[Villa Vallis Mellitus] Afueras de la casa de Fye

por Vergilius Jue Nov 18, 2010 9:54 pm

Cada paso que el caballo daba acortaba el tiempo en que Vergilius podría ver a Sophia, o al menos eso pensaba. Su corazón latía rápidamente mientras que su mirada se mantenía firma en el camino. Llevaba consigo a la muchacha que había encontrado en el mercado, debido a que ella tenia el mismo destino decidió acercarla como un gesto de amabilidad, después de todo hablar con ella lo distrajo de algún modo con el tema de Lucy, el cual se había olvidado tras ser reemplazado por las incontenibles ganas de obtener a Sophia y poder verla una vez mas…

Su caballo por fin llego hasta la villa de Fye, el hijo del César sabia que no era bienvenido y sentía la mirada de todos pendientes de él. La gente comenzaba a comentar en voz baja y a hacer chimentos, sobre cosas que podrían pasar con su visita a la casa del amo de todas esas personas. Los ojos de Vergilius pasaban por cada uno de los rostros de esas personas, viendo la duda y la incertidumbre en sus caras. Quizás no había sido buena idea, le dieron ganas de volverse, pero ya estaba allí y el retirarse lo haría quedar como un cobarde. Freno su marcha unos pocos metros antes del Comedor, mientras que se bajo del caballo, ayudo a bajar a la chica y le dirigió unas últimas palabras al sirviente.

-Fue un placer conocerte, pero será mejor que no sepan que has llegado conmigo y si lo saben, será mejor que sepan que no fue porque quisiste…

Sonrío mientras que se retiro y se subió una vez mas al caballo. Cabalgo a un paso mas acelerado mientras que se paro a una distancia desde donde podía ver a Fye, lo vio ahí parado, con problemas en su propia casa. Incompetente, siempre había sido así o al menos, es lo que pensaba Vergilius.

“No puede mantener el orden en su propio hogar… Al parecer no ha cambiado nada”

La mirada del muchacho ahora se perdió en aquella especie de vendaje que Fye portaba en el lugar donde debía de tener un ojo, pero por obra del mismo hijo de César, no lo tenía. Sabia que ese era el primordial objeto de odio entre ellos, además de tantos otros condimentos que hacían de esa rivalidad un caso serio. Pero ya no le importaba nada lo que Fye pensaba, decidió perder la cabeza al menos por un tiempo, para ver a su amada y hablar con ella. Y si no fuera posible entablar una conversación se conformaría con el brillo de sus ojos, con eso solo, Vergilius se daría por complacido.

Golpeo con sus piernas el caballo y avanzo ante la mirada de todos, no le importaba lo que pensaran o lo que hicieran, si alguien quería batalla, se las daría. Una vez que acelero miro hacia un costado, evito mirar directamente a su primo, solo quería cumplir su cometido. Él no le importaba para nada.

-¡¡SOPHIAAAAAAAAAAAAAAAAA!!

Un grito desgarrador salio desde su interior, sin saber donde podía estar y si al menos la joven se molestaría en salir a verlo. Ni siquiera había pensado en si su voz llegaría hasta donde ella podía estar, pero no le interesaba. Todo lo planificador y lo táctico que era Vergilius lo perdió en ese momento.

por Andrea Jue Nov 18, 2010 10:35 pm

Me quedé pensativa y bastante nerviosa al ir a caballo con el creo enemigo de mi amo. Además de que los demás sirvientes no nos quitaban la mirada de encima, eso me ponía aun más nerviosa porque no comprendía que debía de hacer. Por un momento se detuvo Vergilius bajándome del caballo. Le agradecí por traerme y decidí ir a mi habitación lo más rápido que pude intentandome ocultar de los demás sirvientes.
-Suerte!,Vaya que día!!! Espero y no me reconozcan. Ya bastantes problemas tengo....-
Empecé a correr hacia mi habitación tapándome el rostro. Sin querer tropecé con un jarrón que por cierto casi tiro,pero por suerte lo alcancé a agarrar. Seguí mi camino con un poco más de cuidado, esperando que todo se solucionara, no era de mi total agrado ver así de furioso al amo. Recordé que traía conmigo la espada que había comprando por lo que la guarde debajo de mi cama al llegar para que nadie la viese.

por Vergilius Miér Nov 24, 2010 11:26 pm

El pasar del tiempo hacia que el guerrero se desesperara, pasaron varios minutos en los que había insistido con sus gritos, pero Sophia parecía no escucharlo o quizás no estaba en casa. Pero por la cabeza de Vergilius pasaba la posibilidad de que ella no quisiera verle también, y en ese punto era donde el hijo del César se desesperaba. Decidió sacar esa duda de su mente al comprobarlo con sus propios ojos, quizás Fye no le dejaría pasar hasta la habitación, pero al parecer estaba con algunos problemas y no le vería si trepaba. Bajo de su caballo y lo envío de vuelta a casa, si Fye descubría al animal, no dudaría en matarlo por tan solo pertenecer a Vergilius y él lo sabía.

Una vez que sus pies tocaron el suelo y aquel potro se puso en marcha con su galope, Vergilius subió su mirada para ver una posible entrada a la habitación, al parecer no había ninguna cerca, pero se las ingeniaría para llegar hasta Sophia aunque muriera en el intento o en el éxito.

Busco alguna enredadera o cualquier cosa que le sirviera para trepar, pero al parecer no había ningún objeto que facilitara su ascenso. Intento trepar pero la pared era muy lisa y término cayendo de espalda en el suelo, levantando un poco de polvo y con el rostro resignado. La furia que sentía no era por haberse caído, sino que la única manera de ver a su amada era enfrentar aquella rivalidad que tenía con su primo y verle la cara una vez más. Debía de usar la entrada principal, idea que no le gustaba mucho, pero era la única que tenia y que podía realizar.

-Maldición…

Maldijo en voz baja mientras que se levanto y sacudió el polvo de sus prendas. Pero al darse vuelta pudo sentir que su primo era quien se acercaba. Desenfundo su espada y lo espero tranquilamente. Siempre había sido superior que Fye y cualquier otro en combate, por eso era que la confianza la tenia desde chico.

por Fye Jue Nov 25, 2010 10:36 am

Habia dejado las cosas bien claras en mi casa, a la vuelta no queria volver a ver a todos los que no pertenecian al entorno de la familia. Y si hacian correctamente su trabajo luego podria ir a hablar mas claramente con esa chica ademas de asegurarme de que no volviera a salir en toda su vida de un calabozo. Esa maldita germana era una total desagradecida despues de que la salve de ser violada por asqueroso romanos de las calles mas bajas y sucias del imperio.

