VILLA AUREA

Recuerdo del primer mensaje :

Había sido un duro camino bajo la lluvia, peró finalmente llegamos a los límites de la Villa Aurea perteneciente a la familía de Ioros, faltaba poco para llegar a nuestro destino, el edificio principal y parecía que aquella chica cuyo nombre era Astrid había cogido un poco de confianza en él y eso le alegraba.Finalmente llegaron y Ioros detubo el caballo, dio un poco de tiempo para que Astrid aflojara su abrazo y primero descabalgo él y desde el suelo alargaba los brazos hacía la cintura de la muchacha para ayudarla a bajar.

-Bienvenida a mi villa, la Villa Aurea, espero que tu estancia aquí sea de tu gusto.

Uno de los criados que respondia al nombre de Gregor se nos acercó corriendo con una capa en sus manos y se detuvo delante nuestro con una reverencia diciendo muy respetuosamente:

-Señor le traigo esta capa para que se resguardo hasta la entrada, sea bienvenido, las dependencias estan siendo preparadas para su estancia aqui.

-Gregor me alegra verte después de tanto tiempo, por favor cuida de mi caballo, que no le falte comida ni bebida pues se lo merece, hoy se a comportado como uno de esos valerosos caballos de leyenda.

Astrid se había quedado algo apartada observando la arquitectura de esa edificación, Ioros le tendío la mano para que se acercara-Vamos- esperaba a la chica para cubrirse los dos con la capa y resguardarse un poco del tiempo aguoso.

Entraron en la casa, y allí un par más de sirvientas esperaban su llegada, Ioros no quería darles más trabajo del imprecindible, así que les dio unas simples órdenes:

-Por favor, me harías el favor de guiar a esta chica a la habitación de húespedes, para que se pueda dar un baño caliente y canviarse de ropa, y si no es mucha molestía preparad algo de comida caliente estoy hambriento y creo ke nuestra invitada también os lo agradecera.

Luego dirigiendose a Astrid le dijo:

-Puedes confiar en ellas, yo también me iré a cambiar, y nos vemos cuando estes dispuesta, tómate tu tiempo.

Ioros se colocaba detrás de mí, me descubría siguiendo sus indicaciones alzando los brazos, las vendas me sujetaban con firmeza rodeándome, permanecíamos en silencio para después se arrodillara y terminara de vendarme, sus mirada me hizo sentirme levemente incomoda pero no por ello dejaba de verlo, me decía que había terminado por lo cual colocaba el camisón para no pasar frío, este se ajustaba a mi cuerpo por encima de la toalla la que sacaba por debajo de mi ropa, sin perder tiempo el joven tomaba mis manos.

Sinceramente no sabía que responderle, solo me quedaba petrificada tras esa repentina declaración.- Ioros… yo…- una media sonrisa salía apenas de mis labios acariciando su rostro- no estoy segura si esto es amor como tú lo llamas… no quería lastimarlo al decir algo que no debía, sacudía la cabeza arrodillándome y abrazarlo fuertemente contra mi cuerpo- te aseguro que hay una razón para que te diga esto pero cuando deje a Gelum… también dijo que estaba enamorado de mí, considéralo un mal ejemplo ya que a su edad puede ser muy enamoradizo pero quiero que entiendas que él sabe exactamente lo mismo que tú y también dijo que…-resignada me apartaba tomando sus manos- apenas me conocen, no pueden hablar así a la ligera… además no puedo tomarme el lujo de pensar en este tipo de sentimientos.

Me acercaba acariciando su mejilla y depositando un beso cerca de la comisura de sus labios suavemente. Terminando me levantaba para dirigirme al balcón.
He venido por una cosa y esa es mi hermana… no desistiré hasta ver a Vergilius…-quedaba en silencio para girarme y verlo- tampoco quiero interferir con tu deber con Roma, ambos tenemos obligaciones que cumplir para nuestros respectivos pueblos.

Algo quemaba y congelaba al mismo tiempo mi pecho, sin resistir me desplomaba al suelo haciéndome difícil de respirar.

Es hora que recuerdes cuál es tu misión..

Quién eres?... que quieres?.. –sofocada respondía presionando por encima de mi pecho notando como una especie de energía quería desprenderse de mi cuerpo.

Ioros se entristecio por un momento, peró eso no iba a afectar su caracter tampoco le había dicho un " no " rotundo así que había esperanzas futuras y Ioros no se rendía fácilmente encualquier campo de batalla, y más en esta conquista del corazón de Astrid. Ioros escuchaba todo el discurso moral que le estaba soltando, peró a él solo le sonaban como posibles excusas,era su turno de volver a hablar así que acercandose de nuevo a ella:

-No tienes que darme tantas explicaciones, se que era un disparate,peró tambien te informo en este mismo instante que no voy a renunciar a ti, lucharé cuanto haga falta para que finalmente seas mia...

Ioros entonces se percató que algo malo sucedia, parecía que a la chica le era díficil respirar, y de repente se desplomaba en el suelo, el chico se acercó rápido para ver que le ocurría, se arrodilló a su lado y cogiendola por debajo del cuello le volvió a hablar:

-Que te ocurre Astrid, te sientes mal?- ella contesto peró en un idioma que Ioros no comprendia debía estar delirando, ni tan solo creía que notara su presencia en ese momento peró sin embargo o paraba de hablarle-tranquila no dejaré que pases por esto sola, yo te cuidaré como he hecho desde que te conocí.

La levantó del suelo y la llevó hacía la cama para que almenos estubiera más cómoda,venga tu puedes superar esto, le decía mientras le sujetaba la mano para intentar trasmitirle su fuerza y calor, peró en ese contacto físico Ioros notaba algo frió y oscuro que le ponía los pelos de punta, era una sensación completamente distinta a la que había sentido esa tarde con Sophia en el mercado, parecía que en ese dia estaban sucediendo muchas cosas, acaso se avecinaba algo...

Tenía bastante miedo, lo único que podía alcanzar a recordar fue como mi vista se había nublado alcanzando a escuchar la respuesta de Ioros de ahí a que todo se tornó en una densa oscuridad, tal como lo había soñado antes mi cuerpo se hundía cayendo cada vez más…

Astrid… Astrid… sácame de aquí…

Una luz demasiado poderosa abría un portal reflejando la misma silueta, saliendo lentamente se lanzaba tras ese vacío alcanzando a tomarme de la mano para que dejara de caer, acariciaba mi rostro paseándose por debajo de mi cuello hasta que sus manos se aferraban tratando de ahorcarme, mis ojos se nublaron pero no podía defenderme… era como si ya estuviera muerta…

No puedo…

Algo espantoso tomaba la forma de una poderosa bestia que aguardaba el momento en el que dejara de respirar, el dragón acercaba su hocico como si sonriera ansioso esperando que mis últimas fuerzas se desvanecieran. No sabía que querían de mí..

Mientras tanto Ioros se encontraba a mi lado sosteniéndome, mis labios se abrieron lentamente para poder respirar pero tal parecía que todo comenzaba a empeorar. Una energía plateada empezaba a envolver mi cuerpo opacando la oscuridad que ofrecía la noche, podía sentir la proximidad de su cuerpo e incluso él podía notar como las sombras de unos dedos se marcaban sobre mi piel de la nada, todos los cristales explotaron clavándose justo al pie de la cama hasta que flotando nos apuntaban amenazando con atravesarnos.

Mis ojos se abrían vacíos mientras me sentaba para mirar fijamente hacia esos vidrios reflejando nuestras figuras, sabía que ese hombre estaba junto a mí observando todo lo que sucedía a mi lado, sostuve su mano dejándola sobre mi mejilla.

Que estarías dispuesto a entregar a cambio de su alma?...

Todo se volvía cada vez más raro, una oscuridad aún más negra que la noche estaba asolando la habitación y de golpe un gran estruendo, todos los cristales del balcón habían estallado convirtiendose en agresivas puntas afiladas, Ioros no dejaba la mano de Astrid en ningún momento parecía que ella era la clave de todo ese enigma, de pronto los trozos de cristales empezaron a levitar de forma peligrosa.

Astrid quedó sentada, peró no era ella misma, tenía los ojos como más apagados,parecía como si fuera controlada por algo interior algo del subconsciente pero Ioros o entendía de esta materia, lo único que podía continuar haciendo era lo que hacia ahora y era no dejar a la chica, ella le levanto la mano haciendo que rozara su mejilla de forma tentadora y se dirigió a mi.

-Quien eres tú? espiritu-le decía Ioros como plantandole cara, una voz hablo a través de la boca de la joven, como pidiendo un canje para el alma de ella, Ioros no dudó ni un momento en responderle pues tenía clara la respuesta- Para salvar su alma estaría dispuesto a ofrecer la mía propia- con cada palabra de Ioros los cristales parecían incitarse más vibrando de manera aún más amenazante, este diendose cuenta del peligro le dedicó unas cuantas palabras más.

