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[Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
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[Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Steven había caminado mucho por el bosque, la lluvia ya había cesado por fin. Camino mucho tiempo hasta que por fin pudo ver al gran Imperio Romano. Aquel imperio por el cual el guerrero había gastado tanto tiempo y había arriesgado su vida. Sin embargo, el recibimiento que la gente le dio no era el que se le suele brindar a un héroe o a un guerrero de su rango. Nadie lo conocía y además estaba todo mojado, lo cual atraía la vista de la gente la cual lo miraba curiosamente sin entender lo que le había pasado y alguna que otra risa se escuchaba. Mientras veía la villa en la que estaba pudo ver un vendedor que estaba ofreciendo ropa de muy buen gusto, por lo cual Steven uso algo del dinero que había traído y compro una gran cantidad de ropa, debido a que toda su ropa se quedo en su casa y se la olvido por la prisa de la respuesta que sus padres podrían brindarle a la idea de abandonar su casa. Una vez comprada la ropa, el vendedor le entrego una pequeña bolsa para transportarla sin que hiciera contacto con la ropa mojada del muchacho.
Ya tenia con que cambiarse, pero la pregunta clave era… ¿Dónde se cambiaria y donde dormiría? La noche ya estaba cayendo y con ella se venia un aire fresco que al tener la piel mojada hacia que Steven tiritara de frío. Camino mucho tiempo buscando algún lugar donde ofrecieran hospedaje, pero no veía nada. Luego de dar un montón de vueltas en círculos escucho una voz detrás de él que lo hizo voltear rápidamente.
-Parece ser que estas buscando algo joven, quizás yo pueda ayudarte.
Al voltear Steven vio a un hombre anciano que lo miraba atentamente con unos ojos chiquititos, el guerrero lo saludo respetuosamente y contesto a las palabras que había pronunciado anteriormente.
-Buenas tardes…Si, estoy buscando un lugar donde hospedarme, una habitación o algo…Es que vivía en las afueras pero ahora me mude aquí y no se donde quedarme. –El anciano sonrío, como si hubiera estado esperando que Steven digiera eso todo el día, el hombre señalo hacia al frente de donde se encontraban, Steven miro y vio una casa hermosa de dos pisos y muy bien cuidada, sin embargo en la puerta había un cartel que decía “SE VENDE” –Es hermosa…
El anciano se puso feliz ante la admiración de Steven, sabia que le interesaba. Steven comprendió las intenciones del hombre y se dio cuenta que podía ir mas allá de alquilar una habitación…Con el oro que había traído podía aspirar tal vez a comprar un hogar y quizás ese fuera el indicado.
-No solo es hermosa, es magnifica. Pero lamentablemente debo de viajar por problemas familiares hacia las afueras y no regresar. Seria una pena que esta casa quedara vacía o en manos de algún usurpador…Así que…Dame veinte mil de oro y es tuya muchacho, tengo aquí los papeles y todo.
Steven recordó cuanto oro tenia, contó mas o menos lo que gasto en ropa y se dio cuenta que le alcanzaba para comprar esta casa pero que se quedaría con muy poco. Sin embargo, esta casa era la que el muchacho siempre soñó. Con una acción rápida y brusca arrojo una bolsa de oro que contenía los veinte mil que el anciano pedía, el anciano agarro esta bolsa y entrego las llaves junto con los papeles. Steven se fijo que estuviera todo en orden al mismo tiempo que el anciano contaba el dinero para asegurarse que era lo pactado y una vez que todo estuvo acordado se saludaron y el anciano arranco su camino hacia las afueras.
Steven ingreso en la casa para inspeccionarla por dentro y luego de darle un par de vueltas pudo confirmar como era. En el piso inferior había una pequeña habitación donde se cocinaba y una sala de estar muy bien equipada ya que el anciano se la había entregado con muebles y todo. En la esquina de la sala de estar estaba la escalera que llevaba al piso superior, donde había dos habitaciones y un pequeño balcón con macetas y flores. Steven cerró la puerta con llave y prosiguió a cambiarse la ropa. En el balcón había un pequeño cordón colgado entre los muros donde el muchacho coloco la ropa para que se secara, pero al ser de noche, no ocurriría. Por lo que tendría que esperar hasta el otro día. Steven se recostó en la cama con su nueva ropa y comenzó a pensar en que ahora tendría que trabajar para ganar dinero, ya que se había quedado con muy poco oro…Pensó y pensó, hasta que sin darse cuenta y producto del mismo cansancio…se quedo dormido.
Ya tenia con que cambiarse, pero la pregunta clave era… ¿Dónde se cambiaria y donde dormiría? La noche ya estaba cayendo y con ella se venia un aire fresco que al tener la piel mojada hacia que Steven tiritara de frío. Camino mucho tiempo buscando algún lugar donde ofrecieran hospedaje, pero no veía nada. Luego de dar un montón de vueltas en círculos escucho una voz detrás de él que lo hizo voltear rápidamente.
-Parece ser que estas buscando algo joven, quizás yo pueda ayudarte.
Al voltear Steven vio a un hombre anciano que lo miraba atentamente con unos ojos chiquititos, el guerrero lo saludo respetuosamente y contesto a las palabras que había pronunciado anteriormente.
-Buenas tardes…Si, estoy buscando un lugar donde hospedarme, una habitación o algo…Es que vivía en las afueras pero ahora me mude aquí y no se donde quedarme. –El anciano sonrío, como si hubiera estado esperando que Steven digiera eso todo el día, el hombre señalo hacia al frente de donde se encontraban, Steven miro y vio una casa hermosa de dos pisos y muy bien cuidada, sin embargo en la puerta había un cartel que decía “SE VENDE” –Es hermosa…
El anciano se puso feliz ante la admiración de Steven, sabia que le interesaba. Steven comprendió las intenciones del hombre y se dio cuenta que podía ir mas allá de alquilar una habitación…Con el oro que había traído podía aspirar tal vez a comprar un hogar y quizás ese fuera el indicado.
-No solo es hermosa, es magnifica. Pero lamentablemente debo de viajar por problemas familiares hacia las afueras y no regresar. Seria una pena que esta casa quedara vacía o en manos de algún usurpador…Así que…Dame veinte mil de oro y es tuya muchacho, tengo aquí los papeles y todo.
Steven recordó cuanto oro tenia, contó mas o menos lo que gasto en ropa y se dio cuenta que le alcanzaba para comprar esta casa pero que se quedaría con muy poco. Sin embargo, esta casa era la que el muchacho siempre soñó. Con una acción rápida y brusca arrojo una bolsa de oro que contenía los veinte mil que el anciano pedía, el anciano agarro esta bolsa y entrego las llaves junto con los papeles. Steven se fijo que estuviera todo en orden al mismo tiempo que el anciano contaba el dinero para asegurarse que era lo pactado y una vez que todo estuvo acordado se saludaron y el anciano arranco su camino hacia las afueras.
Steven ingreso en la casa para inspeccionarla por dentro y luego de darle un par de vueltas pudo confirmar como era. En el piso inferior había una pequeña habitación donde se cocinaba y una sala de estar muy bien equipada ya que el anciano se la había entregado con muebles y todo. En la esquina de la sala de estar estaba la escalera que llevaba al piso superior, donde había dos habitaciones y un pequeño balcón con macetas y flores. Steven cerró la puerta con llave y prosiguió a cambiarse la ropa. En el balcón había un pequeño cordón colgado entre los muros donde el muchacho coloco la ropa para que se secara, pero al ser de noche, no ocurriría. Por lo que tendría que esperar hasta el otro día. Steven se recostó en la cama con su nueva ropa y comenzó a pensar en que ahora tendría que trabajar para ganar dinero, ya que se había quedado con muy poco oro…Pensó y pensó, hasta que sin darse cuenta y producto del mismo cansancio…se quedo dormido.
Steven- Berseker de Ares
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Habia sido una noche tranquila, hacia mucho que el joven no dormia tan tranquilamente después de años de guerra, pero sin embargo seguia siendo torturado por su subconsciente ya que soñaba con guerra y matanza cada vez que dormia. Se desperto agitado y golpeo al aire como si estuviera alejando a alguien que lo estaba atacando. Respiro profundamente y se paso la mano por su rostro mientras que se calmaba…Solo habia sido un sueño. Miro hacia el balcon y pudo ver como el sol estaba asomando su figura por el horizonte. Se levanto lentamente de la cama y controlo que su ropa estuviera seca. Desgraciadamente, no lo estaba, por lo que siguió con la misma ropa que tenia puesta y bajo hacia el piso inferior donde tomo su espada y partio hacia fuera de la casa llevando la llave consigo. Era hora de comenzar a recorrer el pueblo romano y averiguar si habia algun conocido de guerra por alli. Abandono su hogar y se dirigio hacia el pueblo romano sin rumbo seguro, tratando de estirar las piernas y ver si podia encontrar algo que le llamara mas la atención que lo que las cuatro paredes de su habitación podian mostrar. Se alejo tarareando una cancion, como era de costumbre.
Steven- Berseker de Ares
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
De acuerdo a los principios de Steven, aquellos que tenían como base la enseñanza de sus padres y que había desarrollado en tantos años de batalla, tener una mujer de esclava no era algo que le agradara. Pero, era una difícil elección o sacrificio que debía hacer para evitar que aquella hermosa muchacha tuviera un destino mucho, pero mucho más cruel que el que tenía pensado darle el guerrero de Roma. Un destino que quizás comprometiera el estado físico o mental de la chica, a causa de abusos de diferentes tipos, incluido el sexual. Porque cuando alguien compra una esclava eso viene incluido en sus pensamientos, no solo la quieren para limpiar o barrer. Sin embargo, Steven no era como todos estos pervertidos que piensan en sus necesidades sin tener en cuenta el daño que pueden ocasionar en los demás, él era bueno, al igual que sus intenciones con Sarahissa. Steven solo pensaba en cuidar de la chica, obviamente que también la usaría para que ordenara y cuidara sus cosas, debido a que su casa hasta ese entonces…era un desastre.
Caminaron mucho tiempo, la distancia entre el mercado y la Villa Adriana era mucha, por lo que Steven aprovecho para tratar de conocer mas a su esclava, pero la muchacha solo trataba de no contestarle y mantenerse en secreto. Pero Steven no se daba por vencido tan fácilmente. Decidió que seria mejor conocer a esta chica que habitaría su casa, para saber como tratarla y si había algunos temas prohibidos que la hicieran ponerse mal.
-Dime… ¿Cómo terminaste en ese mercado de mala muerte? ¿Cómo es que una mujer tan bella y joven como tu se ve reducida a la simple miseria de ser marcada por un romano?
Steven esperaba la respuesta de la esclava, pero antes de que esta contestara llegaron a su casa, la humilde casa que había comprado Steven con el oro que había guardado de las batallas con su grupo de combate. La casa era una casa en muy buenas condiciones y no era una casa pobre, pero tampoco se iba en lujos. Tenía exactamente lo necesario para que Steven se diera el gusto de vivir allí y dejar que otra persona se hospedara, en este caso, su esclava.
Avanzo por las escaleras que llevaban al segundo piso y entro en su habitación, busco en un cajón de un mueble que había allí y saco unas llaves, la probo en la habitación que estaba en frente de la de él y la puerta abrió, Steven sonrío. Luego bajo nuevamente y fue hasta donde estaba la muchacha, entregando en su mano las llaves mientras sonreía.
-No soy la clase de hombre que suele comprar esclavas como tu. Por lo que te daré la privacidad y te tratare como una inquilina mas…aunque es obvio que deberás limpiar y toda esas cosas que yo no tengo idea de cómo se hacen. Tampoco te tendré encadenada, por lo que la salida estará siempre abierta para que compres lo necesario para cocinar o alguna otra cosa que debas hacer. Espero que sepas recompensar mi confianza y no escapes…Porque te terminare encontrando y para ese entonces, no será lo mismo que ahora.
Termino de soltar las llaves que eran las de la habitación que ahora pertenecía a la muchacha y luego cerro la puerta principal, ya estaba anocheciendo y quería descansar un poco. Aunque hacia tiempo que Steven no dormía bien, por lo menos quería arrojarse en su cama y relajarse…Steven bromeo antes de cerrar su puerta con llave.
-Descuida, No tengo duplicado de esas llaves jaja…
Caminaron mucho tiempo, la distancia entre el mercado y la Villa Adriana era mucha, por lo que Steven aprovecho para tratar de conocer mas a su esclava, pero la muchacha solo trataba de no contestarle y mantenerse en secreto. Pero Steven no se daba por vencido tan fácilmente. Decidió que seria mejor conocer a esta chica que habitaría su casa, para saber como tratarla y si había algunos temas prohibidos que la hicieran ponerse mal.
-Dime… ¿Cómo terminaste en ese mercado de mala muerte? ¿Cómo es que una mujer tan bella y joven como tu se ve reducida a la simple miseria de ser marcada por un romano?
