Conectarse
User del Mes
Mapycozo
El gran ilusionista
El gran ilusionista
¡Prepárense para vivir las vacaciones en la playa!
Próximamente...
Últimos temas
Ganador de la 1º Era
Eras del Mundo
Deathless Love +18
Magical Hope
Damned Worlds
Vit Astrale
Digital Pocket
La cancion de Eventyr
Ilvermorny School
Fate/Requiem
Fate/Light of Extinction
Nine Beast, One Symbol
Neoarghia +18
Little Fears
[Alejandria] Palacio – Salon Principal
+5
Jezzara
Illidan
Rain
Seiren
Selene
9 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
[Alejandria] Palacio – Salon Principal
Descripción de Alejandria.
Luego de recorrer lo que debía se recorrido en la carroza en donde iba parada azotando con fuerza sus caballos llegó durante la noche al Palacio. Su armadura de oro brillaba con la luz del fuego que había entre los pasillos. Desde la muerte de su hermano gobernar se estaba volviendo un agobio. Pero todo valía la pena si era por la protección de su amado pueblo, Egipto. La noche estaba estrellada… algo agradable mientras se perdía entre los pasillos una y otra vez hasta llegar al salón principal en donde la misma comitiva de siempre estaba esperando. No saludo a nadie, no miró a nadie a los ojos… todos esperaban respuestas y ellas las daría en ese instante. Se quito su casco de guerra, aun pintada como una vulgar mujerzuela, su cuerpo cubierto en pintura dorada y negra en esas líneas exquisitas.
Miró con rencor al primer hombre gordo a su derecha.
- … Sus consejos tienen a este país en ruina! – Gritó mientras le arrojaba una copa con vino. - ¡Que yo misma haya tenido que denigrar mi divina presencia entre animales Romanos es una deshonra! ¡Quiero a Seth! ¡Tráiganlo de inmediato!
Sentándose con más calma en el asiento… tomó otra copa de vino y le dio un sorbo, intentando calmarse y visualizar su próximo movimiento.
- Se negociará la paz. Y como siempre deberé hacerlo yo misma… ¡Porque sólo me rodeo de incompetentes!... Esta guerra a costado una fortuna y he acabado con la Legión que destrozó 3 de nuestras tropas en una tarde con 50 litros de vino… ¡Son unos buenos para nada!
Se puso de pie y retiró uno de sus anillos, colocándolo en una bandeja de oro que sostenía una esclava. La miró dando una orden,
- Llévale ese anillo a Arianne. Una muestra de gratitud por sus servicios el día de hoy. – Desprendió un collar de lapiz lazuri azul y lo puso en otra bandeja entregándoselo a otro esclavo. – Y eso llévaselo a Rain, por el gran riesgo que tomó en la ofensiva de hoy.
Se levantó del salón, con Seth se entendería en la mañana. Había cosas más importante ahora que planificar y acordar. Sobre todo ir a ver que su invitado el general Edward estuviera cómodo. Después de todo no era un prisionero de por si, sino… estaba ahí para negociar bajo los términos de la soberana de Egipto.
Su figura cubierta en aquella armadura desapareció atrás de la cortina del trono. No quería seguir viéndole el rostro a todos esos incompetentes, después de todo… la mayoría de ellos sería mandado a matar apenas terminara la guerra.
Supongo que cuando te enteres de la forma en que conquiste a tus soldados Diva, te revolcarás en tu propia mierda. Como te detesto… Diva… como detesto lo que tus ansias de poder la han hecho a tu PROPIO pueblo. Convertida en nada más que una sucia concubina hambrienta por las sobras de su esposo… Pero te equivocaste jugando esta partida conmigo Diva, porque a diferencia de tus lacayos y perros, yo se quien realmente eres, una vulgar mujerzuela ansiosa de que se la folle cualquier hombre que tenga poder. Y eso querida, si se pelearlo… pues en ningún sentido eres mejor ni más inteligente que yo. Preferiría morir yo y el resto de Egipto a ver a una prostituta como tu sentada sobre el trono de nuestros ancestros.
Sea lo que sea que tenga que hacer por sacar tus garras de Egipto, lo haré. Que no te quepa duda… querida hermana.
- Spoiler:
- Alejandría se fundo en el año 331 A.C por el gran Alejandro Magno, en un lugar especifico del delta del Nilo sobre un poblado llamado Rakotis. La elección del emplazamiento fue muy afortunada pues estaba al abrigo de las variaciones que pudiera tener el río Nilo, y por otro lado, lo suficientemente cerca de su curso como para que pudiesen llegar a través de sus aguas las mercancías destinadas al puerto, a través de un canal que unía el río con el lago Mareotis y el puerto.
El lugar estaba frente a una isla llamada Faros, que con el tiempo y las múltiples mejoras que se harían quedaría unida por un largo dique a la ciudad de Alejandro. La construcción del dique conformó dos puertos, a ambos lados: el Gran puerto, hacia el este, el más importante; el Puerto del buen regreso (Ευνoστoσ), al oeste, que es el que continúa utilizándose en la actualidad.
En los amplios muelles del gran puerto atracaban barcos que habían surcado el Mediterráneo y el Atlántico. Traían mercancías que se apilaban en los muelles: lingotes de bronce de Hispania, barras de estaño de Britania, algodón de las Indias, sedas de China. El famoso faro construido en la isla de Faros dispuso en su cúspide un fuego permanentemente alimentado que guiaba a los navegantes.
Alejandría estaba compuesta mayoritariamente de una gran plaza y una calle mayor de treinta metros de ancho y seis de largo que atravesaba la ciudad. El resto era un conjunto de calles dividas en cuadras, en donde habitaba el pueblo de Egipto. Todas las calles tenian conductos de agua por medio de cañerías. Se dividía en cinto distritos, cada uno de los cuales llevaba como nombre una de las primeras cinco letras del abecedario griego.
Se construyo un palacio de mármol con grandiosos jardines en el que habia fuentes y estatuas y al otro lado de dichos jardines, estaba el Museo, un hermoso edificio de mármol y en él se reunía todo el saber de esa época. Aquel museo tenia una gran biblioteca, la famosa biblioteca de Alejandría. En el centro de la ciudad estaba la Asamble en donde se reunian los altos cargos militares en epoca de guerra.
La ciudad tambien contaba con plazas, mercados, basícilas, baños publicos, gimnasios, estadios y demas edificios publicos y necesarios para las costumbres de la epoca.
Los habitantes de esta magnífica ciudad eran en su mayoría griegos de todas las procedencias. También había una colonia judía y un barrio egipcio, de pescadores, el más pobre y abandonado de la gran urbe. Todo Egipto era bilingüe por la influencia Romana. El arte y la arquitectura era lo único que se mantenía propiamente egipcio.
Luego de recorrer lo que debía se recorrido en la carroza en donde iba parada azotando con fuerza sus caballos llegó durante la noche al Palacio. Su armadura de oro brillaba con la luz del fuego que había entre los pasillos. Desde la muerte de su hermano gobernar se estaba volviendo un agobio. Pero todo valía la pena si era por la protección de su amado pueblo, Egipto. La noche estaba estrellada… algo agradable mientras se perdía entre los pasillos una y otra vez hasta llegar al salón principal en donde la misma comitiva de siempre estaba esperando. No saludo a nadie, no miró a nadie a los ojos… todos esperaban respuestas y ellas las daría en ese instante. Se quito su casco de guerra, aun pintada como una vulgar mujerzuela, su cuerpo cubierto en pintura dorada y negra en esas líneas exquisitas.
Miró con rencor al primer hombre gordo a su derecha.
- … Sus consejos tienen a este país en ruina! – Gritó mientras le arrojaba una copa con vino. - ¡Que yo misma haya tenido que denigrar mi divina presencia entre animales Romanos es una deshonra! ¡Quiero a Seth! ¡Tráiganlo de inmediato!
Sentándose con más calma en el asiento… tomó otra copa de vino y le dio un sorbo, intentando calmarse y visualizar su próximo movimiento.
- Se negociará la paz. Y como siempre deberé hacerlo yo misma… ¡Porque sólo me rodeo de incompetentes!... Esta guerra a costado una fortuna y he acabado con la Legión que destrozó 3 de nuestras tropas en una tarde con 50 litros de vino… ¡Son unos buenos para nada!
Se puso de pie y retiró uno de sus anillos, colocándolo en una bandeja de oro que sostenía una esclava. La miró dando una orden,
- Llévale ese anillo a Arianne. Una muestra de gratitud por sus servicios el día de hoy. – Desprendió un collar de lapiz lazuri azul y lo puso en otra bandeja entregándoselo a otro esclavo. – Y eso llévaselo a Rain, por el gran riesgo que tomó en la ofensiva de hoy.
Se levantó del salón, con Seth se entendería en la mañana. Había cosas más importante ahora que planificar y acordar. Sobre todo ir a ver que su invitado el general Edward estuviera cómodo. Después de todo no era un prisionero de por si, sino… estaba ahí para negociar bajo los términos de la soberana de Egipto.
Su figura cubierta en aquella armadura desapareció atrás de la cortina del trono. No quería seguir viéndole el rostro a todos esos incompetentes, después de todo… la mayoría de ellos sería mandado a matar apenas terminara la guerra.
Supongo que cuando te enteres de la forma en que conquiste a tus soldados Diva, te revolcarás en tu propia mierda. Como te detesto… Diva… como detesto lo que tus ansias de poder la han hecho a tu PROPIO pueblo. Convertida en nada más que una sucia concubina hambrienta por las sobras de su esposo… Pero te equivocaste jugando esta partida conmigo Diva, porque a diferencia de tus lacayos y perros, yo se quien realmente eres, una vulgar mujerzuela ansiosa de que se la folle cualquier hombre que tenga poder. Y eso querida, si se pelearlo… pues en ningún sentido eres mejor ni más inteligente que yo. Preferiría morir yo y el resto de Egipto a ver a una prostituta como tu sentada sobre el trono de nuestros ancestros.
Sea lo que sea que tenga que hacer por sacar tus garras de Egipto, lo haré. Que no te quepa duda… querida hermana.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Una suave brisa movía los juncos que crecían cerca de mi hogar, a pesar de que el sol golpeaba con todo su clamor el suave sonido que fluía en el río Nilo no se comparaba con ninguna mejor riqueza conocida por todo Egipto. Esperando siempre impaciente cada atardecer el regreso de mi padre y orando que su pesca haya sido favorecida por los dioses, de una en una las estrellas salían de su escondite anunciando la llegada de Nut, como siempre dejaba a un lado mis deberes y esperar en la entrada su retorno pero esa noche mi padre venía acompañado por hombres.
Roma no tardo en dar su primer golpe, me quede congelada al no saber qué pasaba, llamaba a mi madre de inmediato, uno de los acompañantes de mi padre comenzó a golpearlo hasta dejarlo inconsciente quise ayudarlo pero tres de ellos me tomaron por la fuerza y sujetándome para forzarme a ver como moría mi padre en sus manos. Su mirada me rogaba que apartara la vista de ese trato, suplicaba para que se detuvieran pero tomaron mi rostro para acercarme más a lo que temía realmente, su muerte.
Destruyeron todo lo que veían y tomaban lo que podía serles de valor pero al no encontrar absolutamente nada se conformaron con llevarnos hacia su campamento. Lanzaban el cuerpo maltrecho de mi padre ante las llamas, jamás podría encontrar un descanso para su alma, nos empujaban para que avanzáramos, todo se había perdido y el último consuelo fue tener a mi madre aun viva entre mis brazos. Llegamos a un campamento no lejos de ahí, agachaba la mirada por evitar verme derrumbada y no conformes con lo que habían hecho me apartaron de mi madre, no lo permití pero antes de que pudiera intervenir uno de los soldados que estaba detrás de mí me golpeo con tal fuerza que caía inconsciente.
Despierta!!
Me sentía aturdida aunque reconocí que estaba como en una especie de tienda de campaña, varios hombres se reunieron ahí disfrutando de su cena y alardeando su victoria sobre mi pueblo, pude darme cuenta que ahora vestía ropajes dignos de la realeza y a mi alrededor otras jovencitas sollozando entre lágrimas por el temor de lo que les depararía su propio destino, aun confusa me levante reuniéndome con ese grupo.
Bien señores… como habrán escuchado de las propias palabras del General Edward esta noche regresamos a nuestra amada Roma! –los gritos se escucharon al igual que la música en señal de su celebración- y con mayor placer no pudimos obtener mejores joyas de Egipto que sus bellas doncellas –levantaba en alto su copa señalándonos a nosotras, mi corazón se detuvo al pensar que fue de mi madre, no se encontraba ahí, el hombre pidió en esos instantes que detuvieran la música y lascivamente se acerco hasta donde nos encontrábamos- Y con mucho orgullo les anunciare que esta noche será inolvidable… mis queridos centuriones es hora de llegar a retribuir su servicio hacia su amada patria.
El hombre se agacho para acariciar mi rostro el cual repudie haciéndome a un lado, todos comenzaron a reír ante tal acto ya que en sus costumbres hubiera significado mi muerte, solo pude ver como apretó su puño alejándose y acompañando las risas del sequito de legionarios que permanecían expectantes a su reacción.
Hahaha!! Bien no podemos ser descorteses, no queremos después reprimendas por parte de nuestro General. –no comprendí aquellas palabras, el hombre aplaudió en alto y la música comenzó a tocar, los guardias que se localizaban en las cortinas nos apuntaban con sus lanzas lanzándonos al medio e indicarnos que bailáramos mientras que los demás disfrutaran de su cena, algunas con el temor de perder su vida trataban de apartar la humillación tratando de moverse lo más grácil que podían… por mi parte solo observaba con odio y rencor como disfrutaban de su comida sin querer obedecer su mandato.
De repente un llamado de alerta se escuchaba fuera de los campamentos, todos se arrojaron hacia sus armas empujando a las jovenes como rehenes, al querer salir de la tienda las llamas ya los había acorralado, solo sentí como unos brazos me aprisionaron y al susurrarme al oído me dijo que no debía temer, que todo saldría bien. En seguida salimos todos los que habían sido cautivados se encontraban a salvo, mi desesperación creció al no encontrar a mi madre pero no me dejaban volver. Regresabamos a Egipto, en esos momentos dejaron solo a las jovenes en las carrozas dirigiendonos al castillo, nos conducieron ahora a un gran salón, todo era tan nuevo para mí que mi corazón experimento un nuevo terror y la razón la desconocía por completo...
Excelencia lamento esta interrupción pero hemos traído a estas jovencitas bajo sus servicios.-Dicho esto se retiro sin antes inclinarse y abandonar el lugar-
Roma no tardo en dar su primer golpe, me quede congelada al no saber qué pasaba, llamaba a mi madre de inmediato, uno de los acompañantes de mi padre comenzó a golpearlo hasta dejarlo inconsciente quise ayudarlo pero tres de ellos me tomaron por la fuerza y sujetándome para forzarme a ver como moría mi padre en sus manos. Su mirada me rogaba que apartara la vista de ese trato, suplicaba para que se detuvieran pero tomaron mi rostro para acercarme más a lo que temía realmente, su muerte.
Destruyeron todo lo que veían y tomaban lo que podía serles de valor pero al no encontrar absolutamente nada se conformaron con llevarnos hacia su campamento. Lanzaban el cuerpo maltrecho de mi padre ante las llamas, jamás podría encontrar un descanso para su alma, nos empujaban para que avanzáramos, todo se había perdido y el último consuelo fue tener a mi madre aun viva entre mis brazos. Llegamos a un campamento no lejos de ahí, agachaba la mirada por evitar verme derrumbada y no conformes con lo que habían hecho me apartaron de mi madre, no lo permití pero antes de que pudiera intervenir uno de los soldados que estaba detrás de mí me golpeo con tal fuerza que caía inconsciente.
Despierta!!
Me sentía aturdida aunque reconocí que estaba como en una especie de tienda de campaña, varios hombres se reunieron ahí disfrutando de su cena y alardeando su victoria sobre mi pueblo, pude darme cuenta que ahora vestía ropajes dignos de la realeza y a mi alrededor otras jovencitas sollozando entre lágrimas por el temor de lo que les depararía su propio destino, aun confusa me levante reuniéndome con ese grupo.
Bien señores… como habrán escuchado de las propias palabras del General Edward esta noche regresamos a nuestra amada Roma! –los gritos se escucharon al igual que la música en señal de su celebración- y con mayor placer no pudimos obtener mejores joyas de Egipto que sus bellas doncellas –levantaba en alto su copa señalándonos a nosotras, mi corazón se detuvo al pensar que fue de mi madre, no se encontraba ahí, el hombre pidió en esos instantes que detuvieran la música y lascivamente se acerco hasta donde nos encontrábamos- Y con mucho orgullo les anunciare que esta noche será inolvidable… mis queridos centuriones es hora de llegar a retribuir su servicio hacia su amada patria.
El hombre se agacho para acariciar mi rostro el cual repudie haciéndome a un lado, todos comenzaron a reír ante tal acto ya que en sus costumbres hubiera significado mi muerte, solo pude ver como apretó su puño alejándose y acompañando las risas del sequito de legionarios que permanecían expectantes a su reacción.
Hahaha!! Bien no podemos ser descorteses, no queremos después reprimendas por parte de nuestro General. –no comprendí aquellas palabras, el hombre aplaudió en alto y la música comenzó a tocar, los guardias que se localizaban en las cortinas nos apuntaban con sus lanzas lanzándonos al medio e indicarnos que bailáramos mientras que los demás disfrutaran de su cena, algunas con el temor de perder su vida trataban de apartar la humillación tratando de moverse lo más grácil que podían… por mi parte solo observaba con odio y rencor como disfrutaban de su comida sin querer obedecer su mandato.
De repente un llamado de alerta se escuchaba fuera de los campamentos, todos se arrojaron hacia sus armas empujando a las jovenes como rehenes, al querer salir de la tienda las llamas ya los había acorralado, solo sentí como unos brazos me aprisionaron y al susurrarme al oído me dijo que no debía temer, que todo saldría bien. En seguida salimos todos los que habían sido cautivados se encontraban a salvo, mi desesperación creció al no encontrar a mi madre pero no me dejaban volver. Regresabamos a Egipto, en esos momentos dejaron solo a las jovenes en las carrozas dirigiendonos al castillo, nos conducieron ahora a un gran salón, todo era tan nuevo para mí que mi corazón experimento un nuevo terror y la razón la desconocía por completo...
Excelencia lamento esta interrupción pero hemos traído a estas jovencitas bajo sus servicios.-Dicho esto se retiro sin antes inclinarse y abandonar el lugar-
Seiren- Amazona Dorada
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Lazo Relámpago (1550)
AD - Pluma de Luz (1650)
AM - Flecha Fantasma (1750)
AM - Destello (750)
Defensa :
Anillos de voltaje
Cantidad de envíos : 354
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Selene había vuelto al salon principal luego de interactuar un momento con el General Edward a estudiar unos papeles que debían ser despachados para su cumplimiento inmediato. Mientras le leían los casos que había que resolver uno por uno, ella daba la orden de cómo se procedería y luego se mandaba el papel para su ejecución.
- El distrito Alfa sufrió daños de infraestructura por el fuego, se perdio el 20% de las casas y hay en este momento alrededor de mil personas sin hogar. ¿Cómo procederemos?
