Cementerio

Aun su cabeza sangraba demasiado, por el golpe anteriormente obtenido por su caída del asiento del caballo. Cassie aun rondaba por los pedregales de su antiguo hogar, no pudo evitar escuchar por varias ocasiones los cuchicheos de los habitantes, los cuales se detenía al verla para así dialogar entre ellos: de su nefasto porte y de aquella herida… pero lo mas importante es que indagaban del quien pertenecía aquel rostro que se les hacia muy conocido.
Cassie simplemente veía ala chusma de reojo, mientras seguía su camino hacia el cementerio, el cual no muy lejos quedaba, por lo que apresuro sus pasos, y ya cuando por fin había salido de las calles principales de Hispania, la musa de Clío corrió con gran desesperación hacia lo que antes había sido el cementerio, esta empujó las sarrosas puertas de metal y comenzó a busca con desesperación aquellas lapidas que desde joven pensaba que pertenecían a su difuntos padres, pasando el mausoleo de un viejo héroe de guerra, aquella por fin pudo localizar su dirección, por lo que comenzó a caminar con mas tranquilidad, hasta por fin estar frente de dos lapidas todas rotas y llenas de musgo.

Cassie les miro por varios minutos en silencio, mientras soltaba la cosas que cargaban entre ellas su armadura, las cuales caían a un costado de donde hacia parada, unas de las fundas se atoraban en una rama, por lo que provocaba el desnudar de aquel rosado metal. La dama cerró sus puños y comenzó por fin a llorar, mientras sucumbía hincada frente a los monumentos de sus padres, para tan solo decir:

-Como lo siento amados padres… me he equivocado de una manera atroz. Los he deshonrado por completo… pero como no hacerlo con este crudo destino, espero y alguna vez me sepan perdonar…lo siento en verdad.

Dacia la mujer toda abatida de espíritu, para que pasara así un rato mas llorando en silencio, hasta que por fin sus ojos se cansaban dejando atrás su llanto, Casi giraba su rostro cambiando por completo su semblante de tristeza por uno de rabia al ver parte de su armadura rosada, esta se paso las manos por su mejillas limpiando la humedad de las lagrimas que había soltado segundo atrás, se encorvo levemente y tomo así el yelmo de su armadura, le miro detenidamente, mientras deformaba su rostro al contraer su boca, pues se esforzaba para no gritar de una manera tan atroz, lentamente su cosmos se despertaba causando el sucumbir de lo suelos, acto seguido la dama aventaba aquel casco a lo lejos, para después golpear el suelo con sus manso desnudas y gritar:

-¡COMO TE ODIO APOLO!

Después de eso extendió sus brazos y piernas y se acostó en el suelo a llorar sin deseos de nunca detenerse.

El tiempo desfiló como si fuese una gota de agua resbalando fácilmente por entre el aceite. Ya la noche por fin reinaba en aquel firmamento solitario, el aire se volvía mas gélido y el ambiente tenso estaba entre aquel olvidado cementerio. Cassie dormía yacía por debajo del mausoleo de sus difuntos padres, sus cosas desperdigadas por un costado de su cuerpo y las lagrimas salificadas estaban entre sus mejillas pálidas. Su rostro reflejaba una efímera tranquilidad, pues tras un jalón de aire exagerado, la mujer se sentaba en aquel suelo húmedo algo extrañada, pues entre sus sueños sentía como alguien le aplastaba la garganta impidiendo el paso del aire.

Su mirada extrañada escudriñaba con gran desesperación todo su alrededor, pero simplemente hojas secas era lo que veía. Cabizbaja se arrastro hasta estar por debajo de un árbol de manzanas podridas, y así con tranquilidad se dispuso a admirar en silencio el brillo sereno de la dama nocturna… la luna.
Y todo parecía estar perfecto, pues Cassie por segundos se había olvidado de su pena de corazón a perderse entre el brillo escaso de cada estrella colgada en aquel manto universal. Más todo cambio cuando de repente un terrible escalofrió le sofoco sus nervios. Rápidamente bajaba su mirada para posarla en sus extremidades, las cuales se tensaban y prácticamente se paralizaban, remarcando así con gran dolor los huesos de su sistema.

Cassie deseaba gritar por el dolor que le embragaba la razón, mas no podía por dicha parálisis… así que en mente aquella se expresaba:

-¿Pero que diablos me esta pasando? Haaaaa mis huesos arden y mi carne se siente como si fuese atravesadas por cientos de saetas en un solo segundo, ¡por todo los dioses! ¿Qué me esta pasando?

