[Villa del Casale] Patio Principal

por Ambrose Miér Ene 19, 2011 6:19 pm

Me quedé a escasos dos o tres pasos más allá de la entrada-salida del comedor aquel, permanecí así, inmutable, inerte, a tal grado de parecer estar en un estado de ensimismamiento extremo. Un aura oscura me envolvía, permanecí con la cabeza gacha, sombría de pronto una sonrisita maliciosa y espeluznante se dibujaba en mis labios, levanté mis brazos y agité las espadas, al hacerlo rasgué el suelo dejándole dos profundas zanjas. Giré hacia la derecha, la cacería daba comienzo, por lo que pude deducir aquel pequeño no era más que un simple ladronzuelo, pero ahora mismo tenía en su poder algo más importante que las asquerosas monedas de oro y plata que toda Roma pudiera atesorar, comencé a caminar a paso lento volviendo a arrastrar las espadas, comencé a atravesar el pequeño pasillo que unía la cocina con el pasillo principal de la casa, al llegar a éste mi rostro se puso tenso y mis labios dibujaron una mueca de desagrado, doble la esquina y me dirigí a las habitaciones que se encontraban en ese camino, aquel enano solo queria cosas lujosas y si eso buscaba las encontraria allí, mientras caminaba y arrastraba las espadas comencé a tararear y entonar una canción, el tono de mi voz era lugubre y mordaz:

- Lalala .... lalalala ....
- Ding Dong ... ¿en dónde se metió el ratón?
- Ding Dong ... ¿en dónde se escondió?
- Ding Dong ... y si lo encuentro
- Ding Dong ... Muerte segura le doy YO!!!

Levanté mi brazo derecho y con ella la espada y comencé a pasar la punta de ésta en la pared, produciendo una vez chirridos típicos entre el metal y la piedra, me aceraba al primer cuarto, estaba la puerta cerrada, levanté una de mis cejas, parecía que aquí no estaba aunque ahora mismo no debía confiarme, tuvo el suficiente tiempo hasta de cerrar a su paso la puerta, me detuvé, la abrí e ingresé, continué con la canción que momentos atrás había entonado:

- Dónde ... dónde estás Milanor ....
- Dónde se esconde el lobo ladrón ....
- Dime Dime .... que curiosa soy ...
- Que hasta el infierno te iré a buscar yo ...

Ingresé al cuarto, cerré los ojos y respiré hondo, el olor a humedad y a viejo solo se sentía en el ambiente, no era necesario encender las luces, aquel sujeto no estaba allí, volví a hacer una mueca de repudio y malestar, a lo que murmure en tono siniestro:

- El pequeño bastardo no está aquí ....... rrgggggggggh!!!

Salí del cuarto dejando la puerta abierta, volví a el arrastre de las espadas en el suelo y pared, agilicé el paso, el siguiente cuarto estaba cerca. Nuevamente la puerta cerrada, arqueé una vez más la ceja, ya estaba furiosa, acaso este idiota era la primera vez que entraba a robar en una casa, fue lo que me preguntaba mentalmente, din demoras abrí la puerta y a nueva cuenta respiré profundo y el mismo olor que la habitación anterior delataba que la presencia del enano no se encontraba allí.

- Este enano se está burlando de mi ..... creo que te metiste con la persona equivocada .... Milanor!

