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Viaje por el Nilo
La barca solar, hermosa y decorada finamente se presentaba en el puerto de Alejandría. Muy pocas veces en ese último tiempo se le había visto, pues era el transporte de la Reina Selene y por el último año, la reina se había protegido en dicha ciudad evitando los conflictos bélicos en que había caido Egipto y Roma. Decenas de remeros se encargaban de acercarla al puerto en donde se encontraba con un sequito real la reina Selene, más palida de costumbre por la falta de sueño del día anterior. Algunas mujeres abanicaban con plumas de pavo real y el resto se preocupaba que el sol no le diera en el cuerpo.
Al llegar la barca al puerto, ella y las damas se subieron. Atras, de cerca, venía un barco pesadamente armado, costumbre de guerra. Uno por delante, otro por detras. No podían dejar que la reina de Egipto se moviera por el Nilo sin protección alguna.
El barco solar era hermoso, lleno de lujosos detalles en oro, de telas que protegían del sol y una gran vela blanca. Aun asi, a pesar de que el día era hermoso... Selene tan sólo se reclino sobre aquel alargado asiento lleno de almohadas de seda esperando que llegaran sus invitados y escuchando la alegre melodía egipcia mientras se le servía vino y se le ofrecía uvas y otras frutas.
- Esperen que llegue el General Romano junto con Arianne... Rain debería estar en camino ya trayendo al segundo al mando, aquel que bebió de mi copa. - Desgranaba las uvas rosadas sin prisa, como si más que haber una guerra lo que en ese momento hubiese fuera un respiro... pues despues de todo... la bandera blanca entre ambos pueblos esaba ahi. Por ahora no eran realmente enemigos sino invitados de Egipto. - Cuando lleguen, dirijan el rumbo hacia Bahr Yussef... iremos a El Fayum.
- Ese es un viaje de dos o tres días benerada Reina. - Respondio uno de los oficiales de marina que guiarían el viaje protegiendola de cualquier daño, con un tono notorio de preocupación. - ¿Es prudente que deje Alejandría en esta condicion?
- Seth se encargará de la protección de Alejandría tal como se lo he encomendado. Si hay un lugar en donde es propio llegar a un acuerdo... es El Fayum. No quiero que esos perros vean a mi tierra en ruinas, sino que sus bocas se caigan se asombro al ver la riqueza de El Fayum.
- Muy bien mi señora. Nos disponemos a marchar en cuanto llegue el resto.
Selene siguió masticando lentamente las uvas mientras pensaba en lo que debería suceder ahora... un viaje con un hombre extraño que tendría el honor de estar tan cerca de ella por tres días. Confiaba en su seguridad pues Arianne estaría ahi y ella era realmente una experta en armas. Pero por otro lado... le preocupaba que sus invitados realmente sintieran Egipto recorrer por su piel. Que se enamoraran de su tierra tanto como la amaba ella.
Selene- Dama del Pecado
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Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: Viaje por el Nilo
Todo el plan efectuado por Selene había funcionado, pero en todo ese ajetreo efectuado con grana cierto, falto alguien. La sombra de aquel ejercito, un joven llamado Seth el cual hacia los planes de un modo increíble. ¿Dónde se encontraba aquel hombre?... Pues esa era la gran interrogante. Se lograba escuchar la conversación de la señorita Selene con otro hombre, sobre lo que iban a efectuar y lo que pasaría con Alejandría mientras. Luego de un intercambio de palabras y de que aquella joven mujer siguiera masticando uvas, se escucharon unos pasos, los soldados que se encontraban cerca rindieron respetos por un momento y un hombre paso entre ellos directamente sin ningún problema hacia donde se encontraba Selene. Inclino una rodilla en el suelo con la cual se apoyaba, mientras que uno de sus brazos descansaba sobre la rodilla de su otra pierna, con la vista en frente observaba a aquella joven.
-Mis respetos reina Selene. Primero he de disculparme mi atraso, me encontraba elaborando algo que nos servirá de defensa en Alejandría mientras usted viaje y deja su vida en la confianza de los guerreros designados por usted misma para vuestra protección. Segundo y ultimo de momento mi Reina, es desearle toda la suerte que necesita para vuestro objetivo, cuenta con el apoyo de todos sus guerreros…
Aquellas palabras resonaban en el barco, quizás aquel hombre recibiría una sanción por su demora o quizás no. Seguía en aquella posición y sumisamente como solía ser, o mayor dicho como demostraba el ser que no era. Bajo su mirada al suelo y espero las palabras de Selene… La mayoría se preguntaba, ¿como alguien tan joven lideraba un gran Ejercito…? esperaba cada segundo para vovler a su posición designada, solo faltaba que Selene hablara…
-Mis respetos reina Selene. Primero he de disculparme mi atraso, me encontraba elaborando algo que nos servirá de defensa en Alejandría mientras usted viaje y deja su vida en la confianza de los guerreros designados por usted misma para vuestra protección. Segundo y ultimo de momento mi Reina, es desearle toda la suerte que necesita para vuestro objetivo, cuenta con el apoyo de todos sus guerreros…
Aquellas palabras resonaban en el barco, quizás aquel hombre recibiría una sanción por su demora o quizás no. Seguía en aquella posición y sumisamente como solía ser, o mayor dicho como demostraba el ser que no era. Bajo su mirada al suelo y espero las palabras de Selene… La mayoría se preguntaba, ¿como alguien tan joven lideraba un gran Ejercito…? esperaba cada segundo para vovler a su posición designada, solo faltaba que Selene hablara…
Seth- Cantidad de envíos : 2
Re: Viaje por el Nilo
Selene se puso de pie al ver a Seth y lo miró con severidad. El hombre había llevado a cabo una campaña militar casi vergonzosa al punto que los habían acorralado en Alejandría.
- ¡Ponte de pie payaso! – Dijo enojada mientras lo tomaba de la parte de arriba de su armadura y lo empujaba hacia arriba. - ¡Bufón! ¡Miserable error de natura! – Le gritaba moviéndolo con fuerza, pues a pesar de que se viera tan frágil Selene era una guerrera en su corazón, todos lo sabían… que mientras Diva era una mente brillante, Selene era fuerza. - ¿Sabes porque te llamo Payaso miserable rata? ¡Por que has hecho de EGIPTO el hazmerreír del mundo!
No lo mandaría a azotar, no se merecía tan honor de ser azotado en público, mas le dio vuelta el rostro con una bofetada seca. Volviendo a tomarle el mentón se acerco a él, pegando su cuerpo al suyo para poner sus labios sobre los oídos del encargado del ejército de Egipto, y le susurró lentamente para que nadie más la escuchara, sólo él.
– Más te vale… que Alejandría este a salvo estos días en que me ausentaré. – Sus palabras eran entre seductoras, iracundas, lentas, suaves… no se podría describir el tono de voz de aquella mujer cuando perdía la paciencia. - Cuídala con tu vida, o tomaré la tuya… pues… tu fracaso defendiendo las costas y el sur me ha obligado a negociar la paz…- Tomó una pausa apretando el mentón de Seth, casi enterrando sus uñas sobre éste. - ¿Escuchaste bien?... Fracasaste miserablemente y tu fracaso, me deshonró a mi, a mis antepasados y a Egipto…Un simple general romano te humilló y ha traído vergüenza para ti y el resto de tu mal nacida estirpe… pues a tu hermano aun ni el rostro le he visto y si se lo veo es posible que nunca más nadie lo vuelva a ver.
Soltándolo, se volvió a sentar intentando calmarse. Muy pocas veces se dejaba perder su paciencia en público pero cuando lo hacía era de temer y cada una de aquellas palabras amenazantes iba en serio. Si Seth intentaba alguna graciecita que volviera a humillar a Egipto, lo mataría con sus propias manos. Lo único que pedía de sus súbditos era eficacia y lealtad y por ahora, Seth no había cumplido con ninguna.
- Retírate de mi vista. – Dijo mientras le daba la espalda. – Apestas a fracaso.
- ¡Ponte de pie payaso! – Dijo enojada mientras lo tomaba de la parte de arriba de su armadura y lo empujaba hacia arriba. - ¡Bufón! ¡Miserable error de natura! – Le gritaba moviéndolo con fuerza, pues a pesar de que se viera tan frágil Selene era una guerrera en su corazón, todos lo sabían… que mientras Diva era una mente brillante, Selene era fuerza. - ¿Sabes porque te llamo Payaso miserable rata? ¡Por que has hecho de EGIPTO el hazmerreír del mundo!
No lo mandaría a azotar, no se merecía tan honor de ser azotado en público, mas le dio vuelta el rostro con una bofetada seca. Volviendo a tomarle el mentón se acerco a él, pegando su cuerpo al suyo para poner sus labios sobre los oídos del encargado del ejército de Egipto, y le susurró lentamente para que nadie más la escuchara, sólo él.
– Más te vale… que Alejandría este a salvo estos días en que me ausentaré. – Sus palabras eran entre seductoras, iracundas, lentas, suaves… no se podría describir el tono de voz de aquella mujer cuando perdía la paciencia. - Cuídala con tu vida, o tomaré la tuya… pues… tu fracaso defendiendo las costas y el sur me ha obligado a negociar la paz…- Tomó una pausa apretando el mentón de Seth, casi enterrando sus uñas sobre éste. - ¿Escuchaste bien?... Fracasaste miserablemente y tu fracaso, me deshonró a mi, a mis antepasados y a Egipto…Un simple general romano te humilló y ha traído vergüenza para ti y el resto de tu mal nacida estirpe… pues a tu hermano aun ni el rostro le he visto y si se lo veo es posible que nunca más nadie lo vuelva a ver.
Soltándolo, se volvió a sentar intentando calmarse. Muy pocas veces se dejaba perder su paciencia en público pero cuando lo hacía era de temer y cada una de aquellas palabras amenazantes iba en serio. Si Seth intentaba alguna graciecita que volviera a humillar a Egipto, lo mataría con sus propias manos. Lo único que pedía de sus súbditos era eficacia y lealtad y por ahora, Seth no había cumplido con ninguna.
- Retírate de mi vista. – Dijo mientras le daba la espalda. – Apestas a fracaso.
Selene- Dama del Pecado
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Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: Viaje por el Nilo
En silencio escucho todo lo que le había dicho aquella joven. Hizo odios sordos, aguanto todo lo que aquella mocosa le quería decir. Mas bien Seth no demostraba reacción alguna ante todo lo dicho, parecía que no le importase, estaba tan callado y frio como siempre. Al finalizar las palabras de Selene, este se levanto y dio media vuelta. Sin decir nada, en silencio se retiraba. Pero, no decía anda verbalmente…. En su mente pasaba el pensamiento de…
“Como se le ha subido el poder a esa ramera… Se cree la muerte, Hmmmm… si solo supiera por que esta en ese puesto no valdría ni la pone a discutir con ella… Por lo menos todo resulta bien… Ahora si, solo que no lo arruine el día en que no se de cuenta su cabeza rodara y caerá en la arena quemándose en el sol… “
Caminaba, los soldados se hicieron a un lado. Aquel joven de nombre Seth, sabia que ahora debería proteger a esa ciudad… Y aunque pensase que aquella mocosa fuera una ramera con los humos bien subidos a la cabeza, debía de tener cuidado… Aunque sea solo por un segundo, pues era la reina y ya no era una simple herramienta… para cometer algún tipo de acto en contra de alguien como lo fue con diva…
“Como se le ha subido el poder a esa ramera… Se cree la muerte, Hmmmm… si solo supiera por que esta en ese puesto no valdría ni la pone a discutir con ella… Por lo menos todo resulta bien… Ahora si, solo que no lo arruine el día en que no se de cuenta su cabeza rodara y caerá en la arena quemándose en el sol… “
Caminaba, los soldados se hicieron a un lado. Aquel joven de nombre Seth, sabia que ahora debería proteger a esa ciudad… Y aunque pensase que aquella mocosa fuera una ramera con los humos bien subidos a la cabeza, debía de tener cuidado… Aunque sea solo por un segundo, pues era la reina y ya no era una simple herramienta… para cometer algún tipo de acto en contra de alguien como lo fue con diva…
Seth- Cantidad de envíos : 2
Re: Viaje por el Nilo
El trayecto fue corto, salimos de las habitaciones del ala este del Palacio, los dos guardias que se encontraban custodiando la puerta de los aposentos del General nos acompañaban, dos más que había tomado de Palacio hacía el resto del sequito que custodiaba al Romano, dos guardias adelante del invitado, siguiente el General Edward, a su espalda y siempre atenta a sus acciones mi persona y detrás de mi dos guardías más.
Decidí ir caminando, el camino no era mucho y la mañana se mostraba fresca para la caminata, además no le daría oportunidades que pudiese usar el romano si decidiese escapar.
Atravesamos la calle principal, al igual que la calle del comercio, a lo lejos se vislumbraba los muelles y una gran e imponente embarcación anclada de la que se podía ver que había mucho movimiento.
Poco a poco nos acercamos, sirvientes de la corte subian y subian cajas, alcancé a observar que era comida y vino, y una de miel, levanté la ceja izquierda, por ahora solo debía era enfocarme de llevar al romano a aquel barco y dejarlo instalado, para esas pequeñes ya tendría tiempo.
Finalmente llegamos, los dos guardias delanteros se abrieron paso ubicandose a cada lado del puente de madera que unía la embarcación con el puerto, del mismo modo lo hacían los que venían detrás de mi. Me acerqué al General, susurrandole de nuevo:
- Adelante ...... suba!
Llevé mis manos hacia mi espalda, sacandome las dos hoces, el sonido del roce de sus hojas se escuchó con fuerza y nítides, las llevé a mis costados, él comenzó a caminar y detrás de él siempre atenta, yo.
Nos encontrabamos en cubierta, la suave y refrescante brisa generada por Cmun se hacía presentes, era signo de buen augurio, mis cabellos se abatian con el viento al igual que nuestras ropas, eché un pittazo rápido para ubicar a mi señora y allí estaba, en una posadera mientras dos damiselas la abanicaban con grandes y hermosas plumas, sin decirle nada me hice detrás del Romano y lo empujé, bien sabía ante quien debíamos presentarnos.
Estando frente a la Soberana de Egipto, haciendo una reverencia, llevando mi rodilla derecha al suelo y con mi cabeza gacha, con ambas hoces enterradas sobre la madera del piso, expresé:
- Mi señora, ante Ud. el General Romano, a quien tan gustoza y amablemente invitó a recorrer las tierras de Egipto sobre nuestras amadas aguas del Nilo.
Levántando mi cabeza y mirando a mi señora, dedicándole una sonrisa. Me puse de pie, me hice a un costado para que ella si lo deseaba se dirigiera al General Romano
Decidí ir caminando, el camino no era mucho y la mañana se mostraba fresca para la caminata, además no le daría oportunidades que pudiese usar el romano si decidiese escapar.
Atravesamos la calle principal, al igual que la calle del comercio, a lo lejos se vislumbraba los muelles y una gran e imponente embarcación anclada de la que se podía ver que había mucho movimiento.
Poco a poco nos acercamos, sirvientes de la corte subian y subian cajas, alcancé a observar que era comida y vino, y una de miel, levanté la ceja izquierda, por ahora solo debía era enfocarme de llevar al romano a aquel barco y dejarlo instalado, para esas pequeñes ya tendría tiempo.
Finalmente llegamos, los dos guardias delanteros se abrieron paso ubicandose a cada lado del puente de madera que unía la embarcación con el puerto, del mismo modo lo hacían los que venían detrás de mi. Me acerqué al General, susurrandole de nuevo:
- Adelante ...... suba!
Llevé mis manos hacia mi espalda, sacandome las dos hoces, el sonido del roce de sus hojas se escuchó con fuerza y nítides, las llevé a mis costados, él comenzó a caminar y detrás de él siempre atenta, yo.
Nos encontrabamos en cubierta, la suave y refrescante brisa generada por Cmun se hacía presentes, era signo de buen augurio, mis cabellos se abatian con el viento al igual que nuestras ropas, eché un pittazo rápido para ubicar a mi señora y allí estaba, en una posadera mientras dos damiselas la abanicaban con grandes y hermosas plumas, sin decirle nada me hice detrás del Romano y lo empujé, bien sabía ante quien debíamos presentarnos.
Estando frente a la Soberana de Egipto, haciendo una reverencia, llevando mi rodilla derecha al suelo y con mi cabeza gacha, con ambas hoces enterradas sobre la madera del piso, expresé:
- Mi señora, ante Ud. el General Romano, a quien tan gustoza y amablemente invitó a recorrer las tierras de Egipto sobre nuestras amadas aguas del Nilo.
