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[Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
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[Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Su día había comenzado de una forma bastante agradable. Al despertar su criada le comunicó que Fye estaba en Roma y que no volvería hasta tarde… no le dio las razones de ello, pero de inmediato supo que sin Fye y sus ojos sobre ella podría disfrutar el día al aire libre. Luego de vestirse había salido a dar una vuelta por los viñedos, adoraba las uvas en el verano volviéndose rosadas y la sensación de caminar por el pasto descalza en esa temporada. Su mente divagaba en el recuerdo de jugar junto a Vergilius cuando eran apenas niños sobre aquellos pastizales a las escondidas… suspiró al recordarlo.
Con un simple sombrero de paja atravesaba los prados y veía a lo lejos como los campesinos y agricultores se preparaban para las cosechas. Los saludo atentamente mientras ellos bajaban su cabeza para saludarla. Solía ser educada con ellos, ya que eran los que después de todo más se esforzaban durante el año para que en la villa no faltara nada. Aunque era Fye quien se ocupada de aquellos negocios no podía evitar querer entender algo más de todo el proceso de la plantación. Caminaba bajó el sendero de álamos tatareando algunas canciones, los girasoles moviéndose levemente con el viento. Cortó algunos y los llevaba en sus manos hasta que finalmente llegó a los viñedos. Ahí estaba… la vendimia. Los felices hombres, niños y mujeres cortando las uvas para luego hacer el vino. Los miraba sorprendida desde lo alto de la colina sentándose ahí viendo hacia el valle. Las nubes pasaban lentas sobre su cabeza. ¿Qué estaría haciendo Vergilius en ese momento? Intentaba no pensar en el para no entristecerse… más de vez en cuando no podía evitarlo.
Fue entonces que una niña llegó a ella y tomó su mano llevándola hacia el gran barril en donde estaban a punto de comenzar el pisado de las uvas. Ella se unió a la celebración aplaudiendo junto a los campesinos, que a pesar de estar con su patrona, no le temían como a Fye. Adornaron su cabellera con hojas de parra y algunos pequeños racimos de uva y le pidieron que fuera la primera en pisarlas. Lavó sus pies y se metió al barrer entre los aplausos bailando y pisando las uvas, riendo mientras las sentía explotar bajo sus pies. Gracias a dios que Fye no estaba ahí para verla, de seguro la habría golpeado o arrastrado fuera de ese lugar por denigrarse a compartir aquellos festejos paganos de la chusma. Y Gelum, seguramente pondría cara de fastidiado, pero a diferencia de Fye, Gelum no podía mandarla. Así paso esa tarde entre las personas, observando como caía el jugo de las uvas y barril tras barril se juntaba el jugo de uva dulce que en algún tiempo se convertiría en el vino de la villa. Seguía bailando entre los campesinos que se habían unido a pisar las uvas, feliz… cuando se pronto llegó una de sus criadas corriendo con cara de preocupación ya que no la encontraba.
Oh no… Fye debió volver y se pondrá furioso si me ve así.
Pensó mientras saltaba de un golpe hacia el piso asustada. Su ropa estaba llena de jugo de uva, su cabello con hojas de parra. Su corazón latía con rapidez esperando un gran castigo si la veían así.
- ¡Señorita Sophia! – Gritó moviéndole una mano. – ¡Rápido! ¡Corra! ¡Los dioses han oído sus rezos!
- ¿Dónde está? ¿Ya viene el camino? ¿Esta enojado? – Preguntó mientras se ponía sus sandalias de golpe y recogía sus girasoles observando como la sirvienta se acercaba corriendo aun.
- ¡Ha vuelto! ¡Su primo el señor Virgilius ha vuelto! ¡Llegó un mensajero diciendo que las legiones están a apenas 2 días de Roma!
Sophia dejó caer nuevamente las flores ante el shock de escuchar aquella noticia. No sólo estaba vivo sino que estaba cerca. Una enorme sonrisa inundó su rostro y se agachó a recoger las flores. Iba a gritar que limpiaran la casa, que mataran un novillo, que se hiciera comida para diez días porque su primo la vendría a visitar y debían festejar su vuelta… cuando el rostro de Fye vino a su cabeza, mostrando de nuevo tristeza. Desde el día en que ambos cruzaron sus espadas y Fye resultó el perdedor, todo se había vuelto demasiado complicado. El amor que sentía por Vergilius ahora encontraba como gran obstáculo el amor que sentía por su hermano. A pesar de que éste no lo demostrara de vuelta, ella sabía que todo lo que hacía era para protegerla de un escándalo… pero al mismo tiempo… no podía evitar sentirse así y desear estar cerca de Vergilius todo el tiempo.
- ¿Qué sucede? ¿No esta feliz? ¡Sonría señorita Sophia! – Dijo Claudia tomándole las manos y quitándole las flores recuperando su aliento. - ¡Debemos bañarla! Hay que vestirla, arreglar su cabello, llenarla de agua de rosas y buscar la mas fina seda para…
- Esas cosas no le importan a Vergilius… - Interrumpió triste. – Tal vez ni si quiera me reconozca Claudia, no quiero que me vea diferente a la última vez que me vio… cuando nos despedimos…Además se te olvida que Fye no me dejará ir a Roma a celebrar su retorno o a verlo y tampoco él vendría a este lugar si sabe que mi hermano se encuentra aquí.
- Entonces… - Dijo Claudia con una sonrisa mientras tomaba su brazo. – De gracias a los dioses de que el joven Fye no esta. ¡Vamos a arreglarla mientras preparan los caballos!
- ¡Estas loca! – Gritó sacandose uno de los racimos de uva de su cabellera y tirandoselo con fuerza a lo cual Claudia respondio dando un pequeño grito de sorpresa. - ¡¿Quieres que me repudie o me venda como esclava?!
- Señorita Sophia… han esperado tres años para verse.
- Lo se… por lo mismo… puedo esperar unos días más…
Tomando su vestido por las puntas para no ensuciarlo con el barro, comenzó a caminar sonriente y suspirando… sabía que vería a Vergilius eventualmente, después de todo ni Fye podía evitarlo. Pero no podía salir sola de la Villa sin esperar un gran regaño de parte de su hermano mayor. Tal vez… sólo tal vez… Gelum podría ayudarla a llegar a Roma. Pensó todo el camino de vuelta a la villa en como convencer a su hermano menor de que debían ir a Roma lo antes posible.
- ¿Donde esta Gelum? - Preguntó mientras ideaba todo un plan en su cabeza en cosa de segundos. - Si Fye esta en Roma, podríamos ir tambien con la excusa de ir a buscarlo.
Con un simple sombrero de paja atravesaba los prados y veía a lo lejos como los campesinos y agricultores se preparaban para las cosechas. Los saludo atentamente mientras ellos bajaban su cabeza para saludarla. Solía ser educada con ellos, ya que eran los que después de todo más se esforzaban durante el año para que en la villa no faltara nada. Aunque era Fye quien se ocupada de aquellos negocios no podía evitar querer entender algo más de todo el proceso de la plantación. Caminaba bajó el sendero de álamos tatareando algunas canciones, los girasoles moviéndose levemente con el viento. Cortó algunos y los llevaba en sus manos hasta que finalmente llegó a los viñedos. Ahí estaba… la vendimia. Los felices hombres, niños y mujeres cortando las uvas para luego hacer el vino. Los miraba sorprendida desde lo alto de la colina sentándose ahí viendo hacia el valle. Las nubes pasaban lentas sobre su cabeza. ¿Qué estaría haciendo Vergilius en ese momento? Intentaba no pensar en el para no entristecerse… más de vez en cuando no podía evitarlo.
Fue entonces que una niña llegó a ella y tomó su mano llevándola hacia el gran barril en donde estaban a punto de comenzar el pisado de las uvas. Ella se unió a la celebración aplaudiendo junto a los campesinos, que a pesar de estar con su patrona, no le temían como a Fye. Adornaron su cabellera con hojas de parra y algunos pequeños racimos de uva y le pidieron que fuera la primera en pisarlas. Lavó sus pies y se metió al barrer entre los aplausos bailando y pisando las uvas, riendo mientras las sentía explotar bajo sus pies. Gracias a dios que Fye no estaba ahí para verla, de seguro la habría golpeado o arrastrado fuera de ese lugar por denigrarse a compartir aquellos festejos paganos de la chusma. Y Gelum, seguramente pondría cara de fastidiado, pero a diferencia de Fye, Gelum no podía mandarla. Así paso esa tarde entre las personas, observando como caía el jugo de las uvas y barril tras barril se juntaba el jugo de uva dulce que en algún tiempo se convertiría en el vino de la villa. Seguía bailando entre los campesinos que se habían unido a pisar las uvas, feliz… cuando se pronto llegó una de sus criadas corriendo con cara de preocupación ya que no la encontraba.
Oh no… Fye debió volver y se pondrá furioso si me ve así.
Pensó mientras saltaba de un golpe hacia el piso asustada. Su ropa estaba llena de jugo de uva, su cabello con hojas de parra. Su corazón latía con rapidez esperando un gran castigo si la veían así.
- ¡Señorita Sophia! – Gritó moviéndole una mano. – ¡Rápido! ¡Corra! ¡Los dioses han oído sus rezos!
- ¿Dónde está? ¿Ya viene el camino? ¿Esta enojado? – Preguntó mientras se ponía sus sandalias de golpe y recogía sus girasoles observando como la sirvienta se acercaba corriendo aun.
- ¡Ha vuelto! ¡Su primo el señor Virgilius ha vuelto! ¡Llegó un mensajero diciendo que las legiones están a apenas 2 días de Roma!
Sophia dejó caer nuevamente las flores ante el shock de escuchar aquella noticia. No sólo estaba vivo sino que estaba cerca. Una enorme sonrisa inundó su rostro y se agachó a recoger las flores. Iba a gritar que limpiaran la casa, que mataran un novillo, que se hiciera comida para diez días porque su primo la vendría a visitar y debían festejar su vuelta… cuando el rostro de Fye vino a su cabeza, mostrando de nuevo tristeza. Desde el día en que ambos cruzaron sus espadas y Fye resultó el perdedor, todo se había vuelto demasiado complicado. El amor que sentía por Vergilius ahora encontraba como gran obstáculo el amor que sentía por su hermano. A pesar de que éste no lo demostrara de vuelta, ella sabía que todo lo que hacía era para protegerla de un escándalo… pero al mismo tiempo… no podía evitar sentirse así y desear estar cerca de Vergilius todo el tiempo.
- ¿Qué sucede? ¿No esta feliz? ¡Sonría señorita Sophia! – Dijo Claudia tomándole las manos y quitándole las flores recuperando su aliento. - ¡Debemos bañarla! Hay que vestirla, arreglar su cabello, llenarla de agua de rosas y buscar la mas fina seda para…
- Esas cosas no le importan a Vergilius… - Interrumpió triste. – Tal vez ni si quiera me reconozca Claudia, no quiero que me vea diferente a la última vez que me vio… cuando nos despedimos…Además se te olvida que Fye no me dejará ir a Roma a celebrar su retorno o a verlo y tampoco él vendría a este lugar si sabe que mi hermano se encuentra aquí.
- Entonces… - Dijo Claudia con una sonrisa mientras tomaba su brazo. – De gracias a los dioses de que el joven Fye no esta. ¡Vamos a arreglarla mientras preparan los caballos!
- ¡Estas loca! – Gritó sacandose uno de los racimos de uva de su cabellera y tirandoselo con fuerza a lo cual Claudia respondio dando un pequeño grito de sorpresa. - ¡¿Quieres que me repudie o me venda como esclava?!
- Señorita Sophia… han esperado tres años para verse.
- Lo se… por lo mismo… puedo esperar unos días más…
Tomando su vestido por las puntas para no ensuciarlo con el barro, comenzó a caminar sonriente y suspirando… sabía que vería a Vergilius eventualmente, después de todo ni Fye podía evitarlo. Pero no podía salir sola de la Villa sin esperar un gran regaño de parte de su hermano mayor. Tal vez… sólo tal vez… Gelum podría ayudarla a llegar a Roma. Pensó todo el camino de vuelta a la villa en como convencer a su hermano menor de que debían ir a Roma lo antes posible.
- ¿Donde esta Gelum? - Preguntó mientras ideaba todo un plan en su cabeza en cosa de segundos. - Si Fye esta en Roma, podríamos ir tambien con la excusa de ir a buscarlo.
Sophia- Status :
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
En otro lugar de la villa, en los frescos y tranquilos prados estaba Gelum , sentado a los pies de un hermoso olivo, la hierva era muy verde y se podia oir un arroyo a lo lejos , tambien se oian las voces de los que allí trabajaban asi como unos hermosos canticos de algun pajaro cuyo nombre ignoraba Gelum, que permanecia ignorante a todo lo que estaba sucediendo y al nerviosismo de su hermana, adoraba esa paz y esa tranquilidad que reinaba en aquellos dias en la villa,deseaba que eso siguiese así para siempre, pero por otro lado, de vez en cuando no podia evitar pensar en su hermano mayor, Fiye, tenia ganas de verlo, aunque siempre fue un hermano frio y sobre todo estricto, pero nunca le culpó por ello, hizo el papel de padre a la perfección, todo cuanto era Gelum se lo debia a sus hermanos qu etanto le habian cuidado, Sophia siemre estubo con el para que jamas se sintiese solo y siempre pudiese tener una sonrisa en su rostro y su hermano, le mostró la disciplina con la que se debe vivir, le dio tenacidad y fuerza para saber como sobrevivir en el imperio sin dejar de lado su pacifica personalidad.
- Gracias Fiye, Sophia...
Se dijo así mismo tras pensar en lo mucho que queria a sus hermanos y en todo lo que les debia a ambos.
- Gracias Fiye, Sophia...
Se dijo así mismo tras pensar en lo mucho que queria a sus hermanos y en todo lo que les debia a ambos.
