[Atenas] - Puerto

por Sophia Lun Dic 12, 2011 10:14 pm

Tenía los ojos llenos de lágrimas cuando bajó del barco. Todos estaban ahí para despedirla. Despues de viajar juntos por 29 días lazos se habían creado y pensaba con sinceridad que en ese barco dejaba personas que recordaría toda la vida. El capitán, el señor Ghizcar además de dejarle la ropa de su hija (Que era bastante masculina al ser una mujer de mar) le dio un poco de provisiones que le durarían una semana en caso de que tuviese hambre, le devolvió su collar de oro y además le dio monedas para que pudiera encontrar a su hermano.

Les prometió que si algun día se mostraba su inocencia sobre el asesinato de Solomon, ella los recibiría en su casa como familia. Al comienzo, nadie había creido que esa muchacha muerta de hambre, sucia y pobre fuese una Juliai, de la familia del emperador de Roma, pero a pesar de que pasaban los días y fueron viendo la naturaleza gentil y sincera, demasiado inocente y hasta ingenua de Sophia, a nadie en dicho barco le cupo duda de que ella era quien decía ser.

Caminó, volteando a despedirse y se alejó corriendo. No era buena para las despedidas. Pero lo bueno de usar pantalones y ropa extranjera era la libertad que tenía para correr y moverse. Entre la multitud del puerto, era una más, una extranjera con el cabello trenzado a la usanza oriental de aquellos hombres que se dedicaban a asaltar barcos, pero otros era una belleza exotica de cabellera rojiza. Pero abajo de todo ese endurecimiento que había sufrido por el hambre, la pena y la culpa, seguía siendo la misma Sophia buscando desesperadamente a su hermano mayor.

Se sentó en un banco en el puerto mirando como las gaviotas se peleaban por los restos de un pez y miró el mar. Debía llegar pronto el momento de emprender nuevamente el camino, ir polis por polis, ciudad por ciudad, llamando a Fye, preguntando por él, por Gelum, por cualquiera ... lo tenia que encontrar pasara lo que pasara.

por Arone Lun Dic 12, 2011 10:44 pm

Tuve que bajar rápidamente a través de las escaleras del templo de Aries para después tener que atravesar todo el santuario y con ello llegar a la villa que se encontraba a sus faldas. Mis pasos era veloces ya que esa extraña presión en mi pecho aumentaba con forme pensaba en esa joven de cabellera rojiza.-Tengo que llegar al puerto lo más rápido que pueda.-Decía para mí mismo mientras evadía a la gente de Rodorio.

Mis cabellos se movían con el viento provocado por la velocidad que llevaba mientras atravesaba el bosque que se encontraba en los alrededores del santuario, mis pasos eran bastante ruidosos ya que con cada paso que daba pisaba a alguna hoja seca que se encontraba en el camino.-¿Aun no despiertas?.-Miraba a Guren en mis brazos aun acurrucado, me sorprendía que después de tanto movimiento no se despertara pero tampoco me molestaba que se encontrase dormido en mis brazos.

Después de una media hora corriendo mi reparación era bastante fuerte, gotas de sudor corrían a través de mi frente hacia mi cuello. Algunos de los cabellos que caían sobre mi frente se pegaban a esta a causa del sudor. No veía fin a aquel frondoso bosque que estaba atravesando, no podía escuchar el ruido de más personas, tan solo podía escuchar el sonido provocado por mis pasos y el sonido de algunos animalillos que se encontraban cerca.

El camino que estaba recorriendo tan solo era iluminado por pequeños rayos de luz que se filtraban a través de las hojas danzantes de los árboles, ya podía sentir de nuevo el cansancio apoderarse de mi cuerpo, pero eso no me detendría ya que podía sentir en mi interior que si me apresuraba podría encontrar a aquella joven de larga cabellera.

Paso bastante tiempo antes de que mis esfuerzos por llegar al puerto dieran frutos. Aquel frondoso bosque se fue abriendo con forme avanzaba, mientras comenzaba a sentir sobre mi rostro el viendo que llevaba consigo pequeñas gotas de agua marina. Levante mi vista para poder ver el cielo y pude notar la presencia de algunas gaviotas que sobre volaban el lugar.-Por fin…-Me sentía feliz ya que había llegado al puerto de Grecia.

Apenas me quedaba algo de aliento para caminar, pero la idea de encontrar a esa joven me motivaba para seguir. Caminaba entre la gente mientras respiraba profundamente para no colapsar, intentaba ocultar mi cansancio pero el movimiento tan rápido de mi pecho me delataba. Miraba así a todos lados buscando a aquella joven que vi entre sueños, incluso intentaba mirar a través del aura de todos los que se encontraran ahí. Seguramente así la podre encontrar, pensaba mientras seguía cargando entre mis brazos a Guren. No podía creer que aun siguiera dormido…

¿Dónde?...¿Donde?.-Me preguntaba mientras avanzaba entre la gente hasta que vi a lo lejos a una joven que emanaba el aura que estaba buscando, aunque se encontrase vistiendo como una pirata eso no me importaba ya que al fin la había encontrado y sabía que era ella…mi diosa.- Por fin la encontré…Athena.-Decía con una gran sonrisa en mi rostro, mientras me paraba a un lado suyo.

por Sophia Lun Dic 12, 2011 11:10 pm

Sophia levantó la vista cuando un jovencito de peculiar aspecto se le acercaba con un conejito entre sus brazos. Al parecer había estado buscando el puerto de Atenas al igual que ella, por lo cual Sophia le sonrió con honestidad entendiendo la sensación de finalmente llegar a un destino después de atravesar todas las dificultades y penas que el camino te ponía por delante.

- Yo también encontré hace poco el puerto de Atenas… - Dijo Sophia sonriendo. – De hecho, acabo de bajarme del barco. Es muy bonito todo, ¿Verdad?

La verdad, no había nada bonito en ese lugar. Era un puerto como cualquier otro, lleno de gente extranjera que hablaba uno y otro idioma, de distintos colores de piel, comerciantes ambulantes intentando comprar lo más barato posible los bienes y claro, como en todo puerto había prostitutas, ladrones, ebrios… el olor a mar y pescado era fuertísimo, al igual que el de orina. Pero ahí estaba sentada mirando todo aquello con asombro la joven de cabellera trenzada y atuendo de mujer de mar.

- Qué bonito conejo tiene, señor. – Le dijo sin ponerse de pie pero mirándolo con curiosidad. – Nunca antes había visto un conejo así. ¿De dónde es?

A pesar de que había visto cosas raras en su vida, un conejo como ese era algo impresionante. El joven lo llevaba entre sus brazos mientras dormía plácidamente, mostrándole a Sophia que si podía cuidar de un animalito con tanto amor, no podía ser un mal chico. Por ello, no se sentía intimidada al hablarle.

- Disculpe que le pregunte, pero… ¿No ha llegado un barco desde Roma con un joven alto y atractivo, de cabellera rubia, con un parche en su ojo derecho? Se llama Fye Juliai. Lo estoy buscando. – Los ojos de Sophia se volvieron tristes y sacó una bolsita de monedas. – Se las daré todas si me da cualquier información sobre él… por favor, señor.

por Arone Mar Dic 13, 2011 12:01 am

Todavía no despierta haa…Pensaba algo triste pero aun así no dejaba de mostrarle una gran sonrisa a aquella joven.-Si se podría decir que es todo muy…bonito jeje.-No había nada bonito en un puerto…o por lo menos eso pensaba, si acaso lo único agradable que podía haber en uno era la brisa fresca que venía directamente del mar.

Mantenía mis ojos entre cerrados a causa de la luz del sol, ya que me lastimaba un poco los ojos. Apenas y prestaba atención a las demás personas que se encontraban a nuestro alrededor, ni siquiera le prestaba atención al graznido de las gaviotas que sobre volaban a los barcos pesqueros que habían arribado, esperando tomar algún pececillo mientras los pescadores se encontraran ocupados arreglando tratos con las personas que deseaban comprarles.

