[Villa Vallis Mellitus] Jardines, Prados, Plantaciones, Viñedos...

por Sophia Vie Jul 30, 2010 4:00 am

Recuerdo del primer mensaje :

Su día había comenzado de una forma bastante agradable. Al despertar su criada le comunicó que Fye estaba en Roma y que no volvería hasta tarde… no le dio las razones de ello, pero de inmediato supo que sin Fye y sus ojos sobre ella podría disfrutar el día al aire libre. Luego de vestirse había salido a dar una vuelta por los viñedos, adoraba las uvas en el verano volviéndose rosadas y la sensación de caminar por el pasto descalza en esa temporada. Su mente divagaba en el recuerdo de jugar junto a Vergilius cuando eran apenas niños sobre aquellos pastizales a las escondidas… suspiró al recordarlo.

Con un simple sombrero de paja atravesaba los prados y veía a lo lejos como los campesinos y agricultores se preparaban para las cosechas. Los saludo atentamente mientras ellos bajaban su cabeza para saludarla. Solía ser educada con ellos, ya que eran los que después de todo más se esforzaban durante el año para que en la villa no faltara nada. Aunque era Fye quien se ocupada de aquellos negocios no podía evitar querer entender algo más de todo el proceso de la plantación. Caminaba bajó el sendero de álamos tatareando algunas canciones, los girasoles moviéndose levemente con el viento. Cortó algunos y los llevaba en sus manos hasta que finalmente llegó a los viñedos. Ahí estaba… la vendimia. Los felices hombres, niños y mujeres cortando las uvas para luego hacer el vino. Los miraba sorprendida desde lo alto de la colina sentándose ahí viendo hacia el valle. Las nubes pasaban lentas sobre su cabeza. ¿Qué estaría haciendo Vergilius en ese momento? Intentaba no pensar en el para no entristecerse… más de vez en cuando no podía evitarlo.

Fue entonces que una niña llegó a ella y tomó su mano llevándola hacia el gran barril en donde estaban a punto de comenzar el pisado de las uvas. Ella se unió a la celebración aplaudiendo junto a los campesinos, que a pesar de estar con su patrona, no le temían como a Fye. Adornaron su cabellera con hojas de parra y algunos pequeños racimos de uva y le pidieron que fuera la primera en pisarlas. Lavó sus pies y se metió al barrer entre los aplausos bailando y pisando las uvas, riendo mientras las sentía explotar bajo sus pies. Gracias a dios que Fye no estaba ahí para verla, de seguro la habría golpeado o arrastrado fuera de ese lugar por denigrarse a compartir aquellos festejos paganos de la chusma. Y Gelum, seguramente pondría cara de fastidiado, pero a diferencia de Fye, Gelum no podía mandarla. Así paso esa tarde entre las personas, observando como caía el jugo de las uvas y barril tras barril se juntaba el jugo de uva dulce que en algún tiempo se convertiría en el vino de la villa. Seguía bailando entre los campesinos que se habían unido a pisar las uvas, feliz… cuando se pronto llegó una de sus criadas corriendo con cara de preocupación ya que no la encontraba.

Oh no… Fye debió volver y se pondrá furioso si me ve así.

Pensó mientras saltaba de un golpe hacia el piso asustada. Su ropa estaba llena de jugo de uva, su cabello con hojas de parra. Su corazón latía con rapidez esperando un gran castigo si la veían así.

- ¡Señorita Sophia! – Gritó moviéndole una mano. – ¡Rápido! ¡Corra! ¡Los dioses han oído sus rezos!

- ¿Dónde está? ¿Ya viene el camino? ¿Esta enojado? – Preguntó mientras se ponía sus sandalias de golpe y recogía sus girasoles observando como la sirvienta se acercaba corriendo aun.

- ¡Ha vuelto! ¡Su primo el señor Virgilius ha vuelto! ¡Llegó un mensajero diciendo que las legiones están a apenas 2 días de Roma!

Sophia dejó caer nuevamente las flores ante el shock de escuchar aquella noticia. No sólo estaba vivo sino que estaba cerca. Una enorme sonrisa inundó su rostro y se agachó a recoger las flores. Iba a gritar que limpiaran la casa, que mataran un novillo, que se hiciera comida para diez días porque su primo la vendría a visitar y debían festejar su vuelta… cuando el rostro de Fye vino a su cabeza, mostrando de nuevo tristeza. Desde el día en que ambos cruzaron sus espadas y Fye resultó el perdedor, todo se había vuelto demasiado complicado. El amor que sentía por Vergilius ahora encontraba como gran obstáculo el amor que sentía por su hermano. A pesar de que éste no lo demostrara de vuelta, ella sabía que todo lo que hacía era para protegerla de un escándalo… pero al mismo tiempo… no podía evitar sentirse así y desear estar cerca de Vergilius todo el tiempo.

- ¿Qué sucede? ¿No esta feliz? ¡Sonría señorita Sophia! – Dijo Claudia tomándole las manos y quitándole las flores recuperando su aliento. - ¡Debemos bañarla! Hay que vestirla, arreglar su cabello, llenarla de agua de rosas y buscar la mas fina seda para…

- Esas cosas no le importan a Vergilius… - Interrumpió triste. – Tal vez ni si quiera me reconozca Claudia, no quiero que me vea diferente a la última vez que me vio… cuando nos despedimos…Además se te olvida que Fye no me dejará ir a Roma a celebrar su retorno o a verlo y tampoco él vendría a este lugar si sabe que mi hermano se encuentra aquí.

- Entonces… - Dijo Claudia con una sonrisa mientras tomaba su brazo. – De gracias a los dioses de que el joven Fye no esta. ¡Vamos a arreglarla mientras preparan los caballos!

- ¡Estas loca! – Gritó sacandose uno de los racimos de uva de su cabellera y tirandoselo con fuerza a lo cual Claudia respondio dando un pequeño grito de sorpresa. - ¡¿Quieres que me repudie o me venda como esclava?!

- Señorita Sophia… han esperado tres años para verse.

- Lo se… por lo mismo… puedo esperar unos días más…

Tomando su vestido por las puntas para no ensuciarlo con el barro, comenzó a caminar sonriente y suspirando… sabía que vería a Vergilius eventualmente, después de todo ni Fye podía evitarlo. Pero no podía salir sola de la Villa sin esperar un gran regaño de parte de su hermano mayor. Tal vez… sólo tal vez… Gelum podría ayudarla a llegar a Roma. Pensó todo el camino de vuelta a la villa en como convencer a su hermano menor de que debían ir a Roma lo antes posible.

