[Casa cerca del río] - Hogar de Lady

por Lady Lun Ago 30, 2010 5:04 pm

En medio de aquellas calles siempre desiertas, en donde no habia muchos habitantes, estaba mi humilde hogar, un poco despues del rio. Aunque desde afuera parece pequeño, adentro es aun mas ampplio, pues tiene mas de cuatro habitaciones y un ambiente bastante grande. Allí no habia muchos habitantes, tampoco negocios descentes, pero me habia acostumbrado a vivir allí, y la verdad es que no me quejaba; mi familia no tenia suficiente dinero, pero para sobrevivir alcanzaba, asique yo vivia tranquila en aquel territorio. Saliendo cada mañana a trabajar al mercado, pues ya era una costumbre; el siempre ayudar a mi pobre padre.

Estaba en la entrada de mi casa, apoyada contra la pared mirando el cielo, pensando en aquellos sueños que siempre tenía, pensando en aquel tal Octavius, pensando como podria hacer para encontrarlo, en donde estaría, asi podía comunicarle aquello que me tenia tan inquieta, aquel sueño que para mi era una especie de pista, algo que me decia que mi destino estaba a su lado pero... ¿de que manera? ¿Como podia resolverlo? Tania que encontrar a aquel hombre y hablar con él, era todo lo que en ese momento estaba en mi mente. Minutos despues, cuando desperté de mis pensamientos me di cuenta que estaba cerca de anochecer, entonces decidi que debia ir a caminar un poco por las caller asi despejaba mi mente por unos momento. Abrí la puerta y me asomé.

-Padre ¡Enseguida regreso!-

Y salí a caminar por las caller a ver si encontraba algo que me distraiga un poco.

por Defteros Dom Oct 03, 2010 6:55 am

- Lo sentimos mucho señor, aquella descripción que usted ha mencionado no corresponde a alguna persona que se haya hospedado en este establecimiento.

Declaró aquel hombre luego de que Defteros hubiera indagado por la localización de Aspros. Desde la plaza se había dirigido al primer local para ver si tenía la suerte de dar con su hasta ahora desaparecido hermano. Había dado detalles y las indicaciones de una persona similar a él por si se había quedado a resguardo de las inclemencias de la noche fría que siempre caía sobre ese lugar apartado del orden.

- Comprendo. Pero si llegara a saber de él me gustaría que mandara a alguno de sus empleados a notificarlo a la villa de Cambre. Que pida entregar el mensaje a una persona de nombre Ambrosino.

Defteros respondió mientras sacaba dos denarios mismos que colocaba en el mostrador de aquel establecimiento. - Con esto puede solventar los gastos por esta petición que le he hecho.

Aquel sencillo hombre meneo la cabeza y con un tono de voz amigable rebatió. - No podría aceptarlo señor. Es posible que no tenga noticias de la persona que está buscando. Su dinero se perdería en todo caso si eso pasase.

El hermano de Aspros comprendió la honradez del dueño. En esa parte de la ciudad era casi imposible encontrar personas con esa gran integridad moral. Incluso entre los nobles esa cualidad parecía un extraño sentimiento o una simple ilusión trivial. - Bueno entonces si llegara a tener noticias de él podría acceder a mis deseos y una vez que haya tenido noticias de la persona a quien busco podría aceptar este dinero que le ofrezco por sus servicios.

Él asintió ante las palabras de Defteros. No había mucho por hacer ahora más que seguir en la búsqueda de su hermano. Camino a la salida para salir nuevamente a las calles en aquella empresa que ahora parecía casi imposible de realizar para esas alturas y horas del día que estaba por terminar.

por Lady Miér Nov 16, 2011 2:44 pm

Caminé durante un largo período de tiempo por la orilla del río en dirección a aquella parte, donde sabía que estaba mi casa, o al menos aquella en que vivía antes de convertirme en el Berseker Tafariel. Puesto que desde ese momento el Olimpo, el templo de la guerra, se había convertido en mi hogar. No prestaba atención a nada ni a nadie mientras que mis pasos, casi instintivamente, me llevaban hasta el otro extremo del río.

Fueron más de veinte minutos los que me mantuve en la misma dirección hasta que logré divisar aquella pequeña casucha que también recibía clientes que deseaban descansar allí, lo recordaba, el negocio de mi familia, el cual junto a mi padre mantenía. Durante mucho tiempo había dedicado mi vida a ello; era una mujer responsable y muy cuidadosa. Hasta esa noche que decidí salir a divertirme un rato, ir a una taberna y beber un poco, buscando algo de buena compañía. Desde ese momento, no volví más a mi casa… fue cuando mi parte de Berseker comenzó a dominar mi ser e hice cosas que nunca imaginé que podría llegar a hacer.