Sin coger abrigo ni nada, solo con mi larga ropa blanca cogida con un cinto negro me dispuse a salir de la casa para encontrarme con ese hombre que tanto me desagradaba. Aun llevaba la espada en mano que habia cogido antes de llegar al comedor por si habia algun problema, me venia perfecta para este momento.

Las gritos de Vergilius hacian unos minutos que habia parado, quizas se habia dado por vencido y se habia vuelto por donde habia venido. La puerta principal de la casa se abrio y con paso lento salio el dueño de la villa... Alli lleno de polvo se encontraba el joven general, aun seguia frente a mi hogar, era muy irresponsable al hacer algo asi.

Creo que estaba mas que claro.. que tu presencia aquí no era bienvenida...

Comence a bajar las pocas escaleras que separaban de la entrada al suelo. En eso me fije algo mas interesante que ver al general envuelto en polvo. Sino que llevaba su espada en la mano, algo mas que interesante por que el nunca se habia atravido a sacar su espada antes que yo, normalmente el era el tranquilo y yo era quien perdia los nervios y desenfundaba su arma.

Sophia no quiere verte, asi que largate y deja en paz a mi hermana...

El viento comenzo a soplar con algo mas de fuerza y movio nuestros cabellos y nuestra ropa, ambos uno en frente del otro, con espada en mano. Pero al mismo tiempo eramos tan diferente, cabellos totalmente opuestos, forma de vestir diferente, lo unico que realmente nos unia era Sophia.

Que patetico que eres Vergilius, no sabes cuando has sido derrotado? Cuando tienes que retirarte? Y pensar que muchos indeseables confian el futuro de Roma a alguien como tu, patetico... realmente.. patetico..

por Vergilius Jue Nov 25, 2010 10:30 pm

El hijo del César vio a su primo bajar aquellas escaleras y lo dejo hablar, por el poco respeto que le tenía. Había desenfundado su espada mucho mas antes de lo que acostumbraba a hacer, pero ya sabia que con su primo Fye no había posibilidad de trato o incluso de dialogo, en cualquier momento la batalla se desataría. El dueño de casa pronuncio unas palabras a las que Vergilius no les dio mucha importancia, se dedico a prestarle atención solo lo necesario para poder contestarlas con su versión. El rubio muchacho no le causaba emoción alguna a su primo, de hecho, hacia tiempo que entre ellos se había cortado todo lazo afectivo dejando solo un profundo rencor. Desde el momento en que Fye perdió su ojo en manos de Vergilius.

El muchacho de pelos negros avanzo un poco para quedarse más cerca de su primo y no tener que esforzar el tono de su voz. Quería que lo escuchara pero no tenía porque gritar, había gente que podía estar escuchando o intentando escuchar la conversación y podía ser muy molesto que se enteraran de todo lo que había entre ellos, aunque algunos ya lo sabían y eso poco le importaba a Vergilius. Cuando termino de acercarse musito levemente unas palabras con odio mientras que miraba con egocentrismo, sabia que sus próximas palabras no serian para sellar la paz, sino para declarar la guerra.

-¿Y quien quieres que domine Roma?... ¡Alguien que no puede cuidar ni de su propio ojo!...

Bastante provocativas eran las exclamaciones y preguntas que hacia el hijo del César, mientras que su espada seguía siendo empuñada, decidió que era tiempo de ir al clavo. Era hora de acotar tanto rencor y odio, saltarse la parte aburrida e ir por el tema principal de la conversación, Sophia.

-No metas a tu hermana en esta… estupidez –Dijo Vergilius mientras que lo miraba con frialdad, ahora era él quien decidía como proseguir con la conversación y se aseguraría que fuera con un cierto grado de respeto, no le gustaría que en todo el imperio dijeran que él había estado en la casa de Fye provocando su ira… A él ni tan siquiera le importaba su primo, solo estaba ahí por Sophia y no era su culpa que Fye fuera tan protector e ingenuo- Si tienes rencor hacia mi, por lo que ha pasado entre nosotros, espero que sepas mantener esta rivalidad entre los que la protagonizan… Como un buen hombre...Y no meter a terceros en tu furia…

Dijo mientras que recordó levemente las palabras que mencionaban que Sophia no lo quería ver, quizás era cierto y por eso no había salido, pero no lo creería de los labios de su primo. Si algunos labios debían de notificarle eso, deseaba que fueran los de la mismísima Sophia.

-Que baje y me diga ella que no quiere verme… Si es que no la tienes atada como a un animal… Eres capaz de ello, y lo sé.

por Fye Dom Nov 28, 2010 3:26 pm

Los pasos de Vergilius lo acercaban cada vez mas a Fye y eso no le agradaba en absoluto, estaba aceptado que estuviera ahi delante de su casa y sacarlo de la manera mas.. educada que podia, pero que no empezara a tomarse esas confianzas por mucho que fuera un gran general. La espada de Fye se alzo hacia delante colocando su punta casi a punto de tocar el pecho de su primo que ya se habia parado por su propio pie, pero si volvia a intentar adelantarse mas de lo que debia seria de nuevo la fuerza quien decidiria ese problema entre ambos.

Por supuesto no era un completo estupido y sabia donde atacar, mencionando el ojo de Fye intentaba colocarse por encima, pero daba lastima que siempre acudiera a lo mismo. Cuando ese dia no pudo terminar lo que habia empezado, si alguien ese dia habia sobrevivido a la espada de Vergilius ese era Fye.. y en el lugar de ese ojo se creo un gran rencor y tambien un nuevo objetivo en la vida.

¿Y quien quiere cuidar de Sophia? ¿Alguien que se en años y años a penas se a ocupado de ella? Y ahora.. viene con la arrogancia de llevarsela de la familia que si ha cuidado de ella?

Ambos tenian un motivo para sentirse superior, el hijo directo del emperador lo tenia en sus grandes batallas para el imperio, en haber trabajado mas para el y quizas por eso merecer algo mas el titulo de proximo emperador. Pero Fye lo tenia en querer quedarse a Sophia, el habia sido quien la habia protegido durante todos los años que Vergilius no estaba de indeseables que quisieran aprovecharse de la familia de esos hermanos.

