[Villa Rodorio] - Entrada

por Aspros Miér Feb 23, 2011 6:09 pm

La ruta de los mercaderes que cruzaban los territorios adyacentes al Imperio Romana guardaba más de una sorpresa para Aspros, el ex-senador y ex-dueño de Cambre, quien para ese momento se encontraba maravillado con todas las historias y relatos que había oído a través del tiempo que le llevó llegar hasta cierta zona de Grecia.

Incluso cuando tenía ciertos conocimientos del clima de ese país tan particular, nunca había llegado a imaginar que la temperatura y el sol reinante fueran tan inclementes. Aspros estaba acostumbrado a un cielo despejado, con el astro rey brillando sobre su cabeza pero con el frescor que generaba el viento agitando sus cabellos, pero contrariamente a eso tenía una brisa seca, que fácilmente podía secarle la garganta y obligarle a gastar sus reservas de agua en un santiamén. Pero era tan solo un obstáculo más que superar, era algo que no tenía mayor peso y que sin duda vencería para continuar adelante. Así lo hizo. Acostumbrarse al cambio de ambiente no resultó sencillo para el gemelo de Cambre pero el esfuerzo gastado en ello tenía sus recompensas…ahora lo que le quedaba por hacer era descubrir la cuna de los mitos más prominentes de toda la región, y dado que aquella era una cultura con raíces míticas tan fuertes y de gran peso sobre la vida de cada ser que viviera en el territorio, hallar información en la primera villa en la que desembarcó de la caravana de mercaderes no le llevó demasiado tiempo. Las referencias conseguidas de los habitantes del lugar hablaban de una antigua villa, cuya fundación se remontaba a siglos atrás sobre la cual reinaba una deidad que reencarnaba cada doscientos años más o menos para salvar el mundo de las fuerzas del mal…una leyenda muy persistente según lo que pudo averiguar el peliazul. Y si persistía tanto, sus razones y su verdad tendría, así que su primer objetivo en Grecia era encontrar la Villa de Rodorio.

Después de rondar a través de varias aldeas, conseguir información fragmentada en su sitio u otro, el gemelo de Cambre se había formado una buena idea de adonde debía dirigirse, tomando la palabra de varios de los miembros más reconocidos de cada localidad…el éxito por lo visto, le estaba asegurado.

Villa...Rodorio. murmuró Aspros, parado en la entrada del asentamiento que le rendía culto a Athena con una sonrisa neutral en su cara y la melena siendo agitada constantemente por una brisa cálida y reconfortante. Ya había llegado a su objetivo y ahora lo que debía hacer era recabar un poco más de información que le fuera útil. Sin pensarlo demasiado, el gemelo de Cambre atravesó el umbral y marchó en dirección al centro de la enorme y extensa villa.

por Aldebaran Vie Feb 25, 2011 12:57 pm

Siguió caminando por lo que parecía ser un amplio bosque a los pies del Santuario, unas pequeñas colinas que daban a un gran risco y desde el, se podía observar una magnifica ciudad; justo a los pies del Santuario. Villa Rodorio, aunque Aldebarán no sabía su nombre pues para él todo ese lugar era nuevo. Portaba su armadura en la espalda, fue en ese momento que se dio cuenta que quizás las personas podrían saber algo de Atenea, debido a que esa ciudad había estado a los pies del Santuario por años.

Descendió derrapando por la montaña clavando sus pies en la tierra y levantando una enorme polvareda que ensuciaba un poco sus ropajes blancos. Tenía la ropa de entrenamiento, aquella que había encontrado en la mismísima Casa de Tauro como si supieran que él iba arribar en ese Templo. Quedó parado justo en la entrada, ingresó con tranquilidad mientras con su mano sacudía un poco el polvo de sus ropajes.

Tenía una pequeña armadura de aprendiz, con una hombrera en el hombro, muy parecida a la que tenía la Armadura Dorada de Tauro. Al hacer unos pasos un chico asombrado por lo que había visto, le sonrió y eufóricamente musitó. - ¡Miren, un caballero dorado… han vuelto! ¡Como en las historias!

El gigante no podía comprender absolutamente nada, fue en ese momento que montones de niños le rodeaban y se fijaban claramente en la Caja dorada de Pandora, quizás ellos sabían mucho más que él mismo acerca de los caballeros dorados. El guerrero tan solo colocó una sonrisa amable y musitó. – Correcto, soy un caballero dorado, ¿Cómo se llama esta ciudad?

Preguntó bastante curioso mientras los niños seguían correteando. Un brillo en sus ojos marcaban lo emocionado que se sentían en ese momento de conocer a un caballero dorado. Esos ojos de los niños le hicieron recordar a Sylvanas un poco y se puso serio, sabía que no debería haberla dejado atrás, pero no podía volver. – Rodorio.

Contestó un niño mientras algunos se colgaban de la armadura. Aldebarán se quitó la caja de su espalda y con cuidado la depositó en el suelo sin lastimar a nadie. Los bajó lentamente sin hacerles daño en lo absoluto y dijo. – Lo siento chicos, pero esta armadura no se puede tocar, es sagrada, espero comprendan.

Tengo que seguir con mi viaje, prometo volver a visitarlos. – dijo el caballero dorado mientras que los niños le veían exaltados y comenzaban a seguirlo.

Esperaremos verlo devuelta... ¡Wow...Nos habló...! - dijo uno y comenzaron a seguir jugando como si nada. Aun hablando, susurrando entre ellos de aquella aparición inesperada.

Aldebarán continuó su camino, entendiendo que quizás había más gente en el Santuario que comenzaba a entrenar. Pues parecía que si había Rango de Bronce y de Oro, de seguro había un Rango Dorado. Quizás el Santuario estaba minado de aprendices, y eso era bastante bueno de ver, pero sin Atenea eso no iba a ser nada y él lo sabía muy bien, así que tenía que ir en busca de su Diosa, volver a Roma… como le había prometido a su aprendiz.

por Beneth Miér Mar 30, 2011 12:44 pm

Por fin después de tantas horas de viaje en aquel bote pequeño, podía estirar las piernas un poco y caminar. Mis músculos estaban muy tiesos, ya no tenía la flexibilidad de antes cuando entrenaba con mis esclavos. Mi pequeño compañero como siempre estaba a mi costado derecho siguiendo mis pasos. Estaba muy animado al precensiar otra nación, el ambiente era distinto al de Roma, pero en mi cabeza lo mas importante que me preguntaba era que iba a hacer, por donde empezar? El mundo de Grecia era reconocida por ser la cuna de los mitos y leyendas de los dioses del Olimpo, según mi antiguo maestro espartano, así que no sería difícil encontrar información que me ayudase a sacarme las dudas que tenía. Primero que nada avanzamos unos cuantos metros con Grant y nos topamos con una ciudad o pueblo, en ese momento no sabría que era. Me sentía como un simple turista entrando a un lugar desconocido. -Va... no importa si no tomo riesgos, no llegare a nada, mejor avanzo y pregunto a la gente que habita en ese lugar.

