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Pasillos de la Discordia
Recuerdo del primer mensaje :
Sus pasos estaban un poco débiles mas se mantenía caminando entre los pasillos de su hermoso palacio de crista de índigo pero brillante color. Samantha, quien en ella había nacido la esencia divina de Eris, demasiado distraída estaba, pues sus pensamientos corrían a muchos planes un tanto extraños. Harta estaba de la humanidad eso era claro, pero tan bien se sentía un poco culpable por arrastras a sus amigas a un sufrimiento mortal, pues eso no lo veía justo, por lo que en venideros días haría algo que marcaria una total diferencia a su anteriores reencarnaciones… morir con gran dignidad al enfrentarse a aquella divinidad.
-Me dolerá dejarlas chics, pero se que podrán ustedes solas sin i presencia han cresado mucho ante mis ojos si fueran mis hijas les diría que estoy orgullosas de ustedes… pero no es así tan solo puedo decirles que las respeto como iguales ante mi presencia…
Pensaba Samantha, mientras caminaba rítmicamente hacia sus aposentos los cuales un poco lejos estaba. Después tras estar a lado de un enorme ventanal la mujer se detuvo y giro su rostro, poso sus brazos en el quicio cuadrado, y saco su cabeza para que esta fuera airad por la brisa desolada del paisaje, surcando una sonrisa la mujer ladeo el rostro y se quedo mirando fija el firmamento:
-En cuanto a ti Alucard, se que podrás conseguir a otro mujer, me gusto mucho conocerte en esta era, espero y sigas siendo igual de apasionado… la parte mortal de Samantha feliz esta al verte conocido, lastima que no te dirá cuanto te ama, por que my pronto morirá a lado mío…
Después de eso suspiro y se puso recta, para que una vez mas caminara entre aquel pasillo pues sus aposentos ya no tardaban e notarse…
-Me dolerá dejarlas chics, pero se que podrán ustedes solas sin i presencia han cresado mucho ante mis ojos si fueran mis hijas les diría que estoy orgullosas de ustedes… pero no es así tan solo puedo decirles que las respeto como iguales ante mi presencia…
Pensaba Samantha, mientras caminaba rítmicamente hacia sus aposentos los cuales un poco lejos estaba. Después tras estar a lado de un enorme ventanal la mujer se detuvo y giro su rostro, poso sus brazos en el quicio cuadrado, y saco su cabeza para que esta fuera airad por la brisa desolada del paisaje, surcando una sonrisa la mujer ladeo el rostro y se quedo mirando fija el firmamento:
-En cuanto a ti Alucard, se que podrás conseguir a otro mujer, me gusto mucho conocerte en esta era, espero y sigas siendo igual de apasionado… la parte mortal de Samantha feliz esta al verte conocido, lastima que no te dirá cuanto te ama, por que my pronto morirá a lado mío…
Después de eso suspiro y se puso recta, para que una vez mas caminara entre aquel pasillo pues sus aposentos ya no tardaban e notarse…
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Pasillos de la Discordia
Sí, la estoy buscando a ella.
La extraña criatura que había cargado en brazos ahora saltaba a los de la mujer que le había dado un susto de infarto. No estaba preparado para ser recibido de esa forma, tal vez por eso tenía un mal presentimiento cuando pisó las ruinas de aquel templo. Pero parecía que no era una mala mujer después de todo, pues al final lo ayudó bastante.
El Ángel sonrió complacido por la información que le había dado aquella dama. También podía respirar tranquilo al saber que no le iba a hacer daño. Por un momento en verdad creyó que su vida se encontraba en grave peligro. Cuando la mujer dijo que iba a matarlo su corazón estaba palpitando de forma violenta, como si quisiera abrir un hueco en su pecho y salir disparado, pero gracias al cosmos especial que procedía de la joya en su cuello, el último recuerdo que la anterior encarnación del ángel sincero dejó en el mundo de los mortales y que había caído en las manos de Ganymede, ahora se encontraba a salvo y a poco de conocer a su deidad, a la que había estado buscando por largos meses. No podía creer que su búsqueda estuviera por concluir en breve.
Muchas gracias señorita, ¡no sabe cuánto se lo agradezco!
Dijo el joven mientras de forma inocente plantaba un beso en la mejilla de la mujer. Quizá había sido algo atrevido al hacerlo, pero esa era la forma en la que el muchacho agradecía la atención. Además de que había sido un casto beso en la mejilla y no un apasionado contacto con los labios. Ahora que no tenía a la criatura dando vueltas entre sus piernas, haciéndole cosquillas y casi provocando que se fuera de bruces contra el piso, el muchacho podía moverse con total libertad.
¡Nos veremos!
Exclamó el chico mientras se alejaba de la rubia y se despedía agitando su brazo de un lado a otro. Caminó en la dirección al salón principal como se lo habían indicado, dejando el lugar en silencio con su partida. Esperaba que no estuviera mal el dato; ya estaba muy ilusionado con encontrar lo que deseaba, no encontrarlo sólo rompería un poco su corazón.
La extraña criatura que había cargado en brazos ahora saltaba a los de la mujer que le había dado un susto de infarto. No estaba preparado para ser recibido de esa forma, tal vez por eso tenía un mal presentimiento cuando pisó las ruinas de aquel templo. Pero parecía que no era una mala mujer después de todo, pues al final lo ayudó bastante.
El Ángel sonrió complacido por la información que le había dado aquella dama. También podía respirar tranquilo al saber que no le iba a hacer daño. Por un momento en verdad creyó que su vida se encontraba en grave peligro. Cuando la mujer dijo que iba a matarlo su corazón estaba palpitando de forma violenta, como si quisiera abrir un hueco en su pecho y salir disparado, pero gracias al cosmos especial que procedía de la joya en su cuello, el último recuerdo que la anterior encarnación del ángel sincero dejó en el mundo de los mortales y que había caído en las manos de Ganymede, ahora se encontraba a salvo y a poco de conocer a su deidad, a la que había estado buscando por largos meses. No podía creer que su búsqueda estuviera por concluir en breve.
Muchas gracias señorita, ¡no sabe cuánto se lo agradezco!
Dijo el joven mientras de forma inocente plantaba un beso en la mejilla de la mujer. Quizá había sido algo atrevido al hacerlo, pero esa era la forma en la que el muchacho agradecía la atención. Además de que había sido un casto beso en la mejilla y no un apasionado contacto con los labios. Ahora que no tenía a la criatura dando vueltas entre sus piernas, haciéndole cosquillas y casi provocando que se fuera de bruces contra el piso, el muchacho podía moverse con total libertad.
¡Nos veremos!
Exclamó el chico mientras se alejaba de la rubia y se despedía agitando su brazo de un lado a otro. Caminó en la dirección al salón principal como se lo habían indicado, dejando el lugar en silencio con su partida. Esperaba que no estuviera mal el dato; ya estaba muy ilusionado con encontrar lo que deseaba, no encontrarlo sólo rompería un poco su corazón.
Ganymede- Cantidad de envíos : 20
Re: Pasillos de la Discordia
Sheznarda abrió los ojos sorprendida cuando vio que el joven de cabellos rubios depositó un beso tierno e inocente sobre sus mejillas. No había duda de que ese joven tenía algo del cosmos de la deidad del amor pasional, porque aquella sensación que le causaba sólo con verle hacía que cayera presa en un sentimiento bastante raro, era como si un cariño enorme hubiese nacido así de la nada.
-Cielos niño no sé como se te ha ocurrido venir acá así no más... Parece que no tuvieses miedo de que los demás te hirieran. No te entiendo, pero te deseo suerte ya que ella ahora está con mi compañera y no creo que ella sea tan amable contigo como lo he sido yo.
Sheznarda dijo esto y tomó otra vez a su mascota quien no dejaba de dar vueltas y sin decir nada más o volver la vista atrás se alejó de ese lugar para ir a uno de los salones en donde se suponía estaban sus aposentos, ya que al no haber regresado su superiora, ella no podía moverse a ningún lado y si quería entrenerse tenía que tratar de hacerlo arreglando aquel sitio que estaba lleno de desorden y polvo por los años que permaneció sin nadie que lo cuidase.
-Bueno ya casi nada tengo que hacer ahora que Eris se ha ido a pelear, espero por lo menos pueda salir todo bien. Tonto Jabranth no tengo ya un motivo para seguir más que el de obedecer a Eris, pero cuando ella se duerma estaré como al principio ¿Qué podría hacer yo si ella no está más? ¿A dónde iría? No tengo la menor idea, por lo menos te tengo a tí hermoso- Sheznarda acarició a su mascota y abrió la puerta para poder entrar a su aposento.
-Cielos niño no sé como se te ha ocurrido venir acá así no más... Parece que no tuvieses miedo de que los demás te hirieran. No te entiendo, pero te deseo suerte ya que ella ahora está con mi compañera y no creo que ella sea tan amable contigo como lo he sido yo.