Steven esperaba la respuesta de la esclava, pero antes de que esta contestara llegaron a su casa, la humilde casa que había comprado Steven con el oro que había guardado de las batallas con su grupo de combate. La casa era una casa en muy buenas condiciones y no era una casa pobre, pero tampoco se iba en lujos. Tenía exactamente lo necesario para que Steven se diera el gusto de vivir allí y dejar que otra persona se hospedara, en este caso, su esclava.
Avanzo por las escaleras que llevaban al segundo piso y entro en su habitación, busco en un cajón de un mueble que había allí y saco unas llaves, la probo en la habitación que estaba en frente de la de él y la puerta abrió, Steven sonrío. Luego bajo nuevamente y fue hasta donde estaba la muchacha, entregando en su mano las llaves mientras sonreía.
-No soy la clase de hombre que suele comprar esclavas como tu. Por lo que te daré la privacidad y te tratare como una inquilina mas…aunque es obvio que deberás limpiar y toda esas cosas que yo no tengo idea de cómo se hacen. Tampoco te tendré encadenada, por lo que la salida estará siempre abierta para que compres lo necesario para cocinar o alguna otra cosa que debas hacer. Espero que sepas recompensar mi confianza y no escapes…Porque te terminare encontrando y para ese entonces, no será lo mismo que ahora.
Termino de soltar las llaves que eran las de la habitación que ahora pertenecía a la muchacha y luego cerro la puerta principal, ya estaba anocheciendo y quería descansar un poco. Aunque hacia tiempo que Steven no dormía bien, por lo menos quería arrojarse en su cama y relajarse…Steven bromeo antes de cerrar su puerta con llave.
-Descuida, No tengo duplicado de esas llaves jaja…
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Sarahissa caminaba atrás de Steven mirando el paisaje abstraída en él. Las nubes en el cielo parecían algodón suave que flotaba y se movía para pintar de blanco el azul. Las afueras de Roma le recordaba a su propia patria en pleno verano… agradable, cálido, fragante a hierbas. Se veía alrededor del camino a los campesinos cultivando las tierras, moviendo las vacas y ovejas y uno que otro carro que pasaba con prisa.
Esta es Roma…
Miraba a Steven de vez en cuando, a pesar de que el energético chico caminaba mucho mas rápido que ella… o a lo mejor ella estaba caminando mucho más lento porque no había comido nada en días… ¿Quién sabe? El olor a poleo y menta le llegaba como un recuerdo, haciéndola volver a vivir en su mente las noches en que pasaba frente al fuego junto con Kainan y Octavius durante el invierno, bebiendo líquidos calientes saborizados con hierbas.
Pero Steven rompió aquel silencio preguntándole como había llegado a ser esclava.
- Usted debería saber eso mejor que yo. Fueron las legiones a las que pertenece las que esclavizaron y derrotaron a mi pueblo. – Respondió con frialdad y sin emoción alguna.
No había resentimiento en ella, parecía que no se podía predecir que era lo que pensaba ni si lo ocurrido lo guardaba con rencor. Una persona normal odiaría a los romanos, pero esa mujer… parecía ni si quiera estar presente en ese lugar con la mirada ida. Y así mientras hablaba se detuvieron en una casa que parecía bastante grande para una sola persona, sobre todo considerando que el dueño era un legionario (recordaba que los legionarios eran lacras, hombres de cualquier calaña pobre que se unían al ejercito por miserias, hacían sus fortunas básicamente con los saqueos.)
Steven desapareció y Sarahissa se quedo en medio de aquel lugar. Era una pocilga por dentro, completamente desordenado y lleno de mugre y polvo por todos lados. La joven suspiró y permaneció parada en el mismo lugar, esperando que Steven le pusiera cadenas o algo por el estilo para que no escapara. Pasó uno de sus dedos sobre el mármol de la chimenea, dejando una huella limpia entre el polvo.
De pronto sintió que le ponían algo en la mano y cuando abrió su puño, vio una llave. Subió su mirada para ver a Steven y entender que significaba eso.
- ¿Y que se supone que hago con esto? – Preguntó mientras la miraba aun.
Escuchó las palabras del hombre que le prometían libertad de ahí en adelante, una vida justa si es que trabajaba para ello. Sarahissa no mostró expresión… sólo lo miraba fijamente. Era una oferta más que justa… ella limpiaba, el le daba un techo y
- ¿Qué le hace pensar que yo se limpiar o cocina, Domino? – Preguntó con sinceridad. – No asuma cosas de forma tan precipitada. – Y viendo la llave la dejó en el mismo lugar de su mano sin moverse. El joven se movió rápidamente mientras cerraba las puertas y se dirigía a su cuarto.
Sarahissa suspiró pensando que si no sabía cocinar, ni limpiar y el era un joven que vivía solo y había comprado una esclava… era obvio lo que se venía.
Suspiró aliviada cuando el hombre entró a su cuarto. Más Sarahissa no se movió del lugar en donde la había dejado. No iba a moverse de ahí… pues no era su hogar, no era un lugar donde quería estar. Se quedó ahí para que apenas el joven despertara viera la determinación que tenía en saber que era lo que hacía ahí.
Esta es Roma…
Miraba a Steven de vez en cuando, a pesar de que el energético chico caminaba mucho mas rápido que ella… o a lo mejor ella estaba caminando mucho más lento porque no había comido nada en días… ¿Quién sabe? El olor a poleo y menta le llegaba como un recuerdo, haciéndola volver a vivir en su mente las noches en que pasaba frente al fuego junto con Kainan y Octavius durante el invierno, bebiendo líquidos calientes saborizados con hierbas.
Pero Steven rompió aquel silencio preguntándole como había llegado a ser esclava.
- Usted debería saber eso mejor que yo. Fueron las legiones a las que pertenece las que esclavizaron y derrotaron a mi pueblo. – Respondió con frialdad y sin emoción alguna.
No había resentimiento en ella, parecía que no se podía predecir que era lo que pensaba ni si lo ocurrido lo guardaba con rencor. Una persona normal odiaría a los romanos, pero esa mujer… parecía ni si quiera estar presente en ese lugar con la mirada ida. Y así mientras hablaba se detuvieron en una casa que parecía bastante grande para una sola persona, sobre todo considerando que el dueño era un legionario (recordaba que los legionarios eran lacras, hombres de cualquier calaña pobre que se unían al ejercito por miserias, hacían sus fortunas básicamente con los saqueos.)
Steven desapareció y Sarahissa se quedo en medio de aquel lugar. Era una pocilga por dentro, completamente desordenado y lleno de mugre y polvo por todos lados. La joven suspiró y permaneció parada en el mismo lugar, esperando que Steven le pusiera cadenas o algo por el estilo para que no escapara. Pasó uno de sus dedos sobre el mármol de la chimenea, dejando una huella limpia entre el polvo.
De pronto sintió que le ponían algo en la mano y cuando abrió su puño, vio una llave. Subió su mirada para ver a Steven y entender que significaba eso.
- ¿Y que se supone que hago con esto? – Preguntó mientras la miraba aun.
Escuchó las palabras del hombre que le prometían libertad de ahí en adelante, una vida justa si es que trabajaba para ello. Sarahissa no mostró expresión… sólo lo miraba fijamente. Era una oferta más que justa… ella limpiaba, el le daba un techo y
- ¿Qué le hace pensar que yo se limpiar o cocina, Domino? – Preguntó con sinceridad. – No asuma cosas de forma tan precipitada. – Y viendo la llave la dejó en el mismo lugar de su mano sin moverse. El joven se movió rápidamente mientras cerraba las puertas y se dirigía a su cuarto.
Sarahissa suspiró pensando que si no sabía cocinar, ni limpiar y el era un joven que vivía solo y había comprado una esclava… era obvio lo que se venía.
Suspiró aliviada cuando el hombre entró a su cuarto. Más Sarahissa no se movió del lugar en donde la había dejado. No iba a moverse de ahí… pues no era su hogar, no era un lugar donde quería estar. Se quedó ahí para que apenas el joven despertara viera la determinación que tenía en saber que era lo que hacía ahí.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Steven se quedo en shock con las ultimas palabras…Esta vez se había pasado de generoso, tenia una esclava que no sabia limpiar, ni cocinar y que como el tampoco sabia nada de esto, la casa ahora tenia dos bocas que alimentar y nada para hacerlo… Steven debería de dejarse de lujos como comida bien elaborada para volver a la vieja comida de batalla, como la carne animal cocinada al calor del fuego. Increíblemente después de tanto tiempo, Steven comenzaba a sentir la falta de su madre en la casa… o en su vida.
Se recostó, pero no pudo dormir. Algo en su cabeza lo mantenía muy fuera de si y le hacia perder el sueño. Las palabras que la joven dijo cuando venían hacia la casa fueron las que mas golpearon a Steven. Según ella las legiones habían sido las que esclavizaron la gente inocente y la tenían como esclava. Al no saber cocinar ni limpiar, Steven se hizo una idea de para que es lo que querían los romanos estas esclavas y se enfureció mucho. Su ira con la legión Romana se agrandaba cada día que descubría que había malgastado su vida arriesgándola por algo que no valía la pena, por un lugar marchito que trataba a mujeres y niños como si estos fueran simples bolsas de dinero o un objeto cualquiera. Al ver la expresión en el rostro de la chica cuando le dijo que no sabia limpiar ni cocinar, el guerrero vio un miedo que no comprendió en su momento, pero tras reflexionar esas cosas se dio cuenta que quizás la esclava pensaba que él haría lo mismo.
Estos pensamientos no dejaron dormir a Steven quien a plena noche se levanto de su cama y fue hacia la habitación de la muchacha, golpeo y la puerta llamándola, pero nadie respondía. Pensó en entrar ya que se podía haber hecho daño, pero quizás estaba durmiendo y al entrar por la fuerza ella se asustaría más y pensaría que Steven quería intentar alguna cosa de las que el guerrero había pensado. Se calmo y siguió insistiendo, hasta que escucho un ruido debajo de las escaleras. Bajo y comprobó que la muchacha que estaba aun allí abajo, tal y como estaba cuando Steven se marcho. Inmóvil.
-“¿PERO QUE DEMONIOS HACE ALLI?”
Steven bajo lentamente mientras que veía que en su mano tenia la llave. Su mirada siempre fría le causaba algo de nostalgia al pobre Steven quien tomo la llave y agarro la mano de Sarahissa para ayudarla a subir las escaleras. Al llegar frente a la puerta de la habitación, el guerrero le explico las cosas, ya que recordaba que la chica le pregunto que hacia allí y él no contesto.
-Mira, con esta llave abres y cierras esta puerta. La puerta de esta habitación solo tiene una llave, la cual te pertenece. Por lo que mientras estés en este lugar y con la llave en tu posición…Y te hayas asegurado de cerrar la puerta, nadie podrá entrar en ella y tendrás la privacidad que una mujer como tu necesita… ¿Hasta aquí me sigues?
Musito Steven sonriendo. Le volvió a entregar la llave y le mostró que si cerraba la puerta por dentro, no se podría abrir hasta que le sacara el cerrojo de la llave. Le enseño muchas veces como funcionaba el mecanismo para que la chica estuviera cien por ciento segura de que no habría problemas con esto y que pudiera sentirse bien en su propia habitación, la que Steven le había dado como hogar.
-Espero que te sientas cómoda y estuve pensando eso que no sabes cocinar ni limpiar y pues…Supongo que con un poco de esfuerzo algo podremos hacer… ¿No?
Dijo mientras se retiraba, dándole la llave una vez mas y cerrando la puerta, pero antes de que ella fuera a poner llave Steven abrió una vez mas y dijo con un tono amable y un tanto de pena.
-Lamento lo que las legiones romanas hicieron a tu gente y a ti…De enserio, no sabes cuanto lo lamento…
Esas fueron las palabras finales del guerrero mientras que cerró la puerta definitivamente y se alejo de ella, antes de entrar a su habitación golpeo fuertemente la pared de furia y siguió caminando hasta su cama, donde se acostó.
Se recostó, pero no pudo dormir. Algo en su cabeza lo mantenía muy fuera de si y le hacia perder el sueño. Las palabras que la joven dijo cuando venían hacia la casa fueron las que mas golpearon a Steven. Según ella las legiones habían sido las que esclavizaron la gente inocente y la tenían como esclava. Al no saber cocinar ni limpiar, Steven se hizo una idea de para que es lo que querían los romanos estas esclavas y se enfureció mucho. Su ira con la legión Romana se agrandaba cada día que descubría que había malgastado su vida arriesgándola por algo que no valía la pena, por un lugar marchito que trataba a mujeres y niños como si estos fueran simples bolsas de dinero o un objeto cualquiera. Al ver la expresión en el rostro de la chica cuando le dijo que no sabia limpiar ni cocinar, el guerrero vio un miedo que no comprendió en su momento, pero tras reflexionar esas cosas se dio cuenta que quizás la esclava pensaba que él haría lo mismo.
Estos pensamientos no dejaron dormir a Steven quien a plena noche se levanto de su cama y fue hacia la habitación de la muchacha, golpeo y la puerta llamándola, pero nadie respondía. Pensó en entrar ya que se podía haber hecho daño, pero quizás estaba durmiendo y al entrar por la fuerza ella se asustaría más y pensaría que Steven quería intentar alguna cosa de las que el guerrero había pensado. Se calmo y siguió insistiendo, hasta que escucho un ruido debajo de las escaleras. Bajo y comprobó que la muchacha que estaba aun allí abajo, tal y como estaba cuando Steven se marcho. Inmóvil.