Levántando mi cabeza y mirando a mi señora, dedicándole una sonrisa. Me puse de pie, me hice a un costado para que ella si lo deseaba se dirigiera al General Romano
Arianne- Cantidad de envíos : 21
Re: Viaje por el Nilo
La mañana estaba fresca, y el sol ya estaba radiante en el cielo, yo habia asistido a el viaje sobre el nilo ya que yo era la sirviente personal de la joven Arianne, y en esta ocacion no podia dejarla sola aunque quisiera. Yo me encontraba preparando vino y unas frutas para ofrecerle a la señorita Arianne, luego caminé unos pasos y toque la puerta de l acubierta dond ese encotraban Selene, Arianne y el romano, entre otras personas, a mi no me agradaba la idea de tener que estar entre tanta gente aunque tenia que hacer el esfuerzo. Cundo abrieron l apuerta hice una leve reverencia para saludar a mi reina y a mi jefa, luego de eso camine hacia donde se encontraba Arianne y ofrecia vino y uvas, entre otras cosas, yo llevava una bandeja de plata con una botlla de vino copas de cristal y una fuente de plata con frutas. Despues camine y miré a la cara a la señorita Arianne.
- ¿necesita algo señorita?
Luego me hice a un lado para quedarme junto a ella, yo queriia saver si requerian de mis sericios o si podia retirarme. Yo seguiia ocultando mis ganas de rme ya que me probocaba cierta repugnancia estar en medio de tanta gente, Luego desvie mi mirada hacia los demas y despues mire la puerta, talvez pensando en irme, pero en ese momeneto regrese mi mirada hacia mi jefa. Y continue esperando su respuesta
- ¿necesita algo señorita?
Luego me hice a un lado para quedarme junto a ella, yo queriia saver si requerian de mis sericios o si podia retirarme. Yo seguiia ocultando mis ganas de rme ya que me probocaba cierta repugnancia estar en medio de tanta gente, Luego desvie mi mirada hacia los demas y despues mire la puerta, talvez pensando en irme, pero en ese momeneto regrese mi mirada hacia mi jefa. Y continue esperando su respuesta
Angie- Cantidad de envíos : 6
Re: Viaje por el Nilo
Me encontraba de pie en un costado del lugar donde anteriormente habia saludado a nuestra soberana Selene, siempre atenta y a la espera de cualquier "acción" por parte del General Romano.
En ese preciso momento, ingresó a escena Angie, la chica que se encargaba por petición de mi señora Selene en servirme en todo lo que fuese necesario. Ofreció fruta, vino, agua y dulces cubiertos de miel, su carita angelical mostraba una forzada sonrisa, podía molestartl todo aquello pero siempre era cortez y educada.
Finalmente terminó aquellos servicios, se acercó a mi y mirandome a los ojos me preguntó si necesitaba algo más, cerré los mios, dando un suspiro esbocé:
- Por ahora no necesito nada Angie, te he dicho centenares de veces que no me digas señorita, dime Señora o Dieceta Arianne.
Lo dije sin mostrar grocería ni enfado, pero Angie creo que disfrutaba hacerme eso, dado que sabía que me molestaba que me tratasen como joven de la realeza.
Abrí mis ojos y la miré con cierta dulzura cosa que no era muy propio de mi, dado que siempre mostraba un semblante bastante duro, ella se había puesto a mi lado, finalicé diciendo:
- Angie permanece justo donde estás, no sea que nuestra Señora Selene se le ofrezca algo y requiera de nuestros servicios.
Permanecí inmóvil en aquella posición, dedicandole una mirada al General, observaba uno a uno cualquiera de sus movimientos por más insignificante que este fuera.
En ese preciso momento, ingresó a escena Angie, la chica que se encargaba por petición de mi señora Selene en servirme en todo lo que fuese necesario. Ofreció fruta, vino, agua y dulces cubiertos de miel, su carita angelical mostraba una forzada sonrisa, podía molestartl todo aquello pero siempre era cortez y educada.
Finalmente terminó aquellos servicios, se acercó a mi y mirandome a los ojos me preguntó si necesitaba algo más, cerré los mios, dando un suspiro esbocé:
- Por ahora no necesito nada Angie, te he dicho centenares de veces que no me digas señorita, dime Señora o Dieceta Arianne.
Lo dije sin mostrar grocería ni enfado, pero Angie creo que disfrutaba hacerme eso, dado que sabía que me molestaba que me tratasen como joven de la realeza.
Abrí mis ojos y la miré con cierta dulzura cosa que no era muy propio de mi, dado que siempre mostraba un semblante bastante duro, ella se había puesto a mi lado, finalicé diciendo:
- Angie permanece justo donde estás, no sea que nuestra Señora Selene se le ofrezca algo y requiera de nuestros servicios.
Permanecí inmóvil en aquella posición, dedicandole una mirada al General, observaba uno a uno cualquiera de sus movimientos por más insignificante que este fuera.
Arianne- Cantidad de envíos : 21
Re: Viaje por el Nilo
Yo permaneci parada en m ilugar al oir la respuesta de Arianne me di cuenta de que por su tono de vos no se habia enojado, solo le habia molestado que la trate como joven d ela realeza, luego d eunos minutos Arianne volvio a hablar, yo etsba pensando en reirarme cuando oí sus alabras, ella deci que me quedara junto a ella por si acaso necesitaban algo, entonces decidi qudarme justo ahi, yo conserbaba mi mueca que simulaba ser una sonrisa aunque se notaba un oco mi fastidio. Luego volvi a mirar a mi jefa.
-Esta bien, me quedare aqui.
Despues de eso caminé unos pasos y me acerque a selene. Mirandola, siempre con respeto, eso era algo mui particular mio podia estar mas fastidiada que nadie pero nunca le faltaria el respeto a otra ersona a menos que se o meresca claro.
-Necesita algo señora??
Mas tarde retrocedi unos pasos para esperar alguna orden, yo deseaba que su orden fuera irme fuera de ese lugar, aunque savia que las probabilidades eran muy bajas, pero aún asi me quede parada frente ella. Ahora mi sonrisa se notaba mas y mi cara de fastidio habia desparecidocasi por completo.
-Esta bien, me quedare aqui.
Despues de eso caminé unos pasos y me acerque a selene. Mirandola, siempre con respeto, eso era algo mui particular mio podia estar mas fastidiada que nadie pero nunca le faltaria el respeto a otra ersona a menos que se o meresca claro.
-Necesita algo señora??
Mas tarde retrocedi unos pasos para esperar alguna orden, yo deseaba que su orden fuera irme fuera de ese lugar, aunque savia que las probabilidades eran muy bajas, pero aún asi me quede parada frente ella. Ahora mi sonrisa se notaba mas y mi cara de fastidio habia desparecidocasi por completo.
Angie- Cantidad de envíos : 6
Re: Viaje por el Nilo
La noche habia pasado lentamene, y ahora una nuevo dia amanecia, el horario impuesto por Selene era perfecto ya que mi llamada era tan temprano como ella habia dicho, el sol salia y yo pasaba por los pasillos que me llevarian hasta fuera.. Tenia dos guardias delante y dos detras custodiando mi avance. Y siempre a mi espalda aquella mujer egipcia que se habia convertido en algo asi como mi sombra.
Ya habiamos salido y podia contemplar la luz radiante del sol, algunas joyas que me habian puesto reflejaban la luz... podia ver lso muelles, y como estaban cargando cajas en uno de ellos, seguramente seria mi destino. No podia hacer nada, aunque tampoco es que lo pretendiera, lo mejor era callar y de momento seguir siendo su prisionero... de lujo..
Comence a subir hacia el barco asignado y alli abanicada por dos chicas, se encontraba Selene tomando algunas uvas... se podia decir que era una mujer que vivia rodeada de lujos, en mis nuevas ropas se podia ver todo el lujo de que disponian, con ellas parecia un egipcio mas entre aquellas personas... con una tez quizas algo mas palida...
Al estar delante de ella fui empujado hacia adelante, puede que con el proposito de hacerle una reverencia, pero no lo haria, podia ser un prisionero y una persona amable, pero seguia siendo un general.. en cambio todos los demas si se la hicieron mostrando sus respetos
Sigue cumpliendo cada una de sus palabras emperatriz Selene.. Espero que pasara una buena noche, debo agradecer todos sus ofrecimientos de ayer
Me adelante a hablar, incluso aunque eso costara que los demas me volvieran a señalar con sus armas, pero no podia mostrarme debil delante de nadie, pero si prudente asi que no pronuncie ninguna palabra mas hasta saber mas de este viaje...
Ya habiamos salido y podia contemplar la luz radiante del sol, algunas joyas que me habian puesto reflejaban la luz... podia ver lso muelles, y como estaban cargando cajas en uno de ellos, seguramente seria mi destino. No podia hacer nada, aunque tampoco es que lo pretendiera, lo mejor era callar y de momento seguir siendo su prisionero... de lujo..
Comence a subir hacia el barco asignado y alli abanicada por dos chicas, se encontraba Selene tomando algunas uvas... se podia decir que era una mujer que vivia rodeada de lujos, en mis nuevas ropas se podia ver todo el lujo de que disponian, con ellas parecia un egipcio mas entre aquellas personas... con una tez quizas algo mas palida...
Al estar delante de ella fui empujado hacia adelante, puede que con el proposito de hacerle una reverencia, pero no lo haria, podia ser un prisionero y una persona amable, pero seguia siendo un general.. en cambio todos los demas si se la hicieron mostrando sus respetos
Sigue cumpliendo cada una de sus palabras emperatriz Selene.. Espero que pasara una buena noche, debo agradecer todos sus ofrecimientos de ayer
Me adelante a hablar, incluso aunque eso costara que los demas me volvieran a señalar con sus armas, pero no podia mostrarme debil delante de nadie, pero si prudente asi que no pronuncie ninguna palabra mas hasta saber mas de este viaje...
Edward- Caballeros Dorados
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Re: Viaje por el Nilo
Arianne siempre eficiente y confiable había traído consigo al General Romano. Selene no se inmutó en ningún momento intentando mantener la calma que antes había perdido al ver a Seth presentarse ante ella como si todo estuviese bien. La incompetencia de aquel hombre había hecho que se perdieran numerosas batallas y que su glorioso ejercito estuviera encerrado atrás de las murallas de la ciudad. La mera idea de aquello la enfermaba y le daba vuelta el estómago. Arianne siempre educada y una joven respetable se dirigía a ella como siempre lo hacía, con el respeto único y la educación de su casta, dando por cumplida su misión. Selene complacida movió su mano para indicarle que era todo por ahora, una señal más que entendible para que la joven se retirara más permaneciera cerca. Las telas semitransparentes cayeron, dejándola con el General Romano. Sin pararse, sin si quiera mirarlo, dirigió su mirada al Museo… en donde su amada biblioteca se encontraba en ruinas… más aun de pie… con el conocimiento del mundo. El mar estaba tranquilo… era un buen momento para navegar hasta el Nilo.
- El destino de los imperios depende… de la educación de las mentes jóvenes. – Dijo citando a Aristóteles, aunque no lo dijo, no pensaba que un hombre así sabría algo de Aristóteles al ver que sus modales estaban siendo olvidados, sin saludarla apropiadamente. Pero …¿Qué mas podía esperar de un romano que vivía y olía como un animal? Un remedo de hombre que sólo ahora parecía una persona civilizada y limpia. – Siéntese, General. – Le pidió, más también podría haber sonado como una orden. De cualquier forma no le interesaba como había sonado, no estaba ahí para solicitar sino para ella mantener firme su temperamento y mostrarle que Egipto no era un lugar que ellos podían volver su granero.
Semi reclinada sobre aquel suporte alargadazo tan clásico en Egipto, parecía ajena a que en ese momento había una guerra. Era la visión de la perfección en cada uno de los detalles de su vestimenta y su rostro, blanco, demasiado blanco para un Egipcio. Sus ojos violetas contrastaban perfectamente con ello y con una especie de peluca que le llegaba hasta el busto en pequeñas trenzas que eran divididas en tres partes, separadas por anillos de oro. Dos de estas caían hacia delante y una última caía por su espalda… todo sujeto en su frente por más joyería de oro y una serpiente en su frente, asimilando una especie de corona. Su ropaje, una simple y fina tela de algodón egipcio que tenía entre los romanos la reputación de ser tan suave como la seda… apenas sujeta en su cuello por una collar semicircular de oro y piedras azules, dejando su espalda desnuda para caer por su cintura cubriéndola completamente… más aun así… la tela semitransparente dejaba muy poco para la imaginación… algo impensable habría sido que una mujer romana usara ropaje que dejara traslucir sus mejores atributos.
- El gran Alejandro Magno valoraba el conocimiento como una herramienta en su empresa para conquistar el mundo. – Indicó mientras ponía algunos granos de uva en sus labios juguetonamente, sabiendo que si hablaba de un general estaría acercándose un poco más a hablar el idioma incivilizado de otro General. – Debe sorprenderlo que hable latín y que mi piel sea de este color, ¿No? … Para ustedes este país es un antro de salvajes y lo toman simplemente como su pequeño granero. – Se puso de pie, estirando sus brazos hacia arriba como sacandose de encima la pereza, mientras se acercaba al borde de la embarcación observando su gran orgullo, la biblioteca. – Aquí el nombre de Alejandro Magno es sinónimo de admiración… su lanza liberó a mi pueblo de las garras Persas, un enemigo que, creo, su Emperador esta combatiendo. Aun recuerdo las historias que mi padre nos contaba sobre Alejandro Magno a mi y a mi hermana mayor quien usted debe conocer... creo... que éste fue el motivo por el cual finalmente salió en busqueda de su propio Alejandro Magno... que desgracia.
Selene hizo una pausa. No porque se desgastara en pensar en Diva sino por los Persas. Para ellos también eran una horrible amenaza, ya habían caído bajo su subyugación anteriormente, así que, que Roma luchara y derrotara a esos hombres sólo le causaba una hermosa alegría. Luego, cuando fuera el momento, haría una proposición respecto a eso… más ahora no era el momento, no habían salido de Alejandría aun.
- Liberador de Egipto… - Susurró con una sonrisa contemplando la ciudad. - Alejandro Magno fue coronado como Faraón de todo Egipto, un dios en vida. Hace… alrededor de 400 años, tomó el mismo viaje que emprenderemos ahora… y maravillado por Egipto, decidió homenajearla con ésta gran ciudad que espero haya tenido el privilegio de observar con calma en su trayecto hacia acá, General.
Se dio vuelta para observar al joven, el sol de la mañana le llegaba de frente haciendo aun más obvio que aquella tela blanca de algodón era lo único que portaba. Los rayos del sol resplandecían sobre el oro en su cuerpo haciéndola ver realmente como alguien muy, muy importante en Egipto. A lo mejor aun Edward no le tomaba el peso, más en aquella ciudad y en todo ese país...a Selene se le veneraba como diosa.
- Por más de tres mil años, Egipto había sido gobernada por dioses en forma humana… los grandes faraones. Y he ahí el problema general, pues Alejandro Magno era tan sólo un humano después de todo… su sangre no pertenecía a los dioses Egipcios, él era Griego. ¿Dónde encontraría inmortalidad un hombre así de grandioso?
Se acercó a Edward lentamente, parándose frente a él sin dejar de mirarlo a los ojos. Su forma cautivante de hablar tan pausadamente con su dulce voz mientras comía uvas de una forma provocativa, eran clara señal que más que la atención del general en su historia, también quería cautivarlo pasivamente, mostrarle la grandeza de la reina de Egipto.
- Fue entonces que Alejandro Magno… se introdujo al desierto en búsqueda del oráculo de Amón para solucionar su dilema. La leyenda dice que tenía un gran secreto o al menos eso es lo que mi padre solía decir... ¿Era realmente el hijo de Felipe el grande… o… el hijo del dios del sol Amón?
La música Egipcia que se tocaba afuera de las telas en donde Edward y Selene estaban protegidos del sol y los ojos del resto se comenzó a oír. Era casi como si se estuviese soñando entre el sonido de la cálida agua y el sonido de la música interpretada sólo para complacer a la joven Selene.
- Le preguntó al oráculo del dios Amón… - Su mano subió entonces, y pasó su dedo indice delineando el costado del rostro de Edward sin tocarlo. - ¿Era cierto? ¿Era él… el hijo de un dios? …
Lentamente, su dedo tocó la mejilla del general sin dejar de observarlo ajena a la situación, enfatizando su historia. Sus grandes ojos violetas parecían brillar cuando hablaba con dicha pasión sobre la historia de un hombre que admiraba tanto.
- La respuesta vino en un sueño. Alejandro vio… a Amón abrazando a su madre. Y así supo con seguridad… que él era un dios.
Retirando su dedo de la mejilla de Edward, le dio la espalda indicándole que la siguiera al otro lado del barco, al borde opuesto donde el sol se estaba comenzando a levantar sobre el gran faro de Alejandría. Su larga y blanca espalda parecía de porcelana, era notable que deseaba que el general la observara de esa forma de lo contrario no se habría vestido asó. La joven sonrió inhalando lentamente el aire marino, observando la escena del faro maravillada, completamente enfocada en aquella majestuosa torre que se erigía sobre ellos.