Mi semblante era otro, mis ojos brillaban entre una ira profunda y cierto placer por el reto que aquella pequeña rata me había impuesto, apresuré el paso hacia la habitación de Máximo, sabia bien que sino habia tocado las dos habitaciones anteriores dificilmente había tomado destino a la última del pasillo, entré rápidamente y saqué la silla del escritorio principal, sobre ella puse las dos armas y halando de ella comencé a sacarla en dirección al patio, con mis fuerzas arrastraba rápidamente la pieza de madera, pronto me encontraba en el centro del patio, puse la silla unos pasos adelante de la gran fuente que había allí, sin demoras fui al almacén que estaba entre las cocina y los pastisales, ingresé tiraba todo lo que no me era útil, pasaron varios minutos, y finalmente encontré lo que estaba buscando, me dirigí a toda prisa a la cocina, llevando el gran recipiente, ingresé a aquel cuarto y comencé a derramar el aceite que contenía el recipiente, por todos los rincones, en especial sobre los cuerpos sin vida de aquellos que alguna vez sirvieron a la casa Casale, terminé de derramar el líquido sobre el resto de los inmuebles y a la parte de adentro de la puerta, los hornos aún seguían encendidos, rasgué mi vestido tomando un pedazo de tela de éste, tomé una cuchara de palo e hice un improvidasa antorcha, la humedecí en aceite y la acerqué al fuego, rápidamente se prendió, me dirigí a la entrada nuevamente y dando una última vista a todo, lancé aquella tea, el fuego rápidamente comenzó a propagarse en mis ojos podían apreciarse las llamas devorarlo todo, sonreí al ver como todo comenzaba a consumirse en llamas, di media vuelta era el momento de salir, a mi paso cerré la puerta y cerrando con ella todo lo sucedido allí adentro, ahora solo faltaba darle caza a un pequeño ratón que se escapo.

Volví al lugar donde estaba la silla y las espadas, limpié mis manos en el vestido y las lavé un poco en la fuente, del mismo modo lavé mi cara y el agua se tornó un tanto rojiza, parecía que rastros de sangre estabban por toda ella, miré mi vestido y estaba completamente manchado, cualquiera podría deducir que había pasado o que había sido víctima de algún ataque, levanté los hombros en señal de poca importancia, fui hasta la silla, tomé las dos espadas y me senté, ahí en medio de aquel patio, en medio de la noche, con el fuego a mis espaldas con las piernas cruzadas y esperando que mi "huesped" se mostrará.

por Milanor Miér Ene 19, 2011 8:02 pm

Recorriendo los pasillos ahora encendidos de la Villa era un proceso que cansaba y de cuidado: si no era precavido, bien podría quemar mis pertenencias y perder el gran botín que había conseguido en aquella ocasión…realmente, no podía costearme el perder la Piel de Vanir y simplemente NO iba a dejar que se quemaran las bolsas donde llevaba el oro, aún cuando para esos instantes la temperatura empezaba a calentarlas…otro peligro que agregar a la lista de “cosas que evitar”. No pude contar exactamente cuanto tiempo había pasado pero al menos, en menos de lo que me pude imaginar ya había salido de los pasillos cubiertos por las llamas. En ese instante di con la salida al jardín.

Y allí estaba la particular anciana, esperando tranquilamente sentada sobre una silla…seguramente pensando que eventualmente su “presa” saldría a causa del fuego e iría a sus fauces. Pero si creía que algo como aquello le serviría para hacer que bajara la guardia y la dejara matarme estaba equivocada…demasiado alejada de la verdad, de hecho: era hora de atacar y acabar con aquella vieja junto a tanto acto patético.

Veamos que tal entonces…si quiere jugar señora, eso haremos. No tengo ningún problema.

Arreglando mi capa y dejándola en una posición apta tomé con mi brazo derecho a Luna Plateada mientras que la mano izquierda portaba la espada que había encontrado para luego agacharme y fijarme en una posición de carrera. Contando tres segundos a partir de ese instante tan solo pisé lo más fuerte que pude y salí corriendo a máxima velocidad hacia el punto exacto del patio en que se encontraba la mujer. Haciendo girar ligeramente la espada tan solo la lancé en dirección a la cabeza de la dueña de la casa que se quemaba a mis espaldas para luego dar un poderoso salto Ahí va! exclamé con fuerza mientras que sin mucho pensamiento y bastante naturalidad lancé a Luna Plateada al aire, donde giró fluidamente antes de que mi mano tomara la cadena atada a uno de sus extremos y usando mi propio peso lanzara un embate horizontal que de no ser bloqueado, le arrancaría la cabeza a la anciana de un solo tajo.

por Ambrose Jue Ene 20, 2011 3:18 pm

Finalmente el pequeño invitado había aparecido y venía “abonado” parecía que había podido encontrar algo de valor en algunas habitaciones de la hacienda, sentada con las piernas cruzadas, sujetando las espadas fuertemente y éstas a ambos lados de la silla en posición vertical con la punta enterrada en el suelo, movía mi cabeza al ritmo de la canción que una y otra vez tarareaba en mi memoría.