Cuando llegué, me detuve al frente de esa decadente construcción para observar hacia el interior. Vi a través de las ventanas y noté que las luces estaban apagadas. Quizás no había nadie, o simplemente estaban durmiendo. Ya de por sí no era una hora en que alguien decidiese quedarse despierto. La madrugada en ese sitio era ideal para que todos se encerrasen en sus hogares y durmieran un buen rato.

– Seguramente ha llegado hace un par de horas. Ya debe estar durmiendo. – hablaba de mi padre. Siempre terminaba de trabajar en la venta de vegetales en la noche y llegaba para descansar, y luego prepararse para el trabajo del otro día. Era un hombre que se preocupaba por su familia. Mientras que mi madre lo ayudaba en todo lo que podía.

(– “¿Qué habrán pensado de mí? Desaparecí de repente sin previo aviso… quizás pudieran creer cualquier cosa.” –)

Tenía esa pequeña duda en mi mente. Ellos me querían mucho, como si fuera su propia hija. Me daban todo lo que necesitaba y me ayudaban en todo lo que precisaba. Seguramente se habrían preocupado mucho en mi ausencia, aunque no sabía, pero sería muy bueno averiguarlo. Y quizás más luego, podría hacer algo malo… usar un poco de mi cosmos para acabar con todo ese lugar. Después de todo era un simple berseker, mi alma le pertenecía al señor de la guerra.

No lo dudé mucho y empujé con cuidado la puerta que estaba destrabada. Decidí adentrarme en el edificio sin mucho preámbulo e investigas los adentros de esa pequeña casa.

por Lady Lun Nov 21, 2011 9:59 am

El único ruido que se sintió fue el chirrido de la puerta vieja al abrirse. Por lo que parecía a simple vista, en el interior de la casa no había nadie. Eso sería extraño, ya que mi padre llegaba de trabajar siempre a esas horas para dormir una buena noche y alistarse para el trabajo del otro día. Además de que en ese lugar solían alojarse los viajeros que no conocían el lugar o la gente escasa de recursos económicos que prefería pagar sitios pequeños como lo era mi casa, para quedarse un tiempo y descansar. Por eso mismo me parecía extraño tanto silencio, pero de igual manera iba a investigar los adentros de es pequeño sitio.

Me adentré al salón principal, que muy grande no era, dejando la puerta entreabierta para que el viento pudiera circular por el interior. Mi elemento de maestría, el cual controlaba con facilidad, por si las dudas necesitara de él. Ni siquiera me digné a encender las luces. Estaba el salón principal, con algunos sillones y sofás de color negro, algo viejos, y una mesilla de madera gastada en medio, con algunos decorativos de metal. Les miré por un momento, sin prestarles mucha atención.

Seguida de esa sala había una donde se encontraban unos muebles viejos de madera y algunos alimentos allí. Pan, bebidas, algo de carne y bastantes verduras. El resto eran unos cajones cerrados sobre un viejo mueble que estaba en contra la pared. Miré eso por un momento, no me pareció extraño.

Recorrí las salas de la planta baja de la casa y no encontré señales de que hubiera alguien dentro.

– Es demasiado extraño. – me dije, mientras seguía caminando, investigando y viendo alrededor de la casa.

por Lady Sáb Nov 26, 2011 9:20 am

Paseé recorriendo toda la casa, de un lado al otro, de una planta a la otra; llegué al segundo piso, recorrí mi habitación y la de las huéspedes pero no encontré ni siquiera a mi padre que siempre en las noches dormía en la casa. Mi madre tampoco estaba, ella que generalmente solía despertarse en las mañanas temprando, antes que los rayos del sol tocaran la tierra para acomodar sus cosas y preparar el desayuno. No había nadie. Lo primero que se me ocurrió, no podía ser otra cosa...

(– “Habrán viajado otra vez” –)

Recordaba que solíamos salir de la ciudad, en busca de otros destinos para el comercio de nuestros bienes. En busca de nuevos clientes a los cuales vender nuestros productos y dejarlos satisfechos con los vegetales que con cuidado trabajábamos. No era mucho el tiempo que estaban afuera... en general sólo salían de la ciudad durante una semana como máximo de tiempo, nada más. Era por eso que en esta ocasión se me había ocurrido que no se encontraran por ese motivo. Aunque era exraño... mi madre solía permanecer para atender el negocio de la hostería.

– No hay nada interesante. Pensé que encontraría algo con lo que divertirme, pero no hay nadie en casa. –

Dicho aquello, a penas en un murmullo poco audible, caminé en dirección a la salida. Pensaba marcharme cuanto antes en busca de un sitio donde seguir con lo mío. Todo iba lento y quería aumentar mis poderes cuanto antes. Sentía deseos de patear algún que otro santo de Athena. Entonces con cuidado abrí la puerta de madera que dejó ver pronto el exterior para así encaminarme hacia la salida.

por **Dados** Sáb Nov 26, 2011 9:20 am

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