Este…es mi amigo Guren.-Baje la miraba para verlo y sin darme cuenta lo estaba haciendo con un cariño que se podía observar muy fácil mente en mis ojos.-A decir verdad ni siquiera yo sé exactamente de donde es ya que lo he tenido a mi lado desde que era pequeño, así que no recuerdo muy bien los detalles. Pero por favor no me digas señor jajaja…tan solo llámame por mi nombre…Arone.-La joven mostraba una gran inocencia no solo en su aura sino también en su forma de hablar. Extrañamente ya había olvidado mi cansancio gracias a la emoción de encontrarla.

Haa…no sé nada acerca de ningún barco romano que haya embarcado…lo siento.-Era extraño pero la joven parecía proyectar sus emociones hacia los demás, ya que me comencé a sentir un poco triste después de ver sus ojos. Estire mi mano para tomar la mano de la joven que no sostenía la bolsa de monedas y que con ella cubriera la bolsa que estaba sosteniendo con la otra.-Si supiera algo no te pediría dinero ni mucho menos. Con ver una sonrisa en tu rostro por mí estaría bien.

Mire hacia todos lados para ver si alguien más había visto la bolsa de dinero.-Sera mejor que guardes eso…no todos los que están aquí tienen buenas intenciones. Si te descuidas te la podrían quitar…-Me senté a su lado para intentar darle unas palabras de consolación.-Mira, yo no he sabido nada. Pero ¿qué te parece, si te ayudo a buscar a ese joven a quien estas buscando?...y mi paga será ver una tierna sonrisa tuya.

Aún no había despertado, pero me aseguraría de protegerla hasta que lo hiciera o hasta que encontrase al hombre a quien estaba buscando…pero mientras tanto, me aseguraría de que nada de le pasara a mi querida diosa.-Entonces…¿Qué te parece mi idea?.-Todo lo estaba disiento con una sonrisa en mi rostro ya que quisiera o no, me encontraba feliz de estar a su lado.

por Sophia Mar Dic 13, 2011 1:19 am

Sophia escuchó todo lo que aquel joven decía con el máximo de los intereses. El pequeño conejo que portaba se llamaba Guren, un nombre bastante particupar o al menos eso fue lo Sophia pensó mientras lo miraba sorprendida. Tambien supo que el nombre de ese joven era Arone, y a pesar de que estaba en un puerto Griego, hablaba el latín a la perfección. Era de esperarse, Grecia había sido parte de Roma por tanto tiempo ya que los lenguajes antiguos y nuevos se mesclaban todos en uno solo.

Con bastante decepción se enteró de que no ese joven no sabía nada acerca de su hermano y le sorprendió aun más que no le pidiera el dinero o intentara engañarla. Aun quedaba gente buena en el mundo y Sophia lo confirmaba conociendo a alguien como él.

- Lo siento, soy un poco descuidada cuando se trata de ver lo que es bueno o lo que es malo, ni si quiera pensé en ello. - Dijo cuando Arone le instó a guardar su dinero. La verdad, para ella aquel dinero no tenía mucho valor, lo que importaba era poder encontrar a sus seres queridos ahora. - Me ayudaría mucho si usted hiciera eso por mi... no conosco Atenas y supongo que hay muchas personas que podrían intentar tomar ventaja de ello. Pero me siento avergonzada de mi falta de modales. - Dijo tapandose el rostro mientras sonrojaba y riendo en silencio tal vez de nervios. Lo miró con amabilidad y le estrechó la mano. - Mi nombre es Sophia, y el joven a quien busco es mi hermano. Desapareció desde Roma con un grupo de gente extraña y lo estoy buscando para llevarlo de vuelta a casa. Mi hermano menor dijo que se dirigía a Grecia pero... no se que habrá pasado con él.

Los ojos de Sophia volvieron a su melancolía mientras acariciaba con el dorso de su mano la cabecita de Guren entre los brazos de Arone.

- Pero no quiero deprimirlo con mis historias, joven Arone. - Dijo más animosa. - ¿Puedo sostener a Guren? O tal vez me morderá... quien sabe... se ve tan lindo durmiendo.

por Arone Mar Dic 13, 2011 8:11 pm

Me estaba dando cuenta de la gran inocencia que tenía la joven, el mostrar su dinero a un completo extraño tan solo para que le dé algo de información…eso era demasiado peligroso ya que cualquiera la abría engañado para poderse quedar con la bolsa de monedas.-Es malo ser tan confiada de las demás personas…dime que hubieras hecho si en lugar de mí, un ladrón o alguien peor se te hubiera acercado para aprovecharse de tu inocencia…¿Qué hubiera pasado?.-Coloque una mano sobre mi cabeza mientras la movía en forma de desaprobación.-Ni siquiera me lo quiero imaginar…

Escuchaba con atención las disculpas de la joven para después presentarse como Sophia, y explicarme que se encontraba buscando a su hermano, quien fue traído a Roma por unas personas que desconocía.-mmm ya veo…-Era bastante obvio que había pasado por mucho para poder legar hasta aquí y con ello encontrar a su tan preciado hermano. Pero de un momento a otro una especie de escalofrió comenzó a recorrer mi espalda al pensar en la idea de que ella viajo desde Romas hasta Grecia sola..-Por favor dime que no te atreviste a viajar tu sola…-Por alguna razón comencé a perder el aliento después de esa pregunta.

Me le quedaba viendo fijamente ya que, se veía bastante bien después de correr tantos riesgos o por lo menos eso era lo que estaba pensando.-Bueno, supongo que no importa ya que pareces estar bien.-Hice una pequeña pausa para suspirar.-Como sea…no estoy aquí para regañarte por eso…si no para ayudarte a encontrar a tu hermano.-Miraba la forma con la que acariciaba con tanto cariño al placido de Guren que por alguna razón seguí dormido…-Me sorprende que siga tan dormido…y no creo que te muerda, mira sostenlo.-Puse con cuidado a Guren encima de sus piernas para que lo acariciara o cargara lo que quisiera, ya que no creía que le importara a Guren…

Y no me deprimes con tu historia ya que primero necesitaba saber lo que vamos a buscar, si no como lo podría encontrar jajaja.-Pequeñas lágrimas se asomaban mientras reía.-Pero antes de comenzar la búsqueda tengo una condición…que a partir de ahora muestres una gran sonrisa y pienses positivamente. ¿De acuerdo?.-Mis ojos se mostraban brillantes a causa de la alegría que sentía. Pero de momento esa luz se desvanecía ya que sabía muy bien que Grecia no era un lugar en el que se podría encontrar a alguien con facilidad.-¿Qué te parece si empezamos nuestra búsqueda aquí? Alguno de los pescadores debe de saber algo y si nadie sabe nada. Podríamos ir a la villa de donde he venido…quizás ahí podremos encontrar una pista del paradero de tu hermano.-Me levante y me puse enfrente de ella para después extenderle mi mano indicándole que le ayudaría a pararse para dar inicio a la búsqueda.-Vamos

por Sophia Mar Dic 13, 2011 8:37 pm

Sophia pensó en las palabras de Arone. Pero al escucharlo hablar su rostro se ensombreció con tristeza. No entendía por qué todos en el mundo veían las cosas de forma tan negativa y triste. Todos buscaban excusas para desconfiar los unos de los otros en vez de ayudarse. Sophia no era así, veía la vida de una forma muy distinta, tal vez motivado por cómo había vivido hasta entonces encerrada en la Villa del Valle Dulce y no en las calles de Roma en donde si se veía como el más fuerte sobrevivía y los más débiles acababan muertos en el Río o en las cloacas.

- Si alguien se acercara a mí, con la necesidad urgente de quitarme el dinero… - Dijo con tristeza mirando el suelo mientras acariciaba a Guren. - Supongo que se lo daría.

De verdad Sophia creía en ello. A pesar de ser de una familia rica y el hecho de que jamás le había faltado dinero, sí había conocido la desolación de la pobreza en los días en que sus pies la llevaron por el camino de vuelta a Roma, y también, por el camino hacia el mar. Sabía que nadie podía robarle a otro sin una buena razón y aunque la idea de quitarle algo a otro le era reprochable, ella, en lo más profundo de su corazón no habría podido negarle algo a otra persona que llegara al límite de robar por conseguirlo.

- No creo que alguien robe sólo por la diversión de robar. Tal vez esa persona tenga un problema y necesite de mi dinero más que yo. Me haría feliz en ese caso poder ayudarlo.

