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[Jerusalén] - Tejados
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[Jerusalén] - Tejados
La serie de vigas que había pasado como si fueran unos meros escalones era tan solo el principio de la ruta más larga que desembocaría en la entrada de la atalaya, desde la cual podríamos tener una vista más que clara de toda la ciudad y en donde (según la predicción del cielo nocturno) se cumpliría la primera parte del plan en el que la Estrella más brillante del Alba se encontraba moviendo sus fichas en un tablero de juego a nivel cósmico…si, no éramos más que peones de un enorme juego de mesa en el que seres más elevados competían para alcanzar sus motivos egoístas…pero como en todo juego, se podía hacer trampa y así conseguir la victoria de forma rápida y decisiva. Ni hablar de que no todas las piezas cumplían su función o se dedicaban a hacerlo con la inherencia que se esperaba de estas…no, siempre habría uno que otro rebelde que se encargara de “aguar” los planes.
Antes de que pudiera divagar más en aquellos asuntos en los que mi experticia era por demás limitada, un espectáculo por debajo de los tejados en los que nos movíamos el albino y yo me llamó la atención. Corriendo con desesperación, una mujer se aprestaba a escapar de varios soldados romanos que la perseguían sin dejarle tregua. Presa de la desesperación, el miedo y tal vez, la ignorancia propia de aquellos individuos ni siquiera se había dado cuenta de que al intentar vigilar los movimientos de sus perseguidores, se había introducido en un callejón sin salida. Había firmado su sentencia de muerte con uno que otro agregado, todo dependiendo de la actitud que llevaran los militares aquel día.
Supongo que esta es la primera parte de la función antes de llegar la torre. Bien, veamos como se desarrolla. comenté con simpleza, acercándome a la cornisa para poder tener una vista clara de la escena mientras apoyaba mi mano izquierda sobre la pierna del mismo lado. Mis ojos de un color rojo sangre estaban atentos a todo lo que sucedía, ya que el motivo de aquel recorrido era ver todos y cada uno de los pecados que asolaban a la ciudad…así que mi actitud no era más que la de un espectador tranquilo y paciente que esperaba el desarrollo de la obra que había ido a contemplar.
Antes de que pudiera divagar más en aquellos asuntos en los que mi experticia era por demás limitada, un espectáculo por debajo de los tejados en los que nos movíamos el albino y yo me llamó la atención. Corriendo con desesperación, una mujer se aprestaba a escapar de varios soldados romanos que la perseguían sin dejarle tregua. Presa de la desesperación, el miedo y tal vez, la ignorancia propia de aquellos individuos ni siquiera se había dado cuenta de que al intentar vigilar los movimientos de sus perseguidores, se había introducido en un callejón sin salida. Había firmado su sentencia de muerte con uno que otro agregado, todo dependiendo de la actitud que llevaran los militares aquel día.
Supongo que esta es la primera parte de la función antes de llegar la torre. Bien, veamos como se desarrolla. comenté con simpleza, acercándome a la cornisa para poder tener una vista clara de la escena mientras apoyaba mi mano izquierda sobre la pierna del mismo lado. Mis ojos de un color rojo sangre estaban atentos a todo lo que sucedía, ya que el motivo de aquel recorrido era ver todos y cada uno de los pecados que asolaban a la ciudad…así que mi actitud no era más que la de un espectador tranquilo y paciente que esperaba el desarrollo de la obra que había ido a contemplar.
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Re: [Jerusalén] - Tejados
A pesar de llevar ropas tan holgadas y largas estas no ueron un impedimento para que luzbelle se moviera con total libertad a través de las vigas de almacenes que fueron destruidos por la invasión romana a Jerusalen, mientras continuaban su camino obtuvieron una posición privilegiada para observar con detenimiento los hechos que ocurrían en Jerusalen, como por ejemplo una persecución. Una mujer corria por su vida a través de las calles del mercado, dejando a su paso varios transeúntes desorientados y tirados en el piso, tras de ella un par de soldados romanos le perseguían no sin antes dejar una muestra de su brutalidad en el camino.