- Te estaba esperando mi querido Milanor … Le dije mientras lentamente abría mis ojos y le dedicaba una mirada vacía, sonreí dulcemente en el momento en que noté que traía consigo una espada y adoptaba una postura de carrera. Dejé de mover mi cabeza y permanecí serena, dedicándole a cada instante mi mirada. – Veo que tuviste bastante suerte en el cuarto de … Máximo Le dije sin mostrar ningún tipo de emoción en mi voz mientras levantaba mi espada izquierda y señalaba la nueva arma que le acompañaba.

Ya un buen tiempo había transcurrido desde que me había sentado en medio del patio a esperar que apareciera por lo que el incendio se había extendido a gran parte del pasillo principal. El sonido del fuego devorándolo todo, el sonido de la madera dejándose abrasar, parecían pequeños quejidos, suaves lamentos, sollozos de aquellos que perecieron. Me encontraba ensímismada en mis delirios que no había prestado atención a las palabras del jovenzuelo, sólo me dio tiempo de ver y percatarme de sus acciones, en posición de ataque y toda velocidad se abalanza en mi dirección, con la misma serenidad comencé a hablarle mientras se acercaba a mí desplegando el poder de su hacha y de la espada, y mis ojos siguiendo el movimiento de éstas:

- Sabes como llamaba mi hi… Me detuve abruptamente en terminar la frase, retomando rápidamente mi parlamento - … Hermano Máximo estas espadas: Nía y Nicole … ésta es Nía… levantando la espada izquierda, posándola sobre mi mejilla del mismo lado y rozando la hoja sobre mi piel - … y ésta es Nicole. Levantando la espada derecha y rosando mi mejilla por toda la hoja de aquella arma. - … y esa que tienes en tu poder … La llamó: Ambrose…

En el momento en que me disponía a continuar con la historia de las espadas, el hacha se desprendió de su mano, alargando el área de impacto usando la cadena que estaba sujeta de su extremo, a gran velocidad se dirigía a rebanarme el cuello, la intenciones del escurridizo bandido eran más que claras, rápidamente puse mi espada izquierda apuntando hacia el cielo a la altura de mis ojos, la otra la saqué y en un fuerte movimiento la clavé aún más en el suelo, tomé ambas espadas con fuerza por sus puños, cerré mis ojos sabía que el impacto sería fuerte y efectivamente así fue, el choque del hacha con la espada hizo correr la silla donde me encontraba sentada unos cuantos centímetros hacia atrás, las fuerzas de empuje tanto del hacha como de mi espada me hacían consumir buena parte de mi energía, ambas manos me dolían del gran esfuerzo que me tocó emplear en detener el ataque, velozmente tiré hacia el frente mi espada alejando el hacha de mi rostro en el proceso la hoja de el hacha rozó mi mejilla izquierda hiriendola, haciendole un pequeño rasguno, la sensación cálida sentí sobre mi piel, era sangre que emanaba de la herida. Me levanté rápidamente haciendo girar mi mano derecha sobre la empuñadura de la espada enterrada y con ella el resto de mi cuerpo, la saqué y girando ambas espadas a mi frente, destensionando los músculos de manos y brazos, repliqué en tono enérgico:

- No me subestimes pequeño payaso, que ni el propio Zeus podría ganarme!

Ambas espadas, Nía y Nicole estaban calientes debido al intercambio energético del impacto, en paso lento me acerqué a la fuente y las metí en el agua… refrescandolas, así dándole la espalda a mi supuesto nuevo enemigo le dije:

- Toma tu hacha, que esto apenas comienza ... Milanor.

