Conectarse
User del Mes
Mapycozo
El gran ilusionista
El gran ilusionista
¡Prepárense para vivir las vacaciones en la playa!
Próximamente...
Últimos temas
Ganador de la 1º Era
Eras del Mundo
Deathless Love +18
Magical Hope
Damned Worlds
Vit Astrale
Digital Pocket
La cancion de Eventyr
Ilvermorny School
Fate/Requiem
Fate/Light of Extinction
Nine Beast, One Symbol
Neoarghia +18
Little Fears
- Bosques - [Caminos]
+13
Alice
Michiru
Diva
Roy
Wolf
Milanor
Alexandra
Astrid
Helena
Fingolfin
Steven
Argol
Aldebaran
17 participantes
Página 1 de 3.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
- Bosques - [Caminos]
Se había levantado con gran animo luego de tener el estomago lleno. Se sobó la panza un instante y salió hacia fuera, había bastante vegetación pero la parte de su cabaña tenía un par de semillas sembradas y daba buena cosecha, lo suficiente para comer otra cosa que no sea siempre carne de animales que cazaba cuando podía.
Se sentó un momento en el borde de la escalera de madera que tenía justo en su puerta y observó hacia el cielo, estaba completamente solo tan solo que, hasta el silencio hacía ruido en ese momento. Se levantó y comenzó a marchar por los bosques, sentía algo que le atraía por esos campos verdes, caminar siempre distendía un poco el aburrimiento.
Las hojas secas en el suelo crujían con las pisadas de Aldebarán que no terminaba de saber a donde caminaba realmente. Tras cruzar el denso bosque, observó que había un campamento de soldados esperando nuevas órdenes y comiendo un poco, debido a que ya era aproximadamente mediodía. Era conocido por el pueblo de Roma, casi todos habían siempre cruzado alguna palabra con él, ya sea para pedirle un favor o negocios.
¡Bienvenido Aldebarán! – musitó un hombre para que todos le miraran y saludaran. Algunos le invitaban a tomar un trago o comer algo, pero realmente no estaba para eso ahora así que solo negaba con su cabeza sin muchas ganas y guardando silencio.
Hola muchachos, ¿Qué están haciendo por aquí? – dijo Aldebarán preguntándole a los soldados, las respuestas venían de a muchos y apenas se pudo escuchar ‘comiendo’ de un hombre de fondo y un par sonrieron. Saludó rápidamente el enorme hombre y siguió camino no sin antes dejar unas palabras en el aire dirigidas a los combatientes romanos.
¡Voy hacia Roma con prisa! Espero que se cuiden y sigan trabajando duro por todos… ¡Manga de haraganes! ¡Buen provecho! – dijo Aldebarán bromeando mientras todos sonrieron y siguieron comiendo. Sentía que tenía que seguir caminando por ese camino que se le presentaba delante de sus ojos, se puso serio y siguió caminando.
Se sentó un momento en el borde de la escalera de madera que tenía justo en su puerta y observó hacia el cielo, estaba completamente solo tan solo que, hasta el silencio hacía ruido en ese momento. Se levantó y comenzó a marchar por los bosques, sentía algo que le atraía por esos campos verdes, caminar siempre distendía un poco el aburrimiento.
Las hojas secas en el suelo crujían con las pisadas de Aldebarán que no terminaba de saber a donde caminaba realmente. Tras cruzar el denso bosque, observó que había un campamento de soldados esperando nuevas órdenes y comiendo un poco, debido a que ya era aproximadamente mediodía. Era conocido por el pueblo de Roma, casi todos habían siempre cruzado alguna palabra con él, ya sea para pedirle un favor o negocios.
¡Bienvenido Aldebarán! – musitó un hombre para que todos le miraran y saludaran. Algunos le invitaban a tomar un trago o comer algo, pero realmente no estaba para eso ahora así que solo negaba con su cabeza sin muchas ganas y guardando silencio.
Hola muchachos, ¿Qué están haciendo por aquí? – dijo Aldebarán preguntándole a los soldados, las respuestas venían de a muchos y apenas se pudo escuchar ‘comiendo’ de un hombre de fondo y un par sonrieron. Saludó rápidamente el enorme hombre y siguió camino no sin antes dejar unas palabras en el aire dirigidas a los combatientes romanos.
¡Voy hacia Roma con prisa! Espero que se cuiden y sigan trabajando duro por todos… ¡Manga de haraganes! ¡Buen provecho! – dijo Aldebarán bromeando mientras todos sonrieron y siguieron comiendo. Sentía que tenía que seguir caminando por ese camino que se le presentaba delante de sus ojos, se puso serio y siguió caminando.
Aldebaran- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Unlimited Strength (750)
Defensa :
Great Fortress
Cantidad de envíos : 168
Re: - Bosques - [Caminos]
Argol avanzaba sobre su caballo a paso lento. Su corcel era uno de color negro y bastante alto, lo suficiente como para intimidar a los enemigos. Por detras de la montura, el caballo tenia colgado una percha de madera con una gran y gruesa lona enrollada, debajo de esta una mochila y colgando por partes habia accesorios para viveres sin contar la pala, y el pico que estaban sujetos por la lona. El romano que iba montado tenia en su espalda una lanza que sobresalia, una daga por su cintura y una espada colgando desde por encima de su cintura. Tambien el escudo convexo estaba colgando sobre la pierna izquierda del hombre y por la montura, ocultando un tercio de su cuerpo. Su armadura brillaba refulgente sobre los rayos del sol y la tunica roja que tenia por debajo acentuaban su rango de soldado razo. Su casco estaba escondio entre sus piernas y sus cabellos castaños se mostraban al aire libremente, enseñando una venda roja cubriendo su frente.
Argol observo desde la distancia un hombre que iba caminando por donde el venia viniendo. Alli no habia otra cosa que no fuese Roma, por lo que se aventuro antes de partir al bosque hacia su encuentro.
Su caballo relincho cuando ya los metros se habian cortado lo suficiente como para que el romano observe atonito la gran contextura y el tamaño de aquel hombre.
-Buen dia, señor. Un lindo dia como para visitar Roma, ¿no es asi?-
Pregunto con un aire neutral mientras clavaba sus celestes ojos en los de Aldebaran.
Argol observo desde la distancia un hombre que iba caminando por donde el venia viniendo. Alli no habia otra cosa que no fuese Roma, por lo que se aventuro antes de partir al bosque hacia su encuentro.
Su caballo relincho cuando ya los metros se habian cortado lo suficiente como para que el romano observe atonito la gran contextura y el tamaño de aquel hombre.
-Buen dia, señor. Un lindo dia como para visitar Roma, ¿no es asi?-
Pregunto con un aire neutral mientras clavaba sus celestes ojos en los de Aldebaran.
Argol- Status :
Cantidad de envíos : 42
Re: - Bosques - [Caminos]
Se pudo escuchar el relinche de un equino y Aldebarán de reojos observó al soldado que estaba encima de él. No parecía muy rudo a decir verdad, de hecho era bastante pequeño, que más decir, todo parecía pequeño para el inmenso hombre de dos metros veintiséis de alto. Aun estando de pie y un tanto encorvado por el cansancio que sentía de estar caminando hacía ya unas horas, era casi tan alto como el que estaba montado sobre el corcel de color azabache. El rubio musitaba algo al enorme hombre.
- A decir verdad no hay gran día para visitar Roma, todos los días son buenos. Roma te hace sentir esa paz que ninguna otra ciudad podría hacerle sentir… y eso es algo curioso dado que te hace sentir paz aun estando en guerra con medio mundo.
Musitó el enorme hombre para luego pararse completamente erguido y cruzarse de brazos para observar al rubio. Una pequeña mueca que podía ser tomada como sonrisa cruzaba por sus labios, mientras los ojos ahora se detenían con atención sobre el caballo. Posó su mano con total neutralidad en el cuello de éste y con total naturalidad observar sus ojos, eran distintos a los de un corcel común, esos ojos habían atravesado guerras y para suerte del animal las había sobrevivido, se detuvo un momento como prestando atención al viento que soplaba con lentitud meciendo sus cabellos.
- No se cuanto hace que estás con este caballo, pero necesita reposo. Una de sus patas está bastante herida, quizás sea por caminar tanto. Podrías revisarlo antes de ensillarlo, dado que podría ser poco conveniente tanto para el animal como para ti porque te quedarías a pie en un largo camino que tengas que recorrer de seguro.
No se sabía a ciencia cierta como había adivinado quizás que una de las patas del caballo estaba un poco maltrecha. Dado que jamás se había fijado en ellas, quizás lo había descifrado por los ojos que es lo único que prestó atención en todo su cuerpo.
- ¿A dónde se dirige buen hombre?
- A decir verdad no hay gran día para visitar Roma, todos los días son buenos. Roma te hace sentir esa paz que ninguna otra ciudad podría hacerle sentir… y eso es algo curioso dado que te hace sentir paz aun estando en guerra con medio mundo.
Musitó el enorme hombre para luego pararse completamente erguido y cruzarse de brazos para observar al rubio. Una pequeña mueca que podía ser tomada como sonrisa cruzaba por sus labios, mientras los ojos ahora se detenían con atención sobre el caballo. Posó su mano con total neutralidad en el cuello de éste y con total naturalidad observar sus ojos, eran distintos a los de un corcel común, esos ojos habían atravesado guerras y para suerte del animal las había sobrevivido, se detuvo un momento como prestando atención al viento que soplaba con lentitud meciendo sus cabellos.
- No se cuanto hace que estás con este caballo, pero necesita reposo. Una de sus patas está bastante herida, quizás sea por caminar tanto. Podrías revisarlo antes de ensillarlo, dado que podría ser poco conveniente tanto para el animal como para ti porque te quedarías a pie en un largo camino que tengas que recorrer de seguro.
No se sabía a ciencia cierta como había adivinado quizás que una de las patas del caballo estaba un poco maltrecha. Dado que jamás se había fijado en ellas, quizás lo había descifrado por los ojos que es lo único que prestó atención en todo su cuerpo.
- ¿A dónde se dirige buen hombre?
Aldebaran- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Unlimited Strength (750)
Defensa :
Great Fortress
Cantidad de envíos : 168
Re: - Bosques - [Caminos]
Argol sonrio ante las palabras del hombre que hablaba de la paz en tiempos de guerra. El romano montado era uno de los responsables de aquello. Era un legionario, y como tal responsable de la paz en aquellos tiempos oscuros de batallas sin cuartel. El esperaba que ningun ciudadano viva aquellos sucesos, aunque por un lado uno maduraba lo suficiente como para respetar la muerte y al mundo entero.
El muchacho observo asombrado su caballo y giro sobre si para tratar de verle las patas. Estaba atonito, el hombre habia revelado una herida en su corcel que ni el mismo habia podia observar detenidamente. Por un lado estaba apurado al momento de ensillaro y de haber salido de la villa y no pudo verlo con detenimiento. No volveria a pasar.
-Tiene buen ojo, señor. Como toda aguila-
Argol dio unas suaves palmadas sobre el lomo del animal.
-Tiene mi palabra que yo mismo le hare tratare la herida. Despues de todo, este maravilloso compañero me acompaño durante mucho tiempo-
Contesto honestamente, ladeando su cabeza para un costado y ver algunas nubes grises que se aproximaban por el oeste. ¿Mal augurio? Esperaba que no, tendria que tener mucha mala racha para que ataquen cuando el recien llegara con la Legion.
-Me dirigo al limite del bosque, señor. Tengo que encontrarme con mis compañeros-
Estuvo a punto de preguntarle su nombre cuando escucho un ladrido en la lejania. Giro todo su cuerpo sobre la montura y entonces lo vio, era Hachi; su perro. Este venia corriendo a toda velocidad con su lengua cayendo por un costado de su mandibula. Finalmente el perro arribo, trayendo consigo un gran manto de polvo debido a su carrera.
-Y este, señor... es Hachi-
El perro ladro fuertemente y se paro en dos patas para apoyarse en Aldebaran. Los curiosos y negros ojos del perro parecian estudiarlo.
El muchacho observo asombrado su caballo y giro sobre si para tratar de verle las patas. Estaba atonito, el hombre habia revelado una herida en su corcel que ni el mismo habia podia observar detenidamente. Por un lado estaba apurado al momento de ensillaro y de haber salido de la villa y no pudo verlo con detenimiento. No volveria a pasar.
