VILLA AUREA

Recuerdo del primer mensaje :

Había sido un duro camino bajo la lluvia, peró finalmente llegamos a los límites de la Villa Aurea perteneciente a la familía de Ioros, faltaba poco para llegar a nuestro destino, el edificio principal y parecía que aquella chica cuyo nombre era Astrid había cogido un poco de confianza en él y eso le alegraba.Finalmente llegaron y Ioros detubo el caballo, dio un poco de tiempo para que Astrid aflojara su abrazo y primero descabalgo él y desde el suelo alargaba los brazos hacía la cintura de la muchacha para ayudarla a bajar.

-Bienvenida a mi villa, la Villa Aurea, espero que tu estancia aquí sea de tu gusto.

Uno de los criados que respondia al nombre de Gregor se nos acercó corriendo con una capa en sus manos y se detuvo delante nuestro con una reverencia diciendo muy respetuosamente:

-Señor le traigo esta capa para que se resguardo hasta la entrada, sea bienvenido, las dependencias estan siendo preparadas para su estancia aqui.

-Gregor me alegra verte después de tanto tiempo, por favor cuida de mi caballo, que no le falte comida ni bebida pues se lo merece, hoy se a comportado como uno de esos valerosos caballos de leyenda.

Astrid se había quedado algo apartada observando la arquitectura de esa edificación, Ioros le tendío la mano para que se acercara-Vamos- esperaba a la chica para cubrirse los dos con la capa y resguardarse un poco del tiempo aguoso.

Entraron en la casa, y allí un par más de sirvientas esperaban su llegada, Ioros no quería darles más trabajo del imprecindible, así que les dio unas simples órdenes:

-Por favor, me harías el favor de guiar a esta chica a la habitación de húespedes, para que se pueda dar un baño caliente y canviarse de ropa, y si no es mucha molestía preparad algo de comida caliente estoy hambriento y creo ke nuestra invitada también os lo agradecera.

Luego dirigiendose a Astrid le dijo:

-Puedes confiar en ellas, yo también me iré a cambiar, y nos vemos cuando estes dispuesta, tómate tu tiempo.

Ioros vió como Astrid acercaba su yegua a su caballo, le extendia su brazo hacía él, Ioros no entendia muy que era lo que quería con esa acción, no le pasaba por la cabeza que tubiera una mentalidad tan masculina como para ofrecerle un apretón de manos, peró sus palabras ayudaron a entender, le estaba agradeciendo todo lo echo por ella. Ioros mirandola fijamente cogío con delicadeza su mano, y con un suave movimiento se la llevo a sus labios, besando su dorso ligeramente.

-Princesa Astrid, a sido todo un honor ayudarle,no tiene porque agradecerme nada de lo ocurrido, creo que cualquier caballero hubiera hecho lo mismo por una dama que se encontraba en sus condiciones.Solo te pediré como favor personal que algun dia podamos visitar tus tierras juntos.

El chico dandose cuenta que se estaba volviendo a poner sensible,sacudió la cabeza como para salir del sueño que se estaba montando, y soltando con cuidado la mano de Astrid le dijo:

-Será mejor que nos pongamos en camino, el camino a Roma no es precisamente corto y seguro que requeriras de cierto tiempo para hablar con Vergilius sobre ciertos asuntos,él es un hombre ocupado así que recemos a los dioses para llegar temprano.

Dando la conversación por concluida, Ioros se acomodó bien a la silla solo por costumbre pues no estaba incómodo,y golpeo ligeramente los lados de su caballo, haciendo que se dirijese hacia la salida de la villa,Ioros miró con un poco de tristeza la casa, tan bonita que era y tan poco que la aprovechaba, esperaba que los sirvientes pudiesen reparar el ventanal de la habitación sinó en invierno sería un problema.

No sabía que pensar al referirme a un título que ya no poseía e incluso no sería suficiente para alguien el tener la simple gratitud de una joven que ya no tenía valor para nadie, estaba a punto de retraer la mano cuando ese hombre la tomo dando un pequeño giro y acercarla a sus labios para besarla. Después de tanto solo pude mirar con extrañeza ese acto pues no lograba entenderlo por completo y creo que jamás lo entendería, no dejaba de lado mi leve altanería ya que parecía a veces no entender la gravedad del asunto en el que se estaba metiendo.

No insista en ello… se lo pido.. o acaso debo recordarle que somos enemigos?... lo que hizo seguro implica la traición el haberme resguardado en su hogar sabiendo mi origen.- como era su costumbre no hacía caso a mis reproches así que decidió pedirme lo inimaginable para cualquiera de su rango, mi mano se apretaba con la suya para bajar la cabeza y cerrar los ojos resignándome finalmente- si eso es lo que más desea… lo haré.. solo cuando recuperé mi reino.

Los sirvientes quedaron atónitos al saber mi identidad, yo había jalado las riendas para que la yegua girara y les diera la espalda cuando Ioros soltaba mi mano, a paso ligero los corceles avanzaban alejándonos más de su villa, miraba por encima del hombro pues aunque no sentía casi nada no podía negarme a la belleza de ese sitio.. mi vista entonces se pasó por la de mi acompañante notando la tristeza en su mirada. Me sentía incomoda por lo que sin saber la razón dije algo para retomar la conversación antes de nuestra partida.

Germania es muy bella en invierno… de todas las estaciones es mi favorita.. y a tu petición te daré mi palabra de regresar juntos.. supongo que te gustaría conocer las razones de porque es especial para mí esa temporada.

El sol de la mañana comenzaba a caer de lleno sobre mi cabeza percibiendo en mi cuerpo apenas el calor hacia mi piel, mi cabello resbalaba por sobre mis hombros como finos hilos de oro a la vez que mis ojos destellaban sobre mi mirada queriendo saber si esa pequeña historia sería lo suficiente para sacarlo de su estado de ánimo, lo más lógico para mí sería hablar sobre el tema de Vergilius o algo relacionado a eso pero no tenía ganas de empezar a recordar mi deber… ahora solo quería pasar el rato a lado de ese hombre mientras el camino me lo permitiera.