Villa Carmesí

Después de caminar tanto por el mercado de Roma era de darle uso a la herencia que los padres de Beneth le dejaron antes de morir (pensaba dentro de su cabeza).
Necesito descansar, y vi de lejos al pie de una enorme montaña, una pequeña villa, al parecer estaba abandonada y estaba casi todo destruido, algunas casas estaban a mitad de construir y las calles sobresalían del piso, me preguntaba que había ocurrido en un lugar tan pequeño. Esto seguro era obra de una batalla o de una masacre, aunque la segunda era más probable, ya que había algunos cuerpos tirados quemados, y no había ningún indicio de estrategia militar era todo un desastre, parecía una villa fantasma. No tenía donde ir y ya que nadie se encontraba en el lugar decidí reparar una de las casas que por lo menos tenía un techo de madera intacto, el problema era que las paredes casi no las tenía, así que me las ingenié para que no cayera sobre mi cabeza mientras dormía, coloqué un par de tablones que había tirado por ahí y los coloqué como columnas por si las dudas, seguro una pequeña brisa haría caer todo.
Termine con la pobre casa y decidí caminar, quería conocer un poco más a fondo la villa, de alguna forma no me sentía seguro, la noche se acercaba, algunos reflejos del inmenso Sol me daba un poco de luz como si fuese mi antorcha. Solo un par de casas destruidas, levante casi todos los restos de aquellas personas que una vez habitaron el lugar, y las acomodé en un pequeña tienda, al día siguiente las enterraré. No había mucho para ver, sin embargo vi una sombra que recorrió de escombro a escombro, en ese momento se me erizó un poco la piel, ¿qué habrá sido o quién era?, que era lo que realmente debía preguntar. De todas formas lo que se movió se quedó quieto en el lugar entre los escombros, tenía una silueta de persona. ¿Algún sobreviviente?... El Sol se escondía y ya no podía ver mucho, no me quería quedar con la intriga así que le alcé mi mano y le pregunté si era un lugareño/a, de pronto se levantó y me abrazó con fuerza como si fuera su último día de vida, no podía soltármelo así que lo tuve que empujar y pude verlo en el suelo, era un niño alrededor de ocho a diez años. Le pregunté si había alguien más a parte de él y me dijo con su cabeza moviéndola lado a lado que NO.
Ya no quería preguntarle nada, por la forma de su vestimenta parecía un sobreviviente de la villa, mi calma había vuelto. De alguna forma el niño me dio lastima y lo llevé conmigo a mi improvisada casa, él no hablaba mucho, en realidad no me dirigió la palabra hasta que llegamos. Nos sentamos, improvise una mesa, abrí mi pesada mochila y comimos juntos, el niño estaba contento. En fin ya era tarde, la gigante Luna nos miraba del infinito cielo con sus brillantes estrellas. Mañana será otro día y necesito reconstruir la villa abandonada.
Había un colchón tirado por ahí, y se lo di al pobre niño. Yo saque de mi mochila una manta y la puse en el suelo para descansar allí. Mire al niño y ya se había dormido, me recosté y pensé. Esta será mi villa, mi hogar, la reconstruiré y hare de ella un hermoso lugar, donde más gente pueda hospedarse, de esa forma no sería más una villa fantasma, sino que la llamaré de ahora en adelante Villa Carmesí. Luego seguiré con mi entrenamiento. En mi mochila por suerte traía algunas herramientas, las más usuales. Igual tendría que ir al mercado para comprar más cosas.
Bueno ya es hora de descansar seguiré mañana a penas amanezca…

Bueno el sol comenzaba a despertarme ya no podía dormir más, y mis dudas sobre el niño era inquietante, pero no quería herirlo preguntandole cosas obvias de que había ocurrido en esta villa. Así solo lo dejaré.
Era hora de trabajar, antes de levantarme sacudí mi manta, la doble, y la guarde en mi pesada mochila, giré mi cabeza para ver al niño y estab durmiendo envuleto en el colchón. Rapidamente sin despertarlo fui a levantar los cuerpos incinerados, mi entrenamiento en Esparta me sirvió de algo, el ver gente muerta la verdad no me afecta en lo mas mínimo, los junté lejos de la villa y los quemé, de pasó, comenzé a arreglar mi casa o lo que aparentaba.
El niño no hablaba al parecer había quedado mudo, pero era de gran ayuda y así junto a él, construí mi casa repare las paredes, el frío ya no sería problema.
Gracias a mi anillo, mi villa ya no sería tan gris, logré crear alrededor de mi casa un gran jardín de rosas, rosas sanginarias, a mi voluntad por si un intruso intenta acercarse sin permiso.

