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Viaje por el Nilo
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Viaje por el Nilo
Recuerdo del primer mensaje :
La barca solar, hermosa y decorada finamente se presentaba en el puerto de Alejandría. Muy pocas veces en ese último tiempo se le había visto, pues era el transporte de la Reina Selene y por el último año, la reina se había protegido en dicha ciudad evitando los conflictos bélicos en que había caido Egipto y Roma. Decenas de remeros se encargaban de acercarla al puerto en donde se encontraba con un sequito real la reina Selene, más palida de costumbre por la falta de sueño del día anterior. Algunas mujeres abanicaban con plumas de pavo real y el resto se preocupaba que el sol no le diera en el cuerpo.
Al llegar la barca al puerto, ella y las damas se subieron. Atras, de cerca, venía un barco pesadamente armado, costumbre de guerra. Uno por delante, otro por detras. No podían dejar que la reina de Egipto se moviera por el Nilo sin protección alguna.
El barco solar era hermoso, lleno de lujosos detalles en oro, de telas que protegían del sol y una gran vela blanca. Aun asi, a pesar de que el día era hermoso... Selene tan sólo se reclino sobre aquel alargado asiento lleno de almohadas de seda esperando que llegaran sus invitados y escuchando la alegre melodía egipcia mientras se le servía vino y se le ofrecía uvas y otras frutas.
- Esperen que llegue el General Romano junto con Arianne... Rain debería estar en camino ya trayendo al segundo al mando, aquel que bebió de mi copa. - Desgranaba las uvas rosadas sin prisa, como si más que haber una guerra lo que en ese momento hubiese fuera un respiro... pues despues de todo... la bandera blanca entre ambos pueblos esaba ahi. Por ahora no eran realmente enemigos sino invitados de Egipto. - Cuando lleguen, dirijan el rumbo hacia Bahr Yussef... iremos a El Fayum.
- Ese es un viaje de dos o tres días benerada Reina. - Respondio uno de los oficiales de marina que guiarían el viaje protegiendola de cualquier daño, con un tono notorio de preocupación. - ¿Es prudente que deje Alejandría en esta condicion?
- Seth se encargará de la protección de Alejandría tal como se lo he encomendado. Si hay un lugar en donde es propio llegar a un acuerdo... es El Fayum. No quiero que esos perros vean a mi tierra en ruinas, sino que sus bocas se caigan se asombro al ver la riqueza de El Fayum.
- Muy bien mi señora. Nos disponemos a marchar en cuanto llegue el resto.
Selene siguió masticando lentamente las uvas mientras pensaba en lo que debería suceder ahora... un viaje con un hombre extraño que tendría el honor de estar tan cerca de ella por tres días. Confiaba en su seguridad pues Arianne estaría ahi y ella era realmente una experta en armas. Pero por otro lado... le preocupaba que sus invitados realmente sintieran Egipto recorrer por su piel. Que se enamoraran de su tierra tanto como la amaba ella.
La barca solar, hermosa y decorada finamente se presentaba en el puerto de Alejandría. Muy pocas veces en ese último tiempo se le había visto, pues era el transporte de la Reina Selene y por el último año, la reina se había protegido en dicha ciudad evitando los conflictos bélicos en que había caido Egipto y Roma. Decenas de remeros se encargaban de acercarla al puerto en donde se encontraba con un sequito real la reina Selene, más palida de costumbre por la falta de sueño del día anterior. Algunas mujeres abanicaban con plumas de pavo real y el resto se preocupaba que el sol no le diera en el cuerpo.
Al llegar la barca al puerto, ella y las damas se subieron. Atras, de cerca, venía un barco pesadamente armado, costumbre de guerra. Uno por delante, otro por detras. No podían dejar que la reina de Egipto se moviera por el Nilo sin protección alguna.
El barco solar era hermoso, lleno de lujosos detalles en oro, de telas que protegían del sol y una gran vela blanca. Aun asi, a pesar de que el día era hermoso... Selene tan sólo se reclino sobre aquel alargado asiento lleno de almohadas de seda esperando que llegaran sus invitados y escuchando la alegre melodía egipcia mientras se le servía vino y se le ofrecía uvas y otras frutas.
