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Bosques - [Centro del Bosque]
"1er Post para Defensa con Maestría de la Mente"
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Y me estaba cansando de mi idiotez. Era una carga para cualquier persona que me quisiera ayudar, parecía un minusválido que necesitaba ayuda de los demás. Ese día había huido de la princesa Lin porque no quería comprometerla o avergonzarla más. Aquel enorme hombre con el que me encontré en el bosque me había dado una manta para cubrirme de la lluvia, aquella manta que ahora llevaba bajo mi brazo porque la lluvia había cesado. En mi mente solo pasaba una cosa, aquel extraño sueño que tan real se había sentido. Un sueño con una voz que me hablaba y me decia algo sobre un universo, algo sobre una paz…Algo que no entendía.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Corrí por el bosque con unas pequeñas lágrimas en mis ojos, lagrimas de furia e impotencia. Porque no podía hacer nada para dejar de ser así, era mi forma de ser, era como había nacido y nada del mundo podía cambiarme…o al menos eso pensaba yo.
Seguí corriendo hasta que me tropecé con una raíz de un árbol, que no había visto anteriormente, y caí al suelo golpeándome fuertemente la cabeza, quedando un poco mareado y desmayándome en el acto. Luego de un tiempo largo, no sabría exactamente cuanto tiempo pasó, me levante y me di cuenta que aquella raíz ya no estaba. Quede un tanto extrañado con este suceso y comencé a caminar hacia atrás asustado. Una voz gruesa resonó en mi cabeza, la misma que escuche en mi sueño. Pero esta vez no había muralla…Esta vez no había nada.
-Leonard… ¿Por qué huyes de tus problemas en vez de enfrentarlos?...
Me quede helado. Era algo muy extraño que escuchara una voz en mi interior y sobre todo que esta dijera estupideces que yo no había pensado. Buscaba a mí alrededor cualquier cosa que soltara esa voz, pero no encontraba nada, ni nadie. De repente y ante mi sorpresa, una figura de hojas comenzaba a formarse delante de mí. Las hojas de los árboles caían de los mismos mientras que se reunían con el viento para asimilar la figura de un hombre robusto, un hombre calvo que me miraba directamente. Me asuste y quise huir otra vez mientras que las hojas se movieron rápidamente y apareció aquella figura delante mío…
-Ahh… ¿Qué diablos eres?
-Contéstame Leonard… ¿Por qué huyes?
Las cosas que ese sujeto decían no tenían el mínimo sentido para mi. Huía porque si, porque estaba en mi personalidad. Era cobarde… Sin embargo, no me gustaba admitirlo. Debía de reconocerlo de una vez, muchas personas decían que para superar algo primero hay que aceptarlo.
-Supongo que huyo porque…Porque soy cobarde –Dije mientras que bajaba mi rostro, detestaba admitir cosas como esa siendo un guerrero de Britania- No tengo la suficiente fuerza como para enfrentar estos problemas...
-Eso es lo que piensas tú, Leonard…Ya te dije que existe una fuerza mucho mayor en ti de lo que imaginas, pero debes despertarla primero…
Leonard- Caballeros Dorados
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
"2do Post para Defensa con Maestría de la Mente"
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¿Seria cierto?... De verdad existiría un poder en mí que yo no conocía. Un poder que jamás había experimentado en toda mi vida. Las palabras de aquel hombre o lo que fuera esa voz, parecían no tener sentido pero con la firmeza que lo decía, me hacia pensar en que podría estar hablando francamente. No estaba completamente seguro de que lo que estaba pasando era real y no un sueño. Pensaba que quizás podría haberme desmayado en el golpe que me di y eso era parte de otro sueño, pero, ¿Por qué siempre soñaba con ese hombre? Quizás era mi subconsciente que me torturaba por ser cobarde, algo en mi interior quería que cambiara de una vez por todas y lo expresaba de esta manera.
Fuera cual fuera la situación, lo único que hasta ese momento podía deducir era que había un hombre formado con hojas que me hablaba y me contaba sobre un universo y un poder ajeno a mi, pero que según sus palabras estaba en mi interior…Y debía liberarlo.
-¿Eres real o solo eres otra de mis estupidas fantasías?
Dije con un tono furioso, si aquel obeso intento de hombre quería hablar en serio, entonces tendría una conversación. No me había percatado que quizás era todo obra de mi imaginación y estaba hablando con nada, pero no había nadie alrededor, así que me deje llevar sin problemas.
“Soy real…Tan real como estas hojas que hoy me materializan, tan real como la vida en ellas…Tan real como el miedo en el corazón de las personas porque saben que el mal se aproxima. Leonard, tu temes a algo que no deberías, tu temes a los hombres…Cuando tu peor preocupación no deberían ser ellos…”
De acuerdo, si antes estaba perdido, ahora estaba totalmente sin rumbo. Las palabras de aquella ilusión me confundían más y más, tratando de llevarme a un punto que ni siquiera yo podía imaginar.
-¿De que me hablas?...A que debería temer si no es a la fuerza bruta del hombre…
“A los espíritus”…
Decidí dejar aquella escupida conversación de ánimas y fantasmas. No estaba de humor como para soportar estupideces que mi mente ingeniaba para mantenerme alerta. Sabia que era todo parte de mi imaginación, sin embargo, cuando estaba retirando pensé en aquello que el hombre dijo sobre los espíritus y una puntada fuerte me dio en mi cabeza, haciéndome caer de rodillas al suelo y tomármela mientras soltaba un grito desgarrador.
El dolor se iba haciendo mas intenso acompañado de una imagen que se trasmitía rápidamente a mi mente. Un hombre de ojos oscuros y rojos, como el mismo fuego, resguardado por muchos guerreros que destruían Roma y quemaban a su gente. La imagen de la princesa Lin siendo asesinada por un joven de cabellera marrón y una mujer de cabello rojo me hizo alterar mientras que gritaba por sacar esa dura imagen de mi mente. Otros recuerdos vinieron a mí fugazmente mientras que el dolor continuaba. Ya no lo aguantaba mas, sin embargo el dolor se fue por un momento, una imagen de una señora de hermosa cabellera siendo custodiada por muchos soldados vino a mi cabeza, estos soldados vestían armaduras doradas y entre ellos estaba yo. Con una armadura que brillaba mas que el sol y pensativo, como si fuera alguien serio de verdad. Otra vez el dolor volvió mientras que al intento de quitármelo, una gran explosión dorada salia desde mi interior y repelió todo lo que había cerca, destrozando algunos árboles por completo y lanzando las piedras del camino hacia los costados. Algunas siguieron sin rumbo y otras quedaron clavadas en los troncos de la forestación.
Me levante del suelo un poco mareado y al alzar la mirada pude ver como el hombre de las hojas estaba frente a mi, pero en carne y hueso. Su calva tenía unos puntos y estaba con los ojos cerrados, con unos ropajes extraños
“Por fin lo entiendes Leonard…Ahora te has dado cuenta que no solo eres capaz de destruir un bosque, sino que tienes un deber en esta vida. Tu deber no es proteger a quien quieres de los hombres. Tu deber es proteger a los hombres de quien no quieres. En el pasado fuiste un valiente guerrero Leonard, solo falta que despiertes ese fuego interior…Te enseñare lo básico, lo demás…Tendrás que hacerlo solo”
-¿Quién…Quien eres?
“Solo digamos, que alguien a quien tu conoces muy cercanamente. De hecho, eres el mas cercano a mi…Aunque no lo creas”
Leonard- Caballeros Dorados
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
"3er Post para Defensa con Maestría de la Mente"
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-El mas cercano…
Las palabras de aquel hombre cada vez me confundían más, pero al mismo tiempo comenzaban a intrigarme. Aquellas ilusiones que vi no eran solo farsas, yo recordaba algo sobre aquellas doradas armaduras que vestían los guerreros entre los que estaba, pero no podía acordarme bien de donde era que las conocía. Aquel fuego dorado que surgía alrededor de los cuerpos de los que estaban junto a mi, también me era familiar… Pero… ¿Por qué alrededor mío no aparecía?
De repente los árboles comenzaron a ponerse oscuros. El cielo se nublo rápidamente y el frío aumento de manera muy considerable. Mi piel se erizaba con la baja temperatura y al respirar veía como una pequeña nube se formaba al salir el aire de mis labios. Todo se oscurecía mientras que una sombra aparecía frente a mi cuerpo, tomando forma de un guerrero de armadura violeta. ¿Estos serian los fantasmas de los que hablaba el hombre? Estaba asustado. Sin embargo, otra vez aquel hombre apareció detrás de mí mientras que me hablaba. Podía escuchar su voz claramente mientras que veía como aquel guerrero se acercaba a paso muy lento.
“Debes de calmarte, lograr controlar tu cuerpo y tu temperatura…Esforzarte por sacar de tu interior el poder oculto que llevas Leonard. Es un poder que solo las personas con corazón puro pueden sacar, el poder de Virgo…”
¿Virgo?... Cada palabra era como un nuevo recuerdo que estallaba contra mi mente. Una oleada de cosas que pasaban por mi cabeza y luego desaparecían. El hombre estaba muy calmado, cuando aquella sombra se acercaba y me hacia poner nervioso.
“Tranquilízate…Siéntate serenamente y concéntrate. Busca una fuerza en tu interior, busca amor, amistad…Busca eso que te da calor incluso en las noches mas frías”.
Por mas confusas que fueran las palabras de aquel hombre, comenzaba a entenderlas. Podía entender lo que se refería con buscar algo que me diera calor en el frío, era un sentimiento que podía conseguir cosas que cualquier bien material no podría. Era algo que podía darle a un hombre la felicidad, ese sentimiento tan anhelado. Ese sentimiento era el amor entre las personas, Yo no amaba a ninguna mujer, pero tenia el suficiente cariño y amor en Lin como para hacer florecer ese sentimiento en mi interior. Me concentre en esa amistad, me concentre en Lin y en como podría estar en peligro en cualquier momento. Por alguna razón yo fui enviado para protegerla y quizás este hombre tuviera razón con aquello del poder en mi interior. Me concentraba muy a pleno y sentía como el frío comenzaba a expirarse. Tenia mis ojos cerrados para mayor concentración mientras que sentía como las piedras a mi alrededor frotaban. Otra vez sentía la sensación de poder, de fuerza. Era eso que tenia que desatar y lo estaba logrando.
La sombra se acercaba lentamente y el hombre estaba al a expectativa, yo ya estaba listo. Sentía como en ese momento el poder que estaba generando podía ser liberado.
“¡Ahora Leonard, Abre tus ojos!”
Leonard- Caballeros Dorados
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
"4to Post para Defensa con Maestría de la Mente"
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El poder era demasiado, sentía como un fuego intenso comenzaba a quemar mi cuerpo y como la furia de aquella sombra era mas grande. Empecé a sentir muchas presencias, cada una de las personas que Vivian en el mundo eran percibidas por mi cuerpo, sabiendo donde estaba cada una de ellas y sabiendo el poder que tenían. Podía sentir cosas que jamás pensé ser capaz de sentir. Me daba una tremenda satisfacción sentir todo ese poder a mi alrededor, pero a la vez sentía que si abría los ojos, podría terminar destruyéndolo todo. El hombre misterioso seguía pidiéndome que los abriera, pero por miedo los cerraba aun más, apretando mis parpados y haciendo que la fuerza de aquel fuego se extendiera más. Mi cuerpo estaba siendo rodeado por un aura que emanaba el interior de mi ser, un aura que salía desde un lugar que no conocía pero que parecía estar dentro mío.
“No tengas miedo, lo mas difícil ya lo has pasado…Recordaste lo que debías, despertaste tu poder… ¡Ahora LIBERALO, tu puedes hacerlo!”
Era todo o nada, no podría contener ese poder mucho más tiempo. Abrí mis ojos mostrando su color celeste cielo y al abrirlos pude ver como un fuego dorado me rodeaba, en el exacto momento en que mis ojos se abrieron aquel poder quiso desplegarse, pero lo contuve y logre mi cometido. Voltee para ver al hombre que sonreía, pero luego cambio su rostro para mostrarse serio, al voltearme otra vez hacia al frente pude ver como aquella sombra se acercaba a gran velocidad, dispuesto a dañarme con toda su maldad. Fue entonces cuando la imagen de aquel inmenso hombre se fusiono con mi aura y juntos hicieron un poder inimaginable.
Aquella sombra lanzo una especie de conjuro oscuro que venia directo a mi a toda velocidad, el pasto era rasgado por la brutalidad del ataque dejando un sendero de tierra abierta a su paso. No tuve miedo, simplemente mire aquel oscuro ataque y pensé que podría detenerlo. Vi como con mi poder hacia que el fuego dorado me cubriera con la forma de una esfera. Los poderes eran absorbidos por esta esfera y hacían que su grosor aumentara. La sombra se quedo asustada y sorprendida ante mi rápida reacción, siendo que me quede quieto todo el tiempo en la posición de loto. Mi mente y aquella aura dorada habían hecho todo… Una vez que la defensa absorbió el ataque por completo cambio su color a morado y lanzo unas fuertes ráfagas de rayos hacia la sombra. Atravesándola y liquidándola en el acto. Una vez que el contraataque ceso la esfera volvió a su estado natural y fue disminuyendo lentamente.