Sheznarda dijo esto y tomó otra vez a su mascota quien no dejaba de dar vueltas y sin decir nada más o volver la vista atrás se alejó de ese lugar para ir a uno de los salones en donde se suponía estaban sus aposentos, ya que al no haber regresado su superiora, ella no podía moverse a ningún lado y si quería entrenerse tenía que tratar de hacerlo arreglando aquel sitio que estaba lleno de desorden y polvo por los años que permaneció sin nadie que lo cuidase.
-Bueno ya casi nada tengo que hacer ahora que Eris se ha ido a pelear, espero por lo menos pueda salir todo bien. Tonto Jabranth no tengo ya un motivo para seguir más que el de obedecer a Eris, pero cuando ella se duerma estaré como al principio ¿Qué podría hacer yo si ella no está más? ¿A dónde iría? No tengo la menor idea, por lo menos te tengo a tí hermoso- Sheznarda acarició a su mascota y abrió la puerta para poder entrar a su aposento.
Sheznarda- Amazona Dorada
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Re: Pasillos de la Discordia
La fantasma del hambre estaba planeando llegar a su habitación, sin embargo sabía claramente que eso no era tan divertido como el espiar a la gente que estaba en el salón principal, quería saber si su guía había servido para que ese joven encontrara a su deidad y no a la muerte como ella suponía, puesto que Flori, su hermana podría reaccionar no tan tranquilamente ante la presencia de ese joven desconocido en aquel lugar. Un suspiro se escapó de los labios de la joven mujer de cabellos rubios quien jugando con su mascota tomó el camino de regreso hacia donde estaba la entrada hacia el salón principal.
Un recuerdo bastante feo pasó por la mente de Sheznarda, aquel recuerdo del suceso acontecido pocas horas atrás en las que su amiga desapareció y con ello la obligó a desaparecer casi por completo su escencia humana dejándola sola con Eris, quien no es que fuera malvada, pero siempre que la veía recordaba que su amiga Samantha ya no estaba con ella. Como una nueva ola de tristeza se cirnió sobre la mujer del hambre, Heero, su mascota de pelaje azul empezó a moverse con fuerza hasta salir de los brazos de la mujer rubia para empezar a dar vueltas al rededor de ella haciendo una serie de maromas y gestos que arrancaron una sonrisa de los labios de Sheznarda, quien se arrodilló a tomar a su mascota otra vez y abrazarla con suavidad mientras derramaba silenciosamente una lágrima seguida de otra, otra y otra.
-De verdad los extraño... No puedo dejarn de pensar en ellos.
Un recuerdo bastante feo pasó por la mente de Sheznarda, aquel recuerdo del suceso acontecido pocas horas atrás en las que su amiga desapareció y con ello la obligó a desaparecer casi por completo su escencia humana dejándola sola con Eris, quien no es que fuera malvada, pero siempre que la veía recordaba que su amiga Samantha ya no estaba con ella. Como una nueva ola de tristeza se cirnió sobre la mujer del hambre, Heero, su mascota de pelaje azul empezó a moverse con fuerza hasta salir de los brazos de la mujer rubia para empezar a dar vueltas al rededor de ella haciendo una serie de maromas y gestos que arrancaron una sonrisa de los labios de Sheznarda, quien se arrodilló a tomar a su mascota otra vez y abrazarla con suavidad mientras derramaba silenciosamente una lágrima seguida de otra, otra y otra.
-De verdad los extraño... No puedo dejarn de pensar en ellos.
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Re: Pasillos de la Discordia
Primer post de Cuatro de maestría para Defensa Especial. Elemento: Manipulación de Muerte y almas
Pronto me alejaba de aquel gran salón en donde se encontraban sólo dos dioses. Afrodita y Zeus estaban discutiendo sus asuntos. Asuntos de los cuales no debía de preocuparme pues no era de mi incumbencia. Yo sólo era una guerrera que estaba para servir a la diosa del caos y la discordia, nada más que eso. Era mi trabajo y ninguna otra cosa me servía en ese momento. Sin mencionar que mi señora no se encontraba, y temía por lo que pudiera llegar a ocurrirle, a ella o a su reino. Eso me tenía más preocupada, estaba alerta a cualquier noticia o cosa que ocurriese en el templo o fuera de él. Por eso mismo decidí marcharme hacia mi habitación, necesitaba estar sola un momento.
Mi cosmos comenzó a liberarse de a poco y sin motivo, en ese momento yo no lo controlaba. La energía fluía en mi interior y se liberaba a causa de aquellos pensamientos que me estremecían. No controlaba mi propia cosmoenergía. Temía que la diosa Eris estuviera en peligro. Si algo le ocurriera a ella, ya no sabría que hacer de mi vida, aun siendo una guerrera tenía miedo. Aquella que portaba el espíritu de Eris, Samantha, mi ama y amiga, fue desde siempre como una hermana para mí. Me había enseñado muchas cosas y me acompañó en mis decisiones así como yo a ella. No quería que nada malo le ocurriera pues simplemente moriría. Pero en ese momento no podía hacer nada más que esperar paciente hasta saber algo acerca de ella.
Aquella energía de muerte, esa misma que mi cosmos poseía me seguía por los pasillos del templo de la Discordia. Podía sentirlo pero nada me importaba. No me interesaba que alguien se diera cuenta de ello. Sólo necesitaba tiempo de pensar las cosas con claridad. En ese instante sólo deseaba ser más fuerte para poder proteger aquel sitio hasta que regresara Eris. Siempre había deseado ser una guerrera poderosa. Pensaba en aquella posibilidad de lo que estaba ocurriendo en ese momento, y había llegado. Sin embargo no se me permitía salir al exterior, estaba encerrada por decirlo de alguna manera.
Los pasillos se volvían oscuros. Aquellas llamas casi transparentes lo recorrían en destellos índigos. Pero éstas no hacían daño a mi alrededor, eran tan sólo un detalle que mi cosmoenergía que se mostraba al ser liberada. Mis pasos eran lentos y retumbaban en aquel ancho espacio por el cual iba. Caminaba automáticamente hasta el fondo solamente, en busca de esa puerta que llevaba a mis aposentos.
Pronto me alejaba de aquel gran salón en donde se encontraban sólo dos dioses. Afrodita y Zeus estaban discutiendo sus asuntos. Asuntos de los cuales no debía de preocuparme pues no era de mi incumbencia. Yo sólo era una guerrera que estaba para servir a la diosa del caos y la discordia, nada más que eso. Era mi trabajo y ninguna otra cosa me servía en ese momento. Sin mencionar que mi señora no se encontraba, y temía por lo que pudiera llegar a ocurrirle, a ella o a su reino. Eso me tenía más preocupada, estaba alerta a cualquier noticia o cosa que ocurriese en el templo o fuera de él. Por eso mismo decidí marcharme hacia mi habitación, necesitaba estar sola un momento.
Mi cosmos comenzó a liberarse de a poco y sin motivo, en ese momento yo no lo controlaba. La energía fluía en mi interior y se liberaba a causa de aquellos pensamientos que me estremecían. No controlaba mi propia cosmoenergía. Temía que la diosa Eris estuviera en peligro. Si algo le ocurriera a ella, ya no sabría que hacer de mi vida, aun siendo una guerrera tenía miedo. Aquella que portaba el espíritu de Eris, Samantha, mi ama y amiga, fue desde siempre como una hermana para mí. Me había enseñado muchas cosas y me acompañó en mis decisiones así como yo a ella. No quería que nada malo le ocurriera pues simplemente moriría. Pero en ese momento no podía hacer nada más que esperar paciente hasta saber algo acerca de ella.
Aquella energía de muerte, esa misma que mi cosmos poseía me seguía por los pasillos del templo de la Discordia. Podía sentirlo pero nada me importaba. No me interesaba que alguien se diera cuenta de ello. Sólo necesitaba tiempo de pensar las cosas con claridad. En ese instante sólo deseaba ser más fuerte para poder proteger aquel sitio hasta que regresara Eris. Siempre había deseado ser una guerrera poderosa. Pensaba en aquella posibilidad de lo que estaba ocurriendo en ese momento, y había llegado. Sin embargo no se me permitía salir al exterior, estaba encerrada por decirlo de alguna manera.
Los pasillos se volvían oscuros. Aquellas llamas casi transparentes lo recorrían en destellos índigos. Pero éstas no hacían daño a mi alrededor, eran tan sólo un detalle que mi cosmoenergía que se mostraba al ser liberada. Mis pasos eran lentos y retumbaban en aquel ancho espacio por el cual iba. Caminaba automáticamente hasta el fondo solamente, en busca de esa puerta que llevaba a mis aposentos.
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Re: Pasillos de la Discordia
El aburrimiento de la fantasma del hambre no dejaba de acrecentarse con el ir y venir de los segundos. Era obvio que este se veía algo mermado por la presencia de su mascota con la cual jugaba de manera bastante animada; sin embargo no podía negar que el hecho de no tener nadie con quien hablar ni nada qué hacer en sí, la estaba volviendo más loca que de costumbre, por lo que pensó que ya que no había pasado nada interesante en el salón principal y que su habitación no suponía gran cosa; lo mejor era que se decidiera por ir a ver a su hermana, quien seguro se la estaría pasando mal con esas deidades aburridas.