-Has de saber que mi cuerpo, incluso después de mi muerte,seguirá protegiendo a Astrid no voy a permitirte hacerle daño- y añadió remarcandolo: Yo la protegeré pues la quiero .
Ioros iba cumplir sus palabras, se abrazó fuerte a la chica de forma que su cuerpo quedara como un escudo, y con los ojos brillantes le susurró al oido :

-De lo único que puedo arrepentirme es de no haber podido pasar más tiempo contigo y demostrarte que mis palabras eran ciertas.

Entonces Ioros la cogió por el mentón con suavidad y le dedicó un beso en los labios casi como despedida, y la volvió a abrazar esperando una posible muerte.

El aura plateada seguía emanando desde lo más profundo de mí ser, los cristales resonaban cuando el hombre trataba de encarar al espíritu que hablaba a través de mi cuerpo. Los ojos mostraron cierta curiosidad al verlo comenzando a reír levemente como si se tratase de un pequeño canto.

Déjame presentarme como se debe noble hombre puesto que la respuesta que solicitas no existe o es una que no alcanzarías a comprender… desde antes que existieras en esta era y en muchas otras siempre he renacido bajo la estrella del mismo dios Hades… con varios nombres he sido bautizada en cada reencarnación.. ni siquiera yo misma he sido capaz de recordarlos… ya que entenderás que cuando se toma una nueva vida la anterior desaparece surgiendo un nuevo poder.

A pesar de todo eso Ioros no desistió en considerar la oferta que le proponía el mismo orgullo, seriamente mis ojos se posaban examinando la figura de ese hombre, enarcaba una de las cejas al haber visto la facilidad con la que cedía por amor. – Es sorprendente como ustedes sin dudar ofrecen su vida ciegamente por aquellos que aman… es una lástima que tal sacrificio no cambie el destino de esta joven… no crees?

Tomando su decisión abrazo por completo ese cuerpo ya casi inerte sintiendo como la frialdad de mi piel contrastaba con el calor de su cuerpo, hermosas palabras eran expulsadas tras un amargo lamento que salía del fondo de su corazón, mi mano subía acariciando por encima de su espalda para contraernos un poco más.

Mientras tanto el alma de la joven se encontraba cautiva en el interior de su más profundo miedo… la soledad… siendo rodeada por una completa oscuridad en un sitio que ella apenas reconocía, hallándose en el lugar más prohibido al menos para mortales, temerosa lo único que poseía entre sus manos era una alabarda. Su mente era como un mar de caos ya que las cosas que la rodeaban podían aparecer solo en la imaginación, el escenario se presentaba como un bosque de colores rojizos movidos por el intenso oleaje de las hojas, estas se difuminaban con las cosas creando cualquier tipo de objeto pero en el fondo sabía que estaba siendo vigilada… de repente una gigantesca sombra opacaba el sitio sobrevolando en círculos por encima de la cabeza de Astrid, extendiendo sus alas descendía clavando sus garras por el suelo mirando a lo que se convertiría en su nueva presa.

Esto en verdad no está pasando.. los dragones no existen!!

La bestia erguía su propio cuerpo asomando sus fauces y lanzar un espectral rugido, era como si mis pensamientos los escuchara con claridad, lanzando mordiscos empezaba a perseguirme para eliminarme, sin dejarme con un movimiento de mi brazo lanzaba un corte en diagonal alcanzando a herir uno de sus ojos, con furia giraba su cuerpo utilizando su cola como un látigo lanzándome varios metros para salir volando. Tú.. Tu… no eres real!!... es una ilusión!! ..- aunque pensara así podía ver el daño que me provocaba físicamente viendo como tosía expulsando parte de sangre, no podía moverme pero entonces como un eco de múltiples voces resonaron:

Princesa… esto es solo una prueba que se le ha impuesto demostrando que usted debe de ser digna portadora del poder que se le brindara… lo que ve ante sus ojos es solo la representación de todos sus miedos transformada en una poderosa criatura… la cual es capaz de guiarla…

El dragón se ocultaba entre ese mar de espejismos ahogando su voz en unos gorgoteos que parecían simular una especie de risa, mis músculos no respondía a lo cual me recargaba sobre el arma para apoyarme… a lo lejos podía ver las figuras de dos personas que me veían con una profunda tristeza, petrificada los reconocí al ver a mi hermana y a mi padre que me esperaban, caminaba hacia ellos lo más rápido que pude pero solo era una mera ilusión ya que el dragón estiraba una de sus garras deshaciendo esa imagen en simple humo… siendo engañada pensaba que llegaría mi final pero un calor intenso sobre mis labios se encendieron como si alguien los acariciara por encima de ellos…El tiempo no corría de la misma manera dentro de la mente de la chica pero el espíritu se mostró inquieto debido a la respuesta que ocasiono sobre su reciente adquisición.

Quién lo diría… estando al borde de la muerte e irónicamente pudo sentir “eso”… simplemente curioso.

Hablando en alto dejaba que Ioros abrazara con fuerza el cuerpo esperando su posible final, debía de saber que no sería tan sencillo como se lo ofrecía ya que no requería el alma de un simple hombre sino que debía algo más.

Caballero… mi poder se está viendo limitado… ahora depende todo de ella pero no te preocupes… pudo sentir el obsequio que le mandaste.. pero debo decirte que tu alma ni tu cuerpo no son los suficientes para tal intercambio… ya que al poseer el don de ver un poco más allá de lo que ustedes no pueden percibir debo informarte que le perteneces a alguien más.

-Pertenecer a alguien más? a que se refería ese espiritu, nunca había sido esclavo, nadie tenía dominio sobre él, tampoco he practicado la magia oscura como para haber comprometido su alma, a Ioros entonces le vinieron las palabras del reclutador de la legión:

-Bien chico, ahora perteneces a Roma, tú única familia será el ejercito, tú vida es nuestra y podremos disponer de ella cuando sea requerido.

Peró no podía ser, sólo eran meras palabras para asustar a los jovenes reclutas,solo eran palabras para que supieras que tu vida ya no tendría importancia y que la muerte podría llegarte en cualquier momento, porque pensaba tanto en algo que no ayudaría a Astrid, sus pensamientos eran ínutiles en ese momento, tenía que concentrarse en salvar a la joven que quería, entonces las palabras del espiritu resonaron en su cabeza, ella a recibido tu obsequio, a caso se refería al beso? si era así ella no estaba perdida seguia luchando en su interior y él tenía que ayudarla como fuera, la abrazaba con fuerza y notaba como su cuerpo cada vez estaba más frio como si estubiese perdiendo la vida, entonces aún la abrazo con más fuerza.

Ioros se sentía impotente ante esa situación, no sabía que podía hacer, estaba a punto de desmoronarse y las lágrimas empezaban a salir de sus ojos.

-Por favor, ayudala,tu puedes hacer eso verdad?si ella muere tú tambien morirás teneís un vinculo.vuestros destinos van ligados.

-Chico como ya te he dicho mi poder esta limitado en estos momentos,peró tienes razón nosotros somos una, si ella desaparece yo desaparezco, solo te diré que tú tienes un poder, despiertalo o la perderas-sus palabras eran duras y frias sin dejar sentir una emoción en ningún momento, parecían más bien un desafio.

Que estaba diciendo esa cosa,él era una persona común, si hubiera tenido poderes los habría usado anteriormente para salvar a muchos de sus amigos, incluso siendo egoista protegerse el mismo, en cambio su cuerpo estaba lleno de cicatrices y sus compañeros enterrados en tierras lejanas sin ni siquiera una tumba para poder honrarles.

Astrid tienes que resistir, yo lo intentaré haré que nazca ese poder para poder salvarte, no te dejaré sola-Ioros intentaba aserenarse, en su mente empezaba una lucha de valores, nunca había creído en lo sobrenatural peró en ese día había visto muchas cosas extrañas, Sophia curando a un moribundo en el mercado y ahora esto acaso necesitaba más pruebas de que los dioses y demonios existian?quizá había personas tocadas con dones divinos y que era distintas al resto del mundo, quizá los dioses tenían a sus favoritos.

Necesitaba encontrar ese poder para proteger, no dejaría que nunca más le arrebatasen las cosas que quería, he de buscar en mi interior allí encontraré la respuesta, el chico cerró los ojos empezando una busqueda espiritual que no sabía dónde lo llevaria peró estaba dispuesto a ello,su mente era un nido de preguntas y entonces su subconsciente le hablo:

-No pienses tanto, centrate en los hechos actuales no busques la respuesta a preguntas que no tienen respuesta, ella esta fría que necesitas para cambiar eso... el fuego da calor y luz al mundo, no es acaso lo que necesitas para ayudarla?Centrate en eso.


1er Post de 4 para la defensa

Off-rol: juro que me han dado permiso para manipular un poquito al espiritu del orgullo.

Que está pasando?...