El tema se centro en la joven pelirroja, la mujer que unia a esos hombres. Para uno de ellos su amada, para el otro su motivo de proteccion en la vida y la promesa que lo unia a su madre Flavia de proteger a sus hermanos hasta el final de sus dias. No confiaba en un hombre que estaba mas tiempo fuera de casa que con la mujer que supuestamente ama.

Atada??? Te das cuenta de lo que dices desgraciado?? Pero quien te crees que cuida de ella y que mantiene su vida estable desde que me encargue de la casa?? Si ella dice que no quiere verte, es que no quiere, asi que aceptalo y deja de llorar..

por Alexandra Dom Nov 28, 2010 5:37 pm

Alexandra despues de haber visto como se llevaban a Sophia, comenzo a derramar lagrimas, pero sin siquiera hacer un ruido; las lagrimas fluian como un acaudalado rio, mientras sentia en su pecho una oprecion que no la dejaba respirar haciendo que inhalara fuertemente. Al fin los sollozos comenzaron a salir de sus labios, al momento que se tapaba la boca para que no se escuchasen sus ruidos, pero todo lo que hizo fue inutil, púes comenzo a llorar fuertemente, sintiendo una gran impotencia de no poder hacer nada por su ama, su amo Fye jamas se lo perdonaria, jamas le perdonaria que vio como se llevaban a su hermana y ella no hizo nada, todo por su maldito miedo que la traiciono. Penso que ya lo habia superado pero ahora se daba cuenta que no y eso ocasiono que se quedara como estupida, viendo como se llevaban a la señoria Sophia.

Su llanto no seso y se cayo de rodillas tapandose el rostro, depues bajo sus manos al suelo, tomando una roca y aprentandola con su mano hasta desaserla, su dedos los arrastraba por la tierra dejando huella de ellos en ella, para despues ver que
las gotas de sus lagrimas caian mas fluidamente, y sin mas se grito a su misma

Alexandra: Inutil Alexandraaa!!!!!!! Eres una escoria!!!!! Eres una torpee!!! Eres una Estupidaaaaaa!!!!!!!

sus sollozos se hicieron aun mas ruidosos, mientras ella golpeaba fuertemente la tierra, haciendo que
salieran unos hilillos de sus nudillos, para luego decir entre sus sollozos

Alexandra: po-por que!?...por qu-que se la llevaron?'...por que!!?? por que!!??...por quee?!

Sin embargo, al estarse lamentando, recordo que debia avisarle a su amo, aunque la corriera por que ella no habia hecho nada por Sophia, asi que se trato de tranquilizar.....Inhalo profundo varias veces, se limpio sus lagrimas y se puso unas vendas en sus manos para proteger sus nudillos y no sangraran mas.
Lentamente se lavanto y tomando todas su fuerzas, corrio por todas la villa en busca de su amo Fye, luego de varios minutos diviso su figura a las afueras de su casa, pero tambien esta otro hombre ahi, su cabello negro y su vestimenta podia verse bien, y sin dudarlo dos veces penso

Alexandra: El..hijo..del emperador..Ver-Vergilius!!, Por todos los dioses!! que rayos hace aqui???, por que habla con mi amo Fye??... Y ahora que hago...como le dire de la señorita Sophia a mi amo Fye......Por todos los diosssesss!!!!!!??????

Piensa Alexandra, piensa!!....

sus ojos se abrieron mas al ver a su amo estar frente al hijo del emperador, su primo.
El viento soplaba y movia el cabello de ambos y tambien de la rubia, y cochaba con su rostro, pues habia retomado su paso. Corrio lo mas rapido que pudo y al ver a su amo, se le caia la cara de vergüenza al ver a su amo, y estando a unos metros cerca, camina lentamente, sus manos las pone detras y su cabeza la agacha, mientras unas lagrimas amenazaban por salirse de sus orbes celestes, y temerosa habla en voz baja, casi inaudible.

Alexandra: H-Hola S-Señor V-Vergilius, A-a-amo..F-Fye...per-perdon que lo in-interrumpa, pe-pero de-debo ha-hablar con us-usted de al.algo imp-importante

su mirada la alza un poco para ver a su amo, pero sintio tanta verguenza que mejor la bajo de nuevo y casi al punto de llorar esperaba la respuesta de su amo, al mismo tiempo que las vendas se tornaban rojas, pues la sangre de sus nudillos salia de nueva cuenta, cosa que asusto a la rubia, pero dejo atras el dolor que esto le preovocaba y esperaba la respuesta de su amo.

por Vergilius Miér Dic 01, 2010 2:27 am

La mirada se cruzo entre los dos primos, era un juego de palabras en el cual perdería quien se dejara llevar por los sentimientos y el odio antes, obviamente ese seria Fye. Era cierto que Vergilius había tenido que marcharse y dejar a su prima amada, pero eso no significara que la olvido. En la guerra la recordaba todo el tiempo, por mas que debía de hacer otras cosas, siempre estaba presente en su mente, así como lo estaba su padre o todo el imperio romano… Cuando pensaba que seria el heredero…Cuando Octavius había sido dado por muerto.

Escucho atentamente las últimas palabras que Fye dijo, al parecer volvía a repetir todo una y otra vez. La espada incomodaba un poco al hijo del César, por lo que con un pequeño y sutil movimiento de su mano choco su espada contra la de su primo, para apartarla de su pecho y ahora caminar hacia un costado mientras que comenzaba a contestar las palabras de Fye.

-Quizás tengas razón, estuve ocupado como para ocuparme de Sophia y quizás no quiera verme por ese motivo, pero te lo repito una vez mas porque al parecer aparte de tuerto, eres sordo… Solo aceptare esas palabras si provienen de sus labios…

El hijo del César se paro firme esperando que su primo llamara a su amada, al menos eso creía que pasaría, pero de la nada salio una muchacha de pelos amarillos que saludo respetuosamente a Vergilius. No la conocía, por lo que estaba a punto de saludarla pero al escuchar que llamo “amo” a Fye, entendió que era una simple esclava que no merecía que gastara su saliva en saludarla.

Las palabras de la joven sonaban desesperadas, tartamudeaba más de la cuenta y parecía estar totalmente quebrada por dentro, a punto de llorar. Vergilius sonrío mientras que dijo unas últimas palabras al mismo tiempo que se apoyaba sobre una pared.