Gelum- Caballeros Dorados
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Pureza Cristalina
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Con las piernas llenas de jugo de uvas y restos de pieles de éstas, su cabello con hojas de parra y algunos granitos de uva, corría Sophia buscándolo por toda la villa a Gelum. Pensó que podría estar en el estanque nadando, pero no estaba ahí. Luego se dirigió a la caballeriza convencida de que con un día tan hermoso habría cogido un caballo y cabalgado por las colinas, pero los criados le dieron una rotunda negativa, el señor Gelum no se había aparecido por ahí ese día.
Se sentó un tanto frustrada sobre una roca pensando donde podría estar su hermano menor mientras Claudia la seguía intentando que se calmara, sin éxito alguno.
Fue entonces que se le alumbró el pensamiento golpeándose sola en la cabeza por no haberlo pensado antes.
- ¡Los olivos! Ahí suele esconderse a practicar con la espada y cuando no quiere que lo molesten. – Dijo poniendo en pie con rapidez comenzando a correr hacia ese lugar seguida por la confundida sirvienta.
Corrió por los prados atravesando los trigales que ya estaban dorados, cada paso que daba pensaba en su mente que cosa le diría a su hermano para convencerlo de que debían ir a Roma. Atravesó un pequeño estero saltando de piedra en piedra subiendo nuevamente una colina corriendo desde la cual miró hacia los olivos. Ahí, debajo de este, más allá arriba por donde el estero se convertía en un riachuelo, estaba sentado su hermano menor.
- ¡Geeeluuuum! – gritó desde lo alto haciéndole señales con su mano.
Tomó las telas de su vestimenta que ya habían formado una capa de barro en las puntas por el jugo de uva y la tierra que se le había pegado al arrastrarlo y corrió en dirección a donde se encontraba sentado el joven. Estando cerca de el se lanzó a su lado recuperando el aliento sin saber que decirle, sólo arrodillándose para sentarse junto a el mientras se daba cuenta de lo ridícula que se debía ver con las hojas de parra en su cabello, comenzando a sacárselas sonrojada.
- Hoy era la vendimia, estuve con los campesinos cosechando las uvas… - Dijo intentando explicarse mientras le sonreía un tanto avergonzada esperando que no la sermoneara por andar entre la plebe en actos tan deshonrosos como ese. – Sabes… supe que Fye esta en Roma, ¿Sabes el motivo de esto? Me refiero a que tal vez podríamos ir a buscarlo y aprovechar de comprar tela para hacerme algunos vestidos... o podríamos visitar a Solomon y Richard... o tal vez incluso llevarle algun presente a la joven Lydia.
Quería saber si al menos él tenía claro que estaba sucediendo en Roma, o si Fye le había dejado alguna instrucción antes de salir. Aunque no les dirigía mucho la palabra, al menos ella le tenía un respeto que bordeaba en el temor. Pero cualquier escusa era suficiente para ella si Gelum la llevaba a Roma.
Se sentó un tanto frustrada sobre una roca pensando donde podría estar su hermano menor mientras Claudia la seguía intentando que se calmara, sin éxito alguno.
Fue entonces que se le alumbró el pensamiento golpeándose sola en la cabeza por no haberlo pensado antes.
- ¡Los olivos! Ahí suele esconderse a practicar con la espada y cuando no quiere que lo molesten. – Dijo poniendo en pie con rapidez comenzando a correr hacia ese lugar seguida por la confundida sirvienta.
Corrió por los prados atravesando los trigales que ya estaban dorados, cada paso que daba pensaba en su mente que cosa le diría a su hermano para convencerlo de que debían ir a Roma. Atravesó un pequeño estero saltando de piedra en piedra subiendo nuevamente una colina corriendo desde la cual miró hacia los olivos. Ahí, debajo de este, más allá arriba por donde el estero se convertía en un riachuelo, estaba sentado su hermano menor.
- ¡Geeeluuuum! – gritó desde lo alto haciéndole señales con su mano.
Tomó las telas de su vestimenta que ya habían formado una capa de barro en las puntas por el jugo de uva y la tierra que se le había pegado al arrastrarlo y corrió en dirección a donde se encontraba sentado el joven. Estando cerca de el se lanzó a su lado recuperando el aliento sin saber que decirle, sólo arrodillándose para sentarse junto a el mientras se daba cuenta de lo ridícula que se debía ver con las hojas de parra en su cabello, comenzando a sacárselas sonrojada.
- Hoy era la vendimia, estuve con los campesinos cosechando las uvas… - Dijo intentando explicarse mientras le sonreía un tanto avergonzada esperando que no la sermoneara por andar entre la plebe en actos tan deshonrosos como ese. – Sabes… supe que Fye esta en Roma, ¿Sabes el motivo de esto? Me refiero a que tal vez podríamos ir a buscarlo y aprovechar de comprar tela para hacerme algunos vestidos... o podríamos visitar a Solomon y Richard... o tal vez incluso llevarle algun presente a la joven Lydia.
Quería saber si al menos él tenía claro que estaba sucediendo en Roma, o si Fye le había dejado alguna instrucción antes de salir. Aunque no les dirigía mucho la palabra, al menos ella le tenía un respeto que bordeaba en el temor. Pero cualquier escusa era suficiente para ella si Gelum la llevaba a Roma.
Sophia- Status :
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Ioros había despertado como cualquier otro dia de forma rutinaria, cuando los primeros rayos de Sol asomaban por el horizonte, ya hacía tres años que se le había encomendado la misión de proteger a la joven Sophia, prima de Vergilius gran general de Roma y su compañero de batallas.
Los criados de la villa ya hacía tiempo le habían preparado un pequeño aposento cerca de la habitación de Sophia para que se quedase por la noche pues sería absurdo abandonar la villa pues su misión era proteger a la joven dama y la noche era el momento más idóneo para cometer locuras.
El joven legionario se lavó la cara con agua fría y se vistió con la clásica túnica corta romana y encima de eso se armó con la armadura legionaria y sus dos espadas gemelas, por último de abrocho la capa quizá todo eso era innecesario pero Ioros no quería perder la disciplina militar.
Despúes de prepararse se dirigió hacía el pasillo, donde como cada mañana esperaba a su protegida, ella finalmente salió y tras escuchar las noticías de la criada, las cuales hacían referencia a la salida de Fye,se dirigó al exterior de la villa, entonces fue cuando Ioros pensó : Hoy va a ser un dia más movidito de lo normal.
Y así fue, la jovencita tras pasear un rato fue invitada por los campesinos a que celebrase una fiesta con ellos, Ioros la dejó hacer, su deber era protegerla no había motivo alguno para que no se divirtiese, así que se sentó un poco a lo lejos donde podía observar los alrededores y disfrutaba de la alegria de Sophia. Tras un largo rato una criada fue en busca de la joven y le dijo algo inaudible para Ioros peró debían ser buenas noticias pues la chica empezó a saltar y se oía mucho el nombre de Vergilius.
Fueron a la villa y allí las criadas que conocian el amor de Sophia por Vergilius la animaban para que se canviase y que fuese a verlo en la entrada a Roma,pero ella no tendía razones y sin canviarse de ropa fue en busca de su hermano menor Gelum para convencerlo de que fuesen a Roma, Ioros iba siguiendo toda esa exaltante escena desde una cierta distancia,el nombre de Vergilius le había hecho recordar tiempos pasados, tiempos de batallas donde ellos dos luchaban codo con codo por todo el mundo, pero en su última campaña el lo había dejado allí en misión de protección, aunque el chico o mostrase sus emociones por dentro le recorría una ansiedad por ver a su amigo y mostrarle que había cumplido su misión.
Los criados de la villa ya hacía tiempo le habían preparado un pequeño aposento cerca de la habitación de Sophia para que se quedase por la noche pues sería absurdo abandonar la villa pues su misión era proteger a la joven dama y la noche era el momento más idóneo para cometer locuras.
El joven legionario se lavó la cara con agua fría y se vistió con la clásica túnica corta romana y encima de eso se armó con la armadura legionaria y sus dos espadas gemelas, por último de abrocho la capa quizá todo eso era innecesario pero Ioros no quería perder la disciplina militar.
Despúes de prepararse se dirigió hacía el pasillo, donde como cada mañana esperaba a su protegida, ella finalmente salió y tras escuchar las noticías de la criada, las cuales hacían referencia a la salida de Fye,se dirigó al exterior de la villa, entonces fue cuando Ioros pensó : Hoy va a ser un dia más movidito de lo normal.
Y así fue, la jovencita tras pasear un rato fue invitada por los campesinos a que celebrase una fiesta con ellos, Ioros la dejó hacer, su deber era protegerla no había motivo alguno para que no se divirtiese, así que se sentó un poco a lo lejos donde podía observar los alrededores y disfrutaba de la alegria de Sophia. Tras un largo rato una criada fue en busca de la joven y le dijo algo inaudible para Ioros peró debían ser buenas noticias pues la chica empezó a saltar y se oía mucho el nombre de Vergilius.
Fueron a la villa y allí las criadas que conocian el amor de Sophia por Vergilius la animaban para que se canviase y que fuese a verlo en la entrada a Roma,pero ella no tendía razones y sin canviarse de ropa fue en busca de su hermano menor Gelum para convencerlo de que fuesen a Roma, Ioros iba siguiendo toda esa exaltante escena desde una cierta distancia,el nombre de Vergilius le había hecho recordar tiempos pasados, tiempos de batallas donde ellos dos luchaban codo con codo por todo el mundo, pero en su última campaña el lo había dejado allí en misión de protección, aunque el chico o mostrase sus emociones por dentro le recorría una ansiedad por ver a su amigo y mostrarle que había cumplido su misión.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
(Ost para el momento)
La calma de auqel apacible dia se vió perturbada por la hermosa voz de mi querida hermana, Gelum esbozó una gran sonrisa y se giró para verla a lo lejos saludandole con la mano, el se quedó viendo como su hermana llegaba hacia él corriendo desde lo lejos , con cada paso levantava la hierba tras de sí, asi como alguna que otra florecilla, todo parecia mas hermoso cuando ella estaba cerca, su sonrisa era para Gelum como un regalo de los dioses, finalmente su hermana llegó hacia el y se dejó caer de rodillas, estaba echa un desastre, tenia el pelo lleno de hojas y los pies llenos de jugo de uva...sin duda alguna se habia vuelto a saltar el protocolo una vez mas.
-Hermana!!
Dijo Gelum sonriendo , pero luego trató de hacerse el serio, llevandose la mano a la boca y aclarandose la voz:
-Ejem ejem...hermana...¿has estado ayudando a los trabajadores de nuevo?Sabes que no podemos, ademas si nuestro hermano se entera te metes en un lio, debes ser mas cuidadosa, somos miembros de la familia...
Pero en ese momento la voz de Gelum se apagó de repente, su rostro de enfado se transformó poco a poco en melancolia , perdio la mirada y se quedó pensativo durante unos segundos, sumergido en los recuerdos de su infancia...recordaba aquellas tardes que pasó con su querida amiguita , rodando por los cerros , y sobretodo en como los dos sonreian siempre, pasara lo que pasara...tambien recordó como Fiye les obligó a separarse, pero eso es algo que jamas le tubo en cuenta, al principio odió a Fiye por eso, pero luego , a medida que crecia empezó a comprender lo duro que debia ser para su hermano mayor comportarse todo el tiempo como si no tuviese sentimientos, sin mostrar jamas nada que no fuese disciplina u orgullo a la hora de hablar...sin duda alguna, la vida de su hermano siempre fue dura, y por ello le admiraba, a pesar de haberse tenido que separar de alguien que le importaba tantisimo...
-Hermana...
Dijo aún con la mirada melancolica, luego alzó la vista y sonrió d enuevo a Sophia, guiñandole un ojo.
-...Lo que te quiero decir es ...que si vas a tratar con ciudadanos o campesinos...¡debes asegurarte de que no te pillen!
Luego se quedó pensativo por la pregunta de su hermana...
-Ir a Roma...podemos meternos en un lio si hacemos eso hermana...¿Por que quieres ir tan de repente?
La calma de auqel apacible dia se vió perturbada por la hermosa voz de mi querida hermana, Gelum esbozó una gran sonrisa y se giró para verla a lo lejos saludandole con la mano, el se quedó viendo como su hermana llegaba hacia él corriendo desde lo lejos , con cada paso levantava la hierba tras de sí, asi como alguna que otra florecilla, todo parecia mas hermoso cuando ella estaba cerca, su sonrisa era para Gelum como un regalo de los dioses, finalmente su hermana llegó hacia el y se dejó caer de rodillas, estaba echa un desastre, tenia el pelo lleno de hojas y los pies llenos de jugo de uva...sin duda alguna se habia vuelto a saltar el protocolo una vez mas.
-Hermana!!
Dijo Gelum sonriendo , pero luego trató de hacerse el serio, llevandose la mano a la boca y aclarandose la voz:
-Ejem ejem...hermana...¿has estado ayudando a los trabajadores de nuevo?Sabes que no podemos, ademas si nuestro hermano se entera te metes en un lio, debes ser mas cuidadosa, somos miembros de la familia...
Pero en ese momento la voz de Gelum se apagó de repente, su rostro de enfado se transformó poco a poco en melancolia , perdio la mirada y se quedó pensativo durante unos segundos, sumergido en los recuerdos de su infancia...recordaba aquellas tardes que pasó con su querida amiguita , rodando por los cerros , y sobretodo en como los dos sonreian siempre, pasara lo que pasara...tambien recordó como Fiye les obligó a separarse, pero eso es algo que jamas le tubo en cuenta, al principio odió a Fiye por eso, pero luego , a medida que crecia empezó a comprender lo duro que debia ser para su hermano mayor comportarse todo el tiempo como si no tuviese sentimientos, sin mostrar jamas nada que no fuese disciplina u orgullo a la hora de hablar...sin duda alguna, la vida de su hermano siempre fue dura, y por ello le admiraba, a pesar de haberse tenido que separar de alguien que le importaba tantisimo...