Volteándome, agitando mis espadas sacándoles el exceso de agua y con gran maestría dirigiéndomme hacia él, levanté mi espada izquierda y grite:

- Vamos Nía!!!! El primer golpe, el primer espadazo en dirección a el enano para reventarle, rebanarle la cabeza, en ese preciso instante comienzan a caer las primeras gotas de lluvia justo cuando el filo de mi espada está por sentir el dulce sabor de su carne y sangre.

por Milanor Jue Ene 20, 2011 3:41 pm

Ugh...no tenían nombres más originales para las armas? Es cómico ver que tan “creativos” son. comenté mientras tomaba a Luna Plateada por el mango al mismo tiempo que la hacía girar un poco, colocándola en una posición defensiva justamente al momento que la anciana lanzaba un embate dirigido hacia mi cuello. Si la vieja pensaba que era una buena duelista, realmente se equivocaba…Eh…y quien es este tal Zeus? Es acaso tu hermanito menor o algo así? No se ofenda anciana, pero deja mucho que desear. le dije sin saber de quien o que demonios hablaba, seguramente tenía algún problema mental o algo por el estilo y no me iba a quedar demasiado tiempo averiguando cual era, precisamente…sin más, tan solo bloqueé el ataque de la larga hoja afilada que se había acercado bastante a mi cuello y con un movimiento casi imperceptible, la había atrapado con uno de los enormes “colmillos” que brotaban del mismo metal de mi hacha, justo para la cual había sido diseñada en primer lugar. Sobre lo otro…si para usted esto comienza, para mi termina…ya sabe, pasamos muchos momentos cálidos juntos que preferiría- comenté al tiempo que hacía girar mi hacha con violencia para aumentar la presión en las manos de mi contrincante al tiempo que echaba para atrás mi pierna derecha -atesorarlos en solitario! completé para patear la espinilla femenina más cercana que tuviera a mi alcance sin olvidar, por supuesto, girarme completamente y lanzar un corte en diagonal que sumado al golpe desestabilizador en la pierna de la vieja, simplemente la cortaría en dos o causaría un daño de bastante consideración.

Por otro lado, la lluvia que empezaba a caer reaccionaba violentamente con las llamas que consumían la casona a nuestras espaldas: una enorme columna de humo se levantaba y con su ascenso al cielo, el fragor de las llamas se iba apagando poco a poco…

por Ambrose Vie Ene 21, 2011 6:17 pm

La lluvia continuaba cayendo sin aumentar la precipitanción, el incendio lentamente se iba apagando y con ello las grandes columnas de humo se iban manifestando, el jovenzuelo mostraba su casta como luchador, logró evadir sin problema alguno el primer ataque con mi espada, sonreí al escuchar sus parloteos, se notaba que tenía alma de payaso, lo que no me esperaba que fuese a usar tretas tan poco .... honorables, pero suponía bien que como decían los soldados romanos: En la guerra como en el amor, todo se vale, y debía darle mérito por ello.

Presionando contra su hacha, intentándo hacerlo retroceder, aumentando la fuerza del golpe y confiándome de más en mis propias habilidades, aquel enano golpeo con tal impetu mi espinilla izquierda que en cuestión de segundos perdía el balance por ende el equilibrio haciendo que mi cuerpo se tambalera y mi rodilla izquierda tocara el suelo y mi pierna derecha se flexionara. El giro del hacha, con sus colmillos mostrando su sed de sangre me hizo usar ambas espadas las cuales en la posición en la que me encontraba eran bastante inútiles. Ambas espadas clavadas en mis respectivos hombros, evitando que el golpe que me iba a propinar el enano de cabellos claros no me fuera a dañar considerablemente.

