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Calle cercana al coliseo.
por Gintoki Dom Oct 10, 2010 7:42 am
Recuerdo del primer mensaje :
(OST para el post)
Un decaido Gintoki caminaba por las calles de Roma, cerca del coliseo, con un monton de zanahorias en sus brazos, una de ellas en la mano derecha, al morderla, crujio un poco , de sus ojos caian dos auntenticos rios de lagrimas...
-Como es posible que en una pocilga como esta no haya nada de cerdo? Se limpió un poco las lagrimas y sollozó un poco.-Mierda...me he tenido que gastar todo el dinero en zanahorias...maldigo esta ciudad ...en serio... Volvió a morder la zanahoria.-Es ...tan insipidooo...aagh, me siento como un semental impotente...de qu eme sirve todo el dinero si no tengo nada que comprar? DE QUEEE?!! Se tiró al suelo y comenzó otra zanahoria...tristemente las mordia lloriqueando, lamentandose...luego se secó las lagrimas.-No!!! un hombre ha de ser fuerte!! Pero...volvió a decaer...-Fuerte...como un jabali...un sabroso jabaliii...Despues de todo soy un niño atrapado en el cuerpo de un tio...nada mas... Se levantó y colocó su espada mejor en el cinturon, luego siguió caminando...cavizbajo.En su cabeza, aun seguía pensando en el tipo de antes...le recordaba tantisimo a sus amigos...a esos imbeciles que murieron por un imperio que les olvidó...recordaba sus voces tratando de convencerle para que se uniera a la legión...y como los rechazó...''no pienso matar por nadie, mi padre no me forjó esta espada para eso...ni yo me entreno para eso...si practico es por proteger aquello qu eme importa...y no le debo nada a este imperio'' Su mirada se volvió algo triste...aun mas triste...mientras masticaba la zanahoria.
(OST para el post)
Un decaido Gintoki caminaba por las calles de Roma, cerca del coliseo, con un monton de zanahorias en sus brazos, una de ellas en la mano derecha, al morderla, crujio un poco , de sus ojos caian dos auntenticos rios de lagrimas...
-Como es posible que en una pocilga como esta no haya nada de cerdo? Se limpió un poco las lagrimas y sollozó un poco.-Mierda...me he tenido que gastar todo el dinero en zanahorias...maldigo esta ciudad ...en serio... Volvió a morder la zanahoria.-Es ...tan insipidooo...aagh, me siento como un semental impotente...de qu eme sirve todo el dinero si no tengo nada que comprar? DE QUEEE?!! Se tiró al suelo y comenzó otra zanahoria...tristemente las mordia lloriqueando, lamentandose...luego se secó las lagrimas.-No!!! un hombre ha de ser fuerte!! Pero...volvió a decaer...-Fuerte...como un jabali...un sabroso jabaliii...Despues de todo soy un niño atrapado en el cuerpo de un tio...nada mas... Se levantó y colocó su espada mejor en el cinturon, luego siguió caminando...cavizbajo.En su cabeza, aun seguía pensando en el tipo de antes...le recordaba tantisimo a sus amigos...a esos imbeciles que murieron por un imperio que les olvidó...recordaba sus voces tratando de convencerle para que se uniera a la legión...y como los rechazó...''no pienso matar por nadie, mi padre no me forjó esta espada para eso...ni yo me entreno para eso...si practico es por proteger aquello qu eme importa...y no le debo nada a este imperio'' Su mirada se volvió algo triste...aun mas triste...mientras masticaba la zanahoria.
Gintoki- Cantidad de envíos : 9
Re: Calle cercana al coliseo.
por Noah Jue Oct 28, 2010 2:36 am
El general de la decimotercera escucho haciendo aplomo de paciencia por las palabras expuestas de aquel que le mantenía cierto interés para ingresarlo en la milicia. Notó de inmediato, que su tono de voz era calmado, sobrio y mesurado, pero dejaba algo en el aire, un rastro de cualidades que posiblemente no eran acordes para una legión que gustaba de dejar los campos con miles de crucificados a su paso. Dicho de otra manera el alma de aquel coloso parecía no cuajar en las filas que comandaba Noah y Steven que gustaba de masacrar a cuanto rival tuviera enfrente.
¿Habría podido llevar a un sujeto como él en un campo donde la sangre corría a raudales? Barajó sus opciones y por un momento hubiese expuesto lo que él por su forma de hablar pretendía. Salvo que Noah obedecía ordenes y de inmediato comprendió que la visión de su interlocutor estaba errada. Él no iba a firmar un tratado de paz, no tenía las intenciones de formalizar una tregua. Iba a regañadientes de formar una escolta especial por intereses personales de la emperatriz Diva, dicho de otras palabras había que joderse en el cargo.
