Entrada al templo del carnero

Tal como se lo esperaba en primer lugar, Sophia no tenía el mínimo de conocimientos sobre lo que era el protocolo en el Santuario de Athena, lo que a su vez le daba la razón al geminiano quien con una sonrisa algo complaciente perdonó lo dicho por la chica. Después de todo apenas si se enteraba de esas cosas y siendo una Juliai, seguramente haría un magnífico trabajo a futuro. Solo había que darle tiempo.

Por otro lado el sujeto oculto en las sombras se presentaba como su gemelo, quien a pesar de compartir su rostro y el afecto por Sophia tan solo le hizo sentir una mala espina. Ese no era Defteros…aún si conservaba su cara, aún si conservaba sus facciones, su actitud era distante y alienígena a todo lo mostrado por el “Segundo” años atrás; de eso se había convencido con solo oirlo hablar.

Bienvenida al Santuario Michiru, veo que encontraste el camino por tí misma. Felicitaciones. Dijo el peliazul con voz suave para así, dares la vuelta y retomar el camino que lo llevaría a la cima del Santuario junto a su prima y cualquiera de los otros que decidieran acompañarlos, con la obvia excepción de esos que no fueran más que intrusos en las tierras de Athena, lo que en otras palabras quería decir todo aquel que carecieras de una Armadura Dorada. Arone, creo que ya sabes que es lo que tienes que hacer en esta situación. Trata de no tardarte mucho, hay ciertas cosas que hacer y discutir a future. Finalizó el mayor de los gemelos de Cambre mientras observaba como Sophia y Gelum marchaban en dirección al Templo del Carnero y por ende, al resto del camino que los conduciría al final del trayecto de las Doce Casas del Zodiaco. Su destino era entonces, el Salón del Patriarca.

-------

Offrol: Solo dos aclaraciones que hacer:

-Michiru, me disculpo por haberte ignorado en mi post anterior pero no fue intencional, sino que cuando subiste el tuyo yo ya habia hecho el mio y no se me dio por cambiarlo, mi culpa, sorry xD

-Si Defteros postea no puede seguirnos ya que necesita el permiso del Santo de Aries, aka. Arone y por lo tanto deberá esperar la respuesta de este para poder moverse (razón principal: se metio como si nada y no porta Armadura Dorada, queda a la potestad de Aries ver si lo patea, lo deja seguir o lo retiene al mas puro estilo Monopolio)

Saludos, etc etc.

Las doce casas, lugar sagrado custodiado por los doce caballeros mas poderosos y fuertes entre los ochenta y ocho que servían a la diosa Athena. El primero de los templos al igual que en las constelaciones era aries, el carnero dorado. El sol iluminaba aquel lugar con gran fervor mientras a la distancia aparecía una sombra que lentamente se aclaraba.

-Tal y como lo espera del santuario, no me puedo mover libremente, sera tardado pero creo que pasare uno por uno estos templos tal y como Shito había dicho.-

Uno a uno los pasos fueron retumbando entre las escalinatas finales y dando paso a ver la figura completa y clara de aquel joven de cabellos oscuros y mirada vacía que llegaba hasta la entrada del primer templo del zodiaco, dio un respiro y miro los alrededores, contemplo el lugar en donde se encontraba y luego se pronuncio.

-Yo... Paolo, mortal al servicio de ningún dios, solicito autorización para pasar a través de esta casa, la casa de Aries a quien sea el encargado de custodiarla-

Las palabras del joven rebotaron por todo el recinto un eco sonoro devolvía sus palabras mientras él miraba profundamente la oscuridad del lugar que contrastaba con la luz del sol en los alrededores, esperando solo una señal paro poder avanzar en su camino.

Luego de aparecer en la Villa Rodorio y equipándose su armadura dorada, Aspros de Géminis salió disparado como una centella en dirección a la entrada del Santuario. Una vez llegó al portón y observó las escalinatas que subían hasta Aries sintió el poder del invitado no deseado que se mantenía apostado en el Templo del Carnero. Frunciendo el entrecejo y modificando su estancia el peliazul corrió a máxima velocidad, doblando hacia la izquierda y pisando los enormes escalones de piedra caliza que discurría en la falda de la montaña para subir con sendas zancadas y llegar a Aries sin demasiado esfuerzo, deteniéndose a último instante y fulminar con la mirada la lejana figura que se erguía esperando una respuesta para poder avanzar…o eliminar al guardián asignado a ese puesto en particular.

