Viaje por el Nilo

El sol ya habia subido a los mas alto del cielo y yo me encontraba en el barco, en ese momento camine unos metros sobre el brilloso piso de madera hasta llegr junto a Arianne y a los demas que se encontraban alli, y me apoye en una especie de columna de madera brillosa. El sonido del agua me hizó mirar en su direccíon y vi como el sol se reflejaba en el gran río formando un replandor que yo nunca habia visto, era lo unico bello que me habia llamado la atencion en el viaje. Luego de observar el hermoso paisaje me puse a pensar que ya no soportaba estar entre tanta gente y no porque me cayeran mal, porque los consideraba buenas personas, sino porque me incomodaba estar con mucha gente ya que no es costumbre mia. En ese momento camine unos pasos para acercarme a Arianne, mi jefa, que estaba a no muchos pasos de donde yo me encontraba, y la mire a la cara.

-Disculpe, puedo retirarme?, si no es mucha molestia quisiera despejarme un poco.-

Despúes de eso me pare justo donde estaba antes esperando una reaccion de mi jefa y rogando que la respuets fuera que podia irme aunque sea por unos momentos ya que el etar en ese lugar me mareaba. En ese momento mire a las otras personas que se encontrban ahi.

Despues de haber traido al soldado Strife me sente en una zona de la barcaza en la que nos encontrabamos todas en ese instante. Vi como mi señora Selene se llevaba al general Edward para hablar en privado cosa que la verdad no me sorprendia debido a que era algo necesario para que hubiera al menos algo de entendimiento entre ambos bandos, mientras eso sucedia vi como el soldado que habia traido se ponia comodo al igual que todas las demas que nos encontrabamos alli y se ponia a hablar con mi compañera Arianne quien bebia vino en esos instantes. Mientras eso pasaba yo me mantenia viendo el paisaje un poco mas relajada debido a que me encontraba algo tensa ya que no entendia el porque de este repentino viaje mas apenas subir y ver el paisaje que se dejaba ver en esos instantes me tranquilizo bastante cosa por la cual hice que una de las sirvientas me diera una copa de vino el cual bebi mucho mas tranquila volviendo mi mirada hacia dentro de la barcaza viendo que arianne seguia bebiendo y conversando con Strife cosa por la cual solo di un suspiro algo aburrida ya que yo no tenia demasiado que hacer solo hasta que nuestra señora Selene nos diera alguna orden en especifico. Escuche a nuestra señora relatando una historia de nuestra diosa Isis cosa que me gusto bastante ya que adoraba totalmente mi propia cultura escuche su declaracion acerca de que una de nosotras era uno de los escorpiones que cuidaban de Isis. Despues ella dio la orden de prepararnos debido a que la barcaza llegaria a tierra muy pronto.

- como ordene nuestra señora... -dice mientras hacia algo de orden entre las demas mujeres y los pocos soldados egipcios que las habian acompañado en esa ocacion ya que de por si se sabia que tanto Arianne como ella no eran precisamente lo que podia llamarse inofensivo-

Me encontraba cerca del borde del barco, manteniéndome tan alejada de todos como podía, el continuo fluir del río llegaba a relajarme remotamente. Recordaba los días en los que solía esperar fuera de casa, absorta de cómo mi mirada solía posarse por la noche que parecía mantenerse eterna sobre el firmamento…

Murmullos era lo que lograba escuchar, entre las risas y la buena compañía que se hacía ver en todo ese ambiente que se estaba creando. Evitaba tener cualquier tipo de contacto con los romanos, ya que ellos eran los causantes de la muerte de mi padre, la desaparición de mi madre y los responsables de arrebatarme la poca libertad que tenía. Mis manos trataban de rasgar la madera dejando ligeros surcos sobre esta causándome un mínimo daño.

Todos comenzaban a movilizarse, evitaban tropezarse conmigo ya que al parecer les resultaba un tanto extraña mi actitud, detuve a una de las jóvenes para pedirle respuesta.

Que sucede.. porque la prisa?

Se ha ordenado tener todo listo para desembarcar y comenzar con la gran fiesta.