- Luego le preguntó a Amón, su padre…Si debía hacer algo… - Volteó su rostro sobre su hombro para buscar la mano de Edward, tomándola entre sus dedos para levantar el brazo del General y apuntar su dedo índice a la cúpula del Faro mientras se acercaba a su mejilla para susurrarle la respuesta y conclusión de toda aquella historia. - La respuesta vino en un sueño nuevamente…- Su voz se volvía suave… como si realmente intentara mantenerlo en un trance de que aquello realmente había pasado. - ’Rey Alejandro… es el dios Amón hablándote, ve y funda una ciudad luminosa a la orilla de la isla Faros que ilumine el mundo entero’. Inmediatamente… comenzó la construcción de la ciudad que ahora ve, General Edward. Y ahí… donde su dedo apunta, es el gran faro que ilumina el resto del mundo…
....ésta es Alejandría, ciudad que yo gobierno al igual que todo Egipto, ciudad, que usted y sus hombres han intentado destruir por las últimas tres semanas.
Alejándose de él, volvió a su posición original, sentada en aquella silla larga que le permitía reclinarse mientras bebía vino.
- ¿Ahora entiende… por qué no podía permitir que usted la destruyera? - Su voz se volvió severa y fría, mirandolo molesta. - Es por ello, General... Apreciaría que recordara que soy una diosa al igual que él y en mi presencia, su cabeza no pase la mía y se recline para saludarme.
- El destino de los imperios depende… de la educación de las mentes jóvenes. – Dijo citando a Aristóteles, aunque no lo dijo, no pensaba que un hombre así sabría algo de Aristóteles al ver que sus modales estaban siendo olvidados, sin saludarla apropiadamente. Pero …¿Qué mas podía esperar de un romano que vivía y olía como un animal? Un remedo de hombre que sólo ahora parecía una persona civilizada y limpia. – Siéntese, General. – Le pidió, más también podría haber sonado como una orden. De cualquier forma no le interesaba como había sonado, no estaba ahí para solicitar sino para ella mantener firme su temperamento y mostrarle que Egipto no era un lugar que ellos podían volver su granero.
Semi reclinada sobre aquel suporte alargadazo tan clásico en Egipto, parecía ajena a que en ese momento había una guerra. Era la visión de la perfección en cada uno de los detalles de su vestimenta y su rostro, blanco, demasiado blanco para un Egipcio. Sus ojos violetas contrastaban perfectamente con ello y con una especie de peluca que le llegaba hasta el busto en pequeñas trenzas que eran divididas en tres partes, separadas por anillos de oro. Dos de estas caían hacia delante y una última caía por su espalda… todo sujeto en su frente por más joyería de oro y una serpiente en su frente, asimilando una especie de corona. Su ropaje, una simple y fina tela de algodón egipcio que tenía entre los romanos la reputación de ser tan suave como la seda… apenas sujeta en su cuello por una collar semicircular de oro y piedras azules, dejando su espalda desnuda para caer por su cintura cubriéndola completamente… más aun así… la tela semitransparente dejaba muy poco para la imaginación… algo impensable habría sido que una mujer romana usara ropaje que dejara traslucir sus mejores atributos.
- El gran Alejandro Magno valoraba el conocimiento como una herramienta en su empresa para conquistar el mundo. – Indicó mientras ponía algunos granos de uva en sus labios juguetonamente, sabiendo que si hablaba de un general estaría acercándose un poco más a hablar el idioma incivilizado de otro General. – Debe sorprenderlo que hable latín y que mi piel sea de este color, ¿No? … Para ustedes este país es un antro de salvajes y lo toman simplemente como su pequeño granero. – Se puso de pie, estirando sus brazos hacia arriba como sacandose de encima la pereza, mientras se acercaba al borde de la embarcación observando su gran orgullo, la biblioteca. – Aquí el nombre de Alejandro Magno es sinónimo de admiración… su lanza liberó a mi pueblo de las garras Persas, un enemigo que, creo, su Emperador esta combatiendo. Aun recuerdo las historias que mi padre nos contaba sobre Alejandro Magno a mi y a mi hermana mayor quien usted debe conocer... creo... que éste fue el motivo por el cual finalmente salió en busqueda de su propio Alejandro Magno... que desgracia.
Selene hizo una pausa. No porque se desgastara en pensar en Diva sino por los Persas. Para ellos también eran una horrible amenaza, ya habían caído bajo su subyugación anteriormente, así que, que Roma luchara y derrotara a esos hombres sólo le causaba una hermosa alegría. Luego, cuando fuera el momento, haría una proposición respecto a eso… más ahora no era el momento, no habían salido de Alejandría aun.
- Liberador de Egipto… - Susurró con una sonrisa contemplando la ciudad. - Alejandro Magno fue coronado como Faraón de todo Egipto, un dios en vida. Hace… alrededor de 400 años, tomó el mismo viaje que emprenderemos ahora… y maravillado por Egipto, decidió homenajearla con ésta gran ciudad que espero haya tenido el privilegio de observar con calma en su trayecto hacia acá, General.
Se dio vuelta para observar al joven, el sol de la mañana le llegaba de frente haciendo aun más obvio que aquella tela blanca de algodón era lo único que portaba. Los rayos del sol resplandecían sobre el oro en su cuerpo haciéndola ver realmente como alguien muy, muy importante en Egipto. A lo mejor aun Edward no le tomaba el peso, más en aquella ciudad y en todo ese país...a Selene se le veneraba como diosa.
- Por más de tres mil años, Egipto había sido gobernada por dioses en forma humana… los grandes faraones. Y he ahí el problema general, pues Alejandro Magno era tan sólo un humano después de todo… su sangre no pertenecía a los dioses Egipcios, él era Griego. ¿Dónde encontraría inmortalidad un hombre así de grandioso?
Se acercó a Edward lentamente, parándose frente a él sin dejar de mirarlo a los ojos. Su forma cautivante de hablar tan pausadamente con su dulce voz mientras comía uvas de una forma provocativa, eran clara señal que más que la atención del general en su historia, también quería cautivarlo pasivamente, mostrarle la grandeza de la reina de Egipto.
- Fue entonces que Alejandro Magno… se introdujo al desierto en búsqueda del oráculo de Amón para solucionar su dilema. La leyenda dice que tenía un gran secreto o al menos eso es lo que mi padre solía decir... ¿Era realmente el hijo de Felipe el grande… o… el hijo del dios del sol Amón?
La música Egipcia que se tocaba afuera de las telas en donde Edward y Selene estaban protegidos del sol y los ojos del resto se comenzó a oír. Era casi como si se estuviese soñando entre el sonido de la cálida agua y el sonido de la música interpretada sólo para complacer a la joven Selene.
- Le preguntó al oráculo del dios Amón… - Su mano subió entonces, y pasó su dedo indice delineando el costado del rostro de Edward sin tocarlo. - ¿Era cierto? ¿Era él… el hijo de un dios? …
Lentamente, su dedo tocó la mejilla del general sin dejar de observarlo ajena a la situación, enfatizando su historia. Sus grandes ojos violetas parecían brillar cuando hablaba con dicha pasión sobre la historia de un hombre que admiraba tanto.
- La respuesta vino en un sueño. Alejandro vio… a Amón abrazando a su madre. Y así supo con seguridad… que él era un dios.
Retirando su dedo de la mejilla de Edward, le dio la espalda indicándole que la siguiera al otro lado del barco, al borde opuesto donde el sol se estaba comenzando a levantar sobre el gran faro de Alejandría. Su larga y blanca espalda parecía de porcelana, era notable que deseaba que el general la observara de esa forma de lo contrario no se habría vestido asó. La joven sonrió inhalando lentamente el aire marino, observando la escena del faro maravillada, completamente enfocada en aquella majestuosa torre que se erigía sobre ellos.
- Luego le preguntó a Amón, su padre…Si debía hacer algo… - Volteó su rostro sobre su hombro para buscar la mano de Edward, tomándola entre sus dedos para levantar el brazo del General y apuntar su dedo índice a la cúpula del Faro mientras se acercaba a su mejilla para susurrarle la respuesta y conclusión de toda aquella historia. - La respuesta vino en un sueño nuevamente…- Su voz se volvía suave… como si realmente intentara mantenerlo en un trance de que aquello realmente había pasado. - ’Rey Alejandro… es el dios Amón hablándote, ve y funda una ciudad luminosa a la orilla de la isla Faros que ilumine el mundo entero’. Inmediatamente… comenzó la construcción de la ciudad que ahora ve, General Edward. Y ahí… donde su dedo apunta, es el gran faro que ilumina el resto del mundo…
....ésta es Alejandría, ciudad que yo gobierno al igual que todo Egipto, ciudad, que usted y sus hombres han intentado destruir por las últimas tres semanas.
Alejándose de él, volvió a su posición original, sentada en aquella silla larga que le permitía reclinarse mientras bebía vino.
- ¿Ahora entiende… por qué no podía permitir que usted la destruyera? - Su voz se volvió severa y fría, mirandolo molesta. - Es por ello, General... Apreciaría que recordara que soy una diosa al igual que él y en mi presencia, su cabeza no pase la mía y se recline para saludarme.
Selene- Dama del Pecado
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Re: Viaje por el Nilo
Todo se hacía bajo las ordenes de la joven, me llevaron de inmediato para alistarme y prepararme, despojándome de mis ropas me bañaron y perfumaron con jazmines, de pronto me colocaron un bello vestido blanco que se ceñía bastante bien a mi cuerpo. Al no estar acostumbrada a tanta atención comencé a sospechar las verdaderas intenciones de ella, sin ningún reproche habían terminado de asearme, con mucho cuidado se acercaba la joven para dar los últimos toques.
Al quedar tan satisfecha de aquella “transformación” ordeno de inmediato que me llevaran al muelle, uno de los guardias me espero a la salida para escoltarme. Salíamos del palacio, confundida opte por avanzar y fue ahí que logre alcanzar a ver el Nilo, los recuerdos de lo que viví se disiparon rápidamente que me detuve por completo.
Se encuentra bien
Lo mire a los ojos, aun indignada me negué a responderle ya que podía imaginar que era lo que me deparaba el destino con solo imaginar al llegar al barco.
Por fin llegamos, el trato que recibía era diferente, con facilidad era confundida para pasar a ser a alguien cercano de la realeza… sin duda el trabajo que hizo Rain surtió efecto. Abriéndose a mi paso me conforme en esperar cerca del extremo y mirar por última vez el lugar que fue mi hogar.
Al quedar tan satisfecha de aquella “transformación” ordeno de inmediato que me llevaran al muelle, uno de los guardias me espero a la salida para escoltarme. Salíamos del palacio, confundida opte por avanzar y fue ahí que logre alcanzar a ver el Nilo, los recuerdos de lo que viví se disiparon rápidamente que me detuve por completo.
Se encuentra bien
Lo mire a los ojos, aun indignada me negué a responderle ya que podía imaginar que era lo que me deparaba el destino con solo imaginar al llegar al barco.
Por fin llegamos, el trato que recibía era diferente, con facilidad era confundida para pasar a ser a alguien cercano de la realeza… sin duda el trabajo que hizo Rain surtió efecto. Abriéndose a mi paso me conforme en esperar cerca del extremo y mirar por última vez el lugar que fue mi hogar.
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Re: Viaje por el Nilo
Despues de haber dejado que arreglaran a Seiren y de haber ido a la habitacion del otro soldado romano y de que las sirvientas terminaran de vestirlo le hice una seña con la mano para que me siguiera hacia el puerto. En la caminata la cual de por si no era precisamente muy corta estuve pensando acerca de lo que querria hacer nuestra señora Selene en cuanto a los soldados y si era verdad el que ella deseaba negociar la paz con ellos cosa que esperaba fuera verdad ya que no queria ver como mas y mas vidas tanto de egipcios como de romanos se perderian con una guerra que comenzo por culpa de los propios romanos quienes pidieron un imposible. Egipto era una nacion pacifica no buscaba problemas ni nada por el estilo por lo cual le ofrendaban grano a los romanos para que ellos no atacaran mas lo que habia pasado hace poco que pidieran una suma mayor a lo que se habia estipulado era de por si una locura, si hubieramos hecho caso y les hubieramos dado lo que querian muchas personas quedarian sin que comer hasta podrian llegar a morir mas a los romanos no les habia importado y querian el tributo. Nuestra señora fue la que dio el pie de guerra al rehusarse mas aun asi se pudieron salvar las vidas de aquellos campesinos que quedarian sin nada de haberle hecho caso a los romanos, mientras pensaba esto habiamos llegado al puerto en donde en una de las tantas barcasas se encontraba mi señora junto con el general Edward, Ariane y su nueva sirvienta y finalmente seiren a lo cual camine acompañada por el soldado romano hacia ella haciendo una inclinacion.
- mi señora espero perdone mi tardanza pero aqui esta el segundo al mando el señor Strife -dice respetuosamente mientras entraba en la barca junto con el soldado quedandose cerca de Arianne por si su señora requeria sus servicios-
- mi señora espero perdone mi tardanza pero aqui esta el segundo al mando el señor Strife -dice respetuosamente mientras entraba en la barca junto con el soldado quedandose cerca de Arianne por si su señora requeria sus servicios-
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Re: Viaje por el Nilo
Selene indicaba con su mano que se retiraran sus guardias a una distancia prudente para dejarnos medianamente a solas a ella y a mi. Al fin la chica que habia sido mi sombra durante la noche y parte del dia se alejaba de mi , ahora creia poder respirar tranquilo algun tiempo. Pero quizas no, ya que delante tenia a la emperatriz de Egipto, su presencia delante de mi la habia parecer muy superior a mi, pero no solo eso, la forma en que me miraba y se comportaba era igual de superior...
Una vez se retiraron lejos de nosotros, las cortinas de seda se cerraron dejandonos a ambos a solas, la luz del sol entraba levemente y la emperatriz me invito a sentarme, asi pues lo hice ya que no tenia ningun inconveniente en ello y si este iba a ser un largo viaje.
Se lo agradezco...
Le fui mostrando mi respeto ya que ella habia sido mi enemiga directa, aunque nunca tuve intencion de matarla... no tenia nada en contra de Egipto, todo habia sido ordenes de la nueva emperatriz...
Hubo un pequeño silencio en el cual el barco se ponia en marcha y entre aquel silencio pude fijarme en la figura de la mujer que gobernaba en aquel lugar. La mire profundamente a sus ojos violetas para comenzar a bajar la mirada, su ropa era tan diferente a la que llevaban las mujeres de Roma, ella por su parte lucia un atuendo que la hacia bastante sensual, podia ver su piel palida debajo de la traslucida ropa... Intente evitar esa mirada para no que no pareciera una falta de respeto, de momento la admiraba como mujer, y tambien como dirigente de su pueblo...
Hasta que el silencio se acabo y volvi a mirar sus ojos, y sus labios que jugaban con la fruta mientras me comenzaba a hablar.. Fue asi como empezo el relato de Alejandro Magno, un nombre importante entre aquellos que dedican su vida a al espada. Alguien que con tan corta edad conocio la gloria tan de cerca. Selene lo admiraba.. conocia sus historia... pero ademas del gran conquistador, hablo un poco de su hermana, la que me ordene capturar sin daños a Selene...
Yo no habria la boca ya que no queria interrumpirla , por algun motivo me queria contar todo esto, y yo respetuosamente la escucharia hasta el final... Mientras que los rayos del sol la alumbraban gracias a sus joyas haciendola parecer la persona mas importante de alli, segui escuchando el relato con atencion.. Nunca habia conocido a una mujer asi, que se lanzara de esa manera, que hablara con ese tono a un hombre... se acercaba y comiendo uvas me hablaba aun mas de Alejandro...
Mis ojos eran fijos en ella, no queria mirar en otra direccion, y menos ahora que su rostro palido estaba frente al mio. La musica nos acompañaba, nunca hubiera pensado dias atras que esto podria haber acado asi, con ella hablandome de los sueños de Alejandro Magno donde se muestra que el es hijo de un dios y se le ordena crear la gran ciudad de Alejandria
El dedo indice de ella delineaba por mi mejilla y me rozaba, yo lo seguia con mi mirada pero no me movia, ni me atravia a tocarla... ademas antes de que pudiera hacer nada se dio la vuelta en lo cual pude apreciar toda la espalda descuebierta de Selene, trague algo de saliba ya que debia estar bien contrado para lo que pudiera pasar... esta historia tenia alguna finalidad... Su ropa hacia ver mas aun la perfeccion de su cuerpo y ahora me lo mostraba, y no podia dejar de mirar su espalda...