Justicia, una palabra que parecía una prostituta, usada al antojo por muchos, para adornar sus discursos o hacer mas nobles sus causas, dudaba que alguien conociera el verdadero significado de tal palabra, mas cuando se creían los únicos que podían administrarla y se llamaban a si mismos jueces. Luzbelle sonrio al ver aquella terrible escena, la justicia era algo que muy pocos apreciaban y el era uno de ellos al haber recibido la justicia por parte de dios, al ser condenado y recibir un castigo que a los ojos del único ser perfecto sobre todo el universo era justo.
- Y nosotros seremos aquella justicia.-
- Son una plaga, y pensar que alguna vez juramos protegerles –
- Que bueno que nosotros, tambien les condenamos -
Pobres humanos, la obra mas patética nunca antes jamás creada que arrogantes y blasfemos eran, aquella mujer se vio arrinconada en aquel callejón mientras las sombras a pesar de ser pleno dia se movilizaban tras los soldados romanos, eran los verdaderos títeres de aquellos hombres, sombras que eran nada mas ni nada menos que esbirros del mal.
Justicia, una palabra que parecía una prostituta, usada al antojo por muchos, para adornar sus discursos o hacer mas nobles sus causas, dudaba que alguien conociera el verdadero significado de tal palabra, mas cuando se creían los únicos que podían administrarla y se llamaban a si mismos jueces. Luzbelle sonrio al ver aquella terrible escena, la justicia era algo que muy pocos apreciaban y el era uno de ellos al haber recibido la justicia por parte de dios, al ser condenado y recibir un castigo que a los ojos del único ser perfecto sobre todo el universo era justo.
- Y nosotros seremos aquella justicia.-
- Son una plaga, y pensar que alguna vez juramos protegerles –
- Que bueno que nosotros, tambien les condenamos -
Pobres humanos, la obra mas patética nunca antes jamás creada que arrogantes y blasfemos eran, aquella mujer se vio arrinconada en aquel callejón mientras las sombras a pesar de ser pleno dia se movilizaban tras los soldados romanos, eran los verdaderos títeres de aquellos hombres, sombras que eran nada mas ni nada menos que esbirros del mal.
Lucyfer- Dios/a
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Re: [Jerusalén] - Tejados
El par de soldados romanos avanzaban cuales aves de rapiña que se ciernen sobre su presa, que en este caso era una simple mujer presa de un temor que le invalidaba las funciones motoras, impidiéndole moverse con libertad además de ser presa de incontables espasmos que señalaban que finalmente, la cacería había llegado a su punto álgido. Los movimientos de los centuriones eran precisos pero a la vez torpes, como si no pudieran coordinarse con eficacia…tal vez no terminaban de decidir cual de los dos iniciaría la parte final de aquella obra, pues bien…si no lo hacían ahí, no lo harían nunca y de esto, uno de ellos pudo darse cuenta; por lo tanto, tan solo pisó uno de los brazos de la mujer y para inmovilizarlo completamente, lo empaló con su lanza de reglamento. El grito que profirió la mujer había sido espantoso, rompiendo la calma casi dominante de las zonas circundantes: aullidos de rabia se pudieron escuchar y exclamaciones de indignación se levantaron…para apagarse un instante después. Algo o alguien impedían que los demás pueblerinos intervinieran con aquel acto.
Sabiendo lo que había sucedido le dirigí una mirada fugaz al pequeño albino que observaba la escena con deleite, disfrutando todos y cada uno de los segundos que transcurrían como si el siguiente fuera el último antes de que todo acabara. Resoplando por lo bajo volví a posar la vista en los dos hombres y en su presa, quien ahora se encontraba llorando e imploraba piedad entre balbuceos ininteligibles. La única respuesta que obtuvo de sus captores fue una sonrisa sarcástica y cruel antes de que el que no había hecho nada, se acercara a la víctima para rasgarle la ropa con dos movimientos fugaces y violentos.
Piedad? dije en voz baja, levantando una de mis pobladas cejas no sin antes suspirar por la decepción. Como si de verdad eso fuera posible…incluso con los soldados comunes y corrientes. completé casi con aburrimiento y sin cambiar la posición en que me encontraba observando el espectáculo. Había llegado el momento de ver que era lo que se sucedería.