Miraba al cielo, las nubes tapaban el sol, eso no dañaría mis ojos, que momento tan tranquilo, al final Villa Carmesí fue terminada o algo así. Creo que gente no viene al lugar pero no importa alguien llegará. Creo que necesito un par de esclavos para mantener el aspecto de mi villa, no tengo mas remedio, tendré que viajar de nuevo al Mercado.
Mi casa una simple casa, pero cómoda al final, quizas faltan algunos retoques. Mis rosas alrededor de mi casa siempre, me avisan si alguien se acerca.
El niño se convirtió en mi sirviente, la verdad no me da ningun tipo de problema, me ire al Mercado, mis guardianes rosas alrededor de la villa protegeran al niño de cualquier amenaza, y a la villa.
Agarré mi mochila, y me fuí al Mercado, necesito muchas cosas, le dejé lo necesario al niño para que sobreviviera sin mi. Caminaba hacia el Mercado, gire mi cabeza para atrás e vi ojos llorosos en el niño, cosa que hace mucho alguien no sentía por mi, no quise voltear mas y seguí con mi viaje...

Que hermoso día, caluroso, el viento calmo, tan tranquilo como el cielo. Quizas si no fuera por el hedor de mis esclavos disfrutaría de este largo viaje a casa. Pero al fin llegué, mi sirviente me esperaba en la entrada de Villa Carmesí, les dí las primeras órdenes a mis esclavos, que dejaran las cajas de alimentos en la entrada de casa, no quería que hechen a perder el trabajo de limpieza del pequeño. Mi leal compañero levanto las cajas de a una y las ordenó en casa, y de paso le dije que hiciera algo para comer, y también para ellos. ¿Para ellos también?. No hacía falta leerle la mente al celoso y desconfiado niño, pero fué sin reprochar mi orden.
Les dije que hoy les daría de comer, pero desde mañana se la buscaran, para alimentarse, les señalé el hogar que tendrían, una pequeña casa digna de vivir. Les advertí de las flores que rodea la Villa y el peligro que corren si intentaran escapar. Les mostré un dibujo de como quería la Villa, no era muy complicado, sino simple, al menos al alcance de su poco conocimiento. El agua, era un problema pero yo sabía que cerca, habia un arrollo de agua dulce, al venir por primera vez no me di cuenta de su existencia.
La verdad creo que con esto terminaré mi primera misión que era tener un hogar, la verdad no me costo mucho dinero, pero eso no era problema, la herencia casi mantenía su valor.
Creo que descansaré y mañana, empezaré a entrenar y que mejor que escalar la inmensa montaña que crecía, muy cerca de mi villa. Es bastante alto...
Les di las últimas órdenes a mis esclavos, una lista de todo lo que debían comprar semanalmente para que no quedara sin provisiones, y que arreglaran lo mas que se pueda para que esta villa vuelva a ser habitada, por cualquiera que quiera descansar o quedarse a vivir, la verdad no me importaba. Mis queridas rosas me avisarian si alguien amenaza mi tranquila villa, ya que yo no lo permitiría, esa no es la intención de este hermoso y colorido lugar...
Bueno el día se estaba por terminar así que no me quedaba nada que hacer que ir a comer, fuimos todos a cenar, nada importante pasó y todos nos fuimos a dormir, mañana comenzaré a entrenar y luego de eso me voy a ir de viaje, para relacionarme con personas importantes para seguir con mi segunda misión...