Yo no podia hacer nada, asi que deje que la mano de Selene cogiera la mia y mis dedos entrelazaran los suyos lentamente, yo seguia sus movimientos con lo que termine señalando el gran faro de Alejandria, uno de los mas grandes monumentos junto con su biblioteca... le mejilla de ella se acercaba a la mia y ella me susurraba la respuesta que Alejandro recibio en su sueño. Cerre los ojos e inesperadamente aspire la fragancia de la emperatriz... su olor era toda una delicia...
Terminda toda la historia se volvio a sentar y cambio su tono de voz, claramente esa mujer admiraba el pasado de Alejandro Magno,y por ello sentia rencor por mi al haberle destruido parte de aquellas grandezas... Me volvi a sentar delante de ella por que crei lo mas oportuno y junte mis manos preparado para hablar... despues de tanto permanecer en silencio..
Emperatriz... las hazañas de Alejandro Magno son bien conocidas, aunque gracias a usted he podido saber mas y conocerlas desde el interior de Egipto... Usted admira a ese hombre lo puedo notar... y en eso entiendo que a mi me llegue a odiar... Pero en todo esto lo que no puedo llegar a entender es su hospitalidad, si tanto admiraba a Alejandria... por que no me dio un castigo apropiado...?
Fui directamente a lo que mas me intrigaba, por supuesto le contestaria a todo aquella que ella se molesta a contarme, pero no queria dejar pasar por alto las preguntas que mi mente tenian.... no solo mi vida estaba en juego sino la vida de Strife y mis soldados...
Tiene un pais precioso y a su vez este pais esta gobernado por una mujer preciosa y que sabe dirigir a su reino... tiene bastante suerte. El legado que le dejaron, es digno de protegerse, y por eso lamento todo los desperfectos que le ocasione. Alejandro Magno tenia esos sueños.... pero si le contara mis sueños solo serian sueños llenos de lamento hacia mis rivales...
Queria darle mi version, que aunque estaba en esta guerra no tenia mas opcion que seguir ordenes, que intente hacer el menor daño posible y que intente que su vida no corriera peligro...
Mis ordenes son llevarla a Roma.. pero no tiene por que morir nadie mas... si se entrega puedo intentar defenderla... llegar a una solucion pacifica... por muy general que soy.. si llegue a este cargo, fue para acabar con las matanzas... Dejeme ayudarla, a usted y su reino, si no se entrega.. vendran mas ejercitos.. que acabaran con todo, con Egipto, con Alejandria... con usted, y conmigo...
Baje mi cabeza y suspire, todo aquello me hacia de la situacion muy dificil para mi y los demas. Ella me mostraba las riquezas de su rieno, pero yo mas que nada queria proteger a cuanto mas gente fuera posible mejor.
A mi solo me espera la muerte por parte de otra legion romana, o la esclavitud en Roma. Emperatriz Selene... tiene una ciudad hermosa, con un rio hermoso.. unas constumbres dignas.. por favor, ayudeme a protegerlos... esa es mi peticion...
Ella me habia tratado muy bien, pero aun seguia siendo un general romano, intentaba mirar por el futuro de Roma y por el de Egipto, intentaba cumplir mi otra mision. Aunque en mi cabeza seguia la duda de por que aquella atractiva mujer llamada Selene me vestia como un egipcio, me trataba con tanta cortesia siendo su enemigo y me contaba la historia de su ciudad...
Nunca quise destruir su hermosa ciudad... es algo que quiero que sepa. Pero la batalla fue dura... y en todo esto, desgraciadamente su hermosa ciudad fue dañada, si llegara a un acuerdo con Roma, podriamos restaurarla..
Ya estaba hablando mas de lo que yo podia... pero de alguna forma queria explicarme ante ella. Aunque no supiera que tenia ella en su mente sobre el futuro de ella, y el mio... Seguia sin poder levartarmen, ademas tampoco queria alzar mi cabeza sobre la suya en este momento para no ofenderla. Solo me quedaba mirarla a ella, mirar su cuerpo, como bebia aquel vino y cual era su respuesta... Habia usado este tiempo para intentar no pensar en su sensual forma de hablar en su olor y su mirada ya que me desconcertaba un poco
Una vez se retiraron lejos de nosotros, las cortinas de seda se cerraron dejandonos a ambos a solas, la luz del sol entraba levemente y la emperatriz me invito a sentarme, asi pues lo hice ya que no tenia ningun inconveniente en ello y si este iba a ser un largo viaje.
Se lo agradezco...
Le fui mostrando mi respeto ya que ella habia sido mi enemiga directa, aunque nunca tuve intencion de matarla... no tenia nada en contra de Egipto, todo habia sido ordenes de la nueva emperatriz...
Hubo un pequeño silencio en el cual el barco se ponia en marcha y entre aquel silencio pude fijarme en la figura de la mujer que gobernaba en aquel lugar. La mire profundamente a sus ojos violetas para comenzar a bajar la mirada, su ropa era tan diferente a la que llevaban las mujeres de Roma, ella por su parte lucia un atuendo que la hacia bastante sensual, podia ver su piel palida debajo de la traslucida ropa... Intente evitar esa mirada para no que no pareciera una falta de respeto, de momento la admiraba como mujer, y tambien como dirigente de su pueblo...
Hasta que el silencio se acabo y volvi a mirar sus ojos, y sus labios que jugaban con la fruta mientras me comenzaba a hablar.. Fue asi como empezo el relato de Alejandro Magno, un nombre importante entre aquellos que dedican su vida a al espada. Alguien que con tan corta edad conocio la gloria tan de cerca. Selene lo admiraba.. conocia sus historia... pero ademas del gran conquistador, hablo un poco de su hermana, la que me ordene capturar sin daños a Selene...
Yo no habria la boca ya que no queria interrumpirla , por algun motivo me queria contar todo esto, y yo respetuosamente la escucharia hasta el final... Mientras que los rayos del sol la alumbraban gracias a sus joyas haciendola parecer la persona mas importante de alli, segui escuchando el relato con atencion.. Nunca habia conocido a una mujer asi, que se lanzara de esa manera, que hablara con ese tono a un hombre... se acercaba y comiendo uvas me hablaba aun mas de Alejandro...
Mis ojos eran fijos en ella, no queria mirar en otra direccion, y menos ahora que su rostro palido estaba frente al mio. La musica nos acompañaba, nunca hubiera pensado dias atras que esto podria haber acado asi, con ella hablandome de los sueños de Alejandro Magno donde se muestra que el es hijo de un dios y se le ordena crear la gran ciudad de Alejandria
El dedo indice de ella delineaba por mi mejilla y me rozaba, yo lo seguia con mi mirada pero no me movia, ni me atravia a tocarla... ademas antes de que pudiera hacer nada se dio la vuelta en lo cual pude apreciar toda la espalda descuebierta de Selene, trague algo de saliba ya que debia estar bien contrado para lo que pudiera pasar... esta historia tenia alguna finalidad... Su ropa hacia ver mas aun la perfeccion de su cuerpo y ahora me lo mostraba, y no podia dejar de mirar su espalda...
Yo no podia hacer nada, asi que deje que la mano de Selene cogiera la mia y mis dedos entrelazaran los suyos lentamente, yo seguia sus movimientos con lo que termine señalando el gran faro de Alejandria, uno de los mas grandes monumentos junto con su biblioteca... le mejilla de ella se acercaba a la mia y ella me susurraba la respuesta que Alejandro recibio en su sueño. Cerre los ojos e inesperadamente aspire la fragancia de la emperatriz... su olor era toda una delicia...
Terminda toda la historia se volvio a sentar y cambio su tono de voz, claramente esa mujer admiraba el pasado de Alejandro Magno,y por ello sentia rencor por mi al haberle destruido parte de aquellas grandezas... Me volvi a sentar delante de ella por que crei lo mas oportuno y junte mis manos preparado para hablar... despues de tanto permanecer en silencio..
Emperatriz... las hazañas de Alejandro Magno son bien conocidas, aunque gracias a usted he podido saber mas y conocerlas desde el interior de Egipto... Usted admira a ese hombre lo puedo notar... y en eso entiendo que a mi me llegue a odiar... Pero en todo esto lo que no puedo llegar a entender es su hospitalidad, si tanto admiraba a Alejandria... por que no me dio un castigo apropiado...?
Fui directamente a lo que mas me intrigaba, por supuesto le contestaria a todo aquella que ella se molesta a contarme, pero no queria dejar pasar por alto las preguntas que mi mente tenian.... no solo mi vida estaba en juego sino la vida de Strife y mis soldados...
Tiene un pais precioso y a su vez este pais esta gobernado por una mujer preciosa y que sabe dirigir a su reino... tiene bastante suerte. El legado que le dejaron, es digno de protegerse, y por eso lamento todo los desperfectos que le ocasione. Alejandro Magno tenia esos sueños.... pero si le contara mis sueños solo serian sueños llenos de lamento hacia mis rivales...
Queria darle mi version, que aunque estaba en esta guerra no tenia mas opcion que seguir ordenes, que intente hacer el menor daño posible y que intente que su vida no corriera peligro...
Mis ordenes son llevarla a Roma.. pero no tiene por que morir nadie mas... si se entrega puedo intentar defenderla... llegar a una solucion pacifica... por muy general que soy.. si llegue a este cargo, fue para acabar con las matanzas... Dejeme ayudarla, a usted y su reino, si no se entrega.. vendran mas ejercitos.. que acabaran con todo, con Egipto, con Alejandria... con usted, y conmigo...
Baje mi cabeza y suspire, todo aquello me hacia de la situacion muy dificil para mi y los demas. Ella me mostraba las riquezas de su rieno, pero yo mas que nada queria proteger a cuanto mas gente fuera posible mejor.
A mi solo me espera la muerte por parte de otra legion romana, o la esclavitud en Roma. Emperatriz Selene... tiene una ciudad hermosa, con un rio hermoso.. unas constumbres dignas.. por favor, ayudeme a protegerlos... esa es mi peticion...
Ella me habia tratado muy bien, pero aun seguia siendo un general romano, intentaba mirar por el futuro de Roma y por el de Egipto, intentaba cumplir mi otra mision. Aunque en mi cabeza seguia la duda de por que aquella atractiva mujer llamada Selene me vestia como un egipcio, me trataba con tanta cortesia siendo su enemigo y me contaba la historia de su ciudad...
Nunca quise destruir su hermosa ciudad... es algo que quiero que sepa. Pero la batalla fue dura... y en todo esto, desgraciadamente su hermosa ciudad fue dañada, si llegara a un acuerdo con Roma, podriamos restaurarla..
Ya estaba hablando mas de lo que yo podia... pero de alguna forma queria explicarme ante ella. Aunque no supiera que tenia ella en su mente sobre el futuro de ella, y el mio... Seguia sin poder levartarmen, ademas tampoco queria alzar mi cabeza sobre la suya en este momento para no ofenderla. Solo me quedaba mirarla a ella, mirar su cuerpo, como bebia aquel vino y cual era su respuesta... Habia usado este tiempo para intentar no pensar en su sensual forma de hablar en su olor y su mirada ya que me desconcertaba un poco
Edward- Caballeros Dorados
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Re: Viaje por el Nilo
Selene se mantuvo sentada, mostrando una leve sonrisa despreocupada mientras bebía vino dulce. Rain había llegado y también le había hecho un gesto con su mano para que se retirara. Ellas tenían más que claras sus instrucciones… mantener a sus invitados divertidos y felices, pues en la parte delantera del barco solar iba un pequeño grupo selecto de Legionarios Romanos y además iba Strife junto a ellos.
Entonces Edward se sentó frente a ella… aun ambos cubiertos por la privacidad de las sedas de algodón que caían por los pilares de la barcaza. Comenzó por hablar sobre Alejandro Magno y asumir que ella lo odiaba por haber destruido muchas de las edificaciones que se erigían dentro de Alejandría y preguntó por qué no había sido castigado. Selene permaneció inmóvil. ¿Merecía ser castigado? Claro. Merecía morir hervido en aceite seguramente, y aun así aquel sufrimiento no sería suficiente para él. Más no dijo nada… sólo se mantuvo mirándolo a los ojos mientras seguía jugando con granos de uvas sobre su boca sin realmente comérselos, sólo restregando su humedad alrededor de sus labios tornándolos de un hermoso color rojizo.
Sonrió al escuchar los complementos sobre su belleza y la belleza de Egipto. Cosa que para ella eran uno solo. Ella era Egipto, Egipto era ella. No podía ser de otra forma.
Y fue entonces que llegaron las ordenes… el verdadero motivo de esa guerra y por el cual él seguía vivo…'Llevarla a Roma.' Selene permaneció inmóvil escuchando esta vez con un poco más de atención. Pero no pudo evitar que saliera de su boca una carcajada al escuchar que ese hombre le decía que podía protegerla y ayudarla llevándola a su sentencia de muerte en Roma. O era un embustero de primera, un imbecil, o realmente… era el hombre más inocente que había conocido. No dijo nada, más que él pensara que ella en Roma estaría más a salvo que en Egipto, o que su propio pueblo estaría a salvo, solo dejaba en claro que no conocía a la verdadera Diva y que era un estúpido.
Ella tenía más que claro que Diva no dejaría de mandar Legiones, que no dejaría de perseguirla si caían los hombres de Edward, por lo mismo, él aun estaba vivo…
Más tenía la carta alta… un año sin grano debía estar causando una verdadera casa feliz en Roma. La idea de su mierda de pueblo romano muriéndose de hambre la divertía. Eso era lo que había conseguido el emperador por llevar a una mujer de la vida a la cama… Hambruna para su pueblo. Y lo más gracioso era que ese hombre de verdad pensaba que podrían restaurar Egipto si esa demente mujer llegaba a poner sus manos encima de su país… si eso ocurría Alejandría ardería en llamas. Diva estaba demente. Hubiese sido mejor la muerte de todos antes de que esa mujer volviera a gobernar. Ya una vez casi todo Egipto había muerto de hambre por su mal gobierno, no iba a dejar que un error así sucediera de nuevo.
Se puso de pie, acercándose al general, mirándolo con una sonrisa hacia abajo. El barco ya se había comenzado a mover y salía del puerto de Alejandría pasando al lado del Faro para dirigirse al mar abierto por la costa hasta llegar al Delta del Nilo.
- El viaje es largo para discutir estos temas ahora… hablaremos de ello cuando lleguemos a El Fayum.
Se dio nuevamente la vuelta, caminando con gracia hacia atrás de los asientos, sabiendo que los ojos del General ahora de seguro la miraban con mas libertad al ella no estar observandola. Se estiró, dejando al descubierto su cintura por completo y sobando sus brazos en el aire... luego se volteo sobre su hombro invitándolo con la mirada para que la siguiera… atrás de aquel lugar había una infinidad de cojines de seda en el suelo y algunas sirvientas que estaba listas para comenzar a abanicar. Bandejas con frutas, pan, aceite de oliva y otros productos se exponian para ser consumidos por ambos. Arianne, Rain, Angie, Seiren y Strife se encontraban en otro sector, un lugar en donde se tocaba musica y se comía y bebía… más no en el mismo ambiente que Selene. Arianne sabía que su misión era la seguridad... y otras que habían hablado antes de salir. Ella no hubiese compartido intimidad con sus sirvientes…de hecho, seguramente Arianne estaría sorprendida de que si quiera compartiera el mismo espacio con un Romano. Miró a Edward, sus joyas realzando sus finísimos gestos sobre todo sus ojos de gato, grandes y brillantes como si estuviera al asecho de una presa… en un buen sentido.
- Por ahora, relájese… beba… coma y disfrute del paisaje. – Las últimas palabras vinieron con un tono provocador... ya que sonreía seductoramente al decírselo, acostándose de costado sobre las almohadas de plumas de ganso, bebiendo de su copa y estirando su mano hacia Edward para mostrarle donde podía descansar. - Hemos peleado un año ya, que nos tomemos unos días en que seamos…uhm…¿Amigos es la palabra?... no creo que nos dañe demasiado.
Disfrute de los placeres que Egipto tiene que ofrecer, mire a su alrededor general… no creo que la vida sea mejor que esto.
Sus ojos finamente delineados de negro esperaban si se sentaría en el suelo o no. No haberlo hecho se consideraría una gran ofensa por parte de él, pues al parecer Edward era el invitado de honor. El viento comenzaba a entrar levemente por las telas colgantes, moviéndolas de un lado a otro…después de todo ya el barco se movía y el viento del mar se dejaba sentir. Debían ser algunas horas antes de que llegaran al delta del Nilo, era apropiado acomodarse y disfrutar del viaje.