No era la intimidación que aquella, la hermana de la reina Selene le había pronunciado. Era el alto código militar al que se había sometido y que muchos legionarios juraban en el momento de ingresar a las legiones. Tocaba entonces, acatar ordenes por miserables que parecieran y dejar de lado de momento, sus ideologías. Miró de reojo a Tiberius el cual comprendió de inmediato que formara a la centuria dejando de ostigar a aquel gran personaje que en su interior mostraba un alma más grande que su corpulencia.
- Ya veo entonces. Como sabes esto no es una leva ni se está forzando a los ciudadanos a integrarse a las filas militares por casos que requieran atender una urgencia. He valorado tus propuestas pero las cosas no son así tan simples como uno piensa. Las tropas si bien son indisciplinadas ante la ausencia de los oficiales no lo son en el campo de batalla. - Con un leve asentimiento de cabeza, Tiberius vociferó al instante la orden para formar una columna preparada para la partida.
- Podría darte como dices lo que quieres, pero no te culpo. Difícilmente una persona que ha vivido en el campo comprendería que hay estatutos y protocolos para asumir algún mando. Se necesita primariamente experiencia de campo, y sobre ella, se evalúa entre los tribunos los correspondientes ascensos en el escalafón castrense. - Dibujó una pequeña sonrisa desprovista de provocación.
- Y ahora, que se me ordena cumplir una misión de lo más insensata, no hay una cohorte numerosa a la cual disciplinar. Pero veo claramente que tienes ideas discordes a las mías. Tu forma de pensar es similar al general Edward, mismas ideologías que terminaron por finiquitar su suerte. Con eso digo, que la decisión estaba en tus manos, como dices, si no te convence puedes regresar a tu hogar.
Se volvió caminando sereno, la capa rojiza se balanceaba por sus pasos. Tenía otros asuntos que atender, lugares y oficiales que instruir. Aquel gigante, decidiría tras lo comentado por él. Había sido franco de momento y al llegar a la altura de su caballo, de donde el soldado raso lo cuidada, montaba para luego dar unas últimas palabras.
- Si por el contrario piensas que la milicia es lo que es tu vocación en una agrupación despiadada que no tiene escrúpulos a la hora del combate, te unirás por voluntad propia. Podrás encontrar a la decimotercera que partirá hacia un país extranjero en los atracaderos del imperio. Ponerte tal vez si lo que decides es quedarte en Roma, bajo las ordenes inmediatas del tribuno Steven. Lo que decidas para tu vida no causará encono de parte mía. - Espoleo su corcel al tiempo que la columna de hombres marchaba tras de él. Por un instante sintió una ligera sensación recorrerle su cuerpo. Era como si en algún futuro próximo se verían las caras de nuevo en algún punto en el cual sus acciones serían beligerantes en contra de él.
¿Habría podido llevar a un sujeto como él en un campo donde la sangre corría a raudales? Barajó sus opciones y por un momento hubiese expuesto lo que él por su forma de hablar pretendía. Salvo que Noah obedecía ordenes y de inmediato comprendió que la visión de su interlocutor estaba errada. Él no iba a firmar un tratado de paz, no tenía las intenciones de formalizar una tregua. Iba a regañadientes de formar una escolta especial por intereses personales de la emperatriz Diva, dicho de otras palabras había que joderse en el cargo.
No era la intimidación que aquella, la hermana de la reina Selene le había pronunciado. Era el alto código militar al que se había sometido y que muchos legionarios juraban en el momento de ingresar a las legiones. Tocaba entonces, acatar ordenes por miserables que parecieran y dejar de lado de momento, sus ideologías. Miró de reojo a Tiberius el cual comprendió de inmediato que formara a la centuria dejando de ostigar a aquel gran personaje que en su interior mostraba un alma más grande que su corpulencia.
- Ya veo entonces. Como sabes esto no es una leva ni se está forzando a los ciudadanos a integrarse a las filas militares por casos que requieran atender una urgencia. He valorado tus propuestas pero las cosas no son así tan simples como uno piensa. Las tropas si bien son indisciplinadas ante la ausencia de los oficiales no lo son en el campo de batalla. - Con un leve asentimiento de cabeza, Tiberius vociferó al instante la orden para formar una columna preparada para la partida.
- Podría darte como dices lo que quieres, pero no te culpo. Difícilmente una persona que ha vivido en el campo comprendería que hay estatutos y protocolos para asumir algún mando. Se necesita primariamente experiencia de campo, y sobre ella, se evalúa entre los tribunos los correspondientes ascensos en el escalafón castrense. - Dibujó una pequeña sonrisa desprovista de provocación.