- ¿Donde esta Gelum? - Preguntó mientras ideaba todo un plan en su cabeza en cosa de segundos. - Si Fye esta en Roma, podríamos ir tambien con la excusa de ir a buscarlo.

por Atilius Mar Nov 09, 2010 11:52 am

Los ojos de aquel joven se mantenían cerrados, intentaba levantar los ánimos de aquella mujer que se encontraba en sus brazos. El Aire comenzaba a sentirse algo raro, no era el mismo que antes pero aun así aquel peliblanco de cabello largo no le dio mera importancia. Aquella mujer era el único recuerdo que tenia de su pueblo, todo lo había perdido pero finalmente al menos una pequeña parte lo había recuperado, sus parpados nuevamente se abrieron dando la vizualisacion de sus ojos morados.

- Astrid.... No eres una traidora, todo lo que hiciste fue por proteger a tu hermana. Yo hice lo mismo por mis hermanos o al menos lo intente pero llegue demasiado tarde, nuestro rey había dado lo que fuera para mantenerlas a ti y a tu hermana sanas y salvas. Por eso te lo pido como amigo no como tu guardián, que dejes de culparte por todas esas cosas. -

Mantenía con firmeza su voz, lo único que Atilius quería es ver preocupada o entristecida a la princesa. Las plantaciones se abrían gracias al viento, aquella mujer a quien antes solía servir seguía hablando. Aunque Germanía se había mancipado ante Roma. Pero aun así cumplir la ultima orden que le había dado el rey hace mucho tiempo, hasta que la muerte le separase de aquel deber el joven seguiría protegiendo a aquella princesa a la que tanto respetaba.

- Yo cumpliré la ultima orden de tu padre, aunque nuestro país no exista. Seguiré siendo tu caballero hasta que la muerte me aleje hasta un mejor lugar. - Decía con seriedad aquel joven, en verdad ahora que había encontrado a la princesa no pensaba en separarse de ella. Le sorprendió las palabras de la joven, ¿No era la misma de antes? Mientras pegaba su mejilla a mi rostro, un aura platina comenzó a rodearnos. El joven no sabia que estaba pasando pero de a poco la naturaleza comenzó a marchitarse. Al parecer todo esto lo estaba haciendo Astrid

Comenzaba a dudar de esto, pero fue en ese entonces cuando las alas de un Dragón comenzaban a envolver a aquellas dos personas. Atilius no sabia que estaba ocurriendo en ese momento, pero se sorprendió cuando de apoco alguna clase de magia lo había llevado a los jardines del palacio. Los ropajes de ambos cambiaron a los que antes solían usar en las tierras Germánicas. El suelo era totalmente blanco... ¿Nieve a estas épocas del año? No podía creer lo que estaba pasando, sentia los labios de aquella joven mientras esta se alejaba. Confundido Atilius comenzo a hablar.

- ¿Astrid que es todo esto? . -

por Alessa0 Mar Nov 09, 2010 8:03 pm

Sus pasos comenzaron a ser lentos y costosos, su mirada se tornaba borrosa, un jadeo imprescindible se presentaba en aquella garganta. Alessa se detenía por lapsos de tiempo corto, para así, poder respirar y apaciguar la precio incomoda de su cuerpo. No tardo mucho para que tal estrella infernal callera hincada rendirá, por el malestar que nacía de la nada, contrayendo sus hombros y reposando sus manos en su rodillas, esta dejaba que el aire sirviera como un leve bálsamo a su incomodidad y tal aire, trajo el aroma a muerte expedido de un cuerpo inerte, ladeando su rostro presenciaba la silueta de un hombre robusto montado a caballo, el cual, estaba rodeado de un aura oscura e incomoda para la dama, no tardo mucho para que este retomara su trotar y se alejara, dejando en el ambiente una pesada sensación de desconfianza.

De repente un estrepitoso ruido de metal chocando entre si, le ensordeció, su cuerpo fue envuelto en constantes escalofríos, mientras su cosmos se materializaba en derredor de su silueta delgada, siendo azul el color que tomaba, rápidamente la fauna que le acompañaba comenzó a marchitarse dejando un rastro de hielo indescriptible… ¿Pero por que?…ya había despertado en ella un poder… ¿Y ahora seria otro?… Alessa deseaba dormir y poder descansar, mas sin embargo no lo pudo conseguir… pues una nueva forma de vencer al enemigo se presentaba frente a ella, incitándola a convocarle.

Cerrando su ojo esta caía en la oscuridad de su mente, dejando atrás toda la realidad incomoda que le rodeaba. Pasaron segundos para que esta fuese arrastrada con desde a un imagen de su pasado, no podía creer el como había sido vencida por una asquerosa amazona dorada, jurando entre la soledad de su mente, que tomaría represalia a tal situación, tal vez ya no seria el mismo rostro, aroma y nombre; mas sin embargo el extracto reencarnado perduraría en la nueva amazona de sagitario… no perdonaría tal humillación, tal derrota, tal desgaste desgarrado de una técnica magistral, que no fue empleada idóneamente hace una era pasada.

Cerrando su puños con gran fuerza al grado de causar el sangrar de su palmas era así como Alessa regresaba a la supuesta realidad, notando como había congelado todo su alrededor, y elevando su cosmos esta hacia estremecer con gran ira los suelos, mientras sus gemelas espadas eran cubiertas con una iluminación segadora, la brisa se descontrolaba golpeando así todo su alrededor… la estrella inferna había recordado algo mas de su frustrante pasado generando el enloquecer de su poder.

-¡NOOOOO! no lo perdonare… maldita…haaaaaaaaaaaaaaaaaaaa (llevándose sus manos al rostro, mientras la presión que generaba tal poder, le causaba una dolencia aterradora) Os juro que te cazare… solamente tu eres mi razón para que haya despertado en esta era corroída por la mundanas acciones humanas, tan solo para buscar venganza… al diablo las demás guerras… amazona os juro que te matare…

Acallando su palabras esta hacia nacer mas y mas hielo en su alrededor, pues su descontrol era demasiado que le había segado de las situaciones que le envolvían en la verdadera realidad de aquel prado de tan nefasta villa.

Primer post de seis con respecto a Primer Ataque Medio
Elemento: Agua/Hielo

por Astrid Miér Nov 10, 2010 1:04 am

~~ Narración ~~ Dialogo en Latín ~~ Dialogo Germano ~~

Es hermoso no lo crees?–sonreía con la misma serenidad con la que me caracterizaba cuando dábamos esas largas caminatas y le pedía acompañarme a vigilar a mi hermana sin la autorización de mi padre trayéndome más recuerdos, avanzaba hacia uno de los rosales secos en el que la nieve lo cubría por completo logrando capturar un cúmulo de nieve sobre mi mano para ver y sentir yo misma lo real que era al atraparnos en esa ilusión, los copos se derretían al instante por el calor que despedía mi mano convirtiéndola más que simple agua, hasta la misma frialdad que se sentía era tan familiar como al de nuestro reino-podría decirse que es casi real…

Mi mente comenzaba a divagar deseando que al menos mis ilusiones no fueran producto de un sueño o anhelo escondido en lo más profundo de recuerdos solamente, el silencio sobre ese ambiente parecía apoderarse pero no tardaba en concentrarme para confesar algo que Atilius ya sabía plenamente solo que al parecer lo negaba para no incomodarme.