Sophia sonrió nuevamente y con ambas manos se aferró a la gargantilla en forma de estrella que Vergilius le había regalado que decía “siempre tuyo”.

- No… no viajé sola por mar. Venía con Ghizcar y su tripulación. – Respondió sonriendo y riendo un poco, aunque recordar que se había separado de ellos le dio un poco de tristeza.

Cuando Arone puso a Guren sobre sus piernas Sophia se sintió incómoda pensando que tal vez lo podría dejar caer. Pero al sentirlo cerca de ella, tan liviano, suave y calentito, Sophia sonrojó de felicidad en un intenso deseo de poder abrazar a esa criatura peluda y llenarlo de besos.

- Awww que lindo eeeesss. – Sophia estaba teniendo un ataque de ternura y sus ojos le brillaban de felicidad. – Me parece muy bien, pero… ya he preguntado a todos los capitanes de barco en el Puerto y nadie ha visto a mi hermano… ¿Crees que podría estar en Atenas?

Tomó la mano de Arone y se levantó sosteniendo a Guren con la otra, sonriendo desde ya pues sabía que su búsqueda había comenzado bien. Además, ese joven era de Grecia, venía de una villa lejana a ese lugar y podía acompañarla por los caminos o al menos indicarle donde buscar. Se sentía feliz y cómoda, confiada de que todo saldría bien.

por Arone Mar Dic 13, 2011 9:24 pm

Escuchaba las palabras que me decía Sophia, y en parte tenía razón ya que algunas personas no robaban solo por robar si no que era más por necesidad que por otra cosa. Quizás tenían algún familiar enfermo o sus niños necesitaban algo de comer…pero lamentablemente algunas veces no era de esta forma.-Si…pero solo es una cara de la moneda…Lamentablemente hay “otras personas que solo desean lo que los demás tienen aunque poco…por eso mismo aria hasta lo imposible por quitárselos…como sea dejemos de hablar de eso por un momento…jeje…-Intentaba mostrar una sonrisa pero…no podía ya que sabía de antemano que no todas las personas necesitadas de dinero se atreverían a robar. Sino que todo lo contrario, intentarían ganarse esa paga haciendo lo que sea, con tal de no robar…

Sophia, me agrada tu forma de ver y creer en las demás personas. Tú quieres confiar en todos.-Levante la mirada para ver el cielo, en donde algunas gaviotas aún se encontraban volando.-Ojala pudiese tener una pequeña porción de esa esperanza que tienes sobre los demás…sería algo maravilloso ver el mundo en la forma en que tu lo vez…-Me quede un momento en silencio mientras intentaba no pensar en todas las personas que simplemente se aprovechaban de los más inocentes.

“Yo me encargare de limpiar Egipto con mi poder…pero necesito que tú me ayudes…algún día…Arone”

Sin querer comencé a recordar a mi primo Hang. Su más ferviente deseo era limpiar el mundo de todas aquellas personas que desde su punto de vista, tan solo ensuciaban al mundo…Pero la ideología que fue adoptando…ya era muy errada a la que yo tenía. Yo también deseaba convertir el mundo en un lugar mejor pero ¿Matar a todos aquellas personas que…cometían algún tipo de error?...eso ya era demasiado.

En algún tiempo yo deseaba confiar en todos, justo como lo hace Sophia…pero a lo largo de mi recorrido hasta Grecia, mi punto de vista hacia las demás personas cambio bastante. Moví mi cabeza hacia los lados para poder dejar de pensar en cosas del pasado, cosas que ahora no importaban…

Es bastante agradable mi amiguito ¿verdad?.-mostraba una pequeña sonrisa mientras los miraba a ambos.-Quizás…entonces será mejor que nos encaminemos a la villa de donde vine…Además creo que hay unos pequeños poblados en el camino…Tal vez encontremos a alguien que nos dé una pista…-Mire el cielo nuevamente para poder observar la posición del sol y con ello calcular el tiempo que teníamos antes de que anocheciera.-Una cosa más…¿Cómo eran los hombres que se llevaron a tu hermano?...A lo mejor eso también nos ayuda…

por Sophia Mar Dic 13, 2011 10:47 pm

- Aun no es tarde para que veas el mundo con ojos más esperanzados, Arone. - Dijo Sophia acurrucando a Guren entre sus brazos. Sonreía con tanta ternura mirandolo, parecía una niña en vez de una mujer adulta. - Tambien he tenido mis desiluciones con personas a quienes amé. - Pensó en Solomon y en sus horribles palabras antes de morir. - Y yo no soy tampoco una buena persona... - Aun podía sentir como la espada de Vergilius atravezaba el pecho de su primo mayor, y esa culpa no la dejaría jamás en paz.

Mientras caminaban pudo observar puestos de venta de mariscos y peces, pero no era lo único que vendian en ese lugar. Había muchas más cosas como telas, especies, grano. Sophia pensó que maravilloso sería probar cada una de las cosas que ahí habían para vender, pero sacudió ese pensamiento de inmediato pues sabía que no estaba en Grecia precisamente para perder el tiempo, sino que para buscar a Fye, y tambien... por lo horrible que había hecho.

- La verdad, es que no se quien se lo llevó. Yo no estaba en casa cuando aquello pasó, sólo se que un grupo de personas muy extrañas destruyeron mi casa y se llevaron a Fye, por su propia voluntad por lo dijo Gelum. - Hablaba de su familia como si Arone los hubiese conocido toda su vida, sin darse cuenta que era probable que el hombre se perdiera. - Pero... he vivido toda mi vida con mi hermano mayora. Se que él no nos abandonaría así como así, algo le debió haber pasado.

Hablar de Fye la emocionaba y se podia notar por la forma en que sus ojos se volvían llorosos, la angustia de no saber el paradero de alguien a quien amaba mantenían su corazón en un hilo.

- Si usted quiere volver a su Villa por favor, no deje que yo le impida volver. Puedo buscarlo por mi cuenta... aunque si me mostrara el camino a seguir se lo agradecería. Lo seguiré si no le molesta.

por Arone Miér Dic 14, 2011 8:49 pm

No creo que seas una mala persona. Menos con todo lo que he escuchado hasta ahora…tu fe en los demás en…algo que no se ve todos los días en cualquiera.-Al caminar comencé a observar los puestos que se encontraban a nuestro alrededor, la mayoría vendía cosas muy útiles como telas o especias para las comidas, pero algunas otras solo vendían chucherías como pulseras o collares hechos a mano. Algunas de estas cosas eran bastante llamativas he incluso hermosas, ya que se podía observar el esfuerzo y empeño que pusieron en esos objetos.

Ya veo…así que no tenemos pistas jajaja.-Intentaba parecer gracioso ya que deseaba que ella se alegrara un momento en lo que buscábamos. ¿Pero cómo lo podríamos encontrar?. Sin ninguna pista…lo único que Sophia sabia era que vendrían a Grecia, pero eso no era de mucha ayuda, pero eso no nos detendría.-Tu hermano debió de tener una razón muy fuerte como para dejarlos sin decir nada…-Por un momento me quede pensando en la posibilidad de que aquel barco pudo haber arribado en otro puerto. Pero al escucharla decir que me estaba reteniendo mis demás pensamientos se esfumaron y le comencé a prestar atención a sus palabras.

No es ninguna molestia…Además nadie me espera en ese lugar jajaja.-Mire el mar que reflejaba con el movimiento de las olas la luz del sol. Las brisa combinado con el sonido de las olas era algo que me relajaba, pero al mismo tiempo, por alguna razón me recordaba a mi familia en Roma.-EL único que se podría preocupar por mí en estos momentos seria el.-Señale con un dedo a Guren, quien aún se encontraba plácidamente dormido.-Pero como esta con nosotros no veo ningun problema. Ademas solamente sugerí mi villa porque alguien podría saber algo…pero ahora que lo reconsidero sería mejor que buscáramos en los demás puertos que se encuentran regados por la costa.