La bestia se deleitaba cuando mi cuerpo era oprimido, a ese paso era más que seguro que hubiera muerto pero no... a pesar de ello algo me arrastraba manteniéndome con vida, soltaba el arma al no verme capacitada ya que mis fuerzas desaparecían… el sonido metálico de la alabarda resonaba mientras gritaba debido al dolor intenso que me provocaba.

Aaaahhh!!.. –todo ese mundo en el que me encontraba se desmoronaba viendo el final inminente de cómo se aproximaba, una especie de sombras se reunían alrededor del dragón para ser testigos mismos de mi muerte.- no puede acabar así… aún no… -apenas murmuraba, me enfadaba conmigo al no ser capaz de poder protegerme a mí misma, si no podía hacerlo entonces como me disponía a pelear por algo que deseaba proteger mostrando debilidad. – Yo… yo soy más fuerte que todos… soy más fuerte que tú!!-una explosión de energía centelleaba en lo más profundo de mi ser, la criatura me soltaba cuando la luz lo enceguecía, caía al suelo justo cerca de la alabarda que resonaba para que lo tomara, giraba la cabeza estirando la mano para tomarla.

Cuando todo eso pasaba los cristales que rodeaban a Ioros y al espíritu explotaron dejando caer una lluvia muy fina de polvo, estos eran absorbidos por los cuerpos de ambos brindándoles más poder.. – eso es lo único que puedo hacer por ambos… - el orgullo parecía agotado al interceder pero solo para conveniencia de Astrid, exhausta se apoyaba de Ioros esperando que la situación cambiara a favor para ella, así su existencia para ser liberada sobre este mundo no correría peligro, aquellos finos cristales sanaban las heridas de una forma sorprendente a la vista de ese hombre a tal manera que en su piel no quedaba rastro de las cicatrices que le provocaron a esos soldados. Aunque algo perturbador presentía el mismo orgullo al estar cerca de Ioros. – Acaso tú?... eres uno de… - hablando consigo misma mirandolo a los ojos con frialdad.

Ya no podía continuar así, mis dedos apenas rozaban el mango de esa arma, un poder me embargaba logrando recuperar mis fuerzas, decidida veía con una fijación aquel monstruo que había osado a querer lastimarme. Firmemente me colocaba de pie en mi sitio levantando hacia el cielo ese objeto, creando con mi poder reproducía unos poderosos cristales en forma de lanzas que apuntaban hacia el dragón, bajaba el arma hacia adelante guiándolos para atravesar su cuerpo, el aura platina me cubría dañando por fin a la bestia… al ser tocado por ellos el cuerpo de mi oponente se tornaba de piedra petrificándolo lentamente, en la desesperación al ver como se transformaba se alzaba en un triste lamento, los cristales eran re direccionados creándose un espejo el cual la criatura sostenía entre sus garras mirando fijamente. Confundida me acercaba alcanzado a ver mi propia imagen pero antes de poder estar en frente las miles de sombras se interpusieron evitando que siguiera mi camino.

Aléjense!!!


No me encontraba de humor para seguir soportando más obstáculos, una onda de energía era lanzadas para hacerlos retroceder.. abriéndose paso dos personas caminaban hacia a mí con sus respectivas armas, sin creerlo reconocía que eran tanto como mi padre y Kaia los que avanzaban pero en el fondo se veían demasiado diferentes a como estaba acostumbrada a verlos. Cuidando mi lenguaje me arrodillaba mostrando mis respetos…

Majestad… princesa… - alzaba el rostro confundida al encontrarlos en este estado de sumisión, mi padre sacaba su arma mientras Kaia esperaba detrás de él ocultando la expresión de su rostro una pequeña sonrisa a lo que me avecinaba, sacando su espada lanzaba una estocada provocándome daño.

Levántate!!... –su voz me penetraba en lo más profundo sin entender el motivo de su proceder, siguiendo a pasos lentos empuñaba su espada tratando de atravesarme, interpuse la alabarda entre nosotros evitando su golpe para defenderme. – porque?... no lo entiendo… -reaccionaba al mirarlo ya que recordaba que él había perdido la vida al enfrentarse contra las legiones de Vergilius, un terror embargo mi corazón al imaginar que mi hermana ahora se encontrara en las mismas condiciones que mi padre..- Hasta aquí llegaste princesa… pagaras por los pecados que cometiste al haber faltado a tu palabra…

Y tú que hubieras hecho en mi lugar??!!... siempre estuve para protegerlos a ambos dispuesta a entregar mi vida… a pesar que tuviera que esconder mi propia identidad para lograrlo… -el sentimiento de indignidad crecía descomunalmente, nunca imagine que llegaría el momento en que reprocharía una misión que se me encomendó desde mi nacimiento para protegerme.

En verdad creíste que esa era el motivo por el que quiero liquidarte?.. todo esto comenzó por tu culpa… antes de saber de tu miserable existencia una de las profecías anunciaba la llegada de una poderosa estrella que acaecía amenazante a nuestro reino, tras pocos meses llegabas al mundo con una marca anunciando que esto era real, todos habíamos deliberado asesinarte pero el terror se sembró en nuestros corazones al ser testigos de lo que podías ser capaz… un demonio en tu interior nos amenazó con acabar todo lo que conocíamos sino éramos capaces de protegerte… incluso tu debías haberte percatado de su presencia… no has sentido en algunas ocasiones que te saltabas momentos de tu vida sin saber las razones?

Yo… -estaba temerosa ya que siempre lo atribuía a una serie de desmayos o simplemente a que a veces era distraída al sentirme presionada por convertirme en alguien de orgullo para mi familia- es mentira!!.. -el mundo colapsaba a ese cambio de ánimo tan drástico al no aceptar la verdad de sus palabras, furiosa me dispuse a luchar para que se retractara…

Ioros… -el espíritu se mostraba alterado al sentir como las emociones se desbordaban por parte mía, su cuerpo a pesar de haber sido sanado con éxito seguía manteniendo esa misma frialdad en la que parecía perderse en esos momentos, temblando aferraba las manos a sus brazos pensando en algo diferente. Aunque no era la única de sus preocupaciones ya que aunque fuera muy leve sentía como alguien más despertaba su poder no lejos de ahí…- alguien más ha despertado… eso significa que el despertar de los dioses se aproxima… lo sientes verdad?.. estoy segura que esa sensación te resulta familiar así como el despertar de mis hermanas..

-Fuego necesito crear fuego, peró no veo como hacerlo me quemaría-solo dudas asaltaban la mente de Ioros impidiendo que avanzara.

Durante la concentración de Ioros, los cristales amenzantes estallaron convirtiendose en fino polvo, que poco a poco fueron absorbidos tanto por su cuerpo como el de Astrid,fue una extraña sensación, el cuerpo de Ioros empezó a sentir una nueva energia que lo invadía , no sabía como describirlo peró notaba una paz que no había sentido desde hacía tiempo, empezaba a sentir el lento latir de su corazón bombeando la sangre hacía el resto de su cuerpo peró a la vez notaba una intensidad distinta notaba el surgir de una nueva fuerza, el corazón de Ioros empezaba a crear una luz dorada que cada vez brillaba más parecía que quisiera salir de su cuerpo, peró entonces un dolor insoportable nacía en su pecho parecía que la luz dorada estaba rechazando la energia que le había proporcionado el espiritu que habitaba en Astrid.

Otra vez resonaba esa voz en su cabeza dejando sentir sus palabras:

-Puedes agradecerle, gracias a ella estas despertando el cosmos de tu interior,peró no necesitas ese poder es oscuro, tú poder sirve para protejer el bien, deja que fluia a través de ti-haciendo una pausa en sus palabras- no te voy mentir ahora tendrás que sufrir para limpiar tu cuerpo, peró tambien te digo que merecera la pena.

Y así era las palabras del subconsciente se cumplian, ahora no solo era el pecho lo que le dolía, el dolor se extendía parte por parte, peró Ioros aguantaba apretando los dientes sin soltar ni un grito, las cicatrices que antes habían desaparecido volvían a abrirse dejando salir por ellas un aura plateada como la que rodeaba el cuerpo de la chica, poco a poco iba saliendo, hasta que finalmente el color cambio a un tono dorado, era una sensación muy agradable y cálida, completamente distinta a la expulsada por el espiritu que era fría, Ioros empezaba a creer que podía lograrlo ahora veía que poseia los medios,él tambien tenía un don especial, su cuerpo era rodeado completamente por un aura dorada.

El espiritu de Astrid volvió a hablar parecía tenso, le hablo de otros despertares y de dioses,Ioros no sabía de que le hablaba peró si que era verdad que desde hacía un rato notaba una energía gélida que provenia de las cercanias, acaso sería otro fantasma?.

-Debo darte las gracias,sin ti no lo hubiera logrado,no se como lo voy a hacer aún pero te voy a ayudar tal y como tu me has ayudado, quizá no pueda ayudar a Astrid en su lucha interna peró si puedo ayudar a que su cuerpo no muera.Tengo otra pregunta para ti ya que puedes llegar a ver más lejos que yo, nuestras energias parecen incompatibles, significa eso que somos enemigos y servimos a dioses distintos?