Si no fuera por ti jamás hubiera sido capaz de desarrollar esta habilidad… sabías perfectamente lo que hacía junto a Crystal cuando nos escabullíamos en palacio y aun así no nos delataste.. jamás pude lograr a entender los motivos por los que lo hiciste… callándotelo siempre sin replicarme absolutamente nada.

Mis ojos deslumbraron más allá del tono miel al encontrarme con su mirada tan profunda llena de incertidumbre, aunque en el fondo a pesar de que él tuviera la ligera noción de lo que podía llegar a hacer tenía que explicarle directamente lo que había sucedido o mejor dicho… lo que yo misma había provocado.- Creo que estaría de por más que explicara lo que esto puede significar, aun así por respeto a la relación que mantenemos.. no solo como princesa a caballero sino como amigos… te lo diré de forma que puedas entender, hace bastante tiempo.. cuando me asignaron a Crystal como una de mis damas de compañía habíamos descubierto que al permanecer juntas poseíamos habilidades un tanto peculiares–mi rostro ahora se elevaba contra el cielo notando el espesor grisáceo de las nubes sin dejar pasar ningún rayo solar o al menos eso era lo que aparentaba continuando de esta forma con la historia- movidas por la curiosidad decidí investigar que podría significar pero no encontraba nada pero un día acompañada por mi amiga descubrimos un pasaje hacia la biblioteca que se nos negaba el paso penando esta con la misma muerte… ambas sabíamos que si deseábamos descubrir lo que nos pasaba teníamos que entrar a pesar de que nuestras vidas corrieran peligro y al parecer.. era ahí mismo donde se hallaban todas las respuestas.

El momento de confesarle quién era realmente había llegado pero aunque Atilius fuera alguien en el que podía guardar mi absoluta confianza no delataría a Crystal al mencionar la habilidad que la condenaba pues ya era un peso demasiado importante el que también tenía que cargar al haber profanado ese libro- Recuerdas las constantes pesadillas que tenía?... todo eso que me hacía a veces gritar con enorme terror por las noches?.. aquellas sombras que solo podía ver tras solo en espejos que parecían acosarme y vigilar mis meros movimientos?. Pensaba que estaba loca y varias veces fuiste a rescatarme salvándome para mantener mi propia cordura pidiéndome que enfocara mi propio pensamiento en convertirme en alguien fuerte y de orgullo para nuestra nación… pues déjame confesarte que al final ganó esa presencia en mi interior al predominar con tal poder.- mis ojos se volvieron más serios para mirarlo ahora en uno de reto- Atilius.. acaso no es obvio lo que puedo hacer?, soy capaz de manipular la mente de las personas al crear esto.. simples ilusiones. En tiempos inmemoriales la magia siempre ha predominado sobre algunas familias otorgándoles la sabiduría necesaria pero el hombre siempre aprovechaba esta herramienta para llegar al poder sin importar las consecuencias prohibiendo este “arte” para pasarlo a llamar “magia negra o hechicería”–una sonrisa se escapaba de mis labios notando el sarcasmo de mi frase pero no lo negaba, era la verdad y era algo que nadie podía esconder a pesar de que trataran de olvidarlo.

Quería continuar pero algo parecía perturbarme pues las energías que habían crecido dentro de la mansión de esa villa parecían más inestables que nunca y no auguraba nada bueno, tenía que darme prisa al final había encontrado a mi caballero después de todo, resquebrajaba esa imagen de nosotros rodeándonos como habíamos tenido ese encuentro, la ropa, la nieve, la frialdad, los jardines.. todo lo que nos rodeaba se difuminaba para volver a dejarlo en aquellas ropas de un legionario y a mí en ese vestido blando manchado de escarlata, mis pasos se dirigieron acariciando su “nuevo uniforme” deslizando mi mano por todo su torso.

Se nota que esta ropa no te queda.. –miraba con paciencia para por fin encontrarme con su mano y tocarlo-ahora no hay oportunidad de contarte la otra parte de la historia pero si en verdad deseas permanecer a mi lado hay algo que debo hacer en esta casa y te pediré que no intervengas…

Casi como una orden me dispuse a jalarlo levemente de la mano incitándolo a que me siguiera, no veía de vista a Alessa pero ella podía arreglárselas perfectamente sola pero las múltiples presencias que empezaban a rodearnos resultaban amenazantes si lograban hallar el alma dormida de esa mujer a la que encontraría mis respuestas.

por Atilius Miér Nov 10, 2010 12:34 pm

Bastante hermoso diría yo - Mis ojos estaban totalmente enfocados en Astrid y aquel bello paisaje que me traía remotos recuerdos de mi nación natal, mi tez comenzó a volverse algo pálida. Sabia que todo esto era una ilusión pero aun así todo se sentía y se veia tan real. Aquellas tierras que realmente resaltaban por su bello color cristalizado nuevamente volvian a relucir ante mis ojos. Sentía aquel rocio vespertino entre mis ropajes, como traspasaba aquella tela y llegaba a tocar mi piel. Había olvidado totalmente lo que Astrid era capaz de hacer, había olvidado lo que era mi nación. La mirada dudosa que demostraban mi rostro cambio a un tono mas serio, era verdad lo que decía la princesa Astrid. Ya no era la misma que antes. - Todo esto me trae viejos recuerdos -

Solo quede allí parado. No tenia razones por la cual tener que moverme. Deseaba que tan solo estas ilusiones y engaños no fueran de mentira, deseaba que fueran reales. Para así poder volver a pisar el lugar en donde nací y me crié, comencé a sentir a aquella mujer cada vez mas rara. Como ella decía no era la misma a la que yo había conocido hace mucho tiempo. Nuevamente mi vista se enfoco en Astrid al oír sus palabras de que sin mi no habría podido desarrollar esa habilidad, sonriendo un poco mis labios nuevamente volvieron a moverse dejando salir algunas palabras.

- Astrid yo jamas tuve intenciones de delatarte ni a ti ni a Crystal, no tenia razones por lo cual hacerlo. Incluso comenzaba a sentir que era mas fiel a ti que a tu padre. Pero ahora veo el resultado de mis acciones.... gracias a mi silencio has logrado perfeccionar esto y aunque esperaba mucho de ti jamas llegue a pensar que desarrollarías tal poder. Es hermoso y a la vez asombroso..... -

No tenia mucho de que hablar con aquella joven que se encontraba junto a mi, mi sonrisa nuevamente bajo mientras escuchaba nuevamente la narración de sus anécdotas. Pero aun así, ni siquiera yo me sentía el mismo. Todas las noches soñaba con aquella gran bestia alada y aquellos hilos magnéticos finísimos casi imposibles de ver que me rodeaban y destruían mis huesos. Al terminar de oír sus palabras decidí a responder nuevamente en nuestro lenguaje natal. - Entiendo perfectamente Astrid, al parecer tu y Crystal tenían algún tipo de conexión espiritual. Aveces fui testigo de esas habilidades después de todo se me estaba asignado cuidarte en cualquier parte. Pero ahora.... has logrado usar eso estando tu sola. - Miraba hacia un costado para así dejar de ver el rostro de aquella mujer, pero aun así seguía escuchando las palabras que salían de entre sus labios. Esta vez mientras bajaba mi rostro le volví a contestar - Conque tu y Crystal encontraron un pasaje hacia una biblioteca. Si las dudas a los poderes que poseían se encontraba allí no puedo imaginarme que otras informaciones contiene en lo mas recóndito de su interior, pero Crystal.... No pude llegar a tiempo cuando llegue a su habitación casi todo estaba destruido. Los Romanos ya habían desaparecido sin dejar rastro. No se si esta muerta pero si lo esta sera un milagro.