- Que esas 1000 personas busquen refugio en los cuartos de los otros 4000 que no perdieron su hogar. Estamos en guerra. Que se lleve madera y que comiencen la reconstrucción de las zonas afectadas lo antes posible. – Dio la orden poniendo el sello de su anillo sobre el pergamino que se le presentaba para seguir leyendo el siguiente. El hombre siguió leyendo los temas que había que resolver esa misma noche.
- Sí… - Respondió mientras envolvía el pergamino con el sello y comenzaba la lectura de otro. - Se trajo un hombre que intentó robarle a un noble su oro en el marcado. ¿Qué haremos con él?
- Córtenle su mano habil. Si le cortara ambas manos no aprendería jamás a ganarse la vida honradamente. – Respondió con indiferencia mientras ponía su sello en la sentencia de ese hombre. El gordillo gracioso que leía volvió a poner el pergamino con el sello sobre una bandeja mandando a que se diera la orden a los calabozos.
- Sobre los barcos alrededor de Alejandría que al parecer estaban bajo las órdenes de ese general Romano, ¿Qué haremos? – Su tono se volvió nervioso. Seguramente ese gordo y gracioso hombre había estado esperando para hacer esa desagradable pregunta por mucho tiempo.
- Eso se solucionará mañana. – Respondió sin si quiera pensarlo. - Llamaré los barcos de Guerra que he dejado escondidos en el valle del Nilo mañana para que protejan las costas. En cualquier caso hay bandera blanca entre Roma y Egipto por el momento. Déjenlos desembarcar en los puertos de Alejandría y alimenten a esos hombres.
- Y por último…En el campamento del General Edward se encontró prisioneros que seguramente iban a ser vendidos como esclavos…¿Qué hacemos con ellos? - Selene levantó su mirada y vio una gran cantidad de damas y niños arrodillados esperando su destino.
- Devuelvanles su libertad. Son Egipcios después de todo y no basura Romana. Ningun Romano tiene autoridad de venir a mi tierra y esclavizar a mis súbditos. – Selene se puso de pie, ya era suficiente por esa velada. El resto de los asuntos se solucionarían luego. – Si eso es todo… me retiro.
- Excelencia lamento esta interrupción pero hemos traído a estas jovencitas bajo sus servicios. – Dijo otro de los hombres.
- Muy bien. Llévenla con Rain. Se merece un presente después de ejecutar perfectamente los planes. Niña… - Se dirigió a la recién presentada con frialdad, después de todo era una simple criada. - …Servirás desde hoy a Rain. Hazlo bien pues para alguien de tu casta es un honor. – Ya aburrida de esos asuntos camino retirándose, había solucionado la mayoría de los problemas del día y era tiempo de solucionar sus propios asuntos. – Ya que Seth aun no da la cara, me retiraré a mi habitación. Si llega a mi palacio que se me comunique de inmediato.
De esa forma la joven corrió la cortina atrás del trono y se retiro a sus propios aposentos. La noche estaba bastante avanzada y necesitaba algo de descanso antes del viaje que emprendería en la mañana.
- El distrito Alfa sufrió daños de infraestructura por el fuego, se perdio el 20% de las casas y hay en este momento alrededor de mil personas sin hogar. ¿Cómo procederemos?
- Que esas 1000 personas busquen refugio en los cuartos de los otros 4000 que no perdieron su hogar. Estamos en guerra. Que se lleve madera y que comiencen la reconstrucción de las zonas afectadas lo antes posible. – Dio la orden poniendo el sello de su anillo sobre el pergamino que se le presentaba para seguir leyendo el siguiente. El hombre siguió leyendo los temas que había que resolver esa misma noche.
- Sí… - Respondió mientras envolvía el pergamino con el sello y comenzaba la lectura de otro. - Se trajo un hombre que intentó robarle a un noble su oro en el marcado. ¿Qué haremos con él?
- Córtenle su mano habil. Si le cortara ambas manos no aprendería jamás a ganarse la vida honradamente. – Respondió con indiferencia mientras ponía su sello en la sentencia de ese hombre. El gordillo gracioso que leía volvió a poner el pergamino con el sello sobre una bandeja mandando a que se diera la orden a los calabozos.
- Sobre los barcos alrededor de Alejandría que al parecer estaban bajo las órdenes de ese general Romano, ¿Qué haremos? – Su tono se volvió nervioso. Seguramente ese gordo y gracioso hombre había estado esperando para hacer esa desagradable pregunta por mucho tiempo.
- Eso se solucionará mañana. – Respondió sin si quiera pensarlo. - Llamaré los barcos de Guerra que he dejado escondidos en el valle del Nilo mañana para que protejan las costas. En cualquier caso hay bandera blanca entre Roma y Egipto por el momento. Déjenlos desembarcar en los puertos de Alejandría y alimenten a esos hombres.
- Y por último…En el campamento del General Edward se encontró prisioneros que seguramente iban a ser vendidos como esclavos…¿Qué hacemos con ellos? - Selene levantó su mirada y vio una gran cantidad de damas y niños arrodillados esperando su destino.
- Devuelvanles su libertad. Son Egipcios después de todo y no basura Romana. Ningun Romano tiene autoridad de venir a mi tierra y esclavizar a mis súbditos. – Selene se puso de pie, ya era suficiente por esa velada. El resto de los asuntos se solucionarían luego. – Si eso es todo… me retiro.
- Excelencia lamento esta interrupción pero hemos traído a estas jovencitas bajo sus servicios. – Dijo otro de los hombres.
- Muy bien. Llévenla con Rain. Se merece un presente después de ejecutar perfectamente los planes. Niña… - Se dirigió a la recién presentada con frialdad, después de todo era una simple criada. - …Servirás desde hoy a Rain. Hazlo bien pues para alguien de tu casta es un honor. – Ya aburrida de esos asuntos camino retirándose, había solucionado la mayoría de los problemas del día y era tiempo de solucionar sus propios asuntos. – Ya que Seth aun no da la cara, me retiraré a mi habitación. Si llega a mi palacio que se me comunique de inmediato.
De esa forma la joven corrió la cortina atrás del trono y se retiro a sus propios aposentos. La noche estaba bastante avanzada y necesitaba algo de descanso antes del viaje que emprendería en la mañana.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Despues de haber estado viajando alrededor de dia y medio desde el puerto de Gizah hasta Alejandria los soldados me preguntaron que hacer con seiren a lo cual les di la orden silenciosa de que la mantuvieran bien encadenada puesto que no queria reveliones en ningun instante, y si ella siquiera intentaba algo me veria en la obligacion de suministrarle una cantidad lo suficientemente grande de mi sangre como para que permaneciera enferma hasta que llegaramos a palacio. Mientras llegabamos al puerto hable con los romanos que aun tenian sus barcazas cerca de Alejandria diciendoles que nuestra emperatriz los liberaba para volver a Roma y que yo iria con ellos cosa a lo cual los encargados de esos barcos solo asintieron silenciosamente movilizando sus barcazas mientras en mi caso apenas llegar a palacio fui directo al salon principal donde esperaban algunos soldados a los cuales les di la orden que nuestra señora Selene habia dado, que cargaran varias barcazas con joyas y grano de la mejor calidad para darles tributo mientras yo permanecia unos instantes parada en el salon frente a Seiren a quien veia de manera seria puesto que sabia perfectamente las ordenes de la emperatriz mas esta chica no me infundia confianza y a la menor muestra de debilidad podria intentar el escapar, sinceramente no entendia el porque me la dejaba a mi sabiendo que yo suelo darle buen trato a los esclavos mas por lo que paso anteriormente ella seria la gran excepcion.
- Arreglenla lo mejor posible y luego encadenenla la quiero vigilada todo el tiempo que dure el viaje hacia Roma a la primera muestra de rebeldia y te hare beber la cantidad de sangre suficiente como para que no puedas levantarte en un mes me hice entender? -viendola seriamente mientras volvia a su posicion haciendo que los guardias se la llevaran para arreglarla cosa que no tardo mucho antes de dirigirse nuevamente al puerto para asi subirse en la barcaza que la llevaria hacia Roma-
- Arreglenla lo mejor posible y luego encadenenla la quiero vigilada todo el tiempo que dure el viaje hacia Roma a la primera muestra de rebeldia y te hare beber la cantidad de sangre suficiente como para que no puedas levantarte en un mes me hice entender? -viendola seriamente mientras volvia a su posicion haciendo que los guardias se la llevaran para arreglarla cosa que no tardo mucho antes de dirigirse nuevamente al puerto para asi subirse en la barcaza que la llevaria hacia Roma-
Rain- Status :
Ataques :
AD - Red Imperial Rose (500)
Defensa :
Ilusión de Pétalos Blancos
Cantidad de envíos : 71
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Los soldados me tomaron con fuerza llevándome lejos de la presencia de Rain, aún me sentía agotada pero la verdad no tenía ningún ánimo de intentar algo contra ella precisamente. El viaje había sido largo pero por fin llegamos a Alejandría, todos comenzaron a movilizarse incluso el guardia se paraba abriendo con prisa la puerta de la cárcel para llevarme a cubierta, una gran caravana desfilaba hacia el palacio y nuevamente me encontraba con mi señora, mi vista siempre divagaba en otro punto del salón para no tener que retener siempre la mirada de aquellos que observaban despectivamente mi silueta. Por unos instantes me acercaron para que dispusiera con nuevas órdenes hacia mi persona, realmente me andaba cansando ya que si desconfiaban de mí sería más sencillo darme muerte ahí mismo, ni siquiera respondí con miedo ante la amenaza de la mujer que parecía hablar muy en serio…
Si disculpa mi atrevimiento no entiendo porque siguen reteniéndome con ustedes… ya que al parecer no soy digna de confianza… pero no se preocupe mi Señora no pienso provocarle más problemas así que en ese lado si así lo desea puede quedarse tranquila… -el guardia solo apretó mi brazo llevándome lejos solo con el motivo de que su furia no se descargara más de lo que había hecho ya anteriormente Arianne, nuevos sirvientes me recibieron alistándome lo más pronto posible, al terminar con su tarea me llevaron directamente al puerto donde tendría que esperar una vez más a Rain para que partiéramos a nuestro nuevo destino.
Si disculpa mi atrevimiento no entiendo porque siguen reteniéndome con ustedes… ya que al parecer no soy digna de confianza… pero no se preocupe mi Señora no pienso provocarle más problemas así que en ese lado si así lo desea puede quedarse tranquila… -el guardia solo apretó mi brazo llevándome lejos solo con el motivo de que su furia no se descargara más de lo que había hecho ya anteriormente Arianne, nuevos sirvientes me recibieron alistándome lo más pronto posible, al terminar con su tarea me llevaron directamente al puerto donde tendría que esperar una vez más a Rain para que partiéramos a nuestro nuevo destino.
Seiren- Amazona Dorada
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Lazo Relámpago (1550)
AD - Pluma de Luz (1650)
AM - Flecha Fantasma (1750)
AM - Destello (750)
Defensa :
Anillos de voltaje
Cantidad de envíos : 354
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
El salón del palacio era interrumpido por la presencia de Selene quien era seguida de un sequito de consejeros y doncellas que abanicaban su cuerpo mientras caminaba. No escuchaba ni una sola de las palabras de todos aquellos hombres que preocupados le preguntaban sobre el destino del grano, la razón del llamado del ejercito Egipcio, del porque las flotas de guerra estaban en el puerto de Alejandría, el motivo de su ausencia, su consejo como juez para decidir que criminales debían vivir o morir.
Selene suspiró cansada. Todo ese asunto la agotaba, emocional y fisicamente. Se sentía ahogada con tantas voces una sobreponiendose sobre la otra. La importancia de aquellos seres en ese instante era nula. Lo único que importaba era concentrarse en que debía seguir entrenando y no sólo eso... tenía que esperar que despertara el dios Hades para ponerse a su servicio nuevamente.
- Silencio... ¡Silencio! - Gritó y todos en el salón callaron. No volaba si quiera una mosca pues de haberlo hecho la cosmoenergía de Selene la habría hecho caer en llamas. - No quiero escuchar más nada.
- El ejercito se ha reunido porque mi nuevo esposo debería estar por llegar y quiero que vea que no se casa con Egipto porque es pobre o demacrada, sino porque es un imperio que podría eliminar al Romano facilmente si así lo quisieramos. Invadiremos y venceremos a Persia y ese será mi regalo de bodas para la familia del emperador.
Imprudentemente una voz se alzó mas de lo que se podría haber esperado de n consejero, sugiriendo que todo el asunto estaba fuera de control. Los ojos marcados por lineas negras amenazantes se posaron en él.
- ¿Dices que estoy equivocada?- Preguntó con frialdad esperando una respuesta que no llegó. - Ejecutenlo por su insolencia. - Los guardias del palacio lo llevaron de los brazos arrastrado fuera del salón. El hombre gritaba pidiendo piedad pero el rostro serio e inflexible de Selene no cambiaba en nada. - ¿Alguien más tiene alguna sugerencia que darme? - Nadie habló. Parecían entender que Selene no se estaba con juegos en ese momento, era el tiempo para que obedecieran, no para que cuestionaran los deseos de la joven. - Bien, en ese caso... todos aquellos que han sido condenados por robo, violencia, asesinato, desorden publico...etc...etc... que sean ejecutados. - Lo dijo con una despreocupación alterante. Movió su mano, dando la orden como si se tratara de matar animales ejecutar a los cientos de hombres que estaban detenidos esperando su sentencia. - Crucifiquenlos al amanecer y que se tome como advertensia que en Egipto no se tolerará el desorden, quien sea que lo provoque encontrará la muerte.
La joven se sentó en el trono de piedra adornado con piedras y oro que estaba en medio del salon. Suspiró pensando en lo que Thanatos le había solicitado pues no le parecía de suma importancia crear un lujoso palacio en Alejandría para que sirviera como conexión entre el inframundo y la tierra de los vivos. Pero al fin y al cabo, el castillo Heinstein había sido completamente destruido y aun rondaba el cosmo de Athena en el lugar.
- Quiero que llamen al arquitecto de mi reino, que se le de orden expresa por parte mía para que diseñe el palacio más lujoso y hermoso que los ojos humanos hayan visto. No me interesa cuanto cueste o si alguien pasará hambre por ello. Que se diseñe en 4 días maximo. Busquen mano de obra donde sea para que se terminen la construcción en el menor tiempo posible... lo quiero listo a la brevedad... aunque tengan que esclavisar a toda Alejandría para ello.
Selene sacudió su mano mientras con la otra alcanzaba una copa de oro con vino, viendo que probablemente tenía veneno. Ni si quiera se molestó en hacer que una de sus damas la probara primero, tan sólo le dió un sorbo pues sabía que algo como el veneno ya no la podría matar.
- Retirense.
Selene suspiró cansada. Todo ese asunto la agotaba, emocional y fisicamente. Se sentía ahogada con tantas voces una sobreponiendose sobre la otra. La importancia de aquellos seres en ese instante era nula. Lo único que importaba era concentrarse en que debía seguir entrenando y no sólo eso... tenía que esperar que despertara el dios Hades para ponerse a su servicio nuevamente.
- Silencio... ¡Silencio! - Gritó y todos en el salón callaron. No volaba si quiera una mosca pues de haberlo hecho la cosmoenergía de Selene la habría hecho caer en llamas. - No quiero escuchar más nada.
- El ejercito se ha reunido porque mi nuevo esposo debería estar por llegar y quiero que vea que no se casa con Egipto porque es pobre o demacrada, sino porque es un imperio que podría eliminar al Romano facilmente si así lo quisieramos. Invadiremos y venceremos a Persia y ese será mi regalo de bodas para la familia del emperador.
Imprudentemente una voz se alzó mas de lo que se podría haber esperado de n consejero, sugiriendo que todo el asunto estaba fuera de control. Los ojos marcados por lineas negras amenazantes se posaron en él.
- ¿Dices que estoy equivocada?- Preguntó con frialdad esperando una respuesta que no llegó. - Ejecutenlo por su insolencia. - Los guardias del palacio lo llevaron de los brazos arrastrado fuera del salón. El hombre gritaba pidiendo piedad pero el rostro serio e inflexible de Selene no cambiaba en nada. - ¿Alguien más tiene alguna sugerencia que darme? - Nadie habló. Parecían entender que Selene no se estaba con juegos en ese momento, era el tiempo para que obedecieran, no para que cuestionaran los deseos de la joven. - Bien, en ese caso... todos aquellos que han sido condenados por robo, violencia, asesinato, desorden publico...etc...etc... que sean ejecutados. - Lo dijo con una despreocupación alterante. Movió su mano, dando la orden como si se tratara de matar animales ejecutar a los cientos de hombres que estaban detenidos esperando su sentencia. - Crucifiquenlos al amanecer y que se tome como advertensia que en Egipto no se tolerará el desorden, quien sea que lo provoque encontrará la muerte.
La joven se sentó en el trono de piedra adornado con piedras y oro que estaba en medio del salon. Suspiró pensando en lo que Thanatos le había solicitado pues no le parecía de suma importancia crear un lujoso palacio en Alejandría para que sirviera como conexión entre el inframundo y la tierra de los vivos. Pero al fin y al cabo, el castillo Heinstein había sido completamente destruido y aun rondaba el cosmo de Athena en el lugar.
- Quiero que llamen al arquitecto de mi reino, que se le de orden expresa por parte mía para que diseñe el palacio más lujoso y hermoso que los ojos humanos hayan visto. No me interesa cuanto cueste o si alguien pasará hambre por ello. Que se diseñe en 4 días maximo. Busquen mano de obra donde sea para que se terminen la construcción en el menor tiempo posible... lo quiero listo a la brevedad... aunque tengan que esclavisar a toda Alejandría para ello.
Selene sacudió su mano mientras con la otra alcanzaba una copa de oro con vino, viendo que probablemente tenía veneno. Ni si quiera se molestó en hacer que una de sus damas la probara primero, tan sólo le dió un sorbo pues sabía que algo como el veneno ya no la podría matar.
- Retirense.
Última edición por Selene el Sáb Nov 20, 2010 1:39 pm, editado 1 vez
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Luego de su travesía por el oasis, el dios Thanathos se había hecho con la confianza de Jezzara, quien venia detrás suyo seguramente. No le interesaba mirar si lo acompañaba o no, él ya sabia que estaba viva y con la simple información le bastaba para encarar a la actual emperatriz y dama de la Ira, Selene. Sabía que la presencia de su hermana podía ser grata, como también podía no serlo. Así que trajo a la muchacha por caminos donde nadie la viera, asegurándose de pasar desapercibidos y usando sus poderes de dios para hacer que eso sucediera.
Llegaron hasta el salón principal del centro de Alejandría mientras que con una sonrisa en el rostro, Illidan observaba a Selene sentada en el trono que no le pertenecía. Se acerco lentamente mientras que rompió el silencio de ese momento con unas cuantas palabras, para hablarle a Selene.