Era una pregunta importante para él, peró tambien entenderia que no le contestara, quizá tubiera miedo de que su respuesta no me agradase y dejase de apoyar a su usuaria,peró si era así no tenía ni idea de como Ioros pensaba, no iba a renunciar para nada, estaba decidido.

2 Post de 4 para la defensa.

3° Post Defensa --- Maestría Manipulación de la Mente

El escenario alrededor se disolvía cayendo a pedazos como si todo estuviera hecho a base de cristales y espejos que proyectaban las imágenes, pero las sombras seguían presentes al mismo tiempo que el dragón que sostenía la entrada para salir desaparecía. Movía con desdén el arma dando golpes a la ligera, no actuaba como yo misma desesperándome completamente…

Mentira… mentira.. mentira… esto no puede estar pasando… es mentira..

Cuerpo a cuerpo nos enfrentábamos indignada de lo que me decía, mis manos temblaban al sujetar la alabarda debido que no deseaba lastimarlo pero por parte de él si intentaba matarme.. ambos conocíamos los movimientos del otro igualándonos en combate.

Date cuenta… ella te ha estado esperando

Ese fue el momento en el que me detuve, las sombras murmuraban a mi alrededor, soltaba la alabarda alejándome horrorizada por lo que estuve a punto de intentar.. aunque en el fondo sabía que esa imagen no era real no podía trata de herir a alguien que amaba con todo mi corazón, aprovechando ese momento su espada me atravesaba haciendo que cayera inevitablemente, ahora si podía sentir como el frío de mi cuerpo me invadía nublando mi vista de todo…

Mientras tanto Ioros se encontraba abrazando mi cuerpo procurando por mí, el espirítu del orgullo accedía a responderle a ese hombre pero una fuerte descargaba la embargo debilitándola debido a los acontecimientos que ocurrían en el interior de mi mente- Maldición Astrid… porque pierdes el tiempo con una ilusión tan pobre como esa.. tssk – ella respondía inconscientemente pero no era lo único que tenía que lidiar ya que unas pequeñas descargas empezaban a generarse debido a las energías que ambos emanaban..- después te arrepentirás de tus palabras caballero… -exhausta se reclinaba apoyándose sobre Ioros advirtiéndole del error que cometía al tratar de ayudarla, después de todo terminaría perteneciéndole o al menos eso era lo que tenía destinado para mí.- Para no conocer nada acerca de todo este asunto eres muy perspicaz.. –casi como un elogio continuó- porque crees que he llevado a Astrid tan lejos?... ponte a pensar un poco más… cual crees que sea su afán de buscar a Vergilius cuando sabe realmente que no puede hacer nada… el impulso que la lleva a querer encontrarle es como si algo la atrajera, movida más que por el simple odio o deseo de venganza. Te daré un ejemplo para que puedas entender… que sensación experimentas cerca de Sophia?...

Parecía divertirse con todo este asunto, la sangre se asomaba por fuera del camisón pero esta era diferente a la que Ioros curó… - que tonta eres… no estaré todo el tiempo protegiéndote.. –acercaba mi mano conteniendo la herida ocultándola a la vista del hombre.- no te vayas a preocupar por pequeñeces… cuando termine todo.. me encargare de curar sus heridas…

Acaso terminara aquí?... de verdad no valgo nada?...

Caía arrodillada mientras lloraba en silencio, la luz que mostraban mis ojos se apagaban volviéndolos de un tono marrón oscuro, mi mano sostenía con fuerza la hoja de la espada viendo directamente a mi padre tras la decepción de la traición.

Mírate!!... no causas más que lástima… e imaginar que eras digna portadora para tal poder pero nos equivocamos –sacando la espada me daba la espalda para reunirse con Kaia que permanecía de pie sin decir nada, mi cuerpo se derrumbaba desangrándome para ver como volvían a ese portal que se abría una vez más al dar por terminada la pelea.

Cobarde..

Sus pasos se detenían en seco cuando escuchaba el sonido de mi voz repudiándolo, sin creer que aún estaba viva espero otro rato para cerciorarse que aquello fuera producto de su imaginación.- Cobarde…

Jajaja.. Me sorprendes a este ritmo ya estarías muerta lo sabías.. aunque me hablas de cobardía a mí?... tú fuiste la que se acobardo al no querer pelear en serio desde un principio retractándote..

Ahora entiendo mejor las cosas… -temblando me levantaba, algo parecía motivarme, ya había dejado que muchos me pisotearan y me humillaran- tú no eres real… nada de esto es real… en cambio yo sí!! –el aurea plateada me envolvía extendiendo mi mano, destruía la entrada partiendo el espejo reduciendo la posibilidad de salir… sarcásticamente la sombra de mi padre aplaudía tratando de ridiculizarme.

Y ahora qué piensas hacer?

Tratar de inclinar la situación a mi favor… no es obvio? –con mi dedo hacia la señal para que se acercara.

De verdad crees que hare semejante estupidez?

No te lo decía a ti… -sonreía para que girara en dirección al portal para que viera como la bestia despertaba rompiendo la prisión en la que lo había encerrado, abriendo sus alas las agitaba para provocar una fuerte ventisca… -ahora es tu turno para que vuelvas a donde perteneces… -como un humo negro se levantaba para atacarme pero antes de golpearme la bestia se cristalizaba para protegerme con su cuerpo, escondida tras ese campo de cristal absorbía la energía encerrando de una vez por todas el poder de esos seres. De mi pecho un resplandor emanaba presionándome por completo, un extraño sello se rompía liberándose en forma de haces de luz atrapando mi cuerpo. La sensación parecía ser demasiado familiar… algo que solo yo podía manipular.

Falta poco… para que estemos juntas..

La sensación que notaba Ioros al estar cerca de Sophia era de paz, le trasmitia un sentmiento de esperanza y amor que daba ganas de querer protegerla sin importar lo que costase hacerlo,entonces Astrid sentiría lo mismo al estar en presencia de Vergilius?entonces Ioros pudo sacar algunas conclusiones más: Sophia entonces estaria en el bando suyo, y Vergilius y ella en otro,serían ellos tambien especiales o estarian por encima de ello... o sea serían dioses como menciono el espiritu anteriormenteel chico no quería que así fuese pues tenía afecto tanto por Astrid,aquella chica que le había robado el corazon, como por Vergilius con quien había compartido tantos momentos en el campo de batalla.

Entonces fue cuando vió que la chica se apretaba la zona abdominal, y que sus manos y ropa empezaban a empaparse de un rojo intenso.

-Que es eso?pensaba que la lucha se estaba realizando en su mente, como es que su cuerpo es herido?- el chico intentaba ver la herida levantando la mano de ella, y estripando un trozo de su túnica le envolvió la herida-quizá tu la puedas curar cuando esto termine, peró de mientra hemos de hacer lo posible para que no se debilite su cuerpo, al menos eso haré te guste o no.

Y ahora a volver al asunto principal, el crear fuego, el aura dorada seguia manteniendose a su alrededor, como una energia candente, Ioros se concentraba buscando la respuesta en su interior para crear el milagro, entonces fue cuando volvía a oir esa voz que le hablaba:

-Piensa en el calor que tu cuerpo quiere desprender, no tengas miedo... sólo vas a dañar lo que tu quieras, tu fuego interior sirve para proteger la bondad, no temas en usarlo es la única forma que tienes para ayudarla.

Esta bien voz de mi interior té haré caso,aunque no se si me estas engañando-Ioros visualizaba en su mente el fuego, intentando sentir las sensaciones que le produia estar cerca de él, el aura dorada empezaba a sacar chispas sin que Ioros se diese cuenta al tener los ojos cerrados, las chispas se convertian en pequeñas explosiones, finalmente el chico noto como tanto la temperatura de su cuerpo como el aura dorada iban aumentando por momentos pero sin llegarle a causarle calor o daños estructurales.Ioros quería abrir los ojos para confirmar que todo iba bien, peró tenía miedo de que al hacerlo se descontrolara y perdiera la concentración y todo se fuera al garete.Sigue así lo estas consiguiendo ya casi lo dominas...

Bueno allí vamos, espiritu espero que esto no té haga sufrir, mantente fuerte durante unos momentos más, seguro que Astrid lo consigue rápido.- diciendo esto abrazo con todo su cuerpo a la chica para intentar trasmitirle ese nuevo calor que había conseguido y esperaba que fuera de utilidad.Ioros apoyaba su frente contra la de la chica dirigiendole unas palabras: Todo esta en tus manos ahora, y yo se que puedes superar esto, eres fuerte y una pequeñez así no podra contigo estoy segurisimo de ello.