Recordaba la habitación de Crystal, todavía recordaba la destrucción que habían dejado allí los Romanos. Alzando la vista al cielo cerraba los ojos dejando que el viento helado acariciara aunque sea por ultima vez mi rostro, hasta que finalmente Astrid termino de hablar agachando nuevamente mi cara volví a verla y a hablarle. - Esas pesadillas.... Por supuesto que las recuerdos, todavía escucho los sonidos que salían de tu habitación mientras recorría los pasillos. Siempre que entraba forzando la puerta te encontraba allí, recordaba la expresión de tu cara. Y tus palabras sobre los espejos, aun recuerdo como solías decir que seguían tus movimientos y que sombras te perseguían a donde fueras. - Note la mirada fría de Astrid mientras que cerrando fuertemente los dientes oía sus palabras. - Controlas las mentes de las personas..... Solo con meras ilusiones.... Es verdaderamente sorprendente -

Finalmente alce el rostro nuevamente viendo como todo lo que se encontraba a nuestro alrededor desaparecía junto con la antigua ropa que solía portar para así nuevamente portar aquella armadura de Legionario a la que tanto odiaba. Al ver la mano de Astrid la cual se deslizaba por la parte torsal de mi uniforme hasta llegar a mi mano la volví a mirar a los ojos.

Se que no me queda esta basura, pero aun así si quiero volver a servirte no intervendré en lo que tengas que hacer dentro de aquella casa. - Decía mientras que sentía la mano de Astrid jalarme como si quisiera impulsarme a seguirla. Pero así fue.

por Alessa0 Miér Nov 10, 2010 8:37 pm

Narración// Dialogo de Alessa// Dialogo de los Guardianes

La brisa ya era pesada y nefasta en aquel lugar, el cosmos de la estrella infernal de la pereza, se tornaba en hielo puro y solido, convirtiendo el aire en pequeños copos de nieve, que escarchaban con sus blanquecinos colores el derredor de Alessa. Esta se levantaba de su postura curva, fijando su mirada en el área este de aquel prado, notando como Astrid regresaba con el caballero extraño, a dicha realidad llena de holocausto, no tardaron mucho para que aquellos cuerpos, en la lejanía de la presencia de Alessa, comenzaran a caminar para así adentrarse a la villa, y surcando una sonrisa esta comenzó a seguirles con cautela y distancia, mientras congelaba todo lo que tocaba, pero sus pasos ligeros, fue obstaculizado al ser circundada por fieros guardias de aquel terreno adornado, los cuales, le amenazaban con lanzas y espadas gritándole el retroceder o no durarían en matarla, a lo que remarcando su irónica sonrisa esta se expreso:

-Simplemente hombres mortales, son los que me mandan para distraerme, y mas para practicar tan exquisito poder, mierda que suerte tan espantosa tengo, pero al diablo, algo es algo

-Aléjate mujer y dinos ¿quien eres? o ¿que es lo que eres?… ¿y a que has venido a esta gloriosa villa?…

-¿Quién soy? (lanzando una carcajada estridente)… ¿Y que es lo que quiero en esta porquería de casucha?… (Elevando su cosmos, haciendo una pequeña cúpula que encerraba a aquellos hombres y Alessa, para así, los criados que yacían a lo lejos observando, no presenciaran su futuro destino)… ¿Y tu que mierda eres para cuestionar mi nombre y propósito?…

-¿Cómo te atreves maldita perra?… Híncatenos y pide perdón…

-Alessa nunca pide perdón y menos a basuras terrenales como ustedes… Haaaaaaaaaaaa…

Y llevándose sus manos por encima de su delineada boca, haciendo un pequeño embudo con la unión de sus manos y palmas, para tan solo lanzar su aliento, el cual, rápidamente se convertía en una ventisca salvaje, que al momento de tocar los cuerpos de aquellos seres minúsculos que le amenazaban, quedaban como meras estatuas de crista puro, y tronando su nudillos esta hacia choca sus palmas con fuerza, para así, generar una onda de viento que se materializaba rápidamente en ciento de saetas de hielo, que destrozaban minuciosamente aquellos guardias congelados, dejando estática y congelada cada gota de sangre provenientes de las victimas de Alessa.

-¿Solo eso?… diablos creo que me pase de la cuenta… ajajaja…

Y dejando aquel panorama estático, por las gélidas sensaciones que expedía Alessa, con su cosmos iracundo, lentamente se dirigió hacia el mismo destino que su hermana Astrid y aquel extraño hombre cercano a la jovenzuela orgullosa, mientras tarareaba burlonamente canciones de su infancia extirpada.

Pero aquella brisa no marcaba buen presagió, estaba demasiada abrumada y algo pesada, remarcando la llegada de distintas presencia amenazadoras para Alessa, Aquella detuvo su andancia y trago saliva, no podía arriesgarse pues estaba demasiado débil, pero y su hermana, que pasaría con Astrid… tampoco le podía dejar sola… aun así dio meda vuelta y con refute lentamente se retiro, le interesaba aun mas hacer nacer aquel cosmos para poder proteger a su hermana.

Post segundo de seis, con respeto al tema del Primer Ataque Medio
Elemento: Hielo / Agua.

por Gelum Jue Nov 18, 2010 9:43 pm

Mientras iba de camino hacia los jardines de la villa, fui acomodándome poco a poco la capa que llevaría sobre mis espaldas, esta era de un color purpura igual que mi toga, así que ligeramente el viento de la mañana comenzó a moverla de un lado para otro, asimilando así el giro que este le iba dando a cada golpe, baje las escalinatas que daban al lugar, y poco a poco fui observando todo el panorama, estaban ya las carretas acomodadas, solo esperaban que yo estuviera listo para zarpar, cajas y mas cajas de vino, aceites, ropas, y demás cosas estaban listas para llevarlas hacia el puerto.

Respire un poco, para llevar un poco la esencia de la casa que me había visto crecer, durante estos años había crecido con el apoyo de mi hermana Sophia y ahora tal vez este sería el más largo adiós, no sabía para cuando regresaría, solo eran momentos un poco de tristeza, porque era difícil poder dejar todo, pero la decisión ya estaba tomada, no podía hacerme para atrás.

