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Arribo al coliseo
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Arribo al coliseo
Recuerdo del primer mensaje :
Eran mas o menos las tres de la tarde, el calor del mediodia ya habia bajado un poco, el clima no era tan sofocante, Ada caminaba por las calles de la ciudad al lado de Night, no deseaba preguntarle por donde quedaba el coliseo asi que disimuladamente preguntaba a los mercaderes el camino para llegar, La estructura es totalmente imponente, a su alrededor el movimiento de las personas y el ruido era la verdadera escencia del lugar, el sonido de las espadas, provenientes de las practicas de los gladiadores, eran como musica para los oidos de Ada, su apariencia asustaba un poco a los habitantes de Roma y las mujeres murmuraban a sus espaldas, y les respondia con una mirada sumamente intimidante para que estas saliesen corriendo asustadas.
Llegaron hasta la entrada principal del coliseo, debian dirigirse a los encargados del coliseo, los que negociaban los gladiadores, traian las bestian y preparaban todo el espectaculo para la ciudad.
Ada se detuvo antes de ingresar y miro de reojo a Night - Entra o se va? -
Llegaron hasta la entrada principal del coliseo, debian dirigirse a los encargados del coliseo, los que negociaban los gladiadores, traian las bestian y preparaban todo el espectaculo para la ciudad.
Ada se detuvo antes de ingresar y miro de reojo a Night - Entra o se va? -
Ada- Berseker de Ares
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Re: Arribo al coliseo
Aa aun se remordia por dentro el pporque habia sido capaz de preguntarle a un desconocido como se encontraba, las cosas en si eran muy raras desde que habia pasado lo de la arena, era otra persona o en si era la misma pero algo habia dejado de ser ella, como si hubiese perdido una parte de su ser, estaba aprendiendo a ser cortez, una sonrisa de total ironia se dibujo en sus labios, seguia inmersa en sus pensamiento pero ahora habia algo mas, aquel hombre de rubios cabellos que al parecer habia sorprendido por sus habilidades.
" Con que un senador eh?, Asi que este hombre sera el que me ayudara en mi estaia en roma si asi lo decido... Senador Mauriitus "
Ada no le respondio nada a aquel hombre, ni siquiera giro su rostro para verle a la cara, levanto su mano y empezo a ver sus manos manchadas de sangre, su mirada ahora estaba perdido en aquel vital liquido que manchaba su piel, los gladiaores a su alrededor empezaban a irse, adentrandose nuevamente en el coliseo, Ada ni miro a Night ni al senador ni a quien le acompañaba, se adentro en el coliseo nuevamente, algunos gladiadores la miraron extraño y con desaprobacion.
- Que le sucede? No ve que ya termino todo? -
Ada hizo al gladiador que hablo a un lado y siguio su camino hacia donde habia encontrado a Sema la primera vez, unos metros adelante giro su rostro y miro al grupo de gladiadores que le miraban confusos y con un poco de miedo
- Acaso no escucharon? Soy una de ustedes -
" Con que un senador eh?, Asi que este hombre sera el que me ayudara en mi estaia en roma si asi lo decido... Senador Mauriitus "
Ada no le respondio nada a aquel hombre, ni siquiera giro su rostro para verle a la cara, levanto su mano y empezo a ver sus manos manchadas de sangre, su mirada ahora estaba perdido en aquel vital liquido que manchaba su piel, los gladiaores a su alrededor empezaban a irse, adentrandose nuevamente en el coliseo, Ada ni miro a Night ni al senador ni a quien le acompañaba, se adentro en el coliseo nuevamente, algunos gladiadores la miraron extraño y con desaprobacion.
- Que le sucede? No ve que ya termino todo? -
Ada hizo al gladiador que hablo a un lado y siguio su camino hacia donde habia encontrado a Sema la primera vez, unos metros adelante giro su rostro y miro al grupo de gladiadores que le miraban confusos y con un poco de miedo
- Acaso no escucharon? Soy una de ustedes -
Última edición por Ada el Mar Dic 14, 2010 6:18 pm, editado 1 vez
Ada- Berseker de Ares
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Re: Arribo al coliseo
El olor a sangre fue como una bofetada que lo hizo poner los pies en la tierra. Dejo de estar pensando en cosas extrañas y se detuvo a examinar su cuerpo de arriba hacia abajo. No le habían hecho nada durante todo el combate, una verdadera proeza. Sin embargo su cuerpo estaba contaminado por la sangre sucia de aquel Gladiador sin escrúpulos al que tuvo que enfrentarse.
Era una decisión que ya estaba tomada, no podía regresar a su hogar con ese aspecto, si algún conocido lo veía cubierto con sangre creerían que él era una especie de demente. -¿Qué haré?- masculló en voz queda apuntando la vista hacia el suelo. La sangre escurría por sus piernas y goteaba creando manchas del tamaño de un botón, dibujando pequeñas flores rojas en el piso de piedra.
-No sé que voy a hacer ahora. Bien por Ada, pero yo no soy un gladiador, este no es el lugar para mí. Todos ellos tenían razón después de todo, sólo soy un chico frágil y débil. Probablemente tuve suerte hoy...- dijo sin moverse de su lugar mientras observaba sus nudillos ensangrentados.
El líquido carmesí había salpicado diferentes zonas de su cuerpo, confiriéndole un aspecto salvaje. Cualquiera que lo observara de lejos podría garantizar que la sangre era suya, pero en realidad llevaba la sangre de otro hombre. Esa era la primera vez que había matado a un hombre, en el pasado sólo había tenido combates con otros chicos de su edad en los que siempre fue el vencedor, pero nunca había ido a tal extremo.
Se había pasado de la raya, y ya no había remedio para la situación. Apenas le cayó la ficha de que había asesinado a un gladiador, ¿qué decía eso de él? Se sentía como un criminal, él no era nadie para arrebatar la vida de otro ser humano. Al final parecía que era cierto lo que venia diciendo desde un principio -Ni yo sé lo que quiero... Tengo tanto miedo. -
Era una decisión que ya estaba tomada, no podía regresar a su hogar con ese aspecto, si algún conocido lo veía cubierto con sangre creerían que él era una especie de demente. -¿Qué haré?- masculló en voz queda apuntando la vista hacia el suelo. La sangre escurría por sus piernas y goteaba creando manchas del tamaño de un botón, dibujando pequeñas flores rojas en el piso de piedra.
-No sé que voy a hacer ahora. Bien por Ada, pero yo no soy un gladiador, este no es el lugar para mí. Todos ellos tenían razón después de todo, sólo soy un chico frágil y débil. Probablemente tuve suerte hoy...- dijo sin moverse de su lugar mientras observaba sus nudillos ensangrentados.
El líquido carmesí había salpicado diferentes zonas de su cuerpo, confiriéndole un aspecto salvaje. Cualquiera que lo observara de lejos podría garantizar que la sangre era suya, pero en realidad llevaba la sangre de otro hombre. Esa era la primera vez que había matado a un hombre, en el pasado sólo había tenido combates con otros chicos de su edad en los que siempre fue el vencedor, pero nunca había ido a tal extremo.
Se había pasado de la raya, y ya no había remedio para la situación. Apenas le cayó la ficha de que había asesinado a un gladiador, ¿qué decía eso de él? Se sentía como un criminal, él no era nadie para arrebatar la vida de otro ser humano. Al final parecía que era cierto lo que venia diciendo desde un principio -Ni yo sé lo que quiero... Tengo tanto miedo. -
Night- General Marino
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Re: Arribo al coliseo
Ada seguia recorriendo los pasillos del coliseo en busqueda de Sema, ahora una nueva oportunidad se presentaba en su vida o lo que fuese tener el apoyo de un senador dentro del coliseo, tal y como habia llegado a roma asi seguia, habia dejado a Night a atras y a ese sujeto que venia con el senador Mauritus, no le importaba quien fuese, tal vez un esclavo que encontro el senado y que queria educar en el arte de la guerra, en un instante sintio una sensacion de calor en la espalda, paso levemente su mano y recordo el pequeño corte que le habia hecho aquel gladiador, no era la gran cosa, pero le recordaba a Ada, que no era mortal, que tambien podia sentir dolor y que indudablemente algun dia podia morir... una simple mortal...
Ya su mente se habia calmado un poco, la idea de que habia perdido una parte de si estaba aun latente pero ya no le martirizaba a cada segundo como hace unos minutos, ahora su mente queria ocuparla en otras cosas como en aquel senador que ahora le habia Brindado una "ayuda".
Ada por fin llego al la oficina de Sema quien en esos momentos estaba siendo asistido por un medico y unas esclavas quienes le miraban su rostro y si tenia alguna herida de mas, el corpulento hombre tan pronto vio a Ada salto del susto que le preoducia la prescencia de la mujer mientras se protegia detras del doctor
- Que demonios haces aqui!!?? te dije que te largaras... dejame en paz -
La mujer se apoyo en el marco de la puerta de la entrada, cruzo los brazos y miro burlonamente al temeroso hombre.