-Al parecer tus empleados no se diferencian de ti, ya veo… Atiende lo que tengas que hacer, podremos seguir en un momento a solas con nuestra… charla… O puedes llamar a Sophia y ahorrarte los malos tragos.

por Fye Miér Dic 01, 2010 12:05 pm

Estaba deseando acabar aquella inutil conversacion, habia tenido unos dias muy estresantes como para ahora tener que hablar con la persona que mas detestaba en este mundo. No iba a parar hasta que no viera o escuchara a Sophia pero no le iba a dar ese placer. Si ya bien intentaba tenerlos alejados cuanto mas tiempo mejor era ya el colmo lo que estaba intentando ese insensato, venir a verla a mi propio hogar, que arrogancia...

No sabia si de verdad habia perdido el poco juicio que le quedaba o sus viajes fuera de Roma le habian afectado al cerebro, o puede que fuera exceso de confianza despues de escuchar como lo aclama la gran mayoria.

Te crees muy gracioso.. y el que no se entera eres tu, Sophia no va a salir y tu no vas a entrar, es asi de facil pero parece demasiado para una mente como la tuya.

Con un movimiento de su muñeca habia apartado mi espada de su pecho, muy habil para su parte, pero para hombres como nosotros que estabamos perfectamente curtidos en el arte de la espada aquello no era mas que un juego de niños.

Entonces una vos temblorosa llego hasta los oidos de Fye, al girarse se encontro con una de sus mas fieles sirvientes, de nombre Alexandra, que a parte de su fidelidad destaba por su enorme cabellera dorada. Algo habia pasado y venia a comunicarselo expresamente a Fye, este penso que no debia tratarse de ninguna broma pues conociendo a Alexandra sabia que no le iba a interrumpir un momento como este a menos que fuera algo sumamente importante.

No te equivoques, yo no vine a charlar sino a sacar la mierda de mi casa. Y ya esta todo dicho, largate y deja de dar el espectaculo, eres lamentable. Espero que por tu bien te ahorres una escenita mas intentando entrar, a menos que quieras que se sepa como el joven general va entrando a casas a ajenas..

Coloco la mano en el hombro de Alexandra para que se adelantara hacia la puerta de entrada, si algo debian hablar seria en privado y no con oidos desconocidos escuchandolo todo. Fye envaino la espada, si alguien se debia manchar la reputacion seria Vergilius, y en caso de entrar no encontraria a Sophia, pero si a otra chica que podia pasar perfectamente por ella.

Hablaremos dentro Alexandra, pero antes mas te vale calmarte.

Comence a andar hacia la puerta no sin antes soltar una ultima mirada y sonrisa sarcastica hacia su despreciable primo. Alli estaba esperando algo imposible, algo que ni Fye ni el destino aceptaria y acabaria mal.

Adios.. primo, disfruta de tu gran momento, mientras puedas.

La puerta de la entrada se cerro de un gran golpe dejando solo fuera a Vergilius. Mientras tanto Alexandra y Fye hablaria dentro de la casa.

por Vergilius Dom Dic 05, 2010 6:00 am

El actuar de Fye no era el mismo de antes, ahora no era tan agresivo y por alguna razón se rehusaba a combatir contra el hijo del César, lo cual hizo que Vergilius comenzara a sospechar algo, pero la posición en la que lo había dejado su primo no era la mejor… Si entraba nuevamente a su casa podía manchar su apellido y no era eso precisamente lo que buscaba, Vergilius comenzaba a sospechar algo… Podía sentir como en el fondo de Fye ahora reinaba una tranquila maldad que podía con la violencia que solía tener antes y por alguna razón había decidido discutir el asunto que la muchacha tenia que decir, a solas… Era todo muy sospechoso y de hecho, Vergilius estaba seguro que tenia que ver con Sophia. Si la sirvienta lloraba de esa forma, significaba que algo malo le había sucedido o que algo le habían hecho, lo cual llenaba al hijo del César de una furia increíble y sobre todas las cosas, una impotencia al no poder hacer nada para enterarse o incluso, para ayudar.

-Maldito tuerto de mierda…

Fueron las únicas palabras que salieron desde los labios de Vergilius, unas palabras que insultaban a su primo, no podía creer que lo dejara de esa manera tan ridícula y que frente a un problema decidiera ocultarlo. Pero era obvio, quizás no podía resolverlo por si mismo, al igual que aquel problema que parecía tener en el comedor.

“Maldito Fye… Jamás me dirá lo que pasa y no hay manera de que me entere por mi propia cuenta… Supongo que deberé buscar algo de… Ayuda”

Una pequeña sonrisa se esbozo en el rostro del hijo del César mientras que caminaba alejándose de la casa, puso sus dedos en sus propios labios para silbar con un tono muy alto, que hizo eco en los alrededores. Luego del ruido del silbido se empezó a escuchar el ruido de un galope, el caballo de Vergilius obedecía al llamado y venia hasta él para llevarlo de nuevo a su hogar. O quizás no, porque a donde tenia planeado ir no era precisamente a su hogar. Se subió a su caballo y partió sin rumbo, ingeniando algún plan para poder sacar información de Sophia por más alto que fuera el precio.

Quizás el plan estuviera justo frente a sus ojos, porque podía percibir como la esencia de Sophia no se encontraba en la casa, pero el problema era, que no sabia donde se encontraba y porque… Quizás Fye había cometido el error más grande de su vida, al hacerle daño a su propia hermana. Y si Vergilius le saco un ojo por una simple rivalidad, si Fye había tocado a Sophia, el hijo del César no respondería de manera agradable… obviamente. Por eso detuvo su paso y se quedo pensando, arriba de su caballo.

por Octavius Mar Dic 07, 2010 5:29 am

Los pasos del varón marcaban un compás casi rítmico al chocar sus zapatos con el suelo, sonidos huecos sucedidos uno tras otro era el único ruido que generaba Octavius, La expresión de su rostro era seria, sus ojos apuntaban hacia adelante y con la mirada fija en un hombre montado en un caballo se percató de quien se trataba tras mirarlo unos segundos.

¿ Que hacía su hermano en aquél lugar ? ¿ a caso era una coincidencia el encontrarse con el ? De todas maneras no era algo de lo que sorprenderse, después de todo no era nada malo. De los bolsillos de Octavius una mano salía lentamente para señalar a su joven hermano y así luego llamarlo por su nombre con su voz serena y tranquila.