1er Post Defensa – Especialización

Por fin ya estaba cerca después de cruzar el extenso y vasto bosque, se veía la punta de la montaña blanca como la nieve, pero no era blanca por la nieve sino por la humedad de las nubes que hacia parecerla de esa forma, al acercarse de a poco se veía la montaña completa de un color medio rojizo y se notaba que era como un volcán, pero era solo un montaña muy accidentada, el solo pensar en escalarla sería un gran reto para cualquier montañista o corajudo que quisiera hacerlo. Caminaba tranquilo con el gato encima de mi hombro derecho, esta vez estaba despierto su reducido tamaño era muy gracioso para mi al caber en mi hombro ya que estaba recostado como si estuviese de viaje en carreta. El día era muy estable el sol daba al bosque realizando el proceso de metamorfosis, no había casi nada de brisa del viento, era un día algo caluroso. –Ya falta poco Grant, unos cuantos árboles más y vas a tomar leche, estoy seguro que el conejo no llenó ni tu autoestima, tu alimentación no es a base de conejos mal cocinados, jejeje. Le tocaba el estomago porque gruñía de hambre.

Los árboles se perdían de a poco, el sendero a mi villa era muy dificultoso de apreciar ya que hace mucho tiempo que estaba tapado por el tiempo, y la montaña se veía a mitad de cuerpo, era una subida un poco empinada pero solo era unos cien metros, los costados eran césped desparejo, arbustos y ramajes efecto del mal crecimiento y mal cuidado de un paisaje tan verde y desarreglado, que podría ser un hermoso verde parejo como entrada a la villa. El pequeño felino salta de mi hombro a mis brazos de una forma muy exaltada y paranoica, sabía que los animales presentían el peligro antes de presenciarla, de repente sentí un extraño olor que no compartía con el aire puro que producía el ambiente en esos momentos.

-¿Humo? Será que están cocinando, pero porque Grant te asusta ese olor, acaso nunca has sentido el olor a humo, seguro recién están tirando leña para la cena aunque es un poco temprano, que raro.

Faltaba poco para llegar a casa, a mitad de camino veo una humareda que salía del lugar, pero no un humo hecho por leña, sino por un montón de madera quizás por un momento pensé que se estaba incendiando todo el lugar, rápidamente aceleré el paso para ver que pasaba, no quería pensar lo peor pero era la única opción que me quedaba. –No puede ser, ¿quien podría? Acaso serán los supuestos exploradores, que estuve deduciendo desde el pedazo de tela negra, que encontré en el puente, será que son ellos, y mi deducción se convierta en una realidad, en una maldita realidad…

La intriga me mataba, así que rápidamente el gato que estaba en mis brazos lo pasé dentro de la mochila y corrí hacía mi hogar, no podía salir tanto humo para cocinar una simple cena, ya faltaba unos cuantos metros para llegar y ver mejor lo que ocurría, la empinada al fin terminó, la montaña que no se mostraba estaba casi completa a la vista, pero mi villa, estaba totalmente destruida como si un huracán de fuego hubiese arrasado con ella, estaba todo en llamas, quedé atónito al ver tal imagen que asimilaba un infierno como el que cualquiera asimilaría con solo ver el desastre ante mis ojos verdes que se reflejaban un amarillento destructivo.

-Pppp…ero que demonios pasó en este lugar, donde están mis sirvientes, los esclavos, quien podría hacer algo así… exclame de un forma tan decepcionada al ver lo tanto que me costó reconstruirla, el jardín de rosas todo arrebatado y hecho cenizas por el fuego. Lo siento Grant pero te asfixiarías en este lugar si te llevo conmigo, espérame aquí ya vuelvo. Dejé mi gato dentro de la mochila en la entrada de la villa, estoy seguro que fue obra de alguien -Y pagará con su vida por ello, lo juro…

2do Post Defensa – Especialización

El día tan tranquilo y pasible como hoy termino siendo un infierno, el cielo azul con algunas pocas nubes blancas desapareció convirtiéndose en un cielo de niebla negra casi imposible de ver el sol, camine unos cuantos pasos con la intención de encontrar al responsable de tal acto de destrucción quien mierda arruinaría así mi hogar, el humo se hacía cada vez mas espeso, me impedía llenar de aire puro a mis pulmones, con uno de mis brazos tapé mi boca para evitar asfixiarme y desmayarme antes de vengar mi hogar. Miré para todos lados buscando a mis esclavos y a mi primer compañero. Si pegaba un solo grito el denso humo llegaría a mis pulmones en segundos, solo podía observar como se destruía todo, las casas que estaban arruinadas ya no existían, pude ver mi casa que estaba totalmente destruida consumida por el fuego, incluso aun el fuego estaba encima de ella.

