[Villa Vallis Mellitus] Entrada

Helena se sintió feliz de que su compañera accedise a dejar al azar la oportunidad de viajar todo el día con su amo, la verdad es que ella quería ir con Fye, pero si su amiga ganaba no podía hacer nada y tenía que atenerse a ello, lo mismo pasaba con Alexandra. No podía negarlo, tenía un poco de celos por su compañera ya que ella parecía estar bastante unida a Fye de una forma que Helena estaba segura no iba a poder estar. Con una sonrisa en sus labios tomó varias pajillas y con los ojos cerrados frente a su compañera, las metió en una bosa y las revolvió agitando la misma, ahora sí ni una podía saber cuál era la más larga, además que todas tenían diferentes tamaño así que no había problemas con el concurso.

-BUeno Alexandra sacamos una sola a la cuenta de tres- La mujer rubia puso la bolsa encima de un banco que estaba cerca y dijo- Sacamos entonces una pajilla. Suerte para cada una de las dos, pues ambas sabemos que nos gustaría estaría estar con nuestro amo todo el tiempo posible.- Respirando profundamente, la mujer de cabellos rubios sacó una pajilla con los ojos cerrados y con lentitud abrió sus ojos para ver con decepción que sacó una pajilla muy pequeña, tanto que ya sabía que esa no sería competencia contra la de Alexandra.

-¡Qué pena! - Helena hizo un puchero- Yo quería ganar... Bueno y quien no?- - sonrisa nerviosa- Etto... pero no importa, igual es bueno ir de viaje respirando el aire puro de los bosques, el camino a Grecia tiene muchos lugares despoblados llenos de aire fresco, además se tiene una vista tan linda- Helena dijo esto mientras caminaba hacia el carruaje, pero antes de llegar a ese lugar, la mujer rubia decidió dirigirse una vez más a su amo, y esta vez sin mirarlo a los ojos dijo:

-Señor yo conduciré el carruaje que lo llevará a Grecia, Lin estará más que complacida de hacerle compañía durante el viaje y yo estaré más que gustosa de llevarlo a su destino.

Apenas Helena dijo esto, se dio media vuelta y acomodó las riendas del caballo, luego abrió las puertas del carruaje y se subió al caballo, pues esperaba nada más la orden de su querido ángel descendido del olimpo. Por un lado se daba cuenta de que lo mejor era que precisamente ella fuese conduciendo el carruaje, ya que estaba segura que aquella acción atrevida del beso robado a su amor platónico seguro lo había molestado y aún tenía pendiente el castigo para ella por aquel proceder.

Un caballo a lo lejos, se veía venir. Era un corcel blanco como la viene y con un pelaje que parecía nunca haber sido cortado, la razón era sencilla, Paolo creía en su corcel indomable, quien solo le obedecía a el y a nadie mas, sin embargo, Paolo llegaba tarde, a lo lejos se podía ver un poco el polvo que levantaba aquella carrosa de su señor y sus dos compañeras de guerra. De inmediato dio un alto al corcel, tomo un respiro y dándole un azote salio como un rayo, no podía permitirse estar lejos de su dios, de su amo, pues había hecho una promesa y era protegerlo a cualquier costo y siempre permanecer a su lado.

Debo alcanzar el carruaje a toda costa, hoe, hoe, adelante relámpago, Paolo no desistía, se podía ver correr aquel animal como su fuese un verdadero rayo, pero el polvo aunque levantaba parecía mas bien era un tornado, un tornado que alcanzo prontamente el camino a las villas y con el a sus compañera, sin embargo afuera solo iba comandando aquel carruaje Helena... eso significaba que Alexandra estaba en el interior con el amo.

No puedo creer que ella este allí dentro con el amo Fye, jajaja la mas débil de los tres, jaja pero bueno... a por cierto Helena, ¿como te derroto? jajaja te quitara el corazón de Fye, bueno de nuestro dios jajaaj, los ojos de Helena eran como agua cristalina que dejaba ver el fondo para Paolo y no ocultaban mucho. Aquel guerreo no dijo mas solo callo y prosiguió acompañándolos.