-Tiene buen ojo, señor. Como toda aguila-
Argol dio unas suaves palmadas sobre el lomo del animal.
-Tiene mi palabra que yo mismo le hare tratare la herida. Despues de todo, este maravilloso compañero me acompaño durante mucho tiempo-
Contesto honestamente, ladeando su cabeza para un costado y ver algunas nubes grises que se aproximaban por el oeste. ¿Mal augurio? Esperaba que no, tendria que tener mucha mala racha para que ataquen cuando el recien llegara con la Legion.
-Me dirigo al limite del bosque, señor. Tengo que encontrarme con mis compañeros-
Estuvo a punto de preguntarle su nombre cuando escucho un ladrido en la lejania. Giro todo su cuerpo sobre la montura y entonces lo vio, era Hachi; su perro. Este venia corriendo a toda velocidad con su lengua cayendo por un costado de su mandibula. Finalmente el perro arribo, trayendo consigo un gran manto de polvo debido a su carrera.
-Y este, señor... es Hachi-
El perro ladro fuertemente y se paro en dos patas para apoyarse en Aldebaran. Los curiosos y negros ojos del perro parecian estudiarlo.
Argol- Status :
Cantidad de envíos : 42
Re: - Bosques - [Caminos]
- ¿Ojos de águila? Si yo fuese un águila con mi peso no podría remontar más de seis centímetros de vuelo, pero gracias por el cumplido, joven.
Aun seguía cruzado de brazos observando todo lo que le rodeaba, estaba todo en paz excepto por aquellas nubes oscuras que se asomaban por el horizonte, quizás era signo de mal presagio pero no era la gran cosa, sobretodo para un hombre como Aldebarán que no era muy creyente de esas cosas ya que el mal presagio se buscaba no venía hacía él. Era un hombre de buena suerte, quizás no tanta pero la suficiente como para sobrevivir en tiempos de guerra.
- Acabo de cruzar ese lugar, estaban todos comiendo hace unos instantes. Quizás ahora deben estar calentando sus piernas para seguir haciendo guardia, vaya a saber uno que pueden hacer esos locos a esta hora.
Musitó con total calma. El hablaba así de todos ellos, con confianza, debido a que ellos habitaban los bosques donde Aldebarán vivía y básicamente les veía casi todos los días, hasta algunos soldados les pedían indicaciones de cómo volver a sus campamentos porque el verde les mareaba muchos convirtiéndose en un laberinto para esos ‘hombres de ciudad’.
Un can se asomaba por el horizonte a toda velocidad, levantando un gran manto de polvo al frenar de golpe tras haber avistado a su dueño. Estaba bastante contento, cansado, pero contento con su lengua colgando en su hocico y con velocidad se paró en dos patas para apoyar las otras dos en las rodillas de Aldebarán, lo máximo que podía llegar el pequeño perro que no tenía ni la cuarta parte de estatura del inmenso hombre.
Aldebarán se agachó, posando su mano desnuda (La que no tenía el guantelete con veneno, para no causarle daño) en la cabeza del perro y acariciándolo lentamente. Un mugido salía del pequeño can antes de abalanzarse sobre hombre que le acariciaba y comenzar a lamerle el rostro. Aldebarán lo levantó con una mano y como si fuese un bebé lo tuvo en brazos, apoyado contra su pecho, sonriendo se dirigió hacia el hombre que estaba montado al equino.
- Así que Hachi, ¿Eh? Un nombre algo extraño para un perro Romano, ¿Y como se llama su dueño?
Preguntó Aldebarán dejando la pregunta al aire sin prestar atención en la respuesta, dado que corrió su rostro hacia el perro que quería lamerlo y le miraba con ojos algo tiernos, debido a que no quería que le soltaran de tanta altura porque podría salir lastimado. El hombre aferró bien al perro entre su brazo para que no se le cayera y esperó la respuesta del rubio mientras acariciaba a Hachi.
Aun seguía cruzado de brazos observando todo lo que le rodeaba, estaba todo en paz excepto por aquellas nubes oscuras que se asomaban por el horizonte, quizás era signo de mal presagio pero no era la gran cosa, sobretodo para un hombre como Aldebarán que no era muy creyente de esas cosas ya que el mal presagio se buscaba no venía hacía él. Era un hombre de buena suerte, quizás no tanta pero la suficiente como para sobrevivir en tiempos de guerra.
- Acabo de cruzar ese lugar, estaban todos comiendo hace unos instantes. Quizás ahora deben estar calentando sus piernas para seguir haciendo guardia, vaya a saber uno que pueden hacer esos locos a esta hora.
Musitó con total calma. El hablaba así de todos ellos, con confianza, debido a que ellos habitaban los bosques donde Aldebarán vivía y básicamente les veía casi todos los días, hasta algunos soldados les pedían indicaciones de cómo volver a sus campamentos porque el verde les mareaba muchos convirtiéndose en un laberinto para esos ‘hombres de ciudad’.
Un can se asomaba por el horizonte a toda velocidad, levantando un gran manto de polvo al frenar de golpe tras haber avistado a su dueño. Estaba bastante contento, cansado, pero contento con su lengua colgando en su hocico y con velocidad se paró en dos patas para apoyar las otras dos en las rodillas de Aldebarán, lo máximo que podía llegar el pequeño perro que no tenía ni la cuarta parte de estatura del inmenso hombre.
Aldebarán se agachó, posando su mano desnuda (La que no tenía el guantelete con veneno, para no causarle daño) en la cabeza del perro y acariciándolo lentamente. Un mugido salía del pequeño can antes de abalanzarse sobre hombre que le acariciaba y comenzar a lamerle el rostro. Aldebarán lo levantó con una mano y como si fuese un bebé lo tuvo en brazos, apoyado contra su pecho, sonriendo se dirigió hacia el hombre que estaba montado al equino.
- Así que Hachi, ¿Eh? Un nombre algo extraño para un perro Romano, ¿Y como se llama su dueño?
Preguntó Aldebarán dejando la pregunta al aire sin prestar atención en la respuesta, dado que corrió su rostro hacia el perro que quería lamerlo y le miraba con ojos algo tiernos, debido a que no quería que le soltaran de tanta altura porque podría salir lastimado. El hombre aferró bien al perro entre su brazo para que no se le cayera y esperó la respuesta del rubio mientras acariciaba a Hachi.
Aldebaran- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Unlimited Strength (750)
Defensa :
Great Fortress
Cantidad de envíos : 168
Re: - Bosques - [Caminos]
-Hachi, fue lo primero que se me ocurrio. Este canino es uno de mis pocos mejores amigos. Creo que el unico-
Observo con una sonrisa a su fiel compañero, recordando en su mente a sus amigos que se enlistaron con el que ya no estaban mas en este mundo. Muchos el mismo vio como perecian en combate, otros simplemente estaban desaparecidos, les toco en Legiones diferentes y perdio rastro absoluto de ellos. Lo que le reconfortaba eran los viejos recuerdos pasados, donde todos estaban juntos.
-No por nada son el mejor amigo del hombre-
La gran cabeza del caballo se movio unos segundos, tal vez algo nervioso por la tormenta que se avecinaba. Despues de todo, los animales eran los primeros en sentir algo fuera de lo normal o comun que las personas podian ver o predicar. Aunque aquel hombre tal vez podria sorprenderlo nuevamente...
-¿Vive en el bosque? Debe ser para usted y una molestia lidiar con todos nosotros juntos. Espero que no se haya topado con ningun general con el ego por las nubes. Entre nosotros... son insoportables-
Le sonrio con sinceridad mientras veia mas alla, sobre la cabeza del hombre, la entrada al bosque.
-Mi nombre es Argol, señor. ¿Tendria el gusto de saber el suyo?-
Observo divertido a Hachi, quien observaba al gran mastodonte que lo tenia sobre una mano, a pesar de su mediano tamaño.
Observo con una sonrisa a su fiel compañero, recordando en su mente a sus amigos que se enlistaron con el que ya no estaban mas en este mundo. Muchos el mismo vio como perecian en combate, otros simplemente estaban desaparecidos, les toco en Legiones diferentes y perdio rastro absoluto de ellos. Lo que le reconfortaba eran los viejos recuerdos pasados, donde todos estaban juntos.
-No por nada son el mejor amigo del hombre-
La gran cabeza del caballo se movio unos segundos, tal vez algo nervioso por la tormenta que se avecinaba. Despues de todo, los animales eran los primeros en sentir algo fuera de lo normal o comun que las personas podian ver o predicar. Aunque aquel hombre tal vez podria sorprenderlo nuevamente...
-¿Vive en el bosque? Debe ser para usted y una molestia lidiar con todos nosotros juntos. Espero que no se haya topado con ningun general con el ego por las nubes. Entre nosotros... son insoportables-
Le sonrio con sinceridad mientras veia mas alla, sobre la cabeza del hombre, la entrada al bosque.
-Mi nombre es Argol, señor. ¿Tendria el gusto de saber el suyo?-
Observo divertido a Hachi, quien observaba al gran mastodonte que lo tenia sobre una mano, a pesar de su mediano tamaño.
Argol- Status :
Cantidad de envíos : 42
Re: - Bosques - [Caminos]
- Los generales no son una molestia para mí.
Dijo el hombre dejando en el suelo al perro y sonriendo. Se colocó firme rápidamente y se acomodó el guantelete para que quedase bien ajustado a su mano y no se cayera por accidente encima de alguien porque podría causar una catástrofe con su veneno. Llevó la mano descubierta a su cabeza, más bien su índice a su sien y musitó lentamente.
- Tengo mucho de esto para dejarme consumir por el ego de los demás. La inteligencia supera a cualquier hombre y si ellos quieren ser los mejores, primero deberán comprender que son humanos al igual que yo y asumir sus debilidades.
Por ejemplo, yo también tengo debilidades… ‘No puedo golpear muy bajo’
Dijo bromeando como ultimo. Mientras el legionario se presentaba como Argol, un nombre bastante más adaptado a la época que Hachi, preguntando rápidamente el nombre del enorme hombre que ahora se cruzaba de brazos, como si estuviese buscando una pose épica. Sonrió a carcajadas y se puso serio de repente, para musitar.
- ¡ALDEBARÁN!
Sus ojos comenzaron a ensancharse como si estuviese aguantando la respiración. Irradiaba un toque de locura y se notaba que su color de piel en su rostro se hacía mas rojizo, como si se estuviese ahogando, hasta que de repente soltó todo el aire de golpe asustando un poco a Hachi y con rapidez agregó a su nombre.
- ¡Y nada más!
Dijo para que una gota comenzara a caer en su cabeza. Colocó la palma de su mano hacia arriba y mas gotas cayeron, una pequeña llovizna comenzó a caer dando un poco de tranquilidad al cuerpo de Aldebarán que venía soportando al enorme sol quemar su espalda en casi todo su trayecto, un poco de agua no era nada malo.
- Bueno, parece que ahora no hay porque preocuparse por mal presagio, después de todo es solo una pequeña lluvia que cae, ¿Vas para el campamento, Argol?
Dijo el hombre dejando en el suelo al perro y sonriendo. Se colocó firme rápidamente y se acomodó el guantelete para que quedase bien ajustado a su mano y no se cayera por accidente encima de alguien porque podría causar una catástrofe con su veneno. Llevó la mano descubierta a su cabeza, más bien su índice a su sien y musitó lentamente.
- Tengo mucho de esto para dejarme consumir por el ego de los demás. La inteligencia supera a cualquier hombre y si ellos quieren ser los mejores, primero deberán comprender que son humanos al igual que yo y asumir sus debilidades.
Por ejemplo, yo también tengo debilidades… ‘No puedo golpear muy bajo’
Dijo bromeando como ultimo. Mientras el legionario se presentaba como Argol, un nombre bastante más adaptado a la época que Hachi, preguntando rápidamente el nombre del enorme hombre que ahora se cruzaba de brazos, como si estuviese buscando una pose épica. Sonrió a carcajadas y se puso serio de repente, para musitar.
- ¡ALDEBARÁN!
Sus ojos comenzaron a ensancharse como si estuviese aguantando la respiración. Irradiaba un toque de locura y se notaba que su color de piel en su rostro se hacía mas rojizo, como si se estuviese ahogando, hasta que de repente soltó todo el aire de golpe asustando un poco a Hachi y con rapidez agregó a su nombre.