Volví a la tranquilidad, pero no Salí de mi posición de Loto. Seguía pensando en todo lo que paso. Cerré mis ojos y volví a escuchar aquella voz en mi interior.
“Ahora que soy parte de ti, jamás volverás a ser el mismo…Serás sabio y cauteloso, serás un ejemplo a seguir. Atento y cariñoso con quien lo merece, pero serás violento y calculador también…Mi nombre es Buda y estaré allí siempre que me necesites, hijo mío…”
Mi cuerpo se desvaneció por completo, cayendo en un sueño o desmayo.
Leonard- Caballeros Dorados
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Los minutos se alargaban por el gran mutismo que acompañaba aquellos pasos livianos, el cansancio por fin surtía efecto entre el orbe derecho de la pereza reencarnada, caminar kilómetros para descubrí un destino ruin, regresar y andar como alma en pena entre la gente eso para Alessa ya era cansado y no tanto por el hecho de caminar con desespere… si no por el simple hecho de convivir entre un medio denigrante, según su razón, no era tanto el desgaste físico si no mental.
Suspirando sentía como las gotas de sudor dejaban su senderó desde su frente hasta sus mejillas, su brazo se subyugaban, la armadura le pesaba, el hambre una vez más rugía como león entre su tripas…
-Haaaaaaaaa… Por todos los dioses de gordo trasero… ¿qué mierda tengo que hacer ahora?… No tengo el maldito rostro para ser un mártir en vida… al diablo eso… maldita sea…tengo hambre… parezco marabunta devorando pan pero no me llena… maldición y ahora la maldita noche esta sólida y no encuentro ningún puesto donde poder robar nutrientes… mierda y más mierda… otra cosa más importante me detengo y puro pasto veo… ni que fuera vaca para comérmelo… haaaa… la asquerosa armadura se está apestando por mi sudor, expido hedores como si hubiera tenido tres noches seguidas de puro sexo… maldita sea… no encuentro con quien estrenar mi poderes es lo más importante a todo esto… maldición… maldición… maldición…
Bostezando cerraba su ojo y quedaba totalmente dormida, lo extraño era que caminaba aun así, como si fuese una vil momia… de pies a cabeza hasta de la fisionomía, reseca y chupada de piel, y así estuvo y de la nada aquella dama se perdía de realidad y cuando menos lo pensaba esta tropezó por su total desubiques del paraje en derredor, esta sucumbía gritando por instinto para así ser su rostro el que recibiera el piso, despertando de su transita andancia veía por doquier, algo asombrada, pues simplemente pinos y arbustos eran lo que se esbozan, sintiendo que por debajo de su cuero in bulto algo carnoso yacía esta se levantaba casi gritando para tan solo ver que lo que estaba tirado era un hombre carente de razón, tomando una rama, aquella se ponía de cuclillas y lentamente picaba las costillas de aquel extraño mientras decía:
-Hola…Hola…Hola… HOLAAAAAAAAAA
Suspirando sentía como las gotas de sudor dejaban su senderó desde su frente hasta sus mejillas, su brazo se subyugaban, la armadura le pesaba, el hambre una vez más rugía como león entre su tripas…
-Haaaaaaaaa… Por todos los dioses de gordo trasero… ¿qué mierda tengo que hacer ahora?… No tengo el maldito rostro para ser un mártir en vida… al diablo eso… maldita sea…tengo hambre… parezco marabunta devorando pan pero no me llena… maldición y ahora la maldita noche esta sólida y no encuentro ningún puesto donde poder robar nutrientes… mierda y más mierda… otra cosa más importante me detengo y puro pasto veo… ni que fuera vaca para comérmelo… haaaa… la asquerosa armadura se está apestando por mi sudor, expido hedores como si hubiera tenido tres noches seguidas de puro sexo… maldita sea… no encuentro con quien estrenar mi poderes es lo más importante a todo esto… maldición… maldición… maldición…
Bostezando cerraba su ojo y quedaba totalmente dormida, lo extraño era que caminaba aun así, como si fuese una vil momia… de pies a cabeza hasta de la fisionomía, reseca y chupada de piel, y así estuvo y de la nada aquella dama se perdía de realidad y cuando menos lo pensaba esta tropezó por su total desubiques del paraje en derredor, esta sucumbía gritando por instinto para así ser su rostro el que recibiera el piso, despertando de su transita andancia veía por doquier, algo asombrada, pues simplemente pinos y arbustos eran lo que se esbozan, sintiendo que por debajo de su cuero in bulto algo carnoso yacía esta se levantaba casi gritando para tan solo ver que lo que estaba tirado era un hombre carente de razón, tomando una rama, aquella se ponía de cuclillas y lentamente picaba las costillas de aquel extraño mientras decía:
-Hola…Hola…Hola… HOLAAAAAAAAAA
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
“Quizás fue un sueño…”
Mi cabeza me dolía mucho y sentía unas pequeñas punteadas en mis costillas. Abrí los ojos lentamente y pude ver una muchacha acuclillada. Su pelo era un tono mas o menos celeste mientras que su tez era blanca, al parecer estaba extrañada y no seria de menos, encontrarse a un muchacho desmayado en el bosque debió de hacerla asustar o al menos, sorprender.
-¿Qué paso?...
Dije sin recordar nada, pero fue entonces cuando los recuerdos vinieron a mí, recordé todo lo vivido pero no sabia si era un sueño o realidad, fue entonces cuando note que en el cuerpo de la muchacha había una armadura violeta, similar a aquellas que vi en mi visión. Entonces era verdad…Habían guerreros que lucharían en una batalla que no se podía evitar y yo era uno de esos.
Anteriormente habría huido o saltado pegando un grito, pero no ahora, ahora sabia que la calma y la tranquilidad eran las fuentes de mi poder, así que me pare erguidamente mientras que la miraba fijamente a los ojos.
-¿Qué demonios es lo que eres? –Dije mientras que la miraba fijamente a sus ojos, sus ojos eran hermosos y parecían sinceros, pero nunca se debe confiar en la belleza de una mujer- ¿Quiénes son los que portan esa armadura morada?…
Trataba de averiguar más sobre aquella guerra de la cual el hombre que respondía al nombre de Buda, me había explicado. Pero si lo que yo sospechaba era cierto, estaría en una situación incomoda, ya que esa muchacha…Seria mi rival.
Mi cabeza me dolía mucho y sentía unas pequeñas punteadas en mis costillas. Abrí los ojos lentamente y pude ver una muchacha acuclillada. Su pelo era un tono mas o menos celeste mientras que su tez era blanca, al parecer estaba extrañada y no seria de menos, encontrarse a un muchacho desmayado en el bosque debió de hacerla asustar o al menos, sorprender.
-¿Qué paso?...
Dije sin recordar nada, pero fue entonces cuando los recuerdos vinieron a mí, recordé todo lo vivido pero no sabia si era un sueño o realidad, fue entonces cuando note que en el cuerpo de la muchacha había una armadura violeta, similar a aquellas que vi en mi visión. Entonces era verdad…Habían guerreros que lucharían en una batalla que no se podía evitar y yo era uno de esos.
Anteriormente habría huido o saltado pegando un grito, pero no ahora, ahora sabia que la calma y la tranquilidad eran las fuentes de mi poder, así que me pare erguidamente mientras que la miraba fijamente a los ojos.
-¿Qué demonios es lo que eres? –Dije mientras que la miraba fijamente a sus ojos, sus ojos eran hermosos y parecían sinceros, pero nunca se debe confiar en la belleza de una mujer- ¿Quiénes son los que portan esa armadura morada?…
Trataba de averiguar más sobre aquella guerra de la cual el hombre que respondía al nombre de Buda, me había explicado. Pero si lo que yo sospechaba era cierto, estaría en una situación incomoda, ya que esa muchacha…Seria mi rival.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Y Aquella mujer que no sabia que “diablos” hacia ahí y mucho menso el joven de rubios cabellos y caustica piel, le miraba con temple mientras escudriñaba con su ojos libre de parche toda fisionomía, culminando aquel desate de picarle la costilla con una rama tan solo la lanzo a un costado donde Alessa perduraba en tan incomoda pose. Cuestiones imprudentes que generaron el esbozó de una sonrisa llena de ironía, un alzar de cejas y un leve bostezo por parte de la Pereza.
Y la letal palabra llego, aquella insinuación y el deseo de saber por que la mujer deambulaba con tranquilidad con un velo morado en su cuerpo, genero que esta se levantara y erguiera su postura, tronando su cuello y alzando su cosmos… para así simplemente quemar las ropas con las que cubría tal armatoste y mientras la luna hacia el perfecto contraste … la mujer por fin se expreso:
-Oh Caballero veo que ya esta mejor, me alegro… perdone que haya sucumbido sobre usted pero el cansancio hizo que yo arribara en un lugar donde nadie me llamaba… le he de alagar su buen ojo de mortal, pues cubierta estaba de pies a cabeza para que esto que cargo encima de mi piel, nadie absolutamente nadie le mirara… ahora su cuestión es una intriga para mi, pues no se como expresar con exactitud lo que porto… pero antes de generar una mala situación me presento ante usted…
Haciendo una leve reverencia, mientras la brisa rezagada jugueteaban con su largo y sedosos cabellos Alessa suspiraba y por fin se presentaba:
-Solamente soy una mujer errante de todo sentido… pero ante usted me presento con el simple nombre de Alessa la Estrella infernal de Hades de la pereza… espero ya este bien para que yo siga mi camino… ahora bien ¨Se encuentra mejor caballero
Relamiendo sus labios, se cruza de brazos mientras reposaba su peso en el lado izquierdo de su cuerpo par así hacer notar aquellas mortales tizonas y feroz escudo…
Y la letal palabra llego, aquella insinuación y el deseo de saber por que la mujer deambulaba con tranquilidad con un velo morado en su cuerpo, genero que esta se levantara y erguiera su postura, tronando su cuello y alzando su cosmos… para así simplemente quemar las ropas con las que cubría tal armatoste y mientras la luna hacia el perfecto contraste … la mujer por fin se expreso:
-Oh Caballero veo que ya esta mejor, me alegro… perdone que haya sucumbido sobre usted pero el cansancio hizo que yo arribara en un lugar donde nadie me llamaba… le he de alagar su buen ojo de mortal, pues cubierta estaba de pies a cabeza para que esto que cargo encima de mi piel, nadie absolutamente nadie le mirara… ahora su cuestión es una intriga para mi, pues no se como expresar con exactitud lo que porto… pero antes de generar una mala situación me presento ante usted…
Haciendo una leve reverencia, mientras la brisa rezagada jugueteaban con su largo y sedosos cabellos Alessa suspiraba y por fin se presentaba:
-Solamente soy una mujer errante de todo sentido… pero ante usted me presento con el simple nombre de Alessa la Estrella infernal de Hades de la pereza… espero ya este bien para que yo siga mi camino… ahora bien ¨Se encuentra mejor caballero
Relamiendo sus labios, se cruza de brazos mientras reposaba su peso en el lado izquierdo de su cuerpo par así hacer notar aquellas mortales tizonas y feroz escudo…
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
La mujer parecía muy confundida, de hecho, hablaba demasiadas cosas a la vez y me confundía a mí también. Solo la escuche atentamente mientras que me mantenía alerta. Estaba seguro que esa armadura era idéntica a la que vi en mi ilusión, era una del mismo material, pero de otro diseño. Esta mujer se presento ante mí como una estrella infernal de Hades… Me dejaron pensando estas palabras mientras que disimulaba, era mejor ser discreto puesto que si ella contaba con la ayuda de un dios, seria mejor no hacer nada imprudente.
-Si, estoy mejor…De hecho, creo que me voy retirando…
Debía de alejarme lo mas posible del peligro que presentaba esa muchacha, una vez que me aleje de ella es cuando recién me puse a pensar en las palabras que había dicho.
-¿Hades?... ¿El dios del inframundo?
Aquella mítica voz en mi cabeza volvió a resonar, para corregirme en mi error y para de ahora en mas hacerme notar que aquello de que si lo necesitaba, él estaría, era cierto.
“El dios de los muertos, puesto que el inframundo es un lugar solamente…”
Debía de estar enloqueciendo, porque ya había tenido ilusiones, sueños de caballeros y dioses que no podía explicar, quizás necesitara un descanso que no fuera por desmayo. Cuando me di vuelta observe que Snow no estaba en mis brazos, me asuste y lo busque desesperadamente, quizás en la acción de mi defensa había sido herido de gravedad.
“El lobo esta bien, Leonard, esta detrás de ti en los arbustos, escondido y asustado.”
No podía entender como sabia todo eso, quizás era alguien verdaderamente poderoso con quien me encontraba ahora, si es que no era todo obra de mi mente. Camine hasta los arbustos y tome al pequeño cachorro en mis brazos, mientras que aquella voz me hablaba.