- Y ahora, que se me ordena cumplir una misión de lo más insensata, no hay una cohorte numerosa a la cual disciplinar. Pero veo claramente que tienes ideas discordes a las mías. Tu forma de pensar es similar al general Edward, mismas ideologías que terminaron por finiquitar su suerte. Con eso digo, que la decisión estaba en tus manos, como dices, si no te convence puedes regresar a tu hogar.
Se volvió caminando sereno, la capa rojiza se balanceaba por sus pasos. Tenía otros asuntos que atender, lugares y oficiales que instruir. Aquel gigante, decidiría tras lo comentado por él. Había sido franco de momento y al llegar a la altura de su caballo, de donde el soldado raso lo cuidada, montaba para luego dar unas últimas palabras.
- Si por el contrario piensas que la milicia es lo que es tu vocación en una agrupación despiadada que no tiene escrúpulos a la hora del combate, te unirás por voluntad propia. Podrás encontrar a la decimotercera que partirá hacia un país extranjero en los atracaderos del imperio. Ponerte tal vez si lo que decides es quedarte en Roma, bajo las ordenes inmediatas del tribuno Steven. Lo que decidas para tu vida no causará encono de parte mía. - Espoleo su corcel al tiempo que la columna de hombres marchaba tras de él. Por un instante sintió una ligera sensación recorrerle su cuerpo. Era como si en algún futuro próximo se verían las caras de nuevo en algún punto en el cual sus acciones serían beligerantes en contra de él.
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Re: Calle cercana al coliseo.
por Aldebaran Jue Oct 28, 2010 6:47 am
Esperó la respuesta de Noah que no tardaba en llegar, alegando de que las tropas eran completamente disciplinables en el campo de batalla; pues se notaba en sus ojos que no eran iguales, sin embargo eso podría ser bueno dado que habría variación en las mismas filas y por supuesto, ambos correrían para un mismo lado.
- No pareces entender mi punto, la disciplina no va solo hacia el guerrero de comprender al rival y ganarle con sus propias tácticas, antes que descuartizarlo en montones de pedazos y por ir al frente perder a montones de soldados. Se llama disciplina a un gran estratega, y veo que no lo estas siendo al saber que yo podría vencer a casi todas tus tropas con si quiera pensarlo y me estas dejando ir; pero veo que tu orgullo te gana.
Musitó Aldebarán sin un tanto de resentimiento o algo. Mientras que Noah hablaba de los rangos que podría llegar a tener un hombre, siendo que Aldebarán era un simple campesino, algo que hizo sonreír en demasía al gigante que aun seguía con su clásica pose cruzado de brazos, mientras las tropas comenzaban a formarse para partir.
- Y si soy un simple campesino, ¿Por qué me buscas? Me parece que eso demuestra tu inteligencia para negociar, la guerra es algo inevitable y es algo que siempre triunfará sobre la paz, porque donde hubo guerra, hubo fuego y donde hubo fuego cenizas quedan. Cenizas que podrían resurgir y transformarse en llamas dañinas nuevamente.
Nuevamente el General hablaba, y Aldebarán callaba para que ambos se pudieran escuchar sin interrumpirse. Hablaba de otro guerrero al cual no conocía, que compartían ideales y que había sufrido un destino falto de suerte. No importaba quien era, pero algo que sabía Aldebarán es que nadie era igual al otro, siempre había un mínimo detalle que los separaba así que volvió a sonreír mientras que el soldado montaba su corcel.
- Pareces no entender… yo podría aplastar cabezas de soldados con mi puño, ser el hombre mas terrible de la tierra, mover montañas si así lo deseo y quemar a una persona viva sin sentir rencor alguno. Pero las palabras podrían arreglar un par de cosas, sin tener que ser victimas de una emboscada y planear como se deben las cosas. Si tu dices que no te soy necesario, no se para que me buscas… pero te estoy demostrando que tengo mejor nivel táctico que cualquiera que pueda apoyar a tus tropas.
Noah musitaba unas últimas palabras que hicieron que Aldebarán se diera la vuelta. No poseía una capa que flamear, ni tampoco unos grandes ropajes o alguna armadura que brillara fuertemente reflejando el sol; pero si poseía inteligencia.
- Si el destino te puso en mi camino, por algo es. Sé que sientes esta misma sensación, aunque no forme parte de tus filas, estaré cerca de ti y algún día volveremos a vernos. Podrás ser el tipo más rudo que exista en la tierra, pero te demostraré lo contrario cuando nos volvamos a ver, demostrándote que el puño de justicia vence al de violencia.