-“¿PERO QUE DEMONIOS HACE ALLI?”
Steven bajo lentamente mientras que veía que en su mano tenia la llave. Su mirada siempre fría le causaba algo de nostalgia al pobre Steven quien tomo la llave y agarro la mano de Sarahissa para ayudarla a subir las escaleras. Al llegar frente a la puerta de la habitación, el guerrero le explico las cosas, ya que recordaba que la chica le pregunto que hacia allí y él no contesto.
-Mira, con esta llave abres y cierras esta puerta. La puerta de esta habitación solo tiene una llave, la cual te pertenece. Por lo que mientras estés en este lugar y con la llave en tu posición…Y te hayas asegurado de cerrar la puerta, nadie podrá entrar en ella y tendrás la privacidad que una mujer como tu necesita… ¿Hasta aquí me sigues?
Musito Steven sonriendo. Le volvió a entregar la llave y le mostró que si cerraba la puerta por dentro, no se podría abrir hasta que le sacara el cerrojo de la llave. Le enseño muchas veces como funcionaba el mecanismo para que la chica estuviera cien por ciento segura de que no habría problemas con esto y que pudiera sentirse bien en su propia habitación, la que Steven le había dado como hogar.
-Espero que te sientas cómoda y estuve pensando eso que no sabes cocinar ni limpiar y pues…Supongo que con un poco de esfuerzo algo podremos hacer… ¿No?
Dijo mientras se retiraba, dándole la llave una vez mas y cerrando la puerta, pero antes de que ella fuera a poner llave Steven abrió una vez mas y dijo con un tono amable y un tanto de pena.
-Lamento lo que las legiones romanas hicieron a tu gente y a ti…De enserio, no sabes cuanto lo lamento…
Esas fueron las palabras finales del guerrero mientras que cerró la puerta definitivamente y se alejo de ella, antes de entrar a su habitación golpeo fuertemente la pared de furia y siguió caminando hasta su cama, donde se acostó.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Sarahissa se había quedado en ese lugar parada. No entendía mucho de eso de una llave ni de que tuviera su propio cuarto. No deseaba ir a ningún lado. Sólo esperar que amaneciera y poder ver el sol nuevamente. Quería preguntarle a ese joven Romano el porqué la había comprado si no era para servir en la casa ni hacer las veces de su mujer. Había pasado bastante tiempo ya cuando de pronto escuchó que la puerta de Steven se abría e intentaba abrir la otra.
Uhm… hasta ahí llegaron sus buenas intenciones… - Pensó de inmediato pues en la mitad de la noche se intentaba cambiar de cuarto. Suspiró pensando en que querría ese hombre con ella a esa hora solo llegando a su mente una respuesta.
El joven bajó desde el segundo piso de su casa y vio con sorpresa a Sarahissa. La joven indiferente y con la misma mirada de siempre abrió su boca para hablar pero las palabras no salieron por alguna razón, al menos un transcurso de tiempo que le pareció bastante largo.
- No intentaba escapar. – Finalmente dijo con frialdad. – Nunca subí.
El hombre le tomó la mano y la guió hacia arriba. Sarahissa suspiró adivinando que querría hacer con ella que la tocaba con tanta libertad sin decir nada. Llegaron al segundo piso y se pararon frente a una puerta. Sarahissa movió la mirada esperando lo que se venía cuando de pronto, el hombre le quito la llave de su puño y le explico que eso era una llave que servía para abrir y cerrar una puerta. El joven le preguntó si hasta ese momento captaba para que servía la llave.
- Sí. No soy estúpida. – Respondió Sarahissa mirándolo con seriedad.
El joven puso nuevamente la llave en su mano y se retiró. Sarahissa miró la puerta, la abrió y entró en la habitación. No era grande, ni pequeña, era de un tamaño justo y preciso para una persona como ella… una esclava que por alguna razón era tratada como un miembro de esa casa. Se estaba volteando para cerrar con la llave esa puerta cuando de la nada apareció Steven una vez más ahí, mirándola con algo de melancolía. Le hablo con amabilidad lamentándose por lo que le había ocurrido, algo a lo que Sarahissa respondió con frialdad:
- ¿Por qué se lamenta? Es ridículo lamentarse por la suerte de quien ha perdido en una guerra. El más fuerte ha ganado y se ha llevado su premio. Créame, domino, si mi pueblo hubiese ganado yo no estaría pidiéndole perdón a mis esclavos romanos. Por lo mismo, no intentaré escapar… pues mi destino lo marcó la derrota en la guerra entre mi Rey y su Emperador. Es justo que yo obedezca y usted mande mi vida y destino… reglas de guerra, tan simple como ello. Ofende la memoria de mi pueblo lamentándose ahora, ahora que están muertos.
Steven se retiró del lugar y Sarahissa sintió un fuerte golpe contra la pared. No le tomó importancia y lanzó esa llave al olvido por la ventana hacia fuera. No le interesaba impedirle el paso, después de todo, ella era propiedad de Steven. El joven podía hacer con ella lo que quisiera.
Uhm… hasta ahí llegaron sus buenas intenciones… - Pensó de inmediato pues en la mitad de la noche se intentaba cambiar de cuarto. Suspiró pensando en que querría ese hombre con ella a esa hora solo llegando a su mente una respuesta.
El joven bajó desde el segundo piso de su casa y vio con sorpresa a Sarahissa. La joven indiferente y con la misma mirada de siempre abrió su boca para hablar pero las palabras no salieron por alguna razón, al menos un transcurso de tiempo que le pareció bastante largo.
- No intentaba escapar. – Finalmente dijo con frialdad. – Nunca subí.
El hombre le tomó la mano y la guió hacia arriba. Sarahissa suspiró adivinando que querría hacer con ella que la tocaba con tanta libertad sin decir nada. Llegaron al segundo piso y se pararon frente a una puerta. Sarahissa movió la mirada esperando lo que se venía cuando de pronto, el hombre le quito la llave de su puño y le explico que eso era una llave que servía para abrir y cerrar una puerta. El joven le preguntó si hasta ese momento captaba para que servía la llave.
- Sí. No soy estúpida. – Respondió Sarahissa mirándolo con seriedad.
El joven puso nuevamente la llave en su mano y se retiró. Sarahissa miró la puerta, la abrió y entró en la habitación. No era grande, ni pequeña, era de un tamaño justo y preciso para una persona como ella… una esclava que por alguna razón era tratada como un miembro de esa casa. Se estaba volteando para cerrar con la llave esa puerta cuando de la nada apareció Steven una vez más ahí, mirándola con algo de melancolía. Le hablo con amabilidad lamentándose por lo que le había ocurrido, algo a lo que Sarahissa respondió con frialdad:
- ¿Por qué se lamenta? Es ridículo lamentarse por la suerte de quien ha perdido en una guerra. El más fuerte ha ganado y se ha llevado su premio. Créame, domino, si mi pueblo hubiese ganado yo no estaría pidiéndole perdón a mis esclavos romanos. Por lo mismo, no intentaré escapar… pues mi destino lo marcó la derrota en la guerra entre mi Rey y su Emperador. Es justo que yo obedezca y usted mande mi vida y destino… reglas de guerra, tan simple como ello. Ofende la memoria de mi pueblo lamentándose ahora, ahora que están muertos.
Steven se retiró del lugar y Sarahissa sintió un fuerte golpe contra la pared. No le tomó importancia y lanzó esa llave al olvido por la ventana hacia fuera. No le interesaba impedirle el paso, después de todo, ella era propiedad de Steven. El joven podía hacer con ella lo que quisiera.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Cansado de toda la frustaciones que habia tenido en Roma, decidio acostarse para no mostrar su ira frene a la muchacha que ahora estaba en su casa. Se habia dado cuenta de algo que lo afectaria mucho en cuanto a combatir. ¿Era cierto que todo lo que él defendio con su vida era solo una falsa cubierta que ocultaba aquellas cosas que fue viendo de a poco en Roma? ¿Serian verdaderas las palabras de aquel hombre que se cruzo en el mercado? ¿Roma apestaba?. Ahora que sabia la verdad Steven tenia una fuerte decisión que tomar. Quedarse con los romanos y disfrutar de sus futuras riquezas a base de odio y muerte o huir para siempre de esa maldita ciudad y olvidarze de todo… pero pasar hambre.
Steven estaba seguro que no queria ser pobre, queria tener su dinero para gastar y alimentarse por lo que lo mas obvio era tener que sucumbir a sus intereses y preocupaciones humanas para ceder sus habilidades de combate a un nuevo orden de violencia y inseguridad. Pero la gente no parecia descontenta ante estas cosas, las personas de Roma parecian felices y contentas con esto. Al menos, los que habitaban en Roma y hacian dinero con la desgracia ajena…
Eran muchas cosas que pensar, quizas Steven tuviera tiempo luego para hacerlo…Ahora solo queria descansar y esperaba que su esclava tambien lo hiciera. Mañana seria otro dia…
Steven estaba seguro que no queria ser pobre, queria tener su dinero para gastar y alimentarse por lo que lo mas obvio era tener que sucumbir a sus intereses y preocupaciones humanas para ceder sus habilidades de combate a un nuevo orden de violencia y inseguridad. Pero la gente no parecia descontenta ante estas cosas, las personas de Roma parecian felices y contentas con esto. Al menos, los que habitaban en Roma y hacian dinero con la desgracia ajena…
Eran muchas cosas que pensar, quizas Steven tuviera tiempo luego para hacerlo…Ahora solo queria descansar y esperaba que su esclava tambien lo hiciera. Mañana seria otro dia…
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Sarahissa se había sentando en lo que Steven dijo era su cama. Apagó la luz de la vela pues le molestaba estar alumbrada durante la noche. En Germania usualmente sólo dormían en un rincón cubriéndose con pieles sobre paja, así que esa cama era algo nuevo para ella y la miraba con desconfianza. Aun así, se estiró y miró el techo en la penumbra de la noche.
Cerró los ojos pero por algún motivo no conseguía dormir. La imagen de su hermano venía a su mente una y otra vez. Sarahissa esperaba que estuviera bien y en su defecto, que hubiese muerto con honor y no caído en esclavitud al perder las últimas batallas.
De Octavius aun no sabía nada. Y era probable que nunca más supiera de él. Aunque se hubiesen relacionado al punto de casi ser hermanos… su recuerdo ahora era solo una memoria que se desvanecía con el tiempo. La noche avanzaba y la joven no conseguía dormir. Se sentó en la cama, se ató las sandalias y antes de que amaneciera bajó al primer piso de la casa.
Vio todo a su alrededor. Estaba lleno de polvo, como si nadie hubiese habitado ese lugar en mucho tiempo. Tomó un trapo, sacó agua desde afuera en un estero, y volvió caminando lentamente bajo el rocío del alba. Paso el trapo húmedo sobre cada uno de los muebles para sacar en polvo y apenas amaneció abrió las ventanas para que se ventilara todo. Nunca había limpiado una casa… pues ella vivía en una pequeña cabaña… pero pensó que si iba a vivir ahí, no lo haría como los animales.
Fue por una escoba a la cocina y comenzó a barrer intentando no hacer ruido pues no quería despertar a su amo, pero si la había comprado con el propósito de que limpiara y cocinara, al menos comenzaría por obedecerle en lo primero y luego aprender a cocinar. En Germania, lo que Octavius o Kainan cazaban, era limpiado y puesto a las crazas con un poco de sal. No había más preparación que eso en lo que comían, por lo mismo la joven no sabía cocinar y por ello su cuerpo era tan esbelto y fuerte, solo comía carne y proteínas, de vez en cuando una que otra fruta del bosque, pero nada mas elaborado que eso.
Cerró los ojos pero por algún motivo no conseguía dormir. La imagen de su hermano venía a su mente una y otra vez. Sarahissa esperaba que estuviera bien y en su defecto, que hubiese muerto con honor y no caído en esclavitud al perder las últimas batallas.
De Octavius aun no sabía nada. Y era probable que nunca más supiera de él. Aunque se hubiesen relacionado al punto de casi ser hermanos… su recuerdo ahora era solo una memoria que se desvanecía con el tiempo. La noche avanzaba y la joven no conseguía dormir. Se sentó en la cama, se ató las sandalias y antes de que amaneciera bajó al primer piso de la casa.
Vio todo a su alrededor. Estaba lleno de polvo, como si nadie hubiese habitado ese lugar en mucho tiempo. Tomó un trapo, sacó agua desde afuera en un estero, y volvió caminando lentamente bajo el rocío del alba. Paso el trapo húmedo sobre cada uno de los muebles para sacar en polvo y apenas amaneció abrió las ventanas para que se ventilara todo. Nunca había limpiado una casa… pues ella vivía en una pequeña cabaña… pero pensó que si iba a vivir ahí, no lo haría como los animales.