Camine en dirección a mi casa, pero me era imposible llegar, me resultaba difícil respirar mi brazo tapaba mi boca pero no mi nariz, necesitaba respirar algo para seguir caminando conscientemente. -Pero que mierda… Exclame algo sorprendido al ver a mi fiel compañero tirado en el suelo, y a mis esclavos tirados por los costados de mi destrozada casa, algunas flechas incrustadas en sus cuerpos era lo poco que podía observar.

De repente siento que el humo se va desvaneciendo a la llegada de un caballo oscuro, podía sentir el ruido de su galope que se me acercaba, el humo se corría y pude ver a su jinete o a su silueta, no divisaba muy bien era imposible ver con todo ese humo en el ambiente, pero algo que si podía notar era que una lanza se dirigía a mi cabeza, rápidamente la esquive dando una vuelta por el suelo a un costado. Ya no soportaba más el humo así que tuve que salir de esa capa oscura y asfixiante. Mi vestimenta blanca era grisácea el olor asqueroso impregnante a humo solo me daba mareos, me saqué la campera quedando en solo una remera blanca, tosía todo el humo que había tragado, realmente no estaba en condiciones de dar pelea a nadie.

Me levanté y apretuje mis puños con toda bronca acumulada de no poder apaciguar el maldito fuego, solo observaba como todo se destruía, unas risas se escuchaban del otro lado del humo, carcajadas horribles que sembraban miedo a medida que se me acercaban. –Jajajaja, vaya, vaya, ¿porque estas invadiendo mis territorios rubiales?, ¿o acaso los esclavos esos que están en el fuego eran tuyos? Jajajaja.

-Maldito, tu provocaste este siniestro sin sentido, mataste a mis fieles servidores, ¿para que? No importa ahora verás hijo de puta no te voy a perdonar lo que hiciste. El maldito estaba encima de su caballo negro, arrogante con su lanza, un ser horrible, tenía la cara media tapada, solo se le veía los ojos y la nariz, por su aspecto era alguien que tenía la cara quemada, estaba vestido todo de negro con algunos adornos de metales en su ropaje. La tensión en mi cuerpo se volvía insoportable, mi viejo yo renacía de nuevo, esa frialdad y ganas de verlo suplicar por su vida y matarlo lentamente era lo que iba a calmarme. Estaba seguro de vencerlo, como agradezco a Esparta por su afán de la lucha, gracias a ellos aprendí a matar gente como la que tenía enfrente.

El enemigo me apunta con su lanza, el mango de madera de unos dos metros, y la punta de metal filoso que atravesaría mi cuerpo si me tocara. Ambos nos mirábamos a los ojos fijamente hasta que un golpeteo con uno de sus pies le ordenó al caballo que avanzara hacia mí, el jinete mantenía la postura de ataque con su larga lanza apuntando a mi cuerpo, -HAAAAAA… gritaba el enemigo para intimidarme que venía a gran velocidad.
Respire el poco aire puro que quedaba en el ambiente, cerré los ojos, me puse en postura defensiva como si tuviera una lanza y escudo, mi brazo derecho levantado como si fuese mi escudo y mi brazo izquierdo solo esperaba el ataque de mi oponente para luego darle el golpe de gracia, debía mantenerme erguido para no titubear y desequilibrarme. El maleante se acercaba, podía escuchar los zancasos del caballo y el chillido de la punta de la lanza que cortaba el aire. Abrí los ojos después de mi corta meditación, y ya lo tenía demasiado cerca lo suficiente para lograr mi cometido.

–Perdiste inútil… alegué despacio de forma triunfadora. La lanza se dirigía a mi pecho, una muerte segura si lo lograba, en cuestión de segundos giré mi cuerpo 90º para tomar la lanza con mi brazo derecho y con el izquierdo agarré su cuello, para eso tuve que dar un pequeño salto en el aire para emplear esa técnica, no utilicé fuerza necesaria, todo se trataba del equilibrio de mi cuerpo y del oponente, el pensaba que en su caballo no se caería, pero menos equilibrio encima de él tendría si lo tomaba por sorpresa, sus piernas era lo único que lo mantenía sujeto al equino, un verdadero inútil, creer que por más desarmado que esté iba a matarme tan fácilmente.