-Nos vemos de nuevo las caras, es que extraño tus ojos y no puedo vivir sin ellos –Dijo el dios Thanathos seguido de una risa sarcástica, se paro frente a ella pero no hizo una reverencia, esta vez estaban en igualdad de condiciones. Ella era la superior de Illidan y él era el superior de su kamei de Ira. El dios se quedo mirándola mientras que decidió volver a hablar- Tengo un pequeño regalo para ti, pero no te lo presentare yo…. Me gustaría mas…que se presente SOLA…
Destaco las últimas palabras mientras que sonreía, se quedo parado para observar cada reacción de Selene ante la propia muerte, o algo parecido. Era toda mentira que Jezzara podía ser la emperatriz, obviamente, pero había que convencerla de algún modo para que siguiera al ministro, de lo contrario jamás hubiera accedido.
Llegaron hasta el salón principal del centro de Alejandría mientras que con una sonrisa en el rostro, Illidan observaba a Selene sentada en el trono que no le pertenecía. Se acerco lentamente mientras que rompió el silencio de ese momento con unas cuantas palabras, para hablarle a Selene.
-Nos vemos de nuevo las caras, es que extraño tus ojos y no puedo vivir sin ellos –Dijo el dios Thanathos seguido de una risa sarcástica, se paro frente a ella pero no hizo una reverencia, esta vez estaban en igualdad de condiciones. Ella era la superior de Illidan y él era el superior de su kamei de Ira. El dios se quedo mirándola mientras que decidió volver a hablar- Tengo un pequeño regalo para ti, pero no te lo presentare yo…. Me gustaría mas…que se presente SOLA…
Destaco las últimas palabras mientras que sonreía, se quedo parado para observar cada reacción de Selene ante la propia muerte, o algo parecido. Era toda mentira que Jezzara podía ser la emperatriz, obviamente, pero había que convencerla de algún modo para que siguiera al ministro, de lo contrario jamás hubiera accedido.
Illidan- Dios/a
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Réquiem de la Oscuridad (1650)
Defensa :
Esencia de la muerte
Cantidad de envíos : 105
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Desde aquel oasis desconocido, luego del encuentro con aquel sujeto nos dirigíamos directo hacia el palacio al encuentro de Selene, luego de tanto tiempo iba a volver a verla en persona, aunque sabía que las cosas habían cambiado mucho desde entonces, pues los años pasan y los hechos también. Mi única intención era poder verla a la cara nuevamente y aclarar mis dudad, saber lo que había pasado desde entonces, aunque no sabía como iba a tomar aquella aparición mía, después de tantos años "muerta". Eso era algo que debía comprobar muy pronto.
Iba siguiendo a aquel sujeto de nombre Illidan varios metros detrás de él, caminando rápido pero sin perder su paso. Aún llevando entre mis manos las riendas de mi corcel, con mi mente en blanco solo miando el camino. Ya faltaba muy poco para llegar al destino. Tuve que dejar a mi caballo esperando en las calles de Alejandría, cuando entramos en el palacio. Ahí estaba aquella mujer que tanto invadía mis pensamientos, la misma Selene, actual emperatriz de Egipto. Pero percibía algo extraño en ella, una presencia oscura que me aterrorizaba. Era distinta a la Selene que conocía de pequeña. Pero indudablemente me sorprendí mucho al verla, mis ojos llenaron de brillo y mi mente no podía creer el encuentro ocurrido. Escuché hablar a aquel sujeto que me condujo hasta el palacio pero no le presté mucha atención a sus palabras. Miré a los ojos a la mujer que se encontraba sentada en el trono y tragué saliva para luego comenzar a hablar.
-Selene...- Pronuncié para comenzar con una voz firme pero en un tono bastante bajo -...ha pasado tanto tiempo sin saber nada de ti... aun no se que pensar de este encuentro...- Proseguía con el mismo tono de voz, aunque no quería dar demasiadas vueltas, pensaba en decirle quien era si es que ella no me reconocía, pero tenía cierto temor a su reacción, la verdad es que no sabía como ella iba a tomar mi regreso, debía hablar con cautela y pensar cada palabra que iba a decir. Por lo que suspiré por lo bajo y continué hablando -¿Sabes quien soy... o no me reconoces todavía... hermana?- dije lentamente remarcando cada una de las palabras. Me sentía algo incómoda, pues me parecía extraño hablarle de esa manera a la emperatriz, pero después de todo era mi hermana, a la que una vez quise tanto y me enseñó tantas cosas. -Jezzara es mi nombre...- Decidí remarcar aquello ultimo ahora solo era cuestión de tiempo para ver la reacción de aquella mujer de oscuros cabellos -¿Verdad que ha pasado mucho tiempo sin saber nada de mí?- Solamente me sonreí un poco, mostrando amabilidad aunque no sabía como iba a contestar ella.
Iba siguiendo a aquel sujeto de nombre Illidan varios metros detrás de él, caminando rápido pero sin perder su paso. Aún llevando entre mis manos las riendas de mi corcel, con mi mente en blanco solo miando el camino. Ya faltaba muy poco para llegar al destino. Tuve que dejar a mi caballo esperando en las calles de Alejandría, cuando entramos en el palacio. Ahí estaba aquella mujer que tanto invadía mis pensamientos, la misma Selene, actual emperatriz de Egipto. Pero percibía algo extraño en ella, una presencia oscura que me aterrorizaba. Era distinta a la Selene que conocía de pequeña. Pero indudablemente me sorprendí mucho al verla, mis ojos llenaron de brillo y mi mente no podía creer el encuentro ocurrido. Escuché hablar a aquel sujeto que me condujo hasta el palacio pero no le presté mucha atención a sus palabras. Miré a los ojos a la mujer que se encontraba sentada en el trono y tragué saliva para luego comenzar a hablar.
-Selene...- Pronuncié para comenzar con una voz firme pero en un tono bastante bajo -...ha pasado tanto tiempo sin saber nada de ti... aun no se que pensar de este encuentro...- Proseguía con el mismo tono de voz, aunque no quería dar demasiadas vueltas, pensaba en decirle quien era si es que ella no me reconocía, pero tenía cierto temor a su reacción, la verdad es que no sabía como ella iba a tomar mi regreso, debía hablar con cautela y pensar cada palabra que iba a decir. Por lo que suspiré por lo bajo y continué hablando -¿Sabes quien soy... o no me reconoces todavía... hermana?- dije lentamente remarcando cada una de las palabras. Me sentía algo incómoda, pues me parecía extraño hablarle de esa manera a la emperatriz, pero después de todo era mi hermana, a la que una vez quise tanto y me enseñó tantas cosas. -Jezzara es mi nombre...- Decidí remarcar aquello ultimo ahora solo era cuestión de tiempo para ver la reacción de aquella mujer de oscuros cabellos -¿Verdad que ha pasado mucho tiempo sin saber nada de mí?- Solamente me sonreí un poco, mostrando amabilidad aunque no sabía como iba a contestar ella.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
Ataques :AD - Light and Dark illusion (2000)AD – Illusory Copy (2150)
Defensa :Psychic Barrier
Cantidad de envíos : 193
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
El palacio había quedado en silencio nuevamente luego de que Selene mandara a la aristrocracia griega retirarse. Se sentó en el trono bastante irritada de todo el asunto... no sabía que sería ahora de ella teniendo a Thanatos circulandola y vigilandola, dando ordenes que no tenía mucho gusto en seguir. De cualquier forma el palacio se haría, no por él, sino por Hades. La nueva entrada al inframundo desde la tierra de Isis se haría al pie de la letra y sería la construcción más grandiosa que la humanidad hubiese visto alguna vez.
Se había acomodado para retirarse ya que estaba sola cuando de pronto, las puertas del salon principal del palacio se abrieron de par en par. Selene se puso en alerta pues sólo había una persona en Alejandría que ahora podría haber ignorado su orden de que se retiraran todos y ese era Thanatos. Podía sentir su abrumador cosmo acercarse.
Las palabras del hombre la irritaban, pero no dijo nada, solo lo miró con frialdad sin mover un musculo en su rostro, molesta con su insolente presencia. Aun así ella sabía su lugar, estaba frente a un dios.
- ¿Que es lo que desea ahora señor Thanatos? - Ni si quiera tenía idea de lo que querría con ella tan pronto desde su última conversación en la cual le había dejado mas que claro que las únicas ordenes que ella seguía eran las de Hades.
Al parecer Thanatos le enía un presente, lo cual hizo que Selene levantara una ceja. ¿Qué podría darle ese sujeto que ella ya no tuviera y que además deseara? No se le podía ocurrir una sola cosa. Nada... estaba perfectamente bien de la forma que se encontraba.
De pronto, atras de él una pequeña figura apareció. Era una mujer... largo cabello rubió, hermosos ojos, piel pálida. ¿Eso era el regalo de Thanatos? Selene sonrió despreocupada.
- Ya tengo suficientes esclavos, de todas las razas y tamaños, pero nunca esta de más tener otra. Gracias Señor Thanatos. - Dijo Selene desde el trono bajando levemente el rostro en forma de agradecimiento.
Pero algo extraño ocurría, esa mujer se le acercaba demasiado. Cada paso que daba acercandose a Selene la incomodaba más. Había algo extraño en ella... algo familiar. había un aire en aquellos ojos que le parecían conocidos de alguna manera. Se paró frente a Selene mirandola a los ojos. Algo la invadió entonces que hacía mucho tiempo no había sentido... curiosidad. Se levantó del trono y puso su mano en el mentón de la joven moviendola hacia la derecha para verle el perfil, examinandola como se examinaría el ganado.
Cuando la soltó la joven comenzó a hablarronunciando su nombre sin ninguna formalidad.
- Es Reina Selene para ti, no Selene a secas. - Miró a Thanatos irritada. - ¿No podías darme una esclava ya educada? Se tardarán meses en adaptarla para el servicio en palacio... ugh...
La joven expresaba en sus ojos una admiración que le pareció infundada, pero se quedó callada pues era un regalo de parte de Thanatos y no quería seguir irritando a ese sujeto. Fue entonces que escuchó algo que la dejó helada. Esa joven anunciaba ser su hermana Jezzara.
Una ola de ira inundó su cuerpo... a un punto que su cosmoenergía podría haber hecho estallar ese palacio completo. ¿Cómo se atrevía ese sujeto a jugar con ella de esa forma haciendole creer que esa mujer frente a ella era su hermana? ¿Cuál era el juego que llevaba?
- ¡Insolente! - Le gritó mientras de una bofetada la botaba al piso. - ¡¿Como te atreves a decir semejante mentira en mi presencia!? ¿Cómo te atreves a si quiera pronunciar su nombre?
El parecido con Jezzara era innegable, pero no era Jezzara. Selene la recordaba como una niña extremadamente dulce... la unica persona que realmente había amado en su vida. Estaba prohibido terminantemente hablar de cualquiera de sus hermanas en el palacio, pues todos conocían la forma en que habían muerto durante las rebeliones de Diva y Seth que habían terminado con ella en el trono y los demas herederos muertos. Entre ellos, estaba Jezzara, alguien con la cual había pasado la mayoria de su vida en El Fayum... su recuerdo era la unica alegría en la vida de Selene, pero nunca se permitía recordarla pues el dolor era muy grande, demasiado grande para soportarlo.
Por lo mismo, que ahora vinieran a remover ese tipo de sentimientos en su corazón la ponía furiosa, la asqueaba, al punto que todo a su alrededor crujía y el piso se comenzaba a agrietar.
Miró a Thanatos con verdadero odio en los ojos, un desprecio más allá de lo que jamas hubiese sentido. Si ese hombre hubiese sido Illidan le habría cortado la cabeza en ese mismo instante.
- ¿Que es lo que quieres de mi? ¿Por que llegar a este punto maldito infeliz! ¿Crees que te temó por ser quien eres? No tengo miedo de la muerte ni a enfrentarme a ti si vuelves a realizar una imprudencia como esta.
Se había acomodado para retirarse ya que estaba sola cuando de pronto, las puertas del salon principal del palacio se abrieron de par en par. Selene se puso en alerta pues sólo había una persona en Alejandría que ahora podría haber ignorado su orden de que se retiraran todos y ese era Thanatos. Podía sentir su abrumador cosmo acercarse.
Las palabras del hombre la irritaban, pero no dijo nada, solo lo miró con frialdad sin mover un musculo en su rostro, molesta con su insolente presencia. Aun así ella sabía su lugar, estaba frente a un dios.
- ¿Que es lo que desea ahora señor Thanatos? - Ni si quiera tenía idea de lo que querría con ella tan pronto desde su última conversación en la cual le había dejado mas que claro que las únicas ordenes que ella seguía eran las de Hades.
Al parecer Thanatos le enía un presente, lo cual hizo que Selene levantara una ceja. ¿Qué podría darle ese sujeto que ella ya no tuviera y que además deseara? No se le podía ocurrir una sola cosa. Nada... estaba perfectamente bien de la forma que se encontraba.
De pronto, atras de él una pequeña figura apareció. Era una mujer... largo cabello rubió, hermosos ojos, piel pálida. ¿Eso era el regalo de Thanatos? Selene sonrió despreocupada.
- Ya tengo suficientes esclavos, de todas las razas y tamaños, pero nunca esta de más tener otra. Gracias Señor Thanatos. - Dijo Selene desde el trono bajando levemente el rostro en forma de agradecimiento.
Pero algo extraño ocurría, esa mujer se le acercaba demasiado. Cada paso que daba acercandose a Selene la incomodaba más. Había algo extraño en ella... algo familiar. había un aire en aquellos ojos que le parecían conocidos de alguna manera. Se paró frente a Selene mirandola a los ojos. Algo la invadió entonces que hacía mucho tiempo no había sentido... curiosidad. Se levantó del trono y puso su mano en el mentón de la joven moviendola hacia la derecha para verle el perfil, examinandola como se examinaría el ganado.
Cuando la soltó la joven comenzó a hablarronunciando su nombre sin ninguna formalidad.
- Es Reina Selene para ti, no Selene a secas. - Miró a Thanatos irritada. - ¿No podías darme una esclava ya educada? Se tardarán meses en adaptarla para el servicio en palacio... ugh...
La joven expresaba en sus ojos una admiración que le pareció infundada, pero se quedó callada pues era un regalo de parte de Thanatos y no quería seguir irritando a ese sujeto. Fue entonces que escuchó algo que la dejó helada. Esa joven anunciaba ser su hermana Jezzara.
Una ola de ira inundó su cuerpo... a un punto que su cosmoenergía podría haber hecho estallar ese palacio completo. ¿Cómo se atrevía ese sujeto a jugar con ella de esa forma haciendole creer que esa mujer frente a ella era su hermana? ¿Cuál era el juego que llevaba?
- ¡Insolente! - Le gritó mientras de una bofetada la botaba al piso. - ¡¿Como te atreves a decir semejante mentira en mi presencia!? ¿Cómo te atreves a si quiera pronunciar su nombre?
El parecido con Jezzara era innegable, pero no era Jezzara. Selene la recordaba como una niña extremadamente dulce... la unica persona que realmente había amado en su vida. Estaba prohibido terminantemente hablar de cualquiera de sus hermanas en el palacio, pues todos conocían la forma en que habían muerto durante las rebeliones de Diva y Seth que habían terminado con ella en el trono y los demas herederos muertos. Entre ellos, estaba Jezzara, alguien con la cual había pasado la mayoria de su vida en El Fayum... su recuerdo era la unica alegría en la vida de Selene, pero nunca se permitía recordarla pues el dolor era muy grande, demasiado grande para soportarlo.
Por lo mismo, que ahora vinieran a remover ese tipo de sentimientos en su corazón la ponía furiosa, la asqueaba, al punto que todo a su alrededor crujía y el piso se comenzaba a agrietar.
Miró a Thanatos con verdadero odio en los ojos, un desprecio más allá de lo que jamas hubiese sentido. Si ese hombre hubiese sido Illidan le habría cortado la cabeza en ese mismo instante.
- ¿Que es lo que quieres de mi? ¿Por que llegar a este punto maldito infeliz! ¿Crees que te temó por ser quien eres? No tengo miedo de la muerte ni a enfrentarme a ti si vuelves a realizar una imprudencia como esta.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Después de estar caminando sin rumbo aparente por uno cuantos minutos mis pasos me guiaron al palacio todos parecían comenzar a salir de el me pareció extraño pero aun así quería saber a quien le podía pertenecer esa presencia tan extraña y poderosa, pero antes de entrar miraba como unos soldados llevaban a barias personas.-Que es lo que sucede?...-pregunte a los soldados por lo que se encontraban haciendo.-Los vamos a ejecutar por las órdenes de Isis.-abrí un poco los ojos por la respuesta que me dio el soldado dándole la espalda para continuar mi camino, pero la respuesta que me dio me hiso sonreír un poco sin saber la razón de que eso pasara quizás porque se aria justicia o porque unos humanos sin valor serian aniquilados…
Con cada paso hacia el salón principal sentía que una parte de mi que se encontraba dormida y debes en cuando emergía para acabar con todo a su paso, entre mas cerca estuviera mas ansioso me encontraba pero también presentía que tenia que mantener mi distancia al llegar a la entrada del salón principal mira a Illidan y una joven que no había visto, perecía que habían irritado a Selene por algo, me quede recargado en la puerta mirando fríamente a Illidan ya que lo miraba distinto parecía muy diferente al que conocí.-Ese es Illidan?...-además de que esa tremenda aura provenía de el eso me extraño aun mas ya que de el no sentía un aura tan grande y ahora era demasiado inmensa…
El ya no es Illidan…entonces quien podrá ser?...-me impacientaba su aura pero al mismo tiempo me desagradaba pero tenia la impresión que tenia que bajar la cabeza ante el.-Que pasa porque…acaso será temor?...-no podía creer que ese hombre me provocara esto, me sentía algo indefenso ante el pero porque que era lo que recordaba de esa aura que se aparentaba a la de la misma muerte…
Con cada paso hacia el salón principal sentía que una parte de mi que se encontraba dormida y debes en cuando emergía para acabar con todo a su paso, entre mas cerca estuviera mas ansioso me encontraba pero también presentía que tenia que mantener mi distancia al llegar a la entrada del salón principal mira a Illidan y una joven que no había visto, perecía que habían irritado a Selene por algo, me quede recargado en la puerta mirando fríamente a Illidan ya que lo miraba distinto parecía muy diferente al que conocí.-Ese es Illidan?...-además de que esa tremenda aura provenía de el eso me extraño aun mas ya que de el no sentía un aura tan grande y ahora era demasiado inmensa…
El ya no es Illidan…entonces quien podrá ser?...-me impacientaba su aura pero al mismo tiempo me desagradaba pero tenia la impresión que tenia que bajar la cabeza ante el.-Que pasa porque…acaso será temor?...-no podía creer que ese hombre me provocara esto, me sentía algo indefenso ante el pero porque que era lo que recordaba de esa aura que se aparentaba a la de la misma muerte…
Hang- Juez del Inframundo
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Plumas Espectrales (1200)
Defensa :
Alas De La Oscuridad
Cantidad de envíos : 305
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
No había terminado de presentarse la muchacha, que fue brutalmente golpeada por su propia hermana mientras que Selene le reclamaba cosas a Thanathos, a las cuales el dios solamente contestaba con una burlona sonrisa. Todo estaba en un caos que a Illidan le favorecía, pero fue interrumpido por una presencia que hizo que Illidan se pusiera serio y dijera unas palabras en voz baja, casi susurrando.