Vesto, el esclavo de la familia se acerco con mi caballo color café que comenzó a respingar un poco mientras se acercaba, tome ligeramente su correa, y le toque la parte inferior de la frente, este comenzó a calmarse, me acerque hacia la montura, y ayudado por Vesto, me subí despacio hacia el lomo del caballo, este comenzó a trotar despacio hacia todo el lugar donde estaban los demás.

Gracias compañeros por seguirme en esta travesía, vamos ahora hacia el puerto, que ya debe de estar ahí el barco que nos llevaran hacia Egipto.

Dije mientras comencé a galopar hacia el puerto, las carretas tirados por los bueyes llegarían un poco más tarde, pero aun así, quería dejar lo más rápido posible aquella villa, no quería arrepentirme y regresar a ella, y no cumplir con mi deber.

por Raider Lun Nov 29, 2010 11:52 pm

Los prados eran hermosos en ese lugar. Realmente eran hermosos con sus delicados toques de verdes y dorados por el sol del verano. Sarahissa nunca había visto algo asi. En dónde habia crecido todo era un crecimiento pantanoso y humdo, en grandes cantidades de arboles gigantes que hacían de los bosques barreras naturales impenetrables e indominables. Nunca pensó en su vida sentir una noche calida, pero lo hacía. Aun así... sentía como las lagrimas en su rostro se estaban secando con el fresco de la noche. Había sido una idiota por llorar y mostrarse como semejante tonta ante Octavius, culparlo por algo de lo cual él no había tenido participacion.
- ¿Por qué no intentaste al menos liberarme...? - Susurró mirando hacia los pollitos que parecían dormir. La casa de Steven se veía mas allá, pero no le importaba... sólo quería caminar y aprovechar que el joven no se encontraba en la casa.

Las estrellas se empezaban a asomar en el cielo... al menos algo no había cambiado en todo ese tiempo. Cada vez que mirara hacia arriba vería a las estrellas cobijarla de forma celestial. Pero en ese momento, lejos de necesitar cobijo, se sentía... al menos alterada. Había algo en su pecho que se anidaba cada vez que veía a Octavius y no estaba segura que se tratara de amor. Era algo más... algo mucho más que eso. Era un deseo de estar con el para siempre, no como marido y mujer... pero como alguien que podría protegerlo de aquel mundo del cual quería huir.

No entendía... realmente no entendía... cuando de pronto escuchó una voz en su oido que le susurró como si de viento se tratara.

Muy pronto.

Volteó asustada pues no entendía que acababa de escuchar con tanta proximidad. De inmediato hecho a correr hacia la casa de Steven. No le gustaba nada ese frío que había recorrido su piel con ese susurro. La llenaba de miedo.

por Defteros Miér Mar 30, 2011 4:21 am

El lugar era tal y como lo recordaba. Por un momento las imagenes del pasado abarrotaron su mente cansada dejándole un pequeño respiro por todo lo ocurrido. Sus ojos quedaban prendidos de las praderas en las cuales, él y su prima solían en ocasiones muy limitadas jugar por esos lugares. Pequeños juegos de niños que les habían hecho llevar una niñez bastante divertida. Ciertamente los dos solían mantener almas aventureras y a pesar de las constantes restricciones que su prima recibía podía escabullirse y encontrar a Defteros colgando de los árboles. Aquellos recuerdos curvaron los labios de él en una sonrisa, la idea revivida de los tiempos infantiles con Sophía le hicieron olvidar todo lo demás.

Ambos compartían la misma edad y era Defteros el que solía mantener un acercamiento más estrecho con ella que con su hermano aunque Sophía solía pasar el tiempo con los dos era Defteros quien siempre estaba perdido por estas extensas propiedades. Ahora, que el tiempo había hecho su recorrido las cosas eran completamente distintas. Él, constantemente ocupado por las actividades comerciales de su villa y ella, instruida estrictamente por su hermano mayor Fye para convertirse en una dama de sociedad, se habían alejado bastante. Lejos estaban de aquellos años de sus infancias donde estaban más unidos pero el hecho de alejarse no demeritaba el gran cariño que ambos se tenían.

Porque si había alguien que podía entender la manera de ser de Aspros y de Defteros era Sophía, la que los trataba sin ninguna distinción. El hermano mayor de la villa si mantenía cierta reserva para los dos pero eso no impedía que pudieran visitarla. Y por ahora, el menor de los gemelos transitaba por los viñedos. Algunos de los trabajadores le reconocieron de inmediato. En sus rostros podía leerse las condolencias que le dedicaban. Parecía indicar que el suceso desencadenado en la villa de Cambre había sido conocido y fue uno de tantos trabajadores que le salió al paso.

Defteros bajaba de su caballo mientras se ponía al tanto de los hechos escapados a su conocimiento que le provocaron una ausencia afortunada y que le había salvado quizá su vida. Por ahora nada estaba claro, Armand, el capataz de la villa y que tenía gran acercamiento con el menor de los gemelos no le fue útil para proporcionarle datos de lo ocurrido. Todo esto no desanimo ni un momento a Defteros, al menos pudo tener conocimiento que su prima no estaba en la villa. Por lo menos le había dicho su paradero, y los extraños sucesos que le hubiesen ocurrido.

Todo lo que le relató le inquietó nuevamente, pero cuando Armand mencionó el nombre de Vergilius una pequeña capa de tranquilidad se posó sobre sus hombros. Por ahora no tenía mucho que hacer, ni tampoco un lugar al cual acudir así que la opción de ir a donde Sophía se encontraba le parecía la idea más adecuada. Aquel trayecto le distraería y por fin podría ver a su prima. Él estaba lejos de imaginar todo lo que estaría por descubrir, pero el destino le llevaría a cumplir una de las funciones por las cuales su vida estaba ligada estrechamente con su prima.

por Raider Dom Oct 30, 2011 2:13 pm

Miraba con curiosidad todo lo que había a su alrededor. Ese era el hogar de Athena, por lo cual debía haber algo ahí que la hubiese hecho permanecer tanto tiempo en esa tierra. No sólo su terrenal belleza, sino algo que la atase a permanecer en Roma en vez de dirigirse al Santuario en donde muchos de sus guerreros ya portaban armaduras doradas esperando por ella.

<< Su nombre es Sophia, rima con Melancolía...>>

Se recordó una vez más. Debía hacerlo. Nunca debía olvidar cual era su nombre si se quería acercar lo suficientemente a ella para que lo que estaba buscando resultara de alguna manera. Su señor quería a su guerrero de alas doradas, Latrivan se lo daría de una forma u otra, aunque se tardara toda su vida en la tierra.

<< Mi nombre es Sarahissa, rima con sonrisa...>>

Nada era más lejos de la verdad, pero se obligó a sonreir para no olvidarlo. Mientras caminaba la Villa principal del Valle Dulce se acercaba. Era un lugar común, para gente común, no para la diosa de la Sabiduría.