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Esa energía absorbía mis fuerzas, la sensación de frialdad se albergaba en mi cuerpo sin poder responder o siquiera lograr moverme.. dejando que me tomara sentía que todo a mi alrededor me cubría de un intenso vacío que aligeraba el dolor que sufrí durante todo ese tiempo… había pasado bastante que no me sentía en paz conmigo misma..

Astrid…

Una figura llena de luz se acercaba extendiendo su mano, parpadeaba lentamente tratando de reconocer a esa persona pero la luz lo cubría tan intensamente que tuve que entrecerrar los ojos evitando que me lastimase la vista, sin dudar alcanzaba su mano entrelazando nuestros dedos, acogiéndome entre sus brazos me resguardaba mientras acariciaba constantemente mi cabello.

Llegó el momento de otorgarte el don con el que estas destinada desde tu nacimiento.. pero para poder dártelo tienes que sacrificar algo de igual valor… -su voz era tan suave que me dejaba llevar… no podía pensar claramente lo que ocurría pero lo que si sabía era que esa sensación me producía una nostalgia profunda, su mano se colocaba entre mi pecho- tu corazón.. será más que suficiente…

Estaba completamente desmayada, Ioros se pudo dar cuenta cuando el espíritu no reacciono nuevamente así que solo tenía ante él un cuerpo totalmente gélido, las leves palpitaciones de mi corazón se agotaban hasta detenerse… solo tenía un corto tiempo para hacerme reaccionar. El calor aumentaba drásticamente para mantenerme con vida, parecía que no funcionaba hasta que pudo percibir que mi corazón ya no palpitaba… había muerto…

Mi corazón?... porque?...


Es lo único que impide que ambas nos unamos y nos convirtamos en una misma, yo soy parte de ti… dime… que es lo que más deseas?

Lo que deseo… yo… no quiero esconderme… -sin querer fue lo primero que apareció en mi cabeza, el dolor de mantenerme en la soledad ya era bastante duro como para seguir ese camino, quería que todos supieran quien era en realidad, de lo que era capaz de hacer… esa figura levantaba mi mentón para verme derramar una lágrima- entonces?... estas dispuesta a entregármelo?.. al hacerlo ya no serás tú misma… serás libre Astrid y yo te daré el poder para que te reconozcan por lo que verdaderamente eres… ya no vivirás en sombras

Una falsa promesa, que importaba… era lo que más deseaba..

Qué pasara cuando te entregue lo que me pides?.. que recibiré a cambio?

La luz se difuminaba tomando mi cuerpo.. su actitud cambio al responderme- No volverás a sentir nada por nadie en cambio lo que estoy a punto de obsequiarte es algo que ni tus enemigos serán capaces de soportar… al entregarme tu corazón podrás despertar poderes con los cuales atraerás a los que traten de oponerse a tu voluntad engañándolos… tal como te lo mostré con tu padre pero fuiste capaz de romper el hechizo notando esa diferencia entre lo que es verdadero y lo que no lo es…

Me quedaba pensando hasta que..- Adelante… lleva lo que necesites… -su figura resplandeció para difuminarse, entraba dentro de mi cuerpo pero las cosas no parecían cambiar.


Algo ardía alrededor de mí haciéndome reaccionar, me lastimaba demasiado ya que era algo que se negaba a aceptar el contrato que había hecho queriendo arrebatarme ese poder y sellarlo por completo, resistiéndome.Mi mano se movió por el reflejo de estar reaccionando, abría los ojos lentamente observando como Ioros me contenía.. viendo a mi alrededor note incluso como las heridas de mi cuerpo se habían cerrado… mi mano tocaba la mejilla de ese hombre acariciándolo constantemente.

Vaya… sí que fue largo ese sueño..

Sonreía de una manera despreocupada rodeando con mis brazos por debajo a Ioros para pegarnos más, una ligera risa desprendía de mis labios pero algo en mi interior me decía que tenía que separarme. Ahora era mi turno el ver como despertaba su solo poder puesto que sabía que nada era una coincidencia y todo estaba destinado… alejándome contemplaba mi cuerpo sintiendo una sensación de lo más gratificante. Dando unos giros me detuve para ver como ese hombre solucionaba su problema de autocontrol.

Mira como el cielo se oscurece!!... es simplemente hermoso…

Miraba directamente al cielo contemplando las estrellas que me bañaban con su resplandor, volvía con pasos suaves como si estuviera avanzando para abrazarlo por la espalda y susurrarle al oído..- que pasa?... acaso tienes miedo?..- mi mano bordeaba su brazo bajando lentamente... -dejame ser yo la que te ayude entonces.. -besaba su mejilla con "afecto" tomando su mano a la vez que encendía esa nueva energía para rodearlo... algo me decía en el fondo que se resistiría a permanecer sin hacer nada.

No podía ser el corazón de Astrid se había detenido y su cuerpo colgaba inerte en los brazos de Ioros, acaso no había superado la prueba, había fallado esa chica llena de orgullo?por un momento el chico así lo creío y se mecía lamentandose por su inútil actuación, cuando más lo necesitaba él le había fallado y ahora estaba muerta, para que había servido tanto esfuerzo. el chico se senía ofuscado consigo mismo.

Ioros abrazaba fuerte a la chica, acariciandole el cabello mientras por sus mejillas resbalaban las lágrimas, no quería creerlo no podía ser el fin, de pronto peró notó una fría carícia en su mejilla, la mano de Astrid se estaba moviendo, y su corazón volvía a la vida hablandole.

-Por los dioses Astrid pensaba que te había perdido, que no podría estar más tiempo contigo..... por favor no me vuelvas hacer esto nunca más, creo que entonces sería yo el que no lo resistiria, no quiero vivir en un mundo sin ti- mirandola fijamente a los ojos-me has oido verdad?

Ella le correspondio el abrazo durante un momento mientras se le dibujaba una sonrisa en el rostro, luego se distancio dirección al balcón haciendo movimientos inusuales,parecía disfrutar de algo que hacía mucho tiempo no poseía pero eso no podía ser, ella ya había estado allí anteriormente, de repente un destello paso por la mente de Ioros, no puede ser, no puede ser que haya vuelto, que sea esa cosa otra vez, cómo había ganado tanto poder hacia un momento no podía ni moverse estaba en las últimas y ahora...dominaba completamente el cuerpo de Astrid.

-Se que eres tú espiritu no me engañaras, que le a sucedido a Astrid-estaba a caso la esencia de la chica tan débil como para no poder controlar a ese espiritu, al fin y al cabo formaban un mismo ser quien tubiera la fuerza necesaria se impondria sobre la otra consciencia al menos eso pensaba Ioros peró no tenía ni idea de lo que realmente estaba pasando en ese cuerpo.

Ella como intentando burlarse de él, se le acerco abrazandole y dandole un pequeño beso,ahora te ayudaré yo, su mano trasmitiía frio y otra vez empezó a surgir esa aura oscura y plateada, el aura dorada de Ioros cada vez se intensificaba más, la rábia empezaba a surgir en el corazón de Ioros,deja de jugar con ella, no te atrevas a profanar su cuerpo, ella no te pertenece y tampoco te voy a dejar que juegues con mis sentimientosIoros finalmente abrio sus ojos mostrando como el color zafiro de sus ojos se intensificaba brillando más que nunca, si tanto deseas ver mi poder, ahora te mostraré lo que has conseguido despertar,el aura empezaba a calentarse, ni siquiera Ioros sabía lo que iba a suceder solo quería llegar hasta el final y saber el destino de su poder, el cosmos empezó a cambiar de forma ya no era dorada sino que parecía que iba cambiando hacia un rojo fuego, fuego era la palabra correcta pues eso es lo que se iba formando, el chico iba quedando rodeado por una capa de fuego candente que alejaba la emanente energia oscura.

-Eso es, al final lo has descubierto..... tú tienes el poder del fuego muchacho tú puedes controlarlo a voluntad.Volveré en un futuro mientras aprende a dominar este don.

Ioros veía como su cuerpo era recubierto por el fuego, peró sin embargo no dañaba su piel ni sufría quemaduras, movía los brazos incredulo en distintos movimientos viendo como el fuego parecía reaccionar a sus actos imitandole, llegando a la conclusión de que ahora el fuego era como una prolongación más de su cuerpo,si él reaccionaba el fuego reaccionaba de igual forma, eran uno como aquel quien dice.

Veamos que más puedo hacer con esto, necesito que sea fuerte porque la capa que me recubre parece ser fina, necesitaria concentrarla para hacerla potenciar -el cerebro de Ioros no paraba de pensar como hacerlo hasta que finalmente le vino una posible idea-veamos si esto funciona.hizo el movimiento como si quisiera encerrar el fuego entre sus palmas, parecía que no sucediera nada fuera de lo común hasta entonces, peró a la hora de expandir los brazos y abrir ligeramente las palmas, el fuego actuo como si se descomprimiera hacia esa dirección formando un grueso muro de llamas-
wooow no me esperaba que fuera así, peró por esa misma teoria como vas grande fuese el espacio de concentración más grande sera la zona afectada-con sus brazos se abrazó, y tras concentrarse unos momentos los expandió como había echo anteriormente, el fuego immediatamente creo una zona como de protección dejando su cuerpo como epicentro-eso esta mucho mejor, al menos me protege por los 360º.

