rio, aun así, Alessa lo repudiaba por completo, susurrando esta se daba ánimos a un pecado:
-Como deseo matar aquel asqueroso senador de mierda, tal es el frenesí en mi, que lo único que pasa por mi mente en este desquiciado instante: son imágenes del cómo le corto la yugular una y otra vez; pero tan solo es un sueño que me invade, un pecado nada mas, solo eso debo de pensar y no una maldita realidad…
Repasando su diestra entre sus largos cabellos, esta se empinaba la segunda cerveza para calmar tan bochornoso desdén que invadía su retorcida mente, mirando que su hermano el cual ya llevaba en su ser una cantidad de alcohol equivalente a diez tarros de cerveza, por lo que le sonríe y le dice con gran ironía de por medio:
-¿Aun estas en tu maldito sano juicio Jabranth? o ya de plano estas queriendo irte a violar el hoyo de aquella maldita pared (señalando a la izquierda)… jajajaja… dios no me extrañaría de tu parte…estúpido… ¡Otra maldita ronda en esta mesa…rápido! (grita sin escuchar el veredicto de aquel del frente)
Y las horas pasaban y en la jovenzuela mas ansias nacían por el descontrolado asesinato que recurría en mente, marcando un vergonzoso hecho: Alessa lentamente era envuelta en el efecto alcohólico de aquella descontrolada noche; sin tantos ademanes esta rompe un tarro de cerveza vacio, tomando así una astilla de vidrio… perfecta para lastimar desgraciadamente no para marta… escondiéndola en su ropaje, pues su daga no la ocuparía para desarrollar aquel pecado excitante, aun aquella hoja para el razonamiento de la desaventurada mujer debería de permanecer virgen y no ser bañada en inmunda sangre, tomando una sexta cerveza mira a Jabranth el cual perdido ya estaba, por lo que tan solo afirma lo ya notorio:
-¿Aun consiente?…
Guarda silencio a la merced de aquella respuesta clave, pues esperaba el rendir del organismo de su acompañante, para realizar tan fructuosa tarea de repentino porte y no ser detenida por una asquerosa moral de mierda, según ella.
Un leve vistazo al rededor, tal parece que todos peleaban y aquella estúpida ni se daba cuenta o tal vez si… pero no era de su interés, aquella tenía en mente varias cosas y el estar viendo a humanos peleando como bestia no estaba en su memorándum, aun así, se divertía viendo de reojo el cómo unos cuantos discutían, para así después notar el cómo sale un zapato roto, apestoso y lleno de mierda el cual caía a un lado de Jabranth… el cual parecía ya mas briago que los que estaban en derredor, no tardo mucho para que Alessa plasmara la mirada en aquel objeto persona de ridículo porte y se carcajeara de par en par, y aunque la Sobajera estaba hecho un desmadre esta seguía tomando tranquilamente, mientras aguardaba la respuesta de aquel estúpido…
-Como deseo matar aquel asqueroso senador de mierda, tal es el frenesí en mi, que lo único que pasa por mi mente en este desquiciado instante: son imágenes del cómo le corto la yugular una y otra vez; pero tan solo es un sueño que me invade, un pecado nada mas, solo eso debo de pensar y no una maldita realidad…
Repasando su diestra entre sus largos cabellos, esta se empinaba la segunda cerveza para calmar tan bochornoso desdén que invadía su retorcida mente, mirando que su hermano el cual ya llevaba en su ser una cantidad de alcohol equivalente a diez tarros de cerveza, por lo que le sonríe y le dice con gran ironía de por medio:
-¿Aun estas en tu maldito sano juicio Jabranth? o ya de plano estas queriendo irte a violar el hoyo de aquella maldita pared (señalando a la izquierda)… jajajaja… dios no me extrañaría de tu parte…estúpido… ¡Otra maldita ronda en esta mesa…rápido! (grita sin escuchar el veredicto de aquel del frente)
Y las horas pasaban y en la jovenzuela mas ansias nacían por el descontrolado asesinato que recurría en mente, marcando un vergonzoso hecho: Alessa lentamente era envuelta en el efecto alcohólico de aquella descontrolada noche; sin tantos ademanes esta rompe un tarro de cerveza vacio, tomando así una astilla de vidrio… perfecta para lastimar desgraciadamente no para marta… escondiéndola en su ropaje, pues su daga no la ocuparía para desarrollar aquel pecado excitante, aun aquella hoja para el razonamiento de la desaventurada mujer debería de permanecer virgen y no ser bañada en inmunda sangre, tomando una sexta cerveza mira a Jabranth el cual perdido ya estaba, por lo que tan solo afirma lo ya notorio:
-¿Aun consiente?…
Guarda silencio a la merced de aquella respuesta clave, pues esperaba el rendir del organismo de su acompañante, para realizar tan fructuosa tarea de repentino porte y no ser detenida por una asquerosa moral de mierda, según ella.
Un leve vistazo al rededor, tal parece que todos peleaban y aquella estúpida ni se daba cuenta o tal vez si… pero no era de su interés, aquella tenía en mente varias cosas y el estar viendo a humanos peleando como bestia no estaba en su memorándum, aun así, se divertía viendo de reojo el cómo unos cuantos discutían, para así después notar el cómo sale un zapato roto, apestoso y lleno de mierda el cual caía a un lado de Jabranth… el cual parecía ya mas briago que los que estaban en derredor, no tardo mucho para que Alessa plasmara la mirada en aquel objeto persona de ridículo porte y se carcajeara de par en par, y aunque la Sobajera estaba hecho un desmadre esta seguía tomando tranquilamente, mientras aguardaba la respuesta de aquel estúpido…
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