Maison Du Solei >>Sala<<

por Lestat Dom Ene 23, 2011 7:21 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Después de un buen rato de estar desapartado de Larissa, aquel se sentía un poco vacio, pero es que pena tenia en confrontarla después de la santa metida de pata que había hecho con su estúpido intento de cortejo, después de un buen rato de suspirar y tratar de pensar que haría mañana con ella, aquel se detuvo pues frente a el su mansión se alzaba, todas oscura y solitaria, solo pequeñas luces de vela que lentamente se ahogaba en al parafina, se veían entre los pequeños cuartos, aquel sonrió y susurro:

-Al fin en casa, que bueno.

Dando media vuelta aquel le dijo a Larissa, con un tono de miedo por un resultado negativo:

-Señorita me adelanto yo, para poder iluminar los pasillos y usted no se vaya a tropezar y caer, los líndales de mi casa son todos unos traicioneros, jeje, usted esperen aquí por favor, tan solo un momento.

Posteriormente de eso Lestat le dio el canasto a la mujer y salió corriendo para así acondicionar perfectamente la casa, arreglando los candelabros y cambiando las velas, para que l señorita al entrar no se cayera, al ver que por in ya había acabado todo lo necesario para que Larissa entra como si nada, el generala de cortos y rubios cabellos, salió ala entrada, tomando con gran entusiasmó la mano de la doncella y así jalándola para que caminara a su lado adentrándose por fin en su hogar.

Pasando a la sala de eventos, el joven le soltó, caminando por delante de ella, par así recargándose en una de las columnas de su fogata el joven se quitara su capucha a y la colgara a un lado de el, y así mostrando su límpidas prendas, este sonriera y digiera:

Bueno señorita con gusto le ayudo en lo que usted quiera, en la preparación de alimentos no soy muy bueno, pero si en poner acondicionado el lugar donde se llevara a cabo tal evento, no se usted solo diga que es lo que quiere que yo haga y sin refutar yo le obedeceré mi bella dama.

Inmediatamente de eso el joven se quedo cayado, mirando de lejos la silueta de la señorita esperando con gran impaciencia a que le ordenara lo que el tenía que hacer.

por Larissa Lun Feb 07, 2011 10:48 pm

Spoiler:

por Lestat Sáb Feb 19, 2011 9:45 pm

-ufff, pero que desorden que hicimos en la noche mi prometida y yo, jejejeje bueno pues me tocara levantarlo en lo que mi dama se prepara…

Lestat decía cuando abría la puerta de la sala y con ello veía el tiradero exagerado de fruta, trastes y un poco de vino. Raspando su garganta unos cuantos segundos se adentró a la fría habitación y con lentitud se acercó hacia la chimenea que a lado tendida las prendas desgarradas de Larissa estaban, aquel se encorvó de postura y así levantó tal vestido roto, con ambas manos le admiró y lo llevó a su nariz para inhalar el aún yacente aroma de su mujer, surcando una sonrisa y cerrando los ojos se sonrojó, pues recordaba que había hecho la noche pasada y por que había quedado dañada aquella prenda.

Alzando su rostro y tiro el harapo viejo a las brazas que aun ardían, viendo como se consumía la tela hasta quedar meras cenizas de tal. Después dio media vuelta y con tranqulidad levantó las copas y el traste de la fruta, al igual que las frutas que habían rodado la noche anterior cuando el había desocupado la mesa y así seguir con aquel acto pecaminoso de caderas, poniendo todo los trasto en la charola de plata el caballero tomo un limpio y en cuclillas se puso y con mesura repasó la tela blanca para así limpiar la mancha de vino que teñía el mármol blanco de su suelo.

Lestat se levanto y vio que mas o menos el lugar decente había quedado, por lo que con ambas manos tomó la charola con los residuos de la cena de anoche, tosió un poco y así se alejo de aquella habitación rumbo a la cocina a la espera de Larissa.

por Larissa Lun Feb 21, 2011 10:01 pm

Una vez más Larissa se encontraba en la sala, esa habitación donde ella y su prometido habían dado rienda suelta a su pasión y había hecho que ella se sintiera en otro mundo, estaba realmente aliviada de poder constatar que no tendría el trabajo enorme de limpiar todo ese desorden esperándola para que ella apareciera y se encargara de él; un suspiro y una sonrisa salieron de la boca de la chica de los cabellos castaños, quien caminó lentamente por la sala pensando en las impresión que se llevarían los sirvientes al ver tal mujer convertida en la señora de esa casa.

A pocos pasos de la sala había unos leños llameantes que crispaban lentamente, entre los mismos se podía ver restos de tela carbonizados, los cuales Larissa no se imaginó que eran los de los girones de su vestido, por lo que no se impresionó con los mismos, sino que se pasó por la mesa para ver con claridad lo ordenada que estaba, no había rastros del desbarajuste que habían hecho Lestat y ella al querer ejecutar en la misma el acto lujurioso de la noche anterior, todo lo había ordenado su futuro marido.

-Cielos nunca pensé que un hombre podía llegar a ser así...Cada vez me impresiona y enamora mucho más.

Larissa se alejó de la mesa y salió por una de las tantas puertas que había en ese lugar, al entrar en la noche con el no estaba tan informada de las habitaciones que habían en ese lugar o de las puertas que existían para llegar a una sola, por lo que era natural que no supiera bien donde quedaba cada depencia y que por ende pudiera perderse en algún momento.

-Bueno tengo que ir a la cocina, no es tan complicado, si ayer le dí de comer, lo que me recuerda que no quiero que el haga todo solo, eso me haría sentir mal.

por Talos Vie Mar 25, 2011 5:07 pm

Un emisario habia sido enviado desde Castrum el centro de operaciones del ejercito romano hasta la residencia de un soldado, montado en un caballo y llevando entre sus manos un manuscrito, aquel mensajero arrivo a la Villa Du Solei en la cual le recibio uno de los empleados de la casa.

- Por favor, entreguele esto a su señor, es una notificacion irreversible enviada desde Castrum, y esperan que se aliste de inmediato a cumplir sus ordenes en Germania, en caso de no hacerlo sera apresado -

El mensajero dejo la carta y se fue del lugar, ya habia cumplido su mision por lo que ya no era necesario estar ahi

La carta decia lo siguiente:

“Mediante la presente se informa a usted, General Lestad, si es que en verdad merece llevar ese titulo, la degradación de su puesto asi mismo como la reorganización de ese pequeño grupo de soldados que no alcanzan a ser ni la mitad de una legion, el ejercito romano es un asunto que debe ser tomado en serio, el llamado de un general romano de mas alto rango no debe ser obviado a menos de que hayan verdaderos motivos, los cuales usted nunca tuvo ni tendra. Regresara a ser un soldado raso y se le ordena su traslado a las tropas en Germania de manera inmediata, de no ser acatado se le acusara por traición, perdiendo sus posesiones, su libertad y a ser tratado como un esclavo, terminando prestando sus servicios como gladiador.

Ordenando y firmando: Talos Almenara, general de la dieciseisava legion y parte del consejo de los cinco generales mas cercanos al Emperador”

El sello era legitimo y quien lo habia ordenado y ademas tenia el Unico poder para cambiar tal desicion ya estaba a kilometros camino a Persia.

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