Habitacion de Nia

Despues de haberle dicho mi punto de vista al senador Solomon me fui de alli con total tranquilidad y con la dignidad en alto puesto que yo no le temia a un tipo como ese y jamas le llegaria a temer. Mientras me iba de ese sitio escuche todo lo que conversaban aun cuando me encontraba alejada, esto debido a que siempre tuve un muy buen oido escuchando los comentarios de la princesa Lin ante lo que yo habia dicho mas esta al parecer no se habia dado cuenta sino hasta ahora que uno de sus soldados habia sido enviado para protegerla lo cual era bastante obvio conociendo a los de nuestra nacionalidad, la princesa Lydia tambien agrego algo disculpandose por la osadia que habia tenido el senador Solomon al referirse de aquel modo contra uno de los acompañantes de la princesa Lin mas igualmente diciendome unas palabras a las que no preste mayor atencion debido a que ella intentaba darme una amenaza que podia usar facilmente en su contra si se me ocurria decirle a Diva acerca de lo que su linda hijastra me decia. Mas tarde vino la contestacion de Solomon quien tambien me daba una misma advertencia a la cual le hice el mismo caso que a la de Lydia, viendo un momento hacia atras fijandome como la estupida de mi melliza se alejaba un poco de las demas personas mas que nada porque ella no toleraba las discusiones, pobre inutil ella no seria buena gobernante ni senadora, mientras pensaba en esto me dirigi directo hacia mi habitacion la cual se encontraba cerca de la de Diva a la cual entre sin mas cerrando la puerta tras de mi cambiando mis ropas con total tranquilidad por las que eran de dormir y recostandome tranquilamente sobre la cama para posteriormente cubrirme con las mantas de fina seda.

- ''Este dia a sido aburrido en extremo...espero que pase algo interesante pronto de lo contrario tendre que hacer travesuras para evitar el aburrirme'' -piensa mientras veia tranquilamente el techo de la habitacion antes de cerrar sus ojos con tranquilidad y ponerse a dormir por un largo rato-

Despues de haber dormido por unas cuantas horas me desperte de manera extraña durante el dia viendo que en la puerta de la habitacion se encontraba uno de los esclavos que Diva y yo habiamos mandado a vigilar una de las villas de los senadores en este caso era el que vigilaba la villa del senador Solomon a lo cual solo alce una ceja antes de hacer que pasara a la habitacion dandole tambien una señal con la mano para que se sentara en una silla mientras yo me dirigia al baño de la habitacion en el cual me bañe rapidamente para asi poder el tener una buena conversacion acerca de su extraña aparicion en mi habitacion debido a que aunque Diva y yo habiamos enviado a los esclavos, los chismes debian ir directamente a Diva debido a que yo repudiaba a todos los esclavos no por nada se sabia que yo era experta en matar gente puesto que comence con simples esclavos y luego con otras personas para asi poder desquitarme. Al terminar de bañarme sali del enorme baño de marmol secando mi cuerpo y vistiendome con uno de tantos vestidos de realeza que poseia en mi habitacion antes de sentarme en una silla frente a frente con el esclavo preguntandole con la mirada a que se debia su repentina visita a lo cual este suspiro antes de responder.

- Mi señora Nia tal y como pidieron usted y la emperatriz vigile la casa del senador Solomon y hace poco me entere de un acontecimiento bastante aterrador -viendo que le daba pie para continuar- la hermana del senador Samantha sino estoy equivocado estaba teniendo sexo con el Senador Alucard en el balcon la villa -viendo que curvaba una enorme sonrisa macabra en su rostro-

- Perfecto le avisare a Diva acerca de esto sera tan divertido ver la expresion de Solomon por lo que le dire y mas porque su querida y puritana hermanita resulto ser una zorra cualquiera...si con esto me pago la ofensa de ese desgraciado en cuanto a ti seras recompensado por tus servicios -levantandose de la silla y comenzando a irse de la habitacion con direccion hacia el lugar en donde esta Diva-