.- Vergilius, ¿ que haces aquí, también viniste a ver a Sophia ? ?
Cuestionó el hombre mientras avanzaba a paso lento y se acercaba de a poco al joven sobre aquél caballo.

Una brisa se hizo presente en el lugar, el silencio gobernó por unos insignificantes segundos que duraron hasta la respuesta de su hermano menor que estaba de espaldas a Octavius.
Ahora que lo pensaba, no sentía la presencia de Sophia cerca, era raro aunque quizás sea normal, se cuestionaba por sus adentros mientras esperaba la respuesta de Vergilius.

por Vergilius Mar Dic 07, 2010 5:58 am

Solo ante aquella gran casa, Vergilius seguía pensando en que plan tomar, quizás fuera necesario mas que una simple ayuda para saber que ocurría o talvez con un simple golpe de suerte eso pudiera cambiar. Seguía pensativo y sonámbulo, mirando hacia delante hasta que una voz a sus espaldas le llamo la atención, una voz conocida y familiar a la que Vergilius reconoció rápidamente. Dio media vuelta con su caballo y pudo ver a su hermano mayor, parado frente a él. Una pequeña sonrisa se esbozo en el rostro de Vergilius pero no por alegría de ver a su hermano, sino porque quizás fuera la ayuda que necesitaba en ese momento.

-Saludos, Octavius…-Dijo con un tono respetuoso, si había personas a las que el hijo del César debía su respeto, era solamente a su familia y alguno que otro ser mas- He venido con las intenciones de ver a Sophia, pero nuestro “querido” primo me ha cerrado las puertas en mi cara…

El rostro de Vergilius mostraba claramente la poca satisfacción que le brindaba lo que Fye acababa de hacer, además de que recordaba aquel tema que parecía ocultar y por su cabeza pasaba una y otra vez la idea de que tenía que ver con Sophia, por eso el llanto del sirviente. Vergilius salio de sus pensamientos una vez más para seguir hablando con su hermano mayor.

-No sabía que tú vendrías aquí, supongo que vienes a ver a Sophia debido a que aun no la saludas

Dijo Vergilius, las capacidades mentales del muchacho eran muy grandes, de hecho, era capaz de sacar conclusiones con pocas pruebas y podía averiguar muchas cosas pero a veces, cuando se relacionaba demasiado con el tema y sus sentimientos influían, su mente se volvía un lago y no podía hacer nada mas que buscar ayuda… Como pasaba en ese momento con el tema de Sophia

-Fye ha dicho que la familia de mi padre no es bienvenida en esta casa… No se que se creerá, pero al parecer no podemos entrar por las buenas y temo que Fye le haya hecho algo malo a Sophia… ¿Qué piensas hacer?... Porque yo no me quedare de brazos cruzados...

Era todo mentira… Fye había dicho que solo él no era bienvenido y punto. Pero Vergilius sabia que si necesitaba la ayuda de su hermano, lo mejor era hacer que él se interesara en el tema, que se sintiera golpeado por Fye también a tal punto que ansiara entrar a esa casa por la fuerza o al menos, obligar a Fye a que lo dejara pasar. Si Octavius pasaba, Vergilius no se quedaría atrás…

por Octavius Miér Dic 08, 2010 10:02 am

Tras escuchar las palabras de su hermano menor Octavius lo miró indiferente, mas no mostraba sorpresa alguna luego de oír lo que su primo había hecho. El primogénito de Cesar y su mirada fría y calculadora se incrustaban en los ojos de Vergilius, su seriedad era extrema y sus emociones no se mostraban a la vista de los demás y trato con su hermano menor había cambiado drásticamente, ya no parecía el mismo, había cambiado aunque por dentro sus sentimientos seguían igual que siempre.

.- No te preocupes Vergilius, las palabras de Fye no me sorprenden y mucho menos sus acciones, yo pienso lo mismo que el y no me interesa ser bienvenido en su... hogar, por otra parte no creo que le haya hecho nada a Sophia, pero por alguna razón creo que ella no está aquí, sería tonto insistir y seguir molestando al tuerto.

Exclamó con frialdad aquél hombre de cabellos desprolijos, mientras llevaba su mirada hacia la casa de su primo y la observaba detenidamente preguntándose que habría pasado con su prima, ¿porqué no estaba ahí en ese momento ?

Uno de los vecinos de la casa conjunta observaba la situación desde su ventana un poco escondido entre las cortinas de éstas, entonces Octavius, al percatarse de ésto observó con mala cara al hombre para que luego el fisgón saliera avergonzado dirigiéndose hacia los hermanos con la cabeza agachas, encogiendo los hombros.

-- Lamento lo de recién señor.. pero se lo que pasó con Sophia...
Dijo mirando a Octavius para luego pasar su mirada a Vergilius y continuar con un tono de voz bastante asustado....

por Vergilius Jue Dic 09, 2010 12:04 am

Al parecer su hermano no lo ayudaría, era lo único que le faltaba, ahora sentía que la verdad sobre Sophia estaba muy lejos y que todo se le escapaba de las manos. Pero todo resulto tal como él pensaba, en un golpe de suerte apareció un hombre que decía saber que le paso a Sophia, pero estaba muy asustado y no dijo nada mas.

El hermano menor de Octavius miro a aquel hombre con gran atención, se bajo de su caballo y con una velocidad admirable saco de su bolsillo unas cuantas monedas de oro, al hombre que estaba allí afuera, al ver esto se le hicieron gotitas de alegría en los ojos y el miedo pareció evaporarse por completo. Vergilius lo miraba con una ceja levantada y luego cerro su puño, alejando las monedas del hombre. Haciéndole entender que aquel dinero seria suyo con la condición de que hablara y le contara a los hermanos que había pasado.

-Yo… Yo vi como un hombre raptaba a la señorita Sophia y se la llevaba con rumbo al norte… Pero es todo lo que vi, luego me dio miedo y entre a mi casa

El tono de voz del hombre mostraba que decía la verdad, Vergilius estiro su brazo y le dio las monedas, antes de marcharse el hombre pidió que no se le informara a Fye que les había dado información a lo que Vergilius asistió con la cabeza. Luego dio vuelta para mirar a su hermano, en su rostro no se mostraba sentimiento alguno, pero por dentro el muchacho estaba muy preocupado.