Era hora de entrar y comenzar con mi búsqueda de información, claro debía tener cuidado con quien me relacionaba sino sería engorroso hablar de más, a personas que me creerían loco por mis locuciones sobre el cosmos. Grant mantenía a mi costado siguiéndome, ajuste un poco más la mochila a mi espalda por si las dudas y con pasos firmes y seguros avancé al pueblo para conocer la gente del lugar.

por Rain Lun Abr 04, 2011 4:59 pm

Despues de haber pasado varios dias en los cuales me estuve acabando las provisiones de fruta que tenia y haber estado cazando algunos animales para poder pasar al menos sin hambre por ese tiempo, vi a la lejania una especie de poblado bastante pintoresco el cual me llamo bastante la atencion puesto que pensaba que no habria mas poblados cerca. Hice que el caballo siguiera caminando para asi poder encontrar al menos una posada o algo parecido para pasar la noche y tambien para abastecerme de provisiones puesto que se me habian acabado hace poco y necesitaria mas para poder continuar mi viaje, por lo cual me puse a ver la entrada de ese pueblo el cual era pequeño mas no por eso no pasaba de ser lindo y hasta algo extraño puesto que aun cuando no habian muhcas edificaciones se podia ver a mucha gente transitando por las calles para hacer sus compras o simplemente porque querian el hacer algo de ejercicio o divertirse cosa que no paso desapercibida para mi. A lo lejos pude vislumbrar una posada asi que hice que el caballo aumentara la marcha para asi poder llegar rapido y poder descansar bien del largo viaje que habia hecho.

- Al menos podre estar mas tranquila puesto que aqui al menos no se ve que haya gente malvada y sus auras se ven bastante tranquilas mucho mas que las de las personas en Roma -dice mientras veia a su alrededor estando sobre el caballo el cual se movia rapidamente para poder llegar a su destino y asi poder tener el descanso que tanto anhelaba en esos instantes-

por Aspros Jue Abr 07, 2011 6:15 pm

De techo en techo se podía ver una estela dorada, que indudablemente solo podía pertenecer a una persona, o al menos a un solo tipo de persona: un Santo de Oro. En este caso se trataba de Aspros, el Santo guardián del Templo de los Gemelos, el tercero en el recorrido del Santuario había llegado por fin a la entrada de Villa Rodorio, después de haber dando incontables saltos y moviéndose a la velocidad de la luz, salvando aquella enorme distancia en cuestión de milisegundos. Pisando con fuerza en el polvoroso suelo, una nube de suciedad se levantó y sopló en la dirección contraria a la que se proponía ir el peliazul. Si la voz que venía de la voluntad anclada en la Armadura de Géminis no estaba equivocada, tendría todavía un largo camino que recorrer hasta llegar a Starhill…y de allí comenzaría el verdadero calvario ya que el mero hecho de escalar aquella enorme montaña era una hazaña difícil (sino imposible) hasta para los mismos Santos de Oro, pero si lograba pasar aquel obstáculo llegaría al primer punto desde el cual podría anclar su dominio sobre todo lo que pretendía gobernar. Dejando que el seco viento del crepúsculo revolviera sus cabellos, simplemente retomó la marcha con un paso seguro y altanero, propio de una persona que estaba totalmente confiada en poder conseguir sus metas fuera como fuera.

Bien...ya estamos cerca. Solo un poco más. dijo el ex-senador, arreglándose un mechón rebelde mientras sus pasos resonaban contra la tierra apisonada por la enorme cantidad de gente que de seguro había pasado por el sitio a través de los años. Viendo el bosque un tanto alejado de allí Aspros exhaló una gran cantidad de oxígeno de sus pulmones para desaparecer en su interior, esperando que Night no perdiera su rastro y lo siguiera de cerca.

por Arone Lun Mayo 02, 2011 9:47 pm

Segundo post de cuatro para segundo ataque débil: fuoco sacro stella

Después de estar caminando por algunos minutos por fin pude llegar hasta la entrada de la villa Rodorio pero por ahora par mi tan solo significaba la salida de esta, mi mirada se encontraba baja pero no era lo único también mis ánimos se encontraban bajos pero esa no era una razón para rendirme tan rápido y menos cuando podía volverme mas poderoso con este viaje, pero aunque quisiera pensar de esa manera no podía…no podía cambiar quien era de una forma tan rápida y ahora menos que no se encontraba mi compañero…quien hubiera dicho aquellos caballeros tan presuntuosos tenían toda la razón, ya que ahora me sentía como un niño gracias a mis emociones, me daba risa ya que no podía creer que de verdad hubiera estado viviendo en un mundo lleno de ilusiones como un sueño. Aun era un niño que creía que todo podría ser fácil creí que podría volverme fuerte con facilidad pero no, creí que se podía confiar en los demás pero no, creía que podía vivir sin pelear pero no...todo en lo que había creído alguna vez ahora era tan solo una mentira creada por mi mismo. Mi mirada se encontraba seria y casi vacía ya que me encontraba ahora completamente decepcionado de mi mismo ya que como era posible de que hubiera creído semejantes mentiras.-Un mundo…en paz ja…-Al principio se nota una ligera sonrisa en mi rostro pero después de unos minutos esta se disipo.