Ioros parecía haberse olvidado por completo de Astrid y del lugar donde estaba mientras probaba su poder, peró finalmente cayó recordo toda la situación,la voz le había dicho que ese fuego mágico solo dañaria lo que el quisiera dañar, peró era mejor no probar más suerte, podría descontrolarsele y acabar dañando la villa, y aún algo peor dañar a la mujer que quería.


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Apenas solo tocaba su mano encendiendo mi energía, no podía dejar de prestar atención cuando me decía que ese cuerpo no me pertenecía, sonriendo ligeramente mi mano se posaba en su cuello para rodearlo con mis dedos, mis labios se acercaban a su oído dejando caer mi respiración…

Entonces a quién se supone que le pertenece… a ti?.. –mi voz era suave y tranquila, podía sentir como la energía de su cuerpo se intensificaba a tal punto que chocaba con el mío, negaba con la cabeza apartándome de su lado ya que si permanecía más tiempo con él algo en mi interior me molestaba, dándole la espalda me tocaba el pecho sintiendo claramente como algo faltaba en mi interior.. respiraba profundamente…

Delante de mí se extendía una enorme sombra, extrañamente me giraba para ver como el cuerpo de Ioros lo cubría una intensa capa de fuego que se expandía por toda la habitación, lo más curioso de aquella escena es que el fuego no causaba ningún daño.. cruzada de brazos me recargaba sobre el ventanal del balcón mirando el cauce que tomaba su propio poder… hipnotizada por unos instantes del danzar de las llamas recordaba las razones por las cuales estaba en ese sitio, rápidamente sin que se diera cuenta palpaba mi cuerpo notando en primera instancia que las heridas que tenía habían desaparecido por completo..

Ya veo… fuiste tú..

Lo que no sabía ese hombre es que seguía siendo yo misma, solo que esta vez.. me sentía libre de cualquier obligación aunque no olvidaba el propósito por el cual había llegado, la luz de las llamas se apagaron instantáneamente. Miraba a Ioros a la vez que aplaudía lentamente felicitando su nuevo logro, de una manera indiferente avanzaba hacia a él corrigiéndolo de su error.

Aquí no hay ningún espíritu más que yo… -mi voz sonaba seria y un tanto engreída al pensar que permitiría que tal cosa dejara que me dominara.. si lo permitía es que ambas ganaríamos algo… ella volvería a la vida y yo ganaría su poder como pago de ello.- estoy harta de esconderme… harta de dejar que otros sobresalgan debido a mis responsabilidades… esta vez se harán las cosas a mi manera.- Desafiante interpuse mi rodilla entre sus piernas mientras él se encontraba sentado aun en la cama, tocaba su mentón para obligarlo a que me mirara.- así es como soy verdaderamente.

Me aproximaba enfrentándome a su mirada, la expresión en mis ojos lucía vacía e indiferente como Gelum o él me habían conocido en un principio, soltando su barbilla resbalaba mi mano hasta su pecho para empujarlo y colocarme de pie mientras lo miraba por debajo envolviéndome en esa aura platina.- Si es verdad lo que vi entre sueños sabrás que ambos somos diferentes… y tras esa diferencia no podemos estar juntos… no somos enemigos Ioros pero tampoco somos aliados.. hasta que encuentre mi propio camino es como definiré el lado al que verdaderamente pertenezco pero para entonces necesito recuperar algo valioso para mí…

Espero que cumplas tu promesa.

Vergilius... espero y te prepares con la sorpresa que recibiras dentro de muy poco..

Ioros observaba fijamente el comportamiento de Astrid, era aún más distante y fría que cuando la había conocido, el chico sentía algo por ella peró cada vez estaba más seguro que no era recíproco o al menos ella ni siquiera se tomaba la molestia para demostrar lo contrario:

-Veo que has elegido un camino, me alegro que no me consideres un enemigo eso ya es mucho para mi, por cierto podrias dejar de jugar con esa energia?quiza te guste sentir tu nuevo poder adquirido, peró tal y como me has dicho antes no fuimos los únicos a despertar nuestros poderes.Acaso quieres visitas inesperadas?

Levantandose de la cama, el chico se dirigía hacía Astrid con paso seguro y firme, la cogío de los brazos y hizo que se diera la vuelta y así podía observar sin mucha molestia el vendado que le hizo tiempo antes, se lo quito para observar la herida y lo que vió fue lo que ya suponia, sus heridas estaban cerradas completamente.

-Tranquila mantendre mi palabra, mañana recíen salga el Sol te llevare en presencia de tu ansiado Vergilius, además veo que no tendre que preocuparme mucho más por ti, esa cosa de tu interior a hecho un buen trabajo, curo completamente tus heridas, ya no te seran necesarias mis curas.Ahora si me disculpas me retirare a mi habitación a descansar.

Ioros se sentía cansado, debía ser por el uso sin control de su cosmos, pues no estaba acostumbrado a él,además lo que más le incordiaba era que se le habían abierto muchas de las heridas al expulsar esa oscura energia, y sentia como algo líquido iba resbalando por su espalda, ahora mismo sólo quería salir de la habitación antes de que su invitada con sus supuestos poderes de ver un poco alla más que los simples mortales se diera cuenta de ello.

Enarcaba una ceja a lo hostil que resultaban sus palabras, la molestia o incomodidad que expresaba al desplegar mi energía era demasiado evidente para que yo hiciera caso a su petición, en realidad no tenía miedo de que se dieran cuenta… ya no tenía por qué esconderme.

Hmm.. acaso tienes miedo de lo que pueda pasar?

Una leve sonrisa hacía que me burlase de él, mi dedo índice se colocó justo al borde de la comisura de mis labios enmarcando la risa para mirarlo fijamente, seguía el movimiento de sus pasos cuando se acercó justo frente a mí. Era extraño lo que pretendía pero después pude darme cuenta como me sujeto de los brazos, intente forcejear con él pero me obligo a darme la vuelta descubriendo descaradamente mi cuerpo para retirar uno de los vendajes, el tacto de sus dedos resbalaba por el contorno de mi piel.

Cada vez lucía más molesto al mencionar el poder que se había realzado en mi interior, aunque no lo quisiera en parte tenía razón… si seguía de esa forma seria demasiado imprudente de mi parte que llamará la atención, tras un suave suspiro desvanecía el aura platina que me rodeaba apagándose paulatinamente.

Vergilius… y los hombres que atacaron mi reino… no son más que unos asesinos..- furiosa me separaba de Ioros cuando menciono de manera sarcástica a ese hombre, como si me importase algo más…

Retiraba los vendajes ya que no había necesidad de usarlos, uno a uno caían al suelo para colocarme el camisón y darme la vuelta, mis manos se contraían en forma de puños de lo tensa que me encontraba cuando se mencionaba el nombre de uno de los hijos del emperador… pero el odio ya no podía experimentarlo.. solo era una reacción en mi cuerpo por mero instinto, colocaba la mano sobre mi pecho pensando por qué no podía sentir.. en ese momento se me vino en mente el contrato…

No sólo curo mis heridas… -mis dedos presionaban por encima de la ropa- me arrebato el corazón…

Porque estoy diciendole esto?

Ni yo misma me pude explicar los motivos por el que le confesaba esa parte, ni si quiera se me podía ver preocupada por el asunto. Un vacío crecía en mi interior… uno que se expandía rápidamente ..

Ioros detubo su salida al oir la última confesión por parte de Astrid de veras no se esperaba esas últimas palabras, no se esperaba tal sinceridad por parte de ella en esos momentos:

-Que quieres decir con que té arrebató el corazón?-el no lo acababa de comprender pues esa noche también había despertado su poder y sin embargo él no había tenido que pagar por obtenerlo, tan distintas eran esas energias?-te refieres que te quitó todo lo que el corazón humano puede sentir? el amor, el odio,la alegría.... es por eso que aparentas tan fría, tan distante, tan diferente a cuando te lleve al estanque..

Ioros volvió a avanzar hacia Astrid y mirandola bien la abrazó, se sentia culpable de su reciente comportamiento, había estado muy duro con ella sin parar a pensarselo dos veces, sin saber realmente por lo que había pasado en su interior durante su despertar, la abrazaba fuerte como si así fuera a notar el calor de su cuerpo peró sin embargo no era así.

-Astrid yo lo siento, no debí tratarte así.... no tengo excusa para que me perdones- entonces fue cuando Ioros notó que algo no iba como debía ir, su vista se nublaba y tenía la sensación de perder los sentidos, entonces se acordó, puso su mano sobre la tela de la espalda, estaba totalmente empadada, al volver su mano vió como esta estaba manchada de sangre, miró seriamente a la chica y dedicandole una sonrisa le dijo:

-Vaya parece que és más serio de lo que parecía, al parecer mi energia no me cuida tanto como a ti-estas fueron las últimas palabras de Ioros antes de desvanecerse cayendo al suelo perdiendo de vista la habitación y a la hermosa chica, que le deparaba a continuación al joven.