- ¡Y nada más!
Dijo para que una gota comenzara a caer en su cabeza. Colocó la palma de su mano hacia arriba y mas gotas cayeron, una pequeña llovizna comenzó a caer dando un poco de tranquilidad al cuerpo de Aldebarán que venía soportando al enorme sol quemar su espalda en casi todo su trayecto, un poco de agua no era nada malo.
- Bueno, parece que ahora no hay porque preocuparse por mal presagio, después de todo es solo una pequeña lluvia que cae, ¿Vas para el campamento, Argol?
Aldebaran- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Unlimited Strength (750)
Defensa :
Great Fortress
Cantidad de envíos : 168
Re: - Bosques - [Caminos]
-Creame que los generales si son problema para mi y el resto de los soldados. Son un verdadero tormento cuando lo desean, pero eso no quita que sean los reyes de la guerra. Por nada tienen el honor de conservar un titulo de ese nivel-
Dijo con aire inspirador. Ser general era un verdadero sueño para el y a la vez un gran reto, ya que no todos llegaban a ese titulo. Muchos morian y el resto aun no era apto para tal grado de honor. Por eso mismo Argol siempre se esforzaba en el combate, estando espalda con espalda con compañeros y arriesgarse al punto de casi encontrar su muerte. No solo en los campos de guerra era respetado y respetuoso, si no que fuera de las trincheras conservaba el respeto que su padre y que algun que otro latigazo le impusieron.
-Aunque es un titulo despues de todo; eso lleva el honor, la experiencia, las batallas vividas, todo encerrado en una simple palabra-
Sonrio ante sus pensamientos. El se veia en un futuro con la armadura de la elite pretoriana o mejor aun, con la de un general de gran porte. Se veia en varias cenas con la familia del imperio o con una amistosa charla con las hijas, hijos, cesar o con los mismos senadores. Se visualizaba con mucha gloria. Tal vez algun dia lo conseguiria. Solo esperaba que su nombre fuera recordado y respetado mientras que el siga con vida y no debajo de la tierra.
Observo extrañado las muecas del rostro de aquel hombre. Luego de pronunciar su nombre, con un grito parecia contener el aire. El romano montado sobre su bestia alzo una ceja en señal de curiosidad.
-Si, señor Aldebaran. Me dirijo al bosque... mejor llegar antes de la tormenta-
Levanto su rostro y observo las nubes grises ya sobre ellos. Despues de todo ya unas gotas empezaron a caer.
Dijo con aire inspirador. Ser general era un verdadero sueño para el y a la vez un gran reto, ya que no todos llegaban a ese titulo. Muchos morian y el resto aun no era apto para tal grado de honor. Por eso mismo Argol siempre se esforzaba en el combate, estando espalda con espalda con compañeros y arriesgarse al punto de casi encontrar su muerte. No solo en los campos de guerra era respetado y respetuoso, si no que fuera de las trincheras conservaba el respeto que su padre y que algun que otro latigazo le impusieron.
-Aunque es un titulo despues de todo; eso lleva el honor, la experiencia, las batallas vividas, todo encerrado en una simple palabra-
Sonrio ante sus pensamientos. El se veia en un futuro con la armadura de la elite pretoriana o mejor aun, con la de un general de gran porte. Se veia en varias cenas con la familia del imperio o con una amistosa charla con las hijas, hijos, cesar o con los mismos senadores. Se visualizaba con mucha gloria. Tal vez algun dia lo conseguiria. Solo esperaba que su nombre fuera recordado y respetado mientras que el siga con vida y no debajo de la tierra.
Observo extrañado las muecas del rostro de aquel hombre. Luego de pronunciar su nombre, con un grito parecia contener el aire. El romano montado sobre su bestia alzo una ceja en señal de curiosidad.
-Si, señor Aldebaran. Me dirijo al bosque... mejor llegar antes de la tormenta-
Levanto su rostro y observo las nubes grises ya sobre ellos. Despues de todo ya unas gotas empezaron a caer.
Argol- Status :
Cantidad de envíos : 42
Re: - Bosques - [Caminos]
Ya habían pasado muchos años desde su infancia…Tanto tiempo que los recuerdos apenas se hacían presentes en su cansada mente. Recuerdos de sus amigos o de sus relacionados. Su infancia solo le dejo el recuerdo del hambre y la pobreza, el recuerdo de sus padres rompiéndose el lomo para traer comida a su casa y hacer de este un hogar, humilde talvez, pero feliz. Steven jamás había criticado nada a sus mayores debido a que sabía que eran épocas duras y que ellos hacían lo que podían. Muchas memorias pasadas volvían a la mente de Steven mientras caminaba por aquel lodoso suelo, el agua de la lluvia se fusionaba con la tierra y formaba un barro que ensuciaba las botas que traía el guerrero. También recordaba el día en que tomo aquella espada del legionario y la enterró en el pecho de un bandido que robaba a una pobre mujer. ¿Quién diría que luego de aquella acción asesina, debería de repetir el proceso y enterrar espadas en el cuerpo de cuantos rebeldes mas que se interponían o se resistían a la legión romana?…
Durante mucho tiempo el joven había entrenado, porque recordaba que su familia estaba esperándolo. No podía morir en la guerra…Debía de convertirse en el mejor guerrero que Roma hubiera visto, para sobrevivir y poder mirar otra vez al rostro de sus padres y poder mostrarle toda la riqueza que la guerra le dejaría. Entreno duramente, pero logro su cometido. Paso tres años en lucha, en los cuales Leonard no fue ni tan solo rozado por el filo de una espada. Su talento natural para matar y su gran habilidad entrenada hicieron que este se convirtiera en la mano derecha de su general, El gran Noah. Steven no hacia caso a las ordenes de formación, lanzándose siempre con una gran furia y una in apetecible sed de sangre, corría hacia sus rivales formados alentando a todos sus compañeros a hacer lo mismo. Esto era lo que tenia de diferente Steven...Era inteligente para combatir y sembraba el miedo en sus oponentes.
Pero la guerra había terminado, Roma se alzo con la victoria y Steven volvió con riquezas y tesoros de guerra sano y salvo a su hogar, dejo a sus padres la fortuna que le quedo y simplemente se marcho con lo puesto y su espada. Los padres sabían lo orgulloso que era Steven y sabían que los dejaba no porque quisiera, sino porque no quería que se acostumbraran a su presencia, ya que tarde o temprano el trabajo lo llamaría nuevamente y debería arriesgar su vida para proteger su nación, la gran Roma.
Se había marchado de su antigua ciudad, con un puñado de oro para pagar estancia por algún tiempo. Sabia que los vientos de la rebeldía no tardarían en soplar nuevamente o al menos eso sospechaba. Camino por muchos lugares, pero todos le parecían aburridos, así que siguió caminando y fue así como llego a aquel frondoso bosque. Camino por tantos caminos que se termino dando cuenta que era en círculos la trayectoria de su viaje. Enfurecido, miro hacia el cielo y vio como el celeste y blanco pintoresco se tornaba un azul oscuro.
-Maldición…Lo que me faltaba
La lluvia no tardo en aparecer, primero como pequeñas gotas que refrescaban al caballero, luego como un tremendo diluvio que hacia que el suelo se embarrara mas todavía y le daba mas dificultades al caballero, un poco mas lejos del bosque en el que entro, casi a la salida hacia los pueblos la lluvia era mas leve, apenas si una que otra gota…Su cabello todo mojado al igual que sus prendas lo hacían mover lento y sus botas salpicaban los charcos que se habían formado en la tierra. A lo lejos pudo ver la silueta de dos jóvenes que parecían hablar tranquilos…quizás uno de ellos supiera en donde podía alquilar una habitación.
Al llegar pudo ver como un gran hombre se paraba frente a él, su mirada inspeccionaba al gigante mientras que de a reojos veía al otro sujeto. No le interesaba nada de lo que hablaran, solo quería preguntar su duda, como un viajero que esta perdido y necesita ayuda.
-Buenas tardes caballeros…Estoy buscando un lugar donde alquilar una habitación, que acepten a guerreros de Roma por supuesto.
Dijo y se quedo esperando que los otros dos le contestaran. Había algo raro en aquel enorme sujeto, su postura parecía muy irregular, aunque las únicas posturas que Steven había visto en estos tiempos eran las de cadáveres o heridos, siendo dejados en el suelo o abandonados a su suerte.
Durante mucho tiempo el joven había entrenado, porque recordaba que su familia estaba esperándolo. No podía morir en la guerra…Debía de convertirse en el mejor guerrero que Roma hubiera visto, para sobrevivir y poder mirar otra vez al rostro de sus padres y poder mostrarle toda la riqueza que la guerra le dejaría. Entreno duramente, pero logro su cometido. Paso tres años en lucha, en los cuales Leonard no fue ni tan solo rozado por el filo de una espada. Su talento natural para matar y su gran habilidad entrenada hicieron que este se convirtiera en la mano derecha de su general, El gran Noah. Steven no hacia caso a las ordenes de formación, lanzándose siempre con una gran furia y una in apetecible sed de sangre, corría hacia sus rivales formados alentando a todos sus compañeros a hacer lo mismo. Esto era lo que tenia de diferente Steven...Era inteligente para combatir y sembraba el miedo en sus oponentes.
Pero la guerra había terminado, Roma se alzo con la victoria y Steven volvió con riquezas y tesoros de guerra sano y salvo a su hogar, dejo a sus padres la fortuna que le quedo y simplemente se marcho con lo puesto y su espada. Los padres sabían lo orgulloso que era Steven y sabían que los dejaba no porque quisiera, sino porque no quería que se acostumbraran a su presencia, ya que tarde o temprano el trabajo lo llamaría nuevamente y debería arriesgar su vida para proteger su nación, la gran Roma.
Se había marchado de su antigua ciudad, con un puñado de oro para pagar estancia por algún tiempo. Sabia que los vientos de la rebeldía no tardarían en soplar nuevamente o al menos eso sospechaba. Camino por muchos lugares, pero todos le parecían aburridos, así que siguió caminando y fue así como llego a aquel frondoso bosque. Camino por tantos caminos que se termino dando cuenta que era en círculos la trayectoria de su viaje. Enfurecido, miro hacia el cielo y vio como el celeste y blanco pintoresco se tornaba un azul oscuro.
-Maldición…Lo que me faltaba
La lluvia no tardo en aparecer, primero como pequeñas gotas que refrescaban al caballero, luego como un tremendo diluvio que hacia que el suelo se embarrara mas todavía y le daba mas dificultades al caballero, un poco mas lejos del bosque en el que entro, casi a la salida hacia los pueblos la lluvia era mas leve, apenas si una que otra gota…Su cabello todo mojado al igual que sus prendas lo hacían mover lento y sus botas salpicaban los charcos que se habían formado en la tierra. A lo lejos pudo ver la silueta de dos jóvenes que parecían hablar tranquilos…quizás uno de ellos supiera en donde podía alquilar una habitación.
Al llegar pudo ver como un gran hombre se paraba frente a él, su mirada inspeccionaba al gigante mientras que de a reojos veía al otro sujeto. No le interesaba nada de lo que hablaran, solo quería preguntar su duda, como un viajero que esta perdido y necesita ayuda.
-Buenas tardes caballeros…Estoy buscando un lugar donde alquilar una habitación, que acepten a guerreros de Roma por supuesto.
Dijo y se quedo esperando que los otros dos le contestaran. Había algo raro en aquel enorme sujeto, su postura parecía muy irregular, aunque las únicas posturas que Steven había visto en estos tiempos eran las de cadáveres o heridos, siendo dejados en el suelo o abandonados a su suerte.
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
Cantidad de envíos : 222
Re: - Bosques - [Caminos]
Aldebarán estaba cruzado de brazos esperando la respuesta de Argol, que no tardón en ser dada, mientras la lluvia mojaba sus cabellos y el pequeño viento se volvía un poco más agresivo ahora moviendo la larga melena de Aldebarán con gran velocidad.
- Como bien dice, será mejor que se marche. Al menos que quiera pasar por mi cabaña a hospedarse unos instantes y comer algo, mientras cesa la lluvia. Tengo un poco de carne allá que hoy cociné y no quise comerlo todo.