Aldebarán sonrió, sabía que había causado mas que una atracción y no quería levantar sospechas de que el estuvo en Roma, o podrían seguirle los niños del orfanato e intentar convencerlo. Era tiempo de irse de esa ciudad, cada uno por caminos distintos y retomando sus senderos; senderos que podrían cruzarse en cualquier momento.
- No pareces entender mi punto, la disciplina no va solo hacia el guerrero de comprender al rival y ganarle con sus propias tácticas, antes que descuartizarlo en montones de pedazos y por ir al frente perder a montones de soldados. Se llama disciplina a un gran estratega, y veo que no lo estas siendo al saber que yo podría vencer a casi todas tus tropas con si quiera pensarlo y me estas dejando ir; pero veo que tu orgullo te gana.
Musitó Aldebarán sin un tanto de resentimiento o algo. Mientras que Noah hablaba de los rangos que podría llegar a tener un hombre, siendo que Aldebarán era un simple campesino, algo que hizo sonreír en demasía al gigante que aun seguía con su clásica pose cruzado de brazos, mientras las tropas comenzaban a formarse para partir.
- Y si soy un simple campesino, ¿Por qué me buscas? Me parece que eso demuestra tu inteligencia para negociar, la guerra es algo inevitable y es algo que siempre triunfará sobre la paz, porque donde hubo guerra, hubo fuego y donde hubo fuego cenizas quedan. Cenizas que podrían resurgir y transformarse en llamas dañinas nuevamente.
Nuevamente el General hablaba, y Aldebarán callaba para que ambos se pudieran escuchar sin interrumpirse. Hablaba de otro guerrero al cual no conocía, que compartían ideales y que había sufrido un destino falto de suerte. No importaba quien era, pero algo que sabía Aldebarán es que nadie era igual al otro, siempre había un mínimo detalle que los separaba así que volvió a sonreír mientras que el soldado montaba su corcel.
- Pareces no entender… yo podría aplastar cabezas de soldados con mi puño, ser el hombre mas terrible de la tierra, mover montañas si así lo deseo y quemar a una persona viva sin sentir rencor alguno. Pero las palabras podrían arreglar un par de cosas, sin tener que ser victimas de una emboscada y planear como se deben las cosas. Si tu dices que no te soy necesario, no se para que me buscas… pero te estoy demostrando que tengo mejor nivel táctico que cualquiera que pueda apoyar a tus tropas.
Noah musitaba unas últimas palabras que hicieron que Aldebarán se diera la vuelta. No poseía una capa que flamear, ni tampoco unos grandes ropajes o alguna armadura que brillara fuertemente reflejando el sol; pero si poseía inteligencia.
- Si el destino te puso en mi camino, por algo es. Sé que sientes esta misma sensación, aunque no forme parte de tus filas, estaré cerca de ti y algún día volveremos a vernos. Podrás ser el tipo más rudo que exista en la tierra, pero te demostraré lo contrario cuando nos volvamos a ver, demostrándote que el puño de justicia vence al de violencia.
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Re: Calle cercana al coliseo.
por Rain Mar Nov 02, 2010 7:16 pm
Despues de haber dejado la villa del senador Mauritius hice que se dirigieran hacia los mercados pero algunos soldados comentaron que vieron a una chica con las mismas caracteristicas de Seiren en la cercanias del coliseo por lo cual pedi que cambiaran el rumbo hacia alli para poder preguntarle a los propios gladiadores que supuestamente la vieron y asi saber finalmente el paradero de esa esclava rebelde. Ultimamente los sueños extraños que tenia eran cada vez mas y mas confusos mas la extraña habilidad que comence a tener para sentir presencias era algo mucho mas raro, la venida a Roma estaba causandome algunos problemas pero al menos se obtuvo la paz o eso pensaba puesto que habian aceptado la propuesta de nuestra señora Selene. Lo unico que queria mas que nada era regresar a mi tierra y poder estar nuevamente con mi señora puesto que me sentia algo inquieta, como si algo muy malo fuera a suceder y no podia quitarme esa sensacion de encima, solo cuando estuviera en Egipto me la quitaria pero estos romanos no querian dejarme ir hasta que el heredero fuera hasta haya asi que no tenia mas opcion que la de quedarme. Senti el carruaje detenerse lo cual significaba que habiamos llegado abriendo la puerta de este viendo como unos soldados romanos traian a unos cuantos gladiadores a los cuales mire antes de hacerles la pregunta que queria.