Cuando le di la noticia a Diva me senti bastante bien es mas estaba tan feliz que por fin tenia el valor para hacer aquello que siempre desee hacer desde el dia en que mi padre murio: terminar con la vida de mi hermano. Era algo cruel lo sabia pero era algo que yo deseaba con toda mi alma ya que desde ese dia fue que me di cuenta del verdadero tipo de persona que el era y siempre seria, una persona sin escrupulos, egocentrica y fria que mostraria por fuera una apariencia impune ante lo que los demas le digan, una seriedad falsa que lo haria volverse el mas poderoso y un egocentrismo que atraeria la atencion de todo el mundo. Me dirigi a mi habitacion debido a que no deseaba el darle muerte en cualquier lugar, queria que fuera precisamente en mis aposentos donde el diera su ultimo respiro por lo cual mande a un esclavo a que lo llamara mientras yo sacaba de una hermosa caja cafe con adornos hechos en diamantes y amatistas a una gran espada la cual dejaba salir cierta aura maligna que nadie podia sentir, el ultimo legado que mi padre me dio antes de sucumbir, el ultimo recuerdo que tenia de el y lo ultimo que mi querido hermano veria en vida en aquellos instantes. Saque la espada de la caja la cual poseia una funda negra de cuero y la empuñadura era como la de un demonio cornudo cosa que me hacia sentir tranquila por alguna razon. En ese instante el esclavo llego anunciando a mi hermano quien llegaba con el mismo rostro de fastidio que siempre mostraba hacia mi melliza y hacia mi pero ya no mas, en ese instante le hice una seña al esclavo de que saliera mientras el idiota se acercaba hasta estar a unos pocos pasos de mi.

- Me entere de ciertas cosas que me tienen realmente feliz... -sacando la espada de su funda sin que su hermano la viera- la hermanita del senador resulto ser mas zorra que la emperatriz...la muerte de mucha gente en las tierras barbaras y la muerte de un esclavo a mis manos son cosas pequeñas pero muy satisfactorias para mi... -viendo la espada con una enorme sonrisa- mas aun queda algo mas antes de que mi felicidad sea plena...desde la muerte de nuestro padre ya no te reconozco ni a ti ni a la idiota esa que se hace llamar mi melliza ustedes empezaron a mostrar su verdadero yo cuando el murio asi que ahora yo sere quien te muestre mi verdadero yo -dandose la vuelta ante la expectante mirada de su hermano al cual atraviesa sin mas con la espada sorprendiendolo de sobremanera- la verdadera yo...es una mujer fria y sin sentimientos que siente placer con la muerte de todos aquellos que se atrevan a criticarla o a tratarla de loca solo por el hecho de ser como es... -sacando la espada del abdomen de su hermano y dandole una patada que lo hace caer al suelo cosa que aprovecha para atravesarlo en el pecho- la verdadera yo es la que se regocija con el dolor y sufrimiento ajeno...la verdadera yo es...la que te acaba de quitar la vida -dice antes de quitar la espada del pecho de su hermano maximo y comenzar a carcajearse como desquiciada al ver la cara de dolor que este tenia mientras un charco de sangre se formaba- adios Maximo sera un increible placer el decirle a nuestra querida melliza que tu acabas de morir...jajajajajajajajajajajaja!!! -aun riendo mientras se iba tranquilamente del lugar no sin antes haberse cambiado de ropa, limpiado su espada y llevarsela consigo por si las dudas-

Despues de haber tenido aquella conversacion con Diva acerca de lo que queria que hiciera solo sonrei haciendo una reverencia mientras me retiraba del sitio hacia mi propia habitacion. Mientras lo hacia iba pensando seriamente lo que me dijo mas me causaba cierta risa el que el senado la haya ridiculizado sabiendo que al hacerlo ella tomaria venganza y no precisamente una venganza cualquiera sino una muy violenta y sangrienta de ser muy necesario. Con estos pensamientos llegue a mi habitacion la cual al fin estaba limpia de toda la sangre que habia dejado mi hermano tras la muerte que le di con la espada de nuestro padre y vi que al menos habian cumplido al pie de la letra llevandose su cuerpo a que lo enterraran puesto que no tenia ganas de verlo en ningun instante no mas bien dicho nunca quizo verlo cerca de mi persona. Aun podia recordar la cara llena de dolor y sufrimiento de mi estupida melliza cuando le di la noticia aquella mascara de felicidad que siempre usaba frente a los demas se habia desmoronado dejando ver finalmente aquel sufrimiento que habia estado guardando desde hace tanto tiempo cosa que solo me hizo reir a carcajadas frente a ella quien no se creia que no estuviera sufriendo por la muerte de quien fue mi hermano mas la deje con la palabra en boca. Me sente en mi cama y mande llamar a uno de los esclavos.