Lo que había cocinado Aldebarán era un enorme animal y a pesar de ser grande, éste se había comido mas de la mitad, lo que quería decir que era difícil de satisfacer el hambre del enorme hombre. Pero sin embargo había quedado la otra mitad, suficiente para que un hombre normal comiese, debido a que Aldebarán no era normal a la hora de comida.
Nuevamente Aldebarán esperaba una respuesta aun cruzado de brazos, cuando pudo sentir al menos el viento cortarse de repente, debido a la intervención de un ser. Varias cosas que había aprendido en sus años en el bosque y entrenando con su amigo gladiador, era que nunca había que bajar la guardia y estar atento a todo lo que le rodeaba, unirse con el universo existente alrededor y aprender a canalizar todo lo que sirva para defensa y ataque, pero éste hombre no tenía hostilidad alguna.
Si bien su olor a sangre era notorio, no era tan fuerte, quizás era porque tenía su espada envainada o había venido de una guerra hacía pocos días. Era normal de que fuera un soldado o algo así, esperó que el hombre hablara y resultaba ser que no era tan hombre debido a que su tono de voz sonaba más bien a la de un joven.
Aldebarán que ya se había acostumbrado a mirar a todos desde arriba y el nuevo que llegaba no era la excepción, mientras Aldebarán le observaba aun con su postura cruzado de brazos se daba cuenta bien como éste joven era bastante desconfiado y observaba todo, de reojos o ya sea directamente.
- Estaré fuera de mi cabaña unos días. Estaba a punto de ir allá a comer algo antes de marcharme, quizás te interesaría cuidar de mi cabaña y cuidar las cosechas, a cambio de hospedaje y no te cobraré nada. Son bienvenidos los guerreros de Roma en todo el bosque y los conozco a casi todos, así que creo no habría problema… piénsalo y me dices si aceptas, ¿Y tu Argol, vienes o no?
Dijo sin perder por nada la postura de estar cruzado de brazos. Esa postura contenía algo más que solo una postura común, pero no sería revelada en ningún momento a no ser que sea necesario usarla. Aldebarán era mucho mas que un simple campesino que vivía en el bosque, y sus años entrenando una lucha de cuerpo a cuerpo lo podían llevar a ser un guerrero bastante bueno sin tener que empuñar una espada.
- Como bien dice, será mejor que se marche. Al menos que quiera pasar por mi cabaña a hospedarse unos instantes y comer algo, mientras cesa la lluvia. Tengo un poco de carne allá que hoy cociné y no quise comerlo todo.
Lo que había cocinado Aldebarán era un enorme animal y a pesar de ser grande, éste se había comido mas de la mitad, lo que quería decir que era difícil de satisfacer el hambre del enorme hombre. Pero sin embargo había quedado la otra mitad, suficiente para que un hombre normal comiese, debido a que Aldebarán no era normal a la hora de comida.
Nuevamente Aldebarán esperaba una respuesta aun cruzado de brazos, cuando pudo sentir al menos el viento cortarse de repente, debido a la intervención de un ser. Varias cosas que había aprendido en sus años en el bosque y entrenando con su amigo gladiador, era que nunca había que bajar la guardia y estar atento a todo lo que le rodeaba, unirse con el universo existente alrededor y aprender a canalizar todo lo que sirva para defensa y ataque, pero éste hombre no tenía hostilidad alguna.
Si bien su olor a sangre era notorio, no era tan fuerte, quizás era porque tenía su espada envainada o había venido de una guerra hacía pocos días. Era normal de que fuera un soldado o algo así, esperó que el hombre hablara y resultaba ser que no era tan hombre debido a que su tono de voz sonaba más bien a la de un joven.
Aldebarán que ya se había acostumbrado a mirar a todos desde arriba y el nuevo que llegaba no era la excepción, mientras Aldebarán le observaba aun con su postura cruzado de brazos se daba cuenta bien como éste joven era bastante desconfiado y observaba todo, de reojos o ya sea directamente.
- Estaré fuera de mi cabaña unos días. Estaba a punto de ir allá a comer algo antes de marcharme, quizás te interesaría cuidar de mi cabaña y cuidar las cosechas, a cambio de hospedaje y no te cobraré nada. Son bienvenidos los guerreros de Roma en todo el bosque y los conozco a casi todos, así que creo no habría problema… piénsalo y me dices si aceptas, ¿Y tu Argol, vienes o no?
Dijo sin perder por nada la postura de estar cruzado de brazos. Esa postura contenía algo más que solo una postura común, pero no sería revelada en ningún momento a no ser que sea necesario usarla. Aldebarán era mucho mas que un simple campesino que vivía en el bosque, y sus años entrenando una lucha de cuerpo a cuerpo lo podían llevar a ser un guerrero bastante bueno sin tener que empuñar una espada.
Aldebaran- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Unlimited Strength (750)
Defensa :
Great Fortress
Cantidad de envíos : 168
Re: - Bosques - [Caminos]
Una fuerte ventisca se entrometio por donde estaban los dos hombres platicando calmadamente en espera de ver el desenlace que iba a dar el cielo con respecto a las nubes de lluvia. En el aire se podia sentir el olor al agua, ese olor a lluvia que Argol estaba acostumbrado a oler. Tambien le acompañaba el aire a tierra y cesped mojado, olor que tuvo tiempo de diferenciar, y disfrutar en sus largos y variables campamentos que hacian en la campaña de Germania.
De pronto su caballo relincho, nervioso tal vez. Hachi empezo a ladrar en direccion contraria a la de los hombres. El romano giro su rostro y observo una pequeña silueta que se distinguia a lo lejos. Le parecio raro encontrar a otro personaje por aquel sendero que llevaba practicamente a la nada. Aguardo sin impacientarse mientras oia la preposicion de Aldebaran.
-Solo comi una manzana desde que llegue a Roma. Un poco de comida no me hara mal, ademas mi caballo podra descansar-
Tiro un poco de las riendas de su corcel para que este se quede quieto ya que habia empezado a zapatear y relinchar mientras se movia hacia los lados. Estaria nervioso por la tormenta o peor aun, el hombre que se avecinaba...
Observo sin decir una palabra al recien llegado que preguntaba sobre una habitacion. Argol ignoro la lluvia que habia empezado a caer, generando un tintineo ritmico sobre su armadura de la Legion. Espero a que Aldebaran terminara de responderle y entonces el romano carraspeo su gargante para hacerse notar y hablo:
-Este camino lleva a los bosques y mas alla a la defensa romana. Si deseas una habitacion aparte de la que el hombre le propuso tendra que volver por donde vino que es donde Roma se encuentra-
Finalizo desviando sus ojos y poniendole atencion al gran hombre alli presente.
-Guieme entonces, señor-
De pronto su caballo relincho, nervioso tal vez. Hachi empezo a ladrar en direccion contraria a la de los hombres. El romano giro su rostro y observo una pequeña silueta que se distinguia a lo lejos. Le parecio raro encontrar a otro personaje por aquel sendero que llevaba practicamente a la nada. Aguardo sin impacientarse mientras oia la preposicion de Aldebaran.
-Solo comi una manzana desde que llegue a Roma. Un poco de comida no me hara mal, ademas mi caballo podra descansar-
Tiro un poco de las riendas de su corcel para que este se quede quieto ya que habia empezado a zapatear y relinchar mientras se movia hacia los lados. Estaria nervioso por la tormenta o peor aun, el hombre que se avecinaba...
Observo sin decir una palabra al recien llegado que preguntaba sobre una habitacion. Argol ignoro la lluvia que habia empezado a caer, generando un tintineo ritmico sobre su armadura de la Legion. Espero a que Aldebaran terminara de responderle y entonces el romano carraspeo su gargante para hacerse notar y hablo:
-Este camino lleva a los bosques y mas alla a la defensa romana. Si deseas una habitacion aparte de la que el hombre le propuso tendra que volver por donde vino que es donde Roma se encuentra-
Finalizo desviando sus ojos y poniendole atencion al gran hombre alli presente.
-Guieme entonces, señor-
Argol- Status :
Cantidad de envíos : 42
Re: - Bosques - [Caminos]
El invencible ya habia escuchado hablar a los dos personajes, ambos le habian dado una gran respuesta, brindandole cada uno una resolucion a su problema de buscar habitación. El gigante le habia dicho sobre su casa, sin embargo, Steven no queria molestar a nadie asi que decidio optar por la segunda opcion, la de una habitación en Roma. La lluvia comenzaba a hacerse mas grande y notoria. El pequeño ruido de las gotas golpeando las cosas metalicas que portaban los tres era cansador, como una tortura que no acababa nunca. Steven decidio ponerse en marcha antes de que la lluvia pasara a mayores y aun no encontrara un sitio donde quedarse…
-No es mi intencion molestar a ninguno de los dos, asi que seria muy deshonesto de mi parte aceptar su oferta, señor. –No sabia el nombre del sujeto, asi que por eso no lo llamo por el mismo- Sin embargo le agradezco su buen gesto.
Steven agradecio con un gesto de su cabeza y luego miro al otro muchacho, al que le habia informado sobre las habitaciones que estaban en alquiler, un poco mas alla de la defensa Romana…osea que debia volver a internarse en su reino, aquel reino por el que dio la vida mucho tiempo. Steven comprendio y tambien saludo al otro sujeto.
-Un gusto haber estado con ustedes dos…¿Ha dicho por aquí?Dijo el guerrero mientras señalaba hacia donde le indico el otro hombre, comenzo a caminar entonces, acelerando el paso o de lo contrario acabaria todo mojado y no lo aceptarian en ningun lado.
-No es mi intencion molestar a ninguno de los dos, asi que seria muy deshonesto de mi parte aceptar su oferta, señor. –No sabia el nombre del sujeto, asi que por eso no lo llamo por el mismo- Sin embargo le agradezco su buen gesto.
Steven agradecio con un gesto de su cabeza y luego miro al otro muchacho, al que le habia informado sobre las habitaciones que estaban en alquiler, un poco mas alla de la defensa Romana…osea que debia volver a internarse en su reino, aquel reino por el que dio la vida mucho tiempo. Steven comprendio y tambien saludo al otro sujeto.
-Un gusto haber estado con ustedes dos…¿Ha dicho por aquí?Dijo el guerrero mientras señalaba hacia donde le indico el otro hombre, comenzo a caminar entonces, acelerando el paso o de lo contrario acabaria todo mojado y no lo aceptarian en ningun lado.
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
Cantidad de envíos : 222
Re: - Bosques - [Caminos]
La contestación del pelirrojo llegó a los oídos de Aldebarán con suma sinceridad, así que tan solo sonrió, él se lo perdía. Seguía cruzado de brazos, a punto de contestarle a Argol cuando el chico nuevamente habló agradeciendo a Aldebarán y hacía un par de reverencias antes de volver a arrancar su paso, haciendo una última pregunta.
- Sí, por ahí y no te apures tanto, total Roma está bastante lejos y por mas que corras, siempre habrá también lluvia delante, jeje.
Dijo Aldebarán observando la espalda del hombre que misteriosamente había llegado e ido como un susurro en el viento. Un silencio se había abierto entre los dos hombres que quedaban ahí, mientras la lluvia seguía mojando sus rostros y refrescándolos en cierta manera, debido a que ahora estaba todo mas pacifico y no tan caluroso.
Hachi no le gustaba mucho la lluvia y se escondía simpáticamente debajo de las piernas de Aldebarán que estaba con los pies un poco separados, como si se tratase de un techo para el pequeño can. Aldebarán se quitó su chaqueta de pieles y con ella envolvió al perro, quedando él con su torso desnudo y tomó a Hachi entre sus brazos para comenzar a caminar bajo la lluvia en un camino bastante húmedo ya.
- Hora de regresar a mi cueva, ¡Jaja!
Comentó Aldebarán observando al cielo y sin cerrar los ojos mientras algunas gotas caían en su rostro, sus cabellos grisáceos y húmedos se volvían lacios por momentos, perdiendo ese toque de rebeldía que le daba antes, era un lindo día para pensar y recordar, se le pasaba por momentos en la cabeza al gigante de Roma.
- Sígueme…
Musitó para que escuchara Argol, agachando su cabeza y comenzando a andar por el sendero que llevaba hacia su cabaña. Andaba a paso a lento, esperando que el Legionario le siguiera a un paso considerable, total ya estaban mojados, por lo menos por parte de Aldebarán no temía a mojarse.