Fue por una escoba a la cocina y comenzó a barrer intentando no hacer ruido pues no quería despertar a su amo, pero si la había comprado con el propósito de que limpiara y cocinara, al menos comenzaría por obedecerle en lo primero y luego aprender a cocinar. En Germania, lo que Octavius o Kainan cazaban, era limpiado y puesto a las crazas con un poco de sal. No había más preparación que eso en lo que comían, por lo mismo la joven no sabía cocinar y por ello su cuerpo era tan esbelto y fuerte, solo comía carne y proteínas, de vez en cuando una que otra fruta del bosque, pero nada mas elaborado que eso.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
La luz del sol entro por la ventana y se reflejo en los parpados cerrados de Steven, haciendo que esto le incomodara. No quería levantarse, pero el calor ya era insoportable así que no tuviera más remedio que hacerlo. Se estiro y se coloco su vestimenta usual mientras que se dirigió a abrir las ventanas y comprobar que el día seria agradable. Salio de su cuarto y le extraño ver que la puerta de al frente estaba abierta y la chica no estaba allí adentro…Quizás estaba parada otra vez donde había quedado antes.
Steven bajo las escaleras lentamente mientras que a cada paso escuchaba como un ruido de escoba se hacia mas intenso. Se había dado cuenta de que faltaba un poco de polvo en la casa, pero no imaginaba que la muchacha fuese a intentar cumplir con su parte tan rápido, como si nunca le hubiera afectado el ser esclava…La mujer era de confiar.
Al bajar comprobó que lo que imaginaba era cierto, la chica estaba barriendo con esmero y limpiando la casa, cumpliendo con una parte de lo que habían acordado. Limpiar era algo que hasta Steven sabia y el verdadero problema que había era que la muchacha no sabía cocinar y el guerrero, tampoco. Esa seria la prueba más difícil que deberían enfrentar pero era bueno saber que al menos la muchacha ponía las ganas para mejorar y cumplía con su parte.
Steven termino de bajar las escaleras para observarla un tiempo, era triste que una muchacha como ella terminara siendo esclava, pero el pasado ya no podía cambiarse así que Steven debería de acostumbrarse a ello.
-Buenos días, Sarahissa…
Dijo con un tono amable mientras que fue y abrió la puerta principal, sacándole el cerrojo de la llave. Ya no había de que temer, sinceramente Steven confiaba en la muchacha solo por la acción que acababa de hacer, quizás fuera una confianza prematura, pero era una confianza después de todo.
-¿Dormiste bien?...
Steven bajo las escaleras lentamente mientras que a cada paso escuchaba como un ruido de escoba se hacia mas intenso. Se había dado cuenta de que faltaba un poco de polvo en la casa, pero no imaginaba que la muchacha fuese a intentar cumplir con su parte tan rápido, como si nunca le hubiera afectado el ser esclava…La mujer era de confiar.
Al bajar comprobó que lo que imaginaba era cierto, la chica estaba barriendo con esmero y limpiando la casa, cumpliendo con una parte de lo que habían acordado. Limpiar era algo que hasta Steven sabia y el verdadero problema que había era que la muchacha no sabía cocinar y el guerrero, tampoco. Esa seria la prueba más difícil que deberían enfrentar pero era bueno saber que al menos la muchacha ponía las ganas para mejorar y cumplía con su parte.
Steven termino de bajar las escaleras para observarla un tiempo, era triste que una muchacha como ella terminara siendo esclava, pero el pasado ya no podía cambiarse así que Steven debería de acostumbrarse a ello.
-Buenos días, Sarahissa…
Dijo con un tono amable mientras que fue y abrió la puerta principal, sacándole el cerrojo de la llave. Ya no había de que temer, sinceramente Steven confiaba en la muchacha solo por la acción que acababa de hacer, quizás fuera una confianza prematura, pero era una confianza después de todo.
-¿Dormiste bien?...
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
La joven seguía barriendo. No tenía idea de cómo hacerlo pero no requería ser un genio tampoco ara hacer funcionar una escoba. Tal vez lo estaba haciendo mal y eso era lo más posible, pero al menos intentaba hacerlo, pues con ese propósito la había comprado el joven llamado Steven.
De pronto, entre sus pausadas barridas, escuchó pasos que se acercaban a ella. Apenas vio a Steven asomarle bajó la cabeza y dejó de hacer lo que hacía.
- Buenos días Domino. – Respondió sin felicidad ni tristeza en su voz. Volvió a lo suyo mientras el joven iba a la puerta y la abría.
A la luz del sol el joven se veía increíblemente bello, incluso ella que no sentía atracción por los hombres podría haberlo dicho. Su cabellera color claro se veía incluso mas brillante con el sol de la mañana alrededor de él.
El joven se acercó y le preguntó si había dormido bien, y Sarahissa sin querer mentir le respondió la verdad.
- No he dormido, Domino.
La chica siguió barriendo sin subir el rostro. Intentaba que no se levantara polvo para no irritar a Steven después de todo estaba haciendo un gran esfuerzo en ello aunque no sirviera realmente para barrer.
- Hay fruta en la mesa. Lo siento Domino, pero es lo que había en los alrededores.
No movió su rostro mientras seguía barriendo. La casa se veía algo mejor, estaba aireada, había pasado el olor de polvo, la madera volvía a verse de su color original. Se puso de rodillas mientras con sus manos empezaba a trapear con cuidado el mármol del piso.
- Le dije que no se cocinar pero espero aprender si alguien me enseña… a menos que le guste comer animales asados al fuego… - Subió su mirada esperando la respuesta de Steven, pues si le gustaba comer cosas mas al crudo sin tantos adornos y aliños, ella podía cazar, despellejar y asar da la perfección un conejo u animales más grandes.
De pronto, entre sus pausadas barridas, escuchó pasos que se acercaban a ella. Apenas vio a Steven asomarle bajó la cabeza y dejó de hacer lo que hacía.
- Buenos días Domino. – Respondió sin felicidad ni tristeza en su voz. Volvió a lo suyo mientras el joven iba a la puerta y la abría.
A la luz del sol el joven se veía increíblemente bello, incluso ella que no sentía atracción por los hombres podría haberlo dicho. Su cabellera color claro se veía incluso mas brillante con el sol de la mañana alrededor de él.
El joven se acercó y le preguntó si había dormido bien, y Sarahissa sin querer mentir le respondió la verdad.
- No he dormido, Domino.
La chica siguió barriendo sin subir el rostro. Intentaba que no se levantara polvo para no irritar a Steven después de todo estaba haciendo un gran esfuerzo en ello aunque no sirviera realmente para barrer.
- Hay fruta en la mesa. Lo siento Domino, pero es lo que había en los alrededores.
No movió su rostro mientras seguía barriendo. La casa se veía algo mejor, estaba aireada, había pasado el olor de polvo, la madera volvía a verse de su color original. Se puso de rodillas mientras con sus manos empezaba a trapear con cuidado el mármol del piso.
- Le dije que no se cocinar pero espero aprender si alguien me enseña… a menos que le guste comer animales asados al fuego… - Subió su mirada esperando la respuesta de Steven, pues si le gustaba comer cosas mas al crudo sin tantos adornos y aliños, ella podía cazar, despellejar y asar da la perfección un conejo u animales más grandes.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
El aire ahora estaba un poco mas limpio, más satisfactorio. La casa ya no tenia ese aspecto de abandono debido al polvo que la joven había quitado. Los pisos volvían a brillar y todo parecía más aseado. La ayuda de la esclava tenia mucho que ver en esto, por lo que Steven estaba agradecido y esperaba que ella también lo estuviera de las cosas que el guerrero le daba. Que aunque no fueran muchas, eran mucho mejor que lo que le ofrecerían otras personas.
El trabajo de Sarahissa no era del todo perfecto, pero al menos se esforzaba y lograba un buen resultado, por lo que Steven estaba conforme. La muchacha menciono algo sobre unas frutas, el guerrero volteo hacia la mesa y vio aquellas frutas que reposaban sobre la madera. La esclava se había tomado la molestia de ir a por unas frutas en los alrededores en lugar de escapar, por lo que Steven estaba ahora mucho más que contento. Pero se había quedado pensando en lo que dijo la chica sobre que no había dormido, quizás la cama le resultara incomoda o el solo hecho de poder dormir sin problemas. Cualquiera de los motivos que causaran la falta de sueño de Sarahissa, no podría ser curado por Steven, eso sanaría con el tiempo…
-Gracias por buscar la fruta, es muy amable de tu parte…
Dijo el guerrero mientras que caminaba hasta la mesa y tomaba una. Al parecer ya estaban lavadas, o eso pensó Steven, así que le dio una mordida. Hacia tiempo que los labios del guerrero no se remojaban con el jugo de alguna fruta, solo carne y carne era lo que había comido en todos estos años de guerra.
Curiosamente, lo que pregunto la joven tenía mucho que ver acerca de lo que comía Steven en la guerra. Carne de animales al fuego era el menú de todos los días, al menos que tuvieran suerte y una de las casas de soldados enemigos tuviera comida. Pero era muy poco probable y solo le paso tres veces en muchos años de batalla. Decidió contestarle a la muchacha, al levantar su mirada vio que ella también lo miraba y pudo comprobar como sus ojos sin expresión alguna hacían que un escalofrío resonara en su interior.
-Mientras estaba en batalla he comido mucha carne de animales al fuego, así que no creo ser alérgico –Bromeo Steven mientras que seguía mirando a la mujer- No creo tener problema en comer eso… En cuanto a lo de aprender a cocinar, todo a su tiempo, es difícil encontrar alguien que enseñe a hacer eso.
Steven se quedo callado pensando en quien pedirle que le enseñara a su empleada a cocinar y luego en las batallas de su pasado. Por alguna razón la charla sobre la comida le hizo recordar aquellos tiempos difíciles que Steven quería olvidar de una vez por todas, pero que sabía que en el futuro volvería a hacer.
El trabajo de Sarahissa no era del todo perfecto, pero al menos se esforzaba y lograba un buen resultado, por lo que Steven estaba conforme. La muchacha menciono algo sobre unas frutas, el guerrero volteo hacia la mesa y vio aquellas frutas que reposaban sobre la madera. La esclava se había tomado la molestia de ir a por unas frutas en los alrededores en lugar de escapar, por lo que Steven estaba ahora mucho más que contento. Pero se había quedado pensando en lo que dijo la chica sobre que no había dormido, quizás la cama le resultara incomoda o el solo hecho de poder dormir sin problemas. Cualquiera de los motivos que causaran la falta de sueño de Sarahissa, no podría ser curado por Steven, eso sanaría con el tiempo…
-Gracias por buscar la fruta, es muy amable de tu parte…
Dijo el guerrero mientras que caminaba hasta la mesa y tomaba una. Al parecer ya estaban lavadas, o eso pensó Steven, así que le dio una mordida. Hacia tiempo que los labios del guerrero no se remojaban con el jugo de alguna fruta, solo carne y carne era lo que había comido en todos estos años de guerra.
Curiosamente, lo que pregunto la joven tenía mucho que ver acerca de lo que comía Steven en la guerra. Carne de animales al fuego era el menú de todos los días, al menos que tuvieran suerte y una de las casas de soldados enemigos tuviera comida. Pero era muy poco probable y solo le paso tres veces en muchos años de batalla. Decidió contestarle a la muchacha, al levantar su mirada vio que ella también lo miraba y pudo comprobar como sus ojos sin expresión alguna hacían que un escalofrío resonara en su interior.
-Mientras estaba en batalla he comido mucha carne de animales al fuego, así que no creo ser alérgico –Bromeo Steven mientras que seguía mirando a la mujer- No creo tener problema en comer eso… En cuanto a lo de aprender a cocinar, todo a su tiempo, es difícil encontrar alguien que enseñe a hacer eso.
Steven se quedo callado pensando en quien pedirle que le enseñara a su empleada a cocinar y luego en las batallas de su pasado. Por alguna razón la charla sobre la comida le hizo recordar aquellos tiempos difíciles que Steven quería olvidar de una vez por todas, pero que sabía que en el futuro volvería a hacer.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Sarahissa se mantenía barriendo y llevando la pila de polvo del piso hacia la puerta. Su amo se acercaba a la mesa para servirse una fruta.
- ¿Hace cuanto tiempo que no vivía aquí, Domino? – Preguntó pues le parecía curioso que la casa estuviera tan desaliñada.
Estaba llena de telas de araña, olor a humedad, el patio era un caos lleno de pastos que llegaban a la cintura de un adulto, las lacenas estaban vacías, las telas que cubrían las ventanas estaban rotas y mohosas, la pintura de las paredes se estaban trizando y todo parecía un nido de insectos y ratas. Un lugar poco saludable para que ambos habitasen.
- No quisiera molestarlo, pero… ya que anoche me dijo que quería que limpiara y cocinara… después que cocine, ¿Necesita que haga algo más? Me gustaría que anotara en alguna parte lo que necesita que haga, así no me quedo sin quehaceres, no me gusta perder el tiempo.