-Bueno Heero querido, es hora de que nos pongamos en marcha, jugaremos un poco con mi hermana la fantasma de la muerte.- Sheznarda dijo esto mientras se ponía de pie y tomaba a su mascota con ambas manos. Por ahí presentía que ese era un regalo de su difunto novio Jabranth, ya que este animalito apareció cuando ella estaba esperándole. Ahora que el se había marchado de ese mundo dejándola bastante triste, lo único que en realidad la alegraba de manera sincera era el recuerdo de su amado, contenido en la figura de ese hermoso ser cuyos ojos grandes hacían que ella se derritiera, podía ser toda una fantasma de la muerte, pero ella no podía ensañarse contra ese animalito tan lindo, ya que era contra los humanos su odio irracional, o racional si se lo veía desde el punto de su abandono al culto de Eris.
-Creo que el sabía que algo así le iba a pasar.- La ladrona abrazó a su mascota y salió de su habitación para dirigirse ahora al lugar donde setía el cosmos de Flori. Parecía que ella también había decidido ir a sus aposentos a descansar o a relajarse, lo cual era una pena, porque ella no pretendía dejarla tranquila, o por lo menos no pretendía quedarse sin poder conversar con nadie en ese lugar, y ese joven con el que antes de había topado, ya no estaba más en el templo, porque su energía débil ya no podía sentirse más; la ladrona suponía que se había marchado bastante asustado al ver tanto despliegue de poder por parte de la diosa Afrodita y el señor del trueno Zeus.
-Veremos qué me dice ella acerca de esas dos deidades, espero le hayan dicho algo acerca de mi señora.
-Bueno Heero querido, es hora de que nos pongamos en marcha, jugaremos un poco con mi hermana la fantasma de la muerte.- Sheznarda dijo esto mientras se ponía de pie y tomaba a su mascota con ambas manos. Por ahí presentía que ese era un regalo de su difunto novio Jabranth, ya que este animalito apareció cuando ella estaba esperándole. Ahora que el se había marchado de ese mundo dejándola bastante triste, lo único que en realidad la alegraba de manera sincera era el recuerdo de su amado, contenido en la figura de ese hermoso ser cuyos ojos grandes hacían que ella se derritiera, podía ser toda una fantasma de la muerte, pero ella no podía ensañarse contra ese animalito tan lindo, ya que era contra los humanos su odio irracional, o racional si se lo veía desde el punto de su abandono al culto de Eris.
-Creo que el sabía que algo así le iba a pasar.- La ladrona abrazó a su mascota y salió de su habitación para dirigirse ahora al lugar donde setía el cosmos de Flori. Parecía que ella también había decidido ir a sus aposentos a descansar o a relajarse, lo cual era una pena, porque ella no pretendía dejarla tranquila, o por lo menos no pretendía quedarse sin poder conversar con nadie en ese lugar, y ese joven con el que antes de había topado, ya no estaba más en el templo, porque su energía débil ya no podía sentirse más; la ladrona suponía que se había marchado bastante asustado al ver tanto despliegue de poder por parte de la diosa Afrodita y el señor del trueno Zeus.
-Veremos qué me dice ella acerca de esas dos deidades, espero le hayan dicho algo acerca de mi señora.
Sheznarda- Amazona Dorada
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Re: Pasillos de la Discordia
Aramse ya habiendo cruzado la puerta habiendo pasado aquel escenario donde su hermana Flori se había marchado junto a su a el hermano de su diosa Ares, este decidió no irse con este sino seguir con su hermana Shezznarda y no dejar mal a su diosa con aquella mujer con quien los había dejado a cargo la cual era un diosa. Cierta mente a Aramse temía un poco ya que al principio la había tratado mal como si fuera una personan normal, temía de que le fuera con malas palabras sobre él hacia su diosa y perdiera su reputación con ella, pero aquella diosa a la vez solo había seguido su juego sin decirle mas nada tal vez le había parecido divertido, o al menos el esperaba eso, pero algo mas curioso aun era que su hermana en vez de haber ido con Ares y tener la oportunidad de estar con su amado Berseker decidió quedarse.
No espero mucho tiempo para voltear hacia atrás y observar a su hermana fantasma del hambre Shezznarda y marcar el paso mas lento para ir a la par con ella y preguntándole.~Hermana, algo curioso que eh visto en estos momentos es, ¿Por que no fuiste con Ares? tuviste la oportunidad de estar al lado de aquel Berseker pero decidiste quedarte... pensé que ese ser era tu amado.~Dijo en sin intentar burlarse de ninguna forma simplemente emitía algo de curiosidad este suceso y mas siendo de su hermana Shezznarda.
No espero mucho tiempo para voltear hacia atrás y observar a su hermana fantasma del hambre Shezznarda y marcar el paso mas lento para ir a la par con ella y preguntándole.~Hermana, algo curioso que eh visto en estos momentos es, ¿Por que no fuiste con Ares? tuviste la oportunidad de estar al lado de aquel Berseker pero decidiste quedarte... pensé que ese ser era tu amado.~Dijo en sin intentar burlarse de ninguna forma simplemente emitía algo de curiosidad este suceso y mas siendo de su hermana Shezznarda.
Aramse- Fantasma de Eris
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Re: Pasillos de la Discordia
La mujer de los cabellos rubios caminó al lado de su hermano mientras sentía la presencia de esa deidad a la que llamaban Afrodita desvanecerse. Pensó por unos momentos que la ya ella los había abandonado, pero reflexionó un poco más y se dio cuenta de que pensar eso sin fundamentos era tonto, ya que ella parecía en verdad ser de confianza de su diosa, debido al hecho de dejarla a cargo de ellos. Eso ya era bastante como para que ella tubiese credibilidad.
Algunas cosas daban vueltas en la cabeza de Sheznarda. Aquel recuerdo de su deseo y la muerte de su amado aún no se habían disipado y ahora su deidad los dejaba. Claro que no era para siempre ella lo sentía, pero no tenía una prueba física para que esa certeza fuera corroborada de una vez. Pensando que quizá no había forma de volver a ver a Jabranth, la ladrona decidió dejar ese asunto atrás y no llorar por ello, ya que no había forma de solucionarl. Nunca en todos sus años de fantasma, o de humana, a ladrona se imaginó que iba a sentirse así de esa forma.
Al final Aramse rompió el silencio que estaba en ese lugar y le preguntó algo que ella quizá hubiese deseado que nadie lo hiciera. Es que el asunto de su novio o lo que sea que Jabranth hubiese sido, era algo bastante complicado y ella estaba deseando pasarlo por alto, como la lo había decidido; sin embargo ya estaba su hermano en ese lugar preguntándole aquello que se lo hacía recordar. Un suspiro se escuchó por parte de la fantasma y una sonrisa irónica se pintó en su cara.
-Aramse... NO te enteras de nada no? -Sheznarda bostezó pues tenía hambre - Ares no nos quería a ninguno de nosotros, somos demasiado patéticos. Flori es la mejor de todos y ella llamó la atención del señor de la guerra era evidente que sólo íbamos a estorbar. Además que yo sepa la orde de Eris fue la siguiente: Quédense en este lugar hasta que regrese. Ella no dijo el tiempo ni dijo si mi cuerpo mortal desasparece pueden irse. No! Ella nos mandó a quedarnos aquí o en sus defectos ir a donde esa mujer que nos cuide nos lleve. Si es Afrodita quien debe cuidarnos... ¿Por qué habríamos de irnos con Ares?- Sheznarda jugó con su mascota y siguió diciendo- Además... Jabranth ha muerto...
Algunas cosas daban vueltas en la cabeza de Sheznarda. Aquel recuerdo de su deseo y la muerte de su amado aún no se habían disipado y ahora su deidad los dejaba. Claro que no era para siempre ella lo sentía, pero no tenía una prueba física para que esa certeza fuera corroborada de una vez. Pensando que quizá no había forma de volver a ver a Jabranth, la ladrona decidió dejar ese asunto atrás y no llorar por ello, ya que no había forma de solucionarl. Nunca en todos sus años de fantasma, o de humana, a ladrona se imaginó que iba a sentirse así de esa forma.
Al final Aramse rompió el silencio que estaba en ese lugar y le preguntó algo que ella quizá hubiese deseado que nadie lo hiciera. Es que el asunto de su novio o lo que sea que Jabranth hubiese sido, era algo bastante complicado y ella estaba deseando pasarlo por alto, como la lo había decidido; sin embargo ya estaba su hermano en ese lugar preguntándole aquello que se lo hacía recordar. Un suspiro se escuchó por parte de la fantasma y una sonrisa irónica se pintó en su cara.