-Mierda, pppero como cajaro. Manifestaba en mi mano izquierda su cuello, tirado en el suelo, y yo encima de él. La lanza se incrustó muy lejos de nosotros y el caballo siguió corriendo a lo loco entrándose al bosque. Ya no soportaba verle la cara al deforme monstruo. Apreté con más fuerza su cuello, sus manos intentaban lo imposible tratando de sacarme la mano con la cual lo ahorcaba de a poco. –Te lo dije imbécil jamás te lo perdonare y pagaras con tu asquerosa vida. Ahora quien ríe maldito, eh quien rieeeeee. Estaba totalmente perdido, me encontraba realmente exaltado, quería verlo sufrir, necesitaba verlo escupir sangre, esos ojos diabólicos se volvían rojos al no llegarle oxígeno al cerebro, que bien me sentía, tanto placer, sus piernas golpeteaban el suelo tratando de escapar. Pero no pude terminar de matarlo, justo cuando ya lo tenía una flecha hirió mi brazo que apretaba al medio muerto. Rodee a un costado y me tome del brazo herido para que no desangrara. Me alejé del cuerpo casi muerto y grite. ]b]–Quien carajo me ataca de forma tan cobarde, preséntate maldito. [/b]Detrás del espeso humo salen cuatro jinetes todos vestidos de la misma forma como el que estaba tirado en el suelo agonizando…

3er Post Defensa – Especialización


La lucha no tenía fin nuevamente el enemigo retomaba fuerzas con la presencia de cuatro exploradores con el propósito de matarme, no hacía falta que lo expresaran los hechos a mi villa lo decían todo. En un momento pensé que estaba perdido agache la cabeza pensando que haría para dar vuelta mi victoria casi asegurada, sino fuera por el numero de contrincantes que tenía en frente, podría luchar con dos o tres a la vez, pero su armamento era una ventaja de cobardes, arco y flechas, lanzas, no podía revertir la situación, era imposible. El infeliz que estaba en suelo se levantó rápidamente para albergarse detrás de sus aliados, tosiendo a agarrándose del cuello casi quebrado, sin decir ninguna palabra, lo único que hizo fue señalarme, a raíz de ello los cuatro me apuntaron con sus armas, ellos se entendían, no era necesario hablar, el humo se disipaba junto con el viento que comenzaba a soplar en el ambiente, las casas y toda construcción se desmoronaba de a poco.

Estaba al frente de la muerte, sorpresivamente aparece mi fiel mascota en uno de los costados de la villa, su maullido por comida desbloqueo la concentración de los asesinos girando la mirada al gato, ahí fue que en unos segundos aproveché de la situación tome una piedra y la lancé con todas mis fuerzas a uno que portaba el arco. Eso desconcertó a los demás pero para eso yo ya estaba corriendo en zigzag a los árboles uno de ellos tiro con su arco pero su flecha ni si quiera me rozó, las lanzas pasaron muy cerca de mis tobillos aunque ninguno me tocó, y el otro que se rascaba la cabeza del golpe inesperado con mi proyectil improvisado. Los caballos comenzaron a galopar para atraparme, me metí dentro del bosque donde no me topara con los otros viajeros que esperaban descansando en el puente, el lugar era extenso debía aprovechar la flora del lugar para esconderme y atacarlos sorpresivamente.

Ya dentro del bosque que rodea mi villa comencé a buscar un escondite, un árbol gigante se postraba en frente, lo escale rápidamente a través de sus ramajes, subí hasta la sima unos siete u ocho metros de altura seguro tenía. Podía escucharlos como se acercaban, los caballos rechinaban creando un ruido espantoso llenando el bosque de miedo, ningún animal se veía por los alrededores solo vegetación.

-Mierda están debajo, pero están juntos, no puedo atacarlos a todos a la vez, que voy hacer…

Planeaban su próximo avance entre ellos, por cierto hablaban en otra lengua, aunque el otro casi muerto hablaba mi idioma. Después de algunas señas, los cuatro jinetes se dividieron, uno sólo quedó esperando debajo del árbol en el que estaba yo. –Esta es una buena oportunidad, ahora voy a matarlo… Di un salto dirigido a su cuerpo, para arrastrarlo en el suelo y terminar con su maldita vida. Era mi única oportunidad, debía aprovecharla, con uno solo puedo hacerlo bailar si quisiera. Ahora veía con más claridad mi plan, debía esconderme en los árboles y matarlos uno por uno.