Las espadas se clavaban más en mi piel podía sentirlas en mi hueso, las gotas de lluvia parecían por momentos sal para mis heridas, fruncí el ceño incontables veces, el dolor era algo que no me gustaba sentir y mucho menos de forma tan ridícula como me lo había provocado, presionaba mis espadas contra la hacha del ladronzuelo, suspiré varias veces tratando de recuperar fuerzas y de una vez por todas sacarme esa maldita hacha que tenía practicamente en el cuello, cerré mis ojos, por momentos sentía que mi presión ejercía algún efecto en aquella arma y por otros que Nía y Nicole se clavaban más. Respiré y exhalé hondo, expulsando de mi el dolor de cierta manera, contuve la respiración y con ello comencé a tirar en dirección opuesta a la presión de la enorme hacha, poco a poco me fui parando, la pierna me dolía por lo que no podía exponerla a un esfuerzo mayor, como pude logré levantarme y ponerme de pie una vez más, sin dar tiempo a esperas pateé el abdomen del bastardito haciendolo dar unos cuantos pasos hacia atrás y resbalar, haciendo que cayera de espaldas contra el suelo, en una rápida maniobra me senté sobre él, levandando a Nicole y clavandósela en el hombro derecho y posteriosmente levantando a Nía y clavandósela en la mano izquierda, respirando aceleradamente, con la sangre brotando con cierto flujo por las heridas de mis hombros, en voz agitada, expresé:

- Sólo devuelveme mi bolsa pequeña basura!!!!

Moviendo mis brazos lo mejos que pude evitando producir dolor innecesario tomé la bolsa de terciopelo que tenia anudada en su cinto y arrancándola de un tirón.

Suspiré, más bien respiré de forma anómala, por momentos me quedaba sin aire, llevé mi mano derecha a la espada clavada en el hombro de Milanor, me apoyé en ella para ponerme una vez más de pie, una vez en esa posición retiré mi arma de su cuerpo y me dirigí al centro del patio, moviéndome precariamente en dirección a la silla, a escasos centímetros de ella, me desplomé sobre ella sin llegar a sentarme por completo, el esfuerzo había sido mucho y mi cuerpo lo resentía, con la espada en mi mano como sistema de apoyo, mi cabeza reposando en la base de la silla, mi cuerpo tendido en el mojado suelo y la lluvia cayendo, suspiré y en voz casi adormilada dije:

- Deberías ... trabajar para mi ... Milanor!!!

Abriendo la bolsa, en medio de la lluvia y viendo que dentro de ella se encontraba mi valioso tesoro: Mi pergamino

por Milanor Vie Ene 21, 2011 6:46 pm

De un momento a otro, quien sabía si a base de fuerza de voluntad o ansias asesinas, la anciana había logrado darme una patada directamente en el abdomen…pero siendo francos la fuerza se había visto bastante disminuida para lo que me esperaba por parte de mi oponente, seguramente el golpe en la espinilla y su propia maniobra para evitar el ataque asesino de mi hacha la habían debilitado un tanto. Pero lo peor vino después: la lunática la había tomado bastante personal por aquella primera bolsa que le había robado...tanto como para atravesar mi mano izquierda y mi hombro derecho, aunque no de manera considerable sino más superficial. Igual dolía.

Unos minutos después la lluvia empezaba a amainar, lo de antes había sido como mucho una llovizna pasajera…capaz algo enviado por la naturaleza para apagar el incendio de la casona de la anciana, quien lo sabía? Por lo visto, nadie además de que su importancia era ridículamente inexistente. Al cielo se levantaban los últimos vestigios de las llamas en la forma de humo gris claro y menos de un minuto después, la noche empezaba a aclararse de las molestas nubes que tapaban la luz de la luna. Ahí escuché las palabras de la vieja sobre trabajar para ella y simplemente le dije con voz un tanto asqueada: No gracias…prefiero empleadores que puedan seguirme el ritmo, eso en caso de querer trabajar para alguien. Creo que no lo has notado anciana, pero- comenté con una repentina subida de adrenalina que me permitió erguirme y dar una carrera hacia donde se encontraba la dueña de las ruinas de la Villa, arrancándole la bolsa con la mano sana y deslizarme unos tres metros de su posición. -soy un buen ladrón que opera en solitario. finalicé para abrir la bolsa y ver porque tanto alboroto…de seguro su contenido era importantísimo para tomarse tantas molestias A ver que tenemos aquí………espera, papel??? Y tiene escritas muchas…cosas…tanto problema por algo de lo cual ni siquiera puedo sacar pies y cabezas??? En serio…deberías ir a revisarte la cabeza, vieja loca. terminé con tono evidentemente decepcionado, lanzando la bolsa en dirección a la mujer para luego tomarme el hombro derecho con la mano contraria y asegurarme de que los objetos de verdadero valor estuvieran asegurados, así como mi Luna Plateada en su sitio...…esa debe ser la mujer más loca de toda esta horrible ciudad…anciana desquiciada, solo eso… murmuré saliendo de la propiedad sin mirar atrás, concentrándome en dar marcha atrás al camino que había recorrido al menos una media hora atrás…uh, incluso parecía más tiempo…