Soltaba su mano mientras que la joven presurosa comenzaba su ardua carrera para completar la tarea que se le había encomendado. Mi corazón guardaba demasiado rencor para tratar de concebir esa idea, una de las que estaba totalmente en desacuerdo, con solo imaginar que ambos reinos celebrarían la “destrucción” en busca de la conquista y el poder me resultaba indignante que preferiría tal vez el encierro a pasar un instante con ellos.

Todos pasaban y corrían de un lado a otro sin tener idea de donde mantener las cosas, el júbilo en sus rostros se plasmaban en cuanto la hora de llegada se acercaba para comenzar con la gran fiesta, sabía que estaba mal… estaba mal…

Que importa lo que pueda llegar a creer o pensar… no soy más que una esclava…

Pensando en eso y de que no llegaría a recuperar la vida que solía tener, preferí optar a adaptarme con aquella singular situación, solo hasta que las circunstancias me favorecieran. Arrebataba una de las botellas de vino para acercarme hasta donde se encontraba Rain y no notara mi falta de cooperación desde mi llegada al bote.

No hay algo que se le ofrezca?

Con dificultad me dirigía a la joven que me había tomado como una de sus servidoras por designios de Selene, mi vista se mantenía inclinada en el suelo sujetando la botella esperando que me hablase más de lo que yo había respondido.

Mientras ayudaba con los preparativos para desembarcar vi que Seiren preguntaba en que podia ser de ayuda en aquellos instantes por lo cual le señale lo que hacian los demas sirvientes en la barcaza para que pudiera comenzar a trabajar. Despues de aquello segui ayudando con los preparativos para desembarcar junto con otro monton de sirvientes y dando alguna que otra orden para que pudieran hacer bien las cosas de lo contrario seria todo demasiado desordenado y nuestra señora Selene podria enfadarse. En ese mismo instante escuche como Arianne le hablaba a Seiren diciendole el honor y suerte que en aquellos momentos tenia por haber sido elegida junto con la otra chica para ser nuestras sirvientas personales cosa por la cual solo di un suspiro esbozando una pequeña sonrisa la cual enseguida desapareci de mi rostro para poder seguir dandole ordenes a los sirvientes de que arreglaran todo como era debido mas Arianne me dio una copa de vino la cual no rechaze al mismo tiempo que escuchaba a Arianne brindar por nuestra señora Selene, por nosotras y Egipto a lo cual solo levante la brindando tambien por las cosas que Arianne decia antes de beber de ella con tranquilidad. Despues de eso suspire un poco viendo como Arianne se le insinuaba al soldado Strife mas no dije nada sabiendo lo que significaba lo que hacia.

- Ten cuidado Arianne no quiero que te pase nada... -murmura mientras volvia a dar ordenes a los sirvientes- sigan ordenando todos el lugar no tardaremos en llegar a puerto! -dice viendo seriamente a los demas sirvientes y sentandose en la zona de cojines que habia cerca de ella dando un suspiro algo cansada-

Me retire inclinando la cabeza levemente, casi sin darle importancia a esa orden arrojaba la botella en el pecho de uno de los mozos deteniendo su trabajo e indicándole que prosiguiera con sus deberes. Sin que nadie tomara en cuenta mi actitud egoísta optaba por esconderme entre la multitud para así no realizar ninguna orden ya que los preparativos para desembarcar estaban listos. Llegábamos a tierra, respire aliviada por no tener que verme obligada ni forzada a realizar algo más o al menos eso era lo que yo esperaba después de tanto movimiento.

Sorprendida vi como nos llamaba la soberana de Egipto dándonos más ordenes, agachaba la mirada mordiendo levemente mis labios y escuchando detrás de mí la envidia que generaba al poder prestar mis servicios a romanos de alto rango. Disimuladamente ocultaba mi inconformidad por la manera tan absurda de cómo pensaban esas chiquillas arrogantes, como si no hubieran sido testigos propios de la ruina de Egipto.

Atrevidamente me tomé la libertad de dirigirme a uno de ellos extendiendo mi mano, claro sin olvidar mostrar mis respetos a Rain antes de la partida de nuestra reina que nos daba la espalda despreocupada sólo para cumplir las expectativas de la celebración.