“Seria conveniente decirte que las armaduras moradas representan el ejercito de Hades, con planes maquiavélicos para destruir el mundo. Toda persona que vista estas armaduras llamadas sapuris, es alguien de quien no se puede confiar.”
Me quede pensando en las palabras, era todo como un cuento de hadas pero real y yo no podía creerlo. Pensé un momento y recordé mi imagen con una armadura dorada. Era hora de aclarar esa duda de una vez.
-¿Y las armaduras doradas? ¿Por qué yo portaba una en mi ilusión?
“Las armaduras doradas protegen a la diosa que actúa por el bien y la justicia, la rivalidad mas grande de Hades. Athena…Tú eras un guerrero protector de Athena hace mucho tiempo, en una vida pasada. Y ahora que has renacido…Tu deber es terminar lo que anteriormente no pudiste hacer”
Todo sonaba medio raro, pero después de todo, esto ya había pasado antes. Tome a Snow con delicadeza y abandone aquel bosque, mientras que veía algunos árboles quemados por el poder de mis llamas doradas.
-Si, estoy mejor…De hecho, creo que me voy retirando…
Debía de alejarme lo mas posible del peligro que presentaba esa muchacha, una vez que me aleje de ella es cuando recién me puse a pensar en las palabras que había dicho.
-¿Hades?... ¿El dios del inframundo?
Aquella mítica voz en mi cabeza volvió a resonar, para corregirme en mi error y para de ahora en mas hacerme notar que aquello de que si lo necesitaba, él estaría, era cierto.
“El dios de los muertos, puesto que el inframundo es un lugar solamente…”
Debía de estar enloqueciendo, porque ya había tenido ilusiones, sueños de caballeros y dioses que no podía explicar, quizás necesitara un descanso que no fuera por desmayo. Cuando me di vuelta observe que Snow no estaba en mis brazos, me asuste y lo busque desesperadamente, quizás en la acción de mi defensa había sido herido de gravedad.
“El lobo esta bien, Leonard, esta detrás de ti en los arbustos, escondido y asustado.”
No podía entender como sabia todo eso, quizás era alguien verdaderamente poderoso con quien me encontraba ahora, si es que no era todo obra de mi mente. Camine hasta los arbustos y tome al pequeño cachorro en mis brazos, mientras que aquella voz me hablaba.
“Seria conveniente decirte que las armaduras moradas representan el ejercito de Hades, con planes maquiavélicos para destruir el mundo. Toda persona que vista estas armaduras llamadas sapuris, es alguien de quien no se puede confiar.”
Me quede pensando en las palabras, era todo como un cuento de hadas pero real y yo no podía creerlo. Pensé un momento y recordé mi imagen con una armadura dorada. Era hora de aclarar esa duda de una vez.
-¿Y las armaduras doradas? ¿Por qué yo portaba una en mi ilusión?
“Las armaduras doradas protegen a la diosa que actúa por el bien y la justicia, la rivalidad mas grande de Hades. Athena…Tú eras un guerrero protector de Athena hace mucho tiempo, en una vida pasada. Y ahora que has renacido…Tu deber es terminar lo que anteriormente no pudiste hacer”
Todo sonaba medio raro, pero después de todo, esto ya había pasado antes. Tome a Snow con delicadeza y abandone aquel bosque, mientras que veía algunos árboles quemados por el poder de mis llamas doradas.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Alessa no pudo evitar notar como aquel caballero igual de confundido como ella le observaba de una forma algo extrañada, midiendo sus acciones venideras con aquella mirada, pero dicha mujer no hizo caso a eso pues sabia muy bien que si e enfrenaba con hecho simple de alzar su cosmos lo mataría… por lo que cambio aquella ironía por una tierna expresión… toda una hipocresía… Alessa escuchaba como el muchacho de largos cabellos dorados anunciaba su mejoría tanto emocional como física, suspirando y escuchando sus palabras de despido aquella le correspondía mientras daba la media vuelta y tomaba un camino ajeno al errabundo sin nombre:
-Me parece perfecto… ya futuro nos veremos caballero, me retiro de estos bosques y regreso al otro distrito, que mi camino no es este, que mi presencia freta a la suya no es la idónea en estos momento de conflicto… adiós y buena suerte.
Y aquella se carcajeaba mientras se alejaba dejando entre aquel mutismo fresco el eco de sus pisadas, débiles por la hambruna y el cansancio, suspirando mientras admiraba el velo nocturno que le envolvía… pues para aquella lo único bello de la tierra azabache llena de porquería como lo era la humanidad, pera le poder alzar el rostro y quedar maravillada por tan hermoso astro oxidado para Alessa era algo excitante por lo cual luchar… pues su belesa y tranquilidad hacia recordad que alguna vez aquella también lo fue.
-Ahora me dispongo a volver aquel distrito lleno de pena, tengo que escudriñarle a la perfección, además aquí también no tengo donde poder robar algo para comer… simplemente malosa y nada mas que eso… maldita sea… pero que sueño… ahora tengo que esconderme aun mas por que ya no tengo mi capa la cual escondía la maldita armadura… mierda.
Refunfuñando por fin Alessa se adhería al sendero pedregoso que caracterizaba a aquel distrito de mala muerte.
-Me parece perfecto… ya futuro nos veremos caballero, me retiro de estos bosques y regreso al otro distrito, que mi camino no es este, que mi presencia freta a la suya no es la idónea en estos momento de conflicto… adiós y buena suerte.
Y aquella se carcajeaba mientras se alejaba dejando entre aquel mutismo fresco el eco de sus pisadas, débiles por la hambruna y el cansancio, suspirando mientras admiraba el velo nocturno que le envolvía… pues para aquella lo único bello de la tierra azabache llena de porquería como lo era la humanidad, pera le poder alzar el rostro y quedar maravillada por tan hermoso astro oxidado para Alessa era algo excitante por lo cual luchar… pues su belesa y tranquilidad hacia recordad que alguna vez aquella también lo fue.
-Ahora me dispongo a volver aquel distrito lleno de pena, tengo que escudriñarle a la perfección, además aquí también no tengo donde poder robar algo para comer… simplemente malosa y nada mas que eso… maldita sea… pero que sueño… ahora tengo que esconderme aun mas por que ya no tengo mi capa la cual escondía la maldita armadura… mierda.
Refunfuñando por fin Alessa se adhería al sendero pedregoso que caracterizaba a aquel distrito de mala muerte.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Salí a caminar luego del incidente que había ocurrido en la villa, aun no sabía quién ni por qué harían una cosa así, mis piernas aún dolían mucho por las quemaduras, había sido algo horrible, pero salía a caminar a los solitarios bosques para tranquilizarme un poco y estar sola un rato. Caminaba por medio de los altos matorrales y en medio de los árboles enormes, sin ver nada, pero de pronto, me detuve a observar algo que me llamó mucho la atención, había un joven de cabellos dorados que tenía una extraña aura de energía, podía percibirlo aunque no sabía de que se trataba. Me interesó esa presencia extraña que sentía en él, entonces decidí acercarme, pero pisé una roca sin querer y me tropecé, entonces golpee sin querer a aquel joven y caí al suelo, no podía pararme, no tenía suficiente fuerza y me había golpeado fuerte. Cerré los ojos por un momento, pensé que aquel hombre iba a odiarme o algo por el estilo por haberlo golpeado. Entonces, levanté la vista rápidamente y lo miré a los ojos.
-¡Por favor discúlpame, no fue mi intención! Creo que pisé algo...- Comencé a mirar el suelo en todas direcciones -...y me tropecé... dios...- comencé a frotar mi pierna para poder calmar un poco el dolor. Luego volví a mirar a aquel hombre, mientras me levantaba lentamente, y me paraba derecha, extendí mi mano en forma de un saludo cortés esperando la reacción del joven, mientras de mi boca salían unas cuantas palabras para ser respetuosa luego de lo que había hecho -Mi nombre es Lady. Y disculpa si te ofendí con mi tonta acción... soy muy distraída.- Dije para luego sonreír amistosamente, pestañando un par de veces, mientras miraba a aquel joven. Aún sentía aquella sensación extraña que me acompañaba, sentía esa energía extraña a su alrededor que no sabía que era, me intrigaba de verdad pero no quise hacerselo saber, tan solo sonreía mientras esperaba su reacción, aún con mi mano extendida.
-¡Por favor discúlpame, no fue mi intención! Creo que pisé algo...- Comencé a mirar el suelo en todas direcciones -...y me tropecé... dios...- comencé a frotar mi pierna para poder calmar un poco el dolor. Luego volví a mirar a aquel hombre, mientras me levantaba lentamente, y me paraba derecha, extendí mi mano en forma de un saludo cortés esperando la reacción del joven, mientras de mi boca salían unas cuantas palabras para ser respetuosa luego de lo que había hecho -Mi nombre es Lady. Y disculpa si te ofendí con mi tonta acción... soy muy distraída.- Dije para luego sonreír amistosamente, pestañando un par de veces, mientras miraba a aquel joven. Aún sentía aquella sensación extraña que me acompañaba, sentía esa energía extraña a su alrededor que no sabía que era, me intrigaba de verdad pero no quise hacerselo saber, tan solo sonreía mientras esperaba su reacción, aún con mi mano extendida.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Caminaba un tanto preocupado, entonces, ¿la guerra entre legiones no era mas que una previa de una gran guerra que se avecinaba? Aquello de dioses y guerreros era algo que en otro tiempo y momento no hubiera creído, pero ahora tenia suficientes motivos para hacerlo. Seguía en mi caminata por el bosque cuando sentí un pequeño gemido detrás mío y un empujón me hizo avanzar unos pasos, pensé que quizás seria un enemigo atacando de traición ya que mi mente estaba muy alterada, pero recupere la calma al sentir como su fuerza era demasiado liviana y el gemidito de su voz fue muy aguda…Era una mujer.
Me voltee lentamente mientras que miraba extrañado a la joven que estaba en el suelo. No entendía que es lo que había pasado, pero podía ver el dolor en su cuerpo, por lo que me incline hacia ella para intentar ayudarla, pero ella se levanto antes de que pudiera ofrecerle mi ayuda. Ella pedía disculpas muy reiteradamente a lo que sonreí, no me había molestado el golpe y entendía que era un accidente. Por el momento solo quería saber si se encontraba bien, mientras que ella me extendió su mano y se presento con el nombre de Lady…Un lindo nombre.
-Lady, que agradable nombre tienes…-Dije mientras que sonreía y le estrechaba la mano con suavidad, para hacerle notar que no estaba furioso y además porque al parecer estaba débil y dolorida, podía ver lastimaduras en su cuerpo.- Mi nombre es Leonard. No te preocupes por la caída, las hermosas hojas caen de los árboles a veces…No pueden evitarlo
Musite mientras que miraba los árboles con una sonrisa, obviamente lo decía para levantar su animo y para no hacerla sentir incomoda, aunque no pensé que si ella era reservada, quizás si se sintiera incomoda con mis halagos.
Me voltee lentamente mientras que miraba extrañado a la joven que estaba en el suelo. No entendía que es lo que había pasado, pero podía ver el dolor en su cuerpo, por lo que me incline hacia ella para intentar ayudarla, pero ella se levanto antes de que pudiera ofrecerle mi ayuda. Ella pedía disculpas muy reiteradamente a lo que sonreí, no me había molestado el golpe y entendía que era un accidente. Por el momento solo quería saber si se encontraba bien, mientras que ella me extendió su mano y se presento con el nombre de Lady…Un lindo nombre.
-Lady, que agradable nombre tienes…-Dije mientras que sonreía y le estrechaba la mano con suavidad, para hacerle notar que no estaba furioso y además porque al parecer estaba débil y dolorida, podía ver lastimaduras en su cuerpo.- Mi nombre es Leonard. No te preocupes por la caída, las hermosas hojas caen de los árboles a veces…No pueden evitarlo
Musite mientras que miraba los árboles con una sonrisa, obviamente lo decía para levantar su animo y para no hacerla sentir incomoda, aunque no pensé que si ella era reservada, quizás si se sintiera incomoda con mis halagos.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Al principio estaba algo nerviosa porque no sabía como iba a reaccionar aquel joven de cabellos lasios a mi acción, el golpe que sin querer le había dado por la caida. Pero muy prontamente sentí que su mano tomaba la mia, y aceptaba mis disculpas, entonces me alivié, sabiendo por fin que no le había molestado en lo más mínimo el hecho de que lo haya golpeado. Entonces, casi por instinto, un pequeño y casi insonoro suspiro salió de mis labios, un suspiro de tranquilidad,d e alivio. Entonces fué ahí cuando escuché las primeras palabras del joven, al parecer mi nombre le agradaba, por eso sonreí notoriamente, mientras escuchaba las siguientes palabras, por las que me sonroje un poco oyendo aquellas frases alagadoras. Noté en su rostro una sonrisa, si había tratado de consolarme lo había logrado; entonces sin pensarlo más decidí contestarle.