Entonces Edward se sentó frente a ella… aun ambos cubiertos por la privacidad de las sedas de algodón que caían por los pilares de la barcaza. Comenzó por hablar sobre Alejandro Magno y asumir que ella lo odiaba por haber destruido muchas de las edificaciones que se erigían dentro de Alejandría y preguntó por qué no había sido castigado. Selene permaneció inmóvil. ¿Merecía ser castigado? Claro. Merecía morir hervido en aceite seguramente, y aun así aquel sufrimiento no sería suficiente para él. Más no dijo nada… sólo se mantuvo mirándolo a los ojos mientras seguía jugando con granos de uvas sobre su boca sin realmente comérselos, sólo restregando su humedad alrededor de sus labios tornándolos de un hermoso color rojizo.
Sonrió al escuchar los complementos sobre su belleza y la belleza de Egipto. Cosa que para ella eran uno solo. Ella era Egipto, Egipto era ella. No podía ser de otra forma.
Y fue entonces que llegaron las ordenes… el verdadero motivo de esa guerra y por el cual él seguía vivo…'Llevarla a Roma.' Selene permaneció inmóvil escuchando esta vez con un poco más de atención. Pero no pudo evitar que saliera de su boca una carcajada al escuchar que ese hombre le decía que podía protegerla y ayudarla llevándola a su sentencia de muerte en Roma. O era un embustero de primera, un imbecil, o realmente… era el hombre más inocente que había conocido. No dijo nada, más que él pensara que ella en Roma estaría más a salvo que en Egipto, o que su propio pueblo estaría a salvo, solo dejaba en claro que no conocía a la verdadera Diva y que era un estúpido.
Ella tenía más que claro que Diva no dejaría de mandar Legiones, que no dejaría de perseguirla si caían los hombres de Edward, por lo mismo, él aun estaba vivo…
Más tenía la carta alta… un año sin grano debía estar causando una verdadera casa feliz en Roma. La idea de su mierda de pueblo romano muriéndose de hambre la divertía. Eso era lo que había conseguido el emperador por llevar a una mujer de la vida a la cama… Hambruna para su pueblo. Y lo más gracioso era que ese hombre de verdad pensaba que podrían restaurar Egipto si esa demente mujer llegaba a poner sus manos encima de su país… si eso ocurría Alejandría ardería en llamas. Diva estaba demente. Hubiese sido mejor la muerte de todos antes de que esa mujer volviera a gobernar. Ya una vez casi todo Egipto había muerto de hambre por su mal gobierno, no iba a dejar que un error así sucediera de nuevo.
Se puso de pie, acercándose al general, mirándolo con una sonrisa hacia abajo. El barco ya se había comenzado a mover y salía del puerto de Alejandría pasando al lado del Faro para dirigirse al mar abierto por la costa hasta llegar al Delta del Nilo.
- El viaje es largo para discutir estos temas ahora… hablaremos de ello cuando lleguemos a El Fayum.
Se dio nuevamente la vuelta, caminando con gracia hacia atrás de los asientos, sabiendo que los ojos del General ahora de seguro la miraban con mas libertad al ella no estar observandola. Se estiró, dejando al descubierto su cintura por completo y sobando sus brazos en el aire... luego se volteo sobre su hombro invitándolo con la mirada para que la siguiera… atrás de aquel lugar había una infinidad de cojines de seda en el suelo y algunas sirvientas que estaba listas para comenzar a abanicar. Bandejas con frutas, pan, aceite de oliva y otros productos se exponian para ser consumidos por ambos. Arianne, Rain, Angie, Seiren y Strife se encontraban en otro sector, un lugar en donde se tocaba musica y se comía y bebía… más no en el mismo ambiente que Selene. Arianne sabía que su misión era la seguridad... y otras que habían hablado antes de salir. Ella no hubiese compartido intimidad con sus sirvientes…de hecho, seguramente Arianne estaría sorprendida de que si quiera compartiera el mismo espacio con un Romano. Miró a Edward, sus joyas realzando sus finísimos gestos sobre todo sus ojos de gato, grandes y brillantes como si estuviera al asecho de una presa… en un buen sentido.
- Por ahora, relájese… beba… coma y disfrute del paisaje. – Las últimas palabras vinieron con un tono provocador... ya que sonreía seductoramente al decírselo, acostándose de costado sobre las almohadas de plumas de ganso, bebiendo de su copa y estirando su mano hacia Edward para mostrarle donde podía descansar. - Hemos peleado un año ya, que nos tomemos unos días en que seamos…uhm…¿Amigos es la palabra?... no creo que nos dañe demasiado.
Disfrute de los placeres que Egipto tiene que ofrecer, mire a su alrededor general… no creo que la vida sea mejor que esto.
Sus ojos finamente delineados de negro esperaban si se sentaría en el suelo o no. No haberlo hecho se consideraría una gran ofensa por parte de él, pues al parecer Edward era el invitado de honor. El viento comenzaba a entrar levemente por las telas colgantes, moviéndolas de un lado a otro…después de todo ya el barco se movía y el viento del mar se dejaba sentir. Debían ser algunas horas antes de que llegaran al delta del Nilo, era apropiado acomodarse y disfrutar del viaje.
Selene- Dama del Pecado
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Re: Viaje por el Nilo
Ahora era ella la que me dejaba hablar sin interrumpirme, era muy educada por su parte, aun por creerse una diosa que estaba por encima de los demas. Cuando le hablaba mi vista estaba fija en ella, observando como sus labios tomaban un color rojizo que destacaba mucho con el constraste de su piel. Era por las uvas que se paseaba por sus delicados labios..
Lo unico que pude escuchar mientras le hablaba era una gran carcajada que salia de ella, quizas pensaba que hablaba en broma, pero ya me habia impuesto a decisiones de lo mas altos mandos, y debido a mi puesto e importancia no se atravian a quitarme el rango. Yo era prudente pero no dejaba de actuar si veia una injusticia frente a mi
Esperaba sus respuesta ansiosamente, no es que no disfrutara de su compañia y de los placeres que me proporcionaba, pero necesitaba respuestas... por que tenia muchas dudas en mi cabeza. Cuando pense que me las iba a dar al levantarse, de nuevo se nego a responderme y lo pospuso para mas tarde...
Si no me respondera ahora... entonces solo me ha citado frente a usted entre estas telas de seda para hablarme de Alejandro Magno y para ofrecerme mas alimentos y bebidas.. ? Espero que logre entender mi confusion en estos momentos... de el por que de tanta hospitalidad...
Pero calle... por mucho que hablara ella no tenia intencion de darme respuestas ahora, ademas tambien cerre mis labios por que se habia dado la vuelta y comenzo a estirar su cuerpo dejando libre de ropa su cintura, mis vista se volvio a bajar sin que pudiera evitarlo, el cuerpo de una mujer bien formada no era como el de un hombre, ella era atractiva y sensual... Tome una copa de vino y comence a beber para evitar mirarla en exceso...
Ella me ofrecia ir a una parte mas trasera donde unos hermsos cojines estaban colocados de forma perfecta en el suelo del barco para que se descansara comodamente, la primera en colocarse fue ella y luego me ofrecio a mi donde colocarme...
Veo que no tengo opcion... aun asi es dificil relajarse cuando las vidas de tus hombres estan en juego...
Me recoste en esos cojines con la copa de vino en mano mientras bebia... por una parte me sentia mal al estar de esta manera, como si no pasara nada, como si yo fuera el invitado de honor de Selene. Y pensaba eso por que para ella que creia ser una diosa, como es que aceptaba tenerme al lado... un romano.. La parte positiva eran los placeres y la compañia de la emperatriz...
Aunque pueda disfrutar de todo esto, yo no soy de aqui, y se que algun dia acabara... yo no soy egipcio y para sus subordinados no soy mas que un destructor... alguien a quien debe odiar... es dificil poder estar tranquilo cuando uno se encuentra en mi situacion...
Volvia a beber de la copa de vino y miraba como las curvas de la emperatriz se contorneaba en sus posicion. No podria evitarlo, asi que disfrutaria mientras pudiera del viaje, de todas formas no podia hacer otra cosa, pero no se cuanto aguantaria a solas entre esa intimidad... la forma en que actuaba, se movia, hablaba, y mostraba su cuerpo.. la hacia ser mas que tentadora...
No se que mas preguntarle, no me respondera de todos modos. Asi que acepto por el momento, disfrutar de su pais...
Estaba decidido, de momento le corresponderia a sus ofrecimientos, tomaba unas uvas y tambien comence a comer lentamente, pero no dejaria que me intimidara, mis ojos siempre se mostrarian fuertes. Un poco de fruta y vino no me haria daño mientra siguiera atento, pero al menos habia dado un paso de relajarme un poco, ademas si me concentraba en la musica y en los ojos de Selene, no caeria en otras tentaciones.. solo si lograba concetrarme..
Lo unico que pude escuchar mientras le hablaba era una gran carcajada que salia de ella, quizas pensaba que hablaba en broma, pero ya me habia impuesto a decisiones de lo mas altos mandos, y debido a mi puesto e importancia no se atravian a quitarme el rango. Yo era prudente pero no dejaba de actuar si veia una injusticia frente a mi
Esperaba sus respuesta ansiosamente, no es que no disfrutara de su compañia y de los placeres que me proporcionaba, pero necesitaba respuestas... por que tenia muchas dudas en mi cabeza. Cuando pense que me las iba a dar al levantarse, de nuevo se nego a responderme y lo pospuso para mas tarde...
Si no me respondera ahora... entonces solo me ha citado frente a usted entre estas telas de seda para hablarme de Alejandro Magno y para ofrecerme mas alimentos y bebidas.. ? Espero que logre entender mi confusion en estos momentos... de el por que de tanta hospitalidad...
Pero calle... por mucho que hablara ella no tenia intencion de darme respuestas ahora, ademas tambien cerre mis labios por que se habia dado la vuelta y comenzo a estirar su cuerpo dejando libre de ropa su cintura, mis vista se volvio a bajar sin que pudiera evitarlo, el cuerpo de una mujer bien formada no era como el de un hombre, ella era atractiva y sensual... Tome una copa de vino y comence a beber para evitar mirarla en exceso...
Ella me ofrecia ir a una parte mas trasera donde unos hermsos cojines estaban colocados de forma perfecta en el suelo del barco para que se descansara comodamente, la primera en colocarse fue ella y luego me ofrecio a mi donde colocarme...
Veo que no tengo opcion... aun asi es dificil relajarse cuando las vidas de tus hombres estan en juego...
Me recoste en esos cojines con la copa de vino en mano mientras bebia... por una parte me sentia mal al estar de esta manera, como si no pasara nada, como si yo fuera el invitado de honor de Selene. Y pensaba eso por que para ella que creia ser una diosa, como es que aceptaba tenerme al lado... un romano.. La parte positiva eran los placeres y la compañia de la emperatriz...
Aunque pueda disfrutar de todo esto, yo no soy de aqui, y se que algun dia acabara... yo no soy egipcio y para sus subordinados no soy mas que un destructor... alguien a quien debe odiar... es dificil poder estar tranquilo cuando uno se encuentra en mi situacion...
Volvia a beber de la copa de vino y miraba como las curvas de la emperatriz se contorneaba en sus posicion. No podria evitarlo, asi que disfrutaria mientras pudiera del viaje, de todas formas no podia hacer otra cosa, pero no se cuanto aguantaria a solas entre esa intimidad... la forma en que actuaba, se movia, hablaba, y mostraba su cuerpo.. la hacia ser mas que tentadora...
No se que mas preguntarle, no me respondera de todos modos. Asi que acepto por el momento, disfrutar de su pais...
Estaba decidido, de momento le corresponderia a sus ofrecimientos, tomaba unas uvas y tambien comence a comer lentamente, pero no dejaria que me intimidara, mis ojos siempre se mostrarian fuertes. Un poco de fruta y vino no me haria daño mientra siguiera atento, pero al menos habia dado un paso de relajarme un poco, ademas si me concentraba en la musica y en los ojos de Selene, no caeria en otras tentaciones.. solo si lograba concetrarme..
Edward- Caballeros Dorados
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Re: Viaje por el Nilo
La ironía e irreverencia de aquel hombre la comenzó a irritar, mas apretó su mandíbula y aguantó decirle algo al respecto. No estaba en una situación donde causar una pelea serviría de algo… puesto que si hubiese sido cualquier otra persona quien le hablase de esa forma lo hubiese mandando a azotar como mínimo, sobre todo por el tono con el que hablaba del grandioso Alejandro Magno, alguien que acababa de glorificar en su conversación. Los modales de ese general dejaban mucho que desear, pero ¿Qué más podía pedir de un analfabruto? Claro que no le interesaría la grandeza de un verdadero militar, un glorioso conquistador, un hombre entre hombres.
Selene lo miró de reojo, pues su tono y actitud le estaban comenzando a desagradar, al punto que estuvo a punto de dar la orden de que se retirara de su presencia. Ya era lo suficientemente desagradable estar con un hombre que había destruido gran parte de su ciudad… pero estaba ahí por el por su pueblo. Por que después de todo sí deseaba llegar a un termino amistoso en esos tres días para poder negociar con libertad de conciencia…conocer la forma en que ese hombre pensaba y que el viera el Egipto que no había visto desde afuera de Alejandría... más la actitud del general la había sacado completamente de ese estado mental ficticio en donde olvidaba por algunos días lo que había sucedido con Alejandría.
- ¿Aun no entiende el término ‘tregua’, general? Pensé que siendo un militar entendería con claridad el concepto que en las treguas hay hospitalidad… Egipto no es una tierra donde las personas se comporten como animales incivilizados que nos matemos los unos a los otros en un foro para la diversión del público. – Rió con burla, haciendo alusión al Coliseo. Miró al techo, indiferente comiendo una que otra uva. Por fin mostraba su verdadero ser, aquello que la caracterizaba tanto fuera de aquella mascara de perfección como emperatriz sino… aquel lado olvidado suyo en el momento que había asumido como Reina de Egipto. – Y sí… tiene opción. Puede retirarse de mi presencia y hablaremos en El Fayum en tres días más.
Debió haberse sentido HONRADO de estar junto a una mujer como ella… más actuaba como si todos aquellos lujos y buen trato fueran una tortura. No tenía problema en encadenarlo a un palo en la parte baja del bote y ponerlo a remar junto a los esclavos… pero aun así con los lujos que se le ofrecían y la compañía de la mismísima Reina de Egipto… el hombre se quejaba… Nunca entendería a los Romanos. Si no le agradaba podía marcharse. Selene no le rogaba a nadie… a nadie.
- Además creo haberle dicho que sus hombres en este momento están divirtiéndose con la música y el vino. ¿Me toma por mentirosa? – Preguntó con la mirada completamente fría y ausente.
Tomó un gran sorbo de vino vaciando su copa. Necesitaba el valor del alcohol para mantenerse callada… escuchaba prácticamente a su padre pidiéndole que sonriera y dejara de comportarse como una chiquilla… por lo mismo dio un gran respiro después de muchos, muchos minutos de completo silencio mientras el barco chocaba con las olas del mar haciéndolo subir y bajar apaciblemente. Una vez sin vino, dejó caer la copa que rodó hacia un costado y se acostó completamente sobre los cojines, mirando al cielo. Se comenzaba a sentir incomoda cuando antes se había sentido con el poder de la situación en sus manos… no sabía que hacer para mantener a ese hombre contento después de haberle ofrecido su compañía, los lujos y la hospitalidad y haber recibido de su parte falta de gratitud e una actitud altanera y detestable. Era mejor callar y esperar que ese viaje terminara de una vez.
- Creo que es mejor que llame a Arianne y que ella le haga compañía General, ya que le extraña tanto mi hospitalidad ella puede comportarse con usted de forma, inhospita. – Sonrió maliciosamente recordando como Arianne lo había empujado frente a ella. Conocía a su mano derecha y seguramente la noche custodiado por ella había sido una tortura para su orgullo.
Selene lo miró de reojo, pues su tono y actitud le estaban comenzando a desagradar, al punto que estuvo a punto de dar la orden de que se retirara de su presencia. Ya era lo suficientemente desagradable estar con un hombre que había destruido gran parte de su ciudad… pero estaba ahí por el por su pueblo. Por que después de todo sí deseaba llegar a un termino amistoso en esos tres días para poder negociar con libertad de conciencia…conocer la forma en que ese hombre pensaba y que el viera el Egipto que no había visto desde afuera de Alejandría... más la actitud del general la había sacado completamente de ese estado mental ficticio en donde olvidaba por algunos días lo que había sucedido con Alejandría.
- ¿Aun no entiende el término ‘tregua’, general? Pensé que siendo un militar entendería con claridad el concepto que en las treguas hay hospitalidad… Egipto no es una tierra donde las personas se comporten como animales incivilizados que nos matemos los unos a los otros en un foro para la diversión del público. – Rió con burla, haciendo alusión al Coliseo. Miró al techo, indiferente comiendo una que otra uva. Por fin mostraba su verdadero ser, aquello que la caracterizaba tanto fuera de aquella mascara de perfección como emperatriz sino… aquel lado olvidado suyo en el momento que había asumido como Reina de Egipto. – Y sí… tiene opción. Puede retirarse de mi presencia y hablaremos en El Fayum en tres días más.