No pretendía realmente que se permaneciera a mi lado al decir eso pero es algo que no pude evitar pronunciar, mi vista seguía manteniéndose fija en el suelo viendo como los pasos de Ioros se retiraban para irse de la habitación. De repente sin darme cuenta sus brazos me rodearon… no entendía la razón por la cual lo hacía pero seguía sin moverme de mi lugar, mi mano seguía conteniéndose sobre mi pecho… silencio solo había en mi corazón…

Silencio y un profundo vacío.

Lentamente cerraba los ojos, sus palabras de disculpa no significaban nada para mí aunque lo deseara, algo extraño pasaba y lo seguía notando en su actitud, su cuerpo se hacía más pesado al buscar apoyo en mi cuerpo. Ahora su mano me mostraba que estaba ligeramente empapada de su sangre cayendo irremediablemente al piso, sosteniéndolo entre mis brazos es lo menos que podía hacer por él arrastrándome consigo al suelo.
Acariciaba su rostro mirándolo de la misma forma, indiferencia es lo que podía mostrar. La sangre que desprendía de sus ropas era impregnada sobre el camisón que usaba.

Por lo bien que has obrado conmigo no dejaré que termines de esta forma… así saldaré mi deuda por haberme salvado.. Ioros

No sabía si me miraba ya que sus ojos lucían abiertos pero sumergidos en el espacio al contemplar hacia ningún lugar, abrazándolo con la luz de la luna resplandecía mi energía una vez más, sostuve su mano contra la mía, pequeños polvos de cristal caían sobre nosotros tratando de sanarle de la misma forma que ese espíritu hizo conmigo.

Un sentimiento que jamás podré corresponder.. así he decidido que fuera mi destino.

Aproximaba mi rostro al suyo lo más cerca posible, contenía la frialdad que emanaba mi cuerpo abrazándolo con fuerza.

Solo la oscuridad estaba delante de él, había notado varias veces esa sensación dónde su cuerpo no respondía por las heridas, peró esta vez era distinto aún sin poder ver si podía escuchar la voz cercana de Astrid que decía que no lo dejaría morir, Ioros la intentaba agarrarla con fuerza para sentir que no se iba de su lado. Aunque Ioros no podía distinguir los alrededores podía volver a notar esa aura fría del espiritu, había notado esa sensación con anterioridad cuando los cristales del ventanal estallaron, había sido muy desagradable pues tras curar sus cicatrices en un instante fue en ese momento que las heridas empezaron a reabrirse al ser expulsada el aura plateada de su interior por su cosmos dorado provocandole un gran dolor que lo llevó a esa situación.

Su cuerpo al sentir tan cercano esa energia volvia a activar el cosmos como metodo de protección,haciendole reaccionar por un momento en que recobro la consciencia.

-Por favor Astrid no continues usando esa fuerza o durare más bien poco, quizá tu no tengas consciencia de ello pero fue tu aura la que me produjo esto por nuestra supuesta incompatibilidad-a Ioros le costaba tanto hablar como respirar-si quieres ayudarme hazlo a la manera humana, sin poderes divinos, si no te ves capaz de hacerlo tu sola, llama a Sabina..... ella te ayudara, tiene practica con esto como te dije antes.

Parecía un momento dramatico, Ioros alargaba su mano con unas últimas fuerzas acariciando la mejilla de Astrid:

-Si esta es mi hora, lo último que quiero contemplar en este mundo es tu hermoso rostro, al menos iré al Hades sabiendo que he podido ayudarte un poquito al menos.

Lo estaba perdiendo y de eso me daba cuenta por la tonalidad pálida que proyectaba su piel, la frialdad que escapaba de su cuerpo destilaba que dentro de poco no resistiría más. Al avisarme que con mi poder no lograría nada me detuve por completo…

Si no existe más que esa forma… entonces que así sea.

Un tanto alarmada veía como ahora la sangre cubría el suelo extendiéndose lentamente, ágilmente y sin provocarle tanto daño apartaba la parte superior de sus prendas. No pude evitar posar mis ojos en las múltiples cicatrices de batalla, mis dedos acariciaban su piel siguiendo el delineamiento de cada una de esas marcas, Ioros sostuvo mi mejilla tocándola ya con inexistentes fuerzas, lo miraba seriamente ya que había dado mi palabra para no dejarlo morir, era algo cumpliría a toda costa.

No te atrevas a si quiera pensar en la idea de la muerte… tu destino es el de vivir y proteger pues has sido bendecido con el resplandor del Sol, en cambio yo deberé vivir entre sombras siempre protegida apenas por el claro luz que la Luna puede ofrecerme…

Mi mano se entrelazaba con la de Ioros, incapaz de expresar cualquier tipo de sentimiento o emoción, carente de todo espíritu de vida pues este había sido despojado de mi ser. Debía gritar por ayuda… mis pensamientos solo se concentraban en una cosa, en la chica que me había brindado su apoyo recibiéndome gracias a disposición de ese hombre, respiraba lentamente sin apartar mis ojos de los de él… el saber que al buscar ayuda podría desfallecer me tenía pensando pues sería demasiado tarde para salvarlo, esa era la razón por la que me conservaba a su lado.

Sé que escuchas mi voz… si son verdad las palabras de amor que emitieron tu corazón entonces tendrás la fuerza necesaria de permanecer en este mundo… para luchar por ello…

Ni yo misma creía las palabras que salían de mi boca, mis pensamientos se hicieron más fuertes transformándose en un solo deseo, la imagen de Sabina se presentó al querer recordarla. Algún tipo de magia?... o truco? .. no sabía con certeza pero la chica cruzaba la pieza angustiada al ver a su Señor sobre mis brazos sangrando, unos instantes dudo al ser yo que se encontraba ilesa pero no le tomó cuidado y miro a su alrededor encontrando el estuche de Ioros, con habilidad tomaba los objetos indicándome que debía hacer para ayudarla. Ambas lo llevamos a la cama para que no se moviera… Sabina no decía nada, estaba queriendo evitarme para no tener un mal comportamiento a mi presencia, su mirada la delataba, cortésmente se retiró no sin antes dejar un recipiente con agua y toallas para humedecerlas.

La puerta se cerraba, me quedaba sentada a su lado mojando esa tela y limpiando su rostro, continuamente frotaba su piel. Algunos rayos del sol daban la bienvenida a un nuevo día… yo solo recordaba el momento en que lo cuidaba sin percatarme que me quede justamente dormida sobre él semisentada…

Oía las palabras de ánimo de la chica aunque no mostrara emoción alguna al pronunciarlas,esas palabras infundían valor al corazón de Ioros haciendo que no se rindiera,con lágrimas en los ojos y algunas resbalando por sus mejillas, casi sin fuerza en su voz le respondió con algunas palabras para dar a entender a Astrid que esto no acabaría allí:

-Yo...... lucharé por... permanecer... contigo, Astrid.... no quiero perderte.Peró... prometeme.. que no me d.... dejaras nunca.. pase lo que.. pase... seremos compañeros.

Lo siguiente que escucho fue el ruído de la puerta abrirse y unos pasos apresurados hacia la escena, escuchó una voz muy familiar que no paraba de dar órdenes, sin ninguna duda era Sabina,entre las dos chicas curaban su malherido cuerpo con precision, aprendiste bien las lecciones Sabina,como pudieron las dos me llevaron hasta la cama, la verdad es que hacían un buen equipo,tras las curas conseguía respirar más aliviado y con un filo de voz agradecio a la joven sirvienta.

-Gracias por todo Sabina..... creo que te debere más de un dia de descanso tras esto.

Podía sentir como Astrid permanecia fiel a su lado, tal y como había prometido, a ratos iba refrescando el rostro de Ioros, este no podía conciliar el sueño debido al dolor que sentía en su piel, y estaba pasando el tiempo con los ojos cerrados, hasta que en un momento notó un peso sobre su tripa, Ioros abrió los ojos para ver que era y se encontró la cabeza de Astrid apoyada,sin duda había sucumbido al sueño había sido un dia muy duro para ella también. el chico acariciaba su cabello, hasta que tambien quedo dormido por el cansancio.

La máñana había llegado con la salida del Sol, se podían oír los pajaros trinar y fue ese sonido agradable eñ que desperto a Ioros, miró hacía su cuerpo y aún vio a Astrid dormida, suspiro profundo y se quedo mirando el techo para no despertarla, no tenía prisa alguna.

Antes de que entrara Sabina pensé sobre las palabras de Ioros y cuando estuve apenas darle una respuesta la mujer había entrado. Pasaba constantemente la toalla humedecida por su rostro, había olvidado por completo el momento en que me pidió esa curiosa promesa pues algo en mi interior decía que no estaríamos juntos aunque este lo deseara de aquella forma.