-Aramse... NO te enteras de nada no? -Sheznarda bostezó pues tenía hambre - Ares no nos quería a ninguno de nosotros, somos demasiado patéticos. Flori es la mejor de todos y ella llamó la atención del señor de la guerra era evidente que sólo íbamos a estorbar. Además que yo sepa la orde de Eris fue la siguiente: Quédense en este lugar hasta que regrese. Ella no dijo el tiempo ni dijo si mi cuerpo mortal desasparece pueden irse. No! Ella nos mandó a quedarnos aquí o en sus defectos ir a donde esa mujer que nos cuide nos lleve. Si es Afrodita quien debe cuidarnos... ¿Por qué habríamos de irnos con Ares?- Sheznarda jugó con su mascota y siguió diciendo- Además... Jabranth ha muerto...
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Re: Pasillos de la Discordia
Aramse se encontraba caminando por los pasillos cuando le hizo una pregunta a su hermana Shezznarda, en ese momento mientras esperaba su respuesta recordó, a su prima Cassie quien le había abandonado por aquel odioso dios quien le había separado de su prima y ahora de su amada diosa, le deseaba de todo pero mas tenerlo entre sus brazos bañado en su sangre y haciéndolo sufrir, pero era algo ingenuo pues después de todo su poder no era lo suficiente fuerte y estaba solo ene se momento ya que su diosa estaba buscando un nuevo cuerpo teniendo esa esperanza no haber sido sellada. Continuaba caminando mientras escuchaba nuevamente las palabras de Shezznarda pareciendo así molesta por sus palabras y suspirando levemente puesto eso ya lo sabia y solo lo decía por Jabranth pero al escuchar sus ultimas palabras entendió todo.
El joven de cabellos rojos entendió el por que era que no se había marchado. Ya no tenia razón por el cual ir con Ares si su amado había muerto pero en verdad no se había enterado puesto el se había encontrado perdido por un tiempo en el templo de Eris, por ende le dijo enseguida. -Ya veo por que no fuiste, y ya sabia que el no nos quería solo lo decía por Jabranth peor no sabia que había muerto- Continuo caminando sabiendo que su hermana ya no tenia ninguna razón para marchar fuera de su ama diosa.
El joven de cabellos rojos entendió el por que era que no se había marchado. Ya no tenia razón por el cual ir con Ares si su amado había muerto pero en verdad no se había enterado puesto el se había encontrado perdido por un tiempo en el templo de Eris, por ende le dijo enseguida. -Ya veo por que no fuiste, y ya sabia que el no nos quería solo lo decía por Jabranth peor no sabia que había muerto- Continuo caminando sabiendo que su hermana ya no tenia ninguna razón para marchar fuera de su ama diosa.
Aramse- Fantasma de Eris
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Re: Pasillos de la Discordia
La fanstama de los cabellos rubios sintió un poco de tristeza al recordar que su querido y amado caballero estaba muerto y la había abandonado para siempre. Estaba segura que a pesar de que ni uno de los dos iba a ir a los elíseos aún estando en el reino del señor de los muertos, ellos jamás estarían juntos porque el destino era injusto con ellos y había decidido separarlos desde el momento en el que ellos aparecieron en ese mundo. No había forma de que ellos estuviese juntos y el querer forzar ese destino sólo significaba desgracias y al final el destino terminaría cobrando su factura tarde o temprano como había pasado con la muerte de aquel berseker y con la muerte del cuerpo mortal de su querida señora.
-Bueno Aramse... Ya lo has entendido todo entonces... La verdad es que a estas alturas de mi vida tengo muchas cosas claras, y por mucho que nuestra señora haya declarado una alianza que desea mantener con esos esbirros y el señor de la guerra... No es nuestro lugar, ni es nuestro deber estar en el mismo sitio en el que ellos están. No tenemos nada que hacer ahí y mucho me temo que Eris se enojará mucho cuando sepa que Flori se marchó y que nosotros no la detuvimos.
Sheznarda siguió caminando con su mascota y un cosmos hizo que esta temblara haciendo que el ser de la ladrona sintiera un estremecimiento que movió todo su cuerpo. Había un cosmos nuevo para ella, uno que ella no habia tenido la molestia de sentir antes, pero que entendía que si estaba al lado del cosmos de la diosa del amor y la lujuria, era porque estaba del lado de su querida señora Eris.
-Aramase alguien ha llegado. Es hora de que vayamos a ese lugar. Ellos seguramente tienen noticias de nuestra querida señora. Tenemos mucho que hacer si queremos preparanos para sepultar su cuerpo o mandarlo a quemarse en el mar.
-Bueno Aramse... Ya lo has entendido todo entonces... La verdad es que a estas alturas de mi vida tengo muchas cosas claras, y por mucho que nuestra señora haya declarado una alianza que desea mantener con esos esbirros y el señor de la guerra... No es nuestro lugar, ni es nuestro deber estar en el mismo sitio en el que ellos están. No tenemos nada que hacer ahí y mucho me temo que Eris se enojará mucho cuando sepa que Flori se marchó y que nosotros no la detuvimos.
Sheznarda siguió caminando con su mascota y un cosmos hizo que esta temblara haciendo que el ser de la ladrona sintiera un estremecimiento que movió todo su cuerpo. Había un cosmos nuevo para ella, uno que ella no habia tenido la molestia de sentir antes, pero que entendía que si estaba al lado del cosmos de la diosa del amor y la lujuria, era porque estaba del lado de su querida señora Eris.
-Aramase alguien ha llegado. Es hora de que vayamos a ese lugar. Ellos seguramente tienen noticias de nuestra querida señora. Tenemos mucho que hacer si queremos preparanos para sepultar su cuerpo o mandarlo a quemarse en el mar.
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Re: Pasillos de la Discordia
La fantasma del hambre habìa llegado otra vez a un estado bastante difìcil de contrlolar. Tenìa miedo, mucho miedo de la muerte de su deidad. De pronto pensò que esta al despertar con su cuerpo definitivo se encontarìa vulnerable y que quizà con aquello otro dios aprovecharìa su oportunidad y cumplirìa su sueño de hacerle daño a tan hermoso ser que tenìa el derecho de gobernar ese mundo que se negaba a darle el respeto que ella se merecìa.
Con la imagen del cuerpo muerto y frìo de su amiga, la ladrona de los cabellos rubios caminò a màs velocidad mientras repasaba en su menta la gran cantidad de joyas y aceites con los que embalsamarìa el cuerpo de su amiga y adornarìa para su funeral. Aùn no estaba nada claro para ella; no tenìa la màs mìnima idea de què era lo apropiado hacer con ese recipiente que antes habìa albergado a su diosa, y por mucho que se presionase para tomar una decisiòn sentìa que no podìa hacerlo debido a que toda la situaciòn le era difìcil de asimilar.
Por algunos segundos pensò en su hermano, aquel joven recièn iniciado que estaba desamparado tanto como ella, aquel que sentìa o se preguntaba muy en le fondo si debìa considerar que su amiga era una traidora por el hecho de haber aceptado irse con ese hombre en vez de atenerse a la orden de permanecer en ese lugar hasta que Eris regresara; fuera como fuera Sheznarda estaba preocupada, porque no podìa condenarla frente a su señora, ya que ella misma habìa hecho algo que a los ojos de los demàs era traiciòn, y por eso aunque ella se lo repitiese mil veces en su cabeza, el hecho de que tenìa que pensar en ayudar a su amiga, no le era del todo posible realizar.
-Flori para què te has ido con ese hombre? Sabes lo posesiva que es ella! Sabes còmo se ha puesto conmigo desde lo de Jabranth... ¿No tienes miedo de que ella se enoje contigo y te castigue... O peor aùn, que nos castigue a nosotros por no haberte detenido?- Dijo la fantasmas con algo de impaciencia mientras seguìa su camino por los pasillos apenas distraìda por los sonidos del ambiente en el que se hallaba.
Con la imagen del cuerpo muerto y frìo de su amiga, la ladrona de los cabellos rubios caminò a màs velocidad mientras repasaba en su menta la gran cantidad de joyas y aceites con los que embalsamarìa el cuerpo de su amiga y adornarìa para su funeral. Aùn no estaba nada claro para ella; no tenìa la màs mìnima idea de què era lo apropiado hacer con ese recipiente que antes habìa albergado a su diosa, y por mucho que se presionase para tomar una decisiòn sentìa que no podìa hacerlo debido a que toda la situaciòn le era difìcil de asimilar.
Por algunos segundos pensò en su hermano, aquel joven recièn iniciado que estaba desamparado tanto como ella, aquel que sentìa o se preguntaba muy en le fondo si debìa considerar que su amiga era una traidora por el hecho de haber aceptado irse con ese hombre en vez de atenerse a la orden de permanecer en ese lugar hasta que Eris regresara; fuera como fuera Sheznarda estaba preocupada, porque no podìa condenarla frente a su señora, ya que ella misma habìa hecho algo que a los ojos de los demàs era traiciòn, y por eso aunque ella se lo repitiese mil veces en su cabeza, el hecho de que tenìa que pensar en ayudar a su amiga, no le era del todo posible realizar.
-Flori para què te has ido con ese hombre? Sabes lo posesiva que es ella! Sabes còmo se ha puesto conmigo desde lo de Jabranth... ¿No tienes miedo de que ella se enoje contigo y te castigue... O peor aùn, que nos castigue a nosotros por no haberte detenido?- Dijo la fantasmas con algo de impaciencia mientras seguìa su camino por los pasillos apenas distraìda por los sonidos del ambiente en el que se hallaba.