<< Hay 2 cosmos significantes dentro... uno es del caballero dorado, el otro... es un cosmo similar pero mucho más frío... >>

Tal vez había sido afortunada y se podría encontrar con dos caballeros dorados en vez de uno. Su señor estaría complacido si le llevaba dos cuerpos cuando sólo le había pedido uno.

por Edward Dom Oct 30, 2011 9:53 pm

Se acercaba, cada vez estaba mas cerca, esa sensacion de que alguien con gran poder se acercaba. No llevaba mi armadura, ella estaba en la casa, me coloque en el camino parado, si esa persona seguia su camino se terminaria encontrando conmigo. Puede que tambien me sintiera a mi, pero no me importaba, queria saber que hacia una persona con tanto poder acercandose a Athena, lo primero era comprobar si era aliado o enemigo.

Y ya se veia a lo lejos, una melena roja, larga, una mujer con un cuerpo sensual, era hermosa por asi decirlo, pero las apariencias podian engañar, y hasta la mas hermosa de las rosas tenia sus espinas. Me cruce de brazos esperando que ella me viera ya, el viento mecia mis cabellos, movia mi cinta roja en el aire.

Saludos mujer, que te trae por estas tierras?

No queria precipitarme, tenia que saber que queria ella, pero estaba preparado, al mirar a su cara, podia sentir algo extraño, como si esa mujer, tuviera un gran vacio, le faltaba expresion en sus ojos, no mostraba ningun sentimiento, permanecia impasible mientras caminaba.

La mujer caminaba lento, como un fantasma en la mañana recien amanecida. Sus ojos eran brillantes, y su prensecia era grande, esa mujer despertaba un gran interes pues no era corriente para nada.

por Raider Lun Oct 31, 2011 1:19 am

Su presencia había sido sentido incluso sin ella haberlo querido. Era normal, su cosmoenergía destacaba un poco más que la de un humano comun y corriente, pero aún asi, se aseguro fuertemente que no hubiese ni una pizca de cosmoenergía emanando de ella. Para los ojos del mundo, esa mujer vestida con tunicas empobrecidas era simplemente una habitante de la villa.

- ¿Que hago aquí, señor? - Preguntó inclinando la cabeza hacia abajo, en señal de respeto. Por el tono de voz del sujeto era facil detectar que se trataba de alguien de la aristocracia romana. Los plebeyos no hablaban de esa forma tan formal, ni tampoco lucían de esa forma. Su piel era demasiado clara para haber sido un simple trabajador. - Yo vivo aquí. Soy una de las esclavas de la familia Juliai, señores del Valle Dulce. Mi domino, Steven, me compró para trabajar la tierra en estos valles, pero se ha marchado... por lo cual, ahora soy de propiedad de Fye Juliai. Vengo a presentarme y a pedir direcciones para comenzar a trabajar.

<< Conoce a tu enemigo. Conoce a tu enemigo tanto que él piense que eres su amigo. Luego ataca, cuando hayas visto sus movimientos cientos de veces, tantas... que las sepas de memoria. Eso decía Octavius... así me educó a mi y a Kainan. >>

Levantó su rostro, con humildad. No estaba mintiendo en ninguna de las palabras que decía. Era verdad que era una esclava, que su dueño Steven la había comprado para trabajar la tierra y mantener orden en su hogar, que Steven se había marchado por lo cual ahora le pertenecía a los señores de esas tierras. Por lo cual, nada sonaba como una mentira, pues no lo era.

- Los campesinos dijeron que me podrían dar comida y un techo... deseo servirle a la familia Juliai. Hace días que no como... ¿Es usted Fye Juliai? - Preguntó. Si lo era, entonces aun mejor. Si no lo era, podría esperar que le dijera su identidad. Cada palabra, cada instante, cada movimiento... era analizado y memorizado de inmediato por Latrivan.

por Edward Lun Oct 31, 2011 8:29 pm

La forma de hablar de esa mujer era cordial y educada, incluso algo sumisa contra los hombres o los que ella veia como superiores, segun lo que me estaba contando, ella era propiedad de esta villa, una esclava mas. Al verla, recorde por lo que yo habia estado luchando todo este tiempo, por terminar de una vez con la esclavitud, odiaba esa palabra, no soportaba ver como un humano era sometido por otro, por suerte habia señores que trataban bien a sus siervos, pero otros por desgracia tenian la mala suerte de vivir sus vidas paores que la de los aninales.

Ella ahora buscara a el hermano mayor de Sophia, el señor Fye. Pero no estaba en casa, y tampoco podia dejar que ella entrara ahora mismo dentro de la casa, no era un situacion para que lo hiciera. Ademas.. aun sentia algo extraño en ella, solo parecia una mujer mas, pero... algo me rondaba la cabeza.

Lo siento.. pero los señores no estan en la casa, por motivos personales han tenido que abandonar sus hogares, ya no queda casi nadie aqui.

No era del todo cierto la situacion, pero si era verdad, que los sirvientes de esta villa se habian ido, al igual que Fye, dentro estaban Gelum y Sophia, pero ellos no estaban para quedarse, es mas.. quedo claro que harian lo posible por pasar desapercibidos.

Tienes hambre? Si quieres puedo darte algo de mi comida. No es bueno que vayas asi por los caminos.

Sus ropajes estaban rotos, y su voz se escuchaba debil. Si habia una posibilidad, de lo que ella decia fuera verdad, tendria que ayudarle, no podia dejar a una mujer en ese estado.

Dime, no tienes otro lugar donde ir?

por Raider Lun Oct 31, 2011 10:13 pm

El sujeto se mostraba más amable con ella de lo que cualquier otra persona se había mostrado durante su vida. Se sintió extrañada, sabía que el ejercito de Athena mostraban cualidades como la bondad y el compañerismo, pero no sabía con exactitud que aquel osado que se había atrevido a interferir entre Ares y su presa tuviera el corazón tan blando.

<< Perfecto. Un hombre con un corazón blando... es un hombre con una debilidad. >>

- No he comido hace días. - No mentía. Ahora que era uno de los Bersekers de Ares no sentía necesidad de seguir comiendo. No tenía hambre tampoco, pero no podía decirle aquello al hombre. - No necesita darme su comida, señor. Cuando se trabaja para los amos bondadosos del a Villa, siempre hay comida en la mesa. Es por ello que venía a poner mis servicios para ellos...

Sentía que la quemadura en su espalda le ardía. La marca en que decía que le pertenecía a la doceava legión romana le había traspasado la piel el día en que Sarahissa había sido capturada por los legionarios en Germania. Volver a ponerse en esa posicion la hacía recordarlo.

- Este es el lugar donde debo estar. - Respondió a la pergunta del hombre. - No hay posibilidades para mi de volver a donde pertenesco, al menos por ahora.

<< Mientras vivas, no puedo volver al Olimpo. >>

Sarahissa lo miraba fijamente, lo analizaba, cada movimiento de sus manos, de su cuerpo, la forma en que ondeaba su cabellera castaña al viento. Todos eran datos utiles para ella.