-Esto ya no es privado…
Volteo rápidamente mientras que vio como Hang cruzaba por la puerta que había estado abierta. El muchacho se tomaba muchas libertades como para ser un simple campesino. Talvez se escabullíos con sus raras habilidades y de esa manera había logrado entrar sin que alguien lo detuviera siquiera. No le importaba realmente a Thanathos lo que hubiera hecho o los motivos que este tendría para venir hasta ese lugar, pero lo que si le llegaba a importar era que aquel guerrero lo había visto con cosmos oscuro a su alrededor y ahora estaba al tanto de que algo extraño pasaba allí. Los ojos del dios lo miraban fríamente, de una manera directa y sin pronunciar palabra alguna, respirando mas fuerte que de costumbre mientras que su templo mostraba un sentimiento de furia y seriedad.
-¿Acaso no te han enseñado a no interrumpir las conversaciones que no te incumben y que además, son entre tus superiores?
Dijo el dios con un tono brusco y seco mientras que las puertas detrás del campesino se cerraban de manera bruta por un viento oscuro, que el dios Thanathos había provocado. El sonido de las puertas hizo eco en todo el lugar, cerrándose así toda posible huida que el muchacho pudiera tener, debido que al mismo tiempo se cerraron todas las entradas, salidas, ventanas que la habitación central del palacio, poseía. La gente se quedo afuera, ahora solo estaban ellos cuatro adentro y eran los únicos testigos de lo que estaban pasando.
-Espero que tu lengua no sea igual de estupida que tus pies. Ya que te metiste donde no debías, espero que al menos cierres la boca y no cuentes nada a nadie, así como no interrumpas en los acontecimientos que nuestra… “emperatriz”…. Esta viviendo.
Dijo con una sonrisa, después de todo, en el interior de Hang brillaba esa estrella oscura que había dentro de cada guerrero del inframundo. Era un guerrero aliado y serio mejor mantenerlo como tal, pero tampoco darle tantas libertades. La mirada del dios se dirigió a otra parte, hasta la muchacha que debía de estar en el suelo debido al golpe que Selene le dio en el rostro. Sonrío mientras que ahora se dirigía hacia Selene, caminando a pasos lentos mientras que hablaba con su voz humilde, la que usaba la mayoría del tiempo para confundir a las personas o incluso manipularlas.
-Tan fría y solitaria te has vuelto, que ya no reconoces a tu propia familia…Selene… Mírala bien, es tu hermana. Es Jezzara por donde la mires… Aunque no lo creas… No tuve nada que ver con esto.
Las palabras del dios eran ciertas, él jamás había visto a la muchacha anteriormente, solo sabia que era Jezzara porque su poder divino le permitía reconocer cada cosmos que se le pasaba por enfrente o estuviera a distancia. Él dios Thanathos no tenia un punto claro en su plan, solo quería ver la reacción de la muchacha al ver a su pequeña hermana viva, pero no fue la mas esperada… Aunque era una posibilidad que Thanathos tenia en cuenta. Volvió hacia atrás y ayudo a levantar a Jezzara mientras que decía unas palabras más para concluir su leve interrupción al “reencuentro”
-Discúlpala, al parecer, el poder se le subió a la cabeza…
Todo esto ocurría ignorando a Hang, a puertas cerradas y con el cosmos del dios Thanathos brillando como si fuera normal que esto pasara. Hang terminaría confundido, pero tarde o temprano tendría que enterarse lo que ocurría. Era una estrella divina del inframundo y no faltaba mucho para que sus poderes despertaran.
-Esto ya no es privado…
Volteo rápidamente mientras que vio como Hang cruzaba por la puerta que había estado abierta. El muchacho se tomaba muchas libertades como para ser un simple campesino. Talvez se escabullíos con sus raras habilidades y de esa manera había logrado entrar sin que alguien lo detuviera siquiera. No le importaba realmente a Thanathos lo que hubiera hecho o los motivos que este tendría para venir hasta ese lugar, pero lo que si le llegaba a importar era que aquel guerrero lo había visto con cosmos oscuro a su alrededor y ahora estaba al tanto de que algo extraño pasaba allí. Los ojos del dios lo miraban fríamente, de una manera directa y sin pronunciar palabra alguna, respirando mas fuerte que de costumbre mientras que su templo mostraba un sentimiento de furia y seriedad.
-¿Acaso no te han enseñado a no interrumpir las conversaciones que no te incumben y que además, son entre tus superiores?
Dijo el dios con un tono brusco y seco mientras que las puertas detrás del campesino se cerraban de manera bruta por un viento oscuro, que el dios Thanathos había provocado. El sonido de las puertas hizo eco en todo el lugar, cerrándose así toda posible huida que el muchacho pudiera tener, debido que al mismo tiempo se cerraron todas las entradas, salidas, ventanas que la habitación central del palacio, poseía. La gente se quedo afuera, ahora solo estaban ellos cuatro adentro y eran los únicos testigos de lo que estaban pasando.
-Espero que tu lengua no sea igual de estupida que tus pies. Ya que te metiste donde no debías, espero que al menos cierres la boca y no cuentes nada a nadie, así como no interrumpas en los acontecimientos que nuestra… “emperatriz”…. Esta viviendo.
Dijo con una sonrisa, después de todo, en el interior de Hang brillaba esa estrella oscura que había dentro de cada guerrero del inframundo. Era un guerrero aliado y serio mejor mantenerlo como tal, pero tampoco darle tantas libertades. La mirada del dios se dirigió a otra parte, hasta la muchacha que debía de estar en el suelo debido al golpe que Selene le dio en el rostro. Sonrío mientras que ahora se dirigía hacia Selene, caminando a pasos lentos mientras que hablaba con su voz humilde, la que usaba la mayoría del tiempo para confundir a las personas o incluso manipularlas.
-Tan fría y solitaria te has vuelto, que ya no reconoces a tu propia familia…Selene… Mírala bien, es tu hermana. Es Jezzara por donde la mires… Aunque no lo creas… No tuve nada que ver con esto.
Las palabras del dios eran ciertas, él jamás había visto a la muchacha anteriormente, solo sabia que era Jezzara porque su poder divino le permitía reconocer cada cosmos que se le pasaba por enfrente o estuviera a distancia. Él dios Thanathos no tenia un punto claro en su plan, solo quería ver la reacción de la muchacha al ver a su pequeña hermana viva, pero no fue la mas esperada… Aunque era una posibilidad que Thanathos tenia en cuenta. Volvió hacia atrás y ayudo a levantar a Jezzara mientras que decía unas palabras más para concluir su leve interrupción al “reencuentro”
-Discúlpala, al parecer, el poder se le subió a la cabeza…
Todo esto ocurría ignorando a Hang, a puertas cerradas y con el cosmos del dios Thanathos brillando como si fuera normal que esto pasara. Hang terminaría confundido, pero tarde o temprano tendría que enterarse lo que ocurría. Era una estrella divina del inframundo y no faltaba mucho para que sus poderes despertaran.
Illidan- Dios/a
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Réquiem de la Oscuridad (1650)
Defensa :
Esencia de la muerte
Cantidad de envíos : 105
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Tan pronto acababa de pronunciar algunas palabras casi sin darme cuenta sentí un fuerte golpe en mi rostro que hizo que cayera al suelo. Tan pronto eso ocurrió bajé mi rostro y unas lagrimas salieron de mis ojos casi instintivamente sin decir nada al respecto. Pero no por el golpe ni el dolor, sino por el hecho de que mi propia hermana no me haya reconocido y me haya golpeado sin más. No lo podía creer aquella mujer que ahora estaba a cargo de un reino ya no era la misma que antes, quizás el hecho de ser la emperatriz de Egipto la había convertido en alguien diferente quien no tiene sentimientos. O tal vez algo paso en este tiempo que estuve ausente que cambió el carácter de Selene, pero definitivamente ante mis ojos no era la misma joven bondadosa y amable que era conmigo antes. No creí que fuera a reaccionar de esa manera ante mi presencia, aunque quizás si, tal vez creía que era una mentira para jugar con sus sentimientos, viéndolo desde ese punto de vista era algo comprensible, pero no hasta el punto de golpearme e ignorar mi presencia de esa manera tan grosera.
Minutos después antes de que algo más ocurriese sentí unos pasos detrás mio, era un joven extraño a quien nunca había visto. No le dí mucha importancia, pero lo que me impresionó demasiado fue lo que ocurrió más tarde, pude notar una energía muy fuerte y oscura similar a la misma muerte alrededor de aquel hombre llamado Illidan, y vi como todas las posibles salidas, puertas y ventanas eran cerradas bruscamente por una fuerza sobrenatural. Eso me dejó atónita, comencé a creer que eso que alguna vez había escuchado del control del cosmos y los elementos era cierto. Aunque aquel hecho duró poco tiempo, pronto giré mi cabeza y dirigí mi vista hacia arriba y vi que Illidan se acercaba, me ayudó a ponerme de pie mientras me decía unas palabras, a las cuales contesté asintiendo con la cabeza. Al pararme firme nuevamente sequé mis lagrimas con una mano. Volví a mirar a Selene, con una gesto de frustración y desilusión en mi rostro, podía notarse a simple vista, ya no era una mirada de emoción ni ansias por aquel reencuentro, aquella acción de mi hermana me había decepcionado. Moví mis labios nuevamente para pronunciar unas palabras dirigidas hacia Selene.
-No puedo creerlo Selene, tanto tiempo ha pasado y te ves tan diferente...- Mis palabras eran firmes y serias, ya no utilizaba esa voz dulce que usé al principio, estaba algo molesta por lo que había ocurrido. -...creí que te alegraría mi regreso... pero al parecer ahora ni sentimientos te quedan...- Hice un silencio de algunos segundos recordando algo de mi pasado, mientras que apretaba con fuerza mi puño para luego mirar a Selene a los ojos. -Todos mis hermanos fueron asesinados... presencié ese maldito hecho... pero yo...- No pude evitar soltar algunas lágrimas más -...yo logré escapar gracias a tí Selene... gracias a las técnicas de pelea que me enseñaste cuando eramos niñas... por eso pude defenderme de esos asesinos...- Bajé un poco mi rostro y cerré los ojos dejando caer algunas lágrimas al suelo para luego continuar con mi diálogo. -Estuve tantos años perdida en Roma, sin siquiera saber quien era, viajé a Egipto nuevamente en tu busca...- Dije para luego mirar a Illidan por unos segundos -...y gracias a este hombre te encontré... pero ¿Para qué? Si ni siquiera me reconoces...-
Dije por último para hacer un silencio de algunos minutos en los que me preparaba para continuar hablando, estaba realmente molesta y desilusionada por aquella reacción de mi hermana que acabó por golpearme. Lo que de verdad quería era que ella me reconociera y me trate como lo hacía antes, que fuera esa hermana que me cuidaba y me ayudaba, lo que me impulsó a decir por último -No estoy mintiendo... si pudiera hacer algo que hiciera que me reconozcas... haría lo que sea...- Dije casi sin fuerzas resignada a que pase lo que el destino quiera que pase, ya no me importaba nada, si mi hermana me ignoraba y no reconocía mi presencia entonces volvería a las calles de Roma nuevamente vagando sin un destino. Yo permanecía parada frente a mi hermana, con mi rostro bajo y mis ojos cristalinos llenos de lágrimas, esperando lo que pueda llegar a pasar después.
Minutos después antes de que algo más ocurriese sentí unos pasos detrás mio, era un joven extraño a quien nunca había visto. No le dí mucha importancia, pero lo que me impresionó demasiado fue lo que ocurrió más tarde, pude notar una energía muy fuerte y oscura similar a la misma muerte alrededor de aquel hombre llamado Illidan, y vi como todas las posibles salidas, puertas y ventanas eran cerradas bruscamente por una fuerza sobrenatural. Eso me dejó atónita, comencé a creer que eso que alguna vez había escuchado del control del cosmos y los elementos era cierto. Aunque aquel hecho duró poco tiempo, pronto giré mi cabeza y dirigí mi vista hacia arriba y vi que Illidan se acercaba, me ayudó a ponerme de pie mientras me decía unas palabras, a las cuales contesté asintiendo con la cabeza. Al pararme firme nuevamente sequé mis lagrimas con una mano. Volví a mirar a Selene, con una gesto de frustración y desilusión en mi rostro, podía notarse a simple vista, ya no era una mirada de emoción ni ansias por aquel reencuentro, aquella acción de mi hermana me había decepcionado. Moví mis labios nuevamente para pronunciar unas palabras dirigidas hacia Selene.
-No puedo creerlo Selene, tanto tiempo ha pasado y te ves tan diferente...- Mis palabras eran firmes y serias, ya no utilizaba esa voz dulce que usé al principio, estaba algo molesta por lo que había ocurrido. -...creí que te alegraría mi regreso... pero al parecer ahora ni sentimientos te quedan...- Hice un silencio de algunos segundos recordando algo de mi pasado, mientras que apretaba con fuerza mi puño para luego mirar a Selene a los ojos. -Todos mis hermanos fueron asesinados... presencié ese maldito hecho... pero yo...- No pude evitar soltar algunas lágrimas más -...yo logré escapar gracias a tí Selene... gracias a las técnicas de pelea que me enseñaste cuando eramos niñas... por eso pude defenderme de esos asesinos...- Bajé un poco mi rostro y cerré los ojos dejando caer algunas lágrimas al suelo para luego continuar con mi diálogo. -Estuve tantos años perdida en Roma, sin siquiera saber quien era, viajé a Egipto nuevamente en tu busca...- Dije para luego mirar a Illidan por unos segundos -...y gracias a este hombre te encontré... pero ¿Para qué? Si ni siquiera me reconoces...-
Dije por último para hacer un silencio de algunos minutos en los que me preparaba para continuar hablando, estaba realmente molesta y desilusionada por aquella reacción de mi hermana que acabó por golpearme. Lo que de verdad quería era que ella me reconociera y me trate como lo hacía antes, que fuera esa hermana que me cuidaba y me ayudaba, lo que me impulsó a decir por último -No estoy mintiendo... si pudiera hacer algo que hiciera que me reconozcas... haría lo que sea...- Dije casi sin fuerzas resignada a que pase lo que el destino quiera que pase, ya no me importaba nada, si mi hermana me ignoraba y no reconocía mi presencia entonces volvería a las calles de Roma nuevamente vagando sin un destino. Yo permanecía parada frente a mi hermana, con mi rostro bajo y mis ojos cristalinos llenos de lágrimas, esperando lo que pueda llegar a pasar después.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
Ataques :AD - Light and Dark illusion (2000)AD – Illusory Copy (2150)
Defensa :Psychic Barrier
Cantidad de envíos : 193
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Selene no sabía que era lo que más le molestaba de la situación. La insolencia de Thanatos o la de esa mujer que se hacía pasar por su hermana. Era como si todos ahi se hubiesen olvidado con quien estaban tratando.
Fue entonces que lo entendió, mientras Thanatos estuviera en ese lugar ese mal trato y forma deningrante de tratarla en frente de todos continuaría. No había mucho que hacer por ello... ya no estaba cómoda en Egipto si eso significa que ese sujeto la siguiría irritando y tratando de hacer su vida un infierno.
Hang sólo entró sin si quiera pedir permiso para ello... la cosa seguía mejorando. Sin mencionar que esa niña le hablaba de una forma tan insolente que deseo golpearla nuevamente para hacerle ver que no estaba hablando con un perro o basura, sino con la Reina de Egipto.
Pero las palabras de Thanatos burlescas como siempre la volvían a irritar. A esa altura, a Selene no le interesaba si ese tipo era su superior o no, no le mostraría respeto alguno, lo había perdido completamente ya.
- ¿Qué te hace pensar que me volví fría ahora y no le he sido siempre?
Selene no había llegado a ser quien era porque le gustaran las abejas y los arco iris. La habían criado para confiar en nadie y cuestionar todo. En el puesto en que estaba siempre abundaban las traiciones y la muerte...
En ningun momento esos sujetos pensaban que la última vez que Selene había visto a Jezzara era una niña de cabello corto y rubio cubierto en una peluca de pelo corto y negro, de ojos pesadamente maquillados en lienas negras. Ahora venía una joven, casi una mujer, alta, con el rostro bastante mas cambiado al de una niña, con pelo rubio y largo. Era una persona casi completamente diferente a la que Selene tenía en mente... no era extraño que pensara que la estaban tratando de engañar.
Y aun así cuando Selene había descargado toda su rabia de que intentaran hacer pasar a esa joven por alguien que ella amaba, Thanatos la ayuda a poner se pie. Eso simplemente no tenía precio...
- JA...jajajaja....JAJAJAJAJAJAJAJA... ¡UN DIOS PIDIENDOLE PERDON A UN HUMANO! Ni si quiera si lo hubiese planeado me causaría más gracia. ¿Así esperas que yo te respete? ¡Retírate de mi vista ente patetico!
Pero entre la risa Jezzara continuo hablando y hubo algo en toda esa palabrería que le llamó la atención. Que esa mujer supiera lo de que le había enseñado a Jezzara como defenderse cuando era niña. Lo había hecho en secreto, solo Jezzara y ella sabian de ello... y nunca se lo comentó a Illidan pues, ella no hablaba de sus hermanos menores, hacerlo dolía mucho.
Miró a la joven detenidamente... no dijo nada... solo la miró indiferente y fría pero buscando algo en ella que le señalara si en verdad era Jezzara, si esa joven no estaba mintiendo. Fue entonces que tomó el brazo de la chica con fuerza y lo tiró hacia ella, buscando en su codo un pequeño lunar que Jezzara tenía, algo muy poco común. Nadie tenía un lugar en el codo, ese no era lugar para ello.
Para su sorpresa, lo encontró. La miró sospechosa del asunto y decidió entonces que averiguaría el asunto a fondo. Si de verdad era su hermana, entonces debía sacarla de ahí rapidamente, pues ese tal Thanatos estaba demente y quien sabía que podría realizarle a la joven para irritar a Selene o herirla.
- Hang... lleva a esta impostora al calabozo y vigila. Que nadie la toque hasta que mis torturadores personales se hagan presente. - Sonaba tan fría que no pensó en momento alguno que atras de esa crueldad Thanatos pensara que lo que quería realmente era proteger a Jezzara. Al menos la mandaba a un lugar lejano de ahí con la protección de Hang. Cuando ese sujeto dejara de intentar hacer de su vida un infierno podría averiguar si esa chica era o no Jezzara. Si lo era lo mas inteligente era tenerla presa y lejos de ella, pretender que no le importaba su destino. Si no era Jezzara, ya estaba presa y podrían matarla en cualquier momento. Por donde se viera era un buen plan, al menos para Selene.
Fue entonces que lo entendió, mientras Thanatos estuviera en ese lugar ese mal trato y forma deningrante de tratarla en frente de todos continuaría. No había mucho que hacer por ello... ya no estaba cómoda en Egipto si eso significa que ese sujeto la siguiría irritando y tratando de hacer su vida un infierno.
Hang sólo entró sin si quiera pedir permiso para ello... la cosa seguía mejorando. Sin mencionar que esa niña le hablaba de una forma tan insolente que deseo golpearla nuevamente para hacerle ver que no estaba hablando con un perro o basura, sino con la Reina de Egipto.