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Re: Pasillos de la Discordia
Sheznarda estaba preocupándose cada vez más por la futurara llegada de su señora, puesto que sabía cuán peligroso era esto, ya que esta vez su esencia era pura ira y venganza de modo que las reacciones que ahora la mujer del cosmos vengativo tendría para con sus sirvientes sería bastante hostil, casi tanto como la de sus enemigos. Con algo de tristeza nuevamente la joven ladrona recordó a su amado y difunto guerrero de Ares a quien su ama decía odiar; sin embargo no se asqueó ni se molestó en hacer alianza con este cuando el mismo se lo pidió. Podría decirse que Sheznarda se sentía un poco resentida por esas acciones de aquella mujer, pero como ante ella, la ladrona no era más que algo salido de su escencia y fácilmente descartable, nunca dijo nada de lo que sentía o pensaba.
-Si ella llega y no he hecho nada importante o extraordinaro seguro se burlará de mí y me castigará, porque ya estará molesta con Flori, quien ha hecho una estupidez- Sheznarda se quedó plantada en medio del camino y sin pensar en cómo podrían tomar el hecho las dos deidades del salón, elevó su cosmos con fuerza para hacerlo resplandecer hasta lo último, aunque fuese inútil para evitar su castigo, la mujer de los cabellos rubios quería tener una técnica nueva para así demostrar que por lo menos era una guerrera interesante.
-Si ella llega y no he hecho nada importante o extraordinaro seguro se burlará de mí y me castigará, porque ya estará molesta con Flori, quien ha hecho una estupidez- Sheznarda se quedó plantada en medio del camino y sin pensar en cómo podrían tomar el hecho las dos deidades del salón, elevó su cosmos con fuerza para hacerlo resplandecer hasta lo último, aunque fuese inútil para evitar su castigo, la mujer de los cabellos rubios quería tener una técnica nueva para así demostrar que por lo menos era una guerrera interesante.
-Ahora mismo debo aumentar mi poder, tener un ataque más o algo parecido, ya que mi señora es una inconforme con sus esbirros, cosecha donde no siembra y a todo le ve un error, cobra más de lo que ha prestado y paga muy mal a sus servidores, nada es bueno para ella y nada es suficiente, pero soy su guerrera y debo aprender a sobrevivir con ella de esa manera, por eso tengo que tenerle algo nuevo en mí cuando regrese de su sueño.- La ladrona pensó en el nuevo tipo de ataque que podría intentar tener, puesto que era uno de los más importantes y como guerrera tenía que hacer que fuera bueno a como diera el lugar, porque ya estaba harta de estar a la sombra de su hermana. Es que no entendía por qué tenía que ser precisamente ella quien gustara más a su deidad... ¿Cómo era posible que alguien que abandonaba su puesto sólo porque no estaba su superiora fuese la preferida de la misma?
Quizá podía no ser cierto lo que pensaba la fanstama del hambre, quizá su obsesión y sus complejos estaban haciéndole una jugarreta y quizá su hermana Flori no era ni su rival, ni la favorita de su deidad; sin embargo ella no podía dejar de pensar todo aquello y cada pensamiento que tenía la carcomía por dentro de una manera descontrolada. Sencillamente no iba a tener paz hasta no lograr superar a su hermana para siempre.
Quizá podía no ser cierto lo que pensaba la fanstama del hambre, quizá su obsesión y sus complejos estaban haciéndole una jugarreta y quizá su hermana Flori no era ni su rival, ni la favorita de su deidad; sin embargo ella no podía dejar de pensar todo aquello y cada pensamiento que tenía la carcomía por dentro de una manera descontrolada. Sencillamente no iba a tener paz hasta no lograr superar a su hermana para siempre.
-Debiera intentar hacer algo de veneno como si señora egoísta? O sería mejor que tratase de hacer algo fúnebre como mi hermana la mustia? Creo que mejor intento hacer algo original aunque la señora de la discordia lo crititique como siempre.
Primer post de ataque medio elemento control del tiempo
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Última edición por Sheznarda el Dom Nov 06, 2011 9:10 am, editado 2 veces
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Re: Pasillos de la Discordia
-Lo que quiero hacer tiene que ser de verdad bueno. Quiero que ella se sienta orgullosa de mí, quiero que se de cuenta de que también soy útil en este lugar y que puede contar conmigo incluso más que con ella. No me importa si yo no fui capaz de detenerla... No me importa si ella me reprocha en la cara todos los errores que cometí en días anteriores, sólo quiero que ella se seinta contenta con mis avances, quiero ser su favorita, quiero llamar su atención...
El cosmos de la mujer de los cabellos rubios se elevó una vez más dando origen a lo que pronto sería su próximo ataque. No quería que su técnica fuese la misma que la de su hermana o su deidad, puesto que eso la haría sentirse como si no tuviese identidad; si bien era cierto la forma de ser de cada fantasma estaba más que definida, el hecho de tener técnicas parecidas a la de su hermana le resultaba tan atractivo como la idea de ir a realizar obras de caridad despojándose de todo lo que había robado en años anteriores; y es que por mucho que le fastidiase, la fantasma del hambre tenía que admitir que le gustaba mucho a apegarse a esas cosas materiales, principalmente porque sabía que estas al no hablar ni reclamarle nada, le provocaban una alegría efímera que la anestesiaba de su frustrante realidad. Gustaba mucho de servir a Eris eso sí, pero no le gustaba para nada el saber que su deidad tenía como su favorita a otra que de paso la había desobedecido yéndose con otra deidad. El asunto la molestaba, no podía negarlo, pero dado el cado de que tenía que buscar la manera de llegar a tener su nueva técnica la fantasma dejó ese asunto para analizarlo después.
El viento corrió con lentitud apenas moviendo los cabellos de la fantasma del hambre, quien había cerrado sus ojos buscando la forma de visualizar su técnica. Primero pensó en la posibilidad de crear una gran esfera eléctrica que lanzara rayos y que al lanzarse contra el piso esta hiciera una explosión casi tan grande como para reventar a un reino entero y borrarlo de su sitio en el mapa, otra idea era la de crear unas creaturas de roca controladas por su cosmos que lanzaran bolas de lava a sus enemigos además de poder pelear contra sus enemigos y así concibió en su mente un sin número de cosas más que en un principio le parecieron atractivas, pero que con el pasar del tiempo se le antojaron anticuadas y poco creativas; sin embargo a pesar de esos puntos negativos, la fantasma tenía que reconocer que luego de pensar tantas cosas algo estaba empezando a ponerse claro para el desarrollo de su ataque.
-Bueno... Creo que si dejo que mi cosmos me muestre todo lo que pensé primero quizá pueda encontrar la manera de llegar a algo. NO creo que sea tan complicado, después de todo es algo que pensé yo.- Sheznarda elevó su cosmos y frente a ella aparecieron las figuras traslúcidas y de tamaño reducido que se mostraron ante ella tal y como se habían presentado en su pensamiento. Todas y cada una de ellas mostraban sus habilidades sin causar efectos verdaderos sobre el terreno donde la mujer se encontraba; al final Sheznarda se quedó con la sensación de no tener nada para aquel ataque, y casi pensó en abandonar su idea de recibir a su deidad con nuevo ataque, hasta que de pronto frente a los ojos de la ladrona se empezó a formar una silueta que llamó mucho su atención... Sería acaso esta la manifestación definitiva de su nuevo ataque?
Primer post del ataque medio elemento control del tiempo.
El viento corrió con lentitud apenas moviendo los cabellos de la fantasma del hambre, quien había cerrado sus ojos buscando la forma de visualizar su técnica. Primero pensó en la posibilidad de crear una gran esfera eléctrica que lanzara rayos y que al lanzarse contra el piso esta hiciera una explosión casi tan grande como para reventar a un reino entero y borrarlo de su sitio en el mapa, otra idea era la de crear unas creaturas de roca controladas por su cosmos que lanzaran bolas de lava a sus enemigos además de poder pelear contra sus enemigos y así concibió en su mente un sin número de cosas más que en un principio le parecieron atractivas, pero que con el pasar del tiempo se le antojaron anticuadas y poco creativas; sin embargo a pesar de esos puntos negativos, la fantasma tenía que reconocer que luego de pensar tantas cosas algo estaba empezando a ponerse claro para el desarrollo de su ataque.
-Bueno... Creo que si dejo que mi cosmos me muestre todo lo que pensé primero quizá pueda encontrar la manera de llegar a algo. NO creo que sea tan complicado, después de todo es algo que pensé yo.- Sheznarda elevó su cosmos y frente a ella aparecieron las figuras traslúcidas y de tamaño reducido que se mostraron ante ella tal y como se habían presentado en su pensamiento. Todas y cada una de ellas mostraban sus habilidades sin causar efectos verdaderos sobre el terreno donde la mujer se encontraba; al final Sheznarda se quedó con la sensación de no tener nada para aquel ataque, y casi pensó en abandonar su idea de recibir a su deidad con nuevo ataque, hasta que de pronto frente a los ojos de la ladrona se empezó a formar una silueta que llamó mucho su atención... Sería acaso esta la manifestación definitiva de su nuevo ataque?