-Hermana...
Dijo aún con la mirada melancolica, luego alzó la vista y sonrió d enuevo a Sophia, guiñandole un ojo.
-...Lo que te quiero decir es ...que si vas a tratar con ciudadanos o campesinos...¡debes asegurarte de que no te pillen!
Luego se quedó pensativo por la pregunta de su hermana...
-Ir a Roma...podemos meternos en un lio si hacemos eso hermana...¿Por que quieres ir tan de repente?
Gelum- Caballeros Dorados
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Las mejillas de Sophia se volvieron a encender con fuerza mientras escuchaba como su hermano menor le daba un sermón de la nada. Adoraba verlo sonreír, le daba una enorme alegría ver esos ojos turquesa llenos de felicidad y no melancolía como generalmente estaban. A pesar de que se mostraba fuerte y lleno de vigor, estaba tan solo como ella en ese lugar pero siempre esbozaba una sonrisa de cariño para ella.
Se sacó una hoja de parra y la puso sobre el cabello de Gelum despreocupada. Mientras se lanzaba sobre él para hacerle cosquillas.
- ¿Desde cuando un niño le da sermones a su hermana mayor eh? ¿Eh? – decía mientras lo llenaba de besos y le desordenaba el cabello, de vez en cuando soplándole con fuerza contra las mejillas provocando un sonido bastante gracioso sin parar de hacerle cosquilla, claramente. – Estas muy insolente últimamente jajajajaja.
Obviamente Sophia sólo bromeaba, sabía que en el fondo él tenía razón. No debía inmiscuirse en los asuntos de los campesinos ya que si se supiera de ello le traería problemas y deshonra a Fye y a Gelum más que a ella misma. Y sobre todo, avergonzaría a Vergilius. Debía comportarse como una verdadera mujer romana para complacerlo en todo lo que fuera para ella posible. Era después de todo su nombre el que debía cuidar pero no podía evitar disfrutar sus días mientras Fye no estaba cerca vigilando cada cosa que hacía. Amaba a Fye, con todo su corazón, y por lo mismo jamás cuestionó que lo que él hacía lo hacía con malas intensiones.
Dejó de hacerle cosquillas a Gelum y tomó sus mejillas mirándolo al rostro, aun sobre él, su cabello rojo le caía por los hombros. Le dio una grandísimo sonrisa y lo abrazó con fuerza.
- No quiero que nunca estés triste, cada vez que te veo melancólico me quiebra el alma… así que sonríe. No mas caras largas, ¿Escuchaste renacuajo?
Se volvió a sentar y ayudó a que Gelum se levantara del pasto. Había algunos restos de uva ahora también sobre su ropaje y seguramente eso lo irritaría, pero a Sophia no le molestaba en lo absoluto. Gelum era tan lindo, ya se estaba volviendo todo un hombre y luego tendría que comenzar con los shows de hermana mayor celosa que no encuentra a ninguna mujer suficientemente buena para él, pero… rezaba con todas sus fuerzas de que Gelum nunca creciera y se quedara en esa edad para siempre, así podría mimarlo cada vez que le diera la gana.
Fue entonces que notó la presencia del general Ioros, seguramente ya conocía la noticia pero en caso de que no lo supiera Sophia, con mucha familiaridad desde el suelo junto a Gelum lo saludó sonriéndole.
- Buenos días señor Ioros, supongo que ya conoce la noticia… oooh… es cierto Gelum… tú no lo sabes… Llegó un mensaje desde Roma avisando que las Legiones que combatieron contra los Bárbaros están a 2 días de Roma… sólo dos días más Gelum…¡Que felicidad!...¿No señor Ioros?... por eso quería ir a Roma… pero tienes razón renacuajo, si vamos a Roma sólo por ver a las Legiones volviendo podríamos meternos en problemas con Fye, pero al mismo tiempo que no estemos allá podría verse como un insulto a nuestra familia… mejor esperamos que Fye mande por nosotros si es que nos toca ir.
Fue entonces que vio aquella mirada un tanto distante en los ojos de Ioros, aquella que decía que seguramente él también había extrañado a su legión y compañeros, teniendo que perderse las batallas por quedarse ahí con ellos. Sophia sin pararse de la sombra que daba el Olivo se dirigió a él.
- Tome el mejor caballo de nuestra caballeriza como forma de agradecerle sus servicios a mi primo Vergilius y a nuestra afamilia… y vaya junto con su él. Dígale por favor… que Sophia esta bien y que… - Sophia no sabía que decir, si le mandaba a decir que lo quería ver podría ser tomada como una loca desesperada por él, después de todo habían pasado tres años, sólo dios sabía si el sentía algo por ella… o si por el contrario lo mandaba a buscar podría pensar que ya le estaba dando ordenes… o peor aun, si no le decía que quería verlo podría el nunca ir pensando que ella no lo quería ver. – Dígale…dígale que… que… que su trabajo en nuestro hogar ha concluido, y quien ahora debe cuidar de mí, es él.
Siguió sonriendo sin dejar que ninguno de ellos viera la angustia que la rodeaba alrededor de ese tema, pero… tomó la mano de Gelum con fuerza y recostó su cabeza sobre el hombro de su hermano menor.
- ¿Qué te parece si tu y yo pasamos el día juntos? Podríamos ir a bañarnos al estero aprovechando que estoy llena de jugo de uvas y si sigo así más tiempo me comenzaran a seguir las abejas.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
La joven Sophia tras jugar un rato con su hermano Gelum, saludó a Ioros, este como señal de respeto inclino la cabeza, la chica con tantas emociones se había descuidado de contar la gran noticía a su hermano pequeño, peró ella misma después de deliverar en voz alta acabo dando la razón a Gelum y decidió esperar a su hermano Fye.
Quizá Sophia había notado la mirada perdida de Ioros pues las siguientes palabras fueron para él, ella le eximia de su deber de protegerla para que fuera a ver a Vegilius y empezó a balbucear sobre un mensaje que tenía que darle, hasta que finalmente acabo diciendo el mensaje completo.
A Ioros le hubiese gustado ir a ver a su compañero Vergilius, peró después de tres años ya no tenia prisa como para salir corriendo a verle, a lo que le respondió cerimonialmente a la joven:
-Joven señorita, agradezco de corazón su regalo, pero estoy seguro de que a su primo Vergilius no le agradaria saber que la dejaba sola solo para ir a verle y darle un mensaje ni que fuese suyo, además seamos racionales, en un dia como hoy de gran celebración me sería completamente imposible a mi un simple soldado acercarme al gran heroe.
Luego cogiendo aire y mirando fijamente a la chica añadió:
-Además creo que a su primo le gustaría mucho más que le diese usted misma ese mensaje, no se preocupe por mi, con el paso del tiempo la he llegado a ver como parte de mi familia no como un simple objetivo o sea que no es ninguna molestia continuar un poco más de tiempo con usted si me lo permite
Acabando de decir eso volvió a inclinar la cabeza y retirandose un poco siguió con su misión encomendada mientras su cabeza empezaba a funcionar pensando que quiza el viaje a Roma sería el momento más peligroso para la chica.
Quizá Sophia había notado la mirada perdida de Ioros pues las siguientes palabras fueron para él, ella le eximia de su deber de protegerla para que fuera a ver a Vegilius y empezó a balbucear sobre un mensaje que tenía que darle, hasta que finalmente acabo diciendo el mensaje completo.
A Ioros le hubiese gustado ir a ver a su compañero Vergilius, peró después de tres años ya no tenia prisa como para salir corriendo a verle, a lo que le respondió cerimonialmente a la joven:
-Joven señorita, agradezco de corazón su regalo, pero estoy seguro de que a su primo Vergilius no le agradaria saber que la dejaba sola solo para ir a verle y darle un mensaje ni que fuese suyo, además seamos racionales, en un dia como hoy de gran celebración me sería completamente imposible a mi un simple soldado acercarme al gran heroe.
Luego cogiendo aire y mirando fijamente a la chica añadió:
-Además creo que a su primo le gustaría mucho más que le diese usted misma ese mensaje, no se preocupe por mi, con el paso del tiempo la he llegado a ver como parte de mi familia no como un simple objetivo o sea que no es ninguna molestia continuar un poco más de tiempo con usted si me lo permite
Acabando de decir eso volvió a inclinar la cabeza y retirandose un poco siguió con su misión encomendada mientras su cabeza empezaba a funcionar pensando que quiza el viaje a Roma sería el momento más peligroso para la chica.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
El General Ioros se presentó , y pensó que seria peligroso para Sophia que se marchase y les dejase allí solos, y por su puesto, Vergilius preferiria oir el mensaje de lo boca de Sophia, como bien indicó el general, Gelum estaba de acuerdo con él, pero no dijo nada, pues eso no era asunto suyo, luego el general se retiró, Gelum tambien incñinó la cabeza cuando este se marchaba...pues admiraba a cualquiera que hubiese arriesgado la vida en una batalla por Roma, los soldados debian llevar pesadas cargas a sus espaldas....gritos de guerra, cicatrices que nunca desaparecen, amigos perdidos tra suna gran batalla...
-General Ioros...
Dijo a modo de despido, luego se volvió a su hermana... y la miró con ganas de juego, s elanzó sobre ella y tambien empezó a hacerle cosquillas, pero a ella se las hacia en los pies, sabi aque ahi no los soportaba, despues de eso, se quedó mirandola.
-Jajajaj...me parece genial que pasemos el dia juntos, pues me aburro mucho, aunque una dama...lo primero que debe hacer antes que cualquier cosa es cuidar su imagen...
En ese momento dio un tironazo de una peineta que tenia su hermana en el pelo y salió corriendo de allí en dirección al rio y riendose
-Jajajaj, lentaaa, mas que lentaaa!!!! Tu no quieres verme meancolico? Pues yo no quiero verte despeinada jajaj, aunque claro...con lo lentas que sois vosotras las mujeres no podras recuperar tu peineta , verdad? jajaja
Se paró a diez pasos de ella para provocarla a que fuese a por el, despues se dió la vuelat y continuo corriendo hasta lelgar al rio, riendo.De verdad Gelum se sentia bastante maduro, aunque estar con su hermana le hacia sentir como un niño pequeño siempre , estar con ella era volver a la infancia.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Sophia sonrió a las palabras del señor Ioros respetando lo que el joven decía, después de todo era la forma amable de decirle que el aun seguía bajo las ordenes de Vergilius y no podía seguir las suyas. Lo comprendía de todo corazón, era cierto… si se fuera en ese momento su primo pensaría que no había cumplido su trabajo propiamente.
- Si señor Ioros, supongo que tiene razón, perdóneme... esperaremos entonces que él venga a liberarlo de su servicio. – En ese mismo instante el pensamiento de que sucedería si eso nunca ocurría. Sacudió rápidamente aquel pensamiento de su cabeza y observó como el soldado tomaba un poco de distancia entre ella y Gelum.
Rápidamente Gelum aprovechando que ella estaba mirando hacia el frente se lanzó sobre ella tomándola por sorpresa. A pesar de que ella lo veía como un niño Gelum era prácticamente un hombre por ende, mucho mas fuerte que ella. Aquel forcejeo terminó en su hermano menor haciéndola cosquillas en los pies. Sophia reía y reía moviéndose de un lado a otro para intentar que parara.
- ¡Me rindo! ¡Para enano! Jajajajajajaj jajaja jajaja ja jajaja jaja jaja ja paz paz… me rindo!! – Alcanzaba a decir entre carcajadas, tanto que su estómago se hundía de la risa.
Fue entonces que Gelum mostró su conformidad con pasar ese día al menos juntos y de la nada, tomó un broche con que ella se afirmaba la cabellera dejando que toda esta cayera libre y revoloteara al viento. Sophia llevó una de sus manos al cabello para intentar afirmárselo, viendo como Gelum se alejaba de ahí con su premio.
- ¡Hey! ¡Me las pagaras! ¡Devuélveme mi peineta niño malcriado! – Gelum corría frente a ella y rápidamente se puso de pie para perseguirlo.
Pasaban entre los pastizales mientras el joven se burlaba de ella por ser más lenta que él. Fue en eso que Sophia paró y recogió del piso varias piedras que comenzó a lanzar en dirección a su hermano. Eran pequeñas piedras, nada serio, y solía fallar la mayoría pero con que al menos una le diera se sentiría feliz.
- A lo mejor no te podré alcanzar pero nadie te salvará de que te agarre a piedrazos… ¡Devuélveme mi broche!
Y así se siguieron molestando uno al otro atravesando el espacio entre los olivos y el estero que cruzaba el valle en donde estaba ubicada la villa. El sol estaba alto, era más de medio día y seguramente la comida ya estaba lista en la villa, más no importaba… ese momento era para ellos. Gelum llegó al borde del estero burlándose aun por tener el broche. Sophia tan solo lo empujó al agua que debió llegarles hasta la cintura, cayendo ella sobre el intentando quitarle el broche de las manos. Alrededor los sauces dejaban caer sus ramas al agua, una que otra lila flotaba sobre la superficie… mientras ambos chapoteaban y se tiraban agua.
- ¿En que momento te volviste tan alto eh? – Le decía recordando que cuando era más pequeño le era mucho más fácil intentar ahogarlo en el estero, ahora se le hacía casi imposible. Tenía fuerza y ella no… eran casi de la misma altura y lo peor, él era bastante más ágil. - ¡Devuélveme mi peine o le diré a Fye!
- Si señor Ioros, supongo que tiene razón, perdóneme... esperaremos entonces que él venga a liberarlo de su servicio. – En ese mismo instante el pensamiento de que sucedería si eso nunca ocurría. Sacudió rápidamente aquel pensamiento de su cabeza y observó como el soldado tomaba un poco de distancia entre ella y Gelum.
Rápidamente Gelum aprovechando que ella estaba mirando hacia el frente se lanzó sobre ella tomándola por sorpresa. A pesar de que ella lo veía como un niño Gelum era prácticamente un hombre por ende, mucho mas fuerte que ella. Aquel forcejeo terminó en su hermano menor haciéndola cosquillas en los pies. Sophia reía y reía moviéndose de un lado a otro para intentar que parara.