- Esperen que llegue el General Romano junto con Arianne... Rain debería estar en camino ya trayendo al segundo al mando, aquel que bebió de mi copa. - Desgranaba las uvas rosadas sin prisa, como si más que haber una guerra lo que en ese momento hubiese fuera un respiro... pues despues de todo... la bandera blanca entre ambos pueblos esaba ahi. Por ahora no eran realmente enemigos sino invitados de Egipto. - Cuando lleguen, dirijan el rumbo hacia Bahr Yussef... iremos a El Fayum.
- Ese es un viaje de dos o tres días benerada Reina. - Respondio uno de los oficiales de marina que guiarían el viaje protegiendola de cualquier daño, con un tono notorio de preocupación. - ¿Es prudente que deje Alejandría en esta condicion?
- Seth se encargará de la protección de Alejandría tal como se lo he encomendado. Si hay un lugar en donde es propio llegar a un acuerdo... es El Fayum. No quiero que esos perros vean a mi tierra en ruinas, sino que sus bocas se caigan se asombro al ver la riqueza de El Fayum.
- Muy bien mi señora. Nos disponemos a marchar en cuanto llegue el resto.
Selene siguió masticando lentamente las uvas mientras pensaba en lo que debería suceder ahora... un viaje con un hombre extraño que tendría el honor de estar tan cerca de ella por tres días. Confiaba en su seguridad pues Arianne estaría ahi y ella era realmente una experta en armas. Pero por otro lado... le preocupaba que sus invitados realmente sintieran Egipto recorrer por su piel. Que se enamoraran de su tierra tanto como la amaba ella.
Selene- Dama del Pecado
- Reino : Inframundo
Ataques :
AD - Espinas de la Ira (3750)*
AD - Pétalos Oscuros (3850)*
AM - Enredadera del Infierno (4350)*
AM - Cementerio Silencioso (3450)*
AM - Tumba del Silencio (4150)*
AF - Rosa Sangrienta (4350)*
Defensa :
Capullo de Rosa
Cantidad de envíos : 342
Re: Viaje por el Nilo
Me había quedado dormida, parecía que el agotamiento del día y todo el trajín al que estuve expuesta dejaron huella y el cansancio finalmente me venció. No sé cuánto tiempo había transcurrido desde el momento en que llegué a la carpa de Selene y el escuchar de una vocecilla que me llamaba con cierto apuro, moví mi cabeza en dirección a aquel sonido, sentí que me movían, mis ojos se abrían lentamente, a medida que pasaba el tiempo escuchaba con más nitidez aquella voz y pude identificar que era Selene, me terminé de despertar asustada, llevando mi mano izquierda a buscar mis hoces, finalmente mi visión se aclaró y era ella quien me llamaba. Aún algo somnoliente expresé: - Selene...
Me decía que me apresuraba, que debíamos partir ya y en medio de la oscuridad del cielo que todo estaba preparado sólo faltabamos nosotras, me levantaba finalmente de aquel aposento y tomaba mis hoces y me las encajaba en la espalda, seguía las órdenes de mi señora y me cambié de vestimentas, poniendome algo más fresco para el clima de la noche y la misma temperatura propia del desierto. Selene había salido, mostraba apuro por dejar aquellas instalaciones y adentrarse en el desierto y llegar a El Fayum.
Ropas blancas fueron las que seleccione para mi travesia junto con mi señora, un caballo relinchó y había sentido como tu trote de alejaba de aquella zona con bastante rapidez. Sin pelucas, ni joyas ni telas lujosas, vestiduras sencillas del más fino algodón blanco era lo que portaba, sabía que mis funciones como miembro élite de su guardia continuaban, pero ahora mismo era la amiga la que la acompañaría en esta nueva empresa.