Todo pasa volando cuando te diviertes con las dulces ancianitas en sus casas de retiro…

por Ambrose Vie Ene 21, 2011 8:36 pm

Su respuesta un tanto alargada negaba mi propuesta, yo seguía tendida allí, había soltado mi espada y está chocó contra el suelo, mi piernas semi encogidas, con mi sangre bañando mis ropas, de pronto en medio de aquella tenue llovizna los pasos de alguién se acercaban a mí, lentamente perdía el conocimiento, mis fuerzas me faltaban, mi piel se tornó fría y lo hacía más rápido al estar mojada por completo.

La pequeña bolsa me fue arrebatada de las manos, no tenía ni una gota de energía para una pelea más, el matar a aquellos sirvientes, el correteo contra el enano, y ahora que mi cuerpo había sentido el poder de mis armas para evitar el sentir de la suya me habían dejado exahusta.

No había pasado mucho tiempo cuando sentí que algo había golpeado la parte de atrás de mi cabeza, no me moví a mirar, ya había tenido suficiente de aquella noche, solo quería dormir. Pronto sentí que se despedía o bien que se marchaban, suspiré un par de veces y acomodé como pude un poco la parte superior de mi cuerpo, quedando de frente con las piernas extendidas, eché mis manos a ambos lados y una de ellas, la derecha chocó con algo, giré un tanto la cabeza y era el pergamino, lo tomé con fuerza y sonreí para luego comenzar a carcajearme

- HAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAA ..... eres libre de llevarte lo que quieras Milanor!!!! ..... te lo has ganado simpático enano!

Suspirando una vez más, levantandome como podía y saliendo de aquel patio .... sólo había un lugar al que no había ido y queria ver ... que tal.

por Ambrose Jue Ene 27, 2011 6:59 pm

Finalmente había salido de aquella pocilga, era un día brillante, un tanto caluroso, por un momento sentí que mis ropas pesaban, parecía cargar con la vida, con las almas de aquellas personas que hacía menos de un día habían perecido, habían desaparecido por mis manos, sacudí mi vestido, sacandome el polvo y cualquier “peso” que tuviera encima. Seguí mi camino hacía la residencia principal o bien lo que quedaba de ella, aunque el incendio no fue efectivo en toda la propiedad buena parte quedó reducida a cenizas, lo único que me importaba era que uno de esos lugares fuese la cocina además de encontrar un buen vestido, los míos … ya no estaban a la altura de la situación.

A paso lento pero firme, con mis pensamientos enfocados en ir a la ciudad, el cantar de los pájaros, el aleteo de las aves, sonidos irritantes que me estaban alterando. Mi rostro comenzó a hacer un sinfín de muecas de fastidio, chasqueaba mis dedos, apresuraba el paso, de pronto me detuve y levantando la vista al cielo, grité: - Cállense malditos pájaros!!!!

