[Casa de Virgo] Jardines Exteriores

por Leonard Sáb Dic 18, 2010 11:02 am

Luego de salir de mi entrenamiento, me sentía con mas fuerza como para defender a Athena, sentía como dentro de mi todo había cambiado y decidí relajarme un rato, dejar de lado toda mi obsesión por ser un santo mas útil que en la guerra anterior y descansar al menos por un momento, en la soledad de mi templo.

Había unos bellos jardines en uno de los costados del templo, unos jardines que estaban bellamente adornados por muchas flores blancas y amarillas, todas bien repartidas y con un césped que no tenia un gran tamaño, parecía estar cuidadosamente cortado y vigilado siendo que hacia mucho tiempo que nadie estaba en ese lugar. Era naturalmente imposible, pero todo lo que rodeaba al templo de la virgen podía cambiar en tan solo unos segundos. Pise por primera vez el césped y mire con sorpresa aquellas bellas plantas, traía conmigo al juguetón Snow que no paraba de darme lengüetazos en el mentón mientras que yo sonreía porque me causaba un poco de cosquillas.

Me senté en el césped y me deje caer de espaldas, mientras que respiraba aquel bello perfume y sentía el húmedo rocío en mi piel. Snow seguía jugueteando, mordiéndome la manga de mi ropa, debido a que la armadura la había dejado en el templo, ella nunca debía salir de ese sagrado lugar al menos que la ocasión fuera así. El lobito seguía mordiéndome mientras que hacia un pequeño ruidito al morder.

Snow: Grrrrrrrr…

Para ya… me incomodas…

Dije mientras que le hacia una caricia y el pequeño animal movía su manito, como retándome. Me senté y empecé a golpearle el hocico suavemente, provocando que se enojara y no pudiera hacer nada.

-Vamos… no eres tan valiente ahora eh?... vamos…

De la nada, sentí esa extraña sensación… Era aquella aura pura de la diosa Athena, de la muchachita que estaba en la casa donde no había podido pasar, estaba tan cercana a un aura muy oscura, pero al mismo tiempo podía sentir como había confianza entre ellos. Era como si dos almas gemelas se reunieran, pero a la vez fueran totalmente diferentes…

-Hades y Athena… Por fin se conocen las caras…

por Leonard Miér Ene 05, 2011 9:33 am

Los dos dioses más poderosos se habían juntado, pero aun así, no se notaba hostilidad entre ellos y una de las más fuertes fuerzas que dominaba en ese momento la tierra, no estaba allí presente. ¿Cómo podría ser eso?... Acaso… ¿Existía un dios mas fuerte que Hades o Athena en ese momento? Quizás la guerra santa diera un pequeño giro esta era, quizás no se centrara en la clásica rivalidad entre los dioses sino que esta vez fuera una tremenda guerra entre muchos dioses y sus guerreros. Seria un panorama gris de muerte y cada vez, me gustaba menos la idea.

Tenía un buen humor, pero desapareció rápidamente al mismo tiempo que el sol se ocultaba tras las montañas. Snow seguía jugueteando pero yo no le daba atención, estaba totalmente perdido y extraviado por aquel sentimiento que estaba teniendo, aquella pequeña visión de Athena arrodillada frente a un dios que desbordaba fuego y furia de su cuerpo. Sin duda alguna, esta guerra seria más difícil que cualquier otra… Porque quizás no solo hubiera espectros… Quizás, el Olimpo tuviera su participación también.

-Snow… Es hora de dormir…

Dije entre pensamientos, mientras que el lobo se daba media vuelta y rápidamente iniciaba el camino hacia el interior del templo de Virgo. Me di media vuelta también mientras que me dirigía al templo, intentando pisar la menor cantidad de flores posibles. Estaba algo distraído por aquella pequeña visión. ¿Quién seria ese dios? ¿Athena realmente estaba destinada a caer ante él?... Los caballeros daríamos la vida y mucho mas, por evitar que así fuera.

por Jezzara Vie Oct 21, 2011 3:28 pm

Primer post para creación de segundo ataque débil – Maestría elemento

Ya por fin llegando a la sexta cada en el sendero que llevaba hasta el sagrado templo de la diosa Athena, me dediqué a mirar los alrededores. Desde el momento en que había recibido mi armadura, nunca había ido hasta ese lugar, pues realmente no lo necesitaba ya que la diosa no había despertado aún, y muchos de los Santos todavía se encontraban entrenando. Pero ya iba siendo hora de que me acostumbrara a ese lugar; iba a entrenar por unos momentos allí y elevar mi cosmos en ese que era el lugar donde me iba a alojar durante bastante tiempo.

Me dirigí primero a los jardines del templo, aquellos que se encontraban al costado del templo; repleto de flores amarillas y blancas, en el cual habitaba una paz increíble, que no podía ser presenciada en otro sitio más que en esos bellos jardines del templo de Virgo. Estando allí creía que podría meditar y concentrarme lo mejor posible, más que en otro lado para poder hacer uso de mi cosmos y entrenar para la creación de otra técnica de ataque que usaría en mi beneficio, para cualquier rival que se opusiera en mi camino.