Mis pasos ahora eran guiados por una lijera…esperanza?...no, eran guiados ahora por la llama que alimentaba no solo a mi corazón sino que a mi poder ya que me di cuenta que en eso momentos lo único que podía hacer y que no era una simple ilusión era volverme mas poderoso, si era posible mas poderoso que cualquiera que haya conocido. También me daba cuenta de que me encontraba solo y que no podía apoyarme en los demás ya que lo mas seguro es que no me ayudarían,.-Familia…-Esa palabra salió de mis labios pero la familia era algo que ya o que desde un principio no me pertenecía ya que después de todo era un huérfano y aunque fui adoptado por una familia romana no era mi familia y la única pizca que quedaba de ella se convirtió en un servidor de la muerte…ya no tenia a nadie. Los caballeros tan solo eran compañeros…pero nada mas ni amigos y mucho menos una familia, me estaba dando cuenta de muchas cosas en esos momentos y quien hubiera dicho que los que me ayudarían a entender eso serian aquellos caballeros que me dan tanta desconfianza.

Hasta me doy cuenta de esto?...cosas tan importantes…y no me daba cuenta de ello.-Una sonrisa se reflejo en mi rostro esta vez era distinta a todas las que haya tenido ya que era un tanto fría pero de verdad mostraba felicidad.-Aquí la única en la que puedo confiar es en Athena…o por lo menos eso creo ahora…si es verdad que es la diosa que merece ser protegida por nosotros confiare en ella pero sino?...que are entonces?...-Deje de caminar mientras que me mantuve en silencio por unos cuantos minutos.-Si eso llegase a pasar…luchare por ella pero no confiare en sus palabras y solo me guiare por mi instinto.-Palabras frías he incluso quizás tontas pero por ahora era la verdad en la que creía. Mis ojos ya no mostraban la misma inocencia que alguna vez se vio reflejada en ellos ahora solo se podía observar una pequeña llama que comenzaba a nacer en ellos.

por Manigoldo Jue Jun 30, 2011 10:02 am

El sol estaba a punto de descender por las montañas que habían dejado muy atras ya. El camino había sido algo duro, pero muy agradable por la compañía de la hermosa Michiru. En la mente de Manigoldo pasaban mil ideas poco decorosas sobre lo que haría con una mujer así en su cama, incluso la tomaría como esposa si le diese la oportunidad. Había algo en sus ojos como el mar que lo tenían cautivado, o lo suficientemente cautivado como para haber sido amable por tantas horas, cosa que el no era.

Pasaron por algunas casas por las afueras de Rodorio, lentamente se empezaba a ver más gente. El olor a pan recien horneado listo para la cena le habría el apetito, pero pensó que apenas llegaran encontraría una posada para pasar la noche, había ganado una buena cantidad gracias a Jezzara y ahora podía darse esos pequeños lujos.

Atras quedaban esos días en los cuales había pasado frío extremo y hambre dentro de la doceava legión del General Breda. Atrás quedaba tambien el recuerdo de esa chiquilla llamada Sophia a la que había protegido de aquella sensación tan rara que sintió. Se preguntó por un momento... ¿Por qué rayos estaría pensando en Sophia cuando tenía a Michiru calentandole la espalda? había algo muy raro en esa mujer, algo que le atraía no de una forma amorosa, sino protectora... y aún pensaba, que ella tenía el secreto para que la muerte lo dejara de perseguir fuera donde fuera.

- Rodorio Michiru. - Le indicó a la chica en caso de que se hubiese quedado dormida. - Yo buscaré una posada y algo de comer. ¿Necesitas que te lleve a alguna parte o irás conmigo?

por Michiru Vie Jul 01, 2011 1:49 pm

Michiru ya había subido al caballo con ayuda del joven de cabello azul ya que había aceptado que Arone nos acompañara así poniéndose en marcha el caballo comenzó a andar la violinista giro un poco la cabeza para percatarse de que Arone viniese tras ellos ya que ella poseía un buen corazón el joven apuesto de cabello azul le dijo que había unas pieles de oso tras ella ya que al ocultarse el sol hacía mucho frío, la chica de cabello turquesa tomo una y se la coloco en la espalda en forma de manta atorándola entre sus brazos, esta ves si temor alguno abrazo a aquel joven que se encontraba frente a ella recargando su cabeza sobre su espalda y quedando profundamente dormida.

El camino no había sido largo o almenos eso sintió ya que al quedarse dormida el tiempo se iba volando, Michiru comenzó a despertar al escuchar la voz de aquel hombre que la acompañaba diciéndole que habían llegado a villa rodorio, la joven admiraba lo que podría ver desde la entrada parecía un lugar lindo y armonioso donde la gente vivía en completa paz, nuevamente las palabras del apuesto caballero llamaron su atención -Bueno realmente yo pensaba hacer lo mismo ya que me muero de hambre y también quisiera descansar , no se si le moleste que le cause otro poco o al menos dejare de molestarlo en la mañana-

por Arone Vie Jul 01, 2011 10:01 pm

El sol se estaba poniendo detrás de las montañas indicando con ella la caída de la noche. El camino hacia la villa había sido un poco cansado pero gracias al pequeño descanso que tuve en los acantilados pude seguirles el paso a mis nuevo compañeros pero suponía que su compañía no duraría demasiado tiempo ya que llegando a la villa me separaría de ellos para encaminarme de nuevo al santuario el cual no se encontraba muy lejos de Rodorio, mientras caminaba comencé a sentir un poco de hambre así que saque de una pequeña bolsa de cuero que traía conmigo una pequeña manzana la cual fui saboreando durante el camino lleno de rocas por el cual ya había transitado antes, algunas gotas de sudor comenzaban a correr por mi cienes a causa de la larga caminata pero eso no duro demasiado tiempo ya que al mismo tiempo que el sol desaparecía detrás de las montañas el calor desaparecía también.

Extrañamente la caja con mi armadura no me resultaba demasiado pesada aunque esta se encontraba hecha con el mismo material de mi armadura, sujetaba con fuerza las correas de cuero mientras mantenía la mirada en el suelo observando las huellas que dejaba el caballo pero de vez en cuando giraba mi cabeza a los lados para mirar los árboles y flores que se encontraban en los alrededores. El tiempo se fue volando para mii ya que en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba de vuelta en la villa.-De nuevo he regresado.-Dije para mí mismo en un tono de voz bajo para que no lo escucharan los demás, me parecía un tanto gracioso el que después de dejar la villa y el santuario para hacerme más fuerte al final terminar en donde había empezado por la misma razón por la que me había ido.-Yo los dejo ya que tengo que ir a otro lugar asi que gracias por dejarme acompañarlos, fue un placer conocerlos.-Sin decir más o sin saber si me estaban prestando atención comencé a caminar entre la gente que se encontraba en las calles de la villa para poder dirigirme al santuario.

por Manigoldo Sáb Jul 02, 2011 1:44 pm

El sujeto que los venía siguiendo se había marchado. Manigoldo no se despidió, pues no tenía realmente mucha importancia que estuviera o no con ellos. Seguía galopando por esa entrada hermosa del pueblo llamado Rodorio, con la Joven Michiru apegada a su espalda. Todo aquello no se sentía nada mal, aquella dama de cabello turqueza era hermosa, docil y delicada... tal como le gustaban las mujeres a Manigoldo.