- Sí, por ahí y no te apures tanto, total Roma está bastante lejos y por mas que corras, siempre habrá también lluvia delante, jeje.
Dijo Aldebarán observando la espalda del hombre que misteriosamente había llegado e ido como un susurro en el viento. Un silencio se había abierto entre los dos hombres que quedaban ahí, mientras la lluvia seguía mojando sus rostros y refrescándolos en cierta manera, debido a que ahora estaba todo mas pacifico y no tan caluroso.
Hachi no le gustaba mucho la lluvia y se escondía simpáticamente debajo de las piernas de Aldebarán que estaba con los pies un poco separados, como si se tratase de un techo para el pequeño can. Aldebarán se quitó su chaqueta de pieles y con ella envolvió al perro, quedando él con su torso desnudo y tomó a Hachi entre sus brazos para comenzar a caminar bajo la lluvia en un camino bastante húmedo ya.
- Hora de regresar a mi cueva, ¡Jaja!
Comentó Aldebarán observando al cielo y sin cerrar los ojos mientras algunas gotas caían en su rostro, sus cabellos grisáceos y húmedos se volvían lacios por momentos, perdiendo ese toque de rebeldía que le daba antes, era un lindo día para pensar y recordar, se le pasaba por momentos en la cabeza al gigante de Roma.
- Sígueme…
Musitó para que escuchara Argol, agachando su cabeza y comenzando a andar por el sendero que llevaba hacia su cabaña. Andaba a paso a lento, esperando que el Legionario le siguiera a un paso considerable, total ya estaban mojados, por lo menos por parte de Aldebarán no temía a mojarse.
Aldebaran- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
Ataques :
AD - Unlimited Strength (750)
Defensa :
Great Fortress
Cantidad de envíos : 168
Re: - Bosques - [Caminos]
-Buen viaje-
Le dijo al pelirojo que ahora mismo se encontraba marchando hacia la ciudad. Argol lo observo por unos momentos mientras este se alejaba, ya que cuando pregunto por una habitacion habia dicho que era para un soldado. ¿Acaso era un soldado? ¿Que hacia alli perdido? ¿No conocia los campamentos de la Legion en los bosques? Poco importaba ya porque la silueta del muchacho apenas se distinguia en la lejania.
El romano observo como Aldebaran protegia a Hachi del frio y la lluvia. Sonrio ante ello, aunque por dentro no podia llegar a comprender como el perro se habia quedado tan tranquilo con un extraño. Generalmente era de gruñir o estar alerta... pero el hombre alli presente era diferente. Una extraña aura de paz se podia sentir con el. Era eso o el hambre ya estaba afectando al legionario.
-Le sigo, maese-
Tiro de las riendas de su corcel y el caballo dio los primeros pasos sobre el barro. Al avanzar se escuchaba un chapoteo por el barro y el agua en las espuelas del animal que caminaba lentamente, ya resignado por la lluvia.
Sobre su caballo, Argol meditaba. Era algo raro encontrarse con un hombre asi de la nada y mas por un camino como ese que era muy poco concurrido. A pesar de no sentirse amenazado no bajaria la guardia. La paranoia a fin de cuentas lo habia mantenido vivo todos estos años.
Le dijo al pelirojo que ahora mismo se encontraba marchando hacia la ciudad. Argol lo observo por unos momentos mientras este se alejaba, ya que cuando pregunto por una habitacion habia dicho que era para un soldado. ¿Acaso era un soldado? ¿Que hacia alli perdido? ¿No conocia los campamentos de la Legion en los bosques? Poco importaba ya porque la silueta del muchacho apenas se distinguia en la lejania.
El romano observo como Aldebaran protegia a Hachi del frio y la lluvia. Sonrio ante ello, aunque por dentro no podia llegar a comprender como el perro se habia quedado tan tranquilo con un extraño. Generalmente era de gruñir o estar alerta... pero el hombre alli presente era diferente. Una extraña aura de paz se podia sentir con el. Era eso o el hambre ya estaba afectando al legionario.
-Le sigo, maese-
Tiro de las riendas de su corcel y el caballo dio los primeros pasos sobre el barro. Al avanzar se escuchaba un chapoteo por el barro y el agua en las espuelas del animal que caminaba lentamente, ya resignado por la lluvia.
Sobre su caballo, Argol meditaba. Era algo raro encontrarse con un hombre asi de la nada y mas por un camino como ese que era muy poco concurrido. A pesar de no sentirse amenazado no bajaria la guardia. La paranoia a fin de cuentas lo habia mantenido vivo todos estos años.
Argol- Status :
Cantidad de envíos : 42
Re: - Bosques - [Caminos]
El camino fue agobiante, debido a que el guerrero necesitaba algo para comer y la noche estaba llegando mas rápido de lo que se la esperaba. La luna ya se había puesto en el punto máximo del firmamento acompañada por cientos de estrellas que iluminaban, al menos un poco, el sendero por donde Steven estaba caminando. Era un bosque poco habitado pero muy común para los que cazaban, debido a que los animales se sentían mas seguros al no verse amenazados constantemente y a veces cometían el error de exponerse a un invasor. Necesitaba algo para consumir y debía conseguirlo rápido, antes de que el frío hiciera dormir a sus presas
Atrás había dejado a Sarahissa, atendiendo los problemas y cuidando la casa. La esclava le había resultado más útil de lo que imaginaba, debido a que solo la compro para evitar que su belleza en el mercado terminara tentando a hombres con intenciones más oscuras que las de él. Para evitar que su belleza fuera su maldición, Steven le ofreció un hogar y comida, la esclava estaba respondiendo de manera favorable ese trato.
Un ruido lo saco de sus pensamientos, al moverse a su costado derecho, se detuvo con su lanza en la mano y mirando firmemente el suelo esperando un nuevo movimiento que revelara al autor del ruido. De repente entre los arbustos, un gran jabalí se movió, al parecer tratando de esconderse del romano, Steven sonrío y se acerco lentamente pero el gran animal que ya veía venir su futuro se hecho a correr en un ultimo intento por salvar su vida.
¡¡Ven aquí!!
Con gran fuerza y una precisión que lo convertían en un guerrero temible, Steven lanzo su lanza y la incrusto en el cuerpo del animal mientras que sonreía, había logrado su cometido y tendrían para comer después de todo. Alzo al gran animal y lo cargo en su hombro, la sangre del mismo chorreaba por la armadura de Steven y terminaba cayendo hasta el suelo, dejando un rastro de sangre por el camino. Pero no le importaba las manchas que este animal pudiera hacer en su armadura, después de todo, la armadura había bebido tanta sangre que un poco mas no le haría daño.
Siguió caminando dispuesto a abandonar el bosque, al menos que algo mas le llamara la atención.
Atrás había dejado a Sarahissa, atendiendo los problemas y cuidando la casa. La esclava le había resultado más útil de lo que imaginaba, debido a que solo la compro para evitar que su belleza en el mercado terminara tentando a hombres con intenciones más oscuras que las de él. Para evitar que su belleza fuera su maldición, Steven le ofreció un hogar y comida, la esclava estaba respondiendo de manera favorable ese trato.
Un ruido lo saco de sus pensamientos, al moverse a su costado derecho, se detuvo con su lanza en la mano y mirando firmemente el suelo esperando un nuevo movimiento que revelara al autor del ruido. De repente entre los arbustos, un gran jabalí se movió, al parecer tratando de esconderse del romano, Steven sonrío y se acerco lentamente pero el gran animal que ya veía venir su futuro se hecho a correr en un ultimo intento por salvar su vida.
¡¡Ven aquí!!
Con gran fuerza y una precisión que lo convertían en un guerrero temible, Steven lanzo su lanza y la incrusto en el cuerpo del animal mientras que sonreía, había logrado su cometido y tendrían para comer después de todo. Alzo al gran animal y lo cargo en su hombro, la sangre del mismo chorreaba por la armadura de Steven y terminaba cayendo hasta el suelo, dejando un rastro de sangre por el camino. Pero no le importaba las manchas que este animal pudiera hacer en su armadura, después de todo, la armadura había bebido tanta sangre que un poco mas no le haría daño.
Siguió caminando dispuesto a abandonar el bosque, al menos que algo mas le llamara la atención.
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
Cantidad de envíos : 222
Re: - Bosques - [Caminos]
En la densidad del bosque estaba Fingolfin, con una bronca inmensa acumulada. Se había ido de su Villa sin mencionarle a nadie a donde, corrió y corrió hasta que sus piernas no dieran más. Había caído la noche, se había quedado en un árbol colgado observando las estrellas, el cielo, intentando comprender un poco ¿Qué era ser un guerrero de verdad? Sus ojos observaron con pena todo alrededor, no valía lo mismo, estaba con un capricho enorme y era aquel de convertirse en un guerrero de verdad.
Quería derramar sangre a diestra y siniestra, esforzarse al máximo y demostrarle a la gente que en realidad a pesar de ser un niño mimado por sus padres, el podía ser mucho mas que eso, podía ser mucho mejor que cualquier legionario actual de Roma.
Se bajó del árbol de un salto y suspiró frente a un árbol, apoyando la palma de su mano en él, mientras una pequeña lagrima cristalina corría por su mejilla. ¿Por qué lo trataban así? Lo sabía, en el fondo lo sabía, pertenecía a su familia y la fama ganada en orgías no era bastante favorable, pero no quería ser tratado así, al menos no ahora. En ese momento recordó a Octavius, si el fuera como ese hombre, todos dejarían de hablar pestes de él, pero no era como él. Pero podía pensar como tal, quizás si el hiciera oídos sordos a todos los estúpidos comentarios del pueblo, estaría bien, al menos para él.
¡Tengo… - dijo para lanzar un golpe de puño con la mano desnuda al árbol, haciendo crujir sus nudillos. - … que… - musitó para lanzar otro con la otra mano, teniendo el mismo resultado. - …convertirme en alguien como él!
Dijo para lanzar montones de puños uno tras otro. Sus nudillos se enrojecían prontamente, se irritaban, pero parecía inmune al dolor. Podía ver la sangre escurrir por sus manos pero no quería detenerse, tenía una gran ira acumulada. Lanzó un puñetazo con gran fuerza, sintiendo el crujir de sus huesos debido a que se había quebrado y sus ojos lagrimearon por el dolor, apoyando sus dos manos en el tronco del árbol. Respiraba agitado mientras intentaba recomponerse, mas gotas recorrían su mejilla, mientras maldecía para todos lados, sus nudillos sangraban y eso poco le importaba.
Quería derramar sangre a diestra y siniestra, esforzarse al máximo y demostrarle a la gente que en realidad a pesar de ser un niño mimado por sus padres, el podía ser mucho mas que eso, podía ser mucho mejor que cualquier legionario actual de Roma.
Se bajó del árbol de un salto y suspiró frente a un árbol, apoyando la palma de su mano en él, mientras una pequeña lagrima cristalina corría por su mejilla. ¿Por qué lo trataban así? Lo sabía, en el fondo lo sabía, pertenecía a su familia y la fama ganada en orgías no era bastante favorable, pero no quería ser tratado así, al menos no ahora. En ese momento recordó a Octavius, si el fuera como ese hombre, todos dejarían de hablar pestes de él, pero no era como él. Pero podía pensar como tal, quizás si el hiciera oídos sordos a todos los estúpidos comentarios del pueblo, estaría bien, al menos para él.
¡Tengo… - dijo para lanzar un golpe de puño con la mano desnuda al árbol, haciendo crujir sus nudillos. - … que… - musitó para lanzar otro con la otra mano, teniendo el mismo resultado. - …convertirme en alguien como él!
Dijo para lanzar montones de puños uno tras otro. Sus nudillos se enrojecían prontamente, se irritaban, pero parecía inmune al dolor. Podía ver la sangre escurrir por sus manos pero no quería detenerse, tenía una gran ira acumulada. Lanzó un puñetazo con gran fuerza, sintiendo el crujir de sus huesos debido a que se había quebrado y sus ojos lagrimearon por el dolor, apoyando sus dos manos en el tronco del árbol. Respiraba agitado mientras intentaba recomponerse, mas gotas recorrían su mejilla, mientras maldecía para todos lados, sus nudillos sangraban y eso poco le importaba.