Me decía que me apresuraba, que debíamos partir ya y en medio de la oscuridad del cielo que todo estaba preparado sólo faltabamos nosotras, me levantaba finalmente de aquel aposento y tomaba mis hoces y me las encajaba en la espalda, seguía las órdenes de mi señora y me cambié de vestimentas, poniendome algo más fresco para el clima de la noche y la misma temperatura propia del desierto. Selene había salido, mostraba apuro por dejar aquellas instalaciones y adentrarse en el desierto y llegar a El Fayum.
Ropas blancas fueron las que seleccione para mi travesia junto con mi señora, un caballo relinchó y había sentido como tu trote de alejaba de aquella zona con bastante rapidez. Sin pelucas, ni joyas ni telas lujosas, vestiduras sencillas del más fino algodón blanco era lo que portaba, sabía que mis funciones como miembro élite de su guardia continuaban, pero ahora mismo era la amiga la que la acompañaría en esta nueva empresa.
Arianne- Cantidad de envíos : 21
Re: Viaje por el Nilo
Despues de que Arianne me diera la noticia de que debia ir de vuelta a Alejandria y de ese mismo lugar ir a Roma me quede mirando como las doncellas curaban las heridas de la espalda de Seiren quien no oponia resistencia pero mas que nada porque hice que le dieran a beber agua con algo de mi sangre, ya que de lo contrario estaria quejandose por el dolor y moviendose para evitar que le limpiaran las heridas. Un rato despues ya tenia todas las heridas completamente sanadas y era vigilada por los soldados puesto que ella habia insinuado muchas cosas cuando estuvo con el generalucho romano el cual ahora descansaba en su carpa producto de que los dioses al parecer se habian puesto de su lado, no obstante lo que Arianne me habia pedido habia sido algo sorpresivo ya que no me esperaba que nuestra señora pidiera tal cosa tan repentinamente cosa que significaba que ella pudo haber tenido una vision por parte de nuestros dioses o algo mucho mas grande para dejar libre a ese generalucho de pacotilla sin darle el escarmiento que merecia despues de la ofensa dada hacia nuestra señora Selene. Estuve pensando en eso antes de dormirme y despertarme unas cuantas horas despues para hacer que guardaran la carpa en la que yo estaba y que trajeran a Seiren atada de manos para asi irnos en las barcazas de vuelta a Alejandria.
- vamos muevanse hay que cumplir las ordenes de nuestra emperatriz!! -dice con voz firme mientras se iba del lugar en una de las barcazas viendo que su señora ya se habia ido tambien hacia otro lugar cosa por lo cual solo reza por el bienestar de esta- o Ra protege a nuestra señora bendice su camino... -murmura viendo el cielo-
- vamos muevanse hay que cumplir las ordenes de nuestra emperatriz!! -dice con voz firme mientras se iba del lugar en una de las barcazas viendo que su señora ya se habia ido tambien hacia otro lugar cosa por lo cual solo reza por el bienestar de esta- o Ra protege a nuestra señora bendice su camino... -murmura viendo el cielo-
Rain- Status :
Ataques :
AD - Red Imperial Rose (500)
Defensa :
Ilusión de Pétalos Blancos
Cantidad de envíos : 71
Re: Viaje por el Nilo
Aquellos seres espectrales que fueron llamados por Arianne brotaban de las arenas materializando así sus cuerpos, arrastrándome de las rasgaduras de mi vestido me alejaban para dejar al General en el mismo sitio donde recibí los golpes, aterrada lo miraba como esas criaturas demoniacas lo rodeaban para disponer de él. Con brusquedad giraba mi cabeza para no ver todo aquello, el verdugo aulló en mi dirección y uno de los hombres que se encontraba conmigo desenvaino su espada colocando su filo sobre mi garganta, mis ojos resaltaban en suplica para evitar ser testigo de todo ello, ignorándolo empujo su espada con más firmeza hasta ver nuevamente al prisionero. Uno de ellos se agachaba tomándome de los hombres como si fuera a disfrutar un bello espectáculo, cuidadosamente susurraba a mi oído…
De seguro te encuentras confundida del porque lo están castigando verdad?... –río por muy debajo y no desagradar con su actitud a Arianne y Rain, acercaba más su rostro sin dejar de mirar la escena, los preparativos para iniciar el castigo estaban terminados..- nuestro presente General expuso su vida solo por ti… -mis ojos no podían desgastarse en lágrimas, el mínimo rastro de dolor fue arrebatado en aquel acto de humillación impuesto ahora por mi propio pueblo aunque había aceptado que mi vida era dispuesta por ellos teniendo en mente que YO era la que me había comportado inapropiadamente, eso creía hasta que las palabras del guardia me hicieron más clara la situación…- sí que es un tonto, el exponer su vida por una simple esclava y sobre todo el atreverse a cuestionar la forma en cómo se rige la justicia en Egipto…
Sin que nadie pudiera darse cuenta de que ese guardia me contara las razones por las que se hallaba ante mí el romano mi cuerpo parecía colapsar por el desangramiento que tenía en mis heridas, la vista de mis ojos se apagaba lentamente para quedar solo fija en el General, respiraba agitadamente hasta que una tímida sonrisa me dedicaba en señal de resignación, tal vez porque podía imaginarse que el sujeto de mi lado me estaba informando o simplemente que eso significaba que no debía preocuparme por él.