-Que bellas palabras las que me dices, Leonard. Me agrada que no te haya molestado mi torpe acción, es que a veces no me fijo por donde camino y ocurren estas cosas...- decía mientras que en mi rostro se dibujaba una pequeña sonrisa. De pronto vi que él llevaba un pequeño animal, lo que parecía un lobo. -Que bello animal... es tuyo ¿verdad?- Decía viendo al pequeño animal que llevaba el joven Leonard, había pensado en tocarlo pero tenía miedo que al no reconocerme reaccione de alguna forma agresiva, asique solo me limite a hacerle aquella pregunta al joven, tratando de ser amigable. A continuación mensioné unas palabras -uff Me gustan estos lugares, me hacen refleccionar... siempre que estoy perturbada o furiosa vengo a sitios como este para descansar y poner mi mente en blanco un rato....- decía con una voz suave y algo cansada mientras permanecía delante de aquel joven de nombre Leonard, de pronto se me ocurrió preguntarle hacerca de él, entonces dije, con algo de temor -Oye y dime... si es que no te molesta claro. ¿Tu de donde vienes?- Dije alegre, y que quede allí esperando la respuesta.
-Que bellas palabras las que me dices, Leonard. Me agrada que no te haya molestado mi torpe acción, es que a veces no me fijo por donde camino y ocurren estas cosas...- decía mientras que en mi rostro se dibujaba una pequeña sonrisa. De pronto vi que él llevaba un pequeño animal, lo que parecía un lobo. -Que bello animal... es tuyo ¿verdad?- Decía viendo al pequeño animal que llevaba el joven Leonard, había pensado en tocarlo pero tenía miedo que al no reconocerme reaccione de alguna forma agresiva, asique solo me limite a hacerle aquella pregunta al joven, tratando de ser amigable. A continuación mensioné unas palabras -uff Me gustan estos lugares, me hacen refleccionar... siempre que estoy perturbada o furiosa vengo a sitios como este para descansar y poner mi mente en blanco un rato....- decía con una voz suave y algo cansada mientras permanecía delante de aquel joven de nombre Leonard, de pronto se me ocurrió preguntarle hacerca de él, entonces dije, con algo de temor -Oye y dime... si es que no te molesta claro. ¿Tu de donde vienes?- Dije alegre, y que quede allí esperando la respuesta.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Por alguna razón, al escuchar el suspiro de alivio de la muchacha, también me alivie yo. Ya había pasado muchos sobresaltos en el día y trataba de mantener esta conversación, al menos, dentro del cuadro de lo normal. No paso muco tiempo hasta que la chica puso su atención en Snow, mi pequeño lobo. La chica lo miraba con aprecio pero a la vez con temor y era normal, ya que no cualquier persona andaba con un lobo en sus brazos.
-Si, es mío…Se llama Snow –Dije mientras que lo acariciaba, su pelaje era lisa y suave. Aquel color blanco me hacia recordar a la nieve y por eso era su nombre, cuando era chico un antepasado me había dicho que “Snow” era nieve en no se que idioma, nunca lograba recordar el nombre- No te preocupes, esta entrenado y no creo que te muerda…Pero por las dudas, tócalo con un solo dedo y el que menos te guste
Yo seguía bromeando, pero no en forma idiota como antes, esta vez lo hacia con respeto y para divertir a la muchacha. Ella siguió hablando acerca de los lugares y de cuando venia ella hasta ellos. Era cierto que aquel bosque tenia algo mágico y mucho mas la cascada en la que encontré al lobo y donde me quede dormido para posteriormente ser despertado por aquel hombre. Recordé en ese entonces la capa del gigante, al mirarme no la tenia. Seria estupido buscar en donde ya estuve, así que solo me quedaba rezar porque nunca me viera con el grandote de nuevo.
Para terminar sus palabras, la chica me pregunto sobre mi origen pero con un tanto de timidez o de inseguridad. Entendí que seria difícil preguntarme cosas, pero la incomodidad no me parecía la mejor forma de empezar conociendo a alguien.
-Yo soy de… -Me quede pensando en mi tierra, en todo lo que deje atrás para venir a acompañar a Lin, una princesa que parecía estar mas ocupada en otros asuntos que en los que había venido principalmente y su estadía se había prolongado…demasiado. Seguí con mis palabras a la joven, luego de mi nostálgica pausa- Soy de Britania… Supongo que tú eres de Roma… Desde que llegue aquí no he hecho más que ver mujeres hermosas… Amo Roma.
Dije con un tono gracioso mientras que miraba hacia los costados, el bosque seguía maravillándome con sus árboles tan altos y con los cantos de las aves. Era un mágico fondo para la conversación. De mi mente se habían borrado todos los recuerdos acerca de aquel extraño suceso con Buda y lo que tuviera que ver con él. Y necesitaba despejarme un poco, así que la llegada de esa joven vino perfecta para la situación.
-Yo también suelo relajarme en estos lugares cuando estoy tenso o furioso. Tienen como un aura natural que te relaja automáticamente… Es la magia de la vida… ¿No? En cuanto al a caída, olvídala.
-Si, es mío…Se llama Snow –Dije mientras que lo acariciaba, su pelaje era lisa y suave. Aquel color blanco me hacia recordar a la nieve y por eso era su nombre, cuando era chico un antepasado me había dicho que “Snow” era nieve en no se que idioma, nunca lograba recordar el nombre- No te preocupes, esta entrenado y no creo que te muerda…Pero por las dudas, tócalo con un solo dedo y el que menos te guste
Yo seguía bromeando, pero no en forma idiota como antes, esta vez lo hacia con respeto y para divertir a la muchacha. Ella siguió hablando acerca de los lugares y de cuando venia ella hasta ellos. Era cierto que aquel bosque tenia algo mágico y mucho mas la cascada en la que encontré al lobo y donde me quede dormido para posteriormente ser despertado por aquel hombre. Recordé en ese entonces la capa del gigante, al mirarme no la tenia. Seria estupido buscar en donde ya estuve, así que solo me quedaba rezar porque nunca me viera con el grandote de nuevo.
Para terminar sus palabras, la chica me pregunto sobre mi origen pero con un tanto de timidez o de inseguridad. Entendí que seria difícil preguntarme cosas, pero la incomodidad no me parecía la mejor forma de empezar conociendo a alguien.
-Yo soy de… -Me quede pensando en mi tierra, en todo lo que deje atrás para venir a acompañar a Lin, una princesa que parecía estar mas ocupada en otros asuntos que en los que había venido principalmente y su estadía se había prolongado…demasiado. Seguí con mis palabras a la joven, luego de mi nostálgica pausa- Soy de Britania… Supongo que tú eres de Roma… Desde que llegue aquí no he hecho más que ver mujeres hermosas… Amo Roma.
Dije con un tono gracioso mientras que miraba hacia los costados, el bosque seguía maravillándome con sus árboles tan altos y con los cantos de las aves. Era un mágico fondo para la conversación. De mi mente se habían borrado todos los recuerdos acerca de aquel extraño suceso con Buda y lo que tuviera que ver con él. Y necesitaba despejarme un poco, así que la llegada de esa joven vino perfecta para la situación.
-Yo también suelo relajarme en estos lugares cuando estoy tenso o furioso. Tienen como un aura natural que te relaja automáticamente… Es la magia de la vida… ¿No? En cuanto al a caída, olvídala.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Ya comenzaba a sentirme cómoda hablando con aquel joven, parecía muy amable, estaba escuchando cada palabra que él decía, al principio usaba un tono de broma cuando se refirió a su mascota. Por lo que solté una ligera risita, mientras dirigía mi mano a mi boca por un momento. Me parecía agradable la presencia de Leonard, o tal vez después de tanto lio en mi vida, me hacía bien conocer a una buena y amable persona, quien sabe. Entonces con cuidado acerqué mi mano al pequeño lobo y lentamente frote un poco su pelaje, era suave y blanco como la nieve, era agradable. De pronto escuché las siguientes palabras, era extraño para mi encontrarme con alguien que no sea de Roma, pero era algo bueno, ya que me agradaba de verdad conocer gente proveniente de otros lugares.
-Así es, soy de Roma. Aunque vivo en los sitios más pobres de Roma, en los lugares menos visitados, al otro lado del Tiber....- Dije indicándole donde se encontraba mi hogar, algo preocupada, recordando que le había dicho a mi padre que solo iba a salir a caminar pero con todo lo que me pasó, tardé varios días y no regresaba a casa, creí que mi familia estaría algo molesta y preocupada. Pero pronto olvidé eso y dirigí mi mirada nuevamente el joven de cabellos rubios -Disculpa, si puedo saber ¿A donde te diriges ahora? Me gustaría acompañarte durante un tramo del camino si no es molestia, mientras hablamos un rato... no tengo muchas cosas que haces y es divertido hablar contigo...- Dije mientras sonreía amigablemente, no sabía si él iba a aceptar mi compañía pero sería bueno acompañarlo durante un rato, al menos por un buen tramo del camino, no hasta donde se dirigía pero solo un rato. Entonces me quedé esperando su respuesta, mientras sonreía.
-Así es, soy de Roma. Aunque vivo en los sitios más pobres de Roma, en los lugares menos visitados, al otro lado del Tiber....- Dije indicándole donde se encontraba mi hogar, algo preocupada, recordando que le había dicho a mi padre que solo iba a salir a caminar pero con todo lo que me pasó, tardé varios días y no regresaba a casa, creí que mi familia estaría algo molesta y preocupada. Pero pronto olvidé eso y dirigí mi mirada nuevamente el joven de cabellos rubios -Disculpa, si puedo saber ¿A donde te diriges ahora? Me gustaría acompañarte durante un tramo del camino si no es molestia, mientras hablamos un rato... no tengo muchas cosas que haces y es divertido hablar contigo...- Dije mientras sonreía amigablemente, no sabía si él iba a aceptar mi compañía pero sería bueno acompañarlo durante un rato, al menos por un buen tramo del camino, no hasta donde se dirigía pero solo un rato. Entonces me quedé esperando su respuesta, mientras sonreía.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Lentamente comencé a notar como la muchacha se sentía cómoda conmigo, eso me agradaba. Anteriormente a mi experiencia, la habría espantado con alguna estupidez de antisocial. Pero ahora era bueno ser mas serio y tomar todo con calma. Había algo en esa muchacha que me hacia confiar en ella, mas allá de la experiencia que ya había tenido sobre no dejarme llevar por la belleza de una mujer, esta era…diferente.
Sin conocerla, sentía que podía confiar en ella como si la conociera de toda la vida. Vi como acaricio el pelaje de Snow y este le correspondía la caricia moviendo la cabeza, luego empezó a patalear, por lo que tuve que bajarlo al piso y corrió un rato para divertirse. Deje de ver al lobito para dirigir otra vez mi mirada directamente a los rojos ojos de quien respondía al nombre de Lady. Un color de ojos poco peculiar al igual que el de su pelo, era una mezcla que no se veía muchas veces y quizás, era única en la vida. Realmente disfrutaba la charla con la muchacha porque era entretenida y espontánea, me hacia divertir.
De repente la muchacha pregunto sobre mi próximo destino y si podía acompañarme, esto me hizo pensar ya que estaba yendo hacia la nada. No tenía un destino fijo y no tenía ningún propósito más que el que dictara la voz de mi cabeza. Mire a la muchacha para contestar su pregunta.
-La verdad es que yo también me divierto hablando contigo –Esbocé una pequeña sonrisa- No tengo un lugar destino. Vine aquí a relajarme y pensaba ir a donde me guiaran los caminos. Estoy tratando de hacer tiempo mientras… -Pensé que no seria conveniente revelar lo de la princesa Lin a una romana, quizás no le gustara que una princesa de Britania se casara con alguien de la realeza- mientras que pasa el día… ¿No?
Estaba un poco relajado, el dolor del esfuerzo hecho anteriormente comenzaba a aparecer mientras que no podía hacer nada para evitarlo. Decidí dar vuelta la pregunta y quizás sacar algo de provecho.
-¿Y tu?... ¿No tienes que ir a ningún lugar? si quieres te acompaño.
Sin conocerla, sentía que podía confiar en ella como si la conociera de toda la vida. Vi como acaricio el pelaje de Snow y este le correspondía la caricia moviendo la cabeza, luego empezó a patalear, por lo que tuve que bajarlo al piso y corrió un rato para divertirse. Deje de ver al lobito para dirigir otra vez mi mirada directamente a los rojos ojos de quien respondía al nombre de Lady. Un color de ojos poco peculiar al igual que el de su pelo, era una mezcla que no se veía muchas veces y quizás, era única en la vida. Realmente disfrutaba la charla con la muchacha porque era entretenida y espontánea, me hacia divertir.
De repente la muchacha pregunto sobre mi próximo destino y si podía acompañarme, esto me hizo pensar ya que estaba yendo hacia la nada. No tenía un destino fijo y no tenía ningún propósito más que el que dictara la voz de mi cabeza. Mire a la muchacha para contestar su pregunta.