Pero las palabras de Thanatos burlescas como siempre la volvían a irritar. A esa altura, a Selene no le interesaba si ese tipo era su superior o no, no le mostraría respeto alguno, lo había perdido completamente ya.
- ¿Qué te hace pensar que me volví fría ahora y no le he sido siempre?
Selene no había llegado a ser quien era porque le gustaran las abejas y los arco iris. La habían criado para confiar en nadie y cuestionar todo. En el puesto en que estaba siempre abundaban las traiciones y la muerte...
En ningun momento esos sujetos pensaban que la última vez que Selene había visto a Jezzara era una niña de cabello corto y rubio cubierto en una peluca de pelo corto y negro, de ojos pesadamente maquillados en lienas negras. Ahora venía una joven, casi una mujer, alta, con el rostro bastante mas cambiado al de una niña, con pelo rubio y largo. Era una persona casi completamente diferente a la que Selene tenía en mente... no era extraño que pensara que la estaban tratando de engañar.
Y aun así cuando Selene había descargado toda su rabia de que intentaran hacer pasar a esa joven por alguien que ella amaba, Thanatos la ayuda a poner se pie. Eso simplemente no tenía precio...
- JA...jajajaja....JAJAJAJAJAJAJAJA... ¡UN DIOS PIDIENDOLE PERDON A UN HUMANO! Ni si quiera si lo hubiese planeado me causaría más gracia. ¿Así esperas que yo te respete? ¡Retírate de mi vista ente patetico!
Pero entre la risa Jezzara continuo hablando y hubo algo en toda esa palabrería que le llamó la atención. Que esa mujer supiera lo de que le había enseñado a Jezzara como defenderse cuando era niña. Lo había hecho en secreto, solo Jezzara y ella sabian de ello... y nunca se lo comentó a Illidan pues, ella no hablaba de sus hermanos menores, hacerlo dolía mucho.
Miró a la joven detenidamente... no dijo nada... solo la miró indiferente y fría pero buscando algo en ella que le señalara si en verdad era Jezzara, si esa joven no estaba mintiendo. Fue entonces que tomó el brazo de la chica con fuerza y lo tiró hacia ella, buscando en su codo un pequeño lunar que Jezzara tenía, algo muy poco común. Nadie tenía un lugar en el codo, ese no era lugar para ello.
Para su sorpresa, lo encontró. La miró sospechosa del asunto y decidió entonces que averiguaría el asunto a fondo. Si de verdad era su hermana, entonces debía sacarla de ahí rapidamente, pues ese tal Thanatos estaba demente y quien sabía que podría realizarle a la joven para irritar a Selene o herirla.
- Hang... lleva a esta impostora al calabozo y vigila. Que nadie la toque hasta que mis torturadores personales se hagan presente. - Sonaba tan fría que no pensó en momento alguno que atras de esa crueldad Thanatos pensara que lo que quería realmente era proteger a Jezzara. Al menos la mandaba a un lugar lejano de ahí con la protección de Hang. Cuando ese sujeto dejara de intentar hacer de su vida un infierno podría averiguar si esa chica era o no Jezzara. Si lo era lo mas inteligente era tenerla presa y lejos de ella, pretender que no le importaba su destino. Si no era Jezzara, ya estaba presa y podrían matarla en cualquier momento. Por donde se viera era un buen plan, al menos para Selene.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Después de un momento de haber entrado y observado al hombre que para mi parecer ya no era Illidan se dio cuenta de que me encontraba presente en el lugar ya que me miro casi de la misma manera que yo a el no me importaba lo que estuviera pensando, pero al acabar de pronunciar unas palabras con un tono brusco por mi intromisión un viento que tenia la esencia de la muerte comenzó a serrar todas las entradas y salidas que se encontraran abiertas impidiendo que las personas que se encontraran afuera pudieran entrar al mismo tiempo de impedir la salida de los que se encontraban adentro
Al escuchar sus palabras sentí al ver esa sonrisa que tenia como si se estuviera burlando de mi eso provoco que me irritara pero creí que era mejor no hacer nada estúpido, solo observaba lo que se encontraba pasando desvié mi mirada hacia la joven de cabellos rubios por que se encontraba en el suelo por razones que desconocía pero al volver a escuchar la voz de ese hombre ahora mas respetuosa para Selene me irrito aun mas ya que me parecía que se burlaba de Selene por alguna razón, pero algo en sus palabras no me quedaba claro.-Hermana…de Selene-pensé mientras observaba como ese sujeto ayuda a levantarse a la que se suponía era la hermana de nuestra reina.
Me importaba poco que fuera ignorado en el transcurso de ese suceso, solo pude observar un aura que emanaba ese hombre.-Así que de el provenía esa aura…-solo eso pude saber con certeza mientras me encontraba confundido por lo mismo que pasaba aun mas con las palabras de Selene.-Un dios?...-le prestaba poca atención a la joven que se encontraba algo desilusionada pero con un deseo de que creyeran sus palabras que me llamo un poco la atención eso provoco que para mi parecer la furia de Selene ocasionando que la jalara me imagine que le aria algo peor pero no…
Esta bien la llevare al calabozo y vigilare que nadie se le acerque.-dije mientras hacia una pequeña reverencia tomando de un brazo a la joven pero no con demasiada fuerza ya que me acostumbraron a tratar a todos de manera cuidadosa, pero si quería retirarme lo mas rápido posible del lugar ya que el aura de ese hombre me causaba un malestar que no soportaría por mucho tiempo al empezar a retirarnos seguía mi expresión fría y tensa por la presencia de Illidan,queria salir de allí para ir a los calabozos y llevarla pero mire a la joven algo desconsolada mi educación me decía que le diera palabras de aliento pero decidí mantener mi distancia y no socializar con ella, pero aun algo confundido por la orden que me dio, yo esperaba que le haría algo por su atrevimiento pero no,all acércame a las puertas no las pude abrir era como si lago las hubiese atorado o incluso sellado así que di la vuelta preguntándome si tendría que ver con Illidan que emanaba un aura muy poderosa que parecía cubrir el lugar
Al escuchar sus palabras sentí al ver esa sonrisa que tenia como si se estuviera burlando de mi eso provoco que me irritara pero creí que era mejor no hacer nada estúpido, solo observaba lo que se encontraba pasando desvié mi mirada hacia la joven de cabellos rubios por que se encontraba en el suelo por razones que desconocía pero al volver a escuchar la voz de ese hombre ahora mas respetuosa para Selene me irrito aun mas ya que me parecía que se burlaba de Selene por alguna razón, pero algo en sus palabras no me quedaba claro.-Hermana…de Selene-pensé mientras observaba como ese sujeto ayuda a levantarse a la que se suponía era la hermana de nuestra reina.
Me importaba poco que fuera ignorado en el transcurso de ese suceso, solo pude observar un aura que emanaba ese hombre.-Así que de el provenía esa aura…-solo eso pude saber con certeza mientras me encontraba confundido por lo mismo que pasaba aun mas con las palabras de Selene.-Un dios?...-le prestaba poca atención a la joven que se encontraba algo desilusionada pero con un deseo de que creyeran sus palabras que me llamo un poco la atención eso provoco que para mi parecer la furia de Selene ocasionando que la jalara me imagine que le aria algo peor pero no…
Esta bien la llevare al calabozo y vigilare que nadie se le acerque.-dije mientras hacia una pequeña reverencia tomando de un brazo a la joven pero no con demasiada fuerza ya que me acostumbraron a tratar a todos de manera cuidadosa, pero si quería retirarme lo mas rápido posible del lugar ya que el aura de ese hombre me causaba un malestar que no soportaría por mucho tiempo al empezar a retirarnos seguía mi expresión fría y tensa por la presencia de Illidan,queria salir de allí para ir a los calabozos y llevarla pero mire a la joven algo desconsolada mi educación me decía que le diera palabras de aliento pero decidí mantener mi distancia y no socializar con ella, pero aun algo confundido por la orden que me dio, yo esperaba que le haría algo por su atrevimiento pero no,all acércame a las puertas no las pude abrir era como si lago las hubiese atorado o incluso sellado así que di la vuelta preguntándome si tendría que ver con Illidan que emanaba un aura muy poderosa que parecía cubrir el lugar
Última edición por Hang el Jue Nov 25, 2010 9:10 pm, editado 1 vez
Hang- Juez del Inframundo
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Plumas Espectrales (1200)
Defensa :
Alas De La Oscuridad
Cantidad de envíos : 305
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
La mirada de Illidan se cruzo de manera fatal con la que de Selene, las flamas negras del inframundo ascendieron cubriendo las puertas que hacia tiempo que estaban cerradas. La retirada de Hang era inútil, debido a que jamás había bajado la orden de su poder como para poderse retirar por algún lado. El lugar seguía sin salida al mismo tiempo que Hang se alejaba con la muchacha. Su cabeza dio media vuelta con una simple expresión fría mientras que dijo unas palabras que podrían sonar confusas, pero que después de todo eran verdaderas.
-Garuda… Deja a esa muchacha donde estaba
El tono en que pronuncio las palabras no era el mas amable, de hecho, sonó con toda la frialdad que un dios podía tener en su ser. Las llamas de su cosmos se encendieron rápidamente mientras que ahora la mirada estaba puesta en Selene. Su rostro no mostraba sonrisa, no mostraba expresión, no mostraba nada… Solamente un gran disgusto. El disgusto que se había llevado con aquella dama del inframundo que parecía subestimarlo de una manera poco conveniente. El piso comenzó a quebrarse mientras que lentamente, las paredes temblaban un poco. No lo suficiente como para hacerle un daño de gravedad al palacio, pero si para dar la idea de que el dios podía hacerlo.
-Tu crees… ¿Qué realmente me importa lo que pienses o hagas, Selene?... –Sus palabras seguían siendo frías, pero esta vez iban acompañadas con unos gestos de sus manos muy carismáticos- Eres solo un soldado del inframundo y lo sabes bien, eres solo un lacayo de Hades que trata de enfrentarse a un dios… Mide tus palabras.
La mirada de Thanathos ahora se dirigió al templo que seguía temblando levemente, sacando un poco de polvo de las paredes y el techo, exactamente en el nexo entre ambas partes de la construcción. Desde el suelo comenzaron a salir enredaderas oscuras que iban atravesando la baldosa.
-Puedo convertir todo Egipto en un infierno literal, sin necesitar tu opinión siquiera, en nombre de Hades puedo hacerlo porque mi señor se merece un lugar como este… -Las palabras de Thanathos comenzaban a ser mas egocéntricas, su visión a futuro era demasiado grande y con el hambre de un conquistador planeaba sumir a todo Egipto en oscuridad y sombras, pero por un momento se olvido que Hang y Jezzara estaban detrás suyo. Decidió voltear lentamente y decirle unas últimas palabras al actual campesino, que desprendía esa esencia divina que el dios había identificado previamente como la estrella de Garuda- Hang… ¿No sientes dolores de cabeza de vez en cuando?
Por primera vez desde que tomo el control de la palabra, una sonrisa se dibujo en su rostro. Las llamas ahora envolvían a la muchacha y la traían hasta los pies del dios, dejando así solo a Hang de un lado mientras que Thanathos caminaba hacia él.
.No escuchas tu verdadera voz en tu interior que te llama, no escuchas como pide tu cuerpo con esmero… Es hora de que escuches esa voz Hang, es hora de que te escuches a ti mismo… Garuda.
Le dio una última mirada al mismo tiempo que las enredaderas y las llamas desaparecían de un golpe. El pequeño temblor pasó y el polvo que caía lentamente era lo único que quedaba, el suelo se arreglo totalmente y las puertas se terminaron abriendo en un duro golpe de fuerza. Las últimas palabras de Thanathos estaban próximas y las menciono mientras que se retiraba por la entrada principal al salón.
-No me interesa realmente que hagas con Jezzara o con tu vida, Selene… Solo te recomiendo que mantengas bien en mente, quienes son tus aliados y quienes no lo son… Solo eso.
Mientras que se retiraba, logro mencionar unas últimas palabras al pasar al lado de Hang.
-Búscame, si quieres respuestas…
-Garuda… Deja a esa muchacha donde estaba
El tono en que pronuncio las palabras no era el mas amable, de hecho, sonó con toda la frialdad que un dios podía tener en su ser. Las llamas de su cosmos se encendieron rápidamente mientras que ahora la mirada estaba puesta en Selene. Su rostro no mostraba sonrisa, no mostraba expresión, no mostraba nada… Solamente un gran disgusto. El disgusto que se había llevado con aquella dama del inframundo que parecía subestimarlo de una manera poco conveniente. El piso comenzó a quebrarse mientras que lentamente, las paredes temblaban un poco. No lo suficiente como para hacerle un daño de gravedad al palacio, pero si para dar la idea de que el dios podía hacerlo.
-Tu crees… ¿Qué realmente me importa lo que pienses o hagas, Selene?... –Sus palabras seguían siendo frías, pero esta vez iban acompañadas con unos gestos de sus manos muy carismáticos- Eres solo un soldado del inframundo y lo sabes bien, eres solo un lacayo de Hades que trata de enfrentarse a un dios… Mide tus palabras.
La mirada de Thanathos ahora se dirigió al templo que seguía temblando levemente, sacando un poco de polvo de las paredes y el techo, exactamente en el nexo entre ambas partes de la construcción. Desde el suelo comenzaron a salir enredaderas oscuras que iban atravesando la baldosa.
-Puedo convertir todo Egipto en un infierno literal, sin necesitar tu opinión siquiera, en nombre de Hades puedo hacerlo porque mi señor se merece un lugar como este… -Las palabras de Thanathos comenzaban a ser mas egocéntricas, su visión a futuro era demasiado grande y con el hambre de un conquistador planeaba sumir a todo Egipto en oscuridad y sombras, pero por un momento se olvido que Hang y Jezzara estaban detrás suyo. Decidió voltear lentamente y decirle unas últimas palabras al actual campesino, que desprendía esa esencia divina que el dios había identificado previamente como la estrella de Garuda- Hang… ¿No sientes dolores de cabeza de vez en cuando?
Por primera vez desde que tomo el control de la palabra, una sonrisa se dibujo en su rostro. Las llamas ahora envolvían a la muchacha y la traían hasta los pies del dios, dejando así solo a Hang de un lado mientras que Thanathos caminaba hacia él.
.No escuchas tu verdadera voz en tu interior que te llama, no escuchas como pide tu cuerpo con esmero… Es hora de que escuches esa voz Hang, es hora de que te escuches a ti mismo… Garuda.
Le dio una última mirada al mismo tiempo que las enredaderas y las llamas desaparecían de un golpe. El pequeño temblor pasó y el polvo que caía lentamente era lo único que quedaba, el suelo se arreglo totalmente y las puertas se terminaron abriendo en un duro golpe de fuerza. Las últimas palabras de Thanathos estaban próximas y las menciono mientras que se retiraba por la entrada principal al salón.
-No me interesa realmente que hagas con Jezzara o con tu vida, Selene… Solo te recomiendo que mantengas bien en mente, quienes son tus aliados y quienes no lo son… Solo eso.
Mientras que se retiraba, logro mencionar unas últimas palabras al pasar al lado de Hang.
-Búscame, si quieres respuestas…
Illidan- Dios/a
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Réquiem de la Oscuridad (1650)
Defensa :
Esencia de la muerte
Cantidad de envíos : 105
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Desde mi punto de vista Selene no era la misma de antes, no quería reconocerme, o quizás si lo hizo pero por algún motivo me rechazaba. Pero en mi mente seguían los mismos pensamientos, que en todo este tiempo que estuve ausente ella había cambiado mucho y se había vuelto fría y muy diferente a la Selene que conocía desde niña. Yo estaba verdaderamente desilusionada de la manera en que ella me trataba pero ya estaba resignada a mis pensamientos, aunque ella quisiera cuidarme en realidad yo pensaba que aún seguía creyendo que era una impostora.
De pronto unas nuevas palabras de Selene rompían el silencio, le pedían a un tal Hang de que llevase al calabozo, no quería que eso ocurra pero definitivamente era una orden de la actual emperatriz de Egipto y debía de cumplirse, no podía hacer nada al respecto. Estaba desilusionada y triste, no podía moverme, solo las lágrimas cristalinas resbalaban por mis mejillas enrojecidas, mis ojos permanecían cerrados fuertemente, hasta que de pronto sentí que alguien apretaba con fuerza mi brazo, abrí mis ojos y al voltear vi al joven que hace un rato había ingresado al gran salón del palacio. Aquel muchacho jaló de mi brazo, eso me obligó a caminar hacia donde iba él. A medida que caminaba miraba de a rato a Selene, no podía creer lo que estaba ocurriendo, me había imaginado una situación diferente, pensé que ella me iba a recibir con emoción y cariño, pero fue totalmente lo contrario. Y era una posibilidad claro, el hecho de haber perdido a una hermana hace tanto tiempo, recordarla siempre creyendo que está muerta y luego de un tiempo venga una niña diciendo ser esa persona, es fácil creer que es un engaño, por eso no la culpaba. Pero me resigné a que me pase lo que el destino quiera con mi vida, después de todo, era una vagabunda que va por el mundo sin un destino, sin nada que hacer.
Mientras me alejaba a la salida junto a aquel joven escuchaba unas palabras de Illidan que para mí no tenían mucho sentido, no entendía lo que él decía, cada palabra era extraña para mi, pero me mantuve en silencio.
-No puedo creer que esto este pasando, mi propia hermana enviándome al calabozo... no me lo esperaba de esta forma... pero bueno, si es lo que tenía que pasar no me interpondré... no tengo derecho a hacerlo...- Me decía a mi misma en mis pensamientos mientras me arrastraban hacia la salida. Mientras tanto trataba de contener las lagrimas que seguían saliendo como si nada, entonces las limpiaba con mi mano tratando de disimular mi llanto pero definitivamente era algo imposible, estaba triste y desilusionada no podía hacer que eso cambie, tan solo esperar y ser paciente, ir paso a paso y pensar lo que debía hacer luego.
De pronto unas nuevas palabras de Selene rompían el silencio, le pedían a un tal Hang de que llevase al calabozo, no quería que eso ocurra pero definitivamente era una orden de la actual emperatriz de Egipto y debía de cumplirse, no podía hacer nada al respecto. Estaba desilusionada y triste, no podía moverme, solo las lágrimas cristalinas resbalaban por mis mejillas enrojecidas, mis ojos permanecían cerrados fuertemente, hasta que de pronto sentí que alguien apretaba con fuerza mi brazo, abrí mis ojos y al voltear vi al joven que hace un rato había ingresado al gran salón del palacio. Aquel muchacho jaló de mi brazo, eso me obligó a caminar hacia donde iba él. A medida que caminaba miraba de a rato a Selene, no podía creer lo que estaba ocurriendo, me había imaginado una situación diferente, pensé que ella me iba a recibir con emoción y cariño, pero fue totalmente lo contrario. Y era una posibilidad claro, el hecho de haber perdido a una hermana hace tanto tiempo, recordarla siempre creyendo que está muerta y luego de un tiempo venga una niña diciendo ser esa persona, es fácil creer que es un engaño, por eso no la culpaba. Pero me resigné a que me pase lo que el destino quiera con mi vida, después de todo, era una vagabunda que va por el mundo sin un destino, sin nada que hacer.