Sabiendo lo que había sucedido le dirigí una mirada fugaz al pequeño albino que observaba la escena con deleite, disfrutando todos y cada uno de los segundos que transcurrían como si el siguiente fuera el último antes de que todo acabara. Resoplando por lo bajo volví a posar la vista en los dos hombres y en su presa, quien ahora se encontraba llorando e imploraba piedad entre balbuceos ininteligibles. La única respuesta que obtuvo de sus captores fue una sonrisa sarcástica y cruel antes de que el que no había hecho nada, se acercara a la víctima para rasgarle la ropa con dos movimientos fugaces y violentos.
Piedad? dije en voz baja, levantando una de mis pobladas cejas no sin antes suspirar por la decepción. Como si de verdad eso fuera posible…incluso con los soldados comunes y corrientes. completé casi con aburrimiento y sin cambiar la posición en que me encontraba observando el espectáculo. Había llegado el momento de ver que era lo que se sucedería.
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Re: [Jerusalén] - Tejados
Aquel joven disfrutaba del espectáculo y no había quitado sus ojos de encima a los gritos de aquella mujer quien entre balbuceos pedia libertad y perdón, aquellos gritos de dolor y desesperación podrían considerarsen música para los oídos de aquel joven, cerro sus ojos mientras de alguna forma el aire le susurraba y le contaba cuales eran los verdaderos pecados de aquella persona.
- Piedad? Que piedad puede tener una mujer adultera-
- Una mujer que odia su propia descendencia –
- Que miente y engaña a su esposo –
- Puede que chille como un cordero limpio y sin pecado, pero sus gemidos suenan mas a un cerdo que esta a punto de ser masacrado –
- Quiere conocer nuestra piedad? –
- Dejenos es nuestro trabajo hace mucho que no teníamos a alguien asi –
- Calla! Merece una muerte violenta –
- Calla tu! Merece una muerte espantosa –
- Callen los dos! Merece una muerte violenta y espantosa –
Por primera vez Luzbelle solto una carcajada, aunque fuese una risa producía mas miedo que cualquier otra cosa, ya que sonaba a las risas de varias personas proveniendo de aquel ser, su lengua relamió sus labios y los colmillos que tenia en sus dientes eran mas prominentes, sus ojos tenían un toque de sadismo y alegría y su rostro se desencajaba en una sonrisa maniaca.
Aquellos soldados siguieron acosando a aquella mujer, quitándole las vestiduras y pasando el filo de sus armas por su cuerpo causándole cortaduras en aquella pecaminosa piel, de repente aquellos hombres se detuvieron ya que se suponía que procederían a violarle, los cerdos romanos no hacían nada mas en Jerusalen con aquellas mujeres, pero algo sucedia, aquellas sombras que les perseguían y eran parecidas a las que abrazaban a Luzbelle la noche pasada parecían como titiriteros de aquellos hombres y sin vergüenza, cortaron a aquella mujer en pedazos, le quitaban la piel, botaban pedazos de carne al callejón mientras los perros y curiosos se acercaban al lugar, esa era una primera chispa para que empezara el descontrol, los judíos no tolerarían mas acciones reprobables por parte de Roma, al finalizar el dia, esa ciudad seria un terreno de guerra.
- Continuemos – Ordeno Luzbelle
- Piedad? Que piedad puede tener una mujer adultera-
- Una mujer que odia su propia descendencia –
- Que miente y engaña a su esposo –
- Puede que chille como un cordero limpio y sin pecado, pero sus gemidos suenan mas a un cerdo que esta a punto de ser masacrado –
- Quiere conocer nuestra piedad? –
- Dejenos es nuestro trabajo hace mucho que no teníamos a alguien asi –
- Calla! Merece una muerte violenta –
- Calla tu! Merece una muerte espantosa –
- Callen los dos! Merece una muerte violenta y espantosa –
Por primera vez Luzbelle solto una carcajada, aunque fuese una risa producía mas miedo que cualquier otra cosa, ya que sonaba a las risas de varias personas proveniendo de aquel ser, su lengua relamió sus labios y los colmillos que tenia en sus dientes eran mas prominentes, sus ojos tenían un toque de sadismo y alegría y su rostro se desencajaba en una sonrisa maniaca.