No sonreía, pero por primera vez en muchos días no se sentía irritado tampoco. Era como si la suavidad del mar en los ojos de esa chica calmara de alguna forma a Manigoldo, algo claro, que no se había dado cuenta. Por el momento al menos le bastaba con cumplir con llevarla a una posada en Rodorio, ver que estuviese bien, intentar alguna cosa con ella y seguir su camino con un hermoso recuerdo de haber visto hacia el fondo del mar en los ojos de esa joven.

Pasaron entre las casas galopando. El sol estaba cayendo, la noche llegaría muy pronto. Pero eso no significaba que debían temer o algo por el estilo. Se veía en Rodorio una paz muy distinta a las noches en Roma donde la vida parecía crecer con el ruido de la risa de las prostitutas y las espadas chocando. Rodorio olía a cocina fresca, a hierbas, sólo se podía escuchar los grillos. De seguro los niños hacía mucho dormían y las pocas luces que se veían encendidas en las ventanas de las humildes chozitas, era de las mujeres que preparaban el pan para el día siguiente.

Cabalgo, pasando todo aquello, en dirección a la plaza, pues recordaba que ahí había visto lo más cercano a una posada que debería haber en todo ese lugar.

por Ioros Dom Jul 10, 2011 7:43 pm

El amanecer empezaba a deslumbrar por el horizonte,y los hombres empezaban a despertar,ahora la luz iluminaba lo que en la noche no habían podido contemplar esos romanos, un gigantesco acantilado se alzaba delante de ellos impidiendoles el paso o eso parecía a simple vista. Ioros recogía sus cosas mientras en su mente se repetía un sueño que había tenido esa noche, más que un sueño era una sensación, era esa misma noche y andaba durmiendo pero por un momento sentía como un chocar metalico que hacia estremecer su corazón, se unian y latían en sincronización dandole una profunda paz y sensación de alegria como si alguien conocido hubiera renacido, pero debía volver al mundo, con todas sus cosas apunto hablo a los hombres:

-Vamos soldados.... estamos cerca solo estas feroces montañas nos separan de nuestro objetivo.- o eso creía pues esas eran tierras inexploradas por él, en el mapa no había nada más de aquellos acantilados. Los legionarios andaban en formación pues andaban por un sinuoso camino, muy estrecho con facilidad para tender emboscadas pero por suerte parecía que no hubiera nadie que atendiera la llegada de estos visitantes.El terreno era escarpado, amenazante no había mucha vegetación parecía completamente inóspito,pero pasado unas horas algo asombroso ocurrió, ante la vista de esos cansandos hombres las montañas se abrían dejando al placer visual un extenso valle completamente distinto lleno de luz, flora, hasta se podia distinguir la silueta de un pueblo cerca de unas ruinas que subian y subian sin fin.

por Ioros Dom Jul 24, 2011 8:26 pm

El paso de la pequeña tropa se había vuelto más lento y precavido, ninguno aunque no lo mencionase podía creerse que existiera tal paraiso,el siguiente punto de parada era ese pueblecillo, Ioros y sus soldados habían llegado a esas tierras preparados para luchar pero ese lugar parecía alentar sus malos sentimientos,su rencor,o al menos eso sentia el general en su interior, a medida que avanzaba una paz le llenaba cada vez más su interior, las ansias de lucha desaparecian bajando su defensa, y lo mismo parecía suceder a los soldados que extasiados bajaban sus escudos para observar los parajes despreocupados.

Ioros subiendo a su caballo cabalgó unos últimos metros adelantandose a los demás para adentrarse en las calles del pueblo,allí la gente hacia su vida, paseaba por las calles, vendía su mercancía o simplemente trabajan en sus oficios, el romano se acercó a un artesano que parecía trabajar en las cestas, Ioros estaba convencido de que la reacción de ese hombre sería de asombro o de miedo pero no fue asi:

-Buenos dias buen hombre...andamos algo perdidos o por lo menos desorientados, un poco de guia nos iria bien- Ioros miraba a su alrededor como buscando algo que le ayudara a orientarse pero no lo conseguia- donde estamos?¿

El hombre tras escuchar las palabras del joven soltó una carcajada bastante audible y prosiguió a contestar a Ioros:

-Pues soldado... estas en Rodorio, la villa a los pies del santuario de Athena- poniendo la mano en el hombro del soldado- no eres ni el primero ni el último que a llegado a este lugar por un motivo y otro, para la mayoria es una revelación o como ellos dicen el destino.Tampoco sois los primeros romanos que vemos, hay muchos aquí y más arriba.Como vereís este es un lugar de paz protegido por la diosa, es un lugar de bien y sus vibraciones llegan a los corazones de la gente elegida.

Muchas cosas pasaban ahora por la cabeza de Ioros, una ciudad protegida por Athena, de nuevo el nombre de esa diosa griega aparecía en su vida, ya en su momento Astrid quiso desvelarle el misterio pero todavía era pronto, pero ahora... ahora estaba alli y descifraria ese enigma de dioses y poderes, poderes que en él mismo habitaban.

por Suzaku Dom Jul 31, 2011 9:03 pm

Corriendo como un desesperado, no sabia muy bien donde iba, solo queria salir muy lejos para que no me descubrieran que habia sido yo el que habia provocado aquella explosion en la montaña. Nadie me seguia, pero aun asi el joven hispano no dejaba de correr como loco. Tanto que termino llegando a la entrada de lo que parecia ser una villa. En la entrada ponia un nombre, pero en un idioma que aun no alcanzaba a leer muy bien, en el cartel ponia tallado, villa rodorio. Se quedo tan extrañado con esa villa que ni se acordaba que hace unos minutos estaba corriendo montaña abajo escapando de aquella chica que habia visto antes y le habia llamado.