Debió haberse sentido HONRADO de estar junto a una mujer como ella… más actuaba como si todos aquellos lujos y buen trato fueran una tortura. No tenía problema en encadenarlo a un palo en la parte baja del bote y ponerlo a remar junto a los esclavos… pero aun así con los lujos que se le ofrecían y la compañía de la mismísima Reina de Egipto… el hombre se quejaba… Nunca entendería a los Romanos. Si no le agradaba podía marcharse. Selene no le rogaba a nadie… a nadie.
- Además creo haberle dicho que sus hombres en este momento están divirtiéndose con la música y el vino. ¿Me toma por mentirosa? – Preguntó con la mirada completamente fría y ausente.
Tomó un gran sorbo de vino vaciando su copa. Necesitaba el valor del alcohol para mantenerse callada… escuchaba prácticamente a su padre pidiéndole que sonriera y dejara de comportarse como una chiquilla… por lo mismo dio un gran respiro después de muchos, muchos minutos de completo silencio mientras el barco chocaba con las olas del mar haciéndolo subir y bajar apaciblemente. Una vez sin vino, dejó caer la copa que rodó hacia un costado y se acostó completamente sobre los cojines, mirando al cielo. Se comenzaba a sentir incomoda cuando antes se había sentido con el poder de la situación en sus manos… no sabía que hacer para mantener a ese hombre contento después de haberle ofrecido su compañía, los lujos y la hospitalidad y haber recibido de su parte falta de gratitud e una actitud altanera y detestable. Era mejor callar y esperar que ese viaje terminara de una vez.
- Creo que es mejor que llame a Arianne y que ella le haga compañía General, ya que le extraña tanto mi hospitalidad ella puede comportarse con usted de forma, inhospita. – Sonrió maliciosamente recordando como Arianne lo había empujado frente a ella. Conocía a su mano derecha y seguramente la noche custodiado por ella había sido una tortura para su orgullo.
Selene- Dama del Pecado
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Re: Viaje por el Nilo
La personalidad y forma de hablar de Selene habia cambiado un poco, parece ser que no estaba acostumbrada a tratar con alguien que le hablara de esa forma, aun asi no lo habia para molestarla, sino era pura costumbre de Roma. Pero pense que habia tenido bastante suerte ella que yo fuera el general asignado a Egipto, sino el trato podria haber sido mucho mayor.
La ira de ella crecia por momentos y para apaciguarla me decia que me podia retirar si era lo que deseaba. No queria ni mirarme, bebio de un solo sorbo todo el vino que habia... y se coloco mirando el cielo. Pero creo que habia malinterpretado mis palabras, y pues no queria mantener una discursion con ella ahora mismo, seria mejor explicarselo antes que me hechara de alli
Confio en su palabra ya se lo dije, y tambien agradezco lo bien que nos esta tratando. Por supuesto se que no le hara daño a mis hombres si es lo que me prometio. No temo que usted me traicione, a quien me referia era a Roma... ellos no tendran remordimientos de acabar con mis hombres y conmigo con tal de cumplir el objetivo...
Me levante de los cojines esperando que me entendiera, que quien me preocupaba era ella y sus hombres y igual que yo y mis hombres por un ataque de Roma. Me agache a su lado para colocarme cerca y esperar no incomodarla mas, darle mis excusas y la vez agradecerle el poder estar tan bien como no lo estaba en años, al agacharme coloque mi cabeza por debajo de la suya pero sin que se notara que lo hacia a posta, solo que ella notaba que con ese acto le agradecia su hospitlidad
Solo quiero ayudar a la gente... y no quiero que este pueblo suyo sea masacrado por otras legiones de Roma. Me comprende...? Yo intente hacer el menor daño posible, pero los demas, no dudan en matar a mujeres, niños... yo no lucho solo contra mis enemigos, lucho contra la injusticia de Roma. Para mi no existe diversion en que dos hombres se maten....
Seguramente ella quizas no me creeria de primeras, para ella todos los romanos eran unos barbaros, pesar que uno iba en contra de algunos ideales de Roma solo le haria reir... pero era la verdad. Si yo estaba en Roma, era para cambiar Roma... tome una fruta mas y cerca habia algo con que cortarla, asi pues le corte un trozo y se lo ofreci pidiendo disculpas por el malentendido
Nunca olvidare lo que estoy viendo aqui. Hace años que no podia descansar... Es usted una gran emperatriz.. y quiero interesarme mas por vos y su pueblo... si viera una injusticia apresarla... entonces no lo haria..
Se podia notar en los ojos y las palabras de ese hombre que se encontraba a tan corta distancia de Selene, que era todo amabilidad y compasion, una persona que intentaba ayudar hasta a sus enemigos, y esperaba que eso llegara hacia el interior de Selene.
La ira de ella crecia por momentos y para apaciguarla me decia que me podia retirar si era lo que deseaba. No queria ni mirarme, bebio de un solo sorbo todo el vino que habia... y se coloco mirando el cielo. Pero creo que habia malinterpretado mis palabras, y pues no queria mantener una discursion con ella ahora mismo, seria mejor explicarselo antes que me hechara de alli
Confio en su palabra ya se lo dije, y tambien agradezco lo bien que nos esta tratando. Por supuesto se que no le hara daño a mis hombres si es lo que me prometio. No temo que usted me traicione, a quien me referia era a Roma... ellos no tendran remordimientos de acabar con mis hombres y conmigo con tal de cumplir el objetivo...
Me levante de los cojines esperando que me entendiera, que quien me preocupaba era ella y sus hombres y igual que yo y mis hombres por un ataque de Roma. Me agache a su lado para colocarme cerca y esperar no incomodarla mas, darle mis excusas y la vez agradecerle el poder estar tan bien como no lo estaba en años, al agacharme coloque mi cabeza por debajo de la suya pero sin que se notara que lo hacia a posta, solo que ella notaba que con ese acto le agradecia su hospitlidad
Solo quiero ayudar a la gente... y no quiero que este pueblo suyo sea masacrado por otras legiones de Roma. Me comprende...? Yo intente hacer el menor daño posible, pero los demas, no dudan en matar a mujeres, niños... yo no lucho solo contra mis enemigos, lucho contra la injusticia de Roma. Para mi no existe diversion en que dos hombres se maten....
Seguramente ella quizas no me creeria de primeras, para ella todos los romanos eran unos barbaros, pesar que uno iba en contra de algunos ideales de Roma solo le haria reir... pero era la verdad. Si yo estaba en Roma, era para cambiar Roma... tome una fruta mas y cerca habia algo con que cortarla, asi pues le corte un trozo y se lo ofreci pidiendo disculpas por el malentendido
Nunca olvidare lo que estoy viendo aqui. Hace años que no podia descansar... Es usted una gran emperatriz.. y quiero interesarme mas por vos y su pueblo... si viera una injusticia apresarla... entonces no lo haria..
Se podia notar en los ojos y las palabras de ese hombre que se encontraba a tan corta distancia de Selene, que era todo amabilidad y compasion, una persona que intentaba ayudar hasta a sus enemigos, y esperaba que eso llegara hacia el interior de Selene.
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Re: Viaje por el Nilo
Selene aceptó el trozo de melocotón que Edward le alcanzaba y lo llevó a sus labios sin dejar de mirarlo. Un poco más calmada por la forma en que el general había arreglado la situación, Selene simplemente se sentó sobre los cojines y miró hacia el costado notando que comenzaban a entrar al delta del río Nilo por uno de sus brazos. Selene bostezó levemente, ya se aproximaba medio día y recién habían entrado a navegar en el río Nilo.
Se sintió un gran grito sobre la música, la vela blanca se bajó y los esclavos dejaron de remar. El barco era llevado por la corriente hacia el sur…
- General… siéntese a mi lado. – Le dijo mientras se acomodaba un momento y suspiraba al sentir que entraba por el Nilo. – Estamos navegando sobre el río Nilo… cuyo movimiento es todo un misterio… cuyas aguas son oscuras durante el día… que brinda vida y prosperidad a todo mi pueblo.
Selene miraba por los bordes de la barcaza el Nilo y la forma en que avanzaban con toda la pasividad del mundo por las aguas del río. Ya no se escuchaban los gritos de los hombres remando, tan sólo el sonido tranquilo del agua y la suave música acorde al momento.
- Por milenios el Nilo ha sido la fuente de vida para todas las personas que habitaron estos fértiles bancos. – Dijo mirando con orgullo a las tierras de su país. - Los peces siempre eran abundantes y había hipopótamos y cocodrilos para cazar. Cada primavera el río inunda los bancos dejando sobre éstos una abundante capa de fango, lugar ideal para el cultivo del trigo que ha alimentado a Roma durante los últimos 100 años… ¿No es hermoso? Este es el valle del Nilo, la tierra de los faraones.
Alrededor del río se comenzaban a ver los verdes prados, las personas a las orillas del río viviendo tranquilamente mientras cultivaban el trigo. Palmeras altísimas decoraban el trayecto y una que otra ave se veía sobrevolar el cielo.
Sin duda el valle del Nilo era un lugar prospero y sumamente rico.
- Le presento la riqueza de Egipto General… quería que lo viera con sus propios ojos. De todo lo que vea de aquí a tres días… todos esos grandiosos cultivos de trigo alrededor del río… 1/3 se mandaba a Roma. Es muy probable que incluso usted estando tan lejos, ya haya probado la harina de Egipto en Roma y haya probado nuestras frutas.
Selene hablaba encantada por la magia de Egipto. Se notaba que era una mujer que amaba la tierra en donde había crecido. Cada una de sus palabras salían con una profunda honestidad, no por engrandecer la imagen de Egipto, eso era imposible… puesto que el General Romano ya había visto por si mismo aquellos valles seguramente… pero quería que lo notara de la forma en que ella lo hacía, en completa paz y calma, sobre las tranquilas aguas que en ese instante los llevaba.
- Este es el mayor tesoro de mi tierra… más que el oro y las joyas que hay en Alto Egipto… Lo invito a observarlo con calma General, pues esta es la mayor inversión que Roma tiene con mi pueblo.
Se sintió un gran grito sobre la música, la vela blanca se bajó y los esclavos dejaron de remar. El barco era llevado por la corriente hacia el sur…
- General… siéntese a mi lado. – Le dijo mientras se acomodaba un momento y suspiraba al sentir que entraba por el Nilo. – Estamos navegando sobre el río Nilo… cuyo movimiento es todo un misterio… cuyas aguas son oscuras durante el día… que brinda vida y prosperidad a todo mi pueblo.
Selene miraba por los bordes de la barcaza el Nilo y la forma en que avanzaban con toda la pasividad del mundo por las aguas del río. Ya no se escuchaban los gritos de los hombres remando, tan sólo el sonido tranquilo del agua y la suave música acorde al momento.
- Por milenios el Nilo ha sido la fuente de vida para todas las personas que habitaron estos fértiles bancos. – Dijo mirando con orgullo a las tierras de su país. - Los peces siempre eran abundantes y había hipopótamos y cocodrilos para cazar. Cada primavera el río inunda los bancos dejando sobre éstos una abundante capa de fango, lugar ideal para el cultivo del trigo que ha alimentado a Roma durante los últimos 100 años… ¿No es hermoso? Este es el valle del Nilo, la tierra de los faraones.
Alrededor del río se comenzaban a ver los verdes prados, las personas a las orillas del río viviendo tranquilamente mientras cultivaban el trigo. Palmeras altísimas decoraban el trayecto y una que otra ave se veía sobrevolar el cielo.
Sin duda el valle del Nilo era un lugar prospero y sumamente rico.
- Le presento la riqueza de Egipto General… quería que lo viera con sus propios ojos. De todo lo que vea de aquí a tres días… todos esos grandiosos cultivos de trigo alrededor del río… 1/3 se mandaba a Roma. Es muy probable que incluso usted estando tan lejos, ya haya probado la harina de Egipto en Roma y haya probado nuestras frutas.
Selene hablaba encantada por la magia de Egipto. Se notaba que era una mujer que amaba la tierra en donde había crecido. Cada una de sus palabras salían con una profunda honestidad, no por engrandecer la imagen de Egipto, eso era imposible… puesto que el General Romano ya había visto por si mismo aquellos valles seguramente… pero quería que lo notara de la forma en que ella lo hacía, en completa paz y calma, sobre las tranquilas aguas que en ese instante los llevaba.
- Este es el mayor tesoro de mi tierra… más que el oro y las joyas que hay en Alto Egipto… Lo invito a observarlo con calma General, pues esta es la mayor inversión que Roma tiene con mi pueblo.
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Re: Viaje por el Nilo
La pieza de melocoton que habia cortado fue aceptada por la emperatriz, pude entender con ese gesto que aceptaba mis explicacion y por lo tanto me hizo mostrarle una tranquilizadora sonrisa. La fruta se coloco entre los labios de Selene y yo los mire mientras ella miraba mis ojos aun... De nuevo volvio a ser una mujer amable y me invito a sentarme a su lado, ella se habia incorporado quedando sentada..
Sera un placer..
Me sente justo a su lado, nuestros hombros se rozaban levemente, ahora era la corriente quien nos llevaba por el Nilo, unas aguas hermosas que me dejaban con la boca abierto, estaba sorprendido de toda la belleza que no habia podido admirar en el tiempo que estuve luchando..
Selene me mostraba las grandezas del Nilo y su tierra, como le dije queria saber mas de su pais, habia estado todo un año pero realmente no conocia sus grandezas que se basaban en su naturaleza.. Seguia con la mirada muy atento e interesado a todo lo que ella me mostraba...
Si.. es muy hermoso debo reconocerlo emperatriz... Es maravilloso viajar sobre estas aguas cristalinas...
Luego comenzo a aparecer unas prados a los costados del Nilo, quizas hubiera pasado por alli pero no me habia dado cuenta de lo verde y puro que eran, esta paz y calma que tenia ahora y las indicaciones tan detalladas de Selene me hacian ver por que comence a luchar, para proteger lo puro, para proteger esta paz que ahora sentia...
Valia la pena olvidar dias de guerra para disfrutar de la verdadera vida, junto a una mujer que se molestaba en enseñarme todo su pueblo, me movia ligeramente para ir mirando todo mi alrededor y la friccion entre nuestros hombros se aumentaban, no sabia si eso le molestaria pues ella era la que me dijo sentarme a su lado, y de tan cerca se podia apreciar que ella era como esa tierra, toda una joya y hermosura por fuera...
Seria una lastima que todo esto se perdiera por una guerra. Quiero confiar.. en que Roma despues de la guerra, no dañaria estas riquizas, seria una perdida para la humanidad, siento que la paz que se respira aqui es especial... algo que no puedo describir con simples palabras. Nunca habia visto y sentido nada igual...
Sera un placer..
Me sente justo a su lado, nuestros hombros se rozaban levemente, ahora era la corriente quien nos llevaba por el Nilo, unas aguas hermosas que me dejaban con la boca abierto, estaba sorprendido de toda la belleza que no habia podido admirar en el tiempo que estuve luchando..
Selene me mostraba las grandezas del Nilo y su tierra, como le dije queria saber mas de su pais, habia estado todo un año pero realmente no conocia sus grandezas que se basaban en su naturaleza.. Seguia con la mirada muy atento e interesado a todo lo que ella me mostraba...
Si.. es muy hermoso debo reconocerlo emperatriz... Es maravilloso viajar sobre estas aguas cristalinas...
Luego comenzo a aparecer unas prados a los costados del Nilo, quizas hubiera pasado por alli pero no me habia dado cuenta de lo verde y puro que eran, esta paz y calma que tenia ahora y las indicaciones tan detalladas de Selene me hacian ver por que comence a luchar, para proteger lo puro, para proteger esta paz que ahora sentia...
Valia la pena olvidar dias de guerra para disfrutar de la verdadera vida, junto a una mujer que se molestaba en enseñarme todo su pueblo, me movia ligeramente para ir mirando todo mi alrededor y la friccion entre nuestros hombros se aumentaban, no sabia si eso le molestaria pues ella era la que me dijo sentarme a su lado, y de tan cerca se podia apreciar que ella era como esa tierra, toda una joya y hermosura por fuera...
Seria una lastima que todo esto se perdiera por una guerra. Quiero confiar.. en que Roma despues de la guerra, no dañaria estas riquizas, seria una perdida para la humanidad, siento que la paz que se respira aqui es especial... algo que no puedo describir con simples palabras. Nunca habia visto y sentido nada igual...