- Le es conocido el nombre del senado Mauritus? -
- El senador Mauritus? que pasa con el? -
- me ha enviado a este sitio... quiere probar si soy capaz de servirle - sonrie triunfante Ada - mando a alguien mas quien no demorara en venir... asi que Sema... sere una gladiadora mas en este lugar -
El hombre se quedo estupefacto, no podia creer lo que escuchaba pero si, era orden de Mauritius no podia hacer nada, apretando sus dientes por enojo el hombre accedio, miro a un lado y ordeno a una de las esclavas
- Preparele un lugar a esta... -
Ya su mente se habia calmado un poco, la idea de que habia perdido una parte de si estaba aun latente pero ya no le martirizaba a cada segundo como hace unos minutos, ahora su mente queria ocuparla en otras cosas como en aquel senador que ahora le habia Brindado una "ayuda".
Ada por fin llego al la oficina de Sema quien en esos momentos estaba siendo asistido por un medico y unas esclavas quienes le miraban su rostro y si tenia alguna herida de mas, el corpulento hombre tan pronto vio a Ada salto del susto que le preoducia la prescencia de la mujer mientras se protegia detras del doctor
- Que demonios haces aqui!!?? te dije que te largaras... dejame en paz -
La mujer se apoyo en el marco de la puerta de la entrada, cruzo los brazos y miro burlonamente al temeroso hombre.
- Le es conocido el nombre del senado Mauritus? -
- El senador Mauritus? que pasa con el? -
- me ha enviado a este sitio... quiere probar si soy capaz de servirle - sonrie triunfante Ada - mando a alguien mas quien no demorara en venir... asi que Sema... sere una gladiadora mas en este lugar -
El hombre se quedo estupefacto, no podia creer lo que escuchaba pero si, era orden de Mauritius no podia hacer nada, apretando sus dientes por enojo el hombre accedio, miro a un lado y ordeno a una de las esclavas
- Preparele un lugar a esta... -
Última edición por Ada el Mar Dic 14, 2010 6:25 pm, editado 1 vez
Ada- Berseker de Ares
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Re: Arribo al coliseo
Camine con mi armadura en la espalda buscando a mi amigo, para eso fui al coliseo romano tal vez en aquel lugar se encontraría alguna pista o señal de Orfeo el cual desapareció cuando obtuve la bendita armadura bronceada de fénix. La caja se abrió al momento de entrar al coliseo y se ensamblo a mi cuerpo, con aquella armadura en mi cuerpo decidí que era momento de continuar entrenando mi tecnica, ya que tal vez había creado aquella llama solo por pura suerte y no por mi habilidad con el fuego y el cosmos que me proporcionaba mi constelación.
Concentre mi cosmos en mi mano e intente generar una llama llena de vida pero contrariamente cree una llama llena de ansias de destrucción y cosas por el estilo. Todo mi entrenamiento anterior había sido en vano ya que no podía generar la llama de la ultima voluntad en este momento. Al entrar al coliseo observe detenidamente, pero me confundí ya que en vez de entrar por el lado del publico entre por donde los gladiadores que luchaban por la diversión del rey romano entraban, realmente estaba totalmente emocionado ya que frente a mi una dama y un chico se encontraban luchando. Al verlos me quede observando desde aquel lugar concentrando mi cosmos en mi mano e intentando realizar aquella especie de flama. Cosa que no conseguí en aquel momento pero que conseguiría en algún futuro cercano en aquel coliseo.
-Hola a todos, mi nombre es Genas...-
Aquellas fueron mis únicas palabras en el coliseo mientras observaba a ambos guerreros y concentraba mi cosmos en mi mano lo cual producía una gran llama de fuego que cubría completamente esta, pero aquella llama seguía siendo la llama destructiva y no la que quería. No podía conseguir la llama de la ultima voluntad perfecta para infundir pensamientos felices en la gente.
-Por que pelearan estas personas, acaso no se dan cuenta de que esto es simplemente una forma de diversión para la gente romana sin sentido alguno. Son unos ignorantes si no lo hacen.-
Aquel era mi pensamiento pero no era podía decir nada ya que la decisión era de quienes luchaban y no miá.
Algo cambio en mi mano la llama empezó a tornarse de otro color, un color mas vivo y cálido esa era la llama que yo buscaba y quería para las personas, una llama destructiva pero al mismo tiempo que infundiera felicidad.
-Si, al fin lo consegui.-
____________________________________________
5/6 post para AM maestria en fuego.
Concentre mi cosmos en mi mano e intente generar una llama llena de vida pero contrariamente cree una llama llena de ansias de destrucción y cosas por el estilo. Todo mi entrenamiento anterior había sido en vano ya que no podía generar la llama de la ultima voluntad en este momento. Al entrar al coliseo observe detenidamente, pero me confundí ya que en vez de entrar por el lado del publico entre por donde los gladiadores que luchaban por la diversión del rey romano entraban, realmente estaba totalmente emocionado ya que frente a mi una dama y un chico se encontraban luchando. Al verlos me quede observando desde aquel lugar concentrando mi cosmos en mi mano e intentando realizar aquella especie de flama. Cosa que no conseguí en aquel momento pero que conseguiría en algún futuro cercano en aquel coliseo.
-Hola a todos, mi nombre es Genas...-
Aquellas fueron mis únicas palabras en el coliseo mientras observaba a ambos guerreros y concentraba mi cosmos en mi mano lo cual producía una gran llama de fuego que cubría completamente esta, pero aquella llama seguía siendo la llama destructiva y no la que quería. No podía conseguir la llama de la ultima voluntad perfecta para infundir pensamientos felices en la gente.
-Por que pelearan estas personas, acaso no se dan cuenta de que esto es simplemente una forma de diversión para la gente romana sin sentido alguno. Son unos ignorantes si no lo hacen.-
Aquel era mi pensamiento pero no era podía decir nada ya que la decisión era de quienes luchaban y no miá.
Algo cambio en mi mano la llama empezó a tornarse de otro color, un color mas vivo y cálido esa era la llama que yo buscaba y quería para las personas, una llama destructiva pero al mismo tiempo que infundiera felicidad.
-Si, al fin lo consegui.-
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Re: Arribo al coliseo
Sus piernas no querían moverse, como si hubieran sido desconectadas del resto de su cuerpo. Night se encontraba peor de lo que aparentaba, pues aunque había sobrellevado muy bien la situación, al final los resultados fueron algo que no esperaba. El muchacho continuaba meditando sobre qué hacer después de convertirse en un asesino. Sí, no le importaba dejar a una persona moribunda pero aniquilar a un hombre era algo completamente diferente según veía.
Night se abrazo a sí mismo, apretándose fuerte con los brazos, provocando que las manchas de sangre sobre su pecho se expandieran y el líquido vital siguiera salpicando otras secciones. -El olor de la sangre es tan... nauseabundo.- murmuró mientras pensaba en cómo iba a hacer para despojarse de aquella capa de líquido viscoso, no tenia la opción de irse del Coliseo así, seria muy molesto estar dando explicaciones a los que lo miraran extrañados.
Los ojos del chico se tornaron inexpresivos, como si les faltara aquella chispa que Night poseía al ingresar en las instalaciones. Parecía estar perdido no sólo en sus pensamientos, era como si no tuviera idea de a donde dirigirse. Es que ya no tenia un lugar al cual regresar, ya le había dado un beso de despedida al sitio que tenia al lado de su padre al correr sin tener clara la dirección.
El chico comenzó a caminar de un lado a otro sin llegar a ninguna parte, sólo parecía estar impaciente por alguna razón desconocida. En verdad se había extraviado, y ahora era complicado que alguien pudiera ir a socorrerlo. Sus ojos parecían permanecer fijos en el camino, sin embargo su mente estaba divagando en otro mundo y por eso no vio el gran muro que tenia enfrente, imposibilitado para evadirlo y terminando estampado nuevamente contra la pared.
Night rebotó contra la pared y culminó su travesía en el piso, quedando tumbado de espaldas. No quería levantarse, sólo deseaba quedarse ahí acostado para que los gladiadores los pisaran. No se había apartado mucho el sitio en el que Ada lo dejo arrumbado, así que pudo haber testigos que presenciaran esa escena tan deprimente y patética. El joven estaba devastado por dentro, pero eso se notaba a leguas y no había necesidad de aclararlo.
Night se abrazo a sí mismo, apretándose fuerte con los brazos, provocando que las manchas de sangre sobre su pecho se expandieran y el líquido vital siguiera salpicando otras secciones. -El olor de la sangre es tan... nauseabundo.- murmuró mientras pensaba en cómo iba a hacer para despojarse de aquella capa de líquido viscoso, no tenia la opción de irse del Coliseo así, seria muy molesto estar dando explicaciones a los que lo miraran extrañados.