Como si hubiesen muerto, un silencio total, tranquiizador se hizo, sonreí y continué mi marcha. De nuevo me encontraba en el patio, me quedé observando todo, de noche no se podía apresiar con más detalle lo ocurrido, todo el patio ensangrentado, las manchas rojizas se desplegaban en distinto caminos en todas las direcciones, me agaché y aún se sentí humeda, volví a sonreír, limpié mis dedos en mi vestido que lentamente me lo fui sacando dejando mi cuerpo desnudo, en mi muñeca derecha tenía anudada la bolsa de terciopelo, la desajusté y la dejé caer sobre el vestido. Caminé sobre aquellas manchas directo hacia la fuente y me introduje en ella, dejando que el agua que salía desde lo alto de la estructura cayera directamente sobre mi, permanecí así unos tantos minutos luego me senté, apoyando mi espalda sobre el adoquin, cerré mis ojos y me concentré en escuchar el agua caer, era tranquilizador aquel sonido, no me perturbaba y mucho menos me alteraba, de hecho causaba un efecto reparador, me sentía rebosante de energía, me levanté una vez más, de nuevo debajo la caída de agua de aquella fuente, con los ojos cerrados, desnuda, moviendo mis manos comencé a cantar:

Terminé de cantar, sonriendo y con las energías renovadas, el sol calentaba moderadamente, moví la silla que continuaba allí, sucia y un tanto ensangrentada, la sangre estaba adherida a la tela del cojín por lo que no me mancharía la piel, me senté, no de la manera tradicional, mi cabeza hacia un lado de uno de los descansabrazos y mis piernas en el otro sentido, lentamente el sol secaba mi piel húmeda, mientras los malditos pájaros volvían a empezar su canto, tomé una pequeña siesta mientras mis cabellos al igual que mi cuerpo se secaban.

El tiempo había pasado y con él la siesta, me levanté de aquella silla y me estiré un poco, destensionando alguno que otro músculo, me incliné, tomé mi bolsa de terciopelo y salí de aquel patio a buscar un vestido.

por Ambrose Sáb Ene 29, 2011 2:06 pm

Mi andar era elegante e ligero, mis pasos cortos y suaves, había salido de la alcoba principal, el cuarto que alguna vez había ocupado mis difuntos padres, el borchorno se hacía más intenso, una que otra vez se levantaba una fresca brisa, mi vestido se ondeaba con gran armonía, el camino de regreso fue caluroso pero menos tiempo del que había usado en la ida.

Nuevamente me encontraba en el pasillo que daba ingreso al patio principal, los rayos de sol caían directamente sobre el agua, formando pequeños reflejos de colores todo un espectáculo para los ojos, los pájaros rondaban cerca a la fuente, cantando y revoloteando en el agua, era una tarde calurosa hasta para los pequeños bichos, me detuve dos pasos más adelante y observé con mayor detenimiento las instalaciones, el color negro extendido a lo largo de sus estructuras mostrando que el fuego como elemento poderoso había arrasado con todo, el lugar que alguna vez ocupó la cocina era una gran mancha oscura, erecta e imponente aún así hecha una porquería. Tomé aire, suspiré profundo y exhalé como con cierto desgano.

La silla seguía allí, bueno no había quien la quitase de antemano, del mismo modo que aquel vestido hecho desperdicio, un pequeño destello atrajo mi atención, me dirigí hacia una de las esquinas del jardín que rodeaba el patio, me incliné y levanté un anillo, en ese momento escuché unos caballos acercarse, rápidamente levante la vista, guardé el anillo dentro de la bolsa de terciopelo y emprendí camino hacia la entrada, parecía que tenía visitantes, sonreí con una diabólica malicia: - Parece que la casa Casale es conocida por sus invitados inesperados ..... Lamí los labios emprendiendo camino.

por Ambrose Jue Oct 13, 2011 9:21 pm

Finalmente el portal dimensional se abría dejando ver un patio, se me hacía bastante familiar pero poca importancia le dí, salí de él cerrándose posteriormente a mi salida. Había hecho un mal cálculo, en el momento en que puse los dos pies en aquel patio, mi tridente desapareció, confiada de que mi poder estaba conmigo. Caí de rodillas sintiendo un gran peso en mi espalda, en medio de la agitación esbocé: - Demonios, aún no tengo control absoluto en este cuerpo por ende no tengo control sobre mi propio poder.... A gatas, respirando con cierta dificultad, sudando frío comencé echar una mirada rápida a mi alrededor, buscando algo con que sostenerme. Pronto mis deseos se hacían realidad divisé a unos cuantos centímetros de mi posición la funda de una espada, alargué mi mano para cogerla momento en que me desplomaba por completo en el suelo, se notaba que el gran poder usado en el momento de enfrentar a Poseidón fue demasiado aunque el "peso" parecía venir de otra cosa.