Porque?!!... siempre creí todo este tiempo que personas como tú debían de ser demasiado ingenuas para exponerse de tal manera… debiste haberme matado cuando era tu prisionera…
Con miedo mi vista apenas se clavaba en la imponente figura de ese ser que podía ofrecerme, lo mismo que hicieron conmigo lanzaban un golpe al aire para poder intimidarlo, giraba la cabeza por no querer ver y fue cuando inesperadamente la misma Arianne detuvo el castigo. No alcanzaba a escuchar lo que se decían entre sí pero dos hombres por disposición de esa mujer me cargaban alejándome por completo de ese lugar, el rastro de sangre se impregnaba en la arena a medida que recorrían el trayecto para llegar a una de las carpas y botarme como una basura, tras esto uno de ellos se quedo conmigo viéndome con la misma superioridad en la que lo hacían los romanos mientras que el otro se quedaba afuera para vigilar que nadie entrara y saliera de la carpa. La vista se me nublaba, sentí que levemente dormitaba, era tan placentero que sabía que era el único sitio en el que podía ser libre realmente, extrañaba mi libertad… mi familia…
Estaba tan dormida que no me percataba del momento en que Rain ya había llegado, solo me di cuenta cuando la voz estridente de Arianne ordenaba nuevamente vigilar la carpa, algo sucedía… mis ojos siempre miraron al suelo tratando de escuchar el mensaje que le otorgaba esa mujer a la de ahora mi Señora, solo pude ver entre sus labios como articulaban con lentitud las palabras “nuestra señora”, la preocupación se marcaba en su rostro de una forma enfadada y seria. Agachaba de inmediato la mirada al ver como Arianne no se olvidaba de mi presencia en ese sitio, el filo de su hoz se escucho creyendo por fin que ese sería mi final hasta que pasando muy cerca me liberaba de las ataduras y tomando mi rostro se dirigió a mí…
No la miraría al rostro, a nadie miraría con ese respeto que podrían merecerse por parte mía, sin ninguna respuesta se marchaba habiendo dado nuevas órdenes a todos incluso el de vigilarme y si intentaba hacer algo que ellos no creían correcto me matarían.
Tan amenazante como siempre.. –cerraba los ojos apenas sonriendo después de que por su culpa ella manejo una situación que solo su cabeza podía haber creado, de inmediato unas mujeres me asistían limpiando mis heridas, no decía absolutamente nada, ni siquiera me quejaba cuando mi espalda estaba totalmente rasgada en carne viva, me entregaban una copa que me obligaron a beber, no tenía conocimiento de que había sido vertida parte de la sangre de Rain… tomaba la copa bebiéndolo lentamente, el agua pasaba por mi garganta seca mitigando el dolor. Nuevas ropas me fueron dadas, incluso la atención que recibía no era tan mala a excepción de que tenían que tratar con una “traidora”… pues solo lo hacían obligados por cumplir los deseos de Selene. Sin darme cuenta caía en un profundo sueño, la voz del General sin querer me recordó cuando me dedico sus últimas palabras antes de desaparecer:
Sabes… cuando os miro a vosotras… siento como si algo me atravesara el pecho pues yo se que esta guerra no es justa, sé que no tengo otra opción más que atacarla pero realmente no quiero destruiros vuestra ciudad por eso quiero llegar a vuestra emperatriz y negociar con ella, negociar la paz para que terminemos esta guerra.