Barría el piso y tambien subía la escoba para sacar las telas de araña de los rincones, pues caían con mucha confianza por todas partes. Se movió hacia una ventana y le dio golpes a la tela que colgaba con la escoba para sacarle el polvo. Mirando hacia el exterior vio nuevamente esa casona a lo lejos… aquella al parecer era la principal de todo ese sector pues las personas iban y venían de ella.
- Note que esta casa es parte de una propiedad más grande ¿No?,
Campesinos alrededor de esta casa dirigiéndose con bueyes a unas plantaciones de grano. Muchachas también cuidado ovejas en la colina que cruza el estero. Supongo que así es como funcionan las Villas en Roma. No es tan diferente de lo que sucede en Germania después de todo.
- A lo que me refiero es que si hay una cocina en esa casona, puedo llevar harina y pedir que nos cocinen pan pagándoles con otros servicios por ello. Aunque no se si tiene harina, u oro para comprar cosas para comer… Lo que si creo es que debería hacer un gallinero Domino, y así cambiar huevos por otros productos sin que tenga que ir a cultivar grano o cuidar ovejas para conseguir lana. ¿Entiende lo que le digo?
Sarahissa le hablaba con lentitud y seguía barriendo. No sabía que tan inteligente eran esos romanos, pero en Germania se hacia así, todo se permutaba. Alguien cuidaba caballos, otros ovejas, otros cultivaban, otros cazaban, otros se dedicaban a la pesca… y todos intercambiaban luego cuando uno necesitaba algo. No existía el oro, ni las monedas, solo productos que tenían el valor de una cosa y se cambiaban por otras. A Sarahissa le parecía que hacer un gallinero y alimentar gallinas con trigo una o dos veces por día era el trabajo que menos requería esfuerzo y que podía realizar para luego cambiar huevos por pan, vino u oro y comprar lo que no sabía realizar… o en el peor de los casos, ir a las cocinas de barro en donde se hacía el pan de la gran casa que se veía a lo lejos.
Si iba a vivir ahí hasta que pudiera comprar su libertad, debía ingeniar alguna forma de poder reunir el dinero necesario para ofrecérselo a Steven por dejarla libre y esa era la forma que se le había ocurrido mientras barría.
Habiendo tirado el polvo hacia fuera de la casa, miró alrededor y vio como estaba todo mal cuidado en el patio. Seguramente le tocaría arrancar la maleza, plantar algunas cosas y eso…
- Hay otra cosa, Domino. Si pudiera… - Una mujer normal se habría avergonzado por la petición, pero no Sarahissa. Si el joven la había comprado para servirle como una esposa sin tener que realmente adentrarse a todo el tema marital, al menos por el momento, lo mínimo que podía hacer era vestirla apropiadamente para ello. -… me gustaría que me comprara tela para hacerme algo para vestir. Me causa desgracia vestir estos harapos, y también, quería pedirle permiso para bañarme cuando termine de limpiar el polvo.
- ¿Hace cuanto tiempo que no vivía aquí, Domino? – Preguntó pues le parecía curioso que la casa estuviera tan desaliñada.
Estaba llena de telas de araña, olor a humedad, el patio era un caos lleno de pastos que llegaban a la cintura de un adulto, las lacenas estaban vacías, las telas que cubrían las ventanas estaban rotas y mohosas, la pintura de las paredes se estaban trizando y todo parecía un nido de insectos y ratas. Un lugar poco saludable para que ambos habitasen.
- No quisiera molestarlo, pero… ya que anoche me dijo que quería que limpiara y cocinara… después que cocine, ¿Necesita que haga algo más? Me gustaría que anotara en alguna parte lo que necesita que haga, así no me quedo sin quehaceres, no me gusta perder el tiempo.
Barría el piso y tambien subía la escoba para sacar las telas de araña de los rincones, pues caían con mucha confianza por todas partes. Se movió hacia una ventana y le dio golpes a la tela que colgaba con la escoba para sacarle el polvo. Mirando hacia el exterior vio nuevamente esa casona a lo lejos… aquella al parecer era la principal de todo ese sector pues las personas iban y venían de ella.
- Note que esta casa es parte de una propiedad más grande ¿No?,
Campesinos alrededor de esta casa dirigiéndose con bueyes a unas plantaciones de grano. Muchachas también cuidado ovejas en la colina que cruza el estero. Supongo que así es como funcionan las Villas en Roma. No es tan diferente de lo que sucede en Germania después de todo.
- A lo que me refiero es que si hay una cocina en esa casona, puedo llevar harina y pedir que nos cocinen pan pagándoles con otros servicios por ello. Aunque no se si tiene harina, u oro para comprar cosas para comer… Lo que si creo es que debería hacer un gallinero Domino, y así cambiar huevos por otros productos sin que tenga que ir a cultivar grano o cuidar ovejas para conseguir lana. ¿Entiende lo que le digo?
Sarahissa le hablaba con lentitud y seguía barriendo. No sabía que tan inteligente eran esos romanos, pero en Germania se hacia así, todo se permutaba. Alguien cuidaba caballos, otros ovejas, otros cultivaban, otros cazaban, otros se dedicaban a la pesca… y todos intercambiaban luego cuando uno necesitaba algo. No existía el oro, ni las monedas, solo productos que tenían el valor de una cosa y se cambiaban por otras. A Sarahissa le parecía que hacer un gallinero y alimentar gallinas con trigo una o dos veces por día era el trabajo que menos requería esfuerzo y que podía realizar para luego cambiar huevos por pan, vino u oro y comprar lo que no sabía realizar… o en el peor de los casos, ir a las cocinas de barro en donde se hacía el pan de la gran casa que se veía a lo lejos.
Si iba a vivir ahí hasta que pudiera comprar su libertad, debía ingeniar alguna forma de poder reunir el dinero necesario para ofrecérselo a Steven por dejarla libre y esa era la forma que se le había ocurrido mientras barría.
Habiendo tirado el polvo hacia fuera de la casa, miró alrededor y vio como estaba todo mal cuidado en el patio. Seguramente le tocaría arrancar la maleza, plantar algunas cosas y eso…
- Hay otra cosa, Domino. Si pudiera… - Una mujer normal se habría avergonzado por la petición, pero no Sarahissa. Si el joven la había comprado para servirle como una esposa sin tener que realmente adentrarse a todo el tema marital, al menos por el momento, lo mínimo que podía hacer era vestirla apropiadamente para ello. -… me gustaría que me comprara tela para hacerme algo para vestir. Me causa desgracia vestir estos harapos, y también, quería pedirle permiso para bañarme cuando termine de limpiar el polvo.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Steven no sabia bien cuanto tiempo había estado desocupada la casa, pero al parecer aquel anciano que se la vendió no la ocupaba muy seguido o no era capaz de limpiarla como correspondía, talvez por su edad. La muchacha se había esforzado mucho por asear la casa y los resultados eran increíbles, Steven la seguía con la mirada observando cada cosa que hacia y sonreía porque a él nunca se le hubieran ocurrido limpiar esos lugares, tales como las telarañas.
Seguía comiendo su fruta tranquilamente mientras que escuchaba a la joven y la observaba. La muchacha menciono algo sobre una lista de tareas, a lo que Steven dejo de morder su fruta para hacer un gesto con su rostro mientras que iba a buscar algo para escribir. Encontró una pluma y un pedazo de papiro, pero no encontró tinta, por lo que tiro las otras cosas y decidió que debía ir a comprar tinta.
La idea de la muchacha sobre armar un gallinero no era del todo mala. Podía funcionar incluso para conseguir comida o bienes que los dos necesitaran. El ingenio de la muchacha lo sorprendía realmente, él quizás podría habérsele ocurrido pero no en el momento. No se destacaba por saber sobre como vivir en sociedad, toda su vida había aprendido cosas relacionadas al arte de la guerra y la muerte. El guerrero siguió escuchando a su esclava, sin decir palabra alguna por respeto.
Una vez que la joven termino de hablar, Steven se dispuso a contestarle cada una de sus interrogantes.
-La verdad es que no se hace cuanto tiempo esta casa esta abandonada, solo la he usado un día desde que la compre…La persona que me la vendió no se veía en condiciones como para limpiarla.
Steven recordaba a aquel anciano y el trato que había hecho por la casa. Era una linda casa y ahora que estaba limpia demostraba que quizás no era tan mala la negociación que el guerrero había hecho, era perfecta.
-No es mala idea lo de las gallinas, de hecho, debemos hacerlo… Necesitamos comprar unas gallinas y ya que iré al mercado, quiero que me acompañes.
Le dijo el muchacho mientras que subía a su habitación y buscaba un poco del oro que le quedaba, era poco oro a comparación con lo que había venido, pero era suficiente como para comprar todo lo que necesitaran por un tiempo, luego deberían arreglárselas con la idea de la esclava y algún que otro trabajo de cacería o pesca. Al bajar de su habitación le hablo a la muchacha mientras que se sentó en la mesa a esperar que ella terminara lo que le iba a ordenar.
-Tu lista de tareas será simple por hoy…Suspende ya mismo la limpieza y ve a limpiarte a ti misma, una mujer tan bella como tu no puede ir por las calles del mercado de esa manera. Una vez que te hayas higienizado, vendrás conmigo al mercado para comprar tinta, gallinas y tela para tu ropa, pero quiero que la elijas tú…No soy bueno en gustos femeninos.
Seguía comiendo su fruta tranquilamente mientras que escuchaba a la joven y la observaba. La muchacha menciono algo sobre una lista de tareas, a lo que Steven dejo de morder su fruta para hacer un gesto con su rostro mientras que iba a buscar algo para escribir. Encontró una pluma y un pedazo de papiro, pero no encontró tinta, por lo que tiro las otras cosas y decidió que debía ir a comprar tinta.
La idea de la muchacha sobre armar un gallinero no era del todo mala. Podía funcionar incluso para conseguir comida o bienes que los dos necesitaran. El ingenio de la muchacha lo sorprendía realmente, él quizás podría habérsele ocurrido pero no en el momento. No se destacaba por saber sobre como vivir en sociedad, toda su vida había aprendido cosas relacionadas al arte de la guerra y la muerte. El guerrero siguió escuchando a su esclava, sin decir palabra alguna por respeto.
Una vez que la joven termino de hablar, Steven se dispuso a contestarle cada una de sus interrogantes.
-La verdad es que no se hace cuanto tiempo esta casa esta abandonada, solo la he usado un día desde que la compre…La persona que me la vendió no se veía en condiciones como para limpiarla.
Steven recordaba a aquel anciano y el trato que había hecho por la casa. Era una linda casa y ahora que estaba limpia demostraba que quizás no era tan mala la negociación que el guerrero había hecho, era perfecta.
-No es mala idea lo de las gallinas, de hecho, debemos hacerlo… Necesitamos comprar unas gallinas y ya que iré al mercado, quiero que me acompañes.
Le dijo el muchacho mientras que subía a su habitación y buscaba un poco del oro que le quedaba, era poco oro a comparación con lo que había venido, pero era suficiente como para comprar todo lo que necesitaran por un tiempo, luego deberían arreglárselas con la idea de la esclava y algún que otro trabajo de cacería o pesca. Al bajar de su habitación le hablo a la muchacha mientras que se sentó en la mesa a esperar que ella terminara lo que le iba a ordenar.
-Tu lista de tareas será simple por hoy…Suspende ya mismo la limpieza y ve a limpiarte a ti misma, una mujer tan bella como tu no puede ir por las calles del mercado de esa manera. Una vez que te hayas higienizado, vendrás conmigo al mercado para comprar tinta, gallinas y tela para tu ropa, pero quiero que la elijas tú…No soy bueno en gustos femeninos.
Steven- Berseker de Ares
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
La joven no se inmutó a la positiva respuesta que su idea había generado en su amo. Steven consideraba una buena idea tener gallinas afuera de la casa y con eso ya bastaba, sabía que hervir un huevo y comerlo con sal no tenía ciencia alguna así que, al menos no pasarían hambre por su falta de conocimiento en la cocina. Se encontraba en el umbral de la puerta cuando sintió que Steven subía las escaleras. La casa se veía mucho las ventilada que antes y hasta bonita, lo cual le sacó el cargo de conciencia de encima de que su estadía ahí sería tan solo una molestia o carga.
De pronto el joven bajó las escaleras. Le llamaba la atención a Sarahissa la energía que solía mostrar para todas las cosas, un chico de su edad que se movía de un lado a otro y ademas era un guerrero debía ser temible en el campo de batalla.
Le ordenó que dejara de limpiar y se aseara a si misma. Sarahissa bajó la mirada y descubrió que en efecto era un asco, estaba llena de mugre.
- Sí Domino. - Respondió la joven mientras dejaba la escobilla en la entrada.
Caminó fuera de la casa por el hermoso sendero de aquella villa al mismo lugar en donde en la mañana había encontrado agua, un pequeño estero que cruzaba el valle. Se retiró los harapos que tenía con cuidado y los dejó al costado sobre el pasto entrando lentamente en el agua desnuda. Le lavó los lazos desprendiendo el barro de ellos, para luego frotar su pecho, estomago y finalmente su espalda. Aun le dolía aquella marca en la parte posterior de su cadera, el día en que había sido capturada la habían quemado con fierro al rojo vivo y era una herida que nunca realmente sanaba.