- ¡Me rindo! ¡Para enano! Jajajajajajaj jajaja jajaja ja jajaja jaja jaja ja paz paz… me rindo!! – Alcanzaba a decir entre carcajadas, tanto que su estómago se hundía de la risa.
Fue entonces que Gelum mostró su conformidad con pasar ese día al menos juntos y de la nada, tomó un broche con que ella se afirmaba la cabellera dejando que toda esta cayera libre y revoloteara al viento. Sophia llevó una de sus manos al cabello para intentar afirmárselo, viendo como Gelum se alejaba de ahí con su premio.
- ¡Hey! ¡Me las pagaras! ¡Devuélveme mi peineta niño malcriado! – Gelum corría frente a ella y rápidamente se puso de pie para perseguirlo.
Pasaban entre los pastizales mientras el joven se burlaba de ella por ser más lenta que él. Fue en eso que Sophia paró y recogió del piso varias piedras que comenzó a lanzar en dirección a su hermano. Eran pequeñas piedras, nada serio, y solía fallar la mayoría pero con que al menos una le diera se sentiría feliz.
- A lo mejor no te podré alcanzar pero nadie te salvará de que te agarre a piedrazos… ¡Devuélveme mi broche!
Y así se siguieron molestando uno al otro atravesando el espacio entre los olivos y el estero que cruzaba el valle en donde estaba ubicada la villa. El sol estaba alto, era más de medio día y seguramente la comida ya estaba lista en la villa, más no importaba… ese momento era para ellos. Gelum llegó al borde del estero burlándose aun por tener el broche. Sophia tan solo lo empujó al agua que debió llegarles hasta la cintura, cayendo ella sobre el intentando quitarle el broche de las manos. Alrededor los sauces dejaban caer sus ramas al agua, una que otra lila flotaba sobre la superficie… mientras ambos chapoteaban y se tiraban agua.
- ¿En que momento te volviste tan alto eh? – Le decía recordando que cuando era más pequeño le era mucho más fácil intentar ahogarlo en el estero, ahora se le hacía casi imposible. Tenía fuerza y ella no… eran casi de la misma altura y lo peor, él era bastante más ágil. - ¡Devuélveme mi peine o le diré a Fye!
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Ioros siempre quedaba sorprendido del curso de las acciones que allí sucedian, ahora era Gelum el que ataco por sorpresa a su hermana con un ataque de cosquillas, el chico tenia 16 años solo cuatro menos que él y sin embargo su comportamiento era muy distinto era muy niño por decirlo de alguna manera, Ioros a su edad ya había tenido que madurar a base de combates, la perdida de muchos amigos, heridas en su cuerpo...
aunque tambien sabía que Gelum era muy hábil con la espada como toda su familía, pero el resentimiento de Fye su hermano mayor le detenia al ingresar alguna de las triunfantes legiones romanas.
De repente con un ágil movimiento el chico logró sacar la peinea del pelo de Sophia, velocidad esa era una buena habilidad para un espadachín - pensó Ioros.
Lo siguiente fue una larga persecusión, que termino a tiros de piedra por parte de Sophia, eso si sin mucho éxito, hasta que finalmente ya llegado al mediodia los dos acabaron remojados en el estero, Ioros que no tenía muchas preocupaciones en ese momento se limitaba a sentir la brisa en su rostro y pensaba si Vergilius ya podía a llegar a sentir ese mismo soplo de aire, el viento hizo golpear la funda de sus espadas con la armadura, el joven militar ya no se acordaba de la última vez que habí tenido que utilizarlas, ya que ahora tenía tiempo libre las desenvaino y acto seguido empezó a realizar unos movimientos harmonicos combinando las dos espadas, Ioros tampoco se acordaba del relajante sonido del acero cortando el aire, y así transcurria el dia.
aunque tambien sabía que Gelum era muy hábil con la espada como toda su familía, pero el resentimiento de Fye su hermano mayor le detenia al ingresar alguna de las triunfantes legiones romanas.
De repente con un ágil movimiento el chico logró sacar la peinea del pelo de Sophia, velocidad esa era una buena habilidad para un espadachín - pensó Ioros.
Lo siguiente fue una larga persecusión, que termino a tiros de piedra por parte de Sophia, eso si sin mucho éxito, hasta que finalmente ya llegado al mediodia los dos acabaron remojados en el estero, Ioros que no tenía muchas preocupaciones en ese momento se limitaba a sentir la brisa en su rostro y pensaba si Vergilius ya podía a llegar a sentir ese mismo soplo de aire, el viento hizo golpear la funda de sus espadas con la armadura, el joven militar ya no se acordaba de la última vez que habí tenido que utilizarlas, ya que ahora tenía tiempo libre las desenvaino y acto seguido empezó a realizar unos movimientos harmonicos combinando las dos espadas, Ioros tampoco se acordaba del relajante sonido del acero cortando el aire, y así transcurria el dia.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Ambos acabamos en el rio, despues de haber corrido durante un rato y esquivar las piedras que me lanzaba, una vez en el rio mi hermana trató de ahogarme, estaba por encima de mi, yo aun no le habia devuelto su peineta y no dejaba de burlarme, intentaba de hundirme apoyandose en mis hombros y empujando hacia abajo, yo no podia parar de reirme,ella pasó a amenazarmecon Fiye, aunque de broma, en ese momento, la cogi por las muñecas y agachandome tiré de ellas, mi hermana dio un pequeño grito y calló al agua de cabeza, y cuando salió de esta yo le mostraba la peineta con una sonrisa burlona...
-Entonces, le dire yo a Fiye que te dejas de vencer facilmente jejej
Le sonreí de forma picara, y lanzaba la peineta hacia arriba con la mano y la cogia una y otra vez,no dejaba de reirme de ella,me divertia hacerla rabiar, fue entonces que traté de irme de nuevo corriendo por el agua para huir de ella de nuevo cuando me tropecé con una piedra del rio, al salir del agua, tenia un pez dentro de mi boca, se veia la cola del pez asomar por la boca, mi cara era bastante ridicula, la peineta se me escapó y fue flotando hasta Sophia, escupí el pez y lo cogí en mis manos....me quede mirandolo fijamente, tenia unos coloes bonitos, pero me daba algo de repelus haberlo tenido en la boca, se me pusieron los pelos de punta, asi que lo solte con algo de asco y poniendole mala cara....me volvi haci ami hermana, ahora era ella la que parecia burlarse de mi...primero puse una cara de enojo y enfado, peor luego no pude evitar reirme , hacia tiempo que no le ocurria nada tan ridiculo. Se lo estaba pasando en grande con su hermana.
-Se me está bien empleado...jajaj
No muy lejos de allí Ioros practicaba algunos de sus movimientos con la espada, ya que parecia tener algo de tiempo libre, eso le recordó que el tambien deberia practicar algo, ya que su profesor era bastante duro con él.
-Entonces, le dire yo a Fiye que te dejas de vencer facilmente jejej
Le sonreí de forma picara, y lanzaba la peineta hacia arriba con la mano y la cogia una y otra vez,no dejaba de reirme de ella,me divertia hacerla rabiar, fue entonces que traté de irme de nuevo corriendo por el agua para huir de ella de nuevo cuando me tropecé con una piedra del rio, al salir del agua, tenia un pez dentro de mi boca, se veia la cola del pez asomar por la boca, mi cara era bastante ridicula, la peineta se me escapó y fue flotando hasta Sophia, escupí el pez y lo cogí en mis manos....me quede mirandolo fijamente, tenia unos coloes bonitos, pero me daba algo de repelus haberlo tenido en la boca, se me pusieron los pelos de punta, asi que lo solte con algo de asco y poniendole mala cara....me volvi haci ami hermana, ahora era ella la que parecia burlarse de mi...primero puse una cara de enojo y enfado, peor luego no pude evitar reirme , hacia tiempo que no le ocurria nada tan ridiculo. Se lo estaba pasando en grande con su hermana.
-Se me está bien empleado...jajaj
No muy lejos de allí Ioros practicaba algunos de sus movimientos con la espada, ya que parecia tener algo de tiempo libre, eso le recordó que el tambien deberia practicar algo, ya que su profesor era bastante duro con él.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Ambos jugaron en el agua un rato luego de la derrota de Gelum con el peine de Sophia, el cual estaba de vuelta en su lugar. La joven flotaba en el agua tranquila nadando hacia el interior del estero donde era más hondo, lavándose los brazos y piernas que los tenía con aquel pegajoso jugo de uvas y alguna que otra piel. Mientras pasaba sus dedos desenredando su larga cabellera en el agua.
- Creo que ahora mi cabello esta más ordenado, ¿Feliz Gelum? … ¿Se ve mejor?
Se acercó a Gelum desenredando también su cabello, acariciándoselo como lo hacía cuando era pequeño. Recordaba la forma en que él solía mirarla, la forma en que siempre sus pies estaban helados cuando dormían juntos, algo que irritaba a Fye. Por alguna razón, veía ese cariño que Sophia tenía en Gelum como si lo estuviese malcriando mucho consintiéndolo en todo. Tal vez temía que por tanto cariño Gelum creciera blando, pero a Sophia no le importaba. Había intentado darle ese cariño en su corazón a Fye, pero éste siempre se cerraba a toda forma de contacto limitando las palabras lo máximo posible, por lo mismo… descargaba su cariño completo en Gelum, sobre todo ahora que Vergilius estaba lejos…
Mientras seguía acariciando a Gelum teniéndolo entre sus brazos como un niñito pequeño, pensaba en el resto de su familia un tanto angustiada. No había visto a Solomon ni Richard en bastante tiempo, al menos más de un mes… y Samantha casi nunca pasaba ya a conversar con ella. Lydia no salía de Roma nunca, por lo tanto sólo la podía ver si ella misma iba al palacio y tenía un leve sentimiento que su prima no le tenía mucha estima. Diva… no era familia suya, habia algo en esa mujer que Sophia despreciaba profundamente, no quería tenerla cerca jamás y tan sólo pensar en ella le causaba escalofríos en un mal sentido… aun así, se sentía culpable por tener esos sentimientos tan negativos contra la nueva madrastra de la emperatriz. Kanon y Defteros casi nunca la veian desde que Mauritius había llegado a su hogar, y Mauritius tampoco solía visitar. Considerando que sólo podía salir de la Villa con Fye… la posibilidad de haber crecido con mucha gente a su alrededor se veía bastante limitada… Gelum era su unica persona cercana ahora. Por lo mismo lo abrazaba de esa forma, con tanto cariño envuelto en él… el consuelo de su soledad… besó son cuidado su cabeza y se retiró un poco para terminar de desordenarle el pelo.
- Ahora tu tienes el cabello hecho un desastre pequeñín… - Dijo apretándole la nariz para mirarlo a los ojos un tanto orgullosa mientras sonreía. – Vaya… ¿En que momento creciste a ser un joven tan buen mozo y alto eh? Será mejor que se cuiden las damas de Roma contigo dando vueltas.
Bromeaba un poco pero lo decía con seriedad. Gelum estaba creciendo y volviéndose un hombre. Un dolor invadió su pecho y le borró un poco la sonrisa pensando que apenas Gelum fuese un hombre también la dejaría sola ahí… en la Villa con Fye. Ya que por algún motivo a pesar de sus 25 años, nunca le había conocido pretendiente alguna a Fye.
Salió del agua con la tela pegada a su cuerpo, intentando despegarla y moviéndose para dejar de gotear y se acercó corriendo al joven Ioros.
- Señor Ioros… ¿Qué tan bueno es usted con la espada? – Se agachó y tomó una vara de sauce lanzándole una a él también. - ¿Quiere practicar conmigo? O tal vez con mi hermano… de cualquier forma le advierto que ambos somos adiestrados en la espada, tal como lo es Vergilius y como lo era… Octavius… - Dijo con una increíble melancolía que le opacó completamente el rostro mientras su voz se quebraba. Cada vez que se acordaba de él se le lagrimaban los ojos.
"Esta en cada uno la responsabilidad de elegir su propia vida. El tema es si al crecer tendremos el valor suficiente para hacerlo… pero ambos recuerden siempre enanos… También es importante dejar que las cosas simplemente ocurran” …
casi podía escuchar la voz de Octavius hablándoles y preparándolos para la vida cuando apenas si sabían limpiarse la nariz. Siendo ella y Vergilius casi de la misma edad, los trataba a ambos igual en esa época en que podían pasar horas y horas escuchando las glorias del Imperio Romano y las historias de las grandes Batallas. Sophia sonrió con melancolía mirando hacia el horizonte pensando en Octavius y su estridente risa.
- No es nada… perdóneme… cuando pienso en mi primo siempre me pongo así. Su trágica muerte por sus creencias…Fue una gran perdida para todos.
- Creo que ahora mi cabello esta más ordenado, ¿Feliz Gelum? … ¿Se ve mejor?