Comence a entrar dentro de la villa, pero de pronto observe algo que me llamo la atencion, eran.. soldados, y por sus uniformes se podia notar que eran soldados que procedian de Roma, habia estado el suficiente tiempo en la capital romana como para ahora distinguir sus uniformes.

No me acerque mucho a ellos, pero me quede observandolos durante un buen rato, eran muchos, y todos se veian muy fuertes. Pero ahora pensaba, si de verdad ellos eran tan fuertes. Yo ahora conocia el cosmos, y antes temia a esos soldados, me preguntaba si de verdad serian tan fuertes como para tenerles miedo o es que solamente yo antes era una persona debil y asustadiza.

por Ioros Dom Jul 31, 2011 9:41 pm

Ioros había obtenido una valiosa información que aclaraba algunas cosas de ese lugar, pero por otro lado había abierto un dilema en él, por un lado estaba su obligación como militar, que era intentar averiguar un poco más de ese lugar y regresar a su campamento, pero por otra mano estaba todo ese nuevo mundo lleno de poderes desconocidos en él cual se había visto implicado,pero lo peor es que no era algo que pudiese decidir él solo pues estaban esos 10 hombres que lo habían seguido a través de toda Grecia.

Así que el general se despidió dando las gracias a ese hombre para dirigirse de nuevo hacia sus compañeros, que andaban medio sentados medio tirados en la calle, era hora de afrontar las cosas aunque le costara:

-Soldados.... hemos llegado lejos, y ahora que hemos llegado os tengo que preguntar si quereis seguir un poco más allá o regresar.Nuestra misión con Roma a terminado, así és, el misterio de estas montañas me a sido desvelado por tanto hemos concluido nuestra mision - los hombres miraban fijamente a su jefe asintiendo con la cabeza algo confusos, Ioros hizo una pausa para que pudiera asimilar un poquito por donde iba- pero... ahora yo os digo ... os digo que andamos en medio de algo mas grande... algo que supera con creces el poder de Roma y todo lo conocido por el hombre, allí en esa montaña estan las respuestas... - y el romano señalaba donde el hombre le habia dicho- alli esta el Santuario de la diosa Athena o eso dicen, tenemos la oportunidad de entender y quizá defender o luchar por algo más importante que el emperador. QUE ME DECIIS?

Lo habia dicho todo.. o al menos eso habia intentado, sus soldados se miraban intercambiando miradas y algunos gruñidos más que palabras, parecía que habían tomado una decisión pues poco a poco se iban levantando cogiendo sus pertenencias, era un momento de gran tensión para Ioros pero para su sorpresa uno a uno se formaba golpeando su pecho.

-Le seguiremos!!! a donde nos guie.... usted es nuestro oficial y no lo vamos a decepcionar. - en ese momento no podia sentirse mas orgulloso de toda esa tropa su fidelidad casi le hizo llorar pero un su instinto le indico que alguien se andaba fijando demasiado en ellos, unos ojos ocultos.

por Suzaku Dom Ago 07, 2011 4:40 pm

El joven hispano Suzaku, seguia admirando a los soldados que estaban en la villa, no eran muchos, podia contar unos once en total, uno de ellos, que parecia de un rango superior a los demas, con una larga melena celeste, estaba hablando con alguien del pueblo. Yo cada me iba acercando mas y mas a los soldados, escondiendome todo el tiempo para que no me vieran, pero cada vez mas cerca de ellos, queria escuchar lo que estaban hablando.

Cuando estuve lo suficienteme cerca de ellos, pude escucharlos con mas claridad, aquel hombre de melena larga estaba diciendole a los demas, que el santuario de Athena estaba cerca. Eso me llamo tanto la atencion, tanto que sin querer, deje a la vista mas parte de mi cuerpo, insconciemente estaba acercandome mi rostro para escuchar con mayor claridad.

El santuario de Athena..

Ese era el lugar que estaba buscando ahora, solo habia estado dando vueltas por el bosque una y otra vez, pero no encontraba el camino al santuario, queria hacerme un caballero, y al parecer tenia que ir a ese lugar. Lo que no sabia, es que ya habia estado cerca, pero por culpa de salir corriendo habia vuelto hacia atras, y ahora estaba algo mas lejos, pero si seguia a esos hombres podria de nuevo encontrar el camino.

Tenian todo listo, y se iban a marchar, pero no podia dejar que se fueran, tenia que ir con ellos, asi que sali dejando llamar la atencion de estos. Yo era un chico de apariencia bastante joven, con una ropa sucia y rota, cara tambien sucia y aparentemente no muy fuerte.

Disculpen soldados! He estado escuchando que quieren ir al santuario de Athena. Por favor! Quisiera ir con vosotros! Necesito llegar al santuario pero no se como ir! Por favor!

por Ioros Dom Ago 07, 2011 8:24 pm

Tanto Ioros como los soldados empezaban a cargar con sus cosas de nuevo, pues aunque no apremiara el tiempo tampoco había porque perderlo sobretodo porque las existencias de sus viveres no eran inagotables, pero cuando iba a dar la orden de avance una voz cercana le detubo haciendo que tubiera que mirar atrás. Los soldados al ver aparecer al chico corriendo tan abiertamente hacia ellos levantaron las lanzas instintivamente marcando un limite de seguridad sin titubear.

Pero el general al ver como se paraba sin mostrar signos de agresividad dio la órden de bajar las armas, pues al fin y al cabo el joven que se alzaba entre ellos era más digno de pena que de temor, sus ropas estaban sucias y rotas y su piel no mostraba mejor trato,tenia un acento que claramente no era griego, al parecer tambien era extranjero en esas tierras.

-Veras muchacho, tenemos por objetivo alcanzar el santuario de Athena, pero creo que andamos más o menos igual de perdidos, somos ignorantes de estas tierras, pero si nuestros caminos se han cruzado por algo será - extendiendo la mano hacia el desconocido - ya que compartiremos viaje me presentaré, me llamo Ioros, general de la V Legión, y estos diez valientes ya los iras conociendo son buena gente por muy fieros que puedan parecer. Y tu.... cual es tu nombre....? hispano¿¿?¿?¿ -tras darle vueltas a su cabeza había descubierto su procedencia pues en sus antiguos viajes con Vergilius había visitado als tierras de Hispania - vamonos... se nos hará de noche.... y no quiero tener de acampar en un lugar inexplorado.

por Seiren Dom Ago 14, 2011 6:36 pm

El ocaso se presentaba despidiendo sus últimos rayos solares, además no me arriesgaría el tener que atravesar la villa sola y dejando que me vieran, aunque por parte de las personas que residían en tal sitio les parecía algo por lo demás común, a pesar del tiempo en que un caballero tuvo la oportunidad de portar una armadura anteriormente.