4to Post Defensa – Especialización


No debía emplear ningún grito de guerra, cualquier ruido fuerte alertaría a mi enemigo, por más casi exitoso que sea mi plan, la distancia de la altura del árbol era clave para el enemigo, si me escuchara, tendría la posibilidad de girar, verme y matarme con su lanza, ya que su armamento era lo suficientemente ventajoso en ese instante. Al fin me decidí y salté del árbol, antes de ello saqué el cuchillo que porto en la cintura que aprieta mi cinturón.

Ya estaba hecho… Caí encima del jinete, y nos desparramamos no pude darle el corte de gracia, su capa negra portaba distintivos de metales muy duro que sólo se sintió un chispazo al chocar ambos metales, pero había logrado sacarlo del caballo, rápidamente nos levantamos y comenzaba a insultarme en su idioma, aunque no lo entendía nada por su expresión en su cara no hacia falta que dialogara. Después de escupirme tanta mierda, apuntó firmemente su lanza a mí. El caballo asustado se perdió en el bosque como el anterior, estábamos solo los dos, ninguno llevaba ventaja, bueno en realidad el llevaba su larga lanza y yo tenia mi corto cuchillo.

Solo era cuestión de experiencia en el combate, por supuesto jamás he sentido la muerte tan cerca, nunca había luchado exponiendo mi propia vida, la herida en mi brazo era letal, el dolor comenzaba a molestarme. El sangrado ya no circulaba más, de alguna forma había cicatrizado no tenía idea que mi cuerpo tenía la propiedad de sanar tan rápido. Pero el umbral del olor, era algo que no podía evitar, pero no debía mostrar ninguna acción de debilidad ante mi enemigo. –Soy un guerrero, no puedo perder.

La tensión se quebró cuando una hoja que cayó junto conmigo toco el suelo, ambos comenzamos la lucha, su lanza seguro no era rival para mi cuchillo, casi no luchaba, solo esquivaba sus lanzazos. Cada vez que me movía intentando no ser atrapado por la punta de metal, el dolor en mi brazo era más fuerte, tenía ganas de curarlo con algo. –Mierda no puedo seguir luchando de esta forma, necesito una estrategia.

Después de un gran combate sin ganador quedamos separados nuevamente como al principio, y yo estaba muy agitado, la pérdida de sangre hacia su efecto. Solo podía pensar en algo pero seguro me rompería el brazo. El explorador apuntó con su lanza antes de atacar, el silencio era seguro una estrategia en nuestras mentes, por cierto mi cuchillo no alcanzaba a rozarlo, y lo único que hacía era defenderme.

-Vamos ven maldito que estas esperando. Al parecer entendía mi lengua, me respondió con su dialecto y algunas carcajadas soberbias. Al fin vino con toda velocidad que producía sus piernas, demasiado confiado de hincarme la lanza, haciendo círculos para confundirme en que parte de mi cuerpo sería dañado. Pero de alguna forma adivine donde iría. –En mi brazo!!!. Ya que mientras luchábamos, el se había dado cuenta que la sangre que se había quedado impregnada en mi piel, era una debilidad que el explorador seguro usaría en mi contra, y había notado anteriormente.

Tome de su lanza con mi mano izquierda, y con todas mis fuerzas logré quebrar la lanza con mi otro brazo, cosa que llegué a lagrimear del dolor y el cuchillo zafó de mi mano al suelo, pero los segundos eran decisivos, rápidamente balancee la lanza hacia atrás para hincarlo con su arma partida en dos; con todas mis fuerzas en su estómago, la victoria era mía, pero totalmente dolorosa, ya tenía los dos brazos adoloridos. El cuerpo casi muerto al fin había caído mientras yo me abrazaba solo con un intenso dolor. –No creo que pueda luchar más, al menos logré perder a los otros. Ahgrrr, mierda el dolor en los brazos me están matando, creo que descansaré en ese árbol hasta que pueda combatir de nuevo. Me recosté en el árbol que había escalado, para descansar un poco la verdad ya no tenía ganas de nada. Pero para mi grata sorpresa, volví a sentir el galope de los otros caballos, por mi cabeza ya no pasaba la intención de luchar, en esos momentos seguro era una presa fácil…