Se acercó a Gelum desenredando también su cabello, acariciándoselo como lo hacía cuando era pequeño. Recordaba la forma en que él solía mirarla, la forma en que siempre sus pies estaban helados cuando dormían juntos, algo que irritaba a Fye. Por alguna razón, veía ese cariño que Sophia tenía en Gelum como si lo estuviese malcriando mucho consintiéndolo en todo. Tal vez temía que por tanto cariño Gelum creciera blando, pero a Sophia no le importaba. Había intentado darle ese cariño en su corazón a Fye, pero éste siempre se cerraba a toda forma de contacto limitando las palabras lo máximo posible, por lo mismo… descargaba su cariño completo en Gelum, sobre todo ahora que Vergilius estaba lejos…
Mientras seguía acariciando a Gelum teniéndolo entre sus brazos como un niñito pequeño, pensaba en el resto de su familia un tanto angustiada. No había visto a Solomon ni Richard en bastante tiempo, al menos más de un mes… y Samantha casi nunca pasaba ya a conversar con ella. Lydia no salía de Roma nunca, por lo tanto sólo la podía ver si ella misma iba al palacio y tenía un leve sentimiento que su prima no le tenía mucha estima. Diva… no era familia suya, habia algo en esa mujer que Sophia despreciaba profundamente, no quería tenerla cerca jamás y tan sólo pensar en ella le causaba escalofríos en un mal sentido… aun así, se sentía culpable por tener esos sentimientos tan negativos contra la nueva madrastra de la emperatriz. Kanon y Defteros casi nunca la veian desde que Mauritius había llegado a su hogar, y Mauritius tampoco solía visitar. Considerando que sólo podía salir de la Villa con Fye… la posibilidad de haber crecido con mucha gente a su alrededor se veía bastante limitada… Gelum era su unica persona cercana ahora. Por lo mismo lo abrazaba de esa forma, con tanto cariño envuelto en él… el consuelo de su soledad… besó son cuidado su cabeza y se retiró un poco para terminar de desordenarle el pelo.
- Ahora tu tienes el cabello hecho un desastre pequeñín… - Dijo apretándole la nariz para mirarlo a los ojos un tanto orgullosa mientras sonreía. – Vaya… ¿En que momento creciste a ser un joven tan buen mozo y alto eh? Será mejor que se cuiden las damas de Roma contigo dando vueltas.
Bromeaba un poco pero lo decía con seriedad. Gelum estaba creciendo y volviéndose un hombre. Un dolor invadió su pecho y le borró un poco la sonrisa pensando que apenas Gelum fuese un hombre también la dejaría sola ahí… en la Villa con Fye. Ya que por algún motivo a pesar de sus 25 años, nunca le había conocido pretendiente alguna a Fye.
Salió del agua con la tela pegada a su cuerpo, intentando despegarla y moviéndose para dejar de gotear y se acercó corriendo al joven Ioros.
- Señor Ioros… ¿Qué tan bueno es usted con la espada? – Se agachó y tomó una vara de sauce lanzándole una a él también. - ¿Quiere practicar conmigo? O tal vez con mi hermano… de cualquier forma le advierto que ambos somos adiestrados en la espada, tal como lo es Vergilius y como lo era… Octavius… - Dijo con una increíble melancolía que le opacó completamente el rostro mientras su voz se quebraba. Cada vez que se acordaba de él se le lagrimaban los ojos.
"Esta en cada uno la responsabilidad de elegir su propia vida. El tema es si al crecer tendremos el valor suficiente para hacerlo… pero ambos recuerden siempre enanos… También es importante dejar que las cosas simplemente ocurran” …
casi podía escuchar la voz de Octavius hablándoles y preparándolos para la vida cuando apenas si sabían limpiarse la nariz. Siendo ella y Vergilius casi de la misma edad, los trataba a ambos igual en esa época en que podían pasar horas y horas escuchando las glorias del Imperio Romano y las historias de las grandes Batallas. Sophia sonrió con melancolía mirando hacia el horizonte pensando en Octavius y su estridente risa.
- No es nada… perdóneme… cuando pienso en mi primo siempre me pongo así. Su trágica muerte por sus creencias…Fue una gran perdida para todos.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Finalmente después de una tierna escena de hermanos Sophia salió del agua iendo hacía él toda empapada y con la ropa pegada a su cuerpo, parecía tener curiosidad por la habilidad de Ioros con la espada así que le lanzó una rama de sauce quedandose ella otra, Ioros sabía que tanto ella como su hermano Gelum habían sido entrenados en el manejo de la espada y los dos poseían un gran talento,peró cortesmente le respondió quitandose la capa y entregandosela:
-Quizá en otro momento joven señorita, peró ahora será mejor que se cubra, pues supongo que no querrá pillar un resfriado en un momento tan esperado como este, sería una lástima que enfermara ahora que su primo Vergilius regresa después de tres largos años de compaña.
Parecío que la chica aceptó su ofrecimiento, peró se veía que el mencionamiento de Octavius le traía melancolia, Ioros intento consolarla con unas palabras:
-No tuve el honor de pelear junto a Octavius pues era demasiado joven, peró las hazañas que cuentan sobre él seguro que no són simples habladurias, fue una gran perdida para el Imperio sin ninguna duda.
-Quizá en otro momento joven señorita, peró ahora será mejor que se cubra, pues supongo que no querrá pillar un resfriado en un momento tan esperado como este, sería una lástima que enfermara ahora que su primo Vergilius regresa después de tres largos años de compaña.
Parecío que la chica aceptó su ofrecimiento, peró se veía que el mencionamiento de Octavius le traía melancolia, Ioros intento consolarla con unas palabras:
-No tuve el honor de pelear junto a Octavius pues era demasiado joven, peró las hazañas que cuentan sobre él seguro que no són simples habladurias, fue una gran perdida para el Imperio sin ninguna duda.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Mi hermanita me arreglaba ahora a mi el pelo, incluso dentro del agua, podia oler la fragancia que desprendia su pelo desde pequeña, ese aroma me hacia recordar mi tierna infancia al lado de mi hermana, siempre que estaba con ella me sentia como un niño pequeño e infantil, no lo podia evitar, por eso me sonrojaba cada vez que me trataba con tanto cariño, pues me preocupaba volverme un inmaduro aunque por otro lado de ella es de donde saco todas mis fuerzas, y el unico motivo por el que tiene sentido aprender a manejar la espada para mi, ella es toda mi motivación...me daba mucha verguenza que me hablase de mujeres...
-No sé de mujeres, no hay quien os entienda...apenas he tratado con ellas, si todas son como tu mejor andarme con cuidado jaja, deberia aprender antes a tratar con leones
Bromeaba con ella respecto a las mujeres, luego sophia se salió y yo hice igual, me puse de pie , al sol para que mi ropa se secara, mi hermana sin esperar se dirigio a Ioros y le pidió un duelo , con varios palos como arma, el le negó el duelo educadamente , y trató de consolar a Sophia , pues se habia acordado de Octavio y cada vez que lo hacia se entristecia un poco...Yo tambien queria consolarla, así que le di un fuerte abrazo desde, por detras de ella:
-Venga hermana, animate, ¡una dama solo puede ser ella misma cuando sonrie!
Le sonreí dulcemente para que así se tranquilizase y se sintiese mejor, entonces un pajaro de los alrededores empezó a cantar, parecia ser el mismo de antes pues cantaba exactamente igual, era un canto muy melodico, lo adoraba...
...¿No es hermoso el canto de ese pajaro?...¿Sabeis por casualidad como se llama ese tipo de pajaro por su canto?...Adoro ese pajaro, sea cual sea...
Miraba por a mi alrededor mientras decia esto, buscando al pajaro, miraba por los arboles a ver si estaba entre alguna rama y en los arbustos, o tal vez volando, pero no lo veia, sonreia ampliamente mientras giraba sobre mi mismo buscando a ese pajaro.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
La negativa de aquel juego con ramas fue tan sutil y caballerosa que Sophia ni si quiera se desanimó. Ioros era un joven muy educado y había sido muy acertado de parte de Vergilius dejarlo en su cuidado. Su cabello azulado revoloteaba con la brisa mientras se acercaba a ella y pasaba su capa sobre los hombros de Sophia. La joven sonrojó un poco por dicho acto de caballerosidad, hacía mucho … mucho tiempo que un hombre no era tan atento con ella, después de todo el único hombre que la cuidaba de esa forma aparte de sus hermanos era Vergilius y a él no lo había visto en tres años.
- Muchas gracias Señor Ioros… - Dijo lentamente intentando que no se notara la vergüenza que aquello había producido en ella. – Tiene razón. Sería muy irresponsable de mi parte haberme escapado de enfermedades este invierno para caer en ellas durante el verano.
Sonrió amorosa siempre, agradeciéndole con una sonrisa su preocupación. Para sentir las manos mojadas y el cuerpo goteando de su hermano abrazándola por la espalda. Bajó el ceño algo irritada porque él solo mojaría aun mas la capa pero tomó sus manos y sintió su abrazo con alivió en su alma. No le hacía bien pensar en el fallecido Octavius, fuera lo fuera que le hubiese ocurrido en batalla, sabía en su alma que al menos había conseguido una muerte gloriosa y con ella habría sido más que feliz.
- Tienes razón Gelum, discúlpenme ambos. – Dijo secándose las lágrimas mientras tomaba las manos de Gelum y les deba un beso, para moverse sobre una piedra y sentarse al sol para secarse un poco.
Dividió su cabello mojado y largo en dos y comenzó a trenzarlo, aburrida ya que todos los días eran así. No había nada realmente que hacer en la Villa y prácticamente nunca visitaban Roma por aquella disputa que mantenía con la familia su hermano Fye. Se perdía en sus pensamientos y en el hermoso ruido de una avecilla que cantaba sobre el sauce. Peinaba su cabellera con los dedos, dividiendo la mitad de su cabello en otros tres mechones de cabello, pasando uno sobre el otro.
- No se que ave será esa Gelum… - Respondió algo ida. – Pero tienes razón, su sonido es agradable…¿No lo cree señor Ioros?
Miró a Ioros parado con respeto a unos pasos de ambos, siempre cuidándolos, acompañándolos en aquel aburrido y tranquilo estilo de vida. Pensó en lo mucho que se debía aburrir aquel hombre… sintiéndose mal de que seguramente él hubiese sido más feliz luchando junto a Vergilius y el resto de sus compañeros en las legiones del norte que en ese lugar… de pronto, sintió que su estomago le comenzaba a pedir alimento, el agua había causado que su apetito se despertara.
- No se ustedes… pero el sol esta demasiado alto ya. Deberíamos volver a cenar…¿Qué les parece? – Sonrojada por mostrar que tenía hambre, no se sintió fuera de confianza para decirlo. Era una costumbre romana que las verdaderas damas nunca mostraran hambre en publico, pero a Sophia en ese momento no le importó mucho. Gelum sabía que faltaba mucho aun para que pudiera ser ella una verdadera mujer y Ioros… ya era prácticamente de la familia. - A menos que prefieran que pida nos traigan algo para merendar aquí.
- Muchas gracias Señor Ioros… - Dijo lentamente intentando que no se notara la vergüenza que aquello había producido en ella. – Tiene razón. Sería muy irresponsable de mi parte haberme escapado de enfermedades este invierno para caer en ellas durante el verano.
Sonrió amorosa siempre, agradeciéndole con una sonrisa su preocupación. Para sentir las manos mojadas y el cuerpo goteando de su hermano abrazándola por la espalda. Bajó el ceño algo irritada porque él solo mojaría aun mas la capa pero tomó sus manos y sintió su abrazo con alivió en su alma. No le hacía bien pensar en el fallecido Octavius, fuera lo fuera que le hubiese ocurrido en batalla, sabía en su alma que al menos había conseguido una muerte gloriosa y con ella habría sido más que feliz.
- Tienes razón Gelum, discúlpenme ambos. – Dijo secándose las lágrimas mientras tomaba las manos de Gelum y les deba un beso, para moverse sobre una piedra y sentarse al sol para secarse un poco.
Dividió su cabello mojado y largo en dos y comenzó a trenzarlo, aburrida ya que todos los días eran así. No había nada realmente que hacer en la Villa y prácticamente nunca visitaban Roma por aquella disputa que mantenía con la familia su hermano Fye. Se perdía en sus pensamientos y en el hermoso ruido de una avecilla que cantaba sobre el sauce. Peinaba su cabellera con los dedos, dividiendo la mitad de su cabello en otros tres mechones de cabello, pasando uno sobre el otro.
- No se que ave será esa Gelum… - Respondió algo ida. – Pero tienes razón, su sonido es agradable…¿No lo cree señor Ioros?
Miró a Ioros parado con respeto a unos pasos de ambos, siempre cuidándolos, acompañándolos en aquel aburrido y tranquilo estilo de vida. Pensó en lo mucho que se debía aburrir aquel hombre… sintiéndose mal de que seguramente él hubiese sido más feliz luchando junto a Vergilius y el resto de sus compañeros en las legiones del norte que en ese lugar… de pronto, sintió que su estomago le comenzaba a pedir alimento, el agua había causado que su apetito se despertara.
- No se ustedes… pero el sol esta demasiado alto ya. Deberíamos volver a cenar…¿Qué les parece? – Sonrojada por mostrar que tenía hambre, no se sintió fuera de confianza para decirlo. Era una costumbre romana que las verdaderas damas nunca mostraran hambre en publico, pero a Sophia en ese momento no le importó mucho. Gelum sabía que faltaba mucho aun para que pudiera ser ella una verdadera mujer y Ioros… ya era prácticamente de la familia. - A menos que prefieran que pida nos traigan algo para merendar aquí.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
El intento de Ioros de secar a Sophia con su capa se volvió inútl en momentos pues su hermano Gelum intentando consolarla la abrazo desde detrás empapando aún más la capa, pero bueno incluso con la brisa que se había levantado aún brillaba el Sol con sus últimas fuerzas pues ya estaba atardeciendo. la chica se calentaba al Sol mientras se peinaba el pelo con un par de trenzas.
De fondo se oía el sonido de un pájaro cantando, a los dos hermanos les fascinaba ese sonido, Sophia preguntó a Ioros que opinaba, este se tomo su tiempo, cerró los ojos y escuchó la suave melodia que el pájaro desarrollaba:
-Sin ninguna duda es un agradable sonido, me gustaría conocer el animalito que realiza semejante arte musical, muchos artistas tendrían que aprender de él.
De pronto un sonido casi impercibible se dejó oir, los ojos de Ioros se abrieron dirigiendose a Sophia que se había sonrojado , peró Ioros lo único que hizo fue soltar una carcajada, no quería ofender a la chica pero le salió del alma, tal y como dijó Sophia era hora de cenar y despúes de un dia tan movidito todos agradecerian una buena comida, con toda la famialiaridad dijo.