-Al norte… No creo que alguien sea tan estupido como para raptar a alguien de la realeza romana y aun así, quedarse en Roma… ¿Qué hacemos?

Dijo Vergilius mientras que subía a su caballo, el mismo hombre que había dado la información vino ahora rápidamente para darle un potro a Octavius, Era obvio que el hombre no lo hacia por mas dinero o por atención, sino porque quería que los dos se fueran rápido de aquella villa así no correr mas riesgos. Vergilius se quedo esperando la respuesta de su hermano arriba de su caballo, pensando en el estado de Sophia y maldiciendo a aquel que la había raptado.

por Octavius Sáb Dic 11, 2010 5:12 am

El vecino contó lo que le había pasado a su prima luego de que Vergilius le pagara ara hacerlo una generosa recompensa, Octavius no pensaba darle dinero sino obligarlo a contestar, pero al parecer su hermano menor estaba generoso.

Tras escuchar las palabras del hombre y recibir el caballo de su parte pensó en la pregunta de Vergilius y se subió al caballo.
.- ¿ Cuanto crees que habrán avanzado los captores?
Preguntó aquél hombre mientras esperaba una respuesta pues lo mas probable era que se la hayan llevado de Roma si de un Rapto se trataba, al igual que su hermano no creía que fueran tan tontos de permanecer allí pero, ¿ quien habría sido ? y sobre todo ¿por que?

El sudor del varón se desprendía de su frente y un pequeño pañuelo la secaba al instante impulsado por la mano de él mismo.
De repente, el clima cambió radicalmente, una lluvia intensa comenzó a arrasar el pueblo, las gotas de agua eran bastante grandes y caían con fuerza al suelo formando rápidamente pequeños charcos, todo indicaba que podría haber una inundación por lo que no había mucho tiempo además de que el agua empapaba a los dos hermanos.

.- Bueno, vamos no importa... debemos buscar a Sophia.
Exclamó el mayor mientras se volvía a tapar con su sobretodo negro y con su sombrero para combatir un poco la lluvia, con las cuerdas que sostenía con fuerza dio un golpe seco en el lomo del caballo y se dispuso a comenzar el viaje.

.- Arre !!

por Vergilius Sáb Dic 11, 2010 4:16 pm

Si Sophia había sido raptada era probable que no estuviera pasando un buen momento y cualquier hombre que tuviera una joven mujer secuestrada, no podría aguantar mucho tiempo sin tener deseos carnales hacia ella. Vergilius sabía esto, pero prefería ignorar esa idea y pensar que aun estaba a tiempo de evitar algo peor que un simple susto para Sophia. Estuvo quieto un momento y escucho la palabra de su hermano, era cierto… ¿Cuánto podrían haber avanzado los captores? … Quizás menos que unas horas o incluso un día adelante, pero no seria suficiente para alcanzarlos así que por la suerte de Sophia, Vergilius rogaba a los dioses que se hubieran detenido en algún lugar por las montañas.

-No tengo idea… Vamos hacia las montañas…

Dijo el hijo del César a su hermano mientras que se percataba de las gotas que comenzaban a caer, él no tenía intención de cubrirse de esas gotas, mejor aun, porque podría disimular las lágrimas de desesperación que lentamente salían de sus ojos. Con la gran lluvia que corría no se distinguían sus lágrimas del chorreo que el agua de su pelo formaba al caer, un perfecto camuflaje.

Su hermano partió antes que él quien se quedo un rato quieto, apretó su puño con fuerza mientras que miraba a la casa de Fye, ese tuerto bueno para nada, había dejado que raptaran a la única persona que le importaba tanto a Vergilius y seguro que lo había hecho para molestarle…

-Vamos…

Dijo mientras que golpeo su caballo y siguió a su hermano, dispuesto a ir hacia las montañas.

por Hiromu Vie Dic 17, 2010 9:21 am

Camine por la villa y golpee en muchas casas preguntando si se encontraba Abel, algunas personas por este acto se reían y me cerraban la puerta en la cara, pero también aquello significaba que no era el lugar donde Abel se encontraba. Seguí caminando por las casas mientras golpeaba una por una hasta que al fin solo quedaba una casa si no estaba en esa Abel no se encontraría en aquella villa, y mi familia tampoco ya que también había preguntado por ella cuando buscaba a Abel por aquellas casas.

-Kyo, solo nos queda esta casa si Abel no se encuentra aquí creo que no estará en ningún lado, jaja.-

Me acerque lentamente a la puerta de esta casa y mientras caminaba la katana de mi padre y el collar de mi madre se movían de un lado para otro, una vez en la puerta di media vuelta para mirar a Kyo el cual me acompañaba luego de haberlo conocido a las afueras de esta misma villa y entablar una buena amistad con el.

-Con respecto a lo que dijiste que siempre tendré tu ayuda, tu siempre tendrás la miá cuando lo necesites...-

Golpee la puerta de aquella casa con mi mano y me quede esperando a que alguien o algo abriera esta.

-Solo nos queda esperar...-

por Kyosuke Vie Dic 17, 2010 4:02 pm

Caminamos bastante tiempo mientras el sol seguia intentando ocultarse bajo la penumbra del horizonte para asi dar fin al dia y permitirle el paso a Artemisa la señora de la noche, que cada dia luego de la puesta deleitaba con su prescencia a cada ser humano y animal que se atreviese a merodear por las calles.
Golpeabamos cada puerta de la villa preguntando por Abel, al escuchar esto las personas volvian a preguntarnos a que Abel buscabamos, a lo que nosotros respondiamos sinceramente diciendo que al Dios Abel. Ante nuestra respuesta los habitantes de las moradas reian a carcajadas viendonos como totales estupidos, ¿Quien iria buscando a un Dios casa por casa ademas de un loco?, muchas veces cerraban las puertas en nuestras caras y otros nos tomaban el pelo dandonos falsas indicaciones para luego al vernos seguirlas reirse de nosotros para humillarnos. Sin embargo no nos dimos porvencidos y buscamos en cada una de las casas hasta que solo quedo una en la que no habiamos buscado.

Las palabras de Hiromu eran ciertas, si Abel no se encontraba aqui o almenos no habia señal de que el hubiese estado en este lugar nuestra busqueda en esta villa habria sido en vano. El se acerco a la puerta de la casa que nos restaba visitar y llamo a ella mientras esperaba que del otro lado hubiese respuesta alguna.