Luego se hundió completamente bajo el agua para lavar su larga y roja cabellera bajo ella. Era increible ver que bajo tanta mierda hubiese habido de verdad una mujer bella, de piel blanquisima como las damas romanas y largo pelo rojizo que a la luz del sol se veía rosa oscuro. Cuando hubo terminado, caminó de vuelta a la orilla, amarró su cabellera en un gran tomate circular del cual caían largas mechas de cabellera y se vistió, volviendo por el mismo sendero a la casa en donde se encontraba Steven.
Se paró frente a él bajando el rostro indiferente, más que nada por modales que porque le interesara complacerlo con su limpieza.
- Espero que sea más de su agrado mi presencia ahora, domino. - Dijo la mujer, mientras esperaba instrucciones.
De pronto el joven bajó las escaleras. Le llamaba la atención a Sarahissa la energía que solía mostrar para todas las cosas, un chico de su edad que se movía de un lado a otro y ademas era un guerrero debía ser temible en el campo de batalla.
Le ordenó que dejara de limpiar y se aseara a si misma. Sarahissa bajó la mirada y descubrió que en efecto era un asco, estaba llena de mugre.
- Sí Domino. - Respondió la joven mientras dejaba la escobilla en la entrada.
Caminó fuera de la casa por el hermoso sendero de aquella villa al mismo lugar en donde en la mañana había encontrado agua, un pequeño estero que cruzaba el valle. Se retiró los harapos que tenía con cuidado y los dejó al costado sobre el pasto entrando lentamente en el agua desnuda. Le lavó los lazos desprendiendo el barro de ellos, para luego frotar su pecho, estomago y finalmente su espalda. Aun le dolía aquella marca en la parte posterior de su cadera, el día en que había sido capturada la habían quemado con fierro al rojo vivo y era una herida que nunca realmente sanaba.
Luego se hundió completamente bajo el agua para lavar su larga y roja cabellera bajo ella. Era increible ver que bajo tanta mierda hubiese habido de verdad una mujer bella, de piel blanquisima como las damas romanas y largo pelo rojizo que a la luz del sol se veía rosa oscuro. Cuando hubo terminado, caminó de vuelta a la orilla, amarró su cabellera en un gran tomate circular del cual caían largas mechas de cabellera y se vistió, volviendo por el mismo sendero a la casa en donde se encontraba Steven.
Se paró frente a él bajando el rostro indiferente, más que nada por modales que porque le interesara complacerlo con su limpieza.
- Espero que sea más de su agrado mi presencia ahora, domino. - Dijo la mujer, mientras esperaba instrucciones.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Por unos momentos la esclava de Steven abandono el lugar, para ir a higienizarse. El guerrero se aseguro de que tuviera el oro suficiente para comprar las gallinas, la tinta y las telas que vestirían a su esclava. Él ya tenía vestimenta de sobra, que había comprado anteriormente, pero la joven aun andaba con aquellos lamentables ropajes que le recordaban su triste esclavitud. Steven se había quedado pensativo sobre la guerra. Para él la guerra era una actividad más que le divertía, algo que le daba sentimiento a su vida, pero jamás imagino que podría hacer tanto daño. Sin embargo, suponía que si la guerra se perdía, quienes sufrirían, serian ellos.
El tema le molestaba mucho, así que decidió pensar en otra cosa, en aquella idea de las gallinas en el patio. Seria una buena manera de conseguir cosas sin gastar el oro que le quedaba al joven Steven, además de que ganarían algo de oro y lo usarían para casos de emergencia o cosas que necesitaran realmente y no se consiguieran por un intercambio. Estaba en pleno pensamiento cuando lo interrumpió la presencia de Sarahissa nuevamente, ya bañada, pero aun con sus tristes ropas.
-¿Ves como cambias? Si hasta ahora me arrepiento por solo usarte para limpiar y cocinar –Dijo Steven con un tono burlesco mientras que sonreía, obviamente lo decía en broma y esperaba que no incomodara a la mujer con sus comentarios, se dio cuenta que el sol estaba subiendo y que deberían apurarse antes de que el calor fuera un factor que les molestara en el mercado- Vamos Sarahissa…
Dijo Steven mientras que la tomo de la cadera para sacarla hacia fuera de la casa, al hacerlo toco sin querer aquella marca que decía que le pertenecía. Aquella estupida prueba de propiedad que habían marcado en ella los romanos, haciendo que perdiera toda libertad que tenia. Steven no dijo nada, ni demostró nada, sabía que haciéndolo solo ofendería la memoria de la joven, por lo que cerró la puerta y siguió su camino normalmente…Como si nada hubiera pasado.
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Off: Pequeña manipulación permitida =) Susan, postean en el mercado así ya llegamos allá
El tema le molestaba mucho, así que decidió pensar en otra cosa, en aquella idea de las gallinas en el patio. Seria una buena manera de conseguir cosas sin gastar el oro que le quedaba al joven Steven, además de que ganarían algo de oro y lo usarían para casos de emergencia o cosas que necesitaran realmente y no se consiguieran por un intercambio. Estaba en pleno pensamiento cuando lo interrumpió la presencia de Sarahissa nuevamente, ya bañada, pero aun con sus tristes ropas.
-¿Ves como cambias? Si hasta ahora me arrepiento por solo usarte para limpiar y cocinar –Dijo Steven con un tono burlesco mientras que sonreía, obviamente lo decía en broma y esperaba que no incomodara a la mujer con sus comentarios, se dio cuenta que el sol estaba subiendo y que deberían apurarse antes de que el calor fuera un factor que les molestara en el mercado- Vamos Sarahissa…
Dijo Steven mientras que la tomo de la cadera para sacarla hacia fuera de la casa, al hacerlo toco sin querer aquella marca que decía que le pertenecía. Aquella estupida prueba de propiedad que habían marcado en ella los romanos, haciendo que perdiera toda libertad que tenia. Steven no dijo nada, ni demostró nada, sabía que haciéndolo solo ofendería la memoria de la joven, por lo que cerró la puerta y siguió su camino normalmente…Como si nada hubiera pasado.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Sarahissa se presentaba frente a Steven mirando hacia un costado. Las palabras del joven sobre usarla para algo más que limpiar y cocinar ni si quiera llamaron su atención. Podía notar por su tono que se estaba burlando de ella, pero aun así movió lentamente su rostro para aclarar el tema.
- Usted puede hacer lo que desee conmigo, después de todo soy de su propiedad. – Con eso tajaba el tema. No necesitaba especificar a que se refería pero no tomaba en broma su virtud, a pesar de que el romano si lo hiciera. Su honor como mujer ya estaba perdido desde el momento en que la habían marcado y le era realmente indiferente tener que cumplir con cualquier otro cometido que Steven tuviera en mente para ella. – Sería normal de cualquier forma… por su edad y falta de esposa… que asumiera que yo debería cumplir dichos labores.
La mujer cayó después de eso. Ya estaba todo dicho. Pensó en Kainan en ese momento, que habría dicho su hermano si la hubiese escuchado hablando de esa manera, seguramente con lo orgulloso que era le habría pedido que se suicidara antes de dejar que un romano la tocara. Que hubiese dicho Octavius con aquella mirada penetrante que contenía la sabiduría de mil batallas… seguramente habría visto hacia un lado y seguido con su camino como lo había hecho toda su vida, abnegado al servicio de una causa más grande que él mismo.
El joven la tomó por la cadera y la guió fuera de la casa, cerrando la puerta tras de él. La mujer solo lo siguió atrás de él mientras ambos se perdían por los senderos que dirigían a Roma al igual que cualquier otro camino en Europa.
- Usted puede hacer lo que desee conmigo, después de todo soy de su propiedad. – Con eso tajaba el tema. No necesitaba especificar a que se refería pero no tomaba en broma su virtud, a pesar de que el romano si lo hiciera. Su honor como mujer ya estaba perdido desde el momento en que la habían marcado y le era realmente indiferente tener que cumplir con cualquier otro cometido que Steven tuviera en mente para ella. – Sería normal de cualquier forma… por su edad y falta de esposa… que asumiera que yo debería cumplir dichos labores.
La mujer cayó después de eso. Ya estaba todo dicho. Pensó en Kainan en ese momento, que habría dicho su hermano si la hubiese escuchado hablando de esa manera, seguramente con lo orgulloso que era le habría pedido que se suicidara antes de dejar que un romano la tocara. Que hubiese dicho Octavius con aquella mirada penetrante que contenía la sabiduría de mil batallas… seguramente habría visto hacia un lado y seguido con su camino como lo había hecho toda su vida, abnegado al servicio de una causa más grande que él mismo.
El joven la tomó por la cadera y la guió fuera de la casa, cerrando la puerta tras de él. La mujer solo lo siguió atrás de él mientras ambos se perdían por los senderos que dirigían a Roma al igual que cualquier otro camino en Europa.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Luego de haber pasado toda la mañana en el mercado de Roma, Sarahissa y su amo llegaron a la casona de Steven pasado el mediodía. Sarahissa se preocupó de servirle a Steven algunas frutas mas de forma de almuerzo y luego, aprovechando la luz del sol, se sentó en la ventana para coser su ropaje. No era muy experta en ello, pero lo sabía hacer lo suficientemente bien como para vestir algo descente. Antes de que cayera el sol, había hecho tres vestidos exactamente del mismo color con sus respectivos pañuelos para amarrarse el cabello.
Subió a su habitación, se colocó uno de ellos, se amarró su larga cabellera de color rosa rojizo y se lo cubrió con tela. No se vería como una gran dama pero pasaba por una campesina del lugar. Tal vez Steven no lo entendiese, pero cubrirse el cabello de esa forma era una forma para que no se notara con tanta claridad que ella no era Romana sino Germana. Una forma astuta de evitar abusos por la reciente guerra hacia su parte. Se tocó sobre la cadera en la cicatriz de la quemadura que tenía, aveces le seguía doliendo sin saber por que.
Bajó al primer piso y miro a los pollitos cerca de la cocina en su jaula, pensando que sería bueno dejarlos ahi un tiempo para que no pasaran frío y muriera pero no sabía que diría Steven de ello, por lo cual los subió y escondió en su habitación para que pasaran ahí la noche.
Luego entró con cuidado a la habitaciñon de Steven y sin encontrarlo ahí, hizo su cama y ordenó sus cosas. La habitación era un asco, un verdadero desorden de pies a cabeza. En una esquina se encontraba la armadura de Legionario del hombre a lo cual Sarahissa se acerco y vio los dragones en la pechera, simbolo de la legión draco. Miró con frialdad la armadura recordando todo lo que esos hombres le habían hecho y por un momento escuchó los gemidos de su madrastra... siendo violada por los romanos y el sonido de los gritos entre las llamas de la villa.
Había jarras vacias y otras no vacias. ropa en el suelo, basura, polvo... realmente Sarahissa se preguntó como era posible estar ahi y no enfermarse. Se demoró bastante limpiando todo cuando de pronto entre todas las cosas vio una especie de violin. Le dió sorpresa encontrar algo así ahi, no sabía que Steven tocara algun instrumento. Se dió la vuelta y se aseguró que nadie estuviese ahí, y llevó el violín a su hombro apoyando su menton en el y comenzó a tocar algunas notas tirando las cuerdas... rasgandolas y creando una hermosa melodía en su soledad.
Subió a su habitación, se colocó uno de ellos, se amarró su larga cabellera de color rosa rojizo y se lo cubrió con tela. No se vería como una gran dama pero pasaba por una campesina del lugar. Tal vez Steven no lo entendiese, pero cubrirse el cabello de esa forma era una forma para que no se notara con tanta claridad que ella no era Romana sino Germana. Una forma astuta de evitar abusos por la reciente guerra hacia su parte. Se tocó sobre la cadera en la cicatriz de la quemadura que tenía, aveces le seguía doliendo sin saber por que.
Bajó al primer piso y miro a los pollitos cerca de la cocina en su jaula, pensando que sería bueno dejarlos ahi un tiempo para que no pasaran frío y muriera pero no sabía que diría Steven de ello, por lo cual los subió y escondió en su habitación para que pasaran ahí la noche.
Luego entró con cuidado a la habitaciñon de Steven y sin encontrarlo ahí, hizo su cama y ordenó sus cosas. La habitación era un asco, un verdadero desorden de pies a cabeza. En una esquina se encontraba la armadura de Legionario del hombre a lo cual Sarahissa se acerco y vio los dragones en la pechera, simbolo de la legión draco. Miró con frialdad la armadura recordando todo lo que esos hombres le habían hecho y por un momento escuchó los gemidos de su madrastra... siendo violada por los romanos y el sonido de los gritos entre las llamas de la villa.