-Yo voto por volver a la casa, canviarnos de ropa y comer tranquilos allí, así si vuestro hermano Fye vuelve nos encontrara allí y no habra charlas innecesarias para nadie, no os parece?
De fondo se oía el sonido de un pájaro cantando, a los dos hermanos les fascinaba ese sonido, Sophia preguntó a Ioros que opinaba, este se tomo su tiempo, cerró los ojos y escuchó la suave melodia que el pájaro desarrollaba:
-Sin ninguna duda es un agradable sonido, me gustaría conocer el animalito que realiza semejante arte musical, muchos artistas tendrían que aprender de él.
De pronto un sonido casi impercibible se dejó oir, los ojos de Ioros se abrieron dirigiendose a Sophia que se había sonrojado , peró Ioros lo único que hizo fue soltar una carcajada, no quería ofender a la chica pero le salió del alma, tal y como dijó Sophia era hora de cenar y despúes de un dia tan movidito todos agradecerian una buena comida, con toda la famialiaridad dijo.
-Yo voto por volver a la casa, canviarnos de ropa y comer tranquilos allí, así si vuestro hermano Fye vuelve nos encontrara allí y no habra charlas innecesarias para nadie, no os parece?
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Sophia escuchó las palabras del joven Ioros mientras seguía trenzándose el cabello y estuvo de acuerdo. No podían ir a cenar directamente mojados y en su caso, su vestimenta estaba manchada con el jugo de las uvas que había pisado en la mañana junto a los campesinos de los viñedos. Sentada en aquella roca a la orilla del estero observó como las nubes cambiaban de forma, como aquel viento del norte le traía cada vez más cerca de Vergilius. Era una verdadera lastima que no pudiese salir de ahí, aunque ganas no le faltaban.
- Sí señor Ioros...Creo que me retiraré a mi habitación a cambiarme de ropa, sino lo que usted dice señor Ioros se volverá realidad y me agarraré un resfrío por descuidada. – se puso de pie aun goteando, protegiéndose con la capa de Ioros del frío que la comenzaba a afectar por estar fuera del agua. – Lo veré en la cena… señor Ioros. Ven acá Gelum…!!
Sujetó a su hermano de la mano y lo tiró mientras comenzaba a correr de vuelta a la Villa, la gran casona donde ambos vivían. Sujetar la mano de alguien mientras corría, la ponía melancólica de verdad… pensaba en aquellos día que había pasado con Vergilius cuando eran niños y algunas veces corrieron de esa forma, ella arrastrándolo para mostrarle alguna cosa. Paró en seco sobre una pequeña colina para observar el valle.
- Sabes Gelum… - Dijo mientras se sentaba a observar el atardecer, su cabellera mojada goteando. – He esperado tres años por él… he rezado con que volviera a salvo… he soñado que está aquí y estamos juntos de nuevo… he llorado por la frustración de saber que podría estar muerto… y ahora que se que esta tan cerca… tengo miedo.
Abrazaba sus rodillas mirando las nubes tornándose violetas y el sol mostrando sus últimos rayos de sol. Los trigales se mecían de un lado a otro con la brisa del atardecer… se veía como movían a los animales para ser guardados hasta un nuevo día de trabajo… los campesinos empujando carretones… el olor a pan recién hecho que viajaba desde las cocinas de la villa…
- Tengo miedo de que vuelva y no me conozca o se haya olvidado de mi… o que haya encontrado a alguien más en su viaje…
Escondió un poco su cara en sus rodillas, apretándolas con fuerza. Suspiró, aun observando las nubes. Se comenzaban a escuchar ya los grillos y la infinidad de bichitos que a esa hora comenzaban su vida. Sonrió en ese instante intentando sacarse ese pensamiento de la cabeza. Vergilius… si lo conocía como lo conocía… vendría a ella aunque tuviese que ir al fin del mundo. Estaba siendo una tonta en preocuparse por ello… después de todo, confiaba en su corazón mas que en su cabeza.
- No… no es miedo…creo que solo estoy nerviosa. Ignórame renacuajo. – Se puso de pie de un golpe, acariciando el rostro de Gelum como siempre lo hacia antes de despedirse y comenzó a caminar lentamente bajando la colina en dirección a la Villa. - Me iré a secar y abrigar un poco… no te pierdas mucho tiempo, recuerda que cenamos en una hora más.
Su esbelta figura desapareció colina abajo entre los girasoles que adornaban los prados caminando y disfrutando el fresco que tría el atardecer.
- Sí señor Ioros...Creo que me retiraré a mi habitación a cambiarme de ropa, sino lo que usted dice señor Ioros se volverá realidad y me agarraré un resfrío por descuidada. – se puso de pie aun goteando, protegiéndose con la capa de Ioros del frío que la comenzaba a afectar por estar fuera del agua. – Lo veré en la cena… señor Ioros. Ven acá Gelum…!!
Sujetó a su hermano de la mano y lo tiró mientras comenzaba a correr de vuelta a la Villa, la gran casona donde ambos vivían. Sujetar la mano de alguien mientras corría, la ponía melancólica de verdad… pensaba en aquellos día que había pasado con Vergilius cuando eran niños y algunas veces corrieron de esa forma, ella arrastrándolo para mostrarle alguna cosa. Paró en seco sobre una pequeña colina para observar el valle.
- Sabes Gelum… - Dijo mientras se sentaba a observar el atardecer, su cabellera mojada goteando. – He esperado tres años por él… he rezado con que volviera a salvo… he soñado que está aquí y estamos juntos de nuevo… he llorado por la frustración de saber que podría estar muerto… y ahora que se que esta tan cerca… tengo miedo.
Abrazaba sus rodillas mirando las nubes tornándose violetas y el sol mostrando sus últimos rayos de sol. Los trigales se mecían de un lado a otro con la brisa del atardecer… se veía como movían a los animales para ser guardados hasta un nuevo día de trabajo… los campesinos empujando carretones… el olor a pan recién hecho que viajaba desde las cocinas de la villa…
- Tengo miedo de que vuelva y no me conozca o se haya olvidado de mi… o que haya encontrado a alguien más en su viaje…
Escondió un poco su cara en sus rodillas, apretándolas con fuerza. Suspiró, aun observando las nubes. Se comenzaban a escuchar ya los grillos y la infinidad de bichitos que a esa hora comenzaban su vida. Sonrió en ese instante intentando sacarse ese pensamiento de la cabeza. Vergilius… si lo conocía como lo conocía… vendría a ella aunque tuviese que ir al fin del mundo. Estaba siendo una tonta en preocuparse por ello… después de todo, confiaba en su corazón mas que en su cabeza.
- No… no es miedo…creo que solo estoy nerviosa. Ignórame renacuajo. – Se puso de pie de un golpe, acariciando el rostro de Gelum como siempre lo hacia antes de despedirse y comenzó a caminar lentamente bajando la colina en dirección a la Villa. - Me iré a secar y abrigar un poco… no te pierdas mucho tiempo, recuerda que cenamos en una hora más.
Su esbelta figura desapareció colina abajo entre los girasoles que adornaban los prados caminando y disfrutando el fresco que tría el atardecer.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
El joven Ioros vió como los dos hermanos se alejaban corriendo con las manos entrelazadas, no los iba a perseguir, aunque fuese su guardían tambén se merecía sus ratos de intimidad, de todas formas estaban en una zona despejada y cualquier peligro que se acercara lo vería a tiempo. Así que cogiendo otra ruta distinta tambíen se dirigió hacía la villa disfrutando de los colores rojizos y amarillentos del atardecer.
La notícia era que en dos dias el ejercito romano llegaría junto a Vergilius, ya había pasado un día, si todo iba bien al día siguiente llegarían a las puertas de Roma, donde serían recibidos como heroes, bueno al menos los generales porque todo el mundo sabía que un legionario era como un trozo de carne, estos solo era importantes por sus familias o sus comandantes-todo esto transcurría por la cabeza de Ioros en su regresó a la villa.
Mientras iba caminando se fijó en Sophia, estaba arrodillada con la cabeza gacha, no podía oír la conversación peró por el momento que se acercaba podía imaginar de que se trataba, probablemente de dudas sobre el amor de Vergilius hacía ella, Ioros la podía llegar a comprender habían pasado 3 años, él mismo tenía dudas sobre su amistad con Vergilius, no sabía si habría canviado mucho, si aún permanecería la confianza que se había ganado tiempo atrás combatiendo juntos,todos estos pensamientos iban pasando por la cabeza del joven, de pronto como abriendo los ojos y removiendo la cabeza Ioros se dijo en voz baja:
- En que cosas estas pensando tu ahora, eres un militar, tu deber es obedecer las órdenes, es que acaso en estos 3 años te has convertido en un sensiblero por la falta de acción?
Llegó a la villa, mientras estaba hundido en sus pensamientos Sophia le debía haber adelantado pues en el piso había huellas mojadas, así que Ioros se dirigió a sus aposentos y sentandose en la cama se tomó un minuto de descanso.
La notícia era que en dos dias el ejercito romano llegaría junto a Vergilius, ya había pasado un día, si todo iba bien al día siguiente llegarían a las puertas de Roma, donde serían recibidos como heroes, bueno al menos los generales porque todo el mundo sabía que un legionario era como un trozo de carne, estos solo era importantes por sus familias o sus comandantes-todo esto transcurría por la cabeza de Ioros en su regresó a la villa.
Mientras iba caminando se fijó en Sophia, estaba arrodillada con la cabeza gacha, no podía oír la conversación peró por el momento que se acercaba podía imaginar de que se trataba, probablemente de dudas sobre el amor de Vergilius hacía ella, Ioros la podía llegar a comprender habían pasado 3 años, él mismo tenía dudas sobre su amistad con Vergilius, no sabía si habría canviado mucho, si aún permanecería la confianza que se había ganado tiempo atrás combatiendo juntos,todos estos pensamientos iban pasando por la cabeza del joven, de pronto como abriendo los ojos y removiendo la cabeza Ioros se dijo en voz baja:
- En que cosas estas pensando tu ahora, eres un militar, tu deber es obedecer las órdenes, es que acaso en estos 3 años te has convertido en un sensiblero por la falta de acción?
Llegó a la villa, mientras estaba hundido en sus pensamientos Sophia le debía haber adelantado pues en el piso había huellas mojadas, así que Ioros se dirigió a sus aposentos y sentandose en la cama se tomó un minuto de descanso.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Mi querida hermana Sophia me dijo que debia irse para arreglarse, y eso hizo, quedando yo en el cerro...parecia tan nerviosa y tensa por ver a Vergilius despues de tanto tiempo, si estubiera en su lugar probablemente el tambien estaria bastante histerico, pero incluso nerviosa su hermana seguia igual de hermosa cuando se fue, mientras marchaba el viento movia sus cabellos, sus ropas estaban muy espesas y mojadas para que pudieran moverse, ademas de muy pegadas a su cuerpo, quedé allí solo, pensativo durante unos segundos, finalmente seguí a mi hermana , aunque ella iba muy lejos de mi, Ioros tambien se habia marchado, era el unico que quedaba aun alli. Por el camino encontró un monton de rocas con formas extrañas y colores bonitos, solia recogerlas pero esta vez pasó de largo , pues y ano sabia donde meter tantas rocas, tenia mucha sen el armario de su habitacion, era un extraño hobby suyo coleccionar minerales...el viento susurraba en sus oidos a medida que daba los pasos, y la hierba y los palos secos crujian bajo sus pies, finalmente llegó hasta su habitación, donde tambien se secó la ropa y se cambió, ademas su hermana lo manchó con jugo de uva...ya empezaba a tener hambre, era la hora de comer, pero debia quedarse un poco mas en su habitación descansando pues no estaba aun lista la comida.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
La mañana había sido productiva por parte de Defteros, ahora que su hermano estaba atendiendo otros asuntos fuera de la Villa, el hermano menor de la familia había decidido por cuenta propia supervisar los trabajos de las plantaciones de algodón de la villa. Le satisfacía parcialmente los reportes de Ambrosino. El ritmo de trabajo empleado en sus tierras era el adecuado y la producción de la materia prima sin contratiempos se podría cosechar para finales de año.
Defteros pasó gran parte de su visita en sus plantaciones dialogando con los capataces, a quienes por orden suya les instruyó a ser mas condescendientes con los esclavos. No le parecía correcto aquellos abusos en las personas que gracias a su esfuerzo generaban los bienes monetarios para que la fortuna de la familia siguiera aumentando. Su infancia, al llevar un contacto más cercano con los trabajadores de su villa, le habían hecho comprender que si a los trabajadores se les daba un trato digno y no se les rebajaba como simples animales de carga, estos, en retribución estarían en la mejor disposición de ejercer sus deberes. Unos trabajadores felices significaba trabajadores más eficientes.
Para el atardecer, Defteros había salido de la villa y como tenía planeado visitaría a sus primos. Tenía tiempo que él no los saludaba y para esos momentos una reunión le parecía una buena idea después de todo. Intentaba por una parte, olvidarse de las situaciones que pasaba entre las ocupaciones administrativas de la villa y la reciente y ahondada tensión entre sus hermanos. Más que nada la que obraba entre Aspros y Maurituis.
El paso ligero de su caballo le relajaba profundamente. El sonido pausado de los cascos de aquel magnifico ejemplar equino era hipnotizante, sus mirada se perdía por las grandes extensiones del paisaje. El cielo tomaba tintes naranjas y amarillos luego de que los rayos del sol comenzaran a ocultarse tras las blanquecinas y amorfas nubes del horizonte. Poco a poco, las propiedades de Fye y de Sophia podían avistarse.
El colorido de todas esas tierras plasmaba un paisaje cautivante, una especie de pintura realista para los ojos de cualquier persona que transitara los caminos para esos momentos. No por nada, la posición de sus primos no se debía a la casualidad ni a la suerte, si no al hecho de que Fye ejecutaba con mucha inteligencia lo relacionado a las actividades mercantiles. Desde antes, la familia de Defteros y la de ellos acaparaban el comercio en Roma y la fortuna de ellos era inigualable.