Gritaba en su mente aquella musa sediciosa, mas todo cambio cuando de repente su cuerpo dejaba de ser invadido por tan terrible presión, causando que aquella cayera abruptamente en el suelo. Algo agitada la mujer de largos cabellos castaños, posaba sus manos en el suelo y con leve esfuerzo levantaba su tórax. Las lagrimas que emanaban de sus ojos por tan terrible dolor caían paulatinamente ene le suelo; algo temblorosa la mujer tomaba un soplo de aire y levantaba así su fas, mas toda una sorpresa le invadió por completo, pues frente a ella una figura se dibujaba, tal parecía que era un espectro todo carcomido por el tiempo, putrefacto y aterrador. De inmediato las pupilas de Cassie se dilataron, y en actos seguido por la impresión llevado por aquel encuentro de ultratumba, la mujer una vez mas se desmayo quedando abatida entre el terreno de aquel cementerio.

La mente de Cassie se había despegado de la realidad de aquel cementerio, cayendo su cuerpo inconsciente, mientras que abstractamente aquella comenzaba a soñar, se podía ver a si misma cayendo en un abismo infinito, para que tras un fogonazo de luz segadora, esta se viera tendida en un hermoso prado de flores blanquecinas.

¿Pero que diablos me esta pasando? Esto es como la última vez cuando un nuevo poder nacía desde mis entrañas… ¿pero por que? ¡Yo ya no quiero seguir con esto! Haaaaa…
La dama gritaba y salía eufóricamente corriendo de aquella ilusión que tras un tropezón, la musa de Clío quien se negaba a su veredero destino, una vez mas caía, pero ahora entre un mar carmesí lleno de cuerpos putrefactos y cuando esta abría los ojos pues y no podía respirar notaba de las condiciones infaustas en las que estaba entre aquel lago de sangre, espantándose y comenzado a nadar, recordando en mente que aquello lo había soñado una vez cuando su Dreamcatcher había aparecido diciéndole su veredero papel en aquella era.

Ya saliendo del lago sanguinolento, la mujer comenzaba a ver con gran desesperación por todos lados, queriendo romper en llanto o por lo menso que si ya era su muerte la que se avecindaba, pues que no fuera lenta y llena de tormentos frustrantes.

Cassie daba un paso hacia atrás sintiendo como chocaba con algo macizó, tragando espada bajo su mirada proyectándola en el suelo, viendo que una sombra opacaba aquel sendero, y girando inmediatamente su rostro hacia la derecha, aquella veía que con lo que chocado era un clon perfecto de ella misma, pero con unas facetas desquiciantes, Cassie lo único que hizo fue llevarse sus manos por encima de su boca, tapando así su grito, para que después tras ver que su otro yo la empezaba a tocar el rostro esta perdiera su vista entre la blancura de tales órganos, para así su mente quedar en un total silencio… si la mujer se había desmallado una vez mas.

Su ojos se habría ahora en la realidad, entre la soledad del cementerio, percatándose que en frente de ella un joven apuesto le sonreía, auxiliándole, Cassie no pudo evitar sonrojarse al escuchar sus palabras, la mujer se quedaba mirándole fijamente, para que después tras agitar su cabeza de lado alado aquella por fin hablara:

-Hola, gracias joven… yo implemente vine a ver a mis padres pero en una de esas me resbale entre el fango de este suelo y caí perdiendo la conciencia por leves minutos ¿y usted a que ha venido a tan poco ortodoxo lugar?

Cassie contestaba mientras desviaba su mirada hacia el lado izquierdo percatándose como el brillo de la armadura de musa que se había robado del templo del Apolo, iluminaba un gran espacio, gracias al reflejo que daba por la luna, esta se sentaba instintivamente, abrazando al joven para que este no se diera la media vuelta y la viera, con fuerza lo mantenía entre sus brazos mientras que en mente pensaba.

-¿Cómo le voy a hacer si la ve? ¿tendré que matarlo? O inventar que es una especie de disfraz si eso es lo que hare… espero y se la crea.

La dama se daba cuenta de la cercanía de ambos, por lo que empujándolo hacia atrás aquella se sonrojaba un poco mas y rascando su mejilla esta decía…

-Lo siento, es un abrazo de agradecimiento, creo yo…perdóneme usted.

Cassie yacía postrada escuchando las palabras de su dios, quien decía que era momento de ir a Grecia rumbo al palacio de la discordia, pues aquella diosa ya había nacido en esta era y lo mas sorprendente es que había reencarnado en el cuerpo de su hermana melliza Samantha, al escuchar aquella afirmación del Dios del fuego, trago saliva abrió totalmente sus ojos y se ensombrecían de cara, pues no podía creer lo que lo decía, mas no dijo nada. Se levanto al ver como Apolo hacia parecer un carruaje de fuego, tiempo… eras, eran las que habían pasado desde que Clío se había montado en aquel carruaje, sin decir nada pues no era su labor contestarle a su dios, se monto a un costado sin querer entrar a la caja, pues su labor era proteger y no acompañar, elevando su cosmos hacia que aquel carruaje se levantar levemente, dejando carcomido el suelo de aquel cementerio , girando hacia un costado su cara Cassie le sonreía a aquel muchacho que anteriormente le había socorrido le guiño e ojo y acto seguido desaparecieron ambos entre e firmamento, para así legar lo mas pronto posible al santuario dela discordia.