Los ojos del chico se tornaron inexpresivos, como si les faltara aquella chispa que Night poseía al ingresar en las instalaciones. Parecía estar perdido no sólo en sus pensamientos, era como si no tuviera idea de a donde dirigirse. Es que ya no tenia un lugar al cual regresar, ya le había dado un beso de despedida al sitio que tenia al lado de su padre al correr sin tener clara la dirección.
El chico comenzó a caminar de un lado a otro sin llegar a ninguna parte, sólo parecía estar impaciente por alguna razón desconocida. En verdad se había extraviado, y ahora era complicado que alguien pudiera ir a socorrerlo. Sus ojos parecían permanecer fijos en el camino, sin embargo su mente estaba divagando en otro mundo y por eso no vio el gran muro que tenia enfrente, imposibilitado para evadirlo y terminando estampado nuevamente contra la pared.
Night rebotó contra la pared y culminó su travesía en el piso, quedando tumbado de espaldas. No quería levantarse, sólo deseaba quedarse ahí acostado para que los gladiadores los pisaran. No se había apartado mucho el sitio en el que Ada lo dejo arrumbado, así que pudo haber testigos que presenciaran esa escena tan deprimente y patética. El joven estaba devastado por dentro, pero eso se notaba a leguas y no había necesidad de aclararlo.
Night- General Marino
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Re: Arribo al coliseo
Muchas cosas habían pasado en pocos segundos, una mujer entre los que luchaban en desventaja, escenas de rabia, de furia, y de miles de sentimientos. Un hombre que pedía a gritos, maldecía y juraba acabar con sus enemigos, envuelto en un manto de rencor y furia.
El senador Mauritius, que se sentía feliz de haber visto tal espectáculo. Parecía sorprendido por haber visto a una mujer, una de las creaciones más perfectas del mundo, luchando en el coliseo. Incluso parecía arrobado con la presencia de la dama.
El senador Mauritius habló a la mujer, diciendole que estaba admirado de que ella hubiera logrado sobrevivir sola en aquel lugar tan tétrico y dificil para vivir. Con voz entusiasmada el senador le explicó también que en cuanto necesitara algo aquella dama, se lo pidiera. Así de espontáneo era el senador Mauritius.
El senador se volvió, vió a Dahinten y le dijo, que esa mujer y el hombre que ahi se encontraban, eran buenos gladiadores, que fuera con ellos y aprendiera de su oficio. El senador quería acrecentar su fortuna, igual que su honor, y para tal motivo había conocido, alojado y contratado a Dahinten momentos antes de ir al Coliseo Romano.
Dahinten no sabía a donde dirigirse, podía seguir a la mujer, o al joven. Pero nadie le había dicho nada. Con paso decidido se adentró en las instalaciones del coliseo.
De pronto, el joven muchacho que se encontraba lleno de sangre, y que parecía confuso, rebotó contra una pared y cayó de espaldas en el duro suelo. Al principio Dahinten se alarmó un poco y sacó sus espadas para defenderse en caso de ser atacado como había visto hace unos momentos....pero al ver que el joven se quedaba tendido en el suelo, se acercó a el y tendiéndole la mano le dijo:
-Ven, levántate...- El muchacho parecía mas aturdido que antes, pero se levántó y se quedó ahi parado sin poder decir una palabra. Dahinten lo vió nuevamente y le dijo: -Me tengo que ir, pero es un gusto conocerte, mi nombre es Dahinten-. Y nuevamente el rubio extranjero caminó en los amplios salones del coliseo. Pero al pasar por una puerta, vió a la dama que había separado a aquel muchacho de la batalla momentos antes, tomando aire entró a la habitación. Varias personas más se encontraban ahi, varias mujeres que parecían servidoras, un médico, un corpulento hombre que parecía de la realeza y la dama.
-Señor- Dijo Dahinten inclinándose ligeramente ante el hombre conocido como Genas, -Mis más sinceros deseos para usted señor, espero que se recupere pronto. Disculpe la molestia, el senador Mauritius me ha enviado aquí para aprender el arte de ser gladiador...quisiera saber con quien puedo hablar....-.
El senador Mauritius, que se sentía feliz de haber visto tal espectáculo. Parecía sorprendido por haber visto a una mujer, una de las creaciones más perfectas del mundo, luchando en el coliseo. Incluso parecía arrobado con la presencia de la dama.
El senador Mauritius habló a la mujer, diciendole que estaba admirado de que ella hubiera logrado sobrevivir sola en aquel lugar tan tétrico y dificil para vivir. Con voz entusiasmada el senador le explicó también que en cuanto necesitara algo aquella dama, se lo pidiera. Así de espontáneo era el senador Mauritius.
El senador se volvió, vió a Dahinten y le dijo, que esa mujer y el hombre que ahi se encontraban, eran buenos gladiadores, que fuera con ellos y aprendiera de su oficio. El senador quería acrecentar su fortuna, igual que su honor, y para tal motivo había conocido, alojado y contratado a Dahinten momentos antes de ir al Coliseo Romano.
Dahinten no sabía a donde dirigirse, podía seguir a la mujer, o al joven. Pero nadie le había dicho nada. Con paso decidido se adentró en las instalaciones del coliseo.
De pronto, el joven muchacho que se encontraba lleno de sangre, y que parecía confuso, rebotó contra una pared y cayó de espaldas en el duro suelo. Al principio Dahinten se alarmó un poco y sacó sus espadas para defenderse en caso de ser atacado como había visto hace unos momentos....pero al ver que el joven se quedaba tendido en el suelo, se acercó a el y tendiéndole la mano le dijo:
-Ven, levántate...- El muchacho parecía mas aturdido que antes, pero se levántó y se quedó ahi parado sin poder decir una palabra. Dahinten lo vió nuevamente y le dijo: -Me tengo que ir, pero es un gusto conocerte, mi nombre es Dahinten-. Y nuevamente el rubio extranjero caminó en los amplios salones del coliseo. Pero al pasar por una puerta, vió a la dama que había separado a aquel muchacho de la batalla momentos antes, tomando aire entró a la habitación. Varias personas más se encontraban ahi, varias mujeres que parecían servidoras, un médico, un corpulento hombre que parecía de la realeza y la dama.
-Señor- Dijo Dahinten inclinándose ligeramente ante el hombre conocido como Genas, -Mis más sinceros deseos para usted señor, espero que se recupere pronto. Disculpe la molestia, el senador Mauritius me ha enviado aquí para aprender el arte de ser gladiador...quisiera saber con quien puedo hablar....-.
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Re: Arribo al coliseo
En el suelo yacía el mismo jovencito que se había encargado de extinguir a uno de los salvajes Gladiadores, aturdido y con una mirada que no manifestaba nada, sólo confusión y un vacío interno. Por su parte quería que lo pisaran, lo ansiaba mucho, quería ser tratado como basura pues así era como se sentía, como un enorme desperdicio esperando a que alguien le pasara encima y le recordara cual era su lugar.
Observó como un hombre de apariencia fornida se le acercaba, podía escuchar el sonido de sus pisadas através del suelo duro sobre el que estaba tirado como un saco de arena para práctica. El extranjero se veía muy fuerte y pesado, seria la persona adecuada para usarlo como tapete mientras permanecía extendido en el piso.
Sin embargo el desconocido le tendió la mano y lo ayudo elevarse. El muchacho no se opuso, simplemente aceptó la mano que aquel hombre le ofrecía. Se quedó mirando al rubio, pero antes de que pudiera decir gracias por la ayuda que no solicito, el sujeto se fue tomando el mismo rumbo por el que Ada se había retirado. Probablemente aquel hombre también era un gladiador al igual que la Señora de la guerra con la que se había encontrado con anterioridad.
El chico caminó detrás el hombre de rubios cabellos, quería saber a que se debía tanto escándalo y el extraño despertaba cierta curiosidad en él, no lo podía ocultar. Además de que algo que lo distrajera lo ayudaría a no sentirse tan miserable, o al menos distanciarse un poco de la cruel realidad que lo azotaba sin piedad.
Detuvo su paso al encontrarse con la dama pelirroja y el irritante Señor, pero se mantuvo detrás del rubio como si lo estuviera usando como un escudo para protegerse de las miradas de ambos. No quería que lo vieran, aún se sentía un tanto avergonzado por su comportamiento salvaje, incluso sus mejillas habían adquirido un poco de color.
Observó como un hombre de apariencia fornida se le acercaba, podía escuchar el sonido de sus pisadas através del suelo duro sobre el que estaba tirado como un saco de arena para práctica. El extranjero se veía muy fuerte y pesado, seria la persona adecuada para usarlo como tapete mientras permanecía extendido en el piso.