-La verdad es que yo también me divierto hablando contigo –Esbocé una pequeña sonrisa- No tengo un lugar destino. Vine aquí a relajarme y pensaba ir a donde me guiaran los caminos. Estoy tratando de hacer tiempo mientras… -Pensé que no seria conveniente revelar lo de la princesa Lin a una romana, quizás no le gustara que una princesa de Britania se casara con alguien de la realeza- mientras que pasa el día… ¿No?
Estaba un poco relajado, el dolor del esfuerzo hecho anteriormente comenzaba a aparecer mientras que no podía hacer nada para evitarlo. Decidí dar vuelta la pregunta y quizás sacar algo de provecho.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Luego de un momento de acariciar al lobo, vi que no ocurría nada fuera de lo común, el animalito correspondía a mi acción, más Luego Leonard tuvo que bajarlo al suelo porque se había puesto inquieto. Vi que comenzó a correr por todos lados, a lo que sonreí amigablemente, una sonrisa que se notaba, como si estuviera divirtiéndome, me sentía más que bien con la presencia del chico. Era como si lo conociera de antes, como una amigo de toda la vida. Enseguida noté que él siguió hablando.
Por lo que oía de las palabras del joven Leonard, él no tenía un destino fijo sino que paseaba por el mundo, al parecer para descansar un poco y pasar el día. Al oír eso, comencé pensar en mi cabeza, me pasaba algo parecido, desde que salí de la villa no tenía un destino al cual ir, solo estaba en el bosque para relajarme y sentirme bien en medio de toda la magia de la vida. Aunque tan pronto recordé que debía volver a mi casa, a avisarle a mi padre que estaba bien, pero no me gustaría que me vieran así, cansada y lastimada, porque se preocuparían de que algo malo me haya ocurrido. En mi rostro puso notarse un leve rastro de preocupación por un momento, hasta que más tarde, luego de mirar al cielo por un momento volví mi vista hacia el muchacho, que acababa de terminar con sus palabras, para contestar así.
-Ya veo...- Dije con una voz suave, para, luego de un ligero suspiro al aire continuar con mis palabras -Tampoco tengo un lugar de destino en estos momentos... pero....- Me quedé pensando un momento, llevé mi mano a la cabeza para frotarme un poco mientras se me ocurría una idea. -...me preguntaba si quisieras acompañarme a mi casa, si estas cansado te ofrezco un lugar para descansar y si te apetece, algo de comer y beber...- Me mostraba emocionada con el chico que había conocido, me parecía una muy buena persona, alguien especial -Y de paso podría enseñarte los alrededores de mi hogar... el lago... si es que tienes tiempo... por mi no hay problema en que me acompañes.. te invito...- Dije con una bella e hipnótica sonrisa entre mis labios, mientras que con mis rojos ojos miraba fijamente a Leonard a la espera de una respuesta, realmente me interesaba mucho estar un tiempo en su compañía, me hacía bien.
Por lo que oía de las palabras del joven Leonard, él no tenía un destino fijo sino que paseaba por el mundo, al parecer para descansar un poco y pasar el día. Al oír eso, comencé pensar en mi cabeza, me pasaba algo parecido, desde que salí de la villa no tenía un destino al cual ir, solo estaba en el bosque para relajarme y sentirme bien en medio de toda la magia de la vida. Aunque tan pronto recordé que debía volver a mi casa, a avisarle a mi padre que estaba bien, pero no me gustaría que me vieran así, cansada y lastimada, porque se preocuparían de que algo malo me haya ocurrido. En mi rostro puso notarse un leve rastro de preocupación por un momento, hasta que más tarde, luego de mirar al cielo por un momento volví mi vista hacia el muchacho, que acababa de terminar con sus palabras, para contestar así.
-Ya veo...- Dije con una voz suave, para, luego de un ligero suspiro al aire continuar con mis palabras -Tampoco tengo un lugar de destino en estos momentos... pero....- Me quedé pensando un momento, llevé mi mano a la cabeza para frotarme un poco mientras se me ocurría una idea. -...me preguntaba si quisieras acompañarme a mi casa, si estas cansado te ofrezco un lugar para descansar y si te apetece, algo de comer y beber...- Me mostraba emocionada con el chico que había conocido, me parecía una muy buena persona, alguien especial -Y de paso podría enseñarte los alrededores de mi hogar... el lago... si es que tienes tiempo... por mi no hay problema en que me acompañes.. te invito...- Dije con una bella e hipnótica sonrisa entre mis labios, mientras que con mis rojos ojos miraba fijamente a Leonard a la espera de una respuesta, realmente me interesaba mucho estar un tiempo en su compañía, me hacía bien.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Estaba conforme con la conversación que entablaba, por momentos sentía que entre nosotros había tanta confianza como en esas amistades que nacen desde la infancia, con la diferencia que nos acabábamos de conocer hacia un tiempo solamente. Snow seguía jugando de aquí para allá persiguiendo mariposas. De repente se acostó en la pierna de la chica, como si su pie fuera una almohada.
No pude evitar lanzar una pequeña risa, las palabras de la joven ya habían cesado y era mi turno de decidir. No me gustaba la idea de comer o quedarme a descansar en una casa extraña, puesto que no era de molestar a las personas por mis necesidades humanas, solía arreglármelas solo. Pero sin embargo no quería dejar de hablar con esa muchacha. Hacia tiempo que no hablaba con alguien tan sincera, o al menos que lo pareciera.
Gracias a dios, la muchacha dio más opciones para que pudiera quedarme con ella. Hablo sobre un lago, me encantaban las cosas que daban vida o que eran naturales, así que no tendrá problema en ir a ver un lago, además de hacerle compañía a ella.
-Me encantaría acompañarte en tu viaje, siempre que no tengas inconvenientes claro –Dije mientras que sonreía y trataba de alejar al cachorro de su pie, pero no había caso, había hecho nido allí al menos hasta que ella se moviera-Me encantan las cosas como un lago, así que podríamos ir allí… Y descuida, tengo todo el tiempo del mundo…
Concluí mis palabras con una sonrisa que se esbozo sola al ver la de ella. Su sonrisa dibujada en esos labios me causaba una gran felicidad, por alguna razón. El solo hecho de ver esa sonrisa, que era tan perfecta y tan hermosa, me hacia sentir por primera vez…útil.
No pude evitar lanzar una pequeña risa, las palabras de la joven ya habían cesado y era mi turno de decidir. No me gustaba la idea de comer o quedarme a descansar en una casa extraña, puesto que no era de molestar a las personas por mis necesidades humanas, solía arreglármelas solo. Pero sin embargo no quería dejar de hablar con esa muchacha. Hacia tiempo que no hablaba con alguien tan sincera, o al menos que lo pareciera.
Gracias a dios, la muchacha dio más opciones para que pudiera quedarme con ella. Hablo sobre un lago, me encantaban las cosas que daban vida o que eran naturales, así que no tendrá problema en ir a ver un lago, además de hacerle compañía a ella.
-Me encantaría acompañarte en tu viaje, siempre que no tengas inconvenientes claro –Dije mientras que sonreía y trataba de alejar al cachorro de su pie, pero no había caso, había hecho nido allí al menos hasta que ella se moviera-Me encantan las cosas como un lago, así que podríamos ir allí… Y descuida, tengo todo el tiempo del mundo…
Concluí mis palabras con una sonrisa que se esbozo sola al ver la de ella. Su sonrisa dibujada en esos labios me causaba una gran felicidad, por alguna razón. El solo hecho de ver esa sonrisa, que era tan perfecta y tan hermosa, me hacia sentir por primera vez…útil.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Estaba demasiado entretenida hablando con el joven de cabellos rubios. Me sentia comoda hablando con el, por alguna razon, quiensabe, pero siempre mantenia la misma sonrisa amigable que en un principio, estaba tan distraida hablando hasta que senti un golpecito en mi pierna. Cuando baje la vista para ver que era, vi que el pequeño lobo se habia acostado en mi pierna, al parecer se habia encariñado muy rapido con migo el pequeño animal, entonces solte una ligera y casi insonora risa agradable, para luego volver a mirar a Leonard.
El chico empezo con sus palabras, por suerte acepto mi invitacion, aunque al parecer no queria quedarse en mi casa a molestar, por lo que sugirio que seria buena idea visitar el lago. Me rei amigablemente, mientras cerraba los ojos por un momento en muesrta de amistad, y luego note que trataba de alejar al animalito de mi pie, pero no habia caso, el lobo se quedaba alli, entonces sonrei nuevamente y dije: -No importa, no me incomoda para nada que el este alli, al parecer se ha encariñado conmigo jeje- decia con una voz alegre mientras miraba a Snow. Entonces a coontinuacion, conteste a las palabras que me habia dicho el chico anteriormente -Claro que no hay ningun inconveniente, al contrrario, me encantaria enseñarte aquel bello lugar... tienes que conocerlo, es el lugar mas tranquilo y lleno de vida de los distritos, es como una pequeña playa...- decia alegre, anciosa por llevarlo a aquel lugar, a las orillas del rio, donde el clima era fresco y corrian los vientos mas relajantes de roma. Entonces comence a avanzar, sacando el pie con cuidado para no golpear al pequeño lobo, e hice una seña con la mano a Leonard para que me siguiera, para guiarlo al lugar. -Vamos, entonces..-
El chico empezo con sus palabras, por suerte acepto mi invitacion, aunque al parecer no queria quedarse en mi casa a molestar, por lo que sugirio que seria buena idea visitar el lago. Me rei amigablemente, mientras cerraba los ojos por un momento en muesrta de amistad, y luego note que trataba de alejar al animalito de mi pie, pero no habia caso, el lobo se quedaba alli, entonces sonrei nuevamente y dije: -No importa, no me incomoda para nada que el este alli, al parecer se ha encariñado conmigo jeje- decia con una voz alegre mientras miraba a Snow. Entonces a coontinuacion, conteste a las palabras que me habia dicho el chico anteriormente -Claro que no hay ningun inconveniente, al contrrario, me encantaria enseñarte aquel bello lugar... tienes que conocerlo, es el lugar mas tranquilo y lleno de vida de los distritos, es como una pequeña playa...- decia alegre, anciosa por llevarlo a aquel lugar, a las orillas del rio, donde el clima era fresco y corrian los vientos mas relajantes de roma. Entonces comence a avanzar, sacando el pie con cuidado para no golpear al pequeño lobo, e hice una seña con la mano a Leonard para que me siguiera, para guiarlo al lugar. -Vamos, entonces..-
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
¿Por qué no podía dejar de mirarla?... Estaba perdido en sus ojos rojos, tan poco normales que eran pero, para mi eran como cualquier otros ojos. La chica había tenido que soportar al lobo que estaba muy cariñoso, eso era buena señal, significaba que al crecer no seria agresivo con las personas o al menos, con las que fueran puras. El lobo me ayudaría en mi juzga de personas al menos mientras que desarrollaba ese poder que me había mencionado Buda.
A ella no le molestaba que la acompañara, así que estaba decidido. Cuando comenzó a caminar me llamo con un gesto y unas palabras, sonreí y comencé a caminar a su par mientras que ponía mis manos en los bolsillos y miraba para adelante. En ese momento no tenía muchas cosas que preguntarle, aunque seguramente quería conocerla más, pero por algún motivo abría mi boca y las palabras no salían.
Me limite a simplemente caminar al lado de la muchacha, como si entre nosotros no hubiera nada y de hecho, no lo había. Solo nos habíamos conocido de un momento al otro y nos agradamos mutuamente. Seguí caminando sin mirarla ni hablarle, solo haciendo compañía como dos desconocidos que caminan por el la misma vereda.
El silencio me hizo pensar nuevamente en la experiencia que viví en el bosque...
__________________
OFF: Flori, postea donde quieras seguir y dame el link cuando me veas =)
A ella no le molestaba que la acompañara, así que estaba decidido. Cuando comenzó a caminar me llamo con un gesto y unas palabras, sonreí y comencé a caminar a su par mientras que ponía mis manos en los bolsillos y miraba para adelante. En ese momento no tenía muchas cosas que preguntarle, aunque seguramente quería conocerla más, pero por algún motivo abría mi boca y las palabras no salían.
Me limite a simplemente caminar al lado de la muchacha, como si entre nosotros no hubiera nada y de hecho, no lo había. Solo nos habíamos conocido de un momento al otro y nos agradamos mutuamente. Seguí caminando sin mirarla ni hablarle, solo haciendo compañía como dos desconocidos que caminan por el la misma vereda.
El silencio me hizo pensar nuevamente en la experiencia que viví en el bosque...
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Huyendo de Roma, Aldebarán se topó con la soledad del bosque al que tanto frecuentaba una vez más. Sus ojos parecían demostrar un tono más serio de lo común, con aquel temple cuasi oscuro que le delataba estaba completamente pensativo. Ya no estaba cruzado de brazos como siempre lo estaba; caminaba lentamente con sus brazos a los costados observando la densidad de aquel verde, pues parecía que estaba a punto de suceder algo.