Defteros espoleaba con ligera pasividad a su corcel para que incrementara el paso. Estaba cerca de la gran casa, avanzaba por los caminos que para esos momentos lucían vacíos. Hecho que sin duda a él le sumergía en una profunda calma.
Defteros pasó gran parte de su visita en sus plantaciones dialogando con los capataces, a quienes por orden suya les instruyó a ser mas condescendientes con los esclavos. No le parecía correcto aquellos abusos en las personas que gracias a su esfuerzo generaban los bienes monetarios para que la fortuna de la familia siguiera aumentando. Su infancia, al llevar un contacto más cercano con los trabajadores de su villa, le habían hecho comprender que si a los trabajadores se les daba un trato digno y no se les rebajaba como simples animales de carga, estos, en retribución estarían en la mejor disposición de ejercer sus deberes. Unos trabajadores felices significaba trabajadores más eficientes.
Para el atardecer, Defteros había salido de la villa y como tenía planeado visitaría a sus primos. Tenía tiempo que él no los saludaba y para esos momentos una reunión le parecía una buena idea después de todo. Intentaba por una parte, olvidarse de las situaciones que pasaba entre las ocupaciones administrativas de la villa y la reciente y ahondada tensión entre sus hermanos. Más que nada la que obraba entre Aspros y Maurituis.
El paso ligero de su caballo le relajaba profundamente. El sonido pausado de los cascos de aquel magnifico ejemplar equino era hipnotizante, sus mirada se perdía por las grandes extensiones del paisaje. El cielo tomaba tintes naranjas y amarillos luego de que los rayos del sol comenzaran a ocultarse tras las blanquecinas y amorfas nubes del horizonte. Poco a poco, las propiedades de Fye y de Sophia podían avistarse.
El colorido de todas esas tierras plasmaba un paisaje cautivante, una especie de pintura realista para los ojos de cualquier persona que transitara los caminos para esos momentos. No por nada, la posición de sus primos no se debía a la casualidad ni a la suerte, si no al hecho de que Fye ejecutaba con mucha inteligencia lo relacionado a las actividades mercantiles. Desde antes, la familia de Defteros y la de ellos acaparaban el comercio en Roma y la fortuna de ellos era inigualable.
Defteros espoleaba con ligera pasividad a su corcel para que incrementara el paso. Estaba cerca de la gran casa, avanzaba por los caminos que para esos momentos lucían vacíos. Hecho que sin duda a él le sumergía en una profunda calma.
Defteros- Caballeros Dorados
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Un sol implacable , una brisa confortante y una vida solitaria eso es lo que reflejaba el día , un arduo trabajo el cuidar a la familia de los bienes de mis amos , pero gratificante ya que mi familia les debía mucho , una simple sonrisa al mundo , un cálido abrazo a los trigales y una vista disipada a los viñedos .
Montando un corsel que mis amos me habían asignado para recorrer los alrededores dela villa , camino tranquilamente al rededor de la villa observando la hermosa vista de los viñedos y cabalgando con lentitud ya que mis deberes estaban hechos y mi día casi termina, bueno al menos en mis deberes ya que estar cuidando a gelum y ala señorita sophia era algo de tiempo completo , solo cuando ellos se enfrascaban en sus propias vidas , mi presencia no era necesaria .
Caminado a la casa principal de la villa , el calor es sofocante y extenuante así que de una bolsa saco un contenedor con un poco de agua , fresca y refrescante , un liquido de vitalidad y tranquilidad, mi corsel también tiene sed por lo que me apresuro a llegar los mas rápido posible a la casa .
llegando a la entra otro sirviente se acerca para saludarme con una sonrisa como era mi costumbre le digo
buenas amigo mio he llegado de dar el rondin de este día a los alrededores de la villa, mi caballo tiene sed así que por favor ve y trae agua al establo para que beba agua y así satisfaga su sed por favor amigo mio . y por cierto as visto al amo fye o a alguno de sus hermanos .
Montando un corsel que mis amos me habían asignado para recorrer los alrededores dela villa , camino tranquilamente al rededor de la villa observando la hermosa vista de los viñedos y cabalgando con lentitud ya que mis deberes estaban hechos y mi día casi termina, bueno al menos en mis deberes ya que estar cuidando a gelum y ala señorita sophia era algo de tiempo completo , solo cuando ellos se enfrascaban en sus propias vidas , mi presencia no era necesaria .
Caminado a la casa principal de la villa , el calor es sofocante y extenuante así que de una bolsa saco un contenedor con un poco de agua , fresca y refrescante , un liquido de vitalidad y tranquilidad, mi corsel también tiene sed por lo que me apresuro a llegar los mas rápido posible a la casa .
llegando a la entra otro sirviente se acerca para saludarme con una sonrisa como era mi costumbre le digo
buenas amigo mio he llegado de dar el rondin de este día a los alrededores de la villa, mi caballo tiene sed así que por favor ve y trae agua al establo para que beba agua y así satisfaga su sed por favor amigo mio . y por cierto as visto al amo fye o a alguno de sus hermanos .
Moviendo la cabeza me dice que no , y me dice que no tardara con el agua , bajando de mi corsel lo llevo tranquilamente así donde el establo , amarrando su lazo a un tronco mi compañero de servicio me lleva el agua , al verla mi caballo relincha de alegría y con grandes bocanadas de agua se toma toda en un instante para así luego yo tomando un cepillo empiezo a cepillar su pelo , negro y brillante como la noche ,entre largas y pronunciadas cepilladas dejo el pelaje de mi corsel reluciente mientras platico con mi compañero de cosas triviales de la villa
bueno amigo mio me retira unos momentos ami cabaña si los amos regresan por favor llámame y vendré de inmediato por favor , solo iré a descansar un poco y a pensar en mi soledad jajaja no es cierto sabes como soy no me hagas caso , te encargo mucho el establo que nos les falte alimento y agua a los corceles de los amos podrían necesitarlos en cualquier momento
bueno amigo mio me retira unos momentos ami cabaña si los amos regresan por favor llámame y vendré de inmediato por favor , solo iré a descansar un poco y a pensar en mi soledad jajaja no es cierto sabes como soy no me hagas caso , te encargo mucho el establo que nos les falte alimento y agua a los corceles de los amos podrían necesitarlos en cualquier momento
Poniéndome mi capa blanca empiezo a caminar por los viñedos con dirección mi cabaña , pasando por los trigales y las huertas en donde los trabajadores yacen esmerados en sus labores , saludándome gratamente a mi paso solo les sonrió y saludo con una señal de mi mano , caminando sigo en este túnel de olvido.
Para llegar a un suplicio de una vida alegre y sola , con este corazón quebrado por la soledad pero alentado por la necesidad e los demás por mi , sintiéndome útil y querido tal vez un cariño efímero departe mis amos puesto solo un siervo soy y ellos los ovejeros , tan grande y distante son nuestros mundo pero ala vez tan complementados .
Viendo a lo lejos mi cabaña suspiro de alivio puesto el andar ya es cansado tomado un poco de aire llego la entrada saco mi llave de entre mi capa y con un crujido de mi puerta entro a esta tumultuosa soledad.
Para llegar a un suplicio de una vida alegre y sola , con este corazón quebrado por la soledad pero alentado por la necesidad e los demás por mi , sintiéndome útil y querido tal vez un cariño efímero departe mis amos puesto solo un siervo soy y ellos los ovejeros , tan grande y distante son nuestros mundo pero ala vez tan complementados .
Viendo a lo lejos mi cabaña suspiro de alivio puesto el andar ya es cansado tomado un poco de aire llego la entrada saco mi llave de entre mi capa y con un crujido de mi puerta entro a esta tumultuosa soledad.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Pasando un gran sendero de árboles, Defteros llegaba a las plantaciones de la Villa de sus primos. Su caballo se detuvo al tiempo que un trabajador de las plantaciones se le acercaba motivado por la presencia de aquel jinete para esas horas de la tarde. Aquel hombre de complexión robusta y piel bronceada por las largas horas de trabajo en las plantaciones se permitió preguntarle.
- ¿Puedo ayudarle en algo?
Su voz resultó ser demasiado cordial, cualidad que mantenían la mayoría de los trabajadores de la Villa de Fye. Defteros pensaba que se debía al trato que recibían por parte de los dueños, en especial de su querida prima Sophía, la cual mantenía una alma tan bondadosa para cualquier persona. En sus pensamientos recordaba como ella había intercedido porque él y su hermano no fueran despojados de sus bienes luego de que la fortuna de su padre le fuera otorgada a su hermano mayor, el hijo desconocido por los gemelos hasta el deceso de su progenitor.
- Sólo si me puede proveer de información y de cierta atención para mi caballo.
Con gran soltura, él se bajaba de su montura ubicándose a un costado de su caballo. La palma de su mano se deslizaba por su crin. Esperó la respuesta del trabajador de la villa con una tranquilidad perpetua. - Ahhh un magnifico ejemplar, de fina estampa y de constitución ligera. - Manifestó aquel hombre posando su mano en la cabeza del noble equino.
- Veo que tiene buen ojo para los caballos, y su trato con ellos es demasiado experimentado. - Afirmó Defteros al notar la familiaridad que aquel individuo mostraba para su caballo. - Claro señor, no hay animal mas noble y bello que ellos. - Respondió con una gran sinceridad, luego recordó el motivo de la aparición de Defteros por aquellas extensiones de tierra.
- Pero que desconsiderado me he vuelto, permítame conducirlo hacia los establos de la villa, ahí podrá su caballo comer un poco de alfalfa y también un poco de agua. Sobre lo segundo, perdone la intromisión pero a que tipo de información se refería. - Los dos caminaban por un pequeño sendero, a la distancia se lograba observar la edificación de los establos, muy amplios en los cuales seguramente contendrían una gran variedad de ejemplares para la venta y para las múltiples necesidades de la familia de sus primos.
- Sólo saber si Fye y Sophía se encuentran en la villa. - El empleado dibujó una expresión de ligero desencanto, luego profirió. - Lamentablemente los señores de la Villa se encuentran ausentes, salieron a recibir al general Virgilius y las demás legiones al coliseo. - Defteros lanzó un ligero suspiro, recordó que esa mañana él mismo había supervisado el trabajo en las plantaciones de su villa por lo que no tuvo tiempo de pensar en las festividades que se habían planeado para el recibimiento de la milicia, aquella que había partido tres años antes.
Pero por un lado se sentía aliviado de haberlo pasado por alto, no era su interés mezclarse entre la nobleza, no ahora que las cosas resultaban demasiado complejas y que ante sus ojos era un mal que crecía a cada momento en Roma. - Comprendo entonces que los señores tuvieran que salir. ¿Pero tendría alguna noción de cuando han de llegar a la villa? - El interés parecía crecer en Defteros.
- Desafortunadamente no tengo noción de ello. Pero quizá el señor Armand sepa más al respecto. Si me permite puedo ir por él y preguntarle acerca de sus interrogantes. - El trato amable de aquel sirviente era contagiante en extremo. Y al escuchar el nombre de Armand hizo a Defteros tranquilizarse, le conocía como uno de los trabajadores mas leales de la villa, incluso en su niñez, cuando iba a jugar con sus primos lo miraba siempre como un chico retraído que siempre cuidaba de sus primos. - Bien, entonces dígale de que Defteros ha venido en una pequeña visita, quizá se acuerde de mí.
El buen hombre de actitud servicial asintió, tomaba las riendas del caballo de Defteros para luego ir en la búsqueda de Armand, le encontraría en su cabaña como era habitual. Por su parte, Defteros esperaba paciente mirando los escasos rayos de luz que comenzaban a menguar ya.
- ¿Puedo ayudarle en algo?
Su voz resultó ser demasiado cordial, cualidad que mantenían la mayoría de los trabajadores de la Villa de Fye. Defteros pensaba que se debía al trato que recibían por parte de los dueños, en especial de su querida prima Sophía, la cual mantenía una alma tan bondadosa para cualquier persona. En sus pensamientos recordaba como ella había intercedido porque él y su hermano no fueran despojados de sus bienes luego de que la fortuna de su padre le fuera otorgada a su hermano mayor, el hijo desconocido por los gemelos hasta el deceso de su progenitor.
- Sólo si me puede proveer de información y de cierta atención para mi caballo.
Con gran soltura, él se bajaba de su montura ubicándose a un costado de su caballo. La palma de su mano se deslizaba por su crin. Esperó la respuesta del trabajador de la villa con una tranquilidad perpetua. - Ahhh un magnifico ejemplar, de fina estampa y de constitución ligera. - Manifestó aquel hombre posando su mano en la cabeza del noble equino.
- Veo que tiene buen ojo para los caballos, y su trato con ellos es demasiado experimentado. - Afirmó Defteros al notar la familiaridad que aquel individuo mostraba para su caballo. - Claro señor, no hay animal mas noble y bello que ellos. - Respondió con una gran sinceridad, luego recordó el motivo de la aparición de Defteros por aquellas extensiones de tierra.
- Pero que desconsiderado me he vuelto, permítame conducirlo hacia los establos de la villa, ahí podrá su caballo comer un poco de alfalfa y también un poco de agua. Sobre lo segundo, perdone la intromisión pero a que tipo de información se refería. - Los dos caminaban por un pequeño sendero, a la distancia se lograba observar la edificación de los establos, muy amplios en los cuales seguramente contendrían una gran variedad de ejemplares para la venta y para las múltiples necesidades de la familia de sus primos.
- Sólo saber si Fye y Sophía se encuentran en la villa. - El empleado dibujó una expresión de ligero desencanto, luego profirió. - Lamentablemente los señores de la Villa se encuentran ausentes, salieron a recibir al general Virgilius y las demás legiones al coliseo. - Defteros lanzó un ligero suspiro, recordó que esa mañana él mismo había supervisado el trabajo en las plantaciones de su villa por lo que no tuvo tiempo de pensar en las festividades que se habían planeado para el recibimiento de la milicia, aquella que había partido tres años antes.