Fingolfin- Status :
Cantidad de envíos : 34
Re: - Bosques - [Caminos]
El animal comenzaba a volverse mas pesado, debido a que se ponía duro como todo animal que muere nervioso. Su carne no seria muy buena, pero de todas formas seria una comida y con eso bastaría para Steven y su esclava. Siguió caminando sin mirar nada alrededor, concentrado en su camino hasta que un ruido lo saco de su concentración y lo obligo a mirar hacia un costado. Pudo ver aquel joven esmerarse en mejorar, golpeando un árbol al mismo tiempo que se reflejaba su dolor en el rostro. Steven sintió piedad por el joven que ya había visto anteriormente, era aquel hiperactivo chico de nombre Fingolfin. Su encuentro en el mercado no fue muy placentero, pero ahora estaban en otras condiciones, quizás debería saludar.
Cuando se estaba acercando a saludar comprobó como el muchacho se quebró sus nudillos por golpear un tronco, Steven se quedo mirando la escena anonadado mientras que él se tomaba los nudillos y lloraba. El guerrero de Roma tiro el animal que cargaba y se acerco rápidamente hacia él. Lo miro desde lo mas cerca que pudo y le hablo.
-¿Qué es lo que intentas, muchacho?... Un árbol no es un buen lugar para entrenar…
Las palabras de Steven sonaban fuertes, pero en el fondo tenia razón. Si lo que trataba era mejorar en combate, golpear a un árbol no serviría de nada. Solo traería dolor y heridas, no es lo mismo el cuerpo de un hombre con el de una madera sólida.
-Mira nada más esa mano…
Cuando se estaba acercando a saludar comprobó como el muchacho se quebró sus nudillos por golpear un tronco, Steven se quedo mirando la escena anonadado mientras que él se tomaba los nudillos y lloraba. El guerrero de Roma tiro el animal que cargaba y se acerco rápidamente hacia él. Lo miro desde lo mas cerca que pudo y le hablo.
-¿Qué es lo que intentas, muchacho?... Un árbol no es un buen lugar para entrenar…
Las palabras de Steven sonaban fuertes, pero en el fondo tenia razón. Si lo que trataba era mejorar en combate, golpear a un árbol no serviría de nada. Solo traería dolor y heridas, no es lo mismo el cuerpo de un hombre con el de una madera sólida.
-Mira nada más esa mano…
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
Cantidad de envíos : 222
Re: - Bosques - [Caminos]
Helena llegó caminando lentamente como si el tiempo no avanzara para ella, estaba en el camino que llevaba a los bisques y ese día sí iba a cazar, y no era para más ya que tenía planeado hacerle a su amado Fye un vellocino con la piel del animal que lograra matar; como era muy temprano la joven de cabellos rubios se sentía tranquila al caminar por esos lares hasta el bosque lleno de animales en los que pasaba metida horas enteras hasta llegada la noche, en la cual se dedicaba a mirar la vida nocturna de ese lugar para regresar luego a su casa deseando poder estar más tiempo en ese lugar y perderse soñando con su príncipe bajado desde el reino de los dioses para hacer que su corazón se torturara, pero no le importaba en lo más mínimo puesto que ahora mismo estaba feliz de ser torturada de esa forma tan sutil y hermosa.
Mientras llegaba a estas conclusiones la joven rubia se encontró con un escenario poco usual. Un joven estaba parado frente a un árbol y tenía la mano toda ensangrentada, cosa que le hizo pensar que el joven trataba de entrenar para ser más fuerte; por otra parte se veía un hombre de mirada severa que estaba frente al joven, y al parecer algo había dicho acerca de la forma de entrenar del mismo.
-Buenos días, disculpen que me entrometa- dijo la hija del soldado con una gran sonrisa en sus labios, pues se sentía de un humor excelente, aunque la amenaza de su madre acerca de hacer que se casara aún seguía esperándola en su villa como un lobo ambriento que espera pacientemente a su presapara morderla con sus afilados dientes y despedazarla poco a poco logrando así matarla.- Son nuevos por aquí? Lamento molestarles pero quería saber si podrían decirme porqué lado del bosque habrían visto de casualidad una gacela o un venado, necesito de sus pieles para hacer un vellocino, es urgente.
Helena acomodó su carcaj porque de tanto hacer aspavientos casi se caían, y si eso pasaba sería una tragedia que ella tuviera que ponerse a recoger las mismas porque así se retrasaría el tiempo que ella necesitaría para ir a ver otra vez a Fye en esa villa tan caótica, pero tan fascinante, en donde el más bello ser residía pacífcamente, y no importaba cuanto su madre se ocupara de amenazarla, ella sencillamente no iba a rendirse sin haberlo visto tan solo una vez.
Helena- Amazona de Abel
- Reino : Templo de la Corona
Ataques :
AD - Tornado de super nova (2050)
AD - Séquito de Abel (2450*)
AM - Ejército espectral (2350)
Defensa :
Luz de Aparición Post Mortem
Cantidad de envíos : 311
Re: - Bosques - [Caminos]
Sus ojos se entrecerraron conteniendo las lagrimas del dolor por momentos, debido a que no quería mostrarse débil frente a aquel que le había humillado en el mercado, o al menos eso él creía. Fingolfin agachó su cabeza escondiendo su faz entre aquellos anaranjados cabellos y tomando su mano para sobarse intentando calmar el dolor. – Lo que faltaba…
Dijo mirando para otro lado dándole la espalda al legionario Steven. Él le tenía sus respetos, después de todo, las leyendas decían que él era invencible, aunque en algún momento de su vida tendría que haber perdido; como ahora Fingolfin lo había hecho. Observo de soslayo girando lentamente su faz hacia el guerrero y sus ojos mostraron desagrado, tensando aquellos puños que le ardían constantemente.
N-no… ¡No es asunto tuyo mi mano! – dijo gritando y escondiendo la ya dichosa entre sus ropajes para detener un poco la hemorragia de sus nudillos.
Suspiró por lo bajo, mientras se daba la vuelta por completo ahora mirando de frente a Steven. Aquella mirada fría, esa noche apenas fresca, con una suave y calida brisa que mecía los pastizales de lado a lado, dejando ver el puño cerrado de Fingolfin manchar de carmesí el suelo. Tenía ganas de levantar su puño y aunque su mano se hiciera añicos asestarle un puñetazo entre sus dos ojos para ver que tan invencible era pero estaba temblando del dolor y todo su brazo comenzaba a paralizarse por ello.
¡Sé lo que es entrenar! ¡Lo hago duro como todo hombre! Estaba solo quitándome la rabia de encima, odio que la gente solo me trate como a un niño. – musitó Fingolfin mirando que de entre la maleza alguien mas se acercaba y éste se ponía alerta, por si era algún animal salvaje o algo por el estilo.
Su expresión cambió de repente, cuando vio avecinarse a una mujer con arco de la oscuridad, mostrando su rostro hermoso por completo y una hermosa cabellera rubia. Fingolfin ya de por sí estaba enojado y su respuesta no sería la mas indicada, dado que no quería hablar con nada ni nadie y la presencia de Steven le jodía por demás. Sin embargo decidió contestarle de mala gana a la muchacha. - ¿Buenos días? ¡¿No ves que es de noche?!
Dijo observando a Steven, quizás el reprocharía su actitud. Le miró desafiante, como si aun quedaran asuntos pendientes por resolver, para que sus ojos se encontraran nuevamente con la muchacha, pues le había escuchado cada palabra que había musitado. Suspiró un tanto enojado, intentando mantener la calma, para soltar un pequeño grito de dolor por las manos que le seguían sangrando.
¿Gacelas o Venados? Disculpa, pero creo que como cazadora deberías saber que son animales diurnos los que buscas, al menos que seas aprendiz. Pero a estas horas de la noche no encontrarás nada parecido a eso… solo animales salvajes en busca de comida, si es que tienes suerte, pero debería decir que tendrías que tener mas suerte que no te vean como comida a ti también… - dijo de mala gana para sentarse en el césped y apoyar su espalda contra el tronco del árbol que había golpeado con furia.
Aun no sé como tengo la suerte de encontrarte aquí, cuando serías la persona que menos querría ver ahora, porque gracias a ti es que estoy golpeando éste árbol… - dijo por ultimo para Steven y luego mirar las estrellas que brillaban hermosas en el firmamento.
Dijo mirando para otro lado dándole la espalda al legionario Steven. Él le tenía sus respetos, después de todo, las leyendas decían que él era invencible, aunque en algún momento de su vida tendría que haber perdido; como ahora Fingolfin lo había hecho. Observo de soslayo girando lentamente su faz hacia el guerrero y sus ojos mostraron desagrado, tensando aquellos puños que le ardían constantemente.
N-no… ¡No es asunto tuyo mi mano! – dijo gritando y escondiendo la ya dichosa entre sus ropajes para detener un poco la hemorragia de sus nudillos.
Suspiró por lo bajo, mientras se daba la vuelta por completo ahora mirando de frente a Steven. Aquella mirada fría, esa noche apenas fresca, con una suave y calida brisa que mecía los pastizales de lado a lado, dejando ver el puño cerrado de Fingolfin manchar de carmesí el suelo. Tenía ganas de levantar su puño y aunque su mano se hiciera añicos asestarle un puñetazo entre sus dos ojos para ver que tan invencible era pero estaba temblando del dolor y todo su brazo comenzaba a paralizarse por ello.
¡Sé lo que es entrenar! ¡Lo hago duro como todo hombre! Estaba solo quitándome la rabia de encima, odio que la gente solo me trate como a un niño. – musitó Fingolfin mirando que de entre la maleza alguien mas se acercaba y éste se ponía alerta, por si era algún animal salvaje o algo por el estilo.
Su expresión cambió de repente, cuando vio avecinarse a una mujer con arco de la oscuridad, mostrando su rostro hermoso por completo y una hermosa cabellera rubia. Fingolfin ya de por sí estaba enojado y su respuesta no sería la mas indicada, dado que no quería hablar con nada ni nadie y la presencia de Steven le jodía por demás. Sin embargo decidió contestarle de mala gana a la muchacha. - ¿Buenos días? ¡¿No ves que es de noche?!
Dijo observando a Steven, quizás el reprocharía su actitud. Le miró desafiante, como si aun quedaran asuntos pendientes por resolver, para que sus ojos se encontraran nuevamente con la muchacha, pues le había escuchado cada palabra que había musitado. Suspiró un tanto enojado, intentando mantener la calma, para soltar un pequeño grito de dolor por las manos que le seguían sangrando.
¿Gacelas o Venados? Disculpa, pero creo que como cazadora deberías saber que son animales diurnos los que buscas, al menos que seas aprendiz. Pero a estas horas de la noche no encontrarás nada parecido a eso… solo animales salvajes en busca de comida, si es que tienes suerte, pero debería decir que tendrías que tener mas suerte que no te vean como comida a ti también… - dijo de mala gana para sentarse en el césped y apoyar su espalda contra el tronco del árbol que había golpeado con furia.
Aun no sé como tengo la suerte de encontrarte aquí, cuando serías la persona que menos querría ver ahora, porque gracias a ti es que estoy golpeando éste árbol… - dijo por ultimo para Steven y luego mirar las estrellas que brillaban hermosas en el firmamento.
Fingolfin- Status :
Cantidad de envíos : 34
Re: - Bosques - [Caminos]
Al parecer, sus modales no habían cambiado. Seguía siendo el mismo mocoso insolente y malcriado que Steven conoció en el mercado. Insultando y gritando por cualquier estupidez, aunque a esa actitud se le sumaba el hecho de tener su mano quebrada, por lo que se volvía un poco más comprensible. Sin embargo, sus palabras eran demasiado vulgares. Steven lo miro por un momento y decidió evitar darle la atención que no se merecía. Levanto el animal y luego se dispuso a retirarse, cuando escucho las palabras de aquella mujer, solo ahí volteo otra vez.
Una delgada muchacha de cabellos amarillos se hacia presente, portando un arma en sus manos. Al parecer estaba cazando gacelas o venados, según sus palabras. La reacción de Fingolfin no fue la más apropiada, por lo que el legionario se dio vuelta, arrojando el animal que traía en su espalda y lo miro fríamente, sin darle importancia a las últimas palabras que había dicho.
-Escúchame… Pequeño mocoso insolente. No es con los malos modales o las vulgares palabras que un guerrero se hace fuerte.