-Solo dire esto una vez: desaparece o te eliminaré si das un paso al frente.- Dijo Géminis sin mostrar su cosmos, dejando que únicamente fueran sus palabras las que dejaran en claro el mensaje. Si el sujeto tenía el conocimiento como para entrar en el Santuario así como así, entonces su sexto sentido estaría lo suficientemente desarrollado como para entender que si se movía erróneamente, su vida acabaría en un suspiro.

Dando un solo paso adelante, Aspros entró en las sombras del pasillo principal del Templo del Carnero.

-------

Offrol: Lo dicho arriba, lol. Si no sales de aquí ataco a la próxima

Sheznarda había llegado demasiado tarde al sitio en dónde se podía percibir el cosmos desconocido pues, ya estaba alguien más en ese lugar y estaba poniendo al intruso en su sitio por la forma en la que se estaba portando. Durante unos segundos fugaces, la mujer de los cabellos amarillos se sintió mal al haber dejado su puesto de trabajo para irse a pasear a otro lugar sin pensar en las consecuencias que esto podría traerle; sin embargo luego de recordar que la defensa del santuario era cosa de todos olvidó todo lo demás.

Ahora que la mujer veía el panorama se daba cuenta de que ese pobre aparecido iba a tener un final bastante desdichado sí se atrevía a desafiar a ese caballero de Athena. No lo comprendía bien, pero sabía que ese hombre era el más fuerte de todos los guerreros de su señora y comprendía que si alguien le hacía frente y pasaba por encima de él las cosas podían estar mal, por lo cual la preparación y el entrenamiento que los demás deberían tener era algo prioritario y que si seguía dando paseos tontos de la nada, poco o nada iba a poder hacer para serle útil a su nueva deidad.

-Mejor me quedo lejos. No quiero interrumpir a ese caballero, después de todo él ha llegado primero a poner orden- se dijo así misma la guerrera de Athena quien esperó a una distancia prudente para no interrumpir demasiado la "charla" que estaba sosteniendo el caballero de géminis con aquel hombre sin armadura.

-Heero ni siquiera lo pienses.- Dijo en voz baja la amazona a su mascota quien al parecer intentaba alejarse de su lado par salir corriendo de la nada a interrumpir a los dos seres que estaban en frente.

Habiendo pasado un tiempo bastante considerable para que el intruso se moviera de su posicion y se retirara del Templo del Carnero, el Santo de Geminis conocido como Aspros empezaba a impacientarse. La verdad por delante, no tenia tiempo que perder en esas nimiedades. Chasqueando uno de sus dedos el Caballero de Oro invoco lo que era una simple chispa de calor que quedo colgando frente a su persona, justo en frente de su dedo indice, con el cual apunto al invitado no deseado para generar un finisimo hilo de fuego que atraveso el aire en direccion a la salida que llevaba a las escaleras de las Doce Casas, mas especificamente al camino del Templo del Gran Toro.

Parece que me tope con un sordo.

Fueron las primeras palabras que profirio Geminis con desagrado seguido de un estallido bastante obvio: el camino que llevaba al Segundo Templo del Zodiaco se habia bloqueado con una gran barricada de llamas que para cualquier guerrero calificado eran faciles de extinguir...sin embargo, su significado era claro, y ese era que servian como una reafirmacion de lo antes expresado por el peliazul. Con solo avanzar mas de la cuenta la cabeza del muchacho rodaria a sus pies con facilidad.

-------

Offrol: No salio la jaula de fuego, lol.

Los minutos pasaron lentamente y un hombre con cabellos de tono azul apareció frente a los oscuros ojos de Paolo. Aquel hombre de seguro er auno de aquellos tan nombrados guerreros de Athena, pero el mercuriano o ex.mercuriano no estaba allí para luchar, mas bien para despejar algunas dudas que yacían en su mente. Su poder era increíble aunque no lo demostrase y las palabras que dirigió hacia el joven eran claras y contundente.


Paolo no contesto nada, se quedo observando los alrededores y cada uno de los gestos de aquel hombre. No tenia nada que objetar, que decir u hacer, había llegado desde muy lejos para poder hablar con aquella persona y no daría un paso atrás, pero tampoco seria impertinente ni estúpido como para enfrentarse a un santo dorado. Una muestra del poder de aquel hombres junto con otras cortas palabras se pudieron ver y escuchar en aquel lugar y allí fue cuando el ex-mercuriano hablo.


- Soy Paolo como dije anteriormente, desciendo de un antiguo servidor del olimpo y he venido únicamente con el fin de hablar con Athena, sique joven guerrero le pido el favor de dejarme pasar, no es mi intención provocar alboroto en este lugar sagrado y mucho menos derramar mi sangre sin cumplir un "simple propósito" como lo es la entrevista con una diosa -

Luego de decir aquellas palabras, el joven solo dio un respiro y sin mover un solo musculo o dar algún paso, se quedo observando al peliazul en espera de una respuesta por parte del mismo que le permitiese poder seguir adelante con su travesía, la que apenas iniciaba.