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Re: Pasillos de la Discordia
Los segundos pasaron y la forma del nuevo ataque de Sheznarda empezó a consolidarse un poco más. Ahora su cosmos mostraba la silueta etérea de un reloj de arena casi de su tamaño que dava vueltas con lentitud haciendo que la arena contenida en el mismo se moviera de forma constante y pacífica. Mientras el reloj se movía en dirección exacta a las manecillas del reloj, la mujer podía observar cómo las grietas en el piso se hacía más grandes y este iba perdiendo su color hasta parecer bastante deslustrado y débil. Parecía que esa iba a ser una de las primeras manifestaciones de su poder, y aunque ella no lo creyese iba a ser una de las más grandes, porque a diferencia de sus ataques anteriores este movía un elemento bastante importante y completamente difícil de controlar.
Con bastante incredulidad la mujer de los cabellos rubios observó también que uno de los pilares que sonstenía el techo de los pasillos estaba empezando a agrietarse y que mientras el reloj se movía más rápido aquella columna de piedra empezaba a desgastarse como si estuviese pasando por un proceso de erosión acelerada, con la única diferencia que no había factores ambientales que hicieran tal cosa. Definitivamente, la fantasma del hambre estaba logrando obtener un poder bastante interesante, y fue así que pensando esto, la mujer de los cabellos dorados elevó su cosmos y cerró los ojos pensando en la imagen del reloj moviéndose en dirección contraria, esperó unos ssegundos y abrió sus ojos para observar los efectos de su reloj de cosmos en el piso. Lo que la mujer observó la hizo emocionarse hasta el punto de querer pegar brincos como si fuese una niña pequeña, puesto que nuevamente el suelo estaba sufriendo los efectos del reloj, quien ahora iba en dirección contraria a las manecillas de los relojes comunes; producto de tal ritmo y dirección, el suelo nuevamente regresó a su estado normal así como el pilar que antes había sufrido el desgaste inmediato.
-Vaya! No sabía que yo podía hacer tal cosa! Pero esto aún no suficiente, puesto que necesito hacer algo más tener una técnia decente... Esto del tiempo solo no es algo interesante, tengo que hacer algo más para que esto impresione a Eris.
Justo cuando Sheznarda terminó de decir esto, el reloj de arena empezó a moverse rápidamente en dirección a las manecillas del reloj y esta vez la arena empezó a salir de su contenedor para pegarse en el suelo, los pilares y parte de su ropa, cuando esto pasó Sheznarda vio con algo de horror que su técnica también podía atacarla a ella si se descontrolaba, puesto que pudo ver en su ropa los efectos de aquel reloj que se mostró anteriormente sobre el suelo y el pilar.
-¿Así que esta es la trampa con este reloj? BUeno no es la primera vez que algo así sucede... No eres tan fuerte y no voy a dejar que me ganes!- Dijo la fantasma del hambre mientras elevaba su cosmos una vez más. Iba a encontrar la manera de controlar el ritmo del reloj a como diera el lugar, porque después de todo el mismo era su creación y no tenía por qué dejar que su creación la controlase de una forma tan absurda como esa.
Tecer post del ataque medio elemento control del tiempo.
Con bastante incredulidad la mujer de los cabellos rubios observó también que uno de los pilares que sonstenía el techo de los pasillos estaba empezando a agrietarse y que mientras el reloj se movía más rápido aquella columna de piedra empezaba a desgastarse como si estuviese pasando por un proceso de erosión acelerada, con la única diferencia que no había factores ambientales que hicieran tal cosa. Definitivamente, la fantasma del hambre estaba logrando obtener un poder bastante interesante, y fue así que pensando esto, la mujer de los cabellos dorados elevó su cosmos y cerró los ojos pensando en la imagen del reloj moviéndose en dirección contraria, esperó unos ssegundos y abrió sus ojos para observar los efectos de su reloj de cosmos en el piso. Lo que la mujer observó la hizo emocionarse hasta el punto de querer pegar brincos como si fuese una niña pequeña, puesto que nuevamente el suelo estaba sufriendo los efectos del reloj, quien ahora iba en dirección contraria a las manecillas de los relojes comunes; producto de tal ritmo y dirección, el suelo nuevamente regresó a su estado normal así como el pilar que antes había sufrido el desgaste inmediato.
-Vaya! No sabía que yo podía hacer tal cosa! Pero esto aún no suficiente, puesto que necesito hacer algo más tener una técnia decente... Esto del tiempo solo no es algo interesante, tengo que hacer algo más para que esto impresione a Eris.
Justo cuando Sheznarda terminó de decir esto, el reloj de arena empezó a moverse rápidamente en dirección a las manecillas del reloj y esta vez la arena empezó a salir de su contenedor para pegarse en el suelo, los pilares y parte de su ropa, cuando esto pasó Sheznarda vio con algo de horror que su técnica también podía atacarla a ella si se descontrolaba, puesto que pudo ver en su ropa los efectos de aquel reloj que se mostró anteriormente sobre el suelo y el pilar.
-¿Así que esta es la trampa con este reloj? BUeno no es la primera vez que algo así sucede... No eres tan fuerte y no voy a dejar que me ganes!- Dijo la fantasma del hambre mientras elevaba su cosmos una vez más. Iba a encontrar la manera de controlar el ritmo del reloj a como diera el lugar, porque después de todo el mismo era su creación y no tenía por qué dejar que su creación la controlase de una forma tan absurda como esa.
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Re: Pasillos de la Discordia
El reloj de arena no parecía querer detener su ritmo y la armadura de }Sheznarda estaba empezando a sufrir los efectos de aquel artefacto que ella misma había creado. Ciertamente la joven de los cabellos rubios estaba pensando que era una mala idea el intentar crear algo tan peligroso como eso; sin embargo por como iban las cosas ella tenía la obligación imperiosa de crear una técnica bastante interesante para que su deidad estuvies contenta con ella, es que ya había demasiada tensión en ese lugar como para que ella se tomase a la ligera crear su técnica fuerte, después de todo ella era una guerrera de Eris y como tal tenía que ser más inteligente al crear sus ataques; no era para nada aceptable que ella siendo quien era saliera por ahí con una técnica tonta que de nada iba a servirle y que para nada agradaría a su deidad.
-Maldito reloj de arena, es que acaso no puede detenerse por un segundo? Me gustaría que por lo menos mi poder pudiese hacer que se retrase su marcha.- Se quejaba la ladrona tratando de impedir con su cosmos que el reloj siguiera en sus frenéticas vueltas, pues estaba más que acelerado y estaba haciendo que las hombreras de su armadura sufriesen las consecuencias de ello. Con algo de dificultad, la ladrona trató de concentrarse en la imagen mental de su reloj gigante detiniéndose poco a poco; sin embargo por mucho que se entendiese que había que recalcar la fuerza de voluntad de la joven, los resultados que se podían evidenciar no eran de los más alentadores, y por la forma en la que estaban pasando las cosas, se comprendía que si ella no se ponía alerta para lograr de una vez controlar aquella técnica sería dejada atrás por su hermana, quien raramente estaba siendo objeto de su frustración.
-Vamos Sheznarda tú puedes... No dejes que ella te supere. Tú eres más fuerte, siempre has sido más inteligente, eres más leal y por sobretodo, cuando te lo propones eres incluso mejor guerrera que ella... ¡No te rindas ahora!- Gritó la fanstama del hambre generando una onda de cosmos color verde que hizo que el reloj de arena empezara a moverse a una velocidad más lenta, y con ello se detuvo considerablemente el deterioro de las cosas que estaban cerca de ella junto con su armadura. La técnica estaba tomando una mejor forma y la fantasma sentía que podía recién empezar a pensar que podría sentirse orgullosa; sin embargo sabía claramente que eso no era suficiente, entendía que necesitaba más para poder superar a la fantasma de la muerte, y tenía claro que era necesario que diese todo de sí en aquel ataque.
-No es suficiente Sheznarda... A tu señora no le gustará que sólo tenga esto, lo verá inútil y falto de imaginación, y nuevamente irá por ahí con el pecho hinchado de orgullo por tu hermana, es necesario que logres ya hacer algo mejor para poder impresionarla.- Sheznarda elevó su cosmos otra vez intentando tratar detener el reloj de arena, logrando esta vez hacer algo mucho mejor. Hizo que aquel artefacto ahora diese la vuelta hacia el lado contrario, de modo que todo lo deteriorado se empezó a reconstruir.
-¿Y esto cómo se supone que va a servirme para pelear?- Dijo la fantasma perdiendo el control y haciendo desaparecer el reloj gigante.- Mejor descanso y me pienso bien este asunto del reloj y eso de adelantar el tiempo... Debe haber alguna forma de usar esto a mi favor, o por lo menos de agregarle algo más a esto.- Dijo la fanstasma sentada en el piso mientras repasaba la imagen mental de todo lo sucedido con su nuevo ataque. Algo iba a surgir en su mente tarde o temprano.