Sin embargo el desconocido le tendió la mano y lo ayudo elevarse. El muchacho no se opuso, simplemente aceptó la mano que aquel hombre le ofrecía. Se quedó mirando al rubio, pero antes de que pudiera decir gracias por la ayuda que no solicito, el sujeto se fue tomando el mismo rumbo por el que Ada se había retirado. Probablemente aquel hombre también era un gladiador al igual que la Señora de la guerra con la que se había encontrado con anterioridad.
El chico caminó detrás el hombre de rubios cabellos, quería saber a que se debía tanto escándalo y el extraño despertaba cierta curiosidad en él, no lo podía ocultar. Además de que algo que lo distrajera lo ayudaría a no sentirse tan miserable, o al menos distanciarse un poco de la cruel realidad que lo azotaba sin piedad.
Detuvo su paso al encontrarse con la dama pelirroja y el irritante Señor, pero se mantuvo detrás del rubio como si lo estuviera usando como un escudo para protegerse de las miradas de ambos. No quería que lo vieran, aún se sentía un tanto avergonzado por su comportamiento salvaje, incluso sus mejillas habían adquirido un poco de color.
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Re: Arribo al coliseo
Tan pronto una de las esclavas se disponia a guiar a Ada a un sitio para entrenarse y vivir por su estadia en el coliseo noto que alguien mas habia llegado a la oficina de Sema, aquel hombre que habia visto antes con el senador Mauritus, al parecer su "compañero" que termino tan... fastidioso para Ada, nunca en la vida habia tenido algo como eso, tan solo enemigos en la batalla nada mas, su padre hizo bien ya que nunca le enseño a confiar en los demas y sobrevivir por si mismo sin importarle el bienestar de otros.
La mujer levanto levemente su mano señalando a Sema el corpulento hombre que pensaba que ya se libraria de aquella bruja por lo que le quedaba a el escaso dia, Sema miro de arriba a abajo al hombre de rubios cabellos.
- Si son enviados por el senador Mauritius, deberan prepararse, Soy Sema uno de los organizadores de la batalla en el coliseo, su amiga ya se encargo de todo asi que desaparezcan de mi vista! -
Ada sonrio despectivamente ante genas y siguio a la esclava por los pasillos mientras eran conducido a un patio por donde quedaban las pequeñas habitaciones de los gladiadores, el dia ya estaba muriendo, el sol se ponia en el horizonte y el cielo de Roma estaba pintado por una combinacion de tonos naranja y violeta... como si el sol en el cielo muriera y la noche se apoderara de cada rincon de este mismo, Ada disfrutaba de aquel paisaje mientras recordaba su tierra natal y todos los amaneceres y atardeceres que pasaba mientras entrenada arduamente.
- Y bien, cual es su nombre? - Pregunto la mujer despectivamente sin mirar a su acompañante, ignorando totalmente la prescencia de Night
La mujer levanto levemente su mano señalando a Sema el corpulento hombre que pensaba que ya se libraria de aquella bruja por lo que le quedaba a el escaso dia, Sema miro de arriba a abajo al hombre de rubios cabellos.
- Si son enviados por el senador Mauritius, deberan prepararse, Soy Sema uno de los organizadores de la batalla en el coliseo, su amiga ya se encargo de todo asi que desaparezcan de mi vista! -
Ada sonrio despectivamente ante genas y siguio a la esclava por los pasillos mientras eran conducido a un patio por donde quedaban las pequeñas habitaciones de los gladiadores, el dia ya estaba muriendo, el sol se ponia en el horizonte y el cielo de Roma estaba pintado por una combinacion de tonos naranja y violeta... como si el sol en el cielo muriera y la noche se apoderara de cada rincon de este mismo, Ada disfrutaba de aquel paisaje mientras recordaba su tierra natal y todos los amaneceres y atardeceres que pasaba mientras entrenada arduamente.
- Y bien, cual es su nombre? - Pregunto la mujer despectivamente sin mirar a su acompañante, ignorando totalmente la prescencia de Night
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Re: Arribo al coliseo
Aun en el coliseo y con la llama que quería sentí que era ya suficiente para comenzar nuevamente con el entrenamiento de mi nueva tecnica. Mientras apagaba mi flama nuevamente y me quedaba viendo la peculiar situación en la oficina de Sema quien era el que organizaba las batallas en el coliseo romano. Realmente tenia un trabajo fácil y quería saber si el alguna vez había peleado en aquel coliseo como para decidir el destino de la vida de los demás. Aunque en aquel momento no me di cuenta luego comprendí que los instintos de santo protector de la diosa Athena estaban apareciendo en mi ser, no me gustaba ver desigualdad y menos que la gente sufriera como yo lo había echo al ser prisionero de la maldita emperatriz Selene de Egipto quien deseaba que estuviera muerta en aquel momento.
Camine hacia aquella oficina donde al parecer se había disputado una lucha puesto que había sangre botada por todos lados. Al llegar al hombre herido me quede algo sorprendido por que aun podía seguir caminando realizando esta acción para ir detrás del joven de pelo rubio y la dama de cabello rojo. Una vez seca de el le toque el hombre con una mano mientras aun portaba aquella armadura bronceada y detecte algo en aquel hombre, podía sentir cosmos en el. El suficiente como para convertirse en un poderoso santo de Athena, pero para hacerlo un santo primero debía conversar un rato con el hasta llegar al acuerdo de llevarlo al santuario de la diosa donde podría entrenar para convertirse en un santo de Athena.
-Olle tu, mi nombre es Genas y soy un santo protector de la diosa Athena. Veo en ti mucho potencial para convertirte en santo también, te interesaría acompañarme en mi viaje, prometo enseñarte a manejar la energía misteriosa que habita en tu cuerpo llamada cosmos ademas te prometo que seras mucho mas poderoso de lo que eres ahora...-
Luego de decir aquellas palabras me quede callado unos instantes mientras que con la mano que no sostenía al joven concentraba mi cosmos produciendo así una llama amarilla la cual a simple vista se podía ver que no era destructiva, mas bien infundía felicidad, buenos pensamientos. Incluso quien fuera tocado por aquella llama se uniría al ejercito de la diosa Athena.
-Ves esta llama, es el poder misterioso que habita en tu interior. Te juro que si me acompañas podrás realizar cosas sorprendentes como la que yo acabo de hacer y bien ¿Que decides hacer?-
Estas fueron mis ultimas palabras, no dije ninguna mas solo me quede esperando a que el aceptara acompañarme en mi viaje y aprendiera a manejar el poder que los dioses le habían concedido.
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Post 6/6 AM Especializado en fuego.
Camine hacia aquella oficina donde al parecer se había disputado una lucha puesto que había sangre botada por todos lados. Al llegar al hombre herido me quede algo sorprendido por que aun podía seguir caminando realizando esta acción para ir detrás del joven de pelo rubio y la dama de cabello rojo. Una vez seca de el le toque el hombre con una mano mientras aun portaba aquella armadura bronceada y detecte algo en aquel hombre, podía sentir cosmos en el. El suficiente como para convertirse en un poderoso santo de Athena, pero para hacerlo un santo primero debía conversar un rato con el hasta llegar al acuerdo de llevarlo al santuario de la diosa donde podría entrenar para convertirse en un santo de Athena.
-Olle tu, mi nombre es Genas y soy un santo protector de la diosa Athena. Veo en ti mucho potencial para convertirte en santo también, te interesaría acompañarme en mi viaje, prometo enseñarte a manejar la energía misteriosa que habita en tu cuerpo llamada cosmos ademas te prometo que seras mucho mas poderoso de lo que eres ahora...-
Luego de decir aquellas palabras me quede callado unos instantes mientras que con la mano que no sostenía al joven concentraba mi cosmos produciendo así una llama amarilla la cual a simple vista se podía ver que no era destructiva, mas bien infundía felicidad, buenos pensamientos. Incluso quien fuera tocado por aquella llama se uniría al ejercito de la diosa Athena.
-Ves esta llama, es el poder misterioso que habita en tu interior. Te juro que si me acompañas podrás realizar cosas sorprendentes como la que yo acabo de hacer y bien ¿Que decides hacer?-
Estas fueron mis ultimas palabras, no dije ninguna mas solo me quede esperando a que el aceptara acompañarme en mi viaje y aprendiera a manejar el poder que los dioses le habían concedido.
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Genas- Caballeros de Bronce
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Re: Arribo al coliseo
Night se sentía peor al ser la victima de la fría indiferencia de Ada, pues él ya estaba ilusionado con haber hecho al menos a un nuevo amigo ese día. Pero evidentemente se había equivocado. El joven miró a Sema, al medico y a las mujeres que le atendían por sobre el hombro del nuevo gladiador, parecía que aquel golpe había sido merecedor de atenciones medicas. El joven se acerco a Sema y el hombre se apartó de él mientras el pelinegro intentaba aproximarse, como si hubiera nacido una especie de miedo hacia el chico.