Desviándome del camino rodeaba el pueblo, representaba más retraso por mi parte pero al parecer los romanos no lograrían moverse de su sitio muy pronto. Algo no andaba bien y mi paso se aceleraba de una manera en la que llegaba a correr. La armadura se hacía más ligera sin comprender los motivos, un cosmos dorado llena de cargas de energía eléctrica me recubrió llegando a una velocidad inimaginable, frenando algunos metros detenía la carrera. Aún se encontraban en las afueras… solo alcanzando a visualizar exactamente a doce hombres que disponían en continuar su camino antes de que la noche los alcanzara.

Por la cima de una pequeña colina sacaba el arco y flecha, no cabía duda que se trataban de legionarios, sus uniformes los delataban. Alcanzando apenas a escuchar lo último de su conversación me colocaba en guardia para solo lanzar una saeta que apenas rozaba el lado izquierdo del rostro, el hombre del que parecía ser su líder, su cabello solo se sacudió ligeramente así como un leve silbido se presentó entre la compañía.

¿Qué fue… -sin lograr terminar la frase uno de los hombres que cogía su escudo y lanza, el objeto se incrustaba en uno de los arboles cercanos revelando el daño que intento causarles pero.. lo que realmente era verdad es que no fallé pues mi única atención era desviarles de su camino.- En la cima!!!.. –todos dirigieron su vista hacia a mí, de mi mano brotaba un incesante cosmos, tensando solo la cuerda pero entre mis dedos no se encontraba absolutamente nada.

Vuelvan por donde regresaron… es la primera advertencia.

por Suzaku Dom Ago 14, 2011 7:53 pm

Estaba entusiasmado por que pronto iba a poder llegar al santuario, de verdad que creia que al fin alguien me iba a poder indicar el camino a seguir, no que las demas personas con las que me iba juntando se iban separando de mi. Pero de nuevo algo fallaba que hacia que mis pasos no llegaran hasta el santuario. Me habia equivocado al pensar que ellos serian capaces de guiarme hasta el santuario pues ellos estaban tan perdidos como yo. Baje los brazos con desanimo y suspire mientras cerraba los ojos.

Pero al menos, el general se veia como una persona amable, me acerco la mano para saludarme, y eso que entre nosotros habia claramente una gran diferencia de nivel social. Pero eso no le importo para saludarme con la mano. Su nombre era Ioros, y aunque no sabian el camino , estaban dispuestos a dejarme que los acompañara.

Yo soy Suzaku, y bueno, no soy nada importante, solo un chico hispano.

Pero justo cuando le estaba dando la mano una flecha paso cerca del rostro del general, debo admitar que eso me sorprendio y di un salto hacia atras. Alguien nos estaba atacando desde cierta distancia donde nos podia ver, y no eramos bien admitidos alli, al menos el romano. Sus guardias buscaron al atacante y pronto dieron con el, o mas bien con ella, pues era una chica o al menos eso parecia en lo que las partes de su armadura dejaban visible de su cuerpo.

Una armadura..? Puede que ella sepa donde esta el santuario..

por Ioros Dom Ago 14, 2011 10:17 pm

La relación entre el general y el chico parecía ir bien mientras encajaban las manos pero mientras andaban en esa unión un dolor agudo cruzó la mejilla del romano, abriendo una herida en la joven carne por donde salió unas gotas de sangre que se deslizaron trazando un dibujo, Ioros se secó la herida con el dorso de la mano,en ese rato su mente se había quedado en blanco sin pensar, pero la reacción de sus soldados le hicieron volver en si, la persona que había disparado esa flecha no tenia intención de ocultarse, más bien quería llamar su atención pues gritando a la distancia revelaba su situación, no se veía mucho del atacante más bien solo un resplandor dorado que brillaba encegandolos con los rayos del Sol.

Suzaku al ver esa armadura se iba separando un poquito del grupo como atraido por ese ser:

-Espera chico... puede ser peligroso, no te expongas a ser un blanco fácil, y además... que importa que lleve armadura.... por si no te has fijado nosotros tambien llevamos y no tenemos ni idea de donde esta ese Santuario - ese pretexto era algo ridiculo - el hecho que sea dorada quizá solo signifique que tiene dinero para permitirse semejante lujo.Pero ahora mismo sacaremos un poco de información....

Ioros se dirigió hacia el arbol donde se había anclado la flecha que po lo visto tambien era de oro masizo, pesaba lo suyo, así que dando un fuerte tirón la arrancó.Levantando un poco las manos era momento de iniciar conversación con el enemigo aparente:

-Atacante desconocido...la proxima vez que quieras disuadirnos... manda algo mas serio y no un regalo tan bonito y caro, quizá lo funda para hacerme un anillo - cogiendo aire bajando los hombros - pero no hagamos de esto algo personal, tienes todas las de perder y tenemos ventaja numerica.Este chico... y nosotros mismos.. solo buscamos información y un guía!!!!!

por Seiren Lun Ago 15, 2011 9:34 am

Bajaba el arco descansando mi brazo, las palabras emitidas por las que parecía ser su líder resultaban en parte verdad pero… ¿qué podrían hacer conmigo lo que parecían ser unos simples viajeros?.. mi vista se fijaba en la flecha que sostenía aquel hombre, demasiado astuto o solamente irónico al no comprender la importancia de la situación, ridiculizando el arma que estuvo a punto de arrebatarle la vida. Los hombres que lo rodeaban aguardaban en silencio, unos cuantos impacientes pero siempre confiando en las ordenes de su general.