Sintió una fuerte opresión en el pecho y algo le permitió hacer, lo que nunca hubiese hecho el gigante, hincar su rodilla en el suelo. Se tomó la cabeza un momento y recuerdos comenzaron a aparecer en su mente, puesto que recordaba al viejo Ydrah. La imagen del gladiador experimentado surcó su cabeza unos instantes, mostrándolo como siempre estaba cruzado de brazos e imponente mirando hacia el horizonte mientras Aldebarán entrenaba sus puños contra montones de árboles o rocas gigantes, hasta que estos sangraran para mejorar su fuerza.
Pero de repente todo volvió a la normalidad, notando allá muy lejos, que una enorme cosmoenergía rojiza se concentraba fundiéndose con una enorme dorada y ambas colisionaban, para luego efímeramente desaparecer. Eran como esferas brillantes en la noche, como si fantasmas surcaran la oscuridad iluminándola con su ser, si Aldebarán cerraba sus ojos podía ver a aquel chico rubio que había encontrado en el bosque antes de ir a Roma. Cerró fuertemente su puño y misteriosamente comenzó a sentir como un universo comenzaba a crearse dentro de él, un poder increíble que él no podía ni siquiera controlar y pronto cayó desmayado.
…
Fue como si traspasara dimensiones repentinamente, dado que en unos simples instantes ya era de día, estaba con su puño posado sobre una piedra y sus manos sangrando, producto del último impacto que terminó de enrojecer sus nudillos de irritación y sangre a más no poder. Giró su rostro hacia ambos lados, buscando una explicación y cuando volteó hacia atrás estaba Ydrah.
- ¿Qué sucede, Aldebarán?
Dijo Ydrah con la clásica postura que prontamente heredaría el grandullón. Ydrah no parecía ser un tipo peligroso, no era enorme, no era musculoso, ni parecía ser muy sabio; simplemente era un hombre de barba y flacuchento, bastante viejo. Con su cuerpo lleno de cicatrices por las montones de peleas que había tenido contra otros gladiadores e incluso contra animales despiadados en la Arena del Coliseo Romano, siendo una de las estrellas más conocidas en él y un maestro muy respetado por sus discípulos en la Escuela de Gladiadores cuando se retiró para formar su familia.
- Te pregunté qué sucedió… ¿Estás bien, Aldebarán?
El joven se le quedó viendo unos instantes para intentar comprender porque el muerto había revivido. Fue en ese instante que se cruzó de brazos, al igual que su maestro, para que sus nudillos que liberaban hilos de sangre tiñeran el suelo de rojo diminutamente. Aldebarán se daba cuenta que era un sueño, de que era algo que salía completamente de la realidad pero quería disfrutarlo.
- ¡Ya sé para qué estás acá! Aun recuerdo este momento, aun recuerdo que es lo que me dijiste.
- ¿Qué te dije? ¿Qué momento?
Musitó Ydrah con una sonrisa en su rostro, puesto que Aldebarán sabía lo que iba a decir y lo que su maestro tramaba aun estando en el más allá. Estaban ambos cruzados de brazos, mientras que el viento agitaba tenuemente los cabellos blanquecinos de Ydrah y los violáceos de Aldebarán.
- Me dijiste claramente acerca de la existencia del cosmos, y recuerdo haberme reído de ti, tomarte por loco aquella vez. Me pareció tan fuera de lugar, tan irreal y tan extraño que ni siquiera podía pensar en que fuera algo posible. Profesaste acerca de un universo dentro del hombre… sin embargo, eso me parecía imposible; ya que ni siquiera sé que podría llegar a ser el universo en esos instantes. Pero ahora comprendí de qué hablabas.
- Y si lo comprendiste, ¿Por qué no me lo demuestras?
- ¿Combatir contra usted, Maestro? Jamás podría levantarle la mano, no al menos que sea de práctica y todos sabemos que al nivel que podría desatar su cosmos y el mío, alguien podría morir, como bien sabe prefiero ser mil veces yo antes que usted.
- ¡Yo ya estoy muerto! Y esto es un “sueño”, Aldebarán. ¡Comencemos, ahora!
Dijo Ydrah para quedarse de brazos cruzados y Aldebarán observando de reojos hacia la puesta de sol. Era bonita, reanimaba al alma y una última pelea contra su maestro, era nada más y nada menos que lo mejor que le podría suceder en el día, tarde o noche, debido a que no sabía en qué lugar ni en qué momento se encontraba. Suspiró tranquilo, mientras tensaba sus puños que seguían sangrando y sus nudillos crujieron dando la señal de que estaban preparados para el combate; una sonrisa surcó su rostro y con velocidad desapareció de su lugar; para moverse a una velocidad inimaginable y cortando el viento un estruendo enorme se sintió a un par de pasos de donde estaba anteriormente para encontrarse con el puño de Aldebarán alzado y la palma de la mano de su maestro deteniendo el golpe en seco sin siquiera inmutarse.
- Estas midiéndote demasiado, dejándote llevar por el poder físico que alguna vez tuviste, pero ahora debes dejar todo de lado y entregarte en un ciento por ciento al cósmico. Desde ahora tú serás la luz y no simplemente un puño de justicia, serás la mano de la justicia; la cual puede cerrarse o abrirse según sea conveniente para defender o atacar, ¡Decide bien tus movimientos!
Dijo Ydrah para que sus largos cabellos canosos se alborotaran hacia el cielo y su barba se abriera en dos, creándose una ventosa que mandó a volar a Aldebarán contra un árbol tumbándolo ante tal violencia y magnitud del impacto. El gigante sacudió su cabeza e intentó recomponerse de aquel aturdimiento que surcaba sus oídos y le provocaba como un sonido interminable que le hacía flaquear por momentos para ponerse de brazos cruzados.
- La mano de la justicia… ¡Palabras sabias, maestro! ¿Pero como impartir justicia en la mismísima justicia como a usted lo considero?
- La justicia es algo que prevalece por todas las cosas, es equitativa para todos y nunca es mala con ninguna, sino que es justa. Estoy desafiando a los muertos presentándome aquí, deberías impartir justicia y llevarme donde debo… ¿No crees?
- No si mi corazón así no lo quiere.
- Te enseñé acerca del cosmos… debes concentrarte. Yo no puedo enseñarte nada más y tú no puedes aprender nada mas, desde ahora parte tu verdadero camino y te convertirás en un astro del poder arcano que reside en todos los humanos, pero que solo unos pocos son prodigios como tú. Podrías ser considerado el mayor guerrero de todos si jamás descarrilas tu luz y apuntas con fiereza a aquel que esté mal… ¡Atácame ahora, Aldebarán! Concentra toda tu fuerza en mi, céntrate en que debes destruirme… solo así conseguirás liberarte de esta ilusión… ¡Es mi último deseo como tu maestro! Quiero que acabes conmigo de una vez por todas. Respétalo…
- Pero… ¿Su último deseo? ¡No puedo hacerlo…! ¡Usted es…! ¡Es mi maestro…! ¿Pero esto es verdaderamente lo que quiere? ¡No puedo fallarle…! Intentaré…
Dijo Aldebarán mientras se descruzaba de brazos y una enorme cosmoenergía dorada comenzaba a invadirle todo el cuerpo. Cerró sus ojos, sintiendo por segunda vez en el día aquel universo que nacía dentro de él, su cabello comenzó a elevarse, la figura del Toro Dorado, aquella insignia que Ydrah le había regalado comenzó a hacerse aun mas dorada; se descruzó de brazos y abrió sus ojos impulsando sus manos hacia delante devastando todo a su paso con su enorme cosmoenergía… hasta que cayó rendido repentinamente, agotado por haber usado el cosmos.
Sus ojos pesaban, parpadeaba cansado y cuando los cerró completamente, al instante los volvió a abrir para encontrarse en la soledad de la noche una vez más. Se sentó rápidamente apoyando su enorme mano en la tierra para mantenerse más o menos con razonamiento, se puso de pie y se cruzó de brazos al instante mientras observaba al cielo. La constelación de Tauro comenzaba a brillar con más fuerza y aquella estrella llamada Aldebarán ahora brillaba con más fuerza, el gigante sonrió un momento mientras chasqueó sus dedos para que un enorme brillo dorado resplandeciera en la palma de su mano; el legado de su maestro había sido cedido a Aldebarán.
Sintió una fuerte opresión en el pecho y algo le permitió hacer, lo que nunca hubiese hecho el gigante, hincar su rodilla en el suelo. Se tomó la cabeza un momento y recuerdos comenzaron a aparecer en su mente, puesto que recordaba al viejo Ydrah. La imagen del gladiador experimentado surcó su cabeza unos instantes, mostrándolo como siempre estaba cruzado de brazos e imponente mirando hacia el horizonte mientras Aldebarán entrenaba sus puños contra montones de árboles o rocas gigantes, hasta que estos sangraran para mejorar su fuerza.
Pero de repente todo volvió a la normalidad, notando allá muy lejos, que una enorme cosmoenergía rojiza se concentraba fundiéndose con una enorme dorada y ambas colisionaban, para luego efímeramente desaparecer. Eran como esferas brillantes en la noche, como si fantasmas surcaran la oscuridad iluminándola con su ser, si Aldebarán cerraba sus ojos podía ver a aquel chico rubio que había encontrado en el bosque antes de ir a Roma. Cerró fuertemente su puño y misteriosamente comenzó a sentir como un universo comenzaba a crearse dentro de él, un poder increíble que él no podía ni siquiera controlar y pronto cayó desmayado.
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Fue como si traspasara dimensiones repentinamente, dado que en unos simples instantes ya era de día, estaba con su puño posado sobre una piedra y sus manos sangrando, producto del último impacto que terminó de enrojecer sus nudillos de irritación y sangre a más no poder. Giró su rostro hacia ambos lados, buscando una explicación y cuando volteó hacia atrás estaba Ydrah.
- ¿Qué sucede, Aldebarán?
Dijo Ydrah con la clásica postura que prontamente heredaría el grandullón. Ydrah no parecía ser un tipo peligroso, no era enorme, no era musculoso, ni parecía ser muy sabio; simplemente era un hombre de barba y flacuchento, bastante viejo. Con su cuerpo lleno de cicatrices por las montones de peleas que había tenido contra otros gladiadores e incluso contra animales despiadados en la Arena del Coliseo Romano, siendo una de las estrellas más conocidas en él y un maestro muy respetado por sus discípulos en la Escuela de Gladiadores cuando se retiró para formar su familia.
- Te pregunté qué sucedió… ¿Estás bien, Aldebarán?
El joven se le quedó viendo unos instantes para intentar comprender porque el muerto había revivido. Fue en ese instante que se cruzó de brazos, al igual que su maestro, para que sus nudillos que liberaban hilos de sangre tiñeran el suelo de rojo diminutamente. Aldebarán se daba cuenta que era un sueño, de que era algo que salía completamente de la realidad pero quería disfrutarlo.
- ¡Ya sé para qué estás acá! Aun recuerdo este momento, aun recuerdo que es lo que me dijiste.
- ¿Qué te dije? ¿Qué momento?
Musitó Ydrah con una sonrisa en su rostro, puesto que Aldebarán sabía lo que iba a decir y lo que su maestro tramaba aun estando en el más allá. Estaban ambos cruzados de brazos, mientras que el viento agitaba tenuemente los cabellos blanquecinos de Ydrah y los violáceos de Aldebarán.
- Me dijiste claramente acerca de la existencia del cosmos, y recuerdo haberme reído de ti, tomarte por loco aquella vez. Me pareció tan fuera de lugar, tan irreal y tan extraño que ni siquiera podía pensar en que fuera algo posible. Profesaste acerca de un universo dentro del hombre… sin embargo, eso me parecía imposible; ya que ni siquiera sé que podría llegar a ser el universo en esos instantes. Pero ahora comprendí de qué hablabas.
- Y si lo comprendiste, ¿Por qué no me lo demuestras?
- ¿Combatir contra usted, Maestro? Jamás podría levantarle la mano, no al menos que sea de práctica y todos sabemos que al nivel que podría desatar su cosmos y el mío, alguien podría morir, como bien sabe prefiero ser mil veces yo antes que usted.
- ¡Yo ya estoy muerto! Y esto es un “sueño”, Aldebarán. ¡Comencemos, ahora!
Dijo Ydrah para quedarse de brazos cruzados y Aldebarán observando de reojos hacia la puesta de sol. Era bonita, reanimaba al alma y una última pelea contra su maestro, era nada más y nada menos que lo mejor que le podría suceder en el día, tarde o noche, debido a que no sabía en qué lugar ni en qué momento se encontraba. Suspiró tranquilo, mientras tensaba sus puños que seguían sangrando y sus nudillos crujieron dando la señal de que estaban preparados para el combate; una sonrisa surcó su rostro y con velocidad desapareció de su lugar; para moverse a una velocidad inimaginable y cortando el viento un estruendo enorme se sintió a un par de pasos de donde estaba anteriormente para encontrarse con el puño de Aldebarán alzado y la palma de la mano de su maestro deteniendo el golpe en seco sin siquiera inmutarse.