Consideraba todo eso una gran falsedad en sus palabras, no me dignaba ni siquiera a responderle ya que si tenía la opción de retirarse aunque me daba igual ya que lo que perdí durante esa absurda guerra jamás podría recuperarlo. Aunque este sueño parecía ser diferente; ya que estaba de pie frente a él sin tener esos sentimientos de odio y rencor en mi corazón, despertaba abruptamente al notar como mis manos eran atadas y me llevaban a los barcos justamente ante la presencia de Rain.
Señora… que hacemos con esta esclava? –respondieron los custodios esperando mientras me sujetaban con desdén.
De seguro te encuentras confundida del porque lo están castigando verdad?... –río por muy debajo y no desagradar con su actitud a Arianne y Rain, acercaba más su rostro sin dejar de mirar la escena, los preparativos para iniciar el castigo estaban terminados..- nuestro presente General expuso su vida solo por ti… -mis ojos no podían desgastarse en lágrimas, el mínimo rastro de dolor fue arrebatado en aquel acto de humillación impuesto ahora por mi propio pueblo aunque había aceptado que mi vida era dispuesta por ellos teniendo en mente que YO era la que me había comportado inapropiadamente, eso creía hasta que las palabras del guardia me hicieron más clara la situación…- sí que es un tonto, el exponer su vida por una simple esclava y sobre todo el atreverse a cuestionar la forma en cómo se rige la justicia en Egipto…
Sin que nadie pudiera darse cuenta de que ese guardia me contara las razones por las que se hallaba ante mí el romano mi cuerpo parecía colapsar por el desangramiento que tenía en mis heridas, la vista de mis ojos se apagaba lentamente para quedar solo fija en el General, respiraba agitadamente hasta que una tímida sonrisa me dedicaba en señal de resignación, tal vez porque podía imaginarse que el sujeto de mi lado me estaba informando o simplemente que eso significaba que no debía preocuparme por él.
Porque?!!... siempre creí todo este tiempo que personas como tú debían de ser demasiado ingenuas para exponerse de tal manera… debiste haberme matado cuando era tu prisionera…
Con miedo mi vista apenas se clavaba en la imponente figura de ese ser que podía ofrecerme, lo mismo que hicieron conmigo lanzaban un golpe al aire para poder intimidarlo, giraba la cabeza por no querer ver y fue cuando inesperadamente la misma Arianne detuvo el castigo. No alcanzaba a escuchar lo que se decían entre sí pero dos hombres por disposición de esa mujer me cargaban alejándome por completo de ese lugar, el rastro de sangre se impregnaba en la arena a medida que recorrían el trayecto para llegar a una de las carpas y botarme como una basura, tras esto uno de ellos se quedo conmigo viéndome con la misma superioridad en la que lo hacían los romanos mientras que el otro se quedaba afuera para vigilar que nadie entrara y saliera de la carpa. La vista se me nublaba, sentí que levemente dormitaba, era tan placentero que sabía que era el único sitio en el que podía ser libre realmente, extrañaba mi libertad… mi familia…
Estaba tan dormida que no me percataba del momento en que Rain ya había llegado, solo me di cuenta cuando la voz estridente de Arianne ordenaba nuevamente vigilar la carpa, algo sucedía… mis ojos siempre miraron al suelo tratando de escuchar el mensaje que le otorgaba esa mujer a la de ahora mi Señora, solo pude ver entre sus labios como articulaban con lentitud las palabras “nuestra señora”, la preocupación se marcaba en su rostro de una forma enfadada y seria. Agachaba de inmediato la mirada al ver como Arianne no se olvidaba de mi presencia en ese sitio, el filo de su hoz se escucho creyendo por fin que ese sería mi final hasta que pasando muy cerca me liberaba de las ataduras y tomando mi rostro se dirigió a mí…
No la miraría al rostro, a nadie miraría con ese respeto que podrían merecerse por parte mía, sin ninguna respuesta se marchaba habiendo dado nuevas órdenes a todos incluso el de vigilarme y si intentaba hacer algo que ellos no creían correcto me matarían.