Sophia…quizás no estas acostumbrada a hablar a los extraños por su nombre…pero me gustaría que me llamaras por el mío.-Le dedique una ligera sonrisa antes de acercarme a un puesto en donde vendían pan. Correr durante tanto tiempo no era algo fácil y más aún si no había comido nada.-Me da uno por favor.-Dije con gentileza a la señora que estaba tendiendo el puesto.-Toma jovencito.-Por eso me sentía raro con Sophia, todos me decía joven o simplemente niño y ella me trataba como alguien mayor…-Gracias.-Coloque unas cuantas monedas en la mano de la señora como pago por el pan.

Pero si te molesta mi compañía lo entenderé y te dejare de molestas. No sin antes decirte en done tienes que buscar, claro. Pero yo me sentiría mal, ya que la idea de dejar a una joven a su suerte mientras busca a su hermano perdido, no me agrada…-Tome un pequeño trozo de pan con mis dedos para después llevármelo a la boca mientras seguíamos caminando.-¿Gustas un poco?.-Preguntaba mientras extendía la mano en donde tenía el pan hasta donde se encontraba ella

por Sophia Miér Dic 14, 2011 10:33 pm

Sophia miró la forma en que ese joven comía pan relajadamente. Le sorprendía un poco que pudiese comer en la calle, pero luego recordó que no todas las personas habían crecido con niñeras que las educaban con costumbres antiguas y arcaicas. Sophia se puso bastante colorada, pensando en que si comía en la calle en algun lugar del mundo su hermano se habría avergonzado de ella, por lo que negó con el rostro de un lado a otro.

Aún con Guren en sus brazos, se acomodó lo que llevaba a cuestas, un saco con ropa, sus cosas personales y un poco de comida y agua. Era lo que Ghizkar le había dado. Mientras caminaban miraba hacia los barcos viendo si alguno tenía velas de colores romanos en los cuales pudiera preguntar, pero sabía que era inutil pues la noche anterior ya se había dedicado a ir uno por uno dando la descripción de su hermano y pagando por cualquier pista. Nadie sabía nada de un tal Fye. Nadie le quizo decir nada.

- Lo siento Arone, fui educada de esta forma. Además, aparte de mi hermano menor y mis primos no tenía contacto con gente de mi edad. Soy un poco torpe cuando se trata de sociabilizar en un contexto como este.

Siguió caminando, el sol estaba alto pero en cualquier momento anochecería. Tal vez necesitara buscar una posada donde dormir o algun refugio en alguna esquina donde el rocío de la noche no la tocara.

- Pero creo que el sol no nos ayudará más. ¿Conoces alguna posada en Atenas donde me pueda quedar? No me gustaría dormir en la calle mi primera noche aquí.

No era sólo el problema de la posada, quería darse un baño para quitarse la sal de la piel, poder cepillar su cabellera e incluso encontrar algun templo en donde poder rendirle una oración al os dioses como era correspondiente despues de un largo viaje lleno de peligros.

- Esa villa de la que hablas, ¿Esta muy lejos de aquí?

por Arone Vie Dic 16, 2011 9:12 pm

Lamentablemente tienes razón…hoy ya no nos será de ayuda la luz del sol.-Mire al cielo para ver la posición del sol.-Aun se encontraba en lo alto del cielo pero no duraría mucho tiempo ahí.-La villa no se encuentra muy lejos pero…nos tardaríamos…estaríamos ahí ya cuando el sol se esté ocultando ¿no importa? .-Era seguro que nos tardaríamos un poco en llegar, pero por lo menos no estaba tan lejos, lo único que teníamos que hacer era atravesar el bosque como yo lo había hecho en un principio.-Pero para llegar allá tenemos que atravesar el bosque.

Seguía comiendo de poco a poco el pan, ya que Sophia no quiso a causa de su educación. Quedaba la mitad del pan, la parte que estaba guardando para dársela a Guren…Si me ponía a pensar en la posibilidad de que despertara y comenzara a hablar pensando que solo soy yo…me ponía un tanto nervioso, ya que podría pasar algo terrible. Pero tenía la esperanza de que se diera cuenta de que era cagado por alguien más.-Bueno será mejor que comencemos a encaminarnos a la villa antes de que anochezca…

Camine un poco antes de dar vuelta en un pequeño sendero de piedra, el cual atravesaba el bosque. A mí no me molestaba cruzar el bosque sin tener que atravesar ningún tipo de sendero hecho por el hombre, me gustaba más caminara trabes de la tierra ya que me parecía mas sesillo que pasar a través de unas rozas irregulares pero quien no sabía si le apetecería eso a la joven Sophia…pero no me pasaría nada si le preguntaba su opinión.-Sophia…no se tu pero a mi me gustaría caminar sobre la tierra del bosque y no encima de rocas…además si atravesamos el bosque llegaríamos mas rápido que siguiendo un sendero. Camine hacia este camino porque pensé que te agradaría mas…pero creo que son mejores los caminos naturales.

La brisa del mar hacia que las hojas de los arboles se movieran he incluso provocaba que algunas de estas se cayeran. Estas hojas parecían danzar con el viento mientras descendían al suelo. Podía escuchar el sonido de algunas hojas secas quebrándose bajos mis pies.-Sophia, ¿que sabes acerca de la diosa Athena?.-Algo en mi interior me decía que era ella mi diosa, la diosa que me brindo la armadura dorada de Aries. Pero me era claro que todavía no recordaba nada de quien era en verdad.-¿Sabes algo?...de hecho en la villa a la que vamos hay un santuario dedicado a la diosa de Atenas. Si hay tiempo me gustaría que lo vieras un momento. Claro después de que te consigamos un lugar en la posada que de ahí.

¿Si te gustaría ir a verlo?...-Quería en lo profundo de mi corazón que aceptara, quería que me acompañase hasta el santuario, para ver si así lograba recordar algo con el cosmos divino que resguarda tanto a la villa como al santuario.-Vamos a platicar un rato en lo que llegamos para que el camino se nos haga relativamente mas corto jajaja.-En esos momentos no se sentía calor, que la luz del sol era amortiguada por todas las hojas de aquel frondoso bosque.

por Sophia Sáb Dic 17, 2011 1:53 am

- No importa que tan lejos esté señor Arone. – Respondió Sophia acurrucando a Guren contra su pecho y dándole un suave beso en su frente. – Yo lo seguiré, le prometo que no seré una carga, puedo caminar a través de un bosque también.

La mera idea de recordar los días eternos en que había casi muerto de hambre en los bosques buscando el camino al mar aun la atormentaban. Pero en cierta forma, sentía que había purgado su alma en dicho lugar por herir a uno de los seres más importantes en su vida, como lo fue Solomon, por haber traído deshonra en Fye y Gelum y por haber puesto nuevamente en peligro a su amado Vergilius. Pensar en él la hacía suspirar y su sonrisa desapareció. Deseaba tenerlo cerca, sentir sus brazos, su aliento sobre los labios… apretó el collar “Siempre Tuyo” en su pecho y se prometió que no lloraría. A penas tuviera un lugar fijo, podría mandarle una carta a su primo y decirle que estaba bien, aunque la idea de que descubrieran una carta de ella con Vergilius y le hicieran daño la preocupaba. Hubiese deseado saber que había pasado con él luego de su caída por el barranco.

Caminaba siguiendo a Arone, estaban atravesando el puerto y aparentemente se iban a meter a un bosque. No le importaba caminar, tal vez alguien en esa villa hubiese escuchado algo de su amado hermano, le podrían decir todo lo que necesitaba saber de él y eso le daba esperanzas y fuerzas para seguir caminando en un momento así. El sendero de piedra del bosque era lindo, Sophia nunca había visto un bosque como ese, en Roma los arboles eran distintos, al menos en el Valle Dulce, en el cual todos eran frutales. De pronto, Arone quiso salirse del camino para cruzar por el bosque y así acortar tiempo. El era un oriundo de Grecia y sabría mejor que ella cómo y por dónde ir. En ningún momento pensó que ese chico tan amable podría tener malas intensiones con ellas, por lo cual lo siguió ingenuamente.

- Yo lo seguiré… por favor guíeme. No quiero ser una molestia para usted, para mí todo este lugar es muy bonito… - Sonrió y rió bajo. – Me recuerda algo… aunque no sé que es.