Aquellos soldados siguieron acosando a aquella mujer, quitándole las vestiduras y pasando el filo de sus armas por su cuerpo causándole cortaduras en aquella pecaminosa piel, de repente aquellos hombres se detuvieron ya que se suponía que procederían a violarle, los cerdos romanos no hacían nada mas en Jerusalen con aquellas mujeres, pero algo sucedia, aquellas sombras que les perseguían y eran parecidas a las que abrazaban a Luzbelle la noche pasada parecían como titiriteros de aquellos hombres y sin vergüenza, cortaron a aquella mujer en pedazos, le quitaban la piel, botaban pedazos de carne al callejón mientras los perros y curiosos se acercaban al lugar, esa era una primera chispa para que empezara el descontrol, los judíos no tolerarían mas acciones reprobables por parte de Roma, al finalizar el dia, esa ciudad seria un terreno de guerra.
- Continuemos – Ordeno Luzbelle
Lucyfer- Dios/a
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Re: [Jerusalén] - Tejados
Y rápidamente los romanos habían rasgado las ropas de aquella mujer, dejando ver su cuerpo desnudo que a pesar de los moretones era bastante agraciado. Curiosamente eso hizo que en mi la sangre se fuera a la entrepierna aún sabiendo que lo que se vendría no tendría NADA de erótico, simplemente era una reacción natural que para cualquier hombre en el mundo pasaba constantemente ante la mínima provocación sexual. En todo caso, poco tiempo pasó antes de que la víctima de los soldados del imperio romano fuera despedazada gracias a las lanzas y unos cuantos cortes violentos que no hicieron más que alertar a los demás habitantes de la ciudad…o al menos, a los que se encontraban en aquel distrito. La guerra civil parecía estar a punto de estallar formalmente en cualquier momento. Después del espectáculo, el albino había dado la orden formal de continuar el trayecto hacia la atalaya.
Entendido… respondí para levantarme con algo de pesadez y sacudirme el polvo de la retaguardia, resumiendo la actividad que habíamos dejado a un lado sin prestarle más atención al cadáver despedazado que yacía en el callejón más abajo, siendo ultimadamente ignorado con igual facilidad por el par de centuriones romanos.
Ahora la torre de vigilancia se alzaba por sobre nuestras cabezas en toda su majestuosidad, estábamos por llegar y tan solo nos quedaba atravesar un techo parcialmente destrozado: con un enorme agujero en medio de todo y circundado por bloques de ladrillo fragmentados, parecía que el paso se trancaba sin que hubiera posibilidad de sortear aquel predicamento…o al menos, eso al primer vistazo. Lo único que habría de hacer sería dar un salto lo suficientemente fuerte y largo como para llegar al lado opuesto en el extremo más estrecho de la brecha. El problema era…el albino.
Alguna sugerencia? pregunté sabiendo que la pregunta era realmente, estúpida… y eso ni hablar de la respuesta más práctica al asunto. Pero me albergaba la curiosidad sobre lo pudiera responder el hijo del carpintero y más aún, las entidades que se encontraban en su interior.
Entendido… respondí para levantarme con algo de pesadez y sacudirme el polvo de la retaguardia, resumiendo la actividad que habíamos dejado a un lado sin prestarle más atención al cadáver despedazado que yacía en el callejón más abajo, siendo ultimadamente ignorado con igual facilidad por el par de centuriones romanos.
Ahora la torre de vigilancia se alzaba por sobre nuestras cabezas en toda su majestuosidad, estábamos por llegar y tan solo nos quedaba atravesar un techo parcialmente destrozado: con un enorme agujero en medio de todo y circundado por bloques de ladrillo fragmentados, parecía que el paso se trancaba sin que hubiera posibilidad de sortear aquel predicamento…o al menos, eso al primer vistazo. Lo único que habría de hacer sería dar un salto lo suficientemente fuerte y largo como para llegar al lado opuesto en el extremo más estrecho de la brecha. El problema era…el albino.
Alguna sugerencia? pregunté sabiendo que la pregunta era realmente, estúpida… y eso ni hablar de la respuesta más práctica al asunto. Pero me albergaba la curiosidad sobre lo pudiera responder el hijo del carpintero y más aún, las entidades que se encontraban en su interior.