Rendida por toda esa situación me había quedado dormida sobre su abdomen con la toalla aun en mi mano, la mitad de mi cuerpo se encontraba en la cama mientras que la otra parte descansaba sobre el suelo, los rayos del Sol alcanzaron mi espalda sintiendo aunque sea ese calor… entreabría los ojos sintiendo como una mano acariciaba mis cabellos. No me movía y permanecí un rato así sintiendo como mis cabellos eran peinados por sus dedos, no sabría con certeza si se daba cuenta que había despertado pero por algún motivo, la sensación que proyectaba era agradable…

Al fin decidía levantarme, mis ojos parpadeaban continuamente para adaptarse a la luz de la mañana, pasaba a sentarme a su lado colocando la toalla en su sitio y posar mi mano sobre su frente queriendo sentir su temperatura pero mi cuerpo se encontraba totalmente frío que incluso no podía percibir la más leve señal de calor, suspiraba profundamente retirando mi mano para no querer empeorar el estado ya frágil de salud en el que se encontraba. Aunque lo más seguro que él pudo sentir parte de esa incomodidad que yo no demostraba.

Como te encuentras?... gran parte de la noche parecías sufrir demasiada temperatura.. ni siquiera Sabina podía tocarte sin sentir que se sofocaba.

Era curioso ese comentario puesto que al parecer era la única que no me lastimaba.. atribuía ese cambio en su cuerpo después de haber visto esa muralla pero por lo mientras preferí guardar silencio.

Finalmente Astrid despertó y se sento a su lado,ella alargo su mano hacía su frente para intentar comprovar su temperatura, Ioros lo único que sintió fue su piel fría, peró agradecía esa muestra de preocupación por muy involuntaria que fuera por su parte,peró tambien pudo percibir algo de incomodidad, peró no podía estar cien por cien seguro pues su rostro no reflejaba ninguna emoción, ninguna preocupación.

Ella le informó que durante parte de la noche había tenido un estado febril, probablemente debido a las heridas, aunque por la mente de Ioros tambien paso la idea que en parte fuera por su cosmos de fuego que le alterara la temperatura corporal, el joven no notaba ningún calor fuera de lo normal, sólo unas ligeras molestias debajo de las apretadas vendas provocadas por el dolor, peró sin era consciente de ello es que no estaba tan mal como para no percibir las cosas, por lo tanto estaba suficientemente bien cómo para levantarse de la cama.

El joven poco a poco iba incorporandose en el lecho para no forzar demasiado su cuerpo a levantarse de golpe, finalmente se sento al borde al lado de Astrid y le dijo:

-Siento que haya ocupado tu cama y que tubieras que dormir medio en el suelo, espero que estes preparada en cuanto este todo listo nos dirigiremos a ver a Vergilius.

Ioros se levantó sujetandose el torso como podía, y poco a poco se iba dirigiendo hacia la puerta para ir a su habitación a cambiarse la túnica toda manchada de sangre y rajada, y a ponerse la armadura por muy pesada que le pareciera la idea, tenía que presentarse formalmente ante su general.

-Ahora llamo a Sabina para que te ayude ...

Levantándose se sentó justo a mi lado sujetando su torso, mirándolo como si no ocurriese nada observaba cada una de sus acciones pidiéndome disculpas por lo que ocurría, negaba con la cabeza de que no debería preocuparse de ello hasta que atrajo mi atención para ver a Vergilius. Mis ojos se marcaron más abiertos denotando una leve expresión de sorpresa, no esperaba esa respuesta por parte suya pero al menos pude conseguir su consentimiento después de bastante tiempo, notaba como le costaba trabajo levantarse, lo menos que podía hacer era ayudarle y lo tome del brazo acompañándolo a la puerta dejándome a solas.

La habitación estaba hecho un desastre, vidrios rotos y sangre era lo que se alcanzaba a ver en algunas partes, agachándome pude notar un polvo cristalino sobre el suelo haciendo sangrar mi dedo levemente por los fragmentos de vidrios, seguí mi camino hasta el guardarropa sacando un vestido blanco con algunos listones azules, me colocaba el vestido ya que no quería ver el rostro de Sabina reprochándome casi que por mi culpa Ioros se había lastimado, peinaba mi cabello pensando en esas heridas y en mi próximo encuentro con Vergilius.

Apunto de entrar a la habitación yo ya me encontraba lista y arreglada para ver al hombre que logro derrocar el reino de mi padre.

No es necesario…

Me acercaba a la puerta mostrando ese atuendo que había elegido sin esperar claramente un cumplido de su parte, los rayos del sol tocaban tras mi espalda esperando su respuesta para irnos pero preguntando a la vez cortésmente por su estado de salud.

Estas bien?... no es bueno que portes una armadura después de esas lesiones.

El trayecto hacía mi habitación se me hizo más largo de lo normal, cada paso suponía un gran esfuerzo, con una mano iba siguiendo la pared como si de un ciego se tratase, al llegar se encontró encima de su cama la túnica correspondiente a su cargo militar, normalmente la túnica solía ser roja peró a los oficiales les daban la oportunidad de variar el color a negro, y así era esa.

Ioros con cuidado se la colocó con cuidado intentando no abrir las heridas y que sangran de nuevo, no quería dar un espectaculo delante de sus sirvientes y mucho menos delante de Vergilius.La pesada armadura estaba colocada en un soporte, el chico se la colocó, y acomodó sus dos espadas en la espalda, antes de salir de nuevo al vestibulo ató una capa roja a las anillas de su armadura y respiro profundamente como para cojer fuerzas.

Al salir se encontro a Astrid con un vestido blanco precioso esperandolo en la escalinata,Ioros le tendió el brazo y le dijo flojito y con una sonrisa en su rostro:

-No te preocupes estoy bien, peró ayudame un poco más por favor,no quiero dar un drama ante los sirvientes, sujetame con disimulo por favor...al menos hasta que estemos fuera de la casa.

En la entrada tal y como se esperaba Ioros, estaba toda la servidumbre para despedirse de él, incluso Sabina, que lo miraba con un rostro preocupado y a veces se notaba como una mirada reprochativa hacía su convidada, a fuera les esperaban un par de caballos listos para montar, primero se dirigieron hacía la yegua que habían motando la noche anterior, Ioros aún conservando los modales hizo el pedal para que Astrid pudiera subir más fácilmente, luego el chico se dirigió hacía su corcelo y cogiendo las riendas contó hasta tres para aguantar la respiración y subir lo más rápido posible, eso si, sin poder evitar soltar un gemido sordo antes de enderezarse en la silla.

Su brazo se extendía invitándome a seguirlo a la salida, escuchaba su voz casi serena donde quería que lo ayudara, no me negaría a ninguna petición suya ya que gracias a él vería directamente a Vergilius, cuando me sostenía podía sentir como era yo la que lo guiaba en lugar de él, bajábamos ambos las escaleras para encontrar esa pequeña comitiva despidiéndose de Ioros, un recuerdo fugaz de mi tierra no se hizo esperar… la gente a pesar de que vivíamos en conflicto contra Roma sus rostros sonrientes iluminaban los salones recibiendo a mi padre y hermana con la promesa de que esta guerra acabaría y seríamos libres.

La mirada de Sabina me regresaba a la realidad, notaba como no confiaba en mí absolutamente, mi rostro era frío aunque… a pesar de que no podía experimentar ningún tipo de emoción o sentimiento no estaba de acuerdo el causar molestias a personas que no tenían nada que verse involucradas en mis propios problemas, esquivaba la mirada de esa joven ya que si tenía parte de razón el querer odiarme si es que se lo proponía. Nos aproximamos a la salida alcanzando a ver ambos corceles, Ioros tomaba mi mano para acercarme a la yegua blanca.. amablemente coloco el estribo del asiento a mi alcance, apoyaba ambas manos sobre el asiento y subir rápidamente ya que no era mi primera vez montar a caballo.

Estaba lista para que partiéramos, solo faltaba él y pronto nos pondríamos en marcha.. me llamaba la atención el atuendo que usaba pero mucho más el comportamiento que demostraba ante todos al soportar sus heridas ya que la única que sabía de ello era Sabina y se veía que también había ocultado el secreto ante sus compañeros de trabajo o simplemente porque Ioros le había pedido discreción sobre el tema. Sujete las riendas conduciendo el caballo frente a él, sin dudar lo miraba a los ojos…

Gracias… al verte solo puedo pensar que no es tu obligación el llevarme ante Vergilius… ni mucho menos el que me hayas ofrecido tu hogar para protegerme… algún día.. –con un pequeño espoleo a los costados de la yegua le ordene que avanzara para que ahora me colocara a lado de ese hombre, extendí mi mano derecha a manera de estrecharla- te regresare todo lo que me has brindado… hasta entonces solo tendrás la infinita gratitud de una princesa.