- Espero no me piense insolente, mi señor, pero sólo se seguir ordenes. Se me compró para laborar en estos lugares, si los amos no me dan una misión, tendría que ir a un burdel en Roma y vender mi cuerpo para alimentarme. Este es el único lugar en donde puedo estar con algo de dignidad. Si no es el señor Fye, entonces, ¿Quien es usted? Si no le molesta mi insolencia, ¿Qué hace aquí?

por Edward Mar Nov 01, 2011 9:51 pm

Lastima, eso era lo que sentia cuando veia a esa muchacha debil por no comer, por buscar de nuevo una casa que la acogiera aunque fuera como una esclava, al parecer esa habia sido su vida desde siempre y no sabia hacer otra cosa que seguir las ordenes de un amo o de un señor. De verdad que sentia mucha lastima por personas asi que nunca habian sentido lo que era la vida de verdad, lo que era vivir una vida propia, libre.

Puede que esa mujer me estuviera engañando, que no fuera tal y como ella me decia las cosas, pero si habia alguna posibilidad de que alguien estuviera sufriendo tenia que atenderlo. Pero no podia dejar que ella entrara y viera a los amos de la casa, ellos tenian que marcharse sin dejar rastro, pero entonces.. que haria con esa mujer..

Solo sabes seguir ordenes? Entonces escucha esta orden, empieza a vivir tu vida, se libre, se que sera dificil despues de haber sido una esclava, pero tu al igual que todos, eres un ser humano y tienes derecho a una vida libre.

Lo que decia Edward era facil decirlo, pero no tanto para alguien como ella que no tenia nada, y que si no se quedaba en casa de Fye terminaria como una mujer de la vida, en un burdel, vendiendo su cuerpo. Pero entonces, Edward se llevo la mano a su cintura y desato una de las bolsitas de cuero que tenia.

Toma esto, aqui tienes bastantes monedas de oro para empezar una nueva vida, no es mucho, pero si te lo propones puedes llegar a tener una vida libre. Coje estas monedas y piensa que son tu pase hacia un futuro mejor. Si me dices que serias capaz de trabajar en un burdel, entonces prefiero que aceptes esta oportunidad que te estoy dando.

Edward al haber sido un general poseia algunas riquezas, y darle esas monedas no suponia mucho para el. Con ellas tampoco es que pudiera sobrevivir mucho, pero ya era asunto de ella como invertirlas. Pero aun habia un asunto pendiente, quien era el, y por que estaba alli.

Yo soy un antiguo amigo de la familia, que como tu vine aqui y me encontre con esta noticia, que los señores se habian ido.

por Raider Mar Nov 01, 2011 10:41 pm

- Yo no sigo ordenes de usted. - Le respondio Sarahissa con frialdad.

Por muy noble romano que fuese, Sarahissa no le pertenecía ni a el ni a nadie, por lo mismo no podía pretender que las siguiera. Por otro lado, debía ser un sujeto de mente muy corta si pensaba que a un esclavo simplemente se le podía decir "se libre" y eran libres. Todo romano sabia que habia ciertas solemnidades que se debían cumplir para decirle a un esclavo que podía ser un liberto, no era algo de llegar y hablar, habian tradiciones que se debían seguir.

- Soy un humano, sí... - Se dio vuelta y se levanto la camiseta de hilo que llevaba para mostrarle en su cadera la marca de la doceava legion en su piel. - Pero para Roma y el resto del mundo soy una cosa apropiable, ¿Cuanto cree que demorarían en tomarme de vuelta como esclava si me vieran dando vueltas por la calle? Esta marca es el signo de mi esclavitud.

Se bajó la camiseta y vio el oro de aquel hombre romano con la mayor de la indiferencia. Por muy berseker que ahora fuese, ella era una Germana de corazón, a un germano no se le podía comprar con oro, sólo se le podía someter en la batalla.

- No quiero su oro. No me serviría para vivir mas de unos pocos dias de cualquier forma. Permiso, veré si hay algo en la cocina que pueda hacer.

Sin decir más, pasó por su costado y se dirigió a la villa. Ese sujeto estaba siguiendo a la jovencita Athena, cuya presencia se podía sentir minusculamente, pues había 2 humanos dentro de una habitacion y un par mas dispersos por la casa. Si ese sujeto sentía que Athena estaba en peligro, tal vez, la atacaría y podría ver que tipo de guerrero era.

Si eso no resultaba, podía seguir a Athena hasta el fin del mundo. Era el premio de Ares, pero siempre tras Athena había un par de caballeros dorados con los cuales podía aprender.

por Edward Dom Nov 06, 2011 9:19 pm

Las cosas nunca salian como yo queria, la mentalidad de las personas estaba muy dañada, no era facil cambiar toda una sociedad, no era facil cambiar un reino, y mucho menos era facil cambiar el mundo. Pero no por ello lo iba a dejar de intentar. Ella, la mujer de cabellos rojos no queria mi oro, asi que no dije nada y lo volvi a colocar en mi cintura.

Ella debio haber pasado por mucho, era normal que tuviera esa reaccion fria hacia a mi, y no confie en alguien que le quiere dar la mano, pero yo pienso, que toda persona necesita, a aquella que la acepte, la comprenda y la proteja, y no todos llegaban a tenerlo, por desgracia esa chica parecia que no.

Es una lastima, pero comprendo tu decision, pero si de verdad algun dia quieres dejar de ser un esclavo, le plantaras cara a la vida.

No tenia nada mas que decirle, solo tenia que asegurarme de proteger a Athena, ella queria entrar, asi que la seguiria de cerca por si habia algun problema, luego de eso volveria donde estaba Sophia para comprobar que no ocurria de nada, de momento parece que no, por que los dos cosmos que se encontraban en la casa seguian igual de tranquilos

por Aspros Miér Nov 09, 2011 9:37 pm

Al menos dos semanas se habían sucedido desde el fiasco en Egipto y por los instantes, el gemelo mayor de Cambre, aquel quien era conocido como Aspros se había mantenido en los alrededores de la capital Romana tan solo a la espera de más noticias y avances sobre el ascenso de Solomon al trono del César. Poco a poco había notado como diversas presencias, la mayoría pertenecientes a los Berserkers de Ares se acumulaban, iban y venían y de vez en cuando alguno que otro rastro de Marinos y como no, de Poseidón, su dios guardián. Y en un ambiente tan hostil lo mejor era mantenerse al margen…justamente eso hizo el peliazul durante aquel lapso, tan solo marchando de un lado al otro de la ciudad con su capucha puesta y escuchando los más diversos rumores que corrían como el fuego en el combustible.