-¿Q-Qué es lo que quieres tú aquí? Creo haberte dicho que te largaras, ¡maldito niño salvaje!- expresó el hombre con una voz temerosa. Increíble, el organizador presentaba reacciones de terror con sólo mirar al joven, aquel supuesto niño débil resulto ser más de lo que se esperaba. El muchacho ya no estaba saltando de alegría por lo ocurrido con Sema, es más, ahora se sentía bastante culpable por haber tenido que ejecutar a uno de los gladiadores para poder salir vivo de aquel escenario de muerte.
El hombre aterrado se topó con la pared en su búsqueda de una zona segura, quedando arrinconado por Night.- No me lastimes, te daré lo que pidas… ¡pero no me hagas daño!...- mascullaba tembloroso mientras se cubría la cabeza con ambos brazos. Un chico cubierto de sangre y que mató a uno de los hombres más despiadados y fuertes con los que contaba en su amplia variedad de gladiadores, ahora estaba ante él y podría tener todas las intenciones de enviarlo al otro mundo.
No obstante y demostrando que las suposiciones de Sema estaban completamente erróneas, el joven, en lugar de dejar caer una lluvia de golpes sobre él, paseó su mano por el rostro herido de Sema, mirándolo con compasión. -¿Le duele? En verdad lo siento, y también lamento mucho la perdida de aquel hombre. Sí, sé que todos los aquí presentes están acostumbrados a ver personas morir diariamente, pero yo no y por eso tengo remordimiento por lo que hice, estoy muy arrepentido.- dijo mientras daba media vuelta y se dirigía a la salida de la oficina del señor Sema. -En fin. Espero que se recupere pronto...- musitó dando un par de pasos.
-¡Eso es, Lárgate! Y no quiero volver a verte en este lugar perro de la calle.- dijo subiendo el puño a modo de amenaza para Night al jactarse de que el chico no iba a cobrar venganza. -Aunque pensándolo bien, no te interesaría ser un gladiador? Seria un buen espectáculo verte combatir contra los leones.-
-¿usted no aprende, cierto? Lo siento, pero mi futura no está en un Coliseo.- fueron las ultimas palabras del joven antes de abandonar el despacho. Por estar sumido en sus problemas se olvido de las nuevas aberturas que los guardianes habían producido en su cuerpo, pero extrañamente no le dolían, sólo estaba algo resentido pero podía moverse con libertad.
Frenó su andar a unos centímetros del hombre rubio y antes de poder retirarse un nuevo ente vestido con una interesante armadura le hizo una propuesta muy tentadora. En una situación normal el chico hubiera retrocedido, pero ahora que no tenía hogar, no tenía vocación de gladiador ni nada más por hacer aceptar el entrenamiento de aquel ser misterioso parecía ser la jugada más astuta. Estaba conciente de que él llevaba un rato observándolo, pero primero quería aclarar las cosas con el organizador antes de iniciar una nueva conversación.
-Le digo una cosa?, usted si que sabe convencer. Me ha hecho la propuesta más inteligente que he escuchado el día de hoy. Mientras me lleve lejos, muy lejos de aquí yo iré al lugar que quiera, lo prometo. No quiero volver a éste lugar y tampoco quiero saber nada relacionado con él, estoy harto de Roma, de los romanos, del Coliseo, quiero empezar de nuevo.- La llama que generaba el cuerpo del hombre fue la pieza base para que tomara su decisión, la prueba de que no estaba mintiendo y que le enseñaría a dominar aquel poder del que hablaba. El fuego amarillento había influenciado en su decisión, con sólo verlo bastaba para comprender que aquel extraño era especial.
-¿Q-Qué es lo que quieres tú aquí? Creo haberte dicho que te largaras, ¡maldito niño salvaje!- expresó el hombre con una voz temerosa. Increíble, el organizador presentaba reacciones de terror con sólo mirar al joven, aquel supuesto niño débil resulto ser más de lo que se esperaba. El muchacho ya no estaba saltando de alegría por lo ocurrido con Sema, es más, ahora se sentía bastante culpable por haber tenido que ejecutar a uno de los gladiadores para poder salir vivo de aquel escenario de muerte.
El hombre aterrado se topó con la pared en su búsqueda de una zona segura, quedando arrinconado por Night.- No me lastimes, te daré lo que pidas… ¡pero no me hagas daño!...- mascullaba tembloroso mientras se cubría la cabeza con ambos brazos. Un chico cubierto de sangre y que mató a uno de los hombres más despiadados y fuertes con los que contaba en su amplia variedad de gladiadores, ahora estaba ante él y podría tener todas las intenciones de enviarlo al otro mundo.
No obstante y demostrando que las suposiciones de Sema estaban completamente erróneas, el joven, en lugar de dejar caer una lluvia de golpes sobre él, paseó su mano por el rostro herido de Sema, mirándolo con compasión. -¿Le duele? En verdad lo siento, y también lamento mucho la perdida de aquel hombre. Sí, sé que todos los aquí presentes están acostumbrados a ver personas morir diariamente, pero yo no y por eso tengo remordimiento por lo que hice, estoy muy arrepentido.- dijo mientras daba media vuelta y se dirigía a la salida de la oficina del señor Sema. -En fin. Espero que se recupere pronto...- musitó dando un par de pasos.
-¡Eso es, Lárgate! Y no quiero volver a verte en este lugar perro de la calle.- dijo subiendo el puño a modo de amenaza para Night al jactarse de que el chico no iba a cobrar venganza. -Aunque pensándolo bien, no te interesaría ser un gladiador? Seria un buen espectáculo verte combatir contra los leones.-
-¿usted no aprende, cierto? Lo siento, pero mi futura no está en un Coliseo.- fueron las ultimas palabras del joven antes de abandonar el despacho. Por estar sumido en sus problemas se olvido de las nuevas aberturas que los guardianes habían producido en su cuerpo, pero extrañamente no le dolían, sólo estaba algo resentido pero podía moverse con libertad.
Frenó su andar a unos centímetros del hombre rubio y antes de poder retirarse un nuevo ente vestido con una interesante armadura le hizo una propuesta muy tentadora. En una situación normal el chico hubiera retrocedido, pero ahora que no tenía hogar, no tenía vocación de gladiador ni nada más por hacer aceptar el entrenamiento de aquel ser misterioso parecía ser la jugada más astuta. Estaba conciente de que él llevaba un rato observándolo, pero primero quería aclarar las cosas con el organizador antes de iniciar una nueva conversación.
-Le digo una cosa?, usted si que sabe convencer. Me ha hecho la propuesta más inteligente que he escuchado el día de hoy. Mientras me lleve lejos, muy lejos de aquí yo iré al lugar que quiera, lo prometo. No quiero volver a éste lugar y tampoco quiero saber nada relacionado con él, estoy harto de Roma, de los romanos, del Coliseo, quiero empezar de nuevo.- La llama que generaba el cuerpo del hombre fue la pieza base para que tomara su decisión, la prueba de que no estaba mintiendo y que le enseñaría a dominar aquel poder del que hablaba. El fuego amarillento había influenciado en su decisión, con sólo verlo bastaba para comprender que aquel extraño era especial.
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Re: Arribo al coliseo
Mi demostración había convencido a aquel chico de aprender a manejar su cosmos y de convertirse en un santo protector de la diosa Athena. Una vez que este acepto mi propuesta deje de concentrar mi cosmos en mi mano provocando así que la llama amarillenta de mi mano se apagara instantáneamente. Esa tecnica gastaba mucho de mi cosmos y no la podía usar siempre que se me diera la gana.
-Muy bien, el mejor lugar adonde podemos ir ahora es a Grecia. Grecia esta alejado de Roma y en aquel lugar se encuentra el santuario dedicado a la diosa Athena. Allí también se encuentra tu nueva vida como santo protector, pero antes de ir tenemos que ir a algún lugar donde te sanen esas heridas que te provocaron los guardianes. No quiero que mueras a mitad de camino.-
Aquellas palabras marcaban un antes y un después en la vida de aquella persona. Su vida como protector comenzaría una vez que pisara el piso del santuario, el lugar mas bello de toda la tierra, o por lo menos el lugar mas bello en el que yo había estado.
-Como bien te dije mi nombre es Genas, ahora ¿Como es el tuyo? Quisiera que contestaras esa pregunta antes de empezar el largo viaje a Grecia...-
Mientras le formulaba aquella pregunta di media vuelta y camine hacía las afueras del coliseo donde podríamos tener una mejor charla y ademas de que podríamos comenzar con el viaje o antes ir a algún lugar de roma donde atendieran las heridas que tenia ese chico de pelo negro.
-Muy bien, el mejor lugar adonde podemos ir ahora es a Grecia. Grecia esta alejado de Roma y en aquel lugar se encuentra el santuario dedicado a la diosa Athena. Allí también se encuentra tu nueva vida como santo protector, pero antes de ir tenemos que ir a algún lugar donde te sanen esas heridas que te provocaron los guardianes. No quiero que mueras a mitad de camino.-
Aquellas palabras marcaban un antes y un después en la vida de aquella persona. Su vida como protector comenzaría una vez que pisara el piso del santuario, el lugar mas bello de toda la tierra, o por lo menos el lugar mas bello en el que yo había estado.