Mientras me alejaba a la salida junto a aquel joven escuchaba unas palabras de Illidan que para mí no tenían mucho sentido, no entendía lo que él decía, cada palabra era extraña para mi, pero me mantuve en silencio.
-No puedo creer que esto este pasando, mi propia hermana enviándome al calabozo... no me lo esperaba de esta forma... pero bueno, si es lo que tenía que pasar no me interpondré... no tengo derecho a hacerlo...- Me decía a mi misma en mis pensamientos mientras me arrastraban hacia la salida. Mientras tanto trataba de contener las lagrimas que seguían saliendo como si nada, entonces las limpiaba con mi mano tratando de disimular mi llanto pero definitivamente era algo imposible, estaba triste y desilusionada no podía hacer que eso cambie, tan solo esperar y ser paciente, ir paso a paso y pensar lo que debía hacer luego.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
Ataques :AD - Light and Dark illusion (2000)AD – Illusory Copy (2150)
Defensa :Psychic Barrier
Cantidad de envíos : 193
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Selene no dijo nada mientras observaba como se retiraba Illidan del Salón real, pero con cada paso despectivo que ese sujeto daba, más era el rencor que Selene sentía en su corazón hacia ese inmundo dios. Ella era leal, claro que lo era, sabía quien era y a quien debía obedecer… pero algo que jamás aceptaría de parte de un dios subordinado de Hades era que la menospreciara o le diera un trato como si ella se tratara de basura después de todo lo que había hecho por el ejercito del inframundo.
- ¡Nunca pelee al lado de nadie en el inframundo y no estoy por empezar a hacerlo ahora! – Miraba con mucha ira a Illidan, apretando su puño incluso mientras que su pecho ardía. - No necesito de aliados para ser el espectro más competente de Hades. Después de todo le sirvo a él, no a ti, ni a Hypnos. No necesito de aliados para hacer lo que se me ordene hacer, y sólo HADES tiene la autoridad para mandarme a hacer algo. Depender del vínculo de compañerismo entre espectros solo muestra la debilidad en un guerrero… como la hay en el Santuario de Athena.
Las palabras de Selene podían sonar frías, altaneras y demasiado orgullosas. Pero así era la personalidad de esa guerrera. Siempre había sido así y siempre seguiría siendo así. Para ella el orgullo era lo más importante en su vida y era lo que la mantenía siendo la mujer que era. Pero Illidan se había retirado, ya no tenía que estar aguantándolo en ese lugar. Nunca imaginó que un sujeto así tuviera la capacidad para sacarla de sus casillas con tanta felicidad pero… el lo lograba, y empezaba a considerar seriamente si podría estar en el inframundo con las constantes ordenes y hostigamientos de un sujeto así.
Miró a Hang a continuación. Desde el momento en que lo había visto había sentido algo distinto en él, en ese campesino había más de lo que se mostraba.
- Ya no necesito tus servicios Hang, al menos no por ahora.
Selene caminó con rapidez hacia donde se encontraba la muchacha rubia y observó si estaba herida por los actos bruscos de Thanatos hacía ella. Era por eso mismo que la había intentado sacar de ahí lo más rápido posible, pues sabía que era muy peligroso que su hermana estuviera entre personas que habían perdido completamente su humanidad y sentido de empatía.
- Silencio. No digas una sola palabra. – Dijo Selene mientras le tomaba la mano con fuerza y empezaba a correr para sacarla de ahí. Llegó a una pared en donde había una simple estatua y tomó una de las manos del coloso. De inmediato la estatua se movió hacia un costado revelando un pasaje secreto. – Sólo sígueme. No tienes más opciones en este momento… Jezzara. Si es que eres mi hermana deberías recordar a la perfección cada uno de los pasillos secretos de este palacio y sabes donde nos dirigimos, ¿Verdad?
El pasaje secreto atrás de esa estatua se dirigía hacia los jardines del palacio, justo atrás de la parte de la pared que era más baja y se podía atravesar escalando una enredadera. Cuando eran niñas solían usarlo por lo mismo Selene miró a los ojos a esa chica y supo que si estaba mintiendo, no sabría donde rayos iban.
Tenía que sacarla de Egipto, sin importar el precio de ello. En Egipto esa niña corría peligro.
- ¿Donde lleva este pasaje Jezzara?
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Escuche las palabras de Illidan me sorprendió demasiado hasta el punto de quedarme inmóvil, el como sabia acerca de la Garuda esa parte de mi que sale a la superficie en algunas ocasiones.-como es que…-por ese momento casi olvido a todos a mi alrededor solo enfocando la vista en Illidan que por extrañas razones me parecía conocido, en ese momento un nombre cruzo por mi mente. -Thanatos…-no prestaba atención a la discusión que tenia con Selene ni siquiera me importaba que en lugar se pudiera caer en pedazos lo que me interesaba en ese momento era saber la verdad.
Pero algunas palabras de ambos me aclararon en parte mis dudas, ya había comprendido el porque no sentía como enemiga a Selene y el porque el aura de ese hombre me ayudaría a recordar quien soy realmente, al voltear a vernos mas cosas me hicieron pensar que en verdad el era quien podía ayudarme sino porque sabría acerca de los dolores de cabeza además de esa voz que me llama para que despierte la pasar a mi lado considere sus palabras de buscarlo para que me diera las respuestas que necesitaba como quien soy y a quien sirvo.
Al mirar a un lado la joven a quien tenia que escoltar ya no se encontraba junto a mi sino bastante lejos de mi lado a causa del poder de Illidan, al mirar a Selene.-Como desee…-antes de dar la vuelta para dirigirme a la salida mire como se acerco con velocidad a la supuesta impostora de su hermana.-Acaso ella no acaba de mencionar la debilidad del compañerismo…ja…entonces porque se preocupa por esa mujer entonces no es tan fuerte como dice…-pensaba que si no me necesitaba ya entonces no había razón de permanecer por ahí si tenia la oportunidad de recuperar mi verdadero ser y el único que por ahora podía ayudarme para eso era Thanatos…gracias a su aura pude recordar algunas cosas que me servirían para seguir adeante, di la vuelta ya sin importarme que pudiera hacer Selene con esa joven caminaba sin despreocupación alguna ante la gente que se acercaba para poder ver lo que ocurrió, no les tomaba importancia ha cerca de sus comentarios y preguntas, ya que por el momento quería encontrar a Illidan.
Pero algunas palabras de ambos me aclararon en parte mis dudas, ya había comprendido el porque no sentía como enemiga a Selene y el porque el aura de ese hombre me ayudaría a recordar quien soy realmente, al voltear a vernos mas cosas me hicieron pensar que en verdad el era quien podía ayudarme sino porque sabría acerca de los dolores de cabeza además de esa voz que me llama para que despierte la pasar a mi lado considere sus palabras de buscarlo para que me diera las respuestas que necesitaba como quien soy y a quien sirvo.
Al mirar a un lado la joven a quien tenia que escoltar ya no se encontraba junto a mi sino bastante lejos de mi lado a causa del poder de Illidan, al mirar a Selene.-Como desee…-antes de dar la vuelta para dirigirme a la salida mire como se acerco con velocidad a la supuesta impostora de su hermana.-Acaso ella no acaba de mencionar la debilidad del compañerismo…ja…entonces porque se preocupa por esa mujer entonces no es tan fuerte como dice…-pensaba que si no me necesitaba ya entonces no había razón de permanecer por ahí si tenia la oportunidad de recuperar mi verdadero ser y el único que por ahora podía ayudarme para eso era Thanatos…gracias a su aura pude recordar algunas cosas que me servirían para seguir adeante, di la vuelta ya sin importarme que pudiera hacer Selene con esa joven caminaba sin despreocupación alguna ante la gente que se acercaba para poder ver lo que ocurrió, no les tomaba importancia ha cerca de sus comentarios y preguntas, ya que por el momento quería encontrar a Illidan.
Hang- Juez del Inframundo
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Plumas Espectrales (1200)
Defensa :
Alas De La Oscuridad
Cantidad de envíos : 305
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Estaba resignada a que me iban a llevar al calabozo y que pasaría el resto de mis días allí sola. Pero una orden de la emperatriz hizo que aquel muchacho me suelte, no sabía por que pero me sorprendí, al momento de que eso ocurrió, sin que pasen muchos minutos vi a Selene corriendo hacia mí. Me tomó con fuerza del brazo y me llevó hasta donde se encontraba una estatua, en ese momento lo recordé cuando eramos niñas, siempre nos escabullíamos y nos metíamos en un pasadizo que llevaba a los jardines del palacio, logré notarlo cuando ella movió la estatua.
Luego ella mencionó unas palabras que me dejaron muy confundida pero tuve la oportunidad de pensar diferente a como lo hacía hace unos momentos. Quizás ella sospechaba que de verdad podía ser su verdadera hermana y me quería poner a salvo aunque no tenía idea de por que motivo, creía que quizás Selene quería comprobarlo de alguna manera para no tener dudas, entonces decidí seguirle la corriente. Al cabo de unos segundos escuché una pregunta que ella me hizo. Obviamente recordaba muy claramente a donde se dirigía ese pasillo secreto y más aun que estaba a su lado, podía recordar muy bien los momentos que pasábamos cuando eramos niñas. Decidí que iba a contestarle aunque con un poco de temor pues ahora que era la emperatriz de Egipto no sabía como reaccionaría.
-S... si... este pasaje lleva a los jardines del palacio... lo recuerdo muy bien...- Dije con la voz un poco temblorosa. -Solíamos usarlo cuando eramos pequeñas...- Agregué luego con un poco de miedo. No podía evitar recordarlo, esas imágenes siempre pasaban por mi mente, desde el momento en que me separé de mi familia, todos los años que pasé sola siempre recordaba esos momentos que pasé con mi tan querida hermana mayor. No sabía a donde ibamos exactamente, o mejor dicho, por qué motivo me llevaba con tanta prisa, tenía temor de que algo me pase? no lo sabía realmente pero tampoco me atreví a preguntarle ya que anteriormente me había dicho que me quedase en silencio, entonces solo decidí seguir sus paso, después de todo ella debía saber lo que hacía. Entonces por un momento ignoré lo que había pasado hace un momento para tratar de descifrar que era lo que quería hacer Selene, el motivo por el cual me quería sacar del palacio.
Luego ella mencionó unas palabras que me dejaron muy confundida pero tuve la oportunidad de pensar diferente a como lo hacía hace unos momentos. Quizás ella sospechaba que de verdad podía ser su verdadera hermana y me quería poner a salvo aunque no tenía idea de por que motivo, creía que quizás Selene quería comprobarlo de alguna manera para no tener dudas, entonces decidí seguirle la corriente. Al cabo de unos segundos escuché una pregunta que ella me hizo. Obviamente recordaba muy claramente a donde se dirigía ese pasillo secreto y más aun que estaba a su lado, podía recordar muy bien los momentos que pasábamos cuando eramos niñas. Decidí que iba a contestarle aunque con un poco de temor pues ahora que era la emperatriz de Egipto no sabía como reaccionaría.
-S... si... este pasaje lleva a los jardines del palacio... lo recuerdo muy bien...- Dije con la voz un poco temblorosa. -Solíamos usarlo cuando eramos pequeñas...- Agregué luego con un poco de miedo. No podía evitar recordarlo, esas imágenes siempre pasaban por mi mente, desde el momento en que me separé de mi familia, todos los años que pasé sola siempre recordaba esos momentos que pasé con mi tan querida hermana mayor. No sabía a donde ibamos exactamente, o mejor dicho, por qué motivo me llevaba con tanta prisa, tenía temor de que algo me pase? no lo sabía realmente pero tampoco me atreví a preguntarle ya que anteriormente me había dicho que me quedase en silencio, entonces solo decidí seguir sus paso, después de todo ella debía saber lo que hacía. Entonces por un momento ignoré lo que había pasado hace un momento para tratar de descifrar que era lo que quería hacer Selene, el motivo por el cual me quería sacar del palacio.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
Ataques :AD - Light and Dark illusion (2000)AD – Illusory Copy (2150)
Defensa :Psychic Barrier
Cantidad de envíos : 193
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Selene caminó lentamente hacia el trono. No portaba joyas pues se las había dado a Jezzara. Sus ojos perfectamente delineados en negro miraron al vacío mientras se sentaba y daba dos aplausos indicando que podía entrar la gente que estaba fuera de ese salón. La verdad... la dama de la ira tenía sed y como ya estaba anocheciendo pensaba en beber algo de vino, alguna cosa que esa noche le apaciguara el sueño y le sacara de la mente la imagen de Jezzara.
Una a una fueron entrando las doncellas... hermosas damas Egipcias que portaban abanicos de plumas de pavo real para refrescar a Selene. Le sirvieron vino que una de ellas probó primero. Selene sonrió.
- Creo que el vino envenenado ya no podría matarme. - Era extraño que se dirigiera a los esclavos y de hecho no lo hacía. Más que nada parecía que estaba hablando a si misma.
De pronto un hombre entró, uno de los guardias, haciendo todas las reverencias posibles. Selene suspiró irritada pues, se imaginaba que tipo de sucesos tendría que lidear ahora. Illidan ya no estaba ahi para asistirla, tampoco Hang, ni Kisame... Rain quien diablos sabría donde estaba y en el resto no confiaba. Parecía que ese tipo de asuntos desde ese momento los tendría que solucionar ella.
- ¿Que sucede? Habla rápido.
- Mi señora... ohhh diosa Isis... Los romanos, han llegado... aquellos romanos... ¿Preparo los barcos de guerra?
- ¿Una flota naval? ¿Una flota viene a atacar Alejandría? - Preguntó extrañada y hasta molesta, pues una carta de hacía una semana o mas decía que el senado había aceptado su acuerdo de paz.
- No lo sabemos... es solo una nave con militares...
- Ya veo. - Dijo algo divertida. Militares romanos era justo lo que necesitaba para olvidarse del asunto de Jezzara. Recordaba aquella epoca que había entretenido a Edward como algo divertido, quizas le traían noticias de su futuro esposo. - Apenas desembarquen traiganlos. Pero que entren limpios... odio el olor a romano sucio.
- Sí mi señora.
De esa forma aquel guardía salió haciendo reverencias hasta la puerta de salón y se retiró del lugar. Selene no estaba de animos para arreglarse más de la cuenta, por lo tanto se quedo tal cual estaba... esperando que llegaran a darle el mensaje de que su futuro esposo había llegado.
Una a una fueron entrando las doncellas... hermosas damas Egipcias que portaban abanicos de plumas de pavo real para refrescar a Selene. Le sirvieron vino que una de ellas probó primero. Selene sonrió.
- Creo que el vino envenenado ya no podría matarme. - Era extraño que se dirigiera a los esclavos y de hecho no lo hacía. Más que nada parecía que estaba hablando a si misma.
De pronto un hombre entró, uno de los guardias, haciendo todas las reverencias posibles. Selene suspiró irritada pues, se imaginaba que tipo de sucesos tendría que lidear ahora. Illidan ya no estaba ahi para asistirla, tampoco Hang, ni Kisame... Rain quien diablos sabría donde estaba y en el resto no confiaba. Parecía que ese tipo de asuntos desde ese momento los tendría que solucionar ella.
- ¿Que sucede? Habla rápido.
- Mi señora... ohhh diosa Isis... Los romanos, han llegado... aquellos romanos... ¿Preparo los barcos de guerra?
- ¿Una flota naval? ¿Una flota viene a atacar Alejandría? - Preguntó extrañada y hasta molesta, pues una carta de hacía una semana o mas decía que el senado había aceptado su acuerdo de paz.
- No lo sabemos... es solo una nave con militares...
- Ya veo. - Dijo algo divertida. Militares romanos era justo lo que necesitaba para olvidarse del asunto de Jezzara. Recordaba aquella epoca que había entretenido a Edward como algo divertido, quizas le traían noticias de su futuro esposo. - Apenas desembarquen traiganlos. Pero que entren limpios... odio el olor a romano sucio.
- Sí mi señora.
De esa forma aquel guardía salió haciendo reverencias hasta la puerta de salón y se retiró del lugar. Selene no estaba de animos para arreglarse más de la cuenta, por lo tanto se quedo tal cual estaba... esperando que llegaran a darle el mensaje de que su futuro esposo había llegado.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Admiraba cada una de las bellezas que se veian reflejadas a lo lejos, estabamos aun a varias millas del puerto de Egipto, aun asi los generales de los navios se pusieron de acuerdo para enviar señales con algunas banderas que portaban, asi se podria saber en son de que veniamos, por ahora solo era para cumplir una orden que se nos habia dado, y para volver a la integridad la relaciones de paz que se tenia con roma y egipto, esa era la unica razon por la cual andaba lejos de mi patria, pero era tarde ya para volvera a recriminarse o querer volver el tiempo atras.
Segundos mas tardes ya estabamos ahora en los puertos maritimos de Egipto, del cual por toda la playa se comenzaron a asomar pequeños grupos de personas curiosas que querian ver todo lo que estuviera, para luego comentarlo con sus familiares, soldados egipcios, me vieron con mala espina, puesto que a mi lado tambien estaban soldados romanos que me habian acomopañado en la caravana, asi que mire alrededor, buscando una persona con quien dialogar, puesto que los soldados eran testarudos y no tendria a bien lidiar con ellos por ahora.
Alguien se acerco, era sin duda alguien importante, puesto que sus ropajes lo delataban ,finas telas de lino, joyas de oro y turquesas en sus anillos, y custiodado ahora por un grupo de escolta personal, se acerco hacia mi tan solo para decir.
Bienvenido señores, mi reina quiero verlos ahora, ya que quiere saber que noticias le traen de roma, y demas preguntas que solo con ustedes podra hablar... pero antes de que pasen a pisar los suelos de nuestras casas, les pediremos que se aseen, no queremos que el olor de roma inunda nuestros patios...
Algo hizo que me enojara con ese comentario, parecia ser que por estar vestido solo con una toga, y no con mi corona de laurel le daba el derecho a hablarme asi, no sabia como reaccionar, solo me deje llevar por la furia que en ese momento manipulaba toda idea que provenia de mi mente.
Sabandija, no importa que seas el ministro o la mano derecha de la misma diosa de Egipto, por ahora yo sere el esposo de tu amada matriarca, asi que no me menosprecies, por mirarme aun como un niño, ya que te puedes dar una gran sorpresa, si ahora no me ves como verdadero rey, es porque justo hiba a pedirte un baño para mi y mis generales, no vamos a entremezclarnos con la msima prole que se bañan en los rios.
Algo intimidado por mi respuesta solo atino a bajar la cabeza y pedir las disculpas innecesarias que ya habian sido de mal gusto para mi, habia aprendido algo en el transcurso del viaje, las pocas conversaciones que habiamos tomado, el general noah y yo, habia hecho que por lo menos tratase de ser mas duro, no podia dejar que me doblara como simple gusano, ahora todo deberia marchar de acuerdo a lo dictaminado.