Se podía sentir la brisa del mar susurrando entre las hojas de los árboles, lo cual hizo que Sophia se sintiera en calma. Luego, Arone le hizo una pregunta a la cual la chica no le dio demasiada importancia.

- Claro, la versión griega de Minerva. – Respondió Sophia que por ser de clase alta había tenido una excelente educación. Pero todo ese tema de los dioses no le agradaba mucho, sobre todo desde que supo que Ares estaba utilizando a Octavius el día que la llevó sobre Germania en esa experiencia casi en sueño. - ¿Vamos a Villa Rodorio? La famosa Villa en la cual se rinde homenaje a Athena y atrás esta el famoso Santuario de Athena… ¡Que asombroso! – Dijo Sophia apretando un poco a Guren de la emoción, ella sabía que la villa que estaba situada junto con el santuario se llamaba Villa Rodorio, no era una completa ignorando y las leyendas y hazañas que se habían llevado a cabo en ese sector de Grecia eran motivo de varias leyendas urbanas. Se preguntó si habrían demonios y caballeros en armaduras de oro dando vuelvas y la mera idea la hizo sentirse tonta. – Que maravilloso es todo esto… nunca pensé que lo vería. Muchas gracias por llevarme. Encontraré una posada y tal vez luego pueda trabajar algunos días ahí para conseguir dinero y seguir con mi búsqueda…

por Arone Sáb Dic 17, 2011 11:25 pm

¡Exactamente! Nos dirigimos a la villa Rodorio, y si el santuario que se encuentra a las espaldas de la villa es aquel que rinde tributo a la diosa Athena. Y por supuesto cabe mencionar que se encuentran ahí los caballeros que darían su vida por la diosa de la sabiduría.-Yo no sabía mucho de Grecia o de los mitos que yacían en esta tierra llena de misterios hasta que comencé mi viaje…mi mundo solo era Roma y parte de Egipto nada mas…Mi viaje empezó a causa de las extrañas sensaciones que estaba experimentando, el ver el aura de las personas, el saber que Guren era un espíritu…tantas cosas que se empezaron a rebelar en tan solo una tarde.

Al llegar a Grecia la primera persona que conocí fue a Strife, a quien curiosamente encontré por su cosmos mientras atravesaba aquel tétrico bosque, que se encontraba plagado por un aura a muerte y desolación. El fue quien me mostro el santuario en donde conocí a Aldebaran. También fue donde comencé a aprender acerca del cosmos que se encontraba en mi interior.

Tantas cosas que se encontraban presentes día con día y no me daba cuenta de ellas. Estaba viviendo un sueño del cual no pude despertar hasta que llegue a este lugar…había vivido cosas que me fascinaron y otras que…fueron experiencias un tanto amargas pero que me fueron de ayuda para comprender el lugar que tenia…

El conocer a Night y Aspros no fue algo que me agrado demasiado, pero me ayudaron a ver la otra cara de la moneda…que no por ser todos caballeros dorados teníamos que compartir la misma ideología. De cierta forma comprendí que todo en este mundo no era amistad y cordialidad…

Me quede en silencio por mucho tiempo sin darme cuenta.-Perdón…es que estaba pensando en otras cosas…mi mente divago y no me di cuenta hasta ahora jaja.-Estaba siendo demasiado descuidado y confiado, ya que no me podía dar el lujo de perderme en mis pensamientos mientras estaba guiando a una joven, mucho menos a la mitad de un frondoso bosque. Algún ladrón podría acercarse y no me daría cuenta hasta que fuera muy tarde.

Sophia no eres ninguna molestia…además te dije que te estaría ayudando con tu búsqueda. Por eso mismo no voy a permitir que andes por ahí sola hasta que encuentres a tu hermano. Si no jamás tendré la conciencia tranquila de nuevo.-Baje la velocidad de mis pasos para quedar a su lado.-¿Sophia?...tengo una duda…¿porque me brindas tanta confianza?, que tal si soy un asaltante o un violador y tu siguiéndome el paso pudiendo ser una trampa…entonces ¿porque?.-Claro que jamás le aria daño a una joven ni mucho menos, sino todo lo contrario la protegería hasta con mi vida si es necesario. Mas después de tener el extraño presentimiento de que ella era la diosa a quien hemos estado buscando.

por Sophia Dom Dic 18, 2011 12:30 am

La mera idea de ir a un lugar del cual se cantaba con tanto fervor en leyendas hizo que Sophia se sintiera ansiosa. Había escuchado mas de una epopeya sobre las grandes batallas que se habían llevado a cabo desde el comienzo de los tiempos entre los dioses. La idea de que esas canciones fueran ciertas y que en Villa Rodorio se pudiese ver a hombres con armaduras de oro la llenaba de ansiedad. Era algo que quería ver...

- Necesitaré trabajar en Villa Rodorio, supongo, para poder comprar un caballo y recorrer Grecia. No soy buena con lo físico, un caballo sería mas apropiado en vez de caminar. - Dijo Sophia. - No te preocupes sobre ello, ya eres bastante amable al guiarme a ese lugar.

Arone caminaba mucho más rápido que ella y además se le notaba con mucha habilidad para hacerlo. Era ágil, demasiado, nunca pisaba en lugares errados y era como si sus pies pudieran encontrar el punto perfecto para caminar entre los árboles. Sophia en cambio tenía que ir mirando el suelo para segurarse de no tropezar, era torpe aún vistiendo pantalones de tela y ese corset de cuero, sentía que en cualquier momento iba a caer.

- Supongo que soy una persona muy extraña, señor Arone. - Respondió Sophia sonriendo y riendo en voz baja. - Se que el mundo no es color de rosa, que hay personas que con gusto me harían daño... pero no puedo desconfiar de nadie. Ni si quiera de aquellos que ya me han hecho daño. - Pensó en Vergilius, en Solomón y hasta en Fye. Fye la había golpeado, Vergilius había intentado matarla y Solomón había traicionado su corazón. Aún así, habría muerto por cada uno de ellos, pues sabía que había bondad y amor en sus corazones. - Es mi naturaleza, me gusta creer que en cada persona hay bondad y si los trato con confianza y cariño, esa bondad saldrá a la luz. Se que es raro, pero no puedo encontrar motivos para no creer en los demás.

por Arone Dom Dic 18, 2011 8:24 pm

Si quieres podemos descansar un momento…o te puedo llevar en mi espalda jajaja.-Dije después de escuchar que la joven no estaba acostumbrada a caminar demasiado.-Perdón si iba muy rápido es que así estoy acostumbrado a caminar jeje…-Deje de caminar para ver si Sophia quería descansar un momento antes de seguir con nuestro camino.-Entiendo que quieras confiar en los demás.-Me recargue en el árbol más cercano a mi.-Pero dime…¿Qué pasaría? Si unos ladrones o degenerados se nos acercaran intentando hacerte daño…en ese caso yo te tendría que defender y por lo tanto tendría que lastimar a esas personas…si eso pasara ¿me detendrías?.

No quería hacer sentir mal a la joven Sophia pero quería entenderla un poco…quería entender sus pensamientos y sentimientos hacia los demás.-Te seré sincero, no me agrada pelear. No le veo caso a lastimar a otros solo por diversión o por riñas…pero si alguien quisiera lastimar a un amigo o a un ser querido…pelearía para defender a esa persona…y en estos momento eso te incluye a ti. Ya que aun que no te conozca por alguna razón me agradas jajaja.-Mire hacia otro lado ya que quizás mis palabras se podrían mal interpretar sin que fuese mi intención, incluso pude sentir que me sonroje un poco.

No me preocupaba mucho por el tiempo que nos tardaríamos en llegar ya que habíamos recorrido un buen tramo del bosque ya, faltaba poco antes de que llegáramos a la entrada de la villa.-Si deseas podemos parar un momento, no hay ningún problema además ya hemos recorrido una gran parte del bosque en poco tiempo…-La brisa que surcaba entre las ramas movía mis cabellos haciéndome cosquillas en el cuello y la frente.

Sophia te he estado mirando un tanto no se si feliz desde que te dije que nos dirigíamos a Rodorio…¿por qué?.-Era extraño pero mientras sonreía podía sentir el impulso de comenzar a reír, pero no sabía el porqué de esa situación.