Tan amenazante como siempre.. –cerraba los ojos apenas sonriendo después de que por su culpa ella manejo una situación que solo su cabeza podía haber creado, de inmediato unas mujeres me asistían limpiando mis heridas, no decía absolutamente nada, ni siquiera me quejaba cuando mi espalda estaba totalmente rasgada en carne viva, me entregaban una copa que me obligaron a beber, no tenía conocimiento de que había sido vertida parte de la sangre de Rain… tomaba la copa bebiéndolo lentamente, el agua pasaba por mi garganta seca mitigando el dolor. Nuevas ropas me fueron dadas, incluso la atención que recibía no era tan mala a excepción de que tenían que tratar con una “traidora”… pues solo lo hacían obligados por cumplir los deseos de Selene. Sin darme cuenta caía en un profundo sueño, la voz del General sin querer me recordó cuando me dedico sus últimas palabras antes de desaparecer:
Sabes… cuando os miro a vosotras… siento como si algo me atravesara el pecho pues yo se que esta guerra no es justa, sé que no tengo otra opción más que atacarla pero realmente no quiero destruiros vuestra ciudad por eso quiero llegar a vuestra emperatriz y negociar con ella, negociar la paz para que terminemos esta guerra.
Consideraba todo eso una gran falsedad en sus palabras, no me dignaba ni siquiera a responderle ya que si tenía la opción de retirarse aunque me daba igual ya que lo que perdí durante esa absurda guerra jamás podría recuperarlo. Aunque este sueño parecía ser diferente; ya que estaba de pie frente a él sin tener esos sentimientos de odio y rencor en mi corazón, despertaba abruptamente al notar como mis manos eran atadas y me llevaban a los barcos justamente ante la presencia de Rain.
Señora… que hacemos con esta esclava? –respondieron los custodios esperando mientras me sujetaban con desdén.
Seiren- Amazona Dorada
- Reino : Santuario de Athena
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Re: Viaje por el Nilo
De entre las calurosas arenas solo quedaba polvo levantado, no había nada alrededor solo miseria y sequía. Ni siquiera un perro sarnoso con alguna pulga, todo había desaparecido. Pero algo se movía de entre las arenas, un cuerpo totalmente tapado por el polvo, lentamente esta figura la cual pertenecía a la de un humano fue levantándose. Y junto a el también brotaron otras 2 figuras, eran 3 romanos los cuales se habían perdido en la caravana que se iba de vuelta hacia Alejandria, hogar de los egipcios y cede de la derrota del ejercito Romano.
2 de ellos parecían cansados y lastimados, a la vez desangraban lentamente. Pero el de en medio se encontraba firme y en buen estado físico sin siquiera un rasguño de gato montes. Su mirada era extraña y a la vez confundida, se habían perdido del resto de sus compatriotas.
- ¿Que demonios? Bueno al parecer nos hemos perdido, pero no nos conviene seguir solos en tierras egipcias - Dijo lentamente mientras tomaba vista del lugar en donde se encontraban. Todos sus compatriotas incluyendo al general Edward habían desaparecido de vista. Entonces fue cuando se decidió a caminar por el desierto mientras que los otros 2 soldados se miraron y al hacerlo siguieron al antiguo capitán de su legión. - Permanezcan juntos, no sabemos que criaturas puede mandar Ra en nuestra contra o de los bandidos de la zona. - El ojo del joven comenzó a sangrar, al notar esto este apretó su mano contra el ojo para así poder evitar que siga derramándose la sangre, entonces corto un poco de su atuendo y se lo ato desde la parte trasera de la cabeza así cubriendo todo su ojo desangrado. - Maldita sea, no conozco estas tierras se me hará difícil pisarle los talones a la caravana en estas circunstancias. -
Siguió caminando junto con 2 de los legionarios sin problemas algunos, no paso mucho hasta que uno de los soldados cayo en la tierra ya muerto por las altas temperaturas y las heridas que contenía. El otro legionario se dirigía para levantarlo pero fue entonces cuando el joven de cabello negro quien respondía al nombre de Strife lo tomo del hombro y lo obligo a seguir su camino, ya no había destino para el que caía derrotado solo era otra alma perdida que yacía en las lentitudes del olvido. Pasaban las horas y los jóvenes héroes romanos siguieron caminado encontrándose en persona con la completa nada.