Titus, soldado, ve por mi armadura y mi corona en el barco, debes tratarla con cuidado puesto que de esto depende de que sigas viviendo, si lograra ver alguna rasgadura en ella, juro por los mismos dioses del olimpo que degollare yo mismo tu cabeza. dije para luego retirarme a seguir al presunto guia, el cual nos llevo por las placetas de la ciudad, hasta llevarnos a un baño mas o menos decente para poder limpiarnos adecuadamente, el agua era fresca, yo pedi un baño aparte no queria juntarme aun con mis generales, bellas mujeres egipcias comenzaban a tallar mi cuerpo, todas con suficientes esencias de lavanda, menta entre otras plantas, lavandome con delicadeza, hasta que quede demasiado limpio, tocaban a la puerta era titus, que habia llegado temeroso de su posible muerte al baño, aun era joven al igual que yo, y le sorpredio la manera en que aquellas mujeres me daban mi baño, pero no quiso decir nada y salio, dejando mi ropa en un pequeño estante.
Termino el baño y las mujeres comenzaron a ayudarme a acomodar un poco mis ropas mientras yo tomaba la corona de oro en forma de olivo y me lo ponia en la cabeza, los generales ya aguardaban mi pronta salida, asi que cuando di el primer paso fuera del baño, ya estaban cambiados y bien aromatizados, ahora solo era cuestion de ver donde se encontraba la que podia ser mi esposa.
Bien, has sido complaciente conmigo por ahora, mas te vale, por ahora solo llevame a ver a la reyna, puesto que tenemos que hablar de asuntos importantes...
Y sin mas, aquel guia fue llevandonos por todo las calles principales, las demas personas se quedaban viendo, puesto que aun no conocian lo que hiba a pasar, asi que cruze miradas con ellos pero sin preocuparme demasiado, hasta que una gran mansion se hizo a la vista, era de varios metros de alto, su tallado en piedra hacia que esa arquitectura fuera perfecta, pero aun no comparada con las de Roma, puertas y mas puertas se abrian para darnos perfecto acceso, hasta llegar a donde estaba un trono, con vista hacia todo el pueblo, y con una mujer sentada en el, parecia ser la reyna, la que alguna vez, en mis sueños trataba de darle una forma a su rostro ahora estaba enfrente mio.
Buenos dias, roma a recibido tu carta y los senadores ya tienes una respuesta...como podras ver, tengo el ropaje distinto a mis generales, e incluso esta corona, creo que te podras dar cuenta, que yo soy el desendiente que a sido enviado para tomar el trono a tu lado, se que me veras muy joven para tomarlo, e incluso podras decir que no valgo la pena, pero aun asi, esta a sido la respuesta, soy yo Gelum, sobrino de Cesar, el que ha sido designado tu compañero para gobernar Egipto.
Hablo, Roll
Segundos mas tardes ya estabamos ahora en los puertos maritimos de Egipto, del cual por toda la playa se comenzaron a asomar pequeños grupos de personas curiosas que querian ver todo lo que estuviera, para luego comentarlo con sus familiares, soldados egipcios, me vieron con mala espina, puesto que a mi lado tambien estaban soldados romanos que me habian acomopañado en la caravana, asi que mire alrededor, buscando una persona con quien dialogar, puesto que los soldados eran testarudos y no tendria a bien lidiar con ellos por ahora.
Alguien se acerco, era sin duda alguien importante, puesto que sus ropajes lo delataban ,finas telas de lino, joyas de oro y turquesas en sus anillos, y custiodado ahora por un grupo de escolta personal, se acerco hacia mi tan solo para decir.
Bienvenido señores, mi reina quiero verlos ahora, ya que quiere saber que noticias le traen de roma, y demas preguntas que solo con ustedes podra hablar... pero antes de que pasen a pisar los suelos de nuestras casas, les pediremos que se aseen, no queremos que el olor de roma inunda nuestros patios...
Algo hizo que me enojara con ese comentario, parecia ser que por estar vestido solo con una toga, y no con mi corona de laurel le daba el derecho a hablarme asi, no sabia como reaccionar, solo me deje llevar por la furia que en ese momento manipulaba toda idea que provenia de mi mente.
Sabandija, no importa que seas el ministro o la mano derecha de la misma diosa de Egipto, por ahora yo sere el esposo de tu amada matriarca, asi que no me menosprecies, por mirarme aun como un niño, ya que te puedes dar una gran sorpresa, si ahora no me ves como verdadero rey, es porque justo hiba a pedirte un baño para mi y mis generales, no vamos a entremezclarnos con la msima prole que se bañan en los rios.
Algo intimidado por mi respuesta solo atino a bajar la cabeza y pedir las disculpas innecesarias que ya habian sido de mal gusto para mi, habia aprendido algo en el transcurso del viaje, las pocas conversaciones que habiamos tomado, el general noah y yo, habia hecho que por lo menos tratase de ser mas duro, no podia dejar que me doblara como simple gusano, ahora todo deberia marchar de acuerdo a lo dictaminado.
Titus, soldado, ve por mi armadura y mi corona en el barco, debes tratarla con cuidado puesto que de esto depende de que sigas viviendo, si lograra ver alguna rasgadura en ella, juro por los mismos dioses del olimpo que degollare yo mismo tu cabeza. dije para luego retirarme a seguir al presunto guia, el cual nos llevo por las placetas de la ciudad, hasta llevarnos a un baño mas o menos decente para poder limpiarnos adecuadamente, el agua era fresca, yo pedi un baño aparte no queria juntarme aun con mis generales, bellas mujeres egipcias comenzaban a tallar mi cuerpo, todas con suficientes esencias de lavanda, menta entre otras plantas, lavandome con delicadeza, hasta que quede demasiado limpio, tocaban a la puerta era titus, que habia llegado temeroso de su posible muerte al baño, aun era joven al igual que yo, y le sorpredio la manera en que aquellas mujeres me daban mi baño, pero no quiso decir nada y salio, dejando mi ropa en un pequeño estante.
Termino el baño y las mujeres comenzaron a ayudarme a acomodar un poco mis ropas mientras yo tomaba la corona de oro en forma de olivo y me lo ponia en la cabeza, los generales ya aguardaban mi pronta salida, asi que cuando di el primer paso fuera del baño, ya estaban cambiados y bien aromatizados, ahora solo era cuestion de ver donde se encontraba la que podia ser mi esposa.
Bien, has sido complaciente conmigo por ahora, mas te vale, por ahora solo llevame a ver a la reyna, puesto que tenemos que hablar de asuntos importantes...
Y sin mas, aquel guia fue llevandonos por todo las calles principales, las demas personas se quedaban viendo, puesto que aun no conocian lo que hiba a pasar, asi que cruze miradas con ellos pero sin preocuparme demasiado, hasta que una gran mansion se hizo a la vista, era de varios metros de alto, su tallado en piedra hacia que esa arquitectura fuera perfecta, pero aun no comparada con las de Roma, puertas y mas puertas se abrian para darnos perfecto acceso, hasta llegar a donde estaba un trono, con vista hacia todo el pueblo, y con una mujer sentada en el, parecia ser la reyna, la que alguna vez, en mis sueños trataba de darle una forma a su rostro ahora estaba enfrente mio.
Buenos dias, roma a recibido tu carta y los senadores ya tienes una respuesta...como podras ver, tengo el ropaje distinto a mis generales, e incluso esta corona, creo que te podras dar cuenta, que yo soy el desendiente que a sido enviado para tomar el trono a tu lado, se que me veras muy joven para tomarlo, e incluso podras decir que no valgo la pena, pero aun asi, esta a sido la respuesta, soy yo Gelum, sobrino de Cesar, el que ha sido designado tu compañero para gobernar Egipto.
Hablo, Roll
Gelum- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Polvo de Diamantes (1500)AD - Líneas de Muerte (1600)
Defensa :
Pureza Cristalina
Cantidad de envíos : 212
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Si Selene no hubiese estado ya bajo la influencia casi completa de la masei de la Ira, se habría preparado como las costumbres mandaban para dicha ocasión, pues conocería a quien en principio y pro algún tiempo sería su marido, al menos hasta que el ejercito Egipcio tuviera los recursos y la gente para poder oponerse a Roma nuevamente. Ese no era el caso, Selene era un espectro y sabía que en ese momento Roma y Egipto o cualquier otra parte del mundo estaba destinada a ser envuelto en oscuridad y eterna desolación. Tal vez era hasta inútil casarse bajo tales circunstancias, la guerra que se aproximaba ya no sería entre naciones, sino entre humanos y los dioses.
Aun así, su deseo era darle a Egipto un descendiente que pudiera ser parte tanto del mundo romano como el Egipcio, un hombre que pudiera decir que era Romano y también era Egipcio y así asegurar la paz y la prosperidad en un pueblo azotado por interminables guerras. Aun no se sabía que destino tenía Hades para todos ellos… era aun posible que no fuera guerra contra el mundo, sino contra Athena y aquellos insolentes caballeros que se habían atrevido a contrariar sus deseos hacia siglos atrás. Al menos eso pensaba en ese instante Selene… una fracción de su corazón aun amaba Egipto, pues era parte de esa cultura. Habría disfrutado viendo a los Romanos quemarse y morir lentamente, pero no a un hombre Egipcio… aunque sabía que ese pensamiento era errado pues al ser un espectro, sus deseos debían ser los mismos que los deseos de Hades.
Pensaba en ello, siendo abanicada por las doncellas que formaban parte de su comitiva cuando las puertas se abrieron y se anuncio la llegada del tal Gelum. Selene suspiró al ver a un joven mucho menor que el resto de los hombres que lo acompañaban, cubierto en una armadura distinta a la de los demás, y con una especie de corona en sus cabellos. Parecía que lo hubiesen disfrazado para hacerlo ver mayor de lo que era, pero habían hecho un pobre trabajo. A los ojos de Selene seguía siendo un niño… un niño arrogante que se atrevía a mirarla de igual a igual.
No se movió, no porque fuera un espectro significaba que hubiese olvidado sus modales, pero ella era una reina por derecho propio. No tenía porque mostrar ningún tipo de respeto ante nadie, menos hacia un extranjero. Aun así le hizo una leve reverencia bajando su cabeza un momento para erguirla más orgullosa que nunca. No sonreía, pues la situación no la tenía nada feliz. Debía actuar. Era la única forma en ese instante para conseguir sus objetivos. Haría lo que fuera por salirse con la suya, no le importaba mentir, robar, matar, o prostituirse si podía obtener de ese muchacho la prosperidad de Egipto antes de que ella tuviera que abandonar su reino para seguir el ideal de Hades.
- Gelum de la casa de los Juliai… Egipto te da la bienvenida. Espero que tu estadía sea grata. Podrás encontrar tus aposentos en la planta inferior cerca de los jardines. Después de mi habitación, esa es la mejor del palacio así que espero que disfrutes del sol Egipcio. – El protocolo dictaba que lo recibiera de esa forma. Si hubiese dependido de ella se habrían casado de inmediato poniéndole fin a esa farsa. – Se me ha comunicado que tú serás mi esposo. Jamás te deshonraría diciendo que no vales la pena, joven Gelum – Al menos no en público, pensó. Hizo una pausa inspeccionándolo desde su trono, no pensaba aun si quiera en pararse. - Apenas cumples con la suficiente edad legal para casarte pero cuentas con ello y con la autorización no sólo de tu pater, Fye, sino del senado romano. No veo impedimentos legales para que nuestras nupcias sean celebradas de acuerdo al derecho que rige en Roma. Aunque sea una extranjera, el senado ha consentido en nuestro casamiento…
Aun así le molestaba profundamente la idea de que ese niño pensara que podría gobernar Egipto. Ningún Romano jamás podría gobernar en la tierra de Isis. Se lo dejaría claro en cuanto estuvieran solos pues no quería humillarlo públicamente frente a sus hombres, pero era bueno que empezara a entender que él era un invitado a casarse con una reina, no un rey… sólo lo sería si era coronado como tal bajo las leyes Egipcias.
- Tengo entendido que eres el menor de la descendencia del emperador. El tercer y último hijo de Flavia, la hermana menor de quien rige en Roma. No eres experto en ninguna arte militar ni se te ha educado con filósofos, ni has tenido instrucciones en las artes, letras, ciencias… ni ninguna especialidad. Aun así, el pueblo romano piensa que eres digno de casarte conmigo. ¿Quién soy yo para oponerme a tan gentil oferta? – Preguntó con sarcasmo. – Tienes la suficiente edad para procrear, aunque eres 2 años menor que yo. Antes de que nos casemos deberán mis médicos revisarte para comprobar si eres un joven fértil. Los demás términos de nuestro matrimonio están escritos. – Un hombre se le acercó a Gelum y le pasó un papiro. – Punto primero, La dote que se te entregará por casarte conmigo corresponde a 25 embarcaciones de Trigo, 1 millones de aureos acunados con tu rostro, especies, telas…bla bla bla… lo típico para un matrimonio de una reina Egipcia. El punto segundo, establece que de procrear tú y yo un varón saludable se triplicará dicha dote al año de vida de nuestro hijo, en caso de ser mujer no habrá recompensas monetarias. El punto tercero establece que cualquier descendencia entre nosotros deberá ser incluida como herederos legítimos al trono Egipcio, y ser puestos en la línea de sucesión al trono Romano. El punto cuarto, cualquier agresión bélica de Roma a Egipto anulará inmediatamente nuestro matrimonio y se te considerará un traidor dándote muerte a ti o cualquier romano que pise mis tierras. El punto quinto, trata sobre tu coronación como faraón; sólo serás coronado al quinto año de vida de un heredero varón entre tú y yo. Antes de eso serás simplemente mi conyugue, esposo, pero no rey de Egipto, tu voz no se alzará sobre la mía.
Selene se puso de pie, ya había terminado lo más importante del tratado de matrimonio. Lo demás ya era concertarlo y firmar los acuerdo prenupciales, comenzando el periodo de noviazgo correspondiente que exigía el derecho Romano para que un matrimonio fuera visto como tal. No quería que en Roma se pusiera duda alguna sobre la legalidad de dicho matrimonio.
- Los demás puntos establecen obligaciones mutuas… - Selene sonrió, con algo de gracia. - Te llamará la atención leer que no exijo de ti fidelidad, sólo exijo que en caso de que seas un adultero lo hagas reservadamente. Si se llega a saber en Roma o Egipto de tus relaciones extramaritales se te desterrará de Egipto. Por mi parte, me comprometo al menos a pasar una noche al mes en tu cama durmiendo junto a tí y pasar 5 días de compañía al mes tanto en Alejandría como en cualquier lugar de Egipto que elijas como residencia.
Hizo un movimiento de mano y una de las sirvientas le sirvió una copa de vino y le llevaron a Gelum otra en una bandeja de oro. Tradiciones Egipcias que también se debían honrar, beber vino a nombre de los dioses cuando se trataban temas tan importantes.
A Selene le importaba poco o nada si ese muchacho le era fiel, lo que si le molestaría era que su pueblo supiera que el legítimo esposo de la reina andaba cogiendo con las doncellas del palacio a diestra y siniestra.
- Léelo con cuidado, fírmalo, y se archivará como el tratado de paz entre Roma y Egipto en la biblioteca. Mis abogados ya han dado su punto favorable, esta todo según las costumbres y leyes romanas. Una copia será enviada a Roma para que se tenga en cuenta las condiciones bajo las cuales acepto ser tu esposa.
Alzó la copa y derramó un poco en el piso a nombre de los dioses romanos. Sabía que esa era la costumbre… una costumbre ridícula pues ella mejor que nadie sabía que el único dios al que deberían haberse inclinado era Hades.
- Cuando hayas firmado, celebraremos la “sponsalia”… aquella ceremonia de noviazgo que ustedes los romanos siguen… tendremos un banquete en el palacio como dicta la tradición. El tratado de paz será nuestro contrato de bodas, ya que ahí se establecen la dote y demás obligaciones recíprocas. Esperaremos 15 días después de este contrato de noviazgo para casarnos en los cuales espero que te preparen y eduquen en tradiciones Egipcias y aprendas un poco de mi idioma para que nos casemos. En caso de que nunca hayas estado con una mujer y quieras aprender, mis sirvientas te educarán en el tema, es sólo cosa de que se los pidas............ ¿Alguna duda?
Aun así, su deseo era darle a Egipto un descendiente que pudiera ser parte tanto del mundo romano como el Egipcio, un hombre que pudiera decir que era Romano y también era Egipcio y así asegurar la paz y la prosperidad en un pueblo azotado por interminables guerras. Aun no se sabía que destino tenía Hades para todos ellos… era aun posible que no fuera guerra contra el mundo, sino contra Athena y aquellos insolentes caballeros que se habían atrevido a contrariar sus deseos hacia siglos atrás. Al menos eso pensaba en ese instante Selene… una fracción de su corazón aun amaba Egipto, pues era parte de esa cultura. Habría disfrutado viendo a los Romanos quemarse y morir lentamente, pero no a un hombre Egipcio… aunque sabía que ese pensamiento era errado pues al ser un espectro, sus deseos debían ser los mismos que los deseos de Hades.
Pensaba en ello, siendo abanicada por las doncellas que formaban parte de su comitiva cuando las puertas se abrieron y se anuncio la llegada del tal Gelum. Selene suspiró al ver a un joven mucho menor que el resto de los hombres que lo acompañaban, cubierto en una armadura distinta a la de los demás, y con una especie de corona en sus cabellos. Parecía que lo hubiesen disfrazado para hacerlo ver mayor de lo que era, pero habían hecho un pobre trabajo. A los ojos de Selene seguía siendo un niño… un niño arrogante que se atrevía a mirarla de igual a igual.
No se movió, no porque fuera un espectro significaba que hubiese olvidado sus modales, pero ella era una reina por derecho propio. No tenía porque mostrar ningún tipo de respeto ante nadie, menos hacia un extranjero. Aun así le hizo una leve reverencia bajando su cabeza un momento para erguirla más orgullosa que nunca. No sonreía, pues la situación no la tenía nada feliz. Debía actuar. Era la única forma en ese instante para conseguir sus objetivos. Haría lo que fuera por salirse con la suya, no le importaba mentir, robar, matar, o prostituirse si podía obtener de ese muchacho la prosperidad de Egipto antes de que ella tuviera que abandonar su reino para seguir el ideal de Hades.
- Gelum de la casa de los Juliai… Egipto te da la bienvenida. Espero que tu estadía sea grata. Podrás encontrar tus aposentos en la planta inferior cerca de los jardines. Después de mi habitación, esa es la mejor del palacio así que espero que disfrutes del sol Egipcio. – El protocolo dictaba que lo recibiera de esa forma. Si hubiese dependido de ella se habrían casado de inmediato poniéndole fin a esa farsa. – Se me ha comunicado que tú serás mi esposo. Jamás te deshonraría diciendo que no vales la pena, joven Gelum – Al menos no en público, pensó. Hizo una pausa inspeccionándolo desde su trono, no pensaba aun si quiera en pararse. - Apenas cumples con la suficiente edad legal para casarte pero cuentas con ello y con la autorización no sólo de tu pater, Fye, sino del senado romano. No veo impedimentos legales para que nuestras nupcias sean celebradas de acuerdo al derecho que rige en Roma. Aunque sea una extranjera, el senado ha consentido en nuestro casamiento…
Aun así le molestaba profundamente la idea de que ese niño pensara que podría gobernar Egipto. Ningún Romano jamás podría gobernar en la tierra de Isis. Se lo dejaría claro en cuanto estuvieran solos pues no quería humillarlo públicamente frente a sus hombres, pero era bueno que empezara a entender que él era un invitado a casarse con una reina, no un rey… sólo lo sería si era coronado como tal bajo las leyes Egipcias.