– Bueno Dante, aquí nos quedamos… – Comenté mirando al pequeño animalito que volteando hacia donde estaba yo, se recostaba sobre el montón infinito de plantas y flores de color amarillos y blancos. En ese instante hizo una especie de ruidito con su boca, parecido al maullido de un gato. Él era una criatura extraña, ni siquiera podía saber de que clase de animal se trataba.

Una vez Dante se quedó quieto, me dejé caer sentada a su lado. Estaba algo incómoda puesto a que tenía la armadura de Virgo puesta, pero eso no iba a impedirme controlar el cosmos y aumentar mi fuerza. Entonces cerré los ojos de una vez, y me tranquilicé, poniendo así mi mente en blanco, por lo que un aura dorada comenzó a rodear mi cuerpo y mi cosmos empezó a fluir desde mi interior, rodeando el lugar de un peculiar brillo agradable. Era momento de comenzar con todo.

por Jezzara Sáb Oct 22, 2011 4:56 pm

Segundo post para creación de segundo Ataque Débil - Maestría Elemento [Casa de Virgo] Jardines Exteriores 2m7w5xs

Estaba sentada a la sombra de un gran árbol situado en ese mismo jardín de flores blancas y amarillas. No era el único árbol que allí se encontraba, el lugar era un enorme jardín repleto de numerosas plantas y mucha vegetación. Era el lugar perfecto para relajarme y desde allí podía percibir cada una de las cosmoenergías de los guerreros que se esparcían por el mundo. Entre ellas estaban las de mis compañeros dorados, aquellos que podía saber que estaban en Grecia, muy cerca de donde yo me encontraba podía sentirlos con mayor facilidad. Podía percibir la fuerte energía que se mostraba de las constelaciones de Aries, Tauro y Sagitario… muy cerca también podía sentir cosmos más débiles, energías puras y divinas que despedían una esencia cálida y confortable, al parecer querían despertar de a poco en poco. Probablemente futuros guerreros, grandes guerreros que estaban destinados a ser Santos y luchar por Athena.

– Señorita Athena… – dije sobresaltada al mismo tiempo que mis ojos se abrieron de par en par. – Dante… ¿Puedes sentirlo, verdad? ¿Qué estará pasando? –

Me quedé mirando el cielo por un momento. Estaba alerta. Podía sentir en ese momento, en las lejanías, especificamente en las tierras de Roma, el débil cosmos de la diosa que aún no había despertado en esa jovencita, junto a oto más oscuro… totalmente opaco, tenebroso y semejante a la muerte misma. Ambas auras estaban tan cerca que en ese momento temí… ¿Se trataba de Hades? El emperador del inframundo… pero…

– ¿Por qué siento sus cosmos tan próximos el uno del otro? – Suspiré y volví a mirar al suelo. Algunos pétalos de flores que se habían desprendido con el ligero viento que corría por el aire se elevaban al sentir mi cosmos que aumentaba, provocando que algunos de las cosas livianas de allí volaran en los aires a una considerable altura del suelo. Los espesos follajes de los árboles se movían de lado a lado y el viento comenzaba a sentirse más potente, mientras que a mí, un aura dorada más intensa me rodeaba que incluso se extendía en derredor a la casa de Virgo. Cerré los ojos para volver a adentrarme en mi propia mente y poder concentrarme en lo que estaba creando: un nueva técnica de ataque para combatir en casi de llegar el momento de hacerlo.

por Jezzara Dom Oct 23, 2011 3:52 pm

Tercer post para creación de segundo Ataque Débil - Maestría Elemento [Casa de Virgo] Jardines Exteriores 2m7w5xs

Mi cosmos se iba elevando cada vez más, hasta que el viento circundante en ese sitio se tornaba más cálido a cada segundo. Mi rubio cabello también se elevaba, danzando con gracia al compás del viento, al igual que las hojas de los árboles, las flores en el suelo y los pétalos que volaban sin rumbo hacia el horizonte. Todo allí tomaba más vida mientras mi aura dorada permanecía extendida a lo largo de gran parte del santuario, en el área de las doce casas. Según parecía, los demás templos se encontraban vacíos… algunos santos estaban disponibles, pero al parecer no estaban listos aún. Estaba en esa situación también, pero me encontraba en el templo de Virgo con la intención de entrenar mi cosmos.

– “Athena… no se tarde. No sabemos qué va a pasar, y el ejército de Ares va tomando fuerzas. A ese paso no tardarán mucho más en atacar.” – me decía en mi mente mientras inspeccionaba las energías alrededor del mundo. El ejército de Athena se formaba rápido, pero la diosa todavía no estaba lista para despertar en el cuerpo de aquella jovencita a la cual eligió para que fuera su reencarnación. El potente y devastador cosmos del señor de la guerra podía sentirse claramente… ya estaba actuando y los bersekers no tardarían en dispersarse por el mundo en busca de su objetivo.