Había jarras vacias y otras no vacias. ropa en el suelo, basura, polvo... realmente Sarahissa se preguntó como era posible estar ahi y no enfermarse. Se demoró bastante limpiando todo cuando de pronto entre todas las cosas vio una especie de violin. Le dió sorpresa encontrar algo así ahi, no sabía que Steven tocara algun instrumento. Se dió la vuelta y se aseguró que nadie estuviese ahí, y llevó el violín a su hombro apoyando su menton en el y comenzó a tocar algunas notas tirando las cuerdas... rasgandolas y creando una hermosa melodía en su soledad.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Por fin habían llegado a su casa. El tiempo había sido cansador en aquel mercado, el ruido de toda la gente caminando o hablando al mismo tiempo simplemente había llegado a marear al guerrero. Llego y lo primero que hizo fue caminar hasta una de las ventanas para ver hacia fuera y poder tomar un poco de aire. Estuvo un tiempito ahí y vio que Sarahissa dejo unas frutas, por lo que tomo una y comenzó a comerla. Era realmente refrescante luego de no haber tomado nada por horas y haber caminado por el mercado. Sin mencionar el cruce con aquel muchacho de pelo anaranjado. Había sido un día agitado para Steven y su esclava pero después de todo estaban descansando otra vez. En su querido hogar…
La esclava se puso a hacer algunos vestidos mientras que Steven seguía distraído, estaba pensando y comiendo la fruta de a poco, pedazo por pedazo. La habilidad que demostró aquel muchacho de nombre Fingolfin, era algo extraña y el guerrero de la legión Draco podía sentir que había algo en él que le llamaba la atención. Sumido en sus pensamientos se encontraba totalmente confundido cuando un sonido fuera de lo normal lo saco de ellos. Un ruido de melodía que bajaba desde el piso superior, desde su habitación.
Subió lentamente sin hacer ruido por la escalera, para poder seguir escuchando aquella dulce melodía que adornaba el hogar. Al llegar hasta la puerta de la habitación pudo ver a la esclava tocando un violín, el mismo violín que Steven trajo desde su casa como recuerdo de su padre. Hacia tiempo que ese instrumento no soltaba ninguna nota musical, el guerrero se apoyo sigilosamente en el marco de la puerta mientras que veía tocar a Sarahissa. El vestido que se había hecho le quedaba precioso, pero estaba ocupado en algo más importante que ver el vestido de la chica. Aquel violín le recordaba a su familia, a su padre, que solía entonar melodías en honor a Roma todas las noches y algunas para que su familia fuera bendecida. Steven estaba triste, pero no lo demostraba, siguió escuchando la muchacha y solo la interrumpió para decir unas palabras, sin moverse del marco.
- ¿Te gusta?...
La esclava se puso a hacer algunos vestidos mientras que Steven seguía distraído, estaba pensando y comiendo la fruta de a poco, pedazo por pedazo. La habilidad que demostró aquel muchacho de nombre Fingolfin, era algo extraña y el guerrero de la legión Draco podía sentir que había algo en él que le llamaba la atención. Sumido en sus pensamientos se encontraba totalmente confundido cuando un sonido fuera de lo normal lo saco de ellos. Un ruido de melodía que bajaba desde el piso superior, desde su habitación.
Subió lentamente sin hacer ruido por la escalera, para poder seguir escuchando aquella dulce melodía que adornaba el hogar. Al llegar hasta la puerta de la habitación pudo ver a la esclava tocando un violín, el mismo violín que Steven trajo desde su casa como recuerdo de su padre. Hacia tiempo que ese instrumento no soltaba ninguna nota musical, el guerrero se apoyo sigilosamente en el marco de la puerta mientras que veía tocar a Sarahissa. El vestido que se había hecho le quedaba precioso, pero estaba ocupado en algo más importante que ver el vestido de la chica. Aquel violín le recordaba a su familia, a su padre, que solía entonar melodías en honor a Roma todas las noches y algunas para que su familia fuera bendecida. Steven estaba triste, pero no lo demostraba, siguió escuchando la muchacha y solo la interrumpió para decir unas palabras, sin moverse del marco.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
El réquiem de sus caídos. El sonido que se tocaba cuando alguien en Germania moría y se le daba entierro. En roma, no enterraban a sus muertos, según sus costumbres se les quemaba, algo que a Sarahissa le parecía atroz. De la tribu a la que pertenecía se le enterraba a los hombres que morían que los ritos fúnebres mas apropiados. Entre ellos, se tocaba alguna pieza musical que representara el sonido de la muerte… un réquiem. Sarahissa solía hacerlo, pues alguna vez se le había enseñado… y solía tocar el violín para su propio entretenimiento en las noches, algo que también solía hacer su hermano y juntos creaban hermosos dúos. Parecía entonces que el tiempo de aquello hubiese sido hace decenas de años… lejanos estaban esos días ya. Pero tocaba con una cierta calma el violín, pues era algo que le agradaba hacer aunque su rostro no lo evidenciara.
Había pasado un buen rato ya ajena del mundo tocando el violín cuando de pronto escuchó la voz de Steven atrás de ella. Paró de inmediato y la desconcentración de la voz del hombre hizo que una nota chirriante apareciera en el ambiente y una de las cuerdas se cortara provocando una herida en uno de los dedos de Sarahissa.
La joven bajó de inmediato el instrumento y lo dejó donde lo había encontrado.
- Perdón… - Dijo bajando la cabeza y llevando el dedo que se había cortado a la boca. – Pensé que no había nadie en casa Domino…
Se quedó mirando a Steven pero pronto no aguantó su mirada y observó hacia el costado. No sabía si el joven esperaba que le dijera que si, que amaba tocar, pero no lo haría. Después de todo… Sarahissa no tenía porque sociabilizar más de la cuenta con él, era una mera sirvienta. Muy pocas veces tocaba para que otros la escucharan, solía hacerlo solo en funerales o entierros importantes y en pocas ocasiones de lluvia en la noche, más que nada porque adoraba la forma en que se sentían las notas musicales con los ruidos de la lluvia.
Había pasado un buen rato ya ajena del mundo tocando el violín cuando de pronto escuchó la voz de Steven atrás de ella. Paró de inmediato y la desconcentración de la voz del hombre hizo que una nota chirriante apareciera en el ambiente y una de las cuerdas se cortara provocando una herida en uno de los dedos de Sarahissa.
La joven bajó de inmediato el instrumento y lo dejó donde lo había encontrado.
- Perdón… - Dijo bajando la cabeza y llevando el dedo que se había cortado a la boca. – Pensé que no había nadie en casa Domino…
Se quedó mirando a Steven pero pronto no aguantó su mirada y observó hacia el costado. No sabía si el joven esperaba que le dijera que si, que amaba tocar, pero no lo haría. Después de todo… Sarahissa no tenía porque sociabilizar más de la cuenta con él, era una mera sirvienta. Muy pocas veces tocaba para que otros la escucharan, solía hacerlo solo en funerales o entierros importantes y en pocas ocasiones de lluvia en la noche, más que nada porque adoraba la forma en que se sentían las notas musicales con los ruidos de la lluvia.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Desde su posición, apoyado en la puerta, Steven observaba todo aquel bello y triste sonar de melodías que eran escupidas por el violín debido al talento que tenia la esclava germana para tocar. Por momentos Steven se dejo llevar por la música siendo arrastrado hasta el pasado, hasta los recuerdos de su padre tocando aquel bello instrumento. Por alguna razón el guerrero siempre estaba de mal humor para apreciar ese talento que su padre tenia o al menos para prestar atención a las clases de violín que su padre siempre quería darle. Cuando estuvo en su hogar nunca respeto este amor que su padre sentía hacia el instrumento, pero cuando fue a la guerra, cuando el único sonido que escuchaba eran los gritos de dolor o de espadas chocando, se dio cuenta lo bien que le haría escuchar en ese momento las notas de su padre acompañadas del viento de la mañana.
Sin embargo, algo rompió con los pensamientos del muchacho, en el mismo momento que le pregunto algo a Sarahissa las notas se fueron y las remplazo un fuerte chirrido que hizo que una cuerda se rompiera. Steven miro esto con gran asombro, el violín de su padre estaba ahora sin una cuerda, pero peor que eso era que la esclava se había lastimado. Al ver que la esclava se llevaba el dedo a la boca y no parecía sufrir dolor. Por lo tanto, Steven se preocupo por el violín. Al parecer no había sido la gran cosa, mientras que lo observaba detalladamente en su mano, pensó que quizás se podría arreglar en poco tiempo.
-Descuida, igual ya estaba viejo y llevaba mucho tiempo entre el polvo –Dijo mientras que veía el violín y luego volteaba para ver a la muchacha- Parece que tienes un gran talento tocando este instrumento y que te agrada hacerlo. Pero… ¿Por qué no respondes cuando yo te pregunto las cosas?
Dijo el guerrero mientras que la miraba. Quizás la esclava tuviera sus motivos y aun guardara rencor por el pueblo humano, viendo a Steven solo como una persona a la que estaba destinada a servir. Pero Steven había dejado de verla como su esclava desde que lo defendió en el mercado, desde allí comenzó a verla como una compañera. Alguien con quien podía charlar sin problemas y sin que ella bajara su rostro al hacerlo.
Sin embargo, algo rompió con los pensamientos del muchacho, en el mismo momento que le pregunto algo a Sarahissa las notas se fueron y las remplazo un fuerte chirrido que hizo que una cuerda se rompiera. Steven miro esto con gran asombro, el violín de su padre estaba ahora sin una cuerda, pero peor que eso era que la esclava se había lastimado. Al ver que la esclava se llevaba el dedo a la boca y no parecía sufrir dolor. Por lo tanto, Steven se preocupo por el violín. Al parecer no había sido la gran cosa, mientras que lo observaba detalladamente en su mano, pensó que quizás se podría arreglar en poco tiempo.
-Descuida, igual ya estaba viejo y llevaba mucho tiempo entre el polvo –Dijo mientras que veía el violín y luego volteaba para ver a la muchacha- Parece que tienes un gran talento tocando este instrumento y que te agrada hacerlo. Pero… ¿Por qué no respondes cuando yo te pregunto las cosas?
Dijo el guerrero mientras que la miraba. Quizás la esclava tuviera sus motivos y aun guardara rencor por el pueblo humano, viendo a Steven solo como una persona a la que estaba destinada a servir. Pero Steven había dejado de verla como su esclava desde que lo defendió en el mercado, desde allí comenzó a verla como una compañera. Alguien con quien podía charlar sin problemas y sin que ella bajara su rostro al hacerlo.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Sarahissa apretaba su dedo con la boca pues se lo había cortado. Observaba a Steven acercarse a ella para perder la mirada en el violín sobre la cama. Los ojos de la muchacha fueron a los dedos del hombre y de inmediato notó que él no era un violinista y por la mirada melancolica en su rostro, ese violin no era un simple objeto olvidado sino que debió haber pertenecido a alguien que Steven estimaba. Sarahissa lo podía notar pues analizar a las personas era una de las cosas que se le daba naturalmente... pero aun así lo miró sintiendo por primera vez un poco de compación, entendiendo que tal vez esa casa en alguna ocasión habia estado poblada por la familia de Steven y ahora ninguno de ellos quedaba ahi para alegrar con sus voces los tristes pasillos.
- No es nada... se puede arreglar... luego lo haré si me lo permite... - Sarahissa bajó el rostro. Estaba por retirarse cuando una pregunta por parte de Steven la tomó por sorpresa.
Al comienzo la alabó por sus conocimientos musicales, cosa que no provocó nada en ella, pero luego le preguntó porque nunca respondía cuando él le preguntaba algo. Sarahissa quizo decirle que era porque despues de todo podía hacer lo que él deseara pero no estaba obligada a sociabilizar con él o ser agradable inclusive. Que lo obedeciera, que lo tratara con respeto, que fuera sumisa, que no lo mirara, era todo parte del hecho que su pueblo había perdido una guerra y la penitencia era la esclavitud, y ella, como mujer orgullosa que era y creyente en lo que era justo, aceptaba el rango de esclava pues, había resultado la perdedora de una guerra y ella era parte del botín. Sin embargo, eso no significaba que tuviera deseos de volverse una romana más o tuviera intención de amar a su señor sobre todas las cosas, como un niño amaría a su padre protector.
- Usted me pone incomoda. - Respondió finalmente. - Por ello no respondo. Ademas... no soy una mujer de muchas palabras. Como vio lo que hago es tocar musica o combatir... y de vez en cuando cazo. Pero aparte de eso... vivir aquí para limpiar y cocinar se me hace un infierno en vida. Aunque lo acepto.
- No es nada... se puede arreglar... luego lo haré si me lo permite... - Sarahissa bajó el rostro. Estaba por retirarse cuando una pregunta por parte de Steven la tomó por sorpresa.
Al comienzo la alabó por sus conocimientos musicales, cosa que no provocó nada en ella, pero luego le preguntó porque nunca respondía cuando él le preguntaba algo. Sarahissa quizo decirle que era porque despues de todo podía hacer lo que él deseara pero no estaba obligada a sociabilizar con él o ser agradable inclusive. Que lo obedeciera, que lo tratara con respeto, que fuera sumisa, que no lo mirara, era todo parte del hecho que su pueblo había perdido una guerra y la penitencia era la esclavitud, y ella, como mujer orgullosa que era y creyente en lo que era justo, aceptaba el rango de esclava pues, había resultado la perdedora de una guerra y ella era parte del botín. Sin embargo, eso no significaba que tuviera deseos de volverse una romana más o tuviera intención de amar a su señor sobre todas las cosas, como un niño amaría a su padre protector.