Me quedé así tendida, con la cara oculta, suspirando una y otra vez hasta que finalmente dejé de hacerlo y todo se tornó en silencio. Parecía muerta, hasta un osado pájaro arribó a picotearme para ver si evidentemente me encontraba muerta. Me levanté como pude aún sintiendo aquella fuerza opresora en mi espalda, con toda la voluntad puesta y a dura voz dije: - Ambrose ... Ambrose definitivamente resultaste ser todo un estorbo!

De pie, tomando aire y recuperándome un poco sentí que me tomaban del cuello y con gran ímpetu me tiraban hacia atrás haciéndome correr a mi espalda, tosía y me quedaba sin aire, ya había pasado por esto anteriormente pero esta vez se sentía como si en verdad quisieran acabar conmigo. Eché una mirada hacia atrás y de reojo vi que nos acercábamos a toda prisa a la fuente, sin poder detenerme ni tenerla mis piernas chocaron con la parte baja de la estructura haciéndome flaquear, perdiendo el equilibrio y cayendo al agua.

Hundida y chapaleando solo se veía el agite del agua, las burbujas salían mostrando que estaba perdiendo el aire, sin más ni más todo se calmó y no mostraba ninguna perturbación.

por Ambrose Dom Oct 16, 2011 8:29 pm

A nueva cuenta las aguas de la fuente volvían a agitarse, esta vez con gran violencia, completamente empapada, sin aire y tomando una gran bocanada del mismo salí de la fuente sumamente iracunda y con ganas de asesinar al primer ser que se me atravesara en el camino, gracias a los dioses por ahora que villa Casale estaba completamente deshabitada.

Mis cabellos negros se pegaban a mi piel mientras las telas de aquel vestido blanco se hacían pasar como una segunda piel, el sol brillaba a todo fulgor, descalza sintiendo como el agua debajo de mis plantas era evaporada por el calor de las baldosas de barro del patio. Comencé a reír, fuerte con ganas, sin ningún tipo de inhibición mientras decía: - HAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAAHAHHAHAHA... No vuelvas a subestimarme diosesucha de pacotilla. Emprendiendo mi camino hacia el pasillo principal, de pronto como si algo fuera de mi me detuviese me paré abruptamente y escuché muy dentro de mi su voz: - Tuc tuc tuc tuc... que chiquilla tan insolente resultaste ser Ambrose, te daré la oportunidad de deshacerte de mi .... voy a darme la oportunidad de divertirme contigo .... tienes... hizo una pausa mientras intentaba moverme y fallando sin reparos en los mil y un intentos, volviendo a escuchar: - ... tienes 10 días para encontrar la forma de desligarte de mi insignificante humana, de lo contrario .... JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJA Su risa se escuchaba escalofriante: - ... Ambrose Casale dejará de existir como humana.... ya lo sabes querida Ambrose, cuentas con 10 días a partir de este instante ... Quedando todo en un completo silencio y recobrando el control de mi cuerpo.

Sudaba y no era producto o resultado del calor que en Roma estaba haciendo, era por que esta vez las palabras de Anfitrite tenían un color diferente, esta vez iba realmente en serio y del modo que ella durante tanto tiempo me estuvo subestimando yo no podía darme el lujo de hacerlo con ella. Apresuré el paso y me interné en el pasillo principal, ahora mismo debía buscar ropa seca y comenzar la búsqueda.

por Contenido patrocinado

[Villa del Casale] Patio Principal

[Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal

Re: [Villa del Casale] Patio Principal