-Como bien te dije mi nombre es Genas, ahora ¿Como es el tuyo? Quisiera que contestaras esa pregunta antes de empezar el largo viaje a Grecia...-
Mientras le formulaba aquella pregunta di media vuelta y camine hacía las afueras del coliseo donde podríamos tener una mejor charla y ademas de que podríamos comenzar con el viaje o antes ir a algún lugar de roma donde atendieran las heridas que tenia ese chico de pelo negro.
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Re: Arribo al coliseo
Vio como la flama amarilla se apagaba luego de que el hombre de la armadura terminara de persuadirlo para que le acompañara hasta Grecia. A un hombre que amara su lugar de origen o al que había adoptado como tal le seria sumamente complicado pensar en olvidarse de todo lo que vivió y simplemente dar vuelta a la pagina, pero ese no era el caso de Night que estaba más que preparado para dar un giro dramático a su insípida vida.
-Sí, está bien. Y mi nombre es Night, encantado de conocerlo.- le dijo mientras imitaba su acción y caminaba hacia la salida del Coliseo. Extrañamente el joven no se sentía inseguro respecto al viaje, y tampoco estaba dudoso sobre lo que le podría estar esperando más adelante en su camino. Tal como lo hizo ese día en el Coliseo romano, se iba a probar a sí mismo y demostraría que era capaz de batir cualquier obstáculo o circunstancia que le pusieran en su camino, era un hecho.
Ya no podía guardarse más el disgusto que experimentaba cada vez que lo llamaban niño o débil, quería madurar y que no sólo lo reconocieran como un hombre, también quería probar que podía ser un guerrero, un caballero de Athena.
Caminaba a sólo dos pasos de distancia de Genas y de pronto se desplomó, sosteniéndose de lo primero que encontró para no caer, en este caso el cuerpo de Genas. -Lo lamento en verdad. Creo que mi cuerpo está en peor estado del que pensé.- confesó encogiéndose de hombros y viendo que todavía les faltaba camino para dejar atrás la arena.
-Sí, está bien. Y mi nombre es Night, encantado de conocerlo.- le dijo mientras imitaba su acción y caminaba hacia la salida del Coliseo. Extrañamente el joven no se sentía inseguro respecto al viaje, y tampoco estaba dudoso sobre lo que le podría estar esperando más adelante en su camino. Tal como lo hizo ese día en el Coliseo romano, se iba a probar a sí mismo y demostraría que era capaz de batir cualquier obstáculo o circunstancia que le pusieran en su camino, era un hecho.
Ya no podía guardarse más el disgusto que experimentaba cada vez que lo llamaban niño o débil, quería madurar y que no sólo lo reconocieran como un hombre, también quería probar que podía ser un guerrero, un caballero de Athena.
Caminaba a sólo dos pasos de distancia de Genas y de pronto se desplomó, sosteniéndose de lo primero que encontró para no caer, en este caso el cuerpo de Genas. -Lo lamento en verdad. Creo que mi cuerpo está en peor estado del que pensé.- confesó encogiéndose de hombros y viendo que todavía les faltaba camino para dejar atrás la arena.
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Re: Arribo al coliseo
Escuche el nombre de aquel hombre mientras caminaba, al parecer se llamaba Night. Mientras caminábamos Night se desplomo pero antes de caer se aferro a lo que tenia mas cerca que en ese caso era yo. Ya no debía tener fuerzas tras su duro combate, para curarlo debía llevarlo a alguna villa romana en la que de seguro encontraríamos un medico capaz de curar todas las heridas que este tenia en su cuerpo.
-No tienes de que preocuparte, te llevare a alguna villa romana para que te atienda un especialista en el tema. Una vez que estés en condiciones partiremos hacía Grecia al santuario de Athena donde te esperara una mejor vida...-
Tras decir aq1uellas palabras tome el cuerpo de night con una de mis manos e hice que con esta se apoyara en mi hombro para que pudiera caminar. O mejor dicho para que pudiera sostenerse mientras viajaba a la gran velocidad que me permitía moverme aquella armadura de bronce.
-A pesar de que mi armadura sea de bronce me permite moverme muy rápido al saber manejar bien mi cosmos. Por lo que sostente bien de mi, en un momento estaremos en una villa romana para que te atiendan aquellas heridas.-
-Este chico no soportara un viaje muy rápido sin armadura por lo que debo contener mi velocidad...-
Ya con aquel preparado comencé el viaje a alguna villa cercana pero no a la velocidad de la luz, mas bien a una velocidad rápida para llegar a tiempo pero tampoco tanto como para que el cuerpo del joven no lo soporte.
-No tienes de que preocuparte, te llevare a alguna villa romana para que te atienda un especialista en el tema. Una vez que estés en condiciones partiremos hacía Grecia al santuario de Athena donde te esperara una mejor vida...-
Tras decir aq1uellas palabras tome el cuerpo de night con una de mis manos e hice que con esta se apoyara en mi hombro para que pudiera caminar. O mejor dicho para que pudiera sostenerse mientras viajaba a la gran velocidad que me permitía moverme aquella armadura de bronce.
-A pesar de que mi armadura sea de bronce me permite moverme muy rápido al saber manejar bien mi cosmos. Por lo que sostente bien de mi, en un momento estaremos en una villa romana para que te atiendan aquellas heridas.-
-Este chico no soportara un viaje muy rápido sin armadura por lo que debo contener mi velocidad...-
Ya con aquel preparado comencé el viaje a alguna villa cercana pero no a la velocidad de la luz, mas bien a una velocidad rápida para llegar a tiempo pero tampoco tanto como para que el cuerpo del joven no lo soporte.
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Re: Arribo al coliseo
Ada se habia quedado en el coliseo, tal y como habia llegado a Roma, sola... la compañia de Night fue fugaz por que ella lo decidio asi, siempre habia sido un alma solitaria, sin nada ni nadie que le puediese demostrar algun vestigio de afecto, la chica llego al lugar donde permaneceria mientras se "entrenaba" entre los fieros combatientes de roma, pero acaso necesitaba mas entrenamiento?... sus habilidades demostraban estar lista para la lucha.. para enfrentar todo... no le temia a la muerte y esta... parece que no le temia tampoco...
Ada observo la habitacion qu le habian dado en el coliseo, la noche ya habia caido sobre Roma, la joven miro el cielo estrellado, cada una de las constelaciones que en armonia adornaban el cielo, una sensacion de paz absoluta se apodero de su ser, caminando sin rumbo la joven termino en medio de la arena donde habia combatido en la tarde, esta aun se encontraba manchada de sangre, su mirada se entristecio un momento, giro su cabeza quitando de su rostro aquella melancolica sensacion...
- Ada... Ada.... - una extraña voz sonaba en su cabeza
- Quien esta alli? - Ada miro a todas partes y no veia absolutamente a nadie.... estaba sola, la imponente estructura del coliseo se veia totalmente amenazadora en medio de la noche, en medio de la oscuridad, cada rincon podia ocultar a cualquier persona, cualquier enemigo... para su desventaja la luna no podia brindarle la luz protectora en medio de las tinieblas estaba sola... ante lo que podia ser una venganza por lo que habia sucedido en la tarde, Ada apreto los puños y se puso en posicion de defensa... esperando cualquier ataque de donde sea que viniese
- Ada.... Ada... sabes por que le detesto? -
Ada dio un puño a su lado izquierdo luego pateo en el aire sin golpear a nadie.
- Eres la humanidad que me mantiene presa... -
- Humanidad?!.... que demonios eres a que te refieres con esa humanidad?! -
- Desde que dejaste Esparta, te sientes .... mnnn diferente? -
- Como lo sabe?! -
- Facil... yo soy tu - inesperadamente una mujer igual a ella aparecio frente a Ada... sus mismas facciones, sus ojos, su cabello sus tatuajes, le miraba con profunda seriedad...
- Que es este engaño!... quien se esta burlando de mi! - Ada intento atacar a aquella figura, pero cada vez que intentaba golpearle desaparecia y reaparecia en otro lado... algo que Ada no podia comprender
- Eres el sello... eres mi sello... encierras mi poder... yo soy tu, tu eres yo... heredera de Esparta... descendiente de kratos... señora de la guerra... eso eres... y yo soy esa parte que perdiste y por la que te preguntas desde hace tiempo donde esta.... Ada... buscame! -
Todo daba vueltas para Ada, la oscuridad se apoderaba de ella, sentia como si su cuerpo ardiese en llamar, cayo al piso, quejandose sin poder gritar de algo que le quemaba por dentro... su alma ardia su mente no reaccionaba... solo se veia a si misma con aquella seria, profunda y triste mirada...y luego todo se apagaba....