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Re: [Jerusalén] - Tejados
No tenían mas que observar, mientras aquel espectaculo donde los animos del pueblo judío y la represión de Roma empezaban a enfrentarse poco a poco aquellos dos hombres debían seguir su camino, eso si Luzbelle le dio una ultima mirada al destrozado cuerpo de esa mujer y se dio una bendición con la mano izquierda “in nombre di Luz, in nombre di Bi, in nombre di Ni” murmuro para sus adentro en un gesto imperceptible para aquel sujeto que le acompañaba, su destino estaba cerca pero había una trampa mas para aquel conjunto de ruinas que conducían al lugar mas alto de todo Jerusalen.
Luzbelle miro aquel agujero y poso una de sus manos sobre su barbilla adoptando una actitud pensativa, a una parte de su ser realmente le molestaba depender de otros, por otro lado se burlaba de aquella situación mientras que una tercera parte de su ser le obligaba a mantener la compostura. Arqueo una ceja y suspiro ante la pregunta de aquel sujeto.
- Preguntas obvias, respuestas obvias –
El muchacho se acerco a su acompañante y se paro frente a el esperando que lo levantara para pasar aquel obstáculo, pero en un impulso quien sabe de que, por primera vez le sonrio tal vez en señal de agradecimiento, quizá en un juego, nadie lo sabia pero se mostraba hermoso pero a la vez perturbante.
Luzbelle miro aquel agujero y poso una de sus manos sobre su barbilla adoptando una actitud pensativa, a una parte de su ser realmente le molestaba depender de otros, por otro lado se burlaba de aquella situación mientras que una tercera parte de su ser le obligaba a mantener la compostura. Arqueo una ceja y suspiro ante la pregunta de aquel sujeto.
- Preguntas obvias, respuestas obvias –
El muchacho se acerco a su acompañante y se paro frente a el esperando que lo levantara para pasar aquel obstáculo, pero en un impulso quien sabe de que, por primera vez le sonrio tal vez en señal de agradecimiento, quizá en un juego, nadie lo sabia pero se mostraba hermoso pero a la vez perturbante.
Lucyfer- Dios/a
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Re: [Jerusalén] - Tejados
Respuesta obvia y acertada. repliqué de manera afirmativa, mientras me ocupaba de hacer lo que el chiquillo ya había deducido por cuenta propia: me tocaba cargarlo para así saltar al otro lado y llegar ambos a salvo a nuestro destino. Tomando por el torso al pequeño hijo del carpintero, hice que se sentara calmadamente en mis hombros para acercarme a la parte más estrecha que había entre nuestro lado con respecto al otro extremo. La distancia entre el techo donde me paraba y el suelo era de al menos unos tres metros, una caída bastante peligrosa para cualquiera que errara el único intento que se tenía para cruzar aquella brecha tan intimidante. Aunque para alguien como yo que se había entrenado físicamente desde hacía años y cuya experticia se basaba en estimar correctamente distancias, fortalezas y debilidades, así como las ventajas y desventajas de cualquier tipo de terreno en el que me encontrara. Inhalando profundamente para liberar aquel oxígeno con lentitud, di varios pasos hacia atrás para luego deshacer la acción y lanzarme hacia delante, saltando la brecha a la perfección e incluso cayendo un metro más allá de lo que me era necesario. Al instante tomé al albino para dejarlo posarse sobre sus dos piernas mientras que me hacía tronar los dedos con paciencia.
Después de un largo rato de vagar por los tejados y haber visto un espectáculo de parte de las hordas romanas, habíamos llegado a la entrada de la atalaya. Adelantándome como ya era usual, me acerqué al acceso para así analizar la situación y verificar que la zona fuera totalmente segura para la persona que llevaba custodiando desde hacía más de medio día atrás.
Después de un largo rato de vagar por los tejados y haber visto un espectáculo de parte de las hordas romanas, habíamos llegado a la entrada de la atalaya. Adelantándome como ya era usual, me acerqué al acceso para así analizar la situación y verificar que la zona fuera totalmente segura para la persona que llevaba custodiando desde hacía más de medio día atrás.