- Estas midiéndote demasiado, dejándote llevar por el poder físico que alguna vez tuviste, pero ahora debes dejar todo de lado y entregarte en un ciento por ciento al cósmico. Desde ahora tú serás la luz y no simplemente un puño de justicia, serás la mano de la justicia; la cual puede cerrarse o abrirse según sea conveniente para defender o atacar, ¡Decide bien tus movimientos!
Dijo Ydrah para que sus largos cabellos canosos se alborotaran hacia el cielo y su barba se abriera en dos, creándose una ventosa que mandó a volar a Aldebarán contra un árbol tumbándolo ante tal violencia y magnitud del impacto. El gigante sacudió su cabeza e intentó recomponerse de aquel aturdimiento que surcaba sus oídos y le provocaba como un sonido interminable que le hacía flaquear por momentos para ponerse de brazos cruzados.
- La mano de la justicia… ¡Palabras sabias, maestro! ¿Pero como impartir justicia en la mismísima justicia como a usted lo considero?
- La justicia es algo que prevalece por todas las cosas, es equitativa para todos y nunca es mala con ninguna, sino que es justa. Estoy desafiando a los muertos presentándome aquí, deberías impartir justicia y llevarme donde debo… ¿No crees?
- No si mi corazón así no lo quiere.
- Te enseñé acerca del cosmos… debes concentrarte. Yo no puedo enseñarte nada más y tú no puedes aprender nada mas, desde ahora parte tu verdadero camino y te convertirás en un astro del poder arcano que reside en todos los humanos, pero que solo unos pocos son prodigios como tú. Podrías ser considerado el mayor guerrero de todos si jamás descarrilas tu luz y apuntas con fiereza a aquel que esté mal… ¡Atácame ahora, Aldebarán! Concentra toda tu fuerza en mi, céntrate en que debes destruirme… solo así conseguirás liberarte de esta ilusión… ¡Es mi último deseo como tu maestro! Quiero que acabes conmigo de una vez por todas. Respétalo…
- Pero… ¿Su último deseo? ¡No puedo hacerlo…! ¡Usted es…! ¡Es mi maestro…! ¿Pero esto es verdaderamente lo que quiere? ¡No puedo fallarle…! Intentaré…
Dijo Aldebarán mientras se descruzaba de brazos y una enorme cosmoenergía dorada comenzaba a invadirle todo el cuerpo. Cerró sus ojos, sintiendo por segunda vez en el día aquel universo que nacía dentro de él, su cabello comenzó a elevarse, la figura del Toro Dorado, aquella insignia que Ydrah le había regalado comenzó a hacerse aun mas dorada; se descruzó de brazos y abrió sus ojos impulsando sus manos hacia delante devastando todo a su paso con su enorme cosmoenergía… hasta que cayó rendido repentinamente, agotado por haber usado el cosmos.
Sus ojos pesaban, parpadeaba cansado y cuando los cerró completamente, al instante los volvió a abrir para encontrarse en la soledad de la noche una vez más. Se sentó rápidamente apoyando su enorme mano en la tierra para mantenerse más o menos con razonamiento, se puso de pie y se cruzó de brazos al instante mientras observaba al cielo. La constelación de Tauro comenzaba a brillar con más fuerza y aquella estrella llamada Aldebarán ahora brillaba con más fuerza, el gigante sonrió un momento mientras chasqueó sus dedos para que un enorme brillo dorado resplandeciera en la palma de su mano; el legado de su maestro había sido cedido a Aldebarán.
Aldebaran- Caballeros Dorados
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
No había límites para la chiquilla, un eterno horizonte cubierto de árboles en los que el último tiempo ella estaba llamando casa, pues su vida había tomado muchos rumbos. En ese momento su mente revivía los más recientes eventos, una linda huida de su antigua villa, un bonito reencuentro con un amigo que esperaba volver a ver. No quería pensar que por haberla ayudado podría tener problemas, prefería ser optimista.
La pequeña corría un tanto desesperada, sin detenerse siquiera para ver si la perseguían, su respiración comenzaba a agitarse y a resultarle escasa, cerró sus ojos un instante tratando de calmar su pecho que a gritos pedía que se detuviese. De pronto sintió un golpe seco y fuerte en la frente de haberse chocado con algo que termino por sentarla al suelo. Clavó el hacha en el suelo y con ambas manos se tomó la frente, pues le había dolido un poco.
-Pero si conozco los árboles de memo…- musitó fregándose los ojos para ver mejor, tratando de entender como era posible que se hubiese chocado si conocía esos bosques de memoria, fue entonces que su miradita se encontró con otro rostro muy familiar, una silueta de gran tamaño. - ¡Aldebarán!.- exclamó emocionada de volver a verlo poniéndose de pie aun frotándose la frente, en la cual se podía notar una parte levemente rojiza por el golpe. Abrazó la cintura del hombre, contenta de verlo, pero algo en su rostro le extraño, su expresión no era la misma.
-¿Estas bien?- preguntó ingenuamente la chiquilla.
La pequeña corría un tanto desesperada, sin detenerse siquiera para ver si la perseguían, su respiración comenzaba a agitarse y a resultarle escasa, cerró sus ojos un instante tratando de calmar su pecho que a gritos pedía que se detuviese. De pronto sintió un golpe seco y fuerte en la frente de haberse chocado con algo que termino por sentarla al suelo. Clavó el hacha en el suelo y con ambas manos se tomó la frente, pues le había dolido un poco.
-Pero si conozco los árboles de memo…- musitó fregándose los ojos para ver mejor, tratando de entender como era posible que se hubiese chocado si conocía esos bosques de memoria, fue entonces que su miradita se encontró con otro rostro muy familiar, una silueta de gran tamaño. - ¡Aldebarán!.- exclamó emocionada de volver a verlo poniéndose de pie aun frotándose la frente, en la cual se podía notar una parte levemente rojiza por el golpe. Abrazó la cintura del hombre, contenta de verlo, pero algo en su rostro le extraño, su expresión no era la misma.
-¿Estas bien?- preguntó ingenuamente la chiquilla.
Sylvanas- Amazona Dorada
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Un pequeño y tenue golpe, despertó a Aldebarán de su distracción, observando hacia abajo debido a que alguien o algo, había chocado con su pierna. Alzó una ceja al notar que era nada más y nada menos que Sylvanas, su temple era serio, cruzado de brazos majestuosamente como siempre lo hacía mientras ella lo abrazaba. Era mas duro de lo normal, como si el destino le hubiese golpeado en la cara y el ni siquiera supiese que hacer en estos momentos, debido a que estaba perdido al conocer ‘el cosmos’, no sabía su procedencia, no conocía de donde eran aquellos dotes místicos que residían en uno pero si conocía como usarlo, era realmente desconcertante y un tanto tenebroso. La jovencita musitaba algo de sus pequeños labios y Aldebarán tan solo atinó a sonreír tenuemente para que no se preocupara, puesto que no le gustaba dañar a la gente que le rodeaba e intentaba demostrar que siempre estaba bien. Posó su enorme mano en la cabeza de la niña y la palmeó tenuemente. – Tranquila, estoy bien.
Al tocar la cabeza de la niña, sintió como una pequeña estática cósmica. Como si ella también reaccionara a la luz de la estrella gigante de Tauro. Un aura dorada, tenue y muy pequeña que a los ojos de cualquier humano hubiese pasado desapercibida envolvía el cuerpo de la pequeña e hiperactiva jovencita. En ese instante Aldebarán pensó que era él quien le trasmitía el aura, pero despegó lentamente la mano para que no sospechara y notó que el brillo seguía envolviéndola. Se colocó de cuclillas, ahora con una sonrisa, había perdido a su maestro pero encontrado un nuevo destino.
- Es fantástico lo que las estrellas proyectan, ¿Verdad Sylvanas?
Dijo con una voz un tanto triste, observando hacia el cielo de la noche. Las estrellas brillaban como siempre, el canto de un grillo se podía oír de fondo interrumpiendo aquella tranquilidad y el aire era más reconfortable. La luna era mas hermosa, brillaba a un cuarto menguante hermoso y Aldebarán colocó la palma de su mano abierta hacia arriba, cerrando sus ojos.
- Las estrellas guían el destino de los humanos, algunos dicen que son los dioses pero para mi no es así. Siento como un resplandor nace de ti, como cuando estamos juntos dos universos colisionaran uno contra otro, debido a que las estrellas me han guiado hacia ti porque eres alguien especial, pequeña; ¿Quién diría que personas común y corriente como nosotros despertarían aquellas cualidades extrañas?
Dijo el gigante para de su mano provocar una hermosa luz que tenía como un universo dentro, era como una pequeña estrella de aquellas que había en el cielo pero ahora residía sobre la palma de la mano del discípulo de Ydrah. Abrió sus ojos notando que él lo había creado con la paz, con el amor y con su cosmos, unido al unísono de sus latidos con el corazón, encontrando una pequeña respuesta.
- Estamos destinados a ser alguien más en esta vida, pequeña Sylvanas. ¿Quieres algún hacer lo que ahora mismo hice?
Dijo comportándose como un maestro, un padre, una figura fraternal para ella. Su naturalidad, para manejar el cosmos y aquellos ojos llenos de esperanzas que irradiaban las pupilas del gigante, eran realmente admirables. ¿Quién hubiera pensado que hubiera tanta pasividad en alguien como él? Con esa figura tan tosca a simple vista. Una vez mas la frase ya hecha decía que: las apariencias engañan. Y vaya si es cierto.
Al tocar la cabeza de la niña, sintió como una pequeña estática cósmica. Como si ella también reaccionara a la luz de la estrella gigante de Tauro. Un aura dorada, tenue y muy pequeña que a los ojos de cualquier humano hubiese pasado desapercibida envolvía el cuerpo de la pequeña e hiperactiva jovencita. En ese instante Aldebarán pensó que era él quien le trasmitía el aura, pero despegó lentamente la mano para que no sospechara y notó que el brillo seguía envolviéndola. Se colocó de cuclillas, ahora con una sonrisa, había perdido a su maestro pero encontrado un nuevo destino.
- Es fantástico lo que las estrellas proyectan, ¿Verdad Sylvanas?
Dijo con una voz un tanto triste, observando hacia el cielo de la noche. Las estrellas brillaban como siempre, el canto de un grillo se podía oír de fondo interrumpiendo aquella tranquilidad y el aire era más reconfortable. La luna era mas hermosa, brillaba a un cuarto menguante hermoso y Aldebarán colocó la palma de su mano abierta hacia arriba, cerrando sus ojos.
- Las estrellas guían el destino de los humanos, algunos dicen que son los dioses pero para mi no es así. Siento como un resplandor nace de ti, como cuando estamos juntos dos universos colisionaran uno contra otro, debido a que las estrellas me han guiado hacia ti porque eres alguien especial, pequeña; ¿Quién diría que personas común y corriente como nosotros despertarían aquellas cualidades extrañas?
Dijo el gigante para de su mano provocar una hermosa luz que tenía como un universo dentro, era como una pequeña estrella de aquellas que había en el cielo pero ahora residía sobre la palma de la mano del discípulo de Ydrah. Abrió sus ojos notando que él lo había creado con la paz, con el amor y con su cosmos, unido al unísono de sus latidos con el corazón, encontrando una pequeña respuesta.
- Estamos destinados a ser alguien más en esta vida, pequeña Sylvanas. ¿Quieres algún hacer lo que ahora mismo hice?
Dijo comportándose como un maestro, un padre, una figura fraternal para ella. Su naturalidad, para manejar el cosmos y aquellos ojos llenos de esperanzas que irradiaban las pupilas del gigante, eran realmente admirables. ¿Quién hubiera pensado que hubiera tanta pasividad en alguien como él? Con esa figura tan tosca a simple vista. Una vez mas la frase ya hecha decía que: las apariencias engañan. Y vaya si es cierto.
Aldebaran- Caballeros Dorados
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
Venia caminando ya hacia bastante y cada vez sintiendo la presencia de aquel caballero mas cerca. Estaba seguro que ese cosmos debía pertenecer a aquel gigante hombre que me ayudo la noche que llovía y me quede dormido en la cascada. Snow venia detrás de mí siguiéndome fiel a cada paso que yo daba y con el rostro un poco caído, al parecer comenzaba a cansarse. No pasó mucho tiempo en el bosque hasta que por fin di con el hombre llamado Aldebarán, todavía recordaba su nombre. Estaba junto a una niña, en una especie de Shock y hablando cosas sobre las estrellas. No avance más porque tenia puesta mi armadura y no sabia quien podía ser esa niña, así que me quede detrás de los árboles esperando a que se retirara.
Unos segundos después que baje mi cosmos, note como el gigante comenzaba a crear en su mano una pequeña representación del cosmos. Sonreí ante esto debido a que si el grandote era capaz de hacer esto significaba dos cosas principales: Que había aprendido a dominar el cosmos y no debería de convencerle que existía. Y también que la muchachita que estaba ahí era de confianza, porque si el sabio hombre había creado cosmos frente a una niña, debía de confiar en ella.