Edward- Caballeros Dorados
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Re: Viaje por el Nilo
- No es sólo usted al que ha cautivado nuestras tierras… como le dije… el Gran Alejandro se enamoró tanto de Egipto que construyó Alejandría.
Notó que el general intentaba acercarse a ella rozando sus hombros, le sonrió volteando su rostro hacía él, para instintivamente ponerse de pie. Si había que llamar la atención de un hombre la mejor forma era así, que la viera completamente de pie.
- Traigan el almuerzo. – Ordenó sin inmutarse a una de las jóvenes que abanicaba y ésta desapareció. Se acercó a otra que mantenía el vino y le indicó que llenara nuevamente su copa. – Es vino dulce, no ha fermentado completamente… más se aprecia mucho por estos lados.
Tomando el contenedor de aquel liquido sirvió, cortésmente, al general. Las sirvientas dejaron escapar un suspiro nervioso al ver que la joven realizaba dicha acción. Nunca en su vida la habían visto servirle a nadie y de seguro aquello las espantaba, que una diosa viviente se acercara a un enemigo y le sirviera era la señal de que él era alguien muy importante... o algo muy muy malo estaba sucediendo. Llena de joyas y con aquella peluca que cubría la melena negra que Edward había visto la noche anterior… era lo más cercano que tal vez el General vería de una mujer con poder para hacer lo que se le diera la gana… al menos… hasta ese momento en su vida, y seguramente, si pasaba más tiempo con ella se daría cuenta que Diva y ella a pesar de tener la misma actitud eran completamente diferentes.
- Quería traerlo en este viaje General, puesto que es de vital importancia para nuestras negociaciones que comprenda la capacidad de producción de esta tierra y como puede beneficiar tanto a Roma como a Egipto si se administra con cuidado. – Se acercó a Edward, sentándose sobre sus propias piernas nuevamente a su lado con sus rodillas juntas. Tomó la mano del hombre con delicadeza, jugueteando con sus dedos...y la apretó levemente para enfatizar su punto. - Si dejo de entrenar tantos soldados, aquella fuerza laboral se puede emplear para las plantaciones y de aquí a cinco años la producción de grano de podría triplicar, alcanzando la cuota de 1/3 del grano para Roma… la completa producción de éste en la actualidad. ¿No ve lo fantástico que sería para su pueblo y el mío despreocuparse finalmente de la comida? Egipto podría proveer para Roma y ya no habría nunca más hambrunas en su país. Se me ha informado que la guerra de éste año en la cual Egipto no ha mandado grano, ha causado una catástrofe alimenticia en la población más pobre de Roma. Todo eso… podría acabar.
Acarició la mano de Edward con sus dedos… de verdad deseaba aquello. La idea de que Egipto se convirtiera en la potencia mundial de exportación de grano tanto de trigo como lino y cebada… era un su sueño y el legado que quería dejar. Más la guerra estaba alejándola de eso. Arianne había sido la visionaria de aquello y con sus grandiosos estudios y la tecnología de brillantes hombres griegos que se enfocaban en la creación de maquinaria que facilitaría el trasporte de agua… todo aquello lejos de ser un sueño estaba a punto de volverse una realidad.
- No soy estúpida, mi padre antes de morir me dijo que si yo llegaba a ser una Reina en caso de que Diva muriera… debía gobernar con la cabeza siempre y no con mi orgullo. Luego él ocupó su lugar entre los dioses… más aun así es su sabiduría la que me guía a hacer lo mejor para Egipto. Por ello, se con todo mi corazón… que ir a Roma significará mi muerte y la de mi pueblo. Diva… es una víbora que sólo desea poder y venganza. Mientras ella este sentada a la derecha de su emperador… su pueblo sufrirá el mismo destino que casi hizo que este gran país hace cinco años atrás se viera hundido en la más grande de las miserias.
Desgranó una uva rosada y la mordió partiéndola por la mitad, mirando intensamente al general mientras las sirvientas posaban un jabalí asado enfrente de ambos en una pequeña mesa. Era la cena… más Selene parecía ignorar la presencia de aquellas mujeres… tan sólo rozando la mitad de aquella uva sobre los labios del general lentamente mojandolos con la dulzura de Egipto.
- ¿Ve mi dilema general? Si usted me lleva a Roma mi sueño morirá. No puedo ir con usted a Roma… pero si puedo mandar con usted una grandiosa oferta a su senado…Y eso lo convierte ahora, en mi nuevo mejor amigo. - Puso la misma uva que había rozado sobre los labios de Edward en su boca para comersela, sin dejar de mirarlo.
Notó que el general intentaba acercarse a ella rozando sus hombros, le sonrió volteando su rostro hacía él, para instintivamente ponerse de pie. Si había que llamar la atención de un hombre la mejor forma era así, que la viera completamente de pie.
- Traigan el almuerzo. – Ordenó sin inmutarse a una de las jóvenes que abanicaba y ésta desapareció. Se acercó a otra que mantenía el vino y le indicó que llenara nuevamente su copa. – Es vino dulce, no ha fermentado completamente… más se aprecia mucho por estos lados.
Tomando el contenedor de aquel liquido sirvió, cortésmente, al general. Las sirvientas dejaron escapar un suspiro nervioso al ver que la joven realizaba dicha acción. Nunca en su vida la habían visto servirle a nadie y de seguro aquello las espantaba, que una diosa viviente se acercara a un enemigo y le sirviera era la señal de que él era alguien muy importante... o algo muy muy malo estaba sucediendo. Llena de joyas y con aquella peluca que cubría la melena negra que Edward había visto la noche anterior… era lo más cercano que tal vez el General vería de una mujer con poder para hacer lo que se le diera la gana… al menos… hasta ese momento en su vida, y seguramente, si pasaba más tiempo con ella se daría cuenta que Diva y ella a pesar de tener la misma actitud eran completamente diferentes.
- Quería traerlo en este viaje General, puesto que es de vital importancia para nuestras negociaciones que comprenda la capacidad de producción de esta tierra y como puede beneficiar tanto a Roma como a Egipto si se administra con cuidado. – Se acercó a Edward, sentándose sobre sus propias piernas nuevamente a su lado con sus rodillas juntas. Tomó la mano del hombre con delicadeza, jugueteando con sus dedos...y la apretó levemente para enfatizar su punto. - Si dejo de entrenar tantos soldados, aquella fuerza laboral se puede emplear para las plantaciones y de aquí a cinco años la producción de grano de podría triplicar, alcanzando la cuota de 1/3 del grano para Roma… la completa producción de éste en la actualidad. ¿No ve lo fantástico que sería para su pueblo y el mío despreocuparse finalmente de la comida? Egipto podría proveer para Roma y ya no habría nunca más hambrunas en su país. Se me ha informado que la guerra de éste año en la cual Egipto no ha mandado grano, ha causado una catástrofe alimenticia en la población más pobre de Roma. Todo eso… podría acabar.
Acarició la mano de Edward con sus dedos… de verdad deseaba aquello. La idea de que Egipto se convirtiera en la potencia mundial de exportación de grano tanto de trigo como lino y cebada… era un su sueño y el legado que quería dejar. Más la guerra estaba alejándola de eso. Arianne había sido la visionaria de aquello y con sus grandiosos estudios y la tecnología de brillantes hombres griegos que se enfocaban en la creación de maquinaria que facilitaría el trasporte de agua… todo aquello lejos de ser un sueño estaba a punto de volverse una realidad.
- No soy estúpida, mi padre antes de morir me dijo que si yo llegaba a ser una Reina en caso de que Diva muriera… debía gobernar con la cabeza siempre y no con mi orgullo. Luego él ocupó su lugar entre los dioses… más aun así es su sabiduría la que me guía a hacer lo mejor para Egipto. Por ello, se con todo mi corazón… que ir a Roma significará mi muerte y la de mi pueblo. Diva… es una víbora que sólo desea poder y venganza. Mientras ella este sentada a la derecha de su emperador… su pueblo sufrirá el mismo destino que casi hizo que este gran país hace cinco años atrás se viera hundido en la más grande de las miserias.
Desgranó una uva rosada y la mordió partiéndola por la mitad, mirando intensamente al general mientras las sirvientas posaban un jabalí asado enfrente de ambos en una pequeña mesa. Era la cena… más Selene parecía ignorar la presencia de aquellas mujeres… tan sólo rozando la mitad de aquella uva sobre los labios del general lentamente mojandolos con la dulzura de Egipto.
- ¿Ve mi dilema general? Si usted me lleva a Roma mi sueño morirá. No puedo ir con usted a Roma… pero si puedo mandar con usted una grandiosa oferta a su senado…Y eso lo convierte ahora, en mi nuevo mejor amigo. - Puso la misma uva que había rozado sobre los labios de Edward en su boca para comersela, sin dejar de mirarlo.
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Re: Viaje por el Nilo
Había salido de la sección del barco donde mi señora Selene se encontraba con el Romano, Angie y yo nos habiamos retirado para trasladarnos al otro extremo de la embarcación donde se encontraban los demás soldados y claro el 2do al mando en la legión del General Edward: Strife.
El salón se encontraba debidamente equipado y decorado, el piso cubierto con finos tapizados, adornados de hermosos y cómodos cojines, las telas colgaban formando una delicada onda en la parte superior y caían con la mayor de las gracias, todo el escenerio evocaban los salones imperiales del Palacio de Alejandría.
Angie me había seguido hacia ese mismo lugar, me saqué las hoces que portaba en la espalda, se las entregué, ella sabía que debía hacer con ellas, guardarlas en jarras individuales de vino, era la ofrenda que siempre le hacía a Anubis.
Me retiré a un pequeño cuarto y me cambié de ropas, debía estar acorde a las circunstancias, un hermoso traje negro que enmarcaba mi parte superior en un delicado top que se unía a la parte inferior en una delicada línea que salía del centro del pecho para finalizar unos centímetros más abajo de mi ombliguo, finas y suaves telas de seda semitransparente, dos guanteras que se extendían en cada uno de mis antebrazos que se unía en una argolla de oro que encajaba en mi dedo del medio. Los mejores trajes, las mejores mujeres para los invitados más importantes.
Angie regresó para maquillarme, oscureciendo y delineando bien mis ojos, enmarcandolos más, peinó mis cabellos, adornó mi cabeza con un tocado de oro, liviano para no causar cansancio durante el viaje, joyas y prendas de oro fueron el toque final de mi transformación que pocas veces se daba.
Me levanté, cerré mis ojos y suspiré, antes de salir me dirigí a Angie, diciéndole:
- Ahora es tu turno, todo absolutamente todo lo que yo haga deberás hacerlo tu también ... Angie.
Salí finalmente de allí, observé nuevamente el lugar, ya estaban dispuestas pequeñas mesas para la comida y bebida y otras delicias Egipcias, tomé una posición erguida y elegante, con paso corto me dirigí al lugar donde se encontraban las demás, Raín y el romano quien respondia al nombre de Strife. Tomé una jarra de vino, la serví con gracia y dandosela al invitado, expresé sonriendole con cierta picardía y dulzura:
- Bienvenido y disfrute de su estadía en tierras Egipcias.
Sentándome al frente de él, tomando un racimo de uvas y una copa de vino para empezar el festin.
El salón se encontraba debidamente equipado y decorado, el piso cubierto con finos tapizados, adornados de hermosos y cómodos cojines, las telas colgaban formando una delicada onda en la parte superior y caían con la mayor de las gracias, todo el escenerio evocaban los salones imperiales del Palacio de Alejandría.
Angie me había seguido hacia ese mismo lugar, me saqué las hoces que portaba en la espalda, se las entregué, ella sabía que debía hacer con ellas, guardarlas en jarras individuales de vino, era la ofrenda que siempre le hacía a Anubis.
Me retiré a un pequeño cuarto y me cambié de ropas, debía estar acorde a las circunstancias, un hermoso traje negro que enmarcaba mi parte superior en un delicado top que se unía a la parte inferior en una delicada línea que salía del centro del pecho para finalizar unos centímetros más abajo de mi ombliguo, finas y suaves telas de seda semitransparente, dos guanteras que se extendían en cada uno de mis antebrazos que se unía en una argolla de oro que encajaba en mi dedo del medio. Los mejores trajes, las mejores mujeres para los invitados más importantes.
Angie regresó para maquillarme, oscureciendo y delineando bien mis ojos, enmarcandolos más, peinó mis cabellos, adornó mi cabeza con un tocado de oro, liviano para no causar cansancio durante el viaje, joyas y prendas de oro fueron el toque final de mi transformación que pocas veces se daba.
Me levanté, cerré mis ojos y suspiré, antes de salir me dirigí a Angie, diciéndole:
- Ahora es tu turno, todo absolutamente todo lo que yo haga deberás hacerlo tu también ... Angie.
Salí finalmente de allí, observé nuevamente el lugar, ya estaban dispuestas pequeñas mesas para la comida y bebida y otras delicias Egipcias, tomé una posición erguida y elegante, con paso corto me dirigí al lugar donde se encontraban las demás, Raín y el romano quien respondia al nombre de Strife. Tomé una jarra de vino, la serví con gracia y dandosela al invitado, expresé sonriendole con cierta picardía y dulzura:
- Bienvenido y disfrute de su estadía en tierras Egipcias.
Sentándome al frente de él, tomando un racimo de uvas y una copa de vino para empezar el festin.
Arianne- Cantidad de envíos : 21
Re: Viaje por el Nilo
La joven egipcia se había llevado a Strife a una rara embarcación, este barco no se parecía nada a la arquitectura que tenían los barcos romanos claro que este barco egipcio no perdía su belleza en si. Al subir por la pequeña escalera que conducía a el salón inferior del barco pudo ver a los guerreros romanos algunos sentados y otros parados todos estaban celebrando con vino y comida.
El romano de pelo turquesa se acerco hasta a una de las sillas que se encontraban en el lugar, luego de sentarse en esta comenzó a hablarles a los legionarios quienes parecían gozar de todas las comodidades recibidas por Egipto. Los ojos carmesís del joven no paraban de contemplar la bella simetría que aportaba el navío Egipcio, las penas de muerte que había traído la guerra. Strife, dijo tranquilamente y sin apuro a todas las personas allí reunidas.
Strife: - Cada historia tiene un comienzo como también tiene un final, aquí esta el final de la guerra de Egipto contra Roma ahora ambos pueblos podrán vivir en paz -
El bello Nilo era aun mucho mas bello que los ríos de Roma, Strife no había notado la belleza que tenia Egipto tal vez porque siempre había estado concentrado en la guerra y nunca disfruto del paisaje que esta magnifica tierra aportaba. Hubiera sido una desgracia ver como terminaba todo esto en guerra y destrucción. Entonces pudo ver como como una joven de cabello negro se acercaba hasta el y le servia una copa de vino diciendole " Bienvenido y disfrute de su estadía en tierras Egipcias ".
Strife: - Vaya gracias por la bienvenida, es obvio que disfrutare de mi estadía en las placenteras tierras de Egipto -
Le contesto a la joven con un tono algo alegre mientras tomaba la copa de vino que le había servido. Escuchaba los gritos de sus compañeros los cuales gritaban "Fiesta por Roma y Egipto"
Strife: - Hahaha aveces si se comportan como payasos - Dicha estas palabras el joven se levanto de su asiento y fue hasta la barra del barco.... Strife, se quedo mirando el rió como si estuviera perdido con su belleza vio como algunos peces saltaban hacia afuera del agua y luego caían nuevamente en esta. El joven solo se quedo allí mirando el rió contemplando el agua de este.
El romano de pelo turquesa se acerco hasta a una de las sillas que se encontraban en el lugar, luego de sentarse en esta comenzó a hablarles a los legionarios quienes parecían gozar de todas las comodidades recibidas por Egipto. Los ojos carmesís del joven no paraban de contemplar la bella simetría que aportaba el navío Egipcio, las penas de muerte que había traído la guerra. Strife, dijo tranquilamente y sin apuro a todas las personas allí reunidas.
Strife: - Cada historia tiene un comienzo como también tiene un final, aquí esta el final de la guerra de Egipto contra Roma ahora ambos pueblos podrán vivir en paz -
El bello Nilo era aun mucho mas bello que los ríos de Roma, Strife no había notado la belleza que tenia Egipto tal vez porque siempre había estado concentrado en la guerra y nunca disfruto del paisaje que esta magnifica tierra aportaba. Hubiera sido una desgracia ver como terminaba todo esto en guerra y destrucción. Entonces pudo ver como como una joven de cabello negro se acercaba hasta el y le servia una copa de vino diciendole " Bienvenido y disfrute de su estadía en tierras Egipcias ".