- Maldición han pasado alrededor de 3 horas y seguimos encontrándonos con nada mas que trapos viejos y con pestes del desierto, ni siquiera hemos encontrado una jodida arma para tener ventaja de la situación. -
Al oír el silencio de su acompañante Strife se dio vuelta pero su compañero ya no estaba, solo hizo un pequeño ruido con sus dientes que sonaba cono un "Tsh" apretó sus puños y siguió caminando con la esperanza de volver a encontrarse con su general y sus compatriotas, Strife quien ya estaba apunto de caer miro el suelo un signo de esperanza había aparecido, huellas de caballos y junto a estas una perla, tal vez una de las perlas de las monturas de los caballos egipcios. Strife siguio firme mientras que recordaba que al caerse se había golpeado la cabeza fuertemente lo que podía explicar porque su ojo desangro.
Sus pasos trotamundos siguieron notándose en la blanca arena, dentro de poco se comenzó a sentir un olor a putrefacción de un cadáver, el joven de tez blanca siguió el olor para así encontrarse con un cadáver del sexo femenino el cadáver de Arianne. Strife solo lo miro mientras decía. - Tuviste el honor de morir en tus propias tierras, pero aun así sigues siendo débil Arianne, has muerto por tu propio deseo y codicia, que el Dios Jupiter tenga piedad de tal pecado. -
Dijo mientras dejo al cadáver solitario en las llanuras siguiendo su camino, el calor aumentaba mientras que la temperatura corporal lo hacia aun mas pero aun así eso no detenía al joven. Parecía echo de acero nada lo detenía el sabia que no podía morir ahora por el amor que sentía a su hermana Flori o como el la llamaba "Floricienta" El no iba a morir hasta que vea por ultima vez a los ojos a su querida hermanita menor a la cual no veía desde hace 7 años. Cuando tenia 15 y se unió a la legión. Al sentir tanto calor el joven se quito la camisa atándola su cintura, recordaba los lejanos días en el granero cuando jugaba con los caballos y las vacas a ser legionario.
También recordaba las palabras de su supuesto padre. - Jamas seras un legionario no eres mas que basura mejor ve abandonando esos tontos sueños porque seras un granjero como lo soy yo y mi padre y el padre de mi padre, te guste o no. - Strife cerro ambos ojos pero justo cuando se dio por vencido pudo notar 4 no 5 figuras las cuales eran las del General Edward y la Reina Selene sin saber de las otras personas
2 de ellos parecían cansados y lastimados, a la vez desangraban lentamente. Pero el de en medio se encontraba firme y en buen estado físico sin siquiera un rasguño de gato montes. Su mirada era extraña y a la vez confundida, se habían perdido del resto de sus compatriotas.
- ¿Que demonios? Bueno al parecer nos hemos perdido, pero no nos conviene seguir solos en tierras egipcias - Dijo lentamente mientras tomaba vista del lugar en donde se encontraban. Todos sus compatriotas incluyendo al general Edward habían desaparecido de vista. Entonces fue cuando se decidió a caminar por el desierto mientras que los otros 2 soldados se miraron y al hacerlo siguieron al antiguo capitán de su legión. - Permanezcan juntos, no sabemos que criaturas puede mandar Ra en nuestra contra o de los bandidos de la zona. - El ojo del joven comenzó a sangrar, al notar esto este apretó su mano contra el ojo para así poder evitar que siga derramándose la sangre, entonces corto un poco de su atuendo y se lo ato desde la parte trasera de la cabeza así cubriendo todo su ojo desangrado. - Maldita sea, no conozco estas tierras se me hará difícil pisarle los talones a la caravana en estas circunstancias. -
Siguió caminando junto con 2 de los legionarios sin problemas algunos, no paso mucho hasta que uno de los soldados cayo en la tierra ya muerto por las altas temperaturas y las heridas que contenía. El otro legionario se dirigía para levantarlo pero fue entonces cuando el joven de cabello negro quien respondía al nombre de Strife lo tomo del hombro y lo obligo a seguir su camino, ya no había destino para el que caía derrotado solo era otra alma perdida que yacía en las lentitudes del olvido. Pasaban las horas y los jóvenes héroes romanos siguieron caminado encontrándose en persona con la completa nada.