Me adelante unos pasos mientras que mis botas hacían ruido metálico, chocando contra el césped. El viento movía mi cabello debido a que estaba caminando en contra de la dirección que soplaba, también hacia zarandear la capa para todos lados. Me detuve frente a aquel gran hombre, con mi armadura brillando y con mi cosmos ya encendido, iluminando el rostro de él y de la niña que lo acompañaba. Snow venia muy cansado así que cuando yo me detuve se sentó junto a mi, mirando a la chica con un rostro extraño, al gigante le reconocía para a la joven no, ya que era la primera vez que la veía.
-Tanto tiempo… Aldebarán -Sonreí mientras que con un rápido movimiento arranque mi capa de la armadura y luego estire el brazo hacia delante, cediéndosela a cambio de la que yo había perdido- Te debo una capa, o algo así, ¿Verdad?
Me quede esperando que tomara la capa mientras que lo miraba con confianza, desvíe un poco la mirada para mirar el rostro de la joven y hacerle una guiñada en broma, era obvio que la muchacha no conocía mucho acerca de caballeros de Athena, pero en su interior podía sentir la misma fuerza que contenía Enya, no era muy diferente de la otra chica que ya había conocido. Las tropas de Athena estaban mas cerca de lo que parecía y aunque no nos diéramos cuenta, las del enemigo, también.
Unos segundos después que baje mi cosmos, note como el gigante comenzaba a crear en su mano una pequeña representación del cosmos. Sonreí ante esto debido a que si el grandote era capaz de hacer esto significaba dos cosas principales: Que había aprendido a dominar el cosmos y no debería de convencerle que existía. Y también que la muchachita que estaba ahí era de confianza, porque si el sabio hombre había creado cosmos frente a una niña, debía de confiar en ella.
Me adelante unos pasos mientras que mis botas hacían ruido metálico, chocando contra el césped. El viento movía mi cabello debido a que estaba caminando en contra de la dirección que soplaba, también hacia zarandear la capa para todos lados. Me detuve frente a aquel gran hombre, con mi armadura brillando y con mi cosmos ya encendido, iluminando el rostro de él y de la niña que lo acompañaba. Snow venia muy cansado así que cuando yo me detuve se sentó junto a mi, mirando a la chica con un rostro extraño, al gigante le reconocía para a la joven no, ya que era la primera vez que la veía.
-Tanto tiempo… Aldebarán -Sonreí mientras que con un rápido movimiento arranque mi capa de la armadura y luego estire el brazo hacia delante, cediéndosela a cambio de la que yo había perdido- Te debo una capa, o algo así, ¿Verdad?
Me quede esperando que tomara la capa mientras que lo miraba con confianza, desvíe un poco la mirada para mirar el rostro de la joven y hacerle una guiñada en broma, era obvio que la muchacha no conocía mucho acerca de caballeros de Athena, pero en su interior podía sentir la misma fuerza que contenía Enya, no era muy diferente de la otra chica que ya había conocido. Las tropas de Athena estaban mas cerca de lo que parecía y aunque no nos diéramos cuenta, las del enemigo, también.
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
No le sorprendió a la pequeña notar que el enorme hombre evadía su pregunta, que no quería hacerla preocupar, y dudaba que el aliento de una niña pudiese inspirar mucha confianza, ni siquiera viniendo de alguien cuya experiencia en la vida no era precisamente grata o alentadora. Sin embargo su ceño se frunció y en sus labios se dibujó una mueca confundida ante el tema al que Aldebarán se estaba refiriendo.
La niña elevó su rostro observando el cielo, sonrió con serenidad ante tan bella imagen, tan increíble horizonte. Cerró sus ojos, respirando profundamente regocijándose en esa sensación de calidez y paz, de armonía que a veces invadía su ser.
-Las estrellas son increíbles, siempre las he admirado. Me han enseñado tanto, y no solo a guiarme. Cuando brillan junto a la luna en su máximo esplendor, dentro de mi es como si todo lo bueno que he vivido, todo lo hermoso, todo lo que alguna vez quise se encendiera a mi lado y me acompañara para devolverme la sonrisa aunque sea por tan solo por unos instantes. Es algo aquí…- señaló su pecho, puntualmente su corazón. – que no podría explicar, pero es lo mas bello en el mundo. – sus palabras por primera vez en mucho tiempo sonaban serías y maduras, cargadas de una ternura que demostraba que aquella sensación de alegría que traían para ella era en verdad inmensa y muy pura.
Volvió a clavar su mirada en las del gigante, escuchando sus palabras. Sus labios se curvaron en una mueca extraña, no era tristeza sino desconcierto. – No creo que pueda considerarme especial, después de todo mi mas grande merito siempre ha sido atraer al infortunio, creo que alguien especial es quien hace un bien, una especie de héroe…yo no soy así.- murmuró tenuemente mientras rascaba su cabeza con algo de nerviosismo o tal vez simplemente para opacar ciertas culpas que carcomían su cabeza. Pero las palabras de Aldebarán no le permitieron continuar dándole vueltas al asunto, pues en su mano una estela de luz se hacía más brillante a cada instante. Y ese mismo brillo envolvió a la jovencita en aquella calidez y esa serenidad que tanto le agradaba.
Sus ojos brillaron ante la propuesta de su amigo, una inmensa sonrisa asombrada surcó el rostro de la chiquilla de una oreja a la otra. Con sus manitas tomó el brazo de Aldebarán y acercó su rostro a la palma, quedando sus ojos a la altura del resplandor.
-¿Cómo es que lo haces? ¡Enséñamelo! ¡Por favor enséñamelo!- exclamó emocionada, con absoluta sinceridad en sus ojos y sus palabras. Quería encontrar la respuesta que cada noche buscaba en las estrellas, la fuente de esa hermosa sensación, el recuerdo a su única bella experiencia, el amor de su madre.
Pero al parecer el momento no era el indicado, pues el sonido de un metálico andar los interrumpió. La niña había reaccionado con rapidez tomando del suelo su hacha y lo observó de arriba abajo extrañada y al mismo tiempo fascinada por la armadura que llevaba puesta, y aun en la euforia de lo que acababa de ver, torció sus labios algo frustrada viéndose obligada a esperar. Pero parecía ser conocido del enorme hombre por lo que su expresión se relajó en un aspecto algo mas inocente e infantil, ocultando su alteración, después de todo ¿Por qué debían enterarse que la habían estado persiguiendo? Mejor ser la dulce niña de siempre, además si era amigo de Alde tal vez no le caería mal.
La niña elevó su rostro observando el cielo, sonrió con serenidad ante tan bella imagen, tan increíble horizonte. Cerró sus ojos, respirando profundamente regocijándose en esa sensación de calidez y paz, de armonía que a veces invadía su ser.
-Las estrellas son increíbles, siempre las he admirado. Me han enseñado tanto, y no solo a guiarme. Cuando brillan junto a la luna en su máximo esplendor, dentro de mi es como si todo lo bueno que he vivido, todo lo hermoso, todo lo que alguna vez quise se encendiera a mi lado y me acompañara para devolverme la sonrisa aunque sea por tan solo por unos instantes. Es algo aquí…- señaló su pecho, puntualmente su corazón. – que no podría explicar, pero es lo mas bello en el mundo. – sus palabras por primera vez en mucho tiempo sonaban serías y maduras, cargadas de una ternura que demostraba que aquella sensación de alegría que traían para ella era en verdad inmensa y muy pura.
Volvió a clavar su mirada en las del gigante, escuchando sus palabras. Sus labios se curvaron en una mueca extraña, no era tristeza sino desconcierto. – No creo que pueda considerarme especial, después de todo mi mas grande merito siempre ha sido atraer al infortunio, creo que alguien especial es quien hace un bien, una especie de héroe…yo no soy así.- murmuró tenuemente mientras rascaba su cabeza con algo de nerviosismo o tal vez simplemente para opacar ciertas culpas que carcomían su cabeza. Pero las palabras de Aldebarán no le permitieron continuar dándole vueltas al asunto, pues en su mano una estela de luz se hacía más brillante a cada instante. Y ese mismo brillo envolvió a la jovencita en aquella calidez y esa serenidad que tanto le agradaba.
Sus ojos brillaron ante la propuesta de su amigo, una inmensa sonrisa asombrada surcó el rostro de la chiquilla de una oreja a la otra. Con sus manitas tomó el brazo de Aldebarán y acercó su rostro a la palma, quedando sus ojos a la altura del resplandor.
-¿Cómo es que lo haces? ¡Enséñamelo! ¡Por favor enséñamelo!- exclamó emocionada, con absoluta sinceridad en sus ojos y sus palabras. Quería encontrar la respuesta que cada noche buscaba en las estrellas, la fuente de esa hermosa sensación, el recuerdo a su única bella experiencia, el amor de su madre.
Pero al parecer el momento no era el indicado, pues el sonido de un metálico andar los interrumpió. La niña había reaccionado con rapidez tomando del suelo su hacha y lo observó de arriba abajo extrañada y al mismo tiempo fascinada por la armadura que llevaba puesta, y aun en la euforia de lo que acababa de ver, torció sus labios algo frustrada viéndose obligada a esperar. Pero parecía ser conocido del enorme hombre por lo que su expresión se relajó en un aspecto algo mas inocente e infantil, ocultando su alteración, después de todo ¿Por qué debían enterarse que la habían estado persiguiendo? Mejor ser la dulce niña de siempre, además si era amigo de Alde tal vez no le caería mal.
Sylvanas- Amazona Dorada
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Fuerza de voluntad
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Re: Bosques - [Centro del Bosque]
La faz del hombre bendito por la estrella de Tauro, era pacifica. Destilando amor y comprensión a quien le viera, observando como la jovencita se emocionaba ante la luz que creaba cósmicamente en su mano. Preguntando como poder hacerlo, era cuestión de paciencia dado que estaba destinada a ser una gran guerrera por su notable fuerza cósmica, estaba a punto de explicarle acerca del cosmos cuando en esos instantes unos ruidos metálicos se hicieron paso, abriendo paso en el césped a lo que tan solo llevó una sonrisa en el rostro del gigante que le observó de reojos y ya sabía que era Leonard; le había sentido desde hacía varios instantes atrás su esencia. Saludó amablemente a lo que tan solo consiguió un asentimiento con su cabeza del Taurino.
- A decir verdad no fue tanto el tiempo, sin embargo era al final como dije… los destinos nuevamente se cruzarían.
Musitó para con un rápido movimiento tomar la capa y llevarla en sus brazos, la olfateó, no tenía aquel olor que anteriormente tenía; a decir verdad no parecía ser la misma. Sus ojos por momento irradiaron un poco de tristeza, para observar al rubio. Apretujó con fuerzas la capa, la que le había entregado a Leonard era nada mas y nada menos que la que le había cedido su maestro Ydrah, y él la había perdido dado que no era la misma.
- La capa que te di era de mi maestro. Pero supongo que estará bien esta, después de todo tengo que cambiar el destino y dejar el pasado atrás, para forjar el nuevo… ¿Estas aquí para explicarme que es esto que siento, verdad?
Musitó el gigante cerrando sus ojos para colocarse la capa sobre sus hombros y hacer un pequeño nudo que la sostenía y cubría su espalda por completo hasta sus tobillos. Observó a la pequeña Sylvanas y le palmeó la cabeza un momento, guiñándole un ojo a Leonard y haciendo un ademán con su cabeza, para que se fijara en el aura que envolvía diminutamente el cuerpo de la niña para luego hablar nuevamente.
- Y creo que ella también necesita que le expliques un poco…
- A decir verdad no fue tanto el tiempo, sin embargo era al final como dije… los destinos nuevamente se cruzarían.
Musitó para con un rápido movimiento tomar la capa y llevarla en sus brazos, la olfateó, no tenía aquel olor que anteriormente tenía; a decir verdad no parecía ser la misma. Sus ojos por momento irradiaron un poco de tristeza, para observar al rubio. Apretujó con fuerzas la capa, la que le había entregado a Leonard era nada mas y nada menos que la que le había cedido su maestro Ydrah, y él la había perdido dado que no era la misma.
- La capa que te di era de mi maestro. Pero supongo que estará bien esta, después de todo tengo que cambiar el destino y dejar el pasado atrás, para forjar el nuevo… ¿Estas aquí para explicarme que es esto que siento, verdad?
Musitó el gigante cerrando sus ojos para colocarse la capa sobre sus hombros y hacer un pequeño nudo que la sostenía y cubría su espalda por completo hasta sus tobillos. Observó a la pequeña Sylvanas y le palmeó la cabeza un momento, guiñándole un ojo a Leonard y haciendo un ademán con su cabeza, para que se fijara en el aura que envolvía diminutamente el cuerpo de la niña para luego hablar nuevamente.
- Y creo que ella también necesita que le expliques un poco…
Aldebaran- Caballeros Dorados
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