5to Post Defensa – Especialización


El hecho era que yo no tenía otra opción, no tenía miedo de morir, al menos iba a desaparecer de este mundo como un guerrero de las leyendas, pero nadie contaría mi hazaña. Yo estaba recostado moribundo en el árbol, quise intentar levantarme pero era inútil, estaba muy cansado. Los exploradores hablaban entre ellos, y uno de ellos tocaba con su lanza al cuerpo aliado muerto, como si fuese un bulto asegurando si aun estaba vivo. Los tres jinetes negros estaban dialogando entre ellos nuevamente, hasta que llegaron a la obvia conclusión de quitarme de su vista, el trío me apuntó con su armamento para finalizar con el estorbo.

-Bien parece que no tengo ninguna chance, voy a morir en el árbol que por lo menos respalda mi espalda. Pppero… Me levantaba casi sin ganas de hacerlo, con una dificultad tremenda, mis heridas me lo impedían, me ayudaba un poco con el árbol, hasta que me pude poner de pie, tratando de estar lo más estable sin caerme a ningún costado y hacer el ridículo.

-No…, no voy a dejar que me maten de esta forma tan fácil, tengo demasiado orgullo que ni en el infierno me darían crédito. No se de donde viene esa energía pero siento que voy a explotar, siento algo que quema mi sangre, mi cuerpo se regenera de las heridas, mis brazos ya no sienten tanto dolor.

Mi cuerpo en ese momento experimentaba algo que nunca había aparentado en mi corta vida, no estaba seguro de lo que era, pero un aura de color morado rodeaba mi cuerpo, algo similar como lo que había visto en la niña fantasma, era cálido y cada vez que hacía un poco de esfuerzo, el aura flameaba con más intensidad, lo único que pensé en ese instante era que había una respuesta a ello, ese aura de color morado era el “COSMOS”.

El enemigo asombrado y confundido por el hecho que estaba ocurriendo en esos instantes, no dudaron en aprontarse para atacarme, los caballos rechinaban y gemían alertadamente, era asombroso poder despertar esa energía a la que siempre creí inmune en mi cuerpo. Por otro lado mis cabellos rubios teñían su color a gris, y mis ojos verdes apacigües, se tornaban un rojo violento, no se cual era el efecto de tal cambio, pero ocurría.

Estaba totalmente seguro de mi victoria, pero algo que había olvidado, algo muy importante, era como rayos iba a utilizar el cosmos que no perdía su intensidad, no podía perder el tiempo observándome como el aura bordeaba mi cuerpo, apunté con mis manos a los exploradores con mucha certidumbre de que algo ocurriría, pero no pasaba nada, los contrincantes atinaron hacía atrás. Al ver que nada ocurría comenzaron las carcajadas entre ellos, por mi parte empezaba a desesperarme. Como rayos voy a usar el cosmos, sino hago nada ahora van a matarme, esto es vergonzoso!!! Los ojos seguros de gloria de mis enemigos volvían a renacer al saber que no ocurría nada que fuera una amenaza para ellos. Volvieron a aprontarse para atacarme y dispararon con sus lanzas y flechas a mi cuerpo. En unos cuantos segundos cuando vi que iba a ser hincado por las puntas metálicas, un pétalo de mi rosa que todo este tiempo resguardaba en mis bolsillos volaba en el aire, era ahora o nunca. Utilicé mi cosmos para amplificar el tamaño de los pétalos e inconscientemente había creado un escudo, levante mis brazos cubriéndome y a la vez los pétalos crecieron y me encerraron en un capullo rojo sin dejar puntos ciegos. Una vez dentro del capullo gigante escuché como chocaban las lanzas en mi escudo, sin dejar que estas atravesaran.

-Esto es increíble!!! Este escudo es tan resistente que ni siquiera pudieron atravesarlo, de que estará hecho? No importa ahora tengo que atacar, no puedo perder ahora con esta defensa que me salvó la vida.