Ada observo la habitacion qu le habian dado en el coliseo, la noche ya habia caido sobre Roma, la joven miro el cielo estrellado, cada una de las constelaciones que en armonia adornaban el cielo, una sensacion de paz absoluta se apodero de su ser, caminando sin rumbo la joven termino en medio de la arena donde habia combatido en la tarde, esta aun se encontraba manchada de sangre, su mirada se entristecio un momento, giro su cabeza quitando de su rostro aquella melancolica sensacion...
- Ada... Ada.... - una extraña voz sonaba en su cabeza
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- Ada.... Ada... sabes por que le detesto? -
Ada dio un puño a su lado izquierdo luego pateo en el aire sin golpear a nadie.
- Eres la humanidad que me mantiene presa... -
- Humanidad?!.... que demonios eres a que te refieres con esa humanidad?! -
- Desde que dejaste Esparta, te sientes .... mnnn diferente? -
- Como lo sabe?! -
- Facil... yo soy tu - inesperadamente una mujer igual a ella aparecio frente a Ada... sus mismas facciones, sus ojos, su cabello sus tatuajes, le miraba con profunda seriedad...
- Que es este engaño!... quien se esta burlando de mi! - Ada intento atacar a aquella figura, pero cada vez que intentaba golpearle desaparecia y reaparecia en otro lado... algo que Ada no podia comprender
- Eres el sello... eres mi sello... encierras mi poder... yo soy tu, tu eres yo... heredera de Esparta... descendiente de kratos... señora de la guerra... eso eres... y yo soy esa parte que perdiste y por la que te preguntas desde hace tiempo donde esta.... Ada... buscame! -
Todo daba vueltas para Ada, la oscuridad se apoderaba de ella, sentia como si su cuerpo ardiese en llamar, cayo al piso, quejandose sin poder gritar de algo que le quemaba por dentro... su alma ardia su mente no reaccionaba... solo se veia a si misma con aquella seria, profunda y triste mirada...y luego todo se apagaba....
Ada- Berseker de Ares
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Re: Arribo al coliseo
"Espera... no te vallas... ESPERA!"
La figura se desvanecia en las sombras, mientras Ada despertaba sobresaltada, mientras extendia su mano para alcanzar a aquel ser, se encontraba en la habitacion que e habian asignado en el coliseo, estaba sola y ya los primeros rayos de sol entraban por la ventana, "Al parecer todo fue un sueño" la mujer se quedo observando su mano mientras un extraño entraba en la pequeña habitacion.
- Buenos dias - sonrio el hombre quien tenia unas largas barbas blancuzcas, su cabello del mismo color y vestia una ropa humilde, tomo una silla cerca de la cama de Ada - me han contado que es una compatriota mia, un placer mi nombre es Agaros, de Esparta -
- Esparta? - la chica abrio los ojos de par en par cuando escucho el nombre de su hogar, por el que extrañamente sentia deseos de volver a pesar de que habia jurado antes que no lo haria, la chica bajo la mirada y sonrio tristemente - es confortable... me he sentido muy fuera de lugar ultimamente - apretando fuertemente las sabanas
- Por lo que escuche es una mujer libre y que vino aqui por deseo propio... no e gustaria volver conmigo a Esparta?, debo ir por nuevos gladiadores y por sus palabras Roma no es la ciudad para usted - le propuso aquel anciano sonriendo y de manera muy amable
- Volver a Esparta? - era una noticia que le tenia aun mas sorprendida... si volvia a esparta tal vez le estarian buscando por lo que hizo, pero tal vez por ello se sentia asi,, en el fondo tenia el deseo de pagar por lo que habia cometido en un pasado -Es... esta bien -
El anciano sonrio y le indico a la joven que alistara todo para emprender el viaje, Sema el organizador de la arena estaba aliviado por que la inquietante chica se iba, al parecer volver a donde pertenecia le haria retomar esa parte de si que sentia perdida... pero por otro lado aquel extraño sueo o lo que fuese le preocupaba en cierta medida
La figura se desvanecia en las sombras, mientras Ada despertaba sobresaltada, mientras extendia su mano para alcanzar a aquel ser, se encontraba en la habitacion que e habian asignado en el coliseo, estaba sola y ya los primeros rayos de sol entraban por la ventana, "Al parecer todo fue un sueño" la mujer se quedo observando su mano mientras un extraño entraba en la pequeña habitacion.
- Buenos dias - sonrio el hombre quien tenia unas largas barbas blancuzcas, su cabello del mismo color y vestia una ropa humilde, tomo una silla cerca de la cama de Ada - me han contado que es una compatriota mia, un placer mi nombre es Agaros, de Esparta -
- Esparta? - la chica abrio los ojos de par en par cuando escucho el nombre de su hogar, por el que extrañamente sentia deseos de volver a pesar de que habia jurado antes que no lo haria, la chica bajo la mirada y sonrio tristemente - es confortable... me he sentido muy fuera de lugar ultimamente - apretando fuertemente las sabanas
- Por lo que escuche es una mujer libre y que vino aqui por deseo propio... no e gustaria volver conmigo a Esparta?, debo ir por nuevos gladiadores y por sus palabras Roma no es la ciudad para usted - le propuso aquel anciano sonriendo y de manera muy amable
- Volver a Esparta? - era una noticia que le tenia aun mas sorprendida... si volvia a esparta tal vez le estarian buscando por lo que hizo, pero tal vez por ello se sentia asi,, en el fondo tenia el deseo de pagar por lo que habia cometido en un pasado -Es... esta bien -
El anciano sonrio y le indico a la joven que alistara todo para emprender el viaje, Sema el organizador de la arena estaba aliviado por que la inquietante chica se iba, al parecer volver a donde pertenecia le haria retomar esa parte de si que sentia perdida... pero por otro lado aquel extraño sueo o lo que fuese le preocupaba en cierta medida
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Re: Arribo al coliseo
Tras hablar con el hombre que estaba siendo atendido por los doctores, Dahinten calló. Una de las empleadas que estaban ahi, le dijo que la siguiera. Iban en hilera, en primer lugar la empleada, Ada, Dahinten y cerrando la marcha Night. Caminaron inenterrumpidamente por varios pasillos, hasta que Dahinten escuchó una voz distinta....cuando el rubio se volvió, vió a un hombre vestido con una armadura; emanaba una extraña luz de él.
El extraño colocó su mano sobre el hombro del muchacho que Dahinten acababa de levantar del suelo y le empezó a hablar, mientras de su mano parecían salir llamas; Dahinten decidió que no era asunto suyo lo que el extraño le dijera al muchacho, y prosiguió su marcha detrás de la sirvienta y de la hermosa mujer a la que el Senador Mauritius había hablado.
A Dahinten la muchacha de rojos cabellos, que tenía varios tatuajes le parecía muy atractiva. El rubio no dejaba de verla...se sentía un tanto nervioso pues no sabía si alguien venía detrás de él y le pudiera advertir a la dama que el rubio la observaba detenidamente. Dahinten volvió la cabeza y no vió a nadie detrás. Las curvas de la mujer, la forma de caminar, su pelo rojo encendido...era una mujer preciosa definitivamente; pensó Dahinten.
Al fin llegaron a unas habitaciones que no eran tan confortables como las de la Villa de Cambre, pero a Dahinten que no estaba acostumbrado a grandes lujos le parecía bastante buena. Ya estaba bastante avanzado el día. Muchas cosas habían pasado ese día.....la llegada a la Villa de Cambre, la audiencia con el Senador Mauritius, la llegada al coliseo, las escenas sangrientas de la entrada al coliseo, el muchacho que Dahinten había ayudado, la dama pelirroja, el hombre que estaba lastimado, y ahora se encontraba en una habitación y cerca de ella se encontraba la figura femenina que lo atraía demasiado.
Dahinten dejó su espada doble a su lado, preparado para cualquier ataque nocturno. De pronto escuchó unos gritos de una mujer, instintivamente Dahinten tomó sus espadas e inmovil escuchó atentamente, le pareció que la voz era de la mujer de cabellos rojos que había conocido a la víspera. Pero tan repetinamente como habían iniciado, los gritos cesaron; Dahinten se durmió nuevamente.
Dahinten despertó al alba, se levantó y se lavó la cara en un jarron de agua que había en la habitación y decididamente se encaminó hacia afuera. Se dirigió expresamente a la habitación de la pelirroja, y tocando la puerta que estaba entreabierta, dió unos pasos dentro.
Dentro se encontraba la hermosa pelirroja y un hombre ya anciano. El rubio los observó y dijo:
-Perdon, señorita: quisiera hablar con usted, pero veo que no es el mejor momento....con su permiso.-Dijo Dahinten saliendo de la habitación y regresando a su habitación....cada vez ese nuevo sentimiento crecía....Dahinten no sabía de lo que se trataba...