-Espero que esta vez tengamos suerte...-

por Hiromu Lun Dic 20, 2010 10:36 am

Golpee la puerta de aquella casa pero nadie contesto... en el piso se podían ver pisadas de una persona la cual salia de la casa por lo que pensé en aquel momento que teníamos dos posibilidades o seguíamos los huellas o nos íbamos a otras villas a buscar información de Abel, de cualquiera de las dos maneras podíamos fallar pero teníamos que tomar alguno de aquellos caminos para encontrar al Dios y a mi familia.
Como siempre en mi tono algo gracioso apunte con una mano a las huellas y le dije

-Mira el suelo Kyo, hay marcas de pisadas que salen de esta casa. Tal vez por ese motivo nadie nos contesto... el hombre que habita aquí no esta en su casa.
Según lo veo tenemos dos posibilidades, o nos vamos a otra villa a buscar a Abel o seguimos estas huellas, es tu decisión como líder Kyo jaja.-

Luego de aquellas palabras me quede esperando la respuesta de Kyo mientras con una de mis manos sostenía mi Katana la cual perteneció a mi padre en sus días de guerra junto a Roma.

-En este momento quisiera que mi padre estuviera aquí para aconsejarme que debería hacer, el tendria todas las respuestas a las cosas que están sucediendo ademas de que el me ayudaría en la búsqueda...-
________________________________
Perdona la demora esperaba a que alguien dentro posteara.

por Kyosuke Mar Dic 21, 2010 9:05 am

Miraba con muchas esperanzas aquella gran puerta de madera con pequeños detalles tallados a mano que formaban la imagen de un gran sol, la majestuosidad de esa obra de arte hecha a mano era sin dudas exquisita. Cada detalle estaba delimitado del otro por una perfecta linea de tallado hecha por el artesano que la habia diseñado.
Mientras deleitaba mi mirada viendo y analizando cada parte de aquella puerta pude notar que nadie respondia a nuestro llamado desde el otro lado y al parecer Hiromu, mi compañero de aventuras y posiblemente mi futuro confidente y mejor amigo, tambien se habia percatado de aquello puesto que comenzo a hablar y me comunico hacerca de unas huellas que salian de la casa, hecho que pude verificar rapidamente al bajar mi mirada al suelo y distinguirlas entre la tierra del lugar.
Mientras Hiromu me decia los resultados de su analisis de la situacion en la que nos encontrabamos repentinamente deje de oirle y mis ojos perdieron su color poco a poco hasta quedar completamente blancos, es ese momento comenze a oir y escuchar voces de muchas personas que parecian estar en un comedor, entre ellos se encontraba un muchacho que emanaba un aura calida sin embargo algo debil, sin dudas ese podria ser nuestro Abel, al que tanto llebababamos buscando.
Mis ojos retomaron su color y mi oido volvio a escuchar a Hiromu quien habia terminado de hablar, no se como ni porque pero habia escuchado todo lo que el muchacho habia visto a pesar de la pequeña interrupcion, mire a Hiromu aun alterado por aquel suceso y me diriji a el.

-Hiromu, acabo de tener una vision en la que veia a muchas personas interactuar en un comedor y entre ellas un muchacho llamo mi atencion, un aura calida y algo debil pero sin embargo especial, emanaba de el, creo que puede llegar a ser Abel-

Dicho eso me quede mirandole mientras me recuperaba lentamente de la vision.

por Hiromu Mar Dic 21, 2010 4:51 pm

Mientras yo hablaba mire a Kyo, sus ojos estaban completamente blancos como si hubiera muerto por unos instantes, pero por suerte el volvió a la normalidad inmediatamente termine mi frase y me dijo que le había pasado, en este relato incluyo información acerca de los comedores de dicha villa en los que posiblemente se encontrara Abel pero no era nada seguro, igualmente no perdíamos nada yendo a aquel lugar mas que el tiempo que era eterno a mi parecer.

Con mi tono gracioso de siempre agregue algunas palabras a aquello que había dicho mi amigo.

-No hay nada seguro pero será divertido ir a aquel lugar, ademas de que podemos comer algo allí por que mi estomago esta empezando a rugir jaja.
Encaminemosnos lo antes posible hacia los comedores antes de que aquel muchacho del cual hablaste deje el lugar y tengamos que comenzar desde cero nuevamente nuestra búsqueda.-

Dije esto mientras empecé a caminar en dirección hacía los comedores que era uno de los lugares que nos habíamos olvidado de revisar en la búsqueda de Abel y mi familia.

-Vamos apurate Kyo y no me vuelvas a asustar como lo hiciste hace un rato.-

Como siempre dije esto ultimo con mi sonrisa característica.

por Aspros Jue Dic 23, 2010 9:08 pm

Aspros habia partido desde el distrito del Tiber hasta las villas, su objetivo estaba claro haria todo lo posible por vengarze y recuperar lo que habia perdido, sabia que no lo haria facil ni rapidamente pero tenia que saber con quienes confiar y a quienes tachar como sus enemigos, la actitud de su hermano tan solo le entristecia y le llenaba de rencor, aunque durante toda su vida siempre se tacho cierta rivalidad entre ellos, le estimaba por que era sangre de su sangre y carne de su carne, pero al parecer eso a Deuteros ya no le importaba, le habia dado la espalda y se habia ido bajo el seno de Mauritius, un maldito bastardo que habia venido a robarle su mundo.

A las Villas siempre entraban mercaderes con sus productos para abastecerlas, Aspros, con una tunica que cubria su rostro y su cuerpo entro en una carreta que llevaba un suministro de cereales a la villa a donde queria ir, la residencia de Fye, si aun quedaba un poco de descencia en su familia seria por parte de sus primos, desde la niñes habia llevado una buena relacion con ellos, pero especialmente con Sophia ya que siempre jugaban juntos y el la protegia junto con su hermano con una especie de responsabilidad de hermano mayor, hace mucho tiempo que no los veia y aquella idea alegraba en cierto modo su corazon a pesar de estar sufriendo tanto.