- Tengo entendido que eres el menor de la descendencia del emperador. El tercer y último hijo de Flavia, la hermana menor de quien rige en Roma. No eres experto en ninguna arte militar ni se te ha educado con filósofos, ni has tenido instrucciones en las artes, letras, ciencias… ni ninguna especialidad. Aun así, el pueblo romano piensa que eres digno de casarte conmigo. ¿Quién soy yo para oponerme a tan gentil oferta? – Preguntó con sarcasmo. – Tienes la suficiente edad para procrear, aunque eres 2 años menor que yo. Antes de que nos casemos deberán mis médicos revisarte para comprobar si eres un joven fértil. Los demás términos de nuestro matrimonio están escritos. – Un hombre se le acercó a Gelum y le pasó un papiro. – Punto primero, La dote que se te entregará por casarte conmigo corresponde a 25 embarcaciones de Trigo, 1 millones de aureos acunados con tu rostro, especies, telas…bla bla bla… lo típico para un matrimonio de una reina Egipcia. El punto segundo, establece que de procrear tú y yo un varón saludable se triplicará dicha dote al año de vida de nuestro hijo, en caso de ser mujer no habrá recompensas monetarias. El punto tercero establece que cualquier descendencia entre nosotros deberá ser incluida como herederos legítimos al trono Egipcio, y ser puestos en la línea de sucesión al trono Romano. El punto cuarto, cualquier agresión bélica de Roma a Egipto anulará inmediatamente nuestro matrimonio y se te considerará un traidor dándote muerte a ti o cualquier romano que pise mis tierras. El punto quinto, trata sobre tu coronación como faraón; sólo serás coronado al quinto año de vida de un heredero varón entre tú y yo. Antes de eso serás simplemente mi conyugue, esposo, pero no rey de Egipto, tu voz no se alzará sobre la mía.
Selene se puso de pie, ya había terminado lo más importante del tratado de matrimonio. Lo demás ya era concertarlo y firmar los acuerdo prenupciales, comenzando el periodo de noviazgo correspondiente que exigía el derecho Romano para que un matrimonio fuera visto como tal. No quería que en Roma se pusiera duda alguna sobre la legalidad de dicho matrimonio.
- Los demás puntos establecen obligaciones mutuas… - Selene sonrió, con algo de gracia. - Te llamará la atención leer que no exijo de ti fidelidad, sólo exijo que en caso de que seas un adultero lo hagas reservadamente. Si se llega a saber en Roma o Egipto de tus relaciones extramaritales se te desterrará de Egipto. Por mi parte, me comprometo al menos a pasar una noche al mes en tu cama durmiendo junto a tí y pasar 5 días de compañía al mes tanto en Alejandría como en cualquier lugar de Egipto que elijas como residencia.
Hizo un movimiento de mano y una de las sirvientas le sirvió una copa de vino y le llevaron a Gelum otra en una bandeja de oro. Tradiciones Egipcias que también se debían honrar, beber vino a nombre de los dioses cuando se trataban temas tan importantes.
A Selene le importaba poco o nada si ese muchacho le era fiel, lo que si le molestaría era que su pueblo supiera que el legítimo esposo de la reina andaba cogiendo con las doncellas del palacio a diestra y siniestra.
- Léelo con cuidado, fírmalo, y se archivará como el tratado de paz entre Roma y Egipto en la biblioteca. Mis abogados ya han dado su punto favorable, esta todo según las costumbres y leyes romanas. Una copia será enviada a Roma para que se tenga en cuenta las condiciones bajo las cuales acepto ser tu esposa.
Alzó la copa y derramó un poco en el piso a nombre de los dioses romanos. Sabía que esa era la costumbre… una costumbre ridícula pues ella mejor que nadie sabía que el único dios al que deberían haberse inclinado era Hades.
- Cuando hayas firmado, celebraremos la “sponsalia”… aquella ceremonia de noviazgo que ustedes los romanos siguen… tendremos un banquete en el palacio como dicta la tradición. El tratado de paz será nuestro contrato de bodas, ya que ahí se establecen la dote y demás obligaciones recíprocas. Esperaremos 15 días después de este contrato de noviazgo para casarnos en los cuales espero que te preparen y eduquen en tradiciones Egipcias y aprendas un poco de mi idioma para que nos casemos. En caso de que nunca hayas estado con una mujer y quieras aprender, mis sirvientas te educarán en el tema, es sólo cosa de que se los pidas............ ¿Alguna duda?
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Aun estaba sorprendido por las cantidades extraorbitantes que manejaban ahora, siendo posible mas mi asombro cuando decian de las demas cantidades si habia un desendiente hombre, rarezas de infidelidad, cosas que por ahora no me importaban, porque ahora no venia a buscar mujeres con quien tener sexo a morir, venia por obligacion conmigo y Roma, solo cuando fuera Rey de Egipto podria hacerlo, ahi no tendria ningun prejuicio que me vieran con muejres extrañas, solo seria no me gustaba lo que me daban en casa, pense, rei para mis adentros, al ver por mi mente la posible examinacion de fertilidad, pero algo alarmo todos mis sentidos, traidor, la palabra que habia visto recientemente, desde que por alguna rara razon cai en cama, talvez por culpa del mismo que segun me habia salvado, trate de calmar mis palabras por la posible reaccion que hiba a tener.
Bien ya has hablado, muy bien, creo que tus abogados te asoraron bien, el precio por el año es muy bueno que te puedo decir, pero solamente una cosa que creo que no te ha quedado a entender, como se que no me estas tendiendo una emboscada, cuando el contrato se rompa me quedare como un imbecil aqui, en la boca del lobo, como se que cuando no te sirva provoques algo que ponga en mala reputacion mi honor, no es con el fin de molestarte ni nada de eso, pero aprendi de alguien que no se debe de confiar mucho de la persona que aun no conoces, asi que me dejare llevar por esa norma de la vida, firmare si modificas la cuarta clausula, y aqui ante los generales de roma, no bajo el agua no, se que debere estar encarcelado en este terreno, el cual es tuyo tu imperio, pero acaso te arriesgarias de nuevo a la guerra, creeas que no se nada de lo que hablo, pero aunque lo dudes, mi hermano me enseño las tacticas de guerra, para manobriar antes de actuar y por eso mismo, aunque se oiga mal creo que deberias de estar conciente, que si algo llegara a pasarme sin antes hacerme un juicio, y yo sea el responsable de tal, ante leyes egipcias y romanas, no me podran tratar como un traidor, respire profundamente habia sido tal mi exaltacion que casi perdia el control de mi decir, tan solo la palabra traidor se entremezclaba con los sentimientos que tenia aun en contra de Solomon, el haria cualquier cosa por venir a Egipto, aun recordaba el golpe, y el posible envenenamiento que habia sufrido, pero ahora todo seria distinto.
Entonces que me dices Oh gran reyna de Egipto, dije con malicia, aceptara ahora los nuevos terminos, o dejara que de nuevo la guerra caiga sobre este, su hogar, su reyno.
Bien ya has hablado, muy bien, creo que tus abogados te asoraron bien, el precio por el año es muy bueno que te puedo decir, pero solamente una cosa que creo que no te ha quedado a entender, como se que no me estas tendiendo una emboscada, cuando el contrato se rompa me quedare como un imbecil aqui, en la boca del lobo, como se que cuando no te sirva provoques algo que ponga en mala reputacion mi honor, no es con el fin de molestarte ni nada de eso, pero aprendi de alguien que no se debe de confiar mucho de la persona que aun no conoces, asi que me dejare llevar por esa norma de la vida, firmare si modificas la cuarta clausula, y aqui ante los generales de roma, no bajo el agua no, se que debere estar encarcelado en este terreno, el cual es tuyo tu imperio, pero acaso te arriesgarias de nuevo a la guerra, creeas que no se nada de lo que hablo, pero aunque lo dudes, mi hermano me enseño las tacticas de guerra, para manobriar antes de actuar y por eso mismo, aunque se oiga mal creo que deberias de estar conciente, que si algo llegara a pasarme sin antes hacerme un juicio, y yo sea el responsable de tal, ante leyes egipcias y romanas, no me podran tratar como un traidor, respire profundamente habia sido tal mi exaltacion que casi perdia el control de mi decir, tan solo la palabra traidor se entremezclaba con los sentimientos que tenia aun en contra de Solomon, el haria cualquier cosa por venir a Egipto, aun recordaba el golpe, y el posible envenenamiento que habia sufrido, pero ahora todo seria distinto.
Entonces que me dices Oh gran reyna de Egipto, dije con malicia, aceptara ahora los nuevos terminos, o dejara que de nuevo la guerra caiga sobre este, su hogar, su reyno.
Gelum- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Polvo de Diamantes (1500)AD - Líneas de Muerte (1600)
Defensa :
Pureza Cristalina
Cantidad de envíos : 212
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Selene escuchó con atención y respeto las palabras de Gelum, despues de todo era un niño al que habían mandado a hacer la labor de un hombre. No le molestaba eso, servía para los propósitos que lo necesitaba, hacer de ella una mujer en todo el sentido de la palabra y mantener la paz con Roma. El joven estaba en lo cierto en tener dudas y miedos, desconfiar de todo el asunto. Ella también los habría tenido si la hubiesen mandado a un pais completamente extraño simplemente para evitar una guerra, en un lugar que había sido masacrado por su propio pueblo nadie realmente la podría querer ni desearle bien alguno. Por ello miró a Gelum con seriedad.
- Escucha Gelum, entiendo tu desconfianza. Yo también la tengo sobre ti, y así como tu dices que en cualquier momento alguien te podría dañar también siento lo mismo de tu pueblo hacia el mío. – su voz era suave, pero su mirada era seria e indiferente hacia él. - El principal motivo de este matrimonio es la paz entre Roma y Egipto, y una agresión bélica de parte de Roma hacia Egipto lo rompería, anulando nuestro matrimonio, y dejándote a ti, uno de los herederos del emperador, a mi disposición. – Se acercó a su futuro esposo y acarició su rostro sin malicia, simplemente sentía lastima de que hubiesen mandado al mas vulnerable de los herederos a cumplir con semejante labor. - No soy una persona con la que se pueda jugar o tomar a la ligera. No cumplir honrosamente este acuerdo significará tu muerte, pues si me caso contigo es para mantener la paz a costa de mi propia honra al casarme con alguien que ni si quiera es de descendencia egipcia, no sólo tu estas poniendo en riesgo tu cuello, yo estoy poniendo en riesgo mi reputación y orgullo como diosa Egipcia al aceptar a un hombre romano en mi lecho.
Bajó su mano. Lo miró a los ojos. Eran realmente hermosos, nunca se había deleitado observando ojos así antes. Había algo cautivante en ellos, un turquesa hermoso. Seguramente sería un hombre de temer cuando creciera un poco más y muy codiciado entre las damas de su propio pueblo, pero para su desgracia o fortuna, ahora estaba en Egipto, lugar en que los ojos iban remarcados en negro para acentuar la sensualidad de esa raza.
- Tu situación es incomoda para ti, pero fuiste mandado por el senado aquí, no a ser el rey Egipcio que crees, sino a ser una prenda, una garantía, de que nadie volverá a atacar a Egipto, pues de hacerlo tu sufrirás las consecuencias. Lamento decirlo tan fríamente, pero si vamos a ser marido y mujer prefiero que sepas como son realmente las cosas.- Tomó una pausa y remojó sus labios con el vino en su copa. - Si lo hacen, si rompen el tratado de paz… significa que realmente fuiste alguien dentro de tu familia que era prescindible. ¿Entiendes? El punto cuarto no se moverá. Si Roma deshonra nuestro acuerdo, cualquier romano en Egipto morirá y eso te incluye, pues estaremos en guerra. Distinto sería si fueras el padre de alguno de mis hijos para esa altura y amaras a Egipto tanto como yo... en ese caso te dejaría elegir que hacer, pero nuestro matrimonio de cualquier forma acabaría. No soy alguien con la que tu pueblo va a jugar. Si me caso contigo es por la paz de Egipto. No por que te ame o me seas necesario e indispensable.
- Escucha Gelum, entiendo tu desconfianza. Yo también la tengo sobre ti, y así como tu dices que en cualquier momento alguien te podría dañar también siento lo mismo de tu pueblo hacia el mío. – su voz era suave, pero su mirada era seria e indiferente hacia él. - El principal motivo de este matrimonio es la paz entre Roma y Egipto, y una agresión bélica de parte de Roma hacia Egipto lo rompería, anulando nuestro matrimonio, y dejándote a ti, uno de los herederos del emperador, a mi disposición. – Se acercó a su futuro esposo y acarició su rostro sin malicia, simplemente sentía lastima de que hubiesen mandado al mas vulnerable de los herederos a cumplir con semejante labor. - No soy una persona con la que se pueda jugar o tomar a la ligera. No cumplir honrosamente este acuerdo significará tu muerte, pues si me caso contigo es para mantener la paz a costa de mi propia honra al casarme con alguien que ni si quiera es de descendencia egipcia, no sólo tu estas poniendo en riesgo tu cuello, yo estoy poniendo en riesgo mi reputación y orgullo como diosa Egipcia al aceptar a un hombre romano en mi lecho.
Bajó su mano. Lo miró a los ojos. Eran realmente hermosos, nunca se había deleitado observando ojos así antes. Había algo cautivante en ellos, un turquesa hermoso. Seguramente sería un hombre de temer cuando creciera un poco más y muy codiciado entre las damas de su propio pueblo, pero para su desgracia o fortuna, ahora estaba en Egipto, lugar en que los ojos iban remarcados en negro para acentuar la sensualidad de esa raza.
- Tu situación es incomoda para ti, pero fuiste mandado por el senado aquí, no a ser el rey Egipcio que crees, sino a ser una prenda, una garantía, de que nadie volverá a atacar a Egipto, pues de hacerlo tu sufrirás las consecuencias. Lamento decirlo tan fríamente, pero si vamos a ser marido y mujer prefiero que sepas como son realmente las cosas.- Tomó una pausa y remojó sus labios con el vino en su copa. - Si lo hacen, si rompen el tratado de paz… significa que realmente fuiste alguien dentro de tu familia que era prescindible. ¿Entiendes? El punto cuarto no se moverá. Si Roma deshonra nuestro acuerdo, cualquier romano en Egipto morirá y eso te incluye, pues estaremos en guerra. Distinto sería si fueras el padre de alguno de mis hijos para esa altura y amaras a Egipto tanto como yo... en ese caso te dejaría elegir que hacer, pero nuestro matrimonio de cualquier forma acabaría. No soy alguien con la que tu pueblo va a jugar. Si me caso contigo es por la paz de Egipto. No por que te ame o me seas necesario e indispensable.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: [Alejandria] Palacio – Salon Principal
Valla, valla, selene si que eres un hueso duro de roer, bien tienes razon andas arriesgando la vida de tu gente y la tuya propia, creo que no ahi mas para seguir obstaculizando el noviasgo que se debe de tener, comprendo que estas cuatro paredes seran mi pequeña jaula, y aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prision, todos tus demas puntos estoy de acuerdo, y en caso de un ataque de roma hacia egipto creo, que habria muchos factores para que esto pudiera suceder, tengo enemigos al igual que tu, y no descanzaran hasta verme hundido, sabras que tienen muchas maneras para hacer caer a la gente, y uno de esos puede ser mandar atacar vilmente en nombre de Roma solo para que decaiga el contrato, por eso era mi temor, pero ya lo has solucionado todo, no habra menores percances, sellemos esto.
Dije y sin mas preambulos tome un pedazo de vela roja que traia en mis ropajes, y lo comenze a derretir con una pequeña mecha que habia por ahi, deje que unas gotas cayeran sobre el papiro, tome el anillo que se me habia dado como gobernador de Egipto, y lo selle antes de que se comenzara a enfriar la cera, ademas de que no lejos de ahi estaba un mesilla, donde tenian un tintero con una pluma, la tome y firme, lentamente para que no hubiera errores.
Bien aqui te entrego los papeles de mi existencia, no buscare mas pretextos para que esto no se consuma, pero por ahora, ya que te e conocido, quisiera descanzar, pido para mis soldados, llevenle una buena dotacion de vino y comida, que es lo unico que necesitan, y si no fuera mucho pedir llevale unas cuantas rameras para que se diviertan, para mis generales una buena fiesta, con vino mujeres lo que tengas disponible, comida hasta hartarse, que para eso han venido desde lejos solo siguendome, a mi, solo indicame el camino hacia mi nueva habitacion, el viaje en barco a deplorado todos mis musculos ademas de que no he podido dormir bien por las mareas, o si quisieras algo para concluir solo avisame antes de que me valla...
Dije y sin mas preambulos tome un pedazo de vela roja que traia en mis ropajes, y lo comenze a derretir con una pequeña mecha que habia por ahi, deje que unas gotas cayeran sobre el papiro, tome el anillo que se me habia dado como gobernador de Egipto, y lo selle antes de que se comenzara a enfriar la cera, ademas de que no lejos de ahi estaba un mesilla, donde tenian un tintero con una pluma, la tome y firme, lentamente para que no hubiera errores.
Bien aqui te entrego los papeles de mi existencia, no buscare mas pretextos para que esto no se consuma, pero por ahora, ya que te e conocido, quisiera descanzar, pido para mis soldados, llevenle una buena dotacion de vino y comida, que es lo unico que necesitan, y si no fuera mucho pedir llevale unas cuantas rameras para que se diviertan, para mis generales una buena fiesta, con vino mujeres lo que tengas disponible, comida hasta hartarse, que para eso han venido desde lejos solo siguendome, a mi, solo indicame el camino hacia mi nueva habitacion, el viaje en barco a deplorado todos mis musculos ademas de que no he podido dormir bien por las mareas, o si quisieras algo para concluir solo avisame antes de que me valla...
Gelum- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Polvo de Diamantes (1500)AD - Líneas de Muerte (1600)
Defensa :
Pureza Cristalina
Cantidad de envíos : 212
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» [Alejandría] Jardines del Palacio
» [Alejandría] Palacio - Calabozos
» [Alejandria] Palacio - Pasillos
» Palacio de los pecados (Salón)
» [Alejandría] Palacio - Habitación en el ala este.
» [Alejandría] Palacio - Calabozos
» [Alejandria] Palacio - Pasillos
» Palacio de los pecados (Salón)
» [Alejandría] Palacio - Habitación en el ala este.
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Nov 18, 2024 2:26 pm por Nathaniel
» Magical Hope {Afiliación élite}
Miér Jul 17, 2019 2:41 am por Invitado
» Hantā no Odessei {Afiliación Elite}
Mar Jul 16, 2019 9:20 pm por Invitado
» Busquedas de Rol
Lun Jul 08, 2019 7:11 pm por MapyCozo
» Ficha de Entrenamiento de Alderion De tauro
Jue Jul 04, 2019 12:31 pm por Alderion
» Ficha de entrenamiento de Virgil Juez de Griffo
Miér Jul 03, 2019 1:23 pm por Sasha
» Petición Caballeros de Athena
Miér Jul 03, 2019 1:16 pm por Sasha
» [Reino de Poseidón - Alta] La Manzana Dorada
Dom Jun 30, 2019 10:24 pm por Boreas