- Maldición han pasado alrededor de 3 horas y seguimos encontrándonos con nada mas que trapos viejos y con pestes del desierto, ni siquiera hemos encontrado una jodida arma para tener ventaja de la situación. -
Al oír el silencio de su acompañante Strife se dio vuelta pero su compañero ya no estaba, solo hizo un pequeño ruido con sus dientes que sonaba cono un "Tsh" apretó sus puños y siguió caminando con la esperanza de volver a encontrarse con su general y sus compatriotas, Strife quien ya estaba apunto de caer miro el suelo un signo de esperanza había aparecido, huellas de caballos y junto a estas una perla, tal vez una de las perlas de las monturas de los caballos egipcios. Strife siguio firme mientras que recordaba que al caerse se había golpeado la cabeza fuertemente lo que podía explicar porque su ojo desangro.
Sus pasos trotamundos siguieron notándose en la blanca arena, dentro de poco se comenzó a sentir un olor a putrefacción de un cadáver, el joven de tez blanca siguió el olor para así encontrarse con un cadáver del sexo femenino el cadáver de Arianne. Strife solo lo miro mientras decía. - Tuviste el honor de morir en tus propias tierras, pero aun así sigues siendo débil Arianne, has muerto por tu propio deseo y codicia, que el Dios Jupiter tenga piedad de tal pecado. -
Dijo mientras dejo al cadáver solitario en las llanuras siguiendo su camino, el calor aumentaba mientras que la temperatura corporal lo hacia aun mas pero aun así eso no detenía al joven. Parecía echo de acero nada lo detenía el sabia que no podía morir ahora por el amor que sentía a su hermana Flori o como el la llamaba "Floricienta" El no iba a morir hasta que vea por ultima vez a los ojos a su querida hermanita menor a la cual no veía desde hace 7 años. Cuando tenia 15 y se unió a la legión. Al sentir tanto calor el joven se quito la camisa atándola su cintura, recordaba los lejanos días en el granero cuando jugaba con los caballos y las vacas a ser legionario.
También recordaba las palabras de su supuesto padre. - Jamas seras un legionario no eres mas que basura mejor ve abandonando esos tontos sueños porque seras un granjero como lo soy yo y mi padre y el padre de mi padre, te guste o no. - Strife cerro ambos ojos pero justo cuando se dio por vencido pudo notar 4 no 5 figuras las cuales eran las del General Edward y la Reina Selene sin saber de las otras personas
Strife- Caballeros Dorados
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Lun Nov 18, 2024 2:26 pm por Nathaniel
» Magical Hope {Afiliación élite}
Miér Jul 17, 2019 2:41 am por Invitado
» Hantā no Odessei {Afiliación Elite}
Mar Jul 16, 2019 9:20 pm por Invitado
» Busquedas de Rol
Lun Jul 08, 2019 7:11 pm por MapyCozo
» Ficha de Entrenamiento de Alderion De tauro
Jue Jul 04, 2019 12:31 pm por Alderion
» Ficha de entrenamiento de Virgil Juez de Griffo
Miér Jul 03, 2019 1:23 pm por Sasha
» Petición Caballeros de Athena
Miér Jul 03, 2019 1:16 pm por Sasha
» [Reino de Poseidón - Alta] La Manzana Dorada
Dom Jun 30, 2019 10:24 pm por Boreas