La ventaja de la que alardeas no significa nada en este lugar.. y no estoy haciendo de esto nada personal.. solo protejo…- no debía de darle ninguna explicación, no a un romano, jamás lo entendería. De ser así me cegaba totalmente, cabía la posibilidad de que sus motivos fueran diferentes. Elevando mi cosmos extendía mi brazo izquierdo para que consecutivamente abriera la palma de mi mano y desvaneciera la flecha que sostenía en su mano en una estela de luz, transportándola frente a mí antes de que este pudiera causarme una gran herida. Consternados por ello levantaron sus escudos reuniéndose alrededor del general y el chico para protegerlo, por mi parte seguía sin moverme contemplando la vista desde esa altura. Dando un salto bajaba la ladera escarpada, enterrando mi mano sobre el muro de piedra y medir la caída… al haber llegado a un nivel más cercano daba a conocer mi posición de que no le temía a ninguno de ellos. Al estar unos cuantos metros separados me dispuse a actuar nuevamente…

Aquí solo se encuentra una pequeña villa.. nada más ni nada menos… hagamos un trato, el joven que los acompaña por la información.

La apariencia del chico solo basto para que pensara de inmediato de que se trataba de un prisionero o algo parecido, alguien parecido a lo que solía ser yo antes.

por Suzaku Lun Ago 15, 2011 5:36 pm

Aquel general no confiaba en lo que yo decia sobre que ella podria tener informacion del santuario. Y era normal, pues habia hablado apresuradamente antes que explicar el por que pensaba aquello. Los soldados comenzaron a protegernos a todos con sus escudos mientras que Ioros hablaba con la mujer enmascarada. No parecia tener miedo en absoluto a la chica, pero si ella era un santo de Athena como pensaba, si que debiamos tener cuidado ya que se fuerza podria sobrepasar a todas las nuestras juntas.

No.. Ella tiene que saber donde esta el santuario. Esa armadura dorada, es tal y como me dijo aquella mujer, desprende esa energia unica. Es una armadura dorada, aquellas mas fuertes que protegen a Athena. Estoy seguro..

Y asi se comenzo una negociacion, Ioros actuaba de forma pacifica pero algo arrogante en sus palabras. Mientras que la mujer guerrera bajaba acercandose algo mas. Pero en esa negociacion, ocurrio algo que no esperaba, y es que lo que ella pedia por la informacion era a mi. Me mire asombrado mientras me señalaba, no podia creer lo que decia.

Yo...? Espera espera! Aun soy joven y ademas mi carne no sabe muy bien y quiero crecer y ademas no no no, por que a mi????

Pensaba en esa chica como una salvaje y que por la informacion queria carne fresca y claro yo era el mas joven de alli, la imaginacion de Suzaku no tenia limites, la fria mascara de la mujer le hacia tener una apariencia aterradora.

por Sylvanas Lun Ago 15, 2011 8:27 pm

A medida que avanzaba a un paso rápido pero tranquilo, noté que mi cuerpo se sentía aun mas liviano de lo usual. Mi agilidad y mi percepción también habían mejorado, y eso que antes eran bastante buenas, lo suficiente para que nunca nadie me atrapara. Al parecer todo el entrenamiento tanto de mi cuerpo como del control de mi cosmos me había ayudado a mejorar, un atisbo de gracia me surco los labios al bromearme a mi misma sobre mi sueño de “la gran guerrera”.

Continúe en descenso la ladera, que cada tanto tenía descansos como valles y volvía a elevarse un poco para continuar su bajada. Las plantas de mis pies percibieron el estremecimiento de la tierra, y mis oídos captaron los gritos a tiempo suficiente como para que me ocultase y me acercara con más cautela. Posé mis manos en la tierra para poder sentir mejor, y entender que ocurría y quienes estaban allí abajo. Varios hombres, el tintinear de metales como armaduras, pero su repicar es de aquellas de un acero común diferente a las sagradas que portábamos mi hermana y yo. Sin embargo mi atención se desvió rápidamente sobre Seiren que se revelaba atacando al grupo, me acerqué un poco al ver que bajaba, si esos hombres tenían intenciones hostiles tendrían que vérselas conmigo también. Pero mas allá de que algunos dejaban a relucir ser impulsivos y temperamentales no parecían venir para matar.

-¿Pero por que tanto griterío? – musité mientras sacaba mi torso a la vista, posándome en la tierra elevada y dando vueltas, como si un perro juguetón los observara. De un envión comencé a rodar cuesta abajo hecha una bolita. Cayendo de pie al final de la cuesta y limpiando un poco el polvo de la armadura que sabía debía estar reluciendo en su aura dorada porque podía sentir su abrazante calidez.

-¿Me perdí de algo divertido? – dije sonriente a todos para luego voltear mi rostro hacia Seiren. -¿Esta todo bien?-

Una extraña sensación me hizo volver a dirigirme hacia el grupo de hombres o cosas raras que había ahí adelante. Algo en dos de ellos se sentía extraño, pero familiar. Aunque sus palabras, quejas y demás cosas que no entendía, todo junto no me dejaban pensar con claridad.

-Ey niño, cálmate que nadie muerde…bueno casi nadie…o al menos no muy seguido. Mientras no me tientes.- le espete con un tono que comenzó severo y término perdiendo el hilo entre risas. Volví a centrarme en el repicar del acero, que de a momentos hasta era molesto para los oídos.

-¿Soldados? ¿O solo les gusta andar con cacharros encima? Porque si es así los entiendo es en verdad muy divertido…Pero ¿se podría saber que hacen por estos lugares? Eso SI me incumbe. – espeté remarcando mis ultimas palabras con bastante mas seriedad aunque esa sonrisa de oreja a oreja no se borrara de mi rostro.

por Ioros Miér Ago 17, 2011 6:18 pm

Parecía que poco a poco si ibamos entendernos con esa lujosa chica, al fin y al cabo era como Ioros...... especial.... quizá lo demostraba demasiado con sus hábiles trucos, como por ejemplo el de desvanecer la flecha de la mano del general, si la hubiera pedido se la hubiera retornado educadamente pero en cambio de quizo hacer ver, fue entonces que se nos acercó aún mas con un preciso salto y con su perfecto aterrizaje y empezó una negociación entre los dos lados. Su propuesta fue Suzaku a cambio de información, no sabía porque se interesaba precisamente en él, quiza pensaba que no era de los nuestros al no llevar la armadura como los demás, pero había varias cosas que no encajaban asi que antes de nada cogio por la manga al hispano no fuese que realizara una imprudencia o una tonteria, y por lo visto era lo más probable escuchando la reacción del chico:

- Antes de que te lo lleves.... respondeme varias cosas. Primera - marcando mis palabras levantando el dedo indice - con que información de más nos obsequiarias... si tu misma niegas que haya nada más que esta pequeña villa, y segundo - levantando el dedo del medio - este chico solo irá donde yo lo pueda controlar, pues compartimos el mismo camino desde hace algunos minutos.
Pero de repente algo cayó por la colina,una cosa indefinida hasta que el general pudo contemplar que se trataba de otra armadura dorada, pero parecía versión infantil pues su usuario no levantaba tres palmos del suelo y su comportamiento pues decía lo mismo. Así que si la arquera no se tomaba la molestia de ayudarlos quizá ella si lo haría, asi que Ioros se tomó su tiempo para responder a su pregunta :

- Soldados... pero nos gusta jugar con armaduras y espadas , y bueno.. si te quedas por aquí un ratito podrás descubrir por ti misma la respuesta a tu duda.