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Re: [Jerusalén] - Tejados
Dando varios pasos bien medidos y guiándome por lo que iluminaba el destello de la delicada llama que estaba contenida en el interior de la lámpara de aceite, llegué de nuevo al enorme agujero que separaba el último edificio antes del acceso a la atalaya, por lo cual tomé algo de impulso y volví a saltar aquella brecha una vez teniendo al albino en mi espalda y sabiendo exactamente cuanta fuerza tocaba poner en el salto. Al aterrizar del otro lado levanté una pequeña nube e polvo para posteriormente continuar caminando con una calma que no se correspondía al ambiente vivido en las calles de Jerusalén. Los escombros de los tejados ahora se veían fantasmales y ligeramente tenebrosos, una sensación que se acentuaba cada vez que la delicada luz de la lámpara iluminaba cada rincón por separado. En el instante en que llegué a una esquina donde una pared se encontraba medio derrumbada, tuve el punto perfecto en donde contemplar como el grupo de 5 soldados romanos se ocupaba de empalar a un equipo considerable de pueblerinos, quienes intentaban confrontar las tácticas propias de los centuriones a través del lanzamiento de cuchillos, embates con hoces para cosechar y lo más gracioso, lanzando piedras…como si eso fuera a ayudarles en algo. Resoplando con un dejo de indignación continué con mi trayecto, al tiempo que pasaba a un techo más abierto donde pude percibir mejor la escena: ahora un grupo de arqueros apostados en varios edificios contiguos se ocupaban de matar a varios de los simplones que presas del miedo, intentaban escapar…momento que usaban los soldados de a pie para matarlos en pocos ataques bien medidos. Guerra civil? No…aquello más bien parecía una masacre.
Espero que al menos queden algunos vivos…y que a los soldados no se les ocurra acercarse al burdel. murmuré entre dientes, siguiendo con mi paso de manera ininterrumpida mientras un último grito de angustia señalaba la muerte del miembro restante de la horda de ciudadanos comunes.
Con una exclamación de victoria, los centuriones terminaron incendiando los cadáveres agonizantes de sus víctimas, que empezaron a crepitar lentamente para levantar otro pilar de humo (esta vez negro) hacia el cielo nocturno…
Espero que al menos queden algunos vivos…y que a los soldados no se les ocurra acercarse al burdel. murmuré entre dientes, siguiendo con mi paso de manera ininterrumpida mientras un último grito de angustia señalaba la muerte del miembro restante de la horda de ciudadanos comunes.
Con una exclamación de victoria, los centuriones terminaron incendiando los cadáveres agonizantes de sus víctimas, que empezaron a crepitar lentamente para levantar otro pilar de humo (esta vez negro) hacia el cielo nocturno…
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Re: [Jerusalén] - Tejados
Como una marioneta o un muñeco sin vida Luzbelle fue alzado por Mercym, quien se baso en el mediocre estado en el que se encontraba su cuerpo para hacerle mas leve aquel recorrido para volver al burdel, por mas que se mostro fuerte y serio su cuerpo no podía ayudarle con aquella mascara que quería imponerse, asi que con asentimiento por parte de su cabeza permitió que Mercym lo cargara todo esto para cuidarle mientras recuperaba aquella fuerza que le serviría para levantarse contra la humanidad y los dioses.
Mientras tanto Jerusalen era un caos total, la guerra civil estaba creciendo aun mas y mas en cada punto de la ciudad, el fuego aparecia en cada esquina, la violencia era protagonista en fin un sitio consumido por la destrucción que se encaminaba a cada segundo a su seguro final.
Mercym observaba aquel espectáculo como si lo disfrutara, no, mas bien analizaba como los seres humanos actuaban ante la posibilidad de causar destrozos y de creersen juez, juzgado y verdugo. Que equivocados están, cuando todo este listo aquella postura será exclusiva del espíritu que Luzbelle guardaba en su ser.
- No lo harán, saben en que problema se meterán si llegan a tocarnos -
Mientras tanto Jerusalen era un caos total, la guerra civil estaba creciendo aun mas y mas en cada punto de la ciudad, el fuego aparecia en cada esquina, la violencia era protagonista en fin un sitio consumido por la destrucción que se encaminaba a cada segundo a su seguro final.