-Maldito reloj de arena, es que acaso no puede detenerse por un segundo? Me gustaría que por lo menos mi poder pudiese hacer que se retrase su marcha.- Se quejaba la ladrona tratando de impedir con su cosmos que el reloj siguiera en sus frenéticas vueltas, pues estaba más que acelerado y estaba haciendo que las hombreras de su armadura sufriesen las consecuencias de ello. Con algo de dificultad, la ladrona trató de concentrarse en la imagen mental de su reloj gigante detiniéndose poco a poco; sin embargo por mucho que se entendiese que había que recalcar la fuerza de voluntad de la joven, los resultados que se podían evidenciar no eran de los más alentadores, y por la forma en la que estaban pasando las cosas, se comprendía que si ella no se ponía alerta para lograr de una vez controlar aquella técnica sería dejada atrás por su hermana, quien raramente estaba siendo objeto de su frustración.
-Vamos Sheznarda tú puedes... No dejes que ella te supere. Tú eres más fuerte, siempre has sido más inteligente, eres más leal y por sobretodo, cuando te lo propones eres incluso mejor guerrera que ella... ¡No te rindas ahora!- Gritó la fanstama del hambre generando una onda de cosmos color verde que hizo que el reloj de arena empezara a moverse a una velocidad más lenta, y con ello se detuvo considerablemente el deterioro de las cosas que estaban cerca de ella junto con su armadura. La técnica estaba tomando una mejor forma y la fantasma sentía que podía recién empezar a pensar que podría sentirse orgullosa; sin embargo sabía claramente que eso no era suficiente, entendía que necesitaba más para poder superar a la fantasma de la muerte, y tenía claro que era necesario que diese todo de sí en aquel ataque.
-No es suficiente Sheznarda... A tu señora no le gustará que sólo tenga esto, lo verá inútil y falto de imaginación, y nuevamente irá por ahí con el pecho hinchado de orgullo por tu hermana, es necesario que logres ya hacer algo mejor para poder impresionarla.- Sheznarda elevó su cosmos otra vez intentando tratar detener el reloj de arena, logrando esta vez hacer algo mucho mejor. Hizo que aquel artefacto ahora diese la vuelta hacia el lado contrario, de modo que todo lo deteriorado se empezó a reconstruir.
-¿Y esto cómo se supone que va a servirme para pelear?- Dijo la fantasma perdiendo el control y haciendo desaparecer el reloj gigante.- Mejor descanso y me pienso bien este asunto del reloj y eso de adelantar el tiempo... Debe haber alguna forma de usar esto a mi favor, o por lo menos de agregarle algo más a esto.- Dijo la fanstasma sentada en el piso mientras repasaba la imagen mental de todo lo sucedido con su nuevo ataque. Algo iba a surgir en su mente tarde o temprano.
Cuarto post del ataque medio, elemento control del tiempo.
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Re: Pasillos de la Discordia
Sheznarda se encontraba en el suelo pensando en qué cosa era nesaria hacer para que su técnica burda y sin sentido fuese lo suficientemente interesante como para llamar la atención de Eris. Consideraba que si había podido imaginar algo tan genial como detener el tiempo con un reloj de arena gigante, podía imaginar también más cosas, como la posibilidad de que aquella cosa fuese más pequeña, o que por lo menos no puede ser vista tan fácilmente por el enemigo, pues este al ver que su imposibilidad para pelear era por efecto de aquella cosa que daba vueltas, podría intenar destruirlo con alguna ráafaga de cosmos fatal que hiciera que su ataque fuese lo mismo que nada.
-Vamos Sheznarda... Debe haber algo que puedas hacer para poder arreglarlo. Tienes que pensar bien las cosas... Este reloj hace maravillas, pero debe tener algo más, algo que sea novedoso, que llame la atención de tu señora, que sabes bien está encantada con el fantasma de la muerte.
Sheznarda dijo esto mientras tomaba a su mascota y la ponía sobre su regazo para acariciarla con lentitud. Pensaba que podía empezar a probar su técnica con aquel animalito para ver sus efectos en un ser vivo, porque ver los que el reloj de arena hacía con ella no le daba la facultad para avanzar más allá y trascender un poco más; y fue así como la mujer de los cabellos rubios tomó a su mascota por las costillas y la levantó sobre su cabeza para mirarla con detenimiento.
-No creo que te pase nada malo... No voy a atacarte, sólo espero no te conviertas en roca de manera irreversible- musitó la fantasma mientras miraba espectante a su mascota, pues aún no se había decidido a utilizarla como conejillo de indias.
-Vamos Sheznarda... Debe haber algo que puedas hacer para poder arreglarlo. Tienes que pensar bien las cosas... Este reloj hace maravillas, pero debe tener algo más, algo que sea novedoso, que llame la atención de tu señora, que sabes bien está encantada con el fantasma de la muerte.
Sheznarda dijo esto mientras tomaba a su mascota y la ponía sobre su regazo para acariciarla con lentitud. Pensaba que podía empezar a probar su técnica con aquel animalito para ver sus efectos en un ser vivo, porque ver los que el reloj de arena hacía con ella no le daba la facultad para avanzar más allá y trascender un poco más; y fue así como la mujer de los cabellos rubios tomó a su mascota por las costillas y la levantó sobre su cabeza para mirarla con detenimiento.
-No creo que te pase nada malo... No voy a atacarte, sólo espero no te conviertas en roca de manera irreversible- musitó la fantasma mientras miraba espectante a su mascota, pues aún no se había decidido a utilizarla como conejillo de indias.
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Re: Pasillos de la Discordia
La mujer de los cabellos rubios estaba otra vez en la nada. Aún no llegaba su deidad, ese sitio estaba dejando de ser seguro, y su técnia aún era demasiado totan para que ella la mostrase a su señora, quien volvía a recordar, no había regresado. Con algo de fastidio, la mujer se puso de pie y empezó a elevar su cosmos, estaba planeando tener ese ataque nuevo a como diera el lugar. Poco o nada le importaba que eso le tomase todo el día y nada le interesaba que su cosmos llamase a los posibles enemigos que estuviesen cerca de ese lugar, porque igual para ella las cosas no eran tan sencillas ni tan lindas como para perder su tiempo de forma inútil; estaba dolida, porque su deidad siempre se molestó por todas las cosas que ella hacía, cuando su hermana sí podía hacer lo que quisiera sin que su deidad se molestase. No podía evitarlo, tenía que decírselo, restregárselo, aunque eso le costase la vida.
La propia Sheznarda se molestaba con sus actitud, nunca había sido tan envidiosa o celosa con sus hermanos, pero al parecer en esa época, las cosas no eran como antes y ella había dejado que su ser se llenase de esos sentimientos tan asquerosos que la hacían portarse de la manera en la que se estaba comportando. Con la misma fuerza de antes, la mujer de los cabellos dorados elevó su cosmos y otra vez dio paso a aquel reloj de arena traslúcido y etéreo. Tan quieto y silencioso, ese reloj de arena era el misterio más grande que había encontrado y que le partía la cabeza, pero pasara lo que pasaba, la fantasma del hambre se había propuesto a resolverlo.
-Vamos una vez más... Mi querido Heero no te alejes, que tú serás quien me ayude esta vez.- dijo la rubia a su mascota.
La propia Sheznarda se molestaba con sus actitud, nunca había sido tan envidiosa o celosa con sus hermanos, pero al parecer en esa época, las cosas no eran como antes y ella había dejado que su ser se llenase de esos sentimientos tan asquerosos que la hacían portarse de la manera en la que se estaba comportando. Con la misma fuerza de antes, la mujer de los cabellos dorados elevó su cosmos y otra vez dio paso a aquel reloj de arena traslúcido y etéreo. Tan quieto y silencioso, ese reloj de arena era el misterio más grande que había encontrado y que le partía la cabeza, pero pasara lo que pasaba, la fantasma del hambre se había propuesto a resolverlo.
-Vamos una vez más... Mi querido Heero no te alejes, que tú serás quien me ayude esta vez.- dijo la rubia a su mascota.
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Re: Pasillos de la Discordia
Ya podia sentir aquel cosmos estar mas cerca, poco a poco mi cuerpo comenzo a integrarse, formando con ello mi cuerpo completo. No habia sido despues de estar mas cerca de aquella mujer que daba a sorpresa. Camine unos cuantos pasos para acercarme hacia ella. Lentamente. No queria espantarla puesto que parecia agraciada con aquel jugueteo entre alguna mascota y ella. No dije mucho, solo preparaba mis labios para darle la noticia de nuestra partida.
Hasta que te encuentro. Bien, creo que no puedes seguir estando aqui... Como tu diosa a muerto estas sola... Creo que... Deberias de venir con nosotros hacia nuestro recinto. Bueno al recinto de Afrodita, ella es la que te pide que la sigas.