Igual, mira a donde nos ha traído esto. Murmuró el ex-senador dejando que la brisa del mediodía removiera la gruesa capa de viaje que ocultaba su atuendo pero no así sus cabellos azulados, que en ese momento danzaban junto con algunos pétalos sueltos de las flores que lo rodeaban de un lado al otro…aunque si no mal recordaba, nunca había visto la Villa Vallis Mellitus tan descuidada. Dejándose llevar por un impulso que no tenía nada de lógico y que además le había surgido por la interrogante de saber que demonios había pasado con Defteros, apenas era la primera vez que visitaba la hacienda en lo que bien se sumaba a ya casi un año fuera de Roma. Parece que no fui el único que se ausentó un tiempo. Se dijo a sí mismo con las manos metidas en la túnica, recostando su espalda en una columna cercana, resoplando por lo bajo.

Con la mente tan ocupada en los asuntos de ser un Santo y en los entrenamientos que hasta ahora no habían probado sino ser más que un pasatiempo, apenas si se había detenido a pensar en la familia. Y el primero que eventualmente se le presentó al considerar eso fue el mismísimo Defteros.

...y ni siquiera una respuesta útil me dieron aquí. De verdad, estoy rodeado de idiotas. Susurró levantando la vista al cielo tan solo dejando que las palabras flotaran en el mar de su mente, comparándose a sí mismo con su yo de hacía un tiempo y notando que de verdad, eran dos hombres totalmente diferentes. Ahora...¿dónde diablos estarás, Defteros?

por Aspros Sáb Nov 19, 2011 1:35 pm

Está muerto. Contestó de pronto la voz del antiguo Santo de Géminis que se encontraba anclado en la Armadura Dorada de la tercera constelación del Zodiaco, respondiendo a la pregunta que se había hecho el peliazul con anterioridad. Aún cuando era la frase más cercana a la tan llamada realidad, el ex-senador tan solo suspiró para posar su mentón sobre la mano derecha, cerrar los ojos y meditar con su “otro” lado.

Lo dudo…por más que sea Defteros es una extensión mía. No moriría tan fácilmente. Le replicó el Caballero sintiendo en su cara el soplido de la brisa vespertina.

Es la respuesta más lógica y lo sabes. Después de todo, ambos somos la misma persona y ambos sabemos lo que todo eso implica. Si no lo quieres aceptar ahora mismo, bien por ti niño. Como sea…¿no deberíamos empezar a movernos? Preguntó de pronto el ex-Santo con aspereza, dejando que el otro se hundiera aún más en su meditación improvisada.

...¿por?

El Santuario está solo. Podrías fácilmente apode---

Ya habíamos pasado de eso, ¿tengo qué recordártelo?

Ha…pequeño yo, ¿todavía con lo mismo?

Eso debería decirte yo a ti. Simplemente, no tiene caso. ¿Qué ganaríamos? ¿Comandar a un niño con un conejo, a una vaca estúpida, a otra vaca qué es ciega y a un laaargo etcétera de ineptos? Para nada. No tiene caso…más si ni siquiera hay peligro a la vista.

Ni siquiera hay Athena, de hecho. Espetó Géminis con sequedad pisando la columna en la que se apoyaba con la pierna derecha, levantando una pequeña nubecilla de polvo que se dispersaba sin dificultad.

Pierde la gracias, ¿verdad? Lástima, entonces nos quedaremos a la deriva.

Por ahora…

Claro…por “ahora”. Finalizó la sombra en tono críptico, algo que realmente no le interesaba al romano. De hecho, nada le interesaba en realidad.

por Aspros Jue Nov 24, 2011 3:13 pm

¿Entonces con eso debo inferir qué estamos fuera de la jugada? Preguntó el antiguo Santo de Géminis con una risita mental que no era demasiado notable o…diversa. Tan solo estaba tanteando el terreno.

Por supuesto. Ya no tenemos nada que hacer…las ambiciones que antes teníamos no tienen sentido, lo comprobamos de forma eventual. Lo otro es que aquellos a quienes se supone tenemos que proteger no estan en peligro y se pueden valer por sí solos. Realmente ya no tenemos nada por lo que seguir…el estar aquí buscando el paradero de Defteros es la prueba primordial. Fue la explicación del ex-senador quien con una ceja levantada daba un paso hacia delante, avanzando en pos de los jardines que se extendían hasta una colina cercana. Ciertamente...no tenemos nada que hacer.

Carecer de ambiciones y propósitos…entonces, ¿no deberías buscar más? Inquirió la sombra ya más controlado, midiendo la situación con lentitud.

Supongo, pero por ahora no hay nada. De hecho, todos no son más que insectos. No hay nadie que pueda llegarme a los talones…ni siquiera con el conejo.

O la vaca.

Ninguno. Completó Aspros con los ojos entrecerrados y las cejas levantadas sin dejar de caminar, dejando que la brisa agitara su capa de viaje al tiempo que se dirigía a la cima de la colina cercana.

por **Dados** Jue Nov 24, 2011 3:13 pm

El miembro 'Aspros' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Ataque fuerte' : 4

--------------------------------

#2 'Cosmos' : 51

--------------------------------

#3 'Defensa Especial' : 29

por Aspros Sáb Nov 26, 2011 12:03 am

Sabes, tengo una buena aproximación de que es lo que deberías hacer a continuación. De hecho es algo que nos libraría a los dos de todo el pesar y las molestias de tener que soportar tanta ineptitud en el Santuario…incluso yo, estando técnicamente muerto encuentro desagradable tener que lidiar con tantos ineptos. Comentó la sombra con real molestia, un sentimiento que el ex-senador compartía…y aún así intuía la trampa oculta en la proposición de su antepasado, después de todo ya antes había tenido que lidiar con sus manías.

¿Aproximación? Preguntó de forma inocente el romano intentando adivinar que era lo que planeaba su contraparte, levantando una ceja y deteniendo su caminata justo en el punto más alto de la colina de la Villa Vallis Mellitus. Ya deberías saber que no soy demasiado fanático de tus “proposiciones”, otro “yo”. Empezó el peliazul doblando el cuello para mirar directamente al cielo, justo en donde se arremolinaban unas cuantas nubes ligeramente teñidas de gris. Pero adelante, no puedo descartar lo que sea que me quieras comunicar…un truco probablemente es, pero no por eso poco interesante.

Lo se. Esas disposición tuya a escucharme es…grandiosa, por decir lo mínimo. En todo caso, deberíamos buscar un lugar más apropiado para lo que tengo que decirte. ¿Te molestaría movernos a la Isla Kanon? Es un poco más cálida que Roma. Respondió su sombra en un susurro semejante al siseo de una serpiente. Sí, no cabía duda…había gato encerrado.

Esta bien…ya sin pistas de Defteros o vida por aquí, no veo porque no. Concluyó el gemelo de Cambre abriendo un portal interdimensional, saltando e iniciando el rumbo directamente a la ubicación señalada por su antepasado.

por **Dados** Sáb Nov 26, 2011 12:03 am

El miembro 'Aspros' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Ataque fuerte' : 2

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#2 'Cosmos' : 42

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#3 'Defensa Especial' : 24

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