Una vez que bajé los brazos, los pétalos del capullo bajaban paralelamente, era un hecho que cada vez que levantaba mis brazos y ardía mi cosmos para defenderme estas crecían para encerrarme en ella. Pero algo increíble ocurrió, cuando el capullo que me había protegido, ya no me cubría. Un extraño polvo casi invisible que yo podía ver se esparcía alrededor de los exploradores, un gas venenoso que llegaba a unos 3 metros de diámetro. Estos al estar cerca comenzaron a toser y escupir sangre, hasta caer de los equinos, y morir de forma de la que nunca sabrían el porqué. Incluso los caballos murieron al intentar escaparse.

-Por fin, ahora no tengo más amenazas, pero seguro si estos eran solo exploradores, su civilización sabrán que nunca volvieron y un horda de ellos volverá para terminar lo que intentaron hacer. Debo reforzar la villa, y la gente que se avecina en los puentes serian las principales victimas. Creo que mi viaje se tendrá que postergar para otro momento…

6to Post Defensa – Especialización

Mi vida que estaba al borde de la muerte, fue salvada por esa energía legendaria que nunca creí que existiera y más en un ser humano normal como yo, por un momento pensé que esto no era hereditario ya que mis padres siempre fueron simples senadores. Esto era obra de mi nuevo destino, mi nueva imagen de alguna forma me lo decía. Luego de envenenar a los malditos que destruyeron casi toda mi villa, mi cuerpo ya no flameaba el cosmos que me rodeaba, en ese instante me sentía más cansado que nunca, era como si tenía más kilos encima. Era algo predecible, el cosmos debe ser alimentado con mucho entrenamiento y yo no lo tenía, hace mucho tiempo que no entrenaba como lo hacía antes en Esparta. Todavía estaba en el campo de batalla, los cuerpos estaban de apoco desintegrándose por el veneno del gas que se había expandido sobre ellos. Y algo que había notado era que el gas venenoso no me afectaba en nada, pero seguro el cambio de look de mi nueva imagen era a causa del veneno o eso pensaba en ese momento tan disparatado. Era hora de volver a la villa y reconstruirla, estaba seguro que no era lo justo irme sin realizar uno de los objetivos que me había propuesto en un principio.

-Bueno el miedo al menos no eriza mi cuerpo, pero la intriga cosquillea mi mente, entonces si he podido liberar el cosmos para defenderme, también puedo hacerlo para atacar, pero como rayos puedo hacerlo, bueno no importa por ahora solo atinare para entrenar y lograr ser un guerrero único y buscar mi destino. Estoy seguro que este poder no es solo tenerlo, debe tener un significado…, y Grecia tiene mis respuestas.

Luego de revoltear tantas ideas inconclusas en mi mente decidí caminar hasta mi villa para repararla, ya no tenía sirviente, ni esclavos, pero seguro la gente aquella que se aproximaba serían de gran ayuda, a cambio les daría hospitalidad, era lo justo. No me había percatado de mis brazos, pero de alguna forma estaban totalmente ilesos, no sentía dolor alguno, pero claro eso no era de importancia, estaba muy entusiasmado con mi nuevo poder, y no dejaba de pensar en ello, hasta llegar a la villa que solo quedaba a unos cuantos pasos, los árboles alrededor lo hacían parecer lejos.

Cuando pisé las primeras calles de mi villa, estaba muy decepcionado y algo triste, tanto que me había costado tener un hogar, era ahora unas cuantas casas sosteniéndose con algunas murallas casi destruidas, todo negro efecto del humo, todo verde que estaba floreciendo ya no existía. Pero no podía dejarlo de esa manera, mi deber por ahora era reconstruirla. –No importa cuanto cueste arreglaré todo lo que pueda, y comenzaré a comerciar con las villas vecinas, y haré de su conocimiento por toda Roma para que sea habitable para cualquiera que quiera hospedarse, incluso vivir en ella.

Seguí caminando hasta donde estaban los inmigrantes para darles la bienvenida, de paso me encontré con mi mascota, el pequeño felpudo Grant. -Hey, amigo gracias por salvarme la vida, gracias a ti pude darle una fuerte apedreada a uno de esos inútiles que casi me matan, vamos te lo explicaré con detalle hasta encontrarnos con los que están en el puente. El gato volvió a mis brazos como lo hacía habitualmente, y le contaba toda mi corta y fantástica aventura, como si entendiera de algo que salía de mi boca presumida.