Musite mientras poco a poco llevaba mis manos hacia mi cabeza. Como rascandome un poco. Sabia que ella aun era una niña. incluso podria equivocarme de vez en cuando. Pero ahora esto era serio. Asi que tenia que tomar una decision rapida.
No creas que es por apresurarte ni nada de eso. Pero quedandote aqui estas en peligro. No importa si quieres quedarte, por mi no habra problema. Pero, te lo pido mas por Lydia, esa mujer esta preocupada por ti... Dije mientras le tendia la mano. Podria rechazarme una vez, y al fin y al cabo ella solo seria la muerta en ese campo de batalla, que poco a poco se iba convirtiendo la tierra.
Hasta que te encuentro. Bien, creo que no puedes seguir estando aqui... Como tu diosa a muerto estas sola... Creo que... Deberias de venir con nosotros hacia nuestro recinto. Bueno al recinto de Afrodita, ella es la que te pide que la sigas.
Musite mientras poco a poco llevaba mis manos hacia mi cabeza. Como rascandome un poco. Sabia que ella aun era una niña. incluso podria equivocarme de vez en cuando. Pero ahora esto era serio. Asi que tenia que tomar una decision rapida.
No creas que es por apresurarte ni nada de eso. Pero quedandote aqui estas en peligro. No importa si quieres quedarte, por mi no habra problema. Pero, te lo pido mas por Lydia, esa mujer esta preocupada por ti... Dije mientras le tendia la mano. Podria rechazarme una vez, y al fin y al cabo ella solo seria la muerta en ese campo de batalla, que poco a poco se iba convirtiendo la tierra.
Mauritius- Dios/a
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Re: Pasillos de la Discordia
Sheznarda estaba a punto de dar inicio otra vez a la danza de su reloj de arena, estaba tan contenta porque al fin había encontrado la forma de hacer que tal cosa fuera de lo más útil para la batalla y al fin sentía que podría agradar medianamente a su deidad, quien se estaba tardando en aparecer, pero en quien tenía toda su confianza y sabía regresaría con ella.
-Bueno Heero, no tienes que preocuparte, esto no te hará daño- Dijo la fatasma del hambre y elevó su cosmos, pero así tan pronto como lo elevó tuvo que descenderlo, ante la presencia de un ser extraño en aquel lugar. Ella ya había visto a Zeus, pero no esperaba encontrarse con él en ese lugar, así que su presencia ahí la preocupó bastante.
-Aún no llega mi señora?- Preguntó bajando su cosmos y tomando a su mascota con las manos para llevarla en brazos hacia él.- Entiendo... Mi señora se tarda en regresar... Supongo que al estar bajo el cuidado de la diosa del amor no puedo negarme a obedecerla... Mi señora me ha dicho que no salga de este lugar, pero creo que si ella se va y yo me quedo aquí le daré más problemas a Eris. - Sheznarda suspiró puesto que sabía que iba a ganarse un reto gratis, por lo que con resignación la ladrona asintió y tomó la mano que la deidad del rayo le estaba ofreciendo... Entendìa que Eris iba a estar furiosa con ella, pero como no era novedad eso, decidió olvidarlo y seguir a la mujer de los cabellos negros, de parte de quien Zeus decía había venido.
-Bueno Heero, no tienes que preocuparte, esto no te hará daño- Dijo la fatasma del hambre y elevó su cosmos, pero así tan pronto como lo elevó tuvo que descenderlo, ante la presencia de un ser extraño en aquel lugar. Ella ya había visto a Zeus, pero no esperaba encontrarse con él en ese lugar, así que su presencia ahí la preocupó bastante.
-Aún no llega mi señora?- Preguntó bajando su cosmos y tomando a su mascota con las manos para llevarla en brazos hacia él.- Entiendo... Mi señora se tarda en regresar... Supongo que al estar bajo el cuidado de la diosa del amor no puedo negarme a obedecerla... Mi señora me ha dicho que no salga de este lugar, pero creo que si ella se va y yo me quedo aquí le daré más problemas a Eris. - Sheznarda suspiró puesto que sabía que iba a ganarse un reto gratis, por lo que con resignación la ladrona asintió y tomó la mano que la deidad del rayo le estaba ofreciendo... Entendìa que Eris iba a estar furiosa con ella, pero como no era novedad eso, decidió olvidarlo y seguir a la mujer de los cabellos negros, de parte de quien Zeus decía había venido.
Sheznarda- Amazona Dorada
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Re: Pasillos de la Discordia
Sheznarda estuvo a punto de irse con aquel hombre que le ofrecía su mano para marcharse de ese lugar, pero algo dentro de ella empezó a impedírselo. No sabía si era por su rencor hacia la mujer que la había abandonado para siempre, o que pensaba tan poco en ella que no había hecho el intento de regresar; o sí era por el hecho de que ya no se sentía parte de ese sitio, ni de nada que tenga que ver con Eris. La cosa era que la fantasma del hambre ya no se sentía tan fantasma y ya no quería tampoco seguir en ese lugar y en la misma labor. Entendía que cuando Eris regresara arremetería contra ella de igual manera, y que como siempre Flori sería la premiada, la favorita, la que no hacía nada mal, y como personalmente la joven de los cabellos rubios ya se estaba cansando de ello, decidió que lo mejor era quedarase en ese lugar para saber qué hacer.
-Lo lamento señor de rayo. Dígale a Afrodita que no voy a ir, que se olvide de mí, que la fantasma del hambre se ha perdido al igual que su señora- Una vez dicho esto, Sheznarda se dio media vuelta con rapidez y corrió con todas sus fuerzas para alejarse de ahí, porque sentía que si no se movía iba a terminar haciendo lo que ese hombre le pedía y así no podían ser las cosas; por eso cuando llegó al final del pasillo, la ladrona no dudó en doblar la esquina y perderse en uno de los múltiples pasadizos del templo. Ella estaba yendo a un sitio del que no habría un futuro retorno.
-Lo lamento señor de rayo. Dígale a Afrodita que no voy a ir, que se olvide de mí, que la fantasma del hambre se ha perdido al igual que su señora- Una vez dicho esto, Sheznarda se dio media vuelta con rapidez y corrió con todas sus fuerzas para alejarse de ahí, porque sentía que si no se movía iba a terminar haciendo lo que ese hombre le pedía y así no podían ser las cosas; por eso cuando llegó al final del pasillo, la ladrona no dudó en doblar la esquina y perderse en uno de los múltiples pasadizos del templo. Ella estaba yendo a un sitio del que no habría un futuro retorno.
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Re: Pasillos de la Discordia
Jum?, asi que eso fue todo, jajaja lastima, musite mientras veia como aquella fantasma se separaba de todo. Caminaba sin sentido alguno, como si hubiese perdido la motivacion que habia sentido. Ya no tenia mas el sentimiento de formar mas parte del ejercito de Eris, y por ello se perdia en su mediocridad. Que se va a poder hacer. Dije mientras veia como se perdia rapidamente en todos aquells pasillos del recinto de Eris. Podria haberla detenido, pero la verdad es que no era el momento mas deseado como para hacerlo. Acabaria con su existencia, pero ya tenia a una fantasma perdido, y ahora una muerta, podria ser mas que una provocacion hacia eris.
Haz tomado tu destino fantasma, espero que puedas soportalo por todo el resto de tu vida... Dije mientras di media vuelta, y lentamente segui caminando de regreso hacia el lugar donde se encontraba Lydia. Solo unos minutos habian pasado, y de seguro se enojaria de mas. Pero que mas daba si al final de todo ya solo quedabamos ella y yo. Solos. No tenia ningun ejercito para atacar a nadie, y si me presentara ante todos los demas dioses tendria desventaja en el tiempo de ataque, huirian como cobardes, y eso quedaria en mal papel.
Se siente solamente la presencia de guerreros de Atena y Ares, como si la proxima guerra estuviera ya por empezar... Jaaja, ya lleva varias bajas ares. Pero que se podia esperar de el... Segui caminando, mientras buscaba en mi mente, alguna manera de hacerme presente en esta tierra. Ya habia pasado demasiado tiempo sin tener accion, y ya era justo hacer una que otra locura.
Haz tomado tu destino fantasma, espero que puedas soportalo por todo el resto de tu vida... Dije mientras di media vuelta, y lentamente segui caminando de regreso hacia el lugar donde se encontraba Lydia. Solo unos minutos habian pasado, y de seguro se enojaria de mas. Pero que mas daba si al final de todo ya solo quedabamos ella y yo. Solos. No tenia ningun ejercito para atacar a nadie, y si me presentara ante todos los demas dioses tendria desventaja en el tiempo de ataque, huirian como cobardes, y eso quedaria en mal papel.
Se siente solamente la presencia de guerreros de Atena y Ares, como si la proxima guerra estuviera ya por empezar... Jaaja, ya lleva varias bajas ares. Pero que se podia esperar de el... Segui caminando, mientras buscaba en mi mente, alguna manera de hacerme presente en esta tierra. Ya habia pasado demasiado tiempo sin tener accion, y ya era justo hacer una que otra locura.
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