Esta vez, en vez que volverse el sol más potente y hacerse el ambiente de un brillo espectacular, todo tomaba un tono oscuro y opaco. El templo y sus alrededores oscurecían como si de la noche misma se tratase. Obviamente todo se trataba de una simple ilusión, como si mi mente viajara a otra dimensión paralela, una dimensión en la que todo era distinto y la oscuridad y la muerte reinaran. No me agradaba mucho el hecho de usar esa clase de recursos para un ataque, pero estaba consiente de que eran muy efectivos y lograban hacer gran daño en la mente del enemigo. Pero aún faltaba la mejor parte, que era la más importante a la hora de usarlo de manera ofensiva. Aunque tenía que ir de a poco, pues recién estaba sólo experimentando aquello y no quería que las cosas me salieran mal.

por Jezzara Sáb Oct 29, 2011 7:36 pm

Cuarto y último post para creación de segundo Ataque Débil - Maestría Elemento [Casa de Virgo] Jardines Exteriores 2m7w5xs

Todo a mi alrededor se había vuelto oscuro y tenebroso; sombrío y caótico… tremendamente solitario. El templo de Virgo y todo a su alrededor había cambiado por completo su vista y ambiente. Tanto era el miedo que aquello podía causar, escuchándose los lamentos de almas que en realidad sólo rea una ilusión, que Dante, mi pequeña mascota se asustó bastante, parándose en el lugar donde estaba su pelaje se erizó y comenzó a gruñir sin fijar su vista en un punto específico. Lo miré en ese instante. Yo estaba allí, dentro de la mente del animalito, pero él sólo podía sentir algo extraño a su alrededor. Planeaba probar esta técnica con él, aunque sin dañarlo.

– Espero estés listo Dante. De esto te hablaba… me vas a ayudar a controlar esto. – mi suave y amable voz resonaba en alrededor. Fue entonces que me separé del cuerpo del pequeño como si fuera un fantasma pero tomando su forma… era un animal igual a él. Entonces me materialicé en esa forma en frente del animal, como si fuera otro igual y lo miraba con una furia fingida para ver como éste reaccionaba. Me agaché un poco como solía hacerlo él cuando estaba preparado para atacar y entonces se dio vuelta y comenzó a gruñir.

Dante: Grrrrr…

– Funciona jaja. ¿No me reconoces, pequeño? – dije aquello y me acerqué a él de manera lenta y amigable mostrando una pequeña sonrisa en mi rostro disfrazado de animal. –Tranquilo, soy yo. Parece que pudimos hacerlo. –

Dicho aquello me quedé por un momento en el mismo lugar mirándolo fijamente, a lo que el pequeño animalito respondió moviendo el rabo en señal de alegría o agradecimiento hacia mí. Fue en ese instante que disolví toda aquella ilusión oscura y volví a mi forma normal, ahechándome y alzando al pequeño entre mis brazos, sonreí y frote su suave pelaje contra mi mejilla. – Buen chico… lo hiciste. Bien. ¿Ahora que se supone que hagamos? –

Tras pronunciar aquellas palabras solté un ligero suspiro para luego mirar alrededor por un momento.

– Creo que descansaremos un poco. ¿Podrás ayudarme nuevamente? Ya luego tendrás tu recompensa. – comenté por último caminando algunos pasos para llegar a la entrada del templo, viendo a lo lejos las anteriores casas por un momento.

por Jezzara Lun Oct 31, 2011 9:45 pm

Por un momento volví mi vista al rostro de mi pequeña mascota. Se veía cansado de tanto viaje que había tenido a mi lado; podía verse que sus pequeños ojos como perlas se mantenían abiertos a penas con poca fuerza. Yo estaba cansada, y pensaba que él podía llevarme de vuelta a Rodorio con su poder de transportación, pero luego de pensarlo un momento creí que no sería justo arriesgar su vida. A pesar de estar cansada creía poder continuar un poco más con un último viaje, después de todo, si era una amazona dorada tenía que aguantar aunque me encontrase cansada y ya sin fuerzas.

– Estas cansado, pequeño… – murmuré en un tono un tanto débil y amigable mientras miraba al animal. – Está bien, no tienes que preocuparte, puedo llegar hasta el pueblo caminando. –

En ese momento pensé por qué le había dado el caballo a ese sujeto extraño de cabello azul en el camino. No me había ayudado mucho que digamos y me causó bastantes dolores de cabeza en ciertas oportunidades, y ahora necesitaba al animal para que me llevara más rápido hasta el pueblo. El cansancio era bastante notable para mí, pero no podía descansar en la casa de virgo pues no era del todo seguro estar ahí. Tenía que llegar a algún pueblo o al menos alguna cabaña cercana donde pudiera descansar algunas horas.

– Esa cabaña… – murmuré recordando la pequeña casucha en la que había estado con aquel sujeto de cabello azul en el camino al santuario. No estaba muy lejos de allí por lo que recordaba. Entonces no me tardé y comencé mi caminar a paso lento y relajado, no tenía por qué apresurarme y el sol ya no estaba muy fuerte, eso era una ventaja. – Ya sé donde podemos descansar, Dante. –

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