Dijo mientras que lo miraba fijamente, no podía creer que un muchacho tuviera tanta estupidez en su mente, como para tratar de mostrarse fuerte cuando no lo era. Un verdadero guerrero no escondía sus sentimientos detrás del rencor o el odio, mientras que la pobre muchacha solo preguntaba cosas que le serian útiles. Steven miro un poco a la muchacha y le dijo con un tono mas amable, relajando su rostro para dejar atrás la expresión de odio que tenia hacia Fingolfin.
-Disculpa sus modales… Ha vivido entre oro y riquezas. Pero yo puedo asegurarte que los animales que tu dices aun están por el bosque, solo hay que saber buscarlos. Un animal diurno es mas fácil de capturar por la noche, porque esta durmiendo…-Dijo sonriendo mientras que señalaba en dirección al centro del bosque- Por allá tienen sus cuevas, donde se refugian. Si quieres, puedo acompañarte… Podemos, si es que Fingolfin quiere demostrar que en realidad es educado.
El guerrero miro por ultimo al herido muchacho mientras que decía unas últimas palabras.
-No me eches la culpa a mi, eres tu quien golpea un árbol sin razón aparente. Si eres un Emocional como otras personas, que te gusta hacerte daño… No culpes a los demás por ello.
Dijo mientras que se quedo quieto esperando la respuesta de la rubia muchacha
Una delgada muchacha de cabellos amarillos se hacia presente, portando un arma en sus manos. Al parecer estaba cazando gacelas o venados, según sus palabras. La reacción de Fingolfin no fue la más apropiada, por lo que el legionario se dio vuelta, arrojando el animal que traía en su espalda y lo miro fríamente, sin darle importancia a las últimas palabras que había dicho.
-Escúchame… Pequeño mocoso insolente. No es con los malos modales o las vulgares palabras que un guerrero se hace fuerte.
Dijo mientras que lo miraba fijamente, no podía creer que un muchacho tuviera tanta estupidez en su mente, como para tratar de mostrarse fuerte cuando no lo era. Un verdadero guerrero no escondía sus sentimientos detrás del rencor o el odio, mientras que la pobre muchacha solo preguntaba cosas que le serian útiles. Steven miro un poco a la muchacha y le dijo con un tono mas amable, relajando su rostro para dejar atrás la expresión de odio que tenia hacia Fingolfin.
-Disculpa sus modales… Ha vivido entre oro y riquezas. Pero yo puedo asegurarte que los animales que tu dices aun están por el bosque, solo hay que saber buscarlos. Un animal diurno es mas fácil de capturar por la noche, porque esta durmiendo…-Dijo sonriendo mientras que señalaba en dirección al centro del bosque- Por allá tienen sus cuevas, donde se refugian. Si quieres, puedo acompañarte… Podemos, si es que Fingolfin quiere demostrar que en realidad es educado.
El guerrero miro por ultimo al herido muchacho mientras que decía unas últimas palabras.
-No me eches la culpa a mi, eres tu quien golpea un árbol sin razón aparente. Si eres un Emocional como otras personas, que te gusta hacerte daño… No culpes a los demás por ello.
Dijo mientras que se quedo quieto esperando la respuesta de la rubia muchacha
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
Cantidad de envíos : 222
Re: - Bosques - [Caminos]
Helena escuchó primero la respuesta del joven mal educado que lloriqueaba por su mano sangrante y todo porqué¿? Por golpear un árbol, a leguas veía que era un debilucho, que nada tenía que hacer en ese lugar, también se dio cuenta que como cazador dejaba mucho que desear, puesto que bien sabido era que los animales salvajes eran más fáciles de matar en la noche por la oscuridad que les dificulta la vista y por el cansancio del día.
-Pero qué borde eres! Mal educado yo no te he hablado de esa forma, y bien podrías ser tú alimento, pero algún animal carroñero!-Una vez dicho esto, la joven decidió no seguir respondiendo como se merecía a ese joven, puesto que estaba más que claro que no tenía sentido enojarse tantísimo y ponerse a pelear tontamente con ese ser tan salido de lugar. Ya tomada esa resolución escuchó ahora sí lo que decía el otro chico que estaba parado al lado de el; este sí parecía ser educado y más que todo sabía bastante de cacería.
-Valla al fin alguien entiende de cacerí realmente, eso me alegra mucho- Helena sonrió y luego se puso pensativa, era cierto lo que había dicho el joven mal educado, era de noche y ella ni se había fijado, algo le estaba pasando y sabía que era. Por estar pensando sólo en su obsesión más grande no se había dado cuenta de cuánto había avanzado el día y ya había anochecido irremediablemente. El animal que llevaba el joven tan educado en su espalda había llamdo la atención de la joven, puesto que hace unos días ella también había cazado uno perecido, pero su carne resultó ser dura y de mal sabor, por lo que tuvo que verse en la penosa obligación de enterrarlo y privarse de comer la misma; fue con eso que se dió cuenta de que ese hombre era un cazador, y no parecía ser de cualquier tipo, si no de los buenos, ya hacía referencia a los principios con los que se dedicaba a la cacería su padre cuando estaba en ese mundo.
-Es un gusto conocerte, mi nombre es Helena y como ves gusto mucho de la cacería, y me alegraría mucho disfrutar de tu presencia mientras me dedico a buscar los animales antes nombrados. Cuál es tu nombre?- Dijo la joven hija del soldado mientras extenía su mano para saludar a su interlocutor, costumbre que su madre criticaba bastante, pues biensa sabido era que esa forma de saludar la usaban exclusivamente los hombres, más no las mujeres que tenían otras formas más delicadas y educadas de saludar, mientras esperaba, la joven era trasnportada otra vez hacia la villa en donde vivía Fye, conseguiría ese vellocino para él, y se lo mandaría con algún sirviente, para ver si mostraba interés en descubrir quien era tan amable con él.
-Pero qué borde eres! Mal educado yo no te he hablado de esa forma, y bien podrías ser tú alimento, pero algún animal carroñero!-Una vez dicho esto, la joven decidió no seguir respondiendo como se merecía a ese joven, puesto que estaba más que claro que no tenía sentido enojarse tantísimo y ponerse a pelear tontamente con ese ser tan salido de lugar. Ya tomada esa resolución escuchó ahora sí lo que decía el otro chico que estaba parado al lado de el; este sí parecía ser educado y más que todo sabía bastante de cacería.
-Valla al fin alguien entiende de cacerí realmente, eso me alegra mucho- Helena sonrió y luego se puso pensativa, era cierto lo que había dicho el joven mal educado, era de noche y ella ni se había fijado, algo le estaba pasando y sabía que era. Por estar pensando sólo en su obsesión más grande no se había dado cuenta de cuánto había avanzado el día y ya había anochecido irremediablemente. El animal que llevaba el joven tan educado en su espalda había llamdo la atención de la joven, puesto que hace unos días ella también había cazado uno perecido, pero su carne resultó ser dura y de mal sabor, por lo que tuvo que verse en la penosa obligación de enterrarlo y privarse de comer la misma; fue con eso que se dió cuenta de que ese hombre era un cazador, y no parecía ser de cualquier tipo, si no de los buenos, ya hacía referencia a los principios con los que se dedicaba a la cacería su padre cuando estaba en ese mundo.
-Es un gusto conocerte, mi nombre es Helena y como ves gusto mucho de la cacería, y me alegraría mucho disfrutar de tu presencia mientras me dedico a buscar los animales antes nombrados. Cuál es tu nombre?- Dijo la joven hija del soldado mientras extenía su mano para saludar a su interlocutor, costumbre que su madre criticaba bastante, pues biensa sabido era que esa forma de saludar la usaban exclusivamente los hombres, más no las mujeres que tenían otras formas más delicadas y educadas de saludar, mientras esperaba, la joven era trasnportada otra vez hacia la villa en donde vivía Fye, conseguiría ese vellocino para él, y se lo mandaría con algún sirviente, para ver si mostraba interés en descubrir quien era tan amable con él.
Helena- Amazona de Abel
- Reino : Templo de la Corona
Ataques :
AD - Tornado de super nova (2050)
AD - Séquito de Abel (2450*)
AM - Ejército espectral (2350)
Defensa :
Luz de Aparición Post Mortem
Cantidad de envíos : 311
Re: - Bosques - [Caminos]
Suspiró por lo bajo mientras era insultado, mordió sus labios mientras ladeaba su cabeza de lado a lado, ¿Eran idiotas o se hacían? Sus ojos miraron el suelo con un tanto de aburrimiento mientras que podría haberse golpeado el rostro para darles a conocer que estaban en lo incorrecto, como señal de que eran tontos, pero no podía mover su mano.
- ¿Y se hacen llamar cazadores? Primero y principal, están completamente incorrectos ambos. Tu al cazar un jabalí salvaje, si bien su carne es deliciosa los de este bosque contienen altamente enfermedades que te podrían llevar a la muerte. A un joven hace poco en Roma por comer jabalí comenzó a dolerle la cabeza y murió de una fiebre tremenda… y era de la realeza… así que figúrate un poco en tu lugar.
Si tengo o no tengo oro y riquezas, eso no cambiaría mi vida. Podría ser mejor que tu en muchos aspectos, ¿Si soy sentimental? No, no lo creo así, por personas como ustedes estoy tratando de matar mis nudillos para hacerme más fuerte. El endurecimiento de los nudillos es a través del dolor, por más que mis manos sangren y se rompan, sé que estoy mejorando en algún aspecto y mis huesos serán más fuertes la próxima vez. – dijo para agitar su mano que le ardía un poco y desparramar un poco de sangre en el césped.
Salir a cazar venados a estas horas, es completamente un acto de demencia, porque los animales diurnos buscan refugios como cuevas y demás para esconderse, están en manada. Implicaría que matar a uno de ellos mientras está dormido es ir a buscar al animal muerto y ser embestido por cientos de ellos, los venados tienen cuernos gigantes y podrían salir fuertemente lastimados. Si estamos aquí para rebajar y insultarme, podré ser un idiota y lo soy tanto que los acompañaré, sé que sin mi no harían nada… - dijo quitando de su cinturón una bolsa con vendas para protegerse la mano, y detener el sangrado. Tensó sus puños probando sus vendajes luego y colocó dos guantes de cuero sobre sus manos vendadas, para sacar las hermosas espadas de una dinastía antigua.
- ¿Y se hacen llamar cazadores? Primero y principal, están completamente incorrectos ambos. Tu al cazar un jabalí salvaje, si bien su carne es deliciosa los de este bosque contienen altamente enfermedades que te podrían llevar a la muerte. A un joven hace poco en Roma por comer jabalí comenzó a dolerle la cabeza y murió de una fiebre tremenda… y era de la realeza… así que figúrate un poco en tu lugar.
Si tengo o no tengo oro y riquezas, eso no cambiaría mi vida. Podría ser mejor que tu en muchos aspectos, ¿Si soy sentimental? No, no lo creo así, por personas como ustedes estoy tratando de matar mis nudillos para hacerme más fuerte. El endurecimiento de los nudillos es a través del dolor, por más que mis manos sangren y se rompan, sé que estoy mejorando en algún aspecto y mis huesos serán más fuertes la próxima vez. – dijo para agitar su mano que le ardía un poco y desparramar un poco de sangre en el césped.
Salir a cazar venados a estas horas, es completamente un acto de demencia, porque los animales diurnos buscan refugios como cuevas y demás para esconderse, están en manada. Implicaría que matar a uno de ellos mientras está dormido es ir a buscar al animal muerto y ser embestido por cientos de ellos, los venados tienen cuernos gigantes y podrían salir fuertemente lastimados. Si estamos aquí para rebajar y insultarme, podré ser un idiota y lo soy tanto que los acompañaré, sé que sin mi no harían nada… - dijo quitando de su cinturón una bolsa con vendas para protegerse la mano, y detener el sangrado. Tensó sus puños probando sus vendajes luego y colocó dos guantes de cuero sobre sus manos vendadas, para sacar las hermosas espadas de una dinastía antigua.
Fingolfin- Status :
Cantidad de envíos : 34
Re: - Bosques - [Caminos]
Ayyy–Dijo con un tono de ternura demasiado elevado, para hacer sentir incomodo al muchacho de pelo naranja- Es valiente para pegarle a un árbol pero no para un par de animalitos enojados…
Quizás Steven lo estaba provocando demasiado, pero no le importaba. Quería ver si era cierto que dentro de aquel mimado jovencito se escondían tantas habilidades como muchos decían. Aunque muchos otros musitaban cosas diferentes sobre él, Steven solo se dejaba llevar por los comentarios positivos y por lo que sus propios ojos veían.