Pero por un lado se sentía aliviado de haberlo pasado por alto, no era su interés mezclarse entre la nobleza, no ahora que las cosas resultaban demasiado complejas y que ante sus ojos era un mal que crecía a cada momento en Roma. - Comprendo entonces que los señores tuvieran que salir. ¿Pero tendría alguna noción de cuando han de llegar a la villa? - El interés parecía crecer en Defteros.
- Desafortunadamente no tengo noción de ello. Pero quizá el señor Armand sepa más al respecto. Si me permite puedo ir por él y preguntarle acerca de sus interrogantes. - El trato amable de aquel sirviente era contagiante en extremo. Y al escuchar el nombre de Armand hizo a Defteros tranquilizarse, le conocía como uno de los trabajadores mas leales de la villa, incluso en su niñez, cuando iba a jugar con sus primos lo miraba siempre como un chico retraído que siempre cuidaba de sus primos. - Bien, entonces dígale de que Defteros ha venido en una pequeña visita, quizá se acuerde de mí.
El buen hombre de actitud servicial asintió, tomaba las riendas del caballo de Defteros para luego ir en la búsqueda de Armand, le encontraría en su cabaña como era habitual. Por su parte, Defteros esperaba paciente mirando los escasos rayos de luz que comenzaban a menguar ya.
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
La joven de cabellos rubios, caminaba tranquilamente por los viñedos de la villa vallis mellitus puesto
que había dejado todo listo para cuando llegara Fye de Roma y llegase a tomar sus alimentos o lo que se le ofreciera
a su amo, por lo que decidió a dar un paseo por los jardines de la villa.
Mientras recordaba un poco su aldea cerca de londinium, recordaba a sus viejos amigos Clover y Leonard, hacia ya varios
años que no los veía y se preguntaba que tal estaría, además de cómo se encontraría la Princesa Lin, a quien le había jurado
protegerla hacia unos años.
Sin embargo estaba feliz por estar aquí ya que había conocido al hombre con el cual soñaba desde que tenía uso de razón
y al haber llegado a Roma por ser elegida por los ancianos de Britania para venir a servirles a la familia real, se sintió en un
principio un tanto tímida, pero al ver al ahora su amo, sus ojos se le iluminaron y con el paso del tiempo se fue enamorando
de el, soñando con protegerlo y cuidarlo algún día, pero no solo como su sirvienta.
Y asi en sus pensamientos recorría aquellos prados, persiviendo el aroma de aquel lugar que le hacai sentirse en tranquilidad
y mas aun al estar el alba iluminando el bello sitio, sintiéndose libre al estar expuesta al sol, iluminado su figura en la villa, y
aun mas en su pensamiento.
Caminaba sin rumbo, pero si estaba al pendiente si llegaba su amo, caminado tranquilamente dice en un susurro con una voz
dulce y tierna.
mmmm ojala me encuentre a alguien con quien platicar….
a lo lejos logro reconocer una figura de una cabaña, era Armand, unos de los sirvientes de la villa al
igual que ella y para mitigar el aburrimiento que comenzaba a surguir de su ser se acerca, toca la puerta y dice
Hola! Hay alguien en casa ?
Espero y si este Armand en casa……ammmm si no, me ire a los viñedos jujuju
y mirando como el sol estaba en su máximo explendor espero a que alguien le abrise la puerta
mientras sus manos las ponía detrás y tarareaba una dulce melodía.
que había dejado todo listo para cuando llegara Fye de Roma y llegase a tomar sus alimentos o lo que se le ofreciera
a su amo, por lo que decidió a dar un paseo por los jardines de la villa.
Mientras recordaba un poco su aldea cerca de londinium, recordaba a sus viejos amigos Clover y Leonard, hacia ya varios
años que no los veía y se preguntaba que tal estaría, además de cómo se encontraría la Princesa Lin, a quien le había jurado
protegerla hacia unos años.
Sin embargo estaba feliz por estar aquí ya que había conocido al hombre con el cual soñaba desde que tenía uso de razón
y al haber llegado a Roma por ser elegida por los ancianos de Britania para venir a servirles a la familia real, se sintió en un
principio un tanto tímida, pero al ver al ahora su amo, sus ojos se le iluminaron y con el paso del tiempo se fue enamorando
de el, soñando con protegerlo y cuidarlo algún día, pero no solo como su sirvienta.
Y asi en sus pensamientos recorría aquellos prados, persiviendo el aroma de aquel lugar que le hacai sentirse en tranquilidad
y mas aun al estar el alba iluminando el bello sitio, sintiéndose libre al estar expuesta al sol, iluminado su figura en la villa, y
aun mas en su pensamiento.
Caminaba sin rumbo, pero si estaba al pendiente si llegaba su amo, caminado tranquilamente dice en un susurro con una voz
dulce y tierna.
mmmm ojala me encuentre a alguien con quien platicar….
a lo lejos logro reconocer una figura de una cabaña, era Armand, unos de los sirvientes de la villa al
igual que ella y para mitigar el aburrimiento que comenzaba a surguir de su ser se acerca, toca la puerta y dice
Hola! Hay alguien en casa ?
Espero y si este Armand en casa……ammmm si no, me ire a los viñedos jujuju
y mirando como el sol estaba en su máximo explendor espero a que alguien le abrise la puerta
mientras sus manos las ponía detrás y tarareaba una dulce melodía.
Alexandra- Berseker de Ares
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
La respuesta que esperaba Defteros se había demorado un poco, el viento comenzaba a bajar su temperatura pero no lo suficiente para hacer estragos en su persona. Ante la espera, Defteros se había sumergido en sus propios pensamientos, para esos momentos se cuestionaba acerca del paradero de su hermano Aspros, no tenía un sentimiento de culpa, pero entender la compleja mete de su hermano era una interrogante que le gustaría resolver.
Fue la dulce melodía de una chica que ahora se encontraba a las afueras de la cabaña lo que lo hicieron despabilarse repentinamente. En esos instantes llegaba hasta él el mismo sirviente que amablemente le había entrevistado. Con paso presuroso se dirigía hacia Defteros.
- Señor Defteros... - El tono de su voz era un tanto titubeante, reflejaba una completa culpa por la espera y las noticias que portaba. - ... lamento la demora, pero al parecer el señor Armand no podrá atenderlo el día de hoy. - Una sonrisa débil se dibujaba en el rostro de Defteros, sin comprender un poco trataba de darle confianza al sirviente de la villa, después de todo él no podía culparlos. Se había aventurado a visitar aquellas propiedades de sus primos en unas horas avanzadas del día.
Incluso para los trabajadores, que ya habían hecho su jornada ardua bajo los intensos rayos de sol, una visita a estas horas podría ser demasiado incomoda. Algún otro noble romano se habría enfadado por tal desplante, incluso habría pedido el azote de dicho sirviente pero Defteros que había llevado una niñez en compañía de ellos y más ante la nobleza de su prima, le restaba importancia a tales acontecimientos.
- Entiendo entonces, bueno será para la próxima ocasión. Le he de mostrar mis mas sinceras gratitudes por la atención mostrada hacia mi corcel. - Expresó con un tono cordial en su voz, misma que le había proferido aquel trabajador. - Iré yo mismo si no le molesta, caminar por tan espectaculares plantíos es un deleite para cualquiera que pueda transitarlos.
Defteros miró los ojos del buen hombre y se puso en marcha. Miró un poco sobre su costado y atestiguaba a la chica de cabellos dorados entrar en la modesta cabaña. Entendía que era una gran amiga de Armand y por eso no tenía intenciones de interrumpir una visita más especial. Encontraba su corcel en los establos amarrado de las riendas, tomándolas con una mano y con gran habilidad subía al lomo del noble animal.
Espoleó sus costados y con un pequeño tirón de las riendas lo ponía en marcha. Ya sería otro día en el que visitaría a sus primos, pero por ahora encontraría entonces un nuevo sitio que visitar, después de todo, obraba casi a la par de su gemelo y los dos acostumbraban a vagar solos por el vasto imperio romano.
Fue la dulce melodía de una chica que ahora se encontraba a las afueras de la cabaña lo que lo hicieron despabilarse repentinamente. En esos instantes llegaba hasta él el mismo sirviente que amablemente le había entrevistado. Con paso presuroso se dirigía hacia Defteros.
- Señor Defteros... - El tono de su voz era un tanto titubeante, reflejaba una completa culpa por la espera y las noticias que portaba. - ... lamento la demora, pero al parecer el señor Armand no podrá atenderlo el día de hoy. - Una sonrisa débil se dibujaba en el rostro de Defteros, sin comprender un poco trataba de darle confianza al sirviente de la villa, después de todo él no podía culparlos. Se había aventurado a visitar aquellas propiedades de sus primos en unas horas avanzadas del día.
Incluso para los trabajadores, que ya habían hecho su jornada ardua bajo los intensos rayos de sol, una visita a estas horas podría ser demasiado incomoda. Algún otro noble romano se habría enfadado por tal desplante, incluso habría pedido el azote de dicho sirviente pero Defteros que había llevado una niñez en compañía de ellos y más ante la nobleza de su prima, le restaba importancia a tales acontecimientos.
- Entiendo entonces, bueno será para la próxima ocasión. Le he de mostrar mis mas sinceras gratitudes por la atención mostrada hacia mi corcel. - Expresó con un tono cordial en su voz, misma que le había proferido aquel trabajador. - Iré yo mismo si no le molesta, caminar por tan espectaculares plantíos es un deleite para cualquiera que pueda transitarlos.
Defteros miró los ojos del buen hombre y se puso en marcha. Miró un poco sobre su costado y atestiguaba a la chica de cabellos dorados entrar en la modesta cabaña. Entendía que era una gran amiga de Armand y por eso no tenía intenciones de interrumpir una visita más especial. Encontraba su corcel en los establos amarrado de las riendas, tomándolas con una mano y con gran habilidad subía al lomo del noble animal.
Espoleó sus costados y con un pequeño tirón de las riendas lo ponía en marcha. Ya sería otro día en el que visitaría a sus primos, pero por ahora encontraría entonces un nuevo sitio que visitar, después de todo, obraba casi a la par de su gemelo y los dos acostumbraban a vagar solos por el vasto imperio romano.
Defteros- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
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AD - Puño de Ilusión Diabolica (1500)
AD - Fragor Photons (1650)
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Re: [Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...
Aclaracion: hablo, narro, pienso
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el sol se encontraba iluminando los cielos de aquella villa, los cielos estaban depejados y un aroma floral circulaba completamente por todo el abiente de aquellos jardines, los parajes que rodeaban la villa Mellitus era de gran impacto en cuanto a apariencia y diversidad, caminaba lentamente mientras el viento cálido soplaba, movía mis cabellos y hacia desorganizar mis ropaje, continuaba por un camino de rocas talladas ya por el tiempo, aquellas rocas blancas como las nubes, me encontraba dando aquel recorrido solamente porque el señor Fye se encontraba en Roma, a lo lejos pudo observar un gran árbol, frondoso y lleno de frutos que se veían jugosos. Camine lentamente, sintiendo el viene en mi rostro hasta llegar a mi destino temporal, estando allí, me senté lentamente, recostando la espalda al árbol que me cobijaba bajo su refrescante sombra.
De un costado un papiro surgió y lo extendí, mirándolo fijamente, eran tácticas y técnicas de batalla, el maso, aquel que siempre llevava con migo junto con la espada que me habia causado heridas inclusive a mi, mm esto esta interesante, eran mis únicos pensamientos ya que no pronunciaba palabra alguna y continúe leyendo, aquellas escrituras que cautivaban mi mente y me distraerían mientras Fye regresaba de sus ocupaciones, mientras yo me mantenia espectante ante la llegada del señor y de sus hermanos, el pasto verde se movia con gran delicadeza, aquellos parajes eran hermosos que cautivavan solo con observarlo desde lejos.
luego de unas horas tçhabia terminado de contemplar aquel paraje exotico y de leer aquel manuscrito, lo volvi a enrollar y lo guarde en un costado de mis ropajes, bueno es hora de dar una vuelta, me levante y me marche a caminar por los alrededores de la villa.
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el sol se encontraba iluminando los cielos de aquella villa, los cielos estaban depejados y un aroma floral circulaba completamente por todo el abiente de aquellos jardines, los parajes que rodeaban la villa Mellitus era de gran impacto en cuanto a apariencia y diversidad, caminaba lentamente mientras el viento cálido soplaba, movía mis cabellos y hacia desorganizar mis ropaje, continuaba por un camino de rocas talladas ya por el tiempo, aquellas rocas blancas como las nubes, me encontraba dando aquel recorrido solamente porque el señor Fye se encontraba en Roma, a lo lejos pudo observar un gran árbol, frondoso y lleno de frutos que se veían jugosos. Camine lentamente, sintiendo el viene en mi rostro hasta llegar a mi destino temporal, estando allí, me senté lentamente, recostando la espalda al árbol que me cobijaba bajo su refrescante sombra.
De un costado un papiro surgió y lo extendí, mirándolo fijamente, eran tácticas y técnicas de batalla, el maso, aquel que siempre llevava con migo junto con la espada que me habia causado heridas inclusive a mi, mm esto esta interesante, eran mis únicos pensamientos ya que no pronunciaba palabra alguna y continúe leyendo, aquellas escrituras que cautivaban mi mente y me distraerían mientras Fye regresaba de sus ocupaciones, mientras yo me mantenia espectante ante la llegada del señor y de sus hermanos, el pasto verde se movia con gran delicadeza, aquellos parajes eran hermosos que cautivavan solo con observarlo desde lejos.
luego de unas horas tçhabia terminado de contemplar aquel paraje exotico y de leer aquel manuscrito, lo volvi a enrollar y lo guarde en un costado de mis ropajes, bueno es hora de dar una vuelta, me levante y me marche a caminar por los alrededores de la villa.
Paolo- Guerrero de Abel
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