El extraño colocó su mano sobre el hombro del muchacho que Dahinten acababa de levantar del suelo y le empezó a hablar, mientras de su mano parecían salir llamas; Dahinten decidió que no era asunto suyo lo que el extraño le dijera al muchacho, y prosiguió su marcha detrás de la sirvienta y de la hermosa mujer a la que el Senador Mauritius había hablado.
A Dahinten la muchacha de rojos cabellos, que tenía varios tatuajes le parecía muy atractiva. El rubio no dejaba de verla...se sentía un tanto nervioso pues no sabía si alguien venía detrás de él y le pudiera advertir a la dama que el rubio la observaba detenidamente. Dahinten volvió la cabeza y no vió a nadie detrás. Las curvas de la mujer, la forma de caminar, su pelo rojo encendido...era una mujer preciosa definitivamente; pensó Dahinten.
Al fin llegaron a unas habitaciones que no eran tan confortables como las de la Villa de Cambre, pero a Dahinten que no estaba acostumbrado a grandes lujos le parecía bastante buena. Ya estaba bastante avanzado el día. Muchas cosas habían pasado ese día.....la llegada a la Villa de Cambre, la audiencia con el Senador Mauritius, la llegada al coliseo, las escenas sangrientas de la entrada al coliseo, el muchacho que Dahinten había ayudado, la dama pelirroja, el hombre que estaba lastimado, y ahora se encontraba en una habitación y cerca de ella se encontraba la figura femenina que lo atraía demasiado.
Dahinten dejó su espada doble a su lado, preparado para cualquier ataque nocturno. De pronto escuchó unos gritos de una mujer, instintivamente Dahinten tomó sus espadas e inmovil escuchó atentamente, le pareció que la voz era de la mujer de cabellos rojos que había conocido a la víspera. Pero tan repetinamente como habían iniciado, los gritos cesaron; Dahinten se durmió nuevamente.
Dahinten despertó al alba, se levantó y se lavó la cara en un jarron de agua que había en la habitación y decididamente se encaminó hacia afuera. Se dirigió expresamente a la habitación de la pelirroja, y tocando la puerta que estaba entreabierta, dió unos pasos dentro.
Dentro se encontraba la hermosa pelirroja y un hombre ya anciano. El rubio los observó y dijo:
-Perdon, señorita: quisiera hablar con usted, pero veo que no es el mejor momento....con su permiso.-Dijo Dahinten saliendo de la habitación y regresando a su habitación....cada vez ese nuevo sentimiento crecía....Dahinten no sabía de lo que se trataba...
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Re: Arribo al coliseo
Puesto que la señorita pelirroja no terminaba su plática, Dahinten regresó a su habitación.
Sacando su espada doble, el rubio las separó habilmente y acercándose a una de las mochilas que fueron propiedad de Argol quien había muerto y cuyo cuerpo descansaba en Villa Miseria, sacó una piedra de afilar y se puso a afilar sus espadas, concienzudamente afilaba sus espadas que eran muy importantes para él. Al terminar tomó un trozo de tela y comenzó a pulir su medallón, el medallón del león que según decían tenía poderes ocultos los cuales Dahinten no conocía aún.
El rubio extranjero no podía evitar pensar que hasta ahora la suerte la había favorecido bastante, no eran muchos los protegidos por el Senador Mauritius, no muchos lograban acceder tan facilmente al Coliseo y poder convertirse en gladiadores.
Pero además había otra cosa que tenía ocupado a Dahinten...pensar en la dama pelirroja. Estaba asombrado por la forma de ser de ella, parecía no tener ningun tipo de miedo, que sabía cuidarse sola además de que intentaba esconder bajo ese aspecto amenazador e intimidante una personalidad bondadosa y amable, pues lo que había hecho con el joven que estaba peleando impresionó mucho a Dahinten.
Pero Dahinten sentía algo raro en él, era un instinto de pelea que no se hubiera ozado atribuírse. Sentía como que si algo se intentara apoderar de él, una energía que al mismo tiempo era buena y mala. Hacía poco tiempo que la había sentido y desde ese día se sentía perturbado por eso...Pensaba en ir con el Senador Mauritius a preguntarle si sabía algo sobre esto; pero no se atrevía a molestarlo demasiado.
Sacando su espada doble, el rubio las separó habilmente y acercándose a una de las mochilas que fueron propiedad de Argol quien había muerto y cuyo cuerpo descansaba en Villa Miseria, sacó una piedra de afilar y se puso a afilar sus espadas, concienzudamente afilaba sus espadas que eran muy importantes para él. Al terminar tomó un trozo de tela y comenzó a pulir su medallón, el medallón del león que según decían tenía poderes ocultos los cuales Dahinten no conocía aún.
El rubio extranjero no podía evitar pensar que hasta ahora la suerte la había favorecido bastante, no eran muchos los protegidos por el Senador Mauritius, no muchos lograban acceder tan facilmente al Coliseo y poder convertirse en gladiadores.
Pero además había otra cosa que tenía ocupado a Dahinten...pensar en la dama pelirroja. Estaba asombrado por la forma de ser de ella, parecía no tener ningun tipo de miedo, que sabía cuidarse sola además de que intentaba esconder bajo ese aspecto amenazador e intimidante una personalidad bondadosa y amable, pues lo que había hecho con el joven que estaba peleando impresionó mucho a Dahinten.
Pero Dahinten sentía algo raro en él, era un instinto de pelea que no se hubiera ozado atribuírse. Sentía como que si algo se intentara apoderar de él, una energía que al mismo tiempo era buena y mala. Hacía poco tiempo que la había sentido y desde ese día se sentía perturbado por eso...Pensaba en ir con el Senador Mauritius a preguntarle si sabía algo sobre esto; pero no se atrevía a molestarlo demasiado.
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Re: Arribo al coliseo
Puesto que la Señorita de Cabellos Rojos no se presentaba, Dahinten fue a buscarla y se encontró con que la dama ya no estaba. Ninguna de sus pertenencias seguían en la habitación ni el anciano con el que hablaba.
Un poco desilusionado, Dahinten regresó a su propia habitación. Decidió ya no pensar mucho en las mujeres y concentrarse en esa nueva energía que sentía en su cuerpo, algo que invadía todo su ser cual agua.
Esta sensación era bastante extraña, era como una fuerza combativa y feroz, que cada vez se adueñaba del cuerpo del rubio, no era molesta ni dolorosa, pero no se podía evitar sentirla. Dahinten nunca había experimentado algo igual....
Tras pensarlo mucho rato, Dahinten se decidió a preguntarle al senador Mauritius sobre lo que sentía. Realmente en aquel momento no podía hacer otra cosa. Sabía que abandonaba el lugar al que lo había enviado el senador, pero la duda era muy grande.
Dahinten se puso a preparar sus cosas y a cargarlas todas en su mochila. Con el creciente sentimiento extraño que turbaba su existencia. Dahinten se dió cuenta en ese momento que al parecer su sueño se cumplía, iba a ser alguien importante y reconocido, pues esa sensación lo hacía pensar eso. Tras terminar con su equipaje, se lavó la cara y con mucho cuidado cerró con llave la puerta de su habitación en el Coliseo Romano.
Con la mirada fija en el horizonte y con miles de pensamientos en la mente, Dahinten emprendió el camino hacia las villas, esperaba encontrar al senador en la Villa Romana de Cambre.
-Talvez el senador sepa que es lo que me sucede.- Pensó el rubio.
Un poco desilusionado, Dahinten regresó a su propia habitación. Decidió ya no pensar mucho en las mujeres y concentrarse en esa nueva energía que sentía en su cuerpo, algo que invadía todo su ser cual agua.
Esta sensación era bastante extraña, era como una fuerza combativa y feroz, que cada vez se adueñaba del cuerpo del rubio, no era molesta ni dolorosa, pero no se podía evitar sentirla. Dahinten nunca había experimentado algo igual....
Tras pensarlo mucho rato, Dahinten se decidió a preguntarle al senador Mauritius sobre lo que sentía. Realmente en aquel momento no podía hacer otra cosa. Sabía que abandonaba el lugar al que lo había enviado el senador, pero la duda era muy grande.
Dahinten se puso a preparar sus cosas y a cargarlas todas en su mochila. Con el creciente sentimiento extraño que turbaba su existencia. Dahinten se dió cuenta en ese momento que al parecer su sueño se cumplía, iba a ser alguien importante y reconocido, pues esa sensación lo hacía pensar eso. Tras terminar con su equipaje, se lavó la cara y con mucho cuidado cerró con llave la puerta de su habitación en el Coliseo Romano.
Con la mirada fija en el horizonte y con miles de pensamientos en la mente, Dahinten emprendió el camino hacia las villas, esperaba encontrar al senador en la Villa Romana de Cambre.
-Talvez el senador sepa que es lo que me sucede.- Pensó el rubio.
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