Me quede recargado en el tronco por que me estaba dando cuenta de que la joven Sophia no se encontraba muy acostumbrada a pasar a trabes de caminos tan…no sabría decir como ya que yo me había acostumbrado desde pequeño a caminar por casi cualquier lugar. Para mi era mejor caminar a trabes de la tierra o las rocas que ya se encontraban en el suelo desde antes que llegaran los hombres a ese sitio, los caminos hechos por ellos casi no me apetecían, ya que sentía que en cualquier momento terminaría en el suelo.

Tengo la impresión de que estas feliz por todas las historias que cuentan del santuario ¿no es así?...si es así te prometo que lo primero que te mostrare será una armadura dorada.-Era extraño, pero me gustaba ver el brillo de sus ojos. Era extraño ver a personas como ella, que mostraban tal inocencia además de que ellos aun creían en los sueños que para muchos ya eran imposibles.-No te puedo prometer más cosas pero eso tenlo por seguro que si jajaja.-Era extraño pero me sentí de nuevo como un niño de unos diez años que jugaba y que intentaba ilusionar a los demás o simplemente hacerlos felices.-¿Entonces qué me dices?

por Sophia Dom Dic 18, 2011 8:57 pm

- No debemos detenernos, ya le dije que no quiero ser una molestia. – Dijo Sophia un tanto melancólica sin poder evitar pensar que todo lo que hacía siempre le resultaba un estorbo a los demás. Hasta caminar en ese momento era así.

Por mucho que lo intentaba no podía lograr ser más que una piedra en el zapato de todas las personas que se acercaban a ella. No quería seguir siendo una carga, que alguien la llevara en su espalda o tuviera de disminuir su paso por su causa. Quería ser fuerte, independiente y capaz de hacer lo mismo que cualquier otra persona, y no ser, un estorbo.

Pero la pregunta de Arone la descolocó y se quedo de pie mientras buscaba la forma de responder, ¿Que haría ella en ese caso?

- No te detendría... – Dijo avergonzada. – A veces un acto de violencia es justificable cuando se amenaza la paz y la bondad de otra persona. Aunque, me dolería ver que los dañases y seguramente intentaría de que no los matases, sólo los dejaras fuera de combate. – Sophia miró a Arone, pues lo que decía la conmovía, no había conocido a un hombre como él antes que tuviera su mismo pensamiento en tantas cosas. – Yo pienso igual que tu, las peleas no me agradan. Creo que si hubiese nacido hombre hubiese sido la verguenza de mi familia. Pero tambien pienso que hay momentos en que no se puede poner la otra mejilla, sino que hay que levantarse y pelear por lo que creemos justo, proteger con nuestras vidas a los que amamos. Y ya le dije… no necesita detenerse por mí.

Se aferró a Guren un poco más fuerte y apresuró el paso para intentar estar a la par de Arone. No quería seguir siendo una carga para nadie, si el corría ella también lo haría, si el caminaba ella lo seguiría al mismo paso. No iba a parar, necesitaba llegar rápido a ese lugar llamado Rodorio para buscar a su hermano. Pero de pronto Arone paró y se recargó de un tronco y Sophia comenzó a molestarse por ello.

-¡Ya le dije que no debemos parar! Tengo fuerza para seguir, de verdad. – Sophia frunció el seño frustrada. – Lo siento, no quise gritar. Es que siempre he sido una carga para todos, siempre… no quiero serlo más, he hecho todo lo posible para no serlo, pero siempre termino retrasando a todos a mí alrededor.

Escuchó como Arone hablaba de que se veía feliz de ir a Rodorio y el santuario, y sobre mostrarle una armadura dorada. En cualquier otra ocasión aquello la habría hecho saltar de felicidad pero ahora, sólo suspiró y bajó el rostro intentando no llorar. Se sentía muy triste.

- No tengo tiempo para perder en eso. Debo encontrar a mi hermano. – Fue la única respuesta que dio y siguió caminando frente a Arone, en la dirección en que él había caminado por todo ese tiempo. - Necesito encontrarlo lo antes posible, pase lo que pase.

por Arone Dom Dic 18, 2011 11:17 pm

Perdón…-Me sentí como un tonto en esos momentos, intentaba hacerla sentir feliz pero por lo vistos mis acciones solo la hacían sentir mal o la frustraban. Baje la mirada ya que me comencé a sentir mal, jamás creí que mis acciones la molestaran de esa manera.-Me disculpo…seguiré guiando el camino…-Dije mientras pasaba a su lado y me colocaba unos cuantos pasos más delante de ella.

Solo…creí que sería bueno animare un poco en lo que sabíamos algo de tu hermano…además ya te había dicho que no eres ninguna molestia ni mucho menos una carga…pero si te hice sentir de tal manera te pido perdón…esa jamás fue mi intención.-En momentos tenía que entrecerrar los ojos ya que los rayos de luz que se filtraban entre las hojas de los arboles lastimaba mis ojos.

Deje de hablar mientras caminaba ya que creí que sería lo mejor que podía hacer en esos momentos, no quería molestar mas a la joven así que procure ya no hablar ni tampoco parar de caminar.-Cuando despierte Guren me lo podrías decir para darle el trozo de pan que no me he comido, seguramente despertara con un poco de hambre.-Gire un poco mi cabeza hacia el costado para poderla ver mientras le hablaba.

El camino se encontraba lleno de pequeñas piedras las cuales en momentos dificultaban el paso, pero era difícil verlas a causa de las hojas que se encontraban regadas en todo el suelo, por eso mismo tome una vara seca que estaba cerca de un árbol. Con ella comencé a apartar las hojas que se encontraban delante de mí, para que con ello pudiera ver las rocas que estaban ocultas bajo las hojas. No le decía nada a Sophia ya que seguramente se estaba dando cuenta de lo que estaba haciendo y porque.

De nuevo comencé a divagar en mi pasado y en lo que había vivido en Egipto. Comencé a recordar que la vida en aquel lugar era demasiado difícil a causa del calor tan abrazador y también por todas las reglas qua había ahí, el hecho de que solo se podía vivir como campesino, como esclavo, como basura o siendo un perro de los faraones. Ahora me preguntaba la razón de salvarme de aquel destino gracias a un desafortunado incidente, la muerte o más bien el asesinato de mis padres. Quizás habían hecho algo que enfado al faraón…

No conocía todos los detalles de lo que había pasado, ya que mis padres…los que me estuvieron criando como su hijo…me contaron que mis verdaderos padres escapaban de la guardia real y que al toparse con ellos me encomendaron, les rogaron para que me cuidaran y me salvaran del trágico destino que pronto ellos tendrían…Ya no me quisieron contar nada mas…ya que fue horrible lo que paso. Después intentaron encontrar a algún familiar que tuviese en Egipto, pero ya no sería lo mismo. El vivir como romano tanto tiempo, para después descubrí que soy un egipcio…me tarde en creerlo ya que no me parecía aun egipcio. Por mi color de piel y de ojos.

Después de asimilar la verdad, fuimos a Egipto y ahí fue donde conocía a Hang mi primo-hermano, me encontraba nervioso ya que para mí era un completo extraño, pero el siempre se comporto de forma amable aun sin conocerme, todo porque según el compartíamos la misma sangre. Desde entonces el intento enseñarme “nuestro” idioma natal, pero lo único que me pude aprender fue una pequeña frase.

La muerte es tan solo el comienzo, el viaje no acaba solo porque la vida lo haga. Las estrellas serán nuestras guías mientras nuestra alma viaja libre…como debió de ser en un principio.-Hable en egipcio sin darme cuenta, pero no me importo ya que seguramente la joven Sophia no me estaría prestando tanta atención desde que la hice enfadar. Suspiraba ya que extrañaba de cierta forma a mis padres y a Hang…

por Sophia Lun Dic 19, 2011 11:51 pm

- Por favor, no me pida perdon señor Arone. Soy yo quien le debe pedir perdón a usted. Sólo ha intentado ser amable y yo me he comportado como una maleducada. – Dijo Sophia bajando el rostro mientras lo seguía.