Strife: - Vaya gracias por la bienvenida, es obvio que disfrutare de mi estadía en las placenteras tierras de Egipto -
Le contesto a la joven con un tono algo alegre mientras tomaba la copa de vino que le había servido. Escuchaba los gritos de sus compañeros los cuales gritaban "Fiesta por Roma y Egipto"
Strife: - Hahaha aveces si se comportan como payasos - Dicha estas palabras el joven se levanto de su asiento y fue hasta la barra del barco.... Strife, se quedo mirando el rió como si estuviera perdido con su belleza vio como algunos peces saltaban hacia afuera del agua y luego caían nuevamente en esta. El joven solo se quedo allí mirando el rió contemplando el agua de este.
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Re: Viaje por el Nilo
Me sorprendia que me comparara con el gran Alejandro Magno aunque solo fuera en lo de enamorarse de esta tierra, para ella que en sus palabras se podia notar el amor por el antiguo conquistador griego. Al tocarnos ella se volteaba y me mostraba su encantadora sonrisa, no sabia cual de las dos Selenes creer, o bien aquella que se enfurecia por su pueblo o esta que tenia delante. Lo mas probable es que ambas fueran la misma, podia ser una mujer encantadora que hace lo que sea por su pueblo
Se levanto y pude ver desde sus delgadas y finas piernas hasta su contorneada cintura.. y su descubierta espalda. Llamo a sus doncellas para que trajeran el almuerzo, estaba algo hambriendo y mis tripas sonaban por que solo habia comido frutas y bebido vino desde que llegue aqui. Mientras esperaba que trajeran la comida, Selene me servia un poco mas de vino. Ya estaba bebiendo bastante vino, pero tenia un sabor tan dulce que no queria dejarlo aun.
Me encantaria poder probar mas a menudo todos estos sabores y tambien pude estar rodeado de esta fragancia...
A medida que bebia el general se soltaba mas a la hora de hablar. Bebia de aquella copa recien servida por Selene sin dejar de mirarla, tenia mi vista concentraba solo en ella, como si en ese barco solo existiera Selene y Edward. Ella bajo hacia mi y se arrodillada tomo mis dedos para jugar con ellos, yo me dejaba acariciar por ella y la escuchaba atentamente sobre su plan para aumentar la produccion.
Si consiguieran aumentar la produccion podria intentar convencer a Roma de que desistiera su ataque, y en todo caso dejar a Egipto que fuera un pais independiente, pero en todo eso habria un problema
La mano de Selene se posaba en la de Edward y lo acariciaba, yo baje la mia para contener su manos con ambas mias. Era la primera vez que teniamos ese contacto, no sabia si pensar que el muro que los seperaba se estaba comenzando a romper...
Antes de contarle el posible problema de su plan ella desgarro una uva y con sus diente la rompio por la mitad.. Llegaron las damiselas con el jabali pero ni el hambre que tenia me hacia perder la vista de Selene. Era una mujer tan importante e impresionante que te podias quedar mirandola durante horas. Pero ella solo veia a los demas como seres inferiores..
Con la otra mitad de la uva, ella rozo su dulce sabor en los labios del general romano que ahora portaba vestimenta egipcia. Podia notar toda la dulzura y el sabor de aquella delicia, y con una mirada penetrante que entraba en el interior de Edward , comio aquella mitad que antes habia posado en mis labios...
Como su nuevo.. mejor amigo.. me permitiria que le aconsejara en algo? Y es que como usted sabe, Roma es un pais orgulloso y no se contendria solo con recibir ganancias, sino que sin dudar le harian parte de Roma para no mostrar su debilidad al resto de las naciones...
Comenzaba a comprender que si queria salir ileso debia ayudarla y cooperar con ella, conocerla.... y que ella confiara mas en mi. Relami mis labios que se veian rojos por el fruto, y tome el vaso de vino que habia soltado antes para beber un poco mas de el... Luego me levante y agarre su mano incorporandola, no queria verla arrodillada ante mi. Le ofreci de beber del mismo vaso del cual yo lo habia hecho... mirandola de igual a igual, pero no con arrogancia... sino como un hombre y una mujer que se encuentran con sus cuerpos tan cerca el uno del otro, ademas cualquier contacto entre nosotros se amplificaban por las sedas tan suaves que portabamos
Si es asi.. me gustaria que juntos, tu y yo... salvemos los dos pueblos... No puedo ser como Alejandro Magno por que el aqui es considerado un dios. Pero en compensacion.. puedo recontruir todo lo que el hizo... asi usted estaria mas complacida y esta ciudad estaria de nuevo en el maximo de su grandeza
Hablaba mue en serio, ella me estaba mostrando Egipto, y si alguien como Alejandro Magno lucho por este pais, algo debia tener. Pero no solo me limitaba a luchar por Egipto o Roma, yo luchaba por aquella que creia justo. Por la paz... y Egipto queria la paz. Era algo que no podia olvidar...
Se levanto y pude ver desde sus delgadas y finas piernas hasta su contorneada cintura.. y su descubierta espalda. Llamo a sus doncellas para que trajeran el almuerzo, estaba algo hambriendo y mis tripas sonaban por que solo habia comido frutas y bebido vino desde que llegue aqui. Mientras esperaba que trajeran la comida, Selene me servia un poco mas de vino. Ya estaba bebiendo bastante vino, pero tenia un sabor tan dulce que no queria dejarlo aun.
Me encantaria poder probar mas a menudo todos estos sabores y tambien pude estar rodeado de esta fragancia...
A medida que bebia el general se soltaba mas a la hora de hablar. Bebia de aquella copa recien servida por Selene sin dejar de mirarla, tenia mi vista concentraba solo en ella, como si en ese barco solo existiera Selene y Edward. Ella bajo hacia mi y se arrodillada tomo mis dedos para jugar con ellos, yo me dejaba acariciar por ella y la escuchaba atentamente sobre su plan para aumentar la produccion.
Si consiguieran aumentar la produccion podria intentar convencer a Roma de que desistiera su ataque, y en todo caso dejar a Egipto que fuera un pais independiente, pero en todo eso habria un problema
La mano de Selene se posaba en la de Edward y lo acariciaba, yo baje la mia para contener su manos con ambas mias. Era la primera vez que teniamos ese contacto, no sabia si pensar que el muro que los seperaba se estaba comenzando a romper...
Antes de contarle el posible problema de su plan ella desgarro una uva y con sus diente la rompio por la mitad.. Llegaron las damiselas con el jabali pero ni el hambre que tenia me hacia perder la vista de Selene. Era una mujer tan importante e impresionante que te podias quedar mirandola durante horas. Pero ella solo veia a los demas como seres inferiores..
Con la otra mitad de la uva, ella rozo su dulce sabor en los labios del general romano que ahora portaba vestimenta egipcia. Podia notar toda la dulzura y el sabor de aquella delicia, y con una mirada penetrante que entraba en el interior de Edward , comio aquella mitad que antes habia posado en mis labios...
Como su nuevo.. mejor amigo.. me permitiria que le aconsejara en algo? Y es que como usted sabe, Roma es un pais orgulloso y no se contendria solo con recibir ganancias, sino que sin dudar le harian parte de Roma para no mostrar su debilidad al resto de las naciones...
Comenzaba a comprender que si queria salir ileso debia ayudarla y cooperar con ella, conocerla.... y que ella confiara mas en mi. Relami mis labios que se veian rojos por el fruto, y tome el vaso de vino que habia soltado antes para beber un poco mas de el... Luego me levante y agarre su mano incorporandola, no queria verla arrodillada ante mi. Le ofreci de beber del mismo vaso del cual yo lo habia hecho... mirandola de igual a igual, pero no con arrogancia... sino como un hombre y una mujer que se encuentran con sus cuerpos tan cerca el uno del otro, ademas cualquier contacto entre nosotros se amplificaban por las sedas tan suaves que portabamos
Si es asi.. me gustaria que juntos, tu y yo... salvemos los dos pueblos... No puedo ser como Alejandro Magno por que el aqui es considerado un dios. Pero en compensacion.. puedo recontruir todo lo que el hizo... asi usted estaria mas complacida y esta ciudad estaria de nuevo en el maximo de su grandeza
Hablaba mue en serio, ella me estaba mostrando Egipto, y si alguien como Alejandro Magno lucho por este pais, algo debia tener. Pero no solo me limitaba a luchar por Egipto o Roma, yo luchaba por aquella que creia justo. Por la paz... y Egipto queria la paz. Era algo que no podia olvidar...
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Re: Viaje por el Nilo
El joven guerrero miraba maravillado los lujos entre los cuales se encontraba, gritó hablandoles en tono festivo a sus compañeros de lucha, recibió mis ofrendas agradeciendo y afirmando que disfrutaría tanto del viaje como del paisaje en donde ahora mismo se encontraban como invitados de honor de Egipto.
Luego de escuchar las risas, los bullicios y las palabras que decían los legionarios, con una sonrisa en sus labios expresó lo payasos que se comportaban, estuve a punto de reafirmarle que lo mismo sentía, pero mi deber era mantenerlo entretenido y contento, que disfrutara de nuestros bienes y parajes. Él se levantó y se dirigió a uno de los pasillos de la parte inferior, reposando sus brazos en las barras de madera del mismo, anonadado, embelecido por el color, formas y conjunciones de nuestros paisajes, respirando el delicado y dulce aire de Egipto y contemplando con sus ojos carmesí la grandeza y poderío de Egipto y así mismo enamorandose como alguna vez lo hizo alejandro Magno de nuestras tierras.
Me leanté siguiéndolo, yo era su anfitriona por lo cual durante los 3 días que duraría aquel viaje le complacería en todo; me acerqué a él, llevando en una pequeña y lujosa bandeja de plata con uvas y más vino, me puse a su lado izquierdo dedicandole una mirada a mi madre patría, sin girarme a verle a los ojos, expresé:
- Por esto es por lo que luchamos, por esto es que queremos que conozcan la grandeza de nuestro pueblo
Callé, en mis palabras se notaba amor, orgullo por ser egipcia pero también se notaba un poco el disgusto de haber llevado al pueblo Egipcio solo por el capricho de un Emperador o en este caso de una Emperatriz que ahora se hacía pasar por romana, cuando por sus venas para bien o para mal recorre sangre Egipcia. Permanecí en silencio, admirando cada vez lo que mi señora Selene había conseguido, levantar nuevamente a nuestro pueblo luego de los estragos que dejo su hermana mayor Diva.
Giré un poco mi cabeza, mientras dejaba aquella banadeja cerca de una mesa, llené nuevamente nuestras copas con vino y le ofrecí uvas, ubicandome nuevamente a su lado, pero esta vez dandole la espalda al paisaje y poniendome frente a él dije:
- Y qué clase de hombre es el 2do al mando de la legión que tenía instrucciones de someter a Egipto?
Tomando dos sorbos de mi copa de vino, mientras el suave viento que producía las aguas del Nilo abatían mis cabellos como las delicadas telas de mi traje.
Luego de escuchar las risas, los bullicios y las palabras que decían los legionarios, con una sonrisa en sus labios expresó lo payasos que se comportaban, estuve a punto de reafirmarle que lo mismo sentía, pero mi deber era mantenerlo entretenido y contento, que disfrutara de nuestros bienes y parajes. Él se levantó y se dirigió a uno de los pasillos de la parte inferior, reposando sus brazos en las barras de madera del mismo, anonadado, embelecido por el color, formas y conjunciones de nuestros paisajes, respirando el delicado y dulce aire de Egipto y contemplando con sus ojos carmesí la grandeza y poderío de Egipto y así mismo enamorandose como alguna vez lo hizo alejandro Magno de nuestras tierras.
Me leanté siguiéndolo, yo era su anfitriona por lo cual durante los 3 días que duraría aquel viaje le complacería en todo; me acerqué a él, llevando en una pequeña y lujosa bandeja de plata con uvas y más vino, me puse a su lado izquierdo dedicandole una mirada a mi madre patría, sin girarme a verle a los ojos, expresé:
- Por esto es por lo que luchamos, por esto es que queremos que conozcan la grandeza de nuestro pueblo
Callé, en mis palabras se notaba amor, orgullo por ser egipcia pero también se notaba un poco el disgusto de haber llevado al pueblo Egipcio solo por el capricho de un Emperador o en este caso de una Emperatriz que ahora se hacía pasar por romana, cuando por sus venas para bien o para mal recorre sangre Egipcia. Permanecí en silencio, admirando cada vez lo que mi señora Selene había conseguido, levantar nuevamente a nuestro pueblo luego de los estragos que dejo su hermana mayor Diva.
Giré un poco mi cabeza, mientras dejaba aquella banadeja cerca de una mesa, llené nuevamente nuestras copas con vino y le ofrecí uvas, ubicandome nuevamente a su lado, pero esta vez dandole la espalda al paisaje y poniendome frente a él dije:
- Y qué clase de hombre es el 2do al mando de la legión que tenía instrucciones de someter a Egipto?
Tomando dos sorbos de mi copa de vino, mientras el suave viento que producía las aguas del Nilo abatían mis cabellos como las delicadas telas de mi traje.
Arianne- Cantidad de envíos : 21
Re: Viaje por el Nilo
El viento que pasaba por el lago Nilo hacia levantar un poco la parte trasera y mas larga del cabello del joven, su cara expresaba tranquilidad y en el fondo parecía estar feliz aunque no lo demostraba por fuera. Mantenia siempre la mirada fija en el agua cristalina que se reflejaba ante sus ojos, fue entonces que una joven se acerco a el y le hablo mientras esta mantenía también la mirada hacia el paisaje le dijo tranquilamente sin si quiera mirarla fijamente; Strife: - Así que por eso dieron su vida los guerreros egipcios. Dieron su vida por mantener la ciudad de Alejandro Magno quien amo Egipto con todo su corazón, es una noble causa lastima que Roma se haya cegado tanto estos últimos años pero aun así es mi patria y no puedo dejarla atrás. -
Luego de haber dicho todas esas palabras el joven dio un suspiro de forma tranquila y apacible, realmente el joven comenzaba a enamorarse de las tierras egipcias por sus bellezas había sido una lastima no poder haber echo esto antes.... Respirar tranquilamente la atmósfera en la que se encontraba a cambio de eso solo la destruía y asesinaba. Al parecer muchos de los soldados también se había encariñado con las tierras de Egipto. Pero al parecer sobre todo Strife quien no hacia nada mas que admirar el paisaje que aportaban estas.
La joven que se encontraba alado de el dio media vuelta su cabeza y le hizo nuevamente una pregunta a la cual Strife contesto sin problemas:
Strife: - Vaya pregunta, pero eso ni siquiera yo lo se.... No se en que me estoy convirtiendo luego de tantas vidas quitadas un hombre pierde conciencia de su mismo. Todo lo hice por amor a Roma por el amor hacia mi hermana para poder liberarla de la esclavitud y poder regalarle la preciosa libertad que a anhelado todos estos años. -
Luego de contestarle a la joven egipcia era hora de que el le hiciera una pregunta.
Strife: - Y ¿Tu? como supuestamente es la mano derecha de la emperatriz Selene -
Le dijo sin desenfocar la mirada hacia el horizonte que se deslumbraba allá a lo lejos, como había dicho Alejandro Magno: El final y la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y enfermedades de los que sometemos; aun así Strife tenia que mantenerse al margen de su misión pero sobre todas las cosas trataría de llegar a un acuerdo sin guerras como seguramente lo estaba acordando ahora Edward con Selene
Luego de haber dicho todas esas palabras el joven dio un suspiro de forma tranquila y apacible, realmente el joven comenzaba a enamorarse de las tierras egipcias por sus bellezas había sido una lastima no poder haber echo esto antes.... Respirar tranquilamente la atmósfera en la que se encontraba a cambio de eso solo la destruía y asesinaba. Al parecer muchos de los soldados también se había encariñado con las tierras de Egipto. Pero al parecer sobre todo Strife quien no hacia nada mas que admirar el paisaje que aportaban estas.
La joven que se encontraba alado de el dio media vuelta su cabeza y le hizo nuevamente una pregunta a la cual Strife contesto sin problemas:
Strife: - Vaya pregunta, pero eso ni siquiera yo lo se.... No se en que me estoy convirtiendo luego de tantas vidas quitadas un hombre pierde conciencia de su mismo. Todo lo hice por amor a Roma por el amor hacia mi hermana para poder liberarla de la esclavitud y poder regalarle la preciosa libertad que a anhelado todos estos años. -
Luego de contestarle a la joven egipcia era hora de que el le hiciera una pregunta.
Strife: - Y ¿Tu? como supuestamente es la mano derecha de la emperatriz Selene -
Le dijo sin desenfocar la mirada hacia el horizonte que se deslumbraba allá a lo lejos, como había dicho Alejandro Magno: El final y la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y enfermedades de los que sometemos; aun así Strife tenia que mantenerse al margen de su misión pero sobre todas las cosas trataría de llegar a un acuerdo sin guerras como seguramente lo estaba acordando ahora Edward con Selene
Strife- Caballeros Dorados
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