- Quiero que busques a Artorius y le digas que la dama de compañia de Diva lo esta llamando para que se aparezca en su habitacion y que sino se presenta le hare sufrir las consecuencias en carne propia -viendo al esclavo asentir- muevete!! -viendo que salia corriendo para entregar el mensaje-

Estuve tranquilamente sentada en una silla frente al espejo que poseia en mi habitacion peinando mis cabellos los cuales se habian enredado un poco despues de que me bañara y vistiera con unas ropas mas acorde con lo que me sentia. Habia hecho todo lo que tenia que hacer antes de que llegara el chico, me bañe y vesti,arregle mis cosas puesto que apenas llegara tendria que darle las instrucciones de Diva y salir de alli puesto que ella habia dado la orden de no regresar hasta que no se cumpliera lo que pedia lo cual era el secuestro de una mujer cercana al senador Mauritius de la cual ya habia averiguado lo suficiente. En si seria divertido el hacerlo puesto que ultimamente no me sentia yo misma y el ver sufrimiento me estaba causando aun mas placer del normal tanto asi que ya no podia vivir sin ver algo como eso, el dolor plasmado en los rostro, el sufrimiento que sentian por cada cosa que se les hacia, aquella tristeza y pequeña esperanza que moria casi en un simple instante apenas ver que ya no podria seguir adelante pero porque su muerte es inminente. Esa y muchas otras cosas me hacian sentir llena, jamas algo tan tonto como el amor y compañerismo me haria sentir algo tan placentero como el sufrimiento ajeno. En ese instante escuche que tocaban la puerta presentandose asi el chico llamado Artorius frente a mi persona puesto que hice que los esclavos abrieran la puerta apenas toco.

- Señor Artorius si lo mando llamar es porque Diva le encomendo una mision que debe hacer junto con mi persona, necesito que secuestres a una mujer llamada Lady que a estado viviendo extrañamente como una de las concubinas del senador Mauritius esto lo debes hacer sin que el senador se de cuenta de su desaparicion por esa razon yo estare ayudandote en esto a quedado claro? -viendolo seriamente mientras le daba las instrucciones-

Al terminar de darle las ordenes que la misma Diva habia dado para que comenzaramos a hacerle la vida imposible a uno de los senadores me quede en silencio pensando unos minutos en lo si de verdad este tipo era o no de confianza debido a que se mostraba demasiado tranquilo, es mas no parecia del tipo que pudiera hacer ese tipo de trabajo por lo cual tenia serias dudas acerca de lo que el pudiera hacer. Era de complexion delgada pero fornido ademas se le veia que podia tener algo de seriedad si se lo proponia y creo que tenia algo de fuerza por lo cual esperaba que pudiera hacer bien lo que la misma Diva habia pedido aunque regresar a palacio no era algo que quisiera realmente, estar llena de lujos no era lo mio pero si no podia regresar alli tendria que regresar a la villa que ahora me pertenecia puesto que mi hermana melliza preferia estar en el palacio a estar alli por lo cual solo di un suspiro. En ese instante escuche a Artorius aceptando el trabajo que le fue dado por la emperatriz sonriendo complacido mientras pedia permiso para volver a su villa a por algunas cosas que necesitariamos para poder completar de manera exitosa el trabajo asi que dando un suspiro algo aburrida y tomandome el cabello en una sola cola de caballo decidi el contestar su peticion puesto que se le veia que estaba esperando aquello.

- de acuerdo puedes ir por tus cosas yo estare esperando por ti en la entrada de palacio para comenzar de una buena vez la mision dada por la emperatriz -dice tranquilamente mientras terminaba de preparar un pequeño equipaje-