- Gladiadores perdonen esta descortesia pero necesito que me digan algo...han visto a una muchacha pelinegra de ojos oscuros y piel blanca? -viendo como los gladiadores se la pensaban un instante antes de responder-
- Si vimos a una muchacha con esos rasgos la cual estaba escapando de nosotros, Suzaku se la llevo consigo a una casa que tiene en los mercados diciendo que era la sirvienta personal de el -viendo que ponia rostro mas serio-
- Denle esto a los señores por su informacion -dandole una bolsa con monedas a un soldado el cual se lo da a los gladiadores- nuevo rumbo al mercado quiero atrapar ya a esa pequeña traidora -dice mientras se subia al carruaje el cual no tarda en salir-
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Re: Calle cercana al coliseo.
por Mauritius Dom Dic 19, 2010 1:08 pm
Despues de haber dejado al chico en el coliseo no tenia nada mas que hacer, solo me encamine hacia donde estaba una de las tantas calles que conectaban las villas con el gran coloso, suspire al ver que no habia nada bueno que ver por ahi, solo pequeños mercantiles ofreciendo sus productos, un mercado quizas, pero solo que estaban casi en plena calle, hiba a destrozarlos con mi espada pero no veia muy buena esa accion, bah solo eran pequeños insectos tratando de sobrevivir en ese, su mundo, segui caminando, no tenia mucho que hacer en mi villa por lo cual cada paso que daba se me hacia mas lento.
Camine y camine, hasta llegar a una pequeña fuente, de aguas cristalinas, me acerque a esta, y con mi mano derecha la meti hasta que logre caputrar un poco de agua, y la lleve a mi boca, en verdad tenia sed, por lo cual talvez eso ayudaria a refrescarme un poco de toda esos rayos del sol, porque habia bajado a esta tierra para estar bajo el yugo de uno de tantos de mis hijos, Apolo dios de sol, maldije para mis adentros, pero que podia hacer estaba en un terreno casi neutral, talvez algunos dioses o diosas ya habian despertado y por lo cual entonces deberia de ir a entrenar un poco, tras varios cientos de años habia quedado un poco oxidado, y mas, que este cuerpo tendria que adaptarse bien a mis antojos... eso deberia de hacer.
Camine y camine, hasta llegar a una pequeña fuente, de aguas cristalinas, me acerque a esta, y con mi mano derecha la meti hasta que logre caputrar un poco de agua, y la lleve a mi boca, en verdad tenia sed, por lo cual talvez eso ayudaria a refrescarme un poco de toda esos rayos del sol, porque habia bajado a esta tierra para estar bajo el yugo de uno de tantos de mis hijos, Apolo dios de sol, maldije para mis adentros, pero que podia hacer estaba en un terreno casi neutral, talvez algunos dioses o diosas ya habian despertado y por lo cual entonces deberia de ir a entrenar un poco, tras varios cientos de años habia quedado un poco oxidado, y mas, que este cuerpo tendria que adaptarse bien a mis antojos... eso deberia de hacer.
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Re: Calle cercana al coliseo.
por Arwen Vie Feb 11, 2011 8:03 pm
El carruaje que habia tomado para llegar a la cuidad se habia desvieado y habia llegado cerca de una gran edificaion, recordaba cuando caminaba por las calles de lo que parecia ser un mercado, y luego de las indicaciones de la dama que le habia indicado el camino, llego a ese carrujae, sin embargo ahora se daba cuenta que estaba en el coliseo.
Suspiro resignada, pues habia estado cerca de la cuidad, por lo que decidio caminar un poco y de paso le servia para conocer parte de Roma, cosa de niña, siempre añoraba, asi que mientras caminaba por la calle, admiraba cada edificion y mas an la que estaba cerca, el gran coliseo Romano, segun asi lo llamaban las personas de ahi, y si no estaba equivocada, seria mas que felicidad por setar ahi, sin embargo aun no perdia su mision.
Por lo que miro a lo lejos y pudo reconcoer algo que le haba descrito dela gran cuidad, asi que se dirigio ahi, sin mas, camino a lo que se habia percatado, sonriendo algo alegre.
Suspiro resignada, pues habia estado cerca de la cuidad, por lo que decidio caminar un poco y de paso le servia para conocer parte de Roma, cosa de niña, siempre añoraba, asi que mientras caminaba por la calle, admiraba cada edificion y mas an la que estaba cerca, el gran coliseo Romano, segun asi lo llamaban las personas de ahi, y si no estaba equivocada, seria mas que felicidad por setar ahi, sin embargo aun no perdia su mision.
Por lo que miro a lo lejos y pudo reconcoer algo que le haba descrito dela gran cuidad, asi que se dirigio ahi, sin mas, camino a lo que se habia percatado, sonriendo algo alegre.
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