Aquella explicación dejaba muchos huecos, muchas cosas en blanco…y la verdad, Aspros no tenía tiempo para lidiar con ello. En lo que a él respectaba tenía demasiado que hacer y muy poco tiempo como para tratar tonterías como esas. Lo bueno del caso era la presencia de la mujer que apenas había sido nombrada como Amazona, quien por lo visto no tenía modales como para presentarse de frente; esconderse detrás de las columnas parecía ser la moda entre los inútiles que caminaban alrededor de las Doce Casas del Zodiaco…o mejor dicho, en el Templo del Carnero.

-Entiendo. Entonces aquella persona que se está ocultando detrás de las columnas será quien se encargue de escoltarlo a donde se encuentra la reencarnación de Athena.- Dijo Géminis con tono terminante chasqueando sus dedos, disminuyendo el tamaño de las llamas que franqueaban la salida de Aries para finalmente extinguirlas al extraer el calor que las hacía tan temibles en primer lugar.

-Un solo paso en falso y creo que le destajaran la cabeza.- Finalizó el peliazul dándose la vuelta y con un solo impulso desaparecer de escena dado que usando la velocidad de la luz, volvía a dirigirse a Villa Rodorio. Solucionado tan lento asunto podía volver a lo que de verdad le interesaba en esos momentos: encargarse de la formación básica de las dos aspirantes a Amazonas que había dejado en la ladera rocosa de Kanon. Era en esos instantes que de verdad agradecía tener el uso de la Otra Dimensión.

Paolo parecía absorto, ido entre las palabras de aquel peli azul y sus propios pensamientos que eran algo irrelevantes ante la situación que estaba presenciando... estaba en territorio de la diosa de la sabiduría, en medio de tierras griegas y por si fuera poco en puertas de una posible guerra entre dioses que desidia el destino de toda la humanidad y las deidades.

- no te preocupes, lo tendré siempre en mente-


aquello fue lo único que al ex-mercuriano se le ocurrió decir mientras aquel caballero desaparecía de su mirada y la advertencia resonaba entre los muros de aquella, la primera caza del zodiaco que parecía no tener guardián. Paolo dio un respiro e inclino su rostro hacia la superficie, contemplando un poco el arduo y largo camino que aun le faltaba por recorrer hasta llegar a la estancia en donde Athena se encontraba y poder tener una audiencia con ella.

- el camino es largo y culebrero, es muy traicionero este santuario, pero espero no tener contratiempos ya me he demorado demasiado-

aquellas palabras en susurro fueron arrastradas por un cálido viento mientras en joven guerrero sin dios aparente se adentraba en los oscuros pasillos del templo del carnero para continuar con su travesía a través de aquellos doce portales que obstaculizaban el paso hacia la diosa de la sabiduria.

La mujer de los cabellos rubios observó como el caballero de gémeninis desaparecía sin detener para nada al intruso que estaba intentando pasar los pasillos para entrar a algún lugar en el que no tenía el permiso. Como amazona de la diosa de la sabiduría que era, Sheznarda decidió que lo mejor era seguirlo sigilosamente para ver qué era lo que estaba planeando hacer aquel guerrero que decía no tener deidad. Si lo atacaba de lleno seguramente ella no iba a poder averiguar lo que estaba pasando por la mente de aquel pelinegro.

-Heero vamos a tener que ir muy despacio. Recuerda que esto es importante. Recuerda que no tenemos que hacer ruido.- La mujer bajó su cosmos a cero y entró en los pasillos oscuros de la primera casa caminando muy despacio y escondiéndose bien en las sombras para no ser descubierta. Algo en el cosmos de aquel muchacho se le hacía muy conocido a aquella mujer, era como si de pronto el de aquel ser fuese muy parecido al de sus compañeros y al de ella.

-Si tiene un cosmos tan parecido... Será que es uno de esos guerreros de los que habla la leyenda?- Se preguntaba la joven mientras avanzaba despacio en compañía de su mascota quien caminaba muy pegada a ella a pesar del peligro que podía haber en que ella pisara la cola de la misma y ahí sí, con todo ese escándalo el plan de la rubia se iría abajo.

-Será que quiere llegar a la habitación de la diosa? Más le vale que no sea así porque no quiero tener que preocuparme en demasía por las tonterías de éste.- Decía en su mente la joven mientras seguía al intruso forzando su vista para no perderlo entre las sombras de aquellos pasillos de la casa de aries.

Narración/ Sheznarda/ Pensamientos de Sheznarda