Mercym observaba aquel espectáculo como si lo disfrutara, no, mas bien analizaba como los seres humanos actuaban ante la posibilidad de causar destrozos y de creersen juez, juzgado y verdugo. Que equivocados están, cuando todo este listo aquella postura será exclusiva del espíritu que Luzbelle guardaba en su ser.
- No lo harán, saben en que problema se meterán si llegan a tocarnos -
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Re: [Jerusalén] - Tejados
Al menos… fue mi única respuesta ante el comentario de la voz de la violencia que salía de la delicada boca del pequeño hijo del carpintero, que aseveraba que los pequeños ciudadanos y los soldados romanos no se atreverían siquiera a tocarnos, justamente eso era un gran alivio ya que decía que ni siquiera debíamos preocuparnos por ir con “cuidado” o de “incógnito”. Sin preocuparme más por eso, tan solo seguí con mi camino manteniendo mi ya usual calma y mirada cautelosa e inquisitiva.
El camino de vuelta hacia el burdel a través de los tejados se hacía bastante corto comparado a la primera vez que lo habíamos transitado ya que con la escasa luz de la lámpara de aceite y la experiencia que había adquirido al haber recorrido aquel trayecto una vez facilitaba bastante la travesía. Los escalones hechos con vigas de madera eran iluminados por la delicada llama cuya luz se extendía al menos unos tres metros de distancia a mí alrededor, mostrando todos y cada uno de los detalles juntos a los fragmentos arrancados y las incontables astillas que sobresalían de estas. Por otro lado los ladrillos destruidos se resquebrajaban un poco más y los gritos de batalla que había más allá de los tejados por los cuales transitaba se escuchaban con muchísima más desesperación que nunca…por lo visto, la batalla se escalaba más y más, con incontables columnas de humo que se perdían en el cielo conforme pasaban los minutos. Curioso…el cielo se destacaba por su color negro moteado por luces blancas bastante brillantes mientras que la tierra se teñía con la sangre de los plebeyos mientras que diferentes tonos de naranja y amarillo coronaban el siniestro espectáculo.
Vamos a mitad de camino. murmuré por lo bajo, llegando hasta el muro que había escalado unas horas atrás para saltar y caer limpiamente sobre mis dos pies. Ahora todo se volvería más interesante…mirar las peleas de frente tendría su atractivo y utilidad, al menos de alguna forma. Sin más que agregar, continué caminando con el albino a cuestas en dirección al mercado y de allí, al burdel donde nos alojábamos.
El camino de vuelta hacia el burdel a través de los tejados se hacía bastante corto comparado a la primera vez que lo habíamos transitado ya que con la escasa luz de la lámpara de aceite y la experiencia que había adquirido al haber recorrido aquel trayecto una vez facilitaba bastante la travesía. Los escalones hechos con vigas de madera eran iluminados por la delicada llama cuya luz se extendía al menos unos tres metros de distancia a mí alrededor, mostrando todos y cada uno de los detalles juntos a los fragmentos arrancados y las incontables astillas que sobresalían de estas. Por otro lado los ladrillos destruidos se resquebrajaban un poco más y los gritos de batalla que había más allá de los tejados por los cuales transitaba se escuchaban con muchísima más desesperación que nunca…por lo visto, la batalla se escalaba más y más, con incontables columnas de humo que se perdían en el cielo conforme pasaban los minutos. Curioso…el cielo se destacaba por su color negro moteado por luces blancas bastante brillantes mientras que la tierra se teñía con la sangre de los plebeyos mientras que diferentes tonos de naranja y amarillo coronaban el siniestro espectáculo.
Vamos a mitad de camino. murmuré por lo bajo, llegando hasta el muro que había escalado unas horas atrás para saltar y caer limpiamente sobre mis dos pies. Ahora todo se volvería más interesante…mirar las peleas de frente tendría su atractivo y utilidad, al menos de alguna forma. Sin más que agregar, continué caminando con el albino a cuestas en dirección al mercado y de allí, al burdel donde nos alojábamos.
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