- Usted me pone incomoda. - Respondió finalmente. - Por ello no respondo. Ademas... no soy una mujer de muchas palabras. Como vio lo que hago es tocar musica o combatir... y de vez en cuando cazo. Pero aparte de eso... vivir aquí para limpiar y cocinar se me hace un infierno en vida. Aunque lo acepto.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
El romano miro con atención cuando ella le decía que podía arreglarlo, sin duda alguna él también podría, no parecía algo difícil. Pero quizás seria mejor dejar que ella lo hiciera, después de todo era la experta en el instrumento y además era bueno que se despistara tocando algo, para olvidar todo el mal momento que debía de estar viviendo. El romano recordó justo en ese momento que la muchacha había sido puesta en esclavitud por su ejercito, quizás ella aun tuviera rencor hacia él por eso. Pero de todas formas, Steven se conformaba con que la muchacha olvidara un poco de esto o al menos estuviera en su cuidado, en vez de estar en brazos de personas que no la trataran de una forma mas cruel de lo que ya había vivido.
Steven estiro su brazo con el violín en su mano, entregándoselo a Sarahissa. La decisión que estaba por tomar era dura, pero decidió que seria mejor borrar el recuerdo de sus padres a tener que lamentarlos cada vez que viera algo que se los recordara. Después de todo él había decidido abandonarlos para no llevarles problemas, era él quien estaba pagando las consecuencias
-Si logras repararlo, te lo obsequio… -Dijo Steven mientras que sonreía, por fuera parecía estar alegre pero por dentro, estaba quebrado por su decisión. Pero ya la había tomado y no quería que hubiera vuelta atrás- Tu le darás un mejor uso que el que hasta ahora, le da el polvo…
Steven seguía con su mano estirada, las ultimas palabras de la esclava lo hizo pensar en que quizás estaba dando mucha confianza a una relación que no había. Ella solo lo hacia por obligación y él estaba pensando en que podía ser una amistad. Steven se dio cuenta de esto, pero aun así, seguiría tal y como estaba su trato con ella.
Steven estiro su brazo con el violín en su mano, entregándoselo a Sarahissa. La decisión que estaba por tomar era dura, pero decidió que seria mejor borrar el recuerdo de sus padres a tener que lamentarlos cada vez que viera algo que se los recordara. Después de todo él había decidido abandonarlos para no llevarles problemas, era él quien estaba pagando las consecuencias
-Si logras repararlo, te lo obsequio… -Dijo Steven mientras que sonreía, por fuera parecía estar alegre pero por dentro, estaba quebrado por su decisión. Pero ya la había tomado y no quería que hubiera vuelta atrás- Tu le darás un mejor uso que el que hasta ahora, le da el polvo…
Steven seguía con su mano estirada, las ultimas palabras de la esclava lo hizo pensar en que quizás estaba dando mucha confianza a una relación que no había. Ella solo lo hacia por obligación y él estaba pensando en que podía ser una amistad. Steven se dio cuenta de esto, pero aun así, seguiría tal y como estaba su trato con ella.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Sarahissa extendió su mano lentamente y tomó lo que Steven le ofrecía, la llave para poder seguir disfrutando al menos de algo en ese lugar. Claro que podría arreglarlo, era facil para ella hacerlo pues conocía bien las cuerdas y como se podían remplazar. Miró la madera un poco comida seguramente por la humedad y entendió que debería restaurar tambien esta. Si había algo parecido a una sonrisa, Sarahissa la expresaba ahora. Acercó el violin a ella y lo miró con detalle para subir nuevamente la mirada a Steven.
- Gracias Domino. - Bajó la cabeza en señal de agradecimiento pues sabía que Steven no estaa obligado a ser tan amable con ella, de hecho debido a su respuesta anterior estaba esperando una acción como un golpe o al menos un sermón por parte de Steven, pero por el contrario el joven se mostraba aun amable con él. Sarahissa no lo entendía pero no era su lugar entenderlo. Tal vez si las situaciones por las cuales estuviese unidos bajo un mismo techo hubiesen sido distintas... ella habría cambiado su forma de ser para acercarse más a Steven o intentar comprender sus costumbres y porque había visto hombres de ese pueblo y de su misma legión destruyendo y tomando vidas y la dignidad de las personas, pero No Steven... él parecía querer devolverle lo poco de humanidad y sensibilidad que quedaba aun en ella.
- Lo arreglaré en mi tiempo libre. - Dijo bajando el violin. - ¿Que desea para cenar?
A pesar de no saber cocinar, siempre podría intentar cocinarle algo, aunque tampoco sabía si la cocina de Steven estaba llena o no, pero se imaginaba que sí. Atardecía y era hora de comer, se sentía el olor al pan que provenía desde la casa principal del valle, y como de a poco las antorchas se iban prendiendo. Sarahissa tenía hambre... y pensó que en Germania a esa hora estaban todos alrededor del fuego, comiendo pescado ahumado... de aquellos recuerdos poco o nada quedaría con la caida del rey bárbaro.
Si hubiese habido rapidos de agua, le habría gustado muchisimo pescar. Recordaba cuando Kainan lo hacía y ella lo observaba apaciblemente desde la orilla, mientras el joven se comportaba como un oso. ¿Dónde estaría Kainan ahora?
- Gracias Domino. - Bajó la cabeza en señal de agradecimiento pues sabía que Steven no estaa obligado a ser tan amable con ella, de hecho debido a su respuesta anterior estaba esperando una acción como un golpe o al menos un sermón por parte de Steven, pero por el contrario el joven se mostraba aun amable con él. Sarahissa no lo entendía pero no era su lugar entenderlo. Tal vez si las situaciones por las cuales estuviese unidos bajo un mismo techo hubiesen sido distintas... ella habría cambiado su forma de ser para acercarse más a Steven o intentar comprender sus costumbres y porque había visto hombres de ese pueblo y de su misma legión destruyendo y tomando vidas y la dignidad de las personas, pero No Steven... él parecía querer devolverle lo poco de humanidad y sensibilidad que quedaba aun en ella.
- Lo arreglaré en mi tiempo libre. - Dijo bajando el violin. - ¿Que desea para cenar?
A pesar de no saber cocinar, siempre podría intentar cocinarle algo, aunque tampoco sabía si la cocina de Steven estaba llena o no, pero se imaginaba que sí. Atardecía y era hora de comer, se sentía el olor al pan que provenía desde la casa principal del valle, y como de a poco las antorchas se iban prendiendo. Sarahissa tenía hambre... y pensó que en Germania a esa hora estaban todos alrededor del fuego, comiendo pescado ahumado... de aquellos recuerdos poco o nada quedaría con la caida del rey bárbaro.
Si hubiese habido rapidos de agua, le habría gustado muchisimo pescar. Recordaba cuando Kainan lo hacía y ella lo observaba apaciblemente desde la orilla, mientras el joven se comportaba como un oso. ¿Dónde estaría Kainan ahora?
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
Al parecer el Violín había puesto contenta o al menos, mas de lo que estaba antes, a la joven esclava. Steven sonrío ante esta emoción que la mujer demostraba poco, pero lo demostraba al igual que su gratitud. El guerrero seguía pensando en que estaba haciendo lo mejor al deshacerse del recuerdo de sus padres y olvidarlos, empezar una nueva vida, sin depender de nadie…
El guerrero romano no tenia tanta hambre, pero debía de comer porque de lo contrario se desvanecería y perdería energías. Su cuerpo debía de mantenerse fuerte para cualquier momento que la batalla lo llamara, la legión Draco no aceptaría que su mejor guerrero fuera a la batalla desvanecido y sin fuerzas. Pensó en las posibilidades remotas que tenían para la cena, debido a que no había muchas cosas que pudieran usar a su favor para comer, pero seguramente algo se le ocurría a la muchacha o a él.
-Vaya… Es que no tenemos muchas cosas comestibles –Dijo mientras que miro los rincones de la habitación, como si buscara algo que estaba ausente, luego saco su espada del cinturón mientras que la empuñaba con seguridad, lo mas probable es que tendría que ausentarse un momento para ir en busca de comida. El guerrero miro a su esclava mientras que le dirigió unas palabras- Supongo que deberé ir a cazar… ¿Vienes o te quedas?
La mujer parecía tener mucha experiencia en cosas que no son normales entre mujeres, pero que en su pueblo quizás si lo fuera, como el arte de cazar. Quizás ella querría acompañar al muchacho en busca de alguna presa para cocinar al fuego, tal y como lo hacia cuando estaba en la guerra. Se quedo esperando respuesta de la chica mientras que seguía con su espada en la mano.
El guerrero romano no tenia tanta hambre, pero debía de comer porque de lo contrario se desvanecería y perdería energías. Su cuerpo debía de mantenerse fuerte para cualquier momento que la batalla lo llamara, la legión Draco no aceptaría que su mejor guerrero fuera a la batalla desvanecido y sin fuerzas. Pensó en las posibilidades remotas que tenían para la cena, debido a que no había muchas cosas que pudieran usar a su favor para comer, pero seguramente algo se le ocurría a la muchacha o a él.
-Vaya… Es que no tenemos muchas cosas comestibles –Dijo mientras que miro los rincones de la habitación, como si buscara algo que estaba ausente, luego saco su espada del cinturón mientras que la empuñaba con seguridad, lo mas probable es que tendría que ausentarse un momento para ir en busca de comida. El guerrero miro a su esclava mientras que le dirigió unas palabras- Supongo que deberé ir a cazar… ¿Vienes o te quedas?
La mujer parecía tener mucha experiencia en cosas que no son normales entre mujeres, pero que en su pueblo quizás si lo fuera, como el arte de cazar. Quizás ella querría acompañar al muchacho en busca de alguna presa para cocinar al fuego, tal y como lo hacia cuando estaba en la guerra. Se quedo esperando respuesta de la chica mientras que seguía con su espada en la mano.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Nuevo Hogar de Steven
La opción que le presentaba Steven a Sarahissa de elegir si ir o quedarse le llamaba la atención. No era normal para ella que siendo una esclava le dieran oportunidad de elegir lo que desearía hacer. Sarahissa pareció confundida un segundo, pensando el porque de esa libertad que le estaban ofreciendo. Luego volvió en si y entendió que no sacaría nada cuestionando lo que Steven le proponía y simplemente bajó el rostro con el violín en su mano.
- No sería de ninguna utilidad para usted si lo acompaño, creo que es mejor que me quede aquí y busque alguna cosa que hacer.
La voz de Sarahissa era tan fría que a cualquiera le habría parecido más que extraña. No solo era eso, era todo en si… la falta de expresión en su rostro la mayoría del tiempo la volvían una persona demasiado impredecible. No se podía saber si estaba feliz o triste o simplemente nada le interesaba.
Permaneció ahí parada esperando que Steven le diera la orden de que podía retirarse. Sabía que podría haberlo hecho y a su amo poco le habría importado… pero creía al menos en el respeto entre ellos, pues Steven era su dueño. A pesar de todo lo malo el hombre jamás le había levantado la mano ni negado nada, por lo mismo lo mínimo que podía hacer era respetarlo… aunque fuera parte de aquella legión que había masacrado a su tierra.
Cada vez que lo miraba, se preguntaba a si misma como era posible que un hombre tan amable como ese hubiese sido parte de las grandes matanzas en Germania, del robo de mujeres y niños para venderlos como esclavos, de los saqueos a su tierra, de los grandes incendios que los legionarios causaban en las aldeas para destruirlas completamente. No entendía como un hombre que le había dado ropaje, una habitación propia y la trataba como un miembro de su familia había sido uno de aquellos cerdos que arrasaba con todo a su paso en la tierra donde ella había nacido.
- No sería de ninguna utilidad para usted si lo acompaño, creo que es mejor que me quede aquí y busque alguna cosa que hacer.
La voz de Sarahissa era tan fría que a cualquiera le habría parecido más que extraña. No solo era eso, era todo en si… la falta de expresión en su rostro la mayoría del tiempo la volvían una persona demasiado impredecible. No se podía saber si estaba feliz o triste o simplemente nada le interesaba.
Permaneció ahí parada esperando que Steven le diera la orden de que podía retirarse. Sabía que podría haberlo hecho y a su amo poco le habría importado… pero creía al menos en el respeto entre ellos, pues Steven era su dueño. A pesar de todo lo malo el hombre jamás le había levantado la mano ni negado nada, por lo mismo lo mínimo que podía hacer era respetarlo… aunque fuera parte de aquella legión que había masacrado a su tierra.
Cada vez que lo miraba, se preguntaba a si misma como era posible que un hombre tan amable como ese hubiese sido parte de las grandes matanzas en Germania, del robo de mujeres y niños para venderlos como esclavos, de los saqueos a su tierra, de los grandes incendios que los legionarios causaban en las aldeas para destruirlas completamente. No entendía como un hombre que le había dado ropaje, una habitación propia y la trataba como un miembro de su familia había sido uno de aquellos cerdos que arrasaba con todo a su paso en la tierra donde ella había nacido.
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