Suspiró con la cabeza baja. Se podía dar cuenta que Arone estaba intentando guiarla de alguna forma, pero ya no dijo nada, sólo caminó en silencio sabiendo que no había mucho más que decir, había arruinado todo. Ese joven sólo había sido amable con ella y ella por su parte lo había hecho enfadar.

Con la cabeza baja pensó, por qué todos en su vida terminaban sintiéndose así cerca de ella. El único deseo que realmente tenía era animar a las personas y verlas felices, darles todo lo que alguna vez les pudo haber faltado, aunque fuera un vaso de agua, una sonrisa, escucharlas… siempre intentaba que todos a su alrededor se sintieran bien. Pero terminaba fracasando en ello constantemente.

Su hermano tal vez se había ido por ello, porque ya no la quería ni estaba preocupado de ella. Tal vez todo ese viaje resultaría una gran pérdida de tiempo si encontraba a Fye y este le decía de un momento a otro que ya no la quería volver a ver.

De pronto, escuchó algunas palabras provenientes de Arone. Reconoció el idioma como egipcio, pero no comentó nada pues no comprendía con claridad de que hablaba, sólo pudo notar las palabras “muerte”, “viaje”, “acabar”, “vida”, “estrellas” y “alma”. Se sintió asustada pensando que tal vez estaba refiriéndose a ella, pensó que tal vez le había dicho todas esas cosas de que pasaría si el fuese un mal hechor por algo.

- Creo que despertó Guren. – Dijo nerviosa, pues el conejo se movía entre sus manos. - ¿No es esa Villa Rodorio? – Preguntó la joven mientras a lo lejos se veían algunas casas, pero estaban bastante lejos aun.

por Arone Mar Dic 20, 2011 12:24 am

Gire para ver a Guren ya que al parecer esta despertando, pero note algo extraña a la joven Sophia, perecía estar nerviosa pero ¿porque?.-Si asi es esa es Rodorio…-Me le acerque para tomar a Guren de sus brazos y comenzarlo a cargar. Seguramente ya se había cansado de cargarlo. Segui delante de ella mientras intentaba pensar en la razón de que estuviera nerviosa.

¿A caso te asuste?...si fue porque hable en egipcio no te preocupes, no te estaba diciendo nada de ti ni mucho menos, tan solo dije…”La muerte es tan solo el comienzo, el viaje no acaba solo porque la vida lo haga. Las estrellas serán nuestras guías mientras nuestra alma viaja libre…como debió de ser en un principio”.-Esta vez lo dije en latino para que ella lo entendiera.-Esa es una frase que me enseño a decir mi primo…-Mientras se lo explicaba rascaba mi cabeza con la mano derecha ya que con la otra estaba cargando principalmente a Guren.

Es una historia un poco larga y trillada pero mi familia “real” era de Egipto…al único que pude conocer fue a un primo llamado Hang y me enseño esa frase para hacerme sentir un poco mejor…Pero dejemos de hablar de eso, además hace muchos años que eso paso.-Le mostraba una sonrisa, aun que por dentro me estaba sintiendo melancólico.

Ya falta poco para que lleguemos...-Decía mientras le daba unos pequeños golpecitos con los dedos en la cabeza a Guren.-Vamos despierta…anda…no vez que nos está acompañando una joven y tu dormido, que mal educado eres...-Con que escuchara esas palabras ya estaría tranquilo ya que permanecería callado como siempre lo hacia con los demás. Al poco tiempo se despertó y trepo hasta mis hombros para ver a Sophia

Toma...-Estire mi brazo para darle el pedazo de pan que me quedaba.-Ya no te angusties no soy malo jajaja…si lo fuese ¿Por qué te estaría guiando a la villa?...¿no crees que es una pregunta valida?.-La noche se encontraba cerca o por lo menos eso era lo que pensaba, las nubes se mostraban de un color rojizo-anaranjado. Algunos pajarillos regresaban a sus nidos que se encontraban en las ramas ubicadas sobre nosotros.

Mira yo fui el imprudente…Ademas estas preocupada por tu ser querido, era obvio que reaccionarias de esa forma ya que estas preocupada.-Al salir del bosque nos topamos con un gran campo de flores silvestres. Ese campo se encontraba un poco antes de llegar a la entrada de la villa, pero era un poco extenso así que todavía nos tardaríamos unos cuantos minutos en llegar a la entrada de Rodorio.

por Sophia Miér Dic 21, 2011 4:52 pm

Mientras Sophia caminaba vio como el conejito de Arone comía del pedazo de pan que le había guardado. Nunca había visto a un conejo comiendo pan, pensó que ese tipo de animales comian pasto, zanahorias y lechuga, o cosas por el estilo. Pero el Grecia todo era mucho más extraño de lo que Sophia podría haber querido admitir.

Cada paso que daba la acercaba un poco más a la VIlla Rodorio. Habían dejado atras los puertos de Atenas y ahora se adentraban a las quebradas. Lentamente el bosque iba desapareciendo y la tierra se veía mucho más rocosa y árida. Se preguntó como era posible tanta divertidad en un lugar así.

- Debo admitir que sí me asustó un poco. - Sonrió Sophia entrelazando sus propias manos. - La verdad, es que me enseñaron todo tipo de lenguajes, pero a forma muy básica. Apenas entendí algunas de las palabras que dijo y me asustaron. Pero me alegra saber que estaba exagerando un poquito. - Rió en voz baja mientras saba un salto de una roca a otra cruzando un pequeño estero. El sonido del agua era refrescante y se agachó para lavarse la cara y las manos, estaba un poco sudada por la cantidad de horas que habían caminado, y aunque se estaba haciendo de noche, eso no significaba que hiciera menos calor.

Siguió siguiendo a Arone cuando el bosque terminó por completo y se vio la Villa Rodorio entre las colinas. Sophia sonrió y se dirigió a Arone.

- Le agradesco por haberme guiado. Ya no le quitaré de su tiempo señor Arone. Buscaré en Rodorio un lugar para quedarme. Espero que nos podamos ver más adelante... encontraré a mi hermano... ¡Ya lo verá!

Se acercó y le hizo una reverencia con mucho respeto. Sus ojos brillaban de felicidad.

- Nos vemos, que los dioses iluminen su camino siempre y que lo mantengan seguro esta noche.

De esa forma, Sophia Juliai comenzó a caminar hacia Villa Rodorio.

por Arone Jue Dic 22, 2011 11:54 pm

Escuchaba a la joven Sophia, parecía estarce despidiendo ya que me estaba agradeciendo todo lo que había estado haciendo por ella.-De nada.-Fue lo único que pude decir antes de que se fuera, pero seguramente no me escucho. Ojala tuviera la suerte de encontrar a su hermano, y de que este no la desilusionara. Aun teniendo el presentimiento de que ella es Athena, no podía hacer nada para que lo recordase, y ahora tampoco para ayudarla a encontrar a su hermano.

Bueno, supongo que tendremos que seguir solos…-Dije en voz baja mientras miraba como Sophia se alejaba para llegar a la villa. El viento que surcaba el lugar hacia que mis cabellos ondularan un poco en mi frente.-Ahora, ¿que are?.-Me preguntaba mientras miraba las nubes que se encontraban atravesando el cielo, mostraba una pequeña sonrisa mientras lo hacia.

Había muchas cosas que quería saber, una de esas cosas seria saber contra quien pelearíamos. Yo quería esperar a que nuestra diosa despertara ya que seguramente encontraría una forma pacifica de arreglar las cosas, pero…desde hace tiempo he sentido varios cosmos que me dan mala espina…Sabia de ante mano que se encontraban bastante lejos, pero aun así se podía sentir la maldad en sus cosmos.