Aunque fuese de dia Aspros pudo pasar inadvertido por los trabajadores y por los mismos adinerados que vivian en aquel lugar, se hizo pasar como uno de los empleados que llevaba las provisiones, su rostro estaba cubierto como una especie de bfanda mientras que sus cabellos estaban recogidos y escondidos bajo su tunica, la ual se tuvo que quitar ligeramente por el calor, en la casa de Fye todo estaba sumamente tranquilo, mientras observaba a los alrededores escucho a una de las sirvientas hablar con otra

- Desde la mañana el amo Fye ha estado en palacio y no ha regresado - l contaba a otra esclava

Aspros sabia que tendria que esperar hasta que su primo volviera a la Villa, tal vez hasta la noche asi que haciendo que ayudaba a descargar provisiones se adentro en uno de las bodegas donde se guardaban alli alimentos y se escondio esperando a la noche para encontrar a su primo.

por Alexandra Jue Dic 23, 2010 9:46 pm

Alexandra junto con Armnd corrian entre las sombras de la villa para no ser vistos por alguien
de los trabajadores, asi que tomo una ruta diferente Alexandra, acordadonse de algunas labores que hacia ahi y no se daban cuenta de
lo trabajadores y ellos tambien no veian a otro lugar que no fuera su labor.
Suspiro y voltando le dijo a Armand

Alexandra: Armand, camina lento, despacio y sigueme, pues no debes ser vistos por nadie, recuerdalo bien

Le dijo a Armand al ver que muchas personas estaban ahi, ahora tendrian que pasar agilmente por ahi y seguir su camino
para su mision encomendada. Mientras caminaban, Alexandra reordo lo cobarde que fue y apreto su puño fuertemente, diciendose a si misma que seria fuerte, pues su amo habia confiado en ella una vez mas, dicindole antes de partir unas palabras de aliento, con eso, la rubia sonrio y suspiro inaudiblemente, pues gracias a ello daria lo mejor de si pera encotrar a su hermana del amo Fye.
Asi, rapidamnte Armand y ella salieron de la villa.

por Fye Dom Ene 02, 2011 10:02 pm

Una vez habian bajado tanto Saphire como Fye las escaleras del porton de la puerta principal del palacio un carruaje les estaba esperando. Ese mismo en el cual se montaron era el que los llevaria de vuelta a casa. Dentro del carruaje ellos dos no cruzaron una sola palabra. Fye se sentia extraño por varias razones, la primera era por que hacia mucho que no pisaba el gran palacio que hasta hace pocos dias aun pertenecia a su tio el emperador. La otra era por que hacia mucho tiempo que no intercambiaba palabras con tantos familiares comenzando a jugarse algo mas que la vida, sino tambien su honor y su familia, y todo por acceder al trono y asi tener un via mas rapida para encontrar a Sophia sin que nadie se enterara de su secuestro. Por el momento Saphire estaba siendo de gran ayuda y eso no podia negarselo, pero nunca se sabia cuanto mas podria confiar en ella.

Fye miraba por la ventaba del carruaje, por entre medio de las cortinas que dejaban un minimo de vision para el cielo, veia el sol caer, ver como moria para pronto dar paso a la noche, penso en el sol.... y eso le trajo un extraño recuerdo y es que durante todo el tiempo que estuvo en el palacio sintio una presencia extraña dentro de el, algo que aun sentia. Recordo a Sophia y se pregunto como estaria, aun le unia esos lazos de hermanos y esa preocupacion que era lo unico que le separaba de la locura.

No podia dejar de escuchar un extraño eco dentro de su cabeza, alguien que le hablaba una y otra vez, pero entre susurros, y no entendia muy bien lo que decia, desde que estuvieron en el palacio no ha dejado de susurrar en su cabeza y otro hecho extraño era que la herida de su ojo, habia vuelto a comenzar a doler. No habia podido asimilar todas esas nuevas circunstacias debido a la presion del momento, pero ahora con calma, sentia una presencia aterradora dentro de el.

La voz del cochero hizo despertar al joven cabeza de familia de su trance, habian llegado a su destino justamente cuando el sol habia muerto. El cochero le pregunto si estaba bien a lo que Fye no respondia solo interpuso su mano entre el y su sirviente haciendole ver que no pasaba nada. El fue el primero en bajar del carruaje para despues darse la vuelta y ofrecerla la mano a la otra mujer que habia dentro.

Baja hermana..

Le dijo a Saphire como si en ese momento el creyese que quien tenia delante era Sophia, Fye aun seguia en un extraño trance que le hacia estar pensativo. La voz en su cabeza se hacia molesta y los recuerdos de Sophia no dejaban de rondarle por su cabeza, hasta tal punto, que confundio a Saphire con Sophia, como si ella fuera su verdadera hermana, cosa que paradojicamente, era cierto.. un lazo de sangre tambien unia a esos dos seres.

por Saphire Dom Ene 02, 2011 10:52 pm

Luego de bajar las escaleras del Palacio, se subieron al carruaje que ya les esperaba a ella y Fye, para llevarlos a casa....bueno por el momento le podia llamar hogar a la villa de Fye, pues por el momento viviria ahi. Dentro del carruaje ninguno de los dos cruzo palabra alguna. Saphire tan solo se recargo en la otra ventanilla y recordaba aquel dia que el chico de cabello negro que iba en caballo la subio y la llevo hasta la entrada de la Villa, dandole un beso en la mejilla...aun podia recordar el aroma tan característico de el, y justo el atardecer le hacia recordar todo como si hubiera sido recientemente, asiéndola suspirar levemente al momento en que una brisa chocaba con su rostro y cerraba los ojos.

Por un momento se olvido de todo y se sintió en paz, sin estarse martirizando en el plan, su situación, la actitud y actuación que debia tener...aveces le hartaba eso, pero realmente sabia si hacia eso podia ganar y mucho...Sin embargo, al recordar a aquel chico mientras miraba el atardecer, sentía una extraña sensación recorrer su cuerpo, un sentimiento algo incomprensiblemente para ella la inundaba y realmente no sabia que era.

La voz del cochero hizo que saliera de su trance y volio a comodarse en el carruaje, para luego poder ver que ya habian llegado a la Villa, observando como Fye abria la puerta y le daba la mano para ayudarla a bajar del carruaje.

- Gracias hermano - hablo al momento en que bajaba lentamente del carruaje y su rostro cambiaba a uno tierno y apacible, sin embargo noto un poco raro a Fye, luego le preguntaría por que.... Y asi ella termino de salir del suyo, para inclinar un poco su cabeza hacia abajo.

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