Ioros metia la mano en su saco y sacaba una manzana, y la movia como queriendo hipnotizar a esa chiquilla. La quieres.... la quieres... ven a buscarla.. ven....

por Seiren Miér Ago 17, 2011 7:19 pm

Respondía por impulso al tratar de quedarme por aquel joven, seguramente era a causa por esa leve empatía que sentía hacia su persona. Mis ojos entonces solo se posaron hacia mi interlocutor con el que manifestaba tal seguridad a pesar del nerviosismo evidente de su compañía, abriendo la mirada con sorpresa no esperaba que fuera tan astuto pero en una interrupción el joven interrumpía con un comentario por demás absurdo.. en ese momento no le reconocía por la suciedad, aunque si su voz me resultaba familiar. Pronto intercedería para continuar con la conversación hasta que el grito propio de mi hermana llamó la atención de todos.

Syl..- volviendo mi rostro por arriba del hombro veía como descendía algo de la misma ladera de la cual había llegado. No terminaba por pronunciar su nombre por temor a revelar su identidad pero al colocarse de pie notaba como su rostro parecía descubierto, recordando eso me acercaba a mi hermana, definitivamente daba la espalda a ese grupo.. sin acercarme lo suficiente interpuse mi cuerpo para que una de las alas de mi armadura se interpusiera y nadie más lograra verla, confiaba en ella por su fuerza pero no confiaba en el impulso que otorgaba cuando se dirigía a posibles enemigos.

Tienes razón, solo existe una villa aquí adelante pero.. a la información me refería del camino de vuelta aunque eso es obvio…

No sabía que más responder, ese hombre adivinaba los pensamientos. Sylvanas se negó a esperar y saltó por todos lados divirtiéndose, algo peculiar en ella. Quedandose de pie decidió intervenir pero para entonces la tomaba del hombro colocando una rodilla sobre la tierra, retiraba la careta de mi armadura descubriéndome.. así mismo lo posaba sobre el rostro de mi hermana.

Jamás dejes que vean tu rostro, sabes a qué me refiero, por esta vez lleva la mía...

La máscara seguramente le quedaría grande, no importaba.. ella me enseñó muchas cosas y mi retribución a eso era protegiéndola- ahora no digas o hagas algo imprudente... –miraba a la comitiva señalándolos solo con el arco.

Ustedes... deben saber que el paso no le está permitido a los extraños.. ¿qué busca Roma en estas tierras?.. suficiente destrucción ya han causado para también acabar con este sitio. –una mirada de los más serena se dirigió al joven que se encontraba a lado del general o comandante- Y tú.. ¿qué es lo que sabes del santuario?.

por Suzaku Jue Ago 18, 2011 8:11 pm

Aquello se podria volver peligroso en cualquier momento, sobre todo para mi ya que yo era la moneda de cambio, quien sabe lo que seria de mi una vez terminara en las manos de esa mujer peligrosa. Y ademas, no era la unica, de pronto y de la nada, aparecio otra chica, esta vez un niña, tambien con armadura dorada. No me esperaba que hubiera mas de ellas. Esta correteaba alegremente alrededor nuestra, pero mas grima me daba, sobre todo con su voz y palabras peligrosas pero con esa sonrisa, me daba una sensacion terrorificamente agradable, ademas.. sus ojos.. eran totalmente blancos..

Tenia que aprovechar cualquier momento para escapar sino queria ser comido por esas dos, por mucho que me dijera la pequeña que no, no me fiaba en ningun momento de esa risa, sino todo lo contrario, un cosquilleo nervioso recorria toda mi espalda al mirarla. Me di la vuelta lentamente.. para empezar a correr, pero Ioros me agarro del brazo.

No tengo escapatoria..

Dije resignado, como despidiendome de la vida. Ioros seguia hablando con ellas, al parecer el estaba poniendo sus condiciones en todo ese trato, veriamos si ellas eran tan razonables para la negociacion.

Ellas dos se juntaron mientras yo seguia con la cabeza baja, rezando mis ultimas oraciones. En lo que entre tanto, podia escuchar como al mayor le hablaba a la pequeña sobre su rostro. Era verdad, una de ellas estaba al descubierto, pero la otra no, y ahora intercambiaban papeles. Despues de eso la arquera se acerco a mi, preguntandome que sabia del santuario, cuando oi sus pasos acercarse di un salto hacia atras y levante la mirada para verla.

Ahh!! ah.... eh¿?¿?

Mi reaccion fue mi rara, primero miedo, luego asimilacion, y finalmente confusion. Esa chica.. era la chica egipcia que habia conocido en Roma, no cabia duda, era ella, esos ojos, esa piel, ese largo cabello. La diferencia era que tanto su fisico como su forma de ser ya no se veia tan suave, parecia otra persona, una guerrera. Recorde la pregunta que me hizo, y.. pense como era que no me habia reconocido, quizas no se acordaba de mi.

Quieres saber por se del santuario? Es facil, el principe Hispano siempre lo sabe todo jajajajaja

Mi actitud habia cambiado, sobre todo al saber quien era esa chica, me conociera o no, yo sabia de ella, y que no era una canival ni nada de eso. Me sentia mas relajado, y bromista como siempre. Como cuando la conoci en Roma, ademas que me nombre a mi mismo como principe de Hispania, al igual que cuando lo hice estando con ella. Era un intento mio por ver si ella me reconocia, sin tener que montar un escandalo.

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