Sin dejar de pensar en ese tema, volteo hacia donde se encontraba parada la muchacha y la miro por un momento. Le atraía su físico, como a cualquier hombre que la viera, pero lo que más le llamaba la atención era que parecía conocer poco de la casería, por más de estar muy interesada en ella. Le dirigió unas palabras, presentándose.
-Mi nombre es Steven, soy un guerrero… No un cazador –Dijo mientras que miro a Fingolfin con una sonrisa burlona- Será un placer acompañarte, además, yo también tengo que cazar algo para comer. Mi…-Estuvo por usar el termino de esclava, pero no le pareció apropiado- Tengo a alguien esperándome.
Dijo mientras que comenzó a caminar y se alejaba del lugar a pasos lentos. Se detuvo un instante para decirle unas ultimas palabras al joven de cabellos naranjas, sacándolo de su confusión y sobre todo, para demostrarle que estaba totalmente equivocado en lo que hacia.
-Los nudillos no se endurecen… Lo que haces es solo lastimarte, imagínate que a un muro le arrojes algo pesado con la idea de fortificarlo. El muro se quebrara, al igual que tus nudillos, con la diferencia de que existe gran mano de obra como para arreglarlo nuevamente–Dijo tratando de explicarle su punto, de un modo mas sencillo- Pero para los nudillos, no existe mano de obra que los pueda reparar mas que un largo, pero muy largo, tiempo.
Concluyo con unas ultimas palabras mientras que seguía con su paso desenfundando su espada, decidió que seria bueno pasar algo de tiempo con aquellos personajes además de distraerle, le daría mas tiempo a Sarahissa que después de verlo con su armadura, no esperaba una buena bienvenida.
-Además, he estado en batallas y he ganado muchas…en realidad, todas esas guerras y luchas, sin tener que quebrar mis nudillos… o usarlos siquiera. Si sigues “fortaleciendo” tus manos, no podrás ni tomar tu espada en el futuro…
Quizás Steven lo estaba provocando demasiado, pero no le importaba. Quería ver si era cierto que dentro de aquel mimado jovencito se escondían tantas habilidades como muchos decían. Aunque muchos otros musitaban cosas diferentes sobre él, Steven solo se dejaba llevar por los comentarios positivos y por lo que sus propios ojos veían.
Sin dejar de pensar en ese tema, volteo hacia donde se encontraba parada la muchacha y la miro por un momento. Le atraía su físico, como a cualquier hombre que la viera, pero lo que más le llamaba la atención era que parecía conocer poco de la casería, por más de estar muy interesada en ella. Le dirigió unas palabras, presentándose.
-Mi nombre es Steven, soy un guerrero… No un cazador –Dijo mientras que miro a Fingolfin con una sonrisa burlona- Será un placer acompañarte, además, yo también tengo que cazar algo para comer. Mi…-Estuvo por usar el termino de esclava, pero no le pareció apropiado- Tengo a alguien esperándome.
Dijo mientras que comenzó a caminar y se alejaba del lugar a pasos lentos. Se detuvo un instante para decirle unas ultimas palabras al joven de cabellos naranjas, sacándolo de su confusión y sobre todo, para demostrarle que estaba totalmente equivocado en lo que hacia.
-Los nudillos no se endurecen… Lo que haces es solo lastimarte, imagínate que a un muro le arrojes algo pesado con la idea de fortificarlo. El muro se quebrara, al igual que tus nudillos, con la diferencia de que existe gran mano de obra como para arreglarlo nuevamente–Dijo tratando de explicarle su punto, de un modo mas sencillo- Pero para los nudillos, no existe mano de obra que los pueda reparar mas que un largo, pero muy largo, tiempo.
Concluyo con unas ultimas palabras mientras que seguía con su paso desenfundando su espada, decidió que seria bueno pasar algo de tiempo con aquellos personajes además de distraerle, le daría mas tiempo a Sarahissa que después de verlo con su armadura, no esperaba una buena bienvenida.
-Además, he estado en batallas y he ganado muchas…en realidad, todas esas guerras y luchas, sin tener que quebrar mis nudillos… o usarlos siquiera. Si sigues “fortaleciendo” tus manos, no podrás ni tomar tu espada en el futuro…
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
Cantidad de envíos : 222
Re: - Bosques - [Caminos]
Helena escuchó las palabras de esos hombres y concluyó que lo mejor era que dejara de hacerse la tonta, bien sabía ella que los animales diurnos se metían en cuevas y se ponían reunidos en manadas, además bien sabía que en la noche lo que se podía cazar bien, eran los animales salvajes y extremadamente violentos como lobos o jabalíes; cuando la discusión se puso más seria y los dos chicos empezaron argumentar mucho más, la joven de cabellos rubios tuvo que dejar de pensar tanto en Fye y se dedicó mejor a pensar bien qué era lo que iba a responder, pero mejor que hablar, resultaba más bien mostrar, y ella mostró una cuerda en la que estaban amarrados algunos dientes de jabalíes bastante grandes y que guardaba en su carcaj. Cuando la joven hizo esto otro cazador que pasaba por el camino le dijo:
-Helena! Te has propuesto matar a esa bestia insolente no?- El cazador pasó sus ojos por la colección de dientes que tenía Helena en su mano y siguió diciendo- Bueno pues si sigues corriendo detrás de el todas las noches y lo observas unos días más seguro que vas a poder matarlo.- Una vez dicho esto el cazador se despidió de ella con un gesto de su mano y se marchó dejando a Helena con una cara de: Y este acaba de delatarme.
-Bueno creo yo que no tiene caso seguir con lo mismo. Sí sé de cacería porque mi padre me enseñó, aunque sus métodos eran riesgosos, mi padre siempre me dijo que si tenía el valor de cazar venados en la noche tenía que estar dispuesta a tener que correr cuando estos te ataquen, y no se meten en cuevas, eso es absurdo.
Helena suspiró y luego de blandir la cuerda con los colmillos amarrados a la misma se acercó a Steven y le mostró la cuerda diciendo- Ves este colmillo roto? Es el de un jabalí muy grande y violento, recién hace dos días le vi, y ayer recién le ataqué, sin embargo por cosas de la vida terminé frente a frente al animal y luego de casi tres horas de esquivar sus embestidas logré arrancarle este colmillo de una patada; eso fue en la mañana, casi al alba, estoy segura que está por aquí y lo que quiero es su piel y su otro colmillo, si necesitas alimento puedes consumir su carne, pero no quiero ir a cazarlo sola, porque me tomará más tiempo del que tengo, y debo hacer unas cosas para el día de mañana y no me alcanzará el día después.
Helena terminó de decir esto y se alejó unos pasos para escuchar la respuesta de las dos personas que estaban en ese lugar, se había abstenido de contestar las groserías del joven que antes le había contestado mal, porque comprendía que no todos podía sobrellevar bien el hecho de haber tenido un día pésimo, y si ese era el caso del joven debía dejar que el solito comprendiera que los demás no tenían la culpa de lo que pasaba; claro que cuando ella dijo sus verdaderas intenciones daba cabida a que los jóvenes se molestaran con ella, ya que ella estuvo preguntando por venados, sólo con el fin de hacer que ellos la acompañaran a base de engaños; aunque no era su culpa, después de todo cada cazador al que ella pedía ayuda se negaba diciendo que con ella no irían a ningún lado porque era capaz de dejarlos morir en ese lugar sin remedio por estar distraída pensando en su amor platónico, quien ellos obviamente no sabían quien era, pero a esa razón atribuían su distracción.
Narro/ Hablo/ cazador metido
Helena- Amazona de Abel
- Reino : Templo de la Corona
Ataques :
AD - Tornado de super nova (2050)
AD - Séquito de Abel (2450*)
AM - Ejército espectral (2350)
Defensa :
Luz de Aparición Post Mortem
Cantidad de envíos : 311
Re: - Bosques - [Caminos]
¿Qué tan difícil puede ser cazarlo? – pensó Fingolfin mientras miraba a los demás, de reojos ya le causaba nauseas aquel idiota de Steven, ¿Se creía un maestro o que mierda? Parecía que no sabía nada acerca de nudillos.
Sí, seguro… siento como que si estas espadas quedaran de adorno en un futuro, porque es como si una fuerza latiera en mí y me llevara a usar los puños próximamente, es extraño… pero lo siento así. Quizás tenga mas fuerza con estas manos que con el acero que porto… pero es muy difícil de explicar y mas para alguien como tú… - dijo el pelinaranja mientras observaba al nuevo cazador que había llegado.
Sus ojos buscaban todo a su alrededor, comenzó a olfatear cual can, hacía mucho calor en ese momento a pesar de ser de noche y un par de gotas de sudor tenía. Miro a los demás y luego al cielo, sus ojos observaban que había un par de nubes cargadas de agua, lo que quería decir que pronto… - lloverá.
Dijimos que te ayudaríamos, lo único que pienso es que un cazador se tiene que tomar su tiempo para encontrar la presa adecuada, y no entiendo que eso que dices de que estás apurada. Si estás dispuesta a cazarlo lo haremos, pero ten en cuenta que puede aparecer como no y quizás se tarde… así que deberías de elegir en cazarlo o simplemente ir a hacer tus cosas, no te lo digo en malas… estoy siendo educado para mi forma de ser. – musitó el joven mientras bajaba su cabeza y la miraba a los ojos.
Fingolfin, para servirle, al menos por el momento. – dijo para dejar su mano en alto en caso de que ella quisiera estrecharla, no era malvado era su forma de decir las cosas, ahora no sabría como reaccionaría la mujer.
Sí, seguro… siento como que si estas espadas quedaran de adorno en un futuro, porque es como si una fuerza latiera en mí y me llevara a usar los puños próximamente, es extraño… pero lo siento así. Quizás tenga mas fuerza con estas manos que con el acero que porto… pero es muy difícil de explicar y mas para alguien como tú… - dijo el pelinaranja mientras observaba al nuevo cazador que había llegado.
Sus ojos buscaban todo a su alrededor, comenzó a olfatear cual can, hacía mucho calor en ese momento a pesar de ser de noche y un par de gotas de sudor tenía. Miro a los demás y luego al cielo, sus ojos observaban que había un par de nubes cargadas de agua, lo que quería decir que pronto… - lloverá.
Dijimos que te ayudaríamos, lo único que pienso es que un cazador se tiene que tomar su tiempo para encontrar la presa adecuada, y no entiendo que eso que dices de que estás apurada. Si estás dispuesta a cazarlo lo haremos, pero ten en cuenta que puede aparecer como no y quizás se tarde… así que deberías de elegir en cazarlo o simplemente ir a hacer tus cosas, no te lo digo en malas… estoy siendo educado para mi forma de ser. – musitó el joven mientras bajaba su cabeza y la miraba a los ojos.
Fingolfin, para servirle, al menos por el momento. – dijo para dejar su mano en alto en caso de que ella quisiera estrecharla, no era malvado era su forma de decir las cosas, ahora no sabría como reaccionaría la mujer.
Fingolfin- Status :
Cantidad de envíos : 34
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» - Bosques [Cascada]
» Bosques y lagos
» Cruzando los bosques
» Bosques [Otra cascada]
» Bosques [Posada de la Familia Rin]
» Bosques y lagos
» Cruzando los bosques
» Bosques [Otra cascada]
» Bosques [Posada de la Familia Rin]
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Nov 18, 2024 2:26 pm por Nathaniel
» Magical Hope {Afiliación élite}
Miér Jul 17, 2019 2:41 am por Invitado
» Hantā no Odessei {Afiliación Elite}
Mar Jul 16, 2019 9:20 pm por Invitado
» Busquedas de Rol
Lun Jul 08, 2019 7:11 pm por MapyCozo
» Ficha de Entrenamiento de Alderion De tauro
Jue Jul 04, 2019 12:31 pm por Alderion
» Ficha de entrenamiento de Virgil Juez de Griffo
Miér Jul 03, 2019 1:23 pm por Sasha
» Petición Caballeros de Athena
Miér Jul 03, 2019 1:16 pm por Sasha
» [Reino de Poseidón - Alta] La Manzana Dorada
Dom Jun 30, 2019 10:24 pm por Boreas