[Alejandría] Habitación de Gelum

El cuarto estaba listo para la ocasion, despues de mi llegada ya habia sido remodelado con mis cosas traidos directamente de Roma, pequeños detalles que me hacian falta, despues de haber estado un momento conociendo el reino, llegue un poco cansado despues de la caminata realizada, el calor hacia que mi cuerpo sudara mas de lo necesario, era algo que tenia que soportar despues de todo, aunque unos dias ya instalados ya estaba acostumbrandome de poco en poco, abri la puerta mientras todos estaban ocupados viendo la manera de complacer a la diosa, yo me adentraba a ese pequeño pedazo del gran palacio, tome un poco de agua que habia en un jarron, era fresca y no se habia calentado ni un grado centigrado, bebi, hasta casi ahogarme, respire profundamente mientras mire a mi alrededor, ya estaba la ropa lista, una de las criadas estaba por ahi, y al verme solo bajo la cabeza, ella era la que me ayudaria a darme un baño, estaba esperandome desde hace unas horas, el agua estaba caliente desde ese momento, despues de haber estado mucho tiempo ahi,enfriandose mandaban a calentar el agua, para cuando llegara ya estuviese lista, me desnude completamente, y acto seguido comenze a hundir mi cuerpo en el agua que tenia esencias de lavanda y menta, mi cuerpo fue cubierto completamente, mientras la mujer llamaba a mas, para que comenzaran a lavar mi cuerpo.

Termino el baño, y de inmediato sali mostrando mi piel mas blanca, para ser llevado hacia mi ropa, que en segundos y ayuda de las mujeres se fue adaptando rapidamente a mi cuerpo, un pequeño racimo de olivos en mi cabeza y nuevos zapatos, una toga blanca y un cinto de igual color, estaba listo ya para lo que seria el gran paso, La boda.

Después de haber obtenido la armadura, aquella que había rodeado mi cuerpo e iluminado el jardín de un color completamente dorado, me vi obligado a encerrarla en su propia caja, los egipcios podrían verla y por ello podrían crear alusiones malas de mi persona, además de que todavía no estarían acostumbrados, y dirían que era parte de algún otro dos pagano enemigo de su dios Ra o incluso de la propia reencarnación de Isis, por lo cual que toda aquella preciosa armadura quedo encerrada por ahora en aquella cripta dorada.

Quedo sellada por un momento, mientras tomaba uno de las telas que colgaban por ahí, la tape rápidamente porque algún soldado podría aparecer, y después de hacerle un nudo, la cargue sobre mis espaldas, camine de nueva cuenta por todo aquel laberinto que eran los pasillos que conectaban con el palacio, una luz se veía al final de cada pasillo, me llevaban a mas jardines, a fuentes e incluso había un harem ahí, mujeres hermosas se podían ver, incluso se insinuaban, pero no les hice mucho caso, por antes de la boda no podía tener amoríos o sino la misma Selene podría anular el matrimonio, y ser devorado por uno de sus cocodrilos
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El alboroto se escuchaba desde lejos, músicos tocando fuertemente su melodía, mientras que todos los demás gritaban y danzaban, gritaban alabanzas hacia su diosa, solo que aquella lengua no se me hacia conocida, por eso y con lo fuerte que lo hacían eran más alaridos que alabanzas, el ruido me llevo a llegar de nueva cuenta a la fiesta, pero pase inadvertido, puesto que casi nadie se preocupada por mi, baje unas escalinatas que sabía que eran de mi cuarto, mientras lo hacía pensaba en lo que podía hacer para que Octavius no estuviese mas en Egipto, algo me decía que el no era de fiar, y como Diva usurpo su lugar y el de su padre, tal vez venia a buscar como regresar a su puesto.

Llegue al cuarto, abrí la puerta y de inmediato busque entre las paredes algún bloque que estuviera hueco, o que estuviera decayéndose por el pasar de los años, encontré uno y lo rompí un poco más para que ahí quedara completamente, quedo un poco al fondo, después la cubrí completamente de hielo, que aunque pasaran muchos años el calor del lugar no lo pudiese descongelar, y después lo tape con un bloque delgado de barro, ahí quedaría hasta que fuese necesario ocuparla, vendría por ella.

Ahora mi preocupación se centraba en el hijo del cesar, tenía que hacer algo, y por ello tenía que dirigirme hacia los soldados romanos que el General Noah había dejado a mi disposición, y que se encontraban anclados en la playa.