Si me permite acompañarlo lo escoltare hasta su tienda para que lo preparemos…

No quise mirarlo más de la cuenta pero su actitud parecía ser bastante familiar, su cabello castaño se movió ligeramente por la brisa tibia que ofrecía ese lugar incluso luciendo más diferente a comparación de sus compatriotas por la mirada celeste que poseía. De inmediato dirigí mi vista a mi señora para no disgustar a nuestra reina por tardar con lo que se nos había encomendado.

Sin que le pidiera de nuevo que me acompañara el general romano me había alcanzado posicionándose a mi lado, lo mire tras unos segundos extrañada de cómo me veía, no era la única que notaba el raro comportamiento dado por el general así que esperaron a que yo prosiguiera a llevarlo a la carpa donde se le darían las atenciones apropiadas. Caminando siempre hacia al frente dejaba que dos guardias esperaran afuera de la carpa, algunas jóvenes nos habían seguido demasiado optimistas por querer permanecer cerca de nosotros, me detuve justo en la entrada abriendo la tela de la carpa…

Puede ponerse cómodo… iré por algunas cosas mientras descansa.. debió de haber sido un viaje largo para usted…

Pequeñas risas se escuchaban detrás de nosotros, mi mano resbalaba tras la espalda de ese hombre incitándolo a entrar, acto seguido cerraba la tela dándole un momento a solas. Queriendo rebasarme las chicas querían seguir al romano para “entretenerlo”, con ligero tono de enfado interpuse mi brazo bloqueándoles el paso.

No es el único romano al que se va a atender… además tengo entendido que se les ordeno otros deberes que simplemente estar como acompañantes… o me equivoco?

Mi voz sonaba tranquila pero al mismo tiempo con un tono de amenaza por tratar de tomar este asunto como un pequeño juego, sin saber cómo reaccionar se dispersaron rápidamente ocupándose de los preparativos. Tomando la misma postura inexpresiva entraba a la carpa sin antes ordenar que nadie entrara sin que se anunciase antes para permitir el paso, sin esperar en si una respuesta por parte de ese hombre me adelante hacia una poza que se había construido a manera de un baño termal, introduje mi mano en el agua que se encontraba demasiado caliente. Me giraba hasta donde se encontraba secando apenas mi mano contra mi vestido…

El agua se encuentra lista… si necesita algún tipo de ayuda puede decirme…

Esperaba alguna indicación de su parte pero simplemente paso a decirme lo agradecido que se encontraba aunque sus respuestas parecían tener cierto temor y eso lo había notado desde mucho antes cuando una de las que se hacían cargo del cuidado de nuestra reina demostraba su inconformidad con el simple hecho de la cercanía que mantenía el hombre hacia ella.

Había estado sin querer tan ocupada en lo que debía dedicarme que cuando escuche por segunda vez la voz de aquel hombre un escalofrío por mi espalda me estremeció dejándome completamente congelada ante él.

Acaso… no puedes ser tú…

Con los ojos completamente abiertos trataba de convencerme a mi misma de lo que suponía no era verdad, que simplemente lo estaba confundiendo pero como olvidar esa voz que siempre me acompañaba cada día procurando que siguiera con vida, relatándome la historia antes de que Roma y Egipto se enfrentaran en una guerra que parecía no culminar. Recordando los días en los cuales estaba prisionera, resignándome a que mi vida terminaría en ese calabozo, hasta que sin esperarlo un hombre amablemente se dispuso a mantenerme todo por esas simples anécdotas, pasaban horas de cómo me describía su vida y la vida misma lejos de lo que podía conocer desde mi encierro.

Pensando aun en ello tomaba la ropa que se había quitado frente a mí, controlaba el impulso de preguntarle directamente quien era en realidad. Me ladeaba dándole el paso hacia el nexo de donde tomaría su baño, después de tanto quise entablar una conversación…

No se como lo hayan tratado anteriormente General pero no debe temer de alguien como yo… -le daba la espalda dándole la libertad para que se retirara lo último que traía consigo, sin querer sabía las costumbres de Roma al mantenerme como su esclava… el saber cómo debería comportarme demostró una gran ventaja..- además… siempre creí que usted era demasiado diferente a comparación del resto de sus compatriotas - no hablaría de más, solo aguardaría para escuchar de nuevo la voz que siempre calmo a mi corazón… o lo que quedaba de él.