Creo que tendré que hablar con el…-Mi cálida mirada se desvaneció junto con aquella sonrisa, la idea de ir a ver a Aspros era algo que no me agradaba. Seguramente este encontraría la manera de humillarme o de algo mucho peor, pero si no me ponía a su nivel no creía que me respondiera ninguna de mis preguntas…Comencé a caminara hacia la villa mientras suspiraba, aunque el fuese un caballero dorado algo en su aura no me agradaba.-Guren te quedaras en el templo de Aries…

¿Por qué tengo que quedarme y dejarte solo con ese sujeto?.-Suspire nuevamente antes de responder el cuestionamiento de Guren.-Por que si no voy solo…no me dirá nada. Ademas algo me dice que el no es del tipo de persona que le haga mucho caso a los “niños con mascotas” Según lo que recuerdo eso es lo que piensa de mi…

por Defteros Dom Ene 08, 2012 1:10 pm

Faltaba poco para que los sangrientos combates dieran comienzo en la arena mas imponente jamás construida y Defteros con el poco dinero que aun cargaba en su moral se preguntaba como demonios llegaría a Roma en ese tiempo y con ese dinero que le quedaba, tal vez podría ir de polizonte en un barco, esa era una buena solución, el problema era que como demonios aria par comer en ese lugar, la otra opción era comprar un barco “Si, claro, solo debo encontrar uno que cueste menos de lo que cuesta un pan”, las posibilidades se iban agotando una tras otra y eso andaba orillando a Defteros a actuar como un ladron, quizás era mas fácil quitarle a un pobre descuidado su bote mientras se distraía o amenazarlo directamente con su espada o simplemente ponerle una paliza hasta que este se lo cediera. Esos pensamientos se fueron de su mente tan rápidamente como habían llegado cuando vio a unos mercaderes que cargaban mercancía y detrás de ellos habia mucho mas.
Habia sido fácil encontrar a unos que se dirigieran a Roma y aun mas fácil que necesitaran un ayudante mas, así que este se subió al barco que no demoro mucho en desatarse del muelle y dirigirse hacia su destino.

por Defteros Mar Ene 17, 2012 12:30 am

Quinto post para AD

Defteros habia cabalgado durante dos días en ese caballo, que a pesar de haber cambiado tan bruscamente de dueño no parecía haberle afectado en lo mas mínimo, inclusive habia sido un viaje reconfortante para Defteros, y eso le hacia recordar su infancia, cuando montaba caballos en lo que anteriormente era su hogar antes de ser desheredado y humillado por su padre y un miserable bastardo que no valía más que el y que algún día iba a pagar por lo que la habia hecho a él y a su familia, quizás primero experimentaría lo que era vivir una pesadilla en persona con su puño de ilusión diabólica, “No es momento de pensar en eso” penso Defteros mientras se bajaba del bote en el puerto Ateniense, antes de haber llegado al puerto y después de haber montado el caballo Defteros habia tenido un pequeño percance.
Flashback
Defteros habia bajado del cuaco en el puerto de aquella provincia Romana esperando encontrar un barco que lo llevara a Atenas de la misma manera de cómo lo habían traído a Roma, osea de pura suerte, en los primeros dos barcos los capitanes le habían indicado que ya estaban completos, en el tercero que zarparían en dos días mas y Defteros no podía darse el lujo de perder mas tiempo del que ya habia perdido, asi que decidió probar suerte en otra embarcación, -Necesito ir a Atenas- dijo Defteros -¿No necesitan ustedes a un ayudante?- pregunto, a lo que le contestaron –Ayudantes siempre son necesarios, pero dime extraño, ¿Acaso eres tu Griego?- y Defteros respondió –no, yo soy Romano-, aquello personajes curiosos por saber mas de Defteros preguntaron nuevamente, -A si, ¿Y de que provincia?-, a lo que Defteros respondió –¿Acaso eso importa?-, y los Marineros le respondieron –Si, importa mucho, Solo aceptamos griegos, no queremos que ningún romano pise nuestro barco-, Defteros ofendido por aquellas palabras decidió que eso no se podía quedar asi, se acomodo en una posición similar a la que adopta cuando suelta un golpe, los marineros al ver esto comenzaron a reir, creyendo que Defteros no podría con todos. Barios pequeños rayos de luz salieron del puño de Defteros cuando este lo lanzo hacia en frente, atravesando las cabezas de cada uno de ellos, con la nueva técnica de Defteros el podía ver y borrar recuerdos de una persona, asi que intrigado por la curiosidad de saber por que ese odio tan fuerte hacia los Romano, decidió hurgar en sus mentes, y ahí estaba el origen, era necesario eliminar ese recuerdo y quizás varios mas, asi que lo hizo sin basilar.
Fin flashback
De esa forma Defteros habia conseguido convencer a los tripulantes del barco que le permitieran zarpar con ellos, cosa que consiguió rápidamente, pero eso ya era historia antigua, ahora estaba en Atenas y tenia que encontrar nuevamente a esa persona que lo habia confundido con alguien mas

por Ashrael Jue Abr 12, 2012 10:16 pm

El joven dios se encontraba sentado recargado sobre el marco marrón de la ventana observando meticulosamente el mar. Ahora que lo pienso… Poseidón no es realmente peligroso… La reina de los mares Anfitrike ella es de la que debería preocuparme en estos momentos… Se decía así mismo en medio de la soledad que le brindaba aquella habitación en que se encontraba. En alguna parte de su mente le preocupaban las deidades marinas no tanto por su persona sino mas bien por aquellos que se encontraba a su cargo. Algo le decía que podrían ser un peligro para todos especialmente para los Asgardianos.

El tiempo pasaba y la deidad nórdica se sumergía cada vez más dentro de sus oscuros y profundos pensamientos. De un momento a otro esos pensamientos lo sumergieron en un profundo sueño, la cabeza del joven se recargo levemente sobre el marco de la ventana mientras sus largos cabellos caían sobre su rostro. El sueño en que se había sumergido le proporciono una visión algo muy alejado del mundo de los sueños en el que estaban acostumbrados a caer todos aquellos que se quedaban dormidos.

Tragedia, desolación y caos era lo único que podía observar la deidad de Asgard, el mundo que alguna vez conoció ya no era más que un despojo del mismo. Pocos humanos quedaban sobre la faz de la tierra al mismo tiempo que se libraba una nueva e igualmente sangrienta batalla entre Athena y Ares ambos dioses de la guerra pero con distintas razones por las cuales pelear. El mundo había llegado al final de sus días ya que al parecer varios reinos se habían unido para ir contra la diosa de la sabiduría, pero poco antes de que Odin pudiera acabar de observar aquella visión varios ruidos lo despertaron. Al parecer ya habían llegado al puerto de Atenas, pero aun así algo no le estaba agradando al joven dios.

La deidad salió tranquilamente de la habitación un poco antes de que desembarcara, la brisa marina golpeo nuevamente su pálido rostro al mismo tiempo que los rayos solares golpeaban sin piedad su cuerpo. El joven entrecerró un poco los ojos ya que la luz que proyectaba el sol era algo que no toleraban sus ojos dorados. Miro hacia los lados observando a todos los que se encontraban sobre la cubierta, estaba claro que algunos de ellos se encontraban un tanto inquietos por bajar ya. Sus ayegados se encontraban entretenidos discutiendo seguramente se encontraban planeando una forma para alzar una nueva generación de guerreros por eso mismo el dios no los interrumpió.

Ashrael fue el primero que bajar del barco, no le dirigió la palabra a nadie mientras lo hacía ya que tenía un extraño presentimiento. Algo iba a pasar en aquel puerto algo que no le agradaría, lo sabía de ante mano pero no sabía con exactitud de que se trataba. ¡Chrystalle! No muy lejos de aquí se encuentra una villa llamada Rodorio en la cual podrás encontrar información acerca del santuario… No creo poderte acompañar por más tiempo ya que al parecer vendrá un visitante no muy deseado de mi parte justo a este puerto así que… será mejor que te retires ahora… El rostro de la deidad mostraba una gran seriedad cosa que no había mostrado desde que conoció a su joven aprendiz. Respiro profundamente para poderse relajar un poco antes de despedirse.

Fue algo agradable conocerte pequeña Chrystalle pero cosas que van más allá de tu comprensión nos van a separar ahora. Ojala puedas encontrar tu cometido en el santuario de Athena y recuerda que si llegas a perder el camino tan solo cierra los ojos y siente el gran cosmos de tu diosa y ella te guiara… El joven dios acaricio levemente la nuca de la joven en forma de despedida un poco antes de alejarse de todos incluso de sus guerreros. Odin se alejo todo lo que pudiera de todos pero al mismo tiempo que estuviera cerca del mar para recibir a aquel que seguramente lo estaría buscando

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